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SEMANARIO DE INFORMACIÓN RELIGIOSA Nº 64/31-III-1997 Cristo ha resucitado

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Page 1: Cristo ha resucitado · dos de hierbas amargas, pasaron de un lugar a otro, de Egipto ha-cia el desierto. Y a causa de esta salida de Egipto, la fiesta tomó entre ellos el nombre

SEMANARIO DE INFORMACIÓN RELIGIOSANº 64/31-III-1997

Cristo ha resucitado

Page 2: Cristo ha resucitado · dos de hierbas amargas, pasaron de un lugar a otro, de Egipto ha-cia el desierto. Y a causa de esta salida de Egipto, la fiesta tomó entre ellos el nombre

Etapa II - Número 64Edita: Fundación San Agustín. Arzobispado de Madrid

Delegado episcopal: Alfonso Simón - Asesores religiosos: Manuel Mª Bru, Javier AlonsoRedacción: Pza. del Conde Barajas,1. 28005 Madrid. Télfs: 365 18 13 - 366 78 64 Fax: 365 11 88

Director: Miguel Angel Velasco PuenteRedactor Jefe: José Antonio Ullate Fabo - Redactores: Coro Marín Palacios, Inmaculada Álvarez, Jesús Colina (Roma)

Jefe de Producción: Francisco Flores Domínguez - Secretaría de dirección: Sonsoles de la Vega-Documentación: Dora RivasImprime y Distribuye: Prensa Española, S.A. - Depósito legal: M-41.048-1995

16-17

12-13

En este númeroSumario

la foto 6

criterios 7

iglesia en madridLa voz del arzobispo.Usted tiene la palabra.En la Vigilia Pascual de 1997:La forma nueva de vivir 8-11

testimonio 14

el día del señor 15

mundoEl Camino Neocatecumenal,una realidad viva en la Iglesia.Ruanda, la guerra interminable 18-21

la vida 22-23

desde la feCon una diferente evolución del cosmos, no habría vida.El cardenal Joseph Ratzingercumple setenta años.Hemos leído.Pecadores, amigos de santos.Entrevista con José Luis Garci.Libros 24-31

contraportada 32

3-5

ESPAÑA

Impresionante unanimidadde los niños:

«Mi papá necesita estar conmigo más tiempo»

RAÍCES

La mañana de la Resurrección¡Aleluya!

EN PORTADA

La resurrección de Cristo:hecho histórico y presente

ΩA

Foto portada: Carlos Fernández. De la revista Paisajes, de Comfersa

Page 3: Cristo ha resucitado · dos de hierbas amargas, pasaron de un lugar a otro, de Egipto ha-cia el desierto. Y a causa de esta salida de Egipto, la fiesta tomó entre ellos el nombre

EL «ATADO» ATÓ MÁS FUERTE

«Algunos, por ignorancia, di-cen que el Señor comió el corde-ro el 14 de Nisán, y que sufrió eldía solemne de los Ázimos, y ex-plican que Mateo dice lo mismoque ellos. Pero su opinión está endesacuerdo con la Ley y, segúnellos, los evangelios se contradi-cen entre sí. En realidad, es el 14de Nisán cuando se cumplió laverdadera Pascua del Señor, elgran sacrificio, en el que el Hijode Dios sustituyó al cordero.Quien fue atado, ató más fuerte;quien fue juzgado, se hizo juezde vivos y muertos; Él, que fueentregado en manos de los peca-dores para ser crucificado, de cu-yo costado traspasdo manó el do-ble baño purificador: el agua y lasangre, la Palabra y el Espíritu;Él, que fue sepultado el día dePascua y cuya tumba fue cerra-da por una piedra».

Apolinar de Hierápolis (siglo II)

EL «PASO» A LA VIDA

«La mayor parte de los her-manos, incluso quizá todos, ad-mite que la Pascua recibe sunombre a causa de la Pasión delSalvador. Pero entre los hebreosel nombre exacto de la fiesta noes pasja, sino phas, que, traducido,significa paso. Puesto que en estafiesta el pueblo salió de Egipto,a justo título se la llama paso. Pe-ro, como no es posible decir enlengua griega el mismo nombre ala manera hebraica, pues los grie-gos no pueden pronunciarlo conel acento fuerte de los hebreos,la palabra ha sido helenizada. Siuno de los nuestros, encontrán-

dose entre hebreos, dice a la li-gera que la Pascua se llama así acausa de la Pasión del Salvador,se reirán de él, porque ignora to-talmente el sentido etimológico».

Orígenes (siglo II-III)

EL CORDERO QUE QUITÓEL PECADO DEL MUNDO

«No estará fuera de propósi-to que volvamos sobre la Pascuay expliquemos que, al principio,fue dada como figura a los hijosde los hebreos. Así pues, cuandoéstos, cumpliendo la sombra de

las cosas que tenían que suceder,celebraron por primera vez lafiesta de phasek, tomaron un ani-mal del rebaño, un cordero o car-nero, que inmolaron ellos mis-mos. A continuación, con su san-gre marcaron las jambas y eldintel de la puerta de la propiacasa, con el fin de alejar al exter-minador, pintando el umbral y eldintel de la puerta. Después, co-miendo la carne del cordero, conla cintura ceñida y compartien-do los panes ázimos acompaña-dos de hierbas amargas, pasaronde un lugar a otro, de Egipto ha-cia el desierto. Y a causa de esta

salida de Egipto, la fiesta tomóentre ellos el nombre de Paso.

Pero lo que les sucedía en fi-gura se escribía para nosotros.Razón por la que Pablo, inter-pretando los antiguos símbolos,revela la verdad de los mismos,diciendo: Nuestra Pascua, Cristo,ha sido inmolada. El Bautista ex-pone el motivo de esta inmola-ción con estas palabras: Éste es elCordero de Dios, el que quita el pe-cado del mundo. Porque el cuerpodel Salvador fue entregado a lamuerte en sacrificio para apartarlos males universales, y para qui-tar, expiándolo, el pecado delmundo entero. Isaías lo habíaproclamado claramente dicien-do: Es él quien carga con nuestrospecados y es afligido por nosotros».

Eusebio de Cesarea (siglo III-IV)HOY, HE RESUCITADO CON ÉL

/3en portadaNº 64/31-III-1997

LA SOLEMNIDAD DE LA PASCUA: DE LA IGLESIA ANTIGUA, A JUAN PABLO II

La resurrección de Cristo:hecho histórico y presente

«Si Cristo no hubiera resucitado, vacía sería nuestra fe». Estas palabras de san Pablo reflejan lo que, a lo largo de ya casi dosmilenios, ha sido –y seguirá siendo– el corazón mismo del cristianismo: Aquel que fue condenado en tiempos de Poncio Pilato

y muerto en la cruz, resucitó al tercer día, según lo había predicho, y vive para siempre... y nosotros con Él. Es justísimo,por tanto, celebrar con la máxima solemnidad la Pascua de Cristo, el «Paso» de la muerte a la vida, y meditar todas estas cosas,

como María, en el corazón. Para ello ofrecemos a continuación unas pinceladas de la Iglesia de ayer de y de hoy:testimonios de los primeros siglos, y algunas reflexiones del Papa Juan Pablo II

«AYER FUI CRUCIFICADO CON CRISTO, HOY SOY GLORIFICADO

CON ÉL. AYER MORÍ CON ÉL, HOY HE VUELTO A LA VIDA

CON ÉL. AYER FUI ENTERRADO CON ÉL, HOY CON ÉL HE RESUCITADO»

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«Nadie puede impedirnos ce-lebrar para el Señor, nuestro Dios,la fiesta de nuestro éxodo, y ce-lebrarla, no con vieja levadura, nicon levadura de malicia e inmorali-dad, sino con ázimos de pureza y ver-dad, no llevando nada con noso-tros del fermento impío de Egip-to.

Ayer fui crucificado con Cris-to, hoy soy glorificado con Él.Ayer morí con Él, hoy he vuelto ala vida con Él. Ayer fui enterra-do con Él, hoy con Él he resuci-

tado».

Gregorio Nacianceno (siglo IV)

CRÓNICA MINUCIOSADE LOS HECHOS

«El día de nuestra solemnidades el día de la Parasceve. Segúnel cómputo del mes, el día de lacrucifixión en el que el Señor hasufrido y ha pasado el día y la no-che en el lugar de los muertos, dela sexta hora de la Parasceve has-ta el alba del primer día de la se-

mana, ese día era el quince. Re-sucitó el primer día de la sema-na, es decir, el dieciséis. En efecto,al alba del día catore comió laPascua con sus discípulos, segúnla ley de Israel; el día catorce, elde la Parasceve, fue juzgado a lahora sexta y permaneció en cruztres horas. Descendió al lugar delos muertos la noche que precedea la aurora del día quince; pasóallí el sábado, es decir, el quince,y resucitó durante la noche queprecede al primer día de la se-mana, es decir, el día dieciséis,

apareciéndose ese día a la Mag-dalena y a los dos discípulos en elcamino.

Que comprenda, pues, quienlevanta controversias a propósitode estos días, que el Señor cele-bró la Pascua y comió y bebió consus discípulos al alba del día ca-torce. Así, a partir del canto delgallo, no comió ni bebió más,porque entonces fue cuando leprendieron y comenzaron a juz-garle, y, como lo he hecho vermás arriba, pasó todo el día quin-ce, la noche y el día entero, conlos muertos».

Afraates (siglo IV)

LA NOCHE CONVERTIDA EN LUZ

«En cuanto a nosotros, her-manos, sabemos y sostenemoscon una fe firme que Cristo mu-rió una sola vez por nosotros, eljusto por los pecadores, el señorpor los esclavos..., como dice elApóstol: Fue entregado por nues-tros pecados y resucitado para nues-tra justificación. Y sabéis perfec-tamente que todo esto no suce-dió más que una sola vez, auncuando la solemnidad renuevaperiódicamente lo que la Histo-ria afirma por medio de todos lostestimonios de la Escritura no ha-ber sucedido más que una sola yúnica vez. Porque la verdad his-tórica y la solemnidad no se con-tradicen, como si la segunda fue-se falaz y sólo la primera corres-pondiese a la realidad. En efecto,lo que la verdad afirma no habersucedido más que una vez en loshechos, la solemnidad invita a re-novar la celebración en los cora-zones de los fieles. La Historianos revela lo que ocurrió y cómoocurrió; la solemnidad nos com-promete a no olvidarlo, no vol-viéndolo a hacer, sino celebrán-dolo. Cristo, nuestra Pascua, ha si-do inmolado. Cierto, ha sidoinmolado una sola vez, pero Élno muere más, la muerte no tiene yaseñorío sobre él. Es lo que quieresignificar la luminosa solemni-dad de la noche de Pascua, en laque velando cumplimos, por asídecirlo, mediante el recuerdo denuestra memoria, la resurreccióndel Señor. Porque ella es la queha hecho esta noche ilustre en to-da la tierra».

Agustín (siglo IV-V)

4/ en portada Nº 64/31-III-1997

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La resurrección de Cristo esun dogma de la fe cristiana,que se inserta en un hecho

sucedido y constatado histórica-mente. Según lo que nos hantransmitido, la resurrección, antetodo, es un hecho histórico: suce-dió en una circunstancia precisade lugar y tiempo: El tercer día des-pués de la crucifixión, en Jerusa-lén, en el sepulcro que José de Ari-matea puso a su disposición, y enel que había sido colocado elCuerpo de Cristo, después de qui-tarlo de la cruz. Este sepulcro seencontró vacío al alba del tercerdía. Ya Jesús había anunciado suresurrección al tercer día.

Pero la resurrección, aun sien-do un suceso determinado en elespacio y en el tiempo, trasciendela Historia. Nadie vio el hecho ensí. Nadie pudo ser testigo oculardel suceso. Muchos fueron losque vieron la agonía y la muertede Cristo en el Gólgota. Fueronmuchos los que vieron a Jesús re-sucitado. Pero ninguno fue testi-go ocular de la resurrección.

La ausencia del cuerpo deCristo en el sepulcro podría ex-plicarse de otra forma, como dehecho sucedió cuando MaríaMagdalena, viendo el sepulcrovacío, supuso que alguno habríarobado el cuerpo de Jesús. Esmás, el Sanedrín trató de hacercorrer la voz de que, mientrasdormían los soldados, el cuerpohabía sido robado por los discí-pulos. Y se corrió esta versión en-tre los judíos —anota Mateo— has-ta el día de hoy.

A pesar de esto, el sepulcro va-cío ha constituido para todos,amigos y enemigos, un signo im-presionante. Para las personas debuena voluntad, su descubri-

miento fue el primer paso parareconocer el hecho de la resurrec-ción como una verdad que no po-día ser refutada.

Los discípulos no inventaronla resurrección (y es fácil com-prender que fuesen incapaces deuna acción semejante). No hayrastros de una exaltación perso-nal suya o de grupo, que les hayallevado a conjeturar un aconteci-miento deseado y esperado, co-mo real. Los apóstoles fueron losprimeros que creyeron, no sinfuertes resistencias, que Cristo

había resucitado simplementeporque vieron la resurrección co-mo un acontecimiento real, delque pudieron convencerse al en-contrarse varias veces con Cris-to nuevamente vivo, a lo largo decuarenta días.

Y así, a través de ellos, a tra-vés de los apóstoles, a través delos hombres y mujeres que die-ron testimonio de la vida y muer-te de Jesucristo, de su Evangelioy de su Resurrección, la verdadsobre Jesús se difundió, primeroen Jerusalén, luego en Judea y,por fin, en otros pueblos y paí-ses. ¡Y así entró en la Historia dela Humanidad!

Juan Pablo II(de Al filo del tercer milenio.

Pedro Beteta)

/5en portadaNº 64/31-III-1997

Arriba, la resurrección de Jesúsante los soldados; abajo, unsacerdote ordena callar a lossoldados sobre lo que han visto.Ambas ilustraciones, del códicePredis (siglo XIV)

«El sepulcro vacío, un signo impresionante»

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Dos proyectosarquitectónicos han sidopresentados al Papa, con

motivo del Jubileo del AñoSanto 2000 y de la llegadadel tercer milenio de la era

cristiana: la restauración dela Basílica de San Pedro (enla foto superior se aprecian

los desperfectos en suscolumnas), dirigida por el

arquitecto Pierluigi Silvan.El objetivo es devolver a los

6.000 metros de laimponente fachada todo suesplendor, para que puedan

gozarlo los miles deperegrinos que llegarán a laCiudad Eterna. Además, el

arquitecto norteamericano deorigen judío, Richard Meier,

con su «iglesiatransparente» (foto inferior),consiguió el primer premio,

del concurso «50 iglesiaspara Roma 2000». El nuevotemplo, símbolo del nuevo

milenio, se alzará en el barrioromano de Tor Tre Teste

Proyectos para el tercer milenio

6/ la foto Nº 64/31-III-1997

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Quienes se encuentran en la primaverade la vida festejan hoy a Aquel que esla Vida, a Jesucristo, porque sólo Él

tiene palabras de vida eterna y puede trans-formar toda la existencia en una primavera».Con estas palabras, Juan Pablo II hablaba deuna primavera definitiva, de la primavera dela Resurrección, el pasado Domingo de Ra-mos, a miles de jóvenes que participaban, enRoma, en la liturgia festiva que abría la Se-mana Santa.

Son muchos los que han salido a disfru-tar del comienzo de la primavera, en el cam-po y en las playas, pero después viene el re-greso, y más adelante el invierno, al igual queal día le sucede la noche... y de nuevo a es-perar otro día, y otra primavera, y así sucesi-vamente, monótonamente. Como le sucedíaa la samaritana que iba al pozo en busca deagua: allí tenía que acudir cada día, porque elagua se agotaba también cada día. Pero aque-lla mujer se encontró con Alguien que le pro-metía una Agua viva, con la que no volvería atener sed jamás; y ella inmediatamente le dijo:Dame, Señor, esa agua para no tener sed ni que ve-nir aquí a sacarla.

