construimos contigo la salud de la familia - dep-fm · 2017-04-25 · riesgo de caídas y dolor en...

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ISSN 1405-8871 Órgano de difusión científica de la Subdivisión de Medicina Familiar División de Estudios de Posgrado, Facultad de Medicina, Universidad Nacional Autónoma de México Aten. Fam. Volumen 23 no. 2 abril-junio, 2016 Artículos originales Trastornos podiátricos riesgo de caídas y dolor en adultos mayores Estrés y depresión asociados a la no adherencia al tratamiento en pacientes con Diabetes Mellitus tipo 2 Prevalencia de adherencia terapéutica en pacientes hipertensos con el uso del cuestionario Martín-Bayarre-Grau Prevalencia de depresión y dislipidemia en un grupo de adolescentes obesos mexicanos Conflictos intergeneracionales en abuelas cuidadoras de una clínica de medicina familiar de la Ciudad de México www.fmposgrado.unam.mx www.revistas.unam.mx Registrada en: LATINDEX, www.latindex.org PERIÓDICA, www.dgbiblio.unam.mx IRESIE, www.iisue.unam.mx/iresie BIBLIOTECA CGT-IBT-UNAM, biblioteca.ibt.unam.mx MEDIGRAPHIC, www.medigraphic.com ELSEVIER, www.elsevier.es/unam-alfabetico www.elsevier.com/journals/title/all SCIENCEDIRECT, www.sciencedirect.com/science/jrnlallbooks/all/open-access Construimos contigo la salud de la familia

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issn 1405-8871

Órgano de difusión científica de la Subdivisión de Medicina FamiliarDivisión de Estudios de Posgrado, Facultad de Medicina, Universidad Nacional Autónoma de México

Aten. Fam. Volumen 23 no. 2 abril-junio, 2016

Artículos originales• Trastornos podiátricos riesgo de caídas y dolor en adultos mayores

• Estrés y depresión asociados a la no adherencia al tratamiento en pacientes con Diabetes Mellitus tipo 2

• Prevalencia de adherencia terapéutica en pacientes hipertensos con el uso del cuestionario Martín-Bayarre-Grau

• Prevalencia de depresión y dislipidemia en un grupo de adolescentes obesos mexicanos

• Conflictos intergeneracionales en abuelas cuidadoras de una clínica de medicina familiar de la Ciudad de México

www.fmposgrado.unam.mxwww.revistas.unam.mx

Registrada en:latindex, www.latindex.org

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atención Familiar

Dr. Arnulfo Irigoyen CoriaEditor

Dr. Raúl Ariza AndracaCoeditor

Lic. Lilia Aurora Arévalo RamírezEditora técnica

Laura M. Hernández AlvaradoAsistente editorial

dg David Cortés ÁlvarezDiseñador

Lic. Jorge Andrés Victoria SotoDiseño de logotipo

Comité EditorialDra. Verónica Casado Vicente (España)Dr. Javier Domínguez del Olmo (México)Dr. Carlo Alberto Frati Munari (México)Dr. Pablo González Blasco (Brasil)Dr. Carlos Roberto Jaen (Estados Unidos) Dr. Javier Santacruz Varela (México)Dr. José Saura Llamas (España)

Traducción y corrección de estilo en inglésLic. Patricia A. Arévalo Ramírez

Traducción y corrección de estilo en portuguésDr. Pablo González Blasco

Atención Familiar vol. 23, no. 2, abril-junio de 2016, trimestral. Editada por la Universidad Nacional Autónoma de México, Ciudad Uni-versitaria, delegación Coyoacán, cp 04510, México, df, a través de la División de Estudios de Posgrado de la Facultad de Medicina, Unidad de Posgrado, edificio G, segundo nivel, Circuito de Posgrados, Centro Cultural Universitario, Ciudad Universitaria, delegación Coyoacán, cp 04510, México, df, tel: 01(55) 56 23 72 74, [email protected]. Editor responsable: Dr. Arnulfo Irigoyen Coria. Número de certificado de reserva de derechos al uso exclusivo del título: 04-2003-121914243800-203, issn digital en trámite. Responsable de la última actualización de este número: Lic. Lilia A. Arévalo Ramírez, Ciudad Universitaria, delegación Coyoacán, México, df, cp 04510. Fecha de última modificación: 15 de marzo de 2016, www.fmposgrado.unam.mx, www.revistas.unam.mx. Los artículos contenidos en esta publicación pueden reproducirse citando la fuente. Las opiniones expresadas en los artículos firmados que se publican en Atención Familiar son responsabilidad de sus autores. “El Comité Editorial se reserva el derecho de realizar las adecuaciones pertinentes a los artículos.”

Editorial• CinCo preguntas esenCiales sobre el virus de zika que los médiCos familiares deberían responder a sus paCientes

Arnulfo E. Irigoyen-Coria

artículos originalEs• trastornos podiátriCos, riesgo de Caídas y dolor en adultos mayores

Isabel Vázquez-Navarrete, Ana M. Olivares-Luna, Alberto González-Pedraza Avilés

• estrés y depresión asoCiados a la no adherenCia al tratamiento en paCientes Con Diabetes Mellitus tipo 2Juan F. Sánchez-Cruz, Alicia Hipólito-Lóenzo, Sharon G. Mugártegui-Sánchez, Rosa M. Yáñez-González

• prevalenCia de adherenCia terapéutiCa en paCientes hipertensos Con el uso del Cuestionario martín-bayarre-grau

Francisco Javier Maldonado-Reyes, Víctor Hugo Vázquez-Martínez, Jesús III Loera-Morales, Margarita Ortega-Padrón

• prevalenCia de depresión y dislipidemia en un grupo de adolesCentes obesos mexiCanos

Reyna A. Angulo-Valenzuela, Edna G. Delgado-Quiñones, Lizbeth C. Urióstegui-Espíritu, José G. Del-Río PatiñoGustavo Figueroa-Hernández, José M. Montalbán-Castellanos

• ConfliCtos intergeneraCionales en abuelas Cuidadoras de una ClíniCa de mediCina familiar de la Ciudad de méxiCo

Jacqueline B. Roo-Prato, Alicia Hamui-Sutton, Miguel A. Fernández-Ortega

artículo dE rEvisión• la ComuniCaCión médiCo paCiente: ¿reto para el paCiente geriátriCo o para el médiCo familiar?

Eva María García-Vera, Alfredo Robles-Rodríguez, María de Lourdes Villegas-Bernabé, Juan Figueroa-García, Ada Etzel Mota-Cumpean

• hipertensión arterial en el paCiente Con vih: abordaje y tratamiento

Marcela Agostini, Luis Marconi, María Cristina Mónaco

idEntifiquE El caso• exantema por ChiCunguña

Alejandro Guerrero-Zulueta

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Órgano de difusión científica de la Subdivisión de Medicina FamiliarDivisión de Estudios de Posgrado, Facultad de Medicina, unam

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Contenido

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Editorial/Editorial• five essential questions about the zika virus family physiCians should respond to their patients

• CinCo questões funDaMentais sobre o vírus zika que os MéDiCos De faMília DeveM responDer a seus paCientes

Arnulfo E. Irigoyen-Coria

original articlEs/Artigos originAis• podiatriC disorders, risk of falls and pain in the elderly

• DesorDens poDiátriCos, Dor e risCo De queDas eM iDosos

Isabel Vázquez-Navarrete, Ana M. Olivares-Luna, Alberto González-Pedraza Avilés

• stress and depression assoCiated with non-adherenCe to treatment in patients with Diabetes Mellitus type 2• estresse e Depressão assoCiaDa a não-aDesão ao trataMento eM paCientes CoM Diabetes Mellitus tipo 2

Juan F. Sánchez-Cruz, Alicia Hipólito-Lóenzo, Sharon G. Mugártegui-Sánchez, Rosa M. Yáñez-González

• prevalenCe of therapeutiC adherenCe in hypertensive patients with the use of the martin-bayarre-grau questionnaire

• prevalênCia De aDerênCia terapêutiCa eM paCientes hipertensos CoM o uso Do questionário Martin-bayarre-Grau

Francisco Javier Maldonado-Reyes, Víctor Hugo Vázquez-Martínez, Jesús III Loera-Morales, Margarita Ortega-Padrón

• prevalenCe of depression and dyslipidemia in a group of obese mexiCan adolesCents

• prevalênCia De Depressão e DislipiDeMia eM uM Grupo De aDolesCentes obesos MexiCano

Reyna A. Angulo-Valenzuela, Edna G. Delgado-Quiñones, Lizbeth C. Urióstegui-Espíritu, José G. Del-Río Patiño,Gustavo Figueroa-Hernández, José M. Montalbán-Castellanos

• intergenerational ConfliCts with grandmothers as Child Care providers of a family mediCine unit in mexiCo City

• Conflitos inter GeraCionais eM avós CuiDaDoras uMa ClíniCa De MeDiCina faMiliar na CiDaDe Do MéxiCo

Jacqueline B. Roo-Prato, Alicia Hamui-Sutton, Miguel A. Fernández-Ortega

rEviEw articlE/Artigo de revisão• CommuniCation patient-doCtor: a Challenge for the geriatriC patient or the family physiCian?• a CoMuniCação MéDiCo-paCiente: Desafio para o paCiente GeriátriCo ou o MéDiCo De faMília?

Eva María García-Vera, Alfredo Robles-Rodríguez, María de Lourdes Villegas-Bernabé, Juan Figueroa-García, Ada Etzel Mota-Cumpean

• hypertension in patients with hiv: approaCh and treatment

• hipertensão arterial eM paCientes CoM hiv: Controle e trataMento

Marcela Agostini, Luis Marconi, María Cristina Mónaco

idEntify a casE/identifique el cAso• exanthema by Chikungunya

• exanteMa por ChikunGunya

Alejandro Guerrero-Zulueta

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Scientific Journal of the Family MedicineCorpo de divulgação científica de medicina familiar

División de Estudios de Posgrado, Facultad de Medicina, unam

Aten. Fam. Volume 23 no. 2 april-june, 2016Aten. Fam. Volume 23 no. 2 abril-junho, 2016

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Content / Conteúdo

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Editorial

La Organización Panamericana de la Salud (ops) ha facilitado valiosa infor-mación sobre la infección provocada por el virus de zika1,2 la cual se debe a la picadura de mosquitos infectados del género Aedes, y suele generar fiebre leve, sarpullidos, conjuntivitis y dolores musculares. Como dato histórico es im-portante tener en cuenta que el virus de zika fue aislado por primera vez en 1947 en el bosque de Zika, en Uganda, Áfri-ca. Desde entonces, se ha encontrado principalmente en dicho continente y ha generado brotes pequeños y esporádicos, así como en Asia. Resulta llamativo que el 3 de marzo de 2014, Chile notificó a la ops/oms la confirmación de un caso de transmisión autóctona de fiebre por virus de zika en la isla de Pascua. En mayo de 2015, las autoridades de salud pública de Brasil confirmaron la trans-misión de virus de zika en el nordeste del país. Desde octubre de 2015 hasta la fecha, otros países y territorios de América han reportando la presencia del virus.

¿Cuáles son sus síntomas?Los síntomas más comunes del zika son fiebre leve y exan-tema (erupción en la piel o sarpullido). Suele acompañarse de conjuntivitis, dolor muscular o en las articulaciones, con un malestar general que comienza entre dos y siete días después de la picadura de un mosquito infectado. Una de cada cuatro personas infectadas desarrolla los síntomas de la enfermedad, y en quienes evoluciona es usualmente leve y puede durar de entre dos y siete días. Los síntomas son similares a los del dengue o del chikunguña, que tam-bién son transmitidas por el mismo tipo de mosquito. Las complicaciones (neurológicas, autoinmunes) son poco frecuentes, pero se han descrito en los brotes en Polinesia y más recientemente en Brasil. La diseminación del virus en el continente americano permitirá caracterizar mejor esta enfermedad, al tener más experiencia sobre sus síntomas y complicaciones.1

Cinco preguntas esenciales sobre el virus de zika que los médicos familiares deberían responder a sus pacientes

Five Essential Questions about the Zika Virus Family PhysiciansShould Respond to Their Patients

Cinco questões fundamentais sobre o vírus Zika que os médicos de família devem responder a seus pacientes

Arnulfo E. Irigoyen Coria*

*Editor de la revista Aten-ción Familiar, Subdivisión de Medicina Familiar, División de Estudios de Posgrado, Fa-cultad de Medicina, Universi-dad Nacional Autónoma de México (unam).

Este artículo debe citarse: Irigoyen-Coria A. Cinco preguntas esenciales sobre el virus de zika que los médicos familiares deberían responder a sus pacientes. Aten Fam. 2016;23(2):37-38.

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¿Se puede transmitir de madre a hijo?

La información respecto a la transmisión de la madre al bebé durante el embarazo o al momento del parto es muy limitada; la transmisión perinatal ha sido reporta-da con otros virus transmitidos por vec-tores, como el dengue y el chikunguña. En estos momentos, se están realizando estudios sobre la posible transmisión de la madre al bebé del virus y sus posibles efectos sobre el bebé.1

¿Cuál es el tratamiento?Aliviar el dolor, la fiebre o cualquier otro síntoma que cause molestias al paciente. Para evitar la deshidratación producto de la fiebre, se recomienda controlarla, guardar reposo y tomar abundante agua. No hay una vacuna o medicamento es-pecífico contra este virus.1

¿Qué medidas se deben tomar para prevenir la infección por el virus de zika? Reducir las poblaciones de mosquitos y evitar las picaduras, que suelen ocurrir principalmente durante el día. Con la eli-minación y el control de los criaderos del mosquito Aedes Aegypti, disminuyen las posibilidades de que se transmita el zika, el chikunguña y el dengue. Se requiere de una respuesta integral que involucre a varias áreas de acción, desde la salud hasta la educación y el medio ambiente.1

¿Qué se recomienda para eliminar y controlar al mosquito?No conservar el agua en recipientes en el exterior (macetas, botellas, envases que puedan acumular agua) para evitar que se

conviertan en criaderos de mosquitos; tapar los tanques o depósitos de agua de uso doméstico para que no entre el mosquito; evitar acumular basura, tirarla en bolsas plásticas cerradas y mantener-la en recipientes cerrados; destapar los desagües que pueden dejar el agua es-tancada; utilizar mallas/mosquiteros en ventanas y puertas también contribuye a disminuir el contacto del mosquito con las personas.1

Para evitar la picadura del mosquito se recomienda tanto a personas que ha-bitan en zonas donde hay casos como a viajeros y especialmente a las embaraza-das:1 cubrir la piel expuesta con camisas de manga larga, pantalones y sombreros; usar repelentes recomendados por las autoridades de salud y aplicar como se in-dica en las etiquetas; y dormir en lugares que estén protegidos con mosquiteros.1

ConclusionesDe acuerdo con la actualización epide-miológica de la ops del 17 de enero de 2016, los países y territorios que han confirmado hasta la fecha circulación local del virus de zika son: Brasil, Bar-bados, Colombia, Ecuador, El Salvador, Guatemala, Guyana, Guyana Francesa, Haití, Honduras, Martinica, México, Panamá, Paraguay, Puerto Rico, San Martín, Surinam y Venezuela. Esto constituye el doble de países y territorios que reportaban tener casos de trans-misión autóctona de zika en la última actualización epidemiológica del 1 de diciembre del 2015.2

La ops también llama a los países de América a preparar sus servicios de salud

para responder a un aumento potencial de la demanda de servicios especializados por síndromes neurológicos, a fortalecer el cuidado prenatal y a continuar con los esfuerzos por reducir la presencia del mosquito que transmite el virus, a través de una estrategia efectiva de control del vector y una buena comunicación con la población.2

Con un estimado de 440000 a 1300000 casos -sólo en Brasil- el virus zika podría estar siguiendo los pasos del dengue y chikunguña. Recordemos que un brote en cualquier lugar del planeta potencialmente se constituye en una amenaza para todos los países, particu-larmente para los panamericanos. Puede decirse que este es el momento para intensificar los esfuerzos de prevenir, detectar y responder al virus zika.3

Referencias1. Organización Panamericana de la Salud.

Preguntas frecuentes sobre el virus/fiebre Zika. [Internet] Disponible en: http://www.paho.org/hq/index.php?option=com_content&view=article&id=9183&Itemid=41463&lang=es

2. Organización Panamericana de la Salud. Mientras el zika continúa propagándose, ops recomienda a los países monitorear síndro-mes neurológicos y anomalías congénitas. ops/oms [Internet]. Disponible en: http://www.paho.org/hq/index.php?option=com_content&view=article&id=11574%3A2016-as-the-zika-virus-spreads-paho-advises-countries-to-monitor-and-report-birth-anomalies-suspected-complications-of-virus&catid=740%3Anews-press-releases&Itemid=1926&lang=es

3. Zika virus: a new global threat for 2016. Lancet [Internet]; 2016;387(Jan 9):96. Dispo-nible en: http://dx.doi.org/10.1016/S0140-6736(16)00014-3

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ResumenObjetivo: relacionar trastornos podiá-tricos de tipo osteoarticulares con la funcionalidad, riesgo de caídas y dolor en el adulto mayor. Métodos: estudio observacional, transversal y descriptivo. Muestreo no probabilístico por conve-niencia en 100 adultos mayores de 60 años; efectuado en una clínica de medi-cina familiar de la Ciudad de México. Se realizó diagnóstico podiátrico y se aplica-ron las escalas de valoración de riesgo de caída (Tinetti), de funcionalidad (Lawton y Brody) y la escala análoga del dolor (eva). Se utilizó la prueba de U de Mann-Whitney, nivel de significancia 0.05, programa es-tadístico spss v18. Resultados: 99% de los pacientes presentó por lo menos una patología del pie. En 18% de los casos se mostró asociación entre las patologías. La mayor prevalencia fue de Hallux valgus con 54%; 43% de la población presentó algún grado de dependencia en las acti-vidades instrumentales de la vida diaria. Al relacionar patologías del pie con la funcionalidad, dolor y riesgo de caídas, solo se obtuvo relación con significancia estadística entre Hallux valgus y el grado de dolor (p=0.025). Conclusiones: la prevalencia de patologías de pie fue alta,

por ello, es importante incluir la exploración de los pies en la valoración de pacientes geriátricos. El grado de deformidad articular no parece relacionarse con la alteración en la función o con la presencia del síndrome de caídas.

