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EDIC. NACIONAL SEMANARIO CATÓLICO DE INFORMACIÓN Nº 325-24-X-2002 Un Concilio para el tercer milenio Un Concilio para el tercer milenio 40 años del Vaticano II

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EDIC. NACIONALSEMANARIO CATÓLICO DE INFORMACIÓN Nº 325-24-X-2002

Un Concilio para el tercer milenio

Un Concilio para el tercer milenio

40 años del Vaticano II

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Sumario

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Etapa II - Número 325Edición Madrid

Delegado episcopal: Alfonso Simón Muñoz

Redacción: Pza. del Conde Barajas,1.

28005 Madrid. Téls: 913651813/913667864

Fax: 913651188

Dirección de Internet:http://www.alfayomega.es

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Director: Miguel Ángel Velasco Puente

Redactor Jefe: José Francisco Serrano Oceja

Director de Arte: Francisco Flores Domínguez

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Secretaría de Redacción:Elena de la Cueva Terrer

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Beatriz Jaso Ollo

-Imprime y Distribuye: Prensa Española, S.A. -

Depósito legal: M-41.048-1995.

Edita:Fundación San Agustín.Arzobispado de Madrid

8 La foto

9 Criterios

10 Cartas

Aquí y ahora

11 Ver, oír y contarlo.

12 Entrevista al directordel proyecto Harembee.

13 Beata María de la Pasión:Mi patria es el mundo entero

Iglesia en Madrid

12 Sínodo diocesanoy doctrina social.

13 La voz del cardenal arzobispo

14 Testimonio

15 El Día del Señor

16-17 Raíces

Eustasio Villanueva, en Ekumene:La vida late en la fotografía

Mundo

20 Juan Pablo II relanza la nuevaEvangelización de Brasil.

21 Entrevista al Directorde Proyectos sanitariosde Cáritas Siberia

22-23 La vida

Desde la fe

26 Nace www.aunalia.es

27 Habla monseñor Luigi Giussani:Llevad el Misterio a la gente.

28 José Luis Garci:El amor es un milagro.

29 Libros.

30 Con ojos de mujer.

31 No es verdad.

Televisión

32 Contraportada

3/7Entrevista con

don Julián Marías:La verdadera

realidadde la Iglesia,recuperada.

Crónicade otra crónica:

Antonio Montero.

El Concilio...empezaba:

J. I. Tellechea

18/19Ante el próximo CongresoCatólicos y vida pública

Vigencia y actualidad de la doctrina socialde la Iglesia. Escribe Elio A. Gallego García:

La riqueza como problema

24/25Carta apostólicade Juan Pablo IIsobre el SantoRosario:

El XXV año de estepontificadoserá el «Año del Rosario»

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Don Julián Marías, en aquel ensayo habla-ba usted que veía libertad, gozo y espe-ranza en la Iglesia; cuarenta años des-

pués, ¿cómo ve el panorama?La primera enseñanza de mi asistencia al Con-

cilio fue constatar que la Iglesia no era lo que pa-recía, lo que oficialmente figuraba como ella; laIglesia era mucho más abierta, mucho más libre, te-nía afán de libertad precisamente y con un espí-ritu verdaderamente religioso. En ese sentido, creoque el Concilio fue algo valiosísimo: recuperar laverdadera realidad de la Iglesia. Dejó un germen derenovación y de vitalidad que yo confiaba iba acontinuar. En cierto sentido así ha ocurrido, pero haocurrido también un factor negativo que es el si-guiente. Poco después de concluir, en los años in-mediatamente siguientes al Concilio, empezó ahaber una preocupación social y política mayorque religiosa. Entonces se multiplicaron encuen-tros, diálogos, reuniones, en los cuales yo no creomucho. Entonces se hizo un planteamiento menosreligioso. Y, por tanto, menos personal. Más so-cial y político, considerando diálogos entre ideo-logías, funcionando la religión como una ideologíapolítica, lo que no es. Y esto frenó el efecto pro-fundamente vivificador y personal que representóel Concilio. Se han mezclado las dos tendencias;hay un grado mayor de amplitud y libertad en laIglesia –sin duda ninguna–, pero no es total. Con-vive con la aproximación a las cuestiones político-

sociales desde una pseudoideología, producién-dose una omisión de los planteamientos religio-sos intelectuales.

De vez en cuando se ven renovaciones fecun-das. Pero otras veces se ve actuar el planteamientoeconómico-social-político. Por ejemplo, el abusode la palabra teología –que es la ciencia de Dios–,mezclada con otros términos, para hablar de la teo-logía de la liberación, de la teología del trabajo...Mantengo la esperanza, porque sigue vivo lo fe-cundo y creador. Hoy mismo he tenido una expe-riencia muy aleccionadora en este sentido. Porquegran parte de la Iglesia se está ocupando de pro-blemas vivos, actuales, apasionantes, pero desdeuna perspectiva religiosa. Ha habido una adultera-ción del Concilio, pero no se ha perdido el espírituvivificador.

Hablemos del famoso concepto del aggiorna-mento, ¿está hoy la Iglesia puesta al día?

Bastante. Sí. En el Concilio sucedió algo extra-ordinario, fue poder contar, medir, constatar la rea-lidad de la Iglesia. La imagen real de la Iglesia, quehabía vivido a la defensiva, con un espíritu de asedioo contraofensiva, no se correspondía con la vitalidadpresente que estaba allí. A mí me produjo muchaimpresión. La opinión de la Iglesia era sólo la dealgunos eclesiásticos. Por un tecnicismo no se votóel esquema de la libertad religiosa, cierto, pero fueaclamado.

Decía Jean Guitton que él oía dos voces en elConcilio, una la de aquellos Padres que tienenprofundamente arraigada la preocupación portutelar el depósito de la fe, que representaría el ejevertical, y otros que, aun sintiendo igual, propo-nen una visión más actual de los problemas, másamplia, que representarían el eje horizontal, yque ambos ejes, para ser fieles al mensaje de Cris-to, deberían cruzarse a la altura del corazón. ¿Haprevalecido un eje sobre otro?

No lo podría decir. La risa va por barrios. Depen-de. En todo caso, esta idea es un esquema, esque-mática. Lo que yo viví fue la formación de un nuevoconsensus en el seno de la Iglesia como realidad hu-mana. Hablé entonces de la alegría que dominaba elConcilio, del gozo que se respiraba al ejercer la li-bertad. Dije entonces: «Se podría pensar desde fue-ra que el Concilio va haciendo ciertas concesiones, seva adaptando a las nuevas circunstancias, va ce-diendo a las presiones de una sociedad que, en bue-na parte, se había enajenado del catolicismo, del cris-tianismo en su conjunto y aun de toda religión. Creoque esto sería una descripción enteramente equivo-cada y desorientadora. El Concilio no va aceptandoa regañadientes y desde fuera la enorme transfor-mación a la que estamos asisitiendo; yo diría que laestá gozando, que se está sintiendo renancer. ¿A qué?A la autenticidad histórica. Creo que cada día quepasa es menos difícil, para los dos mil hombres quese sientan en las naves de San Pedro, armonizar su vo-

En portada Alfa y Omega 24-X-2002 3

El Concilio Vaticano II

La verdadera realidadde la Iglesia, recuperada«He tenido el privilegio de asistir a las últimas jornadas del Concilio Vaticano II, es decir, de su tercera sesión, que terminó el 21 denoviembre de 1964. Ninguna información puede suplir la visión directa de las sesiones del Concilio; nigún texto equivale a los discursos,pronunciados en latín con todos los acentos del mundo, con la voz y el gesto de los distintos Padres conciliares; ninguna crónicasustituye a la visión de las naves de San Pedro, con el enorme baldaquino de Bernini y los dos mil cardenales, arzobispos y obispos, púrpuray morado, en sus escaños...»: así escribía don Julián Marías en un largo ensayo, Panorama desde el Concilio, publicado ese mismo año64, y recogido en el número 31 de la colección Alianza, en el 67, posteriormente reeditado en Problemas del cristianismo

La basílica de San Pedro, durante el Concilio Vaticano II

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cación y deber de prelados de la Iglesia católica consu irrenunciable condición de hombres de la segundamitad del siglo XX. Espero que esto redoble la fe-cundidad de su sacerdocio y de su magisterio». Yocreo que algo fundamental en el mantenimiento actualdel espíritu del Concilio es la pervivencia del PapaJuan Pablo II, un hombre con un conocimiento pro-fundo del pensameinto actual, muy de su tiempo yprofundamente religioso.

En todos estos 40 años, ¿se han producido mu-chas adherencias histórico-sociales al espíritu con-ciliar?

Se ha desprendido de muchas. Pero se han adhe-rido otras. Son ineliminables. ¿Por qué no se pue-den eliminar? Porque son inseparables de la condi-ción humana. Pero hay que distinguir. Hay que ad-vertirlas. Yo recuerdo que hace algunos años, ha-blando con unos misioneros, me contaban su labor enÁfrica, algunos querían convertir a los infieles noya a la religión católica, sino a las costumbres de susmadres, fuesen navarras o escocesas. Y la religiónno es eso. Aquello eran adherencias histórico socia-les. Pero, hace muchos menos años, oía contar la la-bor de otros misioneros, también en África: hacíanpozos, escuelas, dispensarios..., todo menos conver-tir a la fe. Esto les parecía intrusismo en su libertad.Entonces yo me preguntaba: ¿Y por qué no mandarpara hacer esta labor a maestros, médicos, peritosagrícolas, que sin duda la harían mejor? También es-to son adherencias histórico-sociales. Yo creo quehay que llevar el conocimiento de la religión cris-tiana con el testimonio y el ejemplo personal a to-dos los que no la conocen, para hacer que esta formade vida sea algo atractivo para aquellos que no laconocen, y dejar que cada cual libremente la acepteo no. Pero sin renunciar al anuncio evangélico.

Hace cuarenta años, ¿le parecía, don Julián,que el mayor problema de la Iglesia era la falta delibertad?

Me parecía la inadecuación entre la realidad vitalde la Iglesia y su imagen. Lo que daba el tono, loque pasaba por ser la representación de la Iglesia,no se correspondía con la realidad. Cuando se empezóa contar a los miembros que estaban en el Concilio ylo que representaban, entonces se percibió la verda-dera imagen, abierta, con ansias de libertad religio-sa, porque sin libertad no hay religión. La fe es undon, es una gracia, que no se puede imponer, que setiene o no se tiene. Se puede fomentar, pero no sepuede imponer.

Y en este momento, ¿cuál sería a su juicio elmayor peligro para la Iglesia?

Yo creo que aquella actitud liberal se ha abiertocamino. Que está bien. El mayor peligro actual para laIglesia es la indiferencia. No solamente me refiero a laindiferencia religiosa, sino a la indiferencia personal.Se ha difundido un concepto exclusivamente bioló-gico de la persona. Hay un gran número de personasque creen que cuando una persona muere, se acabatodo. No hay nada más. Por tanto, no siente esperan-za ni responsabilidad. Esto sí me parece grave.

¿Se contempló la indiferencia en el Concilio?No. No la había, allí había muchísimo entusiasmo.

¿Haría falta otro Concilio, el Vaticano III?No sería fácil. Para empezar, en el Vaticano II se

hablaba en latín, ¿en qué lengua se podría hablarhoy? Pero han pasado pocos años. Permanece vivoaún el espíritu conciliar, pese a los desfallecimientos,y gracias a la pervivencia histórica de Juan Pablo II.

¿Y después?¡Ah!, después..., el Espíritu Santo decidirá.

Leticia Escardó

Acaso porque fui nombrado perito del epis-copado español en el Concilio me piden deAlfa y Omega que les transmita mis recuer-

dos del Concilio. Sí, en efecto recibí tal nombra-miento de monseñor Morcillo. El primer año no asis-tí al Concilio, porque se iba a tratar de Liturgia, pe-ro tampoco me llamaron el segundo, tercero y cuar-to, mientras llamaron a todos mis compañeroshistoriadores del grupo. Llevo camino de morirme sinhaber averiguado quién y por qué hizo de mano ne-gra que me dejó fuera. Pero asistí a los tres años úl-timos del Concilio, combinando mis investigacio-nes en el Archivo Vaticano con el seguimiento pró-ximo de lo que ocurría en el aula conciliar.

La generación protagonista del Concilio no te-nía experiencia conciliar. Quedaba ya muy lejos elVaticano I. Un conocimiento muy superficial de loque era un Concilio, verbi gratia el de Trento, podíadespertar ideas mágicas y simples, lineales y falsas.El conocimiento histórico más profundo constitu-ye una preciosa vacuna contra expectativas mila-grosas. El Concilio suscitó esperanza e ilusión, pe-ro en más de una ocasión produjo nerviosismo, con-frontaciones y batallas. Momento singular fue el delrechazo de los esquemas elaborados por la Curia ro-mana. «Esto se va», me decía un amigo que luego lle-garía a arzobispo. «Esto es un vendabal, capaz deromper robles», le decía yo. Pero las palmeras securvan e inclinan, y como no hay ventolera que nopare, una vez cesada, vuelven a erguirse. Probable-mente no serán iguales que antes.

Un día el padre Congar encontró en el pavimento deSan Pedro una plumita de paloma, y decía con humorque era la demostración de la presencia del EspírituSanto. Acaso otros descubrían el rabo de Satanás enmomentos de crispación. Y unos y otros creían con-tribuir a que la Iglesia no naufragase. Nuestros ren-glones, aunque sean torcidos, nos parecen fundamen-tales, mas el Espíritu escribe derecho precisamente

con ellos, de forma invisible. De forma más visibleparecía llevar la batuta del Concilio Le Monde y otrasinstancias visibles de prensa. No algún periódico es-pañol, desde luego, que anduvo un tanto despistadillo.A río pasado, solía informar yo sobre el Concilio a mivenerado amigo don Ramón Menéndez Pidal. Algunavez me manifestó su estupor y hasta aireó la amenazade darse de baja de tal periódico.

La opinión pública –y no la de Dios– podía sus-citar la tentación de vanidad en los mismísimos Pa-dres conciliares, y empujarlos a hablar y a dar fe devida ante sus diocesanos. Y quien dice Padres con-ciliares, dice sus consultores y, en no menor grado,los periodistas, también empeñados en dirigir elConcilio. Y si era L’Unitá, el periódico comunista,el que elogiaba a un obispo, como fue el caso deGuerra Campos cuando habló sobre el ateísmo, al-guno tomaban buena cuenta de ello.

El nerviosismo es muy humano, demasiado hu-mano, sobre todo cuando uno se cree al timonel dela nave. En momentos de impasse, de intervencionespapales, de nombramientos específicos, aumentabasu grado, y así las visiones en blanco y negro. Elmáximo consenso buscado en las decisiones últi-mas obligaba a renunciar a algunas cosas, a buscarconcordancias y limar asperezas. De esos mimbres,por su naturaleza misma, se compone un Concilio.

Entre mis recuerdos personales emergentes evo-co un encuentro con el cardenal Suenens, la visita alHermano Roger de Taizé, a quien había hecho deintérprete en su visita al seminario hispano-ameri-cano de Madrid, el encuentro con Hans Küng, anti-guo compañero de la Universidad Gregoriana. Mon-señor Manuel Bonet me animó a reunir una serie detrabajos anteriores en un volumen que se tituló Elobispo ideal en el siglo de la Reforma. Y por aque-llos días publicó el padre Congar un pequeño libro,Pour une Eglise servante et pauvre, que lo conservopor él dedicado. El núcleo fundamental del libro era

En portadaAlfa y Omega4 24-X-2002

El Concilio...empezaba

El Papa Pablo VI preside una sesión conciliar

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entender la autoridad como servicio. Y a él acudícon mi libro para mostrarle esa misma idea en es-critores del siglo XVI en los que él suponía desa-rrollada solamente una jerarcología. Asistí al aulaconciliar el día que se leyó el capítulo dedicado ala Virgen, y evoqué en el mismo instante a Erasmode Rotterdam. Muy enfadado estaba al respecto mibuen amigo el yugoeslavo padre Balic, franciscanoél, y de la decepción que le habían causado los es-pañoles: «Questi galegos!», exclamaba apesadum-brado. Entre los documentos conciliares definitivoslos hubo hermosos y que produjeron gran entusias-mo, y algunos otros un tanto grises. Me tocó en-contrarme frecuentemente con el arzobispo de Gra-nada. Llegaba a almorzar asustado de la sesión ma-tutina y lo mostraba moviendo su mano. Algún díale espeté asombrado: –«Usted es el sucesor del ar-zobispo Guerrero, el Frings del Concilio de Tren-to». –«¡Ah majo!, aquel tenía detrás las picas delEmperador». –«Es posible, pero además tenía pico,y qué pico!»

Y como otros Concilios, el Vaticano II terminó,cansado y en sosiego. En realidad no terminaba, jus-tamente empezaba. La hora de la aceptación. Largatarea. ¡Qué fácil es poner el altar de cara al pueblo,hasta traducir la Liturgia a lengua vulgar! ¡Qué di-fícil, lograr una verdadera educación litúrgica! ¡Quéfácil cumplir las pequeñas normas concretas; quédifícil asimilar un espíritu! Escrito está que sólo eldecreto sobre erección de Seminarios justificaría elConcilio de Trento. Pero también está escrito quealgunas diócesis tardaron doscientos años en cum-plirlo.

A tantos años de distancia –para los jóvenes elVaticano II es como el Vaticano I– pudiéramos in-terrogarnos quienes vivimos de aquella gran ilusiónsi el Vaticano II ha sido debidamente asimilado.Acaso algunos lo den ya por muerto y olvidado;otros podemos preguntarnos si hemos apenas em-pezado a ponerlo en práctica. Con eso de que, en lacronología divina, muchos siglos son como un día…,no perdamos la esperanza; algo muy distinto e infi-nitamente más sólido que… las expectativas. Cla-ro que, entretanto, a veces arrecia la tempestad yparece zozobrar la barca. Es el momento de Sálva-nos, Señor, que perecemos, y de escuchar entre bru-mas: ¡Hombres de poca fe!

J. Ignacio Tellechea Idígoras

En portada Alfa y Omega 24-X-2002 5

Un inédito de Congar, en la muerte de Juan XXIII

Obedecía a Dios y amaba a los hombres

10 de julio de 1963

La agonía de la muerte de Juan XXIII. La Iglesia, y también el mundo, han tenido una expe-riencia extraordinaria. Porque de golpe se ha revelado el eco inmenso suscitado por el he-

cho de este hombre humilde y bue-no. Se ha revelado que ha cambiadoprofundamente el papel religioso ytambién humano del mundo: senci-llamente siendo aquello que él hasido. No procedió con gran exposi-ción de ideas, sino con gestos y uncierto estilo de su persona. No hahablado en nombre del sistema, desu legitimidad, de su autoridad, si-no simplemente en nombre de lasinstituciones y del movimiento de uncorazón que, por una parte, obede-cía a Dios, y, por otra, amaba a loshombres, o mejor dicho hacía am-bas cosas en un mismo movimiento.

El cardenal Montini es un hombresuperiormente inteligente e infor-mado. Da una impresión profundade santidad. Retomará el programade Juan XXIII, pero, evidentementeno a la manera de Juan XXIII, y qui-zá no del todo en su espíritu. Serámucho más romano, más del tipo dePío XII: querrá, como Pío XII, deter-minar las cosas a partir de las ide-as, y no simplemente dejarlas quevengan solas a partir de la aperturahecha por un movimiento del cora-zón. Amará de la misma manera elmundo, pero en una línea de solici-tud.

Yves María CongarAvvenire-Alfa y Omega

Una reunión preparatoria del Concilio. En la mesa, segundo por la derecha, monseñor Casimiro Morcillo que fue Subsecretario del Concilio

Imagen del Papa Juan XXIII, en bronce, de G. Manzú.Puerta de la basílica de San Pedro

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En la tibia mañana otoñal y ro-mana del 11 de octubre de1962, sólo Dios sabía a ciencia

cierta, y no con muita dificultade, co-mo diría un portugués, que el Concilioecuménico Vaticano II, número vein-tiuno de los celebrados por la Iglesia,inaugurado ese día con fervor y ma-jestad en las inmensas nave central yrotonda superior, escalonadas ambas,de la basílica vaticana por Juan XXIII,sólo Dios sabía, digo, que el Concilioiba a durar tres años, celebraría cuatroetapas de sesiones bimestrales y oto-ñales y promulgaría cuatro grandesConstituciones, nueve Decretos y tresDeclaraciones, para cerrar sus puer-tas, con no menor esplendor que suapertura, el día de la Inmaculada de1965, bajo la presidencia y guía delPapa Pablo VI.

A los cuarenta de haber vivido, decerca y a tope, un acontecimiento tansingular, rememoro hoy aquellas ex-periencias echando mano de la me-moria personal –que focaliza muy bienel pasado distante, mientras que no re-tiene apenas lo acaecido el mes pasa-do– y acudo, ¿cómo no?, a lo escritopor mí en aquel entonces, como en-viado especial del semanario Eccle-sia, cuya dirección tenía a mi cargo.Entro a saco, pues, sin que nadie mereclame derechos de autor, en la cró-nica sobre la apertura del Concilio quepubliqué en el número 1.100 de esarevista (20-X-1962). El primer flash,de gran angular, era la estampa gran-diosa de la basílica: «En mi retina que-dan registradas, y también en las delos 200 millones de televidentes, lasmitradas imágenes de la casi infinitaprocesión por la plaza, el cuadro au-gusto de los escaños prelaticios, desdela puerta basilical hasta el baldaqui-no de Bernini; el telón de fondo, cen-tro de luces y miradas, con la sede pa-pal y las altas tribunas representati-vas. Todo ello fundido en inefable po-lifonía, o en la estremecedorasimplicidad litánica del canto llano».

Leído esto ahora, observo que, yaentonces, se hacía notar el hecho, sinprecedentes en la historia de la Iglesia,de que aquellas asombrosas imágenes,servidas por el combinado Telestar-Eu-rovisión, estuvieran llegando a los másdistantes rincones del planeta. Con locual el Concilio ecuménico se hizo pre-sente, por vía audiovisual, en la Ecu-mene, esto es, en el mundo entero, dan-do ya entonces un signo balbuciente dela hoy tan cacareada globalización. Si-gamos con la crónica: «He lamentadoque, junto a los treinta y dos observa-dores de las comunidades cristianas nocatólicas que veía tan de cerca al otrolado del trono papal, frente por frente denuestra tribuna de prensa, no hubierauna numerosa delegación de ateos, delaicistas indiferentes, de hombres im-

permeables a lo religioso, por ver quépasaba. Los niños cantores de NotreDame, que convirtieron súbitamente aClaudel, no podían emular, ni de lejos,la fuerza sagrada de aquella Asambleaorante. La basílica vaticana ha sido pa-rroquia de la cristiandad, templo de lanueva Jerusalén. En suma, escenarioextraordinariamente religioso, en el quetodo atraía la presencia de Dios».

Columna y eje radical de la sesiónde apertura del Concilio fue el dis-curso histórico del Papa Juan XXIII.Una pieza maestra, que siempre esprovechoso releer, y que aquí no esposible ni tan siquiera reseñar. Trans-cribiré por ello mi apretado resumende entonces, suficiente para aquelloslectores de la crónica, que disponían,en las páginas aparte de la revista, del

texto íntegro del discurso pontificio;y añadiré después, para los de hoy, al-gunas citas muy señaladas del men-saje. Vamos con lo primero: «El dis-curso es una vigorosa declaración pro-gramática, que sitúa en su luz justa lospropósitos, la actitud general, el esti-lo y el aire del recién abierto Concilio.Optimismo firme, alegría por la liber-tad de la Iglesia, comprensión de nues-tro tiempo, bandera de paz y de unión.No sé si fue tan gallarda la profesiónde fe de Nicea, ni si tocó tales cimas detriunfo la definición mariana de Éfeso,ocurrida hace quince siglos y medioen esta misma fecha. Pero, desde lue-go, el 11 de octubre de 1962 tiene yaun mojón bien llamativo en la ruta se-cular de la Iglesia».

