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CONCIERTO DE ESPERANZAS (Poesía reunida, 2002-2008)

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  • CONCIERTO DE ESPERANZAS (Poesa reunida, 2002-2008)

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    Ttulo: Concierto de esperanzas (Poesa reunida, 2002-2008) ISBN: 978-1-4092-2057-2 Copyright: 2008 Jos Manuel Martnez Snchez Editado por: Lulu Lulu Enterprises, Inc. 860 Aviation Parkway, Suite 300 Morrisville, NC 27560

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    CONCIERTO DE ESPERANZAS (Poesa reunida, 2002-2008)

    Jos Manuel Martnez Snchez

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    JOS MANUEL MARTNEZ SNCHEZ Nacido en Albacete el 11 de marzo de 1983. Licenciado en Filologa Hispnica por la Universidad de Murcia. Ha publicado hasta la fecha- los siguientes libros: "pica del naufragio", accsit del Premio Dionisia Garca-Universidad de Murcia, con prlogo de Jess Ferrero (poesa), "Buscando la paz interior" (ensayo), "El hombre posmoderno" (ensayo) y "Los hijos del sol" (novela). EL AUTOR EN LA WEB: -Blog personal: www.lashorasylossiglos.blogspot.com -Blog personal sobre espiritualidad: www.lasletrasdelaire.blogspot.com -Canal de vdeos espirituales en Youtube (BiodharmaTv): www.youtube.com/biodharmatv -MySpace de J.M. Martnez Snchez: www.myspace.com/matparananda -Libros de J.M. Martnez Snchez en Lulu.com: http://stores.lulu.com/josemanuelmartinez

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    y el naufragar me es dulce en este mar. Giacomo Leopardi

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    NDICE POEMAS, (2002) 19 UBI SUNT? DEAMBULO POR TUS LABIOS EN LA DISTANCIA FALLECEN LAS HORAS, TEJIENDO TELARES QUISIERA SUCUMBIR SONATA DE ENERO SUCEDER AL TIEMPO MUEREN ALGUNAS PALABRAS ARMONA Y DESOLACIN

    SUICIDA PREMONITORIO

    MORIR, SOAR TARDE ADVIENTO DEL VERBO ALL IS VOID WITHOUT YOU ALL THINGS MUST PASS ARQUETIPO DE LA SOMBRA BALADA DEL ETERNO RETORNO LA LEYENDA DE LOS SENDEROS

    CLEARNESS

    CONTEMPLACIN DE LA MEMORIA

    COROS PARA UNA SINFONA INACABADA

    DE UN AYER REPENTINO DELIRIUM TREMENS DONDE LA ADVERSIDAD EFECTOS SECUNDARIOSEL JUEGO DE LAS SOMBRAS EL RETORNO Y LA DEFINITIVA SOMBRA EN MITAD DEL CAMINO ESCRITURA SIN ALIENTO MEMORIA DEL DESENCANTO

    MSICA DEL MAR

    POEMA DE AMOR DESDE EL DESARRAIGO

    POEMA PARA PIANO

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    WHAT IS LIFE ABSURDOS PJAROS QUE NO SABEN QUE VUELAN ACONTECIMIENTO ALETEIA AMOR ILUSORIO BATALLA INTERIOR BIG BANG DEL SILENCIO BLANCO HASTO

    BUCLICAS

    CANTO DE AMOR Y DESESPERACIN CARLO Y ESTELA CENTRO INTERIOR COCA-COLA CANTO I CANTO II CONFESIN IMPLCITA CUERPO DE LA VERDAD DE LA VANA EXISTENCIA DECLARACIN DE INTENCIONES DESCENSO DESTIERRO DE DANTE EL CAMINO EL CORTESANO EL HOMBRE SABIO EL PRIMER AMOR EPIFANA ES EL FIN FE Y RAZN FILOSOFA AMOROSA VEN HACIA M HABLEMOS DE NOSOTROS TACA POSMODERNA IDENTIDAD IGNORANCIA INTERRUPCIN LA AMADA CAYENDO AL ABISMO LA DUDA LA PALABRA DE UDEIS LA PLAYA DE LOS HROES LA REALIDAD SIGNIFICADA LEJOS, MS ALL DEL TIEMPO

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    SIN TIEMPO NI DISTANCIAS

    I. TEOREMA DE LA SINGULARIDAD II. SEGUNDO-LUZ III. TIEMPO IMAGINARIO IV. ACELERACIN V. BIG BANG VI. PARTCULAS VIRTUALES VII. PARTCULAS ELEMENTALES VIII. MATERIA INTERESTELAR IX. PRINCIPIO DE INCERTIDUMBRE X. NCLEO XI. PRINCIPIO ANTRPICO XII. RELATIVIDAD ESPECIAL XIII. RELATIVIDAD GENERAL

    BEATUS ILLE LOGOS LUZ SOADA MACHINE GUN MAR INCONSOLABLE MEDITACIN INTERRUMPIDA MEMENTO METLICOS IMPULSOS MI ASCENSIN MMMETAFISSISS MSICA DEL SUEO MSICA POP OFRENDA PALABRA POTICA RETRICA ROMEO EN BENIDORM ROSAS DE CENIZAS SAD SONG IN MY HEART SANTA MARA MAGDALENA MEDITANDO ANTE UNA CALAVERA SOBRE LA IMPOSIBILIDAD DEL SENTIR TIERRA Y AGUA TRGICO DESEO VENCIMIENTO DEL AMOR VISIN NOCTURNA DE LA CIUDAD DE GARCILASO VIVA MUERTE YA SOMOS LO OLVIDADO COCHES DE JUGUETE

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    DE SENECTUTE EBRIEDAD EL LTIMO VERANO SIN NADIE INTIL BELLEZA LA JAULA MEMENTO MUCHO MS QUE UN MUERTO CUALQUIERA NARCISO PLANING PLATN NO NOS QUIERE ALUCINACIONES DEL HASTO BATALLA INTERIOR BSQUEDA INGRATA CANCIN DEL SUICIDA CANSANCIO DEL QUE YA NO CAMINA DESTINO LITERARIO INCOPRENSIN (3 VARIACIONES DE UN MISMO INSTANTE) LA BATALLA INTERIOR LA LUZ IMPOSIBLE POEMA DEL NOMBRE POTESTAD DE LA NADA RELOJ CALLADO RESPIRACIN SALVACIN DE LOS SENTIDOS SIEMPRE CANTO A LA NADA INFIERNO, 9 DE ENERO INVIERNO EN PROYECCIN POEMA DE AMOR SUAVE LUZ LA DULCE JOVEN MUERTE VIDA FUGAZ EN EL RESTAURANTE EN LA ESTACIN, ESPERANDO SU LUZ UNA CENA MAL PAGADA RETIRADA

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    PICA DEL NAUFRAGIO, (2002-2003) 139 I. Mares soados - Los das que te nombran - Bernini imagina el rostro de la belleza sagrada - Y llamaste a la muerte para ver sus ojos - Sonata de lo incierto - Huellas del viento - Noviembre tambin es un mes cruel - Inmortal paisaje de soledad - Volver - Coros para una sinfona inacabada - De un ayer repentino II. Dulce naufragio - Roma, alguien ha soado - Gesto ltimo de la duda - Silencio naciente - Imagen de piedra - Poesa es abandono - ltimo poema para una musa - Rostros de piedra en Pompeya - Improbable teora para un nimo inevitable - Sombras del ayer - Ausencia - Memoria del desencanto - La armona inalcanzable - Deseo del poeta - Suea el artista - Ibant obscuri sola sub nocte per umbram - Potica - Destino

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    AUNQUE ES DE NOCHE, (2004) 175 I.- SOBRE EL CORAZN DE LA TIERRA - Presente - Origen del trmino oscuro - Descanso del ahora - Aire - Fe - Del fluir de la nada - Alegora del bosque secreto - Rocas de viento - Juan Escoto de Ergena suea a Dios II.- LAS LETRAS DEL VACO - El verbo primero - Noche irremediable de sombras - Palabras al viento - Retrato de un sueo vedado - Leyenda de la muerte de Lio Po - La ltima sinfona - Esbozo de un paisaje desvanecido - La plaza del adis - Espacio trascendental - Perdicin del ayer - Nacer en los labios - Del inclume placer - Identidad y realidad - Silencio del ocano - Ausencia de uno mismo - Latente oscuridad - Marienbad - Claridad III. ESPACIO INTERIOR - Misterios de lo eterno - La ltima noche - Hacia ningn paraso - Eternidad en el espejo - El templo de Glain Zern - Sentido del ser

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    - De cmo el amado pena en la distancia - Razn de lo perdido - Renacer - Poema de dioses y de sombras - Plenitud - Platn - Diuturna oscuridad - Kyrie - Incipit LA ANSIEDAD DEL SILENCIO, (2004-2005) 219 I. A LA PRIMERA LUZ

    - Meditacin de s mismo - La vida es una luz sapiente y fija - Bodas de Can - Visiones - Reconstruccin libre de lo dado - La otra tierra - Burnt Norton - Invierno - Trascendencia - Ahora ms que nunca - Llegada

    II. NUNCA REPOSA LO ABSOLUTO - El da - Barro rojo - Elega para una muerte futura - Inscripcin - Lgrima de cristal - Los gozos silvestres - La Visitacin - Nunca reposa lo absoluto - Pjaros tristes

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    - La danza de Terpscore - Naturaleza csmica - Albada - Experiencia - Voz interior - Despertar - Recogimiento - El bosque y el secreto - Hacia ti - Heidegger mira el reloj - Deseo - Quin supo ver el mar

    III. DE LA QUIETUD DIVINA - Cntico - El smbolo - En busca del dharma - Acercamiento - En la oscura palabra - La expulsin del Paraso - Ante la nada oculta - La creencia de Hume - Comienzo de siglo - Monlogo del ngel cado - Profundidades - Soledades - Y siempre - Aether - Utopa - El jardn de Academos - La acogida - Surta la notte - Urticae proxima saepe rosa est

    DESCENSO AL ORIGEN, (2004-2005) 265 I II III IV

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    V VI VII VIII IX X XI XII ALGUNA VEZ MAANA, (2006) 279 I .-EQUILIBRIO SIN FORTUNA MUCHO MS QUE UN MUERTO CUALQUIERA REALIDAD EL PORVENIR LUZ SERENA Y ANHELO DESBOCADO CREACIN WAHRHEIT II.- HOMBRE Y LA DISTANCIA MSTICA RESURGIR MADUREZ EL MAR PERCEPCIN DELICADO GESTO BELLEZA INVENTIO VERBO NADA EL HOMBRE Y LA DISTANCIA MISTERIO DE LA LUZ LMITE LA INQUIETUD HASTO LOS SABIOS QUE EN EL MUNDO FUERON COMO CADA TARDE LOS MISMOS ROS FICCIONES DE BABEL

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    III.- ALGUNA VEZ MAANA I II III IV V VI VII VIII IX X CONCIERTO DE ESPERANZAS, (2007-2008) 315 Parte I.- Tiempo de la memoria -Concierto de esperanzas -Ansiedad del silencio -Memoria privada -El nio -La fruta amarga del deseo -El ro de la vida -Escuchando el rquiem de Victoria -Variacin de lo sagrado -Confesin del que huye temeroso -Cancin triste -Universo y realidad -Y ardemos y no dejamos huella -Lluvia -Voz interior -Elega para una muerte futura -Reconstruccin libre de lo dado -Nacer en los labios -Palabras al viento -Palabras al aire -Promesa al despertar -Noche irremediable de sombras -El deseo y la nada

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    Parte II.- Espacio de ti -El infinito -Amada belleza de entonces -Equilibrio sin fortuna -La noche del deseo -Otro infinito -Eidos -Principio de certidumbre -Entre ahogos de olvido -Espacios vacos -Amor de clase media -Miedo al futuro -Prosa potica -Despedida -taca, la sal del deseo -Espacio de ti -La plaza del adis -De cmo el amado pena en la distancia -Bodas de Can Parte III.- Metafsica del silencio -Sabidura -Juan Escoto de Ergena suea a Dios -Misterios -Fra conviccin -Metafsica -Sueos rotos -Palingenesia -Eternidad del instante -Presente -Descanso del ahora -Fe -El verbo primero -Espacio trascendental -Plenitud -En busca del dharma -La expulsin del paraso -Aether -Utopa

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    POEMAS 2002

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  • 21

    UBI SUNT? CERCA del naufragio hieres la certidumbre que ubica el retorno. APENAS tanta lejana de smbolos ciegos, lograr revivirnos. NACERS en la noche inmensa. MORIRS en el hbito mismo que la noche desprende: la definitiva sombra. Se evapora en el silencio agraz

    aquella incierta presencia. El cuerpo se desliza en acallados perfiles de purprea soledad.

