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CONSEJO NACIONAL DE CIENCIA Y TECNOLOGIA –CONCYT-
SECRETARIA NACIONAL DE CIENCIA Y TECNOLOGIA-SENACYT-
FONDO NACIONAL DE CIENCIA Y TECNOLOGIA -FONACYT-
CENTRO DE ESTUDIOS URBANOS Y REGIONALES
UNIVERSIDAD DE SAN CARLOS DE GUATEMALA
INFORME FINAL
EVALUACIÓN DE LOS INDICADORES DE VULNERABILIDAD SOCIAL ANTE EL
CAMBIO CLIMÁTICO EN ÁREAS URBANAS DE GUATEMALA
PROYECTO FODECYT No. 022-2011
AMANDA MORÁN MÉRIDA
Investigadora Principal
GUATEMALA, MAYO DE 2013
ii
AGRADECIMIENTOS:
La realización de este trabajo, ha sido posible gracias al apoyo financiero dentro del Fondo
Nacional de Ciencia y Tecnología, -FONACYT-, otorgado por la Secretaría Nacional de Ciencia
y Tecnología -SENACYT- y al Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología -CONCYT-.
iii
EQUIPO DE INVESTIGACIÓN
Investigadora Principal: Dra. Amanda Morán Mérida
Investigadora Asociada: Msc. Adelaida Herrera López
Asistente de Investigación: Br. David Sánchez Calvo
Equipo de Apoyo
Ing. Agr. Fausto Fajardo
Lic. Manuel Castellanos
iv
TABLA DE CONTENIDOS
RESUMEN x
SUMMARY xi
PARTE I
I.1 INTRODUCCIÓN 12
I.2 PLANTEAMIENTO DEL PROBLEMA 14 I.2.1 Antecedentes en Guatemala 14
I.2.2 Justificación del trabajo de investigación 16
I.3 OBJETIVOS E HIPOTESIS 18
I.3.1 Objetivos 18
I.3.1.1 General 18
I.3.1.2 Específicos 18
I.3.2 Hipótesis 18
I.4 METODOLOGIA 19
I.4.1 Estrategia Metodológica 19
I.4.2 Ámbito geográfico 19
I.4.3 Indicadores y Variables 19
I.4.3.1 Índice de Marginación 20
I.4.4 Identificación de desastres por ámbito geográfico 21
I.4.5 Construcción de bases de datos 21
I.4.6 Construcción de índices de vulnerabilidad 22
I.4.7 Elaboración de mapas de vulnerabilidad 25
I.4.8 Focalización de Riesgo en 3 áreas seleccionadas 25
I.4.9 Evaluación de indicadores 26
PARTE II
MARCO TEÓRICO 27
II.1 Cambio climático y crecimiento de áreas urbanas 27
II.1.1 Mitigación y adaptación al cambio climático 31
II.2 El riesgo asociado a desastres: vulnerabilidad y amenazas 33
II.2.1 La vulnerabilidad en las áreas urbanas 33
II.2.2 Las amenazas por fenómenos hidrometeorológicos 35
II.3 La gestión de riesgos 37
II.4 Proceso de urbanización en Guatemala 38
II.5 Ordenamiento territorial y Políticas de suelo urbano 39
II.6 Marco regulatorio urbano y para la protección ambiental 41
II.6. Regulaciones para enfrentar efectos del cambio climático 43
PARTE III
III. RESULTADOS 46
III.1 Indicadores de vulnerabilidad ante el cambio climático 46
III.1.1 Indicadores demográficos 48
v
III.1.1 Tamaño de población 48
III.1.1.2 Densidad de población 50
III.1.1.3 Grado de urbanización 55
III.1.1.4 Indicadores de riesgo 56
III.1.1.5 Desastres por fenómenos hidrometeorológicos 56
III.1.1.6 Huracán Mitch 58
III.1.1.7 Huracán Stan 59
III.1.1.8 Tormenta Tropical Agatha 60
III.2 Fenómenos Hidrometerológicos analizados 61
III.2.2 Desastres en las regiones 63
III.2.3 Desastres en los departamentos 67
III.2.4 Desastres en los municipios 71
III.3 Índices de Vulnerabilidad en regiones, departamentos y municipios 73
III.3.1 Índices de Vulnerabilidad en áreas urbana de los departamentos 74
III.3.2 Índices de Vulnerabilidad en áreas urbanas de los municipios 76
III.4 Tres escenarios de vulnerabilidad urbana 79
III.4.1 La construcción de la vulnerabilidad en Escuintla 79
III.4.1.1 Características generales del municipio 79
III.4.1.2 Identificación de áreas de riego 82
III.4.1.2.1 Casco central 84
III.4.1.2.2 Subcuenca Río Marroquín 85
III.4.1.2.3 Subcuenca Río Concepción 86
III.4.1.2.4 Subcuenca Río Mixtate 87
III.4.1.2.5 Sucuenca Río Michatoya 89
III.4.2 La construcción de la vulnerabilidad en Chimaltenango 89
III.4.2.1 Características generales del municipio 89
III.4.2.2 Identificación de áreas de riesgo 91
III.4.2.2.1 Zona 1 94
III.4.2.2.2 Zona 2 95
III.4.2.2.3 Zona 3 95
III.4.2.2.4 Zona 4 96
III.4.3 La construcción de la vulnerabilidad en Villa Nueva 97
III.4.3.1 Características generales del municipio 97
III.4.3.2 Identificación de áreas de riego 99
III.4.3.2.1 Subcuenca del Río Platanitos 103
III.4.3.2.2. Riberas del Río Villalobos 103
III.5 Proceso de Urbanización y gestión ambiental de las tres áreas 106
III.5.1 El proceso de urbanización 106
III.5.2 Gestión municipal 110
III.5.2.1 Dotación de servicios municipales 111
III.5.2.1.1 Red de drenajes 111
III.5.2.1.2 Disposición y tratamiento de desechos sólidos 112
III.6 Discusión de Resultados 115
vi
PARTE IV.
IV.1 CONCLUSIONES 116
IV.2 RECOMENDACIONES 120
IV.3 REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS 122
PARTE V
V.1 INFORME FINANCIERO
vii
ÍNDICE DE CUADROS
Cuadro 1. Tipos de adaptación al cambio climático 32
Cuadro 2. Estructura de la población urbana de municipios. 2002 y 2012 49
Cuadro 3. Población y densidad de Región Metropolitana y Región Petén. Año 2012 51
Cuadro 4. Población y densidad de población de la Región Norte. Año 2012 51
Cuadro 5. Población y densidad de población departamentos de la Región Suroccidente.
Año 2012 52
Cuadro 6. Población extensión territorial y densidad de población departamentos de la
Región Noroccidente. Año 2012 53
Cuadro 7. Población y densidad de población departamentos de la Región Central.
Año 2012 53
Cuadro 8. Población, extensión territorial y densidad de población departamentos de la
Región Suroriente. Año 2012 54
Cuadro 9.Población, extensión territorial y densidad de población departamentos de la
Región Nororiente. Año 2012 54
Cuadro 10. Grado de urbanización en regiones. 2002-2012 56
Cuadro 11. Daños en viviendas ocasionados por Huracán Stan 60
Cuadro 12. Desastres por fenómenos hidrometeorológicos en Guatemala.
Áreas urbanas y rurales 1998-2010 62
Cuadro 13. Impacto en la población afectada por fenómenos hidrometorológicos.
Áreas urbanas y rurales 62
Cuadro 14. Número de damnificados por tipo de evento en las áreas urbanas de las
regiones. 1998-2010 66
Cuadro 15. Viviendas destruidas por tipo de evento en las áreas urbanas de
las regiones. 1998-2010 66
Cuadro 16. Número de desastres por fenómenos hidrometeorológicos en áreas
urbanas departamentos de Guatemala 1998-2010 68
Cuadro 17. Impacto de los desastres en la población de los departamentos.
1998-2010. Áreas Urbanas. 69
Cuadro 18. Viviendas afectadas y destruidas por desastres hidrometeorológicos.
1998-2010. Áreas urbanas de los departamentos. 70
Cuadro 19. Frecuencia por tipo de desastres en municipios 72
Cuadro 20. Caracterización de los índices de vulnerabilidad 74
Cuadro 21. Índices de vulnerabilidad urbana de los departamentos 75
Cuadro 22. Municipios con muy alto y alto índice de vulnerabilidad en áreas urbanas 76
Cuadro 23. Índice de vulnerabilidad de municipios 76
Cuadro 24. Municipios con índice de vulnerabilidad media en áreas urbanas 77
Cuadro 25. Desastres por fenómenos hidrometeorológicos en áreas urbanas de
Escuintla 1998-2010 82
Cuadro 26. Asentamientos precarios afectados por Huracán Mitch en Villa Nueva 100
Cuadro 27. Desastres por fenómenos hidrometeorológicos en áreas urbanas de
Villa Nueva. 1998-2010 101
Cuadro No.28. Transferencia Constitucional de los municipios de Villa Nueva,
Escuintla y Chimaltenango al año 2012 111
viii
LISTADO DE GRÁFICAS
Grafica 1. Densidad poblacional de regiones de Guatemala año 2002-2012 50
Gráfica 2. Densidad poblacional de municipios año 2002 55
Gráfica 3. Desastres por fenómenos hidrometeorológicos en áreas urbanas de las regiones.
En porcentajes. 1998-2010 64
Gráfica 4. Número de desastres por año en áreas urbanas de Chimaltenango 92
Gráfica No.5. Población urbana de los municipios de Villa Nueva, Escuintla y
Chimaltenango. Años 1994 – 2012 107
Gráfica 6. Grado de urbanización de los municipios de Villa Nueva, Escuintla y
Chimaltenango. 1981-2012 108
Gráfica 7. Densidad poblacional de los municipios de Villa Nueva, Escuintla y
Chimaltenango. Año 2012 109
Gráfica 8. Materiales predominantes en la construcción de viviendas.
Municipios de Villa Nueva Escuintla y Chimaltenango 110
Gráfica 9. Servicios de drenaje en los municipios
Escuintla, Villa Nueva y Chimaltenango 112
Gráfica 10. Disposición de desechos domésticos
Los municipios Villa Nueva Escuintla y Chimaltenango 113
Grafica 11. Desastres ocurridos en Chimaltenango Villa Nueva y Escuintla 114
ÍNDICE DE MAPAS
Mapa 1. Lugares poblados urbanos afectados por inundación 63
Mapa 2. Deslizamientos ocurridos en lugares poblados urbanos 1998-2010 65
Mapa 3: Impacto de desastres por regiones 67
Mapa 4. Impacto de desastres por departamentos 71
Mapa 5. Municipios afectados por desastres hidrometeorológicos 72
Mapa 6: Índices de vulnerabilidad urbana en los departamentos 75
Mapa 7. Índice de vulnerabilidad en áreas urbanas de los municipios 78
Mapa 8. Localización geográfica de desastres en Ciudad de Escuintla 1998-2010 83
Mapa 9. Áreas vulnerables a inundaciones. Ciudad de Escuintla 84
Mapa 10. Localización cartográfica de desastres. Chimaltenango. 1998-2010 93
Mapa 11. Localización geográfica de desastres en áreas urbanas de Villa Nueva 102
Mapa 12. Ubicación geográfica de las tres áreas de estudio 106
ix
ÍNDICE DE FOTOGRAFÍAS
Fotografías 1y 2. Mostrando inadecuada disposición de desechos sólidos y tragantes en
el casco central de la ciudad de Escuintla. 85
Fotografías 3 y 4: Desfogue de drenajes en el área de subcuenca del río Marroquín 85
Fotografías 5 y 6: Ribera del río Marroquín 86
Fotografías 7 y 8: Riberas del río Concepción 87
Fotografías 9 y 10: Acumulación de desechos sólidos en el río Mixtate 88
Fotografías 11 y 12: Riberas del río Mixtate 88
Fotografías 13 y 14. Camión vertiendo desechos sólidos en la subcuenca Michatoya 89
Fotografías 15 y 16: mostrando tipo de suelo y socavamientos. 95
Foto 17: Alcantarillado cubierto de desechos sólidos 95
Fotografías 18 y 19: mostrando bajas densidades en la zona 4 96
Fotografías 20 y 21: Asentamientos precarios del área 103
Fotografías 22 y 23: acumulación de desechos sólidos en las riberas del río Platanitos 104
Fotografías 24 y 25: desfogue de drenajes de viviendas e industrias hacia el río. 104
Fotografía 26: camiones extrayendo arena del río Villalobos. 105
Fotografías 27 y 28: mostrando muros de contención y erosión de laderas del río. 105
x
RESUMEN
La investigación analiza la vulnerabilidad ante las amenazas hidrometeorológicas de las
áreas urbanas de Guatemala, vinculada al proceso de urbanización y a los efectos del cambio
climático. Se identifican a través de indicadores sociales, demográficos y la frecuencia e
intensidad de los desastres ocurridos, las áreas urbanas con mayores índices de vulnerabilidad.
El ámbito geográfico abarca a las áreas urbanas de todo el país en una primera etapa en donde
se construyeron índices de vulnerabilidad a nivel de las regiones, departamentos y municipios,
En la segunda etapa, el estudio se focaliza en tres áreas urbanas densamente pobladas y afectadas
por desastres de origen hidrometeorológico ocurridos en el periodo 1998-2010: el huracán
Mitch, el huracán Stan y la tormenta tropical Agatha. Las ciudades seleccionadas bajo estos
criterios fueron Villa Nueva, Chimaltenango y Escuintla.
Se evidenció que en estas ciudades como consecuencia de una expansión urbana rápida
y sin planificación han proliferado asentamientos habitacionales formales e informales
localizados en suelos inseguros, con viviendas inadecuadas y carencia de saneamiento básico.
Presentan también problemas ambientales en la disposición de desechos sólidos y líquidos que
causan gran contaminación a las fuentes de agua. Por otra parte es manifiesta la debilidad
municipal en la regulación del crecimiento urbano y la carencia de instrumentos de
planificación.
Se concluye que los desastres de tipo hidrometeorológico se han concentrado en las áreas
urbanas de mayor tamaño las que presentan altos índices de vulnerabilidad. Las
recomendaciones se orientan hacia los lineamientos de una gestión municipal dirigida a la
prevención de riesgos.
xi
SUMMARY
The research analyzes the vulnerability due to hidrometeorological hazards on urban areas of
Guatemala, linked to urbanization and climate change impacts. Urban areas with higher rates of
vulnerability are identified throught social indicators, demographics and the frequency and
intensity of disasters. The geographical scope covers urban areas across the country at an early
stage where vulnerability indices were constructed at the level of regions, departments and
municipalities, in the second stage, the study focuses on three densely populated urban areas
and affected hydrometeorological disasters that occurred in the period 1998-2010: hurricane
Mitch, Hurricane Stan and Tropical Storm Agatha. The cities selected under these criteria were
Villa Nueva, Chimaltenango, and Escuintla.
It was evident that in these cities as a result of rapid urban expansion and unplanned settlements
have proliferated formal and informal housing located in unsafe floors, with inadequate housing
and lack of basic sanitation. Also present environmental problems in the disposal of solid and
liquid wastes that cause pollution to water sources. Moreover municipal weakness is manifested
in the regulation of urban growth and lack of planning.
We concluded that type of hydrometeorological disasters have focused on larger urban areas
that have high rates of vulnerability. The recommendations are aimed at the basic guidelines of
a municipal management aimed at preventing risks.
12
PARTE I
I.1 INTRODUCCIÓN
Guatemala es un país vulnerable a diversos fenómenos naturales. Una de las principales
vulnerabilidades se refiere a su localización, ubicado en la intersección de 5 placas tectónicas
principales: Norteamericana, Cocos, Caribe, Nazca y Panameño, en donde existen numerosos
sistemas activos de fallas locales y regionales, por lo que su población se ve expuesta a los
posibles efectos devastadores de la actividad sísmica y volcánica. Otros fenómenos asociados a
amenazas hidrometeorológicas tales como huracanes, tormentas tropicales y lluvias intensas,
también son consecuencia de su localización. Los fenómenos hidrometeorológicos provocan
sequías, inundaciones y deslizamientos que han causado a lo largo de la historia un gran daño
en vidas humanas y costos económicos.
Otro factor importante a tomar en cuenta, como lo han afirmado muchos expertos en
cambio climático, es la tendencia creciente de los eventos extremos y la probabilidad que las
altas temperaturas y las fuertes precipitaciones sean aún más frecuentes. De igual manera,
Gellert (2003:61) menciona que las inundaciones, deslizamientos son en Guatemala las
manifestaciones de riesgo más frecuentes y la suma de sus impactos sobrepasa
considerablemente los que deja un desastre de gran magnitud. Además los eventos extremos de
lluvias impactan directamente a la población afectada y a las actividades productivas al
provocar daños a equipamientos e infraestructura, como lo evidencian los desastres ocurridos
en las dos últimas décadas.
En ese contexto la presente investigación plantea el estudio de la vulnerabilidad ante los
desastres de origen hidrometeorológico y su impacto en las áreas urbanas de Guatemala,
tomando en cuenta que el país es uno de los más vulnerables ante la variabilidad del clima por
efectos del cambio climático en América Latina. Los objetivos de la investigación se refieren a
13
identificar la situación de vulnerabilidad ante los fenómenos naturales en las áreas urbanas de
Guatemala por medio de distintos aspectos, entre ellos la densidad poblacional, los grados de
marginación y el tamaño de la población urbana. Por medio de estos indicadores generar índices
de vulnerabilidad por regiones, departamentos y municipios. Realizar un análisis focalizado en
tres áreas urbanas afectadas por los huracanes Mitch ocurrido en el año 1998, Stan en 2006 y la
tormenta tropical Agatha en 2010 y proponer lineamientos para programas de prevención y
mitigación.
Las áreas rurales y urbanas de Guatemala presentan altos indicadores de vulnerabilidad,
principalmente en aquellos sectores de población que viven en condiciones de vida deficientes,
sin infraestructura para la evacuación de aguas servidas, frágiles y deterioradas viviendas
asentadas en terrenos propensos a deslaves y deslizamientos, áreas deforestadas y carentes de
equipamiento social. En las áreas urbanas la ocupación y urbanización expansiva sin regulación
municipal han conducido a la degradación del suelo, fuentes de agua y cobertura vegetal, lo cual
ha ampliado en los últimos años la magnitud e intensidad de los fenómenos naturales e
incrementado los índices de vulnerabilidad. Otra situación relevante es la falta de programas de
prevención de desastres en el diseño de políticas públicas municipales, prevaleciendo la
ejecución de algunas medidas ante los desastres cuando éstos ya han ocurrido.
Los estudios realizados en el país relacionados con esta problemática han sido prolijos
tanto por expertos en el tema como a nivel institucional. Incluso se han definido zonas y mapas
de riesgo, no obstante no se han referido en específico a las áreas urbanas, vinculando el proceso
de urbanización y los efectos del cambio climático por las lluvias intensas, por lo que se
considera que este estudio constituirá un esfuerzo pionero en el tema de desastres en áreas
urbanas en Guatemala. La información obtenida también contribuirá al conocimiento de las
condiciones específicas de riesgo de las tres ciudades analizadas en el desarrollo de la
investigación.
14
I.2 PLANTEAMIENTO DEL PROBLEMA
I.2.1 Antecedentes en Guatemala
Los estudios que se han realizado relacionados con la gestión de riesgo y la
vulnerabilidad ante los eventos naturales en Guatemala, datan de la década de los años noventa,
periodo en el cual este tema comienza a ser abordado de manera específica. Uno de dichos
estudios fue cofinanciado por la Dirección General de Investigación –DIGI- en el año 1993,
denominado “Análisis de vulnerabilidad física para la prevención de desastres en la ciudad de
Guatemala” (Gándara, 1993). Aquí se hace un análisis global de los riesgos a que está expuesto
el territorio nacional. Basándose en una revisión hemerográfica de los años 1976 a 1992, se
cuantifican los eventos de tipo hidrometeorológicos que provocaron inundaciones,
deslizamientos y derrumbes.
El tema de los desastres en Guatemala también ha sido desarrollado a través de diversos
estudios realizados por Gisela Gellert entre los que se encuentran: “Atención de desastres en
Guatemala” (Gellert, 1996), en donde se compara la situación de prevención, mitigación y
atención de desastres en distintos países de América Latina. Para el caso de Guatemala la autora
concluye que en nuestro país no hay un desarrollo institucional para enfrentar los desastres
naturales, actuando únicamente en casos de emergencia cuando éstos ya han ocurrido. En este
estudio se hace una breve reseña de los desastres de mayor magnitud que han ocurrido en el
territorio nacional. La vulnerabilidad económica y social de la población de menores recursos
es objeto de un análisis más puntual a lo largo del documento.
Una importante iniciativa realizada para compensar la falta de información sobre los
eventos de desastres en el país fue la creación de la base de datos del proyecto DesInventar que
registra todo tipo de evento dañino suscitado en los lugares poblados desde el año 1988 al año
2010. El proyecto es una iniciativa de la Red de Estudios Sociales en Prevención de Desastres
en América Latina –LA RED- que permite la ubicación geográfica, el impacto, la temporalidad,
el tipo de desastre, las pérdidas y daños a la población, en nueve países de América Latina. En
Guatemala a través de la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales, la base de datos se
encuentra bajo la responsabilidad de la geógrafa Gisela Gellert. En su estudio más reciente
15
denominado: La comprensión del riesgo a desastres y sus manifestaciones en Guatemala
(Gellert, 2003) contenido en el libro “La trama y el drama de los riesgos a desastres”, se refiere
a los distintos factores que componen los desastres, es decir las amenazas y la vulnerabilidad.
Describe el escenario de multiamenazas que afectan a Guatemala y analiza los resultados a partir
de los datos registrados en la base de datos Desinventar durante el periodo 1988-2000.
A partir del huracán Mitch en el año 1998, se iniciaron estudios que incluyen el concepto
de gestión de riesgos, que abarca la prevención, y la mitigación de amenazas como una estrategia
de intervención para la reducción de los desastres. Las Naciones Unidas en el documento "El
Sistema de Naciones Unidas en Guatemala responde a los desafíos del huracán Mitch" (PNUD,
1999), describe la forma en que se enfrentaron los problemas ante el huracán. Se plantean
algunas líneas de acción para la emergencia, la rehabilitación y la reconstrucción de
infraestructura, la reactivación socioeconómica, así como para la disminución de los factores
estructurales de riesgo y la organización nacional y local para prevenir y enfrentar las situaciones
de emergencia. Otros desastres, como el Huracán Stan, la tormenta tropical Agatha también
han sido objeto de estudios y evaluaciones, principalmente impulsados por la Secretaria de
Planificación de la Presidencia SEGEPLAN.
Por otra parte, el Centro de Estudios Urbanos y Regionales de la Universidad de San
Carlos y la Dirección General de Investigación, auspiciaron en el año 2000, la investigación
“Los desastres en las áreas precarias: pobreza y vulnerabilidad” (Morán, 2000), coordinado por
la ponente del presente estudio, en donde se analiza la vulnerabilidad física y social de los
asentamientos precarios en la ciudad de Guatemala. Se realizó un inventario y evaluación del
riesgo a desastres en los asentamientos precarios, definiendo tipologías o clasificaciones básicas
de las áreas según el tipo de riesgo físico a que están expuestas. A partir de ello, se elaboraron
diagnósticos específicos de algunas áreas representativas.
La más reciente publicación “Perfil Ambiental de Guatemala 2010-2012” (IARNA-
URL, 2012) tiene como eje de análisis la vulnerabilidad local y la creciente construcción de
riesgo, en los contextos sociopolítico y económico del país. Presenta abundante información
16
cuantificada sobre los problemas ambientales y los desafíos ante el cambio climático y la
persistente degradación del ambiente.
En el nivel institucional se han realizado estudios, propuestas y legislación relativas al
Cambio Climático (SEGEPLAN, 2005; PNUD, 2009; Ministerio de Ambiente y Recursos
Naturales, 2009) enfocados en el impacto en las amenazas para el país, el cambio climático y la
necesidad de una política de manejo de desastres. En el año 2009 se promulga la Política
Nacional del Cambio Climático (Acuerdo Gubernativo 329-2009) con el principal objetivo que
el Estado de Guatemala, a través del Gobierno Central, las municipalidades, la sociedad civil
organizada y la ciudadanía en general, adopten prácticas de prevención de riesgo, reducción de
la vulnerabilidad y mejora de la adaptación al cambio climático, y contribuir así a la reducción
de emisiones de gases de efecto invernadero en el territorio.
I.2.2 Justificación del trabajo de investigación
En las últimas décadas, la vulnerabilidad ante los impactos del cambio climático ha
aumentado dramáticamente en Guatemala. En el caso de las áreas urbanas como consecuencia
de una expansión urbana rápida y sin planificación han proliferado asentamientos precarios y
colonias informales en las principales ciudades localizados en suelos inseguros y con viviendas
inadecuadas y carencia de saneamiento básico. Por otra parte es manifiesta la falta de regulación
del crecimiento urbano en algunos municipios y la carencia de planes de ordenamiento
territorial. Estas áreas se han visto afectadas cuando se producen fenómenos
hidrometeorológicos extremos con inundaciones, deslaves, destrucción de infraestructura y
vivienda. El riesgo se ha visto incrementado con la ausencia de acciones de planeación,
prevención y mitigación para áreas vulnerables.
El cuarto informe de la comisión de expertos en cambio climático (IPCC, 2007) señaló
una tendencia creciente en los eventos extremos y consideró probable que las altas temperaturas
y las fuertes precipitaciones sean aún más frecuentes. De igual manera, Gellert (2003:61)
menciona que las inundaciones, deslizamientos son en Guatemala las manifestaciones de riesgo
más frecuentes y la suma de sus impactos sobrepasa considerablemente los que deja un desastre
17
de gran magnitud. Además los eventos extremos de lluvias impactan directamente a la población
afectada pero también a las actividades productivas con el daño a equipamiento e infraestructura.
