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COMO ESCAPAR

DE TU JAULA

Por: Mark Simpson

Como Escapar de Tu Jaula por Mark Simpson

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COMO ESCAPAR DE TU JAULA

Por

Mark Simpson

8 / 2011

© 2011 River of Life Ministries

Ministerios Río de Vida

P. O. Box 2035, Bolingbrook IL 60440 U. S. A.

www.Riverfof LifeMinistires.com

Mark and Lois Simpson

Traducción Y Edición

Gustavo Taminez

Citas Bíblicas tomadas de la

Nueva Biblia Latinoamericana de Hoy

(NBLH)


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CONTENIDO

Una lamentación por los líderes que fracasan .................................................................................................. 4

Las Jaulas anulan los Dones ...................................................................................................................................... 6

¿Una vida aburrida o una vida arriesgada? ........................................................................................................ 8

La jaula de la seguridad financiera ..................................................................................................................... 10

La jaula de las “responsabilidades” .................................................................................................................... 11

La jaula de la rutina ................................................................................................................................................... 13

La jaula de las suposiciones ................................................................................................................................... 14

La jaula de las costumbres y exigencias ........................................................................................................... 16

La Jaula de la incredulidad ..................................................................................................................................... 17

La jaula de las deudas .............................................................................................................................................. 19

La jaula de la seguridad ........................................................................................................................................... 20

La jaula de la ‘normalidad’ ..................................................................................................................................... 21

La jaula de la edad ..................................................................................................................................................... 22

La jaula de las adicciones ........................................................................................................................................ 23

La jaula del miedo ...................................................................................................................................................... 24

Conclusión .................................................................................................................................................................... 27

Una palabra de advertencia ................................................................................................................................... 28


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UNA LAMENTACIÓN POR LOS LÍDERES QUE FRACASAN

Muchos son los líderes que fracasan, aunque sean líderes espirituales. Para ilustrar este concepto, veamos lo que dice Ezequiel 19:1‐9

Y tú, eleva una elegía por los príncipes de Israel, y di: ¿Qué era tu madre? - Una leona entre leones. Echada en medio de leoncillos, crió a sus cachorros. Cuando exaltó a uno de sus cachorros, este se hizo león, y aprendió a desgarrar su presa; devoró hombres. Entonces las naciones oyeron de él; en su foso fue capturado, y lo llevaron con garfios a la tierra de Egipto. Cuando ella vio, mientras aguardaba, que su esperanza estaba perdida, tomó otro de sus cachorros y lo hizo un leoncillo. Y él andaba entre los leones. Hecho ya un leoncillo, aprendió a desgarrar su presa; devoró hombres. Destruyó sus torres fortificadas y asoló sus ciudades. La tierra y cuanto había en ella estaban aterrados por el estruendo de sus rugidos. Entonces se pusieron contra él los pueblos de las provincias de alrededor, y tendieron sobre él su red; en su foso fue capturado. Lo pusieron en una jaula con garfios y lo llevaron al rey de Babilonia. Lo llevaron enjaulado para que su voz no se oyera más en los montes de Israel.

Estos versículos presentan una lamentación que indudablemente está dirigida a los líderes, ya que el versículo 1 Ezequiel dice expresamente que la elegía está dirigida a "los príncipes de Israel", que por supuesto, eran quienes dirigían la nación.

Consideremos los elementos de esta lamentación:

* El destino del príncipe era ser como un león * Al principio, fue poderoso y temido * Pero finalmente terminó siendo atado en Egipto * Su madre levantó otro león de la misma familia * Este león, como el anterior, volvió a ser temido en todas las naciones * Pero conspiraron contra él, y lo pusieron en una jaula, y lo entregaron a Babilonia * ¿Para qué? Para que su voz nunca más vuelva a ser escuchada en las montañas.

Pero este destino que termina en derrota y esclavitud no es el que Dios desea para los líderes que le son fieles; este destino se opone al llamado verdadero que Dios nos hace, y que describe Isaías 40:9, así:


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Súbete a un alto monte, Oh Sion, portadora de buenas nuevas. Levanta con fuerza tu voz, Oh Jerusalén, portadora de buenas nuevas; Levántala, no temas. Dile a las ciudades de Judá: "Aquí está su Dios."

Y el mismo destino lo describe Isaías en 52:7, así:

¡Qué hermosos son sobre los montes Los pies del que trae buenas nuevas, del que anuncia la paz, del que trae las buenas nuevas de gozo, del que anuncia la salvación, y dice a Sion: "Tu Dios reina!"


