control 1 - g. balandier.docx

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“…El sentido común afirma que nada es como antes, aunque no se sabe situar ese antes en el pasado; carece de referentes y descubre sobre todo las razones de la incertidumbre. La crisis sustituye a la explicación y al juicio lo que por lo demás ha sido su significación primera —; trastorna, revela las transformaciones que han sido enmascaradas durante largo tiempo y amenaza destruyendo. Ofrece la comodidad para designar aquello que es indefinible, al remitirnos a las interpretaciones heredadas, y no renovadas bajo la presión de lo actual. La vida cotidiana funciona según el régimen de la sorpresa, está desorientada o, como mínimo, desconcertada…” 9 las promesas no están garantizadas, aunque los aciertos científicos y técnicos multipliquen rápidamente las conquistas materiales de la vida, de lo social, reducido a la comunicación y a la información aunque nazcan mesianismos por obra de la tecnoimaginación. 9 En el espacio de dos decenios, la lista se alarga y permanece abierta, habiéndose proclamado el fin de los campesinos y de las aldeas, el fin de la familia, el de los grupos (desdibujados por las relaciones en redy y el de las clases sociales, el fin de lo político, el fin de lo escrito (muerte de la Galaxia Gutemberg), el fin de los códigos sociales transmitidos en largos períodos (como ellos gobernando el cuerpo y lo sexual), el de los valores y las creencias, y el del individuo en tanto que sujeto portador de libertad. Y como último fin en la serie de fines, se anuncia el de lo real, que se considera envilecido por la imagen y la charla mediáticas; y luego, abolido por efecto de las numerosas simulaciones. 10 Época de la transición acelerada, si no súbita y totalmente imprevisible, durante la cual todo se muestra bajo el aspecto del movimiento, de la descomposición y la recomposición aleatorias, de la desaparición y de la irrupción continuas de lo inédito.10 En las circunstancias actuales, el desorden bajo sus diversas figuras (la violencia, la economía de crisis, la degradación de las instituciones y poderes, la confusión de las cotidianidades, la usura rápida de los saberes y las competencias) se hace habitual.11 Por un lado, al igual que la situación precedente, hace aparecer reforzándolo en razón misma de su duraciónel deseo de orden. 11 una lógica positiva del desorden; lo que sé expresa radicalmente mediante la afirmación de que la crisis debe ser llevada a su punto más critico, reproduciéndose y desenvolviéndose; las revoluciones culturales, las subversiones y las violencias sociales se legitiman así 12

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G. Balandier, antropología

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El sentido comn afirma que nada es como antes, aunque no se sabe situar ese antes en el pasado; carece de referentes y descubre sobre todo las razones de la incertidumbre. La crisis sustituye a la explicacin y al juicio lo que por lo dems ha sido su significacin primera; trastorna, revela las transformaciones que han sido enmascaradas durante largo tiempo y amenaza destruyendo. Ofrece la comodidad para designar aquello que es indefinible, al remitirnos a las interpretaciones heredadas, y no renovadas bajo la presin de lo actual. La vida cotidiana funciona segn el rgimen de la sorpresa, est desorientada o, como mnimo, desconcertada 9

las promesas no estn garantizadas, aunque los aciertos cientficos y tcnicos multipliquen rpidamente las conquistas materiales de la vida, de lo social, reducido a la comunicacin y a la informacin aunque nazcan mesianismos por obra de la tecnoimaginacin. 9

