confucio y mencio - los libros canonicos chinos-nuevo

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CONFUCIO Y MENCIO LOS LIBROS CANÓNICOS CHINOS EL CHU-KING * EL TA HIO * EL LUN-YU EL TCHUNG-YUNG * EL MENG-TSEU LOS CINCO GRANDES LIBROS DE POLÍTICA, MORAL Y FILOSOFÍA DE LA ANTIGUA CHINA Traducción, noticias preliminares y notas de JUAN B. BERGUA

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  • CONFUCIO Y MENCIO

    LOS LIBROS CANNICOS CHINOS

    EL CHU-KING * EL TA HIO * EL LUN-YU EL TCHUNG-YUNG * EL MENG-TSEU

    LOS CINCO GRANDES LIBROS DE POLTICA, MORAL Y FILOSOFA DE LA ANTIGUA CHINA Traduccin, noticias preliminares y notas de

    JUAN B. BERGUA

  • No obstante las numerosas notas destinadas a completar el texto, sera para el lector del mayor inters tener al alcance de la mano el tomo primero de la HISTORIA DE DAS RELIGIONES, de Juan B. Bergua, donde en el captulo destinado a China se trata ampliamente de las religiones de este pas; as como la MITOLOGIA UNIVERSAL, tambin de Juan B. Bergua.

    Coleccin TESORO LITERARIO nm. 20

  • CONFUCIO (K u n g -F u -T s ) Y

    MENCO (Meng-Ts)

    i-C-'r. -?* . >* . 'V C O S CHINOS

    LA RELIGION Y LA FILOSOFIA MAS ANTIGUAS Y LA MORAL Y LA POLTICA MAS PERFECTAS

    DE LA HUMANIDAD

    TRADUCCION, NOTICIAS PRELIMINARES Y NOTAS DE

    JUAN B. BERGUA

    SEGUNDA EDICION

    C L A S I C O S B E R G U A

    ww w.edicionesibericas.es

  • Juan B. Bergua, 1969 Clsicos Ber^ua-Madrid

    (Espaa)

    Depsito Legal: AV. 127. 1969 Nmero de Registro: 3551 - 53

    Im preso en Espaa P rin ted in Spain

    Imprenta Teresa de Jess.Caldern de la Barca, 7. AVILA

  • NOTICIA PRELIMINAR

    EL PAIS DE LOS H IJO S DEL CIELO

    No se sabe n ad a sobre los orgenes de la China. La cronologa no ofrece seguridad alguna sino a p a r tir del siglo V III an tes de n u estra era. Los chinos, divididos en pequeos principados feudales, ocupaban entonces la cuenca m edia del ro Am arillo, rodeados por todas p artes de brbaros. Los seores reconocan la au to ridad de los Hijos del cielo, reyes de la dinasta Tcheu, que haban sucedido , segn parece, a las dinastas H ia y Yin. Del siglo V III al VI, varios E stad o s feudales trataro n de ob ten er la suprem aca. Del siglo V al siglo II, la lucha se circunscribi en tre dos de ellos: Ts-in y Tch-u. E n el siglo II I , Ts-in realiz la unidad de China, cre el Im perio y empez la lucha co n tra los Hiong-nu. A p a rtir de este m om ento se sucedieron diversas dinastas im periales. Los H an (siglo I I a. de J., I I d. de J .) acabaron la unificacin del Im p erio y colonizaron toda la cuenca del ro Azul; tras d e stru ir el poder de los Hiong-nu, se pusieron en contacto con los tibetanos y establecieron relaciones con diferentes pueblos de Asia C entral. E n esta poca fue cuando el budism o se in tro dujo en China.

    Los Tang (siglos V II al IX ), tras rehacer la unidad del Im perio, que haba vuelto a dividirse en num erosos principados, lucharon co n tra los turcos y conquistaron la m ayor p a rte de Asia, h asta la Dzungaria; pero luego

  • JUAN B. BERGUA

    fu ero n vencidos p or una coalicin de rabes y tibe- taos. P o r entonces, el com ercio chino penetr p ro fu n dam ente en E u ro p a p or el cam ino de la seda y p o r las vas m artim as. Tras un perodo a n de feudalism o disgregante, los Sing (960-1280) g o bernaron en toda la China; pero, vencidos p o r los t rta ro s , tuvieron que refu giarse en la China del Sur; los t rta ro s fueron vencidos, a su vez, p o r la invasin m ongola. Con la dinasta de los Yuan, efm era dinasta m ongola, coincidi una larga expansin poltica y com ercial, y fue entonces, cuando la China se abri a los ex tran jero s y a la p ro paganda cristiana. Una reaccin nacional trajo al pod er a la dinasta de los Ming, que fueron reem plazados p o r o tra dinasta extranjera: la de los Ts-ing (1644-1912).

    Los prim eros em peradores de e s ta dinasta volvieron a em prender la conquista del Asia Central; pero sus sucesores fueron m olestados p o r los progresos rusos en S iberia y la llegada y establecim iento al sur, con p re textos culturales y de proteccin ( com erciales y coloniales en realidad), de diferentes E stados europeos. Vencidos p o r In g laterra, F rancia y el Japn, que resu citab a rpidam ente, tuvieron que ced er la soberana. de Anam, Corea y Form osa y a b rir a los extranjeros las p u ertas del resto del Im perio (1839-1895), y con todo ello encender el avispero que an zum ba, cada da m s am enazador.

    Un m ovim iento nacionalista ( el asu n to llam ado de los Boxers, 1898-1900) contra los in tru so s extranjeros que se haban hecho conceder p o r la fuerza diversos te rritorios chinos en una especie de arriendo, origin la intervencin de ocho naciones, en tre ellas el Japn, p ara quien aquel vecino enorm e, blando y sin organizacin ni fuerza, era bocado fcil y apetitoso; terreno ideal p ara su expansin (1 ) .

    La gu erra ruso-japonesa , que tuvo lugar, p o r cierto, en te rrito rio chino, dio ocasin al establecim iento de los japoneses en M anchuria y Corea. T anta hum illacin y desastre hizo im popular a la d in asta reinante, ocasio-

  • NOTICIA PRELIMINAR 9

    nando la revolucin al sur, en C antn, dirigida p o r Sun Yat-sen, m dico chino, educado en Europa, pro testan te y socialista, y la proclam acin de la Repblica, E l n o rte, tras el suicidio de Yuan Che-kai, que de virrey se haba erigido en em perador, com enz un perodo d e dictad u ras m ilitares y de anarqua, que no acab sino cuando Tchang Kai-chek, sucesor de S un Yat-sen, m uerto en 1925, entr en Pekn (1 9 2 8 ) y se hizo proclam ar p residente de la Repblica.

    Luego fue la ocupacin de M anchuria p o r los japoneses en 1931, la de la provincia de Jehol en 1932 y la fo rm acin del E stad o independiente del M anchukuo, al fren te del cual los invasores p u siero n a un rey fan tasma: a Pu-Yi, heredero destro n ad o de la cada dinasta M andchu. R esultado de todo ello: la guerra chino-japonesa, en la que este pas no p udo o btener un triunfo definitivo a causa de la ayuda eficaz y descarada p restada a los chinos p o r In g laterra , los E stados Unidos y la U.R.S.S.

    E n 1941, China declar la g u erra al E je (Alem ania, Ita lia , Jap n ) y luch ju n to a los aliados en B irm ania. La d erro ta de los japoneses devolvi a los chinos cuantos territo rio s les haban arreb a tad o aqullos; p ero al m ism o tiem po estall la rivalidad en tre el p artid o com unista (q u e haba aprovechado las luchas y desrdenes anteriores de su pas p a ra organizarse poderosam ente, apoyado p o r la R usia sovitica) y el nacionalista de Tchang Kai-chek. D ueos los com unistas de la China del N orte desde 1947, continuaron progresando, y en 1949, tras apoderarse de Shanghai y am enazar N ankn, obligaron a Tchang Kai-chek a refugiarse en Form osa, donde sigue, sostenido p o r los am ericanos.

    Al punto se inici la suprem aca de Mao, que an contina.

  • 10 JUAN B. BERGUA

    LAS PRIMERAS M ISIO N ES EN CHINA

    Como dicho queda, fue la d in asta mongola la que abri el m isterioso pas de O riente a los extranjeros, y con ello, a la propaganda cristiana. Recurdese que M arco Polo (1254-1323) lleg a China, luego de haber- atravesado B adakhchan y el desierto de Gobi, siendo recibido favorablem ente p o r el G ran K han (K ublai- k h an ), de cuya personalidad, corte, grandeza y dom inios hizo tan brillante y fabulosa relacin en su libro. Pero esta p rim era p ropaganda cristiana, em pezada con los m ongoles p o r m isiones tanto catlicas como p ro testantes, se vio pro n to in terru m p id a, no volviendo a iniciarse seriam ente sino a principios del siglo XVII, desde cuya poca ha continuado de una m anera regular, bien que con su erte varia, h asta el advenim iento de la R epblica china, en que pudo intensificarse gracias a la proclam acin p o r el nuevo E stad o de la libertad de cultos. A ctualm ente, con el com unism o, parece haber entrado en una fase m enos favorable. Pero dejem os esto, m al conocido an, p a ra ocuparnos de algo de m ucho inters; decir, del estado social y religioso del enorm e Im perio de los H ijos del Cielo cuando los m isioneros jesutas, a principios del siglo XVII, volvieron a p isar el suelo del Celeste Im perio.

    otra m anera, pues la histo ria dice: En las cerem onias de los funerales y del sacrificio a los m anes de ios difuntos, es preciso seguir la costum bre de los antepasados. E s decir, que nuestro s antepasados nos han trasm itid o el m odo de honrarlos y nosotros lo hem os recibido de ellos.

    El prncipe, dirigindose a Jan-yeu, le dijo: En los das que ya pasaron, jam s me he entregado al estudio de la filosofa. Am aba m ucho la equitacin y el ejercicio de las arm as. Ahora, los antiguos m inistros y aliados de m i p ad re y todos los funcionarios pblicos no tienen confianza en m; tem en acaso que no pueda b astar al cum plim iento de los grandes deberes que me son im puestos. Vas a ir de nuevo a co n su ltar p or m, con Mencio, sobre esto. Jan-yeu se traslad de nuevo al reino de Tseu p a ra in terro g ar a Mencio. Mencio dijo: Siendo as las cosas, tu prncipe no debe b u scar la aprobacin de los dem s. K ungts deca: Cuando el prncipe acaba de m orir, los negocios del Gobierno eran dirigidos p o r el p rim er m inistro . E l heredero del poder se alim entaba con arroz cocido en agua, y su ro stro adq u ira u n tin te m uy som bro. C uando se colocaba en su sitio, en la cm ara m o rtu o ria , p ara entregarse al dolor, los m agistrados y los funcionarios pblicos de todas clases no osaban su straerse a las dem ostraciones de u n dolor del que el heredero del tro n o daba el p rim ero ejem plo. Cuando los superiores am an alguna cosa, los inferiores le afeccionan m s vivam ente an. La

  • MENCIO 435

    virtud del ho m b re su p erio r es com e el viento, la virtu d del hom bre in ferio r es com o la hierba; si el viento pasa sobre ella se inclina necesariam ente. E st en pod er del hijo del siglo el o b ra r as. Cuando Jan-yeu le h u bo referido estas instrucciones, el h ijo del siglo dijo; Es verdad; esto no depende m s que de mi. Y d u ra n te cinco lunas h ab it en u n a b arrac a de m adera (c o n stru ida fu era de la p u e rta del palacio, p a ra p asar all el tiem po del lu to ) y no di ninguna ord en concerniente a los negocios del E stado. Todos los m agistrados del reino y los m iem bros de su fam ilia hicieron un deber de llam arle versado en el conocim iento de los ritos. Cuando lleg el da de los funerales, de ios cuatro p u n to s del reino acudieron n um erosas personas p ara contem plarle; y estas num erosas personas que haban asistido a los funerales quedaron m uy satisfechas del aire co n sternado de su ro stro y de la violencia de sus gemidos.