¿Quién no desea esa Agua, esa Primaveradefinitiva, esa Mañana sin ocaso, ese Des-canso sin fin... esa Vida sin muerte? Muchos,sin duda, sonríen escépticos: «¡Qué ingenui-dad creer en esos sueños de niño! Los adultoshemos de ser realistas». Sin embargo, ¿quiénes más realista: el que afirma la muerte ne-gando su deseo de vivir; o aquel que no tapala boca a su deseo infinito, ni cierra tampocolos ojos y los oídos al acontecimiento que hadividido en dos a la Historia de los hombres,porque significa precisamente el cumpli-miento de ese deseo, y que, después de yacasi dos milenios, sigue proclamando la Igle-sia a los cuatro vientos? ¿Quién es más rea-lista? ¿Acaso lo es quien pone la esperanzade vivir en lo caduco y efímero? ¿Quiénesfueron más realistas? ¿Los jefes judíos quepagaron a los soldados para que dijeran queel cuerpo de Jesús fue robado del sepulcro?¿O acaso no fueron más realistas los discípu-los aceptando el hecho de la resurrección, traslas repetidas apariciones de Cristo vivo du-rante cuarenta días?

Si Cristo no ha resucitado, los cristianos so-mos –en palabras de san Pablo– los más mi-serables de todos los hombres... pero todos los

hombres, en cualquier caso, lo serían, y ha-bría que concluir que el mundo es cualquiercosa, menos razonable, que «el hombre –co-mo definía aquel famoso ateo que fue Sar-tre– es una pasión inútil», un deseo infinitode vivir, que termina en la nada, en «la náu-sea», diría él. Anunciar que ¡Cristo ha resu-citado, y nosotros con Él!, puede parecer unalocura, pero cuando en realidad la locura sehace presente, y de mil modos diferentes –aveces sutilísimos–, es cuando la respuesta aese deseo infinito que nos constituye es lanada.

¡Pero Cristo ha resucitado!, y por eso es po-sible esa preciosa sonrisa del rostro que ocu-pa hoy nuestra portada. Una sonrisa, comola de todos los niños, llena de razones. La mis-ma sonrisa de la mujer de Samaría despuésde encontrarse con Jesús en el pozo de Jacob:¡Me ha dicho todo lo que he hecho!, les decía alos vecinos de su pueblo, quienes tambiénpudieron sonreir del mismo modo, poco des-pués, tras convivir unos días con Jesús: Ya nocreeemos por tu palabra –le decían–, nosotrosmismos hemos oído y conocido que éste es, en ver-dad, el Salvador del mundo.

/7criteriosNº 64/31-III-1997

El realismo de la Resurrección

Α Ω

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«Cristo tenía enemigos que “maqui-naban contra Él”. Hoy los sigue te-niendo, sólo que somos un poquito pe-ores que los de entonces, porque hoysabemos bien Quién es. Necesitamosmorir al “hombre viejo”, en el sacra-mento de la Penitencia, para resucitarcon Él». Este párrafo es bien expresivode la homilía pronunciada en la cate-dral de la Almudena por el arzobispo deMadrid el Domingo de Ramos. Al día siguiente, en la Misa Crismal,en que son consagrados los óleos y elSanto Crisma para los sacramentos, yen la que los sacerdotes renuevan suspromesas sacerdotales, monseñor Rou-co dijo en su homilía:

La Misa Crismal, en el pórtico de la Se-mana Santa, nos invita a reconocer, conactitud de renovada gratitud, pública-

mente ante el Señor y su Iglesia, el don denuestro sacerdocio ministerial. La Liturgiadel Triduo pascual nos cita anualmente pararecordar –es decir, para pasar una vez más porel corazón– y para revivir la gracia recibiday los compromisos contraídos en el día denuestra ordenación sacerdotal. Liturgia be-llamente expresiva con sus ritos de bendiciónde los óleos de los catecúmenos y de los en-fermos y la consagración del Crisma. Por unlado, nos remite al origen de nuestro sacer-docio: la Última Cena del Señor con sus após-toles; y, por otro, señala dónde está la fuenteinagotable de su fecundidad pastoral: la un-ción del Espíritu Santo. Una cita que obligaa dirigir la mirada de nuestro corazón sacer-dotal a las necesidades del Pueblo de Dios yde la Humanidad en esta hora de la Historia.

Si hay una necesidad pastoral, situada enlo más hondo y lo más auténtico de la vidadel hombre y de la sociedad contemporáneasy que nos interpele con mayor urgencia a lossacerdotes, es la de predicar el Evangelio. Lossignos de la voluntad de Dios, a los que de-bemos de obedecer, son claros. Es responsa-bilidad nuestra, e insustituible, por ser inhe-rente a nuestro propio sacerdocio, la de serlos guías de un nuevo acercamiento de toda lacomunidad eclesial a Cristo. Si en la Iglesiadel final del segundo milenio no tuviéramosojos más que para Cristo, los hombres co-menzarían a comprender que se puede en-

trar en un tiempo nuevo: el de la Gracia y laSalvación. La propuesta del Santo Padre deque enfoquemos el primer año del triduo pre-paratorio del Jubileo del año 2000 a la luz dela persona de Jesucristo no puede ser más cer-tera y luminosa. Respondamos con una acti-tud de conversión personal acercándonostambién nosotros al corazón de Cristo.

Pocas épocas de la Historia han sido tansensibles como la nuestra al dolor y a la in-justicia que supone el mundo de los pobres;pocas tan dispuestas a la indignación que re-acciona y se rebela contra toda explotacióndel hombre por el hombre y contra la repre-sión de la libertad, sea del signo que sea; nin-guna quizá tan ansiosa de verse libre de todaceguera y enfermedad, de toda calamidadhumana. Pero tampoco, probablemente, sehaya dado ninguna que haya sufrido tantasdecepciones y frustraciones personales y co-lectivas. Parece que toda aquella ilusión his-tórica de los años 60 se hubiera quedado re-ducida a una utopía imposible, ¿No es ver-dad que cunde en muchos de nuestrosconciudadanos de Madrid, de todas las eda-

des, una sensación de encontrarse sin salidasy sin sentido para la vida? Es muy difícil, ade-más, sustraerse a la evidencia de que el fenó-meno creciente de la drogadicción, del sexocomercializado, del vandalismo y la violencia,especialmente aguda entre los jóvenes, tieneque ver con una concepción de la vida y conunas estructuras sociales en las que se ha per-dido el rumbo; incluso más, donde no haynorte para la existencia. De algún modo elhombre actual, el de 1997, en Europa, parecehaber tirado la toalla de la Historia. ¿Es queno hay salvación posible? Si es que ya no sue-na ni el término mismo de salvación. Y mu-cho menos lo que significa y contiene la pa-labra gracia. Apenas se cae en la cuenta, cuan-do no se ignora por completo, que laHumanidad ha entrado ya, y definitivamen-te, en el tiempo de la gracia; que se ha cum-plido el anuncio profético de que ha llegado,de forma inapelable y victoriosa, el Año degracia del Señor. Que se ha cumplido por Je-sucristo.

LA ESCLAVITUD RADICAL

Las buenas noticias que anuncia el librode Isaías no se hicieron realidad en el tiem-po de Israel. Los designios salvadores de Diosse presentaban a manera de figuras cierta-mente oscuras, pero plenas de promesas fir-mes de bienes inefables que iban a venir. ¡Ven-drían por Jesús de Nazaret! Cuando Jesús,enrollando el libro del profeta, y después desentarse, afirma que aquella Escritura que

8/ iglesia en madrid Nº 64/31-III-1997

LA VOZ DEL ARZOBISPO

¿Hemos tirado la toalla de la

«SI EN LA IGLESIA DEL FINAL

DEL SEGUNDO MILENIO NO TUVIÉRAMOS

OJOS MÁS QUE PARA CRISTO, LOS HOMBRES COMENZARÍAN

A COMPRENDER QUE SE PUEDE

ENTRAR EN UN TIEMPO NUEVO»

Sacerdotes madrileños en una concelebración eucarística

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acaban de oír se estaba cumpliendo –(Hoyse cumple), es la expresión literal que nostrasmite el evangelista– no hablaba en pro-fecía, constataba públicamente la sencilla ver-dad de lo que estaba sucediendo, de aquelhoy que no dejaría de estar presente y ope-rante nunca más en el futuro de la Humani-dad como un hoy de gracia y salvación.

La visión profética de la Vieja Alianza sellena de luz y contenido preciso en la imagende Jesucristo que diseña el vidente del Apo-calipsis. Éste habla ya de lo que ha visto yoído, y lo testimonia para toda la Iglesia: quela salvación ha venido ya por la acción sacer-dotal de Cristo, por el ejercicio de su sacer-docio, el verdadero, el único, el eterno. Por laoblación que el Hijo hizo de su vida al Padreha quedado liberado y rescatado el hombrede su esclavitud radical: la del pecado y delas fuerzas que lo instigan, sostienen y pro-mueven: el Maligno y los poderes de estemundo. Este Sacerdocio de Cristo permaneceoperante en la Iglesia por medio del sacerdo-cio ministerial de los que han recibido el Sa-cramento del Orden: por nosotros, mis que-ridos hermanos sacerdotes. Del ejercicio fiel,obediente, entregado de nuestro ministeriosacerdotal depende en gran medida que lavida de la gracia renueve y santifique ince-santemente a toda la comunidad de los bau-tizados, y penetre más y más en las concien-cias de las personas y de la sociedad.

EL SIGNO DEL CELIBATO

En este año de 1997 hemos sido testigosde acontecimientos históricos de toda índole–científica, cultural, económica y política...–que han puesto en evidencia hasta qué lími-tes de destrucción de lo humano puede llegarel grado de poder alcanzado por el hombrecuando se declara libre de toda instancia éti-ca superior a él, de toda referencia a Dios.Ante el reto formidable de la secularizaciónradical del hombre, sólo cabe una respuestaadecuada: la de aspirar a una expropiacióncreciente de nosotros mismos por Él y con Él,Jesucristo, Sumo y Eterno Sacerdote. ¡Que Élcrezca y que nosotros disminuyamos! Éstees el estilo de existencia sacerdotal que em-puja a comprender cómo el compromiso delcelibato no es una pesada huella de la Leyantigua, sino un signo nuevo y gozoso delamor pascual de Cristo a su Iglesia, al queella ni quiere ni puede existencialmente re-nunciar. El Papa, y tantos sacerdotes venera-bles que le han acompañado en la celebra-ción de sus Bodas de Oro sacerdotales hacepocos meses, nos lo han mostrado con lafuerza irrefutable del testimonio: con el ejem-plo de toda una vida rica en frutos apostóli-cos por la entrega heroica al Señor.

/9iglesia en madridNº 64/31-III-1997

Historia? Jesucristo ha resucitado! La noticia noes de ayer, referida a un pasado que

no nos interesa; sino de hoy mismo, denuestro tiempo y de nuestra vida. El «pa-so» de Jesús de la muerte a la Vida, suPascua, lleva consigo «el paso» de lamuerte a la vida para toda la Humani-dad. San Pablo dirá: Subió a lo alto lle-vando cautivos y dio dones a los hom-bres. Les dio el don máximo: el don de lavida, de una vida plena, eterna, feliz: eldon de la vida verdadera.

Lucharon vida y muerteen singular batalla,

y, muerto el que es la Vida,triunfante se levanta

Así cantamos en la Secuencia de la Mi-sa del Domingo de Pascua, proclaman-do dónde está el origen de la victoria delhombre sobre la muerte: en que Jesu-cristo se dejó inmolar por nosotros, con-virtiéndose en nuestra víctima pascual,en la única y definitiva víctima pascual:de una Pascua que no se pondrá nun-ca más en el horizonte del hombre. ¡Re-sucitó de veras mi amor y mi esperan-za! Así pues, celebremos la Pascua, nocon levadura vieja (levadura de corrup-ción y de maldad), sino con los panesázimos de la sinceridad y de la verdad.La Resurrección de Cristo supone no so-lamente el triunfo sobre la muerte –re-sucita realmente en cuerpo y alma: ¡susepulcro queda vacío para siempre!–,sino también sobre el pecado: se abrepara el hombre el tiempo de la Gracia yde la Salvación de forma inapelable-mente victoriosa. Es más, la victoria so-

bre la muerte se construye sobre la vic-toria sobre el pecado. Porque podemosya desde ahora ser santos, estamos encondiciones de vencer toda muerte: latemporal y la eterna. Nuestro destino esya la participación gozosa en la misma vi-da íntima de Dios, cuya semilla fue plan-tada en nuestro corazón el día de nues-tro bautismo. Ya desde ahora, por tan-to, podemos decir con el Apóstol: Ya quehabéis resucitado con Cristo, buscad losbienes de allá arriba donde está Cristo,sentado a la derecha de Dios; aspirad alos bienes de arriba, no a los de la tie-rra.La noticia de la Resurrección de Jesu-cristo es, pues, una buena noticia paratodos: para los que sufren, para los quemueren, para los explotados, para losatormentados, para los pecadores... Seanuncia y se oye con una singular in-tensidad en la Iglesia. Nos interpela atodos los cristianos en lo más esencialde nuestro ser: ¿Somos consecuentesy coherentes con el don de la Nueva Vi-da que hemos recibido gratis de Jesu-cristo Resucitado? Pero también seanuncia y se puede oír en todo el mundo.Se dirige a todos y cada uno de nues-tros contemporáneos, a todos los pue-blos de la tierra. Todo hombre ha recibi-do ya la oferta de pasar de la muerte a lavida, de dejar de ser para la muerte ytransformarse en un ser para la vida porla Pascua de Cristo, porque Jesucris-to ha resucitado.Por ello podemos desear a todos converdad: ¡Felices Pascuas! ¡Aleluya!

+ Antonio Mª Rouco Varela

¡FELICES PASCUAS!

La Resurrección del Señor. Retablo de San Gregorio. Catedral de Palencia

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10/ usted tiene la palabra Nº 64/31-III-1997

Publicidad-basura

Me congratulan profundamente las pági-nas de televisión de su semanario, en

las que se hacen eco de toda la basura quenos están metiendo a través de la caja tonta,del cartel de la dichosa película y del opor-tuno documento vaticano «Ética en la publi-cidad».

Como mujer y como madre, no creo exa-gerar si le manifiesto mis temores de que, en-tre las acciones de unos y las omisiones deotros, nos están llevando a pasos agiganta-dos hacia una auténtica pornocracia, en arasde una libertad que vulneran constantemen-te: atacan masiva e impunemente a la infancia,a la juventud y a la mujer, y ahora incluso lossentimientos religiosos del 95% de los espa-ñoles.

La lista es interminable: una franquiciafrancesa, un queso gallego, unos cigarrillos,cuatro marcas de vaqueros, una de armarios,dos de coches... creo que los publicitarios sehan vuelto locos, y han perdido el norte dedónde está el límite de la libertad y del buengusto.

Y qué decir de la programación de la tele-visión: violencia sin ton ni son y pornografíadura ¡y en nuestra propia casa! Y a todas ho-ras, pues, cuando menos te lo esperas, te po-nen, a traición, las escenas más duras de loque les conviene.

Todos parecen ignorar que la principal tareade las familias españolas es formar a los hijosen las virtudes humanas y los valores tradi-cionales, para que el día de mañana sean unaayuda y no una carga para la sociedad, lo cual

estamos realizando con grandes esfuerzos.Yo, en la medida de mis modestas posibi-

lidades, estoy escribiendo a todos los anun-ciantes de los programas cutre, y a los quehacen anuncios procaces, diciéndoles que,por financiar semejante basura, no les voy acomprar más, y se lo diré a mi cuñada, a mivecina del cuarto, etc. No entiendo de leyes,pero creo que se vulneran tranquilamente losartículos 20.4 y 10.3 de nuestra Constitución,y la Ley General de Publicidad del 88. Y nadiehace nada.

Mis felicitaciones y agradecimiento a Alfay Omega por decir valientemente lo que pasa.