    Nacemos solos y morimos, solamente.

  • 22

    DEAMBULO por tus labios en la distancia, y no habitas el tiempo ni las sombras. Comparo entre recelos lo perdido, un sentido inequvoco de fortuita soledad. Y sobreviene el designio, el tembloroso pesar. Y no sucumbes a su espesa y dorada materia de ros turbios e indoloros despertares. Ahora asciendes al perdido abismo, a la voz ltima que no pronuncia nombre alguno, ni excava en la materia, el enigma del viento.

  • 23

    FALLECEN las horas, tejiendo telares para Nadie. Irrumpen, oh Musa, reinando desafos. Ya muere el Canto: de seres desterrados, sin retorno. Voces que proclaman ser palabra, no envejecen. La clera de Aquiles, hijo de Peleo, canta, oh Musa. Cuerpo de agua mitolgica. Este Canto no es voz, manchado y maldito: no resplandecen sus palabras.

    *Sfocles advirti la pervivencia, la levedad del existir. Homero le dio voz.

  • 24

    QUISIERA sucumbir al declive con que delimitan los astros. Al viaje imborrable de palpar, sin temor, tu mirada. Pero as, algo ms tarde, despus de tanto y de nada, nos volvemos a encontrar, dispuestos, delicadamente agotados: nell mezzo del cammin di nostra vita.

  • 25

    SONATA DE ENERO

    DONDE declinan las voces en la distancia y el dilatar de las horas se adormece al silencio. Nosotros, ardorosamente pausados,

    advertimos reencuentros en la ausencia.

    Donde todo suena a destino indescifrable: lo que fuimos, el candor, un gesto vehemente y un Pars desvanecido que apenas brota en su lejana. Nosotros lo creamos. Acaso descifras mis conjeturas. Y es esta msica, la brisa y el silencio nuestra nica coartada. SUCEDER al tiempo es morir nuevamente. Cada instante que morimos el tiempo nos sucede. En qu lugar renacer la Rosa si no persiste su aroma al pronunciarla? Stat rosa pristina nomine, nomina nuda tenemus.

  • 26

    MUEREN algunas palabras en su mtrica indecisa, otras, sin embargo, coloquiales y sinceras, irrumpen intactas un propsito baldo.

  • 27

    ARMONA Y DESOLACIN

    No hay espacio sin tiempo

    oleaje sin ocanos muerte sin instantes eternos.

    No hay gozo en la inquietante sombra, ni ptalos alados tras los suaves terciopelos. Qu enigma acaso no despierta tu rostro en el vrtigo durmiente del adis? Qu ojos no surcan el deseo al contemplar la vida en la armona de un cuerpo soado? Logr alcanzar la claridad extensa de tus labios, rindindome al encuentro de las noches infinitas. Logr poseer el esplendor de tu presencia, reconocerte en el fragor verstil. Brotando entre cpulas y estrellas. Nada ms. La armona de tu cuerpo. El anhelo que persiste y cobija un candor, por siempre, bello y terrible. Es intil anhelar lo lejano.

    La memoria sentencia ilusiones, pero perviven sus sombras.

  • 28

    SUICIDA PREMONITORIO

    Aqu los das te aguardan enteros, tal y como los dejaste, viajero de dolor. Sabrs que nadie quiso evitar el desenlace, cuando t sentenciaste tu propia muerte, porque el naufragio era inevitable. Hablaste de un da concreto, mas luego soaste la hora y el lugar. Queras morir en el mar, como Manrique. Cunto tiempo esperaste a que el agua se elevase por tu cuerpo, hasta que no te permitiera soar ni respirar.

  • 29

    MORIR, SOAR

    La sombra dentro de la sombra dentro de la sombra

    se hace hiriente diamante de luz.

    Clara Jans

    anhelo conjurar la desdicha del vaco

    contemplo la quietud insondable y me someto a sus eternas profecas

    somos indeciso infinito

    materia de cifras y enigmas decidiendo una suerte de mar inquebrantable

    escogiendo sendas intiles

    hacia un olvido de inevitable continuidad sometidos al fro de los cuerpos futuros

    qu otras preguntas all en las oscuras bvedas celestes cifrarn altas horas de desolacin en el silencio imposible de la nada cuando la noche ltima anse poseernos y el alma azorada se entregue a su mentira interrogante

  • 30

    TARDE hemos llegado tarde sin saber a dnde las horas pasan tan deprisa que escapamos y corremos sin llegar nunca a ningn sitio porque no sabemos a qu lugar queremos llegar pero corremos a menudo algo cansados encontramos la felicidad y de pronto notamos que algo de nosotros se va con ella sentimos que el tiempo no nos espera que el barco zarp sin nosotros que nosotros no estamos all pero dnde? vivimos olvidados de nosotros estuvimos en el paraso y ahora es un reflejo inalcanzable un sueo imposible que languidece caminamos ansiosos entre el tumulto de otros que tambin llegan tarde el destino se nos escapa continuamente no hay tiempo para el silencio despus de aquella claridad crepuscular que llamamos juventud todo se detiene y nosotros andamos hacia un lugar incierto dejamos de dejarnos vivir despus de la juventud buscamos lo que creemos que nos pertenece pero sin saber a dnde ir para encontrarlo y se hace tarde y vivimos y es cada vez ms tarde

  • 31

    y aprendemos a conformarnos porque empezamos a estar cansados y nos acostumbramos a esa bsqueda prolongada de ilusorias pertenencias porque es necesario correr aunque no sepamos si hay o habr alguna meta verdadera algo se aleja pero nunca sabremos qu es aunque vivamos siempre en esa habitual urgencia de perseguir sombras y futuras quimeras emprendiendo ese viaje misterioso de nosotros que nos conduce sin saberlo al mismo lugar del comienzo

  • 32

    ADVIENTO DEL VERBO

    Cerrars los ojos para no mirar por los cristales Arthur Rimbaud

    Dioses flotan en el aire azur,

    dioses brillantes y toscanos, de regreso antes que el roco se derramase. Ezra Pound

    Oh, da sealado con piedra blanca! Catulo (CVII)

    I

    El mtico caf de la Butte aquel que ya no existe-

    sin fuego y porcelana en los labios es habitado,

    aquellas presencias que no alcanzan su trmino. Pasados

    los aos, con la furia carcomida y postrado el ayuno involuntario,

    de nuevo os contemplo: en la liturgia que os nombra,

    perpetuamente aciagos arspices del destino.

    II

    Unos versos de Musset fueron necesarios

    para volver a llamarte. No puedo di debo,

    esbozar la misma historia. Fue la espera el tiempo derramado,

    y brot la fragilidad y la ausencia como una rosa sin roco.

  • 33

    III (Tres versos para Catulo)

    Mueren algunas palabras en su mtrica indecisa,

    otras, sin embargo, limpias y sinceras,

    irrumpen intactas un propsito baldo.

    IV (Dos versos para Yorick)

    Y cuando llegue ese momento,

    volvers a levantarte.

    V (Un verso para Nadie)

    Nadie sabe que est solo. Nacemos solos y morimos, solamente.

  • 34

    ALL IS VOID WITHOUT YOU

    Engaoso, como un sueo,

    se turb el legado de tu ausencia,

    esas derrotas matinales

    de un obstculo ms que desgastado,

    por la dcil vehemencia

    que a algunos nos sobreviene sin

    un claro vaticinio.

    Comparo, entre recelos,

    lo perdido, con aquellos

    instantes placenteros que an demuestran,

    cierto sentido inequvoco, de fortuita soledad.

  • 35

    ALL THINGS MUST PASS

    Dedicado a George Harrison (1943-2002) Quizs una letra para una cancin que no ser, desaforado estrpito que se esparce por alquimias y tersas sonoridades. Todas las cosan han de suceder. Incluso los presagios. La muerte, no nos asombra en sus vagas monotonas, s en la desazn de un retrico por qu. Vuelve el sol a resquebrajar la ausencia, ahora, mientras irrumpe Here comes the sun en la memoria. O algo en el camino que cremos haber alzado con voz desvelada. Nuestras sombras reliquias ya aguardan un lugar que honre las cenizas en otra insolente e irnica antologa. Pero slo una letra que no ser, turba la velada. Djalo, estemos tranquilos, ya escucho su guitarra, all things must pass.

  • 36

    ARQUETIPO DE LA SOMBRA Muy lejos de aqu, donde otras canciones troquelan el silencio, duermes, imagen de gesto inmvil, sepultando tus pasos en molduras y contornos que tan slo convocan al silencio. Apenas sin lograr acariciar rostro alguno o despedida, se vuelve otoo, este viajar de postales sin domicilio. Y susurra la voz, los sueos plidos. A travs de tus ridas mejillas extendidas en el temblor constante de la ausencia. Y circunda inapelable al olvido, tu Azar de ciega voluntad, que fue reflejo o vuelo abatido. Recorre ahora por tus venas la purprea temperatura del recuerdo. Muy lejos de aqu, donde otros sueos oscurecen su nombre, y la distancia lo embarca, inaccesible, hasta la noche.

  • 37

    BALADA DEL ETERNO RETORNO

    Para que una cosa se debilite, es preciso en primer lugar

    que se haga fuerte. Para que una cosa se caiga,

    es tarea primera colocarla en lo alto. Si quieres tomar alguna cosa

    primeramente has de haberla dado. Lao Tse

    (Tao-t-king) Calma. Los das ya fueron, nada permanece, ni se ha mantenido escrito, mereci tan slo el abandono a esta splica fingida. Renuncia. Al llanto y perdiciones, no son propias de ese smbolo imperturbable que un instante supo florecer. Olvida. Tantos sueos postergados. Recuerda. Slo aveces, que esperaste, que fuiste fiel a tu imposible razn de existir. Medita. Pero no te soportes demasiado. Escucha. Las oquedades distorsionadas. Y vuelve al silencio para sentir esa levedad que en todos palpita de distinta forma. Abraza la marea avanzando. Algo nos eleva.