    3. Ven-kung, prncipe de Teng, interrog a M encio sobre el a rte de gobernar.

    M encio dijo: Los asu n to s del pueblo no deben ser descuidados. El Libro de los versos dice:

    D urante el da, recolectaris las caas;Durante la noche, h aced con ellas sogas y esteras:Apresuraros a su b ir al techo de vuestras casas p ara

    repararlo.Va a com enzar p ro n to la estacin en que ser p re

    ciso sem brar todos los granos.Esa es la opinin del pueblo. Los que tienen co n stan

    tem ente el uso de u n a p ro p ied ad p ara su m antenim ien- no, tienen el esp ritu com pletam ente tranquilo; los que no tienen co n stan tem en te el uso de tal propiedad, no tienen u n esp ritu com pletam ente tranquilo. Si n o tie nen el espritu com pletam ente tranquilo, entonces no hay nada que no com etan: violacin del derecho, p e rversidad del corazn, depravacin de las costum bres, licencia desenfrenada. Si se esp era a que el pueblo se h u n d a en el crim en p a ra corregirle po r m edio d e castigos, es coger al pueblo con redes. Cm o un hom bre,

  • 436 LIBROS CANONICOS CHIN OS

    teniendo la v irtu d de h u m an id ad y sentndose sobre un trono, podra coger as al pueblo con redes?

    Es p o r esa razn p o r la que u n p rncipe sabio es necesariam ente reflexivo y econmico; observa los rito s p rescritos con los inferiores y, exigiendo los trib u to s al pueblo, se conform a con lo' que est determ inado po r la ley y p or la justicia.

    Yang-hu deca: El que no piensa m s que en acum u lar riquezas, no es hum ano; el que no piensa m s que en ejercer la hum anidad, no es rico.

    Bajo ios prncipes de la d in asta Hia cincuenta fanegas de tie rra pagaban trib u to (o estaban som etidas al diezmo); bajo los p rncipes de la dinasta Yn, setenta fanegas estaban su jetas a l feudo de asistencia ( ts u ); los prncipes de la d in asta Tchu exigieron estos dos prim eros trib u to s p a ra cien fanegas de tierra (que recibi cada fam ilia). E n realidad, en una y o tra de estas d inastas prevaleci el diezm o sobre las tierras. El ltim o de estos trib u to s es u n re p a rto igual de todas las cargas; el segundo es un prstam o.

    Lung-ts deca: H aciendo la divisin y rep arto de las tierras no se puede establecer m ejor im puesto que el de asistencia ( t s u ) no se puede establecer otro peor que el del diezm o (k u n g ). P o r este ltim o tributo , el prncipe calcula, el ingreso m edio de varios aos, a fin de hacer de l la base de u n im puesto constante e invariable. En los aos frtiles en que el arroz es muy abundante y en que no sera ejercer la tirana exigir un trib u to m s elevado, se exige relativam ente poco. En los aos calam itosos, cuando el lab rad o r no tiene siquiera con que ab o n ar sus tierras, se exige absolutam ente de l la in teg rid ad del tributo . Si el que est constituido p ara ser el p ad re y la m adre del p u eblo o b ra de m anera que las poblaciones, con la m irada henchida de ira, se agoten h asta el fin del ao en continuos trabajos, sin que los hijos puedan alim entar a su p ad re y a su m adre, y que, adem s, los labradores estn obligados a p e d ir p restad o a gran inters p ara com pletar sus tasas; si hace de m odo que los ancianos

  • y los nios, a causa del abandono que experim entan, se precip iten en los fosos llenos de agua, f;cmo p o d r ser el p ad re y la m ad re del pueblo?

    Los sueldos o pensiones h ered itarias (288 ) estn ya en vigor desde largo tiem po en el re in o de Teng.

    El Libro de los versos dice:Que las lluvias rieguen, p rim eram ente, los cam pos

    que cultivam os en com n (p ertenecientes al p rn c ip e ),Y que en seguida alcance a n u estro s cam pos p r i

    vados.Es solam ente cuando est en vigor el sistem a de tr i

    b u to de asistencia ( ts u ), cuando se cultivan los cam pos en com n. Segn esta c ita del Libro de los versos, se ve que h asta bajo los Tclieu se perciba an el trib u to de asistencia.

    Estableced escuelas de todos los.grados p ara in stru ir al pueblo, aquellas en que se ensee a resp etar a los ancianos; aquellas en que se d la instruccin a todo el m undo indistintam ente; aquellas en que se ensee a t ira r al arco que se llam aban H iao bajo los Hia, Sin bajo los Yin, y Tsiang bajo los Tcheu. Las que se lam an hio ( estu d io s) han conservado este nom bre bajo las tres dinastas. Todas estas escuelas estn destin adas a ensear a los hom bres sus deberes. Cuando son claram ente enseados los deberes p o r los superiores, los hom bres de la m u ltitu d com n se am an m utuam ente en su inferioridad.

    Si o curriese que un gran rey apareciese en el Im p erio, to m ara ciertam en te tu gobierno como ejem plo. As es cm o llegaras a ser el p recep to r de un g ran rey.

    El L ibro de los versos dice:Aunque la fam ilia de los Tcheu posey desde muy

    antiguo un principado real,E1 m an d ato que ha recibido del Cielo es reciente.Es de Ven-vang de quien se tra ta . Si haces iodos tus

    esfuerzos p ara p o n er en p rctica las citadas in stru ccio nes (e l establecim iento de escuelas de todos los g rad o s), podrs as renovar tu reino.

    MEXCIO -37

  • 438 LIBROS CANONIGOS C H IN O S

    Ve-kung envi a Pi-tchen p a ra in terro g ar a Mencio sobre las tierras divididas erf cu a d rad o s iguales.

    Mencio dijo: Tu prncipe est d ispuesto a practicar un gobierno hum ano, puesto q u e te ha escogido para enviarte ju n to a m; debes h a c e r todos tus esfuerzos p a ra resp o n d er a su confianza. E l gobierno hum ano debe com enzar p o r una determ inacin de los lm ites o linderos de las tierras. Si la d eterm in aci n de lm ites no es exacta, la divisin en cu ad rad o s de los cam pos no ser igual, y los salarios o pensiones en especie no estarn ju stam en te repartidos. Es p o r lo que los p rn cipes crueles y sus viles agentes se cuidan muy poco de la delim itacin de los cam pos. Una vez ejecutada exactam ente la determ inacin de los lm ites, la divisin de los cam pos y el re p arto de las pensiones o tra ta m ientos en especie p o d rn ser asen tad as sobre bases seguras y d eterm inadas convenientem ente.

    Aunque el territo rio del E stad o de Teng sea reducido y pequeo, es preciso que haya e n l hom bres superiores (p o r su saber, funcionarios p b lico s) y es preciso que haya en l hom bres rsticos. Si no hay hom bres superiores o funcionarios pblicos, nadie se encontrar p a ra gob ern ar y ad m in istrar a los hom bres rsticos; si no hay hom bres rsticos, nadie alim en tar a los hom b re s superiores o funcionarios pblicos

    Yo q uisiera que en Tas cam pias alejadas de las ciudades, en nueve divisiones cu adrangulares iguales, una de ellas (la de en m edio) fu e ra cultivada en com n p ara subvenir a los tratam ien to s de los m agistrados o funcionarios pblicos, m ediante el tr ib u to de asistencia, y que en m edio del reino (c erc a de la ca p ita l) prevaleciera el diezm o com o u n im puesto o trib u to .

    Todos los funcionarios pblicos, desde los m s elevados en dignidad h a s ta los m s hum ildes, deben cada u no ten er u n cam po p u ro (cuyos pro d u cto s sean empleados nicam ente en los sacrificios o cerem onias en h o n o r de los antepasados). E l cam po p u ro debe conten er cincuenta fanegas.

    Para los herm anos (m en o res que no tengan diecisis

  • MENCO

    aos) se deben aadir veinticinco fanegas de tierra . Ni la m u erte ni los viajes h arn sa lir a estos colonos de su aldea. Si los cam pos de esta aldea estn divididos en porciones cuadrangulares sem ejantes, as p or fuera como p o r dentro, establecern lazos estrechos de am istad; se protegern y se ayudarn m tu am en te en sus necesidades y en sus enferm edades; entonces, todas las fam ilias vivirn en u n a unin perfecta.

    Un li cuadrado de extensin constituye un tsing (p o r cin cu ad rad a de tierra ); un tsing contiene novecientas fanegas; en m edio se en cu en tra el campo pblico. Ocho fam ilias, teniendo cada una de ellas cien fanegas en propiedad, conservaran ju n tam en te el cam po pblico en com n. T erm inados los trab a jo s com unes, las fam ilias pueden al p u n to en treg arse a sus propios tra bajos. He ah el resum en de este sistem a. En cuanto a las m odificaciones y m ejo ram ien to s que se les puede hacer sufrir, esto depende del prncipe y de t.

    4. H ubo un hom bre, llam ado Hiu-hing, que, a lab an do m ucho las p alab ras del antiguo em perador Chi-nung, pas del reino de Thsu al de Teng. H abiendo llegado a la p u e rta de Ven-Kong, le habl as: Yo, hom bre de una regin lejana, he odo decir que el prncipe p ra c ticaba u n gobierno hum ano (q u e h ab a distribuido las tierras en porciones cu ad rad as). Yo deseo recibir una habitacin y llegar a ser cam pesino suyo.

    Ven-kong le di un sitio p a ra h ab itar. Los que le seguan, en nm ero de algunas decenes de hom bres, se cubrieron todos de tra je s de lana grosera. Unos tren zaban sandalias, o tros esteras de junco, p ara p ro cu rarse su alim ento.

    Cierto Tchin-siang, discpulo de Tchin-liang (d e l re ino de Thsu), acom paado de su herm ano m enor, llam ado Sin, llevando a sus espaldas los instrum entos de labor, llegaron del E stad o de Sung al de Teng y dijeron: N osotros hem os sabido que el prncipe p racticab a el gobierno de los santos hom bres (d e la antigedad); es, pues, tam bin l m ism o u n santo hom bre. N osotros deseam os ser aldeanos del santo hom bre.

  • 440 LIBROS CANONICOS C H IN O S

    Tching-siang, habiendo visto a Hiu-hing, se en tusiasm de alegra. Rechaz com pletam ente las doctrinas que h aba aprendido de su p rim er m aestro p ara estu diar las de Hiu-hing.

    Tchin-siang, habiendo ido a ver a Mencio, le refiri las palabras de Hiu-hing, diciendo: El prncipe de Teng es verdaderam ente u n prncipe sabio; pero, au n que as sea, no h a sido an in stru id o en las santas doctrinas. El prncipe sabio cultiva la tie rra y se alim enta con el pueblo; gobierna al propio tiem po que l m ism o se p re p ara sus alim entos. Sin em bargo, el prncipe de Teng tiene graneros y tesoros privados; obrando as, perju d ica al pueblo p ara beneficiarse a s mismo. Cm o se le puede llam ar sabio?

    Mencio dijo: Hiu-ts siem b ra ciertam ente l m ism o el m ijo de que se alim en ta?

    S.Hiu-ts te je c iertam en te l m ism o la tela de c

    am o de que se hace los vestidos?De ningn m odo. Hiu-ts lleva tra jes de lana.Hiu-ts lleva un g o rro ?Lleva un gorro.Qu gnero de g o rro ?Un gorro de tela sin adornos.Teje l m ism o esa te la?De ningn m odo. La cam bia p o r m ijo.P o r qu Hiu-ts no la te je l m ism o?Hacindolo, d a ara a sus trab ajo s de agricultura.Hui-ts se sirve de vasos de bronce o de vasos de

    tie rra p ara cocer sus alim en to s? Se sirve de una re ja de arad o de h ierro p a ra tra b a ja r?