Amelia Díaz Muñoz

Manual de programas

Existe un procedimiento fácil, al alcance decualquiera, para hacer programas de te-

levisión, a saber: se escoge una instituciónrespetable —Iglesia, Opus Dei, Ejército, etc.—. Se investiga para encontrar un «ex» de lainstitución de que se trate, vgr. un cura rene-gado o simplemente díscolo, un antiguo opus-deísta, un militar expulsado a quien no le ve-nía bien la disciplina, etc. (que pueden serpersonas respetables, pero que tampoco im-porta si son indignos), se le busca un peque-ño coro (y algunos contradictores), se le ponea despotricar ante las cámaras y... tarea con-cluída. El programa resulta barato y para él nose necesita ni talento. Pero me pregunto si es-

te procedimiento, muy utilizado en la actua-lidad en diversas cadenas, será ético; y, tra-tándose de televisiones públicas, si con talesprogramas se contribuirá a la formación delpueblo mostrando, las más de las veces, in-tervenciones nerviosas, apasionadas e im-provisadas, y por ello indocumentadas. Metemo que haya que contestar negativamentea ambas preguntas, y que tales programascausen más daño que provecho, o mejor di-cho, mucho daño y poco provecho.

Pedro Ávila Álvarez

Cuba, a la espera

Por casualidad pude leer el número 41 del19 de octubre de 1996, y no le puedo negar

que me llenó de alegría. No sabía que exis-tiera una publicación como esa. Pude cons-tatar que todos los artículos son de actuali-dad y permiten una gran adquisición de co-nocimientos. Felicito a todos aquellos quetienen que ver con la publicación y al puebloque va dirigida, ya que tienen un arma degran valor con que enfrentarse a la desinfor-mación y a la incredulidad de muchas perso-nas.

Sin más.

Francisco Bravo. B Nº 223 Apto. 3 Lawton (7) C. Habana. Cuba

P.D./ A pesar de que el semanario no tienesección de correspondencia —en el número 41no hubo esta sección—, quisiera que publica-ran mi dirección y los deseos de mantener co-rrespondencia con personas que adquierenla publicación. Gracias.

El gozo de la confesión

Confesarse, ¿para qué? Terapia de la Miseri-cordia, la llama el articulista. Sacramento

de la Reconciliación, porque en él se celebra lamisericordia de Dios, y es que la misericor-dia divina es el atributo por el que Dios per-dona nuestros pecados y comprende nues-tras miserias.

El enfoque que nos da el artículo es ale-gre, porque quien nos va a juzgar es Dios, pe-ro ese Dios es nuestro Padre y no un juez ex-traño.

Confesarse, ¿para qué? Para sentirse perdo-nado y comprobar que ese perdón aumenta elamor; para dormir tranquilos, sabiendo que sise vuelve a caer se tiene la «terapia de la mi-sericordia, la de Dios, la única que cura dearriba abajo de verdad, hasta el fondo, del to-do.

¡Recuperemos la cordura!»

Piedad Nuño Salvador

Cartasal

Director

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/11iglesia en madridNº 64/31-III-1997

Mi saludo cordial y fra-terno para todos. Salu-do de la paz honda y

definitiva del Señor Resucitado.Hace ya algún tiempo, por es-

tas fechas, tuve la oportunidadde celebrar la liturgia de la Se-mana Santa en dos pequeñospueblos de nuestra geografía es-pañola que se unían cada año pa-ra estas celebraciones. El JuevesSanto acudió a la iglesia un nú-mero muy elevado de sus habi-tantes, y participaron bien en laEucaristía. Me llamó también laatención que el Viernes Santo es-tuviese presente la práctica tota-lidad de ambos pueblos. Tantoen los oficios litúrgicos, como enlas procesiones y en algunos ac-tos religiosos, habíamos recorda-do la importancia central que pa-ra nuestra vida cristiana tiene larealidad pascual, y lo que ha deimplicar para nosotros su cele-bración litúrgica. Pues bien, misorpresa fue cuando en la cele-bración pascual sólo participó unporcentaje muy pequeño de quie-nes en los días anteriores habíanllenado prácticamente el temploparroquial. Es muy posible quea la mayoría de aquellas buenasgentes no se les hubiese ayuda-do hasta entonces a valorar y vi-vir el contenido fundamental yel alcance decisivo que esa cele-bración ha de tener en la vidacristiana.

Tenemos que reconocer queesto no ha sido infrecuente en lascelebraciones de la Semana San-ta. Como tampoco lo es en la ac-tualidad el que muchos cristia-nos hayan comenzado a vivir es-ta Semana en su conjunto comounas cortas vacaciones de pri-mavera, perdiéndose la riquezade la liturgia de estos días, espe-cialmente la de la Vigilia y reali-dad pascual.

Es cierto también que va sien-do cada vez mayor el número decomunidades parroquiales y decomunidades cristianas que pre-paran con esmero y participan in-tensamente en la experiencia queconlleva la celebración de la Vi-gilia Pascual. En ella actualiza-mos el hecho central y más im-portante de nuestra fe cristiana:la resurrección de Nuestro Señor

Jesucristo. Aceptar, con todas lasconsecuencias, que la forma con-creta en la que Jesucristo realizósu existencia en esta tierra el Es-píritu de Dios la culminó en re-surrección, y que éste es el acon-tecimiento máximo de la Histo-ria de la Humanidad, es lo másespecífico y distintivo de la fecristiana. Aquí está el ser o no serde nuestra fe. Ésta se apoya noen el recuerdo de un muerto si-no en la presencia de Alguienque, resucitado por el Espíritu deDios y hecho por éste Señor y Ca-beza de la Iglesia, vive ya parasiempre.

El cristiano ha de entender laResurrección del Señor: como la rúbrica a la autentici-dad de su vida, su obra y su men-saje; como el punto de partida pa-ra vivir ya desde ahora de mane-ra renovada y con un dinamismonuevo; como el fundamento para queel cristiano viva su propio proce-so de resurrección, muriendo alpecado y resucitando a una vidamás humana, más plena, más dehijo de Dios; como el fundamento radical desu ser y vivir eclesial, y del ine-

ludible quehacer evangelizadorque lleva consigo esta inserciónen la Iglesia nacida de la expe-riencia pascual; como la fuerza que genera unamanera nueva de estar en nues-tro mundo concreto, expresadaen vivencias, actitudes y com-portamientos capaces de anun-ciar bondad y esperanza.

Nuestra fe viva en la resurrec-ción implica en sí misma un com-promiso real cada día para que elReino de Dios se vaya haciendopresente aquí y ahora. Por eso,hay comienzo de resurrección allídonde hay amor, bondad, justi-cia, solidaridad, verdad, sencillez,perdón, servicio... Y no hay pre-sencia de resurrección allí dondeexisten: egoísmo, mentira, injus-ticia, violencia, odio, rencor... Esdecir, vivir resucitando entrañauna forma nueva de realizar la vi-da diaria: el trato con los demás,en la organización de nuestrotiempo, en la orientación de nues-tro trabajo, de nuestros proyec-tos, de nuestra salud o enferme-dad, de nuestras capacidades, denuestro dinero, de nuestra vida ynuestra muerte. En definitiva, unafe viva en la resurrección del Se-ñor lleva consigo una esperanzaactiva y un amor concreto.

Hagamos de verdad nuestroel «Aleluya» pascual, abriéndo-nos a la presencia vivificadoradel Señor resucitado y dejándo-nos contagiar de su paz y su ale-gría. Pongamos a punto nuestrocompromiso bautismal, reno-vando todo aquello que con elpaso del tiempo se ha podido irtransformando en rutina, can-sancio, abandono, miedo o indi-ferencia. Recomencemos anteDios, ante los demás y ante no-sotros mismos una vida de resu-citados.

Nuestra piedad cristiana havivido siempre estas celebracio-nes con una referencia y uniónespecial a la Virgen María. Conella, Madre dolorosa al pie de lacruz y Madre gozosa en la resu-rrección, seamos testigos con-vencidos y contagiadores de esaresurrección del Señor.

+ Fidel Herráez VegasObispo auxiliar de Madrid

EN LA VIGILIA PASCUAL DE 1997

La forma nueva de vivir

UNA FE VIVA EN LA RESURRECCIÓN DEL SEÑOR

LLEVA CONSIGO UNA ESPERANZA ACTIVA

Y UN AMOR CONCRETO

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MI PAPA NECESITAestar mas tiempo con migotrabajar menosAyudarme en los deberesYO NECESITOQue juegue mas con migotabajar masy ser bueno como un angel¡GRACIAS!

Luis

Que tenga suerte en el trabajo, queduerma mas y que pueda catarmuchos reinos. Jose a mi me cues-ta mucho trabajar y no hablar.

Paloma

CARTA A DIOS

San Jose, hay unas cuantas cosasque me gustaria que mi padre tu-viera.Son...Menos trabajo,Mas tiempo conmigoy que tuviera mas alegría.San Jose, tambien quiero que secumpla un deseillo para mi, co-mer mejor.FIN

Mario

Jose soy yo, Arancha quiero pe-dirte 3 cosas para mi padre la pri-mera va a ser que venga mas

pronto del trabajo, la segunda vaa ser para que pueda tener muybuen corazon, y la tercera que nole despidan de su trabajo. Por fa-vor Jose que mis amigas sean masamigas de Victoria. ¡Gracias!

Arancha

Pido por papa que tenga menostrabajo que este mas de juerga yque se divierta mas.

Jesus

Para JoseJose quiero que mi padre este mascontento. Me preocupa que Clarao Adriana no sean mis mejoresamigas y que yo no lo sea y queAisa me cuide y no vaya con ropanormal

María

Para papa: alegría, felicidad, y quedeje de fumar.para mi: mi familia

Francisco

Para papa: Que le baya bien en eltrabajo.Para mi: Que cuando crezca mebaya bien y que no sea mala.

Teresa

Por favor Dios quiero que allu-des a mi padre a estar mas alegrea que me lleve por en el ladobueno y sobretodo que no le dejessolo nunca que el lo necesita mu-cho

A Dios ¿esta bien mi abuelito en elcielo? Daba todo el dinero solo pa-ra que pusiera alegre. Eso es lomas que me preocupa.¡Gracias por morir por nosotros!Besos

Clara

Papa te voy a querer mucho contodo mi corazon y cuando me di-gas que haga algo lo are Un vesopapa. Lo que me da embidia esque le hagan más caso a mi her-mano.BUENO SAN JOSE UN BESO ADIOS

Patricia

Para Jose:Hola Jose queria pedirte esto pa-ra my padre: Cariño, que este mastiempo con mama, Irene y con mi-go, y que no este triste.

12/ españa Nº 64/31-III-1997

IMPRESIONANTE UNANIMIDAD DE LOS NIÑOS:

«Mi papá necesita estar conmigo Con ocasión del Día del Padre, estos niños de tercero de primaria (8 años), del Colegio Patrocinio de San José, han escrito

a san José, pidiéndole aquello que creen que su padre necesita. Casi todos coinciden en lo mismo: piden a gritos a su papá que no trabaje tanto, que esté más tiempo con ellos y que tenga alegría. Sus respuestas interesarán a los padres. A buen seguro

Juan Pablo II reveló durante una reunión conun grupo de niños de la parroquia romana

de San Salvatore in Lauro, el 16 de marzo pa-sado, que todos los días trata de ver «la salidadel sol». El Papa sorprendió a los niños al pre-guntarles si sabían a qué hora había comen-zado el día. Ninguno supo decirle que el solhabía salido poco después de las 05.30, y elPapa les dijo que él cada mañana trata de verla salida del sol.

También les comentó que la Pascua es másimportante que la Navidad porque en aquel díaJesús resucitó de la muerte «demostrando que

era sobrenatural», aunque admitió que para lospequeños las fechas de diciembre son las másinteresantes.

EL PAPA, CON LOS NIÑOS ROMANOS

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Y me preocupa esto:Que mi hermana tenga alergia.

Belen

Para JoseQue no este con el coche paca ypalla tanto rato.Que le balla bien en el trabajo.Que nos corrija.Cosas miaslo de la fiesta

Ignacio

Querido Jose quiero para my papaquiero que pueda estar un po-quito más con nosotros que leduele la espalda quiero que no leduela para que pueda moversemejor y tambien que pueda des-cansar un poco más.

Natalia

Pido alegría a mi padre Amar pa-ra mi padre y para todos. Y pidopor que mi padre sea generoso.Pido que trabaje mas porque mepreocupa. Gracias Jose.

Adriana

Que este mas tiempo con noso-tros.Que no regañe tanto.Que sean todos felices.Me preocupa:Que a veces me den mas cosasque a las demas personas.Te quiero un monton.

Elena

Para papá: menos trabajo, buenasuerte y educarme bien.San Jose yo se que tu eres muybueno y por eso quiero que ayu-des a papá en estas cosas. Depar-te de Ana. Muchos besos.

Ana

Para San Jose:Quiero que mi padre no trabajetanto. Que no se canse mucho. Yque pueda estar mas conmigo ycon mi madre.Y que mi abuelo se cure de la ro-dilla y mi otro abuelo se cure y mi abuela y mis tias abuelas

se curen de los pies.

Celia

Para Jose:Jose deseo que ayudes ha mi pa-dre en que me venga mas ratoconmigo que tenga menos traba-jo y que descanse mas y lo que mepreocupa que no me invitan mu-cho a la fiesta.

Álvaro

Me preocupa que se burlen dePablo y que no le hacen caso, quedicen que es un retrasado men-tal y eso me preocupa mucho. Ytambín que le dicén que hacenunos equipos que son una porra,y le tiran la pelota y eso me pre-ocupa mucho.

Ignacio

Querido San José Quero que a mipadre le quites un poco de traba-jo.Y a mi que me agan caso mis ami-gos para jugar al futbol.A mi madre que no se preocupe.Y a mi hermana que estudie me-nos

Gustavo

/13españaNº 64/31-III-1997

Quien afirma que los niñosnacen sin pecado original

es, o porque no tiene hijos, oporque sólo ha visto a estasencantadoras criaturas en losanuncios. Basta con cuidarlesuna tarde para comprobar queson capaces de hacer un des-pliegue de su inclinación aunos cuantos pecados capita-les. Por ejemplo, son maes-tros consumados en lo de laavaricia y la ira. Y tan ciertocomo lo anterior es que, en elcaso de que sus padres no ha-yan decidido que su bautismocoincida con la jura de bande-ra, se puede detectar que lagracia también encuentra aco-modo en sus almas por dimi-nutas que las tengan.

Sucedió una tarde que porla disputa de un mismo ju-guete dos hermanos se atiza-ron de lo lindo. No hubo tiem-po ni para separarles, así quela intervención de los mayo-res en el conflicto tuvo que serya de carácter sanitario. Traslas hostilidades o, mejor di-cho, minutos después de pro-ducirse la rendición del máspequeño, de no ser por lasmarcas de la mercromina ensus caras, se podía haberpensado que en aquella casahabía reinado una total armo-nía durante toda la tarde.

Por la noche, tras rezar lasoraciones consideró el padreque el mayor de los niños de-bía contar aquel suceso a Je-sús. Desde hacía algunos

días ya había intentado ense-ñarle a hablar con Él. Pero senegó en redondo el pequeño,ya que –como le dijo– no fun-cionaban sus consejos que élhabía puesto en práctica enla capilla del colegio, adondehabía ido a hablar con Jesússin escuchar respuesta, y esoque le había hablado dos ve-ces, la segunda muy alto parale oyera.

Es que a Jesús hay quedecirle las cosas como cuan-do lees por dentro, sin pala-bras –le aclaró su padre–, yél te hará ver algunas cosastambién por dentro. Cuéntalede esta manera lo de la peleacon tu hermano.

Se hizo el silencio en la ha-bitación que estaba a oscu-ras. Y cuando pasó bastantemás tiempo del que sueleaguantar un niño callado…

–¿Ya se lo has contado?– Todavía me falta decirle

más cosas de lo malo que esmi hermano…

Después, el crío le mani-festó a su padre que ya habíaacabado. Al darle el beso dedespedida, y en tono de re-proche a lo que pensaba ha-bía sido un monólogo delatorde faltas ajenas, le preguntósi Él le había hecho ver algo:

– Sí papá. Jesús tambiénme ha dicho por dentro que lode la pelea con mi hermanoes muy fatal.

Javier Paredes

LOS NIÑOS TAMBIÉN REZAN, SI SE LES ENSEÑA más tiempo»

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Miguel entró por la puerta del despa-cho. No tenía nada de extraño, por-que este chico de trece años solía ve-

nir de vez en cuando a verme, desde que loencontré en Navidad con otros dos amigossuyos, pidiendo el aguinaldo en la calle. Lacalle era, para estos chicos, su casa, y su es-cuela. Su catalogación sociológica era evi-dente: grupo de riesgo, marginación infantil,fracaso escolar, desintegración familiar, etc...Pero eran mucho más que eso: eran Oscar,Iván y Miguel.