  • 38

    Busca. El libro que contenga todos los libros, el infinito que abarca todo el infinito, las ruinas circulares que un da nos ofreci aquel seor humilde y tmido de blanco cabello, conocedor de todas las cosas y maestro de maestros, cuyo hbito en su penumbra: era el verso. Transita por los senderos que se fraccionan, sin perderte, porque t los proyectas, porque tu invencin los levanta. Vuelve a componer cantos y cantos de ti mismo. Vuelve a sorprenderte, a divisar la luz, a liberar tu cuerpo de las cadenas y ver ms all de las sombras. Piensa el ser como ser de nuevo, la metafsica imprescindible. Entretanto duerme tranquilo tras leer el poema penltimo de aquellos veinte, por siempre perdurables. No te asustes si alguna vez alguien te retrata y te reflejas sin conocerte. Acepta y cambia, cambia y acepta. Reconoce que algo nos hace ser lo que somos, lo que seremos y lo que fuimos: el karma, el fatum, el destino cmo llamarlo. Que vidas y vidas somos el mismo, que en tiempos otros vendrn, otros vinieron. Diversos lenguajes conocen formas parecidas, al final una expresin, una huida, una bsqueda, un sentimiento, una intuicin que nos llega y se refleja: en palabras, sonidos, imgenes Muchas cosas por decir siempre quedarn, nada, que no hayamos dicho antes.

  • 39

    LA LEYENDA DE LOS SENDEROS

    A Jorge Luis Borges, por todo lo que sus libros me han entregado.

    Este poema siempre le estar soando.

    BORGES, en su mirada detenida, memoria de smbolos y cabales visiones,

    seduce el leve vuelo de las palabras con irnica maestra,

    el Tiempo cifrado en sentencias y leyendas de otros das,

    sabor de versos que conjugan nuevos lenguajes y lcidas razones.

    Versos que vagan necesarios en su Noche mgica de biblioteca ciega,

    el sueo otorgado de los dones, la frgil armona

    que recuerda la eficacia fatal de una spera llama, all en Alejandra.

    El tacto y aroma de las letras escritas, el alma, que a la vanidad niega.

    Y as esta virtud de maestro y de poeta, que inspirar todava

    por siempre, en siglos y siglos de dichosa cordura

    en las tapas hmedas de la eternidad: la conjura,

    que leg en su mente viva, el eco de la sabidura.

  • 40

    CLEARNESS

    Te insina esta cancin aliento ltimo que has de alcanzar,

    mientras arde, en tu alma de metal transgredido, un spero fulgor

    e insalvables restos del paraso.

    Sofocando con lgrimas la resbaladiza aversin a las intrigas,

    ansiedades o improbables quimeras delirantes,

    te salpica la soledad su funesto licor envenenado.

    Esta cancin encubre tu nombre,

    las noches, la selva entregada y la

    salvaje oquedad de quien la inspir. Y ms all

    de esos desarraigos, apenas duerme la esperanza

    en su ingenua y marchita dignidad, proclamndose

    a la astros como un fiel designio del firmamento.

    Ha puesto fin con lanzas desbocadas

    a una fatiga indescifrable de leo y jazmines.

    De sordos conjuros flotantes.

  • 41

    CONTEMPLACIN DE LA MEMORIA EN UN CUADRO DE SANDRO BOTTICELLI Me hablas de las noches que debieron

    ser eternas. El vano misterio reconoce

    ensimismado un azar de imprevistas conjeturas,

    prefijando frgiles desinencias

    y recobrados objetos.

    Vemos reflejada nuestra imagen

    y guardamos silencio,

    una vez ms, alzando en la mano

    la efmera presencia de un rostro que arropa la muerte,

    satisfecho, tmidamente perplejo, con la maestra

    que otorga la derrota, despus de combatirla.

    Me hablas de las noches que debieron

    ser eternas, y yo te respondo muy lejos

    de ellas. Y t propones jugar a las proclives

    fatalidades y apuestas muy alto, fingiendo

    la victoria. (Siempre ha sido tu mejor forma

    de perder)

    Contemplas un cuadro, un orden divino

    de fatuos contratiempos que ese instante

    clausurado no rescata, y aaden

    ms ventaja a tu mortal desafo.

    El esplendor de sus noches no han de recobrarlo,

    slo son una, esa es su grandeza.

    Esa es la ardiente paradoja.

  • 42

    Por eso cuando me hablas de las noches

    que debieron ser eternas,

    vislumbro, aterrado, la voluntad de un cuadro

    que irrumpe en mi memoria.

    COROS PARA UNA SINFONA INACABADA

    SUSTENTA ESTE POEMA LO QUE HABR DE SER

    As, de este modo solamente, jams moriremos.

    La envejecida palabra que evoca el instante

    vela intangible, sueos de silencio.

    Aqu, esta soledad te traspasa, te persigue, te suplica gozar en el recuerdo,

    te conmueve. Aqu permanecen y nos visitan: tantos territorios, tantos parasos, tantos

    oropeles

    arrastrados y deshechos. Y yo, ya no logro negar cualquier splica que en falsos

    vestigios me consuele. Suena tras los espejos, un amargo preludio de Chopin-

    Excavas lgidos ventanales, un rumbo al destierro, al imposible, a difanas

    melancolas.

    Volvers a posar tus alas en la marchita ebriedad que inslita

    y desnuda te acoge esta noche.

    No lo dudes.

    Volvers a retener el aliento en instantes

    de inexistencia.

  • 43

    Y el recuerdo se ir desvaneciendo en su promesa

    de efluvios venenosos.

    En esta habitacin de serpentinas y paisajes

    ingrvidos, Edvard Munch traza nuevamente tus sombras.

    Qu inexistencia reclama estos versos?

    Qu serena msica desnudar al silencio?

    Qu noche ser la que justifique la realidad

    que imaginamos? Materia ausente y cercana.

    De repenteascendemos con vigor inclume al vaco.

    Fue intil surcar en el aire las metforas y forzar en la arena

    las huellas

    que el mismo viento desvanece.

    Pero as, slo as, el olvido lentamente habita en nosotros, desatando retales

    inmviles, persistentesa pesar de las brisas y el tiempo que nunca capturan

    la eternidad.

    AHORA, visita mi memoria el Paraso Perdido, lo reconoce.

    Con qu lentitud arrasa tantas certezas enclaustradas.

    No lo dudes. All donde ahora estemos ya no habremos llegado.

    Nunca llegaremos. Adnde?

    Tal inquietud nos mantiene en la vida del sueo.

  • 44

    De repente, y con manifiesto estrpito, omitimos el murmullo, callamos,

    para hallar la voz que nos derriba con el sonido que la desasiste.

    Quisiera que no terminara este poema,

    porque s que esa voz que ahora evoco,

    ya me espera. Ensordeciendo mi calma de preguntas y de sombras.

    DE UN AYER REPENTINO

    Ha quedado en mi corazn una temerosidad extraa, que me lo hace irreconocible. Rainer Maria Rilke (Das Testament)

    AHORA, la vida se hace verso

    al consuelo de unas palabras

    que rescaten el descuidado Instante.

    Ahora la vida se hace verso

    con el spero sabor

    que propicia esta despedida.

    Ahora te observa distante:

    la noche cercada, la ltima sombra del paraso.

  • 45

    DELIRIUM TREMENS RITO desnudo que sacia Envenenando visionarias Presencias en la exnime Ferocidad de Baco entregado Al sueo eterno A la noche que anhela el no suceder Al plido vestigio consagrado de clemencia Sin otros blsamos que Resarcen su invicto fracaso COMPLACE su frgil voluntad La desdicha de presentir Que vanamente se escapa A la asediada realidad que Lloran sus sombras

  • 46

    DONDE LA ADVERSIDAD

    Admite que no valoraste demasiado. Porque nunca fuiste

    consciente que en tus brazos

    sostuviste la eternidad. Luego lleg la calma, y tras ella, la

    marea se abalanz estrepitosamente..

    Maurice L. Guimard

    Deseaste prender tus labios, al contemplar

    los mismos pasos abandonados en la distancia,

    caminando, en el regreso, la orilla transcurrida, saboreando

    amargamente el recuerdo, esquivando la arena,

    los pies descalzos, una mirada castigada.

    De pronto sentiste como el agua golpe,

    de nuevo, la imagen que inalterable,

    te persegua.

    No miraste atrs, ni siquiera al frente,

    acaso desaparecer te adentrara, sin impedirlo,

    hacia el otro posible suceder, hacia el reflejo agitado.

  • 47

    Al andar silencioso,

    donde suena la voz de otros que no advierten

    tu pesar, donde juegan gozosos ajenos al destino

    que no les modifica ni amenaza: no pudiste

    eludir el sonido que sin pretenderlo, te aferraba.

    En la playa, callado y calmado,

    esquivando la arena inevitable, transcurriendo

    sencillamente. Resistiendo los embates del

    oleaje continuo e incesante, fuiste por un momento

    consciente de habitar,

    el desaforado escenario de tu nica verdad arrebatada.

    DONDE la adversidad deslice su paso agonizante

    y nada conlleve a engendrar un destino sin memoria,

    all, nosotros estuvimos ahora.

  • 48

    EFECTOS SECUNDARIOS

    The sun is gone but I have a light. The day is done but Im having fun.

    I think Im dumb.

    Kurt Cobain En tu retina

    yace el reflejo que trep por tus venas

    en la otra muerte que te impuso un dios

    blanquecino. Quieres susurrar al viento

    el delirio de acariciar mitos

    y sagradas visiones.

    Pero te ahoga el tiempo. Te pide que lo absorbas.

    Ya pas el instante eterno. Ahora vuelves a recomponer

    la nada, de objetos y de sombras.

    Letal, como el brillo de tus ojos en el xtasis

    de lo eterno, solo, te enfrentas a ese otro despertar

    de la vencida realidad de la materia. Residuos

    de un ayer dilatado en tus pupilas.

    Qu duro despertar. Aliado del naufragio.

    Qu duro despertar. Cuando una nueva voz,

    ya no te rescata, ni aguarda tu presencia.

    Harto de injerir la promesa que contamina

  • 49

    tu destino, te escondes lejos de los espejos

    que agrietan el esplendor

    y excavan en el vaco.

    Repite tu nombre, una vez ms,

    antes que sople la ausencia

    de la quebrantada

    belleza.

    Y comprende

    que la inaccesible noche

    slo se rebela, desde el silencio. En la enigmtica Suerte,

    que la Muerte

    otorga, con su impune presagio.

    Al igual que el fuego, despus de abrasar la vida,

    en soplo estril y desnudo, como rfagas que circundan intactas

    en las fronteras,

    de

    una memoria

    inexorable.

  • 50

    EL JUEGO DE LAS SOMBRAS

    estos das que apresuran al instante su hlito

    sosegado nos irrumpen en febril y cncavo solsticio

    aadiendo ficticio devenir de soledades e inmerso

    en su jbilo decadente se aproxima como actor

    trastornado a una noche sin frases encadenadas

    por un eterno papel idlico que apenas un escenario ni

    la dicha se apropi de su indeleble y afanado propsito

    de perpetuar en s mismo el aliento la sombra

    o la tragedia de un delirio vanal una voz temblorosa

    y tmida jugando a ser no ser tal vez no dormir

    atrapando rostros gestos inaudibles motivos que algn

    nombre pronunci en su memoria

    que ya no logra atisbar identidad alguna

    que concluya esta desordenada propensin a lo incierto

  • 51

    EL RETORNO Y LA DEFINITIVA SOMBRA I CERCA del naufragio hieres la certidumbre que ubica el retorno. Volver atrs, la huida, el desaforado encuentro. El retorno. Qu retorno? Apenas mirar tanta lejana podr revivirnos. II FLUIR en el tiempo mientras un cuerpo inexistente alcanza el hbito que la noche desprende: la definitiva sombra. III VAGAR en la inmensidad como las sombras que nos reflejan.