    Sin duda.Los confecciona l m ism o?De ninguna m anera. Los cam bia p o r mijo.Si el que cam bia p o r mij los instrum entos arato-

    rios y los utensilios de cocina de que se sirve no cree h acer dao a los fab rican tes de instrum entos aratorios y de utensilios de cocina, entonces estos ltim os, que cam bian sus in stru m en to s arato rio s y sus instrum entos

  • MENCIO 441

    de cocina p o r m ijo, p iensan d a a r a los lab rad o res? P o r qu, pues, Hiu-ts no se hace alfarero o h e rre ro ? No ten d ra sino tom ar de su casa todos esos objetos de que tena necesidad p ara servirse de ellos. P o r qu tom arse el trab a jo de hacer esos cam bios con todos los artesan o s? Cm o no tem e Hiu-ts todos estos inconvenientes?

    Tching-siang respondi: Los trab a jo s de los arte sanos no se pueden h acer al m ism o tiem po que los de Ja agricultura.

    Si es as, replic Mencio, el gobierno de un Im p erio es, pues, la sola ocupacin que se puede aliar con los trab a jo de la ag ricu ltu ra? Hay negocios que p erten ecen a los grandes hom bres (a los que gobiernan u n Im p erio ), los hay que pertenecen a los hom bres del pueblo. Luego u n a sola persona (cu ltivando la tierra p rep ara (p o r m edio de cam bios) los objetos que todos los artesanos confeccionan. Si estuvieras .obligado a confeccionarlos t m ism o p ara servirte de ellos en seguida, sera fo rzar a todo el m undo a e s ta r sin cesar en los cam inos. Es p o r lo que se h a dicho: Los unos tra b a jan con su inteligencia; los otros trab a jan con sus b razos. Los que tra b a ja n con su inteligencia, gobiernan a los hom bres; los que trab a jan con sus brazos, son gobernados p o r los hom bres. Es la ley universal del M undo.

    En los tiem pos de Yao, el Im perio no estab a an tra n quilo. Inm ensas aguas, desbordndose p o r todas p artes, inundaron el Im perio; las p lantas y los rboles crecan con superabundancia, los p jaros y las b estias salvajes se m ultiplicaban al infinito, las cinco clases de granos no podan m adurar; los p jaro s y las bestias feroces causaban los m ayores daos a los hom bres; sus vestigios se m ezclaban en los cam inos con los de los hom bres h asta el m edio del Im perio. Yao era l solo a entristecerse de estas calam idades. E l elev a Chun (a la dignidad su p re m a ) p a ra ayudarle a extender m s los beneficios de u n buen gobierno. Chun orden a I (P e-i) p re sid ir el fuego. C uando I hubo incendiado las mon-

  • 442 LIBROS CANONICOS C H IN O S

    taas y las fro n teras, los p jaro s y las bestias feroces (q u e infestab an to d o ) se ocultaron.

    Yu restableci el curso de los nueve ros; hizo desem bocar el Thsi y el Ta en el m ar. A part en el curso de los ros J u y K an los obstculos que los obstruan; hizo desem bocar los to rren tes H oai y Sse en el ro Kiang. Hecho esto, los hab itan tes del re in o de en m edio pud iero n en seguida ob ten er alim entos (tra b ajan d o y sem brando las tie rra s ). E n esta poca, Yu estuvo ocho aos ausente (o cu p ad o ) en sus grandes tra b a jo s ), pas tres veces p o r la p u erta de su casa sin e n tra r en ella. H u b iera acaso podido lab ra r sus tierras aunque l m ism o lo h u b iera querido?

    Heu-ts ense a su pueblo a sem b rar y recolectar. C uando estuvieron sem bradas las cinco clases de gra nos y los cam pos sem brados estuvieron purgados de cizaa, las cinco clases de granos llegaron a la m adurez y los hom bres del pueblo tuvieron con qu alim entarse.

    Los hom bres tienen en ellos el principio de la ra zn; p ero si satisfaciendo en teram en te su apetito, y vistindose confortablem ente, y construyndose habitaciones cm odas, carecen de instruccin, entonces se ap ro xim an m ucho a los anim ales.

    Los santos hom bres (Y ao y C hun) se afligieron m ucho con este estado de cosas. C hun orden a Sie p resid ir la educacin del pueblo y ensearle los deberes de ios hom bres, a fin de que losc p ad res y los hijos tuviesen te rn u ra unos hacia otros; 'que el p rncipe y sus min istro s tuvieran en tre ellos relacicnes de equidad; que el m arido y la m u jer supiesen la d iferencia de sus deberes, que el viejo y el joven estuviesen cada cual en su sitio; que los am igos y com paeros tuviesen fidelidad unos p a ra otros.

    E1 h o m b re de m ritos em inentes (Y ao, as llam ado p o r sus m in istro s) deca (a su herm ano Sie): Ve a co n so lar a las poblaciones; llm alas a ti; condcelas a la virtud; corrgelas, aydalas; hazlas prosperar; haz que p o r s m ism as vuelvan al bien; adem s, esparce so-

  • MEMCIC 443

    bre ellas num erosos beneficios. C uando estos santos hom bres se preocupaban as, con ta n ta solicitud, d e la felicidad de las poblaciones, c rees que hubieran tenido tiem po libre p ara en treg arse a los trabajos de la ag ricu ltu ra?

    Yao estaba ato rm en tad o p o r el tem or de no encontra r un hom bre como Chun (p a ra ayudarle a gobernar el Im perio); y Chun estaba ato rm en tad o por el tem or de no en co n trar hom bres com o Yu y Hao-yao. Los que estn atorm entados p o r el tem o r de no cultivar cien fanegas de tierra , stos son los agricultores.

    La accin de co m p artir con los hom bres sus riquezas se lana benevolencia; la accin de ensear la v irtu d a los hom bres se llam a re c titu d de corazn; la accin de obtener el afecto de los hom bres p ara gobernar el im perio se llam a hum anidad. Es p o r esta razn p o r lo que es fcil dar el Im perio a u n hom bre; pero es m uy difcil obtener el afecto de los hom bres para gobernar el Im perio.

    K unts deca: Oh! Qu grande fue Yao como p rn cipe! No hay m s que el Cielo que sea grande y no hay m s que Yao que haya im itad o su grandeza! Qu inconm ensurables eran sus v irtudes y sus m ritos! Los pueblos no pudieron en c o n trar trm inos p ara calificarle. Qu prncipe tam bin Chun! Qu grande y sublim e era! Posey el Im perio sin gloriarse de ello. M ientras que Yao y Chun gobernaron el Im perio , no tuvieron bastan te en qu o cupar su inteligencia sin entregarse an a los trab ajo s de la ag ric u ltu ra? Yo he odo d ecir que ciertos hom bres, sirvindose (d e las enseanzas y de las doctrinas esparcidas p o r los grandes em p erad o res) de la dinasta Hia, h ab an cam biado las costum bres de los brbaros; yo no h ab a odo decir que los hom bres esclarecidos p o r sus doctrinas hayan sido convertidos a la b arb arie po r los b rb aro s. Tchi-liang, nativo del Estado de Tchsu, seducido p o r los principios de Tcheu-kung y de Tchung-ni, estudi en la p arte septentrional del reino de en m edio. Los sabios de esta regin septentrional no h an podido quiz sobrepujarle

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    en saber; era lo que llam is u n letrad o em inente p or sus talentos y su genio. T y tu h erm an o m enor habis sido sus discpulos algunas decenas de aos. M uerto vuestro m aestro, le habis hecho defeccin al punto. E n otro tiem po, cuando K ungts m uri, sus discpulos, despus de h ab er llevado su lu to d u ran te tres aos, h abiendo dispuesto sus efectos p ara regresar cada cual a su casa, fueron todos a despedirse de Ts-kung. Cuando se encontraron en su presencia, p ro rru m p iero n en llanto y gim ieron h asta enronquecer. En seguida se volvieron con sus fam ilias. Ts-kung volvi ju n to a la tum ba de su m aestro , se construy una habitacin cerca de ella y la h abit slo d u ran te tres aos. E n seguida se torn con su fam ilia.

    Otro da, Ts-hia, Ts-tchang y Ts-yeu, considerando que Yeu-jo tena m ucho parecido con el santo hom bre (s u m aestro ), queran servirle como haban servido a K ungts. Como aprem iaban a Tseng-ts p ara que se reuniese con ellos, Tseng-ts les dijo: Esto no conviene. Si lavis alguna cosa en el H iang y en el Kan y luego la exponis al sol de otoo p a ra secarla, oh!, cmo esta r de brillante y pura!; su b lan cu ra no podr ser superada.

    Ahora bien, el b rb aro de las regiones m eridionales, hom bre de la lengua del p jaro chilln Kieu. no posee en m odo alguno la do ctrin a de los antiguos reyes; como habis abandonado a vu estro m aestro p ara estu d iar con l, diferiris m ucho de Tseng-ts.

    E1 Libro de los versos dice: El p jaro , saliendo del profundo valle, volaba a la cim a de los rboles. Jam s he odo decir que descendiera de la cim a de los rboles p ara hundirse en los valles tenebrosos. El Lu-sung dice:

    El puso en huida a los b rb aro s del occidente y del septentrin.

    E1 dom los reinos de King y de Chu.Es bajo un hom bre de las regiones b rb aras, al que

    Tcheu-kung venci, con el que estudiis? Yo pienso que no est bien cam biar de este modo.

    Tching-liang respondi: Si se siguiera la doctrina de

  • Hiu-ts, entonces la tasa de los m ercados no sera doble y el frau d e no se e jercera h asta en el centro del reino, Aunque envidris al m ercado u n nio de doce aos, no se le engaara. Si las piezas de tela de cam o y las de seda tuviesen la m ism a longitud y la m ism a anchura, entonces su precio sera el m ismo; si un m ontn de cam o en b ru to y de cam o h ilado tuvieran el m ism o peso, entonces su precio sera el mismo; si las cinco clases de grano se dieran en ia m ism a cantidad, pequea o grande, entonces su precio sera el m ism o, y zapatos del m ism o tam ao se venderan igualm ente al m ism o precio.

    Mencio dijo: El valor desigual de las cosas e s t en la naturaleza m ism a de las cosas. Ciertas cosas difieren en tre ellas en un precio doble, quntuple; ciertas o tras en un precio dcuple, cntuple; otras, aun en un precio m il veces o diez veces m s grande. S confundes as todas estas cosas, dando a todas un valor pro- procionado solam ente a su m agnitud o a su cantidad, sem brars la confusin en el Im perio. Si buenos zapatos o m alos zapatos son del m ism o precio, qu hom bre q u erra confeccionarlos buenos? Si se siguieran las doctrinas de Hiu-ts, se excitara m tuam ente a e je rcer ei fraude; cm o se p o d ra entonces gobernar la fam ilia y el E stado?

    5. Un llam ado I-tchi, discpulo de M, solicit, por m edio de Sui-phi (d iscpulo de M encio) ver a Mencio. Mencio dijo: Deseo ciertam ente verle, pero ah o raestoy an enferm o. C uando est m ejor, yo ir a verle. Que I-tchi se evite ei venir.

    AI da siguiente solicit an ver a Mencio. M encio dijo: Hoy puedo verle. Si no le conduzco en derechura a la verdad, entonces es que la doctrina que seguimos no lleva consigo la evidencia. Pero tengo la esp eranza de conducirle a los verdaderos principios. He odo decir que I-tchi e ra el discpulo de M. Ahora, la secta de M se hace u n a regla de la m ayor economa e n la direccin de los funerales. Si I-ts piensa en cam biar los usos y las costum bres del Im perio, p o r qu m ira

  • 446 LIBROS CANONICOS C H IN O S

    esta regla com o co n traria a la razn y hace poco caso de ella? As, I-tchi h a am o rta jad o a sus parientes con suntuosidad, siguindose de aqu que se conduce con sus parientes segn los principios que su secta desprecia. Siu-ts refiri estas palabras a I-tchi. I-tchi dijo: E sa es tam bin la d octrina de los letrados: Los (sa n to s) hom bres de la antigedad tenan la m ism a tern u ra p ara un nio en la cuna que p ara todo otro (p alab ras del Chu-king). Q u significan estas p a lab ras? Luego, yo, Tchi, estim o que se debe am ar igualm ente a todo el m undo sin excepcin de nadie; p ero es preciso com enzar p o r sus padres.