Comprendí, desde el principio, que lo quenecesitaban era acompañamiento, y procu-raba no dedicarme a darles consejos, ni a tra-tarles como gamberros, que lo eran, y mucho.Alguna vez incluso tuve vergüenza ajena alacompañarles; pero sabía que de mí lo únicoque podían y querían tener era un amigo, queles hiciese caso, que les escuchase, que entra-se en su mundo.

Lo primero que pensé cuando vino Mi-guel aquella tarde no fue en él, sino en mí, enel poco tiempo que tenía para ultimar todaslas cosas de la Vigilia, y ni siquiera me extra-ñó al principio que estuviese tan callado. Sinvenir a cuento, empezó a llorar. Ése fue supeculiar lenguaje, como lo es tantas veces enaquellos que nos necesitan. Tuvo que poner-se a llorar como un niño pequeño, él que re-presentaba siempre entre sus amigos el pa-pel del más duro, para que yo dejase, de unavez, mis preparativos litúrgicos, y me dedi-case a hacer lo que desde que entró por lapuerta debía haber sido mi prioridad.

Dejé todo manga por hombro, y me lo lle-vé a la calle, su terreno, donde sabía que es-taría más a gusto, y no hizo falta que media-ra palabra para que Miguel, entre sollozos,comenzase a hablar: su padre había llegado,por fin, de la cárcel; él había estado contandolos meses y los días esperando ese momen-

to. Para Miguel su padre lo era todo, porqueno tenía nada, ni ilusión por su futuro, ni la es-tabilidad de una familia mínimamente asen-tada..., sólo algún que otro amigo, con pro-blemas similares a los suyos.

Pero su padre había vuelto, y Miguel em-pezaba a despertar del sueño. Su padre nohabía cambiado. Era tan grande su confusión,su desesperación, su pobreza, que daba la im-presión de que ya no sonreiría jamás. De re-pente había envejecido, y el dolor, acumuladoy escondido durante años, había alcanzadoel límite de lo aguantable, y le salía fuera aborbotones. Lo que me contaba era terrible.Pero más terrible aún era su mirada, que seclavaba en mis ojos. Era como si el mundoentero me estuviese mirando y hablando através de Miguel. En ella había todo el dolor,toda la soledad, toda la injusticia, todos losporqués sin respuesta. No había derecho aque Miguel sufriese así. Por eso, gracias aDios, yo sólo fui capaz de parar, callar y es-cuchar. Aquella tarde aprendí a escuchar. Has-ta pudo desahogarse descargando sobre mísus puños electrizados por la rabia. Poco apoco se fue serenando.

Al menos alguien le escuchaba, le quería,le entendía, y recibía, en silencio, los hachazosde su alma.

Yo no estaba en el templo ultimando lospreparativos de la Vigilia, del Cirio Pascualque había de lucir por la noche, pero estabaallí, a la luz de las farolas de la calle, anteaquel crucificado vivo, que me contaba la cor-ta historia de sus trece años, una historia quetenía mucho que ver con la Historia de la Sal-vación.

Verdaderamente, aquella fue para mí unaPascua realmente especial. Yo había aprendi-do a mirar, y había comenzado a cambiar.

Manuel María Bru

14/ testimonio Nº 64/31-III-1997

ORACIONES DE ANDAR

POR CASA

Reina del Cielo, alégrate, Aleluya,porque quien mereciste llevar

en tu seno, Aleluya,resucitó como dijo, Aleluya.Ruega por nosotros a Dios,

Aleluya.Gózate y alégrate, Virgen María,

Aleluya,porque resucitó en verdad

el Señor, Aleluya.

UNA PASCUA DIFERENTE

Al menos alguien le quería...

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Quiero una razónpara vivir», pidenmuchos. La vida

–en su marcha esplendo-rosa, a veces; y oscura, lasmás– no nos la ofrece. Senos apagan inexplicablee inesperadamente las lu-ces que iluminaban nues-tro caminar.

«En una sociedad per-fectamente estructurada–en el paraíso en la tierra–¿no habrá accidentes?»,preguntaba Malraux. ¿Seacabará un día la inclina-ción al mal, el odio, elegoísmo, el hacer sufrir alos demás?, sería nuestrapregunta.

«Quiero una razón pa-ra vivir». Yo la tengo hastapara morir, han afirmadocon su muerte –su marti-rio– muchos en la Histo-ria. Y lo afirman en su do-lor, en su dolorosa inuti-lidad, en su apagamientovital muchos más. Es larazón para vivir nacidade la fe en Cristo resuci-tado.

Hay razones más omenos válidas para vivir. La realización por el arte,por el amor, por la belleza, por la poesía. Pero tienende común su acabamiento y el miedo final. Sólo Al-guien ha dicho con fuerza: No tengáis miedo. Em-briagáos de la alegría de esta afirmación: ha resu-citado. Dejad que el éxtasis de esta contemplaciónos arrobe. La resurrección de Cristo –el núcleo delmensaje cristiano– es la razón para vivir. Y, comoantes he dicho, para morir. Y ahora digo: para ser fe-lices, por la perspectiva que nos ofrece.

Y cuando alguien te reproche que, arrobados y

extáticos ante esa realidad, se despreocupan delmundo y sus problemas –no son útiles– contéstalescon las palabras del maestro Ruysbroeck: «Si enmedio de un éxtasis oyera quejarse a un hombre,no dudaría un instante en dejar a Dios para correr enauxilio de ese hombre».

La fe en la resurrección da razón para vivir, da ra-zón para morir, y da razón para poner la vida alservicio del bien y de los demás.

Ángel Garrido

/15el día del señorNº 64/31-III-1997

«Y VOSOTROS, ¿QUIÉN DECÍS QUE SOY YO?»

Éste es el camino en que hemos halladonuestra salvación, a Jesucristo, el sumo

sacerdote de nuestras ofrendas, el protector yayudador de nuestra flaqueza. Por Él fijamosnuestra mirada en las alturas del cielo; por Élcontemplamos como en espejo la faz inma-culada y soberana de Dios; por Él se nos abrie-ron los ojos del corazón; por Él, nuestra inteli-gencia, insensata y entenebrecida antes, re-florece a su luz admirable.

San Clemente Romano (finales siglo I)

Evangeliode hoy

LUNES DE LA OCTAVA

DE PASCUA

Mateo 28, 8-15

En aquel tiempo, las mu-jeres se marcharon a to-

da prisa del sepulcro; im-presionadas y llenas de ale-gría, corrieron a anunciarloa los discípulos. De pronto,Jesús les salió al encuentroy les dijo:

—Alegráos.Ellas se acercaron, se

postraron ante él y le abra-zaron los pies.

Jesús les dijo: —No tengáis miedo: id a

comunicar a mis hermanosque vayan a Galilea; allí meverán.

Mientras las mujeres ibande camino, algunos de laguardia fueron a la ciudad ycomunicaron a los sumossacerdotes todo lo ocurrido.Ellos, reunidos con los an-cianos, llegaron a un acuer-do y dieron a los soldadosuna fuerte suma encargán-doles:

—Decid que sus discípu-los fueron de noche y roba-ron el cuerpo mientras vo-sotros dormíais. Y si esto lle-ga a los oídos del gober-nador, nosotros nos lo ga-naremos y os sacaremos deapuros.

Ellos tomaron el dinero yobraron conforme a las ins-trucciones.

Y esta historia se ha idodifundiendo entre los judíoshasta hoy.

¡No tengáis miedo!

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16/ raíces Nº 64/31-III-1997

LA MAÑANA DE LA RESURRECCIÓN

¡Aleluya¡Tanto amó Dios al mundoque le entregó a su HijoÚnico… para que el mundoviva por Él! Desde enton-ces, desde la mañana de laResurrección, la vida ya esvida, la muerte ha perdidotodo su poder, y nadie po-drá ya apartarnos del amorde Cristo: «Ni la afliccióno la angustia, ni el hambre ola desnudez, ni el peligro,la persecución o la espada...En todas estas cosas sali-mos triunfadores por mediode Aquel que nos amó»

... PERO DIOS LO HA RESUCITADO

«Entonces, Pedro alzó su voz: Israelitas, escuchad: A Jesús, el Nazareno, acreditado por Dios an-te vosotros con los milagros, prodigios y señales que Dios hizo por medio de él entre vosotros, co-mo sabéis, a éste, entregado según el designio previo de Dios, lo matasteis clavándole en la cruz pormano de los impíos; pero Dios lo ha resucitado, rompiendo las ligaduras de la muerte, pues no eraposible que quedase bajo su dominio» (Hechos 2, 22-24).

Pablo escribe a los Corintios: ¿Cómo andan diciendo algunos entre vosotros que no hay resu-rrección de los muertos? Si los muertos no resucitan, tampoco Cristo resucitó. Y si Cristo no resucitó,vacía es nuestra fe. Si solamente para esta vida esperamos en Cristo, ¡somos los más miserables detodos los hombres! ¡Pero no! Cristo resucitó de entre los muertos como primicias de los que mue-ren.Yo os transmití lo que a mi vez recibí: que Cristo murió por nuestros pecados, según las Escrituras;que fue sepultado y que resucitó al tercer día, según las Escrituras; que se apareció a Cefas y lue-go a los Doce; después se apareció a más de quinientos hermanos a la vez, de los cuales todavía lamayor parte viven y otros murieron. Y después de todos, como a un abortivo, se me apareció tam-bién a mí (1 Corintios 15).

La mañana de la Resurrección

El abrazo de Pedro y Pablo. Mosaico del si-glo XII. Catedral de Monreale (Sicilia)

Page 17: Cristo ha resucitado · dos de hierbas amargas, pasaron de un lugar a otro, de Egipto ha-cia el desierto. Y a causa de esta salida de Egipto, la fiesta tomó entre ellos el nombre

/17raícesNº 64/31-III-1997

Ellos creyeron que Él había vuelto.Pero no era Él, sino más.No es que hubiera regresado a vivir.Es que había resucitado.No como el sol que se oculta y mañana vuel-ve idéntico,sino como el volcán dormido que de prontogrita y fulge en el aire.

Era, sí, el mismo, pero sin fronteras.Ahora sí que era terriblemente hombre,absolutamente nacido; como un cántarotodo él vivo, todo él espacio luminoso.Ahora sí que tenía veintiún años,tan joven y eterno como el Dios que estabasiendo del todo.Ahora sí que olía a salvacióny sus manos volaban como pájaros inmortales.

¿Por qué, entonces, después de Él, ser hombresigue siendo tan amargo,por qué hay tanta soledad,por qué mueren las madres,por qué esta niña tiene el alma violada y los la-bios como la cicatriz de una heriday sigue siendo tan difícil chapuzarse en tu re-surrección?

O tal vez no sea cierto.Tal vez el amor se agazapa en nuestras almascomo un tigre jubilosoque canta entre las grietas de la casa derruida.Tal vez Él siga resucitando en nosotros (sóloque perezosamente)y todo corazón sea corazón de volatineroahora que nos sabemos queridosy empezamos a entender que Dios no es Diospor ser Omnipotentesino por haber amado como nadie jamás.

«El Resucitado»José Luis Martín Descalzo

!

Arriba, derecha: «Noli me tangere» (aparición a la Magdalena). Fra Angélico (siglo XIV). Abajo, derecha: Aparición de Jesús

resucitado a su Madre.Catedral de Palencia.Bajo estas líneas: Pedro y Juan corren hacia el sepulcro.

Códice de Predis. Biblioteca Real de Turín (Italia)

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Se les llama «kikos», «co-munidades del Papa», «neocatecumenales»... Paraunos, son un sector conser-vador de la Iglesia; paraotros, un grupo protestan-tizante; para la mayoría,desconocidos, hasta el casode los sextillizos de Huelva.Existen desde hace más detreinta años, pero nuncahasta ahora habían estadotan en el candelero público.El Camino Neocatecumenalsigue siendo una realidadpoco conocida; y, sin embar-go, nació en Madrid

En medio de las chabolas dePalomeras Altas, hoy de-saparecidas, en el barrio

madrileño de Vallecas, entre la-drones, gitanos y prostitutas, lapredicación de un pintor reciénconvertido del ateísmo, Kiko Ar-güello, con la ayuda de CarmenHernández, misionera licenciadaen Teología, dio como fruto elnacimiento de una primera co-munidad. Inmediatamente fueapreciada y apoyada por el en-tonces obispo de Madrid, mon-señor Casimiro Morcillo. De allípasaron a Roma, a otro barrio dechabolas, el Borghetto Latino, yde allí a las parroquias. Hoy soncasi 15.000 comunidades, en másde 4.500 parroquias, en unos 100países de todo el mundo (en Es-paña, aproximadamente, 1.900comunidades). En total, se cal-cula que entre 600 y 700 mil per-sonas, de toda raza, lengua ycondición social y cultural, es-tán recorriendo este itinerario deformación cristiana (los datosson estimativos). De entre los ca-rismas suscitados en el Camino,destaca el de la evangelización:más de mil catequistas itineran-tes en los cinco continentes (sincontar los catequistas de cada co-

munidad); cerca de 300 familiasen misión; unos 2.000 semina-ristas en los 30 seminarios dio-cesanos misioneros RedemptorisMater que existen actualmentepor todo el mundo, y que incor-poran el catecumenado en la for-mación de los futuros sacerdo-tes.

¿Cuál es la clave de esta rápi-da expansión en tan poco tiem-po? Los diferentes Papas que lohan conocido, sobre todo PabloVI y Juan Pablo II, resaltan un da-to fundamental: el Camino no hahecho sino recuperar una prácti-ca esencial de la Iglesia primiti-va: el Catecumenado bautismal.

En los primeros siglos de la Igle-sia, el bautismo era precedido poruna etapa de formación, que con-sistía en la proclamación delEvangelio, la escucha, la conver-sión y el cambio de vida. Este«camino catecumenal», testimo-niado por Orígenes, Tertuliano ylos Padres de la Iglesia, fue reno-vado por el Concilio Vaticano II,especialmente en el Ritual de la«Iniciación cristiana de adultos»,del año 1972.

UN LARGO CAMINO

En esta intuición de los Padresconciliares se inscribe el CaminoNeocatecumenal. A diferencia deotras relidades eclesiales, en pa-labras de su iniciador Kiko Ar-güello, el Camino «no es un mo-vimiento, en el sentido que siem-pre hasta ahora se ha dado a estapalabra, sino que es un tiempopara llevar a las personas a re-descubrir su fe, que les lleva a sermiembros vivos de la Iglesia lo-cal, la parroquia y la diócesis».Las etapas de este camino son lasdel antiguo catecumenado: elprecatecumenado, el catecume-nado, la «elección», y finalmen-te, la renovación del bautismo.

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EL CAMINO NEOCATECUMENAL

Una realidad dentro de la Iglesia,

Arriba: El Papa saluda a Kiko Argüello, iniciador del Camino, en el encuentro de Denver (1993)Abajo: Icono de la Virgen, pintado por Kiko. Catedral de la Almudena. Madrid.

Page 19: Cristo ha resucitado · dos de hierbas amargas, pasaron de un lugar a otro, de Egipto ha-cia el desierto. Y a causa de esta salida de Egipto, la fiesta tomó entre ellos el nombre

El Camino Neocatecumenalcomienza con la proclamacióndel kerigma: la buena noticia deCristo resucitado, en unas cate-quesis iniciales. Tras la acepta-ción de esta Buena Noticia, co-mienza un período largo de ca-mino, apoyado en tres ejes:escucha de la Palabra, celebra-ción de la Eucaristía y vida encomunidad. Otra de las caracte-rísticas de la práctica de estas co-munidades es la incorporaciónprogresiva al rezo del Oficio Di-vino.