    Tal vez, hallar retorno quebrado, dulce agona.

    IV Fundirse en la materia, morir eternamente. V Desnudas, fingen las palabras, una imagen intacta. VI Se evapora en el silencio agraz la incierta presencia, divaga la sombra quieta, el cuerpo asume acallados perfiles de purprea soledad.

  • 52

    EN MITAD DEL CAMINO

    A Dante Alighieri, fu miglior fabbro del parlar materno.

    No pronuncies de nuevo esas palabras.

    No me arrastres al resurgir confuso e imborrable de mis deseos.

    No vuelvas la mirada atrs,

    sabes que te encontrar, que all est esperando,

    esperando para cobijarte en sus brazos

    yertos de tormento.

    Las sombras slo se ahuyentan con la oscuridad.

    Tuya es la voluntad y tuyo el destino,

    que convierte la soledad en otra forma de muerte:

    Una sonrisa al menos, es difcil ahora, bueno, ya nos veremos.

    Y as, algo ms tarde y despus de todo,

    nos volvemos a encontrar, nell mezzo del cammin

    di nostra vita.

    Estuvimos cerca,

    procurando caminos

    desconocidos.

  • 53

    ESCRITURA SIN ALIENTO Suave, como gotas del albor, lo escrito ya es para el mercader. Enmudece y suspira, en plidos destellos, con su letargo sereno y esclavizado. Se paraliza el fulgor innecesario de los mortales, cuando la lluvia se enreda entre versos y sollozos. Inevitable redimir lo escrito, si el aroma nos consume. Letras y conjuros, que se imprimen en la memoria, fatal y necesario, resurgir de las cenizas. Fatal y necesario relatar este silencio, desnudarse, recitando el imposible maana.

    MEMORIA DEL DESENCANTO

    COMPUSISTE tus ltimos versos,

    cierto da de acritud. Creyendo

    que todo o nada importaba,

    que seguir o no, era funcin del azar.

    Vagamente partimos, inmersos en el equipaje olvidado

    en la resaca de dolientes romances, de tragedias imperturbables.

    Partimos a ese retiro novelesco, que se nos ofrece turbulento y aliciente,

    disfrazado por retales de aquella ingenuidad

    trastornada por los aos y la paciencia.

    Partimos, s, algo desolados, con pudor y desconfianza

    pero necesariamente prestos, necesariamente aliviados.

  • 54

    Partimos, s, conscientes de todo, de lo perdido,

    de lo poco por ofrecer, de lo mucho que necesitamos encontrar.

    La realidad an sostiene el deseo, cmplice de tantos reencuentros, fbulas

    aprendidas del olor de la lluvia en sus despedidas. Maanas de letargo

    memorablemente combatidas, llegar a casa sin confiar en una llamada

    para el fin de semana, planes deshechos sin un por qu, desenlace

    previsto y descuidado. Sueos placenteros, debidamente aniquilados.

    Qu ms razn para alejarse hacia un retiro que no sepa

    de intrigas, recuerdos ni desencantos?

    MSICA DEL MAR

    Qu difcil extraar de lo continuo

    concebir la esencia de esas huellas

    que consagran un tiempo desierto

    de sombras y monlogos de ausencias.

    Preguntas y preguntas, nadie puede acallarlas

    ni es propicio velar el quieto acento del pasado.

    Porque la propia cercana del ayer, nos devuelve las palabras

    lacradas en la memoria, como leve secreto del mar sosegado.

  • 55

    POEMA DE AMOR DESDE EL DESARRAIGO Tiempo que me diste, acepta las disculpas antes que apresure el desaliento, su invicto fulgor envenenado. Ms lejanas que nunca, son sinceras las palabras que se detienen, apenas perforan la intimidad que quisieran haber habitado, si esta ciudad, no hubiera elegido la costumbre de tu ausencia. Reflejan las calles tu sombra, como un laberinto de espejos. Forman nueve crculos y un pentagrama de seis lneas, con algunas notas, hurfanas, sin corresponder al asediado murmullo que mi noche saqueada, pronuncia. Ya no te reconocen. La msica de tu mgico silencio se ha detenido. Tiempo que me diste, acepta las disculpas antes de que sea tarde, no supe de las horas, hasta que las sostuve en la soledad de soarte, sucediendo, lentamente, como las sordas fosas que se excavan para dar hogar a la muerte. Entierra mi ser pasajero, para dar as comienzo al olvido. Y pregntate el porqu de renunciar, sin motivos que lo justifiquen, a un nuevo dictamen del destino. Y cuando tengas tiempo, traza una lnea en tu memoria que divida con spera simetra, lo que fue vida y lo que la vida fue, en compaa de las noches que admitieron, a la luz de la sombra, fingir, ingenuamente, tu presencia.

  • 56

    POEMA PARA PIANO - LENT ET DOLOREUX -

    A Erik Satie, que suscit estos versos I Se tata en tu memoria el friso de un ayer, y nadie nos avisa del asombro ni hay calendario que lo recupere. No es necesario escuchar ms canciones. Ya todas suenan iguales. ANTES: La calma rondaba por tus pechos. AHORA: Ronda el espacio sin tiempo. I I SIN EMBARGO NO RENUNCIAS A LA CONJURA pues tu historia descifra el presente y se desliza amenazante. y se alzan copas tras los espejos, y ya no eres t quien se refleja en ellas: y quieres evitar el olvido, y ya nadie te acompaa, y bebes solo, y solo, te absorbe el tiempo, y hablas solo, y solamente te calla el silencio, y duermes solo, y slo te arropa la espera, y lloras solo, y nadie sabe contestarte. Repites soledades, instantes perdidos, inalcanzables, sombras dbilmente coloreadas.

  • 57

    WHAT IS LIFE Es septiembre en tus ojos. Y dnde estemos ya no importa ni qu horizontes reafirmen esta lejana serenidad o en qu guaridas se refugie ahora tu grcil contorno. Tan slo nos merodean restos de materia esparcida en colricos mares australes. (Suena What is life). Harrison en solitario, como nosotros. Escuchamos perplejos rtmicas soledades. S (lo repito), otra vez es septiembre en tus ojos, otra vez hemos de forzar la vista al futuro, otra vez una cancin ha dictado el comienzo de este poema, que ya no se asombra, ni te busca, ni te nombrapero quizs aspire a recobrar una memoria puntual y cotidiana, que aparque los das que an parpadean en doble fila. ABSURDOS PJAROS QUE NO SABEN QUE VUELAN De la duda, en este instante cierto, exclamo sin saber porqu llega el desasosiego. La conviccin, al alma enajenada, sostiene en un ahora satisfecho acaso desde la inminencia. Pero qu sostiene, qu alma pura blanquea la desesperacin del deshielo. Pero qu duda en el no dudar se presiente, costumbre sombra acostumbrada. Turba la muerte placer.

  • 58

    Muere Dios. Muero Yo. Mueres T y tu sombra. Mueren las sombras. Morimos todos. Siento cmo al cerrar los ojos se va este mundo: y con ellos oscuros y cerrados tantos ojos de noche. Sientes cmo al yo cerrar los ojos se va este mundo? -Siento cmo al t cerrar los ojos queda menos mundo aunque no te conozca. Aunque seas rosa, polvo enamorado o miseria lunar? Agitacin que describe mi agitado orden. Calma que duerme eterno sueo no soado. Luz de cenizas que ignoran. Persona relativa descubierta al irse. Un extremo de m ha nacido en la huella del mar que pisaste cuando lentamente puse el corazn a rastrear tu elegancia insonora. Otro extremo de m ha muerto en la sombra de la nada que no pisaste. Otro extremo, todava hurfano, se encamina hacia el ltimo movimiento. Saber que ste ser el ltimo puede parecer un consuelo. Alegra necesaria para no morir de pena. Lo infinito tiene garras de tigre hambriento. Lo fugaz es un pjaro en la luz del da atada de ascensiones absurdas. Como esta metfora. No juzguis y no seris juzgados. Qu solucin hallar si la inteligencia es el problema? El pjaro y el tigre no saben que suean, porque soar no es un sueo cuando no sienten que despiertan. Slo existe una solucin Y otro extremo de m ha muerto, mientras concluye el poema, en esta sombra de la nada que abrazo ya sin temor.

  • 59

    ACONTECIMIENTO Abrindose la puerta, sujetndola, reviviendo. Declarando tan prximo al odo, que la puerta es otra, que no recuerda el tiempo vivido. Tan pronto se alej, tan pronto, enrgico y viudo de su paso, inquieto, efmero, inexistente. Y todo lo que hubo de quedar fue su inexistencia, vulgarmente incmoda, depravada. Pero si Dios no existe por qu nos espanta la tormenta y retiene a algunos que se mojan en ella. Por qu la respuesta, es mi pregunta, nos inquieta y nos duele, tal vez nos sobrecoja. ALETEIA (Verdad) Romanticismo En tu boca encubres las palabras y en el aire subsisten sus ausencias para quien con dolor las recoge, turbado, encendido de una luz que vence horas sin olvido. No hubo horas reales, tal vez un instante, conviccin tampoco, s trnsito enloquecido. Y luego niebla, lcida niebla pasajera. Sangrando por tu nombre acaso precipicio que nos llega.

  • 60

    AMOR ILUSORIO El no tenerte me posee. En mis sueos te intuyo casi desde lo eterno, como un fantasma, como una luz en lo oscuro. Cuando vivo de da y el sol alumbra el camino: andarte, alcanzarte, escarbar entre la destruccin Todo evoca que sigues estando. Con retomar la luz de tu sombra podra volver a morir, esta vez no de estar contigo, sino de la trgica ilusin que me hace negar la verdad del olvido. BATALLA INTERIOR Hacer lo que debemos, procurar la obediencia en nuestros actos, estar donde se ha decidido que estemos, vivir en la costumbre de habitar redes afligidas. Y no levantar la mirada si el sueo trasciende esa posibilidad de soarnos otros o de soar otro el espacio relativo que poseemos. Piezas en un tablero inmvil, piezas que juegan a ocupar la posicin privilegiada de las otras piezas. Nada ms que una vida y un aprendizaje impuesto que errneamente pretende hacernos mejores. La libertad no existe, somos esclavos del pecado, esclavos de un dios triste, esclavos de un rencor que no es nuestro pero que nos penetra en un acto de amor inevitable. Somos esclavos de la idea, humana y sensible,

  • 61

    eterna en esta especie nuestra insignificante. Y sin embargo la eternidad no est aqu, donde parece que cada da, as como las piezas del tablero suean su victoria, nuestra mirada de fe nos dice que podra estar. Pero es falsa la victoria, no se puede ganar a un rival no visible. No existe mayor rival que la ansiedad de la conciencia. Y eso que t llamas trascender es la visin inconfesable de tu propio final. No existe mayor rival que la ansiedad de la conciencia, nunca se apaga, nunca oculta la verdad. Te habla aunque no quieras escucharla, te aprieta las entraas hasta cuanto seas capaz de soportar. Te dir si sufres, si esperas, si encuentras, si no encuentras, si ganas, si pierdes. Y cuando te diga que has llegado te estar invitando a proseguir. Siempre se apresura y fabrica un encuentro imprevisto para que nunca puedas alcanzarla definitivamente. Y si alguna vez te detienes ella te empujar, aunque delante de ti se encuentre el ms perdurable descenso de todos los precipicios. Te llevar a sus espaldas cuando seas prisionero de tu cuerpo. Y si huyes de ella, si buscas el destierro, vendr con ms fuerza, para detenerte -con sus garras- de la huda inaccesible. Tampoco puedes rendirte porque no lo permitir. Y si has pensado por un momento que puedes engaarla, es porque has olvidado que para ti no existe la verdad.