    Siu-ts refiri estas palabras. Mencio dijo: CreeI-tchi que no debe h ab e r diferencia en tre los sentim ientos que se tiene p ara el h ijo de su herm ano m ayor y los sentim ientos que se tiene p a ra el nio en la cuna de su vecino? Es del Chu-king de donde ha sacado su cita; pero ella significa sim plem ente que si un nio que an no hace m s que a rra s tra rs e se deja caer a un pozo, no es fa lta del nio. Luego, el Cielo al p ro d u cir los seres vivos ha hecho de m odo que tengan en ellos un principio fundam ental nico (q u e es deber el nacim iento a su padre y a su m a d re ). Sin em bargo, I-tchi divide en dos este principio fundam ental (obligando a am ar parecidam ente a su p ad re y a su m adre y a los hom bres que pasan p o r el cam ino).

    Ahora bien, en los rem otos siglos de la lejana antigedad el uso no h ab a establecido an el a m o rta ja r a los padres. C uando el p ad re y la m adre haban m uerto, los hijos cogan sus cuerpos e iban a arro jarlo s a las fosas ab iertas a lo largo de los cam inos. Al siguiente da, cuando volvan a p asa r cerca de ellos y vean que los lobos los h aban devorado o que los gusanos los h aban rodo, u n sudor fro inundaba su frente; a p a rtab an sus m iradas y no podan so p o rtar la vista de aquello. E ste sudor que in u n d ab a su frente no e ra producido en ellos p o r h ab e r visto los cuerpos de o tras personas que los de su p ad re y m adre, era el dolor que desde su corazn llegaba h asta su frente.

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    Volvan p ro n tam en te y, trayendo con ellos u n can asto y una azada, cubran de tie rra los cuerpos de sus padres. E sta accin de recu b rir de tierra los cuerpos de sus p ad res, si era n atu ral y conform e a la ra

    zn, preciso es necesariam ente que el hijo piadoso y el h o m b re hum ano tengan u n a fegla que seguir p a ra ente rra r a sus padres.

    Sru-ts refiri estas palabras a I-tchi. I-tchi, fu era ele s, g rit al punto: Estoy in stru ido en la buena doctrinal

    Captulo VI

    1. Tchin-tai (d iscpulo de M encio) dijo: No h acer lo p rim ero u n a visita a los prncipes de todos rangos parece cosa de poca im portancia. Ahora, suponed que hayis ido a verlos lo prim ero, el m ayor bien que p o d r re su lta r de ello ser hacerlos re in a r segn los verdaderos principios: el m en o r ser h acer llegar el q u e habris visitado el rango de jefe de los vasallos. Ahora bien, el M em orial (tc h i) dice: Inclinndonos un pie nos elevamos ocho. Me parece conveniente que se obre as.

    Mencio dijo: En o tro tiem po, King-kung, rey de Thsi, queriendo ir de caza, llam cerca de l, p or m edio del estan d arte ad o rn ad o de plum as, a los hom bres en cargados de la g uarda del p arq u e real. No habiendo acudido al llam am iento, resolvi en seguida condenarlos a m u erte. "El h om bre esclarecido y frm e en su resolucin (dice a este prop sito K ungts) no olvida que su cuerpo p udiera m uy bien ser a rro jad o a un m u lad ar o a u n foso lleno de agua. El ho m b re bravo y resuelto no olvida que puede p e rd e r la cabeza. P o r qu K ungts hizo as el elogio (d e los hom bres de resolucin)? Hizo el elogio de ellos p o rq u e estos hom bres no se rin d iero n a una seal que no era la suya. Si, sin esp erar la seal que deba llam arlos, los hom bres nom brados p a ra ciertas funciones las abandonasen, q u sucedera tra s ello?

    Luego, esta m xim a de inclinarse un pie p ara elevarse ocho, concierne a la u tilid ad o a las ventajas que se pueden sacar de esta conducta. Pero si se t ra ta de

    MENCIO

  • 448 LIBROS CANONICOS C H IN O S

    u n a sim ple ganancia o provecho, e s t perm itido, en vista de este provecho, inclinarse ocho pies p ara no elevarse m s que uno?

    En o tro tiem po, Tchao-kian-ts (u n o de los prim eros funcionarios, ta-fu, del E stado de Tqin) orden a Vang- liang (u n o de los m s hbiles cocheros) que condujese su carro p ara su servidor favorito, llam ado Hi. D urante todo el da no cogi ni una b estia m ontaraz.

    E1 favorito, al d ar cuenta a su se o r de este resu ltado, dijo: Es el m s indigno de los hom bres de su a rte de todo el Im perio!

    Habiendo alguien referido estas palab ras a Vang- liang, ste dijo: Yo ruego que se me deje de nuevo conducir el carro. Insisti tan vivam ente, que el favorito H i consinti en ello. E n una sola m aana cogi diez b estias m onteses.

    E1 favorito, dando cuenta a su seor de este resu ltado, dijo: Es el m s hbil de los ho m b res de su arte de todo el Im perio!

    Kian-ts dijo entonces: Yo ordeno que conduzca tu carro. Vang-liang, habiendo sido advertido de ello, rehus diciendo: Cuando he dirigido p a ra l sus caballos, segn las reglas del arte , l no ha podido coger u n a sola b estia m onts en to d a la jornada; cuando p ara l los he dejado ir a tu erta s y a derechas, en u n a sola m aana ha cogido diez. El Libro de los versos dice:

    Cuando no olvida guiar los caballos segn las reglas d el arte,

    E1 arq u ero lanza sus flechas con la m ayor precisin.Pero yo no tengo la costum bre de conducir un carro

    p a ra u n ho m b re tan ignorante de las reglas de su arte. Yo te ruego recibas m i negativa.

    As, h asta u n cochero tiene vergenza de verse unido a un (m a l) arquero . V aldra m s no e sta r con l aun cuando este arq u ero cogiera ta n ta s b estias m onteses cu an tas fu era preciso p a ra fo rm ar u n a colina. Q u sera , pues, si fu era preciso p legar las m s estrechas reglas de conducta a m erced de los p rncipes yendo a visitarlo s lo p rim ero ? Luego t te has engaado (e n tu

  • MENCIO 449

    cita). E l que u n a vez se h a plegado l m ism o, no puede ya enderezar a los dem s hom bres.

    2. King-tchu dijo: Kong-sun-yen y Tchang n o son grandes h o m b res? Cuando uno de ellos se irrita , todos los prncipes tiem blan; cuando estn en paz, todo el Im perio est tranquilo.

    Mencio dijo: Cmo p o r ello pueden ser considerados com o gran d es? No has estudiado, pues, jam s el Libro de los rito s ? Cuando el joven recibe el gorro viril, e l padre le da sus instrucciones; cuando la joven se casa, la m adre le da sus instrucciones. C uando se traslad a a la m orada de su esposo, su m adre la acom paa h asta la p u erta y la ex h o rta en estos trm inos: Cuando ests en la m ansin de tu esposo debers ser respetuosa, debers ser a ten ta y circunspecta: no te opongas a las voluntades de tu m arido. H acer de la obediencia y de la sum isin su regla de conducta es la ley de la m u je r casada.

    H abitar constantem ente en la gran m orada del .Mundo; tenerse constantem ente sobre el recto sitio del M undo (m an ten erse constantem ente en los lm ites d e las conveniencias p rescritas p o r los ritos); m arch ar p o r la gran va del M undo (o b serv ar constantem ente la ju stic ia y la equidad en las funciones pblicas que se desem pee); cuando se h a obtenido el ob jeto de sus deseos (em pleos y h onores), d ar p arte al pueblo de los bienes que se posean; cuando no se ha obtenido el o b jeto de sus deseos, p ra c ticar slo los principios de la re c ta ra zn, haciendo todo el b ien que se pueda; no dejarse co rro m p er p o r las riquezas y p o r los honores; p erm anecer inm utable en la pobreza y en la abyeccin; no doblegarse a la vista del peligro y de la fuerza arm ada: he ah lo que yo llam o ser u n gran hom bre.

    3. Tcheu-siao hizo u n a p re g u n ta en estos trm inos: Los hom bres superiores de la antigedad cum plan las funciones pblicas? Mencio dijo: Cum plan las funciones pblicas. La h isto ria dice: si K ungts p asab a tres lunas sin o b ten er de su prncipe u n em pleo pblico,

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  • 450 LIBROS CANONICOS C H IN O S

    entonces estaba inquieto y tris te . Si franqueaba las fro n teras de su pas p a ra ir a u n E stad o vecino, llevaba siem pre con l los dones de buena recepcin. Kun-ming-i deca: Cuando los hom bres de 1 aantigedad pasaban tre s lunas sin obtener de su p rn cip e em pleos pblicos, entonces estaban vivam ente afligidos p o r ello. (Tcheu- siao dice): Si se est d u ran te tres m eses sin o btener de su prncipe un em pleo pblico y se est vivam ente afligido p o r ello, no es esto ser dem asiado susceptible?

    Mencio dijo: Para un letrado, p erd er su em pleo es com o p ara los prncipes p erd er su reino. El Libro de los ritos dice: Estos prncipes lab o ran la tierra con la ayuda de sus colonos p ara p ro v eer de m ijo a todo el mundo; sus m u jeres cran gusanos de seda y devanan los capullos p ara ayudar a la fabricacin de los vestidos.

    Si la vctim a no est p erfectam ente propicia al sacrificio, si el m ijo que se debe ofrecer no est m ondado, si los vestidos no estn preparados, el prncipe no osa hacer la cerem onia a los antepasados.

    Si el letrad o no tiene un cam po (com o las funciones pblicas dan derecho a ten er on o ), entonces no hace la cerem onia de los antepasados; si la vctim a que debe ser inm olada, si los utensilios y los vestidos no estn p rep arad o s, no osa p erm itirse h acer las cerem onias a los antepasados, entonces no osa p erm itirse la m enor alegra. N o b asta esto p ara que est afligido? (Tcheu- siao ) dijo: Si franqueaba las fro n te ras de su Estado p ara ir a un E stado vecino, llevaba siem pre con l los dones de buena recepcin. Q u significan estas palabras?

    Mencio dijo: Para un letrado o cu p ar un em pleo pblico es como p ara un lab rad o r cultiv ar la tierra . Cuando u n lab ra d o r abandona su p a tria , d e ja en ella sus in stru m en to s de trab ajo ?

    Tcheu-siao dijo: El reino de T hsin es tam bin un re ino donde se desem pean funciones pblicas. Yo no hab a jam s odo decir que los h o m b res fuesen ta n impa-

  • d e n le s para ocupar empleos; si conviene ser as de im paciente p or ocu p ar em pleos, qu decir de los hom bres superiores que no aceptan sino difcilm ente un em pleo pblico?

    Mencio dijo: Desde el in stan te en que un joven ha nacido (s u p ad re y m ad re ) desean p ara l una m ujer; desde el in stan te en que u n a joven h a nacido (su p ad re y m ad re ) desean p a ra ella u n m arido. El sentim iento del padre y de la m adre (p a ra sus h ijo s), todos los hom bres le tienen personalm ente. Si, sin esp erar la voluntad de su p ad re y m ad re y las proposiciones del encargado de oficio (289), los jvenes p racticasen u n a ab ertu ra en los m uros de sus habitaciones, a fin de verse a escondidas el uno al otro; si franqueasen los m uros p ara verse m s ntim am ente en secreto, entonces el padre y la m adre, as com o todos los hom bres del reino, condenarn su conducta, que en co n trarn despreciable.