En el espacio de dos decenios, la lista se alarga y permanece abierta, habindose

proclamado el fin de los campesinos y de las aldeas, el

fin de la familia, el de los grupos (desdibujados por las relaciones

en redy y el de las clases sociales, el fin de lo poltico, el fin de

lo escrito (muerte de la Galaxia Gutemberg), el fin de los cdigos

sociales transmitidos en largos perodos (como ellos gobernando

el cuerpo y lo sexual), el de los valores y las creencias, y el del

individuo en tanto que sujeto portador de libertad. Y como ltimo

fin en la serie de fines, se anuncia el de lo real, que se considera

envilecido por la imagen y la charla mediticas; y luego,

abolido por efecto de las numerosas simulaciones. 10

poca de la

transicin acelerada, si no sbita y totalmente imprevisible, durante

la cual todo se muestra bajo el aspecto del movimiento, de

la descomposicin y la recomposicin aleatorias, de la desaparicin

y de la irrupcin continuas de lo indito.10

En las circunstancias actuales, el desorden

bajo sus diversas figuras (la violencia, la economa de crisis, la

degradacin de las instituciones y poderes, la confusin de las cotidianidades,

la usura rpida de los saberes y las competencias) se

hace habitual.11

Por un lado, al igual que la

situacin precedente, hace aparecer reforzndolo en razn misma

de su duracin el deseo de orden. 11

una lgica positiva del desorden; lo que

s expresa radicalmente mediante la afirmacin de que la crisis

debe ser llevada a su punto ms critico, reproducindose y desenvolvindose;

las revoluciones culturales, las subversiones y las

violencias sociales se legitiman as 12

la modernidad Dispondra de un control absoluto, omnipresente, panptico; creara la impresin de un poder annimo o indesignable, y sus sbditos cambiaran su libertad por la seguridad obtenida de un orden sin sorpresas. No desaparecera ms que por efecto de la ilusin, la astucia poltica suprema transformara en ausencia engaosa una presencia total. La visin inversa, ms conformada por los hechos que por las anticipaciones y las ficciones demostrativas, es la de la desaparicin efectiva 12 ****

Es el fin de los sistemas representativos, o, por lo menos, la crisis de la representacin: el poltico no representa ya ms que a s mismo, no habla ms que por s mismo; los representados no se estiman ya como tales, no estn ya implicados por la adhesin, sino por la emocin (y sus variaciones) y por las creencias, sometidas a los efectos especiales producidos por medio de las nuevas tcnicas. Es el advenimiento del poder como espectculo y simulacin; manera indirecta de anunciar su fin como realidad. La edad de los media impone el poder permanente de las imgenes, y, por tanto, la constriccin de formar sobre ellas el poder; pero la continuidad de lo espectacular banaliza, borra la distancia y la separacin, sin las cuales la poltica no tiene espacio propio; reemplaza el secreto (una de las fuerzas del gobernante) por el ruido. El juego de las complicidades inconfesables hara que los sbditos se acomodasen a la teatrocracia absoluta, acordando ms inters a los cambios de programa que a los programas de puesta en marcha del cambio social. La representacin sera un espectculo, el poder no se mantendra ms que simulando, y satisfacindose con un simulacro de ciudadana. Esta visin que he mencionado de la desaparicin efectiva es, actualmente, la ms difundida. 13