Lo del talante de optimismo lo des-

cribió muy gráficamente el Papa al co-mienzo de su intervención, al hace unmínimo examen de los problemas delmundo: «Algunas personas –dijo– no son capaces de ver en la ac-tual situación humana sino desgraciasy desastres. Andan diciendo que nues-tra época, comparada con las anterio-res, es mucho peor… Nosotros cree-mos que de ninguna manera podemosestar de acuerdo con estos profetas decalamidades, que siempre anuncian lopeor, como si estuviéramos ante el findel mundo».

Una Iglesia libre de poderes mundanos

En lo tocante a la libertad de laIglesia y comparando el nuevo Con-cilio con muchos de los precedentes, elhoy Beato Juan XXIII hizo notar a losPadres conciliares que, a pesar del lai-cismo enconado de nuestro tiempo,«nadie puede negar que esta nueva si-tuación tiene al menos una ventaja: haquitado del medio los innumerablesobstáculos con los que en otro tiem-po los hombres de mundo solían im-pedir la libre acción de la Iglesia…Incluso los Concilios ecuménicos, cu-ya celebración figura en letras de oroentre las glorias de la Iglesia, se cele-braban muchas veces con grandes di-ficultades, muy dolorosas, a causa delas injustificadas ingerencias de la au-toridad civil».

Entrando de lleno en los objetivosde este Encuentro supremo, el Papase pronunció así: «El Concilio quieretransmitir la doctrina pura e íntegrasin atenuaciones que, durante veintesiglos, a pesar de las dificultades y deluchas, se ha convertido en patrimo-nio común de los hombres; patrimonioque, aunque no haya sido recibido gra-tamente por todos, constituye una ri-queza para todos los hombres de bue-na voluntad…»

Ahora bien, diría después: «Unacosa es la sustancia del depositum fi-dei, es decir, de las verdades que con-tiene nuestra venerada doctrina, y otrala manera como se expresa; y de elloha de tenerse gran cuenta, con pa-ciencia, si fuese necesario, ateniéndo-se a las normas y exigencias de un ma-gisterio de carácter prevalentementepastoral… Confiamos –afirmó tam-bién– en que la Iglesia, iluminada porla luz de este Concilio, cobrará nue-vas fuerzas y mirará sin miedo hacia elfuturo».

Han dado mucho que hablar, en-tonces y ahora, con general acepta-ción, pero con diversas interpretacio-nes y no siempre con correctas apli-caciones, aquellas palabras tan medi-das del Papa que promovió elConcilio. Yo no las veo incoherentes,sino todo lo contrario, con la famosa

En portadaAlfa y Omega6 24-X-2002

Memoria viva de la apertura del Concilio

Crónica de otra crónica

Una foto de aquel 1962...

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trilogía de la nueva evangelización delPapa Juan Pablo II: nuevo ardor, nue-vas expresiones y nuevos métodos pa-ra vivir y anunciar en nuestro tiempola fe de siempre.

La botadura del Concilio

Y, en efecto, así rompió amarras,al día siguiente, la embarcación ma-jestuosa de la Asamblea universal,que recorrió su primera singladura,octubre-diciembre del 62, sin gran-des borrascas, pero con recio oleaje,empujada, sin lugar a dudas, por elviento del Espíritu, pero movida a untiempo por las corrientes internas depluralismo, enfoques diversos, posi-ciones contrapuestas, riqueza de apor-taciones de los despabilados y librespadres sinodales. A nuestro venerabley tan querido cardenal Pla y Deniel,miembro del Consejo de Presidenciainstalado en el estrado, bajo la cúpu-la de San Pedro, le abatió un gripa-zo brutal, que él culpaba a las fríascorrientes de la basílica, y del que yano se repuso. Iribarren y yo, hijos fie-les y perros falderos junto a su lecho,comentábamos ingenuos ante su son-risilla burlona, que, en efecto, en elAula conciliar se estaban producien-do fuertes corrientes y no tan frías.

Era aquello un asombroso enjam-bre humano, observable a la primeracomo plurinacional, multiétnico ymulticultural, que, día tras día, se nosiba mostrando, por encima de todo,como supranacional, intercultural ysinfónico. Las olas eran de superficie,pero la comunión reinaba en la Ecu-mene, la unidad en la catolicidad. Des-de los escaños más distantes entre sí enel Aula petrina, los Padres apuntabanhacia fórmulas concertadas, medianteempeños convergentes, con diversosacentos y sin rebajas de otoño, haciauna verdad compartida. Así lo que elEspíritu había dicho a las Iglesias ter-minaba por hacerlo suyo la Iglesia úni-ca. Así quedó patente en el Diario desesiones, un informe oficioso publi-cado íntegramente en Ecclesia, y enla larga estantería de volúmenes de lasActas conciliares, que cualquiera pue-de consultar.

En esta primera etapa entraron en elhorno conciliar, los entonces llama-dos Esquemas, documentos de traba-

jo, sobre la Liturgia, la Revelación,los Medios de comunicación social,la Unidad de los cristianos y la Iglesia.Pero la roturación de estas materias,con cientos de intervenciones de Pa-dres conciliares, no condujo, en el cie-rre del día de la Inmaculada, a ningúndocumento concluso. Todos habríande ser sometidos más tarde a molien-das sucesivas, hasta sacar la harinalimpia de las enseñanzas firmes delConcilio.

Permanecí en Roma unas semanasmás hasta mi relevo por otro cronistay pude testificar que, desde la prime-ra de las congregaciones generales,bajo la batuta cronométrica del Se-cretario General monseñor Felici, losPadres, en debates briosos, seguidosde votaciones ciclópeas, aplazaron tresdías las elecciones de miembros de lasdiez Comisiones temáticas, cambia-ron de arriba abajo el proyecto conci-liar de la etapa preparatoria, reduje-ron de setenta a diecisiete los Esque-mas de trabajo, y fueron dando cuerpoa una vertebración orgánica de las ma-terias conciliares, en la que ya se vis-lumbraba la armoniosa arboladura te-mática del Vaticano II, que cubriríacuatro grandes finalidades: La con-ciencia de la Iglesia sobre sí misma;su renovación a todos los niveles; labúsqueda de la unidad de los cristia-nos; y el diálogo de la Iglesia con loshombres de hoy.

Llegados a este punto, he de meterla tijera, porque lo escrito pretendíaser tan sólo una visión telescópica de lasesión de apertura; pero me ha podi-do la deformación profesional de me-ter la nariz en el Aula de los debates.Ya que tengo que irme, antes de queme corten el párrafo, déjeme señor di-rector, veterano de guerra también enlances de crónicas romanas, añadir doscosillas. Una, que los obispos españo-les –86 en la nómina de los Padres con-ciliares– suponían una presencia sig-nificativa entre los episcopados im-portantes del gran Sínodo. Se destacóentre ellos la unidad interna, sin ex-cepciones llamativas, y mostraron unafisionomía tradicional, que no conser-vadora a ultranza ni, mucho menos,integrista. Ninguno de ellos se inscri-bió en el Coetus internationalis pa-trum, al que perteneció un grupo, nosé de cuántas decenas de obispos dis-

persos de diferentes países, entre ellosLefevre, muy a la defensiva de todainnovación, votando en ese sentido,pero sin llegar a romper la comunión.Entre los nuestros, las intervencionescolectivas, en nombre de la Conferen-cia, fueron siempre moderadamenteabiertas. Se les notaba a casi todos elaislamiento de decenios que afectaba anuestro país, por su régimen político.Pero esto fue subsanándose gradual-mente en las siguientes etapas, de suer-te que la voz de nuestra Iglesia, sin li-derazgos llamativos, resonó con natu-ralidad y alegría, con el bloque mayo-ritario, unánime casi en las votaciones,de la Asamblea conciliar.

Con lo difícil y arriesgado que esponer nombres propios, sería injustono atribuir méritos personales en esteproceso a don Casimiro Morcillo, Sub-secretario del Concilio; al cardenalBueno Monreal, que presidía las reu-niones en el Colegio español, en au-sencia de Pla; a su auxiliar, don JoséMaría Cirarda, excelente portavoz delas sesiones; a don Marcelo Gonzá-lez, a la sazón obispo de Astorga; adon Vicente Enrique Tarancón, en-tonces en Oviedo; a don Rafael Mo-ralejo, auxiliar de Valencia; y a donMauro Rubio, obispo de Salamanca.

Todo esto conduciría a una posi-ción serena, positiva y unánime de losobispos españoles, en su valoraciónfinal del Concilio. A ellos y a todosnosotros nos esperaba luego una tensadécada postconciliar, otra de cambiodemocrático y dos de posmodernidad,en las que han sonado otras músicasde muy variada partitura. Y añadidofinal: rebobinando la cinta hasta el 8-XII-62, cierre grandioso de la etapainaugural del Concilio (la del PapaJuan, que nos dejaría medio año mástarde), todos sentíamos una visible eu-foria y confianza, y muchos lo decí-an con gozo: Concilium habemus. Te-nemos Concilio. Algo inmenso, ben-dito y definiyivo que introduciría a laIglesia en las aguas de una nueva era.

+ Antonio MonteroArzobispo de Mérida-Badajoz

En portada Alfa y Omega 24-X-2002 7

Visión deconjunto

Los fines del Vaticano II, en sus documentos:

Preámbulo:Constitución dogmática Dei

Verbum, sobre la divina revela-ción.

Fin 1º: La noción o conciencia dela Iglesia.

Constitución dogmática Lumengentium, sobre la Iglesia.

Fin 2º: La renovación de la Igle-sia.

Constitución Sacrosanctum Con-cilium, sobre la sagrada litur-gia.

Decreto Ad gentes, sobre la acti-vidad misional de la Iglesia.

Decreto Christus Dominus, sobreel oficio pastoral de los obisposen la Iglesia.

Decreto Presbyterorum Ordinis,sobre el ministerio y la vida delos presbíteros.

Decreto Optatam totius, sobre laformación sacerdotal.

Decreto Apostolicam actuosita-tem, sobre el apostolado de losseglares.

Declaración Gravissimum edu-cationis, sobre la educacióncristiana.

Decreto Perfectae caritatis, so-bre la renovación, acomodadaa los tiempos, de la vida reli-giosa.

Decreto Orientalium Ecclesiarum,sobre las Iglesias orientales ca-tólicas (Documento puente en-tre los fines 2 y 3).

Fin 3º: El restablecimiento de launidad entre todos los cristia-nos.

Decreto Unitatis redintegratio, so-bre el ecumenismo.

Declaración Dignitatis humanae,sobre la libertad religiosa (Do-cumento puente entre los fines3 y 4).

Fin 4º: El diálogo de la Iglesiacon los hombres de nuestraépoca.

Constitución pastoral Gaudiumet spes, sobre la Iglesia en elmundo actual.

Declaración Nostra aetate, sobrela relación de la Iglesia con lasreligiones no cristianas.

Decreto Inter mirifica, sobre losmedios de comunicación social.

Cándido PozoTeólogo

Delegaciones oficiales en la inauguración del Concilio. En el estrado, a la izquierda, el ministro de Asuntos Exteriores de España, señor Castella

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Sigue siendo dolorosamente triste que, en un mun-do tan desarrollado y civilizado como el que nosllena la boca un día tras otro, la violencia y el te-rrorismo sigan teniendo que protagonizar las por-tadas de los periódicos y de los telediarios. Vie-nen hoy a esta página dos fotos, una de Bali y otrade San Sebastián, lamentablemente unidas por lamisma injusta y atroz actualidad. En el mayor gol-pe terrorista tras el 11-S, 187 asesinados consti-tuyen el macabro balance del atentado atribuidoa un grupo radical vinculado a Ben Laden; la ma-

yoría de ellos eran australianos,y las autoridades de Sydneyaseguran que el número decompatriotas desparecidos su-pera los 220.La otra foto recoge un aspectode la esperanzadora manifesta-ción contra el nacionalismo obli-gatorio que el PNV y sus adlá-teres quiere imponer en la tierravasca, y que congregó, el pasa-do fin de semana, en San Se-bastián a no menos de 150.000personas. Las pancartas son su-ficientemente elocuentes: NiETA ni cómplices; Paz y liber-tad; Nacionalismos excluyentes.Fue un nobilísimo estallido dedignidad y de coraje cívico, trasel cual nadie que no quiera serciego podrá volver a hablar deque este PNV de Ibarreche, Ar-zallus y compañía representa atodos los vascos. Puede que nia la mitad. Pero eso hay que de-mostrarlo también en las elec-ciones.

La fotoAlfa y Omega8 24-X-2002

Contraviolencia,

esperanza

Contraviolencia,

esperanza

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Ustedes nos han abandona-do»: así les decía hace unosaños una sencilla mujer en

la República Dominicana, tras su-frir el terrible paso del huracán quearrasó casas y enseres, a los dosmisioneros que, con enorme gene-rosidad y esfuerzo, le acababan deentregar, como a tantos otros dam-nificados, los materiales indispen-sables para hacerse al menos unavivienda rudimentaria. «¿Cómonos puede decir eso? –replicó unode ellos–. ¡Si les estamos dando loque necesitan para tenerdonde cobijarse!» La res-puesta de la mujer no pudoser más elocuente: «¡Sí, pe-ro llevan un mes sin darnosMisa!» Evocando estas pa-labras el pasado domingo,jornada del DOMUND2002, este misionero con-fesaba su bochorno, peromás aún su gratitud, anteesta mujer que a ellos,¡evangelizadores!, les ha-bía evangelizado.

Acaba de tener lugar enel Vaticano un congreso in-ternacional, a los diez añosde la publicación del Cate-cismo de la Iglesia católica,y, en la audiencia a los par-ticipantes, el Papa ha califi-cado al Concilio Vaticano II de brú-jula segura para los creyentes deltercer milenio, ya que representa elpunto de constante referencia, y detal modo que bien puede llamarseel Catecismo del Vaticano II. De es-te modo, Juan Pablo II ha queridounir esta celebración con la del 40aniversario de la apertura del Con-cilio Vaticano II que tiene lugar tam-bién en estos días, y el corazón desu discurso no deja lugar a equívo-cos: el Catecismo del Vaticano II«reconduce todo contenido de la ca-tequesis a su centro vital, que es lapersona de Cristo Señor». Exacta-

mente lo que aquella sencilla mujerdominicana misionaba a sus misio-neros.

La preocupación que impulsó alPapa Juan XXIII a convocar el Con-cilio del siglo XX se solía concre-tar en el término aggiornamento, lapuesta al día de la Iglesia ante unmundo lleno de avances en el cam-po de la ciencia y de la técnica, quehabían revolucionado la vida de laHumanidad y que requería una Igle-sia adaptada a la nueva situación. Eldiálogo con el mundo moderno era

ciertamente un objetivo prioritario;tanto es así, que la Constitución so-bre la Iglesia en el mundo actual seconvirtió en un punto neurálgico delVaticano II, pero sin olvidar, lógi-camente, que su primera mirada ladirigía la Iglesia sobre sí, precisa-mente para ser ella misma, es decir,para reconocer la presencia que laconstituye, que no es otra que Cris-to Señor, el verdadero protagonistadel Concilio, como acaba de recor-dar Juan Pablo II.

Como aquellos misioneros mi-sionados por la mujer dominicana,en estos 40 años –sobre todo en los

primeros–, han sido muchos los que,con frecuencia, se han olvidado deese protagonismo, porque más biense quedaron en la anécdota sin en-trar en la realidad del Concilio. ¿Quénecesitaba, y sigue necesitando, elmundo moderno sino al Único ca-paz de salvarlo? ¿Y qué necesitaba,y necesita, sino que la Iglesia sea loque es: el Cuerpo, la carne de Cristo?Alguien ha dicho, y con toda la ra-zón, que no es posible entender elConcilio sin Juan Pablo II, a la vezque no es posible entender al joven

arzobispo de Cracovia, con-vertido en el anciano Papa queha conducido a la Iglesia hastael tercer milenio, sin el Vatica-no II. A lo largo de estos 40años se han podido comprobaresas tres partes de las que todoConcilio se compone, segúndecía con su profunda fe, y poreso mismo con su profundo re-alismo, el Papa Juan en los pri-meros momentos de la prepa-ración del Vaticano II: la pri-mera, la del demonio, que re-vuelve los papeles; luego, lade los hombres, que los con-funden; y, por fin, la del Espí-ritu Santo, que acaba ilumi-nando y poniendo cada cosa ya cada cual en su sitio.

No otra cosa que esta fe car-gada de realismo es lo que está de-trás de una anécdota que habla por sísola de ese centro vital del Conci-lio, y de la vida entera, Cristo ayer,hoy y siempre, cuyo protagonismo,justamente, hace posible el nuestro,cuyo Señorío sobre nosotros, justa-mente, nos permite ser plenamentelibres. Cuando Juan XXIII proyectóel Concilio y comenzaron algunasreticencias, uno de sus más cerca-nos colaboradores le dijo: «Santi-dad, eso no se puede hacer para1963». Y el Papa no dudó un ins-tante la respuesta: «Estupendo, en-tonces lo haremos en 1962».

Criterios Alfa y Omega 9

Des-secularización

Hemos oído decir que la guerra contrael terrorismo pone a la democracia

liberal frente al fanatismo religioso. Otrosdicen que el conflicto está entre una com-prensión laica de la sociedad y una so-ciedad definida por una moralidad basa-da en la religión. Esto es tan falso, porqueignora la manera en que se fraguó la de-mocracia liberal, históricamente, comopeligroso, porque pone a la democracialiberal en contra de un mundo que es ma-yoritariamente religioso, y lo es cada vezmás. El gran acontecimiento del momentoen el planeta Tierra es la des-seculariza-ción de la historia mundial. La mayoría delos intelectuales han asumido que hayuna relación necesaria entre modernidady secularización. Cuando la gente se vuel-va más moderna, educada y lúcida, la re-ligión, o desaparece, o queda relegada ala esfera de la vida puramente privada. Yano es un factor público que interfiere conla forma en que ordenamos nuestra vidaa través de la cultura, las leyes y la polí-tica.

El 11-S nos volvimos a enterar de quehay más de mil millones de musulma-nes en el mundo. Dándoles a escoger en-tre el Islam y la modernidad democrática,escogerán el Islam. Si la elección es en-tre religión y democracia liberal, la guerracontra el terrorismo continuará, y conti-nuará sin que se vea su fin.

La mayoría pensamos que el cristia-nismo es una importación europea, peroel movimiento cristiano, que crece rápi-damente y tiene ahora 2.500 millones deseguidores, está principalmente exten-dido en el hemisferio sur. En unos po-cos años, tres cuartas partes de los cris-tianos en el mundo serán gente de color.De repente, Europa Occidental parececomo una isla de secularismo en un marde religión global. La des-secularizaciónde la historia mundial es un aspecto de laglobalización, descuidado generalmenteen los debates actuales. La gran cuestiónes si la modernidad y la democracia li-beral se pueden alcanzar de una maneracompatible con una fe religiosa vibrante.A esta pregunta se puede responder re-cordando cómo se alcanzaron –y es unhecho histórico– estos logros.

Si se narra la historia de manera másexacta, se puede ver cómo la religión noes el enemigo sino el fundamento de lamodernidad y la libertad. Probablemen-te la argumentación contemporánea máscomprensiva de lo que es una sociedaddemocrática, libre y justa es la encícli-ca de 1991 de Juan Pablo II, Centesimusannus.

Si es verdad, como alguno dice toda-vía, que la democracia liberal es insepa-rable del secularismo, la democracia li-beral tiene un futuro muy oscuro en unmundo donde resurge la religión.

Richard J. Neuhaus

ΑΩ

24-X-2002

Cuarenta añosdespués… y siempre

Cuarenta añosdespués… y siempre

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Caridad con imaginación

Que vayas a misa un domingo, y a la puerta de la iglesia te encuentres una unidad móvil de do-nantes de sangre de la Cruz Roja Española, es todo un alarde de imaginación en el manda-

miento del amor. No es la primera vez que me sorprende positivamente esta iniciativa en la mis-ma iglesia, y durante toda la mañana del domingo. La Eucaristía, continuación del amor de Cris-to por los hombres, se quedaría vacía si no pusiéramos en práctica la ley del amor en nuestra vi-da real. Aplaudo el gesto, porque sabemos por el catecismo y el magisterio de la Iglesia que eldomingo es el día recomendado para ejercer la caridad, obras de misericordia… Esta muestra deimaginación para ejercer la caridad es encomiable, y se debe felicitar tanto a los sacerdotes de laparroquia como a la Cruz Roja. Animo a otras parroquias a llevar a cabo esta iniciativa. El cora-zón del cristiano siempre debe estar sano; espiritualmente muy sano.

Jesús Espinosa CarrascalMadrid

Los niños no son idiotas

Quiero unirme a vuestra propuesta, con toda la fuerza de la sinceridad que siento, en defensade los inocentes que se puedan ver abocados –obligados– a tener unos padres desnatura-

lizados. Y quiero desde aquí preguntar a los políticos débiles –cobardes–, que están permitiendoque esa ley pueda algún día ver la luz –ya es así en algún sitio–, la misma pregunta que se le ocu-rría a cualquiera con la ley del aborto: ¿Te hubiera gustado que te abortaran? La pregunta aho-ra es: ¿Pensáis que los niños son idiotas?

El equilibrio de esta ley sólo favorecerá a los padres desorientados, cuando sea el niño el que,desde la infancia, los re-eduque. ¿De verdad que no hay otros recursos para ayudar a este tipode ciudadanos-padres?

Carlos MareverMadrid

CartasAlfa y Omega10 24-X-2002

Las cartas dirigidas a esta sección deberán ir firmadas y con DNI, y tener una extensión máxima de 20 líneas. Alfa y Omega se reserva el derecho de resumir su contenido

El bebé ferrolano

En Ferrol, un bebé de pocos días deexistencia, escondido en el seno de

una madre adolescente, ajeno, aparente-mente, a cuanto ocurre a su alrededor, halanzado un grito silencioso, como el quepinta Munch, en nombre de muchos, y lehemos oído en toda España. ¡Quiero vivir!Este bebé, sentenciado a muerte por suspropios abuelos, se ha salvado por aco-gerse al derecho de asilo de la voluntad desu joven madre. Tenemos que estar ale-gres. El bebé sigue viviendo y nos ha he-cho pensar. Del aborto quirúrgico ya nose habla: «Nos hemos ido acostumbrandoa convivir, más o menos acomodada-mente, con el fenómeno del aborto, siem-pre creciente en su número y siempreagravándose en sus prácticas y en laspersonas afectadas. El número de ado-lescentes que lo protagonizan y padecen,hasta unos límites que acongojan la con-ciencia y el corazón de todo bien nacido,es cada vez mayor». Estas palabras hansido pronunciadas este año por el carde-nal Rouco en la Vigilia por la Vida.

Hoy el aborto está adquiriendo propor-ciones inmensas a través de los aborti-vos químicos, como la píldora postcoital,o la RU-486, y por la destrucción de em-briones humanos en aras de una mal en-tendida investigación con fines terapéuti-cos.

Cuando nazca el bebé ferrolano en lapróxima primavera, será Navidad: sus pa-dres crecerán una cuarta en madurez yresponsabilidad. A sus abuelos se les ca-erá la baba al verlo, y por lo bajito le pe-dirán perdón. Pienso enviarle unos patu-cos para participar de la gran alegría delnacimiento de este niño. Cada vida es undon de Dios y tiene sentido: ser sus testi-gos por el amor, ahora, y felices con Élsiempre.

Margarita FragaMadrid

Fe-licidad para el mundo

Se me quedaron grabadasunas palabras que dirigió

el Papa a los jóvenes en Pa-rís: «Sólo la fe nos da la feli-cidad». Ésta es, para mí, sumejor encíclica, para una Hu-manidad tan falta de fe-lici-dad. A esto le llamo yo lo quepodría ser la fundación de laúltima Orden de la Iglesia, yel Papa, su fundador. A ellapodemos pertenecer todos,y de hecho pertenecemosdesde nuestro bautismo,donde se nos dio la fe quepedimos a la Santa MadreIglesia.

