cuarto creciente número 2
TRANSCRIPT
no te pierdas en mirar, tira p'alante.
Me gusta el mar,el monte, el río,la cascada,me gusta el libro,la música, la amistad,la playa.Me chifla todo,estoy chiflada.
Me gusta la lluviala nevada,me gusta el bosque,el duende, el hada.Me chifla todo,estoy chiflada Gloria Fuertes
Cuando me habló, estaba triste;Me preguntó la causa de mi tristeza.Mujer, la causa de mi mal siempre es la miQue yo adoro lo bello y tú eres la belleza.
Entre Las Cejas
Si aún cruza mucha gente la ciudad,si el tiempo aun no ha confundido tu energía,si tienes entre las cejas libertadno te vayas a dormir que aún es de día.
Si vives tu condición de hombre animalsi alguna vez te preocupan los restantessi tienes entre las cejas libertadconfieso que eres un menda interesante.
Apuesto a que somos dos o muchos másseguro que en conexión es importantesi tienes entre las cejas libertad
sma:
A menudo yo soyTe idealizo dueñaPero no se me olvLa causa de mi ma
Me gustan los gamusinosAzules,Las verdes ranas,Las gárgolas de piedra,Las campanas.Me chifla todo,Estoy chiflada.
Me gustan los niñosBlancos, negritos,Esquimales, gitanitos,Indios, chinitos,Me chiflan todos.¡No estoy chiflada!
como el Quijote:de mi locuraida nunca que es sólo sueño,l, ¡ya ves!, es la cordura
Camina por la calle y sin saber cómo mira la gente pasar y piensa en todas
las historias que habrá detrás de cada mirada. ¿Quién piensa?, ¿quién
sabe?, ¿a quién le importa todo lo que ocurre a su alrededor y cómo
cambiarlo?. Comenta para sí mismo, se intenta convencer de que otro
mundo es posible y que todas esas piernas que van de un lado a otro a
toda velocidad para no perder un segundo, en un momento pararán sin
saber por qué, se sentarán en cualquier parte y comenzarán a hablar, con
gente a la que nunca conocieron, de soluciones para un mundo que no ha
aprendido a controlarse.
Uno a uno, todos se irán dando cuenta de que no están solos, de que hay
que hacer algo más, que hay que despertar de lo que fue un sueño y se
convirtió con el tiempo en la peor de las pesadillas.
Ha cerrado los ojos por un momento y ha visto en su interior un mundo de
nuevo feliz.
Continúa caminando por una de tantas calles concurridas y cada rostro se
le antoja similar a los demás.
Intenta indagar más en cada uno de nosotros, buscando nuevas
propuestas con las que comenzar otro futuro del que es consciente no
llegará a conocer.
De vez en cuando se para al cruzar un parque, levanta la vista y observa
un cielo limpio en el que puede escapar... continúa su marcha por vías
asfaltadas y edificios infinitos y piensa, no es posible tanta soledad entre
tanta gente, tanta indiferencia ante tanto que mejorar, tanta frivolidad.
Te ve ante cualquier escaparate, fijándote en cualquier cosa que comprar,
y a tu lado entabla conversación procurando por un instante sentirse
comprendido. Entre la banalidad de vocales y consonantes surge la duda:
¿quién piensa?, ¿quién sabe?, ¿a quién le importa todo lo que ocurre a su
alrededor y cómo cambiarlo?
Se despide cordialmente con la tranquilidad de haberse visto escuchado al
fin y le agradeces con una sonrisa el valioso tiempo que ha empleado
contigo.
Comienzas a andar; has perdido todo interés en cualquier escaparate y
ahora tu tiempo lo empleas, mientras caminas, en escrutar rostros
desconocidos intentando llegar a ver su interior, ¿quién piensa?, ¿quién
sabe?, ¿a quién le importa todo lo que ocurre a su alrededor y cómo
cambiarlo?
Te sorprendes pensando ideas quizá irracionales que de vez en cuando
surcaron tu mente y a las que un día decidiste acallar para tranquilizar tu
conciencia: están empolvadas, oxidadas por el desuso, pero aún laten
vivas en tu interior.
Te sorprendes hablando con personas cercanas sobre todo un mundo de
posibilidades que vuelve a abrirse ante tus ojos, sobre la necesidad de no
sentirte muerto, de no sentirte uno más paseando por calles que no
conducen a ninguna parte...
¿Te sorprende descubrir que no estás solo?...
GRACIAS SINIESTRILLA
No quiero dedicarte tansolo estas lágrimas queestoy derramando, estepoema necesario paraacariciarte, escrito bajotu inspiración en largosdías de trabajo, plasmadaaquí en precisos análisisdepurados.
Te quiero dedicar mi vidaa ti, y a tantos hijos de lacalle, hermanosasesinados por el virussocial del abandono, de lapobreza, de la hipocresía.
A ti y sobre todo a lasmadres, esas mujeresde hierro, con elcorazón cincelado por lafuerza de un amorinvencible, obligado aflorecer en medio delestiércol con queabonamos las riquezaslos ciudadanos deprimera, los policías, losjueces, los médicos, losque vivimos a costa devuestra marginación.
