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Correlación entre la fluidez verbal, el CI y las habilidades sociales en alumnos de pregrado y el uso de la evaluación oral en el sistema educativo
Introduccion (estado del arte)
La comunicación oral representa para cualquier ser humano su modo esencial de
interacción sociocultural. Puede definirse como una actividad eminentemente humana
de la que se vale para satisfacer sus necesidades cognitivas, afectivas y sociales, a partir
de una serie de recursos verbales y no verbales. Esto, además, le permite comprender a
los demás y lo que está a su alrededor para hacerse una visión personal del mundo. Por
supuesto que se hace realidad gracias al uso de su facultad innata de expresión oral y de
las habilidades lingüísticas y cognitivas con las que cuenta para conseguir los propósitos
de interrelación y de orientación pertinente que le pueda brindar el docente en el aula
(Castillo, J. 2008)
Mediante un estudio hecho a estudiantes de medicina que terminaban octavo
semestre, se encontró que el razonamiento y la comprensión verbal mostraron
asociación estadísticamente significativas con el rendimiento académico. La frecuencia
de la comprensión verbal de los estudiantes de medicina fue de 62%, la del
razonamiento fue del 52%, seguida de la fluidez verbal en el 47,1%, la habilidad
numérica en el 36,4% y la habilidad espacial en el 27,2%. Estos hallazgos sugieren que
en la medida en que seamos capaces de modificar al menos las aptitudes mentales como
el razonamiento y la comprensión verbal, estaremos en posibilidades de mejorar los
resultados del rendimiento académico. No obstante, una situación que enfrentan
constantemente las escuelas de medicina es la dificultad de los estudiantes cuando
tienen contacto con un paciente en la práctica clínica, al cursar las materias prácticas.
(Gomez, Rosales y Marin, 2013)
Esto nos advierte que aun cuando existe una buena compresion y razonamiento
verbal, de parte de los estuadiantes, garantizando mejores resultados del rendimiento
academico, no garantiza que exista un mejor desempeno en el ambito profesional, donde
tener la aptitud mental, de fluidez verbal, es problemente mas importante.
Según Maria Alicia Zavala (2008), las habilidades sociales son conductas
observables, aprendidas y utlizadas en los intercambios sociales para obtener fines
concretos. Para el desempeno social competente es necesario poner en juego patrones de
respuesta especificos tales como: la habilidad para defender los propios derechos, la
habilidad para hacer peticiones, la habilidad para decir no y cortar interacciones, entre
otras. En la investigacion llevada acabo por este mismo autor, se evaluo la Iteligencia
Emocional de un grupo de 62 adolescentes con alta aceptacion social. Asimismo, fueron
evualos 331 alumnos de grupos naturales, no identificados por su nivel de aceptacion
social. Los resultados demostraron que el grupo de adolescente con alta aceptacion
social obtuvieron puntuaciones elevada en todas las areas de la IE auto-reportada,
mismas que marcaron diferencias estadisticamente significativas con respecto al grupo
natural. Tambien se encontraron correlaciones positivas entre la mayoria de los factores
que componen la IE y las Habilidades Sociales, confirmandose asi los hallazgos de
investiagaciones empiricas que consideran que la IE es una variable clave en el
mantenimiento de interacciones sociales positivas.
Goleman (2000), quien popularizo el termino inteligencia emocinal, es uno de
los representantes iniciales del Modelo Mixto; denfinio la IE como la habilidad para
automotivarse y la tenacidad para encarar frustraciones; controlar impulsos y relejar la
gratificacion; regular los propios estados de animo y controlar el miedo para dejar fluir
la capacidad de pensar. Tambien, la IE esta asociadada con el liderazgo potencial según
Charbonneau y Nicol (2002).
Es de notarse entonces, que para poder hablar en publico o estar en situaciones
sociales incomodas o estresantes, en la cuales sea necesario hablar fluidamente; es
fundamental que la persona tenga IE. Segun Bahamon, Viancha, Alarcon y Bohorquez
(2012) una buena autoestima académica y la utilización de estrategias de aprendizaje
complejas predicen un buen rendimiento, a la vez se retroalimentan entre sí. Sin esta
inteligencia primordial, al individuo se le dificultaria mas expresarse de una manera
fluida.
La destreza de hablar con claridad consiste en mover el ánimo mediante la
palabra, emocionar y persuadir, por lo tanto, saber algo no es idéntico a saber decirlo.
Esta es la importancia de la comunicación oral (Batista y Romero, 2007). Desde la
perspectiva de Arredondo (2002), la forma como se habla, se establece como sinónimo
de expresión oral de una persona, pues cuando ésta, se manifiesta pone en evidencia su
personalidad y será el patrón por el cual se le juzgue, se le acepte o rechace. En síntesis,
es conveniente hablar con orden, con claridad, entusiasmo y persuasión para ser
escuchado.