Pero hay una epidemia queazota al mundo, la de deciruna cosa y hacer otra. Deci-mos ser de derechas, y va-mos por la izquierda; deci-mos ser socialistas, pero so-mos antisociales... También

ocurre cuando alguien se dice católico, pero no practicante, como si al Cordobés pudiera lla-mársele torero sin pisar un ruedo. Creer y hacer van unidos, pero nosotros ni hacemos ni ca-si creemos nada, y lo poco que hacemos es pensando en nuestra salvación, olvidando que,si nos salvamos, será por la infinita misericordia de Dios. La fe muerta en nosotros es lamás grave enfermedad. Debemos practicarla, para traer al mundo la fe-licidad que todos loshombres necesitan. Pedid a Dios que la bandera de la Cruz airee todos los reinos de este mun-do, y que de la luz clara de la fe vivamos todos. Que podamos dar la vuelta a la pasividad delsoy creyente, pero no practicante, por un compromiso activo, dando forma a la gran Ordendel Papa, la de los Hermanos y hermanas de la fe.

Ambrosio F.Puerto Llano (Ciudad Real)

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José Francisco [email protected]

En una italianísima conversación entre dos delos más eximios padres del pensamiento po-lítico laico, Norberto Bobbio y Maurizio

Viroli, publicada en el libro Diálogo en torno a la re-pública, de la editorial Tusquets, hay un interesantecapítulo dedicado a la religión. A propósito del titulardel diario La Razón, del pasado domingo, en el quese afirmaba que «Los españoles se gastan 130 eurosen juegos de azar y sólo ayudan al DOMUND contres», leemos en el citado libro: «Viroli: Es induda-ble que los católicos pueden proclamar hoy: Noso-tros practicamos la solidaridad, y vosotros, los lai-cos, teorizáis la justicia o, mejor, los laicos afirmáisque, por exigencias impuestas por el mercado, a losEstados les resulta más difícil cada vez garantizar losderechos sociales. Si aceptamos este argumento, de-bemos concluir que la propuesta que vence y con-vence es la católica. No hay nada malo en ello, pe-ro, ¿es realmente la mejor solución? No estoy se-guro de que la respuesta laica a la caridad católica seala justicia y no una concepción distinta de la caridad.Sigo pensando que hay un modo laico de entender lacaridad que se distingue del católico, en cuanto nosólo intenta compartir y aliviar el sufrimiento, sinoque también procura aumentar el sentimiento dedesprecio, y otorgar fuerza a los oprimidos para queellos mismos luchen contra las causas de la opre-sión. En su expresión más elevada, el sentimientode la caridad debe dar la fuerza necesaria para resistira la opresión y, sobre todo, para incitar a los opri-midos a resistir. Tú, en cambio, me aconsejas nocontraponer a la caridad cristiana una concepciónlaica de la caridad, sino invocar el ideal de justicia.

Bobbio: El cristianismo, entendido en el senti-do más elevado, en el sentido del Evangelio, tieneuna fuerza superior a la de los laicos. Tú, como lai-co, afirmas no creer, proclamas que la religión essuperstición. Bien –te responde el creyente–, ¿porqué no acudes a una de las numerosas institucio-nes dedicadas a obras de servicio desinteresado,total y humanamente desinteresado? Muchos reli-giosos practican un servicio humanamente desinte-resado, aunque esté inspirado en la idea de que es unabuena obra, que les reportará la gloria del Señor.Nosotros no podemos prometer dicha gloria, no po-demos asegurar nada a quien lleva a cabo, de for-ma altruista, obras de servicio, a no ser la satisfacciónde haber cumplido un deber, el placer de haber rea-lizado una buena obra. Cuando los laicos me planteansus razones, pregunto siempre: ¿Pero vosotros se-ríais capaces de hacer lo que hacen los creyentespor inspiración no humana, e incluso esperando unpremio ultraterreno? Puede suceder que la espe-ranza en el premio divino, que nosotros no pode-mos ofrecer, sea realmente decisiva.

Viroli: Insisto en señalar que la idea del servi-cio, officium, y del cuidado, cultus, es anterior alcristianismo. Se trata exactamente de un principio dela ética pública romana. Por ello sigo manteniendoque existe una concepción laica de la caridad. Túrespondes que el ideal laico se ha quedado en unmero ideal, mientras que la caridad cristiana mues-tra su realidad a lo largo de los siglos.

Bobbio: Es una realidad que se ha mantenidodurante centurias precisamente por ser religiosa. Túya puedes ser laico, pero la fuerza que imprime lainspiración religiosa, la convicción de estar al ser-vicio de Cristo es mucho más intensa y duradera.Aquellos que ofrecen su ayuda a las institucionesasistenciales son, por lo general, personas religio-sas que obran por amor de Dios, y no por temor deDios. El amor a Dios es una gran fuerza. Y no ha-blemos de los misioneros. ¿Qué es lo que los im-pulsa a desplazarse a zonas peligrosísimas de Áfri-ca para fundar escuelas y hospitales, sacrificandomuchos de ellos su vida?»

En la revista de prensa del pasado domingo enABC, escribía Juan Pedro Quiñonero, en una co-lumna titulada De Marx a Dios: «Le Monde destacaen su primera página un artículo analizando la vuel-ta a Dios de algunos intelectuales emblemáticos dela izquierda francesa, como Régis Debray y MaxGallo, que, tras haber abrazado el marxismo y eltercermundismo, en los años sesenta, se redescu-bren cristianos a finales del siglo XX y primeros delsiglo XXI. El acontecimiento más significativo de eseproceso culminó el 20 de octubre del 2001, cuandoRégis Debray llevó a bautizar a su hijo en una delas iglesias más justamente célebres de París, la deSan Sulpicio, en la plaza del mismo nombre, dondefue bautizado Baudelaire. Una iglesia y una plazaadmiradas por don Pío Baroja, Azorín y Josep Pla.En la ceremonia del bautizo del hijo de Debray seprecipitó la reconversión de Max Gallo, que fue elportavoz del primer Gobierno de unión de la iz-quierda, socialista y comunista, en 1981. Bautizadosu hijo, Debray escribiría un libro y un informe acon-sejando la enseñanza de la Religión en la escuelapública republicana. Postrado de rodillas, en ora-

ción, Max Gallo, biógrafo de Víctor Hugo, Robes-pierre y Rosa Luxemburgo, escribe un texto íntimotitulado Los cristianos, evocando su antigua amistadcon personajes como Louis Althusser, Nicos Pou-lantzas o Lucien Goldman. El párroco de San Sul-picio subraya que Debray da a su hijo el nombre deun monje místico que tenía unas revelaciones pri-vilegiadas con Dios: Antonio».

Esta pasada semana, los suplementos dominica-les han venido henchidos de sociólogos y de socio-logía. Anthony Giddens, en Los Domingos de ABC;Ulrich Beck, en El País Domingo; y en el suple-mento Revista, de La Vanguardia, Jeremy Rifkin.¿Por qué será? A las preguntas de Lluís Amiguetcomenta Rifkin: «Contemple el devenir de la Hu-manidad. Cada energía tiene su forma de comuni-cación. Surge el regadío en Mesopotamia con el finde la transhumancia cazadora. Eso exige una inte-racción entre personas y con el entorno más sofisti-cada. Surge la escritura para prolongar la memoriahumana. La imprenta se adelanta dos siglos a su re-alización económica. Tiene que llegar la nueva ener-gía: el vapor y la industrialización que necesitanmás interacción humana para que la imprenta in-dustrialice la comunicación y llegue a su pleno ren-dimiento. ¡Y ahora con Internet ha pasado lo mismo!Se ha avanzado a su era energética, por eso no esrentable aún. Internet es la escritura de la era del hi-drógeno. ¡Son las redes! ¡Redes! Redes horizontalesdonde el poder lo tienen todos y ninguno. El petró-leo está en un sitio, quien domina el sitio domina laenergía: tiene el poder. El hidrógeno lo tendremos to-dos. Habrá unas redes como las de Internet que per-mitirán devolver a la Red universal la energía queproduzcas y no necesitas, o te permitirá coger más ypagarla».

Aquí y ahora Alfa y Omega 24-X-2002 11

y contarlooír...Ver

Lo laico, lo cristiano.... y Dios

Foto Misioneros del Tercer Milenio

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Algo he seguido del Sínodo de los Obisposen sus sucesivas ediciones. Y recuerdo elSínodo romano convocado por Juan XXIII y

muerto apenas nacido. Pero sé que es una institu-ción importante, avalada por la Historia, y que, bieninstrumentada, resulta pastoralmente energética, im-pulsora, estimulante. Tiene el sínodo mucho, o todo,de examen colectivo de conciencia. Como camino deviandantes en comunidad necesita mantener clarala perspectiva de la meta, del destino último. Y re-quiere suministro amplio de provisiones de viaje.Y conocer con realismo la topografía y la climato-logía de las etapas del camino. Mantener diáfana lavisión de la meta.

El sínodo necesita concentrar la mirada en elEvangelio, sostener la vista en Jesús, Camino delPadre y del Espíritu Santo. Conviene no dejarse en-volver por las brumas de los eufemismos o perder-se en las nieblas del silencio sobre ese nombre úni-co y supremo, centro de la Humanidad, clave de laHistoria, cabeza de la Iglesia total. Por ello y para ellose impone concentrar la atención sinodal en las hon-duras de la vida interior. Honduras, profundidades di-vinamente luminosas, en las que sigue enhiesta lacruz redentora, que, esperanza única del hombre,persevera intacta en las curvas y contracurvas de lahistoria humana.

Los sínodos diocesanos pueden ser ocasión opor-tuna para obedecer al sabio consejo que dio el Sínodoepiscopal extraordinario de 1985, de que es menes-ter hablar menos de las estructuras eclesiales exter-nas y más de Dios y de Cristo.

Conocimiento realista del camino, de sus desfi-laderos, valles, llanuras y montañas. Bien está, pa-ra configurar este dato necesario, el recurso a lasestadísticas y a las aportaciones de los estudios po-sitivos. Pero conviene complementarlos con unaclara conciencia de la actual situación. Hemos pa-sado del régimen de cristiandad a un régimen deaconfesionalidad o, si se quiere, de acristiandad.Ahora bien, hay sectores poderosos de nuestro lla-mado mundo libre que intentan derivar el sentido deesa «a» privativa hacia una situación de hostilidada lo cristiano, de anticristiandad. Ya a mediados delsiglo XIX, uno de los gigantes de aquel siglo, JohnHenry Newman, advirtió que «el talante de nues-tro tiempo está contra la Iglesia». Y, por lo que to-ca al pasado siglo XX, tal talante cobró virulenciainusitada desde la década de los sesenta, la décadatal vez más decisiva del anterior siglo. En la actua-lidad se mueven, con estrategias perfectamente con-cebidas y tácticas diarias envolventes, fuerzas noligeras que gozan de fuertes apoyos políticos, dis-ponen de medios de comunicación oligárquicos, yactúan con claro y calculado ánimo hostil hacia laIglesia.

¿Provisiones para el camino en esta coyunturade hostilidad manifiesta, prevista y denunciada so-lemnemente por Pablo VI, el 8 de diciembre de 1965,en la clausura del Vaticano II? La Iglesia nunca an-da escasa de recursos sobrenaturales. Dispone decaudales subterráneos, de aguas freáticas, de reser-vas hidráulicas ocultas, que hacen de los desiertos,jardines, de las rieras secas, canales de fecundaciónpastoral, y de las arideces ambientales, huertos es-piritualmente espléndidos. Hoy un sínodo diocesa-no tiene que sacar a superficie esas reservas pode-rosas, que no saben de sequías ni de agotamientos.No estamos ni desasistidos ni solos. Porque tene-mos la palabra del Señor, palabra que no pasa con eltiempo, sino que permanece por encima de las hablashumanas necesariamente transeúntes. Nos acom-paña en toda situación la presencia del Maestro, con-

tinuada sin interrupción posible en un presente queesquiva los avatares del tiempo.

Ante los poderes del mundo, nos asiste el podery, sobre todo, la autoridad divina de Cristo, autoridadsuperior a toda expresión humana de poder. Y, a ma-yor abundamiento, tiene la Iglesia y tenemos todosa nuestro alcance, a diario, la asistencia perpetua dela promesa infalible e indefectible del Espíritu, divinoconsejero, provisor permanente y maestro en lasépocas de paz y singularmente en los tiempos de di-ficultad. Por todo ello conviene tener muy en cuen-ta que, en todo examen sinodal de conciencia co-lectiva, la recuperación de la línea ascendente de lacaridad hacia Dios, hacia Jesús, lleva consigo reco-brar la línea horizontal del servicio a los demás. Sonlos dos grandes mandamientos en que se encierra

el sentido profundo único de la vida humana. Y heaquí un magno capítulo, el apartado máximo de to-da reunión sinodal. Ya el hombre, por la sola natu-raleza, por imperativo de su ser racional, es radical-mente servicio. Pero el cristiano es servicio por mo-tivo más alto, por imitación del Redentor, que sien-do Dios hecho hombre vino a servir, y no a serservido. Toda la vida cristiana lleva consigo estesantificante deber, pieza capital de la santidad, quehoy día encuentra en la doctrina social de la Iglesiavademécum orientador y guía segura de viaje en elcamino de comunidad eclesial unida, no fragmen-tada, que es todo sínodo en cualquiera de sus nivelesy formas.

José Luis Gutiérrez García

Iglesia en MadridAlfa y Omega12 24-X-2002

Sínodo diocesano y doctrina social

Coronación canónica en Móstoles

El próximo domingo 27 de octubre es un día grandepara la Villa de Móstoles, ya que tendrá lugar la so-

lemne coronación canónica de Nuestra Señora de To-dos los Santos, Patrona de la segunda localidad ma-drileña en número de habitantes. El acto estará presididopor el obispo de la diócesis de Getafe, monseñor Fran-cisco José Pérez y Fernández-Golfín.

Este magno acontecimiento, que tendrá lugar a las 12horas, en el Parque Liana de Móstoles, coincide con lacelebración de los 25 años de la fundación de la Her-mandad de Nuestra Señora de los Santos. Desde Alfay Omega les enviamos nuestra más cordial felicitación.

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Como fue en el principio de las horas y losdías, y el soplo creador llenó la historia desalvación; como fue cuando el Verbo hecho

carne habitó entre nosotros, y la mirada de Dios seposó sobre la mirada humana, cuando el dador detodo don quiso recibir del hombre una respuesta,cuando el corazón de Dios se hizo mendigo del co-razón de los hombres, cuando miró a los ojos a Pe-dro, a Juan, a Santiago y a Andrés, y los llamó a laMisión con mayúsculas, así…

Jesucristo nos llama al relevo misionero

Como en el principio de la hermosa aventura dela evangelización, como llamó un día por su nombrea cada uno de los apóstoles, como desde entoncesha ido llamando a cada uno de sus suceso-res, como ha llamado a sus santos maes-tros y profetas, sacerdotes y mártires, co-mo ha llamado a tantos religiosos y re-ligiosas, varones y mujeres, a los jó-venes y niños, a los hombres de todotiempo y lugar, de toda raza y len-gua, así hoy te llama, me llama, ynos llama…

Es Jesucristo, el Alfa y laOmega de la Historia, el Sal-vador del mundo, el Hijoúnico de Dios, Señor de lavida y de la muerte. Es Él,quien ha dado la vida porcada hombre, quien nosllama en esta hora…

A ti, a mí, atodos y a cadauno, Jesu-cristonosllamacon ur-genciay conardor,nos lla-ma si escu-chamos la recóndita voz de laconciencia, nos llama en el misterioinsondable de su gracia, en el silencioamoroso de la oración que abre el al-ma al soplo del Espíritu, nos llamaen el don infinito de los signos sa-cramentales de su amor y su mise-ricordia. Y nos llama con su Pa-labra: nítida, verdadera, pene-trante e interpelante, espada afi-lada que rasga y corta, paramostrar la verdad, y que une ycura, reconcilia y salva, que hie-

re y sana con la luz del único sol que no se oculta.Nos llama con el clamor de los niños, hombres y

mujeres de este mundo. Nos llama con sus vidasque ansían y mendigan felicidad, y que buscan res-puestas verdaderas. Nos llama cada vez que abri-mos los ojos a la realidad que nos rodea, nos llama

a través de los acontecimientosdel presente, con sus ecos, susnoticias, y sus voces, transmi-tidos por doquier, y también

con el olvido interesado detantas historias silenciadas.Nos llama a través de lamemoria de la Historia,

de sus luces y sombras,nos llama a través de

sueños y empe-ños de un fu-

turo

más huma-no, nos lla-ma en lamirada demuchoshombres ymujeres,que tam-bién hoy,comosiempre,están co-mo ovejassin pastor,envueltosen las redesde la igno-rancia y lacarencia, dela soledad yel olvido,del cansan-cio de luchary de vivir poralguien o poralgo, o deldejarse llevarpor el sinsen-

tido de la evasión, del pecado y de la muerte.

Jesucristo nos llama al relevo misionero

Como llamó un día a Francisco Javier, quien, ha-ce ya cuatrocientos cincuenta años, se dejó con-quistar por la sonrisa de un Cristo esculpido en ma-dera, en un castillo levantado para defenderlo deenemigos e infieles, que abandonó, junto a títulos,posesiones y poderes de este mundo, para recorrer elmundo entero con las solas armas de la cruz y la Pa-labra, con la compañía en la distancia de una co-munión sin fisuras con la Iglesia, con el consuelodel Evangelio, la confesión de la fe, y el agua delbautismo. Como llamó tras él a una interminablesecuela de misioneros y misioneras, que ilumina-dos por su ejemplo, protegidos por su intercesión, ymovidos por su ardor, llevaron, en siglos de expan-sión y de encuentro entre civilizaciones y culturas, elanuncio del amor de Dios a los cinco continentes, atodos los pueblos del planeta.

Jesucristo nos llama, me llama, te llama, a tomarel relevo de la misión que no descansa, y que noquiere parar jamás de recorrer el entero mundo des-de donde sale el sol hasta donde se oculta, que no serinde ante nada y ante nadie, que no conoce muros nifronteras, que quiere llegar allí, donde sólo tú y yopodemos llevarle, al corazón del hombre, de cada

hombre, y sobre todo del más ne-cesitado de paz, de dignidad,

de amor, y de fe.Te pasa el testigo que tedan y que yo doy a otro, yque tú me entregas, y que

todos, absolutamente todos, en la co-munión de la Iglesia siempre misionera,

nos damos y llevamos, para hacerlo llegar hasta el úl-timo rincón del mundo, hasta el último rincón decada corazón que suplica y mendiga el tesoro de lafe, el secreto de la esperanza, el Amor verdadero,el don sin igual del Señor resucitado.

Pero, ¿quién oye esta llamada de luz y de ver-dad? ¿Quién se levanta, quién da un paso, quién sealza en medio de tanta conformidad? ¿Quién se atre-ve a mirar a los ojos del Buen Pastor y se deja mirarpor su llamada? ¿Quién quiere construir la civiliza-ción del amor, con la única justicia y verdad que li-bera y pacífica? ¿Quién está dispuesto a salir de sutierra, quién se atreve a sembrar sin esperar la co-secha, quien tomará el relevo de la misión que Cris-to nos entrega? El tiempo corre veloz, la carrera dela vida se acerca cada vez más a su final. Y a noso-tros, deambulantes tantas veces sin saber a dóndeir, se nos señala el Camino, y se nos entrega un tes-tigo lleno de luz y de vida, con el que llevar a tantoshermanos nuestros a la única meta verdadera.

Por eso, en esta hora vespertina, como pregónque anuncia el Domingo Mundial de la Misiones,en el año 2002 de la Salvación, decimos y recono-cemos, porque escuchamos y acogemos, que Jesu-cristo nos llama, hoy como ayer, hoy como mañana,al relevo misionero, al anuncio de la Buena Noticiaque todos anhelan y esperan.

+ Antonio María Rouco Varela

Iglesia en Madrid Alfa y Omega 24-X-2002 13

Ante la celebración del DOMUND 2002, en el año del 450 aniversario de la muertedel Patrono de las Misiones, san Francisco de Javier, el cardenal Rouco Varela,

arzobispo de Madrid, y Presidente de la Conferencia Episcopal Española, pronunciósolemnemente, el pasado jueves 17 de octubre, en la catedral de la Almudena,

el siguiente Pregón:

La voz del cardenal arzobispo: Pregón del DOMUND 2002

Jesucristo nos llamaal relevo misionero

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La educación es la única clave real del desarro-llo, y la mujer es la base de la educación, sobretodo en la cultura africana», afirma el doctor

León Tshilolo, africano, director médico del hospitalde Monkole, en Kinshasa. Su criterio se ha impuestoen el proyecto «Harambee 2002», nos dice Carlo deMicheli, miembro del Comité que ha organizado la ce-lebración de la canonización de san Josemaría Es-crivá. A él le ha tocado especialmente liderar la ini-ciativa denominada «Harambee» (en kiswahili: «To-dos a una») con el propósito de ayudar a África asalir de su postración económica y social. Italiano, mi-lanés, de formación humanista, habla un excelenteespañol. Desde hace tiempo se dedica a trabajar enel ICU (Instituto de Cooperación Universitaria), ONGitaliana. Habla para «Alfa y Omega»:

¿Qué tiene que ver subir a los altares con lospueblos olvidados?

Una canonización es motivo de alegría para los hi-jos del nuevo santo, para los que aprecian su obra, pa-ra toda la Iglesia y para toda la Humanidad. Es comosi recibiéramos un don. Así que hemos querido com-partir este gozo y trabajar por los más olvidados.

¿De qué manera?Hemos creado un fondo abierto tanto en el reci-

bir como en el dar. Hay una convocatoria que se ce-rrará el 31 de diciembre, disponible en Internet, pa-ra que cualquier organización de África subsaha-riana, interracial, intertribal, interconfesional pre-sente sus proyectos. Un Comité de seis técnicos y unjurado compuesto por seis personas profesionalescon experiencia en cooperación decidirán qué peti-ciones serán atendidas.

¿Qué ayuda recibirá cada proyecto?Cuarenta mil euros como máximo. Pero habrá

proyectos que puedan realizarse con mucho menos.

¿Por qué África?Es el continente más necesitado del mundo, dicen

a gritos las estadísticas. Especialmente los pueblosde África subsahariana.

¿Cómo se les va a ayudar?Harambee ayudará a la educación y a la mujer.

Así lo ha decidido el Comité tras escuchar a los afri-canos. «La educación es la única clave real del de-sarrollo, y la mujer es la base de la educación, sobretodo en la cultura africana», afirma el doctor LeonTshilolo, africano, director médico del hospital deMonkole, en Kinshasa. Hemos seguido su criterio.

Harambee no construirá hospitales, porque loshospitales los construirán los mismos africanos. Hayque construir africanos preparados –así comentaCarlo de Micheli, quien confiesa sentirse conmovi-do por la declaración de Margaret Ogola, médicopediatra y escritora, Premio de la Commonwealthpor el mejor libro africano, que ha escrito que Áfri-ca siente a san Josemaría Escrivá como su santopreferido–. Aunque el fundador del Opus Dei nun-ca estuvo en este continente, en los años setentamandó a sus hijos al Congo con la directriz de actuarsiempre en plan interconfesional, interracial e in-tertribal.

¿Cómo seguir la marcha de esta gran iniciati-

va?En Internet. Se creará la web: Harambee2002.org,

donde se informará de todo. De la llegada de los do-nativos, de los proyectos presentados y, luego, delos aprobados. También figurarán las diferentes en-tidades donde entregar los donativos. Por cierto, ya

tenemos coordinadora de Harambee para Castillay León, es una doctora de Valladolid, su nombreaparecerá en Internet.

Mercedes Gordon

Aquí y ahoraAlfa y Omega12 24-X-2002

Entrevista a Carlo de Micheli, director del proyecto Harembee: para levantar a África

Educación y promoción de la mujer

Primero, la familia

Carrera profesional y vida familiar es el título del debate organizado, el pasado día 17, enMadrid por el IESE, con cuatro ponentes que son, en palabras de su Presidente don

Rafael Termes, ejemplo de cómo es posible «compaginar una carrera profesional brillante conuna vida familiar plena»: don Joseph Collins, padre de 5 hijos y director general de ReservaSelf Storage; doña Teresa Hermida (3 hijos), médico; doña Rosario Martín (7 hijos), directorageneral adjunta del BBVA; y don Javier Vidal-Quadras (6 hijos), abogado y director de laAsociación FERT. «La familia es siempre prioritaria», coinciden los ponentes. Para Collins,«en la familia aprendemos a ser personas; en el trabajo, servimos a la sociedad. Pero estono es posible sin lo primero». Al mismo tiempo, cada cual debe ser consciente del compro-miso que ha asumido ante su empresa, dice doña Rosario Martín, y «debe dar siempre el má-ximo». ¿Solución?: «No maximizar el éxito profesional, saber plantarse antes de verse des-bordado». Doña Teresa Hermida habla, además, de «adaptar la vocación profesional a lascircunstancias familiares».