  • 62

    BIG BANG DEL SILENCIO La bsqueda, amando los signos que perfilan necesarios una imagen cualquiera de lo amante. La slaba, que avanza hacia la palabra, enmudeciendo al silencio con verdad inconstante, resbalada, transitando esperanza. La clara, blanca espuma que remueve el oscurecer del alma. La sola, razn nica del sentido que difunde sosiego, all, cerca de un ahora de bruma o de yerto sonido. Placer no cercado por aguas rticas, frgil como el temblor, origen en la tierra del latido, manantial placer, solitario sendero que cruza paisajes de clara escarcha, slidos, blancos ros, tiempo de metal, agua en lo profundo sumisa a lo eterno, ladera del viento, principio roto como cualquier iniciacin del aire. Partculas de silencio llegando por la palabra, sentir de la limpia conciencia derribada, aullido de la nada, lamento hasta morir, desolacin del hombre sin quimera, mensaje sin huella, voz cerrada sin grito. En lo ms hondo del espacio adentro queda la memoria definitiva, olvido impuro de seco recuerdo. Queda el hombre soando, imagen hasta un frgil despertar

  • 63

    que absorbe a lo idntico enmascarada. Respira lo constante la brisa, araada de la tarde, su macilento cuerpo sin materia, su regreso del vendaval unnime. Se ahoga el infinito de respirar orientadas estrellas hacia ninguna parte, temblando al mirarse, cuerpos de luz heridos intilmente, mortales cuerpos solos que nacen. BLANCO HASTO

    A Allen Ginsberg

    Un abrazo en la quietud, semillas de amor

    gritan futuro, realidad: Nuevo Mundo.

    Llegar a las ruinas desde fuego perpetuo al blanco hasto.

    Un abrazo en la quietud, semillas de amor

    gritan futuro, realidad: Nuevo Mundo.

    Blanco hasto, horas de silencio lavadas en sangre, veranos muertos,

    saludos envenenados, miradas de escoria, ecos regresando,

    cadveres apilados en el parque de los pobres.

    Un abrazo en la quietud, semillas de amor

    gritan futuro, realidad: Nuevo Mundo.

  • 64

    Blanco hasto, burbujas de infierno encima de los coches, gticas avenidas,

    ojos digitales, caricias de cementerio enredadas, curas esquizofrnicos,

    perros violadores. Marx resucita para comprarse un rifle a plazos,

    Buda le enva su American Express. Napolen se casa con Marylin.

    Resucitan los dioses hijos del monstruo, vuelven a Babel.

    Blanco hasto, televisores ciegos golpeando el sicalptico cerebro, masacres

    orientales,

    guerras animadas en la sala Odeon, juguetes del cielo, sumisin

    de paracaidistas en rebajas, humos traficantes, dinero, desesperacin,

    Coca-Cola inmortal y pasteles fros de silencio. 28 de junio de 1914,

    muere en atentado el arquiduque Francisco Fernando. Las horas

    del fro en la noche que no muere, del tiempo

    8 de noviembre, tiempo y lugar son ahora,

    de 1928, el Etna entra en erupcin. 6 de mayo de 1937, ahora,

    arde el dirigible alemn Hindenburg. Junio de 1944, conferencia

    en Bretton Woods, ahora, a quo, este ao, tiempo,

    1948, nace el Estado de Israel. Asesinato de Gandhi.

    T.S. Eliot recibe el Premio Nobel. Ahora, tiempo y lugar.

    As responden a su origen los instantes para volver a ser

    ms nada en el ciclo de la vida. Una mujer recoge dos rosas

    para John Lennon, en Central Park. 18:30, un hombre duerme

    lejos del hogar donde naci. 20:35, el mismo hombre se despierta.

    Un abrazo en la quietud, semillas de amor

    gritan futuro, realidad: Nuevo Mundo.

    Blanco hasto, dolor por las paredes, blanca opresin, verde escapatoria elctrica,

  • 65

    guitarra suicida, alucinacin, Kurt Cobain. Dal se autorretrata

    desde su centro psiquitrico y toca el culo a una enfermera.

    Sigmund Freud es secuestrado en Amrica del Sur. Shakespeare

    ya ha encontrado la respuesta del ser que no es. Bob Dylan invierte

    en Wall Street las ganancias que obtuvo por Blowin In The Wind.

    Estn en venta todos los cuadros del Museo del Prado y del Metroplitan

    de N.Y. y los chinos han hecho una buena oferta.

    Masacre diaria en la casa de un obrero de Groninga.

    Pueblos reclaman soberanas de islas de petrleo.

    Un abrazo en la quietud, semillas de amor

    gritan futuro, realidad: Nuevo Mundo.

    Blanco hasto, miserable gozo, impotencia, caricias bombardeadas, eutanasia,

    apocalipsis, miedo, hasto. Desaparicin.

    Blanco hasto hasta que vuelvan a nacer todos los hombres

    y todas las mujeres que no posean memoria alguna de este mundo

    que les vio nacer. Sin Pasado y sin Futuro. Sin Historia. Solamente

    un Mundo Nuevo donde no morir de miedo colectivo por ser mortales,

    miserables, mortales. No habr Mundo Nuevo. No habr Mundo Nuevo.

    No habr Mundo Nuevo. Bombas atmicas de olvido para la felicidad.

    BUCLICAS Satisfecho con mi herida hacia el fin de la tierra, cantar lamentos, palabras que se asientan en el monte bajo el vasto cielo que lo cerca,

  • 66

    siendo l mismo cercado por la infinita vastedad del universo. Y as, lamentando, sentir el viento en mi pecho, tendr fro, llorar la ausencia tuya y seguir teniendo fro, dando al monte mis lamentos. CANTO DE AMOR Y DESESPERACIN Para hablar y ser escuchado hay que desordenar los silencios, quizs entonar un canto a las tres de la madrugada, quizs baarse en el viento. Romper la voz de la noche, cuando el sol est mas lejos y la luz slo est dividida y medio ausente. Entonces yo habr terminado este poema, habr escuchado la ltima cancin antes de empezar el intento del sueo: ritual sagrado de la desaparicin. Tan oscuros los ojos en la noche, tan amplios y dispersos nuestros cuerpos infinitos en la aurora que no crece. Tan derivados de los astros dormimos nuestro insomnio y ausentes desaparecemos y estamos

    donde siempre. Regresar a dnde,

    hasta dnde, siempre donde siempre. Nunca estuvimos all,

    donde nunca estuvimos, donde nunca.

    Nunca estuvimos realmente donde siempre.

    Pero no es mi estilo arrojar lamentos aunque slo eso consiga, no es mi manera de ser no poder ser quien soy. Soy el que fui y el que pudo ser.

  • 67

    He aprendido estas cosas y ahora yo canto a las cosas como la nada susurra a la nada que esta sola

    y no puede dormirse. Ahora escchame, acepta mi ltimo aliento y no olvides que te am. CARLO Y ESTELA El amante al haber sido rechazado por su amada, piensa: Los rocas que frenan el agua de este ro son el instante que busco para ahogarte. La amada lo descubre cerca del ro y le habla: Mirando ahora esta agua fra me has olvidado? El amante con acento melanclico coge la mano de Estela: Slo en el reflejo de tus ojos en esta agua fra sabr si tu mirada es verdadera. Estela acerca su cuerpo hacia el agua bajando la cabeza: Puedo mirar el agua y verte desde ella, pero no podr mirarte. Carlo finge no haberla escuchado: Puedo mirar el agua y verte desde ella, pero no te buscar. Ambos se encuentran fortuitamente en el reflejo del agua y pronuncian sus ltimas palabras: Nunca podr dejar de mirarte desde aqu, Estela. Nunca dejar de mirarte desde aqu, Carlo. Se juraron fidelidad y ciegos y hambrientos se amaron. Y nunca dejaron de mirarse desde el ro al que finalmente cayeron oscuros y muertos.

  • 68

    CENTRO INTERIOR Si nada puedo ser, si el centro cambia como las agujas del reloj, entonces qu importa si me abandonas, si te alejas de mi centro una vez ms. COCA-COLA DESPUS el paladar //// despierta Cadenas de Cicln Ruedas etreas //// riman amor cama hervida y piernas blancos sollozos temor tiembla aterrado % Mi Existir - Cobijo //// del Tiempo Psicodelia @ C

    O (co(co(coca)ca)ca)ca)

    C

    A

    __________

    C (co(co(cola)la)la)

    O

    L

    A Fuego de sueo inunda el mar &&& insomnio de poesa De TIERRA de LUZ de CLERA /// (Desnudo de fe) Ciego y Ertico Sueo de LSD ### IN THE SKY

  • 69

    CANTO I Sombras de nosotros, slo reflejar nos cabe. Mas las sombras de lo que no somos tambin se reflejan, en alguna parte.

    Me acerqu a la sombra y a la rosa, con sangre ma enrojecida, al pulmn de aire que nos encierra y abre, a cualquier ro para impedir su paso. Y part hacia las montaas eclipsadas, con mi palabra postrera, pidiendo dignidad para la voz que habr de aproximarme, solemnemente al canto. Todava es temprano y el corazn no duele demasiado. Mas slo hay tres palabras que no callan. Ahora, ahora, ahora. Y en ese instante te hall: el que nombramos ahora, por qu sigue siendo eterno si ya nos deja?

    Cundo? Ahora.

    Pero tambin ser salvado, porque el corazn suea como el mar las horas que laten y regresan (Y regresan tras latir.) En la orilla, todo mi ser de arena es borrado. (Renace, con sangre ma, la huella en nada, enrojecida.) No despiertes, suea tus ros infinitos, clava con fuerza y con dulce asombro tus huellas, aunque stas ms tarde sean otras huellas, otras huellas

    Todas desvanecidas, irreales huellas recobradas.

    No puedes saberlo, no puedes saber que ests vivo.

  • 70

    CANTO II He soltado sobre la tierra los metales, ya no hace calor.

    Me esfuerzo en el canto para dar salida a lo sagrado, pero todo queda dentro. Dicen que los hombres no tienen voz en este ahora sometido, que no tienen canto. Dicen que las palabras se estremecieron y no duraron en irse. Dicen que se han ido.

    Para dar calor alguien debe estar cerca. Gritando o dolindose de lo habitable. Para que la voz ruegue, precisa de un conmovido oyente: ardientes cimas, parasos ardientes, sagrados ros de lava, deseos alabados. Od, od el oleaje, pero no cantis cuando el agua levante sus murmullos. Cantan, los que cifraron el silencio, que todo es ro hacia un final: No tardes, muerte, que muero. As, la vuelta nunca es tiempo perdido.

  • 71

    CONFESIN IMPLCITA

    No s disimular la letra de mi espritu. Carlos Edmundo de Ory

    T, que nunca olvidabas la muerte, sientes ahora cmo todo cambia y la noche ya no te obliga a padecer, herido mortal, aquel ahogado silencio. Deseos intiles que vibran y se apagan, cubiertos de cenizas, de voces suplicantes, mueren al negarse a s mismos su existencia. Cambia tu gesto temeroso por cada segundo de alegra. Lgrimas inoportunas rebajan el desasosiego antes cotidiano, la muerte, otra vez, escuchas, y para nada, te dices, pensar en lo impensable sirve. Y se desvanece tu gesto temeroso por cada alegre pasin desatada. T, que amaste todas las cosas bellas, ya no padeces el silencio de la noche ni la soledad de haberte escuchado demasiado, ahora, eres libre, llegaste al fin a lo solemne y es hermosa la huella que deja tu mirada naciente. La experiencia no te ha cambiado, no eres feliz por conviccin. No.