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LAS JAULAS ANULAN LOS DONES

Consideremos el siguiente relato:

Un camello bebé le preguntó a su madre, "¿Por qué tenemos tan grande en los cascos de nuestros pies?" Ella bajó la mirada hacia él. "Dios nos hizo de esa manera por una razón muy especial. Los cascos son grandes para nosotros no hundirse en la arena." "¡Oh! Entonces, ¿por qué tenemos las pestañas largas?" "Es para proteger nuestros ojos de la arena." "¿Por qué la joroba grande?" "Esto es para almacenar la grasa y tener la energía suficiente para recorrer largas distancias en el desierto caliente!" "¡Ya veo!" El camello bebé estiró el cuello y miró a su madre. "Los cascos grandes son para no hundirse en la arena, las largas pestañas son para mantener la arena fuera de nuestros ojos, y las jorobas son para almacenar la energía que viajar largas distancias... entonces ¿qué estamos haciendo en esta jaula en medio de un zoológico?”

Muchos creyentes que podrían ser gloriosos servidores de Dios están en jaulas, aunque han sido equipados para que puedan ser leones en libertad, pero se han mantenido en las montañas y en los lugares altos, y no se han atrevido a hablar.

Hay muchos tipos de cautividades y prisiones, muchos tipos de jaulas. Isaías 42:22 dice:

Pero éste es un pueblo saqueado y despojado, todos están atrapados en cuevas, o escondidos en prisiones. Se han convertido en presa sin que nadie los libre y en despojo sin que nadie diga: "Devuélvelos."

Nunca, ningún león ha prometido seguridad, seguridad o certeza. Es el rey de la selva. Pero, ¿qué le pasa a un león domesticado? ¿Qué sitio en el zoológico puede ser más triste que la jaula del león, donde se puede ver el ritmo de ese rey frustrado andando de ida y vuelta en una jaula? Y me pregunto si algunas iglesias le hacen a la gente algo similar a lo que los zoológicos les hacen a los animales.

Y usted, ¿ha sido domesticado?


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Los ángeles que El Señor ha dispuesto para usted ¿están bostezando de aburrimiento, a causa de que usted no se dedica a ninguna actividad que requiera la protección de ellos?

Dios nos hizo a Su imagen. Pero, en lugar de reconocerlo, ¿Será que estamos más bien tratando de hacerlo a Él una imagen nuestra? En lugar de seguir nosotros la guía del Espíritu, ¿le pedimos a Él que nos siga?


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¿UNA VIDA ABURRIDA O UNA VIDA ARRIESGADA?

Planteemos una pregunta para los que somos predicadores: ¿Estamos llamando a los fieles a que hagan cosas difíciles?

Si no lo estamos haciendo, por favor, pidamos que nos perdonen. Porque si se eliminan los riesgos, peligros y luchas, ¿qué tenemos? Una vida aburrida. ¿Se puede vivir por la fe y, al mismo tiempo tener una vida simplemente aburrida? Sinceramente, la respuesta es no. En Hechos 15:24‐26, la escritura nos cuenta que Pablo y sus discípulos arriesgaban sus vidas:

Puesto que hemos oído que algunos de entre nosotros, a quienes no autorizamos, los han inquietado con sus palabras, perturbando sus almas, nos pareció bien, habiendo llegado a un común acuerdo, escoger algunos hombres para enviarlos a ustedes con nuestros amados Bernabé y Pablo. Estos hombres han arriesgado (entregado) su vida por el nombre de nuestro Señor Jesucristo.

Y es que nuestra vida en el Señor es una vida nueva. Como dice Isaías 43:19

Yo hago algo nuevo, Ahora acontece; ¿No lo perciben? Aun en los desiertos haré camino y ríos en los lugares desolados.

Había un hombre que tenía todo lo que se puede desear en esta vida: ser rico y de buen comportamiento. Pero este tipo se aburría, deseaba más, quería la vida eterna. Por eso fue donde el Señor a preguntarle "¿Qué me falta?" Veamos lo que dice Mateo 19:16‐22

Y un hombre se acercó a Jesús y Le dijo: "Maestro, ¿qué cosa buena haré para obtener la vida eterna?" Jesús le respondió: "¿Por qué Me preguntas acerca de lo que es bueno? Sólo Uno es bueno; pero si deseas entrar en la vida, guarda los mandamientos." "¿Cuáles?" preguntó el hombre. Y Jesús respondió: "No matarás; no cometerás adulterio; no hurtarás; no darás falso testimonio; honra a tu padre y a tu madre; y amarás a tu prójimo como a ti mismo." El joven dijo: "Todo esto lo he guardado; ¿qué me falta todavía?" Jesús le respondió: "Si quieres ser perfecto, ve y vende lo que posees y da a los pobres, y tendrás tesoro en los cielos; y ven, sé Mi discípulo." Pero al oír el joven estas palabras, se fue triste, porque era dueño de muchos bienes.