En una investigacion llevada acabo para medir las habilidades comunicativas de
los oderes universitarios, se seleccionó una muestra constituida por 36 sujetos, la cual se
conformó de la siguiente manera: 18 decanos de facultad y 18 directores de las diversas
escuelas de cuatro universidades. La investigacion refiere que la dinámica social del
líder universitario, le exige interrelacionarse con sus compañeros de trabajo,
subordinados, clientes, entre otros, es importante su disposición para desarrollar
habilidades comunicativas dentro de su organización. El desarrollo de tales habilidades
le permite mejorar su proceso de comunicación en cualquier área de acción,
identificando los factores sociales y neurológicos que intervienen en los mismos. Dicho
proceso en el ámbito universitario contribuye de manera complementaria y dinámica a
estructurar la organización, dar respuestas a estímulos –desafíos, solicitudes,
oportunidades, demandas- surgidos de su interior o del exterior, en función del
cumplimiento de su misión social. Ello a su vez, contribuirá al logro de conductas
deseadas tanto de sí mismo como de su Interlocutor (Batista y Romero, 2007).
Hasta bien entrado el siglo XX, el paradigma educativo seguía un modelo
tradicional de enseñanza-aprendizaje; este modelo correspondía a la teoría educativa
conocida como conductismo. Este paradigma entró en crisis a partir de 1950, lo que
desarrolló una nueva teoría de aprendizaje conocida como cognitiva (constructivista),
que propone que el aprendizaje de los alumnos se logra mediante la construcción propia
del aprendizaje con base en la interacción social (Galan y Garcia 2009).
El rendimiento académico es la suma de diferentes y complejos factores que
interactúan en la persona que aprende, y ha sido definido con un valor atribuido al logro
del estudiante en las tareas académicas (Garbanzo, 2007).
La etapa universitaria es crucial para el desarrollo de competencias generales y
específicas en los estudiantes universitarios, siendo la habilidad para hablar en público
una de las más relevantes, pero cuyo desarrollo se ve amenazada por el temor que
experimentan los estudiantes al enfrentarse a esta situación (Hernandez, S. et al. 2005).
Es por esta razon que es dificil hacer uso de la evaluacion oral, un medio de
evaluacion que sea fiable para todos los estudiantes. Algunos autores, después de
analizar distintas investigaciones, llegaron a la conclusión de que parece
suficientemente probado que los estudiantes aprenden con más efectividad cuando se les
enseña con base en sus estilos de aprendizaje predominantes (Gallego y Martínez,
2010).
Willis y Hodson (1999) consideran en su modelo de Estilos de Aprendizaje que
los estudiantes deben ser capaces de: aprender acerca de sus puntos fuertes y débiles;
definir sus objetivos personales para el futuro; practicar destrezas más complejas que les
ayuden a conseguir sus objetivos a corto, mediano y largo plazos; diariamente asumir
una responsabilidad activa por sus elecciones personales que les ayuden en su camino
hacia ser adultos responsables y productivos. Además, especifican que los estudiantes
son capaces y su potencial de aprendizaje es ilimitado. Sin embargo hay claras
diferencias entre los distintos alumnos. Para la mayor parte de los alumnos no hay
dificultades de aprendizaje en cualquier contenido temático si se les enseña según sus
propios estilos de aprendizaje. El éxito en el aprendizaje se basa en la capacidad para
ajustar a cada uno de los alumnos su propia forma de aprender.
Las ideas de Willis y Hudson coinciden con las propuestas por Felder y
Silverman (1988) donde hay que capacitar a los alumnos de acuerdo con sus Estilos de
Aprendizaje. Felder y Silverman recomiendan dar las cursos y las clases empleando
Estrategias didácticas que fortalezcan los cuatro Estilos de Aprendizaje que ellos
propusieron- Activo y Reflexivo; Intuitivo y Sensitivo; - Visual y Verbal; Secuencial y
Global - esto es, impartir las clases primero con un estilo, después con otro para que
todos los discentes puedan sentirse atendidos de acuerdo con sus preferencias en su
manera de aprender.
Así como es considerado, que socialmente hablar en público es estresante y
causa miedo, lo cual como consecuencia hace que las personas se pongan nerviosas y
tengan una mal desempeño; Fernández, Martínez, Macarena y Araneda (2009)
indagaron por la relación entre estrategias de rendimiento académico y autoestima en
estudiantes de primer año, el diseño empleado fue correlacional, y la muestra estuvo
conformada por 371 estudiantes, con edades comprendidas entre los 18 y 45 años. El
estudio empleó el Inventario de Estrategias de Aprendizaje de Ronald Schmeck y el
Inventario de Autoestima de Coopersmith, forma A. Los resultados evidenciaron que
los estudiantes presentan puntuaciones esperadas en lo referente a autoestima general,
académica y familiar. En cuanto a la relación entre estrategias de aprendizaje,
autoestima y rendimiento académico se observó que los estudiantes universitarios que
utilizan estrategias más complejas presentan un rendimiento académico
significativamente mejor y menos reprobaciones que el grupo de estudiantes que utiliza
estrategias de aprendizaje más simples. Viéndolo de es esta perspectiva, se gana más al
tener que afrontar los miedos hablando en público o contestar un examen oral, que
cuando no se hace.
Esto último puede darnos la pauta esencial para implementar la evaluación oral
en el sistema educativo de una manera más frecuente. En el sistema educativo actual si
existen actividades que desarrollen la competencia de habilidades verbales, tales como
exposiciones, foros, conferencias, presentaciones de portafolio, etc. Sin embargo los
exámenes orales han perdido valor; en la investigación que se describirá a continuación
se podrá observar la importancia que tiene este sistema de evaluación en los alumnos de
pregrado.
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