En Guatemala no se han hecho estudios que vinculen específicamente la vulnerabilidad
urbana, manifestada en el proceso de urbanización, con las amenazas por fenómenos naturales.
La mayoría de estudios realizados sobre el riesgo ante desastres se han enfocado en los efectos
de los desastres o en las vulnerabilidades, por lo que es importante contar con un estudio que
vincule estos dos aspectos del riesgo.
Por lo anterior, el estudio puede servir como base para implementar instrumentos de
desarrollo urbano con énfasis en la prevención y mitigación de desastres El impacto del cambio
climático recae sobre un territorio heterogéneo en aspectos sociales, económicos, históricos,
administrativos, culturales y demográficos. Esto hace necesario contar con la definición de áreas
homogéneas que permitan proponer instrumentos de intervención, sean éstos planes, estrategias,
acciones de mitigación, prevención, a partir de regionalizar las áreas vulnerables.
18
I.3 OBJETIVOS E HIPOTESIS
I.3.1 Objetivos
I.3.1.1 General:
Identificar y evaluar la vulnerabilidad social de las áreas urbanas de Guatemala ante el cambio
climático que permita proponer instrumentos de intervención.
I.3.1.2 Específicos
a) Evaluar los indicadores de vulnerabilidad social ante el Cambio Climático en áreas urbanas
de Guatemala.
b) Analizar la situación de vulnerabilidad urbana frente a las amenazas hidrometeorológicas en
Guatemala por medio de tres aspectos principales: Densidad poblacional, índice de marginación
y población urbana.
c) Generar mapas de vulnerabilidad urbana en las regiones, departamentos y municipios del
país.
d) Generar y evaluar los indicadores de vulnerabilidad por regiones, departamentos y
municipios.
e) Proponer lineamientos para programas de prevención y mitigación en tres áreas urbanas de
mayor vulnerabilidad afectadas por tormentas tropicales Mitch, Stan y Agatha.
f) Divulgar a las autoridades, actores sociales e instituciones en el campo de su competencia la
información obtenida de la investigación.
I.3.2 Hipótesis
La vulnerabilidad ante las amenazas hidrometerológicas en las áreas urbanas de
Guatemala se ha incrementado con el cambio climático lo que ha conformado regiones
vulnerables que pueden agruparse homogéneamente por niveles de riesgo como criterio para
proponer lineamientos de prevención y mitigación.
19
I.4 METODOLOGIA
I.4.1 Estrategia Metodológica
La metodología empleada se basó en el método inductivo, es decir se partió de un análisis
general hacia un análisis más profundo en las áreas urbanas con mayor vulnerabilidad. El estudio
se basa en un enfoque de tipo correlacional, en el que se mide el grado de relación que existe
entre la vulnerabilidad y las áreas urbanas en el contexto del cambio climático, es decir el grado
de relación entre estas dos variables (Hernández Sampieri, 1998).
I.4.2 Ámbito geográfico
El ámbito geográfico de la investigación abarcó a las áreas urbanas de todo el país en
una primera etapa y posteriormente se focaliza en las áreas urbanas identificadas con mayores
daños en los últimos desastres (Mitch, Stan , Agatha). El ámbito temporal del estudio cubre el
periodo 1998 (Mitch) al año 2010 (Agatha). La delimitación de las amenazas se circunscriben a
las de tipo hidrometeorológicas, es decir, huracanes, tormentas tropicales y lluvias intensas. La
información se obtuvo a través de la recopilación bibliográfica, institucional, hemerográfica,
trabajo de campo y entrevistas.
I.4.3 Indicadores y variables
1. Recopilación de información censal por lugares poblados del país.
2. Seleccionar y agrupar los lugares poblados urbanos del país, por tamaño de población.
Fuente: Datos censales Instituto Nacional de Estadística, XI Censo Nacional de
población y VI de habitación 2002,
3. Análisis de la vulnerabilidad en los lugares poblados urbanos del país.
Los principales indicadores tomados en cuenta fueron los siguientes:
20
Ámbito Indicadores Variables
Urbano
Índice de
Marginación IDM
Densidad
poblacional
Tamaño de la
población urbana y
grado de
urbanización
Intensidad y
frecuencia de los
desastres ocurridos
Condición de alfabetismo, nivel de instrucción,
disponibilidad de agua, saneamiento y electricidad,
calidad de las viviendas y hacinamiento; ruralidad y
dispersión.
Concentración – dispersión de la población.
Tamaño de la población, tasas de crecimiento
Tendencia de concentración urbana (densidad),
rango de tamaño de áreas urbanas y grado de
urbanización.
Número de inundaciones, deslizamientos,
tempestades, avenidas torrenciales.
Cantidad de muertos, heridos y damnificados.
Cantidad de viviendas destruidas o afectadas.
Fuente: Fodecyt 022-2011
I.4.3.1 Índice de Marginación (IDM)
El IDM permite identificar población y territorios con carencias de educación básicas,
inadecuadas condiciones de la vivienda y deficiencias en los servicios. Este índice fue
construido por SEGEPLAN en el año 2005, la fuente de información es el IX Censo Nacional
de Población 2002. El IDM identifica los territorios donde proporciones significativas de
población no cuentan con recursos básicos que les proporcionen la capacidad de respuesta y
recuperación ante un desastre. El IDM se construye por medio de ocho variables manifestadas
en porcentajes de la población total. Por medio de este índice es posible realizar un análisis
comparativo e integral en los distintos lugares poblados. La experiencia en otros países indica
que este índice se ha tomado en cuenta en los procesos de planeación y también como un criterio
para asignar recursos en los lugares con muy alta marginación. Tomando en cuenta que el ámbito
geográfico a estudiar es el urbano se vincularán también como indicadores aspectos
sociodemográficos tales como la densidad población, el tamaño de la población urbana y el
21
grado de urbanización de las áreas. Los indicadores IDM se filtrarán seleccionando únicamente
los correspondientes a las áreas urbanas.
I.4.4 Identificación de desastres por ámbito geográfico urbano
La identificación de desastres relacionados con fenómenos hidrometeorológicos se
realizó por medio de la información extraída de la base de datos del Proyecto DesInventar.
(http://online.desinventar.org). Esta base de datos contiene 2,094 registros que incluyen a áreas
urbanas y rurales. Para filtrar los eventos por amenazas hidrometeorológicas localizados en las
áreas urbanas del país se seleccionaron los lugares poblados con población mayor de 2000
habitantes urbanos, incluyendo a las 331 cabeceras municipales aunque éstas contaran con
menos habitantes.
Revisión y registro de daños y localización geográfica por los huracanes Mitch, Stan y
tormenta tropical Agatha. Por medio de revisión hemerográfica se obtuvo la información sobre
estos desastres y la localización en las áreas urbanas de los daños y población afectada.
Recopilación de información institucional vinculada al riesgo y desastres por fenómenos
hidrometeorológicos en el país (mapas, registros de eventos, áreas vulnerables) en la
Coordinadora Nacional para la Reducción de Desastres –CONRED-, Ministerio de Ambiente y
Recursos Naturales, la Unidad de Planificación Geográfica de Gestión de Riesgos del Ministerio
de Agricultura, Ganadería y Alimentación y la Secretaría de Planificación y Programación de la
Presidencia –SEGEPLAN-.
I.4.5 Construcción de bases de datos
La anterior información fue sistematizada en bases de datos, utilizando los indicadores más
representativos en los registros realizados que corresponden a todos los lugares poblados
considerados urbanos, ya sea porque se encuentran localizados dentro de las ciudades, o por el
tamaño de su población (mayores de dos mil habitantes). Los registros contienen la información
sobre vulnerabilidad y amenazas.
22
Bases de datos Contenido No. de registros
Ámbito
geográfico
Población Datos
ÍNDICE DE
MARGINACIÓN
Departamento,
municipio,
lugar poblado
urbana Indicadores
sociales
analfabetismo,
hacinamiento,
servicios básicos y
ruralidad-
urbanización
2144
PROYECTO
DESINVENTAR
Departamento,
municipio,
lugar poblado
urbana Eventos ocurridos
(avenida torrencial,
deslizamientos,
lluvia intensa,
tempestad,
huracán)
damnificados y
daños en
viviendas.
2156 eventos en
229 lugares
poblados urbanos
Fuente: Fodecyt 022-2011
I.4.6 Construcción de índices de vulnerabilidad
Para el diagnóstico de vulnerabilidad social se utilizaron índices (cualitativos) que
combinan los indicadores cuantitativos que evidencian la vulnerabilidad de la población frente
a eventos naturales extremos. La aplicación de índices permitió realizar una identificación de
la distribución geográfica de los distintos grados de vulnerabilidad social que poseen las
distintas unidades territoriales urbanas frente a amenazas específicas. Las áreas homogéneas
identificadas involucraran a diversas áreas urbanas que presentan muy alto, alto, medio, bajo o
muy bajo grado de vulnerabilidad.
Los índices se generaron con la siguiente metodología:
a. Se integraron las bases de datos del índice de Marginación –IDM- y la Desinventar las
que excluyen las áreas rurales.
23
b. Se utilizaron los indicadores del Índice de Marginación –IDM- de los lugares poblados
urbanos de los municipios, referidos a carencias de educación básica, inadecuadas
condiciones de la vivienda y deficiencias en los servicios.
c. Se agregaron los indicadores de concentración urbana de las áreas: densidad poblacional,
grado de urbanización y tamaño de la población urbana, definidos según los rangos
siguientes:
Grado de urbanización:
80-100 Muy alto 5
60-79 Alto 4
40-59 Medio 3
20-39 Bajo 2
0-19 Muy bajo 1
Densidad poblacional
Más de 500 Muy alto 5
200-499 Alto 4
100-199 Medio 3
50-99 Bajo 2
Menos de 49 Muy bajo 1
Tamaño de población urbana
Más de 50000 Muy alto 5
20000-49999 Alto 4
10000-19999 Medio 3
5000-9999 Bajo 2
Menos de 5000 Muy bajo 1
d. La frecuencia de desastres de tipo hidrometeorológico ocurridos en las áreas urbanas de
los municipios durante el periodo 1998-2010 generadas en la base de datos de
24
Desinventar fue categorizada por rangos. Los rangos definidos por número de desastres
ocurridos fueron los siguientes:
e. La intensidad se midió por medio del recuento de personas afectadas y la magnitud de
destrucción por los eventos ocurridos en los distintos municipios y fue categorizada por
rangos de la misma manera que la frecuencia. Se utilizaron los siguientes categorías:
ÍNDICES RANGOS POR POBLACIÓN AFECTADA
Fallecidos Desaparecidos Heridos Damnificados Afectados Evacuados
Muy alto Más de 50 Más de 44 Más de
39
Más de 1000 Más de
1000
Más de
1000
Alto 25-49 32-43 20-38 500-999 500-999 500-999
Medio 12-24 22-31 10-19 250-499 250-499 250-499
Bajo 6-11 11-21 5-9 125-249 125-249 125-249
Muy
Bajo
0-5 0-10 0-4 0-124 0-124 0-124
Fuente: Fodecyt 022-2011
f. Finalmente a partir del promedio de cada uno de los rangos de grado de marginación,
frecuencia de eventos, magnitud (personas afectadas), intensidad (destrucción), se
asignaron valores a través de los cuales se estableció un grado de vulnerabilidad dividido
en cinco categorías: muy bajo, bajo, medio, alto y muy alto grado de vulnerabilidad. La
construcción o generación de los índices permitió clasificar las distintas áreas urbanas
de acuerdo con su nivel de vulnerabilidad e identificar la distribución geográfica de los
distintos grados de vulnerabilidad social que poseen las distintas unidades territoriales
>27 muy alto 5
20-27 Alto 4
13-20 Medio 3
6-13 Bajo 2
0-6 Muy bajo 1
25
urbanas frente a amenazas específicas. Con base a estas categorías se generaron los
mapas a nivel regional, departamental y municipal con los índices de vulnerabilidad
urbana.
I.4.7 Elaboración de mapas de vulnerabilidad
Se procedió a la elaboración de mapas temáticos georeferenciados por medio del
programa ArcGis, de lugares poblados urbanos, municipios, departamentos y regiones,
localizando los índices de vulnerabilidad encontrados, al combinar los indicadores de
vulnerabilidad con las amenazas. De igual manera se procedió para la elaboración de mapas de
vulnerabilidad en las áreas urbanas afectadas por el huracán Mitch y las tormentas tropicales
Stan y Agatha.
I.4.8 Focalización de riesgo en tres áreas urbanas
A través de los indicadores e índices de vulnerabilidad generados y la revisión
hemerográfica, bibliográfica e institucional se dio inicio a la segunda etapa de la investigación,
identificando tres áreas con alta concentración urbana, muy alto índice de vulnerabilidad y
afectadas por los huracanes Mitch, Stan y la tormenta tropical Agatha. En estas áreas urbanas
se concentró el análisis focalizado de la investigación, que incluyó un diagnóstico y trabajo de
campo. Los criterios de selección de las áreas de estudio se basaron en los siguientes aspectos:
a) que fueron lugares muy afectados por el evento tanto en población damnificada como en
daños en vivienda y b) áreas que presentaran un alto grado de urbanización y de densidad
poblacional. Las áreas seleccionadas bajo tales criterios fueron, la ciudad de Chimaltenango
afectada por el huracán Stan; la ciudad de Escuintla, afectada por la tormenta tropical Agatha y
Villa Nueva, afectada por el huracán Mitch.
Esta segunda etapa incluyó metodología cualitativa por medio de trabajo de campo con
el propósito de completar el análisis de la vulnerabilidad urbana y ampliar algunos aspectos del
diagnóstico realizado, entre éstos, la descripción física de las áreas: cuencas, fuentes de agua,
fuentes de contaminación, tipos de suelo y la situación de la infraestructura y servicios. También
26
se realizaron visitas de reconocimiento y de ubicación georeferenciada en los sitios más
afectados con eventos asociados a desastres de tipo hidrometeorológico. Parte importante del
trabajo de campo fueron las entrevistas funcionarios de las municipalidades para recabar
información acerca de la gestión de riesgo a nivel institucional, indagando sobre la regulación
municipal del crecimiento urbano, el tratamiento de desechos sólidos, tratamiento de drenajes,
actividades de prevención y mitigación de desastre. Dentro de las actividades realizadas se llevó
un registro fotográfico, un registro de grabaciones de entrevistas y levantamiento de puntos
georeferenciados en sitios que presentan algún nivel de vulnerabilidad. Por medio de ortofotos
y mapas se analizó el uso del suelo y la ocupación de áreas en riesgo así como la ocupación de
zonas de recarga hídrica. Con esta información se generaron mapas de riesgo de las tres áreas
urbanas estudiadas.
I.4.9 Evaluación de indicadores
Los indicadores utilizados se han evaluado en dos etapas, la primera en función de los
objetivos de la investigación, analizando las densidades poblacionales y el proceso de
urbanización a través del grado de urbanización y el tamaño de la población urbana y
vinculándolos al índice de marginación de los distintos lugares poblados urbanos del territorio.
Esta información se basó en el XI Censo Nacional de Población. La segunda evaluación se
realizó analizando propiamente los datos bajo criterios en cuanto a validez científica,
representatividad, confiabilidad, relevancia y posibilidad de comparación entre las distintas
áreas geográficas.
27
PARTE II
MARCO TEÓRICO
II.1 cambio climático y crecimiento de áreas urbanas
El cambio climático es un fenómeno que se asocia con la modificación del clima a una
escala global y/o regional. Los cambios se producen en todos los parámetros del clima, es decir
temperatura, precipitaciones, presión atmosférica, nubosidad y vientos (PNUD, 2009). Se
considera que las causas que han provocado la variabilidad climática pueden ser atribuidas a
factores antropogénicos o naturales. Frente a estos enfoques distintas corrientes le atribuyen un
mayor o menor peso a cada una de éstas. En la actualidad ha prevalecido la concepción en torno
a que el modelo de producción y consumo energético han generado una alteración climática
global (Samaniego, 2009). Sin embargo otra corriente científica sugiere que los cambios
climáticos son propios de la dinámica del planeta y que en el pasado se produjeron
reiteradamente cambios climáticos como lo muestran los registros realizados específicamente
en el hielo de Groenlandia (Alley, 2007:33).
En 1988 se conforma el Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el cambio
climático IPCC1, con la función de analizar científicamente los riesgos, sus efectos y las
posibilidades de adaptación ante el cambio climático. Los informes del Grupo
Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático IPCC reiteradamente han afirmado
que se ha registrado un aumento de la temperatura media del planeta por causa de la contribución
humana de emisiones de gases efecto invernadero GEI lo que provoca graves consecuencias en
el ecosistema, la economía y el bienestar de la población. La primera Conferencia Mundial sobre
el clima se efectúo en el año 1979, concluyendo que la temperatura media del planeta había
tenido un incremento con probabilidades de alteraciones en el sistema climático.
1 Agencia especializada sobre el cambio climático, creada por Naciones Unidas, la Organización Meteorológica
Mundial y el Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA). Ha presentado informes de
evaluación en los años 1990, 1995, 2001 y 2007.
28
Los riesgos ante el cambio climático para los asentamientos humanos provienen de la
reducción de las fuentes de agua potable, el incremento de enfermedades y los fenómenos
meteorológicos extremos (Samaniego, 2009:57). En términos generales, los grupos sociales más
vulnerables son los ubicados en áreas propensas a fenómenos hidrometeorológicos extremos
especialmente en donde existen procesos de urbanización desordenados.
Se considera probable que aumenten considerablemente las precipitaciones pluviales
con el consiguiente mayor riesgo de crecidas. La expansión de la frontera agrícola y ésta a su
vez reducida por la expansión urbana, provocaría altos niveles de deforestación con efectos
importantes en la disminución y la calidad de los recursos hídricos, el incremento de la erosión
y la reducción de la disponibilidad de agua subterránea debido a la impermeabilización
provocada por la infraestructura urbana.
El término “efecto invernadero” se refiere a la retención del calor del sol en la atmósfera
terrestre como parte de una capa de gases, entre los que se encuentran el dióxido de carbono
(CO2), el óxido nitroso (N2O) y el metano (CH4), que son liberados por la industria, la
agricultura y los combustibles fósiles. El proceso de industrialización ha incidido en el aumento
en un 30% de la concentración de gases de efecto invernadero GEI. A nivel global el 26% de
las emisiones de GEI se producen por el suministro de energía, mientras el transporte genera
alrededor del 13%, las edificaciones comerciales y residenciales el 8%. Aproximadamente un
31% puede asignarse a las actividades relacionadas con la agricultura y silvicultura y un 19% a
la industria. Las emisiones por residuos sólidos representan más o menos el 3% (ONU-
HABITAT, 2011:26).
Los principales países emisores de gases efecto invernadero en América Latina son
Colombia, Brasil, México, Argentina y Venezuela, que en conjunto emiten el 11.8%, mientras
que Guatemala encabeza a los países latinoamericanos con menos emisiones, aproximadamente
80 Millones de toneladas de CO2 (Samaniego, 2009:109). Guatemala se encuentra entre los
países que generan menor cantidad de emisiones de gases invernadero2 dentro del contexto de
los países latinoamericanos.
2 Aproximadamente una tonelada métrica per cápita de CO2 (año 2007).
29
Las principales fuentes de emisiones de GEI en las ciudades son los aeropuertos,
edificaciones, vehículos y buses de transporte colectivo, generación, distribución y transmisión
de electricidad, generación de desechos sólidos, infraestructura vial, abastecimiento de agua,
entre otros. En términos generales las principales fuentes de emisiones GEI en zonas urbanas
están relacionadas con el consumo de combustibles fósiles para el suministro de energía,
transporte o industria (ONU-HABITAT, 2011: 24). Sin embargo existen diferencias en la
contribución de acuerdo a los distintos países y aún dentro de un mismo país. En el caso de los
desechos sólidos la emisión de GEI dependerá de la cantidad, los patrones de consumo de la
población y la gestión de los residuos.
El proceso de urbanización puede ocasionar cambios en el uso del suelo al incorporar
tierra rural al proceso de expansión urbana reduciendo así la vegetación y con ello la capacidad
de absorción de CO2. Además los niveles de consumo de los habitantes urbanos requiere o
absorbe cada vez más terrenos agrícolas y cuencas pluviales aledaños a los límites urbanos
(ONU-HABITAT, 2011:26). La deforestación tiene efectos directos en la disminución del
volumen y calidad de los recursos hídricos y el incremento de la erosión del suelo (Samaniego,
2009:33). Por otra parte, el crecimiento urbano acelerado y desordenado sumado al incremento
de la pobreza y la baja inversión en infraestructura de agua y saneamiento tiene como principales
efectos la contaminación de fuentes de agua y la reducción de la disponibilidad de agua
subterránea debido a la impermeabilización del suelo.
Las industrias, los vehículos, la infraestructura y la población concentrada en las
ciudades son fuentes de gases de efecto invernadero al actuar como emisores directos. Ello
también se vincula con el tamaño, crecimiento y densidad de la población urbana.
Para vincular la magnitud de los GEI y su impacto en el cambio climático, generados
por las áreas urbanas debe analizarse no solamente el tamaño de la población sino además otras
variables demográficas tales como la estructura de los hogares, las tasas de crecimiento, los
grados de urbanización, entre otros. De igual manera la densidad tiene consecuencias
medioambientales positivas y negativas. En el caso de las altas densidades en ciudades con
30
asentamientos compactos y concentración de servicios, puede reducirse la necesidad de
desplazamientos de largas distancias y por lo tanto menor necesidad de utilizar transporte
motorizado (ONU-HABITAT, 2011:29).
Pero también el aumento de los niveles de urbanización puede ser un factor de
vulnerabilidad y agravar los efectos del cambio climático, al aumentar la demanda de servicios
y producirse mayores volúmenes de desechos. Frente a los efectos del cambio climático, las
condiciones de vida de los sectores en pobreza en zonas urbanas, tiene mayores posibilidades
de situarse en una línea de riesgo. Su localización en zonas inundables, la falta de planificación
del uso del suelo, la ocupación de superficies forestales, pendientes inclinadas, o la falta de
drenajes son factores que agudizan su condición vulnerable. Otros factores que aumentan los
riesgos en las ciudades son la falta de regulación o débiles normativas de la construcción y la
urbanización, al generar una expansión urbana desordenada y construcciones vulnerables.
La alteración climática tiene potenciales impactos tanto a mediano como a largo plazo
en los distintos ámbitos urbanos o rurales. Según la Comisión Económica para América Latina
y El Caribe (CEPAL, 2010) el cambio climático está provocando efectos en el clima con altos
costos sociales, pero su análisis está inmerso en cierto nivel de incertidumbre. Según el Cuarto
informe sobre el Estado de la región centroamericana (2011) el Cambio Climático tendría entre
sus principales impactos para Centro América presiones sobre la seguridad alimentaria, la
disponibilidad de agua, alteración y cambio de biodiversidad de los ecosistemas, daños a la salud
humana y una mayor propensión a desastres (Estado de la Región, 2011: 61). De acuerdo con
este informe, el cambio climático profundizará las amenazas y vulnerabilidades históricas de la
región centroamericana, generados por la degradación ambiental, la ausencia de ordenamiento
territorial, la pobreza, la ineficiencia energética y la dependencia de combustibles fósiles, el mal
manejo del agua y las debilidades institucionales para la gestión ambiental. Los especialistas
estiman que los fenómeno naturales de origen hidrometeorológico, incluidos los huracanes,
serán más frecuentes en la región. La variabilidad del clima se manifestará en épocas lluviosas
(inviernos) menos prologadas pero con precipitaciones de mayor intensidad y veranos cada vez
más prolongados y secos. Lo anterior implicará mayores riesgos de inundaciones, sequías,
desertificación, erosión hídrica y eólica.
31
En Guatemala se muestra tendencia hacia el incremento en la temperatura media anual.
En los últimos cinco años las temperaturas máximas han oscilado entre los 25 y 40 grados
centígrados, para regiones mayores a 2,000 msnm y menores a 500 msnm respectivamente (INE,
2010:73). El IPCC (2007) plantea que Centro América podría sufrir cambios significativos en
sus condiciones climáticas para finales del siglo XXI. Con relación al acceso a agua potable se
hace probable que ante un acelerado crecimiento urbano y menor inversión en el suministro de
agua se encontrará serias carencias a su acceso en las ciudades. La amenaza del cambio
climático en Guatemala se produce en un contexto de alta vulnerabilidad y construcción social
del riesgo asociados con graves índices de pobreza, precariedad en áreas urbanas y rurales y
débil institucionalidad que hacen más difícil la rehabilitación y reconstrucción posteriores al
desastre. Esto significa que el cambio climático es una variable más que se suma a la situación
de exclusión social que caracteriza al país.
II.1.1 Mitigación y Adaptación al cambio climático
La mitigación ante el cambio climático implica la intervención humana para la reducción
de emisiones de GEI, su captura y almacenamiento. Mientras que la adaptación significa un
ajuste de los sistemas humanos o naturales en respuesta a un estímulo climático o a sus efectos
actuales o esperados. En términos prácticos puede decirse que la mitigación ante el cambio
climático busca la disminución de los GEI mientras que la adaptación, la disminución de la
población vulnerable. Muchos de los impactos del cambio climático pueden ser disminuidos,
postergados e incluso eliminados por medio de medidas de mitigación o adaptación. Entre las
iniciativas en las áreas urbanas puestas en marcha en algunos países se encuentra la planificación
urbanística a través de la zonificación del uso del suelo, planes maestros y densificación urbana.