También la familia debe adaptarse. De entrada, coincidieron en que es imprescindible lacomunicación en el matrimonio. E imaginación: en casa de los Collins, se cena siempre a las19 h. «caiga quien caiga»; en la de Rosario Martín, la cena dura tres horas, según van llegandounos y se van acostando otros. El ambiente laboral no lo pone fácil. Collins, belga, se sorprendede que la gente siga trabajando más allá de las 6 de la tarde. «Se come tarde, se trabaja has-ta tarde y, como se ha cenado tarde, se hace una pausa para desayunar». España es uno delos países de la UE donde más horas al año se trabaja, pero su productividad es de las másbajas. A veces sí es posible hacer algo por modificar el ambiente. Don Javier Vidal-Qua-dras invita a vencer «la tentación esquizofrénica de separar trabajo y familia». La familiadebe estar «incrustada en la agenda laboral». En el fondo, «la gente comprende perfectamenteque se interrumpa un momento una reunión porque hay que llamar al hijo que tiene proble-mas con los deberes. No hay por qué acomplejarse –sobre todo los varones– de un sano or-gullo familiar». Hay un acontecimiento que merece una atención muy especial: cuando el em-barazo llega al trabajo. «Hay que dejar claro que es deber social de todos cubrir la baja pormaternidad solidariamente. Hay que incorporar a la mujer al trabajo con su maternidad yno imitando los modelos masculinos», algo de lo que, por cierto, también se beneficiaría elhombre, que tendría así la oportunidad de «descubrir su paternidad».

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Domingo del DOMUND del relevo misionero.Es difícil encontrar una fecha más adecuadapara la beatificación de María de la Pasión,

esta fundadora francesa, habitada por una inmensapasión por Dios y su reino.

Cuando funda, en 1877, a petición de Pío IX, ellay un grupo de veinte hermanas tienen ya la expe-riencia de más de una década de trabajo misionero enla India, en la Congregación de María Reparadora,que han tenido que dejar por circunstancias muycomplejas. Los comienzos de este Instituto, consi-derado como el primer Instituto exclusivamente mi-sionero femenino, fueron muy difíciles, a causa deesta fundadora sobre la que planeaba la sospecha.Sufrió la humillación de ser destituida, y rehabilita-da un año después, pero lo hizo en silencio, pidien-do a sus hijas: «Que nunca se hiera la caridad, por de-fenderse», y afirmando que los que le habían hechosufrir «tenían derecho a su agradecimiento».

Fue lo que puso de relieve el pasado domingo elPapa en su homilía: «Se distinguió por su capaci-dad de perdón a personas que le hicieron sufrir mu-cho en circunstancias dolorosas y humillantes».También señaló Juan Pablo II la unidad que hizo sucarisma entre el aspecto contemplativo propio delas religiosas de clausura, como es la adoración dia-ria del Santísimo expuesto, con una vida misioneramuy comprometida que hizo que enviara a sus reli-giosas a los lugares más apartados. Cuando fallece 28años después de la fundación, sus 2.069 religiosas es-tán ya en los cuatro continentes.

El domingo día 20, en la Plaza de San Pedro, es-taban presentes sus hijas, de 76 nacionalidades. DeEspaña viajaron unas 85 religiosas con pequeñosgrupos de seglares, pues nuestra opción no ha sidotanto el llevar muchos grupos a Roma como el ce-lebrarlo con ellos, dándola a conocer, y reflexio-nando sobre el tema de la misión, en las parroquiasdonde habitualmente estamos presentes, por mediode conferencias, triduos o celebraciones, culminan-do con Eucaristías de acción de gracias, presididaspor los obispos de las diferentes diócesis.

Empezó la celebración de la beatificación conunas palabras del cardenal Gantin de agradecimientoal Papa, por haberse celebrado esta semana el 24aniversario de su pontificado. Juan Pablo II respon-dió en medio de los aplausos de los fieles que lle-naban la Plaza de San Pedro.

La beatificación tuvo un tinte misionero muyfuerte: fue una exaltación de la vocación cristianay misionera de tantos catequistas en África a travésde la glorificación de los catequistas David Okeloy Gildo Irwa. A pesar de su juventud, 16 y 12 años,dieron su vida para testimoniar su fe. Eran de la tri-bu Ocioli, al norte de Uganda, y fueron martirizadosen 1918. Los cantos y danzas ugandeses estuvieronpresentes en toda la ceremonia, con su ritmo trepi-dante y riqueza de colorido, dándole a la celebra-ción un aire de frescura y juventud propio del rostroafricano de la Iglesia.

Otro rasgo misionero fue la danza, la adoracióncon luz, flores e incienso, que ejecutaron un nutridogrupo de franciscanas misioneras de María, de na-cionalidad india, mientras el coro cantaba en tal-mul, y el comentarista fue leyendo la parte de la bio-grafía de María de la Pasión que corresponde a su

presencia como misionera en el Maduré, donde tu-vo lugar el nacimiento del Instituto y donde está suprimera casa.

María de la Pasión fundó en España, en 1900, enPamplona. En este noviciado se formaron cerca de2.000 misioneras, que han dado su vida en los lu-gares más alejados al servicio de la misión… Ac-tualmente en España, somos 500 hermanas, la ma-yoría que hemos vuelto de la misión ad-extra repar-tidas en 36 comunidades, y otras 300 franciscanasmisioneras de María trabajan fuera de España.

Como exponente del lema del DOMUND de es-te año, Jesucristo nos llama al relevo misionero,acogemos a jóvenes asiáticas y africanas, para el es-tudio de la lengua, como preparación a la misión enAmérica Latina.

Arantxa MúgicaFranciscana misionera de María

Aquí y ahora Alfa y Omega 24-X-2002 13

Beata María de la Pasión, fundadora de las Franciscanas Misioneras de María

Mi patria es el mundo entero

Sor Aurora Canals, franciscana misionera de María en Luanda, Angola

Un retrato de la Beata María de la Pasión

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Eran las 8 de la mañana y llevá-bamos andando una hora, des-de Korhogo hasta el punto de

encuentro que nos indicó el cónsulfrancés. Durante la semana anteriorhabíamos sacado pecho para ser másfuertes, pero ahora reconocemos quepasamos miedo. Sin embargo, tengoque decir que aquel día, al pasar porlas calles desiertas de la ciudad, esta-ba sereno, porque, si pasaba algo, se-ría directo y muy rápido.

Nuestro problema era que, entrelos hermanos de la comunidad, tenía-mos a dos nativos y dudábamos si lesiban a evacuar o no. Era la condiciónque poníamos: o salimos todos, o nosquedamos todos. Y además teníamos14 bebés de entre seis y nueve meses,porque tenemos un hogar de niñosabandonados para adopción. Nos avi-saron la víspera por la noche de quesaldríamos a las ocho de la mañana,y pudimos hablar con las mujeres cui-dadoras para que sacaran a los bebés.

De la normalidad, a la guerra

El 15 de septiembre me encontrabaen Korhogo. Empezábamos con nor-malidad y entusiasmo el nuevo cursoescolar con los chicos y profesores.Además, abríamos un colegio nuevo,Champagnat. El martes 17 tuvimos lareunión de profesores con toda norma-lidad. El jueves de madrugada nos des-pertaron unos tiros. Pensábamos queera, como otras veces pasa, los milita-res persiguiendo a algunos bandidos.Pero los tiros duraban y duraban. Cuan-do a las cinco y cuarto nos juntamosen la capilla para orar, nos miramos to-dos y pensamos: Esto ya dura dema-siado, debe ser otro golpe de Estado. Siera un golpe de Estado habría que es-perar dos o tres días. Radio Francia In-ternacional, que es la que nos nutre denoticias, hablaba de un problema fuer-te en Costa de Marfil. De un motín en lacapital y una batalla. Los amotinadoshabían asaltado los cuarteles de la ciu-dad, habían matado al ministro del In-terior y también al general golpista Ro-berto Güei. Tomaron Bouaké, que esuna ciudad de casi un millón de habi-tantes, situada hacia el centro del país,y Korhogo, que era donde estábamos

nosotros. Oficialmente dijeron que ha-bía más de trescientos muertos y cien-tos de heridos.

Nos enteramos que estaban reclu-tando jóvenes para armarlos y for-marlos, y yo me temía lo peor. Peroparece que los tenían disciplinados,incluso mataron a algunos que, apro-vechando la posesión de armas, habían intentado robar. También vi-mos que los rebeldes tenían mucho di-nero, que incluso, cuando entraban alas tiendas cerradas, iban a buscar alos dueños y pagaban. Es muy extraño,no hubo ningún pillaje, daban muchí-simo dinero a los jóvenes que reclu-taban. El domingo fuimos a misa a laparroquia, había poca gente y se hizouna misa muy sencillita. Todos nos re-tiramos inmediatamente. Me puse encontacto con la embajadora, que meadvirtió del peligro en el que nos en-contrábamos.

El ejército entró de noche a recu-perar Bouaké con artillería pesada, pe-ro a la mañana siguiente los rebeldeslos rodearon y los masacraron a to-dos. La televisión empezó a hablar demercenarios anglófonos procedentesde Liberia, Sierra Leona, que estabandispuestos a resistir, y lo que exigíanera la caída del Gobierno.

Se dice musulmán, pero...

Todo tenía un matiz de clara guerracivil; las tribus del norte contra el res-to, sobre todo los diulas y los senufosque aclamaban a los rebeldes. Y cadavez se va marcando más también elmatiz religioso de musulmanes con-tra cristianos. Es un país que tieneaproximadamente un 30% de cristia-nos y un 35% de musulmanes, los de-más son animistas. Siempre ha habidouna convivencia casi fraterna. En nues-tro colegio teníamos casi la mitad dealumnos musulmanes, éstos seguíanlas clases de Religión católica y lospadres estaban de acuerdo. Pero unode los partidos de la oposición, capi-taneado por Alazana Ouattara –es elhombre más rico del país–, que se di-ce musulmán pero que es ateo practi-cante, lleva tiempo exacerbando a es-tas dos tribus del norte y a los musul-manes como pueblo marginado por el

Gobierno e incitándolos a la revolu-ción.

Reuní a la comunidad y decidimostodos salir a la espera de aconteci-mientos, y volver cuando se pudierahacer algo. Al llegar a aquel descam-pado nos sobrecogimos por la llega-da de un coche de rebeldes. Se cruzó atoda velocidad, derrapando, y bajaronun grupo, unos enmascarados y otrosno. Nos habían asegurado que no seopondrían al desalojo. «No les va apasar nada. Que tengan buen viaje».El ejército francés nos evacuó a todos.Una vez en Yamoussoukro, vino a re-cibirnos la embajadora española, doñaMaría Rosa Boceta. Quiero resaltar eltrabajo de esta señora, de mañana, tar-

de y noche, localizando a todos los es-pañoles, coordinándolos, avisándoloscon tiempo antes de llegar el frente deguerra para que pudieran salir los quequisieran. Los salesianos, por ejem-plo, se han quedado, porque ellos lle-vaban la parroquia y no podían aban-donar a los cristianos.

Costa de Marfil era uno de los pocospaíses del África occidental que, pri-mero, era un oasis de paz y, segundo, te-nía un Gobierno democráticamenteconstituido, y un Gobierno que real-mente lo estaba haciendo bien. Estabasaneando la economía, se empezaba anotar una recuperación, llegaban ya lasayudas internacionales y se esperabaque el 2003 fuera el año del despegue.

TestimonioAlfa y Omega14 24-X-2002

Guerra en Costa de Marfil: Hermano Antonio Rieu

O salimos todos, o nos quedamos todos

El pasado 19 de septiembre, un grupo armado asaltó varios puntos militares estratégicos de Costa de Marfil, mientras su Presidente, Laurent Gbagbo, se encontraba en visita oficial en Italia, a punto de acudir a la audiencia con el Papa. Lo que comenzó como un golpe de Estado se parece, cada vez más, a una guerra civil en la que, sólo el primer día, perdieron la vida trescientas personas. Unprotagonista de primera mano, el Hermano Marista Antonio Rieu, director del colegio que tiene su congregación en Korhogo, lo cuenta para Alfa y Omega:

1960: Independencia de Francia1960-1993: Gobierno autoritariodel Presidente Houphouet-Boigny1993: Gobierno democráticodel Presidente Henri Kona1999: Golpe de Estadodel General Robert Guëi2000: Elecciones democráticas.Gobierno democráticodel Presidente Laurent Gbagbo19 septiembre 2002: Golpede Estado del MovimientoPatriótico de Costa de Marfil

Superficie: 322.463 Km2

Población: 16.400.000Católicos: 2.605.000Diócesis: 14Parroquias: 259Obispos: 16Sacerdotes diocesanos: 570Religiosos sacerdotes: 253Religiosos no sacerdotes: 317Religiosas: 938Catequistas: 14.939

Fuente: Agencia Fides

zona de mayoríamusulmanazona de mayoría cristiana y animista

GHANA

BURKINA FASO

GRUPO

KROU

GRUPO

MANDÉ

GRUPO

AKAN

YAMOUSSOKRO

BOUAKÉ

KORHOGO

GRUPO

VOLTAIQUÉ

ABIDJÁN

MALI

GUINEA

LIBERIA

Fuente: Le Nouvel Observateur

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El Día del Señor Alfa y Omega 24-X-2002 15

Se acusa con frecuencia a los judíos, desde elcristianismo, de seguir una religión legalista,sin corazón, apegada al cumplimiento externo

de los preceptos. La acusación se agrava cuando setrata de los fariseos, grupo religioso que tiene el tris-te mérito de haberse perpetuado en nuestro vocabu-lario bajo la acepción de hipócrita. No es de extrañarque el mismo Diccionario de la Real Academia definaal fariseo como «miembro de una secta que afectabarigor y austeridad, pero eludía los preceptos de laley, y, sobre todo, su espíritu». Mas la realidad esmuy distinta. Ni el judaísmo es una religión legalis-ta –al menos, no más que el cristianismo–, ni los fa-riseos eran por definición hipócritas. Para el judíopiadoso, la ley de Moisés es la máxima expresión dela voluntad de Dios. Más aún, dado que la ley es, porasí decir, el tratado de la alianza firmado con Dios,cumplir la ley es proclamar la elección divina, es re-conocerse miembro del pueblo amado por el Señor.Si los fariseos eran tan concienzudos e incluso pun-tillistas en cuanto a los preceptos, su intención ori-ginaria era la de estar seguros en cada momento deque estaban siendo fieles al pacto, de que cada una desus obras expresaba esa sabiduría que Dios había en-tregado a Israel por medio de Moisés. Claro que,cuando se acumulan las normas, no es extraño que enocasiones surjan conflictos entre los distintos pre-ceptos. La ley prohibe realizar trabajos en sábado,pero a la vez manda circuncidar a los varones al oc-

tavo día del nacimiento. ¿Qué ocurre cuando el octavodía es un sábado? Para resolver todos los posiblesproblemas, era necesario establecer una jerarquíaentre los mandamientos. Y en última instancia, habíaque responder a la pregunta básica: ¿cuál es el man-damiento principal de la Ley?

En el evangelio de este domingo, un maestro dela ley, fariseo, consulta la opinión del maestro Je-sús en torno a esta cuestión fundamental. Esto era al-go común entre los estudiosos judíos, que gustabande escuchar el parecer de los diversos maestros. Larespuesta de Jesús, que algunos consideran una de lasaportaciones centrales del evangelio, no es muy ori-ginal. El precepto de amar a Dios sobre todas lascosas se encuentra en el libro del Deuteronomio, y elde amar al prójimo como a uno mismo proviene delLevítico. De hecho, Jesús ha contestado a la pre-gunta que le habían formulado citando dos manda-mientos de la Ley. Y, sin embargo, hay algo que fa-lla. A Jesús le han preguntado por el mandamien-to, en singular, y Él ha respondido con dos. ¿Porqué habría de mencionar el segundo, si sólo le plan-tean la cuestión del principal? Alguien podrá decir:para recordar que también es importante. Pero estoes insuficiente. Jesús también consideraba impor-tantes otras normas, y a pesar de ello no las men-ciona. El traer a colación el amor al prójimo como se-gundo mandamiento, semejante al primero, se debea que el primero sin el segundo no vale nada. A ve-

ces se ha interpretado esto así: hay que amar a Diospor sí mismo y al prójimo por amor a Dios. Si estoquiere decir que el amor al prójimo deriva en últimainstancia de la capacidad de percibir en él, más alláde sus méritos y virtudes, una llamada incondicionalal amor, estoy de acuerdo. Pero se trata en todo ca-so de amarlo por sí mismo, pues de lo contrario ya nosería amor. Más aún, amar consiste, en cierto modo,en divinizar al otro, convirtiéndolo en un fin en símismo, y no en un medio. El problema del amor esque es una de esas palabras donde uno puede meterde todo. Todos hablan de amor, pero muy pocos es-tán dispuestos a sacrificar, en el más literal de lossentidos, su vida por los demás. Sólo quien sabe ex-perimentar en su corazón la alegría del otro, sóloquien es capaz de sentir como propio el sufrimientodel otro…, y hace todo lo posible por ponerle re-medio, como lo haría por sí mismo, puede decir queconoce el amor. Y entonces conocerá a Dios (aunquelo niegue con sus labios), porque Dios es amor.

+ Luis Quinteiro Fiuza

Domingo XXX del tiempo ordinario

Obras son amores

Nos complacemos en enviar a todos los pueblos y naciones el mensaje de salvación, de amor y de pazque Jesucristo, Hijo de Dios vivo, trajo al mundo y confió a su Iglesia. Por esta causa todos noso-

tros, sucesores de los Apóstoles, que formamos un solo cuerpo apostólico, cuya cabeza es el sucesor dePedro, nos hemos reunido aquí en oración unánime con María, Madre de Jesús, por mandato del SantoPadre Juan XXIII. En esta asamblea, bajo la dirección del Espíritu Santo, queremos buscar la manera derenovarnos a nosotros mismos, para manifestarnos cada vez más conformes al Evangelio de Cristo. Nosesforzaremos en manifestar a los hombres de estos tiempos la verdad pura y sincera de Dios, de tal for-ma que todos la entiendan con claridad y la sigan con agrado. Obedientes a la voluntad de Cristo, que seentregó a sí mismo a la muerte por nosotros para presentar ante sí una Iglesia que sea santa e inmacu-lada, dirigimos todas nuestras energías y nuestros pensamientos sobre nosotros, prelados, y sobre lagrey entera que se nos ha confiado, para renovarnos de tal manera, que aparezca a todo el mundo la fazamable de Jesucristo, que luce en nuestros corazones para resplandor de la claridad de Dios.

Reunidos de todas las naciones, llevamos en nuestros corazones las ansias de todos los pueblos con-fiados a nosotros, las angustias del cuerpo y del alma, los sufrimientos, deseos, esperanzas. Ponemos nues-tra atención sobre todas las angustias que hoy afligen a los hombres. Ante todo debe volar nuestra almahacia los más humildes, los más pobres, los más débiles, e, imitando a Cristo, hemos de compadecernosde las turbas, oprimidas por el hambre, la miseria, la ignorancia, poniendo constantemente ante nuestrosojos a quienes, por falta de los medios necesarios, no han alcanzado todavía una condición de vida dig-na del hombre. Por todo ello, hemos de tener muy en cuenta todo lo que a la dignidad del hombre se re-fiere, todo lo que contribuye a una verdadera fraternidad de los pueblos.

Del Mensaje de los padres conciliares a todos los hombres (20-10-1962)

Esto ha dicho el ConcilioEsto ha dicho el Concilio

Evangelio

En aquel tiempo, los fariseos, al oír que había hecho callar a los saduceos, se acercaron a Jesúsy uno de ellos le preguntó para ponerlo a prueba: «Maestro, ¿cuál es el mandamiento princi-

pal de la Ley?» Él le dijo: «Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma, contodo su ser. Este mandamiento es el principal y primero. El segundo es semejante a él: Amarás atu prójimo como a ti mismo. Estos dos mandamientos sostienen la Ley entera y los Profetas».

Mateo 22, 34-40

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A. Llamas Palacios

astilla y León, tierra fría y re-cia, de dolores y lumbre en loshogares, eras inmensas, silen-cio sobrecogedor, viento fuer-te y piedras talladas. Ancianossentados a las puertas de lascasas, pueblos despoblados,soledades de invierno, paz. Es-ta Castilla y León vio nacer, en1875, a don Eustasio Villa-

nueva, y fue retratada por él en toda su belleza yplenitud. Nos situamos a comienzos del siglo XX, enunos años en los que un viaje a París propiciaría unaafición tan poco común en aquellos años como la

fotografía. Don Eustasio Villanueva retrató, siempre con

técnicas innovadoras, de forma autodidacta y apa-sionada, la ciudad de Burgos y sus alrededores.El salón europeo de Liturgia, Imaginería y Patri-monio Ekumene tendrá el privilegio de contar, des-de el 25 hasta el 28 de octubre, con 34 fotografíasespecialmente elegidas para esta exposición, rea-lizadas sobre los años 20 del siglo pasado. Su ob-jetivo es dar a conocer la obra de don Eustasio Vi-llanueva al público; una obra que muestra, de for-ma constante, la riqueza monumental de las tie-rras burgalesas, sus gentes, sus costumbres, sustradiciones.

En el año 1986, el Ministerio de Cultura adquiriógran parte del archivo fotográfico de Eustasio Villa-

nueva, hasta entonces conservado por su familia. Ac-tualmente este valioso fondo fotográfico se conservaen el Instituto de Patrimonio Histórico Español, per-teneciente al Ministerio de Educación, Cultura y De-porte, en la Ciudad Universitaria de Madrid, que haquerido colaborar con Ekumene mediante esta apor-tación. Las placas estereoscópicas con las que trabajódon Eustasio Villanueva contienen, cada una, dos imá-genes muy parecidas, que, juntas, producen un efectotridimensional. Para percibir este efecto, es necesariomirarlas con el visor apropiado, para ver con el ojoizquierdo la imagen de la izquierda, y con el derechola imagen de la derecha. La exposición cuenta tam-bién con visores estereoscópicos individuales que per-miten observar las fotografías con un efecto tridi-mensional de gran calidad.

RaícesAlfa y Omega16 24-X-2002

Ekumene acoge la exposición: una mirada tridimensional

La vida late en la

fotografíaSe trata de fotografías donde cuyos protagonistas son la belleza y la expresividad. Fotografías que,

con tan sólo mirarlas, contagian el frío cortante del invierno en los campos de Castilla y León.Fotografías que suenan a silencio y a monumentos de piedra. Monasterios y conventos abandonados,

casas de pueblo con sus habitantes mirando curiosos hacia la cámara; campanas, relojes, campos y fiestas. Son obras de don Eustasio Villanueva, fotógrafo burgalés fallecido en 1949, cuyo fondo

fotográfico se expone mañana día 25, hasta el próximo 28 de octubre, en el salón (Recinto Ferial de la Casa de Campo, Madrid)

C

Casa con lápida visigótica como dintel de la puerta. Hornillos del Camino (Burgos) La sierra. Estampa rural. Familia con mujeres y niños; carreta de bueyes. Castrillo de la Reina (Burgos)

Campanario. Al fondo, la catedral. Campanero en la torre de la iglesia de San Gil. Burgos

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Raíces Alfa y Omega 24-X-2002 17

«Las fotos de paisajes, monumentos y tipos hu-manos del burgalés Eustasio Villanueva –comentadon Álvaro Martínez, Subdirector General del Insti-tuto del Patrimonio Histórico Español, en el Catálo-go de la exposición– están dotadas de una plastici-dad tan intensa que, vistas desde nuestra perspecti-va, casi nos parecen más emparentadas con las anti-guas estampas románticas que con las fotos actuales,a las cuales frecuentemente su brillante colorido lesresta la emoción y el misterio de las cosas entrevistas.Desde el punto de vista documental, las viejas imá-genes fotográficas, como estas de Villanueva, son in-sustituibles para quienes nos dedicamos a la conser-vación del patrimonio, pero no sólo son arqueología,sino que conservan una vida propia. En estas fotosse recoge la belleza dramática, la decadencia y la

fuerza de la tierra mesetaria, tan determinada por unclima duro y una historia sembrada de nostalgias ytristezas, que siempre hace mella en nuestro espíritu.Esperamos que, a partir de este momento, el autor deestas bellas imágenes ocupe el lugar que le corres-ponde en la historia de la fotografía española».