Es un perodo de total transformacin,

cuando todo es puesto en movimiento, el poder poltico debe

negociar con la incertidumbre, afrontar situaciones en que el control

se le escapa; evidentemente, no hay posibilidad de salida y

sus fracasos ocultan o devalan los resultados de su accin; el

poder parece ausente, o dbil en su agitacin, segn la coyuntura 13

El poltico es generador de efectos de orden y seguridad; debe

imponerse sin que la sola coercin y la sola explicacin de su conducta

basten; recurre para este fin a los medios de lo espectacular,

a la imgenes capaces de reforzar la adhesin y poner en movimiento

a los subditos. 14

e el poder es ahora indisociable. Se manifiestan aqu

sus caractersticas ms duraderas antes de proceder al inventario

de aquello que es hoy factor de movimiento, de fragmentacin y

de incertidumbre. 14

frgil, ya que se dirige a aquello, que huyendo,

escapa a todo dominio conceptual; definicin que tiene una

simple funcin de llamada a lo esencial. La modernidad es lo

mvil, la deconstruccin y la reconstruccin, la desaparicin y la

nueva aportacin, l desorden de la creacin y el orden de las cosas

todava en su lugar 16

engendra desorden dando rienda suelta a una

libertad a la vez destructiva y creadora 17

La modernidad es la apertura de todos los

espacios individuales y sociales a lo nuevo, a eso que se realiza

mediante la progresin acelerada de las ciencias y las tcnicas, a

los lenguajes requeridos por los saberes y el saber-hacer ms recientes,

a un rgimen de lo imaginario nutrido de imgenes hasta

ahora desconocidas, a las experiencias alternativas personales y colectivas.17

El verdadero

camino es el que lleva a cabo la antropologa, nica aportacin

a la inteligibilidad de los grupos sociales y culturales otros, durante

tanto tiempo ignorados o desconocidos, nica preparacin

para un basculamiento cognoscitivo que permita una comprensin

a la vez desde dentro (el antroplogo se identifica con el fin de

conocer) y desde fuera (el antroplogo ve en funcin de una experiencia

extraa). 18

La antropologa, trivializada, est en va de degradarse

en comodidad lxica o retrica; cuando ella debe ser,

repatriada, una gua competente de exploraciones llevadas a cabo

en el seno de la modernidad. Esta ltima, por sus movimientos,

hace aparecer lo desconocido; crea un exotismo interior, no siendo

ya lo extrao (extikos), recibido del exterior, de espacios

culturales diferentes, sino compuesto de elementos ya presentes

y llegados de alguna forma del futuro prximo y generador de lo

indito. 19

La antropologa

recuerda que la modernidad no destroza todo aquello que le es

anterior, que produce rupturas y manifiesta imposibilidades, pero

no llega jams a eliminar aquello que el pasado ha almacenado 19

La modernidad coloca en unas situaciones comparables a aqullas

del antroplogo al tener que afrontar un nuevo terreno;

frente a lo ignorado que se deja ver en la infinita parcelacin

de las prcticas sociales y de las conductas individuales, observacin al mayor nmero de escenarios; reine elementos mltiples:

cosas, secuencias de accin, signos, snfbolos y discursos;

despus, los agrupa a fin de constituir conjuntos inteligibles, universos

complejos descriptibles y portadores de sentido. 19 y 20

la

relacin de modernidad es resultado de una curiosidad, de una

sensibilidad, de un reencuentro entre una bsqueda constantemente

perseguida, siempre mvil, y lo que es factor de movimiento

en un tiempo y un lugar. Es una relacin de manifestacin y de

expresin de lo nuevo, de lo indito, de las rupturas subyacentes

en las continuidades. 142

Se diferencia as limpiamente

del modernismo, que se modela sobre los movimientos superficiales,

y se forma segn su sucesin. Exige rechazos y no complacencias,

su mismo devenir conduce a una exploracin continuamente

condenada a desplazarse. La modernidad no aparece como

un estado: jams se es moderno, se est siempre en vas de serlo

sin que haya una conclusin al trmino. 142

Est pensado a partir de rupturas.

