cuaderno africano

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Poemario de Lauri García Dueñas (2013)

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Cuaderno Africano

Lauri García Dueñas

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Cuaderno africanode Lauri García Dueñas 2013

Diseño: Yaxkin Melchy

Imagen de portada: Dibujo ruandés hecho a partir de hojas secas.

Comentario al libro: Jacinta Escudos

Casamanita Cartoneira/Espacio Cartonero

Contacto: [email protected]

Impreso en México

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Cuaderno africano

Lunes 29 de julio de 2013, Ciudad de México- Ámsterdam

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Para no desentonar, lloré en el aeropuerto.

Viernes 2 de agosto de 2013, Kisii, Kenya.

I

Mamas nos reciben en el camino de tierrael amarillo de sus vestidos parpadeaalgo conecta con el centro de mi cuerpoquizás esta es la primera bienvenida de mi viday tengo una nueva abuela que me repetirápalabras ininteligibles para sanarme.

Bailo y no piensosoy el danzante del fuego que alguien imaginó en otro territorio.Me integro a lo desconocido.Me vuelvo el largo instrumento para beber del conjuro de mis muertos.He venido hasta aquí para esto.Bailo y no pienso.

Domingo 4 de agosto de 2013, Lago Victoria, Kenya.

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II

Tal vez alguien toma la imagen para otro que no la puede vertal vez vine hasta aquí para mirar el largo lago negro y sentir que una mujer blandía un pez muerto cerca de míy que dos niños se acercaban para evitar mi maldición.

Alguien me ha dado la luz pero todavía no sé para qué.

IIILeo:

Loukoumas,Ahora puedo confesarte algunas cosasporque somos una sola carne, sino: nada.

IVMartes 6 de agosto de 2013, Nairobi, Kenya.

Cuando se hubo cerrado la puertalloró como si su cara fuera un puño‘buenas noches’ dijo el filósofo griego cuando se despidió el poetaincólume en el dintel

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la mujer en el pequeño reducto ya no puede decir.

Al otro lado de la rejala ciudad espesó sus insultosla mujer recogió los restos plásticospuso en orden el aire de la habitacióndecidió que leer cierto libro convertiría de nuevo su cara en un puñocambió de opinióny creyó en la posibilidad de que Hamlet espesara lo que ella no pudo decir esa noche.

VMartes 6 de agosto de 2013, Nairobi, Kenya.

Todavía está dentro de mí el hombre.

Estas horas lánguidas en las que esperaréserán recreaciones de huesos de luz que todavía esplenden en los resquicios de un tiempo lejos.

Miércoles 7 de agosto de 2013, Kigali, Rwanda.

VI

Me toca aceptar que a diario vivo en medio de una avalancha de información personalinútil

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innecesariaendogámicaculposay que cuando no la tengo o fallame desespero.

Por lo queme entrego hoy a la posibilidad de estar a media luz sobre telas hermosasen una cama a 14.156 kilómetros de mi camarepasando mi cuerpo mi pensamiento mi soledad

No soy ese montón de dígitos ni palabras de otros.

Miércoles 7 de agosto de 2013, Kigali, Rwanda.

El aeropuerto de Nairobi se quemó ayer. Un día después de mi viaje a Kigali.

VII

El retorno siempre es un signo de interrogación. Sin cerradura.

Viernes 9 de agosto de 2013, Akagera National Park, Rwanda frontera con Tanzania.

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VIII

De este lado del planeta pienso en vos. Sentí haberte visto felino ayer.

IX

Aquí hace 19 añoslos vecinos salieron con machetes a hacer pedazos a sus vecinosahora la gente habla de eso cuando me voy a dormiro susurra al respecto durante la cena.

Un millón de vecinos asesinados por sus vecinosdurante cien díaspor la gente que un día se tomó un trago con ellos en el bar por aquellos que se decían ‘buenos días, que te vaya bien’.

Durante el genocidioeste hotel se quedó vacíoy los búfalos y los monos babuinos vacacionaron a sus anchasluego de que las personas mataran a miles de personas.