Comenzó muy joven a trabajar con su padre, enel comercio familiar de relojes de torre que regen-taban en la capital burgalense. Cuando don EustasioVillanueva contrajo matrimonio, continuó con el ne-gocio relojero, y su fábrica llegó a ser la segundade España: llegó a instalar más de 100 relojes de to-rre en Burgos. Sin embargo, siempre sintió una in-clinación especial hacia el arte. Durante sus prime-ros años de juventud, estuvo matriculado en la Aca-demia Provincial de dibujo, realizando obras como

un óleo representando el Descendimiento de la cruz,que regaló a la iglesia de su pueblo.

Con motivo de un viaje que tuvo que realizar a Pa-rís, por asuntos profesionales, tomó contacto con lafotografía, y conoció la firma Lumière, descubrido-ra de la cinematografía y de la fotografía en color. Lellamó especialmente la atención la fotografía este-reoscópica. Este viaje fue el comienzo de una enor-me afición a la fotografía, que se prolongaría du-rante toda su vida, hasta un año antes de su falleci-miento.

Trabajó siempre con trípode, y realizó sus foto-grafías en un formato de 6 x 13 centímetros. En sucasa tenía un laboratorio particular y, gracias a di-versas técnicas de revelado, logró aportar a sus fo-tografías diferentes tonalidades.

sición: Eustasio Villanueva: tridimensional

da late n lagrafía

as son la belleza y la expresividad. Fotografías que, te del invierno en los campos de Castilla y León.

os de piedra. Monasterios y conventos abandonados,riosos hacia la cámara; campanas, relojes, campos a, fotógrafo burgalés fallecido en 1949, cuyo fondo el próximo 28 de octubre, en el salón EkumeneCasa de Campo, Madrid)

Capilla de la Virgen de la Alegría y Puerta de la Coronería. Catedral de Burgos. Año 1918 (el niño es José Villanueva, hijo del fotógra-fo)

Procesión. Puente e iglesia parroquial. Los Ausines (Burgos) Ruinas del hospital de Valdefuentes, para peregrinos. Puerto de la Pedraja (Burgos)

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La doctrina social de la Iglesiatuvo su origen, como todo elmundo sabe, por causa de la po-

breza generalizada, la llamada cues-tión social, existente en las socieda-des europeas del siglo XIX, con la pri-mera industrialización. «En efecto–declaraba León XIII al inicio mismode su encíclica Rerum novarum–, losadelantos de la industria y de las ar-tes, que caminan por nuevos derrote-ros; el cambio operado en las relacio-nes mutuas entre patronos y obreros; laacumulación de las riquezas en ma-nos de unos pocos y la pobreza de lainmensa mayoría; la mayor confian-za de los obreros en sí mismos y lamás estrecha coherencia entre ellos,juntamente con la relajación de la mo-ral, han determinado el planteamientode la contienda». Se trataba de unacontienda entre una minoría de ricos yuna mayoría «que se debate indeco-rosamente en una situación miserabley calamitosa». Pero, quizá, lo más im-portante de esta contienda eran las cau-sas que señalaba el Papa en esta encí-clica: «La inhumanidad de los em-presarios y la desenfrenada codicia delos competidores».

Los orígenes del proceso de indus-trialización pueden situarse en las pos-trimerías del siglo XVIII y, quizá, deun modo más concreto en 1763, enGlasgow, fecha en la que, según pa-rece, Adam Smith escribió el borra-dor de su conocida obra La riquezade las naciones, y James Watt expe-rimentaba con su máquina de vapor.Watt puso la potencia y Smith la men-talidad. El objetivo de ambos, la su-perproducción y la riqueza. Para Smithun Estado puede calificarse de opu-lento cuando «basta un poco de tra-bajo, aplicado como es debido, paraprocurar a cualquiera una gran abun-dancia en las satisfacciones y como-didades de la vida». El resultado fue eldescrito por León XIII. Se incremen-tó, es verdad, la producción y la ri-queza, pero para unos pocos. La ma-yoría, con la pérdida de las antiguasinstituciones y de sus lugares de arrai-go, se encontró en la más miserablede la situaciones.

El Estado del bienestar

En este contexto el Conde de Saint-Simon propone una alternativa: la so-cialización de la riqueza. No en el sen-tido de acabar con los ricos, sino enel de procurar hacer ricos a todos, oal menos al mayor número. Lo queproponía Saint-Simón no era, por tan-to, acabar con el capitalismo, que con-sideraba bueno, sino socializarlo, esdecir, llevarlo hasta sus últimas con-secuencias, para extenderlo tambiéna los pobres y que pudieran éstos par-ticipar de la cantidad creciente de ri-

queza que las modernas industrias yel tráfico mercantil iban generando,convirtiéndose a su vez ellos mismosen un factor decisivo de incrementoen la producción de riqueza y consu-mo. Se tardó más de un siglo para queel liberalismo hiciera caso a las de-mandas de Saint-Simón, y eso sóloocurrió tras numerosas revolucionessociales y cruentas guerras, que deja-ron tras de sí profundísimas heridasen las sociedades europeas. El resul-tado de esta aceptación fue, y es, elEstado social o Estado de bienestarsurgido en Europa tras la última gue-rra mundial. Y es necesario recono-cer que la combinación de una orga-nización del trabajo hecha desde elEstado con el poder de la tecnología,con vistas a obtener una producción

y consumo masivos, ha dado esplén-didos resultados. El grado de opulen-cia generalizada de la que gozan nues-tras sociedades era algo apenas ima-ginable hace tan sólo unas pocas dé-cadas. Resulta innegable, pues, que lallamada cuestión social, el problemadel pauperismo ha desaparecido, ennuestras sociedades, como fenómenode masas. En el Estado de bienestarse encuentra la realización de lo quepara Saint-Simón no pasaba de ser unsueño, y que él denominó, con todaintención, nuevo cristianismo. Sueñoque ha demostrado ser el menos utó-pico de todos los socialismos.

Tanto el magisterio de la Iglesiacomo los cultivadores de su doctrinasocial no han dejado de observar ob-jeciones graves a la respuesta que el

moderno Estado de bienestar ha da-do a la cuestión de la pobreza, y queson fundamentalmente de dos tipos.En primer lugar, la erradicación de lapobreza no es total, quedan bolsas depoblación marginada dentro de la opu-lencia generalizada en la sociedad. Pe-ro lo más grave, con todo, es la per-cepción fundada de que tales pobla-ciones marginales constituyen algo es-tructural e inherente a la sociedadopulenta y no meros sectores que, mástarde o temprano, serán asimilados alas pautas y modos que este modelosocial plantea. E incluso, dando un pa-so más allá, el bienestar general propiode la sociedad opulenta no puede de-jar de percibir como una carga ciertosmomentos existenciales del hombreparticularmente no placenteros: la na-

EspañaAlfa y Omega18 24-X-2002

Católicos y vida pública: Vigencia y actualidad de la doctrina social de la Iglesia

La riqueza como problema

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España Alfa y Omega 24-X-2002 19

talidad y la vejez. Ambas dimensio-nes de la vida no encuentran encajeen un modelo social basado en la ca-pacidad de producción y en el placerobtenido por el consumo, por lo queno resulta inverosímil que el rechazo,más o menos explícito, a ambos as-pectos de la vida tengan aquí una desus raíces más profundas.

El otro aspecto crítico que no handejado de señalar, tanto el Magisteriocomo los tratadistas de la doctrina so-cial de la Iglesia, se halla en la exten-sión de la pobreza de las naciones.Análogamente a como en el siglo XIXlas sociedades se hallaban constitui-das por una minoría de ricos frente auna mayoría de pobres, algo parecidoparece ocurrir hoy día en el ámbito dela sociedad internacional. Existen unaminoría de países ricos frente a un nú-mero significativo de países realmen-te pobres. Un juicio excesivamenteprecipitado nos podría llevar a con-cluir la existencia de una correlacióndirecta entre la riqueza de unos y lapobreza de los otros. Pero la realidadno es tan sencilla. La razón de la po-breza existente en muchos de estos pa-íses se halla en ellos mismos. Razo-nes de muy diverso tipo, culturales,históricas, geográficas o políticas ex-plican perfectamente por qué algunospaíses son pobres. Hacer esta consta-tación no significa desconocer el pre-dominio que los países occidentalesejercen sobre el comercio mundial,con políticas arancelarias y protec-cionistas. Pero para la doctrina socialde la Iglesia el planteamiento va mu-cho más allá de una aplicación estric-ta de la justicia conmutativa; se hallamás bien en la debida solidaridad quedebe existir entre los hombres y lospueblos para el bien común de todos.

Con todo, estas observaciones crí-ticas no tocan el corazón del problemaque las modernas sociedades opulen-tas plantean. Porque no se trata de en-contrar los defectos existentes en estas

sociedades, sino de darse cuenta deque dicha sociedad es ella misma eldefecto. Con respecto de estas socie-dades, cabe decir lo que Chestertondecía de los hombres, cuando señala-ba que el rico no podía corromperse,

por la sencilla razón de que ya se ha-bía corrompido, pues por eso era ri-co. Juicio de Chesterton que no hacesino recoger la sabiduría unánime denuestra tradición, de la bíblica y de la

filosófica, de Jerusalén y de Atenas.En Eclesiástico X, 13 podemos leer:«Las riquezas todo lo corrompen». YAristóteles, en el Libro I de su Políti-ca, observa que esta búsqueda del in-cremento indefinido de la riqueza sehalla en el afán de vivir para satisfacerlos apetitos y el placer corporal, y nopara vivir bien que es el vivir segúnvirtud. Y observa, acto seguido, que,puesto que este deseo de posesión ysatisfacción es de suyo ilimitado, tam-bién lo es el correspondiente deseo deriqueza que lo puede proporcionar. Es-te carácter no limitado del afán de ri-quezas, y del goce que éstas puedenproporcionar, es lo que hace que estedeseo se constituya en el verdaderoantagonista del deseo de Dios y delgozo que este proporciona para el

hombre. Ambos son por naturaleza in-tencionalmente infinitos y, por tanto,excluyentes entre sí. «La avaricia esun amor especial –dice san Agustín–,la cual con más propiedad se llamaamor al dinero, por cuyo nombre elApóstol, significando el género por laespecie, quería se entendiera la uni-versal avaricia, esto es, la soberbia, aldecir: La raíz de todos los males es laavaricia. Avaricia que, en la opiniónde Jacob Buckhardt, es el rasgo máscaracterístico de nuestros tiempos.

Pero ¿no es acaso la actual socie-dad del bienestar el modelo históricomás perfecto de llevar a cabo, de unmodo sistemático, la organización dela vida de los hombres con el únicofin de producir, poseer y consumir?¿Y no se halla acaso el Estado, como

superestructura política, al servicio deeste mismo fin? En la opinión de Au-gusto del Noce, se trata de la formamás depurada de materialismo, aúnen mayor grado que el marxismo, ra-zón por la cual del Noce mismo pro-fetizó, por los años sesenta, que elmarxismo acabaría disolviéndose enla sociedad del bienestar.

Es posible que la riqueza, aún másque la pobreza, constituya el mayordesafío con el que se enfrente la doc-trina social de la Iglesia. La última en-cíclica social de Juan Pablo II, Cen-tesimus annus, ya ha abierto un clarocamino en esta dirección, particular-mente en los puntos 20 y 36, dondepone de manifiesto la deshumaniza-ción radical a la que conduce una con-cepción consumista y hedonista de la

vida. Pero es a todas luces necesario,por parte de quienes nos hallamoscomprometidos de un modo u otro conla doctrina social de la Iglesia, queprofundicemos en el desafío que la so-ciedad opulenta supone. Y una buenaocasión para ahondar en este reto, co-mo en tantos otros, estará sin duda enel próximo Congreso Católicos y vidapública, a celebrar en la UniversidadSan Pablo-CEU de Madrid los días15, 16 y 17 de noviembre. Esperemosque dicho Congreso nos ayude a ad-quirir la sabiduría del autor de los Pro-verbios (30) cuando pedía al Señordos cosas: «Tenme lejos de la mentiray del engaño/y no me des ni pobreza niriquezas».

Elio A. Gallego García

Lo más grave es la percepción fundada de que las poblaciones marginales constituyen algo estructural e inherente a la sociedad opulenta y no meros sectores que, más tarde o temprano, serán asimilados a las pautas y modos que el Estado de bienestar plantea

De las modernas sociedades opulentascabe decir lo que Chesterton decía de los hombres, cuando señalaba que el rico no podía corromperse, por la sencilla razón de que ya se había corrompido, pues por eso era rico

F. Kessler, en Le Nouvel Observateur

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MundoAlfa y Omega20 24-X-2002

Jesús Colina. Roma

En estas últimas semanas, JuanPablo II se ha ido reuniendocon los diferentes grupos de los

obispos del país, venidos a Roma pa-ra realizar la quinquenal visita que to-do obispo hace al Papa, con un obje-tivo muy preciso: hacer de esa enormeRepública un país misionero. El men-saje central que Juan Pablo II dejó alos primeros cinco grupos fue el de unapremiante llamamiento a la nuevaevangelización. Al recibir al primero,decía con pasión: «Es preciso volver aencender el celo apostólico en todoslos sectores de la sociedad de todoBrasil, exhortando a las personas y alas comunidades a un compromisodiario en favor de la actividad misio-nera». En definitiva, el Papa quiereque cada uno de los católicos brasile-ños se convierta en un misionero.

El Instituto Federal Brasileño deEstadística (IBGE) difundió, en ma-yo pasado, las primeras proyeccionessobre las estadísticas religiosas en Bra-sil, tomadas del censo del año 2000.Según estos datos, el porcentaje de ca-tólicos disminuye del 83,8% en 1991,al 73,8% en 2000. En números abso-lutos, sin embargo, los católicos hanaumentado, junto al crecimiento de-mográfico.

Los protestantes han pasado del9,05% de 1991 al 15,45% de 2000.Por otra parte, los que el censo consi-dera como sin religión han pasado del4,8% al 7,3% en 2000. El espiritismo(aunque este dato es discutido por los

sociólogos por ser difícil de consta-tar) también aumenta, pasando del1,1% al 1,4%. Descienden los cultosafroamericanos (Umbanda, Candom-blé), pasando del 0,4% al 0,33%; aho-ra bien, se constatan ceremonias deestos grupos seguidas por millones depersonas. Obviamente, la gente no de-clara ante el censo su participación enlas mismas.

¿Qué necesita Brasil para relanzaresta nueva evangelización? Ante to-do, el Pontífice está insistiendo en que«las comunidades eclesiales necesi-tan pastores que sean hombres de fey estén unidos entre sí, capaces deafrontar los desafíos de una sociedadcada vez más propensa a la seculari-zación y al consumismo. Por eso –di-jo al encontrarse con el tercer grupollegado a Roma–, cada obispo debe-rá instar a los evangelizadores de sudiócesis, y sobre todo a sí mismo, aser plenamente fieles a la doctrina ca-tólica. Añádese asimismo que tal iden-tidad supone una clara sintonía disci-plinar y doctrinal con el episcopadomundial, para mantener así, junto conéste, el vínculo esencial con el Papa».

Tres preocupaciones

En segundo lugar, Juan Pablo II haconstatado, con los obispos, que la«condición indispensable para la nue-va evangelización es poder contar conevangelizadores numerosos y cualifi-cados. Por ello, la promoción de lasvocaciones sacerdotales y religiosas,así como de otros agentes de pastoral,

ha de ser una prioridad». El Papa cons-tató un doble fenómeno: por un lado,en Brasil, en los últimos años han au-mentado de manera sorprendente elnúmero de chicos y chicas que llamana las puertas de los seminarios o delas congregaciones religiosas para con-sagrarse a Dios; por otro lado, sin em-bargo, el Papa constataba que la for-mación que se les está ofreciendo noestá siempre a la altura de las cir-cunstancias.

«La influencia que el mundo mo-derno, con su tendencia secularizantey hedonista, ejerce en los cristianos,sobre todo en los jóvenes, deberáafrontarse con mayor decisión, pararecordar y cultivar en los que tienenvocación el amor profundo a Cristo ya su reino. En este sentido, la fideli-dad a la doctrina sobre el celibato sa-cerdotal por el reino de los cielos debeser altamente estimada por la Iglesia,de manera especial para la vida sa-cerdotal, cuando se trata de discernir enlos candidatos al sacerdocio la llama-da a una entrega incondicional y to-tal». Por eso, el Papa exigió con fir-meza «una renovada atención en la se-lección de las vocaciones, con vistasa un conocimiento adecuado de loscandidatos, sobre todo desde el puntode vista moral y afectivo». Consideróque buena parte del problema de la for-mación en los seminarios hoy se debea algunas escuelas teológicas o a pro-fesores poco preparados, «que inclu-so viven en desacuerdo con la Iglesia».

La tercera preocupación del Papaes la del reciente fenómeno, según el

cual, los laicos asumen responsabili-dades propias del sacerdote. Además,el crecimiento de las denominacionesprotestantes (algunas de ellas sectas)en Brasil plantea la necesidad de lapromoción del diálogo con los demáscristianos, con el objetivo de alcanzarel día añorado de la unidad plena. Eneste sentido, Juan Pablo II abogó, alencontrarse con un grupo de obispos el28 de septiembre pasado, a favor deun sano ecumenismo, evitando la ten-dencia «a un cierto indiferentismo quenivele, en un falso irenismo, toda lasopiniones».

En los encuentros entre el Papa ylos obispos brasileños no se dio esadivisión artificial que, a veces, pre-sentan algunos medios de comunica-ción, entre un episcopado comprome-tido en cuestiones sociales y Romaque predica fidelidad a la fe. El com-promiso exigido y promovido por elPapa en la lucha contra la pobreza yen la promoción del medio ambienteimpregnó todos sus encuentros conlos prelados brasileños. De hecho, laIglesia logra convertirse en propulso-ra del desarrollo sostenible e integralcuando es fiel a su misión, es decir,cuando forma almas y cuerpos, a tra-vés de la educación, de la concienciareligiosa, y del compromiso radical afavor de los marginados. Por cierto,el Papa pidió a los católicos brasile-ños ir mucho más allá de lo que suelendecir algunos sectores consideradoscomo progresistas en el país, al pedira Brasil la acogida de los inmigrantesde otros países iberoamericanos.

Juan Pablo II relanzala nueva evangelización de Brasil

El país católico más grande

del mundo ha visto, en las

últimas dos décadas, cómo

muchos de sus bautizados

abrazan denominaciones

protestantes (en ocasiones

sectas), el espiritismo, o los

cultos afroamericanos. Juan

Pablo II se está reuniendo en

Roma con los obispos del país

para relanzar la nueva

evangelización en el inmenso

país, ofreciendo una

propuesta básica: la Iglesia

(tanto pastores como fieles)

tienen que ser lo que son Oración por la paz ante la imagen del Sagrado Corazón, en Río de Janeiro

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Benjamín R. Manzanares

Cuál ha sido el motivo de suvisita a España?Uno, para denunciar cómo

desde febrero a hoy la situación polí-tica en Rusia ha cambiado respecto alos católicos; se ha vuelto contra nues-tra actividad, tanto espiritual como ca-ritativa. El otro motivo es buscar ayu-da, tanto moral como material, pararealizar nuestros proyectos en Rusia,en particular para los proyectos mé-dico-sociales.

¿Cómo viven los católicos allí?La situación política ha cambiado

desde que, en febrero, el Patriarca dela Iglesia rusa declarara la actividadespiritual y caritativa de la Iglesia ca-tólica, y de Cáritas en particular, comoproselitismo en territorio ruso. Desdeaquel momento, empezó la fuerte cam-paña anticatólica en Rusia. De marzoa septiembre han sido expulsados cin-co sacerdotes extranjeros, entre ellosun obispo, siendo declarados perso-nas non gratas. Últimamente, estamosmuy preocupados, debido a que la ma-yoría de sacerdotes católicos en Ru-sia y directores de Cáritas son ex-tranjeros. Tenemos miedo por nues-tra actividad evangelizadora y carita-tiva. Cada día tememos que algúnsacerdote pueda ser expulsado de Ru-sia. Por desgracia, hay pocos sacer-dotes rusos en mi país, y por eso, sino tenemos la compañía y presenciade nuestros católicos extranjeros, nosquedamos sin asistencia moral y es-piritual. No se le puede dejar a la gen-te sin algo así que piden.

¿Cómo son las relaciones con losortodoxos?

Parece muy extraño, pero al nivelmás cotidiano, las relaciones son muyestrechas entre católicos, ortodoxos ymusulmanes. No tenemos ningún pro-blema para la amistad y la cordiali-dad. Es al nivel de la política dondehay serias contradicciones. Hay tam-bién fuertes contradicciones internasdentro de la Iglesia ortodoxa. En No-vosibirsk, hay parroquias ortodoxas

que ofrecen una relación de amistadmuy amable hacia los católicos, y hayotras parroquias ortodoxas rusas queluchan contra los católicos por motivosde proselitismo, debido a la declara-ción del Patriarca ortodoxo de que to-da la actividad evangelizadora y cari-tativa católica es proselitismo.

¿Cuáles son los proyectos que lle-van a cabo y para los que están pi-diendo ayuda?

Tenemos muchos proyectos, sobretodo en el campo médico-social. Co-mo ciudadano de mi país y como pro-fesional, puedo decir que en Rusia noexiste lo que se llamaría un sistemasocial y médico-social estatal. Ahoranos centramos en cuatro proyectos. Elprimero es crear un centro educativopara trabajadores sociales, tanto gu-bernamentales como procedentes deONG. Los trabajadores sociales rusosno tienen la experiencia internacionalnuestra para crear un buen sistema deservicios sociales.

Otro es crear un centro para niños

con autismo. Por desgracia, en Rusiano existe ninguna ayuda o asistenciapara los niños autistas. Al ser progra-mas muy complejos desde el punto devista del tratamiento, de la educacióny de los servicios sociales, es necesa-rio un centro muy especial, en un am-biente especial para los más de 500niños con autismo que hay en la re-gión de Novosibirsk. Estos niños nopueden frecuentar ningún tipo de es-cuela.

El tercer proyecto afronta la situa-ción epidemiológica en Rusia. Ennuestra región es muy alto el índicede mortalidad y de enfermedades cau-sadas por el alcoholismo, drogas, en-fermedades oncológicas, como el sidao la tuberculosis, o trastornos menta-les. Es dos veces mayor que en todaRusia, y casi cinco veces mayor que enEuropa. En Siberia, el 80% de presosse infectan de tuberculosis, el 20% desida, y un 40% son toxicómanos.

El último proyecto es la creación deun centro multidisciplinario para ado-lescentes.

Entrevista a Andrey Bayanov, Director de Proyectos sanitarios deCáritas-Siberia

No podemos estarsin asistencia espiritual

Alfa y Omega ha entrevistado durante su paso por Madrid al Director de Proyectos sanitariosde Cáritas Siberia, Andrey Bayanov, quien ha visitado nuestro país con el fin de mostrar a lasociedad española las necesidades por las que pasan los habitantes de Siberia, así como losproyectos que Cáritas está realizando allí, y para los que confía recibir ayuda de Cáritas España.Andrey Bayanov comentó, además, el clima de miedo que se vive ante la inexplicable campañacontra los católicos por parte de las autoridades y de algunos miembros de la Iglesia ortodoxa

Andrey Bayanov, durante su entrevista con Alfa y Omega

Mundo Alfa y Omega 24-X-2002 21

Totus tuus

Durante mi viaje a Polo-nia, me dirigí a la Virgen

con estas palabras: «Madresantísima, obtén tambiénpara mí las fuerzas delcuerpo y del espíritu, paraque pueda cumplir hasta elfin la misión que me ha en-comendado el Resucitado.En ti pongo todos los frutosde mi vida y de mi ministe-rio; a ti encomiendo el des-tino de la Iglesia; en ti confíoy te declaro una vez más:Totus tuus, Maria! Totustuus. Amén». Hoy repito es-tas mismas palabras, dandogracias a Dios por los 24años de mi servicio a la Igle-sia en la Sede de Pedro.

