cultivando marihuana cap.xiii - la cosecha y el secado
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http://es.growlandia.com/cultivando-marihuana-capxiii-la-cosecha-y-el-secado Tratando un tema que muchas veces pasamos por alto sin mucha importancia traemos el capítulo XIII de nuestro manual de cultivo. Algo tan discutido como el momento oportuno para realizar la cosecha es lo que queremos ayudar a desvelar en esta entrega. Hablamos también del proceso de secado que tenemos que darle a nuestra maravillosa planta, el tiempo óptimo determinará el mejor sabor que disfrutaremos al fumarla. www.GrowLandia.comTRANSCRIPT
con Manuel Freiría
XIIILa cosecha y el secado
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XIIILa Cosecha y El Secado
Una de las cuestiones en la que es más difícil ponerse de acuerdo entre los cultivadores es cual es el momento óptimo de la cosecha.
Ante la misma planta, tres cultivadores darán tres respuestas diferentes: Todavía le falta, este es el momento, ya está pasada...
Lo peor, (o lo mejor) es que los tres tienen razón. Cada cual encuentra un punto para cosechar la planta que le proporciona el efecto que ellos desean para si mismos cuando consumen.
Hemos insistido a lo largo de este manual que cada variedad es un mundo, e incluso cada planta tiene características propias de contenidos en cannabinoides que dificulten saber cual es el momento idóneo de la recogida en función de los efectos que busquemos según nuestros propios gustos o necesidades.
CONSIDERACIONES GENERALES PARA LA COSECHA
Independientemente de cuál sea la variedad que hemos cultivado, el primer chivatazo de los síntomas de maduración será la transformación de los pistilos (los pelillos de las flores) a color rojizo o marrón.
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Sin otros medios de observación, para encontrar un efecto equilibrado entre la somnolencia y las risas, elegiremos recoger cuando la mitad de los pistilos han oscurecido. Este método no es totalmente fiable, pero nos acercará a nuestro objetivo de disfrutar socialmente de la hierba y que a la vez la cabeza se nos ponga creativa.
Afinando
Cuando veamos que la planta empieza a mostrar rojizos los pistilos, haremos un seguimiento periódico del color de los tricomas. Los tricomas son unas pequeñas glándulas o gotitas que perlan los cogollos. Con una lupa de 50 aumentos o con un cuentahílos, observaremos el color de estas gotitas. A medida que la planta madura, los tricomas toman un color ambarino y turbio. Haremos un conteo en diferentes puntos de las ramas de la planta, de forma que para un efecto equilibrado, co-secharemos cuando la mitad de los tricomas estén de color ambar, y la otra mitad todavía trans-parentes. Cuando recolectamos en este estadio, el efecto será equilibrado entre la somnolencia y el speed que nos mete el THC.
¿Medicinal o recreativa?
La familiaridad con la variedad que estemos cultivando nos dará las claves del momento de la recogida. Solamente mediante los métodos de prueba y error sabremos en qué momento debemos recolectar nuestras plantas para adaptarlas a nuestros gustos.
Las plantas menos maduras, con los tricomas más transparentes, nos proporcionarán efectos más cerebrales; cuando más de color ambar estén los tricomas, más físicos serán los efectos.
UN TRUCO PARA NOVATOS
No es elegante, pero funciona. No debemos contarlo por ahí si no queremos que nos tomen por cultivadores de pacotilla...
Elegimos en un cogollito, vemos el aspecto de los tricomas y de los pistilos. Lo secamos al aire (nunca al sol) un día, y posteriormente lo pasamos por el micro a temperatura de descongelar hasta que le cruja la ramilla central. El efecto que producirá la yerba si cosechamos en ese mo-mento será el que estemos sintiendo.
Sí, efectivamente, estaremos expectorando como locos, y parecerá que lo que fumamos es lechuga, pero estamos probando el punto de maduración impúdicamente. Si el efecto te gusta, cosecha aho-ra. Si crees que no es suficientemente físico, deja estar las plantas una semana más y repite la operación.
COSECHANDO
Trás dejar de regar un par de días las plantas para ayudar a la deshidratación y al transporte de las sustancias nutritivas móviles de las hojas hacia los cogollos, procederemos a cortar nues-tras plantas.
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En exterior no debemos cosechar en mojado si hemos tenido algún percance a causa de las incle-mencias del tiempo.
Eliminaremos las hojas mayores y solitarias, y mantendremos aquellas que envuelven los co-gollos para obtener un secado más uniforme. Este es el inicio del curado. Una deshidratación progresiva mejora los sabores y suaviza el humo.
Dependiendo de la prisa que tengamos, colgaremos toda la planta o bien sus ramas de un hilo de tendal.
Existen métodos más sofisticados, como secaderos apilables, otros colgantes, con corriente de aire forzada... Esto ya es gusto de cada uno.
Es imprescindible que en el lugar de secado exista una leve renovación de aire, y una baja con-centración de humedad además de una ausencia de luz.
SIN PETAS NO HAY PARAÍSO
Cuando las ramas centrales crujan, es el momento de hacer un rasurado más a fondo. Sepa-raremos los cogollos de la rama principal, pinzaremos las hojas sobrantes e iremos guardando en botes o cajas de cartón nuestras flores. Una vez realizado este trabajo, queda el de fumarse el primer cigarrillo de maría de “VERDAD”.
Estos primeros porros son un poco “bravos”, pero tienen una chispa como de vino joven, con su en-canto vivaracho para disfrutar el momento.
Fumaremos de la anterior hierba, mientras despacito transpira la nueva en nuestras cajas de cartón. La humedad que aún conservan en el interior de los cogollos, aflorará y en unas semanas estos volverán a estar crujientes.
En uno o dos meses, la potencia de la maría no habrá disminuido, y su sabor habrá mejorado un 100%.
Los más sibaritas habrán guardado los mejores cogollos en cajitas de madera de cedro para fumár-selos hasta seis meses después...
¡Ya sabéis que pedir para el cumple!