Te conozco, naciste en mi misma calle empedrada, juntos crecimos,y juntos conseguiremos sacar a nuestros hijos para siempre de lascárceles, cloacas fabricadas por el miedo, lugares donde se aplazala vida y se sustrae la libertad, cementerios de hombres vivos.
contar todos los lunares que tienes.
Oración de un desocupado
Padre,desde los cielos bájate, he olvidado
las oraciones que me enseñó la abuela,pobrecita, ella reposa ahora,no tiene que lavar, limpiar, no tieneque preocuparse andando el día por la ropa,no tiene que velar la noche, pena y pena,rezar, pedirte cosas, rezongarte dulcemente.
Desde los cielos bájate, si estás, bájate entonces,que me muero de hambre en esta esquina,que no sé de qué sirve haber nacido,que me miro las manos rechazadas,que no hay trabajo, no hay,
bájate un poco, contemplaesto que soy, este zapato roto,esta angustia, este estómago vacío,esta ciudad sin pan para mis dientes, la fiebrecavándome la carne,
este dormir así,bajo la lluvia, castigado por el frío, perseguidote digo que no entiendo, Padre, bájate,tócame el alma, mírameel corazón,yo no robé, no asesiné, fui niñoy en cambio me golpean y golpean,te digo que no entiendo, Padre, bájate,si estás, que buscoresignación en mí y no tengo y voya agarrarme la rabia y a afilarlapara pegar y voya gritar a sangre en cuellopor que no puedo más, tengo riñonesy soy un hombre,
bájate, qué han hechode tu criatura, Padre?
un animal furiosoque mastica la piedra de la calle?
Juan Gelmán
Como rezuma la breaa tu paso se derrite la carreteracarretera por donde voy plantandoen los surcos que dejanlos pasos de cebra con el asfaltosuspiros de alegrías y de llantosdetrás del hollín sigo tus pasostus huellasen mi corazón dejaste rastroshiciste mellano quiero otoños lluviososque me perdone el campoborraran la pistapara tu hallazgoyo solo quiero un poco de solque fría el crudo inviernoquiero un poco de vientoque pueda secar los llantosdesconsoladosde estrellas tapadas por cielos nubladosy así despacio, sin que te enteres
ESPECIE EN EXTINCIÓN
Escribo esto con mi cola sobre las aguas que empiezan adesbordar, aunque sé que de los míos no quedará nadie paraleerlas.Miro alrededor y nosotros, los anarquitos de mar*, somos los únicos aparentementeconscientes de lo que está pasando.Al principio Noé hacía gracia a todo el mundo. Esa manía suya del único dios verdadero, de lasalvación y demás. Incluso nosotros menospreciamos el riesgo.Pero cuando llegó el otoño y empezaron las lluvias, las mismas de todos los años, los crédulos, los timoratos,empezaron a darle oídos.-¿Y sí es cierto?, ¿y sí disfrutar es pecado?.Los árboles empezaron a caer derrotados bajo el hacha salvadora y los hombres y los animales a caer derodillas ante el profeta que los convertiría en los elegidos, los iniciadores de una nueva raza.Insectos, reptiles, anfibios, primates, hombres, aves, todos los animales fueron cayendo bajo su hechizo deloco poseedor de la única verdad. Nosotros mirábamos con incredulidad-¿tanto follón por un poco de agua?Pero, aunque parezca increíble, el pánico se extendió también en el mar.Creo que empezaron las sardinas, el pescado azul tiene un no sé qué de pusilánime.Noé estaba encantado, incluso los peces buscaban la salvación. Hubo luchas y coletazos por ser los elegidos.Sólo nosotros, los anarquitos, vimos en aquel arca un gigantesco ataúd de peces.Intentamos decírselo, fue nuestro error. Nos convertimos en el freno que intentaba alejarles de su futuro.Todos los habitantes del mar se volvieron contra nosotros, dientes de orca, descargas de anguilaseléctricas...fuimos cayendo uno a uno ante la mirada impasible de Noé. Esperó con calma hasta que sóloquedamos dos ejemplares y entonces predicó a favor de la piedad con los equivocados. Y nos respetó la vidapara que, acabado el diluvio, diéramos fe de que él había salvado la especie.Y me suben al arca arrastrado por la multitud de peces que con sus agallas lanzan estertores de alabanza alsalvador dios de Noé.Gloria al salvador.Mi único consuelo es que dicen que este diluvio durará 40 días, a ver como aguantan el olor de miles depeces muertos durante ese tiempo.
*anarquitos de mar: anarquicum piscifactum, especie desaparecida sobre el 1000 a.c. fósiles en Palestinay zonas de África.
GRACIAS RUYNA
Stand by
Me da vértigo el punto muertoy la marcha atrás.
Vivir en los atascos,los frenos automáticos
y el olor a gasoil.
Me angustia el cruce de miradas,la doble dirección de las palabras
y el obsceno guiar de los semáforos.