El centro de nuestra fees Cristo, Redentor delhombre. María no le ofus-ca, ni ofusca su obra de sal-vación. Tras la asunción encuerpo y alma al cielo, laVirgen, quien fue la primeraen experimentar los frutosde la Pasión y de la resu-rrección de su propio Hijo,nos conduce de la maneramás segura a Cristo, fin úl-timo de nuestro obrar y detoda nuestra existencia. Poreste motivo, dirigiendo a to-da la Iglesia, en la Cartaapostólica Novo millennioineunte, la exhortación deCristo a remar mar adentro,añadía que «nos acompa-ña en este camino la Santí-sima Virgen, a la que, juntocon muchos obispos, heconfiado el tercer milenio».Invitando a los creyentes acontemplar el rostro de Cris-to, deseé que María, seamaestra para todos.

El Año del Santo Rosarioque viviremos juntos produ-cirá ciertamente benéficosfrutos en el corazón de to-dos, renovará e intensificarála acción de la gracia delgran Jubileo del año 2000 yse convertirá en manantialde paz para el mundo.

(16-X-2002)

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La vidaAlfa y Omega22 24-X-2002

La dirección de la semana

Esta semana ofrecemos la página web, ya recién renovada, dela Orden de Predicadores. En el sitio están disponibles textos,

documentos, noticias sobre las actividades de los religiosos do-minicos, en inglés, francés y castellano. Se trata de una renovacióngráfica, conjugada con una mayor riqueza de contenidos, respec-to a todo lo que existía en la versión anterior.

http://www.op.org

Internethttp://www.op.org

Nombres propios

Monseñor Agustín García Gasco, arzobispo de Valencia, ensu última carta semanal a sus fieles, titulada Sombras de la co-

municación social, advierte sobre lo que define «utilización ilegíti-ma de los medios», y se refiere, según informa AVAN, a la llama-da televisión basura. Dice de ella que «atenta contra la dignidad hu-mana y pervierte la sensibilidad moral de las personas, particular-mente de los más jóvenes y de los más vulnerables». Concluyeque «lograr el éxito comercial con productos de este tipo es inde-cente y daña a los individuos y a la sociedad». Lamenta monseñorGarcía Gasco que determinados medios de comunicación pre-senten «Lo que es soez y degradante con un aspecto atractivo,mientras se ignora o ridiculiza lo que eleva y ennoblece», y de-nuncia descalificaciones que hacen que «grupos humanos enterosse vean impunemente difamados cuando se aprovecha el errorde uno de sus miembros para generalizar la acusación».

El profesor Helio Carpintero, catedrático de Psicología, de laUniversidad Complutense de Madrid, y gran conocedor de la obrade don Julián Marías, cerrará el Aula de Pensamiento, de la Fun-dación Fernando Rielo, que concluye con el ciclo iniciado el pa-sado febrero sobre Metafísica en pensadores españoles actuales.Esta tarde, a las 19:30 horas, en el salón de actos de la Fundación,en Madrid (calle Hermosilla, 5 - 3º), el profesor Carpintero hablarásobre La metafísica: su estructura y su función en la obra de JuliánMarías.

Don Alfonso Coronel de Palma, Presidente de la FundaciónUniversitaria San Pablo-CEU, pronunció la lección magistral deapertura de curso en la Real Academia de San Dionisio, de Cien-cias, Artes y Letras, de Jerez de la Frontera, sobre el tema La cues-tión social en Ángel Herrera. Al final del acto, fue nombrado aca-démico correspondiente de dicha Real Academia.

La Escuela Juan XXIII, de las Hermandades del Trabajo, inau-gura su curso 2002-2003 de Profundización en la fe cristiana y so-cial. Las clases se imparten los martes de 19 a 20 h. y de 20 a 21h., y se complementan con mesas redondas y cursillos de fin de se-mana. Destacados especialistas abordan temas como Los san-tos: tesoro en vasos de barro; Los primeros pasos del cristianismo:san Pablo; El legado de las religiones; o Imágenes de Dios ennuestra cultura. Información: Tel. 91 447 30 00, ó en la página web:www.hhtmadrid.com

Monseñor Santiago García Aracil, obispo de Jaén, ha nom-brado nuevo Deán de la catedral jienense a don Rafael HiguerasÁlamo, quien actualmente es canónigo magistral, Vicario Judicialde la diócesis y profesor del Seminario.

Monseñor Enrique Planas, director de la Filmoteca Vaticana yresponsable de la RIIAL, ha participado en el III Congreso de Co-municadores, que se ha celebrado en la Universidad Católica Ar-gentina. En su ponencia, dijo que «los medios de comunicaciónson un don de Dios que sería suicida no utilizar correctamente; nobasta con proclamar su grandeza, sino que hay que apoyarlos y uti-lizarlos. No está bien–añadió– que, por desatención, la Iglesia pier-da algunos medios de comunicación por el carisma de ciertas per-sonalidades».

Primer número de Abula

La Universidad Católica de Ávila, cuyopropósito es seguir creciendo en todos

los aspectos, acaba de publicar el primernúmero de Abula, la miscelánea de la uni-versidad. En él hay un estudio sobre ladeclaración Dominus Iesus, firmado porel hasta hace poco obispo de Ávila, mon-señor González Montes. Se incluyen asi-mismo trabajos sobre doctrina social dela Iglesia, el concepto de libertad de cá-tedra, el valor moral de las respuestasafectivas y otros trabajos de interés, asícomo recensiones de libros sobre teolo-gía, filosofía, derecho, etc.

RTVE-Música

El sello discográfico RTVE-Música aca-ba de editar el vigésimo sexto volu-

men de su colección Orquesta Sinfónicay Coro de RTVE, en un CD grabado en elTeatro Monumental de Madrid, el pasa-do mes de junio. La orquesta y el coro,dirigidos por Adrián Leaper, realizan unamaravillosa selección de la música co-ral. El CD ofrece, bajo el título Grandesmomentos corales, el Te Deum, de Dvo-rak, la marcha y coro de Carmen, de Bi-zet, el Gloria de la Misa en Re mayor,de Vivaldi, el Coro de peregrinos de Tannhäusser, de Wagner, el Sanc-tus de la Misa de Réquiem, de Verdi, el Mesías, de Haendel, y otrasgrandes piezas de Mozart, Bach, etc.

Nº 100 de Así

La revista Así, que edita el Consejo Dioce-sano de Acción Católica de Madrid y que

dirige Inmaculada Ballestero, ha llegado a sunúmero 100. Irene Szumlakowski, que fue suprimera directora durante un largo período yque hoy es la Presidenta diocesana de AcciónCatólica General de Madrid, hace un balancerealista y muy positivo de estos cien primerosnúmeros, que han contribuido de forma testi-monialmente muy valiosa a la difusión del men-saje cristiano. «Siempre hemos querido –es-cribe– reflejar lo que expresa el nombre de es-ta revista: Brille ASÍ vuestra luz ante los hom-bres, para que den gloria a vuestro Padre que

está en los cielos». Con pasión juvenil y con rigor profesional, Así sesupera número tras número. Desde Alfa y Omega les felicitamos sin-ceramente y les deseamos el mayor de los éxitos.

Estatuto del discapacitado

El Gobierno de la Generalitat Valenciana ha iniciado los trámites de unAnteproyecto de Ley sobre el Estatuto del Discapacitado de la Co-

munidad Valenciana. Según el Boletín de la Consellería de Bienestarsocial, este estatuto sería el primero en esta materia en toda España ybeneficiará a trescientos mil valencianos que padecen algún tipo dediscapacidad. Tiene como objetivo favorecer la integración social y laboraly abarca diferentes ámbitos ( educativo, sanitario, laboral y asistencial)en una iniciativa que compromete tanto a los poderes públicos valen-cianos como a la iniciativa social. El mismo boletín informa también, deque gracias a un convenio de colaboración entre la Consellería de Bie-nestar social y la Diputación de Valencia, 4181 personas mayores seránatendidas en su hogar gracias a la tele- asistencia: con sólo pulsar un bo-tón de un dispositivo que llevan encima pueden entrar en contacto conun centro atendido con personal específicamente preparado.

(C/ Julián Romea 23) todos los jueves, a las 21 horas, se podrán verpelículas como “ Historias de Nueva York”, “ La Rosa Púrpura del Cairo”“ Manhattan” “ Al Este del Edén”, “ La Naranja Mecánica”, “El Creyente”,“En el Nombre del Padre”, “ Historias del Kronen” etc.

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La vida Alfa y Omega 24-X-2002 23

La editorial EDICEL acaba de publicar este li-bro, Santuarios, firmado por el director del

departamento de Pasto-ral de turismo, santuariosy peregrinaciones, de laConferencia EpiscopalEspañola, Salvador Ba-talla. Presenta más de670 títulos con informa-ción y fotografías de ca-da santuario en España.A pesar de que a cadalector le gustaría ver susantuario favorito inclui-do en la guía, y de que

se pueda afirmar que son todos los que están,no están todos los que son, ya que las fuentesmás expertas consultadas reconocen en Es-paña más de 12.300 santuarios, de ellos 4.500dedicados a la Virgen, 1.200 al Señor, y el res-to a santos y santas. Se trata, según explica suautor, de la primera Guía de turismo y pere-grinación que se edita en España; hasta aho-ra sólo se habían editado trabajos similares aescala diocesana, o de provincia eclesiástica.Descubre la historia, devoción y culto en lossantuarios, su arte, las fiestas patronales, ro-merías, folklore, gastronomía típica, paisajes yturismo rural; pero, ante todo y sobre todo, sucontenido esencial es religioso. Salvador Ba-talla reconoce en el prólogo que, en cualquiercerro, colina, montaña o llano de nuestro país,nos encontramos con un santuario o ermitaque ha ejercido y sigue ejerciendo una in-fluencia no pocas veces determinante en lareligiosidad del pueblo español, que busca enellos lo que no encuentra en otras partes.

La expresividad arrolladora, la fuerza literariay el desenfado son algunas de las armas

con las que, sutilmente,el Arcipreste de Hita ur-dió esta obra que, mu-chos siglos después, si-gue siendo objeto decontroversia y polémica.La editorial Debolsillo, ensu colección Clásicos co-mentados, que dirige elcatedrático de Literaturaespañola de la Complu-tense, don José MaríaDíez Borque, ha publi-cado este Libro de Buen Amor en edición deJesús Cañas Murillo y Javier Grande Quejigo.Es un servicio muy de agradecer a la cultura ya la mejor literatura española. Más allá de to-da polémica y de cualquier interpretación sobresi el Libro de Buen Amor es una manifestaciónmás del libertinaje medieval, o una sátira sobrelos efectos del loco amor, lo que esta obrasiempre sorprendente y magníficamente es-crita garantiza es una lectura llena de diver-sión, placer y gozo estético.

Los responsables de esta edición ofrecenal lector una amplia introducción de más de50 páginas, en la que tratan los perfiles de laépoca, una completa y rigurosa cronología yun análisis de la obra, de sus principios es-tructurales y de su significado, así como unescogido florilegio de autorizadas opinionessobre ella.

M.A. V.

El chiste de lasemana

Libros de interés

El Roto, en El País

La última cartadel padre Kolbe

Con motivo de los 20 años de la canonización delpadre Maximiliano Kolbe, los frailes menores con-

ventuales de Polonia han abierto el archivo de Niepo-kalanow (Ciudad de la Inmaculada, a 50 km. de Var-sovia), construido por el mismo mártir de Auschwitz.Entre los manuscritos presentados destaca la últimacarta a su madre del santo que ofreció su vida volun-tariamente en sustitución de un condenado a muerte:«Querida madre –se lee en ella–, hacia finales de ma-yo llegué en un convoy ferroviario al campo de con-centración de Auschwitz. En cuanto a mí, todo va bien.Puedes estar tranquila por mí y por mi salud, porque elbuen Dios está en todas partes y piensa con gran amoren todos y en todo. Será mejor que no me escribas an-tes de que yo te mande otra carta, porque no sé cuan-to tiempo estaré aquí. Besos, Raimundo (Maximiliano)Kolbe». Pocos días después el padre Kolbe era asesi-nado en el bunquer de la muerte.

La Biblia de San Luis

La Biblia de San Luis, de la catedral primada de Toledo, ocupauno de los lugares de preferencia dentro del rico patrimonio ca-

tedralicio», ha escrito el arzobispo primado de Toledo, el cardenalFrancisco Álvarez Martínez. Esta joya del patrimonio religioso, his-tórico y cultural de España, que durante tantos siglos ha sido celo-samente custodiada, es objeto del máximo interés por parte de loshistoriadores, investigadores y hombres de cultura. Como ya infor-mamos en su día en páginas centrales de nuestro semanario, elCabildo decidió autorizar una edición facsímil que ha fraguado fe-lizmente en un espléndido libro editado por M. Moleiro Editor. Gra-cias a sus innumerables escenas bíblicas maravillosamente histo-riadas que ilustran el texto, ha sido definida como «La más lograday ambiciosa representación pictórica de la historia bíblica». Se tra-ta de un libro en gran formato con tirada única, reducida e irrepeti-ble. Más información: Tel. 93 240 20 91.

Una gran labor permanente

La Sociedad de San Vicente de Paúl en España ha editado recientemente su Memoria corres-pondiente al último ejercicio, en la que, como escribe en la presentación doña Concepción de

Tuero, su Presidenta nacional, «se detalla la labor realizada, tanto espiritual como social y eco-nómica, a lo largo del pasado año». Esta Sociedad es una asociación católica, internacional, be-néfica-social, fundada en 1883, en París, por Federico Ozanam, e instituida en España en 1849.Acaba de celebrar su Asamblea plenaria en Bilbao, poco antes del verano; está abierta a cuantosdesean vivir su fe en el amor y servicio a sus hermanos, y se organiza para su funcionamiento engrupos de personas a los que se denominan Conferencias. Sus casi seiscientos mil socios acti-vos, agregados en 47.400 Conferencias trabajan en 132 países; en España son 3.309 perso-nas, 1.907 mujeres y 1.402 hombres. El pasado año sus ingresos se acercaron a los 548 millonesde pesetas, y sus gastos para atender a los más pobres a algo más.

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Desde la feAlfa y Omega24 24-X-2002

Jesús Colina. Roma

Juan Pablo II ha publicado una Carta apostólicaen la que replantea el carácter místico de la ora-ción del Rosario –«mi oración predilecta», con-

fiesa–, introduce cinco nuevos misterios –los Mis-

terios de luz– y ofrece dos intenciones fundamenta-les: la paz en el mundo tras el 11 de septiembre yla familia.

Juan Pablo II comenzó el 16 de octubre pasado suvigesimoquinto año de pontificado (sólo cuatro Pa-pas han superado este hito) proclamando el Año del

Rosario y publicando la Carta apostólica RosariumVirginis Mariae (El Rosario de la Virgen María) enla que el corazón de Karol Wojtyla casi puede to-carse con la mano en varios pasajes. En este día tansignificativo, al encontrarse con casi 20 mil fielesen la plaza de San Pedro del Vaticano, el Santo Pa-dre manifestó su determinación de continuar en elservicio del ministerio del obispo de Roma mien-tras Dios se lo permita, poniendo así definitivamentefin a ciertos rumores de prensa.

El Papa volvió a pronunciar su Totus tuus (todo tu-yo) dirigido a la Virgen María –lema de su pontifi-cado–, y añadió: «En este día particular, pongo nue-vamente en las manos de la Madre de Dios la vida dela Iglesia y la vida tan convulsionada de la Huma-nidad. A ella le confío también mi futuro. Pongo to-do en sus manos, para que con amor de madre lopresente a su Hijo». En este ambiente de confesióníntima, firmó después la Carta apostólica, uno delos documentos más personales de este pontificado(«El Rosario es mi oración predilecta», repite endos ocasiones), que se ha ganado mucho espacio enlas páginas de los periódicos, pues ha impreso unanovedad significativa a esta práctica de piedad quetiene ocho siglos de vida: cinco nuevos misterios dela vida de Cristo.

Contemplación de Cristo con María

Para el Papa, el Rosario no es la repetición me-cánica de cincuenta avemarías. Según explica en suCarta. No es tampoco un acto de idolatría a la VirgenMaría, como a veces habían acusado algunos dentroy fuera de la Iglesia católica. Para Juan Pablo II el

Carta Apostólica de Juan Pablo II sobre el Santo Rosario

El XXV año de este pontificado

¿Cuándo se rezan los misterios del Rosario?

Según la propuesta que presenta Juan Pablo II en la Carta apos-tólica Rosarium Virginis Mariae, los misterios del Rosario que-

dan distribuidos de esta manera, a lo largo de la semana:

Lunes y sábado: Misterios gozosos Martes y viernes: Misterios dolorosos Jueves: Misterios luminosos Miércoles y domingo: Misterios gloriosos

Los nuevos misterios del Rosario

Los nuevos misterios que Juan Pablo II propone a la contemplaciónde los creyentes a partir de ahora, al rezar el Rosario, son los

misterios de luz (o misterios luminosos). Así los enuncia el Papa:

Primer misterio: El Bautismo de Jesús en el Jordán. Segundo misterio: La autorrevelación de Jesús en las bodas

de Caná. Tercer misterio: El anuncio del Reino de Dios invitando a la con-

versión. Cuarto misterio: La Transfiguración. Quinto misterio: La institución de la Eucaristía.

Juan Pablo II explica que los llama misterios de luz porque en suvida pública Cristo se manifiesta como misterio de luz: «Mientras es-toy en el mundo, soy Luz del mundo».

Quinto misterio: La institución de la Eucaristía

Tercer misterio: El anuncio del Reino de Dios invitando a la conversión

Segundo misterio: La autorrevelación deJesús en las bodas de Caná

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Desde la fe Alfa y Omega 24-X-2002 25

Rosario es una oración profundamente centrada enJesús: es «la contemplación del rostro de Cristo»con los ojos de María.

Hasta ahora, el Rosario contemplaba momentosdecisivos de la vida de Cristo. Los cinco misteriosgozosos permiten revivir desde el anuncio del Sal-

vador a María hasta su infancia; los misterios dolo-rosos recorren los trágicos momentos de su conde-na a muerte y el Calvario; los misterios de gloriacomienzan con la resurrección y terminan con lacoronación de María en el cielo. El sucesor de Pedrose dio cuenta de que, en esta contemplación, faltaban

episodios decisivos de la vida de Jesús: su vida pú-blica. Por este motivo, en la Carta sugiere (no im-pone) cinco nuevos misterios dedicados a los mo-mentos más sobresalientes de aquellos tres años quecambiaron la Historia. Los llama misterios de luz omisterios luminosos, pues –como aclara el Papa–,si bien es verdad que «todo el misterio de Cristo esluz» –Él es la Luz del mundo–, «esta dimensión semanifiesta sobre todo en los años de la vida pública,cuando anuncia el Evangelio del Reino».

La Carta del Papa, por tanto, busca una profundarenovación del Rosario. La introducción formal delos nuevos misterios subrayan el aspecto contem-plativo y místico de esta práctica religiosa, que de-be superar su apariencia mecánica.

Arma poderosa de la paz

Y el obispo de Roma pide que se rece el Rosario(particularmente en este Año del Rosario) por dos in-tenciones específicas: la paz en el mundo y la fami-lia. «Al inicio de un milenio que se ha abierto con lashorrorosas escenas del atentado del 11 de septiem-bre de 2001, y que ve cada día en muchas partes delmundo nuevos episodios de sangre y violencia, pro-mover el Rosario significa sumirse en la contem-plación del misterio de Aquel que es nuestra paz:el que de los dos pueblos hizo uno, derribando elmuro que los separaba, la enemistad», subraya elSanto Padre. «No se puede, pues, recitar el Rosariosin sentirse implicados en un compromiso concretode servir a la paz, con una particular atención a la tie-rra de Jesús, aún ahora tan atormentada y tan queri-da por el corazón cristiano», aclara.

«Otro ámbito crucial de nuestro tiempo –continúael Papa–, que requiere una urgente atención y ora-ción, es el de la familia, célula de la sociedad, ame-nazada cada vez más por fuerzas disgregadoras, tan-to de índole ideológica como práctica, que hacentemer por el futuro de esta fundamental e irrenun-ciable institución y, con ella, por el destino de todala sociedad».

«En el marco de una pastoral familiar más amplia–concluye Juan Pablo II–, fomentar el Rosario enlas familias cristianas es una ayuda eficaz para con-trastar los efectos desoladores de esta crisis actual».

será el Año del Rosario

Los misterios tradicionales del Rosario

Juan Pablo II, en su Carta apostólica, re-cuerda y reconoce de nuevo los tres blo-

ques de misterios del Rosario que, durante si-glos, han contemplado generaciones de cris-tianos:

Misterios de gozo

Primer misterio: La encarnación del Hijode Dios.

Segundo misterio: La visitación de Ma-ría a su pariente Isabel.

Tercer misterio: El nacimiento de Jesús,el Salvador, en Belén.

Cuarto misterio: La presentación de Jesúsen el templo.

Quinto misterio: Jesús perdido y halladoen el templo a los 12 años.

«Meditar los misterios gozosos significaadentrarse en los motivos últimos de la ale-gría cristiana y en su sentido más profundo.Significa fijar la mirada sobre lo concreto delmisterio de la Encarnación y sobre el sombríopreanuncio del misterio del dolor salvífico»,explica el Papa.

Misterios de dolor

Primer misterio: La oración de Jesús en elhuerto de Getsemaní.

Segundo misterio: La flagelación del Se-ñor.

Tercer misterio: La coronación de espinas.

Cuarto misterio: Jesús con la cruz a cues-tas camino del Calvario.

Quinto misterio: La crucifixión y muertedel Señor.

«Los misterios de dolor –explica el Papa–llevan el creyente a revivir la muerte de Jesúsponiéndose al pie de la cruz junto a María, pa-ra penetrar con ella en la inmensidad delamor de Dios al hombre y sentir toda su fuer-za regeneradora».

Misterios de gloria

Primer misterio: La resurrección de Je-sús.

Segundo misterio: La ascensión del Se-ñor a los cielos.

Tercer misterio: La venida del EspírituSanto.

Cuarto misterio: La asunción de Maríaen cuerpo y alma a los cielos.

Quinto misterio: La coronación deNuestra Señora como Reina de todolo creado.

«Los misterios gloriosos alimentan en loscreyentes la esperanza en la meta escato-lógica, hacia la cual se encaminan comomiembros del pueblo de Dios peregrino enla Historia –explica el Papa–. Esto les im-pulsará necesariamente a dar un testimoniovaliente de aquel gozoso anuncio que dasentido a toda su vida».

Cuarto misterio: La Transfiguración del Señor Primer misterio: El Bautismo de Jesús en el Jordán

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A. Llamas Palacios

Cómo nace Aunalia?V. Cortizo: Hoy hay un gran sector de la so-ciedad alejado de cualquier vinculación reli-

giosa, pero que tienen sed de valores, de sentido de lavida…, y la sociedad necesita que les hablen de va-lores. Aunalia pretende recoger una sensibilidad quenadie está trabajando. No existe nada igual. Esto lo he-mos comprobado muy bien. No existe un portal igualen la Red, todos los portales de valores están vincu-lados a un colectivo, pero no hay nadie que se posi-cione en la Red, profesionalmente, con equipo, con unportal bien hecho, desde los valores. Porque en unmundo donde la economía es tan importante, nunca haparecido que eso sea interesante económicamente.Aunalia pretende decirle al mercado y a la sociedadque es posible hacer negocios rentables partiendo deunos valores. Aunalia no es una ONG, y quiere en-señar a la sociedad que asociarse a los valores es in-teresante económicamente; ése es el gran reto.

F. Goicoerrotea: En la primera presentación quehicimos del portal, dije en mi discurso que Aunaliapretende ser rentable para las personas que trabajanaquí, rentable para los accionistas que aporten sudinero, o dediquen una parte de sus recursos a fi-nanciar este proyecto, y rentable para el resto de lasociedad, porque pensamos que un portal con estascaracterísticas, con valores cristianos, que aportauna serie de ayudas e informaciones con nuestrassecciones de familia, de jóvenes, de niños, de cul-

tura…, con una perspectiva y una base católica ypositiva, es algo que no existe en España.