SummaryObjective: to relate podiatric disorders, osteoarticular type with functionality, risk of falls and pain in the elderly. Methods: observational, cross-sectional and descriptive study. Non-randomized sampling by convenience in 100 adults over 60 years old; carried out in a Family Medicine Unit in Mexico City. Podiatric diagnosis was conducted and the scales to evaluate the risk of falling (Tinetti), for functionality (Lawton and Brody) and the analog scale of pain (eva) were applied. The U of Mann-Whitney test, 0.05 significance level, and statistical program spss v18 were used. Results: 99% of the patients presented at least one foot pathology. In 18% of the cases there were associations bet-ween pathologies. The highest prevalence was Hallux valgus with 54%; 43% of the population presented some degree of dependency in daily living activities. When relating foot pathologies with functionality, pain and risk of falls; it was only obtained a statistical significance between Hallux valgus

Trastornos podiátricos, riesgo de caídas y dolor en adultos mayores

Podiatric Disorders, Risk of Falls and Pain in the Elderly

Desordens podiátricos, dor e risco de quedas em idosos

Isabel Vázquez-Navarrete,* Ana M. Olivares-Luna,** Alberto González-Pedraza Avilés***

Palabras clave: deterioro funcional en ancianos, caí-das accidentales, ancianos frágilesKey words: Functionally-Impaired Elderly, Accidental falls, Frail EldersPalavras chave: compro-metimento funcional em idosos, quedas acidentais, idosos frágeis

Recibido: 14/5/15Aceptado:30/11/15

*Alumna del Curso Alta Es-pecialidad en Gerontología, clínica de medicina familiar (Cmf) “Dr. Ignacio Chávez”, Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Tra-bajadores del Estado (issste). **Médico adscrito, Cmf “Dr. Ignacio Chávez”, issste. ***Pro-fesor de la Subdivisión de Medicina Familiar, División de Estudios de Posgrado, Fa-cultad de Medicina, Universi-dad Nacional Autónoma de México (unam).

Correspondencia:Alberto González-Pedraza [email protected]

Artículo original

Este artículo debe citarse: Vázquez-Navarrete I, Olivares-Luna AM, González-Pedraza Avilés A. Trastornos podiátricos, riesgo de caídas y dolor en adultos mayores. Aten Fam. 2016;23(2):39-42.

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and degree of pain (p=0.025). Conclu-sions: the prevalence of foot diseases was high, for this reason, it is important to include the exploration of the feet in the assessment of geriatric patients. The degree of joint deformity does not seem to relate with functionality alteration or the presence of the syndrome of falling.

ResumoObjetivo: relacionar distúrbios múscu-lo-esqueléticos de tipo podiátrico com a funcionalidade, risco de quedas e dor em idosos. Métodos: estudo descritivo, observacional e transversal. Amostra-gem não probabilística por conveniência em 100 adultos com mais de 60 anos foi realizada em uma clínica de medicina de família de Cidade do México. Diagnósti-co podiátrico foi realizado assim como a avaliação de riscos nas escalas de queda (Tinetti), funcionalidade (Lawton e Brody) e a escala analógica de dor (vas). Foi utilizado teste U de Mann-Whitney, nível de significância de 0.05, spss v18. Resultados: 99% dos pacientes têm pelo menos uma patologia do pé. Em 18% dos casos mostrou-se associação entre as patologias. A maior prevalência de Hallux valgus foi de 54%; 43% da população tinha algum grau de depen-dência nas atividades instrumentais da vida diária. Relacionando patologias do pé com a funcionalidade, dor e risco de quedas, apenas foi encontrada relação estatisticamente significativa entre Hallux valgus e do grau de dor (p=0.025). Conclusões: a prevalência de doenças foi elevada, por isso é im-portante incluir a exploração dos pés na avaliação de pacientes geriátricos. O grau de deformação da articulação não parece estar relacionada com alterações na função ou na presença do síndrome de queda.

IntroducciónSe calcula que más de 80% de los adultos mayores (am) en comunidad sufren de trastornos en los pies, sin embargo, la prevalencia real es difícil de establecer, ya que los resultados no provienen de es-tudios poblacionales abiertos y no existe un consenso para determinar cuándo un am tiene problemas en sus pies.1 En la mayoría de las historias clínicas, los pies no están descritos de forma específica, se detallan problemas de circulación o úlceras venosas y arteriales, pero pocos mencionan los reflejos aquíleos y solo cuando es muy evidente se reporta el diagnóstico de onicomicosis. D’Hyver y col., refieren una prevalencia de 4.6% en su estudio con 369 pacientes de 80 años y más,2 las alteraciones anatómicas más frecuentemente referidas son: el pie equino, el pie cavo anterior y el Hallux valgus.3

El pie del am no envejece en forma separada, sino que se ve naturalmente afectado por el proceso de envejecimien-to, toda su economía se ve involucrada. Podemos encontrar afecciones articula-res, musculares, esqueléticas, ortopédi-cas, metabólicas, vasculares, neuropáticas y dermatológicas que van a producir alteraciones en su funcionamiento. Además, suele atrofiarse el cojinete graso plantar, comprometiéndose así su función amortiguadora; lo cual genera la manifestación de las alteraciones es-táticas del pie por fricción o presión del calzado. La detección oportuna de los trastornos podiátricos evita el deterioro progresivo del paciente, así como sus posibles complicaciones.3

El pie es un indicador del estado general de salud, hay enfermedades sis-témicas como la diabetes, la artrosis y la gota, que se manifiestan en esta región anatómica. Las afecciones de los pies son

causa frecuente de incapacidad, pero no suelen ser reportadas espontáneamente. Los trastornos de la marcha, la inmovili-dad prolongada y las caídas recurrentes pueden ser formas de presentación de alteraciones sistémicas generales y/o estáticas o dinámicas del pie.3

El objetivo del estudio fue relacio-nar los trastornos podiátricos de tipo osteoarticular con funcionalidad, riesgo por caídas y dolor en el am en una clínica de primer nivel de atención médica.

MétodosEstudio observacional, transversal y descriptivo. Muestreo no probabilístico por conveniencia en adultos mayores de 60 años y más. Se calculó el tamaño de la muestra con base en un valor aproxima-do de p=0.2 y coeficiente de variación de 0.20, obteniéndose una n=100. Se incluyeron 100 pacientes que acudieron a consulta al módulo de Gerontología de la clínica de medicina familiar “Dr. Igna-cio Chávez” del Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado (issste), en el periodo com-prendido entre junio y agosto de 2013, que aceptaron participar en el estudio mediante la firma de consentimiento informado.

Se realizó diagnóstico clínico de enfermedades podiátricas y se aplicaron las escalas de valoración de riesgo de caída (Tinetti), de funcionalidad, de acti-vidades instrumentadas de la vida diaria (Lawton y Brody) y la escala análoga del dolor (eva); para relacionar la presencia de los cuadros clínicos podiátricos con funcionalidad, riesgo de caídas y dolor se utilizó la prueba de U de Mann-Whitney, con nivel de significancia 0.05 y progra-ma estadístico spss v 18. El protocolo fue turnado al Comité de Investigación de la clínica para su aprobación.

Vázquez-Navarrete I y cols.

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ResultadosEl promedio de edad fue de 75.8 +/-8.6, de estos, 89% correspondió al sexo femenino, las características sociode-mográficas de la población de estudio se presentan en la tabla 1. En relación con la presencia de comorbilidades, 78% pre-sentó enfermedad articular, 43% Diabetes Mellitus, 69% hipertensión arterial y 2% artritis reumatoide.

Respecto a la patología podiátrica, un paciente no presentó este tipo de trastornos, en 81% se encontró una pa-tología presente; en 17% se encontraron dos; y en un paciente tres procesos. De las 18 asociaciones identificadas; dedos en garra con Hallux valgus en nueve casos y pie plano con Hallux valgus en tres. En total, el Hallux valgus fue el de mayor prevalencia con 54% y el pie equino fue el menor con 8% (tabla 2).

En relación con las otras variables de estudio, para funcionalidad, 43% de la población presentó algún grado de de-pendencia en las actividades instrumen-tales de la vida diaria (tabla 3); en caídas, 54% mostró riesgo de leve a alto; y en dolor, 44% sufrió de moderado a alto.

Al relacionar las patologías podiá-tricas con funcionalidad, dolor y riesgo de caídas, solo se obtuvo relación con significancia estadística entre Hallux valgus y el grado de dolor (p=0.025).

Al relacionar las mismas patologías con las variables sociodemográficas de es-tudio, se obtuvo relación con significancia estadística entre el pie plano y los grupos de edad (p=0.001). Con las comorbilida-des obtuvimos relación con significancia estadística entre la enfermedad osteoarti-cular con dedos en garra (p=0.015) y con Hallux valgus (p=0.019) y entre pie plano con artritis reumatoide (p=0.001).

Respecto a las variables sociode-mográficas y médicas, solo se obtuvo

relación entre la presencia de asocia-ciones podiátricas y la Diabetes Mellitus (p=0.013).

DiscusiónEn este estudio se obtuvo una prevalen-cia de trastornos podiátricos de 99%, si-milar al reportado por Martínez Gallardo y cols.,4 quienes refirieron un porcentaje de 93% de afecciones de los pies en su estudio con 171 mujeres de una residen-cia geriátrica, porcentaje también similar al reportado por Lázaro y cols. (90.7%),5 en pacientes adultos mayores de 60 años, pero superior a 71% descrito por Lezaeta y cols.,6 en 84 adultos mayores de 80 años, y de Munro y cols.,7 en 128 adultos mayores de 65 años. D’Hyver y col.,2 señalaron una prevalencia baja de 21.4% en 369 pacientes mayores de 85 años.

La alta prevalencia obtenida en este estudio, podría haber sido influenciada por la búsqueda específica de enferme-dades del pie, independientemente de si eran causales de molestias o dolor.

En relación con las patologías en particular, la mayor prevalencia se presentó para Hallux valgus con 54%, ligeramente superior a la reportada por diversos autores quienes mencionan porcentajes de entre 37.1% y 43.8%;6,8,9 Martínez Gallardo y cols.,4 refirieron 36.8%, siendo su segunda patología más frecuente por debajo de los dedos en garra con 65.4%, presente en 41% de nuestros pacientes. Para pie plano y pie equino obtuvimos 15% y 8% respecti-vamente, datos inferiores a lo reportado por la misma autora con valores de 12.8% y 20.4%.

Respecto a la funcionalidad, se obtuvo una prevalencia de 43% de pa-cientes con algún grado de dependencia, Martínez Gallardo y cols.,4 indicaron una prevalencia inferior a la aquí reportada

Tabla 1. Características sociodemográficas

Variable Categorías Frecuencia

SexoMasculino 11

Femenino 89

Edad por grupos

60 a 69 años 25

70 a 79 años 37

80 y más 38

Estado civil

Casado 35

Viudo 43

Divorciado 12

Unión libre 2

Soltero 8

Con quién vive

Solo/a 15

Esposo/a 23

Con hijos 46

Otros 16

Patología en total Frecuencia

Pie plano 15

Pie equino 8

Dedos en garra 41

Hallus valgus 54

Patologías en asociación Frecuencia

Dedos en garra con Hallux valgus 9

Pie plano con dedos en garra 3

Pie equino con Hallux valgus 2

Pie equino con dedos en garra 2

Pie plano con Hallux valgus 1

Pie plano con dedos en garray Hallux valgus 1

Tabla 2. Prevalencia de patologíasde los pies (n=100)

aivd Frecuencia Frecuencia acumulada

Dependencia total 1 1

Dependencia severa 9 10

Dependencia moderada 20 30

Dependencia leve 13 43

Autónomo 57 100

Tabla 3. Resultados de funcionalidad,en actividades instrumentadas de lavida diaria (Aivd)

Trastornos podiátricos y riesgo de caídas en ancianos

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de 21.6%; mientras que D’Hyver y col.,2 mencionaron un porcentaje de 12.1%. Para el síndrome de caídas, obtuvimos 54% de pacientes con riesgo de leve a alto, la literatura reporta datos inferiores que van de 20 a 28%.2,4 En un estudio realizado por Galván Parra y cols.,10 para valorar la funcionalidad y calidad de vida en una población de 225 pa-cientes adultos mayores, obtuvieron 36 (16%) dependientes y 35 (15.6%) con deterioro funcional; para el equilibrio y marcha, 78 (34.7%) de los pacientes presentaron riesgo leve de caída y 36 (16%) riesgo alto de caídas.

En cuanto al grado de dolor, se encontró en este estudio que 36% sufría dolor moderado y solo 9% dolor inten-so, esto puede deberse en gran parte a que el dolor es subjetivo y al momento de su valoración probablemente no se encontraban en una fase aguda, aunado a las múltiples patologías del adulto mayor que probablemente enmascaran las molestias en esta región anatómica.

Al relacionar las patologías po-diátricas con funcionalidad, caídas y dolor, solo se obtuvo relación entre el Hallux valgus y dolor. Keysor y cols.,11 no relacionaron la presencia de dichas patologías con funcionalidad; Martínez Gallardo y cols.,4 tampoco las relacio-naron con caídas y funcionalidad. En ninguno de los estudios revisados en la literatura sobre patologías podiátricas se encontró relación entre éstas y el dolor, sin embargo, algunos autores remarcan la importancia de asociarlo como un dato clínico que podría determinar el impacto de las patologías del pie en las caídas, la funcionalidad y la marcha.2,4

Para las variables sociodemográ-ficas, solo se obtuvo relación entre el pie plano y la edad, aumentando este conforme aumenta la edad. Además,

la literatura solo hace referencia a la relación entre el Hallux valgus y el sexo femenino.8

Respecto a las comorbilidades, se obtuvo relación con significancia entre algunas patologías de manera individual y las enfermedades articulares, y entre patologías podiátricas asociadas y Dia-betes Mellitus. Los estudios de los pies en los adultos mayores deberían realizarse no solo para determinar la prevalencia real de los problemas podiátricos, sino para determinar su relación con otras enfermedades o síndromes geriátricos y darles así la importancia debida.

En este sentido, Helfand12 demos-tró que sufrir una patología podiátrica en esta etapa de la vida, es el resultado de la enfermedad, discapacidad y de-formidad, relacionadas con múltiples enfermedades crónicas, tales como la Diabetes Mellitus, enfermedad articular degenerativa, gota y artritis reumatoide, así como los cambios asociados con el uso repetitivo y el trauma, coinci-diendo con otros estudios realizados al respecto al considerar la presencia de enfermedades crónicas como un factor de riesgo añadido a la hora de presentar afecciones podológicas.4,13

Como conclusión se establece que la prevalencia de patologías de pie es sumamente alta en nuestra población, realzando la importancia de incluir a los pies en la valoración de pacientes geriá-tricos. El grado de deformidad articular no parece relacionarse con la alteración en la función o con la presencia del síndrome de caídas.

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Artículo originalEstrés y depresión asociados a la no adherencia al tratamiento en pacientes con Diabetes Mellitus tipo 2

Stress and Depression Associated with Non-Adherence to Treatment in Patients with Diabetes Mellitus Type 2

Estresse e depressão associada a não-adesão ao tratamento em pacientes com Diabetes Mellitus tipo 2

Juan F. Sánchez-Cruz,* Alicia Hipólito-Lóenzo,** Sharon G. Mugártegui-Sánchez,*** Rosa M. Yáñez-González****

Palabras clave: Diabetes Mellitus, cumplimiento del paciente, no adherencia del pacienteKey words: Diabetes Me-llitus, Patient Compliance, Patient Non-AdherencePalavras chave: Diabetes Mellitus, adesão do paciente, nonadherence paciente

Recibido: 21/1/15Aceptado: 9/11/15

*Coordinador de Investi-gación, Instituto Mexicano del Seguro Social ( imss), delegación estatal Yucatán. **Médico familiar, unidad de medicina familiar (umf) no. 58, imss, Yucatán. ***Médico familiar, umf no. 60, imss, Yu-catán. ****Médico estomató-logo, umf no. 56, imss, Yucatán.

Correspondencia:Juan F. Sá[email protected]

Este artículo debe citarse: Sánchez-Cruz JF, Hipólito-Lóenzo A, Mugártegui-Sánchez SG, Yáñez-González RM. Estrés y depresión asociados a la no adherencia al tratamiento en pacientes con Diabetes Mellitus tipo 2. Aten Fam. 2016;23(2):43-47.

ResumenObjetivo: identificar la asociación que existe entre estrés y depresión respecto al apego al tratamiento en pacientes con Diabetes Mellitus tipo 2 en una unidad de medicina familiar de la ciudad de Mérida, Yucatán, México. Métodos: encuesta transversal a 101 pacientes con Diabetes Mellitus tipo 2. Se utilizó el test de Morinsky-Green Levine para adherencia; el test de Holmes-Rae para estrés y el test de Zung para depresión. La asociación entre apego al tratamiento, estrés y depresión con control metabólico se efectuó de acuerdo con los criterios de la American Diabetes Association mediante estadística inferencial. Resultados: 65% de los pacientes presentó estrés, 26% depresión y en 82% se encontró falta de adherencia al tratamiento. El estrés estuvo asociado al descontrol glucémico (rm 3.7, ic 95%, 1.4-9.6, p=0.006) y a la falta de apego al tratamiento (rm 7.2, ic 95%, 2.3-22.5, p<0.05) y a su vez esta falta de adherencia al tratamiento se encontró asociada al descontrol glicémico (rm 4.3, ic 95%, 1.4-12.9, p=0.01). Conclusión: el estrés está asociado a un mal apego a tratamiento en Diabetes Mellitus tipo 2.

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SummaryObjective: to identify the association between stress and depression regarding adherence to treatment in patients with Diabetes Mellitus type 2 of a Family Me-dicine Unit in Merida, Yucatan, Mexico. Methods: cross-sectional survey of 101 patients diagnosed with Diabetes Mellitus type 2. The Morinsky-Green Levine test was used for adhesion; the Holmes-Rae test for stress and the Zung test for depression. The association between ad-herence to treatment, stress and depres-sion with metabolic control was carried out in accordance to the criteria of the American Diabetes Association using inferential statistics. Results: 65% of patients showed stress, 26% depression and in 82% there was lack of adherence to treatment. Stress was associated to the lack of glycemic control (rm 3.7, ic 95%, 1.4-9.6, 95%, p=0.006) and the lack of adherence to treatment (rm 7.2, ic 95%, 2.3-22.5, p<0.05) and therefore this lack of adherence to treatment was associated to the lack of glycemic con-trol (rm 4.3, ic 95%, 1.4-12.9, p=0.01). Conclusion: stress is associated with poor adherence to treatment in Diabetes Mellitus type 2.

ResumoObjetivo: identificar a associação entre estresse e depressão e a relação com a adesão ao tratamento em pacientes com Diabetes Mellitus tipo 2 em uma unidade de medicina familiar da cidade de Méri-da, Yucatán, México. Métodos: estudo transversal de 101 pacientes com o tipo 2 Diabetes Mellitus. O teste Morinsky-Green Levine foi usado para a adesão; test-Rae Holmes para testar o stress e Zung para depressão. A associação en-tre a adesão ao tratamento, o stress e a depressão com o controle metabólico é

realizada de acordo com os critérios da Associação Americana de Diabetes por estatística inferencial. Resultados: 65% dos pacientes apresentaram estresse, depressão de 26% e em 82% foi encon-tradaafalta de adesão ao tratamento. O estresse foi associado com a glicose no sangue descontrolada (or 3.7, ic 95% 1.4-9.6, p=0.006) e falta de adesão ao tratamento (or 7.2; ic 95%, 2.3-22.5, p<0.05) e por sua vez falta de adesão ao tratamento foi encontrada associada a glicemia não controlada (or 4.3; ic 95%, 1.4-12.9, p=0.01). Conclusão: o estresse está associado a baixa adesão ao tratamento em Diabetes Mellitus tipo 2.