Sin embargo debe tomarse en cuenta que estas acciones pueden tener como contraparte el
aumento de la segregación urbana al crear áreas sostenibles y en contraposición áreas sin
atención (ONU-HABITAT, 2011:40).
Otra medida de mitigación es el estímulo al uso del transporte colectivo, al transporte no
motorizado y al uso de carburantes no contaminantes. La captura del carbono puede realizarse
por medio de la conservación de zonas forestales, tratamiento de aguas servidas, repoblación
32
forestal y captación de metano de los desechos sólidos generados en la ciudad. Se incluye dentro
de estas medidas el uso de materiales de construcción tradicionales con técnicas mejoradas, que
no emiten CO2 sino al contrario, lo captan: adobe, bajareque, bambú y madera. En el caso del
manejo de residuos sólidos se señalan algunas formas adecuadas como los rellenos sanitarios,
la incineración controlada, el tratamiento biológico, el compostaje, reciclaje y la recuperación
del metano de vertederos (Samaniego, 2009:121). Todas las anteriores medidas de mitigación
ante el cambio climático se vinculan directamente con los gobiernos locales, que son los
encargados directos de implementar estas acciones dentro de las políticas municipales.
Con respecto a las acciones de adaptación se enfocan hacia el ajuste de los sistemas
humanos o naturales en respuesta a los efectos actuales o esperados del cambio climático.
Samaniego (2009) los clasifica de la siguiente forma:
Cuadro 1
Tipos de adaptación al cambio climático
Por escala espacial Local, regional, nacional, urbana y rural
Por sector Recursos hídricos, agricultura, turismo,
salud pública
Por tipo de acción Física, tecnológica, inversiones, normativa
Por actor Gobierno Nacional o local, donantes
internacionales, sector privado,
organizaciones no gubernamentales y
comunidades
Por zonas climáticas Zonas secas, inundables, montañas polares y
otros. Fuente: Fodecyt 022-2011
Aunque los planes de mitigación y adaptación pueden reducir la vulnerabilidad ante el
cambio climático han tenido un alcance limitado. Adicionalmente muchos de estos planes no
incorporan acciones que incluyan a las áreas urbanas (Habitat, 2011:21). Aunque a una escala
limitada se practican algunos planes de adaptación y mitigación para reducir los niveles de
vulnerabilidad, las emisiones mundiales de GEI han aumentado en los últimos años (IPCC,
2008:5).
Las iniciativas de mitigación para implementar en las áreas urbanas se centran en los siguientes
elementos: Desarrollo urbano y planificación, por medio de zonificación del uso del suelo,
33
planes maestros, densificación urbana, utilización de tecnologías constructivas alternativas que
tiendan hacia la reducción de desplazamientos viales con lo cual se aumentaría la eficiencia
energética. La mejora del sistema de transporte colectivo y el estímulo de la movilidad por
transporte no motorizado.
II.2 El riesgo asociado a desastres: vulnerabilidad y amenazas
El riesgo ante desastres por fenómenos naturales se define como la probabilidad de que
un evento de la naturaleza provoque daños a la población y/o a su medio construido o natural.
El riesgo se analiza desde dos factores que se conjugan entre sí: las vulnerabilidades y las
amenazas. Desde esa perspectiva, un desastre se produce como resultado de la interacción entre
un fenómeno natural extremo que constituye una amenaza y las condiciones vulnerables de una
población. Todo esto significa que los fenómenos naturales no son casuales ni independientes
de las relaciones sociales con el medio ambiente. Así, por ejemplo, la deforestación constante
tiene como consecuencia un incremento en la incidencia de los derrumbes y provoca que los
suelos se conviertan en zonas propensas a inundaciones. Por lo tanto, es reconocido que el
impacto de un desastre se vincula directamente con la formación económica y social, la
planificación y el ordenamiento territorial y la fortaleza de organización comunitaria de la
población. La exitosa reducción de riesgos ante desastres es un proceso multidimensional, en
el que deben intervenir, el Gobierno central y local y la comunidad organizada dentro de un
contexto de equidad en el acceso a servicios (Thompson, 2004:6).
II.2.1 La vulnerabilidad en las áreas urbanas
Existen numerosas definiciones de la vulnerabilidad. Aunque puede estar vinculada a la
situación de pobreza, la vulnerabilidad no es sinónimo de ésta. De manera general y resumida
puede definirse vulnerabilidad ante desastres a la propensión estructural de una sociedad o de
un grupo social a sufrir daños a partir de la ocurrencia de un evento natural que constituye una
amenaza.
El análisis de la vulnerabilidad es específico en función del tipo de peligro o amenaza.La
vulnerabilidad asociada a los desastres es un concepto muldimensional que engloba las
condiciones económicas, sociales, políticas e institucionales que pueden incidir en los factores
34
que hacen susceptible a una población a sufrir daños. Abarca desde aspectos de las condiciones
materiales de vida de la población y la percepción de los distintos grupos a los riesgos en que
están inmersos hasta las capacidades institucionales para enfrentar el cambio climático (Chang,
2004:5). Una de las dimensiones específicas de la vulnerabilidad en las áreas urbanas se refiere
a la provocada por un proceso de urbanización con características de crecimiento desordenado,
hacinamiento y asentamientos poblacionales en áreas no habitables o con algún factor de riesgo.
Lavell (1999:18) señala que un fenómeno natural extremo, como podría ser un terremoto
o un huracán, tienen un mayor impacto en un territorio caracterizado por una estructura social
vulnerable. De ahí resulta que la diferencia interna de la sociedad influye en forma importante
en los daños sufridos y en los grupos sociales que se verán afectados en menor o mayor grado.
De tal manera que el desastre es resultado de procesos sociales, históricos y físicos,
territorialmente circunscritos y conformados, que revelan causas sociales fundamentales y a la
vez se explican por ellas.
La vulnerabilidad, en lo que respecta al entorno urbano, se relaciona tanto con la
estructura, forma y función de la ciudad como con las características de los distintos grupos
humanos que ocupan el espacio, la degradación del ambiente y las insuficientes políticas y
regulaciones urbanas y constructivas. Se asocia también al incremento demográfico, las altas
densidades, la urbanización sin planificación y el asentamientos en terrenos que no llenan las
características de habitabilidad, entre éstos laderas, áreas cercanas a fuentes de agua, falta de
servicios y altos índices de contaminación ambiental. Existen hogares vulnerables ante un
proceso de urbanización que carece de planes de ordenamiento territorial, planes urbanos y falta
de regulación del uso del suelo, que provoca un aumento de la situación de riesgo ante desastres.
La vulnerabilidad urbana también puede asociarse con la falta de planificación del uso
del suelo, con el crecimiento urbano en zonas de riesgo y con la destrucción o deterioro de
reservas naturales. La carencia o debilidad de la regulación urbana y la normativa de
construcción también aumentan la vulnerabilidad en las ciudades.
En la actualidad, en los países de América Latina muchos de los pobladores en ciudades
son vulnerables a las amenazas naturales. El aumento de la concentración urbana incide también
35
en el incremento de zonas densamente pobladas y asentadas en sitios peligrosos. La alta
densidad de población e infraestructuras concentrados en espacios limitados, podrían también
concentrar las pérdidas en caso de impactos de grandes proporciones. Los principales
problemas que se producen por la rápida y desordenada urbanización se relacionan con la
disminución de la cobertura de servicios básicos, entre éstos el agua potable, y el saneamiento
en las periferias, además del crecimiento de la informalidad en la edificación de la vivienda y la
lotificación de terrenos. Se produce además una falta de regulación en otros servicios urbanos
como la disposición de desechos sólidos y el transporte colectivo. Las ciudades enfrentan graves
problemas de contaminación del aire y de fuentes de agua, por el aumento de la congestión vial
y la descarga de residuos domésticos e industriales. Las ciudades extendidas o dispersas
consumen más suelo y energía (Borja, 2003: 96).
Muchas ciudades se han asentado en zonas geográficas que presentan de por sí distintas
amenazas y riesgos. Incluso algunas ciudades con alguna experiencia de planificación y gestión
territorial no han contemplado en ésta la gestión del riesgo. Los planes e instrumentos de gestión
de riesgo contemplan normativa sobre uso del suelo, identificación de áreas de crecimiento
urbano, localización de infraestructura para prevención y asignación de áreas para la
reubicación de población asentada en alto riesgo.
Guatemala es un país con alta vulnerabilidad, Gellert (2003:12) la vincula con la falta de
institucionalidad pública y privada, marcos legales débiles e inexistentes mecanismos de control
para enfrentar o por lo menos manejar los riesgos. La definición de vulnerabilidad social parte
de un análisis de la sociedad frente a su organización político-administrativa y la capacidad para
enfrentar amenazas de origen natural.
II.2.2. Las amenazas por fenómenos hidrometeorológicos
Las amenazas son eventos de la naturaleza que pueden provocar daños a poblaciones
vulnerables. Gellert (2003: 31) citando a Lavell (1996:33) divide las amenazas de acuerdo a su
origen así: geotectónicas, geomórficas, meteorológicas e hidrológicas. Estas últimas se
presentan en forma de inundaciones, desbordamientos, anegamientos y agotamiento de
acuíferos.
36
Las amenazas hidrometeorológicos son causados principalmente por vientos violentos
que se trasladan girando con extrema velocidad, debido a zonas de baja presión y que provocan
otros fenómenos secundarios, en las áreas donde normalmente hay altas precipitaciones (Asdi,
2001:31). Los fenómenos más comunes son: huracanes, tormentas tropicales, tornados,
inundaciones, desbordamiento, temporales, fuertes lluvias y tempestades.
Los huracanes son manifestaciones violentas del clima y cuyos síntomas son lluvias
intensas, vientos de fuertes a fuertísimos y posteriormente problemas de precipitación lenta. Se
dan cuando una masa de aire caliente proveniente del océano se mezcla con una corriente fría
que baja del polo norte ocasionando una respuesta violenta de precipitación y los otros
fenómenos ya mencionados.
Las inundaciones por aumento del caudal de los ríos ante lluvias intensas se producen al
aumentar el nivel y sobrepasar los cauces anegan las áreas continuas que se encuentran en un
nivel más bajo. Las inundaciones se dan como consecuencia de la precipitación pluvial en forma
acelerada y constante sobre las cuencas de las montañas, lo cual viene a dar una respuesta de
evacuación excesiva de agua de las diferentes partes de las cuencas hacia los lechos de los ríos
que provocan desbordamientos que arrasan lo que encuentran a su paso. En contraste con los
terremotos y los huracanes, esta amenaza puede ser manejada mediante obras de ingeniería de
mediana y gran envergadura (Villagrán sf: 44).
Las inundaciones están asociadas con las precipitaciones pluviales continuas y
abundantes en cuencas húmedas, las características y condiciones del suelo (capacidad de
infiltración, humedad, cubierta vegetal, las condiciones geomorfológicas de una cuenca (Coral,
2009:42). Un factor de la amenaza de inundaciones en las áreas urbanas es el deficiente drenaje,
la impermeabilización del suelo y la canalización de ríos por expansión urbana desordenada que
aumentan los caudales.
Como consecuencia de las lluvias intensas también pueden producirse deslizamientos
que son movimientos en masa de los materiales que componen las laderas por influencia de la
37
gravedad, que pueden ser provocados por lluvias, sismos o actividad humana. La topografía
escarpada y quebrada de muchos sitios y las condiciones geológicas conlleva a derrumbes y
desprendimiento de suelo que pueden afectar a poblaciones aledañas.
Otro fenómeno hidrometeorológico son las granizadas que consisten en precipitaciones
de agua en estado semisólido o sólido. El mismo se da ocasionado por las gotas de agua o nubes
de vapor de agua que se encuentran con frentes muy fríos que hace que las gotas de precipitación
pasen del estado líquido normal al estado anormal cayendo en forma de granizo.
El incremento en el número de desastres asociados a fenómenos hidometeorológicos
tiene tres posibles causas, una el incremento en la exposición de la población, segunda el mayor
nivel de construcción de vulnerabilidad y tercera, el aumento de la cantidad de tormentas y
eventos debido a la variabilidad del clima y los efectos del cambio climático (El Estado de la
Región, 2011: 235).
II.3 La gestión de riesgos
En términos generales se entiende por gestión de riesgos la implementación de
actividades que permiten un manejo adecuado de la relación entre las amenazas y
vulnerabilidades ante esas amenazas, logrando que la convergencia entre estos dos factores no
se convierta en desastre. En ese sentido se plantea que las actividades inherentes a la gestión
de riesgos presenta tres fases, la primera se refiere a las actividades previas al desastre con el
objetivo de disminuir el impacto, que incluyen la prevención, mitigación, preparación y alerta.
En la segunda fase, se promueven las actividades de respuesta inmediata al desastre, cuando ya
ha ocurrido el evento y en la tercera fase, las actividades de recuperación, que comprenden la
rehabilitación y la reconstrucción de los daños ocurridos.
Bajo este marco se define la prevención como el conjunto de medidas que se adoptan
para reducir o minimizar las amenazas naturales. La incorporación de medidas preventivas,
puede hacerse a través de planes integrales de desarrollo sobre espacios geográficos urbanos,
regionales y nacionales, planificación urbana, para la localización de industria, infraestructura
y vivienda, programas de intervención en áreas propensas a fenómenos específicos tales como
38
inundaciones, sequías y deslizamientos así como reubicación de viviendas localizadas en zonas
de riesgo.
La mitigación se define como el conjunto de medidas que se adoptan para reducir la
vulnerabilidad de la población ante las amenazas naturales o antrópicas. Las medidas de
mitigación están altamente relacionadas con aspectos legales, fiscales, administrativos y
financieros que pueden regular o estimular el uso adecuado de la tierra, considerando aquellas
zonas geográficas que no deben ser utilizadas para la localización residencial, infraestructura o
actividades productivas debido al potencial que ofrecen de ser afectadas por eventos peligrosos.
De igual forma, la regulación para el uso y manejo de los recursos naturales con miras a reducir
el deterioro del medio ambiente son medidas cuyo objetivo debiera ser mitigar o disminuir los
efectos de eventos tales como la erosión, las inundaciones, los deslizamientos y los terremotos
(Morán, 2000:21).
Las municipalidades dentro de la gestión de riesgos deben establecer esquemas de
ordenamiento territorial tomando en cuenta las amenazas para impedir que se construyan
viviendas o infraestructura en tales zonas.
II.4. Proceso de urbanización en Guatemala
La región de América Latina y el Caribe se considera muy urbanizada, al estar radicados
en ciudades 74% de los 516 millones de habitantes que integran su población total CEPAL-
PNUMA (2001). Para el caso de Guatemala la población urbana es del 49%, que se considera
uno de los porcentajes más bajos de la región.
El crecimiento de la población urbana generalmente es resultado del incremento natural
de la población y en menor medida por el aporte directo de las migraciones de origen rural
(Welti, 1997:212). La migración es el componente demográfico que tiene más incidencia en los
procesos de distribución territorial y de urbanización.
Con el proceso de urbanización se provocan diversas transformaciones e impactos en el
territorio, uno de los más importantes es el cambio en el uso del suelo de agrícola a urbano. Este
cambio afecta distintos recursos asociados con el suelo, la vegetación y los recursos hídricos.
Cuando el crecimiento urbano es expansivo y descontrolado provoca de igual manera un alto
39
impacto en las fuentes de agua por contaminación de residuos líquidos y sólidos, lo cual a su
vez aumenta los niveles de vulnerabilidad urbana y un creciente número de desastres, agravado
por un entorno de cambio climático. El uso inapropiado del territorio ha sido persistente en
Guatemala con importantes consecuencias negativas para la población y los recursos naturales.
Aunado a ello, en el proceso de urbanización guatemalteco sobresale la primacía urbana del
Área Metropolitana. Esta aglomeración urbana predomina como la más poblada del país, que
concentra servicios, infraestructura e industria.
La población en Guatemala tiene una estructura de centros poblados asimétrica y
desequilibrada, (Alvarado, 1987:15) en donde se concentra la población en un gran centro,
mientras se localizan un conjunto de centros menores muy distantes de este núcleo principal.
Alvarado afirmaba que el mayor crecimiento de la población urbana se inició en 1950. En ese
año existían únicamente seis ciudades mayores que contenían el 63.5% de la población urbana,
con el predominio de la ciudad de Guatemala. En 1964 se incrementó a 14 centros conteniendo
el 66.5% de la población urbana. Para el año 1973 en 17 ciudades se concentraba el 72.3% de
la población urbana nacional. Según Alvarado esto indicaba que era más intenso el fenómeno
de la concentración que la urbanización, porque a pesar de haber descendido el ritmo del
crecimiento de la población urbana total, la concentración se había acentuado. Afirmaba
Alvarado que el sistema de centros poblados desequilibrado de Guatemala es producto de la
forma como se ha implementado el modelo capitalista en el territorio. Con base a esta premisa
planteó que el proceso de urbanización en Guatemala hasta el año 1980 se generó en los
siguientes contextos: una economía agrícola de exportación, la existencia de mano de obra
abundante, autosuficiente y segregada; un territorio con especializaciones regionales, un
proceso de industrialización incipiente y un débil desarrollo de las “clases medias” dentro de
una fuerte estratificación social (Alvarado, 1987:23).
II.5. Ordenamiento territorial y Políticas de suelo urbano
El ordenamiento territorial es un instrumento básico para abordar de manera integral la
reducción de la vulnerabilidad ante los desastres tanto en áreas urbanas como rurales. El
Ordenamiento Territorial puede disminuir el grado de exposición ante las amenazas naturales
por medio de la localización de áreas en riesgos. La definición de usos del suelo y la
40
relocalización de áreas en riesgo permite disminuir la vulnerabilidad, identificando las
poltencialidades, limitaciones y riesgos de un territorio (Vargas, 2002:32).
Por medio del plan de ordenamiento se regula la utilización, ocupación y transformación
del espacio en función del uso sostenible de los recursos. El análisis de riesgos se realiza por
medio de identificar los tipos de riesgos y vulnerabilidades específicas por áreas urbanas y
rurales. La elaboración de mapas de riesgo permite establecer zonas de alto, mediano y bajo
riesgo. La definición de áreas de protección y conservación de recursos naturales y zonas de
tratamiento especial por riesgo y estrategias de relocalización de vivienda se lleva a cabo por
medio de la zonificación (Vargas, 2003:38).
Un plan de ordenamiento territorial –POT- supone la aplicación en distintos niveles que
van desde un Plan Nacional de Ordenamiento que afecta a todo el territorio nacional, Planes
directores regionales, Planes y normativa municipal y planes sectoriales. En términos generales,
un POT consta de los siguientes instrumentos: (1) Plan General, constituido por los objetivos,
estrategias y contenidos estructurales de largo plazo; (2) Urbano, constituido por las políticas,
acciones, programas y normas para encauzar y administrar el desarrollo físico urbano; y (3)
Rural , constituido por las políticas, acciones, programas y normas para orientar y garantizar la
adecuada interacción entre los asentamientos rurales y urbanos, así como la conveniente
utilización del suelo.
Para el caso de Guatemala, hay que tomar en cuenta que históricamente se ha carecido
de planes de ordenamiento territorial en todas las escalas en las que se pueden implementar, que
permitan regular los usos del suelo, establezcan zonificaciones y provoquen algún equilibrio
territorial. Esto ha tenido una consecuencia directa en la forma de administración y organización
desequilibrada del territorio, en detrimento de las relaciones interregionales, la descentralización
y el desarrollo local. La liberación del uso del suelo y la desregulación de los mercados de tierras
formales e informales, ha posibilitado así la incorporación sin restricciones de suelo periférico
a las áreas de expansión de las ciudades.
Ha surgido de esta manera un mercado de tierra que se desenvuelve en función de la
renta del suelo, generada por la instalación de infraestructura y servicios y por la ampliación de
la vialidad a cargo del municipio. Dentro de este orden, los fraccionadores y promotores de
41
proyectos habitacionales, definen el suelo urbano que van incorporando a la ciudad, lo que ha
generado un crecimiento desordenado. En la práctica, “pareciera que el mercado inmobiliario
supera las perspectivas de la planificación urbana y regional” (Chang 2004: 13). Los Estados de
la región centroamericana en gran medida no apuestan por la ordenación de sus territorios, con
énfasis en las zonas densamente habitadas, a fin de privilegiar la ocupación ordenada de los
espacios urbanizables y la no-ocupación de zonas de riesgos y así como el uso sostenible de sus
recursos.
II.6. Marco regulatorio urbano y para la protección ambiental
El marco regulatorio urbano está constituido por las leyes, reglamentos y normativos,
que guardan relación con el desarrollo urbano y la construcción de las ciudades. También existe
un marco legal que regula lo relativo al ambiente. Entre estos aspectos puede regularse el suelo
urbano y su uso, la construcción de vivienda e infraestructura, la dotación de servicios, la
planificación urbana, el medio ambiente y el ordenamiento territorial.
El primer referente del marco jurídico guatemalteco lo constituye la Constitución
Política de la República, que en algunos de sus artículos hace alusión directa a formas de
tenencia de la tierra de vocación agraria y a la provisión de tierras estatales a las comunidades
indígenas3, y la conservación de los recursos naturales y el medio ambiente. Además se
especifican las obligaciones mínimas de los municipios y del régimen municipal.4
Específicamente en el tema del medio ambiente la Constitución Política de la República
en el artículo 97 se refiere al derecho a un ambiente sano en los siguientes términos: “El Estado,
las municipalidades y los habitantes del territorio nacional están obligados a propiciar el
desarrollo social, económico y tecnológico que prevenga la contaminación del ambiente y
mantenga el equilibrio ecológico. Se dictaran todas las normas necesarias para garantizar que la
utilización y el aprovechamiento de la fauna, de la flora, de la tierra y del agua, se realicen
racionalmente, evitando su depredación”.
3 Artículo 67 y 68. 4 Las referencias de la Constitución actual contiene entre los aspectos del Régimen administrativo, los artículos
134, 224,225 y 226 que se refiere a las regiones de desarrollo y a los Consejos de Desarrollo Urbano y Rural. El
capítulo VII se refiere a los aspectos del régimen municipal, tales como la autonomía, funciones, recursos
económicos y asignación porcentual.
42
De igual manera, la Constitución de la República le da potestad a las Municipalidades
para el control y ordenamiento de su territorio y las faculta para elaborar y aprobar reglamentos
y ordenanzas de urbanización y construcción.
Dentro del marco regulatorio urbano, el Código Municipal contiene disposiciones
legales relativas al ordenamiento territorial, uso y destino del suelo urbano y le da la potestad a
las municipalidades para promulgar reglamentos y ordenanzas. El Código Municipal preceptúa
que las municipalidades a través de sus corporaciones podrán formular y establecer planes
territoriales. La legislación urbana se complementa, con las siguientes leyes: Ley Preliminar de
Urbanismo y Ley de Parcelamientos Urbanos. Con relación a la Ley de Parcelamientos Urbanos,
ante la falta de reglamentos propios en diferentes municipios del país, ha sido usada como
referencia cuando se producen lotificaciones o proyectos de vivienda, aunque en la práctica
generalmente se libera el fraccionamiento de la tierra urbana y suburbana, ante la falta de
regulación municipal sobre este aspecto (Rodas y Morán, 2006:116).
Por parte de las municipalidades pueden emitirse disposiciones legales para orientar y
ordenar el desarrollo físico y espacial de las áreas urbanas, producto de las políticas de las
corporaciones municipales. En Guatemala, esta regulación se ha formulado solamente en
algunos municipios del país, para normar la construcción de vivienda y los proyectos de
lotificación. No obstante otros reglamentos específicos para algunos aspectos de la
urbanización, tales como los servicios públicos que norman la localización de los mercados, el
transporte público urbano, el tránsito de vehículos, el ornato de la ciudad, la recolección de
desechos sólidos, los rastros y el saneamiento ambiental, son inexistentes.
Con relación a la normativa ambiental y de recursos naturales, desde la década de los
años ochenta se han promulgado leyes y reglamentos para la protección ambiental, entre éstos
la Ley de Protección y Mejoramiento del Medio Ambiente (Decreto 68-86 del Congreso de la
República), el cual Crea la Comisión Nacional del Medio Ambiente –CONAMA-.
Posteriormente la reforma del decreto 68-86 crea el Ministerio de Ambiente y Recursos
43
Naturales por medio del decreto 90-2000 como la institución pública encargada de la rectoría
en materia del medio ambiente y recursos naturales.
En el año 1989 se promulga el decreto 4-89 Ley de Áreas Protegidas que crea la
Comisión Nacional de Áreas Protegidas CONAP. De igual manera la Ley Forestal (Decreto
101-96 del Congreso de la República), crea al Instituto Nacional de Bosques INAB. Ley de
Incentivos Forestales para pequeños Poseedores de Tierra PINPEP (Decreto 51-2010).
Por medio del decreto 109-96 se crea la Coordinadora Nacional para la Reducción de
Desastres CONRED, con el objeto de prevenir, mitigar, atender y participar en la rehabilitación
y construcción de los daños derivados de desastres. Por medio del Acuerdo 443-2000 se aprobó
el Reglamento de la Ley de la Coordinadora Nacional para la Reducción de Desastres Naturales
o Provocados –CONRED- y a través del Decreto 109-96 se definió el marco de actuación y
funcionamiento de la Secretaría Ejecutiva de la CONRED SE-CONRED, como la instancia
nacional responsable de esta institución. En el año 2011 se aprueba la Política Nacional de
Reducción de Desastres que se enfoca en la resiliencia y la gestión del riesgo, enfrentando las
vulnerabilidades de la población. Esta política tiene como ejes estratégicos: la identificación,
análisis y valoración del riesgo; la preparación de capacidades y condiciones para el manejo del
riesgo a desastres; la gestión, mitigación, transferencia y adaptación; y la recuperación post
desastres.