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Porque para seguir a Cristo en una vida de aventura, para ver cosas maravillosas, y para ver milagros todos los días, y para llegar un día a compartir el mismo mensaje y hacer las mismas obras, ese joven tendría que abandonar un lugar predecible, sin riesgo; tendría que dejar la rutina y la vida segura. Pero el dinero y los bienes que tenía, lo mantuvieron en una posición cómoda… de rutina. Como en un ataúd.

Piense en lo que Jesús le estaba ofreciendo al joven rico: ¡La oportunidad de seguir al más grande líder de todos los tiempos! ¿No existen decenas de miles de jóvenes estudiantes que acuden a Washington D.C., a Ontario, Canadá, a Yakarta, a Londres, a París a Nueva York, donde buscan ponerse en contacto con gente poderosa que les pueda abrir las puertas, para que "las cosas sucedan"?

¡Piense en las cosas extraordinarias que cotidianamente los doce discípulos veían y experimentaban! ¡Y el Señor a todos nos ha ofrecido la oportunidad de seguirlo! Entonces, reflexionemos: ¿A nosotros, QUE NOS IMPIDE experimentar y ver lo mismo que los discípulos? Indiscutiblemente, es que estamos persiguiendo otras metas.

Recuerdo la historia de los perros galgos en Miami, Florida, que lograron capturar el conejo mecanizado que persiguen en las carreras de perros. Una vez que lo capturaron, cuando el conejo se rompió, saliéndose de su pista mecánica, los perros simplemente lo rodearon y le ladraban. No tenían idea de qué hacer con él.

Esto es lo que le sucede a las personas que se dedican por entero a "lograr las cosas, a ganar todas las carreras de locos que marcan la competitividad de la vida moderna, y a alcanzar sus metas financieras". . . Cuando lo logran, ¿qué más van a hacer? ¡No tienen ni idea! La gente corre y gana las carreras de locos, y consiguen las cosas que ellos quieren: ¿Entonces qué? ¿Qué más sigue?

Repasemos a continuación cuáles son las JAULAS que a nosotros nos IMPIDEN ver y experimentar las promesas ofrecidas por nuestro Señor.


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LA JAULA DE LA SEGURIDAD FINANCIERA

Esa jaula es precisamente la que muestra en el ejemplo anterior del joven rico.

También a esa jaula se refiere el pasaje de Primera de Reyes. 19:19‐21

Elías partió de allí y encontró a Eliseo, hijo de Safat, que estaba arando con doce yuntas de bueyes delante de él, y él estaba con la última. Elías pasó adonde él estaba y le echó su manto encima. Dejando él los bueyes, corrió tras Elías, y dijo: Permítame besar a mi padre y a mi madre, entonces lo seguiré." Y él le dijo: "Ve, vuélvete, pues, ¿qué te he hecho yo?" Entonces se volvió, dejando de seguirlo, tomó un par de bueyes y los sacrificó, y con los aparejos de los bueyes coció su carne, y la dio a la gente y ellos comieron. Después se levantó y fue tras Elías, y le servía.

Vemos cómo Eliseo, para seguir los nuevos caminos que Jehová le señalaba, rompió su arado, sacrificó dos de sus bueyes y luego abandonó los otros diez, es decir, dejó atrás su garantía de seguridad financiera.

También en Marcos 14:3‐9 encontramos una hermosa referencia al abandono de la posesión de las riquezas por amor al Señor. El pasaje dice así:

Estando El en Betania, sentado a la mesa en casa de Simón el leproso, vino una mujer con un frasco de alabastro de perfume muy costoso de nardo puro; y rompió el frasco y lo derramó sobre la cabeza de Jesús. Pero algunos estaban indignados y se decían unos a otros: "¿Para qué se ha hecho este desperdicio de perfume? Porque este perfume podía haberse vendido por más de 300 denarios (salario de 300 días), y el dinero dado a los pobres." Y la reprendían. Pero Jesús dijo: "Déjenla; ¿por qué la molestan? Buena obra ha hecho para Mí. Porque a los pobres siempre los tendrán con ustedes; y cuando quieran les podrán hacer bien; pero a Mí no siempre Me tendrán. Ella ha hecho lo que ha podido; se ha anticipado a ungir Mi cuerpo para la sepultura. Y en verdad les digo, que dondequiera que el evangelio se predique en el mundo entero, también se hablará de lo que ésta ha hecho, para memoria suya."

La mujer no dudó en romper su frasco de alabastro lleno de costosísimo perfume, su tesoro y lo que podría ser la dote para un futuro esposo y lo entregó por amor al Señor, y en cambio pudo recibir de Él una bendición que incluyó un reconocimiento perpetuo e internacional, porque se la recuerda siempre en todo lugar en donde se predica el Evangelio.


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LA JAULA DE LAS “RESPONSABILIDADES”

El estar atado a determinadas “responsabilidades” también puede constituirse en una jaula.