Esto supone desmarcarse bastante de lo queactualmente se ve en los medios de comunica-ción...

F. Goicoerrotea: Supone desmarcarse totalmen-te. Respetando todas las iniciativas, nosotros tenemosun objetivo y una filosofía bien clara. Creemos quela sociedad española tiene una base cristiana, y pre-tendemos llegar a todas esas personas que, por elajetreo de la vida, se olvidan un poco de los valoresque deben imperar. Esto es un mensaje que noso-tros queremos que la gente capte.

V. Cortizo: Otra cosa importante también es queAunalia no se agota en la Red. Esto es algo que ya tu-vimos claro desde su concepción. Un problema quetiene la Red es que es demasiado virtual, y Aunaliaquiere dar un paso grande a lo real, por lo tanto conlos visitantes haremos actividades personales: con-ferencias, sesiones de formación, encuentros…, ac-ciones que pasen de lo virtual a lo real, para que lagente le ponga caras a nuestro portal, y que veanclara nuestra pretensión, es decir, que es un bien pa-ra todos, un portal abierto para todos aquellos quebusquen educación en valores humanos, cristianos.Dios está en el fondo de cada información que ha-cemos, en el sustrato que alimenta todo. En esta so-ciedad hay mucho de enfrentamiento, de anti-al-go… Aquí no somos anti nada, aquí somos pro-hu-manidad.

¿Cómo nace el nombre?

V.Cortizo: El nombre viene de aunar, de unirnostodos aquellos que creemos que la sociedad nece-sita más sonrisas, más de positivo. Que hay muchosya que anuncian malas noticias, pero no hay mediosque hablen de lo positivo, desde la esperanza, esoen el mundo de los medios de comunicación es ca-si inexistente.

F. Goicoerrotea: En nuestro portal se defiendenlos valores, una concepción positiva de la vida, elsoporte de este portal es Dios. Qué duda cabe que elsentido positivo de la vida, para las personas cre-yentes, y para los no creyentes pero que buscan, loencontrarán más fácilmente si dan a su día a día unsentido espiritual de la vida.

¿Y cómo son las secciones de Aunalia?V. Cortizo: Las secciones no las entendemos co-

mo secciones cerradas. Son secciones intercomuni-cadas, porque pensamos que la sociedad no caminasectorializada, sino que camina conjuntamente. EnInternet se parcializa la sociedad muchas veces, yeso no es así. Un padre podrá acudir perfectamentea la sección de familia, de jóvenes, de cultura, deniños…, todo está englobado y relacionado.

¿Por qué habéis elegido Internet para desa-

rrollar estos contenidos?L. Fernández: Aunalia es un proyecto cuya ba-

se o valor diferencial son los contenidos, y creoque la mejor manera de llegar a un público objeti-vo amplio, de diferentes perfiles, de la manera másrápida, en tiempo real y permitiendo contenidosde actualidad, es la Red. Creo que es una elecciónacertada, y cuando se nos conozca nos planteare-mos evolucionar hacia un contenido más de papelescrito, o algo que nos podamos permitir, perofundamentalmente este contenido encaja fenome-nalmente con la Red como canal de comunica-ción.

V. Cortizo: Nosotros damos un sitio en laRed para que un joven pueda ir, para una fami-lia entera. Si quieres leerle a tus hijos un cuen-to, nosotros te lo facilitamos… Si no puedes ira ninguna escuela de padres, porque tienes 14horas de jornada, pues nosotros te facilitamoslos temas; si no sabes qué película ir a ver alcine este fin de semana, te lo facilitamos… Si nosabes qué leer, si estás preocupado por un te-ma educativo…, te lo facilitamos; si quieres iral videoclub, también facilitamos películas. Y siquieres ir de excursión, te digo qué viajes pue-des hacer en familia, y que ese viaje, ademásde ser meramente turístico, tenga elementosculturales importantes. No despertamos la sed,ayudamos a saciarla. Porque la sed de valoresestá ahí.

Desde la feAlfa y Omega26 24-X-2002

www.aunalia.es

Conversación con don Francisco Goicoerrotea, su Presidente, y sus dos Directores: don Víctor Cortizo y don Luciano Fernández

Nace Aunalia

Cuando uno teclea en su ordenador la dirección www.aunalia.es, aparece una página de presentación cálida y sencilla: un fondo blanco, una flor recién cortada y manos que acogen, con una frase: El lugar de los que sueñan con un mundo mejor. Con este comienzo el navegante avispado comprenderá que se encuentra ante un medio de comunicación diferente. ¿Qué contenidos encierra esta página tras esta presentación? Don Francisco Goicoerrotea, Presidente, don Víctor Cortizo, Director y promotor de la idea, y don Luciano Fernández, Director del área técnica, imaginaron un portal en Internet donde se apostara por la Humanidad. Los valores humanos, la vida vista en positivo, desde la esperanza y la sonrisa serían los principales protagonistas. La familia, los niños, los jóvenes, la cultura, la reflexión o la actualidad en el mundo, los temas a desarrollar. Y entonces nació Aunalia

En la foto, de izquierda a derecha, dearriba a abajo: Francisco

Goicoerrotea, Luciano Fernández,Mercedes Gómez (directora adjunta),

Víctor Cortizo, Ángel Mirallas (respon-sable de sección) y Jaime Esparrach

(coordinador de contenidos)

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Desde la fe Alfa y Omega 24-X-2001 27

Me estoy dando cuenta cada día más viva-mente de que el Ser es Misterio, misterioexistente. ¡El ser existente! La situación

trágica del hombre es que no lo reconoce.Misterio, como amor, se han convertido en pa-

labras de revistas de peluquería...Lo sé muy bien. Pero queda un instinto no des-

truido todavía en las personas que permite que las pa-labras recuperen espesor. A los hombres les toca re-conocer e imitar a este Misterio. Éste es el puntodramático de nuestro tiempo. Y es lo que los tali-banes –los fundamentalistas islámicos– no com-prenderán jamás. Me conmueve saber que, a pocoskilómetros de la guerra en Afganistán, hay presenciascristianas de amigos míos que reconocen este Mis-terio-Caridad. Hay ansia de esto más entre los pobres,que entre los que creen haber comprendido y me-dido definitivamente el Misterio, sean o no católicos.

Es duro con los líderes de la cristiandad.El Papa es conmovedor por su neta percepción

de la tragedia de hoy, y por su ánimo trepidante eindómito con que nos indica la tarea en esta situa-ción. Me asombra la absoluta pureza de su presenciaen el mundo. Pero, ¿quién escucha al Papa? No le es-cuchan... Incluso obispos y curas. Los mismos res-ponsables de comunidades no entienden bien estascosas, que harían añicos su conformismo abriendonuevas vías hacia el futuro: no esperan la plenitud.Sin amor, sin el reconocimiento del Misterio vivifi-cante, el individuo se apaga y muere. Nuestra espe-ranza, la salvación de Cristo no puede ser algo quehemos leído y sabemos repetir bien, un discurso máso menos edificante o moralista, al que se reduce confrecuencia el anuncio. Hace falta tener pasión... Loque resulta útil de verdad es lo que llega al pueblo ypermite que se exalte: la unidad como signo visiblede este Misterio-Caridad. Este Misterio ha penetra-do y penetra, ¡aquí, ahora!, en un pueblo que a vecesya no tiene siquiera responsables que se den cuentade ello... Si no fuera así correrían impetuosamente amostrar y demostrar la salvación de Cristo.

¿Así que no se trata sólo de una incapacidad decomunicar?

Ya no se ve que la fe se convierta en principio in-terpretativo de las cosas. Y también fuera de la co-munidad cristiana ya no se percibe la esencia delcaminar religioso humano. En este punto es donde

entreveo la tarea de los cristianos. Es necesario queperciban este Misterio-Caridad. Se sigue sin comu-nicar la exaltación de la persona, la victoria del Mis-terio, la gloria de Cristo frente a lo que sucede. Pa-rece que repito siempre lo mismo: pero es que loque digo es la realidad, es todo. La situación delhombre frente al Ser es dramática. Sólo se aceptaaquello de lo que se tiene experiencia. Pero si la ex-periencia no se vive como experiencia de amor, setermina por anclarse en una visión trágica. Se terminapor comunicar a Cristo y lo que de Él deriva con undiscurso correcto, pero no santificante, porque sinamor, sin ser atrapados por ese torbellino que es elMisterio-Caridad, terminamos siendo estériles. SinCristo nada es seguro, estaríamos en la inseguridadabsoluta. En cambio con Él se exalta a la persona.

El catecismo decía que había que hacer obrasde caridad.

Pero uno no se salva solo, por los propósitos quehace. Es Otro quien salva a uno y al mundo, a travésde algo nuevo que ha nacido dentro de la Historia.Sin Cristo uno se siente disperso dentro de sí, inca-paz de enfocar la realidad, incapaz incluso de percibir

con nitidez cualquier belleza perdurable. La capa-cidad de los hombres de engañarse y de dejarse en-gañar es grande. Es la falacia de la apariencia. Y, amenudo, los cristianos se hunden en ella, se creenbuenos porque una vez comprendieron, y se refierena ella como si pudieran salvarse con el discurso yla coherencia. Prefiero a muchos que no son cris-tianos, pero que son conscientes del mal y de su in-capacidad para seguir al bien, que sin embargo pre-sienten; los prefiero a esos católicos que se cons-truyen un sistema en donde descansar su supuesta fey su supuesta caridad. En ellos Cristo vive momifi-cado y, lo que es peor, creen que le conocen.

Cumple 80 años el 15 de octubre y la salud nosiempre le ha acompañado. Debe ser muy poten-te ese misterio que permite sonreir a los ancianosen medio de la actual disipación del cristianismo.

Yo digo lo que veo, soy entusiasta de lo que soy.Dios ha hecho al hombre, Cristo ha hecho al hombrey a la Iglesia. Hay que vivir como Cristo y vivir laalegría pascual. Hay una forma de hacer sencillo to-do esto: decir lo que se ve. Dios hecho hombre, Cris-to, y la Iglesia que es su desarrollo. En los hombreshay un instinto que aún no está destruido del todo, larazón todavía nos permite no considerar el mal co-mo algo ineluctable. La preocupación mayor debe serpara nosotros ésta: que con palabras sencillas la ex-periencia del Misterio retorne a la gente-gente. La feno opera ya el salto cultural, no dice nada a la sangreque bulle. Nosotros, los cristianos, somos los únicosque podemos penetrar culturalmente en la masa, nohablando para las élites sino dentro de la masa dis-persa, esa que enciende la televisión, la que va a la es-cuela y se encuentra con profesores a quienes no lesimportan nada los alumnos. Tiene que volver a su-ceder algo, si no... El Misterio no son las tinieblas, si-no lo que se nos ha dado experimentar del Ser. LaVirgen, en su sencillez y carnalidad, elimina cual-quier equívoco. La característica del Misterio es quelos pobres ignorantes lo pueden comprender.

Los que pasan por ser los más inteligentes sonlos que encuentran un escollo precisamente enesto y no comprenden. Dicen: residuo pagano.Con toda su buena fe, no lo aceptan.

¡Sin embargo lo entienden sus madres! Pero ellosrehusan aceptar la plenitud. La libertad existe, ¿en-tiendes? Y esto me hace estallar de alegría. Mi lí-mite no me asusta, es la demostración más fantásti-ca de la existencia de Dios.

Renato Farina(de su entrevista a don Luigi Giussani

publicada en el diario Libero: 22-VIII-2002)

Cristo está presente

Llevad el Misterio a la gente

Monseñor Giussani, fundador de Comunión y Liberación, cumple 80 años

La relación de don Luigi Giussani con Españase remonta al inicio de los años 70. Desde el

principio resultó llamativo a sus primeros ami-gos españoles su disponibilidad para acompa-ñarles en la vida. Sus frecuentes visitas, peseal número insignificante de personas que cons-tituían el grupo inicial, dice mejor que ningunaotra cosa el tipo de relación gratuita que esta-blecía. La percepción de que venía por cada unode nosotros y no por un proyecto fue lo que aca-bó por fascinarnos. La fidelidad a esa relaciónha sabido generar entre nosotros auténticos hi-jos.

Toda persona que le conoce se ve cada vezmás despertada, abrazada, exaltada hasta elpunto de convertirse en verdadera protagonista dela realidad que le toca vivir. Don Giussani comu-nica una fiebre de vida a la que es difícil sus-traerse. Es imposible estar a su lado y que no se

despierte el gusto por vivir con una intensidadque antes desconocíamos. Nos hace interesarnospor cosas que, a lo mejor, no entraban antes ennuestro horizonte: poesía o música, historia o ar-te, nada queda fuera. Así nuestra humanidad seha ido dilatando hasta límites que nos sorprenden.Todo ello nos permite comprender cada vez me-jor una de sus convicciones más arrigadas, queel cristianismo es un acontecimiento. No sólo delpasado, sino del presente. «Cristo está presen-te, si obra, si cambia», le gusta repetir. Ver obrara Cristo ante nuestros ojos dilatando el horizon-te de nuestra persona nos facilita su reconoci-miento. No es extraño que esto haga crecer ennosotros la pasión por Cristo y Su Iglesia, y eldeseo de comunicarlo a quienes encontramosen el camino.

Julián Carrónsacerdote en Madrid

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Desde la feAlfa y Omega28 24-X-2002

La vinculación entre tus últi-mas películas es obvia desdeun punto de vista formal. Pe-

ro, ¿cuál es la relación de fondo, te-mática, entre ellas?

Creo que nacen de la memoria, node la mía, porque yo no he vivido aque-llo ni en aquellos lugares, sino comomemoria general de un tiempo. Mi ci-ne no retrocede al pasado porque pien-se que entonces se vivía mejor. Peromucha gente de las grandes ciudades,viendo esas películas, puede recordarque quizá tiempo atrás crecieron en unpueblo donde se vivía de otra manera,con otro ritmo vital, con otras costum-bres. En aquel mundo había cosas quehoy es muy urgente recuperar. Es obvioque no es lo mismo ir a misa en la grancuidad que cuando se iba en el pueblo.Igual con las cafeterías, la escuela.

Por ejemplo, hoy se valora mucho eltriunfo, el éxito... Para algunas cosaspueden servir, como para la economíay las finanzas. Pero la globalizacióntambién globaliza valores y senti-mientos, que no son los mejores. Nues-tro presente es tan violento, que inclu-so el mal adopta connotaciones de va-lor. Yo no hago películas específicassobre esto, pero creo que, en un pre-sente tan duro como el nuestro, hayque recuperar otras dimensiones. Porejemplo, El abuelo hablaba de ante-poner el amor al honor; Canción decuna era una película sobre la bondad;Historia de un beso es una película so-bre el amor; You´re the one era más dedesamor.

Háblame del amor...El amor es como el éxito, rejuve-

nece. Cuando tienes un éxito, por ejem-plo profesional, te miras en el espejopor la mañana y te ves más joven, singoteras, se te quita todo, eres inclusomás atractivo. ¡Fantástico! Es como sila gente se enamorara de ti. Pues asíes también el amor. Y es que el amor esun éxito, un milagro. En Historia deun beso, intuyo que lo que hace donBlas con su sobrino Julio es regalarle eldon del amor.

En tu forma de hacer cine se pue-de hablar de un estilo Garci: pulcri-tud en los encuadres, inmovilidad dela cámara, tomas muy largas, esce-nas corales muy dreyerianas..., ¿re-conoces un estilo Garci, o prefieresno estar encasillado?

Tú hablas de un cierto aire de fa-milia. Puede que así sea ahora, porque,por ejemplo, Asignatura pendiente notiene mucho que ver con El Crack encuanto a narrativa. En mis últimas

obras sí que he tratado de depurar unestilo, o de encontrar un estilo más pu-ro. Yo tengo una gran fascinación porJohn Ford, y él decía: «Hay que tener

una muy buena razón para mover lacámara». En Historia de un beso, lagrúa ha estado en el camión las sietesemanas de rodaje menos un día. Sólose mueve la cámara cuando en los pla-nos finales la grúa sube sobre el cena-dor. Y casi porque es una convención,la película sale. Y además estuve du-dando mucho si meter o no ese plano.En otro orden, a mí me gusta cada vezmás en pintura Vermeer, cuya influen-cia ya estaba en Canción de cuna. O,por ejemplo, en Las meninas de Ve-lázquez hay algo misterioso de quie-tud y sosiego... Ésta es la forma de en-

frentarme a la película que yo querríaque se notase en mi puesta en escena.Es como si te dieras un baño de aguacaliente y que las sales fueran los co-

lores que elijo, el paisaje, el tiemponarrativo, la música..., y que todo ellote vaya produciendo un bienestar; elcine de Bresson, de Dreyer, un cinemuy pictórico. No olvides que mi pa-dre era pintor, y desde pequeño estuveentre pinceles. Como un pintor que seaparta del cuadro para verlo mejor, yoquiero poner la cámara en un sitio res-petuoso que no agobie a la gente. Co-rro el riesgo de hacer una película es-tática. Pero es un riesgo que merece lapena correr.

Esta pureza de lenguaje que buscodesde Canción de cuna implica un

cierto tipo de historias, en las que nocaben expresiones soeces, en las queel entorno es muy importante, con mu-cha presencia de la naturaleza..., novale cualquier argumento.

Siempre hay curas en tus pelícu-las, ¿cuál ha sido tu experiencia per-sonal del clero?

Yo estoy haciendo cine gracias a unsacerdote. Se llama José Aguilera Ro-dríguez. Pepe Aguilera. Un cura al quele gustaba mucho el cine, abogado ylicenciado en Filosofía y Letras. Ycuando yo era un chico de 19 años,apostó por mí, y me dijo: «Vas a escri-bir en la revista de las Hermandadesdel Trabajo», y luego aquí, y luego allá.Y me decía que le gustaba mucho loque escribía, y me puso en contactocon Pérez Lozano y con otras perso-nas... Era un tipo maravilloso e inteli-gentísimo. Recuerdo una época queestuvo destinado en un pueblo peque-ñito. Si le vieras explicar la Navidad aun montón de feligreses analfabetos,comparando la llegada de Jesús con lallegada del tren, que era el orgullo delpueblo... Yo me quedé impresionado.¡Qué sencillez de lenguaje, cómo trans-mitía el temblor de la Navidad...!Cuando te ibas a confesar, abrumadopor los pecados de la adolescencia, ycomprobabas que a él sólo le interesa-ba cómo estabas, cómo te iban los es-tudios, cuáles eran tus aspiraciones...,cómo te iba. Era como si no hubieraoido tus pecados. Para nosotros eso erafantástico. En 1960 eso no era lo habi-tual. Claro, hay curas de todo tipo. Pe-ro habiendo tenido yo esta experien-cia, ¡cómo voy a arremeter contra ellos!

Dice tu protagonista: «Trato dedistraer y de emocionar, y nunca deconvencer». ¿Definirías así tu cine?

¡Ojalá! Los directores europeos po-nemos demasiado énfasis en las cosas.El secreto del cine americano es quese habla de lo trascendental e impor-tante de forma sencilla. Yo aspiro aeso, pero aún queda camino.

También afirma don Blas: «Ilu-sionarse es un don; nos enamoramos

de una ilusión». ¿Se puede hacer ci-ne con pesimismo, sin ilusión?

Imposible. Es necesario estar ena-morado del cine. Esto no es un oficio.Aquí no se está por dinero. En mi caso,el cine ha pasado de ser una pasión auna obsesión, algo que tampoco esbueno. Pero ya es muy difícil quitár-tela. Me he acostumbrado a sacar delcine apuntes en limpio de la vida. Otroslo hacen mediante la filosofía o la li-teratura. El cine, como la Medicina,requiere una vocación.

Juan Orellana

Entrevista a José Luis Garci, director de Historia de un beso

«El amores un milagro»

Me he acostumbrado a sacar del cine apuntes en limpio de la vida. Otros lo hacen mediante la filosofía o la literatura. El cine,

como la Medicina, requiere una vocación

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Desde la fe Alfa y Omega 24-X-2002 29

Humanamente correcto

Demasiadas veces nos quieren tapar la boca cuando los nuevoscensores opinan que lo que decimos no es políticamente co-

rrecto. Parece que no lo es, por ejemplo, opinar que el Islam, unareligión digna de todo respeto, genera hoy sin embargo muchamás violencia que el cristianismo, el cual no estuvo limpio de ellaen sus veinte siglos de historia; o que una pareja homosexual, alincumplir el precepto –tan bíblico como natural– de crecer y mul-tiplicarse, no es equiparable a un matrimonio por mucho que así lodecidan algunos Parlamentos; o que la riqueza moral y material sa-le principalmente del esfuerzo, desde que el pan se gana con el su-dor de la frente, por lo que la protección social, justa y necesaria,no debe estimular la pereza; o que es lícito amar a la patria y subandera sin ser por ello un reaccionario, sobre todo cuando esa Pa-tria dejó en la Historia una larga y fecunda huella; o que el pudorpuede y debe defender la intimidad del ser humano frente a la ex-hibición de la sexualidad al servicio del efímero placer que invade,incluso, la publicidad de diarios tenidos por respetables.

Proclamemos con claridad que lo que, en verdad, necesitamoses distinguir lo humanamente correcto de aquello que no lo es.Hagámoslo con claros ejemplos; no lo es que unos niños mal defamilias bien se diviertan rompiendo una gran estatua madrileña yarrojen una de sus manos a un vertedero; ni que otros mozalbetesrompan la belleza de la noche cacereña porque no pueden se-guir emborrachándose…, después de las cuatro y media de lamadrugada; ni tampoco que unos jovenzuelos, no menos bárba-ros, apaleen con saña a un vigilante de un campo sevillano defútbol; y no es humanamente correcto que un sacerdote se nieguea celebrar una misa por un cristiano difunto que fue asesinadopor un cobarde terrorista. Algo falla, en la responsabilidad de pa-dres, educadores y superiores cuando tales episodios ocurren enuna sociedad que presume de haber elevado tanto su nivel de vi-da como para necesitar inmigrantes allá donde antes generabaoleadas de emigrantes. Si algún motivo faltara para mejorar la ca-lidad de nuestro sistema docente, esta carencia de humana co-rrección bastaría para justificar los tenaces esfuerzos de la mi-nistra de Educación frente a tantos intereses creados.

Hemos contemplado, por el contrario, un ejemplo admirablede corrección humana. Muchos católicos llegados del ancho mun-do han rendido homenaje a san Josemaría Escrivá de Balaguer, alser elevado a esa santidad, por la mente clara y la voz vacilante deJuan Pablo II. Quienes no pertenecemos a la Obra, por falta de mé-ritos o por propia voluntad, hemos admirado en televisión muchosaspectos de una historia que empezó en un pueblo aragonés yque ahora ha alcanzado una de sus más altas cumbres; hemos ad-mirado, por ejemplo, la conducta de los 300.000 seguidores di-rectos que desbordaban la capacidad de la Plaza de San Pedro yla Vía della Conciliazione. Impresionaba su respeto a la índolesobrenatural de una ceremonia que, otras veces, se adornó cuan-do la legítima alegría de los paisanos del nuevo santo o de la nue-va santa enarbolaba las pancartas que alababan sus virtudes y lasbanderas que explicaban ese paisanaje. En este domingo roma-no, la sobriedad y la devoción fueron la norma con la que se vis-tió la alegría de los peregrinos. Y nos conforta saber que un terciode esos fervorosos y discretos ciudadanos hubiera llegado des-de España.

No tenemos motivos para desesperar. Es, el nuestro, un pue-blo que ha superado en el último siglo pruebas muy duras, inclui-da la lucha civil más brutal que el mundo ha conocido y un largo pe-ríodo posterior en el que la inmediata guerra mundial nos privó dela ayuda que, sin ella, habríamos seguramente recibido; no gozóEspaña de ningún Plan Marshall, ni después de 1939 ni tampocodespués de 1945. Como admirablemente ha explicado en Alfa yOmega el profesor Velarde, no fue ajeno a nuestra recuperacióneconómica el camino hacia la santificación por el trabajo que sanJosemaría enseñó a sus discípulos. Sería una tremenda culpa detodos que ése y otros ejemplos, religiosos o laicos, fervorosos o ag-nósticos, fuesen olvidados en la España del tercer milenio, y quelo humanamente incorrecto volviera a predominar entre nosotros.Se advierten algunos síntomas de esa mala tendencia; pero es-tamos, sin duda, a tiempo de corregirlos desde la familia, desde laescuela, desde la Ley.