IntroducciónLa frecuencia de las enfermedades cró-nicas (ec) va en aumento en la mayoría de los países; a pesar del incuestionable desarrollo de tratamientos eficaces, las ec representan, aún hoy en día, para los pacientes un desafió mental y emocio-nal.1 En Latinoamérica la Diabetes Melli-tus (dm) es un padecimiento crónico de amplia distribución y un serio problema de salud pública, que ocasiona altos costos a los sistemas de salud afectando a más de 170 millones de personas en el mundo,2,3 se prevé aumente hasta 366 millones en 2030.4 En México en el año 2013, se habían registrado 5 020 casos nuevos en todos los grupos de edad, 96.7% atendidos en unidades médicas de segundo nivel.5

La adherencia al tratamiento o cumplimiento terapéutico se define como el contexto en el cual el compor-tamiento de la persona coincide con las recomendaciones relacionadas con la salud e incluyen: la capacidad del pa-ciente para asistir a citas programadas, tomar los medicamentos tal y como se le indica, realizar los cambios en el estilo

de vida recomendados y por último, completar los estudios de laboratorio o pruebas solicitadas.6 Lo anterior da un aspecto activo de compromiso por parte del paciente y responsabiliza al médico para crear un contexto en el que el paciente entienda mejor su problema de salud, las consecuencias de seguir un tratamiento, facilitar la toma de de-cisiones compartidas y como resultado mejora la efectividad de los tratamientos farmacológicos.

El término “cumplimiento” culpa directamente al paciente ya sea de forma intencionada, no intencionada, por igno-rancia o por olvido. Los pacientes suelen tomar decisiones sobre su medicación, considerando factores personales rela-tivos a sus creencias, la percepción de la causa de su enfermedad o la manera como cree que debe hacerle frente.7 Las personas diagnosticadas con alguna enfermedad crónica, tienden a pasar por una serie de reacciones emocionales que incluyen síntomas depresivos, ansiedad, enojo o estrés, que per se causan desequi-librios metabólicos, si a esto se le agrega falta de adherencia al tratamiento, el resultado pude ser catastrófico.8-11

Entre los principales factores que dificultan la adherencia están: el deterio-ro cognoscitivo, los estados alterados de ánimo, el deterioro sensorial y la pérdida de visión o audición.12 Pese a que se sabe que el estrés juega un papel importante dentro del conjunto de trastornos a la salud física, así como emocional y psicológica, en México no se cuenta con estadísticas para apreciar su magnitud y su relación con el control metabólico en pacientes con dm.13,14

El trastorno depresivo mayor es una patología del estado de ánimo cuyo impacto en la población ha generado cada vez mayor interés tanto de las au-

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No adherencia al tratamiento en pacientes con diabetes

toridades, como del público en general; en la Organización Mundial de la Salud (oms) los trastornos mentales y del comportamiento representan cinco de las 10 principales cargas de morbilidad en personas de 15 a 44 años de edad.

El objetivo del presente estudio fue conocer la asociación que existe entre estrés y depresión con apego a tratamiento en pacientes con Diabetes Mellitus tipo 2 un una unidad de medici-na familiar (umf) del Instituto Mexicano del Seguro Social (imss) en la Ciudad de Mérida Yucatán.

MétodosSe realizó una encuesta transversal a 101 pacientes (hombres y mujeres) con edades entre 20 y 65 años, con diagnóstico de dm tipo 2, derechoha-bientes adscritos a la umf no. 58 del imss, en la ciudad de Mérida Yucatán, México. Fueron excluidos aquellos que no aceptaron participar en el estudio, analfabetas o con discapacidad que les impedía completar los cuestionarios; se eliminaron las encuestas incompletas. Para evaluar el apego al tratamiento se usó el test de Morinsky-Green-Levine,15 este instrumento está validado para su uso en enfermedades crónicas,16 consta de cuatro preguntas con respuesta dico-tómica (si/no) que expresa el nivel de cumplimiento del individuo de acuerdo con las actitudes expresadas en el cuestionario, se consi-deró adherente si la respuesta a las cuatro preguntas fue satisfactoria, (en esta versión la respuesta deberá ser “no” a las cuatro preguntas).16 Para valorar el estrés se usó la es-cala de Holmes y Rahe, también llamada “Escala de reajuste social”, validada en México

por Bruner y cols., 1994,17 consta de 43 ítems que evalúan acontecimientos vita-les en el último año, tiene una puntuación en función de los factores que son estre-santes para cada individuo, la sumatoria de todos ellos da una ponderación final que se califica como pequeño riesgo de enfermar a causa del estrés cuando está por debajo de 150 puntos; de 151 a 299, moderado; y por encima de 300 puntos, alto riesgo. Por último, para la valoración de la depresión se aplicó el test de Zung, esta escala se desarrolló en 1965, fue traducida y validada al español por Conde y cols. en 1970,18 es una escala autoadministrada que mide el grado de depresión del paciente, consta de 20 ítems que evalúan los aspectos afectivos, psicológicos y somáticos de la depresión, diez preguntas que se expresan en forma positiva y diez en forma negativa, con valores de uno a

cuatro para cada una, la calificación final se divide en cuatro rangos: de 20 a 44 = normal (sin depresión); de 45 a 59 = depresión leve; de 60 a 69 = moderada; y >70 = depresión grave.

Los resultados de estas encues-tas se correlacionaron con el control glucémico expresado en el expediente electrónico, elaborado específicamente para el estudio. La asociación estadística se realizó mediante χ2 manera bivariada. El programa estadístico utilizado es el spss v.20 para Windows.

ResultadosDe los 101 pacientes estudiados 36 (35%) fueron varones y 65 (63%) mujeres, el promedio de edad fue de 55 ±12 años (tabla 1). La mayoría de los pacientes estudió la secundaria completa; en el grupo de las mujeres la escolaridad pre-dominante fue primaria y en los varones la secundaria. De acuerdo con los cri-terios de la American Diabetes Association (ada) para control glucémico se tomó el promedio de glicemia de los últimos tres meses consecutivos, 77 pacientes (76%) tuvieron descontrol glucémico, correspondiendo a 27 varones (35%) y 50 mujeres (65%) (tabla 2) no se en-contró diferencia entre géneros ni entre grupos; 66 (65%) fueron detectados con estrés de acuerdo con la escala de Holmes y Rahe; y 27 (26%) presentaron algún

grado de depresión.Se encontró que el estrés

es un factor asociado al des-control glucémico (rm 4.1, ic 95%, 1.5-11.2, p=0.001). Respecto a la adherencia al tratamiento, 83 (82%) de los pacientes fueron no adhe-rentes, el estrés se encontró asociado a esta falta de apego al tratamiento (rm 7.2, ic 95%,

Tabla 1. Principales variablesestudiadas en relación con el género

Mujeres Hombres

Edad* 54.9 ±12 55.2 ±11

Glucemia* 157 ±43 154 ±44

Descontrol glucémico 50 (65.4%) 27 (35.6%)

Estrés 40 (60.6%) 26 (39.4%)

Depresión leve 15 (65.2%) 8 (34.8%)

Depresión moderada 1 (25%) 3 (75%)

*Valor de la media. †

Femenino Masculino

Ẋ Me Ẋ Me

Primer mes 158 mg/dl 148 mg/dl 161 mg/dl 140 mg/dl

Segundo mes 156 mg/dl 147 mg /dl 146 mg/dl 129 mg/dl

Tercer mes 156 mg/dl 141 mg/dl 156 mg/dl 145 mg/dl

Promedio 157 mg/dl 153 mg/dl 154 mg/dl 141 mg/dl

Tabla 2. Niveles de glucemia durante tres mesesconsecutivos en pacientes diabéticos, de acuerdocon el género

Ẋ: media; Me: mediana

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2.3-22.5, p<0.05) y asimismo, esta falta de adherencia al tratamiento estuvo asociada al descontrol glucémico (rm 3.3, ic 95%, 1.08-9.93 p=0.03) (tabla 3).

DiscusiónLos factores emocionales juegan un papel importante en el control de la dm, en concreto la activación emocional en respuesta al estrés se considera uno de los principales actores implicados,19 La edad promedio del paciente diabético en este estudio fue ligeramente menor a lo reportado por Duran y cols. (60 años),12 y muy similar a lo encontrado por Serrano en la ciudad de Querétaro, México.20 El mayor porcentaje fue de mujeres, al igual que lo manifestado por Serrano y cols.20 Este mayor porcentaje podría deberse a que son las mujeres la derechohabientes que con mayor frecuencia demandan atención al imss.21

En Quintana Roo, México, Zva-rova y cols. encontraron que 67% de los pacientes con dm2 conocida tenía hiperglicemia,22 similar a 76% de descon-trol encontrado en nuestra población, ligeramente por debajo de 50% repor-tado por el grupo azuer en España,23 y menor a 91% de descontrol reportado por Maestre y cols. en Venezuela.24 El inadecuado control está relacionado con

la consecuente disminución de la calidad de vida y el impacto en los costos en la atención, tanto en el sector particular como los sistemas de salud. La no adhe-rencia tiene efectos a corto y largo plazo, además impide evaluar la efectividad de los tratamientos, impacta negativamente en la calidad de vida del paciente.

Como todos los principales ejes de tratamiento que incluyen educación diabetológica, recomendaciones nu-tricionales, ejercicio y autocontrol, el esfuerzo que implica modificar hábitos previamente establecidos, así como la disposición para mantenerlos, permite afirmar que el tratamiento es complejo, más aun si se considera que los adultos son más resistentes al cambio.25-27 El acceso a medicamentos y herramientas diagnósticas de control de la dm2 en el primer nivel de atención, aunado a los programas institucionales como el Dia-betimss podrían contribuir a un mejor control metabólico de estos pacientes.

El estrés y la depresión son factores que se asocian a un descontrol metabó-lico derivado en gran parte por el riesgo de falta de adherencia al tratamiento por olvido o descuido.28 En el presente estudio encontramos una asociación entre la falta de apego al tratamiento con estrés, la proporción de estrés en el total

de pacientes con descontrol metabólico fue 65%; además 27% tuvo algún grado de depresión, 87% de pacientes no fue adherente a tratamiento.

Una de las fuentes de estrés más relevantes es la misma enfermedad, en la esfera social del individuo el hecho de verse o sentirse enfermo, puede hacerle considerarse diferente a los demás y te-ner que luchar con el desconocimiento de las ideas erróneas que la población tiene sobre la diabetes.25,26 Estos factores crean un círculo vicioso entre estrés, depresión y mal apego a tratamiento con el consecuente descontrol meta-bólico ya evidenciado. Es conocido que la sintomatología depresiva puede afectar el control glucémico, favorecer la disminución de la actividad física el aumento de la obesidad, y potenciar las complicaciones asociadas al daño del organismo.28

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VariableCon control glucémico

n‡ (%)§

Sin control glucémico

n‡ (%)§rm* ic 95%** Valor

de p***

GéneroHombre 9 (9) 27 (25) NS NS

Mujer 15 (15) 50 (51) NS NS

EstrésSi 10 (10) 56 (55)

4.1 1.5-11.2 0.001No 15 (15) 20 (20)

Apego al tratamiento

Si 8 (15.5) 10 (55.5)3.3 1.08-9.9 0.03

No 18 (8) 65 (10)

Tabla 3. Control glucémico, con presencia de estrésy apego al tratamiento

*Razón de momios; **ic 95%: intervalo de confianza a 95%; ‡muestra; §porcentaje;***de acuerdo con χ2

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No adherencia al tratamiento en pacientes con diabetes

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ResumenObjetivo: determinar la prevalencia de adherencia terapéutica del paciente hipertenso en Reynosa, Tamaulipas, México, durante los meses de enero a abril de 2011. Métodos: estudio observacional, descriptivo y transversal. Se encuestó a 322 pacientes con diagnóstico previo de hipertensión arterial sistémica (has), derechohabientes del Instituto Mexicano del Seguro Social (imss), que estuvieran adscri-tos a la unidad de medicina familiar (umf) no. 33, Reynosa, Tamaulipas, con edad entre 20 y 69 años y que firmaran el consentimiento informado. Se tomó la presión arterial de los participantes 10 minutos después de su arribo a la clínica y 10 minutos después de la primera toma y se les aplicó el cuestionario Martín-Bayarre-Grau. Resultados: 39% (126 pacientes) tenía adherencia total al tratamiento, 59% (190) estaba parcialmente adherido y 2% no adherido; 62.4% de los pacientes tenía menos de 10 años con hipertensión. Conclusiones: se puede mejorar la adherencia terapéutica y con ello el control de la has para disminuir las complicaciones de la enfermedad a largo plazo.

Prevalencia de adherencia terapéutica en pacientes hipertensos con el uso del cuestionario Martín-Bayarre-Grau

Prevalence of Therapeutic Adherence in Hypertensive Patients with the Use of the Martin-Bayarre-Grau Questionnaire

Prevalência de aderência terapêutica em pacientes hipertensos com o uso do questionário Martin-Bayarre-Grau

Francisco Javier Maldonado-Reyes,* Víctor Hugo Vázquez-Martínez,** Jesús III Loera-Morales,*** Margarita Ortega-Padrón****

Palabras clave: adherencia terapéutica, hipertensión, medicina familiarKey words: treatment ad-herence, hypertension, fa-mily medicinePalavras chave: aderência terapêutica, hipertensão, medicina de famíli

Recibido: 31/7/14Aceptado: 19/1/15

*Médico adscrito a la unidad de medicina familiar (umf) no. 33, Instituto Mexicano del Seguro Social (imss), Rey-nosa, Tamaulipas. **Profesor titular de la residencia en Medicina Familiar, umf no. 33, imss. ***Profesor titular del Curso de Especialización en Medicina Familiar para Médicos Generales del imss. ****Licenciada en Enfermería, jubilada del imss.

Correspondencia:Francisco J. [email protected]

Este artículo debe citarse: Maldonado-Reyes FJ, Vázquez-Martínez VH, Loera-Morales J, Ortega-Padrón M. Prevalencia de adherencia terapéutica en pacientes hipertensos con el uso del cuestionario Martín-Bayarre-Grau. Aten Fam. 2016;23(2):48-52.

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SummaryObjective: to determine the prevalence of adherence of hypertensive patients in Reynosa, Tamaulipas, Mexico, from January to April 2011. Methods: obser-vational, descriptive and cross-sectional study. 322 patients, attending the Mexi-can Social Security Institute (imss), as-signed to the Family Medicine Unit no. 33 in Reynosa, Tamaulipas, were surveyed with diagnosis of Systemic Ar-terial Hypertension (sah), between 20 to 69 years old and with previous informed signed consent. Blood pressure was taken after 10 minutes of their arrival to the clinic and 10 minutes later. After that, the Matin-Bayarre-Grau question-naire was applied. Results: 39% (126 patients) had total adherence to the treatment, 59% (190) had partial adher-ence and 2% had no adherence; 62.4% of the patients had less than 10 years hypertension. Conclusions: therapeutic adherence can be improved and there-fore, Systemic Arterial Hypertension control in order to reduce complications of the disease in the long run.

ResumoObjetivo: determinar a prevalência da adesão ao tratamento de pacientes hipertensos em Reynosa, Tamaulipas, México, durante os meses de janeiro a abril de 2011. Métodos: estudo obser-vacional, descritivo. Foram entrevis-tados 322 pacientes com diagnóstico prévio de hipertensão arterial sistêmica (has), pertencentes ao Instituto Mexi-cano de Seguro Social (imss), que foram designados para a unidade de medicina familiar (umf) número 33, Reynosa, Tamaulipas, com idade entre 20 e 69 anos e consentimento informado assinado. A pressão arterial dos parti-cipantes foi auferida 10 minutos após

sua chegada na clínica e 10 minutos depois da primeira medida, quando foi lhes aplicado o questionário Martin--Bayarre-Grau. Resultados: 39% (126 pacientes) tinham adesão completa ao tratamento, 59% (190) tinham adesão parcial e 2% sem aderência. 62.4% dos pacientes tinham menos de 10 anos com hipertensão. Conclusões: pode-mos melhorar a adesão e, portanto, o controlo da hipertensão para reduzir as complicações da doença a longo prazo.

IntroducciónLa hipertensión arterial sistémica (has) es un problema de salud pública que afecta a un billón de personas en el mundo.1 En Canadá, la prevalencia de hipertensión es de 19.6%2 y más de 40% en México.3 Este trastorno es un factor de riesgo para presentar síndrome coronario y evento vascular cerebral, dos de las principales causas de muerte en países en vías de desarrollo.4 La obesidad, la dislipidemia y el sedentarismo en con-junto con la hipertensión arterial son causantes de más de 12% de las muertes en todo el mundo.5,6

La hipertensión es clasificada como normal, prehipertensión, estadio 1 y 2; además ya existe una definición de control de la enfermedad, lo cual ofrece pautas para la prevención, diagnóstico y tratamiento.7-9 El control es de suma importancia, ya que de ello depende la disminución de las complicaciones; sin embargo, un tercio de los pacientes no sabe que padece la alteración, 67% sabe que tiene el desorden, pero solo la mitad de ellos tienen control de la misma.10-14

Uno de los principales factores aso-ciados al control de la hipertensión es la adherencia terapéutica, definida como el grado de disciplina que tiene una perso-na para tomar el medicamento, seguir un

régimen alimentario, ejecutar cambios en el estilo de vida y que responda a las recomendaciones acordadas con un prestador de asistencia sanitaria. La prevalencia de adherencia al tratamiento es estimada entre 50 y 90%. La poca adherencia al tratamiento antihiperten-sivo por parte de los pacientes produce complicaciones que se podrían evitar.15-20

Existen diversos instrumentos que miden la adherencia al tratamiento de enfermedades crónicas, entre estos se encuentra el “Cuestionario para la evaluación de la adherencia terapéutica mbg (Martín-Bayarre-Grau)”. No existe un instrumento que sea mejor que otro, todos tienen ventajas y desventajas, este cuestionario al ser validado tuvo un índice de consistencia interna de Alfa de Cronbach de 0.889; además, los re-sultados obtenidos hacen que se pueda utilizar tanto en el área clínica como en la investigacion.21

MétodosSe realizó un estudio observacional, descriptivo, transversal tipo encuesta. Se tomó una muestra de 322 derecho-habientes con diagnóstico de has cuyas edades oscilaban entre 20 a 69 años de la unidad de medicina familiar (umf) no. 33 del Instituto Mexicano del Seguro Social (imss), Ciudad de Reynosa, Tamaulipas, México; que acudieron a la consulta externa de medicina familiar de enero a abril de 2011. Los criterios de inclusión fueron: ser mayor de 20 años de edad, contar con seguridad social al momento de la encuesta, estar adscrito a algún consultorio en cualquiera de los turnos de servicio, ser portador de hipertensión arterial sistémica y firmar el consen-timiento informado. Se excluyeron a aquellos que respondieron parcialmente el cuestionario.