Para ilustrar esto, analicemos primero a Nehemías. En el capítulo 1 relata cómo se despertó su preocupación y su llamado por las cosas del Señor:

Palabras de Nehemías, hijo de Hacalías: En el mes de Quisleu, en el año veinte del rey Artajerjes de Persia, estando yo en la fortaleza de Susa, vino Hananí, uno de mis hermanos, con algunos hombres de Judá, y les pregunté por los Judíos, los que habían escapado y habían sobrevivido a la cautividad, y por Jerusalén. Y me dijeron: "El remanente, los que sobrevivieron a la cautividad allá en la provincia, están en gran aflicción y oprobio, y la muralla de Jerusalén está derribada y sus puertas quemadas a fuego." Cuando oí estas palabras, me senté y lloré; hice duelo algunos días, y estuve ayunando y orando delante del Dios del cielo.

Y después de orar y de recordar las promesas del Señor, en el capítulo 2 Nehemías relata cómo habló con el rey, que era su jefe (porque era el copero del rey), para conseguir permiso para poder atender el llamado que tenía.

Así que el rey me preguntó: "¿Por qué está triste tu rostro? Tú no estás enfermo; eso no es más que tristeza de corazón." Entonces tuve mucho temor, y le dije al rey: "Viva para siempre el rey. ¿Cómo no ha de estar triste mi rostro cuando la ciudad, lugar de los sepulcros de mis padres, está desolada y sus puertas han sido consumidas por el fuego?" Entonces el rey me dijo: "¿Qué es lo que pides?" Así que oré al Dios del cielo, y respondí al rey: "Si le place al rey, y si su siervo ha hallado gracia delante de usted, envíeme a Judá, a la ciudad de los sepulcros de mis padres, para que yo la reedifique."

Cuando el rey le preguntó "¿Qué pides?", le estaba abriendo una puerta para que saliera de la jaula en la que se encontraba. La jaula consistía en un trabajo muy responsable en el gobierno, junto al rey. Pero él, orándole a Dios, logró salir y nunca volvió, convirtiéndose en un gran líder.

Pero como puede verse, la responsabilidad nunca implica la intención de romper las relaciones. Muchos sienten que tienen una relación a causa de su responsabilidad y el trabajo duro que desempeñan, pero eso no es un substituto que reemplace el tiempo que debemos


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pasar con el Señor. El versículo 1:06 constituye una canción y una oración que se puede aplicar cualquiera de nosotros:

Que estén atentos Tus oídos y abiertos Tus ojos, Señor, para oír la oración de Tu siervo, que yo hago ahora delante de Ti día y noche por Tus siervos, confesando los pecados que hemos cometido contra Ti . Sí, yo y la casa de mi padre hemos pecado.

Analicemos otro ejemplo: el de las expectativas de Deborah, que se relata en el libro de los Jueces.

En el capítulo 5, que es una canción de victoria, en los versículos 6‐7 se describe lo que había sucedido:

En los días de Samgar, hijo de Anat, en los días de Jael, quedaron desiertos los caminos, y los viajeros andaban por sendas tortuosas. Se habían terminado los campesinos, se habían terminado en Israel, hasta que yo, Débora, me levanté, hasta que me levanté, como madre en Israel. Habían escogido nuevos dioses; entonces la guerra estaba a las puertas. No se veía escudo ni lanza entre 40,000 en Israel.

Aquí vemos algo muy especial: una madre se levanta para luchar contra los opresores de Canaán: ¿Una madre? Todos sabemos que las madres tienen cada día expectativas que presionan sobre ellas. Una madre normalmente podría decir: ¿Cómo puedo yo hacer algo para ayudar a mi nación? ¿Dejar a mis hijos? ¿Por qué?

Pero había crímenes y peligros, y veinte años de opresión, y alguien tenía que hacer algo. Y Débora, que además de madre era juez y profetisa, le dijo a Barac que el Señor Dios de Israel lo invitaba a presidir la lucha, pero Barac fue cobarde. En Jueces 4:8‐9 dice:

Barac le respondió: "Si tú vas conmigo, yo iré; pero si no vas conmigo, no iré."

"Ciertamente iré contigo," le dijo Débora. "Sin embargo, el honor no será tuyo en la jornada que vas a emprender, porque el Señor venderá a Sísara en manos de una mujer". Entonces Débora se levantó y fue con Barac a Cedes.

Y detrás de ella siguieron 10.000 guerreros, y triunfaron y tuvieron cuarenta años de paz. Pero muchas veces pensamos distinto y no hacemos como Débora. Reflexionamos sobre nuestras diciendo cosas como: "La gente me necesita”, o “Mi mamá y mi papá están esperando que yo vaya a la escuela”.


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LA JAULA DE LA RUTINA

Comencemos por reconocer un hecho triste: Que tantos milagros que experimentamos, no los reconocemos como tales, y para nosotros son simples rutinas.