II.6.1. Regulaciones para enfrentar efectos del cambio climático
Desde la década de los años noventa se ha promulgado normativa para enfrentar los
efectos del cambio climático en el país y se han ratificado los convenios internacionales por
medio de distintos decretos, entre éstos el Convenio Regional de Cambio Climático (decreto 30-
95), La Convención Marco sobre Cambio Climático decreto 15-95, El Protocolo de Kyoto
decreto 23-99, el Convenio para la protección de la capa de ozono, decreto 39-87, Convenio
Centroamericano para la protección del ambiente decreto 12-90; Convenio Centroamericano
sobre Cambios Climáticos decreto 30-95. En el año 2003 el Ministerio de Ambiente y Recursos
44
Naturales crea el Programa Nacional de Cambio Climático como una unidad asesora encargada
de dar seguimiento al seguimiento a la Convención de Cambio Climático de Naciones Unidas.
A nivel de la región centroamericana en la II Cumbre de Jefes de Estado y de Gobierno
de los países miembros de la Integración Centroamericana SICA y la Comunidad del Caribe
CARICOM realizada en el año 2007 declararon conjuntamente intensificar las acciones para
combatir y mitigar el potencial impacto del cambio climático así como realizar acciones para
la prevención y mitigación de desastres por fenómenos naturales.
En el año 2009 fue formulada la Política Nacional de Cambio Climático a través del
Acuerdo Gubernativo 329-2009. El ente encargado de la coordinación y cumplimiento de esta
Política es el Ministerio de Ambiente y Recursos Naturales. La Política Nacional de Cambio
Climático persigue la adopción de prácticas de prevención de riesgos, la reducción de la
vulnerabilidad y mejora de la adaptación ante el cambio climático. Así también la reducción de
la emisión de los gases de efecto invernadero en el país, específicamente en las áreas de cambio
de uso del suelo y silvicultura, producción de energía eléctrica, transporte e industria. Se espera
que la Política tenga incidencia en la implementación de Planes de Ordenamiento Territorial
Ambiental con énfasis en la adaptación ante el cambio climático que consideren el manejo
integral de cuencas y que las emisiones de gases de tipo invernadero producidos por la
disposición de desechos sólidos se disminuyan a través de la implementación de sistemas de
tratamiento de tales desechos. La Política Nacional de Cambio Climático (2009) plantea que en
Guatemala el cambio climático impactará principalmente en la reducción de la disponibilidad,
calidad y el agotamiento de las fuentes de agua, así como en la destrucción de infraestructura
debido a inundaciones y deslaves. Ante ello la Política busca incidir en el ordenamiento
territorial como un instrumento para la adaptación y mitigación, proponiendo que en Guatemala
se cuente con un Plan orientado a la adaptación que considere el manejo integral de cuencas, el
paisaje productivo y los corredores biológicos.
A pesar de la existencia de esta prolija legislación ha sido notable el poco impacto en la
mejora de la calidad ambiental en el país. Tal como lo afirma un estudio a nivel
centroamericano: “las instituciones públicas que generan normativa y legislación para el control
45
del riesgo y la gestión ambiental han sido débiles en la implementación y ejecución. Las
problemáticas del ambiente no han logrado integrarse o vincularse en las prioridades de las
agendas políticas y económicas de los gobiernos” (El Estado de la Región, 2011:214).
46
PARTE III
III. RESULTADOS
III.1 Indicadores de vulnerabilidad ante el cambio climático en las áreas urbanas
de Guatemala
La finalidad de los indicadores y de los índices es cuantificar. Los indicadores miden
aspectos parciales de una idea o concepto mientras que los índices miden el concepto en su
conjunto, es decir sintetizan los datos. Algunos autores proponen la definición de un “sistema
de indicadores sociales” (Setién, 1993:45) lo define como intento sistemático de
conceptualización, operacionalización y medición de la dimensión social objeto de estudio.
La determinación de la vulnerabilidad ante el cambio climático vinculado a fenómenos
hidrometeorológicos en las áreas urbanas de Guatemala está basada en indicadores que reflejan
las múltiples dimensiones de esta realidad social. Se eligieron aquellos indicadores
considerados como explicativos de los niveles de riesgo urbano en Guatemala.
Uno de los indicadores utilizados, el índice de marginación IDM, se construyó a nivel
institucional por SEGEPLAN (2007) a partir de indicadores de exclusión social expresados en
porcentaje, con información del XI Censo Nacional de Población. Este índice permite
diferenciar unidades territoriales según carencias de la población en aspectos de educación,
condiciones de la vivienda y dispersión poblacional. Esta clasificación permite identificar los
diversos lugares poblados del país ubicándoles entre los distintos rangos de marginación. Los
ocho indicadores que se utilizan para determinar el IDM indicadores de exclusión social son los
porcentajes de población analfabeta de más de 15 años, población de más de 15 años sin primaria
completa, ocupantes en viviendas sin agua entubada, ocupantes de viviendas con piso de tierra,
ocupantes de viviendas sin luz eléctrica, ocupantes de viviendas sin servicio sanitario, viviendas
con algún nivel de hacinamiento y porcentaje de residencias en poblados rurales.
47
En el aspecto urbano se utilizan indicadores que reflejan atributos demográficos sobre el
proceso de urbanización, entre estos el grado de urbanización, el tamaño de población urbana y
la densidad poblacional.
La densidad de población muestra el grado de concentración o dispersión urbana. Este
indicador es importante porque la concentración incide en la eficiencia de las funciones urbanas
de movilidad y de dotación de servicios e infraestructura, por otro lado, también implica un
mayor riesgo ante desastres en el caso del hacinamiento precario que implica una alta
concentración de vulnerabilidades en un solo espacio. La densidad poblacional se calcula como
el cociente entre el número de habitantes en una localidad y el total de superficie ocupada. El
resultado se interpreta como la cantidad promedio de habitantes por kilómetro cuadrado. Como
cualquier resultado promedio tiene la limitación de homologar dentro del mismo espacio
geográfico distintas áreas que pueden tener densidades diferentes. Esto ocurre sobre todo en
unidades administrativas grandes, por ejemplo municipios, departamentos.
El grado de urbanización se define como la proporción de personas que habitan en áreas
urbanas en relación al total de habitantes, expresado en porcentaje (Welti, 1997: 172). Este
indicador se interpreta como el nivel de población urbana que vive en lugares poblados. Otro
indicador utilizado es el ritmo de la urbanización que consiste en calcular las tasas medias
anuales de crecimiento de la población urbana en la unidad geográfica estudiada.
El tamaño de la población urbana es un indicador que tiene un valor relativo con respecto
a las dimensiones de todos los rangos de población de un país. Así, un tamaño que se considera
elevado para un país puede considerarse de dimensión reducida para otro. En el caso de
Guatemala, los rangos de tamaño de población urbana pueden ir desde dos mil a un millón de
habitantes.
Por otra parte, los indicadores de riesgo manifiesto se refieren a los desastres por
fenómenos hidrometeorológicos ocurridos en las áreas urbanas del territorio nacional. Se miden
por medio de dos factores, la intensidad y la frecuencia. La intensidad se refiere a los daños que
provocaron a la población damnificada en las categorías de muertes, heridos, damnificados,
48
afectados y evacuados así como el recuento de daños en vivienda de manera parcial o total. La
frecuencia toma en cuenta el número de eventos que han afectado a un territorio, sea éste
municipal, regional o nacional.
III.1.1 Indicadores demográficos
III.1.1.1 Tamaño de la población
La población urbana del país ha mantenido un crecimiento relativamente estable desde
el año 1964. Según el censo del año 2002 constituye el 49% de la población total. Las
proyecciones de población para el año 2012 indican que la población urbana se ha mantenido
dentro de ese rango. De acuerdo con esas proyecciones será hasta el año 2019 que el porcentaje
de la población urbana será mayor al de la población rural en Guatemala. No obstante estas
cifras, debe observarse que existe una gran concentración de población urbana en el
departamento de Guatemala en donde se localiza el 44% de esta población y en la ciudad de
Guatemala el 28%.
Se estima que el Área Metropolitana de Guatemala, que incluye a once municipios
(Martínez 2006:145), cuenta actualmente (2012) con aproximadamente dos millones
seiscientos mil habitantes, conteniendo al 17 % de la población nacional y al 35% del total de
la población urbana. Por otra parte en el año 2002 existían 54 municipios con menos de dos mil
habitantes urbanos que constituían el 16% del total de municipios, mientras que según las
proyecciones de población para el año 2012 disminuyó a 27 municipios con menos de dos mil
habitantes urbanos que constituyen el 8.1% del total. Los rangos de población urbana en los 333
municipios del país se encuentran distribuidos en los siguientes rangos de acuerdo al cuadro 2.
Las grandes concentraciones urbanas (mayores de 100,000 habitantes) se localizan en
los departamentos de Guatemala, Chimaltenango y Escuintla, mientras que los municipios con
menos de 2,000 habitantes se encuentran localizados principalmente en la región suroccidente
en los departamentos de Huehuetenango y San Marcos.
49
Cuadro 2
Estructura de la población urbana de municipios. 2002 y 2012
Rango de
población urbana
(número de
habitantes)
Año 2002 Año 2012
Número de
municipios
Porcentaje
%
Número de
municipios
Porcentaje
Menos de 2,000 54 16.2 27 8.1
2,001 a 5,000 85 25.6 82 24.6
5,001 a 10,000 89 26.8 70 21.0
10,001 a 20,000 63 19.0 80 24.0
20,001 a 50,000 29 8.7 49 14.7
50,001 a 100,000 8 2.4 16 4.8
100,000 a 150,000 1 0.3 5 1.5
150,001 a 200,000 0 0 1 0.3
200,000 a 500,000 2 0.6 2 06
Más de 500,000 1 0.3 1 0.3
TOTAL 331 100 333 100 Fuente: FODECYT 022-2011
Más de la mitad (el 54%) de la población urbana del país se concentra en localidades
con menos de 10,000 habitantes. Otro aspecto importante del proceso de urbanización de
Guatemala es el incremento de ciudades de 20,000 a 100,000 habitantes, es decir las que pueden
considerarse como ciudades intermedias, las cuales tuvieron un incremento numérico de 65
ciudades con respecto al año 2002. De igual manera las que se encuentran en el rango de 100,000
a 150,000 habitantes, lo cual denota que el crecimiento urbano se está concentrando en las
ciudades mayores. Para el caso de la ciudad de Guatemala, sigue manteniendo un alto nivel de
primacía urbana.
La mayoría de las localidades urbanas pequeñas (de menos de dos mil habitantes) y
también las medianas se concentran en la región VI Suroccidental, característica de la dicotomía
de dispersión y concentración del país. Otro aspecto importante que se desprende del análisis
de la estructura de la población urbana en los municipios, se refiere al predominio en la
estructura de la población urbana en las localidades con un rango de tamaño entre los 2,000 a
10,000 habitantes que representan al 53.7%. Mientras que los municipios mayores de veinte
mil pobladores urbanos representan únicamente el 14%. La región que contiene el mayor
número de poblaciones urbanas es la Suroccidental (37%), siguiendo en orden la región
Noroccidental (18%) y la región Central (15%). Por otra parte, se visualiza que la región Norte
50
es la que tiene menos localidades urbanas tanto en lo que corresponde cuantitativamente como
en términos de localidades jerárquicamente más pequeñas.
Lo anterior se deduce con base al análisis demográfico de los resultados de las
proyecciones de población urbanas del año 2012, en donde existen centros poblados “urbanos”
que tienen un incipiente grado de urbanización sobre todo en el contexto del acceso a servicios
básicos urbanos, equipamiento social e infraestructura vial y distribución de la población
económicamente activa PEA en los distintos sectores. A nivel del proceso de urbanización se
evidencia que no es suficiente utilizar únicamente el parámetro demográfico para identificar el
desarrollo urbano de las ciudades, específicamente en las dimensiones de su población urbana
sino además deben incorporarse aspectos sobre condiciones de vida, especialmente en lo que se
refiere a servicios e infraestructura.
III.1.1.2 Densidad Poblacional
En las áreas urbanas existe una mayor densidad poblacional que en las áreas rurales y el
ambiente construido es también más denso, como resultado de la aglomeración de
construcciones formales e informales, los cuales demandan importantes niveles de servicios de
abastecimiento: agua, disposición de residuos, comunicaciones, infraestructura y energía.
Grafica 1
Densidad poblacional de regiones de Guatemala año 2002-2012
Fuente: Fodecyt 022-2011
0 200 400 600 800 1000 1200 1400 1600
Metropolitana
Norte
Noroccidente
Suroccidente
Central
Nororiente
Suroriente
Petén
República
Densidad poblacional 2012 Hab/Km2 Densidad poblacional 2002 Hab/km2
51
La región Metropolitana constituida por el departamento de Guatemala es la más densa
del país, en donde se localizan 1,509 habitantes por kilómetro cuadrado, en una superficie de
tan sólo el 2% del territorio nacional. También es la más urbanizada del país, con un grado de
urbanización del 87% y una población urbana de 2,796,5000 habitantes. Como contraparte la
región Petén tiene la mayor extensión territorial y la menor densidad poblacional, (18 habitantes
por kilómetro cuadrado) lo que muestra la condición de disparidad poblacional de las regiones
que caracteriza el país.
Cuadro 3
Población y densidad de Región Metropolitana y Región Petén. Año 2012
Departamento Población
total
Población
urbana 2012
Porcentaje
urbano
Extensión
territorial
Kms 2
Densidad
poblacional
Hab/Km2
Guatemala 3,207,587 2,796,500 87% 2,126 1,509
Petén 662,779 207,753 31% 455,025 18 Fuente: Fodecyt 022-2011
La región Norte incluye a los departamentos de Alta y Baja Verapaz. En esta región son
evidentes los altos porcentajes de ruralidad. Cuenta con una extensión territorial aproximada de
12,481 Km2, equivalente al 11% del total del territorio nacional. La región Norte es la menos
urbanizada con solamente el 25% de grado de urbanización. Cuenta con una densidad de
población de 121 habitantes por kilómetro cuadrado.
Cuadro 4
Población y densidad de población de la Región Norte. Año 2012
Departamento Población
total
Población
urbana
Porcentaje Extensión
territorial
Km2
Densidad
poblacional
Alta Verapaz 1,147,593 264,809 23% 9614.24 132
Hab/Km2
Baja Verapaz 277,380 88,623 32% 2867.51 89 Hab/Km2
Total 1,424,973 417,262 25% 11,810 121
Hab/Km2 Fuente: Fodecyt 022-2011
En la Región Suroccidente habita el 22 % de la población total del país y se concentran
los municipios con mayores indicadores sociales de pobreza: San Marcos, Totonicapán y Sololá.
52
Además la región se conforma con los departamentos de Quetzaltenango, Retalhuleu y
Sacatepéquez. Tiene una extensión territorial de aproximada de 12,230.00 Km2, es decir el
equivalente al 11% del total del territorio nacional. La distribución territorial por departamentos
en esta región es la siguiente: 1,856 Km2 ocupados por Retalhuleu; 1,061 Km2 por Sololá;
1,951 Km2 por Quetzaltenango; 3,791 Km2, por San Marcos; 2,510 Km2 por Suchitepéquez y
1,061 Km2 por Totonicapán. El grado de urbanización de esta región es del 48% es decir que
casi la mitad reside en las zonas urbanas, sin embargo haciendo el análisis a nivel de
departamentos, encontramos un mayor indicador de urbanización, en el departamento de
Quetzaltenango (59%) mientras que en el departamento de San Marcos únicamente el 28% es
población urbana.
Cuadro 5
Población y densidad de población departamentos de la Región Suroccidente. Año 2012
Departamento Población
total
Población
urbana
Porcentaje
urbano
Extensión
territorial
Kms 2
Densidad
poblacional
Hab/Km2
San Marcos 1,044,667 296,134 28% 3,791 276
Quetzaltenango 807,571 475,967 59% 1,951 414
Totonicapán 491,298 233,961 48% 1,061 463
Sololá 450,471 239,670 53% 1,061 425
Retalhuleu 311,167 124,277 40% 1,856 168
Suchitepéquez 529,096 237,429 45% 2,510 211
Total Región 3,364,270 1,607,438 48% 12,230 275 Fuente: Fodecyt 022-2011
En lo concerniente a la población urbana, esta región contiene áreas con un rango de
población urbana en todos los departamentos, pero es evidente la concentración en la zona del
altiplano en donde se localizan los municipios de Quetzaltenango, Ostuncalco, San Pedro
Sacatepéquez, Totonicapán, San Francisco el Alto y Momostenango.
Por otra parte, la región Noroccidente tiene una extensión territorial de 14,644.27
kilómetros cuadrados, el 13.67% del territorio nacional. Esta región está conformada por los
departamentos de Huehuetenango y Quiché. Es una de las regiones más ruralizadas del país. En
el año 2002 tenía una densidad poblacional de 103 hab/km2 y según las proyecciones de
población para el año 2012, cuenta con una densidad poblacional de 137 habitantes por
kilómetro cuadrado. Los municipios con mayor población urbana de estos departamentos son
53
Huehuetenango con una población estimada de 79,896 y una densidad de 429 hab/km2. En el
departamento de El Quiché el municipio de Chichicastenango con 79,241 habitantes urbanos y
una densidad poblacional de 436 hab/km2.
Cuadro 6
Población extensión territorial y densidad de población departamentos de la Región
Noroccidente. Año 2012
Departamento Población
total
Población
urbana 2012
Porcentaje
urbano
Extensión
territorial
Kms 2
Densidad
poblacional
Hab/Km2
Huehuetenango 1,173,977 346,989 30% 7,400 159
Quiché 985,690 307,399 31% 8,378 118
Total Región 2,158,667 654,388 30% 15,778 137 Fuente: Fodecyt 022-2011
Cuadro 7
Población y densidad de población departamentos de la Región Central. Año 2012
Departamento Población
total
Población
urbana 2012
Porcentaje
urbano
Kms 2 Densidad
poblacional
Escuintla 716,204 365,770 51% 4,384 163
Hab/Km2
Chimaltenango 630,609 320,494 51% 1,979 319
Hab/Km2
Sacatepéquez 323,283 267,890 83% 465 695
Hab/Km2
Total Región 1,670,096 954,145 57% 6,828 245 Hb/Km2 Fuente: Fodecyt 022-2011
La región Central tiene una extensión territorial de 6,908.83 kilómetros cuadrados, el
6.45% del territorio nacional. Esta región incluye a los departamentos de Chimaltenango,
Sacatepéquez y Escuintla, los cuales ocupan 1,979 Kms2, 465 Kms2 y 4,384 Kms2,
respectivamente. Tiene una densidad poblacional de 178 hab/km2.
En cuanto a la región Suroriente tiene una extensión territorial de 8,237 Kms. 2 y se
conforma por los departamentos de Santa Rosa, Jalapa y Jutiapa en donde reside el 7.96% de la
población total, con una densidad de 137 hab/km2. Aproximadamente el 35% se localiza en
áreas urbanas.
54
Cuadro 8
Población, extensión territorial y densidad de población departamentos de la Región
Suroriente. Año 2012
Departamento Población
total
Población
urbana
2012
Porcentaje
urbano
Extensión
territorial
Kms 2
Densidad
poblacional
Jutiapa 444,434 145,519 33% 3,219 138
Hab/Km2
Jalapa 327,297 107,608 33% 2,063 159
Hab/Km2
Santa Rosa 353,261 143,780 41% 2,955 120
Hab/Km2
Total Región 1,124,992 396,907 35% 8,237 137
Hab/Km2
Fuente: Fodecyt 022-2011
La región Nororiente ocupa 16,026 Kms.2, lo que significa el 13.51% del territorio
nacional. Se encuentra conformada por los departamentos de El Progreso, Izabal, Zacapa y
Chiquimula. De acuerdo con las proyecciones de población cuenta con 1,189,005 habitantes
de los cuales el 35% residen en zonas urbanas. La densidad poblacional de la región es de 74
habitantes por km2. En esta región se localiza el 8.5% de la población total del país. El
departamento más urbanizado de esta región es Zacapa, mientras que Chiquimula tiene la menor
población urbana pero la más alta densidad poblacional lo que sugiere población muy dispersa.
Cuadro 9
Población, extensión territorial y densidad de población departamentos de la Región
Nororiente. Año 2012
Departamento Población
total
Población
urbana
Porcentaje
urbano
Kms 2 Densidad
poblacional
Izabal 423,788 154,731 37% 9,038 47
Chiquimula 379,359 100,920 27% 2,372 160
Zacapa 225,108 96,975 43% 2,690 83
El Progreso 160,754 64,636 40% 1,922 84
Total Región 1,189,005 417,262 35% 16,026 74 Hab/Km2 Fuente: Fodecyt 022-2011
En el país no existen delimitaciones del perímetro urbano, por lo que se encuentran
dificultades en la medición de la densidad poblacional urbana. El siguiente cuadro muestra las
densidades de poblacional tomando como base la extensión territorial total de los municipios,
lo cual incluye áreas urbanas y rurales, aun así puede obtenerse una panorámica sobre los niveles
55
de concentración. Es evidente que algunas densidades se vinculan con el tamaño del territorio,
es el caso del departamento de El Petén siendo el más extenso del país contiene a los municipios
con menores índices de densidad poblacional, con únicamente 18 habitantes por kilómetro
cuadrado. Al contrario de Sacatepéquez que ocupa únicamente el 0.43% del territorio nacional,
presenta municipios con altas densidades.
Gráfica 2
Densidad poblacional de municipios año 2002
Fuente: Fodecyt 022-2011
III.1.1.3 Grado de urbanización
El grado de urbanización se refiere a la población que habita en áreas urbanas con respecto
a la población total de un territorio determinado. Este indicador es importante para precisar
situaciones específicas que se dan como resultado de la concentración de población, servicios y
actividades económicas en centros urbanos, en este caso sobre la vulnerabilidad ante desastres.
Las cifras detalladas para cada uno de los periodos censales sobre el grado de urbanización
(Cuadro 12) muestran que las regiones con mayor grado de urbanización son Metropolitana con
un 87% y la Central (55.46%), en las cuales la población urbana sobrepasa a la rural. En el caso
de la región Central ha tenido un comportamiento creciente y se ha mantenido esta tendencia
desde el año 1950, también se destaca que ha experimentado un grado de urbanización más alto
que los valores a nivel de la república. Como contraparte, en las regiones Norte, Petén,
Noroccidente, Nororiente y Suroriente, más del 65% de su población habita en áreas rurales.
96
100
93
26
16
0 20 40 60 80 100 120
Menos de 100 hab/km2
De 101 a 200 hab/km2
De 201 a 500 hab/km2
501 a 1,000 hab/km2
Más de 1,000 hab/km2
56
Cuadro 10
Grado de urbanización en regiones. 2002-2012 REGIONES
GRADO DE URBANIZACIÓN
1950 1964 1973 1981 1994 2002 2012
Metropolitana 72.57 78.28 83.85 65.26 70.89 86.04 87.18
Norte 7.29 12.56 13.65 15.44 16.83 22.37 24.80
Noroccidente 7.86 14.76 13.32 12.72 14.82 23.55 30.30
Suroccidente 16.45 24.05 24.66 24.30 24.90 38.48 47.77
Central 34.00 35.96 40.20 40.73 45.54 55.46 57.13
Nororiente 18.27 26.00 22.96 23.47 24.31 31.09 35.09
Suroriente 13.05 20.97 21.34 22.79 23.39 30.79 35.28
Petén 10.05 46.37 33.14 24.06 26.73 30.10 31.35
País 24.95 33.62 36.40 32.71 34.98 46.14 49.25
Fuente: Fodecyt 022.2011
III.1.2 Indicadores de riesgo manifiesto ante cambio climático
III.1.2.1 Desastres por fenómenos hidrometeorológicos
El principal problema que se afronta actualmente en relación a los desastres en
Guatemala y los efectos del cambio climático se vincula directamente con el incremento de
fenómenos hidrometeorológicos extremos y el aumento de los indicadores de vulnerabilidad.
Algunos expertos advierten que debe tenerse precaución al asociar el incremento de desastres
de origen hidrometeorológico exclusivamente como producto del cambio en los niveles de
lluvias (Limayo, 2012:234). Es importante revisar la recurrencia histórica de estos eventos y
vincularla con las formas de ocupación del territorio ocurrida durante las últimas décadas así
como con la magnitud de los daños. Aun así no debe desconocerse la amenaza que representa
el cambio climático.
Guatemala está ubicada en el área de influencia de eventos hidrometeorológicos
extremos, debido principalmente a la topografía de sus cuencas hidrográficas y vertientes,
externamente a la ubicación entre dos costas oceánicas, lo que provoca que el 30% de su
territorio se encuentre en riesgo ante estos fenómenos. En los últimos 15 años el país ha sido
afectado por diversos eventos de distintas magnitudes, entre los que se cuentan huracanes,
tormentas tropicales, inundaciones y sequías.
57
En el caso de las inundaciones, históricamente los poblados más afectados en el territorio
nacional han sido los que se localizan en la costa sur del país. Esta situación se debe
principalmente a la evacuación de desechos líquidos y sólidos sobre las cuencas de los ríos,
haciendo que se acumulen los materiales sobre su cauce. En la época de invierno las altas
precipitaciones provocan inundaciones que causan severos daños principalmente en la vivienda
y la infraestructura vial. Los grandes centros urbanos como las ciudades de Guatemala, Antigua
Guatemala, Quetzaltenango, Escuintla, Chimaltenango, han sido afectados, de igual manera
que otras áreas urbanas y rurales. Incluso en el año 1982 un poblado tuvo que trasladarse en
forma forzada. Es el caso de El Palmar en el departamento de Quetzaltenango, cuando se
desbordó el río Nimá I y fueron obligados a trasladarse a otro sitio más seguro.