A través de diversas etapas o«pasos»: escrutinios bautismales,iniciación a la oración y procla-mación pública de la fe, concluye,tras varios años, con la renova-ción solemne de las promesasbautismales. Al finalizar el Ca-mino, como sucedía en la Iglesiaprimitiva, los neófitos son consi-derados cristianos adultos. Na-turalmente, la realidad actual hahecho replantear el antiguo cate-cumenado: la mayoría de los querealizan el Camino Neocatecu-menal ya están bautizados, conlo que este camino no hace sinoprofundizar en el redescubri-miento del sacramento. La con-traposición paganismo-catecu-menado de los primeros siglos dela Iglesia, se actualiza: neopaga-nismo-neocatecumenado.

APOYO DEL PAPA

El Camino Neocatecumenalincide sobre la renovación demúltiples aspectos de la vida dela Iglesia: la liturgia, la catequesis,la interpretación de la Escritura,la misión de los laicos, la forma-ción de los presbíteros, la estruc-tura de las parroquias, la nuevaevangelización... La renovaciónde la liturgia bebe fundamental-mente de la Constitución Sacro-sanctum Concilium del VaticanoII, y de diversos estudiosos, co-mo el liturgista español PedroFarnés. Con todo, frecuentemen-te ha habido reticencias por par-te de párrocos y obispos, sobretodo para aceptar la Eucaristíapor separado y bajo las dos espe-cies. En 1988, la Congregación pa-ra el Culto divino y la disciplinade los Sacramentos se pronunció

sobre este tema, recomendandoa los pastores que acogiesen estapráctica, y el mismo Juan PabloII, a los pocos días, reafirmó suvalidez celebrando una Eucaristíaen el Centro Neocatecumenal dePorto San Giorgio (Italia). Igual-mente, las Congregaciones parala Doctrina de la Fe, y para el Cle-ro, han estudiado las catequesis ylas etapas del Camino, y hanaprobado todas sus prácticas. En1990, el Papa redactó un Brevepontificio, afirmando: «Reconoz-co el Camino Neocatecumenalcomo un itinerario de formacióncatólica, válido para la sociedad ypara los tiempos de hoy».

A comienzos de este año, elPapa pidió al Camino que redac-tase unos estatutos, bajo la guíadel Pontificio Consejo para losLaicos, y en concreto de su Se-cretario, monseñor Stanislaw Ryl-ko. En su redacción participanimportantes canonistas y juristasde la Iglesia católica.

POR SUS FRUTOS LOS CONOCERÉIS

El Camino Neocatecumenalestá orientado primordialmentea la evangelización de los aleja-dos de la Iglesia. Es frecuente en-contrar en estas comunidadespersonas que vienen del marxis-mo, del ateísmo y de la indife-rencia religiosa. Tampoco faltanalgunos que han salido de la dro-ga o de la prostitución; matrimo-nios rotos que se han reconstrui-do, jóvenes que vuelven a la Igle-sia, y que descubren su vocaciónsacerdotal o contemplativa, o,simplemente, cristianos paraquienes la práctica religiosa cons-tituía una mera rutina. Al en-cuentro mundial de Czestocho-wa (Polonia, 1991), sólo de Euro-pa acudieron unos 50.000 jóvenesdel Camino Neocatecumenal.

Don Francisco Azcona SanMartín, Director de la Oficina deEstadística y Sociología de la Igle-sia, de la Conferencia EpiscopalEspañola, en la conclusión a unestudio realizado en 1988 en todoel territorio español con motivodel Congreso Parroquia evangeli-zadora, constata que en las parro-quias en las que hay comunida-des neocatecumenales, se da una

mayor implicación y correspon-sabilidad de los laicos en la pas-toral; mayor participación en mo-vimientos, asociaciones y gruposapostólicos; mayor talante evan-gelizador y mayor presencia ecle-sial en el barrio. La diferencia glo-bal observada en cuarenta indi-cadores, analizados en esteestudio, es de un 17,5% superiorrespecto a otras parroquias.

Por otro lado se sabe que, en latrágica masacre de Ruanda, fue-ron martirizados muchos perte-

necientes al Camino, acusados detraición (en las comunidadesruandesas se reunían, sin discri-minaciones, tanto hutus comotutsis). La diócesis más castiga-da fue la de Butare, en la que fue-ron asesinados sacerdotes y fa-milias enteras. El testimonio delos supervivientes es unánime:todos ellos murieron rezando yperdonando a sus enemigos, enmedio de muchos sufrimientos.

Inma Álvarez

/19mundoNº 64/31-III-1997

fruto del Concilio

Matrimonio del Camino enviado en misión por Juan Pablo II

Page 20: Cristo ha resucitado · dos de hierbas amargas, pasaron de un lugar a otro, de Egipto ha-cia el desierto. Y a causa de esta salida de Egipto, la fiesta tomó entre ellos el nombre

Según los expertos interna-cionales, se viven días deci-sivos para el Gobierno zai-

reño, tras la caída de la ciudadde Kisangani —último bastióndel Ejército, al este del país— en manos de los rebeldes.

La toma de esta ciudad, la ter-cera del país, coloca al líder re-belde Laurent Kabila, en una po-sición dominante ante posiblesnegociaciones. Junto a la caída deesta ciudad, en el norte del país, elúnico objetivo de interés es Gba-dolite, pueblo natal de Mobutu.Aunque esta ciudad no tiene re-levancia estratégica militar, su to-ma significaría un claro mensaje pa-ra el mariscal Mobutu. Kabila, porotro lado, ha rechazado de nue-vo la petición de la ONU de queacepte un alto el fuego, y ha rei-terado que primero es necesarioentablar negociaciones. El cabe-cilla rebelde, que se reunió haceunos días con el enviado de Na-ciones Unidas, Mohamed Sah-nun, exigió negociar cara a caracon Mobutu, que desde el do-mingo 16 permanece ingresadoen un hospital en Montecarlo pa-ra someterse a un nuevo trata-miento contra el cáncer de prós-tata, del que fue operado el pasa-do mes de agosto.

¿Y LOS REFUGIADOS?

Poco o casi nada se habla yadel enorme éxodo de vuelta derefugiados a Ruanda. Muchoshan intentado demostrar que yano quedan prácticamente refu-giados ruandeses en el este delZaire; otros, por el contrario, quetodavía quedan unos 400.000. Loque está claro es que 100.000 handesaparecido. ¿Cómo pueden es-fumarse cien mil personas?

Este baile de cifras nace en loscampos de refugiados tras el éxo-do organizado de hutus hacia eleste del Zaire durante el veranode 1994. A partir del bombardeode los campos de refugiados des-

de la vecina Ruanda, la masa derefugiados se divide en dos: unabuena parte vuelve al país, y laotra huye hacia el interior del Zai-re, escondiéndose en lo más pro-fundo de la selva. En conclusión,al menos 400.000 refugiadosruandeses están desaparecidos yse teme que hayan muerto de en-fermedades, agotamiento, ham-bre, o víctimas de terribles ma-tanzas.

Los testimonios directos deobservadores internacionales,misioneros y miembros de laONU, que llegan de la zona delconflicto, son, por lo general, con-tradictorios sobre el número to-tal de víctimas, pero lo que no de-ja lugar a dudas es la existenciade asesinatos masivos. Ancianos,mujeres y niños son perseguidos

y abatidos en un combate que nodiferencia a los inocentes.

AYUDA HUMANITARIA

A esta terrible situación hayque añadir un nuevo problema:las agencias humanitarias sufrenfuertes restricciones.

En este caos en el que está su-mida la zona de los Grandes La-gos, pese a las numerosas difi-cultades, son cerca de veinteONG españolas las que directa oindirectamente están trabajandoen la zona. Las ONG que traba-jan actualmente en el conflicto delos Grandes Lagos son: Adra, Cá-ritas española, Cruz Roja española,Educación sin Fronteras, Farma-céuticos Sin Fronteras, Farmacéuti-cos Mundi, Intermon, Intered,

MPDL, Manos Unidas, Médicos delMundo, Médicos Mundi, Médicossin Fronteras, PROYDE, PueblosHermanos, Sed, Solidarios para elDesarrollo, UNEFA y Vetermon.

Sus ayudas van encaminadasa intentar cubrir, en la medida delo posible, las necesidades máselementales: comida, tiendas decampaña, botiquines, etc... juntoa una ayuda humana, a veces de-sesperanzada porque su trabajono tiene el fruto por ellos desea-do. Poco o nada se habla de la en-comiable labor de estas personas.Sólo hay cabida para la muerte,el horror y los avances militares,y se deja de lado la necesidad yla urgencia, no sólo ya de una in-tervención, sino del envío coor-dinado de ayudas a una escalamayor (establecimiento de corre-dores humanitarios seguros, ma-yor número de campamentos deayuda humanitaria, etc...).

La desinformación de la pren-sa internacional está motivadaporque los periodistas nunca hantenido acceso real a los lugaresde los hechos y han tenido que

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LOS REFUGIADOS SIGUEN SIENDO VÍCTIMAS DE UN CONFLICTO QUE NO HAY QUE OLVIDAR

Ruanda, la guerra Ha pasado demasiado tiempo, y la solución política que estabilice la región de los Grandes Lagos no llega. Ha pasado demasiadotiempo, y la indiferencia culpable de la comunidad internacional, que no interviene para acabar con el continuo derramamiento

de sangre inocente, tiene como resultado diario que miles de ruandeses, sin culpa alguna, sigan pagando con su vida tanta cobardía e irresponsabilidad

Un vergonzoso éxodo permanente

«LA AYUDA HUMANITARIA VA ENCAMINADA

A INTENTAR CUBRIR, EN LA MEDIDA DE LO POSIBLE, LAS NECESIDADES MÁS ELEMENTALES»

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contentarse con la versión oficialdel Gobierno ruandés, o de losrebeldes de Kabila, que hoy porhoy, es como no saber nada so-bre lo que está ocurriendo real-mente allí.

UNA SOLUCIÓN A LARGO PLAZO

Este genocidio dura ya sietelargos años, y según los expertosy los misioneros, que están en pri-mera línea de servicio, la solu-ción dista mucho de estar cercanaen el tiempo. «No vemos que seesté caminando hacia un proce-so de paz, porque se está enco-nando la situación con múltiplesproblemas; hoy por hoy, no ve-mos ningún tipo de salida enRuanda, mientras no haya nego-ciación. El poder actual no tieneninguna intención, ni proponeningún tipo de salida. La comu-nidad internacional debería faci-litar pasos hacia la paz, ya que lasalida desde estos países es im-posible, pues sólo buscan amigosde armas», afirma Jesús Jáuregui,miembro de Cáritas.

El único que ha hablado pi-diendo un alto el fuego inmedia-to ha sido el Secretario generalde la ONU, quien también ha pe-dido una intervención militar pa-ra proteger a los refugiados.

«Está claro que ha primado lopolítico sobre lo humanitario. LasNaciones Unidas y ACNUR, conlos medios tecnológicos que tie-

ne Estados Unidos, podrían ha-ber sabido perfectamente quié-nes habían pasado la frontera yquiénes no. Hubo una especie depasividad u omisión», afirma un

misionero, quien sigue comen-tando: «El Gobierno no quieretestigos de ningún tipo, ya seanmisioneros, sacerdotes, etc..., queno estén de acuerdo con su polí-tica, sobre todo en temas de pur-gas».

Otro problema añadido es quetodo aquel que trabaja con los re-fugiados, es tachado de coope-rante con los enemigos, ya queresulta muy difícil que entiendanque estas personas van con unafán humanitario.

Cuando uno escucha estas de-claraciones puede pensar que lasituación no tiene remedio. Sinembargo, todo deberá pasar porun examen de conciencia de to-das las partes. Todos tienen suparte de culpa. Mientras no pue-dan participar en el poder políti-co y económico todas las razas,no habrá convivencia en paz.

Álvaro de los Ríos

/21mundoNº 64/31-III-1997

HABLA EL PAPA

EL DERECHO

AL TRABAJO

Frente a las insidias presen-tes en ciertas manifestacio-

nes de la cultura y de la eco-nomía de nuestro tiempo, laIglesia no deja de anunciar lagrandeza del hombre, imagende Dios, y su primacía en lacreación. A cuantos procuranafirmar el predominio de latécnica, reduciendo al hombrea «mercancía» o instrumentode producción, la Iglesia lesrecuerda que «el sujeto propiodel trabajo sigue siendo elhombre: el trabajo está en fun-ción del hombre, y no el hom-bre en función del trabajo».

Estos principios, a la vezque condenan toda forma dealienación en la actividad hu-mana, son particularmente ac-tuales frente al grave proble-ma del desempleo, que afectahoy a millones de personas.En efecto, en quien lo experi-menta, el desempleo crea unagrave situación de margina-ción y un penoso estado dehumillación.

Por tanto, el derecho al tra-bajo debe conjugarse con el dela libertad de elección de lapropia actividad, no en senti-do individualista, sino en re-ferencia a la vocación al servi-cio y a la colaboración con losdemás. Por tanto, el trabajo esante todo un derecho, porquees un deber, que nace de lasrelaciones sociales del hom-bre. Expresa la vocación delhombre al servicio y a la soli-daridad. Casi como un anun-cio de los nuevos cielos y de latierra nueva, que, precisamen-te mediante la fatiga del tra-bajo, son participados por elhombre y por el mundo.

(19-3-97)

interminable

¿Qué culpa tienen los niños?

CRONOLOGÍA DEL CONFLICTO RUANDÉS

Siglo X Llegada de los HutusSiglo XIII Llegada de los Tutsis1890-1919 Ocupación alemana1919-1962 Ocupación belga1959 Revolución Hutu. Abolición de la monarquía

Tutsi1963 Tutsis rebeldes matan a miles de Hutus1969 Ruanda, separada de Burundi, consigue la

independencia. Primer presidente: Kayibanda(Hutu)

1973 Nuevas matanzas. Huída de 400.000 Tutsis aUganda y Burundi. Golpe de Estado.

1980 Intento de golpe de Estado1982 Llegada de miles de exiliados ruandeses de

Uganda y Burundi1990 Invasión de rebeldes Tutsis procedentes de

Uganda.Tropas francesas, belgas y zaireñas losexpulsan de nuevo. Matanza de“colaboradores” Tutsis y Hutus moderados.

1991 Nueva invasión Tutsi desde Uganda. Seapoderan de todo el norte de Ruanda.

1992 Alto el fuego. Se integran ambos ejércitos.1993 Continúa la violencia en el norte. Llegan los

cascos azules1994 El avión con los presidentes de Ruanda y

Burundi es abatido en Kigali. Matanza selectivade miles de Hutus y Tutsis moderados. Éxodomasivo a los países vecinos.

1996 El ejército ruandés invade Zaire. Destrucción delos campos de refugiados y dispersión de éstos.

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22/ la vida Nº 64/31-III-1997

Aumentan los sacerdotes diocesanos y los seminaristas. Des-ciende, por el contrario, el número de los sacerdotes que per-

tenecen a Congregaciones religiosas. El balance global del númerode sacerdotes católicos en el mundo respecto al año anterior es po-sitivo, gracias al crecimiento de los primeros. Éstos son algunos delos datos que ofrece la última edición del «Anuario Pontificio» de1997. Estas «páginas amarillas» de toda la Iglesia católica arrojanun cuadro estadístico de la actividad pastoral de la Iglesia suma-mente positivo, comparado con las cifras del año precedente. Ac-tualmente los sacerdotes son 404.750 (262.418 diocesanos). Es-te número supone un crecimiento de 289 sacerdotes con respec-to a la última edición del Anuario.

Este aumento global de sacerdotes, que demuestra el creci-miento de los diocesanos, se debe al elevado número de orde-naciones que se celebraron este último año (8.800); 800 más queel año anterior. Por vigésimo año consecutivo, el número de los se-minaristas que se inscriben en los cursos de Filosofía y Teologíaha aumentado: en esta ocasión el crecimiento ha sido de 1,2%. Deeste modo, el número de seminaristas en el mundo ha pasadode 105.075 a 106.307. Todavía es más consistente el crecimien-to de los diáconos permanentes, cuyo aumento ha sido de un5,3%.