Déjeme ponerle un ejemplo: ¿Sabía usted que en el día de hoy usted viajará 1.3 millones de millas? ¡En este momento se está moviendo 67.000 millas por hora por el espacio! Pero nos acostumbramos a vivir con prisa a través de rutinas, en una actitud que no percibe, no escucha, y que mata la compasión y la creatividad.

Consideremos otro ejemplo:

Moisés, después de haber pasado 40 años en Madián, cuidando ovejas, se encontró de pronto con la zarza ardiente. Una zarza QUE LE HABLÓ: ¡que rompió la rutina! Hacía tiempo que sus sueños de libertador habían muerto, y en ese momento estaba enjaulado en la rutina de los negocios y actividades de su suegro. Con seguridad, eso lo había convertido en un hombre manso.

Y usted, ¿Cómo está viviendo? ¿Puede sentir la emoción de un reto? O, más bien ¿Está encerrado en un status quo?

Sigamos viendo lo que le ocurrió a Moisés en Éxodo 4:2‐3:

Y el SEÑOR le preguntó: "¿Qué es eso que tienes en la mano?" "Una vara," respondió Moisés. "Échala en tierra," le dijo el SEÑOR. Y él la echó en tierra y se convirtió en una serpiente. Moisés huyó de ella…

En definitiva, ¿Qué le estaba diciendo el Señor? Que saliera de la rutina y que abandonara su herramienta de trabajo, su protección, todo lo que para él representaba seguridad.

En los versículos siguientes, El Señor le sigue dando a Moisés pruebas de su poder y le ordena rescatar a su pueblo, pero Moisés procura presentarle argumentos para no hacerlo. Pero el Señor lo invitaba a abandonar la rutina y a entrar en Su protección, Su trabajo, Su seguridad.


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LA JAULA DE LAS SUPOSICIONES

Vivimos en una jaula de suposiciones; estamos atados a “la lógica”. Pero Las Escrituras nos muestran numerosos ejemplos de hombres llenos de fe que no dudaron del poder de Dios:

Por ejemplo, todos sabemos que el sol no se detiene. Pero en Josué 10: 12‐14 podemos leer:

Entonces Josué habló al SEÑOR el día en que el SEÑOR entregó a los Amorreos delante de los Israelitas, y dijo en presencia de Israel: "Sol, detente en Gabaón, Y tú luna, en el Valle de Ajalón." Y el sol se detuvo, y la luna se paró, Hasta que la nación se vengó de sus enemigos. ¿No está esto escrito en el Libro de Jaser? Y el sol se detuvo en medio del cielo y no se apresuró a ponerse como por un día entero. Ni antes ni después hubo día como aquél, cuando el SEÑOR prestó atención a la voz de un hombre…

Por ejemplo, todos sabemos que nadie camina sobre las aguas. Pero en Mateo 14: 29 leemos:

"Ven," le dijo Jesús. Y descendiendo Pedro de la barca, caminó sobre las aguas, y fue hacia Jesús.

Sin embargo, aún después de haber comenzado a caminar sobre el mar, Pedro fue preso nuevamente de las suposiciones. Los siguientes versículos, 30 y 31 lo muestran:

Pero viendo la fuerza del viento tuvo miedo, y empezando a hundirse gritó: "¡Señor, sálvame!" Al instante Jesús, extendiendo la mano, lo sostuvo y le dijo: "Hombre de poca fe, ¿por qué dudaste?"

Y hay muchos ejemplos más. Por ejemplo, todos sabemos que las cabezas de hacha no flotan. Pero Eliseo no partió de esa suposición cuando pidió un milagro, como demos en Segunda de Reyes 6: 5‐7:

Pero sucedió que cuando uno de ellos estaba derribando un tronco, el hierro del hacha se le cayó al agua; y gritó, y dijo: "¡Ah, señor mío, era prestado!" Entonces el hombre de Dios dijo: "¿Dónde cayó?" Y cuando le mostró el lugar, cortó un palo y lo echó allí,


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e hizo flotar el hierro. Y Eliseo le dijo: "Tómalo." Y el hombre extendió la mano y lo tomó.

Citemos un último ejemplo. Todos ‘sabemos’ (suponemos) que a los 90 años de edad las mujeres no tienen hijos. Eso supuso Abraham, hablando con el Señor, en Génesis 17:17

Entonces Abraham se postró sobre su rostro y se rió, y dijo en su corazón: "¿A un hombre de cien años le nacerá un hijo? ¿Y Sara, que tiene noventa años, concebirá?"

Pero Dios le explica a Abraham que sus suposiciones no son correctas (versículos 19 y 21):

Pero Dios respondió: … Sara, tu mujer, te dará un hijo, y le pondrás el nombre de Isaac; y estableceré Mi pacto con él, pacto perpetuo para su descendencia después de él. … “…Mi pacto lo estableceré con Isaac, el hijo que Sara te dará por este tiempo el año que viene."