En los centros urbanos, este tipo de riesgos se ve agudizado en las áreas asentadas en la
cercanía de ríos sobrecargados en donde por efectos de la época lluviosa se han formado deltas
en ocasiones socavados o azolvados de arena. Esto ha propiciado el desborde de los ríos y a la
vez disminuido la capacidad de contener los caudales que en invierno se forman, llevándose
consigo partes de las endebles viviendas y en el peor de los casos cobrando vidas humanas. La
falta de plantas de tratamiento del agua residual que se desfoga hacia estas fuentes, otrora ríos
de caudales menores, es una de las causas de tales desastres. A ello se suma la falta de previsión
y planificación en la ubicación de los asentamientos humanos.
También los huracanes han afectado con inundaciones y desbordamientos los ríos de la
costa Atlántica y del Pacifico. Los poblados más vulnerables en la Costa Atlántica han sido
Livingston, Morales, Bananera y Puerto Barrios. En el pacifico son Retalhuleu, Champerico y
Tiquisate. Los huracanes que más daño han causado en los últimos años son: Francelia en 1969,
Laura en 1972, Fifí en 1974, Adrián en 1981, Mitch en 1998, Stan en 2004 y Agatha en 2010.
Estos tres últimos desastres han marcado la historia reciente del país, por el gran impacto en
víctimas mortales, daños a infraestructura y vivienda. A raíz de estos desastres se inició en el
país la creación de espacios institucionales para coordinar acciones de reconstrucción y para la
observación y vigilancia de las amenazas por fenómenos naturales (Gellert, 1999:104).
58
III.1.2.1.1 Huracán Mitch
El huracán Mitch, ya degradado a tormenta tropical ingresó a Guatemala el 12 de
noviembre de 1998, dejando innumerables pérdidas en el país. Los principales municipios y
departamentos afectados fueron: Los Amates y Morales, en el departamento de Izabal, Panzós
en Alta Verapaz, y la cuenca de Amatitlán que incluye a los municipios de Petapa, Amatitlán y
Villa Canales. Las miles de viviendas afectadas parcial o totalmente se localizaron
principalmente en Izabal, Zacapa (Gualán), la cuenca del Polochic (Panzós, El Estor y Cahabón)
y la franja costera del Pacifico (Escuintla y Santa Rosa).
Se estima que el fenómeno afectó a casi 750,000 personas, se registraron 268 muertes y
aproximadamente 280 heridos, 121 personas desaparecidas y 106,604 personas evacuadas. Los
daños en las vías de comunicación por la excesiva acumulación de agua provocaron que durante
varios días más de 16,000 personas en las áreas afectadas permanecieran incomunicadas. Dicha
catástrofe evidencio la realidad ante el riesgo en Guatemala, con la existencia de amplios
sectores de población urbana y rural que viven en condiciones precarias, sin infraestructura para
la evacuación de aguas servidas, en frágiles y deterioradas viviendas asentadas en terrenos
propensos a deslaves y deslizamientos, áreas deforestadas y carencia de equipamiento social.
Los daños a los sistemas de agua y letrinas, la contaminación de pozos y las aguas estancadas
generaron un serio problema sanitario. En el sector productivo la agricultura y ganadería fueron
los sectores más dañados por la catástrofe. La pérdida en los sectores productivos
agropecuarios, pesca y forestal, manufacturas, comercio y medio ambiente sumaron US$86.94
millones de dólares. En las zonas costeras se vio afectada la pesca para el consumo familiar
(Cifuentes, 2009:198). En las tierras bajas de los ríos Motagua y el Polochic sufrieron un mayor
impacto las plantaciones bananeras y las haciendas de ganado, lo cual se tradujo en desempleo
(CEPAL, 1999).
Las inundaciones produjeron daños importantes a la infraestructura vial, tanto en
puentes, redes viales principales, vías secundarias y terciarias. Además 90 tramos de la red
primaria y 34 caminos rurales sufrieron daños de consideración, principalmente en el oriente, el
noroccidente y la costa sur. Un total de 10 líneas de transmisión de energía eléctrica fueron
59
dañadas, localizadas en la región nororiental y en la costa sur del país. A esto se sumó el daño
que sufrieran las hidroeléctricas nacionales (CEPAL, 1999).
La magnitud total de los daños ocasionados por el huracán en el sector vivienda ascendió
a 233.2 millones de quetzales, efectos que se sumaron al déficit habitacional prevaleciente en el
país. A partir de este desastre se planteó la necesidad de establecer planes de acción, sistemas
de alerta temprana y políticas para la gestión del riesgo en el país (Cifuentes, 2009:198).
III.1.2.1.2 Huracán “Stan”
El Huracán Stan ingresó al país ya degradado a tormenta tropical en octubre del 2005,
afectando a las zonas costeras. Las intensas lluvias provocaron inundaciones, deslizamientos y
derrumbes. Por esta razón los daños causados fueron enormes. Las destrucciones fueron más
visibles en puentes, carreteras, escuelas, sistemas de agua potable, alcantarillados, centros de
salud y viviendas. Asimismo se inundaron tierras productivas. Los daños materiales
ascendieron aproximadamente a 950 millones de dólares, equivalentes al 3.4 del PIB nacional.
El conteo final del número de víctimas fue de 670 personas fallecidas, 844 desaparecidas y
493,965 damnificadas, en 43 municipios. No obstante que la intensidad de la tormenta Stan se
consideró relativamente débil, afectó a 15 de los 22 departamentos de Guatemala y puso en
evidencia las grandes vulnerabilidades ambientales, económicas y sociales del país (Cifuentes,
2009:210).
En el sector vivienda los daños fueron cuantiosos con aproximadamente 30,000
viviendas destruidas (SEGEPLAN, CEPAL, PNUD, 2006), localizadas principalmente en el
occidente y sur del país, en municipios con altos niveles de pobreza. Para atender a la población
afectada se creó el Programa de Reconstrucción, el cual contó desde el año 2005 con 150
millones de quetzales, los cuales fueron administrados por el Fondo Guatemalteco de la
Vivienda FOGUAVI.
60
Cuadro 11
Daños en viviendas ocasionados por Huracán Stan
Departamento Damnificados Viviendas
Afectadas
Viviendas
Destruidas
Guatemala 1,404 166 58
Santa Rosa 9,507 76 19
Jalapa 79 20 0
Jutiapa 14,817 762 299
Sacatepéquez 2,139 458 158
Chimaltenango 14,282 638 8
Escuintla 58,459 2,953 0
Sololá 28,307 1,950 1,979
Totonicapán 3,440 00 00
Quetzaltenango 19,686 297 29
Suchitepéquez 3,381 0 12
Retalhuleu 8,799 893 00
San Marcos 105,762 15,244 5,355
Huehuetenango 186 40 192
Quiché 10,148 915 486
Total 280,396 24,412 8,595
FUENTE: Fodecyt 022-2011.
Este desastre reafirmó el planteamiento de que la población con mayores índices de
pobreza resulta la más afectada por el embate de los fenómenos naturales extremos y que su
capacidad de respuesta así como su recuperación es mínima ante los desastres que éstos
provocan. También demostró que la intensidad -que no se considera como extrema -con que
impactó la tormenta Stan al territorio rebasó por completo la capacidad del Gobierno central y
las municipalidades para enfrentar los fenómenos de tal magnitud (Cifuentes, 2009:225), tanto
al ocurrir el desastre como posteriormente en la etapa de rehabilitación y reconstrucción.
III.1.2.1.3 La tormenta tropical Agatha
La tormenta tropical Agatha afectó al país los días 29 y 30 de mayo de 2010 y dejó a
102,639 personas damnificadas, 165 fallecidas. Además de 3934 viviendas destruidas y 4, 445
dañadas. La mayor parte del impacto físico fue en la infraestructura vial y las viviendas. La
población más afectada se localizó en los departamentos de Escuintla, Zacapa, Santa Rosa,
Izabal y Jalapa. Según estimaciones de CEPAL (2011) el costo total del desastre alcanzó los
7,915.7 millones de quetzales, equivalentes al 2.6% del Producto Interno Bruto.
61
Los sectores transporte, medio ambiente, vivienda, educación y agropecuario fueron los
más afectados en pérdidas. Los puentes y las carreteras resultaron muy dañadas por derrumbes,
principalmente la CA-1 y la CA-2. El departamento más afectado fue Guatemala debido a que
tuvo el mayor daño en vivienda e infraestructura. Los departamentos que le siguieron en
términos de impacto fueron Escuintla, San Marcos y Retalhuleu. Las viviendas destruidas en el
departamento de Escuintla fueron 235 y 429 afectadas.
III.2. Fenómenos hidrometeorológicos analizados
Además de los eventos extremos como los huracanes, en Guatemala regularmente
ocurren desastres por lluvias intensas que provocan daños a áreas urbanas y rurales. Los eventos
hidrometeorológicos que provocaron desastres y que se utilizaron como indicadores de
vulnerabilidad, extraídos del proyecto DesInventar, (Gellert 2003:110) fueron las avenidas
torrenciales, los deslizamientos, las inundaciones, las lluvias intensas o chubascos y las
tempestades.
Las avenidas torrenciales se refieren a los eventos reportados como crecientes súbitas
que transportan sedimentos finos o gruesos, pueden ser generadas principalmente por lluvias y
rupturas de represas. Los deslizamientos son provocados por movimientos de masas de suelo o
rocas. En cuanto a las inundaciones incluyen los desbordamientos o subida del nivel de agua
del cauce de los ríos y cambios de curso de los ríos. Las lluvias intensas son aquellas persistentes
o torrenciales cuando desembocan en desastres. Las tempestades se refieren a la lluvia
acompañada de vientos fuertes, descargas eléctricas, torbellinos o tornados que provocan daños.
El cuadro 12 muestra la totalidad de este tipo de desastres ocurridos en el periodo 1998-
2010 en Guatemala, en donde se visualiza que los deslizamientos han afectado mayormente a
las áreas urbanas (64.2%), siguiendo las tempestades y las inundaciones.
62
Cuadro 12
Desastres por fenómenos hidrometeorológicos en Guatemala. Áreas urbanas y rurales
1998-2010
Tipo de fenómeno Total de
eventos
Áreas rurales
% Áreas urbanas %
Avenida
torrencial
112 53 47.3 59 56.7
deslizamiento 302 108 35.8 194 64.2
Inundación 372 145 40.0 227 60.0
Chubascos 344 194 56.4 150 43.6
Tempestad 80 30 37.5 50 62.5
Total 1210 530 43.8 680 56.2 Fuente: Fodecyt 022-2011
Estos desastres han tenido un impacto dañino en la población. En el cuadro 13 se observa
que en las áreas urbanas los deslizamientos han afectado a mayores porcentajes de población.
Se incluyen aquí los fallecidos, heridos, desaparecidos, damnificados y evacuados. Por su parte,
las lluvias intensas han afectado a 37,723 viviendas, causándoles daño o destrucción total.
Cuadro 13
Impacto en la población afectada por fenómenos hidrometorológicos. Áreas urbanas y
rurales
Tipo Áreas rurales Áreas urbanas
Población
afectada
Viviendas
afectadas
Población
afectada
Viviendas
afectadas
Avenida
torrencial
205842 4528 221970 1151
Deslizamiento 96234 647 530310 1945
Inundación 132029 7932 220821 8846
Lluvia intensa 123901 2051 226179 37723
Tempestad 12339 767 15077 2251
Total 570345 15925 1214357 51916 Fuente: Fodecyt 022-2011
No obstante los desastres por fenómenos hidrometeorológicos no se distribuyen
homogéneamente en el territorio nacional. En el caso de las inundaciones y deslizamientos, por
ejemplo, la mayoría se localizan en las áreas urbanas de la franja central y suroccidental del
país. De igual manera, al realizar el análisis por las distintas unidades territoriales, tales como
las regiones, departamentos y municipios, se encuentran distintas vulnerabilidades.
63
Mapa 1
Lugares poblados urbanos afectados por inundaciones
Fuente: Fodecyt 022-2011
III.2.2 Desastres en las regiones
Para analizar los indicadores de desastres de tipo hidrometorológico ocurridos en
Guatemala en los últimos años, partimos en un primer análisis alrededor del nivel regional
tomando en cuenta la división territorial del país en ocho regiones, de acuerdo a la ley preliminar
de regionalización decreto 70-86.
En términos generales la región más afectada por desastres por fenómenos
hidrometeorológicos durante los años 1998-2010 fue la Metropolitana en donde ocurrieron el
64
79% de los eventos relacionados con amenazas hidrometeorológicas principalmente
deslizamientos, lluvias intensas e inundaciones.
Los desastres provocados por avenidas torrenciales se produjeron mayormente en las
áreas urbanas de la región suroccidental, con el 36.6%. La región central presenta el 26.8%,
ocupando el segundo lugar y la región metropolitana el 21.9%. Los deslizamientos tuvieron el
mayor impacto en las áreas urbanas de la región Metropolitana en donde ocurrieron el 72.5%,
junto con la región Suroccidental que tuvo una frecuencia del 14.3%, suman el 87% de desastres
ocurridos.
Gráfica 3
Desastres por fenómenos hidrometeorológicos en áreas urbanas de las regiones.
En porcentajes. 1998-2010
Fuente: Fodecyt 022-2011
0
10
20
30
40
50
60
70
80
Avenida torrencial Deslizamiento Inundación Lluvia intensa Tempestad
65
Mapa 2
Deslizamientos ocurridos en lugares poblados urbanos 1998-2010
Fuente: Fodecyt 022-2011
En cuanto a las inundaciones destaca que en las áreas urbanas de la región suroccidental
ocurrió el mayor porcentaje de este tipo de eventos (33.5%). La región Metropolitana también
tuvo un alto porcentaje de inundaciones. De igual manera las lluvias intensas provocaron el
35.3% de los desastres por esa causa, mientras que las regiones central, suroccidental y
nororiental fueron afectados de manera similar por este tipo de eventos.
Es de hacer notar que la región Petén ha sido la menos afectada por los eventos anteriores, a
excepción de las tempestades compartiendo porcentajes similares con las regiones Nororiente y
central. En resumen puede afirmarse que la región metropolitana y la suroccidental presentan
la mayor concentración de desastres por los distintos fenómenos hidrometerorológicos
analizados.
66
Con respecto a los daños provocados por los distintos eventos de tipo
hidrometeorológico en las áreas urbanas de las regiones, destaca la región metropolitana que
presenta la mayor cantidad de damnificados que suman 503,430. Otra de las regiones afectadas
fue la suroccidental, en donde las lluvias y las inundaciones provocaron el mayor número de
damnificados.
Cuadro 14
Número de damnificados por tipo de evento en las áreas urbanas de las regiones.
1998-2010
REGIÓN
Avenida
Torrencial Deslizamiento Inundación
Lluvias
intensas Tempestad TOTAL
Metropolitana 225 502119 890 41 155 503430
Central 1397 160 2815 37953 2655 44980
Suroccidente 810 310 16650 44868 775 63413
Noroccidente 0 5 310 0 175 490
Norte 900 0 600 6 165 1671
Peten 0 0 220 0 4600 7320
Nororiente 0 3800 7250 946 290 12286
Suroriente 15 0 14750 1992 0 16757
TOTAL 3347 506394 43485 85806 8815
Fuente: Proyecto Fodecyt 022-2011
La destrucción de viviendas en los desastres ocurridos durante el periodo 1998-2010
tuvo mayor impacto en la región suroccidental, en donde del total de viviendas afectadas el 62%
se localizó en esta región. La región metropolitana también se vio afectada con la destrucción
de 906 viviendas, lo que viene a incrementar los porcentajes del déficit habitacional que ya se
presenta en estas regiones.
Cuadro 15
Viviendas destruidas por tipo de evento en las áreas urbanas de las regiones. 1998-2010
REGION /
EVENTOS Avenida
Torrencial Deslizamiento Inundación Lluvia Tempestad TOTAL METROPOLITANA 69 332 126 375 4 906 CENTRAL 29 38 0 44 0 111 SUROCCIDENTE 27 0 537 1788 0 2352 NOROCCIDENTE 0 1 0 1 0 2 NORTE 3 0 0 1 0 4 PETEN 0 0 0 0 0 155 NORORIENTE 0 4 1 216 0 221 SURORIENTE 1 0 6 45 0 52
TOTAL 129 375 670 2470 4 Fuente: Fodecyt 022-2011
67
Al vincular la información obtenida sobre los distintos daños provocados por los
desastres por fenómenos hidrometeorológicos en las áreas urbanas de las regiones, se constata
que la región metropolitana y suroccidental, presentan un muy alto impacto por daños en cuanto
a víctimas mortales, desaparecidos, heridos y damnificados así como los porcentajes de
viviendas destruidas o afectadas. La región Central y nororiente registran un alto impacto y un
mediano impacto respectivamente. Mientras que las regiones suroriente, Norte y Noroccidente
tienen un bajo nivel de daños. En cuanto a la región Petén registra un muy bajo impacto.
Mapa 3: Impacto de desastres por regiones
Fuente: Fodecyt 022-2011
III.2.3 Desastres en los departamentos
Los departamentos que sufrieron mayor presencia de desastres por fenómenos
hidrometeorológicos fueron: Guatemala en donde se produjeron 275 eventos que constituyen el
40% del total, Quetzaltenango el 11% con 75 eventos, Escuintla el 6%, San Marcos el 5%, y
68
Chimaltenango el 4%. Es de hace notar que estos departamentos a excepción de San Marcos
tienen los municipios más urbanizados y con mayor densidad poblacional.
En cuanto al tipo de desastre ocurrido prevalecen las inundaciones y los deslizamientos.
Estos últimos afectaron en mayor proporción al departamento de Guatemala, en donde
ocurrieron el 71% de eventos. Otros departamentos afectados fueron Quetzaltenango, con el
7%, Sacatepéquez y Sololá con el 4%. Los departamentos de Escuintla, Quetzaltenango,
Guatemala y Alta Verapaz fueron los más afectado por avenidas torrenciales. Las lluvias
intensas provocaron desastres en el departamento de Guatemala, Escuintla y Sacatepéquez,
aunque en Guatemala éstos se quintuplicaron en número. Quetzaltenango y San Marcos fueron
afectados por el mayor número de desastres después de Guatemala.
Cuadro 16
Número de desastres por fenómenos hidrometeorológicos en áreas urbanas
departamentos de Guatemala 1998-2010. total
evento
Avenida
torrencial
Desliza
miento
Huracán Inundació
n
Lluvia Tempestad
TOTAL 686 59 196 4 227 151 49
Alta Verapaz 26 8 3 . 11 4 .
Baja Verapaz 2 . . . . 1 1
Chimaltenango 28 2 7 . 7 8 4
Chiquimula 13 . . . 8 3 2
El Progreso 5 1 . . 2 2 .
Escuintla 42 12 2 . 18 10 .
Guatemala 275 11 139 . 59 50 16
Huehuetenango 19 1 5 . 6 4 3
Izabal 15 . . . 11 3 1
Jalapa 12 . . . 2 10 .
Jutiapa 3 . . . 1 1 1
Peten 11 . . 4 4 2 1
Quetzaltenango 75 10 13 . 39 8 5
Quiche 22 . 2 . 8 8 4
Retalhuleu 3 . . . 3 . .
Sacatepéquez 22 3 8 . 4 6 1
San Marcos 32 3 2 . 15 10 2
Santa Rosa 3 1 . . 2 . .
Sololá 18 2 7 . 3 3 3
Suchitepéquez 24 4 3 . 11 1 5
Totonicapán 19 1 2 . 7 9 .
Zacapa 17 . 3 . 6 8 .
Fuente: Fodecyt 022-2011
69
Los distintos desastres por fenómenos hidrometeorológicos ocurridos durante el periodo
analizado tuvieron un alto impacto en la población en cuanto a víctimas afectadas. Las personas
fallecidas, desaparecidas y heridas alcanzaron la cifra de 3,766. De igual manera el número de
damnificados, afectados, evacuados y reubicados sobrepasó un millón setecientos mil personas.
Los departamentos de Guatemala, San Marcos y Sololá presentaron la mayor mortandad.
Mientras que Sololá presenta el mayor número de desaparecidos. La población evacuada fue
de un total de 135,516 y en el departamento de Escuintla tuvo lugar el mayor número.
Cuadro 17
Impacto de los desastres en la población de los departamentos.
1998-2010. Áreas Urbanas. Muertos Desaparecidos Heridos;
enfermos
Damnificados Afectados Evacuados Reubicados
TOTAL 555 829 2382 1201524 458905 135516 49
ALTA VERAPAZ 21 0 2 2661 55 4468 0
BAJA VERAPAZ 0 0 0 165 10 0 0
CHIMALTENANGO 4 1 5 3465 2661 1260 0
CHIQUIMULA 2 7 5 3760 5020 13958 0
EL PROGRESO 0 0 0 205 15 185 0
ESCUINTLA 22 5 1 41790 310171 17557 0
GUATEMALA 186 51 2282 505627 15143 13484 29
HUEHUETENANGO 1 0 0 679 9415 147 0
IZABAL 0 0 0 7415 10 13719 0
JALAPA 2 0 0 1997 13653 24 0
JUTIAPA 2 0 0 0 5 15 0
PETEN 1 0 9 7525 240 548 0
QUETZALTENANGO 24 0 22 14210 32518 516 0
QUICHE 4 10 6 510 15104 2345 0
RETALHULEU 1 3 0 275 5 0 0
SACATEPEQUEZ 0 2 5 1575 1728 297 5
SAN MARCOS 151 150 7 97605 50075 55501 10
SANTA ROSA 0 0 0 270 15 5 0
SOLOLA 103 600 14 5505 50 4130 5
SUCHITEPEQUEZ 2 0 0 865 2740 250 0
TOTONICAPAN 0 0 1 25 242 45 0
ZACAPA 19 0 0 5341 30 7062 0
Fuente: Fodecyt 022-2011
Otro impacto importante que afectó a la población se refiere a las viviendas que
resultaron destruidas y afectadas. En el departamento de San Marcos se reportó mayor cantidad
de viviendas destruidas y afectadas. Las viviendas destruidas son aquellas que han sido
70
arrasadas, sepultadas o colapsadas de tal manera que ya no son habitables (Gellert, 2003:83).
En lo que respecta a las viviendas afectadas son las que pueden ser reparadas y no tienen daños
estructurales.
Cuadro 18
Viviendas afectadas y destruidas por desastres hidrometeorológicos. 1998-2010.
Áreas urbanas de los departamentos.
Fuente: Fodecyt 022-2011
En términos generales los departamentos más afectados tanto en número de desastres
como en los daños a la población y en las viviendas afectadas durante el periodo analizado
fueron Guatemala y San Marcos los que tuvieron un muy alto daño. Escuintla y Sololá alto
daño. Con un daño medio se encuentran Quetzaltenango, Chiquimula y Alta Verapaz. Los
total Viviendas destruidas Viviendas.afectadas
TOTAL 51537 6592 44945
ALTA VERAPAZ 379 5 374
BAJA VERAPAZ 10 5 5
CHIMALTENANGO 78 0 78
CHIQUIMULA 318 128 190
EL PROGRESO 60 40 20
ESCUINTLA 4867 103 4764
GUATEMALA 3142 1076 2066
HUEHUETENANGO 351 20 331
IZABAL 1686 5 1681
JALAPA 475 49 426
JUTIAPA 5 0 5
PETEN 2156 155 2001
QUETZALTENANGO 2703 188 2515
QUICHE 139 5 134
RETALHULEU 60 30 30
SACATEPEQUEZ 490 57 433
SAN MARCOS 33777 4345 29432
SANTA ROSA 13 1 12
SOLOLA 311 275 36
SUCHITEPEQUEZ 215 7 208
TOTONICAPAN 58 0 58
ZACAPA 215 79 136
71
demás departamentos del país tuvieron un bajo o muy bajo impacto por los desastre de tipo
hidrometeorológico ocurridos, tal como se muestra en el mapas 4
Mapa 4
Impacto de desastres por departamentos
Fuente: Fodecyt 022-2011
III.2.4 Desastres en los municipios
La totalidad de los municipios del país ha sufrido algún tipo de desastres por fenómenos
hidrometeorológicos. Los municipios en donde los desastres en áreas urbanas han sido más
frecuentes son: Guatemala en donde ha ocurrido más de la cuarta parte del total (27%);
Quetzaltenango 5%, Villa Nueva y Chinautla 5% y con similares porcentajes, Coatepeque,
72
Totonicapán, Huehuetenango, Chimaltenango y Escuintla. Estos municipios han sido afectados
por múltiples amenazas.
Cuadro 19
Frecuencia por tipo de desastres en municipios
Número de
desastres
Avenida
torrencial
Deslizamiento Inundación Lluvia
intensa
Tempestad
1-5 38 43 55 77 24
6-10 0 1 8 1 0
11-15 0 1 1 0 1
15-20 0 1 0 0 0
Más de 20 0 1 1 1 0 Fuente: Fodecyt 022-2011
Mapa 5
Municipios afectados por desastres hidrometeorológicos
Fuente: Fodecyt 022-2011
73
III.3 Índices de vulnerabilidad por región, departamento y municipio
Los indicadores analizados en los anteriores apartados fueron la base para construir los
índices de vulnerabilidad en las regiones, departamentos y municipios del país. Por medio de la
construcción de estos índices se han identificado los distintos grados de vulnerabilidad social
que poseen las distintas unidades territoriales urbanas frente a amenazas específicas. Las áreas
identificadas involucraran a diversas áreas urbanas que presentan muy alto, alto, medio, bajo o
muy bajo grado de vulnerabilidad, a nivel de regiones, departamentos y municipios del país.