Sacerdotes: se acabaron los números rojos

El Salvador, viraje histórico.La izquierda gana las elec-

ciones tras veinte años de gue-rra civil. Triunfa el frente Fara-bundo Martí, con el decisivoapoyo de los jesuítas». Éstoseran los títulos de la crónica delenviado especial del diario ita-liano Il Corriere della Sera a ElSalvador. Una vez leída su cró-nica, los tonos triunfalistas seatenuaban un tanto: Efectiva-mente, el FMLN ha «conquis-tado» la alcaldía de la capitaldel país, San Salvador, y la iz-quierda parece haber ganadolas elecciones municipales enlas principales ciudades, a pe-sar de que la abstención ha si-do superior al 60%. En cam-bio, la coalición gobernante enel país, ARENA, parece haberlogrado una mínima ventaja enlos comicios legislativos y po-dría controlar el Parlamento,aunque para ello necesitaríapactar con el centro derecha ycon los democristianos. Encualquier caso, la situación su-pone un importante viraje en lapolítica de aquel país herma-no, un viraje que probable-mente asombraba al arzobis-po mártir, monseñor Oscar Ar-nulfo Romero, si ahora,diecisiete años después de sumuerte, levantara la cabeza.

El Salvador:virajehistórico

La hermana María transmitíauna energía y un entusias-

mo propios de una mujer mu-cho más joven, cuando tenía100 años. Cuando la hermanaMaría murió –en 1995, tres me-ses antes de cumplir 102 años–una autopsia de su cerebro re-veló que había vivido con unAlzheimer muy avanzado, y eradifícil entender cómo había po-dido mantener tanta coheren-cia y lucidez.

David Snowdon es epide-miólogo en la Universidad deKentucky, y ha hecho un im-portante descubrimiento res-pecto a la enfermedad de Alz-heimer, que desarrolla sus doscaracterísticas más temidas

–pérdida de memoria y demen-cia senil–, sobre todo en las per-sonas que ya han tenido lesio-nes cerebrales; por ello pensóque, previniendo tales inciden-tes vasculares, se limitarían losefectos más penosos de la en-fermedad.

El mérito del descubrimiento,que mejorará la vida de milesde ancianos (sólo en EE.UUhay 4 millones de enfermos deAlzheimer), es de 678 monjasamericanas, de unos 75 años,pertenecientes al colegio de lasHermanas de Notre Dame, quedesde hace diez años se ofre-cieron para los estudios deldoctor Snowdon (test psicoló-gicos y análisis de sangre) y,

sobre todo, desde 1990, cuan-do firmaron una a una –co-menzando por la Hermana Ma-ría de Baltimor, de 100 años–el documento que consentía lainvestigación de su cerebro,tras su muerte, para este estu-dio.

Analizando la materia cere-bral de estas 61 Hermanas seha descubierto la causa de que19 de ellas se hubieran libradode las terribles consecuenciasde la enfermedad.

El gesto silencioso de estasHermanas, al que la prensa in-ternacional dedica sus páginascon todo merecimiento, es im-presionante. Ha sido un acto deamor a los hermanos.

«Monjas-cobaya» en Estados Unidos

MonedasvaticanasSu última acuñación en oro

fue hace 40 años. A partirde éste, y dada la importanciadel Jubileo del año 2000, la Ofi-cina numismática de la SantaSede ha previsto seis emisio-nes que volverán locos a loscoleccionistas de todo el mun-do. Hacia el Año Santo –así sellama la colección– anticipa ide-almente el recorrido jubilar delas cuatro basílicas patriarca-les de Roma, que han de visi-tarse para recibir la indulgen-cia plenaria.

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/23la vidaNº 64/31-III-1997

El arzobispo de Madrid,monseñor Rouco, ha

presidido una convivenciade los equipos de Nues-tra Señora de la regiónCentro, en la que han par-ticipado doscientas per-sonas, matrimonios y sa-cerdotes (entre éstos, elconsiliario del equipo res-ponsable internacional,padre Cristóbal Sarrias, je-suita) de Madrid, Heren-cia, Illescas y Almagro.Monseñor Rouco subra-yó, en sus palabras a losreunidos, los valores delmatrimonio y de la familiaen una sociedad cada vezmás necesitada de testi-monios cristianos, de los

que los miembros de es-tos Equipos pueden ser efi-caces divulgadores. Enuna conferencia pronun-ciada por los nuevos res-ponsables de este movi-miento en España, hogarGómez Senént-López deValencia, que iniciarán sulabor a finales de curso, re-cordaron los aspectos prin-cipales de los documentosfundacionales de los Equi-pos, cuya creación se de-be al sacerdote francésHenry Caffarel, reciente-mente fallecido. El próxi-mo diciembre se celebra-rá en Barcelona el mediosiglo de la entrada del mo-vimiento en España.

Convivencia de los equiposde Nuestra Señora

ParaentenderEspaña hoy

Anticipar el futuro. Clavespolíticas, económicas y éti-

cas para entender España hoyha sido el tema del tercer ciclode conferencias Fe y culturaque ha tenido lugar en el Pon-tificio Colegio Español de SanJosé en Roma, cuyo rector esdon Lope Rubio Parrado. Hanparticipado los profesores Ig-nacio Sotelo, Darío Válcarcely Adela Cortina. Esta institu-ción formativa pertenece a laConferencia Episcopal Espa-ñola; fue creada por el beatoManuel Domingo y Sol, funda-dor de los Operarios Diocesa-nos que rigen el Colegio, y suprincipal objetivo es favorecerla educación de los seminaris-tas y sacerdotes españolesque cursan estudios en las uni-versidades eclesiásticas deRoma. En sus 104 años hanpasado por el colegio 3.017alumnos de toda España; estecurso hay 101. El primer ciclofue sobre sociología y religión;el segundo, sobre palabra ycreación literaria.

Filosofíabalmesiana

Espíritu es una revista de fi-losofía neotomista que pu-

blica, desde hace 45 años, elInstituto Filosófico de Balme-siana. Es una publicación degran rigor intelectual que sale ala luz dos veces al año.

Caben con holgura en el bol-sillo de una camisa; de mo-

do que en cualquier momentopueden ser abiertos, para leeralguno de los trescientos pen-samientos espirituales que, se-leccionados por el obispo dePalencia, monseñor Rafeal Pal-mero, dejaron escritos, tanto elHermano Rafael, de la Trapade Dueñas, como la Madre Ma-ravillas de Jesús, priora del Car-melo de La Aldehuela y del Ce-rro de los Ángeles. Cualquierade esos pensamientos son unainvitación concreta, utilísima yoportuna para la reflexión y pa-ra la oración.

Dos minilibros muy prácticos

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24/ desde la fe Nº 64/31-III-1997

El mundo científico ha acep-tado prácticamente de for-ma unánime la teoría del

Big Bang, ya que ha podido cons-tatarse que, efectivamente, el uni-verso está en expansión. La cues-tión es si esta progresión será in-finita o acabará en colapso. Paraello, se está llevando a cabo lamedición del cosmic microwavebackground: el residuo que quedaen el espacio de aquella gigan-tesca explosión inicial que dioorigen al universo. Uno de loscientíficos que participan en esainvestigación, el cosmólogo ita-liano Marco Bersanelli, ha habla-do recientemente en el Centrocultural Charles Péguy, de Ma-drid. Bersanelli, investigador delInstituto de Física Cósmica deMilán, es creyente: «La fe y laciencia tienen métodos distintosde conocer la realidad. El apa-rente conflicto nace cuando, deuna u otra parte, hay una confu-sión de los planos. Yo, desde mipunto de vista, nunca lo he en-contrado».

El profesor Bersanelli explicóen su conferencia los hallazgosmás significativos que se han ob-tenido con la medición del fon-do cósmico: en primer lugar, hapermitido establecer dos mode-los posibles y científicamente vá-lidos sobre la naturaleza del uni-verso: o bien se expande infini-tamente en el tiempo, aunque conuna progresión cada vez menor, obien camina hacia el colapso, loque los científicos llaman BigCrunch. Mediciones posteriorespermitirán discriminar un mo-delo u otro.

«Nuestro pequeño y queridoplaneta, en esta carrera hacia elinfinito, parece casi perdido —afirma Bersanelli—. Pero hay

un aspecto que no debe pasar de-sapercibido: hoy es evidente, conlos conocimientos acumuladospor la astrofísica durante años,que la posibilidad de la existenciahumana, de la vida sobre la Tie-rra, no depende sólo de las afor-tunadas condiciones físicas de

nuestro planeta, sino que depen-de también de la manera como elcosmos entero está organizado:si se hubiese desarrollado de unaforma ligeramente diversa a co-mo es, no existiría la más míni-ma posibilidad de vida sobre laTierra, ni en ninguna otra parte

del espacio. Un niño, de más omenos un metro, que, si multi-plicamos por mil varias veceshasta llegar a miles de millonesde años luz, parece una anécdotaen la creación, es, en cambio, unpunto extraordinariamente sig-nificativo en el Universo, la au-toconsciencia de la naturaleza».

Ante este misterio de la exis-tencia, ante esta unidad global dela estructura de la realidad, nohay respuestas científicas defini-tivas. Como escribió Albert Eins-tein, «la emoción más bella es elsentido del Misterio; ésta es la se-milla de toda verdadera ciencia».¿Cuál es el origen último de la realidad? «La racionalidad hu-mana es más grande que la cien-cia —afirma Bersanelli—. Ésa esla pregunta que todo hombre de-be hacerse, sea científico o no».La libertad del hombre para acep-tar el Misterio de la existencia tie-ne siempre la última palabra.

I. A.

BUSCANDO A DIOS EN EL INFINITO

Con una diferente evolucióndel cosmos, no habría vida¿Cómo es el universo en el que vivimos? A pesar de que la capacidad del hombre de conocer y transformar la naturaleza

es cada vez mayor, cuando se trata de medir el cielo, la mirada se pierde en el infinito, en el Misterio. Supernovas que explotan a millones de años luz; ramilletes de estrellas viajando a una velocidad de vértigo; el cometa «Hale-Bopp», que se acerca a laTierra desde las profundidades del espacio; planetas perdidos, agujeros negros, galaxias lejanas, mundos desconocidos. ¿De

dónde venimos y a dónde vamos? Si tal es la grandeza del cosmos, que hasta la imaginación se queda corta, ¿cómo será Dios?

Arriba: el doctor Bersanelli, durante su conferencia, con Rafael Gerez.Abajo: el asombroso girar del Universo

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En La sal de la tierra el carde-nal Ratzinger responde demanera vivaz a preguntas

directas que le plantea un perio-dista del Suddeutsche Zeitung–prestigioso periódico de Mu-nich–, que ha abandonado la Igle-sia desde hace años. «¿Cuántosson los caminos para llegar aDios?», le pregunta. Ratzingerresponde: «Tantos, cuantos sonlos hombres».

«¿En qué manantial comúnpuede alimentarse la religiosidadde un cristianismo disperso?» Re-plica sin incertidumbres: «En eljudaísmo. La estrella indica Jeru-salén. Ella se apaga y aparece denuevo en la palabra de Dios, en laSagrada Escritura de Israel». Yasí prosigue el libro, con una ca-pacidad de provocación intelec-tual típica de los que conocen alPrefecto de lo que antes se lla-maba el Santo Oficio y que, tras elConcilio, ha tomado el nombrede Congregación para la Doctrinade la Fe. No han debido ser fácilesestos dieciséis años de Ratzingeral frente de esta especie de «mi-nisterio» del Papa, que vela por lafidelidad al Evangelio de las di-ferentes corrientes que enrique-cen la reflexión teológica en laIglesia.

Este teólogo, que se hizo fa-moso durante el Concilio, cuandosólo tenía 35 años, al convertirseen el consultor del arzobispo deColonia, cardenal Joseph Frings,ha tenido que escuchar las típi-cas acusaciones de retrógrado yde falta de comprensión hacia lainvestigación científica. Las hasoportado precisamente él, quedesde 1969 se convirtió en unode los profesores más reconoci-dos de Alemania, en la Universi-dad de Ratisbona, de la que lle-garía a ser vicerrector. Cuando sele recuerdan algunos artículospublicados por la prensa sobre

sus amonestaciones a algunos teólogos, que exigían el recono-cimiento de la Iglesia para ense-ñar tesis que no comparte la Igle-sia, comenta: «Siempre existe esafamosa acusación de que somosinquisidores, que suprimimos lalibertad. Pero también se da laacusación contraria: que no cum-plimos con nuestro deber de tu-telar a los fieles... Y hay más crí-ticas aún: que, en ocasiones, hemos sido demasiado quisqui-llosos, o que vamos contra elEvangelio, como dice HansKüng, o como dicen muchos, queafirman que no deberíamos exis-tir porque no hemos cumplidonuestro deber y es mejor dejarcrecer la cizaña».

Sin embargo, argumenta elcardenal bavarés con gran sen-tido lógico: «Si no existe un tex-to autorizado que permita de-cir: Ésta es la fe, nuestro trabajose mueve en el vacío. Por estemotivo, nuestro primer deberha sido redactar el Catecismo,que es algo concreto, que per-mite decir que la Iglesia es doc-trina, y la doctrina es la mismaIglesia. Después tenemos quehacer que cada uno en la Iglesiaasuma sus propias responsabi-lidades. Desde mi punto de vis-ta, creo que es un error echarlela culpa de todo a Roma. Roma,por el contrario, tiene que com-prometerse con el Colegio de losobispos, para que existan pas-tores que actúen todos juntos,en la gran comunión de los san-tos, y según su propia respon-sabilidad ante el Señor, en el te-mor del Señor, y no en el temorde los hombres, para hacer po-sible una fe libre; pero tambiénpara denunciar el peligro de quela palabra humana se presentecomo palabra de fe».

Jesús Colina. Roma

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EL CARDENAL JOSEPH RATZINGER CUMPLE SETENTA AÑOS

«Los caminos de Dios sontantos como son los hombres»

El 16 de abril, el cardenal Joseph Ratzinger, Prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe, cumple setenta años. En la reciente Feria del Libro de París acaba de ver la luz su última obra traducida al francés, «La sal de la tierra».

Es una reflexión sobre el cristianismo y la Iglesia católica ante el umbral del tercer milenio

El cardenal Ratzinger, con el «Catecismo de la Iglesia Católica»

«SI NO EXISTE UN TEXTO AUTORIZADO QUE PERMITA DECIR:ÉSTA ES LA FE, NUESTRO TRABAJO SE MUEVE EN EL VACÍO.

POR ESTE MOTIVO, NUESTRO PRIMER DEBER HA SIDO

REDACTAR EL CATECISMO»

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Motivos para creer

El jesuita Jorge Lo-ring ofrece en Mo-

tivos para creer (Ed.Planeta-Testimonio) al-gunos motivos que ha-cen razonable la fe. A nadie le puede con-vencer lo que ignora,y éste es el caso demuchos que despre-cian la fe. Este libro

nos ayuda a tener una cultura religiosa pro-porcional a nuestra cultura humana.

La afectividad

El sacerdote RamónMontalbán hace

ver, en Los novios, losmisterios de la afecti-vidad (Colección Ha-cer familia, ed. Pala-bra), que el amor noes una realidad simple.Además de gustarse,es necesario que losnovios sean capaces

de ser amigos íntimos. Este libro tiene inte-rés para jóvenes, padres y educadores.

San Pelayo

Rafael Palmero Ra-mos, actual obis-

po de Palencia, hapreparado una biogra-fía de San Pelayo:Testigo con trece años,san Pelayo, mártir (co-lección TAU de Fran-cisco López Hernán-dez). San Pelayo esuno de los santos más

populares de todo el noroeste español, granmodelo para nuestros jóvenes.

El delfín de Nicolás

El delfín de Nicolás(ed. Palabra) es un

cuento de SylvieQueyron para niños apartir de diez años. Todos los días Nicolásva a una cala escondi-da donde le espera undelfín para jugar conél. Leyendo este libroel niño aprende a va-

lorar la amistad, a compartir dificultades yalegrías, y a perdonar.

Pinceladas

Pinceladas, de Jus-to López Melús

(ed. Atenas), es unconjunto de doscien-tas pequeñas parábo-las, resumidas y redu-cidas a lo esencial.Quiere ser una invita-ción a ser mejores,evitándonos cavilacio-nes profundas. Es una

gran compañía para la mesilla de noche,una ayuda a la reflexión antes de dormir.

