conflictos con la maternidad: madre asfixiada - mabel burin *

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  Mart es, 10 de marzo de 2015

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CONFLICTOS CON LA MATERNIDAD: Madre asfixiada - Mabel Burin *

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  • ULTIMAS NOTICIAS EDICION IMPRESA SUPLEMENTOS TAPAS ROSARIO/12 FIERRO FUTBOL EN VIVO

    PSICOLOGIA CONFLICTOS CON LA MATERNIDAD

    Madre asfixiadaAunque en nuestra sociedad es frecuente la creencia de que la

    maternidad constituye una de las mximas vivencias de satisfaccin a las

    que puede acceder una mujer, la autora advierte que suele no ser as, y

    procura explicar por qu. Es uno de los conflictos a los que concierne el

    Da Internacional de la Mujer, que se celebrar el prximo domingo.

    Por Mabel Burin *

    En nuestra sociedad es frecuente la creencia de que la maternidad

    constituye uno de las mximas vivencias de satisfaccin a las que puede

    acceder una mujer. Es ms, sigue vigente la nocin de que gracias a la

    maternidad las mujeres adquieren la plenitud de su feminidad. Sin embargo,

    la experiencia nos indica que, aunque estos discursos se siguen

    enunciando, en la prctica no todas las mujeres se sienten de ese modo.

    Son muchas las que, con distintas edades y niveles econmico-sociales,

    dan cuenta de un malestar innombrable: la frustracin que sienten frente a la

    maternidad.

    Aquellas mujeres que han tenido otras experiencias gratificantes previas al

    nacimiento de sus hijos, como por ejemplo viajar o tener independencia de

    movimientos para trabajar, se sienten frustradas debido a que para atender

    las necesidades de sus nios pequeos, siempre prioritarias, deben

    postergar sus propias necesidades a menudo hasta lmites difciles de

    soportar.

    Tambin encontramos mujeres que, habiendo dedicado toda su ilusin a la

    crianza de sus hijos, cuando ellos son ms grandes y se alejan de la

    intimidad familiar y domstica padecen el as llamado sndrome del nido

    vaco, con sus rasgos tpicos de tristeza, sentimientos de vaco, hostilidad

    reprimida, etc.

    Otro grupo es el formado por mujeres que han sostenido un trabajo con ritmo

    y continuidad durante los aos de crianza de sus hijos, pero que en

    condiciones de crisis laboral se ven desempleadas y sin posibilidades de

    volver a insertarse en el mercado de trabajo. Para ellas, el vnculo con los

    hijos se vuelve tenso, difcil de sostener. Se sienten asfixiadas, sin el

    consiguiente aire que ofreca salir a trabajar, y la maternidad o la vida

    domstica les resultan insuficientes para satisfacer sus necesidades de

    contacto social, intercambio con otras personas adultas, proyectos para el

    futuro y retribucin econmica. En su mayora perciben que estn realizando

    un trabajo arduo, duro, cansador, para el cual no hay retribucin alguna, ms

    que una sonrisa de reconocimiento afectivo... cuando todo anda bien y es

    una madre que logra satisfacer las demandas de sus nios.

    Bajo estas circunstancias, es clsico el conflicto de ambivalencia, que se

    expresa como sentimientos de culpa, autorreproches y aun autocastigos por

    tener pensamientos y conductas hostiles hacia los propios hijos. La

    decepcin que resulta del balance entre la maternidad ideal y las

    posibilidades reales de llevarla a cabo es uno de los sentimientos ms

    frecuentes en estos casos.

    En las ltimas dcadas, el rol maternal ha cambiado notablemente, en parte

    como resultado de las necesidades socioeconmicas apremiantes, que han

    llevado a gran cantidad de mujeres a involucrarse activamente en el mercado

    de trabajo, lo cual las hizo distanciarse mucho ms de lo que anteriormente

    constitua una maternidad ideal. Tambin ha cambiado por efecto de la

    existencia de representaciones sociales ms amplias acerca del lugar y

    papel de las mujeres en la sociedad, y esto ha impactado de manera

    sustancial sobre la construccin de la subjetividad femenina, al proponerle

    imgenes y posibilidades de realizacin como mujeres ms all de la esfera

    maternal y domstica. Sin embargo, todava persisten antiguos mandatos

    culturales, fuertemente arraigados, que insisten en que desear un hijo es

    parte constitutiva de la identidad femenina y esto tambin tiene un fuerte

    impacto sobre aquellas mujeres que, habindose dedicado principalmente a

    estudiar y a desarrollar una carrera laboral significativa y exitosa, al llegar a

    Amedeo Modigliani: Maternidad.

    ESCRIBEN HOYAiln Bullentini Alejandra Dandan

    Andrs Valenzuela Atilio A. Boron

    Beatriz Vignoli Cecilia Hopkins

    Cristian Vitale Eduardo Fabregat

    Fabin Lebenglik Hilda Cabrera Irina

    Hauser Javier Lorca Juan Carlos Del

    Bello Juan Manuel Karg Juan Vitale

    Katalina Vsquez Guzmn Laura

    Vales Luis Basts Manuel Quaranta

    Mariana Carbajal Miguel Jorquera

    Ral Kollmann Sebastin Premici

    Silvina Friera Soledad Vallejos

    Werner Pertot

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    Martes, 10 de marzo de 2015

  • la mediana edad, si no han tenido hijos, se preguntan por el destino incierto

    de su feminidad. Tambin para ellas el conflicto de ambivalencia, con su

    secuela caracterstica, el sentimiento de culpa, suele acompaar este

    perodo de sus vidas.