Los indicadores que se eligieron para la elaboración de los índices se dividieron en cinco
grandes categorías: a) proceso de urbanización por medio de indicadores del grado de
urbanización, tamaño de población urbana, y densidad poblacional; b) indicadores sociales
proporcionados por el Índice De Marginación IDM, que se refieren a alfabetismo, % de
población sin primaria completa, % de ocupantes en viviendas con piso de tierra, % de ocupantes
de vivienda sin luz eléctrica, servicio sanitario, % de ocupantes de vivienda con hacinamiento
y % de residentes en poblados rurales; c) Frecuencia, magnitud e intensidad de los daños
ocasionados por los desastres ocurridos. Los parámetros utilizados se muestran en el siguiente
cuadro.
74
Cuadro 20
Caracterización de los índices de vulnerabilidad
INDICE DE
VULNERABILIDAD
PRINCIPALES CARACTERÍSICAS
MUY ALTA Áreas con alta concentración de población urbana con grado de
urbanización mayor del 80%, tamaño de población urbana mayor a
50,000 habitantes, densidades de población mayores a 500
hab/Km2, que han sido amenazados por más de 27 desastres de tipo
hidrometeorológico que han provocado inundaciones,
deslizamientos y tempestades.
ALTA Áreas con alta concentración de población urbana con grado de
urbanización mayor de 60%, tamaño de población urbana mayor a
20,000 habitantes, densidades de población mayores a 200
habitantes/Km2, que han sido amenazados por entre 20 y 27
desastres por lluvias intensas que han provocado inundaciones,
deslizamientos y tempestades.
MEDIA Áreas con mediana concentración de población urbana con grado
de urbanización mayor del 40%, tamaño de población urbana mayor
a 10,000 habitantes, densidades de población mayores a 100
habitantes/km2, que han sido amenazados por entre 13 y 20
desastres por lluvias intensas que han provocado inundaciones,
deslizamientos y tempestades.
BAJA Áreas con poca concentración de población urbana con grado de
urbanización mayor del 20%, tamaño de población urbana mayor a
5,000 habitantes , densidades de población mayores a 50
habitantes/km2, que han sido amenazados por entre 6 y 13 desastres
por lluvias intensas que han provocado inundaciones,
deslizamientos y tempestades.
MUY BAJA Áreas con muy baja concentración de población urbana con grado
de urbanización menor del 20%, tamaño de población urbana menor
de 5000 habitantes, densidades de población de menos de 50
habitantes/Km2, que han sido amenazados por al menos 6 desastres
por lluvias intensas que han provocado inundaciones,
deslizamientos y tempestades.
Fuente: Fodecyt 022-2011
III.3.2 Índices de vulnerabilidad en las áreas urbanas de los departamentos
El departamento de Guatemala es el único que presenta un muy alto índice de
vulnerabilidad ante desastres en las áreas urbanas. Con una alta vulnerabilidad se ubican siete
departamentos, la mayoría localizados en la región central y suroccidental del país. De igual
manera los departamentos con bajo y muy bajo índice de vulnerabilidad se localizan en las
regiones Nororiental y Suroriental.
75
Cuadro 21
Índices de vulnerabilidad urbana de los departamentos
MUY ALTO ALTO MEDIO BAJO MUY BAJO
Guatemala Escuintla Huehuetenango Izabal Baja Verapaz
Chimaltenango Quiché Chiquimula
Sacatepéquez Totonicapán Zacapa
Suchitepéquez Sololá El Progreso
Quetzaltenango Jalapa
San Marcos Jutiapa
Alta Verapaz Santa Rosa
El Petén
Retalhuleu Fuente: Fodecyt 022-2011
Mapa 6: Índices de vulnerabilidad urbana en los departamentos
Fuente: Fodecyt 022-2011
76
III.3.3 Índice de vulnerabilidad en áreas urbanas de los municipios
Los municipios con un muy alto índice de vulnerabilidad son Guatemala, Chinautla,
Mixco, Amatitlán, Villa Nueva, Petapa, Chimaltenango, Escuintla, Quetzaltenango y
Mazatenango. Estos municipios se caracterizan por tener un grado de urbanización muy alto,
con alta concentración de población urbana. En el caso del municipio de Guatemala, es la
aglomeración urbana más poblada del país, se estima que al año 2012 contaba con 992,541
habitantes urbanos; mientras que en términos poblacionales la ciudad de Quetzaltenango, la
segunda ciudad en importancia poblacional cuenta con 144,818 habitantes y en tercer lugar se
encuentra la ciudad de Escuintla con 114,818 habitantes. Chimaltenango ha tenido un
crecimiento urbano sostenido como se evidencia el incremento de población estimada en el año
2012 de 103,574 habitantes con respecto al año 2002 con 62,917. El municipio de Mazatenango
es más pequeño en términos de población urbana con 61,903 habitantes estimados para el año
2012.
Cuadro 22
Municipios con muy alto y alto índice de vulnerabilidad en áreas urbanas
MUY ALTO
ÍNDICE
ALTO ÍNDICE
Guatemala Santa Catarina Pinula San Pedro Sacatepéquez
Chinautla Villa Canales Antigua Guatemala
Mixco Santiago Sacatepéquez Ciudad Vieja
Villa Nueva El Tejar Sta. Lucía Cotz.
Amatitlán Sololá Totonicapán
Petapa Olintepeque Almolonga
Chimaltenango Génova La Esperanza
Escuintla San Marcos Ayutla
Quetzaltenango Huehuetenango Santa Cruz Quiché
Mazatenango Cobán Puerto Barrios
Zacapa Esquipulas Fuente Fodecyt 022-2011
Cuadro 23
Índice de vulnerabilidad de municipios
IDV Municipios Número Porcentaje
Muy alta 10 3 %
Alta 23 7%
Media 44 13%
Baja 125 38%
Muy baja 129 39% Fuente: Fodecyt 022-2011
77
Cuadro 24
Municipios con índice de vulnerabilidad media en áreas urbanas
San José Pinula Palencia San Pedro Ayampuc
Fraijanes Jocotenango Pastores
San Bartolo Sacatepéquez San Lucas Sacatepéquez Patzún
Patzicía San Andrés Masagua
Tiquisate San José Iztapa
Palín Nueva Concepción Barberena
Nahualá San Antonio Palopó Santiago
Momostenango Salcajá Zunil
Colomba El Palmar San Francisco Suchitepéquez
San Pablo Suchitepéquez Chicacao San Sebastián Retalhuleu
Ocós Chichicastenango Playa Grande
San Cristobal Verapaz Panzós Flores
San Benito Poptún Río Hondo
La Unión Chiquimula Jalapa
San Luis Jilotepeque Jutiapa Fuente Fodecyt 022-2011
En resumen, del total de municipios del país, únicamente el 3% presenta una muy alta
vulnerabilidad ante desastres en sus áreas urbanas. Un 7% con una alta vulnerabilidad, mientras
que el 13% presenta un índice de vulnerabilidad media. Un 77% de los municipios presenta un
índice de vulnerabilidad baja o muy baja. Ello puede atribuírsele a dos factores, el primero que
el país tiene un bajo grado de urbanización y el segundo la concentración urbana y dispersión
de las áreas rurales.
78
Mapa 7: Índice de vulnerabilidad en áreas urbanas de los municipios
Fuente: Fodecyt 022-2011
79
III.4 Tres escenarios de vulnerabilidad urbana
A través de los indicadores e índices de vulnerabilidad generados se seleccionaron tres
áreas urbanas de mayor vulnerabilidad afectadas por las tormentas tropicales Mitch, Stan y
Agatha. Los criterios de selección de las áreas se basaron en los siguientes aspectos: a) que
fueron lugares muy afectados por el evento tanto en damnificados, daños en vivienda y b) áreas
que presentan un alto grado de urbanización y densidad poblacional. Las áreas seleccionadas
bajo tales criterios fueron, la ciudad de Chimaltenango afectada por la tormenta tropical Stan;
la ciudad de Escuintla por Agatha y Villa Nueva por el huracán Mitch. Es de hacer notar que
estas tres ciudades han sido impactadas en algún grado por estos tres desastres, sin embargo han
tenido fuertes daños en algunos sectores.
III.4.1 La construcción de la vulnerabilidad en Escuintla
III.4.1.1 Características generales del municipio
El municipio de Escuintla se encuentra ubicado entre la latitud 14º 05,03' norte y longitud
91° 02,55' oeste. Escuintla es uno de los trece municipios que componen el departamento; se
encuentra al norte del mismo. Tiene una extensión territorial de 640 kilómetros cuadrados.
Colinda al norte con San Juan Alotenango y Suchitepéquez; al sur con Masagua, al poniente
con Palín, San Vicente y Guanagazapa y al oeste con La Democracia y Siquinalá. El
municipio de Escuintla fue elevado a categoría de ciudad el 19 de Febrero de 1887. Se
encuentra a una distancia de 58 kilómetros de la ciudad capital, posee un clima húmedo, con
temperaturas templadas a cálidas, el idioma oficial es el castellano aunque existe un reducido
número de habitantes Xincas, Garífunas, mayas, y otros grupos étnicos. El 96.55% de la
población es ladina, 3.26% población maya, 0.04 de población Xinca, el 0.01% de población
Garífuna, y el 0.14% de grupos no definidos.
El clima en el municipio de Escuintla es considerado cálido, alcanzando durante todo el
año, temperaturas máximas de 30°C y mínimas de 16°C. Mientras tanto se tiene reportado un
rango de 1500 a 2200 mm de precipitación anual, repartidos entre los meses de mayo a octubre;
finalmente, no se ha podido definir una estación fría precisa (INSIVUMEH, 2003).
80
Según su origen los suelos son volcánicos y que por lo general se encuentran Andisoles
en la parte norte, centro y este; los cuales, se desarrollan a partir de cenizas y otros materiales
volcánicos ricos en elementos vítreos. Tienen altos valores en contenido de materia orgánica,
alrededor de un 20%, además tienen una gran capacidad de retención de agua y se encuentran
en regiones húmedas, presentando mucha capacidad de cambio. Los Inceptisoles están en la
parte suroreste, siendo suelos jóvenes de origen volcánico, poco desarrollados con alto
contenido de materia organica que se descompone con mucha velocidad . En cuanto a su uso
potencial, encontramos que la ciudad de Escuintla posee suelos tipo II y III; Los suelos tipo II,
se caracterizan por ser tierras cultivables sujetas a medianas limitaciones, aptas para el riego con
cultivos muy rentables, con topografía plana a ondulada o suavemente inclinada, productividad
mediana con prácticas intensivas de manejo. Mientras que la Clase III, posee tierras cultivables
sujetas a medianas limitaciones, aptas para el riego con cultivos muy rentables, con topografía
plana a ondulada o suavemente inclinada, productividad mediana con prácticas intensivas de
manejo (MARN, IARNA, PNUMA, 2009).
Escuintla se encuentra catalogada dentro de la Provincia Geográfica Geomorfológica de
la Llanura Costera del Pacífico. La ciudad se encuentra en la cuenca del río Achiguate de la
Vertiente del Pacífico. Igualmente, se ha considerado que pertenece a la Provincia Ictica
Chiapas-Nicaraguense y a la Ecorregión Terrestre del Bosque Húmedo de la Sierra Madre de
Chiapas (MARN, IARNA, PNUMA, 2009).
Las principales fuentes de agua son el río Achiguate y los riachuelos Marroquín,
Cerritos, Entre Ríos, Tulmajate, Cobanitos y Concepción. Además el municipio de Escuintla
cuenta con una diversidad de quebradas, que son nombradas por los pobladores de forma local,
de acuerdo al lugar donde pasan. Por lo general, se trata de un mismo cuerpo de agua que va
cambiando de nombre en su trayecto.
Cuenta con un casco central; sesenta y un fincas, tres aldeas, catorce caseríos: Los
Voladores, El Carmen, Los Portales, Puente de Palo, Santa Marta, San Miguel, El Dorado,
Estrella del Sur, San José y Santa Clara, San Antonio El Calvillo, Belice, Las Chapernas, La
Florida Aceituno, El Salto, El Mango y Disagro, cuatro asentamientos precarios y 52 colonias.
81
Con respecto a la actividad económica, en la ciudad de Escuintla prevalecen las
actividades del sector terciario que incluyen actividades de servicio y comercio tanto formal
como informal. El 30.65% de los trabajadores no están calificados, muchos de los cuales
engrosan las 1,500 ventas informales que tiene esta ciudad. También es característico el
surgimiento de nuevos centros comerciales que han dinamizado el crecimiento de la ciudad
hacia los sectores sur y poniente de la ciudad. Por otra parte, numerosos asentamientos precarios
se han conformado en ella en los años recientes por efecto del crecimiento vegetativo y el arribo
de grandes contingentes de población migrante proveniente del ámbito rural. Esos indicadores
sugieren que existen altos índices de pobreza en su población, que contrasta con la localización
de producción agrícola de exportación (algodón, caña de azúcar, café) y la relativa modernidad
de la agricultura (Morán, 2,009).
El paso del Ferrocarril influyó en el desarrollo agrícola-comercial de esta ciudad desde
la década de los años cuarenta. Para el año de 1946, el área urbana presentaba un gran
crecimiento, en el año 1955 el municipio ya contaba con todos los servicios de infraestructura y
asistencia médica. Desde el año 1964 se considera la tercera ciudad en importancia poblacional
urbana contando con más de 24,000 habitantes, actualmente es la localidad urbana más grande
de la región Central. (INE, 1964). La autopista Palín – Escuintla permitió una mayor fluidez
del tráfico en esa importante arteria.
Con respecto a la actividad económica, en la ciudad de Escuintla prevalecen las
actividades del sector terciario que incluyen actividades de servicio y comercio tanto formal
como informal. El 30.65% de los trabajadores no están calificados, (INE, 2002) muchos de los
cuales engrosan las 1,500 ventas informales que tiene esta ciudad. Únicamente el 3% de la
población se dedica a actividades agropecuarias.
También es característico el surgimiento de nuevos centros comerciales que han
dinamizado el crecimiento de la ciudad hacia los sectores sur y poniente de la ciudad. A partir
de la década de los años noventa numerosos asentamientos precarios se han conformado en la
ciudad de Escuintla por efecto del crecimiento vegetativo y el arribo de población migrante
proveniente del ámbito rural. Este nuevo fenómeno sugiere la existencia de altos índices de
82
pobreza en la población y la falta de políticas públicas de dotación de vivienda, así como la
carencia de alternativas de alojamiento, que contrastan con la localización de producción
agrícola de exportación (algodón, caña de azúcar, café) y la relativa modernidad de la
agricultura.
En el aspecto de las condiciones físicas de las viviendas, el acceso a educación y trabajo
remunerado de los hogares del municipio de Escuintla, que es medido por medio del Índice de
Necesidades Básicas Insatisfechas, la ciudad de Escuintla presenta indicadores de hacinamiento,
carencias de acceso a agua potable y servicio sanitario.
III.4.1.2 Identificación de áreas de riesgo
El municipio de Escuintla y sus áreas urbanas han sido escenario de diversos desastres.
Por su topografía presenta riesgos potenciales y se considera expuesto a alto riesgo ante
inundaciones y sequías (SEGEPLAN, 2011:48). Según el índice de vulnerabilidad en áreas
urbanas tiene un alto riesgo ante amenazas hidrometeorológicas. La revisión hemerográfica ha
reportado inundaciones en la ciudad, por causa de desbordamiento de los ríos y por calles y
avenidas anegadas, después de torrenciales lluvias, que han transformado a éstas en cauces. En
el año 1998 el huracán Mitch provocó daños y afectó a aproximadamente 15,000 habitantes y
causó daños a 2640 viviendas según datos de DesInventar. En el año 2010 la tormenta tropical
Agatha provocó daños en las áreas urbanas de Escuintla que situaron en riesgo a 5577 personas,
afectaron directamente a 650, 18 familias resultaron damnificada y 22 evacuadas. Además 268
viviendas resultaron afectadas y 2 viviendas destruidas. La infraestructura vial y educativa
sufrió daños en dos carreteras, 6 puentes, 3 escuelas, 5 centros de salud y 9 edificios
gubernamentales.
Cuadro 25
Desastres por fenómenos hidrometeorológicos en áreas urbanas de Escuintla 1998-2010
Tipo de
desastre
Número Porcentaje Afectados Viviendas
destruidas
Viviendas
afectadas
Avenida
torrencial
2 100 0 2
Inundación 11 2828 0 633
Huracán 3 14949 2 2908
Tempestad 1 0 0 Fuente Fodecyt 022-2011
83
De igual manera, se reportan daños por las recurrentes inundaciones ocasionados por los
numerosos ríos que atraviesan y bordean la ciudad. Aunado esta amenaza, la población
contribuye con algunas prácticas negativas tales como la utilización de los tragantes pluviales
como basureros, disminuyendo progresivamente su capacidad. Existen tres basureros
clandestinos por comunidad y en el centro de la ciudad se localizan trece. (SEGEPLAN,
2010:47). De igual manera los caudales de los ríos, son usados como vertederos de desechos
líquidos y por la actividad industrial y doméstica, lo que ocasiona graves repercusiones
ambientales.
La Municipalidad es otro sector importante en este escenario de riego. Según el Código
Municipal es la encargada de velar por la adecuada disposición de los desechos sólidos, la
dotación de servicios básicos de saneamiento y la regulación del crecimiento urbano del
municipio. Para ello cuenta con un reglamento de construcción y de urbanización. Mientras que
el reglamento de desechos sólidos, aún se encuentra en proceso de elaboración. Destaca que
únicamente el 35% de la población tiene servicio de extracción de desechos sólidos (Entrevista
a Secretario Municipal).
Mapa 8: Localización geográfica de desastres. Ciudad de Escuintla 1998-2010
Fuente: Fodecyt 022-2011
84
En el anterior contexto, el análisis de la vulnerabilidad y riesgo en las áreas urbanas del
municipio de Escuintla se subdivide en cinco áreas: el casco central; sub-cuenca del Río
Marroquín; sub-cuenca del Río Concepción, la sub-cuenca del Río Mixtanate y las riberas del
Rio Michatoya.
Mapa 9: Áreas vulnerables a inundaciones. Ciudad de Escuintla
Fuente: Fodecyt 022-2011
III.4.1.2.1 Casco Central
Al igual que en otros cascos urbanos, en el caso de las inundaciones el problema principal
en Escuintla está enmarcado en la insuficiente capacidad de los drenajes y el taponamiento de
alcantarillas por desechos sólidos, por lo que en la época lluviosa las calles se convierten en
verdaderos ríos, según las entrevistas realizadas, tanto a pobladores como a funcionarios
municipales. Contribuye a lo anterior la inexistencia de contenedores de basura en las calles.
85
Fotografías 1y 2. Mostrando inadecuada disposición de desechos sólidos y tragantes en el casco central de la ciudad
de Escuintla.
Fuente: Fodecyt 022-2011
III.4.1.2.2 Sub-cuenca del Río Marroquín
En esta área se evidencia menor control sobre los desechos sólidos en las calles. Aquí se
encuentra localizado el asentamiento de la Línea Férrea; la mayoría de viviendas utilizan lámina
de zinc, tanto en sus paredes, como en sus techos; los pisos son de tierra y su acceso a los
servicios es deficiente. Igualmente, indica la población en las entrevistas realizadas que la
Avenida Centroamérica que atraviesa el área, se forma una correntada, fruto de la crecida del
río Marroquín que tiene un crecimiento periódico durante cada invierno.
Fotografías 3 y 4: Desfogue de drenajes en el área de subcuenca del río Marroquín
Fuente: Fodecyt 022-2011
86
Los basureros clandestinos se encuentran ubicados aledaños a los puentes que atraviesan
los ríos. En la época de lluvia el río aumenta su caudal, lo cual ha provocado desbordamientos
y las consiguientes inundaciones. Otro factor que incide en este tipo de desastres es que los
drenajes de las viviendas cercanas a sus cauces desfogan las aguas servidas a éste,
incrementando los niveles de contaminación y además su caudal.
Fotografías 5 y 6: Ribera del río Marroquín
Fuente: Fodecyt 022-2011
Un dato importante es que sobre el trazo de la línea férrea, se encuentra el parte-aguas
que subdivide la sub-cuenca del Rio Marroquín y el Río Concepción, por lo que las pendientes
se encuentran. Presenta pendientes entre los 5 y 10%, tornándose incluso a los 15% en pequeñas
porciones. El suelo está cubierto por concreto o asfalto; lo que ocasiona que su composición,
estructura y textura, no influyan en el daño hídrico que pudiese desarrollarse.
III.4.1.2.3 Sub-cuenca del Río Concepción
En esta sub-cuenca se localizan las Colonias Popular y Modelo I y II; así como el Estadio
Municipal, entre otras colonias residenciales, hacia donde se ha dirigido la expansión urbana
para sectores de ingresos medios. En contraste con los nuevos proyectos urbanísticos, también
se encuentran localizadas áreas precarias sin acceso a servicios.
En estas áreas se logran observar tramos carreteros de terracería y las pendientes son
más acentuadas, llegando hasta el 20%. Cabe destacar, que este dato de pendiente, es muy
aceptable y no se considera un factor determinante en la ocurrencia de algún tipo de desastre.
Uno de los problemas que presenta es que por ser área periférica presenta áreas de suelo aún sin
87
ningún recubrimiento lo cual representa un mayor efecto erosivo y en caso de correntadas o
avenidas torrenciales, arrastra grandes cantidades de suelo que se introduce en las viviendas y
en los caudales de los ríos, ocasionando azolvamientos. El problema de los desechos sólidos en
las calles no es tan evidente, pero si está presente en el rio, al igual que los desagües que
conducen de las viviendas hacia el mismo.
Fotografías 7 y 8: Riberas del río Concepción
Fuente: Fodecyt 022-2011
Es importante recalcar que la ciudad se está expandiendo hacia este sector, y algunos de
los promotores de los proyectos habitacionales que están surgiendo han construido gaviones de
piedra así como estructuras que de alguna manera eviten la acción destructiva del agua sobre
sus inversiones. En esta zona apreciamos, que las vías de acceso mezclan vías asfaltadas para
los accesos principales y adoquinados para el resto de las vías. Vuelve a percibirse la
heterogeneidad social y urbana, ya que en estas áreas residenciales los servicios son totales
mientras que otros centros poblados carecen de tal infraestructura.
III.4.1.2.4 Sub-cuenca del Río Mixtanate
Esta área geográfica se encuentra al sur del casco urbano. Muestra una imagen más rural
que las anteriores y tiene una topografía plana. Aquí se encuentran localizadas las colonia
Monterrey, Sebastopol y San Felipe, entre otras.
88
Fotografías 9 y 10: Acumulación de desechos sólidos en el río Mixtate
Fuente: Fodecyt 022-2011
Las vías de acceso están deterioradas, presentando baches y tramos sin cobertura vial.
El descuido en la deposición de la basura se hace muy evidente. Puede observarse cúmulos de
basura con mayor periodicidad. El río es vertedero de los drenajes de aguas servidas y pluviales.
La mayoría de viviendas se sitúan a las orillas de estos y lo utilizan también como vertedero de
desechos sólidos. Según las entrevistas a pobladores el principal problema que afrontan es la
reincidencia de enfermedades, resultado la contaminación de estos cuerpos de agua y la crecida
desmedida de los afluentes que provocan inundaciones en sus viviendas.
Fotografías 11 y 12: Riberas del río Mixtate
Fuente: Fodecyt 022-2011.
89
III.4.1.2.5 Sub-cuenca del río Michatoya
Esta área al igual que las anteriores se encuentra contaminada por desechos sólidos.
Existen aquí basureros clandestinos en donde llegan camiones a verter basura a los bordes del
río.
Las viviendas son heterogéneas en sus materiales constructivos, pero homogéneas en su
falta de recursos. Las vías de acceso en su mayoría son de terracería, teniendo tramos cortos
adoquinados, pero en muy mal estado. Los suelos siguen siendo francos, con un buen drenaje y
actos para la agricultura, las pendientes son suaves entre los 5 y 10%.
Fotografías 13 y 14. Camión vertiendo desechos sólidos en la subcuenca Michatoya
Fuente: Fodecyt 022-2011
III.4.2 La construcción de la vulnerabilidad en la ciudad de Chimaltenango
III.4.2.1 Características generales del municipio
El municipio de Chimaltenango es la cabecera del departamento del mismo nombre.
Cubre un área de 212 km² (Gall, 1972) y tiene una altitud de 1.800 msnm. Obtuvo el título de
villa el año de 1825 y el de ciudad en 1926. Se encuentra ubicado entre la latitud 14º 39’38”
norte y longitud 90° 49’10” oeste. Chimaltenango es uno de los dieciséis municipios que
componen el departamento; se encuentra al norte del mismo. Dista a 58 km de la Ciudad de
Guatemala. Colinda al norte con San Martín Jilotepeque, municipio de Chimaltenango, al este
con El Tejar, municipio de Chimaltenango, al sur con San Andrés Iztapa y Parramos, municipios
90
de Chimaltenango y al oeste con Comalapa, municipio de Chimaltenango. Se considera que
tiene en términos generales un clima templado; ya que las temperaturas máximas y mínimas se
encuentran entre los 12.1 y 23.7 °C. de igual manera, se reporta un rango de precipitación pluvial
anual de 1500 a 1600 mm repartidos entre los meses de mayo a octubre (Instituto Nacional de
Sismología, Vulcanología, Meteorología e Hidrología, 2003).