Como vemos, aunque la misma escritura nos muestra que la sabiduría y la ciencia son dones de Dios, Él no está limitado por ninguna de nuestras suposiciones.


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LA JAULA DE LAS COSTUMBRES Y EXIGENCIAS

Zebedeo, el padre de los Apóstoles Juan y Jacobo, todos los días esperaba a sus muchachos para la pesca. Pero un día no aparecieron, un día dejaron de cumplir esa exigencia familiar, porque entonces los muchachos habían sido llamados por el Señor, para predicar. ¿Qué haría entonces ese padre?

¿Cuáles son las exigencias que nos han sido impuestas? ¿Le suenan familiares frases como estas: “Mi gente me necesita”, o “Mi mamá y mi papá están esperando que yo vaya a la escuela”? E igualmente, ¿cuáles son las exigencias y las cargas que nosotros mismos nos imponemos?

Veamos este caso:

El evangelio de Juan nos narra la noche en que, después de la muerte del Señor, Pedro salió de la pesca y lo acompañaron otros siete discípulos. Pedro seguramente se sentía culpable por haber negado al Señor, y quizá estaba tratando de olvidar aquello para lo que fue llamado.

Porque, ¿qué puede hacer uno en un caso como ése? ¿Acaso puedo ir a un médico cuando estoy así? Ciertamente, no puedo, pero aunque pudiera, tampoco es necesario. En Juan 21, Jesús renueva a Pedro su llamado en medio de la culpa. Y lo hace al amanecer, a la misma hora en que había cantado del gallo:

Cuando acabaron de desayunar, Jesús dijo a Simón Pedro: "Simón, hijo de Juan, ¿Me amas más que éstos?" "Sí, Señor, Tú sabes que Te quiero," Le contestó Pedro. Jesús le dijo: "Apacienta Mis corderos." Volvió a decirle por segunda vez: "Simón, hijo de Juan, ¿Me amas?" "Sí, Señor, Tú sabes que Te quiero," Le contestó Pedro. Jesús le dijo: "Pastorea Mis ovejas." Jesús le dijo por tercera vez: "Simón, hijo de Juan, ¿Me quieres?" Pedro se entristeció porque la tercera vez le dijo: "¿Me quieres?" y Le respondió: "Señor, Tú lo sabes todo; Tú sabes que Te quiero." "Apacienta Mis ovejas," le dijo Jesús. "En verdad te digo, que cuando eras más joven te vestías y andabas por donde querías; pero cuando seas viejo extenderás las manos y otro te vestirá, y te llevará adonde no quieras."

Esto dijo, dando a entender la clase de muerte con que Pedro glorificaría a Dios. Y habiendo dicho esto, le dijo: "Sígueme."

Pedro, después de haberlo negado a Él, es renovado y ¡tiene ahora que levantarse y predicar en público!


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LA JAULA DE LA INCREDULIDAD

La incredulidad hace que la palabra del Señor no sea escuchada. El libro de Hechos narra en el capítulo 27 un grave caso de incredulidad. El Centurión Julio, que pertenecía al batallón imperial de Roma, y quien debía llevar al apóstol Pablo y a otros presos a Roma, fue incrédulo a la palabra que Pablo le transmitía y prefirió creerle a otros (versículos 9 a 11)

Cuando ya había pasado mucho tiempo y la navegación se había vuelto peligrosa, pues hasta el Ayuno (el Día de Expiación) había pasado ya, Pablo los amonestaba,

diciéndoles: "Amigos, veo que de seguro este viaje va a ser con perjuicio y graves pérdidas, no sólo del cargamento y de la nave, sino también de nuestras vidas."

Pero el centurión se persuadió más por lo que fue dicho por el piloto y el capitán del barco, que por lo que Pablo decía.

Pero no sólo fue incrédulo el Centurión. Pablo. Después del naufragio también hubo incredulidad. En el capítulo 28:1‐4 leemos:

Una vez que ellos estaban a salvo, nos enteramos de que la isla se llamaba Malta. Los habitantes de la isla nos mostraron toda clase de atenciones, porque a causa de la lluvia que caía y del frío, encendieron una hoguera y nos acogieron a todos. Pero cuando Pablo recogió una brazada de leña y la echó al fuego, una víbora salió huyendo del calor y se le prendió en la mano. Cuando los habitantes vieron el animal colgando de su mano, decían entre sí: "Sin duda que este hombre es un asesino, pues aunque fue salvado del mar, la diosa Justicia no le ha concedido vivir."

Como vemos, aún los paganos, dijeron: "¡Este tipo es de mala suerte!"