  • 72

    CUERPO DE LA VERDAD (Adecuatio rei et intelectus) Se escap, casi muerto de miedo, antes de llegar al paraso. Adnde fue, eso ya no lo sabemos, quiz donde todos habremos de ir, cuando estemos cerca y sin embargo lejos de algn lugar olvidado por el que llegamos. DE LA VANA EXISTENCIA No busco ms vaco fuera de m, no me encuentro en el aire abierto de los espejos, no habito en la muerte ni en la vida, no expreso lo que mi nombre invoca desesperado. No me afirmo en la angustia ni en la ardua gloria, no digo en mi murmullo la esencia presentida: tan dbil y cercana, tan prxima y prohibida, tan llena de nada, tan insaciable y ocultamente triste, tan falsa y necesaria. DECLARACIN DE INTENCIONES Borrar consuelos, entristecer el alma con frgiles entusiasmos, prestar mi odo a la desolacin de un piano, posiblemente de Satie. Agitar la noche atrapada en los jardines de Marienbad y dormir entre la desesperanza de aquel inaccesible encuentro de memorias.

  • 73

    Reconocer con Borges que el olvido no existe, a pesar de su inviolable existencia. Saber que nac en cada verso y en cada cancin, saber que guardo la belleza del mundo para que t la recojas y me asistas, imposible lector. DESCENSO Este amor, que fue negado tantas veces, que ahora se congela despus de abrasar el corazn, este amor que ya no muere, que se consume en su constante revivir, este amor que ya no vive ms all de lo fugaz. Este amor que busca el amor, este amor que slo subsiste, que ya no quema, que ya no muere. DESTIERRO DE DANTE Dicen que soamos palabras de hielo, conceptos que no penetran, incapaces, el mutuo entendimiento. Algo nos absorbe, nos congela los huesos. Algo nos llama con su silencio: emocin, verdad, amor? Presentimos el regreso, a la mitad del camino. Palabras de hielo, nada ms, para la voz desconsolada que grita en el destierro.

  • 74

    EL CAMINO La vida y sus instantes, desplegados ahora en el silencio, el doble filo del tiempo dividido en un milln de fragmentos de dulzura inmensa. Retengo pasajes del Tao, paisajes helados por el viento de la verdad, lejos de Dante, de sus infiernos. Lejos de Buda y de su adis insondable. EL CORTESANO Todo lo que he sido, mi cuerpo ausente, de bruma aturdido, indiferente. Y la maana que viene, el sol que se pone, la luna que muere. Y la piel entregada, desenterrada del espanto, sucumbiendo al amor, dormida en la alborada. Lo que ya no podr ser es ahora todo lo que soy.

  • 75

    EL HOMBRE SABIO Porque la luz anuncia el despertar dormito en claridad penetrada. De nuevo el naufragio y lo oscuro, y el no aire y el no alguien que es nadie y nada. Y no nada o todo. El origen. El agua y el infinito. El tiempo y el aire. El hombre y la duda. El orden y el asombro. El nous. Verdad y conjetura. La esencia y el cuerpo. El movimiento. El ser y el no ser. La palabra. El dilogo. La realidad. Lo eterno. La materia. El tomo. El vaco y el lugar. El conocimiento. El hombre y su dios. La vida y el sueo. Mirar a la nada, sostenerme en el vaco, lograr la presencia del ser en uno mismo. El arte y el sabio. El sabio y el hombre. El hombre siempre. EL PRIMER AMOR Pasan mgicamente como amantes sin rumbo, todava no se han inscrito huellas de soledad ni de miedo en sus rostros. Caminan con la vida, siguiendo esa estela invisible que es la felicidad. l toma su mano

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    con la seguridad de aferrar algo eterno, ella se deja conducir, terriblemente hermosa, hacia las caricias primeras. El amor palpita a cada gesto. Pero despus llegaron los celos, el imposible quererse como antes, los temores y los das de lluvia separados. Despus lleg el invierno, el futuro, los proyectos. La inmensa distancia. Ahora temen olvidarse de s mismos, de aquello que siempre pudo ser lo que fueron. La intensidad del primer amarse ya no es la misma en el recuerdo, qu convencidos estn de ello. Se aman, pero se odian cuando llega el invierno y empiezan a olvidar el ltimo verano y ya no les queda nada del primero. Se odian, pero se aman sin embargo al venirles un recuerdo que contiene lo eterno. Nace nueva luz y el deseo recobra del origen todos sus destellos.

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    EPIFANA Solamente est mi cuerpo, sobre cristales rotos herido, atado al espanto y en la cumbre en ascuas sosegado, tras los juncos escondido, con la piel manto del crepsculo, el desencanto sucumbe, con la piedra respira incertidumbres y todo reluce si la muerte no amanece nada ms que sus quebrantos. Y en lo inmvil lo eterno apareciese, desde aquel reino sin muros, desconcertado, en la libertad que se afirma como el silencio, improbable en su mencin. Solamente oportuno el roce si la amada desvela y el amado acaricia sus pasos en la callada noche oscura de los campos de esperanza e hirviente quimera. Pesadumbre inspira tan serena lejana, romntico latido y el afn lucha y retiene, todo, nada ms que lo perdido. ES EL FIN Es el fin. La concentracin de un punto. La llamada que arde en los que no se queman. Zonas del espacio-tiempo recogidas y trastornadas en el abismo. Movimiento en el horizonte de sucesos atrapados. El fin del comienzo siempre del trmino es otro camino siempre en el fin y otro comienzo en el no trmino del no fin. Constante en el tiempo, sucesivo, constante en el fin. Las entropas disminuyen por el orden creado en el caos. Fatigados, sin aliento, abandonados, en molcula, en tiempo, de regreso al fin iniciado. No vuelven al vaco, estn en l, provienen del otro lado oscuro, para inmutablemente quedarse, en lo oscuro, no regresar, bajo la luz, quedar. No reposa lo absoluto en los caminos de luz, sobre el abismo, eternamente, sino en los otros mundos presentes y en los otros tiempos perdidos de realidades verticales y de estancias paralelas.

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    FE Y RAZN Llor la pena de una pasin ms all del da y del sol. Llor la pena de Dios. FILOSOFA AMOROSA Hicimos viaje por una tierra desolada, herimos el viento por una bocanada de aire. Deseo Beatriz que seas mi Beatriz, porque solamente en tu vida mi vida nacer. El tiempo es fugaz y nosotros en el tiempo fugaces somos, nicamente mortales. VEN HACIA M Ven hacia m, desprende tu ser por todo mi ser y que tus labios cierren heridas abriendo pasin y deseo eternidad en el roce y fugacidad despus para siempre cuando todo sea ido para siempre

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    HABLEMOS DE NOSOTROS Dicen que algunas cosas no se pueden decir, como muerte o muerte. -Y de qu podremos hablar si eludimos nuestra condicin ltima? Dijo el griego despus de la cena. Dime t qu has odo de la muerte, quiero saber qu te dice o cmo se manifiesta en tu silencio. Si sus manos olan a vinagre o a fresas salvajes. Qu lejos estamos de los muertos y qu solos se quedan, escribi alguien que ahora est muerto. Este es otro acontecimiento, aunque maana sea para muchos su nunca y su adis. Este es el otro acontecimiento, el que ocurre en mis ojos, el que ocurre en los tuyos, ojos que me ven y que veo y que nadie ms ve. Aunque alguien all, en presencia, nos vea. TACA POSMODERNA Despertar esta maana o nunca despertar, revivir el da que comienza o entrever un horizonte no aprendido. Huir de la ciudad que siempre fue contigo, o despertar nunca. O siempre no volver, como hurfano hroe sin reino alguno, a esa misma ciudad, a esa ntima verdad que obliga

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    el tiempo a cuestionarla. No hay sueo que no amanezca sin la secreta raz de tu mirada. No hay voz que no susurre el lamento mismo de ser voz. No hay fatiga que no arrastre la fatiga incontenible de ser eterno Ulises, aorando un reino perdido acaso, acaso inexistente. IDENTIDAD Antes los pastores cantaban, en el monte, la ausencia de su amada, ahora cantan los pastores, en la ciudad, su no ser y la ausencia de sus montes. IGNORANCIA Ignorantes sois de vuestro tiempo y vuestra muerte, seris de la ignorancia: racionales sombras indignas de vivir. Os prometo una muerte eterna cuyo despertar ausente el nombre de la paz y del sentido en fortuna. Pirmide urbana, del tiempo marcada, invicta, destinada a la muerte, cautiva de un futuro innoble y perfecto.

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    INTERRUPCIN Te dir lo que alcance a expresar mi voz, el pensamiento. que los versos son ilusiones y msica, virtual armona. Har que las palabras signifiquen y no callen, smbolos mal trazados del alma que desciendan, piedras. La armona romper ruidosas costumbres, planetas de tus ojos, seales vitales del espritu. El furor, la huella viva de tu piel, eco luminoso. No tiene accin lo inefable, el viento constante. Razn de lgrimas y esperanza, corazn entregado, alivio del dolor sin respuesta, soledad. Interrupcin. LA AMADA CAYENDO AL ABISMO

    Liebe oder selbstsucht Han pasado los aos y seguimos huyendo la mirada, debera al menos admitir que conozco tu nombre. Si supiera revelar cmo se construye tu deseo la huella del amor no sera ahogada por la calma. Pero hoy, una vez ms desapareces, sin temor a perderte en un abismo silencioso. Comprende tu intil fuga hacia la vida, all no hay nada, la verdad se extingue atronadora en pramos de imposible futuro. No existe en otra parte fuera de m tu destino. Ven, acrcate, no caigas.

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    LA DUDA Tienes tiempo para vivir? Tienes la soledad de tu lado o est en tu contra? Tienes ganas de tiempo verdadero? Podrs soar est noche con mi luz y con tu estar? Ser tu noche espacio de ruinas o de dulzura ingenua? Habr el encuentro o el miedo? Habr la alucinacin? Habr la penumbra desde el silencio o el ruido desde el amor? Te despertar el sosiego o la opresin del placer imaginado? Sers mortal y mirars como un mortal a la muerte? Dnde dejars tu yo? Para cundo tu yo ha planeado libertarte? Y lo que fue, ser por siempre inexistencia? Porqu dejas que las horas se acumulen en el vaco? Quin te impide que tus pasos avancen? Quin te llama y esconde la voz en la sombra de un ser laberntico? Quin no puede morir, quin es el inmortal y quin no es necesario en la batalla? Quin te vigila en la gravedad de esta muerte perpetua? Quin sabr que no morirs del todo cuando mueras? Cundo entenders, definitivamente, que no existe la muerte? LA PALABRA DE UDEIS Al tiempo no respondo. Slo soy la voz que pregunta, la voz que hace msica del alivio ltimo anunciado en la palabra. De la palabra y del sueo detengo la variacin oculta, la oscilacin exacta que a ningn punto seala. Sabiamente se desliza la vida sobre algn extrao ritmo que parece inmvil y permanece cifrado. Al tiempo no respondo. Slo soy la voz que pregunta.