En forma general en esta área está asentada sobre Rocas Ígneas y Metamórficas del
Cuaternario: rocas volcánicas sin dividir, predominantemente del mio-plioceno. Incluye tobas,
material lahárico, coladas de lava, sedimentos volcánicos y edificios volcánicos. Podemos
asegurar, que se trata de características muy parecidas al valle de la Ciudad de Guatemala (IGN,
1976). Con formaciones geológicas recientes por la alta actividad volcánica del área, lo que ha
generado suelos de una gran riqueza mineral y horizontes superficiales muy grandes y fértiles.
Según su origen se ha logrado determinar que los suelos son volcánicos y que por lo
general encontraremos Andisoles en la parte sur y oeste del municipio; los cuales, se desarrollan
a partir de cenizas y otros materiales volcánicos ricos en elementos vítreos. Tienen altos valores
en contenido de materia orgánica, alrededor de un 20%, además tienen una gran capacidad de
retención de agua y se encuentran en regiones húmedas, presentando mucha capacidad de
cambio. Los Entisoles están en la parte central del municipio, son suelos que no muestran ningún
desarrollo definido de perfiles; por lo que no tiene "horizontes diagnósticos", y la mayoría son
básicamente su material parental megalítico inalterado, es decir el material original que lo
formo. Finalmente al norte y este tenemos los Alfisoles, como resultado de la acumulación de
arcillas endurecidas en las épocas secas (MARN, IARNA, PNUMA, 2009).
En cuanto a su uso potencial, encontramos que la ciudad de Chimaltenango posee suelos
tipo III y IV; Los suelos tipo III, posee tierras cultivables sujetas a medianas limitaciones, aptas
para el riego con cultivos muy rentables, con topografía plana a ondulada o suavemente
inclinada, productividad mediana con prácticas intensivas de manejo. Sin embargo, los suelos
tipo IV, se caracterizan por ser suelos con pendientes suaves a moderadas, teniendo dificultad
para el cultivo, pero siendo aptas para el pastoreo y cultivos agrícolas con prácticas de
conservación de suelos (MARN, IARNA, PNUMA, 2009)
91
Se encuentra catalogada dentro de la Provincia Geográfica Geomorfológica de las
Tierras Altas Volcánicas. La ciudad se encuentra en la cuenca del río Motagua de la Vertiente
del Caribe (INSIVUMEH, 2003). Igualmente, se ha considerado que pertenece a la Provincia
Ictica Chiapas-Nicaraguense y a la Ecorregión Terrestre del Bosque de Pino-Encino de Centro
América (MARN, IARNA, PNUMA, 2009).
En Chimaltenango se ubican varios accidentes orográficos que reciben nombre locales diversos,
entre éstos los cerros Alto e Itzapa y las lomas De Pérez, El Durazno, El Retiro y Larga. Se
localizan además los siguientes ríos: Chajalgüech, Chalcayá, Guacalate, Pixcayá y Santo
Domingo. Cuenta con diez riachuelos: Bola de Oro, La Felicidad, Matuloj, Ciénaga Grande,
Las Colinas, Ojo de Agua, El Rosario, Las Violetas, San Rafael y Pachipup.
Cuenta con una cabecera municipal dividida en cuatro zonas; cuatro aldeas: Bola de oro,
Buena vista, San Jacinto y Santa Isabel. Un Parcelamiento, llamado Alameda y doce caseríos:
Cerro alto, El Rosario, San Marcos Pacoc, Buenos Aires, Tonajuyú, Monte cristo, Ciénaga
Grande, El Socorro, Hierba Buena, San Antonio las Minas, El Jordán y Monte de los Olivos,
treinta y una colonias, cuatro fincas y cuatro comunidades. Al año 2002 (INE, 2002) contaba
con 74077 habitantes y una densidad poblacional de 503 hab/Km2. Según las proyecciones de
población al año 2009 se había incrementado la población a 109,655 habitantes, de los cuales
el 85% es población urbana.
III. 4.2.2 Identificación de amenazas y riesgo
El municipio de Chimaltenango y en especial su área urbana ha sido muy vulnerable ante
los desastres por fenómenos hidrometeorológicos. El huracán Stan en el año 2005 provocó
daños en esta ciudad, en infraestructura, vivienda y edificios escolares, damnificando
directamente a 139 personas y afectando a 73,938 personas. Se reportó la destrucción de
viviendas por socavamiento e inundaciones. Dieciocho viviendas fueron destruidas y se
reportaron sesenta afectadas. Se dañó un kilómetro de caminos de acceso y 2 puentes. Las
pérdidas totales por daños en servicio de agua y saneamiento en el departamento sumaron los
USA $112,000.
92
De acuerdo con los datos de DesInventar se han reportado durante los años 1998-2010
nueve deslizamientos en la ciudad. Así también se han desencadenado recurrentes desastres
por inundaciones en el junio del 2003, junio del 2006, 21 de agosto del 2006, 6 de junio del
2007 y 24 de mayo del 2010.Las lluvias fuertes o tempestades, se han hecho presentes en: el 3
y 9 de noviembre de 1998 para el huracán Mitch, 29 de junio del 2003, 5 de septiembre, 19 y
21 de julio del 2004; 5 de octubre del 2005, 21 de agosto del 2006 y 9 de octubre del 2007.
Gráfica 4
Número de desastres por año en áreas urbanas de Chimaltenango
Fuente: Fodecyt 022-2011
Los deslizamientos ocurridos se han localizado en las laderas de los barrancos que
bordean los ríos, apoyados por una mala red de drenajes que han ocasionado el colapso de las
porciones de tierra en que se instalan, provocando incluso la precipitación de viviendas al fondo
de los barrancos.
De igual modo, las inundaciones han sido el resultado de la poca capacidad que tiene la
red de drenajes de la ciudad; los cuales al superar su aforo ocasionan que el agua llovida forme
torrentes en las rutas de acceso, que al colapsar de igual forma, ingresan en las viviendas,
ocasionando pérdidas a sus pobladores. Así también es evidente los efectos que en la generación
de desastres tiene la deforestación, no solo de las terrazas de los barrancos, sino del paisaje
0
0.5
1
1.5
2
2.5
3
3.5
4
4.5
1998 2001 2003 2004 2005 2006 2007 2008 2009 2010
Deslizamiento inundación Lluvias intensas Tempestad
93
general del municipio, lo cual ha disminuido la capacidad de los suelos y su estructura;
provocando una disminución considerable en el potencial de captar agua de lluvia,
contribuyendo de sobremanera a la desertificación. A ello se agrega que existe una topografía
con relieves de quebradas, colinas y cerros, además de abundantes barrancos.
Mapa 10: Localización cartográfica de desastres. Chimaltenango. 1998-2010
Fuente: Fodecyt 022-2011
Los deslizamientos son los desastres que más han afectado las áreas urbanas del
municipio debido a las condiciones geológicas de los suelos y la topografía de los terrenos en
donde se asientan las viviendas. Las inundaciones también han sido recurrentes.
La regulación municipal del crecimiento urbano es débil al no contar con un reglamento de
construcción y urbanización, por lo que no se tienen lineamientos relacionados con el
crecimiento urbano de la ciudad. En cuanto a los desechos sólidos únicamente el 3.6% de las
viviendas hace uso del servicio municipal y el 49.6 utilizan para la eliminación de la basura
servicio privado. El resto de las viviendas (47%) eliminan la basura inadecuadamente, lo que
provoca efectos dañinos en el medio ambiente.
94
Existe dentro del municipio la presencia de CONRED para proporcionar apoyo en situaciones
de riesgo, sin embargo de acuerdo a entrevistas realizadas son los propios afectados los que
emprenden las acciones que se necesiten para su propia protección y seguridad. La CONRED,
coordina por lo general todas las actividades, las cuales son ejecutadas por la municipalidad con
ayuda del ejército. En cuanto a las capacitaciones, solo son enfocadas a los personeros de las
instituciones involucradas, como lo son los bomberos, la misma CONRED, trabajadores
municipales, ejército y policía. Pero no se tiene conocimiento de ningún proyecto que prevenga
los efectos de los desastres o que mitigue los daños que en su momento estos causaron. Para
analizar el riesgo manifiesto en la ciudad de Chimaltenango, ésta se ha dividido en cuatro zonas,
coincidiendo con las zonas que conforman esta ciudad. Cada una de ellas presenta distintas
características en cuanto a la vulnerabilidad urbana.
III.4.2.2.1 Zona 1
Esta zona central no cuenta con una adecuada dotación de red de drenajes, lo que
ocasiona regulares inundaciones en la época lluviosa. Además se observó que las calles no
presentan mayores problemas de acumulación de desechos sólidos.
En la parte sur de la carretera Interamericana se encuentra un sitio de la zona 1 que
presenta una topografía muy quebrada (escarpada), llegando a tener pendientes de hasta 40%;
al centro de ésta se origina el río el Rastro, el cual es el causante de esas diferencias en el relieve,
lo cual contribuye en mucho a los deslizamientos en esa área.
III.4.2.2.2.2 Zona 2
En esta zona se localizan áreas en deterioro en cuanto a infraestructura vial y en el
manejo de los desechos sólidos y líquidos. Según los vecinos en esta localidad han ocurrido
deslizamientos y derrumbes de viviendas. Una de las causas principales es que en esta parte de
la ciudad, desfogan los drenajes de la parte norte de la misma, provocando dichos incidentes.
La deforestación es general y el material arenoso arcilloso, favorece el deterioro de algunas
áreas de la zona y el socavamiento de los terrenos.
95
Fotografías 15 y 16: mostrando tipo de suelo y socavamientos.
Fuente Fodecyt 022-2011
Otro factor a considerar, es que este lugar se usa como vertedero de basura, lo que
intensifica el daño ambiental; los suelos se ven descubiertos y por ende erosionados, hay una
presencia arbórea muy leve, los pastizales y hierbas se ven dispersos. El perfil de suelo muestra
características arcillosas-arenosas, pero su base es arena volcánica.
III.4.2.2.3 Zona 3
En esta zona se reportan inundaciones y hundimientos de terrenos que tienen como
principal causa las deficiencias en la red de drenajes. Se observa que dado el bajo
mantenimiento de sus vías de acceso, se han deteriorado las mismas, presentando baches de
considerable tamaño y agrietamientos.
Foto 17: Alcantarillado cubierto de desechos sólidos.
Fuente: Fodecyt 022-2011
96
El tipo de suelo tiene un papel determinante, ya que su permeabilidad es limitada
provocando anegamientos de agua y en época seca el aparecimiento de grietas, características
de un suelo arcilloso. La topografía es ondulada, de aproximadamente un 20% de pendiente,
situación que puede generar avenidas torrenciales.
III.4.2.2.4 Zona 4
Esta zona se ubica en el área periurbana de la ciudad y presenta un suelo más quebrado,
presentado pendientes topográficas de hasta el 45%. En lo referente a sus vías de acceso
prevalece la terracería en un 80%. Es una zona dispersa con poca población, se mantiene aún
una buena cobertura boscosa, lo que le da un tinte rural. El principal riesgo se presenta por la
formación de cárcavas y correntadas coincidentes con la estación lluviosa.
Fotografías 18 y 19: mostrando bajas densidades en la zona 4
Fuente: 022-2011
Predominan en esta zona los drenajes conformados por pozos de captación y letrinas. Los
desastres que han afectado a esta zona son aislados desplomes de paredes, debidos a la cercanía
de las laderas de los barrancos. Aquí prevalecen los suelos arcillosos que se encuentran sobre la
base formada por cenizas volcánicas y otros materiales ígneos, tales como la pumicita. Un factor
diferente, es que la flora está muy bien mezclada, lo que le provee estabilidad y protección al
suelo
97
III.4.3 La construcción de la vulnerabilidad en Villa Nueva
III.4.3.1 Características generales del municipio
El municipio de Villa Nueva se encuentra ubicado entre los 14º 37' 15" latitud Norte y
los 90º 31' 36" longitud Oeste. Tiene una extensión territorial de 114 kilómetros cuadrados de
área en total, de la cual una parte se encuentra dentro de la cuenca del Lago de Amatitlán (Gall,
1976). La cabecera municipal se ubica en la meseta situada entre el río Platanitos y el río
Villalobos, éstos ríos son afluentes naturales del lago de Amatitlán. Villa Nueva es uno de los
17 municipios que conforman el Departamento de Guatemala, se encuentra localizado en la
parte sur del mismo y colinda con la Ciudad de Guatemala (IGN, 1976). Se le considera parte
del Área Metropolitana de Guatemala, al estar conurbado geográficamente con la ciudad de
Guatemala. Es el tercero de los municipios con mayor densidad de población y población
urbana del país.
Colinda al norte con el municipio de Guatemala Km. 07 carretera internacional al
pacifico CA-9 (37 calle de la zona 12 de Villa Nueva. Al oriente limita con el municipio de San
Miguel Petapa Km. 20 carretera que de Villa Nueva conduce a San Miguel Petapa, identificada
como carretera 2N. Al sur con el municipio de Amatitlán Km. 25.2 carretera internacional al
pacifico CA-9. Al poniente con el Municipio de Santa Lucia Milpas Altas Km. 28 carretera que
de Villa Nueva conduce a Santa Lucia Milpas Altas.
Se encuentra situado a 1,330.24 msnm sobre el nivel del mar, con un clima templado.
Gall, Francis. Diccionario geográfico de Guatemala. Tipografía Nacional, 1976). Se reporta un
rango de 650 a 1500 mm de precipitación anual, repartidos entre los meses de mayo a octubre
(INSIVUMEH, 2003).
Sobre las condiciones geológicas en forma general en esta área encontramos rocas ígneas
y metamórficas del Terciario: rocas volcánicas sin dividir, predominantemente del mio-
plioceno. Incluye tobas, material labárico, coladas de lava y sedimentos volcánicos. Rocas
Sedimentarias: aluviones cuaternarios (IGN, 1976). Esos materiales piroclásticos fueron
depositados originalmente ya sea por lluvias o en parte por avalanchas de cenizas, produciendo
mantos superpuestos. Las aguas meteóricas y fluviales ocasionaron y depositaron estas cenizas
98
en las partes más bajas del valle. Modificados en esta forma por depósito de aguas, se encuentran
en la actualidad de nuevo expuestas al desgaste por la lluvia y el escurrimiento superficial (IGN,
1976).
Las mencionadas cenizas pómez recientes, son el producto de erupciones volcánicas
explosivas y se conocen en la industria de construcción como arena blanca. Su granulometría
puede variar entre polvo volcánico, de fracciones de milímetro, hasta componentes individuales
de 20 cm. de diámetro (IGN, 1976). Su composición es de vidrio volcánico ácido.
Esencialmente, los mismos materiales componen el subsuelo de la ciudad capital. En el área de
Villa Nueva propiamente, así como en sus alrededores inmediatos, se reconocen varias docenas
de metros (Instituto Geográfico Militar, 1976).
En el cauce y banco del río Villalobos, que corre al este de la cabecera, se encuentran
gravas y arenas que son explotadas comercialmente. En la actualidad en las cercanías de la
cabecera el cauce de dicho río está casi seco la mayor parte del tiempo, pero en época de lluvia
crece de forma desmedida (Municipalidad de Villa Nueva, 2012).
Según su origen se ha logrado determinar que los suelos son volcánicos y que por lo
general se encuentran alfisoles en la parte norte como resultado de la acumulación de arcillas
endurecidas en las épocas secas y mollisoles en la parte sur, debido a que desde siempre han
sido suelos cubiertos por pastizales y bosques ralos (MARN, IARNA, PNUMA, 2009).
En cuanto a su uso potencial, encontramos que la ciudad de Villa Nueva posee suelos
tipo III y IV; por lo que la Clase III, posee tierras cultivables sujetas a medianas limitaciones,
aptas para el riego con cultivos muy rentables, con topografía plana a ondulada o suavemente
inclinada, productividad mediana con prácticas intensivas de manejo. Con respecto a la Clase
IV, reservada preferiblemente para sistemas silvopastoriles, son tierras cultivables con severas
limitaciones permanentes, no aptas para el riego, salvo en condiciones especiales, con topografía
plana, ondulada o inclinada, aptas para pastos y cultivos perennes, requieren prácticas intensivas
de manejo. Productividad de mediana a baja (MARN, IARNA, PNUMA, 2009). El 46% del
suelo de Villa Nueva es irregular, de éste el 22% está conformado por barrancos (MAGA, 2004).
99
Se encuentra delimitado dentro de la Región Fisiográfica Geomorfológica del las Tierras
Altas Volcánicas (Informe ambiental del Estado de Guatemala, 2009). La ciudad se encuentra
en la cuenca del río María Linda de la Vertiente del Pacífico (INSIVUMEH, 2003). Igualmente,
se ha considerado que pertenece a la Provincia Ictica Chiapas-Nicaragüense y a la Eco región
Terrestre del Bosque de Pino-encino de Centro América (MARN, IARNA, PNUMA, 2009).
Un sector del municipio de Villa Nueva se encuentra dentro de la cuenca del lago de
Amatitlán. Los ríos Platanitos y Villalobos son afluentes del lago. Otros ríos que lo atraviesan
son Mashul, Parrameño y San Lucas.
Los lugares poblados de Villa Nueva se dividen en 1 Villa (Zona Central), 3 Aldeas y 6
caseríos. Las siguientes fincas Bárcenas, Rancho Santa Clara, El Frutal, San Antonio,
Villalobos, Santa Catalina (El Zarzal y Guillén), El Paraíso, El Zarzal, San Francisco, Rancho
Azul, La Selva, Concepción, Santa Isabel, Roldán, Las Lomas y El Rosario. Por la fuerte
expansión urbana desde los años setenta fueron fraccionadas y desmembradas estas fincas
convirtiéndose en más de 300 colonias, fraccionamientos y asentamientos. Algunas se localizan
en la parte central (zona 1) y el resto en las 13 zonas que corresponden a la jurisdicción. Algunas
de estas colonias son residenciales y cuentan con los servicios básicos; también se encuentran
en Villa Nueva, 41 asentamientos muy saturados poblacionalmente, uno de ellos el más grande
de Centro América, ubicado en la finca El Zarzal. En la finca El Zarzal se localizan siete
asentamientos: Mario Alioto, Mártires del Pueblo, Las Victorias, Nueve de Julio, La Paz,
Colinas de Villa Nueva, Altos de Primavera, Valles de Nazaret. Estos asentamientos cuentan
con una población aproximada de 7,254 habitantes.
III. 4.3.2 Identificación de amenazas y riesgo
El municipio de Villa Nueva fue uno de los más afectados dentro del departamento de
Guatemala por el Huracán Mitch, ocurrido en los últimos días de octubre y primeros de
noviembre del año 1998. Se considera que el Huracán Mitch fue uno de los fenómenos
hidrometeorológicos más destructivos que afectaron Centroamérica durante el siglo XX. El paso
100
del huracán Mitch por Guatemala, advirtió que la mayor vulnerabilidad de la población ante los
desastres naturales es concordante con las condiciones de pobreza y la falta de planes de
previsión para enfrentar los efectos de tales desastres.
El total de viviendas dañadas por este desastre se aproximó a las dos mil unidades,
acentuándose con ello la ya deficitaria crisis habitacional. En los asentamientos precarios del
área metropolitana de la Ciudad de Guatemala se concentraron los derrumbes, deslaves y daños
a las viviendas así como las personas que perdieron la vida.
Cuadro 26
Asentamientos precarios afectados por Huracán Mitch en Villa Nueva
Asentamiento Damnificados Viviendas destruidas
Peronia 15 0
La Esperanza 68 4
La Isla 225 20
La Unión 200 20
Altos de Primavera 602 100
30 de Enero 84 1
Nuevo Porvenir 556 90
Granito de Arena 368 25
Mártires del Pueblo 162 25
Joyas del Mezquital 53 0
Mario Alioto 12 2
Total 2345 287 Fuente: Fodecyt 022-2011
En el caso de las áreas urbanas de Villa nuevo el huracán Mitch ocasionó diferentes
daños por deslizamientos e inundaciones afectando principalmente los asentamientos precarios
asentados en laderas de barrancos o cercanos a las márgenes de ríos. En los asentamientos
precarios, la deficiente o inexistente red de drenajes, aunado a la precariedad de las viviendas,
ocasiona que ante fuertes lluvias se produzca el deslizamiento de porciones de tierra, paredes e
incluso viviendas completas, ocasionando un efecto de dominó en las vecindades de estas.
Todos estos efectos sumados, terminan en destrucción y muertes.
101
Cuadro 27
Desastres por fenómenos hidrometeorológicos en áreas urbanas de Villa Nueva.
1998-2010
Tipo de desastre frecuencia Número de
afectados
Viviendas
destruidas
Viviendas
afectadas
Avenida
torrencial
6 1425 20 0
Deslizamientos 24 26630 137 325
Inundaciones 8 8275 1 72
Huracán Mitch 3 2150 0 175
Lluvias intensas 1 0 0 0
Tempestad 1 12 0 0
Total 43 158 Fuente: Fodecyt 022-2011
En total se reportan cuarenta y tres desastres en el periodo, lo que significa un promedio
de más de tres por año. De los cuales predominan los deslizamientos tanto en frecuencia como
en el número de población y viviendas afectadas. También se produjeron desbordamientos en
las riberas del río Villalobos, por lluvias intensas el 1 de noviembre de 1999, inundaciones y
desbordes el 16 de junio del 2000, 30 de junio del 2003 y el 6 de julio del 2003, deslizamientos
reportados en el 24 de julio del 2007, 27 de agosto del 2007 y 24 de julio del 2008. En un lugar
más puntual en las riberas de este rio podíamos citar a El Frutal, con otra inundación el 11 de
junio del 2000.
En el caso de las colonias Venecia I y II, se reporta un hundimiento el 29 de junio de
2003 que provocó daños en varias viviendas y cercano a éstas, en el lecho del río Platanitos en
donde se produjo un sumidero de aproximadamente de 30 metros de ancho. Según el estudio
realizado (CONRED, 2003:2) las posibles causas que intervinieron en este fenómeno fueron:
un enjambre sísmico ocurrido quince días antes del hundimiento; las fuertes lluvias durante ese
mes y la fuerte lluvia al ocurrir el evento. Además la preexistencia de una zona de fracturación
del suelo y la presencia de numerosos pozos de extracción de agua subterránea.
Como se puede constatar con las fechas de esos eventos, existe recurrencia de desastres
originados por fenómenos hidrometeorológicos, durante el periodo estudiado. Estos hechos han
ocasionado destrucción de edificaciones en las riberas, tanto del río Platanitos, como en el río
102
Villalobos. Sumado a esto, los desechos sólidos y líquidos que estos recolectan lo depositan
finalmente en el Lago de Amatitlán.
El encauzamiento de las redes de drenajes hacia los afluentes de los ríos, tiene como
resultado el aumento desmedido de sus caudales, ocasionando la destrucción de las terrazas
aluviales. Esta situación es también favorecida por la extracción de arena que realizan empresas
y personas particulares.
Mapa 11: localización geográfica y cartográfica de desastres en áreas urbanas de Villa
Nueva
Fuente: Fodecyt 022-2011
103
III.4.3.2.1 Sub-cuenca del Río Platanitos
En esta área se observa con regularidad desechos sólidos en las vías de comunicación.
Las pendientes son diversas y se encuentran pendientes de hasta 45% en los asentamientos:
Mario Alioto López, Altos de Primavera, La paz, Nueva Primavera, 9 de julio, Las Victorias y
El Zarzal; pero igualmente, en otras áreas existen terrenos planos y ondulados con pendientes
menores al 15%. En las riberas del río, observamos que los drenajes de casas y empresas,
desembocan al mismo. Se ha reportado que por esta misma cercanía, se han socavado los
terraplenes del río, ocasionando daños a las viviendas que limitan con éstos. Los problemas
erosivos, han formado cárcavas en la red de comunicación vial de los asentamientos, aportando
una considerable cantidad de tierra y basura, no sólo a los drenajes, sino también al río
(Entrevista municipal, 2012).
Fotografías 20 y 21: Asentamientos precarios del área
Fuente: Fodecyt 022-2011
El suelo en esta área es arenoso, con una delgada capa arcillosa; presenta una total
deforestación. Como ya se hizo mención anteriormente, la población es de bajos recursos y se
ha observado que realizan labores de reciclaje de basura y metales. En este río la extracción de
arena se hace a baja escala, debido a la cercanía de las viviendas a las riberas de éste. Se observó
una cantidad enorme de acumulación de basura en el área.
104
Fotografías 22 y 23: acumulación de desechos sólidos en las riberas del río Platanitos
Fuente: Fodecyt 022-2011
El material que predomina en los muros de las viviendas es el block sin ningún
recubrimiento. Igualmente predominan los techos de lámina y los pisos suelen estar recubiertos
con cemento. Las condiciones precarias son más evidentes en esta área y algunas viviendas
presentan paredes de lámina o madera. Aunque tienen servicios de energía eléctrica, el servicio
de agua potable es deficiente y el de basura casi inexistente.
Fotografías 24 y 25: desfogue de drenajes de viviendas e industrias hacia el río.
Fuente: fodecyt 022-2011
III.4.3.2.2 Riberas del Río Villalobos
En las riberas del río Villa Lobos se ha generalizado la actividad de extracción de arena
de manera intensiva, pudiéndose observar múltiples camiones y excavadoras a lo largo de su
105
cauce. Otro dato para acotar es que sugiere un paisaje más rural, pero que de igual manera,
recibe los drenajes de las poblaciones vecinas y una gran cantidad de basura.
Fotografía 26 : camiones extrayendo arena del río Villa Lobos.