Pero el Señor es siempre fiel con quienes lo aman. Los versículos 5‐10 cuentan el desenlace de esta historia:

Pablo, sin embargo, sacudiendo la mano, arrojó el animal al fuego y no sufrió ningún daño. Ellos esperaban que comenzara a hincharse, o que súbitamente cayera muerto. Pero después de esperar por largo rato, y de no observar nada anormal en él, cambiaron de parecer y decían que Pablo era un dios. Cerca de allí había unas tierras que pertenecían al hombre principal de la isla, que se llamaba Publio, el cual nos recibió y nos hospedó con toda amabilidad por tres días. Como el padre de Publio estaba en cama, enfermo con fiebre y disentería, Pablo entró a verlo, y después de


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orar puso las manos sobre él, y lo sanó. Cuando esto sucedió, los demás habitantes de la isla que tenían enfermedades venían a él y eran curados. También nos honraron con muchas demostraciones de respeto, y cuando estábamos para salir, nos suplieron con todo lo necesario.

Es importante ver que Pablo nunca se desanimó, aunque su plan de ir a Roma hubo un momento en que parecía que había fracasado. Porque ante los planes fracasados generalmente tendemos a desanimarnos, y nos sentimos fuera de nuestro curso. Sin embargo, por la mano de Dios esas mismas situaciones pueden conducirnos a precisamente a Sus caminos y al cumplimiento de Su plan para nosotros.


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LA JAULA DE LAS DEUDAS

Proverbios 22:07 nos dice cómo llegamos a ser enjaulados y esclavizados debido a las deudas:

El rico domina a los pobres, y el deudor es esclavo del acreedor.

El profeta Nehemías dice, en el capítulo 5, versículo 5 ¿Cómo podemos ser libres cuando nuestra tierra es propiedad de los demás?:

"Ahora bien, nuestra carne es como la carne de nuestros hermanos, y nuestros hijos como sus hijos. Sin embargo, estamos obligando a nuestros hijos y a nuestras hijas a que sean esclavos, y algunas de nuestras hijas ya están sometidas a servidumbre, y no podemos hacer nada porque nuestros campos y nuestras viñas pertenecen a otros."

Es, pues, un importante deber de todo siervo de Dios es el estar libre de deudas.


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LA JAULA DE LA SEGURIDAD

Sí, normalmente queremos ir "a lo seguro". Estar en condiciones donde no haya riesgo. Pensamos generalmente (y equivocadamente) que quien es inteligente no se arriesga.

Pero la vida del Líder no es así. Como dice el pastor Craig Larson (*):

"Los líderes que son íntegros necesitan todos los días coraje para enfrentase a las decisiones, las reuniones, y los retos que tienen el potencial de causar pérdidas y ocasionar dolor. Arriesgamos el dolor emocional, los problemas del ministerio, las relaciones, la reputación, dinero, tiempo y fracasos. Por todo eso, tenemos la tentación de jugar a lo seguro. "

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(*) Craig Brian Larson es un reconocido pastor en Chicago, predicador, columnista de varias

publicaciones –periódicos (especialmente el Leadership Journal) y revistas cristianas‐ y autor de

más de una veintena de libros, entre ellos “El arte de la Prédica Bíblica”. (N. del T.)


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LA JAULA DE LA ‘NORMALIDAD’

Desde la infancia nos vemos obligados a ’ cumplir con las normas’, a conformarnos con lo que es similar para todos. Es decir encontramos que todos esperan que seamos ‘normales’ Cuando a los niños pequeños se les pregunta, "¿cuántos de ustedes son artistas?", cada uno de ellos suele responder que es artista. Pero a medida que crecen, cada vez son menos los que creen que tienen la capacidad de crear, y cada vez son más los que preferirían morir antes que hablar en público.

Como dijo Gordon MacKenzie (*): "Desde la cuna hasta la tumba, la presión está en: ser normal". Pero Dios vino a nosotros para liberarnos de la normalidad, para ser necios por Cristo. En el libro primero de Corintios, capítulo 4, versículo 10, dice el apóstol Pablo:

Nosotros somos necios por amor de Cristo, pero ustedes, prudentes en Cristo. Nosotros somos débiles, pero ustedes, fuertes. Ustedes son distinguidos, pero nosotros, sin honra.

Y en el mismo libro, en 1:27 dice que Dios ha escogido lo necio:

Sino que Dios ha escogido lo necio del mundo para avergonzar a los sabios; y Dios ha escogido lo débil del mundo para avergonzar a lo que es fuerte.

Así que si usted está encerrado en esa jaula "normal" y no quiere salir de ella, va a ser muy difícil que pueda conseguir ser elegido.

Por lo tanto: ¡Siga a Cristo! ¡Desvíese de la norma!

