declaracion de intenciones, enero 2011
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Conceptualización
Desde finales de los años sesenta, sociologos y filósofos como Jean Boudrillard o Paul Vilirio han descrito un cambio en nuestra manera de ver el mundo, provocado por la introducción de la tecnologia en la vida co?diana.
La progresiva aceleracion de las comunicaciones y las transmisiones, la popularización de los trucajes y simulaciones visuales, han provocado una ruptura de las coordenadas espacio-‐temporales que nos expone a todo ?po de manipulaciones.
La aparición de un nuevo espacio “virtual”, paralelo a la realidad, pero que termina imponiendole sus propias leyes, hace que nos resulte cada vez mas dificil diferenciar entre realidad y fantasía.
Una de las consecuencias de todo este proceso es la crisis de los valores sociales y la desaparición de muchos de los elementos que aglu?naban la vida comunitaria, sus?tuidos ahora por las ficciones del nuevo individualismo de masas.
Ha sido en el terreno del arte donde las teorias sobre la cultura y el simulacro, desde la epoca de las vanguardias, los ar?stas han incorporado los lenguajes de la comunicación contemporanea, realizando diferentes propuestas arLs?cas. El uso del video o la instalación la televisión o la comunicación a través de internet incorporan precisamente esta idea, proyectos de larga duración> work in progress, rompen las convenciones del mundo arLs?co y reclaman la par?cipación del público, en un intento de reucperar los vinculos entre arte-‐vida. Una relectura a la idea performa?ca e interac?va, un espacio de arte asequible a todo ?po de público, que rompe con el eli?smo del arte conceptual.
Los cambios sociales y culturales son imposibles de comprender, sin conocer la forma en que los medias remodelan nuestro entorno.
Este mundo capitalista, la sociedad de consumo y la invasión del márque?ng, está presente en nuestras vidas a todos los niveles, desde polí?cos demagogos que invierten numerosas can?dades de dinero en asesores y campañas, futbolistas que ?enen más glamour que cualidades como jugadores, por no hablar de la publicación de todos los detalles in?mos de cualquier personaje de la prensa rosa, colec?vo en el que igualmente se encuentran estos polí?cos, depor?stas de elite, así como monarcas, y personajes supuestamente “respetables”.
Nos hemos acostumbrados a ver retransmisiones televisivas de cualquier cosa, por muy bizarra que nos resulte, y lo peor es que en la mayoría de los casos esto está consen?do por las personas afectadas, incluso muchas de estas han dejando de tener vida privada a cambio de generosas sumas de dinero.
Hemos pasado del espacio público a la imagen pública. La ciudad tradicional siempre se ha organizado en torno a un espacio público, el ágora, foro o la plaza, ahora es la época de la “tele-‐ciudad”; un espacio teletopico en el que se impone el espacio real de la retransmisión de un acontecimiento se impone al espacio real del propio acontecimiento, así como también a la presencia virtual, determinada por el rol preponderante de la comunicación electronica y de las tecnologias de la información que reconfiguran el sistema de relaciones que conecta la historia de la vida privada con un sitema dinámico de información global y relega a un plano secundario factores como el emplazamiento Vsico.
Con el auge de los medias, las redes y la comunicación globales, esos lugares se han vuelto más abstractos y la ges?ón de esos recursos es más anónima. Asímismo, el ?empo cronológico, se ha conver?do en un ?empo frené?co de novedades intantánteas en el que la mirada momentánea e individual es más importante que el recuerdo.
La esfera pública global y el rol que ejercen los medias en la (re)creación y la (re)definición de la realidad ?enen un gran impacto en nuestro presente. Los media nos remodelan completamente. Resultan tan seductoras sus consecuencias personales, poli?cas y económicas, esté?cas, psicológicas, morales, é?cas y sociales, que no pueden dejar de afectarnos o conmovernos en algunas de nuestras facetas.
Es, por consiguiente inevitable que en esta sociedad posmoderna y capitalista, en la que estamos invadidos por los medias, hayamos modificado nuestros habitos e incorporemos técnicas de marke?ng a la hora de desenvolvernos en sociedad.
Por ello parto del individuo, el cuerpo y su relación con el entorno (con el espacio y con los otros), en este mundo posmoderno. Cues?ones como la iden?dad y las relaciones interpersonales y afec?vas forman parte de mis vídeos e instalaciones y perfomances .
Con está obra, trato de abrir un debate sobre la esencia misma de lo humano. De este modo trabajo sobre el cuerpo, la iden?dad, la velocidad y la inmediatez acorde con nuestra era tecnocienLfica.
Para mi el ?empo ocupa una posición crucial entre los campos de la experiencia y la condición Vsica del mundo material. Mi interés se centra, no tan sólo en la creación de las relaciones humanas, sino en los procesos intrínsecos a la creación de los lazos entre los diferentes individuos, en los patrones mismos de lo viviente y en la condición humana contemporánea.
Es esta búsqueda constante de la conexión con el aquí y ahora la que hace me hace cues?onar y rear?cular el sen?do de lo real y de lo co?diano. Creo que el ar?sta debe ser productor de experiencias y conocimientos, y por ello indago y me replanteo la configuración del espacio colec?vo, exponiéndolo como una mera reflexión sobre el presente.
Mi forma de entender el arte como una extensión de la vida me anima a crear contextos en los que sucedan cosas, que permitan la interacción, la banalización de las ideas que mis obras ?ene como transfondo a través del juego, del uso de elementos infan?les, o de la esté?ca me ayudan a dotar a la obra de diferentes significados, haciendo más par?cipe al público, quien la completa dotándola de un significado propio, en función de sus experiencias, convir?éndose así en “eterna” y valida independientemente del contexto.