Carlos Robles Piquer

Punto de vistaL I B R O SSi, después de mi muerte, encuentras cual-

quier manuscrito, o incluso cualquier opi-nión, que no esté en armonía total con la

enseñanza de la Iglesia, no dudes en quemarlo».Quien hace esta confidencia, y ruego, a su mu-jer, en el lecho de la muerte, no es precisamenteun iletrado integrista de una causa sin causa,es uno de los más importantes filósofos con-temporáneos, de quien escribe el cardenal Rat-zinger: «Estoy seguro que cuando en el futurose escriba la historia intelectual de la Iglesiacatólica en el siglo XX, el nombre de Dietrichvon Hildebrand estará entre las más destaca-das figuras de nuestro tiempo». Es la biografíade este filósofo, escrita por su mujer Alice, unafotografía de una constelación de estrellas delpensar sobre Dios y sobre el hombre nada des-deñable. Max Scheler, Husserl, Fischer, Rei-nach y el jesuita padre Heribert Holzapfel, en-tre otros. Hay un aspecto llamativo en el pen-samiento y en la vida cristiana de von Hilde-brand: su profundo y genuino sentido de laautoridad, objeto incluso de su trabajo de Ha-bilitation. A partir de su conversión, nuestroautor descubrió el don de la autoridad que con-forma nuestra orientación hacia el bien y querefleja el esplandor de la verdad, de la verdadabosluta sobre lo contingente. De ahí su firmeposición de defensa de la encíclica Humanae vi-tae, que le produjo no pocas incomprensionesy despechos por parte del pensamiento críti-camente acrítico consigo mismo. Dietrich vonHildebrand quizá no es todo lo conocido quedebiera por estos predios. Lamentamos que va-rias de sus obras importantes aún no se hayantraducido al español.

J. F. S.

Javier M. Suescun escribió en 2001 Me abu-rro en Misa, para acercar la Eucaristía a los

jóvenes. Ellos le respondieron que el auténticoproblema era que no se identificaban con laIglesia, su doctrina y jerarquía. Así nació estelibro, con muchos testimonios de jóvenes queluego el autor comenta. De las críticas, el autorse adhiere a unas, matiza otras, sugiere solu-ciones, ofrece contrapuntos positivos que pasandesapercibidos, y subraya el papel deforma-dor de los medios de comunicación. Tambiénresponde a preguntas del tipo: ¿Puedo ser cris-tiano sin Iglesia?; o ¿Qué puedo hacer yo?Sin duda lo más interesante y constructivo dellibro es su defensa a ultranza de la necesidad dela Iglesia. Su actitud la resume un texto de Car-lo Carretto: «¡Qué criticable eres, Iglesia! Sinembargo, ¡cuánto te quiero!» Como parte dela solución, anima a los jóvenes a formarse, aluchar por la gente, a participar y hacerse oír enlas actividades y órganos de decisión de su pa-rroquia, y a ser coherentes en su seguimiento deCristo. La sombra del libro es la ambigüedaddel autor ante temas sustanciales como el sa-cerdocio de la mujer, o la verdad de algunosaspectos doctrinales. A pesar de ello, este libroproporciona pistas e implica en la construc-ción de una Iglesia en la que uno se quita elsombrero, pero no la cabeza.

María Martínez

Pasiónpor laverdad

Título: Alma de leónAutor: Alice von HildebrandEditorial: Palabra

Diálogocon jóvenes

Título: ¿La Iglesia?¡Vayacuento!Autor: Javier M. SuescunEditorial: San Pablo

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Desde la feAlfa y Omega30 24-X-2002

GentesJosu Iriondo, obispo auxiliar de Nueva York, en el Bronx

«Lo peor fue la época de la heroína. Me subía a los tejados porque los cha-vales drogadictos se movían por allí. Poco a poco, en el Bronx, levantamosla cabeza, porque la gente de Ecuador, México, es estupenda y tiene unaenorme dignidad y ganas de trabajar. Volvemos a construir. Además,cuando llegan, lo único que reconocen como propio aquí es la Iglesia ca-tólica. América la hicieron los pobres. La Iglesia católica americana la em-pezaron irlandeses tan pobres que no traían ni lo indispensable. Ahora loshispanos formamos la mitad de la diócesis de Nueva York. Somos mayoría.Este país es protestante en su espíritu, son muy individualistas; los cató-licos, en cambio, estamos formados en el espíritu colectivo».

Bono, músico y líder del grupo de U2

«Empleo mis energías mucho mejor en otro tipo de guerra: la guerra con-tra la pobreza global y el sida. Deberemos estar muy preocupados devivir en un mundo en el que dos millones y medios de africanos moriránel año próximo, mientras existen los fármacos que podrían salvarlos; unmundo donde la gente muere de hambre, mientras el planeta está llenode alimentos para saciarles. La guerra contra el terror puede dominarlos mass media, sí, pero no podrá ser vencida sin vencer también la gue-rra contra la pobreza».

Javier Irureta, entrenador del Deportivo de La Coruña

«Cultivé la oración desde pequeño y, posteriormente, en los vestuarios delAtlético de Bilbao, donde se estableció la costumbre de rezar antes de lospartidos. Me gustó tanto aquella forma de empezar, que la he introduci-do en los vestuarios del Depor. Los jugadores nunca han rechazado es-ta práctica, y eso que los he tenido de religiones distintas, musulmanes yjudíos. Admiro del Papa su potencial de entrega. Siempre viajando parallevar a Cristo a todas partes; es admirable. Los católicos hemos de es-tar muy atentos a sus enseñanzas. Y respecto a la vocación misionera, di-ría que siempre me rindo ante la labor que desarrollan los misioneros».

Pecado de mediocridad

El mundo plural de los jóvenes

Amuchos adultos les gusta aproximarse através de los medios de comunicación al

mundo de los jóvenes. La juventud es unaetapa de información para los adultos auncuando muchos padres y educadores no ha-yan hecho bien sus deberes con ellos, y noreconozcan su fracaso, o culpen de falta dediligencia a los poderes públicos y de inefi-cacia a los planes educativos próximos enel pasado, aún vigentes.

Hasta aquí no hay mucha discrepancia pormi parte. En lo que sí discrepo, y llevo 34 añostrabajando con jóvenes, es en el tratamientoque algunos medios de comunicación social,estudios sociológicos, coloquios o tertuliashacen de los jóvenes. Se vienen presentandoperiódicamente tales incursiones, carentes derigor y de la más elemental objetividad. Sehabla del mundo de los jóvenes como si decultivo de melones se tratara, con osadía, in-cluyendo, en el mismo estudio, a los com-prendidos entre los 17 y 25 años; se habla deellos sin hacer el más mínimo esfuerzo pormatizar y referir las calificaciones o descalifi-caciones según culturas universitarias o no;si vive con los padres, por cuenta propia, consu pareja o solo; si las circunstancias concu-rrentes le han llevado a la marginación, a uncentro penitenciario; a asociarse con alguna tri-bu urbana; o si pasan toda la noche del fin desemana de movida, o no; si pertenecen a al-gún movimiento religioso, o no; si colaborancomo voluntarios en alguna ONG, etc. Laspreguntas y los resultados no pueden ser losmismos y merecen un tratamiento diferente.

Toda estas situaciones tienen su impor-tancia para hacer una valoración ajustada ala realidad que permita detectar qué ide-ales constitucionales o no, valores demo-cráticos o no, existen en nuestra sociedadjoven, según edades, estudios, ocupacioneslaborales, proyectos de futuro, compromisossociales con un mundo en cambio rápido,etc., y cuáles son las circunstancias familia-res y educativas de quienes triunfan o fraca-san en la actual coyuntura. Quizás, en el fon-do, tales estudios tienen la pretensión de quelas cosas sigan como estaban cuando elloseran jóvenes y les fue bien. Sin embargo, lascircunstancias, las internas e internaciona-les, han cambiado y mucho. Interesa analizary conocer los resultados en éxitos y fraca-sos, tanto en políticas educativas familiarescomo escolares, públicas como privadas delos jóvenes.

Entiendo que no se han hecho bien estosestudios y que globalmente poco o nada nosaportan. No se trabaja con referencias cro-nológicas concretas, culturas específicas yfilosofías sociales emergentes. Se precisaríaotro tipo de enfoque abierto, sincero, hones-to, con otros métodos de estudios, dada lapluralidad sociológica existente en la socie-dad, para tener credibilidad en los resulta-dos que necesitamos para conocer la for-mación y responsabilidad, o lo contrario, dequienes conducirán los destinos de España,y afianzar nuestros aciertos y rectificar denuestros errores.

Francisco Gómez García-Fidalgo

Punto de vista

Después de un accidente de tráfico, la prima de una amiga le confesaba en una carta: «Asumirse tan frá-gil como un casi es el primer descubrimiento después del susto. No había plan para acabarse ahí, pe-

ro casi sucede». Comprobar que casi pierde la vida le hizo pensar a Graciela en otros casi diarios en los quela vida se nos va de una manera bastante más culpable: «Casi te llamo, te visito, lo termino, lo empiezo, loexpreso… Casi –sigue Graciela–, pero nos falta coraje, decisión, entrega, confianza, amor, ímpetu. Cada vezque casi lo hacemos y no lo hacemos, perdemos el estar vivos plenamente. Estamos casi vivos. Y esamediocridad nos pone en un lugar de desprecio, de descuido, de pérdida de una irrepetible oportunidad».¿Hará falta ver cerca la muerte para percibir la medio vida en la que descuidadamente nos instalamos? Ju-lián Marías en su librito Tratado de lo mejor habla de la inmoralidad como «pérdida de intensidad del vivir».Pero hasta que el destino no nos sorprende con un susto, rara vez nos arrepentimos de la flojera con la quevivimos, con la que solemos hacer las cosas, de la mediocridad que desdibuja muchas de nuestras accio-nes. Esta dejadez, esta chapucería del vivir no nos parece inmoral. Somos sólo casi concientes de la gra-vedad de nuestra existencia. Ni siquiera en la vida de la fe nos altera demasiado que una de las frasesmás duras del Evangelio, Cristo la haya dirigido a los tibios, a quienes prometió vomitar. No creo que ningúnsanto haya alcanzado la perfección dejando de hacer lo que le tocaba, o casi haciéndolo, sin poner en ca-da acción todo el cuerpo y el espíritu. Como dice Graciela, «si desaparecen los casi, y de un momento a otronos enfrentamos con el fin, habremos sido prolijos con nuestro destino, eficientes en el uso de nuestra bre-vedad y eternamente felices de haber sido personas enteras, completas, íntegras, profundamente vivas».

Dora Rivas

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Desde la fe Alfa y Omega 24-X-2002 31

Leo en una columna firmada por Carlos Dávilaque, en la manifestación del pasado fin de semana,en San Sebastián, a favor de la paz y la libertadpara todos los vascos, «la Iglesia estuvo clamo-rosamente ausente». Evidentemente, no es ver-dad: si lo que quiere decir es que no estaba el obis-po de San Sebastián, dígalo con todas las letras; pe-ro la Iglesia, ¡ya lo creo que estaba!: la mayoría,por no decir casi todos los manifestantes, perte-necían a la Iglesia; conviene no confundir las co-sas. Es como si escribe que no estaba el PSOE,porque no estaba el alcalde socialista de San Se-bastián, o que no había vascos porque no estabanni Arzallus ni Ibarretxe.

Don Fernando Valderrama, ex representante deEspaña en Irak, se ha metido en camisa de oncevaras de mala manera y, encima, quiere hacer cul-pables a los demás. ¿Cuando aceptó representar aEspaña en Irak, no sabía lo que aceptaba, ni quiénera Bush, ni quién era Sadam Husein? Entonces,¿qué sabía? Pero, en fin, no era esto a lo que yoquería referirme, sino a los exabruptos que ha lan-zado contra la ministra de Asuntos Exteriores que hacensurado su proceder tan poco diplomático. Diceel señor Valderrama que la actitud de la ministra«sorprende en una persona tan piadosa», y que la ac-titud de la ministra «casa muy mal con la caridadcristiana». ¿Pero qué idea tiene este buen señor dela caridad cristiana? ¿Acaso cree que ser cristiano esser tonto, o hacer como que no se ve lo que se ve? Loque está mal está mal, y es estricta responsabilidadde un responsable público denunciarlo; si, además,es cristiano, con más razón; tal vez el señor Valde-rrama, un tanto perdido en los vericuetos intrincadosdel mundo islámico, ha olvidado algo que en Es-paña, desde siempre, ha identificado al cristiano:decir sí o no como Cristo nos enseña.

El ínclito don Javier Pradera ha escrito un artículoen El País titulado No siempre manda quien paga.En él –y en la más ortodoxa línea de ese diario–vuelve a entonar la rancia palinodia sobre la queél considera «situación laboralmente discrimina-toria y personalmente humillante de los profeso-res de Religión católica en los centros educativospúblicos». Es obvio que, si se parte de premisas fal-sas, se llega forzosamente a conclusiones falsas, y

el señor Pradera se llena la boca con la palabra de-rechos y ni una sola vez se le ocurre, no ya escribir,sino pensar en la palabra deberes, que, natural-mente, los profesores de Religión en esos centros yen todos los demás saben que tienen la obligaciónde cumplir desde el momento en que firman el con-trato. El ínclito señor Pradera, editorialista y lum-brera doctrinal de El País, ¿aceptaría que en esediario escribiera, por ejemplo, yo? Claro que, sise piensa en la educación como instrumento de po-der y de ganar dinero, no como servicio real a lagente, luego se dicen y se escriben cosas que nohay por dónde cogerlas.

El diario El Mundo, un día sí y otro también, atiempo y a destiempo, vuelve con la murga de la ho-mosexualidad y del sacerdocio, como si ese tipode conducta moral equivocada sólo se diera, o sediera más, en el sacerdocio que en el resto de lasprofesiones; o como si cuando se da en el sacer-docio está mal, y cuando se da en todas las demásprofesiones ya no está tan mal. Va siendo hora, porotra parte, de que cuando un obispo, un hombre deIglesia es acusado injustamente y calumniosamente,la correspondiente rectificación aparezca también,como es debido, en las páginas de El Mundo. Ha ha-bido varios casos clamorosos, y uno precisamenteestos días, y ni Cristina Peri Rossi, ni Antonio Ga-la, ni nadie de El Mundo parece haberse enterado y,

por cierto, ni «el Vaticano promueve la línea blan-da para los curas pederastas», como ha titulado ElMundo, ni, como ha titulado El País, «el Vaticanofrena la purga lanzada por los obispos de EstadosUnidos contra la pederastia». No es verdad: el Va-ticano ni frena, ni promueve nada de eso. Lo que síintenta hacer es que no paguen justos por pecado-res. No debería uno sorprenderse, en una sociedadque llama al hambre inseguridad alimentaria mun-dial, o que cree que se acaba con la droga y la pros-titución legalizándolas, aunque luego se comprue-be, como en Holanda, que, de eso, nada. Pero unose sigue sorprendiendo, ¿qué quieren ustedes queles diga? Ingenuo que es uno…

Leo en un periódico el texto de la nueva cancióndel nacionalpapanatismo, con la que Las Ketchup(todo una radiografía del papanatismo nacional e in-ternacional) sustituyen a ese prodigio de la comu-nicación moderna que se llama Aserejé. La letrade la nueva canción, que –¡oh!– se titula Kusha laspayas, dice: «Nos vamos a Fuengirola que allí nonos ve mi papa, / nos vamos pa la costa que allípodemos ser malas./ Copita que va y viene, chupi-to que viene y va, / y así me pasaré bailando to el finde semana. / Y un p’acá y un p’allá, y un salir yun entrar». ¡Fastuoso, ¿no?!

Gonzalo de Berceo

NO ES VERDADNO ES VERDAD

TELEVISIÓNTELEVISIÓN

Hacia finales de agosto. Jerez de la Fron-tera. Mientras se termina de preparar la

comida, mi cuñado y yo ayudamos a poner lamesa. Comienza el telediario. Mi cuñado, conun plato en la mano, sin mirar a la esquinadonde está el televisor, pone cierta atención.Con voz fuerte y airada, extraña en su naturalbonachón y tranquilo, exclama: «¡A ver si lofichan ya de una vez y nos dejan tranquilos...!»Y es que el primer plato del menú informativode todos los telediarios fue el culebrón Ro-naldo, al que se le dedicaron más minutos enun mes que los que había jugado en sus trestemporadas en el Inter de Milán.

Pero eso no fue todo. Otro día no tuvimosmás remedio que acordarnos de El Caso,aquel periódico cuyos contenidos se centra-ban en contar todos los sucesos macabrosque podía... Realmente hubo días informati-vamente macabros.

Parece que, con la llegada del otoño, la co-sa no está tan mal. Incluso hay algunos direc-tores/presentadores que han introducido algu-nos apartados que contribuyen al bien común.Por ejemplo, esa sección que intenta fomentarla lectura; o esa otra que recoge iniciativas so-lidarias de ciertas personas e instituciones, porlas que habría que felicitar a mi antiguo alumno

don Alfredo Urdaci. Pero no basta con eso.Los telediarios necesitan una urgente remode-lación, de acuerdo con los parámetros marca-dos por la mejor teoría y ética informativas.¿Cuáles son esos criterios ético-informativos?Los iremos desvelando en sucesivas colabo-raciones. Para quien no tenga paciencia (y sí al-go de tiempo) recomiendo entretanto la lecturadel capítulo 7 del libro Ética de la comunica-ción y de la información, editado recientemen-te por Ariel, bajo la coordinación de los profe-sores Agejas y Serrano. Merece la pena.

Gabriel Galdón

Ronaldo, El Caso y los telediarios

Ventura y Coromina, en La Vanguardia

Page 34: del Vaticano II Un Concilio para el tercer milenio · El Concilio Vaticano II La verdadera realidad de la Iglesia, recuperada «He tenido el privilegio de asistir a las últimas jornadas

Hemos celebrado en todas las diócesis de Espa-ña la fiesta del Pilar siguiendo una más quemilenaria tradición de devoción y amor a la

Virgen bajo esta advocación tan querida por todos losespañoles. En este día también celebra España su fies-ta nacional, recordando sin duda la fecha histórica deldescubrimiento de América el 12 de octubre de 1492:un hecho que ha definido como ningún otro la singulary decisiva aportación española a la configuración mo-derna de la comunidad internacional. Aquel día lejano,hace 510 años, cuando las tres naves colombinas tocantierra en la que ahora conocemos como la isla de SantoDomingo, celebraba Zaragoza la fiesta de su Patrona,conocida y venerada ya en todos los reinos de España.

Rememorar y actualizar el significado eclesial de lafiesta de la Virgen del Pilar es siempre de gran prove-cho pastoral. En este año 2002, en el que la Conferen-cia Episcopal Española ha aprobado su nuevo Plan dePastoral –Una Iglesia esperanzada: ¡Mar adentro!–,parece incluso obligado. Pocos caminos mejores, pas-toral y espiritualmente hablando, se podrán encontrarpara la renovación de la autenticidad evangélica en elencuentro con el misterio de Cristo, que el de la me-moria de la evangelización primera de España, enrai-zada en la fidelidad apostólica y en la ferviente pie-dad mariana que la ha acompañado. La estampa deMaría, consolando y animando a orillas del Ebro aSantiago, un Apóstol descorazonado y al parecer de-rrotado, tal como nos relata la tradición, es todo unsímbolo de la importancia decisiva de la Virgen para lafecundidad de la acción evangelizadora entre nosotrosdesde la primera hora. Por eso España supo siempreacudir a María, su Modelo y Madre, y, por ello, fuesiempre fiel a la comunión con la Iglesia universal y supastor, el sucesor de Pedro, viviéndola hacia dentro desí misma como una comunión en el amor fraterno, quese proyectaría luego hacia fuera, a la sociedad y al pue-blo, como fuente de unidad y de solidaridad mutua en-tre todos y bajo todos los aspectos de la vida personaly social.

La Virgen del Pilar evoca una historia de una muytemprana aceptación del Evangelio en los tiempos dela Hispania romana, que fructifica en el nacimiento denumerosas Iglesias particulares, unidas por el martirio de muchos de sus hijos ehijas y por vínculos estrechos de comunicación y comunión eclesiales, nunca in-terrumpidos, ni en los momentos de cruz ni en los momentos de gloria –valga laexpresión–. La devoción a María alentará ese gran período visigótico de la Igle-sia en España que transmite, a través de los Concilios de Toledo y de los Padreshispanos de la Iglesia, en forma especialmente genial a través de san Isidoro deSevilla, luz doctrinal, contribuciones espirituales y litúrgicas y normas pastora-les a toda la Iglesia de Europa en el momento crucial de la evangelización de susnuevos pueblos del norte, del centro y del este. El amor a la Virgen guiará des-pués a todos los españoles de los nuevos reinos, que nacen en la encrucijada en-tre el primer milenio y el segundo milenio, en su propósito de salvaguardar las ra-íces de la España cristiana en un proceso histórico sin par que suele caracterizarsey designarse como Reconquista. Y, finalmente, Ella será la Estrella de la evan-gelización en esa gran misión americana que da sus primeros pasos, no sin unaprovidencia particular, un día del Pilar.

La Virgen del Pilar nos evoca, por tanto, uno de los rasgos más típicos y atra-yentes de la vocación específica –llamémosla así– de la Iglesia en España: su vo-cación misionera. Todas sus grandes empresas misioneras en América, África,Asia y Oceanía son compartidas por todas sus Iglesias particulares. En cual-

quier frontera de la misión que la Iglesia ha ido abriendo por todo el mundodesde ese año-clave del descubrimiento de América, han estado siempre pre-sentes misioneros españoles, venidos desde todas las diócesis de España, paraanunciar y testimoniar con sus vidas la Buena Noticia del Evangelio de Jesucristo,el Salvador del hombre.

Hagamos pues hoy de la evocación agradecida al Señor, y de nuestra profe-sión de amor a María, la Virgen, Madre de Dios y Madre nuestra, súplica y ple-garia dirigida a Ella bajo la advocación del Pilar, tan entrañablemente hispana yamericana, para que la Iglesia en España sepa renovar su fidelidad y amor a Je-sucristo, su Hijo, con tal autenticidad espiritual e ilusión apostólica que florez-can la vida cristiana y el amor fraterno entre sus hijos e hijas, y la disponibilidadincondicional para ser fermento de fraterna unidad y solidaridad dentro y fuerade España, y muy especialmente para ser testigos del Evangelio adonde la misiónde la Iglesia nos llame. Digámosle con fervor, con el Himno de Laudes de su Ofi-cio de la fiesta del Pilar: «Tú, la alegría y el honor del pueblo,/ eres dulzura y es-peranza nuestra:/ desde tu trono, miras, guardas, velas,/ Madre de España».

+ Antonio Mª Rouco VarelaCardenal-arzobispo de Madrid

AAllffaa yy OOmmeeggaa

AAllffaa yy OOmmeeggaa aaggrraaddeeccee llaa eessppeecciiaall ccoollaabboorraacciióónn ddee::

La Virgen del Pilar, en el inicio del Año del Rosario

La fiesta mariana de España

Ilustración antigua, tomada de la revista El Pilar

La fiesta del Pilar en Roma

Roma también celebróla festividad de Nues-

tra Señora del Pilar, Patro-na de la Hispanidad. Elmismo sábado 12 de octu-bre, en la Iglesia NacionalEspañola de Santiago yMontserrat de Roma, elobispo emérito de León,monseñor Antonio Vilapla-na Molina, presidió la Eu-caristía. El día antes, en lamisma iglesia española deRoma, el arzobispo susti-tuto de la Secretaría de Es-tado, monseñor LeonardoSandri, presidió el TeDeum de acción de gra-cias, en el que participó elCuerpo Diplomático acre-ditado ante la Santa Sedede los países hispanos. Ensu homilía, monseñor San-dri pidió que «cese en Es-paña el triste fenómeno delterrorismo, que destruye laconvivencia pacífica, violalos derechos fundamenta-les de la persona y siem-bra dolor y tristeza en lasvíctimas y sus familiares».

Zenit