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Se les realizó toma estandarizada de la presión arterial 10 minutos des-pués de su ingreso a la unidad y 10 minutos después de la primera toma.

Las variables incluidas fueron: sexo, edad, escolaridad, adherencia al tratamiento (cuestionario mbg), ocu-pación, consumo de sal en la dieta y actividad física. La adherencia tera-péutica para hipertensión crónica se clasificó como: no adherido, adherido parcialmente y totalmente adherido. Los datos obtenidos fueron analizados con el paquete estadístico epi-info 3.5.1 y graficados por medio de Excel. Este estudio se llevó a cabo de acuerdo con los reglamentos institucionales en ma-teria de investigación, de la Ley General de Salud y la declaración de Helsinki.

ResultadosUn total de 126 (39%) de los pacientes estaban totalmente adheridos al trata-miento, 190 (59%) parcialmente, y seis (2%) no adheridos. La muestra estaba conformada por 68 participantes del sexo masculino y 254 del femenino; 48.5% de los hombres tenía adherencia total; 37% de las mujeres estaba total-mente adherida al tratamiento; 61% de estas últimas tenía adherencia parcial y 2% no tenía adherencia. Las edades de los participantes oscilaban entre 31 y 69 años; 71.4% de los hipertensos tenía entre 50 y 69 años, además, los participantes de este grupo de edad tenían mayor adherencia terapéutica que aquellos con edades menores.

También se preguntó acerca de la ocupación, 180 pacientes eran amas de casa, 93 obreros, 39 jubilados y 10 tenían alguna profesión. Un total de 110 amas

Tabla 1. Frecuencia de variables de la encuesta bmg

Fuente: cuestionario de adherencia terapéutica bmg

Siempre Casi siempre A veces Casi

nunca Nunca

Toma los medicamentos en el horario establecido

Porcentaje 69.87% 13.97% 10.55% 3.10% 2.48%

Frecuencia 225 45 34 10 8

Se toma todas las dosis indicadas

Porcentaje 62.1% 17.1% 14.6% 1.2% 5%

Frecuencia 200 55 47 4 16

Cumple las indicaciones relacionadas con la dieta

Porcentaje 19.9% 17.4% 44.1% 12.4% 6.2%

Frecuencia 142 56 142 40 20

Asiste a las consultas de seguimiento programadas

Porcentaje 85.7% 2.5% 7.1% 1.2% 3.4%

Frecuencia 276 8 23 4 11

Realiza los ejercicios físicos indicados

Porcentaje 20.5% 15.2% 35.7% 12.1% 16.5%

Frecuencia 66 49 115 39 53

Acomoda sus horarios de medicación a las actividades de su vida diaria

Porcentaje 72.7% 10.9% 8.7% 0% 7.7%

Frecuencia 234 35 28 0 25

Usted y su médico deciden, de manera conjunta, el tratamiento a seguir

Porcentaje 36% 33% 5% 6.9% 19.1%

Frecuencia 116 106 16 22 62

Cumple el tratamiento sin supervisión de su familia o amigos

Porcentaje 79.5% 7.1% 5.6% 2.8% 5%

Frecuencia 256 23 18 9 16

Lleva a cabo el tratamiento sin realizar grandes esfuerzos

Porcentaje 61.2% 17.1% 11.2% 1.9% 8.7%

Frecuencia 197 55 36 6 28

Utiliza recordatorios que faciliten la realización del tratamiento

Porcentaje 10.9% 5.9% 4% 0.9% 78.3%

Frecuencia 35 19 13 3 252

Usted y su médico analizan cómo cumplir el tratamiento

Porcentaje 41% 40.7% 6.2% 2.2% 9.9%

Frecuencia 132 131 20 7 32

Tiene la posibilidad de manifestar su aceptación al tratamiento que ha prescrito su médico

Porcentaje 59% 29.81% 4.65% 1.55% 4.96%

Frecuencia 190 96 15 5 16

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de casa tenían adherencia parcial, 69 totalmente adheridas y una no adherida; 57 obreros tenían adherencia parcial, 34 totalmente adheridos y dos no adheri-dos. Un total de 22 jubilados estaban adheridos totalmente, 16 parcialmente y tres no adheridos. De los participantes, 59% cursó primaria, 11% era analfabeta, 16% cursó secundaria, 10% bachillerato y 4% universidad.

De la muestra, 83% refirió haber recibido indicaciones acerca de la ventaja de una dieta baja en sal, 82% mencionó ser estimulado por su médico para realizar algún tipo de ejercicio físi-co; 98% tenía indicado por lo menos un medicamento y 2% no tomaba ninguna droga; 37.6% tenía menos de cinco años con diagnóstico de has; 24.8% entre 6 y 10 años; 9.6% de 11 a 15 años; 11.5% entre 16 y 20; y más de 20 años, 11.2%. Más de la mitad de los participantes era obeso, 30.45% tenía sobrepeso, 10.2% con sobrepeso y solo 10.2% estaba den-tro de parámetros normales; 88.8% de los pacientes consumía grasa no animal; 37.3% de los pacientes tenía descontrol de la presión arterial, es decir, las cifras tensionales estaban por encima de 140/90 mmHg.

DiscusiónLa has es un problema de salud pública ya que afecta a un alto porcentaje de la población, genera complicaciones y produce la muerte. Proyecciones reali-zadas demuestran que no disminuirá en el corto plazo la prevalencia e inciden-cia de esta enfermedad,22 no obstante, existe una amplia área de mejora en la adherencia terapéutica, esta está asociada con menores complicaciones

de la enfermedad. En este estudio se encontró que más de la mitad de las personas tiene una adherencia parcial mientras que más de un tercio está to-talmente adherido, esto es similar a lo encontrado en otros reportes utilizando instrumentos de medición de la adhe-rencia terapéutica distintos.23

En el presente estudio la mayoría de los participantes tenía menos de 10 años de evolución de la enfermedad, esto es una ventaja porque se puede todavía evitar y/o retrasar los daños causados por la enfermedad fortale-ciendo el apego al tratamiento y las in-dicaciones médicas. Uno de los aspectos aún no resuelto es cómo incrementar la adherencia, creemos que promoviendo la salud, la educación y la prevención de comorbilidades es la mejor forma para realizarlo.24

El médico familiar es el que atiende a la mayoría de los pacientes. Por ello es necesario que conozca las guías clínicas para identificar los factores de riesgo, medicamentos de elección y adheren-cia al tratamiento de las enfermedades crónicas. Conocer herramientas como guías clínicas, en las cuales se aborda la educación al paciente, podría mejorar la adherencia.25 El control de la hiper-tensión arterial es crucial para evitar complicaciones, los pacientes que tie-nen adherencia terapéutica tienen mejor control de la presión arterial26 y esto hace la diferencia a largo plazo.

ConclusionesLa adherencia terapéutica es un concep-to que se puede retomar en la relación médico-paciente. También es una opor-tunidad para que el equipo de salud en

su conjunto pueda incidir de una manera más profunda en los resultados a largo plazo y disminuir las complicaciones de la enfermedad. Se pueden desarrollar estrategias para que los trabajadores de la salud tengan un amplio conocimiento de las diferentes variables involucradas en el tratamiento del paciente. La pro-moción de la adherencia terapéutica debe ser una meta de tratamiento en sí mismo, es decir, el paciente debe tener conciencia de la importancia de la mis-ma para mejorar su calidad de vida a mediano y largo plazo.

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Maldonado-Reyes FJ y cols.

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ResumenObjetivo: determinar la prevalencia de depresión y dislipidemia en un grupo de adolescentes obesos de 10 a 19 años. Métodos: estudio transversal y descrip-tivo con muestreo no probabilístico que incluyó a 74 adolescentes obesos de 10 a 19 años, que acudieron a la unidad de medicina familiar no. 171 del Instituto Mexicano del Seguro Social, Zapopan, Jalisco, México. Se efectuó punción capi-lar mediante glucómetro para determinar el nivel de colesterol y triglicéridos; fue aplicada la escala de Birleson para identi-ficar trastornos depresivos mayores en los adolescentes; y se realizó el análisis estadístico respectivo. Resultados: se entrevistó a un total de 74 adolescen-tes, 39 mujeres y 35 hombres; 93.1% presentó obesidad grado I, 5.4% grado II y 1.4% grado III; 59.5% no mostró síntomas compatibles con depresión, en el resto de la muestra (40.5%) si los hubo. Presentó cifras de colesterol (≥200mg/dl) 59% y 41% cifras normales; 41% resultó con triglicéridos ≥150mg/dl y 59% con niveles normales. Conclu-siones: la prevalencia de depresión en adolescentes obesos fue de 40.5%; 59% de los adolescentes presentó alteraciones en el colesterol y 41% en los triglicéridos.

SummaryObjective: to determine the prevalence of depression and dyslipidemia in a group of obese adolescents aged from 10 to 19 years. Methods: cross-sectional and descriptive study with non-randomized sampling that included 74 obese adolescents from 10 to 19 years, who attended the Family Medicine Unit no. 171 of the Mexican Institute of Social Security, in Zapopan, Jalisco, Mexico. It was made a capi-llary puncture using a glucometer to determine the level of cholesterol and triglycerides; the Birleson scale was applied to identify major depressive disorders in adolescents; and it was conducted an statistical analysis. Results: 74 ado-lescents were interviewed, 39 women and 35 men; 93.1% presented obesity class I, 5.4% class II and 1.4% class III; 59.5% did not show symptoms compatible with depression, the rest of the sample (40.5%) showed symptoms. 59% of the sample presented cholesterol figures (≥200mgdl) and 41% normal figures; 41% showed triglycerides ≥150mgdl and 59% showed normal levels. Conclusions: the preva-lence of depression in obese adolescents was 40.5%; 59% of the adolescents presented alterations in cholesterol and 41% in triglycerides.

Prevalencia de depresión y dislipidemia en un grupo de adolescentes obesos mexicanos

Prevalence of Depression and Dyslipidemia in a Group of Obese Mexican Adolescents

Prevalência de depressão e dislipidemia em um grupo de adolescentes obesos mexicano

Reyna A. Angulo-Valenzuela,* Edna G. Delgado-Quiñones,** Lizbeth C. Urióstegui-Espíritu,*** José G. Del-Río Patiño,* Gustavo Figueroa-Hernández,* José M. Montalbán-Castellanos****

Artículo original

Palabras clave: dislipide-mia, obesidad en adolescen-tes, desorden depresivoKey words: Dyslipidemia, Adolescent Obesity, Depres-sive DisorderPalavras Chave: d is-lipidemia, obesidade em adolescentes, transtorno depressivo

Recibido: 1/12/14Aceptado: 9/11/15

*Médico cirujano y partero, residente del Curso de Es-pecialización en Medicina Familiar. **Profesora titular de la especialización en Medicina Familiar, unidad de medicina familiar (umf) no. 171, Instituto Mexicano del Seguro Social (imss). ***Coor-dinador clínico de Educación e Investigación en Salud umf no. 171, imss. ****Médico ciru-jano y partero, residente del Curso de Especialización en Nefrología, hospital civil de Guadalajara.

CorrespondenciaEdna G. Delgado-Quiñ[email protected]

Este artículo debe citarse: Angulo-Valenzuela RA, Delgado-Quiñones EG, Urióstegui-Espíritu LC, Del-Río Patiño GJ, Figueroa-Hernández G, Montalbán-Castellanos JM. Prevalencia de depresión y dislipidemia en un grupo de adolescentes obesos mexicanos. Aten Fam. 2016;23(2):53-56.

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ResumoObjetivo: determinar a prevalência de depressão e dislipidemia em um grupo de adolescentes obesos entre 10 e 19 anos. Métodos: estudo transversal descritivo amostragem não probabilística incluiu 74 adolescentes obesos, que participam da unidade de medicina familiar n. 171 do Instituto Mexicano da Segurança Social, Zapopan, Jalisco, México. Punção capilar foi realizada para determinar o nível de colesterol e triglicéridos; Foi aplicada a es-cala Birleson para identificar os principais transtornos depressivos em adolescentes, realizando-se a seguir análise estatística. Resultados: foram entrevistados um total de 74 adolescentes, 39 mulheres e 35 homens; 93.1% eram obesos grau I, 5.4% do grau II e 1.4% de grau III; 59.5% não apresentaram , constatando-se sintomas depressivos no restante da amostra (40.5%). Apresentaram níveis de colesterol (≥200mg/dl) 59%, e 41% apresentaram níveis normais. Em 41% os triglicéridos eram ≥150mg/dl, sendo 59% com níveis normais. Conclusões: a prevalência de depressão em adoles-centes obesos foi de 40.5%; 59% dos adolescentes apresentaram alterações nos níveis de colesterol e 41% nos triglicerídeos.

IntroducciónLa obesidad infantil es uno de los proble-mas de salud pública más graves del siglo xxi. El problema es mundial y está afec-tando progresivamente a muchos países de bajos y medianos ingresos, sobre todo en el medio urbano, la prevalencia ha aumentado a un ritmo alarmante.1

Aunque aún se continúa investigan-do acerca de las vías moleculares que regulan el balance de energía, las causas de la obesidad siguen siendo desconoci-das. La fisiopatología parece sencilla: un

exceso crónico de consumo de nutrientes en relación con el gasto de energía; sin embargo, debido a la complejidad de los sistemas neuroendócrinos y metabólicos que regulan la ingesta, almacenamiento y consumo energético, resulta difícil cuan-tificar todos los parámetros pertinentes a lo largo del tiempo.2,3

Los niños obesos y con sobrepeso tienden a seguir siendo obesos en la edad adulta y tienen más probabilidades de padecer a edades más tempranas enfer-medades no trasmisibles como diabetes y enfermedades cardiovasculares, por lo que se debe dar una gran prioridad a la prevención de la obesidad infantil.

La Encuesta Nacional de Salud y Nutrición 2012 (Ensanut 2012), entre-vistó a un total de 21 519 adolescentes, los cuales representaron a 22 804 083 que se estima residían en México en 2012. Esta población era equivalente a 20.2% del total de habitantes en el país, de ellos, 50.3% era del sexo masculino y 49.7% del femenino.

En el ámbito nacional, 35% de los adolescentes tiene sobrepeso u obesidad, esto representa alrededor de 6 325 131 individuos entre 12 y 19 años de edad, específicamente, uno de cada cinco tiene sobrepeso y uno de cada diez presenta obesidad.

La prevalencia nacional combinada de sobrepeso y obesidad en adolescentes fue de alrededor de 35.8% para el sexo femenino (3 175 711) y 34.1% en el mas-culino (3 148 146) en 2012.4

En el año 2009, se investigó la prevalencia de dislipidemias en niños y adolescentes del sistema privado de en-señanza de la ciudad de Belén en Brasil, se evaluó a 437 escolares y se evidenció la importancia que tiene el diagnosticar pre-cozmente el perfil lipídico, principalmen-te si se encuentra asociado a obesidad.5

La depresión en niños y adolescen-tes es un tema controversial, sin embargo, algunas investigaciones han dejado en claro que también se presenta en esos grupos etarios,6 asociada incluso, con una mayor comorbilidad que cuando inicia en la edad adulta, pues antes de los 18 años hay mayor riesgo de desarrollar: agorafobia, fobia social, trastorno ne-gativista desafiante, trastorno disocial y dependencia a drogas.4

Debido a la gran cantidad de cam-bios y procesos que ocurren durante la adolescencia, esta se convierte en una etapa en la que puede aumentar la expo-sición a situaciones difíciles de afrontar y, en consecuencia, se vuelven fuentes de estrés; por ello es conveniente analizar las conductas del adolescente cuidado-samente para distinguir entre las expre-siones afectivas, cognitivas, somáticas y conductuales atribuibles a la etapa y las que puedan tener consecuencias en la sa-lud emocional a corto y mediano plazos.7

La consecuencia más grave de la obesidad en la infancia y adolescencia es de orden psicosocial, su impacto puede ser mayor que en otras enfermedades crónicas.8

Los cambios en el estilo de vida, la dieta autóctona sustituida por alimentos de alta densidad energética y elevados porcentajes de grasa, aunados al impor-tante incremento de la inactividad física, condicionado por el aumento de la in-seguridad, que impide que los niños se desplacen fuera de sus casas, así como la necesidad de más horas de trabajo para los padres y la falta de mayor actividad física en las escuelas, serían los principales factores que explicarían el aumento en las tasas de obesidad.9

El proceso de ateroesclerosis se inicia en etapas tempranas de la vida y una detección oportuna de dislipidemia

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mejora su pronóstico y previene compli-caciones en la vida adulta. Las directrices del National Cholesterol Education Program (ncep), de la American Academy of Pediatrics (aap), American Heart Association (aha) recomiendan despistaje de colesterol en niños mayores de dos años de forma rutinaria cuando presentan cualquiera de los factores de riesgo.10

En Monterrey, Nuevo León, Méxi-co, se realizó un estudio para determinar la prevalencia y estimar el riesgo de obesidad para dislipidemias e hiperinsu-linemia en adolescentes. Se encontró una prevalencia de una o más dislipidemias de 56.6% en adolescentes con obesidad en comparación con 20.8% en adolescentes sin obesidad. Se llegó a la conclusión de que la obesidad en adolescentes es un factor predisponente para el desarrollo de trastornos metabólicos con una asocia-ción lineal de medidas antropométricas y lípidos con insulina.11,12

MétodosEstudio descriptivo y transversal. Mues-treo no probabilístico de adolescentes obesos de 10 a 19 años, que acudieron a la unidad de medicina familiar (umf) no. 171 del Instituto Mexicano del Seguro Social (imss), en el periodo transcurrido de marzo de 2013 a junio de 2014, a los cuales se les aplicó la escala de Birleson (dsrs) para detectar el trastorno depresivo mayor en el adolescente, se les realizó punción capilar mediante glucómetro accu-trend plus para determinar el nivel de colesterol y triglicéridos y se registra-ron sus variables sociodemográficas. Con el programa epi info se calculó el tamaño de la muestra el cual fue de 74 pacientes (ic 95%), con el programa spss versión 19 se realizó el análisis estadístico.

Se tomaron en cuenta como crite-rios de inclusión a pacientes de ambos

sexos, de 10 a 19 años, con diagnóstico de obesidad, que aceptaran contestar la encuesta de autoaplicación y contar con la cédula y consentimiento informado firmado por sus padres. Como crite-rios de exclusión se tomaron en cuenta alguna comorbilidad asociada (Diabetes Mellitus, hipertensión arterial sistémica, hipotiroidismo, etc.), analfabetismo, embarazo y patologías psiquiátricas así como encuestas incompletas. Como cri-terios de eliminación se consideró a los adolescentes que no llenaran la carta de asentimiento, que los padres o tutores no firmaran el consentimiento informado, o que los adolescentes que no acudieran a la toma de muestra sanguínea.