    Los hom bres de la antigedad han deseado siem pre ocupar em pleos pblicos; pero, adem s, d etestaban no seguir la va re c ta (n o obtenerlos p o r m edios dignos). Los que no siguen la va recta, visitando a los p rn c ipes, son de la m ism a clase que los que horadan los m uros (p a ra o b ten er las entrevistas ilcitas).

    4. Pheng-keng (d iscpulo de M encio) hizo u n a p re gunta en estos trm inos: Cuando se hace uno seguir p o r algunas decenas de carro s (com o M encio) y se hace acom paar p o r algunas centenas de hom bres (q u e los m ontan), no est fu e ra de lugar hacerse m an ten er p o r los diferentes prn cip es en sus diferentes excursiones?

    Mencio dijo; Si fu era preciso ap artarse de la v a re cta, entonces no sera conveniente recib ir de los h om bres, p ara su alim ento, u n a sola cucharada de arroz cocido; de no ap artarse de la va recta, entonces Chun puede acep tar el im perio de Yoa sin que ello parezca fu e ra de lugar. Piensas que ello estara fu era de lugar?

    De ninguna m anera. Pero no es conveniente q u e u n letrado sin m ritos, y viviendo en la ociosidad, com a el

    M 3N C I0 451

  • 452 LIBROS CANONICOS C H IN O S

    pan de los o tros (recib iendo salarios en especie que no gana).

    Mencio dijo: Si no com unicas tus m ritos a los dem s hom bres; si no cam bias nada de lo que poseen contra lo que no posees a fin de que por tu superfluo te p ro cures lo que te falte, entonces el lab rad o r ten d r m ijo de sobra, la m u je r te n d r tela de la que no sabr qu hacer. Pero si das p a r te a los dems de lo que posees (p o r cam bios), entonces el carpintero y el carre tero pod rn ser alim entados p o r ti.

    Supongam os que hay aq u u n hom bre ( l m ism o) que en su in terio r est lleno de benevolencias y que al exterio r est lleno de conm iseracin p ara los hom bres; que este hom bre conserve preciosam ente las doctrinas de los antiguos reyes p a ra tran sm itirla a los que las estu d iarn despus que l; cuando este h om bre no es m antenido p o r vosotros, p o r qu h o n rar tan to a los carp interos y a los ca rre te ro s (q u e se p ro cu ran el sustento con su tra b a jo ) y h acer tan poco caso de los que (com o el hom bre en cu esti n ) p ractican la hum anidad y la ju sticia?

    Tcheu-siao dijo: La intencin del carp in tero y la del carre te ro es p ro cu rarse el sostenim iento necesario p ara la vida; la intencin del hom bre superior que p ractica los principios de la re c ta razn, es tam bin p ro cu rarse el sostenim iento necesario p a ra la vida?

    Mencio respondi: P or qu escrutas su intencin? Desde el in stan te en que te parece que lo ha m erecido debes re trib u irle y le retribuyes. Ahora, retrib u y es la intencin o bien re trib u y es las buenas obras? Yo retribuyo la intencin. Supongam os que hay un hom bre aqu. Que el h om bre h a ro to las tejas de tu casa p ara pen e tra r en el in terio r, y con los tizones del hogar ha m anchado los adornos de las paredes. Si su intencin era, obrando as, p ro cu rarse el sustento, le daras alim entos?

    De ningn m odo.Si es as, entonces no re trib u irs la intencin; re tr i

    buirs las buenas obras.

  • 5. V en-tchang hizo u n a p re g u n ta en estos trm inos: El re in o de Sung es u n pequeo reino. Ahora com ienza a p o n er en p rctica el m odo de gobierno de los an tiguos reyes. Si los reinos de Thsi y de Thsu le to m aran odio y llevasen las arm as contra l, q u o currira?

    Mencio dijo: Cuando Tching-thang h ab itab a el pas de Po, tenan p o r vecino el reino de Ko. El jefe de Ko

    ten a u n a conducta disoluta y no ofreca sacrificios a sus antepasados. Thang envi h o m b res a p reguntarle p o r qu no sacrificaba. Y respondi: Yo no me puedo p ro c u rar vctim as. Thang orden enviarle bueyes y c a rneros. El jefe de Ko se los com i y no pudo con ellos o frecer sacrificios. Thang envi d e nuevo hom bres que le p reg u n taro n p o r qu no sacrificaba. Yo no m e puedo p ro c u rar m ijo p ara la cerem onia. Thang orden que la poblacin de Po fuera a tra b a ja r p ara l y que los ancianos, as com o los dbiles, llevasen vveres a aquella poblacin. El jefe de Ko, conduciendo con l a su pueblo, fue a ce rra r el paso a los que llevaban el vino, el arro z y el m ijo, arrebatndoselo, y a los que no queran entregarlo los m ataba. Se hallab a en tre ellos u n nio que llevaba provisiones de m ijo y de carne; lo m at y se las arreb at . El, Chu-king, dice: E jefe de Ko trat com o enem igos a los que llevaban vveres. Haca alusin a este acontecim iento.

    Porque el jefe de Ko h ab a m atad o a este nio. Thang le declar la guerra. Las poblaciones situadas en el inte rio r de los cu atro m ares d ijeron unnim em ente: Esto no es p ara en riq u ecer su Im perio , sino p ara vengar a un m arido o a una m u je r privados de sus hijos p o r lo que h a declarado la guerra.

    Thang com enz la g uerra p o r el reino de Ko. Despus de h ab er vencido a once reyes, ya no tuvo m s enem igos en el Im perio . Si llevaba la g u erra al oriente, los b rb aro s del occidente se quejaban; si llevaba la g uerra al m edioda, los b rb aro s del n o rte se quejaban diciendo: P or qu nos d eja p a ra los ltim os?

    Los pueblos le deseaban como tras u n a sequa se desea de la lluvia. Los que iban al m ercado no eran dete

    ;.;b k c i o 433

  • 454 LIBROS CANONICOS C H IN O S

    nidos en el camino; los que lab rab an la tie rra no eran arran cad o s de ella. Thang h ac a m o rir a los p rn cipes y consolaba a los pueblos, com o en los tiem pos de la sequa la lluvia que acaba de ca er p ro c u ra una gran alegra a las poblaciones. El Chu-king dice: Nosotros aguardam os a n u estro prncipe; cuando nuestro p rncipe venga, serem os librados de la tira n a de los suplicios.

    Haba hom bres que aun no estab an som etidos. Vu- vang se traslad al oriente p ara com batirlos. Habiendo asegurado a los m aridos y a las m u jeres, estas ltim as colocaron su seda negra y am arilla en canastillos y dijeron: C ontinuando a servir a n u estro rey de Tcheu seremos colm adas de beneficios. E n seguida fueron a som eterse a la gran ciudad de Tcheu. Sus hom bres, elevados en dignidad, llenaron los canastillos de seda negra y am arilla y acudieron con estos p resen tes delante de los jefes de los Tcheu; el pueblo llen los platos de p rovisiones de boca y los vasos de vino, y fue con sus presentes al encuentro de la tro p a de Vu-vang. (P ara obten er u n resultado parecido), ste lib r a aquellas poblaciones del fuego y del agua (es decir, de la m s cruel tirana); condenaba a m u erte a sus tiranos, y esto fue todo.

    E1 Tai-chi (u n o de los captulos del Chu-king) dice:El renom bre de m i poder se ha extendido h asta lo le

    jos; cuando yo haya alcanzado los lm ites de su reino, m e ap o d erar del tirano. E ste ren o m b re se acrecer au n cuando yo haya condenado a m u erte a ese tiran o y vencido a sus cmplices; b rilla r con m s esplendor que el de Thang.

    El reino de Sung no practica el m odo de gobierno de los antiguos reyes, com o se ha dicho m s arrib a. Si practicase el m odo de gobierno de los antiguos reyes, todas las poblaciones situadas en tre los cu a tro m ares elevaran hacia l m iradas de esperanza y no asp iraran m s que a l, deseando que el rey de este reino llegara a ser su prncipe. Aunque los reinos de T hsi y de Thsu fueran grandes y poderosos, q u tena l que tem er de ellos?

  • MENCIO 455

    6. Mencio, dirigindose a Tai-pu-ching (m in istro del reino de Sung), dijo: Deseas que tu rey llegue a se r un buen rey? Si lo deseas, yo te dar instrucciones bien claras a este respecto. Supongam os que el p rim er m inistro de Thsu est aqu. Si desea que su hijo hable el lenguaje de Thsi, o rd en ar a un h ab itan te del reino de Thsu in stru irle en l?

    O rdenar a un h ab itan te de Thsi que le instruya.Si un solo h o m b re de Thsi le instruye y, al

    m ism o tiem po, todos los hom bres de Thsu le h ablan continuam ente en su lengua, aunque el m aestro le golpeara cada da p ara que ap ren d iera a h ab lar la lengua de Phi- si, no podra conseguirlo. Si, p o r el contrario, le llevan y le retienen d u ran te varios aos en el puebiecllo de Tchung-yo (puebiecllo m uy frecuentado del reino de Thsi), aun cuando le golpearan cada da p ara que ap ren diese a h ablar la legua de Thsu, no podra conseguirlo.

    T has dicho que Sie-kiu-tcheu (m in istro del re in o de Sung) era un ho m b re dotado de v irtu d y que t habas hecho de su erte que hab itase en el palacio de! rey. Si los que hab itan el palacio del rey, jvenes y viejos, viles y honrados, eran tales com o Sie-kiu-tcheu, en unin de quin el rey poda d a a r? Si los que h ab itan el palacio del rey, jvenes y viejos, viles y honrados, eran todos diferentes de Sie-kiu-tcheu, con quin el rey poda hacer el b ien? Si, pues, no h ay m s hom bre virtuoso q u e Sie- kiu-tcheu, qu h ara l solo ju n to al rey de Sung?

    7. K onk-tsun-tcheu hizo una p regunta en estos t rm inos: T no vas a ver a los prncipes; cul es el m otivo?

    Mencio dijo: Los antiguos que no queran lleg ar a ser m inistros de los reyes no iban a verlos. K uan-sun-tcheu evit al prncipe, que fue a visitarle, escapando p o r encim a del m uro. Sie-lieu cerr su p u erta y no quiso recibirle. Uno y o tro de estos sabios fueron dem asiado lejos. Si el prncipe insiste fuertem ente, el sabio letrado puede ir a visitarle.

  • 456 LIBROS CANONICOS C H IN O S

    Yang-ho deseaba ver a K ungts, pero tem a no observar los ritos.

    (S e ha dicho en el Libro de los ritos): Cuando el p rim er funcionario lleva un presen te a un letrado, si ocurre que ste no se halla en su casa p ara recibirle, entonces l se presen ta en la m o rad a del funcionario p ara d arle las gracias.

    Yang-ho se inform del m om ento en que K ungts no estara en su casa, y eligi este m om ento p ara ir a llevar a K ungts u n cochinillo salado. Kungts, p o r su parte , se inform del m om ento en que Yang-ho estaba ausente de la suya p a ra ir a darle las gracias. Si Yang- ho hubiera regresado a su casa antes del m om ento indicado, h u b iera podido K ungts im pedir el verle?

    Thseng-ts deca: Los que se violentan p ara so n rer com o aprobacin a todos los propsitos de los que quieren adular, se fatigan m s que si trab ajasen a pleno Sol.

    Ts-lu deca: Si los hom bres disim ulados hablan entre s antes de h ab e r contradb lazos de am istad, ved cm o su ro stro se cubre de ru b o r. Esos hom bres son a los que yo aprecio poco. Exam inndolos bien, se puede sab e r lo m ucho bueno que el hom bre su p erio r lleva en s mismo.

    8. Tai'-ying-tchi (p rim e r m inistro del reino de Sung) deca: Yo no he podido an exigir p ara trib u to m s que la dcim a de los pro d u cto s, n i abrogar los derechos de en trad a a los p asajes de las fro n teras y las tasas de los m ercados. Yo quisiera, sin em bargo, dism inuir estas cargas h asta llegar al ao prxim o, y en seguida las sup rim ira com pletam ente. Cm o hacer?