As la introducida por Hegel, que marca la diferencia con las

sociedades tradicionales: dicha ruptura conduce a interpretar la

modernidad histricamente y ya no mticamente. La ms reciente

y en vas de profundizacin que se aparta de los grandes sistemas

explicativos del devenir de la sociedad y de la cultura: la ley del

progreso, las etapas de la evolucin unilineal, los estadios de desarrollo

impuestos a todas las formaciones econmicas y sociales,

el sentido de una historia que triunfa sobre lo aleatorio y que

oculta la pluralidad de los posibles 144

de los grandes

relatos orientados hacia el por-venir, a menudo evocado, crea un

nuevo vaco tras el abandono de la referencia a los relatos de los

orgenes, fundadores y referidos a lo intemporal los mitos

META RELATOS 144

La modernidad actual, al explicar una realidad fragmentada, ha -

hecho aparecer una temporalidad que oculta aquello que no es

inmediato, cotidiano, actual; valora lo que da un gran lugar a lo

efmero. Alimenta la invasin del acontecimiento. Empuja al individuo

a la conquista del presente 145

La cultura, cultura de lo inmediato y de lo efmero, se

revela en sus modos de creacin: rechazo de lo construido, ventaja

del fragmento y de las asociaciones de elementos heterclitos, rechazo

de lo terminado o definido, importancia de las obras precarias

como el happening, las artes del movimiento (las figuras cinticas)

y las experimentaciones provocadoras que agitan la cotidianidad

(el arte sociolgico que quiere sumergir hasta el cuello 13

al arte en la realidad social) 145

La creciente urbanizacin del medio en el que se

sita la mayor parte de la existencia actual impone unos ritmos

y unas secuencias temporales regidas por el artificio, y cada vez

menos por la naturaleza. Las constricciones cronomtricas siguen

siendo fuertes, pero la vida laboral multiplica las incertidumbres:

sobre la duracin de un empleo, los cambios de ocupacin efectuados

en el curso de la vida activa a, el tiempo dedicado al oficio

y el efecto de su fomento o reparto. En sus otros aspectos, la vida

cotidiana est igualmente sometida a las solicitaciones J>ara adquirir

lo nuevo siempre, al choque de las modas, a las incitaciones

al disfrute inmediato. 146 *** TESIS

La retrica de la modernidad, que la constituye en discurso,

es generalmente calificada de retrica de la fuptura, de la bsqueda

continua y de la innovacin. A ella acompaa una esttica

de la creatividad, de la novedad y de lo indito 148

Adems, incitan a una destruccin de l#s formas en literatura,

en arte, en msica y contribuyen a la degradacin de los modelos

establecidos que gobiernan las conductas sociales. Todos

estos procesos son activados por la expansin de las industrias

culturales, la difusin masiva de los productos culturales, la multiplicacin

de los media y de las redes de comunicacin que estimulan

la imitacin hacindose propagadores de pasiones. La retrica

de la modernidad ha sido llamada retrica del cambio por el

cambio, y la cultura que la expresa ha sido considerada como una

cultura de lo efmero. 148

La retrica de la modernidad encuentra as

sus fuentes en las nuevas formas y figuras de lo imaginario, en

lo que revela lo sensible por el reciente reconocimiento del cuerpo

y la mayor libertad dada al deseo 149

El posmodernismo se ve como movimiento de desconstruccin,

de ruptura de la jerarqua de los conocimientos y de los valores,

de todo lo que contribuye a una formacin de sentido, de todo

aquello que ha sido constituido como paradigma o modelo 151

la sociedad,

que provoca una transformacin cuantitativa y cualitativa de los

medios de que dispone, entraa un cambio de las representaciones

colectivas y la conciencia de otro proceso histrico, y engendra al

fin un trastorno de las relaciones establecidas con las sociedades

parejas. 155

la modernizacin y la modernidad na

son apreciables ms que por comparacin (efectivamente, una

hipottica sociedad en total aislamiento no tendra ninguna posibilidad

de acceder a un estado y a una conciencia de modernidad);

y, lo ms importante, el proceso provocador de modernidad se

nutre de la dinmica del exterior 159

La

mutacin social resulta an ms difcil de identificar; no surge

bruscamente, en un momento dado, no es totalmente evidente ni

inmediatamente tenida en cuenta. Se enmascara, se esconde en las

configuraciones latentes de las que toda sociedad es portadora,

destinadas las unas a realizarse y las otras a abortar. Los procesos

de transformacin radical son ms discretos durante una primera

fase, en la que sufren el efecto de los mecanismos de represin,

en la medida en que lo nuevo perturba y sobre todo inquieta, convirtindose

en una amenaza contra el estado de las cosas existentes. 161