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Ahorauna paz a mediastensa y meditabundapero el rostro de ira de algunos vivosme hace pensar que en cualquier momentoen cualquier lugarlos vecinos pueden matar a sus vecinosasí los edificios se quedarán vacíosy los animales vacacionarán a sus anchassobre nuestros escombros.

X

Dicen que hay un elefante que se volvió locodurante los enfrentamientosporque algunos hombres mataron a toda su familiapara comérseladicenque hay que tener cuidado con el elefante solitarioporque ataca a las personas.

Y con razón, pienso.

XI

El mantel azul está bailandoen la sobremesa de un desayuno continental

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al otro lado de la Tierra.

Un hombre me cuida con un palode los traviesos monos babuinos y me sobreviene la culpa histórica de que para escribir estas manchas azuleshaya un hombre parado a mi derechacuidándome con un palo de unos monos que creen que esta es su casay quizás lo sea.

XII

Ver a los monos comer flores rojas se siente bien.

XIII

De este lado, quisiera recordar toda la músicame quito el obstáculo del sentido conservola sensación del baile.

Tarareo.

XIV

Cebras jirafas topis antílopes gacelas hipopótamos monos pájaros.

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XV

Almuerzo con Margot y nueve jirafas Masai en la cima de una pequeña colina.

Viernes 9 de agosto de 2013, Kigali, Rwanda.

XVI

Lost in traslation

Cierta belleza desconocida en las fiestas de desconocidos me pone triste.

XVII

Sueño: Veo un caballo negro, negrísimo, su pelo flota en el viento, el caballo me muerde la mano derecha, me come la piel y en su lugar aparece una mancha de jirafa Masai.

Sábado 10 de agosto de 2013, aeropuerto de Kigali, Rwanda.

XVIII

Mujeres musulmanas con su vestido como casasonríen.

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Sábado 10 de agosto de 2013, aeropuerto de Nairobi, Kenya.

“Está sujeto a su linaje: no le es dado, como a personas sin valor, darse gusto a sí mismo”,

Hamlet, William Shakespeare.

XIX Linaje-Estirpe

Imágenes entrecortadas de diferente naturalargas horas de espera en la autopista del territorio que no cesatrazos de un hombrejirones en una habitación pequeñamás horascuántas horas son necesarias para decirlinajeestirpey que el ideal de una belleza primitiva/repentinase resquebraje hasta que un caballo negro muerda mi mano derechay me dibuje una herida con la forma de una manchaque coincide con las de las jirafas Masaiayer.

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Un cúmulo de aguas acumulándose en el cuerpo sin conexiónsin analogíaun atrincherarse a la Tierra porque era necesarioun temblor de aireun temblor continuode esa sustancia blanda que algunos llaman almacharco en medio del esternónenfermedades de otros no es mía la enfermedadaccidentes de otros no deseo mi propio accidentelos miles de kilómetros hicieron crecer el pozo provocaron el terror de que alguien remueva la prótesis del alfabeto.Confirmo que la excesiva búsqueda de sentido ocasiona una irrupción insalvable en la traducciónno es mi enfermedad, repitoloadinglost in traslationsolo mi estirpe que se conectó telúricamente con el canto el baile los siglosel rechazoel tiempo se distorsionó y las niñas que escucharon palabras en otra lengua confesaron -sin cabellos- el arrebato ante el

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código olor a engrudo siglos de no oler (eso)que ya no nos perteneceese-diferente-sudor ácido invade todo alrededorestirpe linaje susurro quedamenteimposibilidad/ cierta tristeza por las fiestas de los desconocidosel dorado de los pastizalesla sabana la montaña las piedras las moscas taladraron la paciencia y las curvasa la vista del felino arde el estómago de esos-siglostodo desaparece se desvía el lenguaje ante ese-felino a secas en la hojarasca prodigando manchas ver un animal salvaje es saber que todo saber anterior fue a mediaspensamiento empapado en ese olor incomprensibleen ese tiempo y abandono al que fuimos sometidosperolos niños dijeron adiós con la mano a la orilla de las carreteraslas mujeres crecieron del asfalto en fotogramas de coloreslas bicicletas pidieron perdón por la falta de