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    LA PLAYA DE LOS HROES

    Unhappy is the man for evermair That tills the sand and sawis in the air.

    MARK ALEXANDER BOYD Fue ron h ro es un d a no leja no del v er bo. Fue ron due os de su playa pero no de l ma r. Vivi eron como som bras coti di anas de s u s refle jos. Vi vi e ron e n b us ca d el hr oe re nacido. P ero cav ar on una tum ba e qui vocada. Y mu rieron. L os mi tos mitos son y mitos fue ron. Y a hora no hay h ora para el mi to. Tum, tum. Ca E la s la ba, entre el espacio insignificante De la na da. Y se aho ga. Ver da des? Qu verd es ver da des escond el mar? Y qu mi tos nau fragan con teniendo el fu turo? Tum, tum? Jvenes vomitan Che Guevara. J ve nes ya no pi den la pal abra. Un mill n de generaciones esperan y no ha bla rn n unc a de su futuro. Mill one s de generaciones s abr n sentirse cmodas mientras algo

    entre t en ga. El pec ado o rigi nal abs orbe al h om bre que ign ora el des tino De su muer te. Tum. Tum. Fue ron hro es un d a nuestros hr o es. Y muri eron sien do hroes.

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    LA REALIDAD SIGNIFICADA (Microensayo potico) Quin soy? Qu voz guarda silencio en este instante? Es tu voz, la voz que nace del ser. Y el ser escucha otras voces que mueren en el aire. Relmpagos brotando de las bocas, agujas lanzadas al viento de la significacin, almas hechas de letras, vidas frondosas expuestas al sol del entendimiento. Una palabra es el abismo de un sueo que se ilumina al llegar a la conciencia de lo que ella, inmvil, etrea, por s misma, representa. Una palabra es siempre metfora, forzosa relacin que el hombre establece entre dos imgenes: el signo y la realidad significada. Una palabra es voz callada de lo visible y de lo invisible, desvelamiento del smbolo que lo real siempre esconde.

    Aunque pueda ser visto. Puedo ver el cielo, pero sin la palabra no podra darle un nombre. No podra llevar el cielo conmigo, en mi memoria. Pleno de identidad en el sonido que lo evoca.

    Muchas veces sera mejor desconocer ciertas palabras como muerte, sed, dolor o hambre. De todas maneras

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    sera imposible evitarlas aunque no furamos verbalmente concientes de ellas. Porque en el principio no fue la palabra sino el llanto, la rabia, la intensa rabia que causa no poder comunicar lo que se siente. LEJOS, MS ALL DEL TIEMPO (Versin de un poema de Li Po) Ellos me pregutan porqu habito las verdes montaas. Yo slo les entegro mi sonrisa, un corazn sereno que penetra la claridad del arroyo y los duraznos de la primavera. Yo, amigos, no resido el mundo vuestro, y otro lugar libre del tiempo, tal que eterno, me contempla.

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    SIN TIEMPO NI DISTANCIAS I. TEOREMA DE LA SINGULARIDAD Creados para nacer, y ante nosotros: el Universo. Creados para ofrecer, y ante nosotros: la oculta posesin de las estrellas. Mirbamos el cielo extraados, pensando mitologas. Dbamos imgenes a la altura singular de lo inexplorado. II. SEGUNDO-LUZ La velocidad no visible es otra imagen, otro lugar que nos acoge. (Los dioses cantaban al Sol, dilatado en pirmides de arena). La velocidad no visible es un espejo fro que nos recuerda al infinito, a lo ms cercano.

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    III. TIEMPO IMAGINARIO Las mediciones. La suerte imaginaria de esas horas que una vida de ms no ocupan. El tiempo. La suerte de un destino. El abismo de un reflejo. El eco de un segundo. El sueo de una cifra. El dolor, los otros y el fuego, otra vez el fuego: el dolor de las cenizas.

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    IV. ACELERACIN Cuando vueles, no cierres demasiado los ojos, ni tampoco los fijes -hasta el lmite de los colores- en los espacios. Cuando vueles, no caigas por el miedo ni por la valenta. Slo el conocimiento te har dudar cuando aceleres tu trayectoria. Por eso, cuando vueles, piensa que reconoces y recuerdas aquello que nunca has visto.

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    V. BIG BANG Te has preguntado tantas veces por los orgenes en busca de otra singularidad para poder completar lo que tienes, que ahora no te queda otra cosa sino el Mito. La creencia hacedora, la sustancia elaborada con sonidos y figuras, con ntimos cristales negros.

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    VI. PARTCULAS VIRTUALES Aquello que nos cre no est en el aire, aunque ste pueda parecer invisible. Aquello que nos cre, cre tambin al aire, y a la noche, con todas sus galaxias y misterios.

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    VII. PARTCULAS ELEMENTALES El objeto sin cualidades, la divisin de la unidad, parecen no tener trmino en el lenguaje. Pero el origen, siempre llegamos al origen, y siempre el trmino que le sigue y le rebasa. Lo diferente de un objeto, es lo que nos hace llegar a conocerlo. Y a veces, o siempre, ese mismo objeto es uno y mltiple, uno en m y mltiple en todos.

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    VIII. MATERIA INTERESTELAR Ante el inmenso vaco, la densidad nos sorprende y nos muestra que un pice de nada puede ser la prolongacin imaginaria de una inmensidad desconocida.

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    IX. PRINCIPIO DE INCERTIDUMBRE Dos rocas son tiradas desde un precipicio, nuestros ojos siguen a la una, y despus a la otra. Nuestros ojos han dividido el punto buscando el tiempo. Dos precipicios son tirados desde una roca. Nuestros ojos se han dividido buscando el espacio. Est aqu. Estn all. Las dos rocas han cado desde los dos precipicios. X. NCLEO La simbolizacin es una meta observable y el centro me ha preguntado por su destino. Cul ser la meta entonces? Cul el destino? Un pozo abre la luz que cierra ms tarde. Una mano abierta no puede cerrar un mundo aunque no deje de preguntarse

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    por la inquietante permanencia de sus lneas transcritas. Un ocano ser ocano aunque nadie ahogue sus heridas en l. Un barco ser barco aunque no nos quede el ocano. Y aunque nadie averige mi permanencia, tal vez yo siga siendo el mismo. XI. PRINCIPIO ANTRPICO Vemos lo que somos, vemos lo que nos construye, Otra construccin sera otro ver, otro ser. Tan lejos el Universo, tan cerca la arena y los olores y la msica de los astros: el silencio. Y nuestro alma seguimos buscando, ms all de las distancias.

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    XII. RELATIVIDAD ESPECIAL No podremos cambiar aunque me llames esta noche y reclames el pasado que dejamos para siempre. Porque no slo dejamos lo que tuvimos sino lo que ya es imposible poseer. No importa tampoco que el tiempo nos vace, o que nos engae con ilusiones. No importan la poesa ni los sueos, ni el dolor por la ausencia. Nada importa finalmente, porque la vida es desde el comienzo final intangible, aproximacin, severa norma que nos disuelve. Una copla para una muerte, una lluvia incesante, un diluvio en el que habrs de sumergirte, hasta esparcir -en la sequa del aire- la sangre gota a gota- de tus venas.

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    XIII. RELATIVIDAD GENERAL En reposo caen las sombras igual que los ojos se presionan fatigados cuando el sueo no deviene. Como el alma, la luz est quieta en su centro, como el dolor, la luz puede inclinarse cuando se balancea el deseo. Como el desamor, cubre a la luz del sol en el eclipse la luna, y la distancia que nos separa, parece ser mayor, pero no es el tiempo la causa, sino la oposicin de nuestras fuerzas amadas. Tengamos nunca la proporcin, si tan cerca llegamos, sin tan lejos no morimos, ni cansados somos de la pasin apresurada. Tengamos nunca los sentidos dormidos en la intimidad de una voz ajena, que pueda, tan ntima como extraa, ser tambin la nuestra.

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    BEATUS ILLE Tranquila est la noche aliviada y ciega de cualquier clamor, la vida se recoge con mudo manto de amor que hace detener al agnico dolor. Y con l ha pasado el fro, la muerte latiendo sola, firmamento llorado de aquella tierra rota que movi fronteras y tristes olas. LOGOS Escribir lo esencial, solamente lo esencial. LUJURIA Ah afuera est tu piel, tu piel desnuda buscndome y el tacto resistindose al aroma del deseo. Y juntos nos perdemos como las olas y los muertos en un mar negro de placer. LUZ SOADA I Yo no s qu es amor, no s qu es vivir con el corazn abandonado. Yo no s quin soy, ni s si habr un espejo verdadero. No s si tu mirada es amor, si vivo en ti con el corazn lleno de palabras innecesarias para sentirte cerca.

  • 98

    Yo no s si ests al otro lado de lo oscuro, donde el sol es cegado de belleza. Donde T eres el sol. II Ahora lo s, no puedo mirarte, es ms clara que el propio sol la luz que desprendes. Ahora, aqu donde yo estoy, donde la luna nace y muere, donde el amanecer aguardo, donde siempre anochece, donde la luz me niega verte, tu luz, la luz soada que T eres, aqu donde yo estoy, permanecer hasta que llegues. Donde t seas el Sol y me ciegue tu Luz. MACHINE GUN Sembrando tu corazn entre espinas silenciosas y arena donde escrpulos cien de umbrosa ventura el venir. Miedo de la tarde melanclica en el da paralizado por el que habrn de transcurrir los pasos de alguien y nadie. Sucesos que no aclaran el porvenir cuando la vigilia es tan intensa como el sueo de la nada. Guardianes de rostros apaciguando nimas traslcidas. Incertidumbre

    de la gloria en el sino cifrada.

    Monte de esclavos que idolatran. Tempestad de la nostalgia. Rfagas del deseo moribundas.

  • 99

    Ilusin desvencijada en el adentro impropio. Lo elctrico agonizando en guitarras condenadas. La reverberacin del hasto y una huella de armona hacia su dramtico abismo: el sonido. Lo real del horizonte visitado en el aire por los pjaros que ascienden otro horizonte singular de nubes deformadas. Lo real en el hombre que despeja subrepticio entendimiento para determinar en sus conjeturas cierto signo de persistencia. La otra visin de lo vivido. Certidumbre de purgatorio en el ahora sangrante. Lo derribado por lgrimas opalescentes, la patria perenne en los ojos emocionados: el falso padre deudor. El nunca reconocido sentir de lo ingrato. El mismo olvido de amor. Espectador del aire en la palabra. El nuestro silabear del tiempo en un espacio de certezas alucinadas. Cmplice aturdimiento de oriental alabastro por agona metlica dominado: entre la paz que me turba incontenible y entre el retumbar que me aquieta y libera. MAR INCONSOLABLE Siempre un ahora y un ayer tuyo o de nadie, visin que no comprende realidad diurna. Mar de tus ojos el sueo avista su hundimiento. Irreal como tu hoy profanar tu ayer el maana, su espanto inmutable. Ideal va afectado el viento de rumores inconscientes que te dicen habla, no hables, calla siempre. Y al fin comprenders lo que nada significa

    y a una tumba futura siendo algo irs y nadie. Un todo perdido a su suerte, un mar cautivo de infinitos ros que no compensan tanta calma

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    en la entrega, dejando el deseo sin hallar otro mar que te consuele. MEDITACIN INTERRUMPIDA La sombra de Buda fija en el horizonte, al otro lado la ciudad y el ruido enfermo de la niebla. Mi corazn cerca de ningn lado mientras la rosa enciende el mar con luz fina y dilatada. Pero la niebla emerge de lo alto a tu mirada abismal: la noche y el da y una terca muerte que sea resignada al letargo de la prolongacin del fro en la garganta. Que no eclipse la noche entre las ramas de los rboles ms altos, aquellos que di una vez por alcanzados, cuando envejeci el viento, con ramas inmunes de vida. MEMENTO Cuando recuerde que te he amado, cuando sangre mi cuerpo el dolor, cuando el amor venga, amargo y sin nadie. Cuando todos los ojos del interminable paraso retengan tu apariencia, cuando todas las miradas sean espacios vacos que solamente t podras llenar. Cuando vuelva a latir el corazn, lamento en el silencio, terminando la sangre de poblar paisajes, tu imagen de morir Cuando todo eso suceda te pido que ya no vuelvas a por m.