Voy a vivir

Andy Tridker, un jo-ven escritor, nos

ofrece, en Voy a vivir(ed. S.M.), un retratode su propia vida. Unjoven llega a un hos-pital, convaleciente deun accidente de moto.Las perspectivas derecuperación no pare-cen halagüeñas, pero

Andy se jura a sí mismo luchar hasta con-seguir nadar de nuevo.

Trabajo social

Los catedráticos Jo-sé Almaraz, Mario

Gaviria y Juan Maes-tre han reunido, en elmanual universitarioSociología para el tra-bajo social (ed. Uni-versitas), un conjuntode colaboraciones so-bre los temas socialesmás relevantes que

forman parte del campo de actuación deltrabajo social.

Gregorio de Elvira

San Gregorio de El-vira fue obispo de

la antigua ciudad de Ilí-beris –actual Grana-da– durante casi todala segunda mitad delsiglo IV. Dentro de lacolección Fuentes Pa-trísticas (ed. CiudadNueva), Tratados so-bre los libros de las

Santas Escrituras presenta sus homilías, re-dactadas en un lenguaje muy sencillo.

El Derecho de la Iglesia

Dominique Le Tour-neau, sacerdote,

Doctor en Derecho Ca-nónico por la Universi-dad de Navarra, ha re-cogido en El Derechode la Iglesia (ed. Rialp)las cuestiones esen-ciales del Derecho Ca-nónico, puestas al al-cance del lector de cul-

tura media. Una buena lectura para alcanzarun conocimiento más profundo de nuestra fe.

El Cristo de Tagore

El poeta indio Ra-bindranath Tagore

(1861-1941), premioNobel de Literatura,destacó por la sensibi-lidad moral y religiosacon que contempló elmundo. Cristo (ed.PPC) recoge los escri-tos de este poeta quese acercan a la figura

de Jesús, en el que descubre la verdaderaimagen de la Humanidad.

Sobre el Estado

El doctor MiguelAyuso, profesor de

Derecho Constitucio-nal en ICADE ofreceen ¿Después del Le-viathan? Sobre el Es-tado y su signo (ed.Speiro) un análisis dela forma política quellamamos Estado y desu crisis contemporá-

nea, buscando caminos de solución en larecuperación moral y la revitalización social.

LIBROS

Hemos leído

Itinerario de fe

En Espíritu y pala-bra (ed. Narcea)

Maximiliano Calvo, di-rigente de la Comuni-dad carismática Jeru-salén, presenta un iti-nerario de fe y amor.El autor, consciente delos inconvenientes dela vida moderna, haacudido a breves sen-

tencias que ayudan a vivir un día, e inclusouna temporada de la vida.

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/27desde la feNº 64/31-III-1997

Un sacerdote italiano llamado Tambu-rini, sacó a la luz hace pocos años uncurioso libro, Santos y pecadores, en el

que hacía públicas parte de sus investigacio-nes en archivos del Vaticano. En él contabael contenido de documentos del siglo XVI enlos que fieles católicos pedían dispensas a laautoridad romana. Al lado de normales pe-ticiones de cristianos que hoy veneramos (Ig-nacio de Loyola, Francisco de Javier) estánlas de curas atormentados, monjas y frailesrelapsos, aventureros y juerguistas.

La Iglesia es dos mil años de santos y depecadores. Mezclados, codo con codo, desa-fiándose los unos a los otros, amándose y re-criminándose. Intentar hacer historia de laIglesia quedándose con los santos sólo, o só-lo con los pecadores, es un proyecto inútil:sería la radiografía de algo que no existe. Por-que, según la fórmula peguyana, en la Iglesialos santos dan la mano a los pecadores. Decir pe-cador es decir hombre, tal cual: la santidadhumana es una planta que crece en el campodel pecado.

La Iglesia es un cuerpo. Un pobre bauti-zado, antes que devoto o pío, perjuro o las-civo, es parte de la Iglesia, pertenece a la Igle-sia. Eso es lo inaudito, todavía hoy, dos milaños después de su fundación.

La santidad es la Iglesia misma. Muchoscatólicos han cometido grandes errores (parajuzgarlos habrá que tener la misma objetivi-dad que con los demás), pero ningún errorha borrado la nota de excepcionalidad queacompaña al Pueblo de Dios desde sus orí-genes.

Como madre y como maestra, la Iglesiasabe también que debe huir de escándalos.Por eso, aspectos turbios (pero cotidianos) denuestra íntima vida de pueblo se han lleva-do con gran discreción, para no dañar la famade los protagonistas y no hacer innecesaria-mente más dura la comprensión de los másdébiles.

Las revelaciones que hace el libro de Tam-burini no son como para tirar cohetes. De lossantos es verdad que sale a relucir poca cosa.De los pecadores sale una buena ración depimienta para sazonar la comprensión de laHistoria de la Iglesia. Por eso, cuando en sudía Pedro Miguel Lamet se regocijaba por lapublicación de este libro como si sacase a laluz los viejos trapos sucios del romanismo—desliz que ponía en evidencia el oscuran-tismo de la Iglesia—, me parece que sufríaun espejismo. Como dice el cardenal Biffi,pocas instituciones habrá en la Historia uni-versal que permanezcan a lo largo del tiempopara poder reivindicar los logros y las torce-duras de sí mismas. La Iglesia no ha escurri-do el bulto y no se ha refundado, cada ciertotiempo, para no tener que asumir el balancehecho por sus olímpicos críticos. Tiene ya pa-ra dos milenios de edad, y su unicidad se ma-

nifiesta tanto en las llagas de san Francisco, enlos arrobamientos de santa Teresa o en lascuestiones de santo Tomás como en los es-cándalos de la vida conventual, en la relaja-ción de la Roma de los Borgia o, simplemen-te, en la frustrante rutina de la vida de casitodos los cristianos. Todo eso está ahí, pero

en eso, por activa o por pasiva, la Iglesia siguefiel a la tarea del comienzo: reclamar la mi-rada de los hombres de todos los siglos haciaun punto, Cristo.

Más que los escándalos que desvela Tam-burini (lo de siempre: castraciones, lesbia-nismo, asesinatos, robos...) lo que pasma es laternura de Dios, que se hace disponible alhombre de todos los tiempos, sin parar mien-tes en cómo llega a ese hombre.

Después de todo, también es interesantellegar hasta lo íntimo de esos pobres diabloscomo yo, que vivían existencias atormenta-das por grandes y bajas pasiones. Todos ellossabían que tenían una casa, y a ella iban a pe-dir perdón, es decir, a pedir ser ellos mismos.

José Antonio Ullate Fabo

Pecadores amigos de santos

«MÁS QUE LOS ESCÁNDALOS, LO QUE PASMA ES LA TERNURA DE DIOS,

QUE SE HACE DISPONIBLE AL HOMBRE

DE TODOS LOS TIEMPOS, SIN PARAR MIENTES

EN CÓMO LLEGA A ESE HOMBRE»

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No lo puede evitar: siempreanda detrás de la respiracióndel ser humano y de su drama;por eso ninguna de sus pelí-culas es un puro «divertimen-to» con sabor a salsa rosa. Des-pués del éxito de «Canción decuna», ahora estrena «La he-rida luminosa», un intensomelodrama inspirado en la fa-mosa obra teatral del escritorcatalán José María de Sagarra,galardonada en 1955 con elPremio Nacional de Teatro. Lapelícula reúne a un equipo téc-nico y artístico de primera ca-tegoría. Hemos hablado conGarci para los lectores de Alfay Omega

Dice Minguela que su pe-lícula El paciente ingléses un cine para recostarse

en la butaca y reflexionar, no pa-ra echarse hacia delante, comoen las películas de acción. ¿Dequé tipo es tu nueva película?

Tanto Canción de cuna como miúltimo trabajo son de las deecharse para atrás, lejos de Elcrack, que era bastante movidita.La herida luminosa es una películatranquila, de tempo lento. Lo quepasa es que cuando decimos tem-po lento enseguida le damos unmatiz peyorativo, y nada más le-jos de la realidad. A mí lo que megusta es contar una historia conprecisión y sin precipitaciones.

¿Qué has querido transmitircon La herida luminosa?

Quizá el mejor resumen de lapelícula esté al final, cuando sedice que hay gente que da gratisa los demás lo mejor de sí mis-ma. La película es una historia deamor en la que aparece el adul-terio, las soledades, la posibili-dad del crimen. He querido, ade-más, tocar en profundidad ele-mentos de la fe cristiana en elcontexto de la España de los años50. Toda ella es un melodrama.A mí el melodrama me parece el

género supremo, casi un estadode excepción. La herida luminosaes como una gran crónica de cos-tumbres del corazón, no sólo por-que el protagonista sea un car-diólogo y su hija monja tenga unalesión de corazón, sino porque esuna historia que explora los co-razones de la personas, corazo-nes amargos, desgarrados. Porconsiguiente, una película así hayque rodarla con la cámara a la al-tura del corazón, hay que mo-verla muy poco. La he realizadoen formato Scope, suficientemen-te amplio para que el espectadorno pierda detalle.

¿Por qué has cambiado el pa-pel del jesuita en la obra origi-nal, por el de una monja?

Porque me parece que un pa-dre está más cerca de una hija quede un hijo. Se ve en la películacómo el padre siempre ha echadode menos a su hija desde queabandonó la carrera de Medici-na para ingresar en el convento.No es el único cambio que he he-cho de la obra de Sagarra. El per-sonaje del Superior de la Ordenlo he cambiado también por unamujer, que interpreta Julia Gu-tiérrez Caba, porque me pareceque la relación del médico con la

Superiora de la Orden es menosáspera que con un sacerdote je-suita. Incluso, desde un punto devista humorístico, está más en lalínea de algunos modelos ameri-canos, como la relación de IngridBergman y Bing Crosby en Lascampanas de Santa María.

NO SOY ÑOÑO

¿Cómo consigues manteneren tus películas la hondura delos sentimientos humanos sinrayar nunca en la ñoñería?

Quizá porque no soy ñoño. In-cluso Canción de Cuna era una pe-lícula que tenía bastante frialdaden su desarrollo, pero siempre di-je que si los diez últimos minutosde la historia no se seguían con elcorazón en un puño, yo me habríaequivocado. En La herida luminosala apuesta es doble: si los últimosveinte minutos no transmitenemoción y no consigo conmover,habré fallado, porque he estruc-turado el ritmo para llegar, comoen las pruebas de los 1.500 metros,a ese sprint final, a esa gran explo-sión serena. Y, si se me permite,aconsejo al público que vaya a verla película sin prejuicios, que vayaa ver una historia de sentimien-tos, una historia de amor.

El amor, la amistad y la reli-gión son los grandes principiosuniversales que nunca se gastan,aunque ahora estén perdiendo sulugar en el cine español. Por eso,cuando me he propuesto realizaresta trilogía: Canción de cuna, deMartínez Sierra; La herida Lumi-nosa, de J. Mª Sagarra, y El abuelode Galdós, pretendo dar a cono-cer lo que precisamente no estáde moda: tratar de hacer otro tipode cine. En el caso de La herida lu-minosa trato el hecho de las mon-jas misioneras que se van al tercermundo donde cambian la reali-dad haciéndola más hermosa, de-fendiendo la vida y la dignidad,humana sin pedir nada a cambio.Que de vez en cuando hagas algoque refleje esta realidad me pa-rece que es una apuesta bastan-te progresista y positiva.

¿Cómo has tratado los com-ponentes religiosos de la obra?

Hay una frase, que no es dela obra teatral, que dice: El mun-do está lleno de gente buena, que nopiensa lo que tú y lo que yo. O sea,los buenos no son los que habi-tan en un convento, ni los malosson necesariamente los agnósti-cos. He tratado de que haya unamirada humana de los persona-

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JOSE LUIS GARCI ESTRENA “LA HERIDA LUMINOSA”

«Una película rodada a la

José Luis Garcí, durante el rodaje de La herida luminosa

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jes. Por ejemplo, en la película,la hija del doctor es misionera.Quiere irse a Ruanda. Y, en estesentido, la película está hablandomás allá de la religión. Está ha-blando de gente desvalida quenecesita que se le ayude y de per-sonas que piensan que esa ayudaes necesaria porque se sientenhermanos de verdad. Hombre,ya vimos hace unos meses —jus-

to mientras rodábamos— cómocuatro españoles dieron la vidaen África por los demás... Yo creoque hay un tipo de personas quehacen que el mundo sea más her-moso; personas que, con su sa-crificio, hacen que el mundo seamucho mejor. Pienso que todoeso está más allá del dilema re-ligión o no religión; eso es unaconducta humana muy buena.

En este sentido, la película haceuna defensa del sacrificio huma-no y de una gente muy valiente.Y, aunque a veces no los puedacomprender —como se dice enla película—, yo envidio a losque piensan así, los envidio mu-cho.

Javier Alonso SandoicaJerónimo José Martín

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Mira que se lo decía José Sacristán: ¡Quela lías, José Luis, que la lías! Es una obra

de teatro de los cincuenta, difícil de adaptar,que va a sonar a lata vieja. A pesar de todo,Garci se enroló en la aventura de adaptar lapieza de José María de Sagarra con el aplo-mo del que sabe que toca una gran historia y leimportan bien poco las críticas.

La herida luminosa tiene el brillo de los dia-mantes y el calor de un concierto de cámara. Esuna obra planteada con un orden premedita-do, nada de improvisaciones ocurrentes a loKean Loach, porque precisamente en su ritmoestudiado y creciente radica la clave de su fuer-za. La película nace de los silencios y va a ter-minar con el torbellino más descarnado. Sólo alfinal sabremos qué cartas se guardaban lospersonajes en la manga.

El doctor Molinos es un hombre condena-do a la soledad, que arrastra su amargura porel pasillo de su casa como si fuera el espectrode sí mismo. Vive con su esposa Isabel, cuyadureza la ha convertido en una extraña. El ma-trimonio se desmorona, y la presencia de Julia,la joven amante, es una falsa huída, que sólosirve para agudizar la amargura del doctor. Fer-nando Guillén sólo tiene que abrir los ojos pa-ra decirnos que al doctor Molinos le falta vida.

Tenían razón quienes, a la salida del estre-no, comentaban la lograda ambientación de lapelícula. Garci es un consumado artista de lapuesta en escena: la espontaneidad de las cria-das, la música, las sillas en torno a la radio pa-ra escuchar los novelones lacrimógenos de los50 y los partes (noticiarios) de Radio Nacional.La reconstrucción es perfecta, y salta a la vistaque a su director le encanta volver las páginasde la Historia para meter la nariz en las anti-guas cocinas de los caserones, donde huele aflan casero, se toma sopa de migas y se hablade Stewart Granger.

Julia Gutiérrez Caba nos ofrece la interpre-tación de un personaje apasionante: una Madre

Superiora que se cree su vocación y la vive conla naturalidad del que se zampa un plato delentejas. Pero quien lleva el peso de la obra,aunque su protagonismo sea menor, es sor Ma-ría, la hija del doctor Molinos. Su vida en el con-vento no ha significado escaparse del mundo yhuir de la realidad, sino que en él ha descu-bierto la clave, la cordura para poder recom-poner la historia de su familia. Por eso, las cam-panas del final de la película no suenan vacías,como el repicar absurdo y surrealista de Rom-piendo las olas, sino que expresan la presenciade un Dios que no se ve, pero que viaja por lapelícula a la sombra de los personajes. Garci seha metido, sin miedo, mar adentro.

J. A. S.

RESURRECCIÓN

Entre los cientos de fotosque cubren las mesas de la

redacción, junto al accidentetrágico, el discurso político, lacantante de turno o la guerraen Albania, surgen de repentefotos refrescantes, con un sen-cillo pie: «Llegó la primavera yla gente pasea y disfruta al ai-re libre, en parques y jardines».

Aquel maestro que fue Do-vifat afirma que todo perio-dista que se precie debe infor-mar de estas cosas, con la im-portancia que requiere su ine-ludible ciclo vital. La prima-vera puede permitírselo todo,desde la noticia de su llegada,al comentario o el canto lírico.