Me arruinan las prisasy las faltas de estilo,
el paso aleatorio,las tardes de domingo,
hasta la línea recta.
Me enervan los que no tienen dudasy aquellos que se aferran a sus ideales
sobre los de cualquiera.
Me cansa tanto tráficoy tanto sin sentido.
Parado frente al mar,mientras el mundo gira.
Nueva York
Aquí no baja el viento,se queda aquí en las torres,
en las largas alturas,que un día caerán,
batidas, arrasadas de su propia ufanía.
Desplómate,ciudad,
de hombres terribles,cae desde ti misma.
Qué balumbade ventanas cerradas,
de cristales, de plásticos,de vencidas, dobladas estructuras.
Entonces entrará,podrá bajar el viento
hasta el nivel del fondoy desde entonces no existirá
Más arriba ni abajo.
Rafael Alberti
Camino absurdo el que nos lleva por el mundo
lleno de armas, dolor y humo
su único motor el papel-moneda
y conceder créditos para vivir en la tristeza…
Un mundo en el que el día es oscuro
y por la noche, se avergüenzan de salir las estrellas…
Mi camino va por otras veredas
de cielos azules llenos de primaveras
noches de sol y días de luna llena.
Que soy un hombre sencillo
que necesita luz de luna
la sonrisa de la gente
y una mirada tuya.
El Barrunto
C O L A B O R A
Envíanos las poesías, relatos, tiras cómicas,cuentos, historias…lo que sea que te guste y
quieras que aparezca aquí, nosotros haremos todolo posible para que salga en el próximo número.
Podéis mandarlo por correo electrónico a:[email protected]
También podéis dejarlo en el buzón que hay en:Bar La Mazmorra. (C/Valdivia)
“Son cosas chiquitas. No acaban con la pobreza, no nos
sacan del subdesarrollo, no socializan los medios de
producción, y, en cambio no expropian las cuevas de Ali
Baba.
Pero quizá desencadenen la alegría, el hacer y la
traduzcan en actos.
Y, al fin al cabo, actuar sobre la realidad y cambiarla
aunque sea un poquito, es la única manera de probar que
la realidad es transformable”.
Ojos Tristes
Conocí a un viejo niño en las afueras de la ciudad de los sueños, llevando en su mano
viejos papeles mal escritos y deshechos. Era demasiado maduro para su edad,
demasiado niño para su madurez.
Inició él nuestra conversación, como los infantiles niños hacen, sin preocupaciones ni
vergüenzas y yo no estaba destinado a no contestar a sus contemplativas preguntas y
respuestas.
Mi miraba con rostro angustiado, como mira un viejo sin familia, sin dinero ni hogar,
esperando irremediablemente su muerte. Sus ojos se abrían a horizontes lejanos y yo
me preguntaba, deseoso por saber, dónde podía encontrar sus pensamientos en aquel
momento. Su mirada me intimidaba. Sí, a mí, viejo desconsolado, con más experiencias
vividas que un chaval de diez años, pero sentía e incluso sabía que el muchacho, en tan
corta edad había saboreado más la vida que yo, había bebido su jugo y aspirado el
aliento del viento, había observado más amaneceres y había valorado menos que yo, las
cosas efímeras de este falso mundo. Yo, que me había dejado absorber por todo objeto
material, trabajo y deber, no era nada a su lado. Un vago hombre, que se arrastra
infelizmente por el suelo, intentando convencerse de su felicidad para poder despertar
cada mañana y continuar. No sé por qué, ni cómo, tampoco nunca me o pregunté, pero
cada noche volvía a ver a Ojos Tristes, como se hacía llamar, y me leía uno de sus
papeles ensangrentados en lágrimas y algo en mi alma volvía a resonar. Así, transcurrían
los días y continuaba arrastrándome sin cesar, sin comprender por qué existía o se
hallaba aquí el chaval pero cada noche, me alegraba nuevamente cuando me volvía a
visitar para contarle que, en mi mundo, todo es material. Una vez, al cruzar la calle
oscura y resquebrajada del amanecer, me encontré, tras pestañear, al muchacho frente
a mí. Estaba desconsolado, pero con aire apático comenzó a decir: he aprendido de ti, ya
no soy el de antes, los poemas no son para mí, estoy destinado a vivir.
El sol llegó en silencio por las grietas de las ventanas rotas y entonces comprendí, que a
ese chaval yo ya lo conocí y con él escribí. Que ese niño, condenado a quedarse sin vivir,
creyendo entregarse a la vida, desde hoy no lo conseguiría. Que ese, de ojos tristes, era
yo y me condené a seguir aquí y a convencerme de que hay que mal vivir, de que la vida
es así. Y ahora soy yo el que escribo y vivo en mis poemas; y pienso y creo en lo que
siento; y deseo encontrarme de nuevo con Ojos Tristes para decirle que no olvide su
mirada aunque pase el tiempo, pero creo que ha huido lejos, a -supuestamente- vivir y
ya no visita el jardín de mis sueños. Tal vez, ahora, sólo vive en mí.