  • 101

    METLICOS IMPULSOS De la vida una atencin exiges, un alivio que pleno te reafirme, supremo viento que surque, solo buscando la esencia avistas. Duele tu alma recelo de blsamo grave a la msica del nervio ya ruina. Impotencia invita al dolor tranquilo, lo complejo dulce placer convida. Metlico Beethoven y cmodo manto de agona. Al final la estancia prxima del no sentimiento intuido. En pausa te auguran sinfonas que viertes negando y extinguiendo places. Orgistico de vivir pasajero tronando pervivencia desechada. Tanta ruina de abandono el blanco orden refleja. Odio por amor, desaliento del deseo que estremece lo eterno frgilmente aliviado. Premura celeste que niega el poniente. El no pasar en la nada transita hasta que el sol sin nombre se delata. Al corazn le asiste oratoria aprendida, desuso llorado de piedra que invoca. Te ofende tu morada a lo interno del alma, cuando solloza urgencia difundida si no enturbia dilogo que aprende de la noche la palabra del crepsculo vago. El dolor se fug del tlamo al sueo por vivir en su nada, esperanza de tierra. Dirige mi yo la constancia, el saber es dulce cuando amarga su impericia. Por ser ansiedad del todo el cicln rebaja frgil las tormentas del sentir acaso pronunciando cuando duermes el regreso a lo intil que avanza. El vivir es infancia que incendia la muerte. Me ha convencido mi niez asesinada. Te invito a que avances rompiendo las olas, la extincin esparce sus orgenes. Todava no he de oscurecerme. La memoria teje hbitos de olvido para no arrastrar al recuerdo hacia un abismo de insomnio. La emocin arrastra al odio cuando perenne nos sigue el sosiego.

  • 102

    S que soy no lo que no soy sino un tomo que domina partculas sin rumbo. Someto el ocaso de mi ser y me dirijo al no yo que prende materia, fugando la aurora de un dios que no sabe que florezco si existo permanente. Aislados somos de los colores por notar plenitud del movimiento. Todo lo vivimos y sin embargo un nombre nos resulta por aplicar su valor ajustado. El miedo reluce en vano, pues la muerte presente nos indica que no hay prdida, que no hay prstamo que convenga aplicado a lo firme de las cosas interfectas. Lo que aprendemos fallece. Lo que olvidamos penetra. Lo que sabemos trasciende. Te confo mi acrimonia a la ternura del xodo, as tu soledad ruega aspirarme. Cuando me marcho he llegado porque t me esperas, del sollozo gozas instintiva, de la ausencia especulas una vuelta que elabore fatigado desahogo de repulsa gozosa. El deseo te acompaa y la ayuda que indagas pronuncia un jbilo vedado. El miedo es tu apetencia e impide, sin embargo, el sobresalto del horror. El presagio. Si me requieres has hallado del gnesis su trmino, ntima raz, aquello que al fin, afectado e inapreciable, me desconoce. Belleza de espejo fallando la suerte anterior de lo eterno. Lgrimas azules, elegantes y supremas sedan la piel que declina. Sincera pretensin del nimo, caridad que no implora vigilancia en el canto, futuro cuyo entendimiento arremete voluntad y no memoria, y no razn atribulada de espanto.

  • 103

    MI ASCENSIN Sers mi ascensin a otra tierra y a otro mar, sers mi camino al cielo, mi jardn inmortal, mi rosa eterna y bella. Sers mi tiempo, mi lugar y mi destino, mi universo, mi dulce estacin perpetua, mi ascensin, el mar de la tierra. MMMETAFISSISS Nada comprendo pero al menos intento comprender Y en ese intento a veces comprendo que he aprendido algo Nada s que soy pero al menos algo siendo soy que s Y en ese intento a veces mi ser comprende lo que es Y olvida que no sabe lo que sin ser no es MSICA DEL SUEO I Soar. Despertar. Volver a soar. Este mundo que expresa nubes Contemplndonos. II Despacio te alejas del sueo. Miras a tu alrededor. Despertar? No. Dormir para siempre

  • 104

    En el enigma. III La playa azul y una caricia. El viento amando lo daado. IV Quin te dijo llegar a algn lado? Quin neg tu quietud placentera? V Clara resonancia y desvelo. Fugitivo el manto de la herida Ignorada. VI Cansado del eco y del no vivir Siendo. Cansado de la marea Y del ntimo sonar que oculta. VII Simetra del dolor. Simetra Y espacio seco de renuncias. VIII Quin convoca el goce inspirado de la nada? MSICA POP (Interpretacin de un cuadro de Jacob Jordaens) Suena la cancin de un grupo ingls: el tiempo, pienso, es una promesa inventada, mientras escucho el suspiro y los acordes aplacados de lo visible.

  • 105

    Soy la invencin de un extrao, soy mi invencin, soy desconocimiento. Termina esta cancin afligida. Soy el que no espera la muerte. OFRENDA TE dar mi vida eternamente, te dar mis alas aunque caiga, te dar mi cuerpo aunque no me pueda levantar. TE dar lo que tengo, ms lo que he perdido. TE dar lo que soy, lo que he sido, y lo que por ti ya no ser. PALABRA POTICA

    Al principio ya exista la Palabra,

    y la palabra estaba junto a Dios, y la palabra era Dios.

    Evangelio segn San Juan (1, 1-27) Ven, acrcate, palabra maldita que renaces del turbio corazn, acrcate, sueo frgil de vida, digna mentira y alivio del alma entre piedras de infinita tristeza. Deseo la lentitud de tu nada, la medida del tiempo sin latidos, el pramo donde una sola huella pulse en ti, inmarcesible, el poema.

  • 106

    POETA Solamente quieres cantar lo perdido para ser dueo de tu trascendencia. Cierras el libro, como la puerta que te lleva al ocaso de las estancias paralelas. Infinito sentir: luz, oscuridad y niebla. Infinito morir del tiempo que no muere. Puedes sufrir la palabra y el silencio, puedes decir que muere el da, que la noche se apresura, puedes ver las cosas que viven dentro de las cosas: en la apariencia. Dormir, soar, perder lo perdido, borrar los das incesantemente, descansar bajo el sol, morir sobre la noche abismal, sentir que es otra la tierra que nos acoger cuando partamos a ese lugar oculto que siembra su luz dentro de las cosas. Suea el poeta el da y no duerme cuando es la noche su manto ntimo, su profunda invencin, su dulce y entretejida agona. RETRICA Convencer. Convencer de qu? Por qu buscar el alivio ajeno?

  • 107

    ROMEO EN BENIDORM La estacin del olvido y tu mirada en la playa, la luna y las olas y el blanco encuentro de dos cuerpos oscuros. Tu mirada alejndose con la humedad del silencio, el futuro fracturado por el placer, la inmensidad abierta a su trmino, la pobreza, cabellos mojados, el invierno. Fra enumeracin de los das, un barco imaginado, la estrella fugaz de los deseos, estircol y espuma, quietud, y en el abandono una imagen sin futuro, bruma del placer vencido. El smbolo atesorando indecibles secretos que trascienden tu mirada, impalpable y venidera. Nunca vino el secreto ni sigui siendo secreto, nunca dej de pensar que este sueo sera eterno, ni olvid que lo eterno es pasajero, que el mar est en todas partes, incluso, all donde nosotros no debamos haber estado. ROSAS DE CENIZAS Llegar un da cualquiera a la vida, llegar un da cualquiera a la muerte, sentir el instante como un comienzo o acaso terriblemente su trmino. Entre las manos, a veces, la rosa, entre las manos, otras, la ceniza.

  • 108

    Hoy soplas con empeo la ceniza, el viento la lleva, vuelve la vida a soplar los ptalos de la rosa sin temer el aliento de la muerte, olvidando que no existe trmino, que resta siempre un dichoso comienzo. T ests ya a las puertas del comienzo y viene deambulando la ceniza, regresa otra vez el ro a su trmino, fugaz te has reencontrado con la vida mas de sbito susurra la muerte: y qu te queda, poeta, de la rosa? Parado, en la otra orilla, la rosa hueles sin el olor del comienzo, ya, seca, le va llenando la muerte, le va aspirando la fra ceniza hasta que expira con ella la vida. Qu maana no derrama su trmino? Qu lnea del sentir borra ese trmino? Las horas, cada hora, como una rosa pintan de belleza la frgil vida, enturbian de agitacin el comienzo y olvidan entre tanto que son ceniza, que en ellas slo irrumpe la muerte. Llegas entre lgrimas a la muerte y sereno reconoces este trmino en donde duerme eterna la ceniza, donde fue del tiempo tuyo una rosa el rumor constante hacia el comienzo que hace arder, tan hermosa, esta vida. Sin t saberlo: trmino y comienzo, lleno de vida irs hasta la muerte siempre alumbrando rosas de cenizas.

  • 109

    SAD SONG IN MY HEART Cierta es la servidumbre que me acoge, la servidumbre de mirar y ser vista engaosa. Todo tiempo pasado ya es lejana, el mar est despierto, pero mi cuerpo, ahogado, no podr nadar recuerdos combatidos por el agua. Todava habrs de soar la marea, en ti crecida y anunciada. Sirvo a la mujer que livianamente me envenena, mortal soy a sus ojos y eterno a la mirada glacial de lo que inerte ha pasado. Si pudiera acostumbrarme a ese gesto que encierra vida e ilusin, sera capaz, fiel como las rocas, de dar cabida en la memoria a tan borrado acontecer. SANTA MARA MAGDALENA MEDITANDO ANTE UNA CALAVERA

    Georges de La Tour Observas la llama del quinqu mientras sostienes reflexiva una calavera en la penumbra. Observas los libros y a ti misma, meditas el paso del tiempo y la fijeza de la cruz que sostuvo a tu amado. Tus pecados o la conciencia son terrible eco del mirar hacia ninguna parte: ni ms incendios, ni ms dolor pagado.

  • 110

    Cobraste por cada uno de tus pecados. Te pagaron por el cuerpo que ahora teme su putrefaccin. Te pagaron por el cuerpo que ahora busca el amor lejos de s mismo, donde el alma abandona la cruz de la carne. Pagaste por cada uno de tus pecados. Puede que tuvieras unos treinta aos cuando Georges de la Tour te retrat en 1644. Supongo que no importa si jams te sentaste, taciturna y hermosa, en esa silla, o si sujetaste con tu delicada mano una calavera. Supongo que tu belleza sera distinta y que tus pensamientos jams hallaron retrato alguno. Imagino este lienzo imposible y siento que tambin soy yo el retratado, el que observa la cruz y los libros, y la luz del quinqu, y la inevitable calavera. SOBRE LA IMPOSIBILIDAD DEL SENT