Fuente: Fodecyt 022-2011
A lo largo de la ribera del río y de sus terrazas aluviales, se observa con claridad el efecto
hídrico erosivo, además de algunos deslaves y derrumbes. Se han fabricado gaviones de roca
revestidos con concreto, en las áreas más expuestas, pero aún faltan tramos por proteger. Del
mismo modo, se han construido tanques de sedimentación, que posteriormente se han tenido
que destruir por protestas comunales y saltos de oxigenación, a cargo de la Autoridad del Manejo
Sustentable de la Cuenca del Lago de Amatitlán –AMSA-. Igualmente, se observan las salidas
de drenajes directas al mismo lo que ocasiona la formación de cárcavas en sus desembocaduras.
Fotografías 27 y 28: mostrando muros de contención y erosión de laderas del río
Fuente: Fodecyt 022-2011
106
Las pendientes del terreno son diversas presentando desde 5% hasta 50% de pendiente
en su topografía. Los suelos son arenosos, pero son más evidentes por los cortes, resultado de
la construcción de carreteras que conducen a nuevas colonias asentadas en los alrededores.
Podemos apreciar la presencia de un sinnúmero de cerros, de origen volcánico, por lo que son
promontorios de tobas volcánicas, cenizas volcánicas y sedimentos lacustres tardíos de
diatomitas. El paisaje se torna muy rural, fortalecido por accesos viales de terracería, mezclada
con tramos asfaltados. Las viviendas también presentan heterogeneidad, pues entre las colonias
residenciales de hogares con ingresos medios, se mezclan agrupamientos de viviendas de
hogares de menores recursos.
III.5 Proceso de urbanización y gestión municipal de las tres áreas analizadas
III.5.1. El proceso de urbanización
Las tres ciudades estudiadas se ubican en dos regiones, Escuintla y Chimaltenango en la
región Central y Villa Nueva en la región Metropolitana.
Mapa 12: Ubicación geográfica de las tres áreas de estudio
Fuente: Fodecyt 022-2011
Los tres municipios han tenido un ascendente grado de urbanización, actualmente tienen
más del 75% de población urbana. El municipio más urbanizado es Villa Nueva, según las
107
proyecciones de población para el año 2012 cuenta con una población total de 527,174
habitantes de los cuales el 89% habitan en áreas urbanas. El municipio de Escuintla en el año
2012 contó con una población total estimada de 153,131 habitantes y la población urbana es del
75%. Por su parte el municipio de Chimaltenango tiene una población estimada de 124,545
habitantes y la población del área urbana corresponde al 83%.
Gráfica 5
Población urbana de los municipios de Villa Nueva, Escuintla y
Chimaltenango. Años 1994 - 2012
Fuente:
Proyecto FODECYT 022-2011 en base al censo general de 1994 y estimación 2012
Villa Nueva presenta un crecimiento urbano espectacular desde el año 1981 cuando tenía
un grado de urbanización del 28%, es decir que cada cien habitantes solamente 28 vivía en áreas
urbanas. En el año 1994 esta proporción se duplica con un grado de urbanización de 53%. Según
las proyecciones de población, en el año 2012 debido al crecimiento urbano el grado de
urbanización se situó en 89%.
Los municipios de Escuintla y Chimaltenango han mantenido un crecimiento urbano
sostenido durante el periodo 1981-2012. En el caso de Escuintla reportó en el año 1981 el 49%
en el grado de urbanización y para el año 2012 sobrepasó el 75%. De igual manera el municipio
0
50000
100000
150000
200000
250000
300000
350000
400000
450000
500000
1994 2002 2012
Villa Nueva
Escuintla
Chimaltenango
108
de Chimaltenango en 1981 contó con 55% en el grado de urbanización y en el año 2002 el grado
de urbanización fue del 83% manteniéndose estable en los siguientes 10 años.
Gráfica 6
Grado de urbanización de los municipios de Villa Nueva, Escuintla y
Chimaltenango. 1981-2012
Fuente: Proyecto FODECYT 022-2011 en base a los censos generales de los años: 1981,1994, 2002 y 2012.
Las tasas de crecimiento urbano de los tres municipios que muestran el crecimiento
interanual 2011-12, indican que la población urbana del municipio de Chimaltenango está
creciendo de manera más dinámica que Villa Nueva y Escuintla. Chimaltenango presenta una
tasa de crecimiento del 4.3% mientras que en el municipio de Villa Nueva es del 2.7% y
Escuintla se ubicó en 2.2%.
La densidad poblacional se asocia con el desarrollo que ha tenido el proceso de
urbanización. El municipio de Villa Nueva con una superficie territorial de 114 Kms2 presenta
una densidad poblacional de 4,624 habitantes por Kms2, mientras el municipio de Escuintla con
un territorio tres veces mayor, de 332 Kms2 tiene una densidad poblacional de 461 habitantes
por Km.2 El municipio de Chimaltenango cuenta una extensión territorial de 1979 Kms2, la
densidad poblacional para el año 2012 se ubicó en 63 habitantes por Kms2.
28%
48%
68%
88%
1981 1994 2002 2012
Villa Nueva
Escuintla
Chimaltenango
109
Gráfica 7
Densidad poblacional de los municipios de Villa Nueva, Escuintla
Y Chimaltenango. Año 2012
Fuente:Fodecyt 022-2011.
Otro aspecto importante en la vulnerabilidad ante desastres tiene que ver con la
edificación de las viviendas tanto en la técnica constructiva como en los materiales utilizados.
En los tres municipios predomina la construcción de paredes de block. El uso de ladrillos en la
construcción es bajo al igual que el uso del concreto. En cuanto a otros materiales, en el
municipio de Chimaltenango tiene un porcentaje alto de construcciones de adobe con 13% y en
Escuintla la utilización de madera es del 12%. El uso de lámina de zinc, es más alto en Villa
Nueva (10%), lo que podría explicarse por la gran cantidad de asentamientos precarios que se
localizan en este municipio.
0
1000
2000
3000
4000
5000
Villa Nueva Escuintla Chimaltenango
110
Gráfica No.8
Materiales predominantes en la construcción de viviendas.
Municipios de Villa Nueva Escuintla y Chimaltenango
Fuente:
Proyecto FODECYT 022-2011 en base al censo 2002
III.5.2 Gestión municipal
Las tres ciudades han crecido a expensas de la tierra rural. Desde hace algunas décadas
se inició el surgimiento de lotificaciones y con ello el crecimiento desordenado al no existir
regulación del uso del suelo. El crecimiento de las ciudades muestra que algunas de las nuevas
áreas residenciales padecen dispersión (baja densidad), falta de servicios básicos y algunas se
ubican en zonas inadecuadas para uso residencial, agravando todo ello las condiciones de
vulnerabilidad ante desastres.
El Código Municipal plantea la competencia del municipio de dotar en su jurisdicción
los servicios de agua potable y drenajes, además de la recolección, tratamiento y disposición
final de los desechos sólidos. Otra función es la regulación del transporte de pasajeros y la
autorización de licencias de construcción de obras públicas y privadas. Para cumplir con tales
atribuciones cuentan con una asignación anual del 10% de los ingresos ordinarios del gobierno
central. Adicionalmente obtienen la transferencia de un porcentaje de la recaudación de algunos
impuestos tales como el Impuesto al Valor Agregado (IVA), el Impuesto de Circulación de
Vehículos y el Impuesto a la distribución del Petróleo crudo y Combustibles derivados. El
0%
10%
20%
30%
40%
50%
60%
70%
80%
Villa Nueva
Chimaltenango
Escuintla
111
siguiente cuadro muestra los montos de estas transferencias para las municipalidades de Villa
Nueva, Escuintla y Chimaltenango.
Cuadro No.28
Transferencia Constitucional de los municipios de Villa Nueva,
Escuintla y Chimaltenango al año 2012
Municipio Iva Paz Constitucional Vehículos Petróleo Total Población Estimada
2012
Inversión por hab.
2012
Villa Nueva
Q 36,042,857.99 Q 33,684,712.67 Q 3,498,388.13 Q 953,727.37 Q 74,179,686.16 527,174 Q 204.08
Escuintla
Q 15,184,464.04 Q 14,191,003.07 Q 1,473,832.86 Q 401,794.96 Q 31,251,094.93 153,131 Q 179.00
Chimaltenango
Q 10,832,358.55 Q 10,123,639.07 Q 1,051,409.26 Q 286,634.23 Q 22,294,041.11 124,545 Q 140.71
Total Q 62,059,680.58 Q 57,999,354.81 Q 6,023,630.25 Q 1,642,156.56 Q 127,724,822.20
Fuente: Proyecto FODECYT 022-2011 en base a datos del portal Siafmuni del MINFIN 2013
En resumen el municipio de Villa Nueva recibió en el año 2012 por concepto de aporte
constitucional un total de Q74,179,686.16, el municipio de Escuintla recibió Q31,251,094.93 y
el municipio de Chimaltenango recibió Q22,294,041.11.
III.5.2.1 Dotación de servicios municipales
III.5.2.1.1 Red de drenajes
La situación de la dotación de drenajes se muestra en el cuadro siguiente, en donde
destaca que en Villa Nueva el 60% de los hogares están conectados a una red de drenajes
públicos o privados, el uso de fosa séptica se ubica en segundo lugar con 16%, el uso de las
letrinas no ha desaparecido del todo ya que predomina en 15% de los hogares. En el municipio
de Chimaltenango los hogares aún mantienen un alto uso de letrinas siendo el 31% de los
hogares los que aún lo utilizan, contra 3% de uso exclusivo lavable, el uso de fosas sépticas es
del 5%m mientas la conexión a red de drenajes apenas sobrepasa alcanza el 61%.
112
El municipio de Escuintla cuenta con una buena cantidad de hogares conectados a la red de
drenajes municipales siendo esta el 70% de la población, el uso de la letrina es bajo ya que se
ubicó en 18%, el uso de fosa séptica no ha desaparecido ya que 5% de los hogares aún lo utilizan.
Gráfica No.9
Servicios de drenaje en los municipios
Escuintla, Villa Nueva y Chimaltenango
Fuente:
Proyecto FODECYT 022-2011 en base al censo 2002
III.5.2.1.2 Disposición y tratamiento de desechos sólidos
En las tres ciudades se carece de infraestructura para la eliminación efectiva de los
desechos sólidos. Las municipalidades únicamente se hacen cargo de la recolección en
mercados y otras áreas públicas mientras que la recolección residencial se realiza por medio de
concesionarios privados. Éstos trasladan los residuos a terrenos que no llenan las condiciones
de salubridad y el tratamiento final. Muchos de estos desechos son vertidos en los ríos lo que
causa altos índices de contaminación.
El municipio de Villa Nueva tiene un tren de aseo en donde el 19% de los hogares
depositan sus desechos domiciliares, el 66% de los hogares pagan por el servicio que está en
manos de personas individuales, desde 1993. En el año 1998 se crea Ecorecuenca, una empresa
que agrupa recolectores de Villa Nueva, Cilla Canales, Amatitlán y San Miguel Petapa. Los
demás hogares queman sus desechos o los tiran en cualquier lugar, generalmente basureros
clandestinos a las orillas de los ríos.
0%
20%
40%
60%
80%
Conectado a Red Fosa Séptica Exclusivo lavable Letrina
Villa Nueva
Chimaltenango
Escuintla
113
El municipio de Chimaltenango presenta alta contaminación ambiental ya que 31% de los
hogares quema sus desechos domiciliares, mientras que el 12% de los hogares la tiran en
quebradas, ríos o en espacios públicos. El 2% de los hogares entierran los residuos. Únicamente
el 3% de la población paga por el servicio de extracción. Igualmente en el municipio de
Escuintla el tren de aseo municipal únicamente cubre al 4% de los hogares, los recolectores
particulares cubren el 50%, la cantidad de hogares que quema sus desechos domiciliares
corresponde al 27%, al igual que la contaminación por verter los desechos en predios, ríos y
quebradas alcanza el 10%, los hogares que entierran sus desechos corresponde al 8% mientras
que 2% de los hogares dispone de otras forma sus desechos domiciliares.
Gráfica No.10
Disposición de desechos domésticos
Los municipios Villa Nueva Escuintla y Chimaltenango
Fuente:
Proyecto FODECYT 022-2011 en base al censo 2002
En términos generales el caso de la disposición y tratamiento de los desechos sólidos en
Guatemala presenta indicadores preocupantes: en el año 2009 se produjeron a nivel nacional
aproximadamente 1,746,059 toneladas de desechos. La cuarta parte de este volumen fue tirado
en cualquier parte, 9% fue recolectado por el tren de aseo municipal y21% por recolectores
privados. La producción de basura domiciliar se estimó en 1.7 millones de toneladas (INE,
2010:133).
0%
10%
20%
30%
40%
50%
60%
70%
Municipal Privado La quema La tira La entierra otros
Villa Nueva
Chimaltenango
Escuintla
114
En ese contexto la vulnerabilidad ante desastres de tipo hidrometeorológico se ha visto
incrementada por efectos del cambio climático y por la construcción de riesgos en las áreas
urbanas por medio de la degradación del medio ambiente y la debilidad política institucional.
Grafica 11
Desastres ocurridos en Chimaltenango Villa Nueva y Escuintla
Fuente: Fodecyt 022-2011
0
2
4
6
8
10
12
14
16
18
AvenidaTorrencial
Deslizamiento Inundación Lluvia Tempestad
Villa Nueva Chimaltenango Escuintla
115
III.6 Discusión de Resultados
Al observar los resultados de la investigación lo primero que resalta es que las áreas
urbanas de Guatemala han tenido un crecimiento desordenado sin ningún lineamiento de
planificación urbana. En el proceso de crecimiento y expansión de las ciudades se han ocupado
sistemáticamente cuencas y sub-cuencas, se han deforestado grandes extensiones de tierra fuera
del control regulatorio municipal y se han incrementado la ocupación de zonas de riesgo. Los
desastres por fenómenos hidrometeorológicos se han incrementado por las características de
este crecimiento. Se han ocupado terrenos no adecuados para uso habitacional por condiciones
geológicas, topográficas, riberas de ríos. La gestión municipal se ha visto sobrepasada por la
demanda de servicios básicos, especialmente la dotación de drenajes y la recolección de
desechos sólidos. Esto ha provocado que se utilicen las fuentes de agua como vertedero de
desechos líquidos y sólidos domiciliares e industriales sin ningún tratamiento. Aunado a ello,
por efectos del cambio climático se han incrementado los fenómenos hidrometeorológicos
provocando lluvias más intensas, impactando directamente estas áreas con inundaciones,
deslizamientos, tempestades, sequías que han afectado a la población residente en esas áreas.
Puede afirmarse entonces que la hipótesis planteada en la investigación: “La
vulnerabilidad ante las amenazas hidrometerológicas en las áreas urbanas de Guatemala se ha
incrementado con el cambio climático lo que ha conformado regiones vulnerables que pueden
agruparse homogéneamente por niveles de riesgo como criterio para proponer lineamientos de
prevención y mitigación”, se comprueba con los resultados de la investigación.
El análisis de la vulnerabilidad es básico para implementar planes de gestión de riesgo
que conlleven acciones de prevención y mitigación a nivel de localidades y municipios en donde
se ha identificado altos niveles de riesgo. Las bases de datos generadas en la investigación
proporcionan información sobre los lugares poblados a nivel de colonias, asentamientos,
municipios y departamentos del país.
116
PARTE IV
IV.1 CONCLUSIONES
El proceso de urbanización de Guatemala ha aumentado las condiciones de riesgo al no
contemplar elementos de planificación urbana y territorial. A pesar que el país tiene uno
de los porcentajes más bajos de urbanización de América Latina y en su estructura de
población urbana predominan las localidades con un rango de tamaño pequeño, entre los
2,000 a 10,000 habitantes. Mientras que los municipios mayores de veinte mil
pobladores urbanos representan únicamente el 14%.
Otro aspecto importante del actual proceso de urbanización de Guatemala es el
incremento de ciudades de 20,000 a 100,000 habitantes, durante el último decenio las
cuales tuvieron un incremento numérico de 65 ciudades con respecto al año 2002. De
igual manera las que se encuentran en el rango de 100,000 a 150,000 habitantes, lo cual
muestra que el crecimiento urbano se está concentrando en las ciudades mayores.
La densidad poblacional en la región Metropolitana constituida por el departamento de
Guatemala es de 1,509 habitantes por kilómetro cuadrado, en una superficie de tan sólo
el 2% del territorio nacional, es la más urbanizada del país, con un grado de urbanización
del 87% y una población urbana de 2,796,5000.
Al vincular la información obtenida sobre los distintos daños provocados por los
desastres por fenómenos hidrometeorológicos en las áreas urbanas de las regiones, se
constata que las regiones más urbanizadas, es decir región metropolitana y suroccidental,
presentan un muy alto impacto por daños en cuanto a víctimas mortales, desaparecidos,
heridos y damnificados así como los porcentajes de viviendas destruidas o afectadas. La
región Central y nororiente registran un alto impacto y un mediano impacto
respectivamente. Mientras que las regiones suroriente, Norte y Noroccidente tienen un
bajo nivel de daños. En cuanto a la región Petén registra un muy bajo impacto.
117
En cuanto a las inundaciones destaca que en las áreas urbanas de la región suroccidental
ocurrió el mayor porcentaje de este tipo de eventos (33.5%). La región Metropolitana
también tuvo un alto porcentaje de inundaciones. De igual manera las lluvias intensas
provocaron el 35.3% de los desastres por esa causa, mientras que las regiones central,
suroccidental y nororiental fueron afectados de manera similar por este tipo de eventos.
Los departamentos que sufrieron mayor presencia de desastres por fenómenos
hidrometeorológicos fueron: Guatemala en donde se produjeron 275 eventos que
constituyen el 40% del total, Quetzaltenango el 11% con 75 eventos, Escuintla el 6%,
San Marcos el 5%, y Chimaltenango el 4%. Es de hace notar que estos departamentos
a excepción de San Marcos poseen los municipios más urbanizados y con mayor
densidad poblacional.
En cuanto al tipo de desastre ocurrido prevalecen las inundaciones y los deslizamientos.
En las áreas urbanas los deslizamientos han afectado a mayores porcentajes de
población. Estos últimos afectaron en mayor proporción al departamento de Guatemala,
en donde ocurrieron el 71% de eventos. Otros departamentos afectados fueron
Quetzaltenango, con el 7%, Sacatepéquez y Sololá con el 4%. Los departamentos de
Escuintla, Quetzaltenango, Guatemala y Alta Verapaz fueron los más afectados por
avenidas torrenciales. Las lluvias intensas provocaron desastres en el departamento de
Guatemala, Escuintla y Sacatepéquez, aunque en Guatemala éstos se quintuplicaron en
número. Quetzaltenango y San Marcos fueron afectados por el mayor número de
desastres después de Guatemala.
Los distintos desastres por fenómenos hidrometeorológicos ocurridos durante el periodo
analizado tuvieron un alto impacto en la población en cuanto a víctimas afectadas. Los
departamentos de Guatemala, San Marcos y Sololá presentaron la mayor mortandad.
Mientras que Sololá presentó el mayor número de desaparecidos.
118
Al vincular el grado de urbanización, el tamaño de la población urbana, la densidad
poblacional y los desastres ocurridos los municipios que presentan un muy alto índice
de vulnerabilidad son: Guatemala, Chinautla, Mixco, Amatitlán, Villa Nueva, Petapa,
Chimaltenango, Escuintla, Quetzaltenango y Mazatenango. Destaca que los primeros
seis municipios forman parte del área metropolitana y los demás son cabeceras
departamentales. Con respecto a los municipios con un alto índice de vulnerabilidad
ante desastres se encuentran municipios con alta concentración de población urbana
como Huehuetenango, Cobán, Zacapa, Santa Lucía Cotzumalguapa y Puerto Barrios y
también otros con menores indicadores San Pedro Sacatepéquez, Villa Canales, Santiago
Sacatepéquez, Ciudad Vieja. Sin embargo es de resaltar que un 77% de los municipios
presentan bajo o muy bajo índice de vulnerabilidad en las áreas urbanas, lo que muestra
la concentración poblacional en una sola región (la región Metropolitana) y la dispersión
que caracteriza la actual estructura de la población del país.
Las tres ciudades estudiadas. Escuintla, Chimaltenango y Villa Nueva han crecido a
expensas de tierra agrícola. Algunos sectores de población han ocupado áreas de riesgo
como laderas y zonas con altas pendientes. El uso inapropiado del territorio ha sido
continuo. Aunado a las amenazas por fenómenos hidrometeorológicos, la población
contribuye a los desastres, con algunas prácticas negativas tales como la utilización de
los tragantes pluviales como basureros, disminuyendo progresivamente su capacidad.
De igual manera los caudales de los ríos, son usados como vertederos de desechos
líquidos y sólidos por la actividad industrial y las viviendas, lo que ocasiona graves
repercusiones ambientales. El tratamiento inadecuado de los desechos sólidos ha
aumentado el impacto e intensidad de los desastres de tipo hidrometeorológico en las
ciudades.
La ciudad de Chimaltenango los deslizamientos ocurridos se han localizado en las
laderas de los barrancos que bordean los ríos, apoyados por una mala red de drenajes.
De igual manera, las inundaciones han sido el resultado de la poca capacidad que tiene
la red de drenajes de la ciudad. También son evidentes los efectos que en la generación
de desastres tiene la deforestación, no solo de las terrazas de los barrancos, sino del
119
paisaje general del municipio, lo cual ha disminuido la capacidad de los suelos y su
estructura; provocando una disminución considerable en el potencial de captar agua de
lluvia. A ello se agrega que existe una topografía con relieves de quebradas, colinas y
cerros, además de abundantes barrancos.
En Villa Nueva las riberas del río Villa Lobos se ha generalizado la actividad de
extracción de arena de manera intensiva. Los deslizamientos han predominado en los
asentamientos precarios que se localizan en este municipio. Se han producido
socavamientos de terrenos en algunas colonias residenciales por causa de la perforación
de pozos.
Las Municipalidades son otro sector importante en este escenario de riego. Como
responsables directas de la emisión de normativa sobre uso del suelo, reglamentos de
construcción y urbanización, dotación de infraestructura, tratamiento y la disposición
final de los desechos sólidos. En los tres municipios estudiados no se han implementado
instrumentos y normativas que regulen estos aspectos. Tampoco existen planes urbanos
sobre el crecimiento de las ciudades y menos aún planes de ordenamiento territorial para
prevención de desastres.
120
IV.2 RECOMENDACIONES
a) Formulación de planes de ordenamiento a nivel municipal que incluyan la gestión
integral del riesgo
Es fundamental para las municipalidades la incorporación de políticas de ordenamiento
territorial con definición de los usos del suelo así como la implementación de un sistema de
servicios ambientales vinculado a la adaptación al cambio climático.
Las municipalidades deben formular planes de ordenamiento territorial que les permitan
definirle usos y destino al suelo urbano para fines de la planificación del desarrollo urbano
equitativo de la ciudad y la sostenibilidad ambiental. La definición de usos del suelo también
implica delimitar zonas de crecimiento urbano en relación a las actividades que deben ubicarse
en su ámbito.
Un plan de ordenamiento debe ser punto de origen y referencia fundamental para el
contenido y orientación de los reglamentos de urbanización o de fraccionamientos urbanos y de
los reglamentos de edificación. En lo relativo al fraccionamiento urbano es importante
diferenciar las normas técnicas de urbanización, en función de la capacidad económica de la
población meta, es decir una clasificación de las urbanizaciones, criterio que también debe
extenderse a los reglamentos, normas y códigos de construcción de infraestructura adaptada al
cambio climático.
Para prever los las demandas de suelo y servicios urbanos que vendrán con el
crecimiento de las ciudades, deben regularse áreas consideradas como reservas territoriales para
vivienda. En segundo orden deben regularse las reservas territoriales de carácter ecológico, en
donde se incluyan áreas verdes, de reforestación, deportes y recreación. De igual importancia
es la reserva territorial para la vivienda popular que corrija de alguna manera la segregación
espacial, con el propósito de orientar acciones e inversiones estatales y municipales hacia estas
áreas.
Es necesario un análisis de vulnerabilidad y de los riesgos a desastres existentes por
medio de la elaboración de mapas de riesgo ante las diversas amenazas del territorio. A partir
de éstos zonificar el municipio según tipo de riesgo.
121
b) Reubicación de población en riesgo
Las municipalidades deben identificar e inventariar las zonas de alto riesgo para impulsar
programas de reubicación de población que las habita para lograr avances en la prevención. En
el caso de los asentamientos precarios, en donde un alto porcentaje de la población se localiza
sobre áreas de riesgo debe zonificarse las áreas de acuerdo al tipo de riesgo: no mitigable, zonas
de tratamiento especial, zonas de bajo riesgo. Además debe contarse con estrategias de
localización de vivienda social.
c) Implementación de Planes de gestión de residuos sólidos y líquidos
Otro reto que enfrentan las autoridades es el control de los desechos sólidos y líquidos;
tanto a nivel recolección, como a nivel deposición y post-manejo. Algunas de las opciones
tecnológicas que pueden implementarse son los rellenos sanitarios, la incineración controlada,
el reciclaje, el tratamiento biológico y el compostaje, recuperación del metano. Tratamiento de
aguas residuales. Igualmente, se deben crear una reglamentación que impida su desfogue sin
tratamiento a los caudales de los ríos.
d) Normas y reglamentos de construcción adaptados al cambio climático
La regulación urbana debe complementarse con normativos que regulen aspectos
específicos de adaptación y mitigación al cambio climático. Entre estos aspectos se
consideran fundamentales los siguientes:
Conservación de áreas forestales por medio de restricciones para uso en proyectos
habitacionales formales o informales.
Tratamiento de aguas residuales
Tratamiento de desechos sólidos
Estímulo al uso de materiales de construcción tradicional utilizando técnicas
constructivas mejoradas (adobe, bambú, bajareque).
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