Se citó a los adolescentes a la toma de muestra sanguínea capilar en ayuno (12 horas) en la que se determinó la concentración sérica de colesterol y triglicéridos, utilizando el glucómetro accu-trend plus, el cual determina estos niveles, colocando una gota de sangre capilar en una tira reactiva; se convocó a los sujetos un mes después para dar a conocer los resultados.

ResultadosDe los 74 participantes, 52.7% (n=39) fue del sexo femenino y 47.3% (n=35) del masculino. Se observó que 40.5% del total (n=30) presentó depresión; el grado I de obesidad obtuvo el mayor número de pacientes con depresión (28), un paciente mostró grado II, y uno más grado III. Se obtuvo una χ2 entre depresión y obesidad de p=0.393.

Del total, 59.46% (n=44) presentó cifras de colesterol mayor a 200mg/dl; 40.54% (n=30) obtuvo niveles de triglicéri-dos mayores a 150mg/dl. De los pacientes con hipercolesterolemia, 59% (n=26) fue hombre; en tanto que para hipertrigliceri-demia 55.6% (n=17) fue masculino.

En cuanto a las características socio-demográficas, 1.4% de los adolescentes era casado, 13.5% vivía en unión libre y 85.1% (63) era soltero. La escolaridad fue de 23% con primaria incompleta, 9.5% primaria completa, 44.6% con estudios de secundaria, 20.3% con preparatoria y 2.7% estudió una licenciatura. Res-pecto a la ocupación, 9.5% se dedicaba al hogar, 18.9% era empleado y 71.6% era estudiante o estudiaba y trabajaba al mismo tiempo.

La media para la edad fue de 13 años, la mediana de 14 y la moda de 14 años; la media para el peso fue de 73 kilogramos, la mediana de 74 y la moda de 78 k.

De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (oms), los grados de obesidad según el índice de masa corporal (imc), se clasifican de la siguiente forma: de 30 a 34.9, obesidad grado I; de 35 a 39.9, obesidad grado II; y mayor o igual a 40 obesidad grado III u obesidad extrema; 93.1% presentó grado I, 5.4% grado II y 1.4% obesidad grado III.

DiscusiónEn la valoración de los resultados con la escala de Birleson, el grado I de obesidad obtuvo una mayor prevalencia de depre-sión, con un total de 28 pacientes, de los 74 encuestados. Asimismo, el grado de obesidad que presentó el mayor número de adolescentes con síntomas compa-tibles con depresión fue el grado I con 28, el grado II, mostró solo un paciente con depresión, al igual que el grado III.

La prevalencia de depresión en adolescentes obesos de la umf no. 171, fue de 40.5%. No contamos con estudios previos que nos muestren la prevalencia de depresión en los adolescentes de esta unidad médica, pero podemos coincidir con los datos de la oms, la cual señala que la prevalencia de obesidad en la ado-

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lescencia está experimentando un gran aumento en los últimos tiempos, y se le ha llegado a considerar como la epidemia del siglo xxi, encontrándose en estrecha asociación con un aumento en el riesgo de problemas emocionales.

En el estudio obesidad y comorbi-lidades en niños y adolescentes asistidos en el Instituto Nacional de Pediatría de la Ciudad de México del año 2009, se reportó que 44% de los niños y adolescentes obesos estudiados tenía al menos una de estas alteraciones y problemas: inseguridad en su conducta, autoestima disminuida, autopercepción corporal devaluada, haber sido víctimas de burlas, regaños por la familia, mar-ginación o menosprecio social, pero no se les aplicó ningún test de depresión lo que no nos muestra cifras recientes de prevalencia.

En otro estudio de Aguilar y cols.13 efectuado en 2010, se abordó la relación entre obesidad y sobrepeso respecto a baja autoestima y depresión en adoles-centes de ambos sexos entre los 16 y 19 años de edad, se determinó que existe una relación inversa entre autoestima y obesidad, respecto a la depresión, siendo esta relación directamente pro-porcional; además, se encontró que el sexo femenino se ve más afectado por el aspecto social.

En cuanto a la dislipidemia, 59.46% presentó cifras alteradas de colesterol y 40.54% de triglicéridos, siendo más frecuente en el sexo masculino.

En el estudio de Guigñan y cols.10 se concluyó que 82.97% de los pacientes estudiados padecía dislipidemias; de las dislipidemias encontradas la hipercoles-terolemia representó 29.79%, siendo el incremento de colesterol ldl de 27.66%, hipolipoproteinemia 55.32%, e hipertri-gliceridemia de 25.53%.

En vista de la epidemia actual de enfermedad cardiovascular en adultos y la evidencia de que la enfermedad ateroesclerótica se asocia con disli-pidemias y comienza en la infancia, es necesario implantar programas de detección y manejo de dislipidemias en edad pediátrica. Nuestros resultados son comparables con la investigación de Guigñan, la hipercolesterolemia fue la dislipidemia más frecuente con 29.79% y en nuestro trabajo también lo fue con 59.46%, predominando en el sexo masculino con 59%. En el estudio citado de Venezuela,10 la hipertrigliceri-demia fue la segunda dislipidemia más frecuente con 25.53%, al igual que en este estudio, ya que se obtuvo 40.54% de hipertrigliceridemia, predominante en el sexo masculino con 55.6%.

En la investigación de Nydia y col.12 sobre obesidad como factor de riesgo para trastornos metabólicos en adoles-centes mexicanos, realizado en Monterrey, México, se encontró una prevalencia de una o más dislipidemias de 56.6% en ado-lescentes con obesidad en comparación con 20.8% en adolescentes sin obesidad, podemos concluir que la obesidad en adolescentes es un factor predisponente para el desarrollo de trastornos meta-bólicos, por lo cual sería conveniente implementar medidas de prevención y control en este grupo.

ConclusionesLa mayor prevalencia de obesidad se pre-sentó en el grupo de edad de 10 a 14 años de edad, ya que es en esta etapa en la que los requerimientos calóricos aumentan, y suelen consumirse más calorías de las que se necesitan, en particular desvian-do esta necesidad a la comida rápida o comida chatarra, y en la mayoría de los casos sin actividad física regular.

Referencias1. Estrategia mundial sobre régimenalimentario,

actividad física y salud. Organización Mundial de la Salud. [Internet]; 2004. Disponible en: http://www.who.int/dietphysicalactivity/strategy/eb11344/strategy_spanish_web.pdf

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4. Instituto Nacional de Salud Pública. Encuesta Nacional de Salud y Nutrición. Resultados Nacionales 2012. [Internet] Disponible en: http://ensanut.insp.mx/informes/ensanut 2012ResultadosNacionales.pdf

5. Ribas S, Santa S. Dislipidemia en escolares del sistema de educación privada de la ciudad Belén. Arq Bras cardiol. 2009;92(6):429-34.

6. Perea-Martínez A, Bárcena-Sobrino E, Rodrí-guez-Herrera R, et al. Obesidad y comorbili-dades en niños y adolescentes asistidos en el Instituto Nacional de Pediatría. Acta Pediátric Méx. 2009;30(3):167-74.

7. Kaufman J, Martin A, King RA, et al. Are child-, adolescent-, and adult-onset depression one and the same disorder? Biol Psychiatry. 2001;49:980-1001.

8. Sanchez-Castillo C, Pichardo-Ontiveros E, López-RP. Epidemiología de la Obesidad. Gac Méd Méx. 2004;140(2):1-20.

9. Franko D, Striegel-Moore R, Bean J, et al. Psy-chosocial and health consequences of adoles-cent depression in black and white young adult women. Health Psychol. 2005;24(6):586-93.

10. Guigñan O, Reyes I. Dislipidemia en niños y Adolescentes de las escuelas Básicas del Perú y Puerto Rico. 7o Congreso virtual de Cardio-logía 2011. cetifac-Bioingeniería uner-7cvc. Disponible en: http://www.fac.org.ar/7cvc/llave/tl081/tl081.pdf

11. Must A. Effects of Obesity on Norbidity in children and adolescents. Nutr Clin Care. 2003;6(1):4-12.

12. Nydia J, Georgina M. Obesidad como Factor de Riesgo para Trastornos Metabólicos en Adolescentes Mexicanos. Rev Salud Pública. 2007;9(2):180-93.

13. Aguilar C, Manrique R, et al. Depresión y autoestima en adolescentes con obesidad y sobrepeso: un problema que pesa. Rev enferm Herediana. 2010;3(1):49-54.

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Artículo original

ResumenObjetivo: analizar las características de los conflictos intergeneracionales en abuelas que cuidan a sus nietos. Métodos: estudio cualitativo, transversal, interpretativo. Se utilizó la técnica de entrevista semies-tructurada y a profundidad en cuatro familias. Se incluyeron a cuatro abuelas y cuatro hijas con nietos entre cero y 12 años de edad. Fue elaborada una guía de entrevista para el análisis de la información. Las grabaciones se transcribieron, los textos se categorizaron y finalmente se triangularon por dimensiones. Resultados: en cuanto al ejercicio de la autoridad, en tres de cuatro familias fueron ambos padres quienes tomaron las decisiones del cuidado de los hijos y en una familia la abuela ejercía esa autoridad. Dos de las cuatro familias tenían límites flexibles; las hijas tomaban el rol de ama de casa. Las dos hijas que cumplían el rol de proveedoras presentaron conflicto con las abuelas, una con límites rígidos y la otra con límites difusos. Conclusiones: se corroboró que el apoyo que ofrecen las abuelas cuidadoras a sus hijas y nietos puede generar diversos riesgos de conflicto en las familias, al requerir implementar límites, roles, jerarquía y/o autoridad, ya que el cuidado de los nietos conlleva grandes responsabilidades en la toma de decisiones y en las funciones familiares básicas.

Conflictos intergeneracionales en abuelas cuidadoras de una clínica de medicina familiar de la Ciudad de México

Intergenerational Conflicts with Grandmothers as Child Care Providers of a Family Medicine Unit in Mexico City

Conflitos Inter geracionais em avós cuidadoras uma clínica de medicina familiar na Cidade do México

Jacqueline B. Roo-Prato,* Alicia Hamui-Sutton,** Miguel A. Fernández-Ortega***

Palabras clave: conflictos familiares, relaciones inter-generacionales, relaciones familiaresKey words: Family Con-flicts, Intergenerational Rela-tions, Family RelationsPalavras chave: conflitos familiares, relações interge-racionais, relações familiares

Recibido: 12/3/15Aceptado: 30/11/15

*Médica especialista en Me-dicina Familiar, Curso de Alta Especialidad en Terapia Fami-liar Médica, clínica “Gustavo A. Madero”, Instituto de Seguridad y Servicios Socia-les de los trabajadores del Estado (issste). **Coordina-dora de Investigación Educa-tiva; profesora y asesora del Curso de Alta Especialidad en Terapia Familiar Médica, División de Estudios de Posgrado (dep), Facultad de Medicina, Universidad Na-cional Autónoma de México (unam). ***Profesor titular “A”, Subdivisión de Medici-na Familiar, dep, Facultad de Medicina, unam.

Correspondencia:Jacqueline B. Roo-Prato. [email protected]

Este artículo debe citarse: Roo-Prato JB, Hamui-Sutton A, Fernández-Ortega MA. Conflictos intergeneracionales en abuelas cuidadoras de una clínica de medicina familiar de la Ciudad de México. Aten Fam. 2016;23(2):57-62.

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SummaryObjective: to analyze the characteris-tics of intergenerational conflicts with grandmothers who take care of their grandchildren. Methods: qualitative, cross-sectional and interpretative study. The semi-structured and in-depth inter-view technique was used in four families. Four grandmothers and four daughters with grandkids between 0 to 12 years of age were included. An interview gui-de for the analysis of the information was elaborated. The recordings were transcribed, texts were categorized and results were coordinated by dimensions. Results: in regard to authority, in three of four families both parents were who took the decisions of children care and in one family the grandmother had the complete authority. Two of the four families had flexible limits; daughters took the role of a housewife. The other two daughters who fulfilled the role of providers presented conflict with grand-mothers, one with strict limits and the other with vague limits. Conclusions: it was confirmed that the support grand-mothers as child care providers offered to their daughters and grandchildren can generate different risks of conflict in families, as it is required to implement limits, roles, hierarchy and/or authority, because the care of grandchildren carries great responsibilities in the decision-making process and in basic family functions.

ResumoObjetivo: analisar as características das conflitos inter geracionais em avós que assumem a criação de netos. Métodos: qualitativo, transversal, estudo inter-pretativo. Foram utilizadas Técnica de entrevista semi-estruturada e em pro-fundidade em quatro famílias Foram

incluídas quatro avós com netos e quatro filhas entre zero e 12 anos de idade. Foi desenvolvido um guia de entrevista para a análise da informação. As gravações foram transcritas, os textos foram ca-tegorizados e, finalmente, triangulada por dimensões. Resultados: a respeito de exercício da autoridade, em três das quatro famílias eram ambos os pais que tomaram decisões de cuidados para crianças e avó em uma família exercia essa autoridade. Duas das quatro famílias têm limites flexíveis; as filhas assumiram o papel de dona de casa. Duas filhas que cumpriam o papel de fornecedoras têm conflitos com as avós, um com li-mites rígidos e um com limites difusos. Conclusões: confirma-se que o apoio oferecido pelas avós no cuidado das suas filhas e netos pode gerar vários riscos de conflito em famílias, a necessidade da implementação de limites, papéis, hierarquia e/ou autoridade, já que o cuidado dos netos vem com grandes responsabilidades na tomada de decisões e funções básicas da família.

IntroducciónEl papel de las abuelas en la educación y crianza de los nietos ha sido un fac-tor fundamental en la transmisión de valores, principios y costumbres para los miembros de las familias mexicanas. Las necesidades actuales de las familias generan conflictos en las relaciones en-tre abuelas, hijas y nietos, los cuales se derivan con frecuencia del inadecuado ejercicio de la autoridad, jerarquía, defi-nición de roles y límites.1

Durante el siglo xx gran parte de las familias mexicanas eran de tipo extenso y el papel de las abuelas era jerárquica-mente relevante en tres generaciones o más de sus descendientes. Según el censo de población y vivienda en México 2010,

el promedio de habitantes por familia en los hogares mexicanos era de 3.9, lo que nos da una idea de lo mucho que ha cambiado la composición familiar y la dependencia entre abuelas e hijas. En muchos casos las abuelas viven en su propia casa, sin embargo, siguen apo-yando la crianza de los nietos.2,3

Respecto al proceso de envejeci-miento de la población, se observó que en 2013 la esperanza de vida en México fue de 77 años para las mujeres y 72 años para los hombres, lo que corresponde a 25 años más de lo que acontecía hace 50 años, por lo que ahora puede observarse abuelas jóvenes, incluso económicamen-te productivas y con actividades sociales muy intensas.4

Tanto las madres como las abuelas tienden a desempeñar roles más activos, unas como proveedoras, otras como cuidadoras, esto se debe al aumento en la esperanza de vida al nacer (evn), la mejora en la calidad de vida, la ma-yor participación de las mujeres en las actividades productivas del país, por los cambios culturales, la necesidad de ingresos económicos para mejorar las condiciones de vida familiar y por el aumento en el número de divorcios o separaciones.5,6

El objetivo principal de este estu-dio fue analizar las características de los conflictos intergeneracionales cuando las abuelas cuidan a los nietos. A través de las entrevistas a las abuelas cuidadoras, en las que se realizaron las siguientes preguntas de investigación: ¿qué carac-terísticas tienen los conflictos con las madres de sus nietos en términos de roles, límites y autoridad?, ¿hasta qué punto resulta positiva la participación de las abuelas sin que se invadan los límites de la crianza o educación responsable de los padres?, ¿qué funciones tienen las

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abuelas en la crianza de los hijos en las familias contemporáneas?

MétodosSe llevó a cabo un estudio cualitativo, transversal, interpretativo, realizado con la técnica de entrevista semiestructurada a profundidad. Las bases epistemológi-cas se fundamentaron en los paradig-mas del interaccionismo simbólico7 y la fenomenología.8 Se buscó generar descripciones densas9 en las narrativas de las abuelas y sus hijas para el análisis respectivo.

Se seleccionaron cuatro familias, que incluyeron cuatro abuelas cuidado-ras y cuatro hijas con nietos entre cero y 12 años de edad, derechohabientes de la clínica “Gustavo A. Madero” del Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los trabajadores del Estado (issste). Las entrevistas fueron realizadas entre agosto y septiembre de 2014, en la propia clínica y en el domicilio de las entrevistadas. La muestra fue por con-veniencia de acuerdo con el tema de la investigación.

Se elaboró una guía que se utilizó como instrumento para realizar entre-vistas audiograbadas. Se transcribieron las grabaciones siguiendo la propuesta de la teoría fundamentada,10 los textos se categorizaron, codificaron y se trian-gularon por dimensiones relacionando los testimonios, tipologías, bibliografía y su interpretación.

Los siguientes conceptos de rol, límite y autoridad se utilizaron como di-mensiones de análisis para este estudio. Por rol se entiende al patrón o modelo de conducta que se espera y caracteriza a una persona, la cual ocupa cierta po-sición en un grupo y en determinado contexto; el límite está constituido por las reglas que definen quiénes participan

y de qué manera, los límites protegen la diferenciación del sistema o subsistema y pueden ser flexibles, difusos o rígidos; finalmente la autoridad se definió como el ejercicio del poder atribuido a uno o más miembros de la familia como perso-nas idóneas para la toma de decisiones y posición de liderazgo, basado en creen-cias culturales compartidas y normas establecidas entre sus miembros.11-13.

Los criterios de inclusión del estudio consideraron a abuelas cuida-doras e hijas, con nietos(as) en edad comprendida entre cero y 12 años, de-rechohabientes de la clínica “Gustavo A. Madero” del issste. Por lo que los abuelos, padres y nietos(as) mayores de 12 años de edad y no derechohabientes, así como las abuelas e hijas que decidie-ran abandonar el estudio o que refirieran incomodidad con la entrevista realizada fueron eliminadas.

Hubo una selección de cuatro fami-lias de forma no aleatoria, por convenien-cia. las invitaciones fueron personalizadas

y por vía telefónica a fin de realizar la entrevista en el domicilio de las partici-pantes. El consentimiento informado fue obtenido de forma verbal y sustenta-do en la transcripción de las entrevistas, asimismo, se mantuvo el anonimato de los informantes.14

ResultadosEl “cuidar” es una experiencia vincu-lada al género femenino a través de las culturas y aun a pesar de los niveles de desarrollo tecnológico, las principales cuidadoras siguen siendo mujeres de-bido, fundamentalmente, a los roles de género propios de la estructura social patriarcal y a la distribución de las fun-ciones de las familias.