    Mencio dijo: Hay ah o ra u n hom bre que cada da coge los pollos de sus vecinos. Alguien le dijo: Lo que haces

    no est conform e con la conducta de un hom bre h o n rado y sabio. Pero l respondi: Bien quisiera yo corregirm e poco a poco de este vicio; cada m es no cogera m s que u n pollo p a ra esp e rar al ao prxim o, y en seguida m e ab sten d ra com pletam ente de robar.

    Si se sabe que lo que se p ractica no es conform e a

  • MENCIO 457

    io justicia, entonces se debe cesar incontinenti. P a ra qu esp erar al ao prxim o?

    9. Kong-tu-ts dijo: Los hom bres de fuera p ro c lam an todos, m aestro , que te g u star d isputar. O sar yo in terro g arte a este respecto?

    Mencio dijo: Por qu m e gustara d isp u tar? P ero no puedo dispensarm e de ello. H ace largo tiem po q u e el M undo existe; unas veces es el buen gobierno el que reina; o tras es la an arq u a y la revuelta.

    En la poca del E m p erad o r Yao, las aguas desbordadas inundaron todo el reino. Las serpientes y los dragones le hab itab an y el pueblo no tena ningn lugar p ara fijar su residencia. Los que hab itab an en la llan u ra se construan sus b arracas com o nidos de pjaros; los que m oraban en lugares elevados se horadaban habitaciones subterrneas. El Chu-king dice: Las aguas, desbordn

    dose p o r todas p artes, m e dan una advertencia. Las aguas desbordadas p o r todas p artes son grandes y vastas aguas. Chun, habiendo ordenado a Yu dom inarlas y dirigirlas, Yu hizo h o ra d a r la tie rra p ara hacerlas afluir h asta el m ar. Ahuyent las serpientes y los drag o nes y los hizo refugiarse en los pantanos llenos de hierbas. Las aguas de los ros Kiang, Hoa'i, Ho y Han volviero n a surgir en m edio de sus lechos. H abindose alejado los peligros y los obstculos que se oponan a la c ircu lacin de las aguas, las aves de rap i a y las bestias m onteses, que daaban a los hom bres, desaparecieron; en seguida los hom bres obtuvieron u n a tierra h abitable y fijaron en ella su m orada.

    Habiendo m u erto Yao y Chun, la doctrina de ju stic ia y de hum anidad de estos santos hom bres se ech a p erder. Prncipes crueles y tiran o s aparecieron d u ran te una larga serie de generaciones. D estruyeron las m oradas y las habitaciones p a ra h acer en su lugar lagos y es ta n ques, y el pueblo no supo dnde en co n trar un sitio seguro p ara su reposo. A solaron los cam pos en cultivo p ara h acer en ellos ja rd in e s y parques de recreo; tan to hicieron, que el pueblo se hall en la im posibilidad d e ves-

  • 458 LIBROS CANONICOS C H IN O S

    tirse y de alim entarse. Los discursos m s perversos, las acciones m s crueles vinieron an a m an ch ar estos tiem pos desastrosos. Los jard in es y los cam pos de recreo, los lagos y los estanques, los m ares y las lagunas llenas de h ierb a se m ultip licaron tanto, que las aves de rap i a y las bestias m onteses reaparecieron; y cuando cay en m anos de Cheu (o T cheu-sin), el Im perio lleg al m s alto grado de revuelta y de confusin.

    Tcheu-kong ayud a Vu-vang a d errib ar y d estru ir a Cheu y a co n q u istar el reino de Yan. Despus de tres aos de com bates, el prncipe de este reino fue d errib ado; Vu-vang persigui a Fe'-lin h asta u n rincn de tierra cerrado p o r el m ar y le m at. Despus de h ab e r extinguido cincuenta reinos, se dedic a perseguir a los leopardos, tigres, rinocerontes, elefantes, y los ahuyent lejos. Rein entonces en el Im perio gran alegra. El Chu-king dice: Oh! Cmo brillaban con gran esplend or los designios de Ven-vang! Como fueron bien seguidos p o r los altos hechos de Vu-vang! Ellos han ayudado e in stru ido a los hom bres de nuestros das, que son su posteridad. Todo est ah o ra perfectam ente regulado; no hay nad a que enm endar.

    La generacin siguiente ha degenerado; los principios de hum anidad y de ju stic ia (proclam ados p o r los santos hom bres y enseados en todos los libros sagrados)

    h an cado en el olvido. Los discursos m s perversos, las acciones m s crueles, h an venido de nuevo a tra s to rn a r el Im perio. H ubo sbditos que hicieron m o rir a su p rn cipe; hubo hijos que hicieron m o rir a su padre.

    Kungts, asu stad o (d e esta gran disolucin), escribi su libro, titu lad o La P rim avera y el Otodo ( Tchun- th iseu ). E ste libro contiene el deber del hijo del Cielo (d e l E m p era d o r). E s p o r lo que K ungts deca: El que m e conozca, no m e conocer sino segn La P rim avera y el Otoo; el que m e acuse, no lo h ar sino segn La P rim avera y el Otoo.

    No aparecen m s santos reyes (p a ra gobernar el Im perio); los prncipes y los vasallos se entregan a la licencia m s desenfrenada; los letrados de cada lugar pro-

  • ENCEG 459

    fesan los principios m s opuestos y los m s extraos; las doctrinas de los sectarios Yang-tchu y M- llenan el Im perio , y las doctrinas del Im perio (las q u e son profesadas p o r el E stado), si no e n tra n en las de Yang, e n tra n en las de M-i. La secta de Yang relaciona todo as; no reconoce principes. La sec ta de M-i am a a todo el m undo indistintam ente; no reconoce parientes. No reconocer p arien tes, no reconocer prncipes, es ser com o los b ru to s y las b estias m onteses.

    Kung-ming-i deca: Las cocinas del prncipe rebosan de carnes, sus cuadras estn llenas de caballos; p ero el pueblo lleva en su ro stro las h uellas del ham bre, los cam pos desiertos son invadidos p o r hom bres m uertos de m iseria; as es como se em p u ja a las bestias feroces a devorar a los hom bres.

    Si las doctrinas de las sectas de Yang y de M-i no son reprim idas; si las d octrinas de K ungts no son sacadas a luz nuevam ente, los d iscursos m s severos abusarn del pueblo y ahogarn los saludables principios de hum anidad y de justicia. Si los principios salu d ables de hum anidad y de ju stic ia son ahogados y re p rim idos, entonces, no solam entos estos discursos im pelir n a las bestias feroces a d ev o rar a los hom bres, sino que excitarn a los hom bres a devorarse en tre ellos.

    Yo, asustado de los progresos que hacen estas peligrosas doctrinas; yo, defiendo las doctrinas de los santos hom bres del tiem po pasado; yo com bato a Yang y a M-i; yo rechazo sus proposiciones corruptoras, a fin de que los predicadores p erversos no su rjan en el Im perio p ara esparcirlas. Una vez que estas d octrinas p erversas hayan penetrado es los corazones, corrom pern las acciones; u n a vez sean practicad as m ediante las acciones, corro m p ern todo lo que constituye la existencia social. Si los santos hom bres de la antigedad ap arecieran de nuevo sobre la T ierra, no cam biaran nada a m is palabras. E n o tro tiem po, Yu dom in las grandes aguas e hizo cesar las calam idades que afligan al Im perio; Tcheu-kong reuni b a jo su dom inacin a los b rb aro s del m edioda y del septentrin; ahuyent lejos

  • 460 LIBROS CANONICOS C H IN O S

    las b estias feroces, y todas las poblaciones del Im perio pud iero n vivir en paz. D espus que K ungts hubo term inado la com posicin de su lib ro histrico La P rim avera y el Otoo, los m inistros rebeldes y los b andidos tem blaron.

    E1 Libro de los versos dice:Los b rb aro s del occidente y del septentrin son

    puestos en fuga;Los reinos de Hing y de Chu so n dominados;Nadie osa ahora resistirme.'Los que no reconocan ni p arien tes ni prncipes son

    los b rb aro s que Tcheu-kung puso en fuga.Yo, tam bin yo, deseo rectificar el corazn de los

    hom bres, rep rim ir los d iscursos perversos, oponerm e a las acciones depravadas y rech azar con todas mis fuerzas las proposiciones co rru p to ras, a fin de continuar la o b ra de los tres grandes santos, Yu, Tcheu-kong y K ungts, que m e han precedido. E s esto am ar el d isp u tar? Yo no he podido dispensarm e de o b ra r como lo he hecho. El que puede m ediante sus d iscursos com batir las sectas de Yang y de M-i es u n discpulo de los santos hom bres.

    10. K huang-tchang dijo: Tchin-tchung-ts, no es un letrad o lleno de sabidura y de sencillez? Cuando viva en U-ling, habiendo pasado tre s d as sin com er, sus odos no pudieron or, sus ojos no pud iero n ver. Un peral se encontraba all, cerca de un pozo; los gusanos se hab an com ido m s de la m itad de sus frutos. El m oribundo, arrastrn d o se sobre sus m anos y sobre sus pies, cogi lo restan te p a ra com erlo. Despus de h ab erlo gustado tres veces, sus odos reco b raro n la audicin, y sus ojos la vista.

    Mencio dijo: E ntre todos los letrad o s del reino de Tsi, yo considero ciertam ente a Tchung-ts como el m s grande. A p esar de esto, sin em bargo, cm o entiende Tchung-ts la sencillez y la tem planza? Para cum plir el pro p sito de Tchung-ts sera necesario ser gusano de tierra! Entonces h ab ra m edio de parecerse a l.

  • M ENCO

    EI gusano de tierra , en ios lugares elevados, se alim en ta de tie rra seca, y en los lugares bajos, bebe el agua cenagosa. La casa que h ab ita Tchung-ts, no es la que se construy Pe-i (h o m b re de la antigedad, clebre p o r su extrem a tem planza)?, o bien, sera la que edific el ladrn Tche (h o m b re de la antigedad, clebre p o r su in tem p eran cia)? El m ijo se come, no es el que sem br P-i?, o bien, sera el que fue sem brado po r T che? Esas son preguntas que a n no han sido resueltas.

    Kuang-tchan dijo: Qu im p o rta todo eso? El haca zapatos y su m u jer teja el cam o, p ara cam biar estos objetos p or alim entos.

    Mencio prosigui: Tchung-ts e ra de una antigua y gran fam ilia de Thsi. Su h erm an o m ayor, de nom bre Tai, recibe, en la ciudad de Ho, diez m il m edidas de grano de rendim ientos anuales en especie. Pero l m ira las ren tas de su herm ano m ayor com o rentas inicuas, y no quiere alim entarse de ellas; considera la casa de su herm ano m ayor como u n a casa inicua, y no quiere habitarla. Huyendo de su herm ano m ayor y separado de su m adre, ha ido a fijarse en U-ling. Cierto da que haba regresado a su pas, alguien le llev como presente, de p arte de su herm ano m ayor, u n ganso vivo. Frunciendo el entrecejo al verle, dijo: A qu uso se d estina ese ganso chilln? O tro da, su m adre m at aquel ganso, y se lo di a com er. Su h erm an o m ayor, que volva a la casa, dijo: Comes carne de ganso chilln: entonces Tchung-ts sali y vom it lo que haba comido.

    Los platos que su m adre le da a com er no los come; los que le p re p ara su m ujer, los come. No quiere habita r la casa de su herm ano m ayor, pero habita el pue- blecillo de U-ling. E s de esta m an era como puede cum p lir el destino de la em presa que se h a p ro p u esto ? Si alguno quiere parecerse a Tchung-ts debe hacerse gusano de tierra; en seguida p o d r conseguir su o b jeto

    46 i

  • 462 LIBROS CANONICOS C H IN O S

    HIA-MENG

    Segundo L ibro

    CAPITULO PRIM ERO

    1. M engts dijo: Aun cuando tengan la penetracin de Li-leu (29 0 ) y la habilidad de Kung-chu-ts (291), si no haces uso del com ps y de la regla, no podrs fab ricar objetos redondos y cuadrados. Aun cuando tengas el odo ta n fino como Sse-kuang, si no haces uso de las seis reglas m usicales, no podrs p o n er en arm ona los cinco tonos; aun cuando sigas los principios de Yao y de Chun, si no em pleas un m odo de gobierno hum ano y liberal, no podrs gobernar pacficam ente el Im perio.