En esta era de la técnica, lalarga gusanera de coches quehuyen de la ciudad es el me-jor canto con ruedas que pue-de dedicarse a la primavera.No obstante, debemos darconstancia de su llegada paraque los hombres de despacho,los técnicos y los que realizantrabajos de gestión pidan unaflor fresca, a ser posible ama-rilla, para su mesa de trabajo.No insinúo que le envíen al-guna a su mujer, porque se dapor descontado, y mucho me-nos que la lleven ellos por lacalle. Para eso sería precisoque los españoles estuvieranincorporados a la ComunidadEuropea, y les trajera sin cui-dado ir por la Diagonal o porAlcalá con su barrita de pantierno o su ramito de jacintos.

Barreras, pequeñas barre-ras que ocultan enormes pre-juicios y demuestran, según lamoderna psiquiatría, nuestrafalta de agallas para asumir laparte tierna que todos tene-mos. Cosa que, a la larga, de-sequilibra. Decididos a no au-mentar el desequilibrio de unaestación que de por sí la san-gre altera, hagamos a nuestravena romántica alguna conce-sión. Al abrir la ventana en es-tos días, se entiende menosque tengamos que morir. Talvez por eso la primavera y laPascua de Resurrección suelenpresentarse juntas, y todo des-pierta y resucita.

Pilar Salcedo

Punto de Vista

altura del corazón»

MAR ADENTRO

Cartel anunciador de la película

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Palabra, Cordero, Señor, Hi-jo, Corazón, Pan, Luz, Paz,

Refugio, Sabiduría, Camino,Redentor, Amor, Vida, Verdad,Hombre, Misterio, Maestro...

Y así, día a día, y mes ames, hasta trescientos sesen-ta y seis nombres –el de losaños bisiestos incluido–, desdela Puerta, que es el primero,hasta el último, que es el Ine-fable, José María Cabodevillava desgranando, en estas 750páginas, los nombres de Cris-to que más le han llamado laatención, y los ofrece, comen-tados, al lector, en este pórti-co del tercer milenio, más pre-

cisamente en este año dedi-cado por la Iglesia a Jesucris-to, el primero de los tres pre-paratorios del gran Jubileo delaño 2000.

Como un fray Luis de Leónde 1977, comienza con un ver-so del Cantar de los Cantares:«Tu nombre es como un perfu-me que se expande», y cita afray Luis, obviamente: «Dadala estrechez de nuestra inteli-gencia, Dios se ha visto obli-gado a manifestarnos la gran-deza de su Hijo poco a poco,como por piezas, descubrien-do una pieza con un nombre yotra con otro, lentamente, lo

mismo que sucede cuandoqueremos meter un líquido enalguna botella de boca estre-cha».

Eso es: somos como bote-llas de boca estrecha, y Diosnos muestra a su Hijo poco apoco, como por piezas...

Este libro es, desde luego,una pieza valiosa por su con-tenido y por su lenguaje pre-cioso, sobrio y altísimo a lavez. Los beduinos tienen diezpalabras distintas para nom-brar la arena; los lapones,veinte para el hielo y más decuarenta para la nieve. Cadauno de los posibles nombres

UN REGALO DE PASCUALIBROS

GENTESPILAR CERNUDA, periodista: «Es una especie de pesadilla la que se nos pre-para, a no ser que se marquen bien las reglas de la investigación genética an-tes de que sea demasiado tarde. Somos como somos, y así debemos seguirsiendo; de todos los colores, con todas las facetas posibles, incluso las ne-gativas. Mejor la variedad que la uniformidad, aunque la variedad signifi-que que hay que aceptar defectos, errores, marginación, perversidad, des-gracias. Un mundo de bellos y sólo bellos, perfectos, y sólo perfectos, es al-go que puede resultar atractivo sobre el papel, pero sería una atrocidad deconsecuencias inimaginables. Dolly podría ir abriéndonos el camino hacia esepanorama. ¡Cielos, qué horror!»

EUGENIO NASARRE, Secretario General de Educación: «La autorregulaciónacordada en 1993 por las televisiones para proteger a jóvenes y niños decontenidos perjudiciales, entre ellos los “debates basura”, no se está respe-tando, y esto constituye un problema serio para la sociedad».

CARMELO GÓMEZ, actor: «Yo creía en la democracia, pero la democracia esla dictadura de la mayoría, y la mayoría tiene un nivel muy bajo. Todos te-nemos derecho a desarrollar nuestro mundo, pero esto que está pasando esel triunfo de las masas sobre el individuo... A mí, se lo digo sinceramente, mesuena a soviético».

Nadie niega el gran serviciocultural y sociológico reali-

zado por la Educación pública ygratuita en todo el mundo civi-lizado. Sólo los Estados podían movilizar esos enormespresupuestos en los cuatro es-calones sustanciales, desde losparvularios a las Universidades.Pero el gran servicio pasadoempieza a presentar tales grie-tas que es preciso repensar elconjunto financiero y organiza-tivo.

Lo queramos o no, la Edu-cación pública de hoy padecelo que los americanos llaman«la jungla de las pizarras». Sonfenómenos extremos o margi-nales, pero que ya tienen tal vo-lumen y causan tal impacto so-cial que lo más característicode la Educación obligatoria yuniversal, lo que más de uni-versal tiene es el deseo de su-perarla o, más sencillamente,de abandonarla.

En miles de escuelas –nosólo en los ghetos americanos–los alumnos entran a ellas por-tando navajas y pistolas. El pro-fesor dice una cosa que se su-pone que es una lección, y hu-ye para salvar el pellejo.

En nuestra España, esta si-tuación también está presente:robos, intimidaciones y drogasson parte del escenario del día.La familia quizá no exija muchonivel académico, pero quiereque le devuelvan al hijo vivo ysin «caballo».

No hay más remedio quereimpulsar, de modo más de-terminado, la enseñanza priva-da de sello moral. Los padresque eligen esos colegios paganimpuestos para que haya en-señanza pública, pero se venobligados a un doble desem-bolso, lo cual es una visible in-justicia que pesa más en lasclases modestas. Por eso elplanteamiento no es Educaciónde pobres o ricos: éstos ya searreglan. Hay que proteger a las familias pobres refinan-ciando la Educación deseada.

Luis Apostua

DOBLE FACTURA

CONTRAPUNTO.

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de Cristo refleja un aspectode su persona; todos suma-dos no bastan para dar a co-nocer a Quien es infinito e ina-gotable.

Le pasa al autor lo que él di-ce que les ocurre a los musul-manes: que tienen noventa ynueve nombres para invocar aDios, pero confiesan que sóloel centésimo es el verdadero ynadie lo conoce. ¿Por qué se-rá que el libro acaba, precisa-mente, con el nombre El Ine-fable, es decir «el que no sepuede expresar con palabras»;ni con ninguna en concreto, nicon todas juntas?

Él lo explica muy bien: «Lapalabra Dios ha entrado en elDiccionario y ocupa el lugarque le corresponde por ordenalfabético, despues de diop-

tría, diorama y diorita, pero só-lo resulta válida si reconoce-mos que es incapaz de expre-sar aquello que designa».

Confiesa Cabodevilla que ellibro es necesariamente in-completo porque el tema esinagotable, pero que cabría de-cir, si no es mucho impudor,que él sólo ha pretendido res-ponder a aquella pregunta queun día el Maestro formuló a losApóstoles: Y vosotros ¿quiéndecís que soy Yo?

Para la mentalidad hebrea,decir el nombre de algo signifi-caba poseerlo. Grave tentacióny peligro cierto, porque es muyposible, por desgracia quequien mucho dice Señor, Se-ñor, acabe creyendo que yaposee al Señor.

No nos ocurra lo que al fa-

moso actor que declamó ma-gistralmente el Salmo El Se-ñor es mi pastor, nada me falta,y le aplaudieron a rabiar. Lue-go, cuando lo rezó un sacer-dote, en medio de un silenciosobrecogedor, el actor dijo con-movido: «Yo conocía el salmo,pero este hombre conoce alPastor...»

Jesús: En Judea se pro-nunciaba Yeshúah; en Galilea,Yeshú: dos sílabas nada más,tan breves como el instante dela encarnación y tan inacaba-bles como la eternidad; tan cor-tas, dice el autor, como las ma-nos de una madre y tan in-mensas como la inmensidaddivina. Jesús: Palabra hechapalabra misericordiosamente;santificado sea tu nombre.

Este libro es un buen rega-

lo de Pascua. De la BAC, y deJosé María Cabodevilla.

Miguel Ángel Velasco

No es verdad que nuestros medios de comunicación social ten-gan la misma vara de medir para todos; y, si no, que se lo pregun-ten a Garci que acaba de comprobarlo, una vez más, en el boicot ver-gonzoso y elocuentísimo que determinados medios han hecho asu espléndida película La herida luminosa, como era de esperar. Eslógico que la recuperación del cine español traiga consigo la recu-peración de nuestro mejor cine religioso. Esta película de Garci,profunda y explícitamente religiosa, sin ñoñerías pero sin com-plejos, hiere luminosamente la tendencia culturalmente arreligio-sa de nuestro cine tan políticamente correcto. Como en ella hay dra-ma y vida humanos, resplandece el esplendor de Dios, de su mi-sericordia y la luz de la fe en la vida eterna. Mucho más quesentimientos: humanidad, fe y sentido de la vida en esta luminosaherida cinematográfica de Garci.

La ministra de Educación acaba de denunciar que los alumnosespañoles son los penúltimos de la Comunidad europea en resulta-dos de los exámenes, por ejemplo de Matemáticas. Pues si en eso, quees lo único que últimamente dicen que les enseñan en el bachillera-to son los penúltimos, ¿qué será en Humanidades, que no las huelenni por el forro? Ahora bien, seguro que son los primeros en conocerla programación televisiva pornográfica, en experiencias prematri-moniales y en parejas de hecho. Pero ¿la culpa es sólo de ellos?

Normalmente, suelo estar de acuerdo con lo que escribe AlfonsoUssía –en estas páginas hay reiteradas pruebas de ello–, y lamento nopoder decir lo mismo sobre su artículo ¿Qué respaldo?, en el que alu-de al respaldo de Juan Pablo II a Aznar en el problema del terroris-mo. ¿No se le ha ocurrido pensar que, a lo mejor, ese respaldo con-siste en no atizar las brasas de una guerra peor que la que existe enel País vasco? En los que él, con sorprendente desconocimiento, lla-ma tortuosos pasillos vaticanos, suelen hilar bastante fino, inclusoaunque no nos lo parezca así a quienes tenemos los árboles tan cer-ca que no nos dejan ver el bosque, y creemos que un obispo –al queUssía no sabe lo que le ha dicho el Papa– es un gobernador de qui-ta y pon.

Si como dice Luis Carandell en El País, Ángel Ganivet, hablandode la Semana Santa, escribió: En el país más alegre del mundo, vivenlos hombres mas tristes de la tierra, sólo cabe deducir, en buena lógica,una de estas dos cosas: o que Ganivet no estaba especialmente ins-pirado el día que escribió esto, o que Ganivet no sabía lo que era laSemana Santa. Traer eso a cuento, por los pelos, para contar milon-gas del franquismo en el que resultaba odioso tener que asistir a las pro-cesiones es, cuando menos, curioso; entre otras muchas razones, por-que no es verdad, a no ser que el señor Carandell viviera el fran-quismo en una España diferente a la que vivimos sus coetáneos. Lode la presunta tristeza en Semana Santa, mucho me temo que, si nolo entendió Ganivet, aún lo entiende menos Carandell.

No es verdad que la gente aguanta lo que le echen y no reaccionaen esta España en la que ya es noticia, titulada así en los periódicos,que ayer no hubo fútbol en la tele. Y si no, que se lo pregunten a IsabelGemio, que tuvo la ocurrente idea de interrumpir una representa-ción teatral, y los espectadores de Una noche con los clásicos reaccio-naron indignados ante tan inteligente intromisión y le dieron la bienmerecida pitada del siglo. He sabido que luego se quejó de la intole-rancia del público del teatro... Esta chica debe creer que la toleranciaconsiste en que todo el mundo le diga amén.

No es verdad que aquí exista el mínimo respeto hacia la lengua cas-tellana a la que, por si no tenía ya bastantes problemas, le salen ahora des-de organismos oficiales con que las faltas de ortografía no son como pa-ra suspender a un alumno. De ahí a la protección del analfabetismo hayun paso. ¡Lo que le faltaba al nefasto plan docente que sufrimos desdehace ya unos cuantos años! Por muy nervioso que esté un alumno, sidesde la escuela primaria le han enseñado a escribir España sin h y adecir libro en vez de libró, lo escribirá como debe ser. Los nervios no tie-nen nada que ver con la ortografía. Es como si los políticos no conociesenel abc de la Constitución, o los economistas no supiesen contar los nú-meros. Bueno, un poquito peor...

Gonzalo de Berceo

No es verdad

Page 32: Cristo ha resucitado · dos de hierbas amargas, pasaron de un lugar a otro, de Egipto ha-cia el desierto. Y a causa de esta salida de Egipto, la fiesta tomó entre ellos el nombre

Qué es lo que hoy suce-de? Un gran silencio en-vuelve la tierra; un gran

silencio y una gran soledad. Ungran silencio, porque el Reyduerme. La tierra está temerosay sobrecogida, porque Dios se

ha dormido en la carne y hadespertado a los que dormíandesde antiguo. Dios ha muertoen la carne y ha puesto en con-moción al abismo.

Va a buscar a nuestro primerpadre como si éste fuera la ove-

ja perdida. Quiere visitar a losque viven en tinieblas y ensombra de muerte. Él, que es almismo tiempo Dios e Hijo deDios, va a librar de sus prisio-nes y de sus dolores a Adán y aEva.

El Señor, teniendo en susmanos las armas vencedoras dela cruz, se acerca a ellos. Al ver-lo, nuestro primer padre Adán,asombrado por tan gran acon-tecimiento, exclama y dice a to-dos:

Mi Señor esté con todos.Y Cristo, respondiendo, dice

a Adán: Y con tu espíritu. Y, tomándolo por la mano,

lo levanta, diciéndole: «Despierta, tú que duermes, le-

vántate de entre los muertos, yCristo será tu luz.

Yo soy tu Dios, que por ti ypor todos los que han de nacerde ti me he hecho tu hijo; y aho-ra te digo que tengo el poderde anunciar a los que están en-cadenados: Salid, y a los que seencuentran en las tinieblas: Ilu-minaos, y a los que duermen: Le-vantaos.

A ti te mando: Despierta, túque duermes, pues no te creé pa-ra que permanezcas cautivo enel abismo; levántate de entre losmuertos, pues yo soy la vida delos muertos. Levántate, obra demis manos; levántate, imagenmía, creado a mi semejanza. Le-vántate, salgamos de aquí, por-que tú en mí, y yo en ti, forma-mos una sola e indivisible per-sona.

Por ti, yo, tu Dios, me he he-cho tu hijo; por ti, yo, tu Señor,he revestido tu condición ser-vil; por ti, yo, que estoy sobrelos cielos, he venido a la tierra yhe bajado al abismo; por ti, mehe hecho hombre, semejante aun inválido que tiene su cama en-tre los muertos; por ti, que fuisteexpulsado del huerto, he sidoentregado a los judíos en elhuerto, y en el huerto he sidocrucificado.

Dormí en la cruz, y la lanzaatravesó mi costado, por ti, queen el paraíso dormiste, y de tucostado diste origen a Eva. Micostado ha curado el dolor deltuyo. Mi sueño te saca del sue-ño del abismo. Mi lanza elimi-nó aquella espada que te ame-nazaba en el paraíso.

Levántate, salgamos deaquí. El enemigo te sacó del pa-raíso; yo te coloco no ya en elparaíso, sino en el trono celes-te».

(De una homilía de la Iglesia antigua sobreel grande y santo Sábado)

¡Despertad!¡Levantaos!La noche de aquel primer Sábado tras la muerte de Cristo quedó convertida en el Día

más luminoso que nadie jamás podría haber soñado. Es el Día que no tiene ocaso, la Vida que no tiene ya la sombra de la muerte. Este Día –en el que ya podemos vivir

desde entonces– es Cristo Jesús, la Luz infinita que, penetrando en las entrañas de la muerte, la ha destruido para siempre. Así lo canta la Iglesia

de los primeros siglos en este bellísimo texto:

El Señor desciende al lugar de los muertos y lo reciben los justos de la Antigua Alianza. (Códice miniado de Cristóforo de Predis. Siglo XIV)