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aguael pozo fue la alegría de los poblados rumbo a la ciudadel cielo se desplomó en su tibieza deslucidabailé con ese fuego antiguo que me devino rastrojo(palmas que se zurcen)¿el zurcido del sexo?la oscuridad desde dentro con la distancia y el anonimato zumbando en el Dados Hotel subrayó la fortuna y si alguien me dio la luzy si no sé para quétal vez he de apretar mandíbulas y sobre las cenizas de una terminal intercontinentalclavaré a la tierra el flujo sanguíneo que palpitaaún frente al lago ennegrecidoa pesar de las maldiciones y peces muertosporque la sangre del linaje y la estirpequedará intacta aun cuando termineeste doloroso desplazamiento al que me entregué con la vehemencia que una se entrega a lo desconocido.

Domingo 11 de agosto de 2013, París.

XX

No sé cuántas veces tuve que quitarme los

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zapatos para los controles migratorios. Viajar es andar descalzo.

XXIHamlet me cuida.

Jueves 22 de agosto 2013, Ciudad de México.

XXII Latitud

Gran parte del viaje es volverrepito mientras agito la copa para llevármela a la bocay marco números de teléfono para que me digan que no pueden o no me contestenla lluvia desaparece en la liviandad y el oprobio de saberse realmente solo en el mundoy el mundo una imagentotalmente equivocada de uno mismo.

Conclusión: Tomar una cerveza en la barra de un bar es mejor en el exotismo de la compañía por ser remota.

De este ladohe despertado ya sin saberme

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recuperado mis células tercas que me persiguieron hasta aquíaceptado la dispersión del cuaderno africanoafinado la latitud de mi propio folclor temblado mis dientesmovido el dorso de la mano para saber que no hay nadie a mi lado en la camay que el rumor el vértigose mantiene intacto desde el Hotel Dadosdonde dije que no todos los amigos son amigos y reconocí la maldición de las sombras que juegan a abrazarme.

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Viajar es andar descalzo

Sobre Cuaderno africano

Jacinta Escudos

Las manchas de la jirafa. La mordida de un caballo. Los animales vistos (“Cebras jirafas topis antílopes gacelas hipopótamos monos pájaros”). Bailar como posesa. Recordar la masacre de Ruanda. Añorar. Soñar. Viajar.

Lauri García Dueñas viajó a Kenia, Ruanda y la frontera de Tanzania para participar en el Kistrech Poetry Festival en julio y agosto del 2013. Lo que nos entrega en Cuaderno africano es su particular diario de viaje, escrito a partir del más puro asombro.

El impacto de sus días africanos es notorio en el texto de Lauri. Un texto que es algo más que poesía. Es un confesionario. Un “Instagram” hecho de palabras. Un “Vine” de imágenes vistas con la velocidad del tiempo desde la ventanilla del tren de nuestras vidas. Tarjetas postales que retratan el paisaje interior de quien viaja.

Regresar es también parte del viaje. Regresar huesos, cuerpo y maleta, mientras el espíritu, duende insumiso, decide retrasar su retorno, su reincorporación a la rutina. Algo de nosotros parece quedar disperso

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en los lugares que visitamos. Moléculas de nosotros que no recuperaremos más y que nos dejan atados a aquellos lugares. “El retorno es siempre un signo de interrogación. Sin cerradura”, se lee en el Cuaderno africano.

Viajar no es sólo cuestión de ir y volver. Viajar es sobre todo salir de la zona de seguridad. Viajar es abrir los ojos y también el corazón. Ninguna cámara puede capturar ni transmitir lo que el ojo y el corazón sienten cuando miran algo al mismo tiempo.

Los viajes siempre obligan a un viaje interior. Capturar ese viaje, la verdadera travesía, el viaje a tierras africanas pero también al fondo de la viajera misma. Eso logra este Cuaderno africano. Un botín de semillas que Lauri trajo apretado en su puño y que ahora siembra para hacer germinar sobre el papel.