    Ahora los prncipes tienen sin duda, u n corazn h u m ano y fam a de hum anitarios; sin em bargo, los pueblos no experim entan sus beneficios; ellos m ism os no pueden servir de ejem plos a de m odelos a los siglos venideros, porque no p ractican los principios de hum anidad y de ju stic ia de los antiguos reyes.

    Es p o r lo que se dice: La v irtu d sola no basta para p ra cticar un buen sistem a de gobierno; la ley sola no puede ponerse en p rctica p o r s misma.

    EI Libro de los versos dice:Ellos no pecarn ni p o r exceso ni p o r olvido;Ellos seguirn las leyes de los antiguos.No ha existido jam s un prn cip e que haya com etido

    e rro r siguiendo las leyes y las instituciones de los antiguos reyes.

    Cuando los santos hom bres hub iero n agotado todas las facultades de sus ojos, tran sm itie ro n a la posteridad el com ps, la regla, el nivel y la plom ada, p ara form ar los objetos cuadrados, redondos, nivelados y rectos; y estos in strum entos todava no h an podido ser reem plazados. Cuando hubieron agotado en to d a su extensin su facultad del odo, tran sm itie ro n a la posteridad las seis Hu, o reglas de m sica, que rectifican los cinco so-

  • 4o3

    nidos; y estas reglas no h an podido ser an reem p lazadas. Cuando hub iero n agotado todas las facultades de su inteligencia, todas las inspiraciones de su corazn, tran sm itiero n a la p o sterid ad los fru to s de sus m ed itaciones, legando u n m odo de gobierno que no p erm ite tra ta r cruelm ente a los hom bres, y la hu m an id ad se extendi po r todo el Im perio.

    Es p or lo que se dice: Si quieres co n stru ir un m onum ento que dom ine, debes p o n er sus cim ientos sobre una colina o un sitio elevado; si quieres c o n stru ir un edificio sin apariencia, debes p o n er sus cim ientos sobre un suelo b ajo y hm edo, a lo largo de los arroyos y de los estanques. Si, ejerciendo el gobierno, no se sigue la m anera de gobernar de los antiguos reyes, se puede llam ar esta conducta conform e a la sabidura y a la prudencia?

    Es por lo que no hay sino el hom bre hum ano y lleno de com pasin p a ra los hom bres, que est convenientem ente colocado sobre el sitial elevado dei p oder soberano. Si u n h om bre inhum ano y cruel se en cu en tra colocado sobre el sitial elevado del poder soberano, es un azote que v ierte todas las iniquidades sobre la m ultitud .

    Si el su p erio r o prncipe no sigue la recta regla de conducta y u n a sabia direccin, los inferiores n o seguirn ninguna ley, ni se som etern a ninguna su b o rd inacin. Si la co rte no hace caso alguno de la re c ta ra zn; si no se cree en sus prescripciones; si los m agistrados no tienen ningn respeto hacia las instituciones n i au m entan su confianza; si los hom bres superiores se rebelan co n tra la equidad, violando las leyes, y los hom bres vulgares co n tra la justicia, es un feliz az ar que, en tales circunstancias, el reino se conserve sin p arecer.

    Es p o r lo que se dice: No es u n a calam idad p a ra el reino el no ten er ciudades com pletam ente fortificadas, de m uros exteriores e interiores; el no ten er corazas y arm as en gran nm ero; no es u n a causa de ru in a p a ra

    u n Im perio que los cam pos y las cam pias alejados de

    H I A - \1

  • 464 LIBROS CANONICOS C H IN O S

    las ciudades no estn bien cultivados, que los bienes y las riquezas no estn acum uladas. Si el superior o el prncipe no se conform a a los ritos; si los inferiores no estudian los principios de la razn, el pueblo p ervertido se alzar en insurreccin y la ru in a del Im perio ser inm inente.

    E1 Libro de los versos dice:El Cielo est a p u n to de d errib ar la d inasta de

    (Tcheu):(M inistros de esta d in asta ) no p erd er tiem po!La expresin no p erd er tiem po es equivalente a la de

    no ser negligentes. No seguir los principios de equidad y de ju stic ia en el servicio del prncipe; no observar los ritos, aceptando o rehusando una m agistratura; censura r vivam ente en sus discursos los principios de conducta de los antiguos E m peradores, es com o si se fuera negligente e in diferente a la ru in a del Im perio.

    Es p o r lo que se dice: E xhortar al prncipe a prac ticar cosas difciles, se llam a acto de respeto hacia l; proponerle h acer el bien, im pedirle com eter el m al, se llam a abnegacin sincera. Pero decir: mi prncipe no puede (e je rc e r u n gobierno hum ano), esto se llam a robar.

    2. Mencio dijo: El com ps y la regla son los in stru m entos de perfeccionam iento de las cosas cuadradas y redondas; el san to hom bre es el cum plim iento perfecto de los deberes prescrito s en tre los hom bres.

    Si, ejerciendo las funciones y los deberes de soberano, quieres cum plir en toda su extensin los deberes del soberano; si, ejerciendo las funciones de m inistro quieres cum plir en to d a su extensin los deberes de m inistro: en estos dos casos no tienes sino im itar la conducta de Yao y de Chun, y n ad a m s. No servir a su p rn cipe com o Chun sirvi a Yao, es no ten er respeto p a ra su prncipe; no gob ern ar al pueblo com o Yao lo gobern, es o p rim ir al pueblo.

    Kungts dijo: No hay m s que dos grandes vas en

  • H IA - MENO 45

    el mundo: la de hum anidad y la d e inhum anidad, y he ah todo.

    Si la tiran a que un prncipe e je rc e sobre su pueblo es extrem ada, entonces su p erso n a est condenada a m u erte y su reino es destruido. S i la tiran a no es llevada al extrem o, entonces su p erso n a est en peligro y su reino est am enazado de ser dividido.

    E1 pueblo da a estos p rncipes los sobrenom bres de em brutecido (Y en ) y de cruel (L i ) . Aun cuando estos prncipes tuvieran hijos llenos de tern u ra y de piedad filial p ara ellos, y sobrinos llenos de hum anidad, estos ltim os, d u ran te cien generaciones, no podran cam biar los nom bres envilecidos que los h a im puesto la ju stic ia popular.

    E1 Libro de los versos dice:El ejem plo de la dinasta Yn n o se ha alejado;Hay otro del tiem po de la d in asta Hia.Son los dos reyes (a los que el pueblo ha dado los

    nom bres envilecidos) los que se designan el decir esto.

    3. M engts dijo: Los fu n d ad o res de las tres d inastas obtuvieron el Im perio p o r hum anidad; sus sucesores lo perdieron p o r la in h u m an id ad y p o r la tirana.

    He ah las causas que tra s to rn a n y elevan los Im p erios, que los conservan o los h acen perecer.

    Si el h ijo del Cielo es inhum ano, no conserva su sob eran a sobre los pueblos situ ad o s en tre los cu atro mares. Si los reyes y prncipes vasallos son inhum anos, no conservan el apoyo de los esp ritu s de la tie rra y de los fru to s de la m ism a. Si los p resid en tes del T ribunal Suprem o y los dem s grandes funcionarios son inhum anos, no conservan los venerables tem plos de los antepasados. Si los letrados y los h o m b res del pueblo son inhum anos, no conservan in tacto s sus cuatro m iem bros.

    Luego, si se tiene m iedo a la m u erte o a la p rd id a de algunos m iem bros, y se com place, no obstante, en la inhum anidad, no se o b ra com o si se detestase la em briaguez y, al m ism o tiem po, se entregase con todas sus fuerzas a la bebida?

  • 466 LIBROS CANONICOS C H IN O S

    4. M engts dijo: Si alguno am a a los hom bres sin recib ir de ellos m uestras de afecto, que no considere m s que su hum anidad. Si alguno gobierna a los hom bres sin que los hom bres se d ejen gobernar fcilm ente p o r l, que no considere m s que su sabidura y su p ru dencia. Si alguno tra ta a los hom bres con toda la consideracin p rescrita, sin ser- pagado p o r ello, que no considere m s que el cum plim iento de su deber.

    Cuando se obra as, si o cu rre que no se consigue lo que se desea, en todos los casos, no se debe buscar la causa m s que en s m ism o. Si su conducta est conform e con los principios de la re c titu d y de la razn, el Im perio vuelve p o r s m ism o a som eterse a l.

    El Libro de los versos dice:El que piensa siem pre en conform arse al m andato

    del Cielo,Atrae sobre l un gran n m ero de felicidades.

    5. M engts dijo: Los h o m b res tienen una m anera constante de h ab lar (s in co m prenderla dem asiado). Todos dicen: el Im perio, el reino, la familia. La base del Im perio existe en el reino; la b ase del reino existe en la familia; la base de la fam ilia existe en la persona.

    6. M engts dijo; No es difcil ejercer el gobierno; es preciso no a traerse resen tim ien to s p o r parte de las grandes casas. Lo que estas grandes casas desean, uno de los reinos (q u e constituyen el Im p erio ) lo desea tam bin; lo que u n reino desea, el Im p erio lo desea tam bin. Es p o r lo que las instrucciones y los preceptos de las virtudes se esparcen com o u n to rren te hasta los cu a tro m ares.

    7. M engts dijo: Cuando la re c ta regla de la razn se sigue en el Im perio, la v irtu d de los hom bres inferiores sirve a la v irtu d de los ho m b res superiores; la sabidura de los hom bres inferiores sirve a la sabidura de los hom bres superiores. P ero cuando la recta regla de la razn no se sigue en el Im perio , los pequeos sirven a los grandes; los dbiles sirven a los fuertes (lo que es con trario a la razn).

  • 467

    Estos dos estados de cosas son regulados p o r el Cielo. El que obedece al Cielo, es conservado; el que le resiste, perece.

    King-kung, prncipe de Thsi, dijo: Cuando un p r n cipe no puede m an d ar a los dems; si, adem s, no quiere recib ir rdenes de nadie, se separa p or esto m ism o de los dem s hom bres. Despus de h ab er v ertido m uchas lgrim as, da a su h ija en m atrim onio al principe b rb aro del reino de Ou.

    Ahora, los pequeos reinos im itan a los grandes reinos y, sin em bargo, se avergenzan de recib ir rdenes de ellos y de obedecerlos. E s com o si los discpulos se avergonzasen de recib ir rdenes de su m aestro de m s edad que ellos, y de obedecerle.

    S los pequeos reinos se avergenzan de obedecer a los otros, nad a m ejo r p ara ellos que im itar a Ven-vang. (Tom ndolo p o r ejem plo), un gran reino, despus de cinco aos; u n pequeo reino, despus' de siete aos, ejercern seguram ente el poder soberano en el Im perio.

    E1 Libro de los versos dice:Los descendientes de la fam ilia de los Chang,Eran en n m ero de m s de cien mil.Cuando el E m p erad o r Suprem o ( Chang-ti) lo hubo

    ordenado (tra n sm itien d o el Im perio a o tra fam ilia),Ellos se som etieron a los Tcheu.Porque el m an d ato del Cielo no es eterno.Los m in istro s de la fam ilia Yn (o Chang), dotados de

    perspicacia y de inteligencia,Vertiendo el vino de los sacrificios, sirven en el pa

    lacio im perial.K ungts dijo: Como el nuevo soberano era hum ano,

    no se puede co n sid erar a los que le eran opuestos com o num erosos. Si el jefe de u n reino am a la hum anidad, no ten d r ningn enem igo o adversario en el Im perio.