En tres de las cuatro familias estudiadas, se observó una estructura nuclear; una abuela e hija eran parte de una familia extensa. La mayoría de las abuelas entrevistadas se embarazaron siendo adolescentes, sin embargo, las hijas se embarazaron de su primer hijo

Conflictos intergeneracionales en abuelas cuidadoras

Cuadro 1. Características sociodemográficas de las abuelas cuidadoras

Dimensiones Abuela 1 Abuela 2 Abuela 3 Abuela 4

Edad (años) 69 57 56 43

Escolaridad Secundariaincompleta

Primariacompleta

Licenciadaen Educación

preescolar

Secundariacompleta

Lugar de origen Distrito Federal Guerrero Distrito Federal Chiapas

Lugar de residencia Ecatepec,Edo. de México

Ecatepec,Edo. de México

Nezahualcóyotl, Edo. de México

Gustavo A. Madero, d.f.

Estado civil Casada Casada Casada Casada

Ocupación Comerciante Comerciante Jubilada Hogar

Edad en que tuvoa su primer hijo (años) 18 17 25 17

Número de hijos 6 5 3 3

Edad en que tuvoa su primer nieto (años) 40 42 52 41

Número de nietos 12 3 1 1

Morbilidad has/ivp* Sana has Sana

Estructura familiar Nuclear Extensa Nuclear Nuclear

Tipología familiar Moderna Moderna Moderna Tradicional*has: hipertensión arterial sistémica; ivp: insuficiencia venosa periférica

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en etapa adulta y tuvieron un nivel de educación superior al de sus madres (cuadro 1).

Tres de las hijas entrevistadas tuvie-ron un solo hijo, el control de la natalidad se relaciona con el mayor nivel educativo, lo que pudo traducirse en mejores con-diciones de trabajo para ellas. Ejercieron la figura de jefe de hogar, lo que influyó de manera directa en el bienestar de la familia (cuadro 2).

Dentro de los factores que modi-fican la relación entre abuelas y nietos

se encontró que las abuelas disfrutaron más la compañía de los nietos pequeños que de los mayores. Las abuelas sentían el compromiso de apoyar a sus hijas cuidando a los niños en edad preesco-lar y de educación básica, para lo cual adaptaban y distribuían su tiempo y sus recursos. De la Fuente y col.15 reporta-ron que los nietos primogénitos y únicos eran los que más atención y cuidado recibían de sus abuelas, lo que se corro-boró con las abuelas entrevistadas. En el ejercicio de la abuelidad (entendida como

la organización en la estructura psíquica individual y familiar de la figura de la abuela)16 todas las abuelas entrevistadas estaban satisfechas al sentirse valoradas por sus hijas.

Me siento satisfecha con mis nietos, el cui-darlos me genera placer y me siento acompañada, no me he sentido obligada a cuidarlos, me gusta hacerlo. (Abuela 1)

Mi mamá ha sido ejemplar porque es cariñosa, alcahueta y consentidora, también los corrige como debe ser, sin su apoyo no sé qué hubiese sido de mí, ella lo es todo. (Hija 1)

Es importante señalar que ninguna abuela de este estudio se consideró una custodia o acogedora, tipología descri-ta por Pinazo y col., que consiste en aquellas abuelas de menores que deben ejercer el rol parental cuando sus padres son incapaces de llevarlo a cabo.17

En cuanto al funcionamiento fa-miliar se tomó en cuenta el papel de las abuelas cuidadoras de acuerdo con sus condiciones físicas y emocionales, al apor-te en gasto familiar, su actividad laboral y la transmisión de tradiciones familiares, entre otros. No obstante que la mitad de las abuelas de este estudio padecía alguna enfermedad crónica, todas cuidaron a sus nietos con la misma dedicación y afecto que las abuelas sanas, comunicaron valo-res, tradiciones cargadas de sentimiento y emociones como lo expresaron en las entrevistas realizadas.

Atender a mis nietos es gratificante, lleva mucha responsabilidad pero también cansancio, siento que se abre otra puerta como el afecto que me hace falta y eso me lo da mi nieta, pienso que llegará el día que ya no esté tan cerca y me da cierta nostalgia porque sé que no es mi hija pero voy a hacer lo que siempre he dicho… la voy a disfrutar mientras la tenga. (Abuela 3)

El cuidado de los nietos de hijas adolescentes, solteras o divorciadas, e incluso de parejas casadas, se convierte

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Cuadro 2. Características sociodemográficas de las hijas de las abuelas cuidadoras

Dimensiones Hija 1 Hija 2 Hija 3 Hija 4

Edad (años) 37 38 27 26

Escolaridad Preparatoria Estudiante Pedagogía Preparatoria

Licenciadaen Administración

de empresas turísticas

Lugar de origen Estadode México

Estadode México Distrito Federal Veracruz

Lugar de residencia Ecatepec,Edo. de México

Ecatepec,Edo. de México

Venustiano Carranza, d.f.

Gustavo A. Madero, d.f.

Estado civil Casada Soltera Casada Casada

Ocupación Hogar Secretaria Empleada de banco Hogar

Edad en que tuvoa su primer hijo (años) 27 30 23 24

Número de hijos 2 1 1 1

Morbilidad Queratocono Sana Sana Sana

Estructura familiar Nuclear Extensa Nuclear Nuclear

Tipología familiar Tradicional Moderna Moderna Tradicional

Jerarquía familiar Padre Madre Madre Padre

LímitesRoles

Autoridad* FiguraeducadoraAbuelas Hijas

Familia 1 Flexibles Cuidadora Amade casa Padres Hija

Familia 2 Rígidos Cuidadora Proveedora Abuela Hija-hermana

Familia 3 Difusos Cuidadora Proveedora Padres Hija-abuela

Familia 4 Flexibles Cuidadora Amade casa Padres Hija

Cuadro 3. Dinámica familiar entre abuelas cuidadoras e hijas (madres) con respecto al cuidado de los nietos(as)

*Quién toma las decisiones respecto al cuidado de los nietos

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para las abuelas en un escape a la soledad y actividad disminuida cuando son amas de casa o jubiladas. La dificultad estriba en tratar de cuidar y educar hijos que no son propios, nacidos dos generaciones posteriores a la suya, pues los factores sociales y culturales se han transformado de forma radical.18

Para las abuelas cuidadoras resul-tó positivo el contacto con sus nietos porque las hizo sentirse vivas y útiles, las estimuló y entretuvo, se redujeron los sentimientos de soledad y tristeza, permitiendo revitalizar el ejercicio de la maternidad a través de la abuelidad y le proporcionaron a los nietos lo que no pudieron ofrecerles a sus hijas.19

Mi papel como abuela cuidadora considero que ha sido bueno, espero que ellos también lo vean así, me he sentido contenta pero incompleta porque siempre pensé en llevar a mis nietos para todas partes pero los padres me pusieron límites hasta dónde podía llegar y los acaté, quise hacer lo que no hice cuando mis hijos estaban pequeños y todavía tengo que trabajar eso. (Abuela 2)

Los conflictos de autoridad familiar surgieron generalmente a partir de que los padres identificaron en la figura de la abuela cuidadora una amenaza a su autoestima y autoridad, como se ob-servó en algunas de las familias de esta investigación.

Como abuela cuidadora mi mamá ha sido muy consentidora. Quiere mucho a mi niño y la verdad es que si ella no estuviera yo no sabría qué hacer en algunas cosas… reconozco que es muy posesiva, quiere tener el control de todo y eso me hace sentir como si yo no valiera nada… siento que mi mamá es muy autoritaria conmigo, todos vemos las cosas diferente y es lo que creo que pasa con ella. (Hija 2)

Mi mamá con mis hijos es excelente al punto que ¡no me deja ser mamá!, o que las cosas que dice tengo que hacerlas al pie de la letra cuando no lo deseo, reconozco que sin ella

no sabría qué hacer en estos momentos y se lo agradezco. (Hija 3)

El predominio de los límites flexi-bles en la mitad de las familias entrevis-tadas, correspondieron a las hijas en las que su rol fue de “ama de casa” y que se encargaron completamente de la educa-ción de los nietos. La otra mitad fueron las hijas que cumplían con el rol de “proveedoras”, de ellas, una tuvo límites rígidos y la otra difusos. Todas las abuelas cumplieron el rol de “cuidadoras” en estas familias (cuadro 3).

Respecto al ejercicio de la autoridad, se observó que en su mayoría fueron los padres (padre y madre) quienes tomaron las decisiones; y en una familia la abuela ejerció esa autoridad sobre el nieto, cuya madre era soltera y vivía en el entorno de una familia extensa.

Siempre estoy pendiente de mi nieta, en lo que le hace falta estoy dispuesta a apoyar a mi hija en todo, lo disfruto mucho. (Abuela 4)

A lo mejor mi mamá debe tener algunas fallas pero hasta ahora no las he visto, en este tipo de cosas gracias a Dios ella trata de que su nieta esté bien y esa es su prioridad, también mi niña se siente en confianza con ella y me gusta porque es su única nieta. (Hija 4)

ConclusionesLas necesidades económicas y el auge de la mujer como ente participativo y productivo, han hecho que las abuelas asuman una presencia más sentida y destacada en el cuidado de los nietos. Algunas abuelas, por sentir que tienen más experiencia y conocimiento llegan a descalificar a sus hijas y de esta forma le soslayan la autoridad ante sus nietos, queriendo tener más influencia y control sobre éstos, lo que genera una lucha de poder entre madre e hija ante el nieto.

Las hijas que son madres solteras, ante la necesidad de ayuda en el cuidado

de sus hijos, requieren el apoyo de las abuelas, que ya habían terminado de educar a sus propios hijos y que al no tener una ocupación formal podrían sentirse útiles y necesarias. El riesgo es que asuman el rol maternal dismi-nuyendo la responsabilidad de la hija, la cual pudiera aceptar esta condición temporalmente quizá por conveniencia, pero en un futuro al reclamar este rol de madre, quien sufriría sería la abuela ya que se habría acostumbrado a este rol materno.

En contraste, hay abuelas que mues-tran resistencia a hacerse cargo del cui-dado de sus nietos por considerar que es alta la responsabilidad y por encontrarse “cansadas”, con limitaciones físicas o de salud y no tienen la misma fortaleza, por lo que ven interrumpidos los proyectos en este período de sus vidas.

Las reacciones emocionales son diversas en cada historia, algunas abuelas se sienten felices al cuidar a sus nietos y lo ven como algo positivo porque les da vitalidad, ilusión y se autoperciben “úti-les”; mientras que otras abuelas pueden experimentar ansiedad o depresión al no considerarse capaces de cuidar a los nietos que lo requieran.

Otro conflicto es la inconsistencia en la aplicación de los límites, hay que considerar que los nietos necesitan límites claros y sólidos que faciliten el entendimiento de lo que esperan de ellos y de las normas de convivencia familiar.

Se presentaron problemas de co-municación, en los que las abuelas e hijas no son capaces de dialogar sus desacuerdos con mutuo respeto, lo que les dificultó asumir medidas que se orientaran a responder a las necesida-des de los nietos, sin permitir la alianza protectora que podría revitalizar esas relaciones. Otro obstáculo frecuente es

Conflictos intergeneracionales en abuelas cuidadoras

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el conflicto de roles, en el que las abue-las fungen un rol parental y las madres aparecieron más de forma periférica, lo que se expresó en contradicciones de autoridad y/o de jerarquía.

Las abuelas cuidadoras son de gran relevancia en nuestra sociedad, por lo que al presentarse un conflicto se deben abrir y propiciar los espacios para que tanto las abuelas, como las hijas y nietos puedan comunicarse abiertamente, de forma adecuada, respecto a sus senti-mientos y opiniones, así como tener un acercamiento con profesionales de la salud. La ayuda del terapeuta familiar puede proporcionar un ambiente ade-cuado que permita la mejor adaptación a los roles, al establecimiento de límites, la resolución de conflictos de autoridad y a sobrellevar la adversidad.

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ResumenExiste un notable aumento poblacional de ancianos el cual es directamente proporcional al volumen de consulta otorgada a estos pacientes. Por sus con-diciones físicas (presbicia, presbiacusia), psicológicas (depresión, aislamiento) y sociales (abandono, desamparo) dicho grupo presenta dificultades para comu-nicarse con los médicos. Además, existe en estos últimos, falta de destrezas y habilidades para lograr un adecuado vínculo que permita fortalecer una buena relación médico-paciente; es necesario saber escuchar y entender al adulto ma-yor en una atmósfera de empatía. Esta problemática repercute en la salud del paciente geriátrico, por ejemplo, en su falta de apego terapéutico ya que gene-ralmente desconoce su enfermedad y el manejo de esta. Es de suma importancia abordar este tema y con ello encontrar las herramientas que ayuden a mejorar la comunicación médico-paciente.

SummaryThere is a notable increase of elders which is directly pro-portional to the volume of consultation provided to them. By their physical (presbyopia, presbycusis), psychological (depression, isolation) and social (abandonment) conditions, patients present difficulties to communicate with doctors. There is also, in doctors, lack of skills and abilities to achieve a proper link allowing strengthening a good doctor-patient relationship; it is necessary to know how to listen and understand the elderly in an atmosphere of empathy. This problem affects the health of the geriatric patient, for example, in his lack of therapeutic attachment since, generally, he does not know his disease and how to handle it. It is very important to deal with it and thereby find the tools to help improving the doctor-patient communication.

La comunicación médico paciente¿reto para el paciente geriátrico o para el médico familiar?

Communication Patient-Doctor: A Challenge for the Geriatric Patient or the Family Physician

A comunicação médico-paciente: desafio para o paciente geriátrico ou o médico de família?

Eva María García-Vera,* Alfredo Robles-Rodríguez,* María de Lourdes Villegas-Bernabé,* Juan Figueroa-García,** Ada Etzel Mota-Cumpean***

Artículo de revisión

Palabras clave: paciente geriátrico, medicina fami-liar, comunicación médico-pacienteKey words: geriatrics, fam-ily medicine, doctor-patient relationshipPalavras chave: paciente geriátrico, medicina de fa-mília, comunicação médica

Recibido: 14/9/15Aceptado: 28/10/15

*Médico residente del segun-do año del curso de especia-lización en Medicina Familiar, unidad de medicina familiar (umf) no. 21, Francisco del Paso y Troncoso. **Médi-co cirujano, especialista en Medicina Familiar, profesor titular del curso de especia-lización en Medicina Familiar, de la umf no. 21. ***Médico residente de tercer año del curso de especialización en medicina familiar, de la umf no. 33 Reynosa, Tamaulipas.

CorrespondenciaJuan Figueroa-Garcí[email protected]

Este artículo debe citarse: García-Vera EM, Robles-Rodríguez A, Villegas-Bernabé ML, Figueroa-García J, Mota-Cumpean AE. La co-municación médico paciente: ¿reto para el paciente geriátrico o para el médico familiar? Aten Fam. 2016;23(2):63-66.

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ResumoHá um aumento notável na população idosa, que é diretamente proporcional ao volume de consultas oferecidas a estes pacientes. Por sua condição, psicológica (depressão, isolamento) e sociais (aban-dono, desamparo) física (presbiopia, a presbiacusia), o idosos tem dificuldade para se comunicar com os médicos. Além disso, os médicos demonstram falta de competências e habilidades para atingir uma sintonia adequada que refor-çaria uma boa relação médico-paciente; É preciso ouvir e compreender os idosos em um clima de empatia. Este problema afeta a saúde do pacientes geriátricos, por exemplo, na sua falta de aderência tera-pêutica, já que geralmente desconhecem a sua doença e o manejo desta. É fun-damental abordar este tema e encontrar as ferramentas que ajudem a melhorar a comunicação médico- paciente.

IntroducciónEl encuentro entre el médico y el anciano tiene varios factores que intervienen en el desarrollo de una relación profesional adecuada o inadecuada. Las actitudes, estereotipos o mitos en ambos pro-tagonistas, la gerofobia por parte del médico o las falsas creencias acerca de la enfermedad en el paciente, pueden alterar este encuentro. También puede haber barreras culturales que afecten la relación.1 Para entender la dinámica de la relación médico-paciente (adulto mayor), se necesita un conocimiento más específico acerca de los fenómenos psicológicos entre ambos, los cuales son: la transferencia, la contratransferencia, el rapport, la empatía y la resistencia.2

Transferencia es la emoción del paciente anciano hacia el médico; la contratransferencia es la reacción emo-cional como sentimientos y conductas

del médico hacia el paciente anciano; la empatía es la habilidad del médico para entender los sentimientos del paciente; el rapport incluye el estado de mutua confianza y respeto; la resistencia es la reacción negativa del paciente geriátrico en contra de la relación con el médico o del tratamiento.3-4 Debemos tener en cuenta que un número importante de ancianos tiene dificultades auditivas, vi-suales o del habla, que obligan al médico a buscar estrategias especiales para lograr una comunicación efectiva.5

Debido al incremento de la pobla-ción de adultos mayores, el manejo y tratamiento de este sector de la población presenta retos muy especiales, que impli-can en el médico, conocimiento y pre-paración en el envejecimiento, así como en las condiciones psicológicas, sociales y económicas de las personas mayores.6

El problema de comunicación entre médico y paciente se acentúa cuando no hay familiares acompañantes, es im-portante distinguir las diferencias tanto generacionales como culturales a fin de asegurar la ayuda y participación de la familia, evitando así malos entendidos y fracasos terapéuticos.7

Los adultos mayores consideran la mayor parte de sus problemas de salud como parte inevitable del envejecimiento y en la mayoría de los casos se rehúsan a buscar atención médica lo que es causa de mayor morbilidad e invalidez ya que acuden en estados avanzados y son propensos a interrumpir los tratamien-tos por una infinidad de motivos.8-9 No olvidemos que a los pacientes geriátricos lo que más les interesa es mantener su calidad de vida, autonomía e indepen-dencia, para conservarse integrados en su familia y en la sociedad; le temen a la soledad, abandono y a la falta de afecto de sus familiares.