    En la actualidad, encontramos un grupo todava pequeo pero significativo de

    mujeres que utilizan las nuevas tecnologas reproductivas para dar cauce a

    sus deseos de embarazarse y tener hijos. Algunas de estas tecnologas

    encuadradas en el orden que podemos caracterizar como de innovacin

    disruptiva conmueven profundamente nuestras clsicas experiencias

    respecto de la maternidad y el deseo de hijos. Se trata de mujeres que

    conservan sus vulos por criopreservacin o por vitrificacin, para poder

    utilizarlos en un momento ulterior. Lo llamativo es que un buen nmero de

    estas mujeres no cuentan con una pareja con la que anticipen que

    desplegarn sus proyectos de maternidad. Por lo general refieren haberse

    decepcionado de sus compaeros varones, con quienes hasta ese momento

    haban hecho pareja si se trata de mujeres heterosexuales o bien en el

    caso de que sean lesbianas de sus compaeras mujeres. Sin embargo, la

    decepcin con el/la otro/a no las lleva a desistir de sus deseos, sino que, por

    el contrario, refuerzan sus proyectos recurriendo a estas tcnicas

    novedosas. Sus dudas, temores y fantasas se refieren al modo en que

    organizarn una red de afectos, solidaridad y acompaamiento con otros

    seres queridos, que incluyen a sus familiares, amigos/as, e instituciones

    educativas, y no tanto a la clsica figura de la pareja conyugal-parental.

    Cada vez ms, afortunadamente, las mujeres se plantean interrogantes

    acerca de estos conflictos ante la maternidad, y buscan respuestas

    variadas. No se conforman con los clsicos discursos que proponan la

    resignacin y la postergacin de sus necesidades subjetivas ante estos

    conflictos: para ellas, la resignacin no es un proyecto saludable, porque

    sienten que queda afectada su salud mental, propensas a padecer estados

    depresivos, cuadros de ansiedad, y otros estados anmicos que les

    promueven malestar. Adems, perciben que, en tanto la maternidad es una

    experiencia singular y a menudo nica, sin embargo tambin puede ser una

    experiencia compartida, con sus pares, con la familia, con sus maridos, aun

    cuando estas opciones no estn siempre disponibles. El ejercicio de la

    maternidad en forma exclusiva y excluyente produce vnculos materno-filiales

    enfermizos, que las madres suelen expresar con trminos como me siento

    atrapada, es asfixiante, inmovilizante. A veces hasta ocurren fantasas de

    ejercicio de violencia sobre los nios, y esto promueve un hondo malestar en

    las madres, que al mismo tiempo aman profundamente a sus hijos.

    Por el contrario, compartir la crianza con el padre, otros familiares o

    amistades e incluso con instituciones como los jardines maternales, permite

    la creacin de vnculos ms saludables entre la madre y sus hijos, ya que la

    hostilidad resultante de un vnculo tan nico y dependiente puede quedar

    neutralizada y puesta en perspectiva con la ampliacin hacia otros vnculos

    significativos. Poder compartir su experiencia maternal y el malestar derivado

    de ella dentro de grupos ms amplios, como grupos de reflexin, grupos de

    autoayuda, grupos teraputicos y otros espacios que posibiliten a estas

    mujeres desplegar y analizar sus experiencias e inquietudes en torno de la

    maternidad, contribuir a que las mujeres-madres no se sientan tan solas

    ante sus dudas, contradicciones y deseos ambivalentes.

    A menudo ocurre que, cuando existe un contexto conyugal, se resiente el

    vnculo de la pareja matrimonial cuando las mujeres, en el ejercicio de la

    maternidad, otorgan a sus hijos una dedicacin exclusiva y excluyente. Uno

    de los motivos por lo que esto sucede es porque todava existen prejuicios

    acerca de que la crianza de los nios, especialmente mientras son

    pequeos, debe estar a cargo principalmente de la madre, y slo bajo

    circunstancias excepcionales podra estar a cargo del padre. Esto trae

    aparejado que las madres se sientan con una sobrecarga emocional, fsica y

    de responsabilidad social por la salud y bienestar de los hijos, en tanto que

    el padre slo tendr responsabilidad sobre el bienestar econmico de la

    familia. La estricta divisin de roles de gnero, en que las mujeres deben ser

    las principales proveedoras de vnculos afectivos y de mantener el equilibrio y

    la armona emocional de la familia, mientras que los padres deben ser los

    principales proveedores econmicos, es fuente de malestar psquico y de

    trastornos en los vnculos de la pareja. Por el contrario, la flexibilidad en el

    desempeo de los roles familiares y laborales, fuera de lo que se clasifique

    como estereotipadamente femenino o masculino, puede enriquecer los

    vnculos familiares y ampliar las bases de la subjetividad femenina y

    masculina.

    Porque, en definitiva, de eso se trata: no de que las mujeres no deseen y

    amen a sus hijos debido a la frustracin y a su malestar, sino de que las

  • Compartir:

    familias cambien, que tambin se transformen y amplen los contextos en

    los cuales es posible criar a los nios, y que la experiencia maternal,

    paternal y conyugal contribuya a lograr una sociedad un poco ms justa y

    ms equitativa para todos.

    * Doctora en psicologa, directora del Programa de Gnero y Subjetividad de

    la Universidad de Ciencias Empresariales y Sociales (UCES), Buenos Aires.

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