    Luego, si se desea no ten er ningn enemigo o adversario en el Im perio, y no se hace uso de la h u m anidad (p a ra llegar a este objeto ), es como si se q uisiera

    H J MfJXG

  • 468 LIBROS CANONICOS C H IN O S

    coger u n h ierro caliente con la m ano, sin haberle antes m etido en el agua.

    El L ibro de los versos dice: Q uin puede coger con la m ano un h ierro calienteSin h ab erle antes m etido en el agua?8. M engts dijo: Se puede conservar y h ab lar el

    lenguaje de la razn con los prncipes crueles e inhum anos? Los peligros m s am enazadores son p ara ellos m otivos de tranquilidad, y las calam idades m s desastrosas son p a ra ellos m otivos de provechos: se regocija n con lo que causa ruina. Si se p u d iera conversar y h ab lar el lenguaje de la razn con estos prncipes crueles e inhum anos, h a b ra u n gran n m ero de reinos que p ereceran y de fam ilias que su cum biran?

    H aba u n nifiito que can tab a diciendo:Si el agua del ro Thsang-lang es pura,Podr lavar en ellas las cintas que cien m i cabezaSi el agua del ro Tsang-lang est tu rb ia ,Podr lavar en ella m is pies.K ungts dijo: Hijos m os, escuchad estas palabras:

    Si el agua es pura, entonces lavar en ella las cintas que cien su cabeza; si est tu rb ia, entonces lavar en ella sus pies; l m ism o es quien decidir sobre ello.

    Los hom bres se desprecian, ciertam ente, a s m ismos antes que los dem s hom bres los desprecien. Las fam ilias se destruyen, ciertam ente, ellas m ism as antes que los hom bres las destruyan. Los reinos se atacan, ciertam ente, ellos m ism os antes que los hom bres los a taquen.

    El Tai-kia dice: Es posible preservarse de las calam idades enviadas p o r el Cielo; no se puede soportar aquellas que son atra d as po r nosotros mismos. E stas palab ras dicen exactam ente lo que yo q uera expresar.

    9. M engts dijo: Kie y Cheu p erdieron el Im perio porque p erd iero n a sus pueblos; ellos p erd iero n a sus pueblos p orque p erd iero n su afecto.

    Hay u n a va segura p ara obtener el Im perio; es p reciso o b ten er al pueblo, y p o r ello m ism o se obtiene el

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    Im perio. Hay u n a va p ara obtener al pueblo; es p reciso o b ten er su afecto o su corazn, y p o r esto m ism o se obtiene al pueblo. Hay una va p a ra o btener el corazn del pueblo; es la de darle lo que desea, sum inistra rle aquello de que tiene necesidad, y no im ponerle aquello que detesta.

    E1 pueblo se som ete a la hum anidad, como el agua corre p o r lo m s bajo, com o las b estias feroces se re tiran a los lugares desiertos.

    As es la n u tria , que hace re tira rse a los peces al fondo de las aguas, y el gaviln, que hace h u ir a los p jaro s a la espesura de los bosques; son los (m alos reyes) Kie y Tcheu, los que hacen h u ir a los pueblos en brazos de Thang y de Vu-vang.

    Ahora, si en tre todos los prncipes dei Im perio se encontrase uno que tuviera hum anidad, entonces todos los reyes y los prncipes vasallos (p o r su tiran a h ab itu al) forzaran a los pueblos a refugiarse b ajo su proteccin. Aun cuando no q uiera re in a r como soberano en todo el Im perio, no p o d ra abstenerse de ello.

    Ahora, los que desean re in ar com o soberanos sobre todo el Im perio son com o u n hom bre que d u ran te una enferm edad de siete aos busca la h ierb a preciosa ( ca l) que no p ro cu ra alivio sino despus de h ab er estado seca d u ran te tres aos. Si no se ocupa de cogerla, no p o d r recibir de ella el alivio antes del fin de su vida. Si los prncipes no se aplican con toda su inteligencia a la investigacin y a la p rctica de hum anidad, h asta el fin de su vida, se afligirn de la vergenza de no p ra c tic a rla, p ara caer, en fin, en la m uerte y en el olvido.

    El Libro de los versos dice:Cmo p o d ran estos prncipes llegar a ser hom bres

    de bien?Ellos se sum ergen m utuam ente en el abismo.E ste es el pensam iento que yo he tra ta d o de expresar

    m s arriba.10. M engts dijo: No es posible ten er p ropsitos ra

    zonables con los que se entregan, con sus p alabras, a

  • 470 LIBROS CANONICOS C H IN O S

    to d a la fogosidad de sus pasiones; no es posible o b rar en com n en los asuntos que exigen la aplicacin m s sostenida, con hom bres sin energa que se abandonan ellos m ism os. C ensurar los usos y la equidad de sus discursos, es lo que se llam a ab an d o n arse en sus palabras a la fogosidad de sus pasiones. Decir: Mi persona no puede e jercer la hum anidad y seguir la justicia; esto se llam a abandono de s mismo.

    La hum anidad es la m orada tran q u ila del hom bre; la ju stic ia es la va recta del hom bre.

    Dejar su m orada tranquila, sin habitarla; abandonar su vi recta, sin seguirla. Oh! Qu lam entable es esto!

    11. M engts dijo: La va recta est cerca de ti, y la buscas a lo lejos! Es una cosa de las que son fciles, y t la buscas en tre las difciles!

    Si cada uno am a a sus padres com o se los debe respetar, el Im perio estar en la unin y la arm ona.

    12. M engts dijo: Si los que estn en una condicin in ferio r (a la del p rn cip e ) no obtienen toda la confianza del superior, el pueblo no p o d r ser gobernado. Hay u n a va segura p a ra o b ten er el favor y la confianza del prncipe. Hay u n a va segura p ara ser fiel con sus am igos: si en los deberes que se rinde a los padres no se los p ro c u ra alegra, no se es fiel con sus amigos. Hay u n a va seguro p ara pro p o rcio n ar alegra a sus padres; si m iran d o hacia s m ism o no se ve uno veras, sincero, exento de fingim iento y de disfraz; si no se sabe discern ir en qu consiste realm ente la v irtud, no se hace su p erso n a veraz, sincera, exenta de fingim iento y de disfraz.

    Es p o r lo que la verdad sincera es la va del Cielo; m ed itar sobre la verdad, es la va o el d eber del hom bre.

    No h a habido jam s un hom bre que siendo soberanam ente veraz, sincero, no se haya ganado la confianza y el favor de los dem s hom bres. No ha habido jam s un ho m b re que, no siendo veraz, sincero, haya podido con- ciliarse largo tiem po esta confianza y este favor.

  • H lk - 'vlENG 471

    13. M engts dijo: Cuando P-i, huyendo de la tirana de Cheu (s in ), h ab itab a las orillas del m ar septentrional, supo la elevacin de Ven-vang (com o jefe de los grandes vasallos de las provincias occidentales del Im perio); entonces, levantndose emocionado, dijo: P o r qu no ira yo a som eterm e a l? He odo decir que el jefe de los grandes vasallos del occidente sobresala en la v irtud de m an ten er a los ancianos.

    Esos dos ancianos eran los ancianos ms em inentes del Im perio; y, som etindose a Ven-vang, eran los padres del Im perio quienes le h aban hecho su sum isin.

    Desde el m om ento en que ios padres del Im perio se haban som etido, a qu o tro se h ubieran dirigido sus hijos?

    Si en tre todos los prncipes feudatarios se encontrase uno que p racticase el gobierno de Ven-vang, o cu rrira, ciertam ente, que en el espacio de siete aos llegara a gobernar el Im perio.

    14. M engts dijo: Cuando K ieu (Jan-kieu, discpulo de K ungts) e ra in ten d en te de la fam ilia Ki, no poda tom ar sobre s el o b ra r de o tro m odo que su seor, y exiga en trib u to el doble de m ijo que en o tro tiem po. K ungts dijo: Kieu no es m i discpulo; m is jvenes (los otros discpulos del F ilsofo) debern perseguirle pblicam ente con gritos y redobles de tam bores.

    De aqu debe inferirse que si un prncipe no practica un gobierno hum ano y que si sus m inistros le enriquecen, elevando dem asiado los im puestos, este prncipe y sus m inistros son rep ro b ad o s y rechazados por Kungi- s; con m s fu erte razn rechazaba a los que suscitan guerras en in ters slo de su prncipe. Si se lib ran com bates p ara ganar te rrito rio , los hom bres m atados cub rir n los campos; si se lib ran com bates p ara to m ar una ciudad, los hom bres m atados llenarn la ciudad to m ada. Es lo que se llam a h acer que la tierra com a la carne de los hom bres. E ste crim en no es suficiente rescatado con la m uerte.

    Es p or lo que los que colocan todas sus virtudes en

  • 472 LIBROS CANONICOS C H IN O S

    h acer la guerra, debieran ser re trib u id o s con las penas m s qraves. Los que form an ligas en tre los grandes vasallos, deban su frir la pena que le sigue inm ediatam ente, y los que im ponen el trab a jo de cultivar y de sem brar las tie rra s a los labradores, cuyos cam pos estn despojados de h ierbas estriles, debieran su frir la pena que viene despus..

    15. M engts dijo: De todos los rganos de los sentidos que estn a la disposicin del hom bre, no los hay m s adm irables que la p upila del ojo. La pupila del ojo no puede o cu ltar o d isfrazar los vicios que se tiene. Si el in terio r del alm a es recto, entonces la pupila del ojo brilla con un brillo puro; si el in terio r del alm a no es recto, entonces la p upila del ojo est m ate y oscurecida.

    Si escuchas aten tam en te las p alabras de un hom bre y observas las pupilas de sus ojos, cm o se podr oculta r de ti?

    16. M engts dijo: El que es afable y benvolo, no desprecia a los hom bres; el que es m oderado en sus exigencias, no despoja a los hom bres de lo que estos poseen. Los prncipes que desprecian y despojan a los hom bres de lo que poseen, y que no tienen m s que un tem or, el de no ser obedecidos, cm o podrn ser llam ados afables y m oderados en sus exigencias? La afabilidad y la m oderacin, p o d ran consistir en el sonido de la voz y en la expresin rien te de su rostro?

    17. Chun-yu-khuan (c ie rto sofista del reino de T hsi) dijo: No es conform e a los ritos que el hom bre y la m u jer no se den y recib an recprocam ente de sus p ro pias m anos ningn objeto?

    M engts respondi: Es conform e a los ritos.Si la m u jer de su herm ano estaba en peligro de

    ahogarse, se la p o d ra so co rrer con la m ano?Sera la accin de u n lobo no so co rrer a la m u jer

    de su herm ano que estuviera en peligro de ahogarse. Es conform e a los rito s que el hom bre y la m u jer no

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    se den y reciban recprocam ente de sus p ropias m anos ningn objeto. La accin de socorrer con la m ano a la m u jer de su h erm ano en peligro de ahogarse es una excepcin, conform e a la razn.

    Ahora, yo supongo que el Im perio est a punto de su m ergirse (o de p erecer en las agitaciones de las revueltas civiles): q u p en sar del m agistrado que no se ap resure a socorrerle?

    E1 Im perio a p u n to de sum ergirse debe ser socorrido segn las reglas de la hum anidad y de la justicia. La m u jer de su herm ano, estando en peligro de ah o garse, puede ser socorrida con la m ano. Q uerrais que yo socorriese el Im perio con la m ano?

    18. Kung-sun-tcheu dijo: Por qu un hom bre superior no instruye l m ism o a sus hijos?

    M engts dijo: Porque l no puede em plear la fuerza. El que ensea debe hacerlo segn las reglas de la rectitud. Si (e l n i o ) no o b ra segn las reglas de la rectitud, (e l p a d re ) se enfada; si se enfada, se irrita; entonces hiere los sentim ientos de te rn u ra que un hijo , debe ten er p a ra u n padre. Mi m aestro (dice el h ijo , hablando de su p a d re ) debera in stru irm e segn las re glas de la rectitu d , pero jam s se ha gu