Actualmente, en todo el mundo la demanda de atención de servicios de salud es, en su mayoría, solicitada por adultos mayores y México no es la excepción, puesto que cerca de 80% de la consulta de primer nivel de atención es otorgada a este grupo poblacional.10 Por ello, la atención de este grupo etario es complicada, ya que intervienen dos factores principales que pueden englobar la problemática que existe para llevar a cabo una buena relación médico-paciente y por consiguiente una buena comunicación: limitaciones propias del paciente geriátrico y la falta de pericia para establecer una buena comunica-ción por parte del médico familiar.11-12

En cuanto a las limitaciones del paciente geriátrico, podemos hablar sobre la disminución de las capacidades físicas, sobre todo del deterioro visual y auditivo, así como el menoscabo de las capacidades cognitivas, que en conjunto van limitando la independencia funcional y condicionando con ello una disminu-ción en la motivación; y que conllevan a la sensación de pérdida de control y baja autoestima, que posteriormente origi-nará una dificultad para crear vínculos interpersonales y expresar su padecer al médico tratante.13 Otro aspecto impor-tante es que en esta etapa de su vida los pacientes se enfrentan a circunstancias complejas como tomar decisiones im-portantes respecto a su salud y el control de sus enfermedades, que por lo general son crónico-degenerativas, así como a la elección de tratamientos, ya que un alto índice de esta población posee un me-nor nivel de educación formal y dicha situación resulta estresante.14 También podemos mencionar que el paciente geriátrico se ve en la necesidad de asistir acompañado a la consulta, hecho que pudiera parecer benéfico, pero que re-

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sulta ser una limitante para la atención, ya que muchas veces el acompañante no es la misma persona que cuida al pa-ciente en casa y por tanto desconoce la información necesaria, por el contrario cuando el acompañante es el cuidador primario, el paciente geriátrico suele pasar a segundo plano, ya que no se le hace partícipe de su propia consulta.15

En cuanto al otro elemento que di-ficulta la comunicación, es decir, la falta de habilidad del médico, cabe mencionar que se trata de una competencia que engloba a un conjunto de habilidades y procedimientos, así como a la inte-rrelación de estos con la personalidad y autoestima del propio médico; es una destreza presencial y de experiencia personal que se va adquiriendo con los años y con el ensayo y error, sin embargo, como menciona Philippa Moore,16 “la experiencia suele ser un mal profesor”, hecho que hemos comprobado a través de nuestras prácticas en consulta y hos-pitalización al observar cómo médicos con gran trayectoria y experiencia en su campo, muchas veces tienen deficiencias notorias en explicar al paciente y a su fa-milia la enfermedad, la situación de salud en la que se encuentran o simplemente el tratamiento a seguir.

Entonces, si nos encontramos en una era de gran desarrollo científico tecnológico,17 ¿qué hace falta para que el médico desarrolle esta capacidad de establecer una buena comunicación? Llegamos a la conclusión de que dicha disciplina no es innata sino que debe de ser enseñada en las escuelas de medicina de manera formal. Si bien ya existe un antecedente, la Asociación Americana de Escuelas de Medicina (aame),18 ex-tendió un informe en el que pide que todas las escuelas de medicina evalúen formalmente las habilidades de comuni-

cación de sus alumnos), consideramos necesario que la enseñanza de esta, sea introducida desde el pregrado como una asignatura con mayor validez y sustento académico, puesto que globalmente ya existen programas específicos para desarrollar esta habilidad, asimismo, es prioritario instruir a médicos que poten-cialmente pudieran fungir como profe-sores porque como hemos mencionado, la experiencia no es suficiente y son necesarias bases teórico-prácticas.19-20

Por lo anterior, para llevar a cabo una buena relación médico-paciente, el médico familiar deberá mostrar interés por el paciente, utilizar palabras com-prensibles, proporcionar información sobre el tratamiento, generar tranquili-dad, aconsejar, pero sin influir en la toma de decisiones, así como permitir que este exprese sus puntos de vista, incon-formidades, dudas y necesidades,21 pro-piciando un ambiente agradable, limpio y confortable; el personal de salud debe mostrar pulcritud, respeto, consideración y calidez en el trato con el paciente y su familia; evitar interrupciones y gritar, ya que se puede distorsionar el lenguaje, es molesto y puede malinterpretarse como regaño o enojo, además de que lo escu-charían, incluso fuera del consultorio, recordemos que al anciano no le agrada, le ofende y le incomoda que se le señale abiertamente alguna deficiencia.22-23

Si bien para la práctica de cualquier médico es importante contar con habili-dades de comunicación, para el médico familiar lo es aún más, ya que su práctica diaria consiste en considerar no solo el aspecto biológico de los pacientes, sino también los aspectos psicológicos y sociales,24 ya que de acuerdo con el modelo holístico, es de vital importancia considerar la cosmovisión del paciente y así lograr fortalecer la alianza entre el

médico y el paciente geriátrico dando como resultado una mejor adherencia terapéutica reflejada en la mejoría de su salud, funcionalidad y dependencia.25

Hemos visto que el fracaso tera-péutico y diversas situaciones legales son consecuencia de una mala comuni-cación entre médico y paciente, derivado de la deficiencia en la enseñanza de esta habilidad, por ello consideramos necesario se instruya a los médicos en formación acerca de estrategias y habili-dades de comunicación, que le permitan establecer y fortalecer un vínculo con el paciente.26

La comunicación no sólo debe ser-vir de vehículo para obtener información que el médico necesita en el cumplimien-to de sus funciones, sino que debe usarse como un medio para que el paciente sea escuchado y exprese sus necesidades, de tal forma que logre hacer consciente y partícipe de su enfermedad, conside-rando las limitaciones ya mencionadas.27

ConclusionesPodemos aseverar que en la relación médico-paciente intervienen diversos factores, principalmente psicológicos y sociales, los cuales podrían impedir una interacción comunicacional satisfactoria. Es necesario vencer estas barreras para lograr un mejor ejercicio de nuestra pro-fesión y poder aumentar la salud biopsi-cosocial de nuestros pacientes, entablar vínculos con ellos es un arte que no siempre se aprende con la experiencia, se requiere enseñanza y práctica desde la formación académica, pues en esta absorbemos todos los conocimientos que nos servirán de herramientas para el mañana. Debemos hacer una autoevalua-ción de las relaciones que establecemos con nuestros pacientes y realizar los cambios necesarios para mejorarla.

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ResumenEl tratamiento antirretroviral en los pacientes con vih ha logrado la cronificación de la enfermedad por lo cual estos pacientes llegan a edades más avanzadas. La hipertensión arterial representa una gran preocupación para nuestros pacientes. Un adecuado control metabólico, y la instauración de un trata-miento correcto, son aspectos que necesariamente deben analizarse.

SummaryAntiretroviral therapy in hiv patients has achieved a chronicity of the disease for which these patients reach more advanced ages. Hypertension is a major concern for our patients. Adequate metabolic con-trol, and the establishment of a proper treatment, are aspects which necessarily have to be analyzed.

ResumoA terapia antirretroviral em pacientes com hiv alcançaçõu a cronicidade da doença, de modo que estes pacientes chegam a idades mais avançadas. A hipertensão arterial é uma das principais preocupações para os nossos pacientes. O controle metabólico correto, e o estabelecimento de um tratamento adequado são aspectos que devem necessariamente ser analisados.

IntroducciónLa presencia de hipertensión entre la población con virus de la inmunodeficiencia humana (vih) se ha convertido en una nueva amenaza para la salud y el bienestar de las personas que viven con esta enfer-medad, en particular, entre los que recibieron terapia antirretroviral, de estos, la terapia antirretroviral de gran actividad (taae) ha incidido de forma radical en el manejo de la infección por vih.

Artículo de revisiónHipertensión arterial en el paciente con vih: abordaje y tratamiento

Hypertension in Patients with hiv: Approach and Treatment

Hipertensão arterial em pacientes com hiv: controle e tratamento

Marcela Agostini,* Luis Marconi,* María Cristina Mónaco**

Palabras clave: terapia antirretroviral, enfermedad cardiovascular, hipertensiónKey words: Antiretroviral therapy, Cardiovascular Dis-ease, HypertensionPalavras chave: terapia anti-retroviral, doença car-diovascular, hipertensão

Recibido: 10/9/15Aceptado: 30/11/15

*Profesor adjunta Medicina Interna I y II, Universidad Abierta Interamericana (uai), sede Rosario. **Pasante del Centro de Altos Estu-dios en Ciencias Humanas y de la Salud, (Caecihs), uai

CorrespondenciaMarcela [email protected]

Este artículo debe citarse: Agostini M, Marconi L, Mónaco MC. Hipertensión arterial en el paciente con vih: abordaje y tra-tamiento. Aten Fam. 2016;23(2):67-69.

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Esto se ha acompañado de la aparición de problemas previamente no descritos en este tipo de paciente, muchos de ellos relacionados con la propia targa. El efecto que sobre el en-dotelio ejerce la infección y la frecuente asociación de alteraciones lipídicas y del metabolismo hidrocarbonado, ha des-pertado la preocupación en el impacto que sobre la morbimortalidad cardiovas-cular pudieran ejercer estas alteraciones a largo plazo en el paciente infectado por vih. Además de estos factores de riesgo metabólico, en los últimos años se han presentado evidencias crecientes sobre el papel que la elevación tensional podría desempeñar.

El abordaje del paciente vih positi-vo exige la valoración del riesgo cardio-vascular individual y su consideración a la hora del diseño individualizado de la targa. Por otra parte, las numerosas in-teracciones farmacológicas de los fárma-cos antirretrovirales (arv) son elementos fundamentales a tener en cuenta.1-2

Prevalencia e incidenciaLa hipertensión es común en pobla-ciones vih-positivas, con estimaciones de prevalencia que van desde 4.7 hasta 54.4% en los países de altos ingresos, y de 8.7 a 45.9% en los países de ingre-sos bajos y medianos. El papel de los factores específicos del vih, incluyendo gravedad de la enfermedad, duración y tratamientos sobre la presencia de la hipertensión en pacientes vih-positivos se informa, pero los patrones siguen sin estar claros. El manejo clínico de la hipertensión en pacientes vih-positivos es similar a la población general; sin embargo, debe considerarse adicio-nalmente las posibles interacciones farmacológicas entre antihipertensivos y antirretrovirales.3-4

¿Qué factores de riesgo debemos considerar?Las enfermedades no comunicables, tales como enfermedad cardiovascular, hipertensión, enfermedad renal y de hueso, así como los tumores malignos, son una preocupación constante durante el curso de la enfermedad del vih.

La investigación en esta área sigue centrándose en los factores de riesgo asociados a estas condiciones, la identificación de las contribuciones de la inmunopatología relacionada con el vih a enfermedades específicas y colecti-vas de fin de órganos, y en la evaluación de las intervenciones para prevenir o reducir la morbilidad asociada con estas condiciones.5-7

A la hora de analizar se presentan dos grandes grupos: no modificables (sexo, edad, menopausia, historia familiar de evento cardiovascular), y modificables (tabaco, sedentarismo, obesidad, diabe-tes, estrés y dislipemia).

Diferentes trabajos muestran re-sultados favorables a la hora de indicar cambios de conducta o estilos de vida en los pacientes. En relación con el hábito del tabaco, el estudio de recopilación de datos sobre efectos secundarios de los fármacos antivih (dad) demostró que dejar de fumar tiene implícito una reducción en el riesgo cardiovascular y por ende, en la patología coronaria como la hipertensión arterial.8-10

La presencia de dislipemia, tanto por el propio virus vih, como el tra-tamiento antirretroviral o una dieta inadecuada, se encuentra demostrado ampliamente en la literatura. El objetivo terapéutico consiste en la reducción del colesterol total, así como del colesterol ldl y el incremento del colesterol hdl.11

En una visita de control o antes de iniciar un esquema antirretroviral, ade-

más de solicitar carga viral y recuento de cd4, es necesario tener en cuenta los siguientes parámetros de laboratorio:

q Obtener un perfil lipídico y luego controlar a los tres y seis meses de iniciado el tratamiento

q Evaluar mediante una puntuación los factores de riesgo y determinar en qué grupo se encuentra

q Intervenir en los factores modifica-bles sin pérdida de tiempo

q Considerar iniciar el tratamiento con fármacos para los lípidos o pensar en un cambio en el esquema antirretroviral

Es muy importante recordar a la hora de prescribir fármacos para los lípidos las interacciones farmacológicas entre las estatinas y los inhibidores de las proteasas, el uso de sinvastatina se encuentra contraindicado. Fármacos como rosuvastatina, atorvastatina, niacina y la combinación de alguna es-tatina más fibratos se aconseja utilizar con precaución.12 Sin embargo, el uso de estatinas ha demostrado reducir el riesgo de evento cardiovascular en los pacientes.13

Etravirina, maraviroc y raltegravir tienen un mejor impacto en los lípidos que otros arv y la lipodistrofia se asocia con: inflamación, dislipemia, diabetes, hta y deterioro funcional.13

Dos factores a considerar de gran importancia en los pacientes con vih son: el valor de cd4 y la carga viral. El estudio hiv Outpatient Study (hops), mostró 58% de riesgo de enfermedad cardiovascular en pacientes vih con cd4 menor a 350 cel/mm3 y 28% en aquellos con cd4 en-tre 350 y 499 células/mm3; comparados con los pacientes con cd4 mayor a 500 células/mm3.14

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En relación con el nivel de carga viral el estudio de Concerted Action on SeroConvertion to aids and Death in Europe (cascade) sugiere una mayor asociación entre el arn viral y la muerte por eventos cardiovasculares que el número de cd4.

Para diseñar el tratamiento antihi-pertensivo individualizado en pacien-tes con vih, sugerimos se utilicen las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud y la Sociedad In-ternacional de Hipertensión (oms-sih) y el Joint National Committe on Prevention, Detection, Evaluation and Tratment of High Blood Pressure (jnc vi).1,3

TratamientoNo existen grandes diferencias entre tratar a un paciente vih positivo y a la población con hta, en general; debe tenerse en cuenta las causas específi-cas de hta secundaria en la población con vih tales como resistencia a glu-corticoides adquirida o vasculitis de grandes vasos,15 siendo su incidencia muy baja no se justifica la búsqueda sistemática en todos los pacientes. Es necesario, pensar también en los ca-sos de adenocarcinomas y leiomionas adrenales,16 y a causas secundarias más tradicionales como la hta vasculorre-nal; realizar una correcta anamnesis es prioritario para conocer acerca del consumo de sustancias revitalizanes tales como ginseng o abuso de sustan-cias (cocaína, anfetaminas) las cuales tiene efecto presor.17

Al iniciar el tratamiento anti hiper-tensivo es fundamental pensar en las posibles interacciones entre grupos tera-péuticos como: diuréticos, betabloquea-dores, medicamentos calcioantagonistas y bloqueadoresreceptores de angiostina II, los cuales se señalan en el trabajo de Chastain y cols.18

El éxito del tratamiento se basará en dos pilares: el tratamiento farmacoló-gico y el no farmacológico. Es de suma trascendencia que el médico explique en cada consulta la importancia de una alimentación saludable, realizar ejercicio físico, reducir el consumo de alcohol y el abandono del hábito del tabaco.19 La adherencia al tratamiento es otro punto en el que nos tenemos que detener y explicar a nuestros pacientes, debemos generar consciencia y siempre brindar educación para la salud.

El control de las comorbilidades, el manejo de la infección y los factores de riesgo asegurarán una mejora en la calidad de vida de nuestros pacientes.20

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arterial en pacientes infectados por el virus de la inmunodeficiencia humana. Hipertensión. 2003;20(2):63-73.

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Hipertensión arterial en el paciente con vih

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Identifique el caso

Paciente femenino de 14 años, presenta lesiones eritematosas, induradas y ovaladas, de 15 días de evolución; acompañadas de dolor en ambas piernas.

Respuesta del diagnóstico de la imagen Aten Fam. 2015;23(1):34.

Chincunguña es el nombre correcto de esta enfermedad, y no chingunya que es la transcripción del inglés.1 Es probable que esta palabra provenga del idioma makonde, que se habla en la región su-reste de Tanzania y en parte del norte de Mozambique. Su significado puede traducirse como “hombre que se dobla” y su uso para denominar la enfermedad puede estar relacionado con los fuertes dolores en las articulaciones que lo caracterizan.2

Típicamente es una enfermedad aguda, caracterizada por fiebre, rash y artralgia incapacitante,3 causada por un alfavirus (chikv), arn, perteneciente a la familia Togaviridae.4

Alejandro Guerrero-Zulueta*

*Médico adscrito a la unidad de medicina fami-liar (umf) no. 22, Instituto Mexicano del Seguro Social (imss), hospital, Instituto de Seguridad y Servicios So-ciales de los Trabajadores del Estado (issste), Teziutlán, Puebla, México

Correspondencia:Alejandro [email protected]

Este artículo debe citarse: Guerrero-Zulueta A. Exan-tema por chicunguña. Aten Fam. 2016;23(2):70-71.

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Fue descrito por vez primera en Tanzania en 1952 y posteriormente se ha diseminado de África a Asia y recientemente a América. En 2013 se introdujo en las islas del Caribe y en México, el primer caso fue confirmado en mayo de 2014, importado del Cari-be.5 Asimismo, es causante de epidemias como la de 2006 en India, donde se estimaron 1 300 000 casos,6 o República Dominicana en 2014 con 429 421 casos registrados.7

El virus chikv, se propaga por la picadura del mosquito del género Aedes, principalmente Aedes aegyptus y Aedes albopictus.8 Clínicamente se ha observa-do que tiene un período de incubación de tres a siete días; y una evolución caracterizada por tres etapas: la prime-ra aguda, con duración de 3 a 10 días, con fiebre alta, cefalea, dolor articular severo, mialgias, vómitos, exantema; la segunda etapa abarca de dos a tres meses, con poliartritis distal, predomi-nantemente en muñecas y tobillos; y una tercera etapa crónica que puede durar de 18 meses a 3 años, manifestada por artralgia persistente y fatiga.

El caso que nos ocupa es la presen-cia del exantema, que ha sido descrito por la Organización Mundial de la Salud (oms) en su Nota descriptiva no. 327

de mayo de 2015 como una erupción cutánea, un rash que aparece al segundo o tercer día de la infección,9,3 un eritema en la cara y tórax superior, exantema tipo salpullido,10 y rash típicamente maculopapular.11 Recientemente se han incluido otras como lesiones vesiculo-bulosas y vasculíticas,12 derivado de la observación de pacientes afectados con chicunguña, se puede agregar que el exantema clínicamente se define como un exantema tipo eritema polimorfo.

Para confirmar los casos, se uti-liza una reacción en la cadena de la polimerasa con transcriptasa inversa (rt-pcr),11 el diagnóstico diferencial se debe establecer con dengue, malaria, leptospirosis, artritis postinfecciosa.

No existe ningún tratamiento antivírico, solo se atiende de manera sintomática, evitando la proliferación de mosquitos y eliminando depósitos con agua.

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A partir del 01 de marzo de 2016, el doctor Carlos Lavalle Montalvo tomó posesión de la jefatura de la División de Estudios de Posgrado (dep) de la Facultad de Medicina de la Universidad Nacional Autónoma de México, en sustitución del doctor Pelayo Vilar Puig.

El nombramiento lo realizó el doctor Germán Enrique Fajardo Dolci, director de la Facultad de Medicina, quien en un breve acto celebrado en la sala “Doctor Luis Castelazo Ayala” entregó un reconocimiento al doctor Vilar y destacó: “queremos agradecer la vida, la trayectoria y el esfuerzo que ha dedicado a lo largo de tantos años el doctor Pelayo Vilar a la Universidad Nacional, a la Facultad de Medicina en particular, siendo pro-fesor de pre y posgrado, en la Subdivisión de Especializaciones Médicas y desde luego los últimos ocho años al frente de la División de Estudios de Posgrado… se lleva no sólo nuestro cariño sino nuestro reconocimiento”.

Al tomar la palabra, el doctor Vilar destacó el apoyo que recibió por parte de todos los colaboradores de la dep y enfati-zó que como miembros de la comunidad universitaria, nuestra labor es intentar retribuir un poco de lo que la universidad nos ha dado “debemos llegar a servir, no llegar a servirnos, ver qué podemos dar a los demás, qué podemos hacer por la institu-ción… yo he pasado 46 años en esta institución como docente y he recibido tanto, que al final es poco lo que he hecho por ella”.

El doctor Vilar destacó que a lo largo de los últimos ocho años se ha dado una remodelación de la División, se creó la Subdivisión de Educación Continua y la Subdivisión de Medi-cina Familiar, además se implementó el Centro de Enseñanza por Simulación de Posgrado.

Para concluir el doctor Lavalle también agradeció el ejemplo y amistad del doctor Vilar, e invitó a los académicos y colaboradores presentes a continuar las labores de la dep con dedicación y profesionalismo: “los invito a que continuemos por la senda trazada por nuestros antecesores, quienes han hecho de esta División lo que actualmente es, líder en México

Información académica

Nombramiento del doctor Carlos Lavalle Montalvo como jefe de la División de Estudios de Posgrado de la Facultad de Medicina de la Universidad Nacional Autónoma de México

y en América Latina, los conmino a seguir los lineamientos trazados por el doctor Germán Fajardo en su programa de trabajo y los exhorto a dar un poco más de lo que hemos dado siempre, a utilizar los recursos tecnológicos para innovar, crear, para beneficiar a nuestros residentes con cursos masivos en línea, a facilitar la movilidad estudiantil, mejorar la supervisión de nuestras sedes hospitalarias, regularizar y profesionalizar la planta docente e incorporar las nuevas tendencias educativas en nuestro Plan Único de Especializaciones Médicas… es una responsabilidad de todos” puntualizó el doctor Lavalle.

El doctor Lavalle ha sido presidente de la Sociedad Mexi-cana de Reumatología y del Consejo Mexicano de Reumato-logía; vicepresidente de la Academia Nacional de Educación Médica (anem); es miembro titular de la Academia Nacional de Medicina y de la Academia Mexicana de Cirugía; investigador nacional nivel II del Sistema Nacional de Investigadores (sni); ha publicado más de 150 trabajos de investigación y difusión en revistas nacionales y extranjeras, y tres de sus trabajos son considerados como clásicos por el Institute for Scientific Information (isi) y por la unam.

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Atención Familiar es el órgano de difusión científica de la Subdivisión de Medicina Familiar, División de Estudios de Posgrado, Facultad de Medicina, Universidad Nacio-nal Autónoma de México, unam. Con una periodicidad trimestral, publica textos dirigidos a la comunidad médica, en particular, a los médicos especialistas en Medicina Familiar; los textos deben estar basados en investigaciones originales y análisis de temas correspon-dientes al primer nivel de atención en salud.Asimismo, hace extensiva la invitación a publicar a otros especialistas, como pueden ser los médicos de los campos de Geriatría, Pediatría, Medicina Interna, y a otros especialistas de la salud que aborden temas de prevención y promoción, siempre y cuando sean trata-dos desde un punto de vista generalista y se apeguen a las características que adelante se señalan.

I. RequisitosLos artículos propuestos deben cumplir con las siguien-tes características:● Ser artículos originales e inéditos que no estén

postulados para publicarse simultáneamente en otra revista

● Prepararse de acuerdo con el modelo del Comité Internacional de Editores de Publicaciones médicas (icmje por sus siglas en inglés) que puede ser revisado en [www.icmje.org]

II. Formato1. Carátula● Título. 15 palabras como límite. No utilice abreviaturas● Título corto: 8 palabras como límite● Autores: incluir apellido paterno, materno, nombre,

iniciales del siguiente nombre de todos los autores, así como el nombre y la localización del departamento o institución de su filiación

● Correspondencia: incluya dirección, teléfono y correo electrónico del autor responsable de la publicación

2. Resumen● Extensión aproximada: 200 palabras● En español, inglés y portugués● Organizar de acuerdo con: objetivo, diseño, métodos,

resultados y conclusiones● No utilizar abreviaturas ni citar referencias● Palabras clave en español, inglés y portugés● Los términos deberán corresponder a las palabras

publicadas en el medical subject headings de index medicus

3. Investigación● Describir las guías éticas seguidas para los estudios

realizados en humanos o animales. Citar la aprobación de los comités institucionales de investigación y ética

● Describir los métodos estadísticos utilizados● Omitir nombres, iniciales o números de expediente

de los pacientes estudiados● Identificar drogas y químicos utilizados por su nombre

genérico

4. Referencias● Citar las referencias de acuerdo con el orden de

aparición en el texto, utilizando números arábigos en forma consecutiva

● Las abreviaturas de las publicaciones deben ser las oficiales y estar de acuerdo con las utilizadas en el index medicus

ArtículoApellidos del autor e iniciales del nombre -cada autor se separa por una coma y espacio-. Título del artículo:

subtítulo. Nombre de la publicación abreviado. Año de publicación; Volumen (número): págs.

Piazza M, Fiestas F. Prevalencia anual de trastornos y uso de servicios de salud mental en el Perú: resultados del Estudio mundial de salud mental, 2005. Med Exp Salud Pública. 2014;31(1):30-8.

Sólo la primera palabra del título y los nombres propios van en mayúscula. Se enlistan sólo los primeros seis au-tores; si son más se usa el término et al. Si la publicación tiene folios continuos en todos sus números, se puede omitir el mes y el número.

Organización como autorDivisión Técnica de Información Estadística en Salud. El imss en cifras. La salud de los adolescentes. Rev Med Inst Mex Seguro Soc. 2008;46(1):91-100.

Número con suplementoVillalpando S, Shamha-Levy T, Rojas R, Aguilar-Salinas CA. Trends for type 2 Diabetes and other cardiovascular risk factor in Mexico from 1993-2006. Salud Pública Méx. 2012;52(Supl 1):S72-9.

LibroApellido del autor/editor/o compilador, Iniciales. Título del libro. Número de edición [de no ser la primera]. Lugar de publicación: Editorial; año.

Hernández TI, Hamui SL, Navarro GAM, Valencia IY. Comunicación médico-paciente en Medicina Fa-miliar. México: Editorial Prado/Universidad Nacional Autónoma de México; 2013.

nota: sólo la primera palabra del título y los nombres propios van con mayúscula.

Capítulo de libroApellido del autor Iniciales del nombre. Título del ca-pítulo. En: Apellido del editor, editor. Título del libro. Número de edición [de no ser la primera]. Lugar de publicación: Editorial; año. Páginas del capítulo.

Ruiz HB, Reyes MH, Estrada OC, Sánchez LL, Pe-drote NB, Vargas AL, et al. La medicina familiar en el Instituto Mexicano del Seguro Social: fortalezas y debilidades actuales. En: García PC, Onofre LM, Vázquez F, editores. La medicina familiar en los albores del siglo XXI. Temas y debates. México: IMSS; 2006. 43-55.

Artículos en InternetApellido del autor Iniciales del nombre. Título del artículo. Nombre abreviado de la publicación digital [In-ternet]. Año de publicación mes día;Volumen Número: [citado Año Mes Día]. Disponible en: url.

Méndez Sánchez M, Andrade Palos P, Peñaloza Gómez R. Prácticas parentales y capacidades y dificul-tades en preadolescentes. Revista Intercontinental de Psicología y Educación [Internet] 2013: [citado 2014 Dic 11] 15(1);99-118. Disponible en: http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=80225697007

Libro o monografía en InternetOrganización Panamericana de la Salud. Campus virtual de Salud Pública. Tipos de recursos educa-tivos [Internet] [citado 2011 Jun 12]. Disponible en: http://devserver.paho.org/virtualcampus/drupal/?q=node/17

Sitio de InternetNombre del sitio [Internet]; Lugar de publicación; Nombre del Autor, Editor u Organización que lo publica. [Actualizado Año Mes Día; citado Año Mes Día]. Disponible en: url.

nota: para cualquier otro caso no referido aquí favor de consultar la Librería Nacional de Medicina de los Institutos Nacionales de Salud (EU) en el siguiente vínculo: [http://www.nlm.nih.gov/bsd/uniform_re-quirements.html]

5. Cuadros● Revisar que la información contenida en los cuadros

no se repita con el texto o las figuras● Numerados de acuerdo con su orden de aparición

en el texto● El título de cada cuadro debe por sí solo explicar su con-

tenido y permitir correlacionarlo con el texto acotado

6. Figuras● Están consideradas como tales las fotografías, dibujos,

gráficas y esquemas● Citar las referencias, cuadros y figuras consecutiva-

mente y conforme aparezcan en el texto● Adjuntar los valores de gráficas y esquemas en ar-

chivo Excel

7. FotografíasDeben ser de excelente calidad, en formato digital ( jpg o tif ), con resolución mínima de 300 dpi y tamaño de 15 cm como mínimo; preferentemente a color.

8. Agradecimientos● Incluirlos si el artículo lo requiere● Extensión aproximada: 2 renglones

III. Extensión de manuscritos● Artículos originales hasta 3,000 palabras en total● Artículo de revisión 1,500 palabras● Caso clínico (estudio de salud familiar) 3,500 palabras● Temas de interés 1,500 palabras● Identifique el caso 500 palabras● Cartas al editor 500 palabras

IV. Procedimiento para la selección de artículosLos textos recibidos se someterán a dictamen por pares académicos bajo la modalidad de doble ciego, a fin de ga-rantizar una selección imparcial de los artículos publicados.Una vez hecho el dictamen se informará al autor y se continuará el proceso de acuerdo con el resultado:● El artículo fue aceptado y se publicará con modifica-

ciones mínimas o de estilo● El artículo es susceptible de ser publicado si se reali-

zan los cambios que señalen los dictaminadores y/o el editor, con la finalidad de completar o aclarar el proceso metodológico de la investigación

● El artículo es rechazado, en cuyo caso se harán las explicaciones u observaciones pertinentes a su autor

De existir controversias entre los dictaminadores respecto a la publicación, los miembros del Comité determinarán el resultado final.

V. Cesión de derechosEl responsable de la publicación deberá escribir a [email protected] para solicitar los siguientes formatos:● Carta de transferencia de derechos a favor de Aten-

ción Familiar● Formulario de no conflicto de intereses● Adendum del comité de ética (copia de la aprobación

por el comité de ética correspondiente); mismos que deberán ser debidamente llenados y firmados por todos los autores del artículo

También deberá confirmar que tiene el permiso escrito de todas las personas a las que se ofrezca reconocimien-to y sean mencionadas en el artículo.

Instrucciones para los autores

Atención Familiar is the organ of scientific diffusion of the Family Medicine Subdivision, Division of Graduate Studies, Faculty of Medicine, of the National Autonomous University of Mexico, unam. With a quar-terly periodicity, the texts are addressed to the medical community, in particular to Family Physicians; all texts should be based on original research and analysis of issues relevant to the primary care level.Also, it does extend the invitation to publish to other specialists, such as doctors in the fields of Geriatrics, Pediatrics, Internal medicine, and other health specialists that may address issues of prevention and promotion, provided that they are treated from a general point of view and adhere to the characteristics which are further described.

I. RequirementsThe proposed articles must comply with the following characteristics:● Original and unpublished articles that are not postulat-

ed to be published simultaneously in another magazine● Prepared according to the model of the International

Committee of Medical Journal Editors (icmje) that can be revised at [www.icmje.org].

II. Format1. Cover● Title. Limit: 15 words. Do not use abbreviations● Short title: Limit: 8 words● Authors: include first and second names, initials, if the

case, names of all authors, as well as the name and loca-tion of the department or institution of their filiation

● Correspondence: include address, telephone number and email address of the author responsible for the publication

2. Summary● Length: 200 words approximately● In Spanish, English and Portuguese● Organize according to objective, design, methods,

results and conclusions● Do not use abbreviations or cite references● Key words in Spanish, English and Portuguese● The terms must correspond to the words published

in the medical subject headings from index medicus

3. Research● Describe the ethical followed guidelines of studies in

humans or animals. Quote approval of the institu-tional research and ethics committees

● Describe the statistical methods used● Omit names, initials, or file numbers of the studied

patients● Identify drugs or chemicals used by their generic name

4. References● Quote references according to their order of appear-

ance in the text, using Arabic numbers consecutively● If using abbreviations, they should be the official ones

and according to the index medicus

ArticleLast name and initials of the author’s name -each author’s name should be separated by a comma and space-. Article title: subtitle. Name of the publication abbreviated. Year of publication; Volume (number): pp.

Piazza M, Fiestas F. Prevalencia anual de trastornos y uso de servicios de salud mental en el Perú: resultados

del Estudio mundial de salud mental, 2005. Med Exp Salud Pública. 2014;31(1):30-8.

In Spanish, only the first word of the title and proper names are capitalized. Only six authors are listed: if there are more the et al term is used. If the publication has continuous numbering in all their numbers, you can omit the month and the number.

Organization as authorDivisión Técnica de Información Estadística en Salud. El imss en cifras. La salud de los adolescentes. Rev Med Inst Mex Seguro Soc. 2008;46(1):91-100.

Supplement numberVillalpando S, Shamha-Levy T, Rojas R, Aguilar-Salinas CA. Trends for type 2 Diabetes and other cardiovascular risk factor in Mexico from 1993-2006. Salud Pública Méx. 2012;52(Supl 1):S72-9.

BookAuthor’s last name/editor/ or compiler, Initials, Book title. Number of edition [if it is not the first]. Place of publication: Editorial or Publisher; year.

Hernández TI, Hamui SL, Navarro GAM, Valencia IY. Comunicación médico-paciente en Medicina Fa-miliar. México: Editorial Prado/Universidad Nacional Autónoma de México; 2013.

note: in Spanish, only the first word of the title and proper nouns are capitalized.

Chapter of a bookAuthor’s last name, First name Initials. Title of the chapter. In: Last name of the editor, editor. Title of the book. Number of editions [if it is not the first edition]. Place of publication: Publisher; year. Pages of the chapter.

Ruiz HB, Reyes MH, Estrada OC, Sánchez LL, Pe-drote NB, Vargas AL, et al. La medicina familiar en el Instituto Mexicano del Seguro Social: fortalezas y debilidades actuales. En: García PC, Onofre LM, Vázquez F, editores. La medicina familiar en los albores del siglo XXI. Temas y debates. México: IMSS; 2006. 43-55.

Articles on the InternetAuthor’s last name first name initial. Title of the article. Abbreviated name of the digital publication [Internet]. Year, month, day of publication; Volume number: [approximate number of windows]. Available at: url.

Méndez Sánchez M, Andrade Palos P, Peñaloza Gómez R. Prácticas parentales y capacidades y dificul-tades en preadolescentes. Revista Intercontinental de Psicología y Educación [Internet] 2013: [citado 2014 Dic 11] 15(1);99-118. Disponible en: http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=80225697007

Book or monograph on the InternetOrganización Panamericana de la Salud. Campus virtual de Salud Pública. Tipos de recursos educa-tivos [Internet] [citado 2011 Jun 12]. Disponible en: http://devserver.paho.org/virtualcampus/drupal/?q=node/17

Web siteName of the Web site [Internet]; Place of publication; Author’s name, Publisher or Organization that publishes it. [Updated Date Year Month Day; quoted Year Month Day. Available at: url.

note: for any other cases not mentioned here please consult the National Library of Medicine-National Institutes of Health (US) at the following link: [http://www.nlm.nih.gov/bsd/uniform_requirements.html]

5. Charts● Check that the included information in the charts will

not be repeated in the texts or pictures● Numbered according to their order of appearance

in the text● The title of each chart must, by itself, explain its con-

tents and allow correlating it with the enclosed text

6. Figures● These are photographs, drawings, graphs, and dia-

grams● Quote references, tables and figures consecutively as

they appear in the text● Enclose graphs and diagram’s values in Excel file

7. PicturesThey must be of excellent quality, in digital format (jpg or tif), with a minimum resolution of 300 dpi and minimum size of 15 cm; preferably color.

8. Acknowledgements● Include them (if the article requires it)● Approximate length: 2 lines

III. Length of manuscripts● Original articles up to 3,000 words● Reviewed article 1,500 words● Clinic report (family health study) 3,500 words● Topics of interest 1,500 words● Identify the case 500 words● Letters to the editor 500 words

IV. Procedure for the selection of articlesThe received texts will undergo opinion by academic peers in the form of double-blind, in order to ensure a fair selection of the published articles.Once they reach an opinion, the author will be informed and the process will continue according to the result:● The article was accepted and it will be published with

minimal modifications or style modifications● The article is likely to be published if changes are

made according to the reviewers and/or editor, in order to complete or clarify the methodological research process

● The article was rejected; in this case the author will receive the relevant explanations or observations

If there is controversy between reviewers regarding the publication, members of the Committee will determine the final outcome.

V. Assignment of copyrightThe owner of the investigation should write to [email protected] to request

the following forms:● Copyright transfer letter in favor of Atención Familiar● No conflict of interest form● Ethics committee addendum (copy of the approval

by the ethics committee concerned); which must be completed and signed by all authors of the article

Authors should also confirm that they have written permission from all persons who provide recognition and are mentioned in the article.

Instructions for Authors

Original Articles Artigos originaisPodiatric Disorders, Risk of Falls and Pain in the Elderly

Stress and Depression Associated with Non-Adherence to Treatment in Patients with Diabetes Mellitus Type 2

Prevalence of Therapeutic Adherence in Hypertensive Patients with the Use of the Martin-Bayarre-GrauQuestionnaire

Prevalence of Depression and Dyslipidemia in a Group of Obese Mexican Adolescents

Intergenerational Conflicts with Grandmothers as Child Care Providers of a Family Medicine Unit in Mexico City

Desordens podiátricos, dor e risco de quedas em idosos

Estresse e depressão associada a não-adesão aotratamento em pacientes com Diabetes Mellitus tipo 2

Prevalência de aderência terapêutica em pacienteshipertensos com o uso do questionárioMartin-Bayarre-Grau

Prevalência de depressão e dislipidemia em um grupode adolescentes obesos mexicano

Conflitos Inter geracionais em avós cuidadoras uma clínica de medicina familiar na Cidade do México

Scientific Journal of the Family MedicineCorpo de divulgação científica de medicina familiar

División de Estudios de Posgrado, Facultad de Medicina, Universidad Nacional Autónoma de México

Aten. Fam. Volume 23 no. 2 april-june, 2016Aten. Fam. Volume 23 no. 2 abril-junho, 2016

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