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(*) Gordon MacKenzie es un famoso pintor, autor del bestseller Luces del Norte, un libro de

pinturas de acuarela, y del Cuaderno Esencial para El Acuarelista. Él ha sido un artista muy popular

y durante más de 30 años ha ejercido como profesor y ha montado más de 25 exposiciones

individuales. Su obra cuelga en muchas colecciones privadas y corporativas, y ha aparecido en

varias revistas. (N. del T.)


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LA JAULA DE LA EDAD

Sí, la jaula de edad. Nos hacemos mayores, y cada día nos hacemos más pequeños, con un Dios más pequeño.

¿Cuáles son las cualidades de la juventud? La curiosidad, la alegría, el entusiasmo, la valentía, el calor, el hambre de conocimientos y experiencia, y la energía. Muchos dicen que son demasiado mayores, que ya tienen mucha edad. Pero, ha pensado usted ¿qué pasa con todos los misioneros extranjeros que salieron a los setenta años y todavía están trabajando en otros países? Recuerde que Moisés empezó su ministerio ¡a los ochenta años!

¿Usted qué prefiere: la monotonía (siempre lo mismo), o la neotenia? (que es "la retención de las características juveniles en los adultos")


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LA JAULA DE LAS ADICCIONES

Una adicción es una dependencia hacia una sustancia, una actividad o una relación que el individuo no sea capaz de controlar, que lo lleva a conductas compulsivas y perjudica su calidad de vida.

Las adicciones traen consigo graves consecuencias en la vida real que deterioran, afectan negativamente, y destruyen relaciones, la salud (física y mental), y la capacidad de funcionar de manera efectiva.

Las más conocidas son las adicciones "por ingestión", que consisten el consumo de diferentes sustancias químicas (tabaco, licores, drogas, excesos en la ingestión de alimentos), pero podemos encontrar otra categoría de adicciones, que los sicólogos llaman "las adicciones de conducta" (como la adicción al juego, o a otros varios hábitos, tales como la televisión, los videojuegos, el Internet, la moda, a las compras y aún a actividades como el deporte, la tecnología, el sexo, o el trabajo).

El siervo de Dios no debe ser adicto a nada.

Nuestro Señor Jesucristo rechazó una droga que le fue ofrecida: Mateo escribió (27:34) que antes de crucificar a Jesús le ofrecieron vinagre mezclado con hiel, y Marcos (15:23) indicó que le dieron a beber vino mezclado con mirra, pero él lo rechazó.

En realidad Mateo y Marcos dijeron lo mismo. La mirra tenía gusto amargo como la hiel, y tenía un efecto soporífero y calmante, que mezclado con el vino agrio producía somnolencia. Ofrecieron esta bebida a Jesús para anestesiarlo para que no sufriera tanto. Pero Jesús se negó, porque quería estar consciente hasta el final.

Siempre que una adicción pueda llamarme a cualquier hora y tomar control sobre mí, estoy enjaulado, y no estaré libre hasta que salga en forma permanente de la adicción.


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LA JAULA DEL MIEDO

¿Es el miedo el que nos atrapa? ¿Es el miedo el que nos impide cumplir nuestro llamado?

Pero el Señor nos ordena no temer. Dice Romanos 8:31

Si Dios está por nosotros, ¿quién estará contra nosotros?

Veamos el caso en que el gran profeta Elías tuvo miedo. Cuando Jezabel (hija del rey de los Sidonios casada con Acab, rey de Israel) ordenó la muerte de Elías, dice el libro primero de Reyes 19:3‐4:

Elías tuvo miedo, y se levantó y se fue para salvar su vida; y vino a Beerseba de Judá y dejó allí a su criado, y anduvo por el desierto un día de camino, y vino y se sentó bajo un arbusto; pidió morirse y dijo: "Basta ya, Señor, toma mi vida porque yo no soy mejor que mis padres."

Pero el Señor se le apareció: (I de Reyes 19:15)

Y el Señor le dijo: "Ve, regresa por tu camino al desierto de Damasco y cuando hayas llegado, ungirás a Hazael por rey sobre Aram

¡El Señor le ordenó regresar y continuar Su misión!

La historia de Jonathan (I Sam 13:19‐22) es la de un varón de Dios que no tuvo miedo porque confió en Dios, estando en circunstancias muy desfavorables:

En toda la tierra de Israel no podía hallarse ningún herrero, pues los Filisteos decían: "No sea que los Hebreos hagan espadas o lanzas."

Y todo Israel tenía que descender a los Filisteos, cada cual para afilar la reja de su arado, su azuela, su hacha o su azadón. El precio era dos tercios de siclo (8 gramos de plata) por las rejas de arado, las azuelas, las horquillas, las hachas, y para arreglar los azadones.


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Él tenía la espada, para su uso. Pero sólo él y su padre tenían espadas en este momento

Y sucedió que en el día de la batalla, no había espada ni lanza en mano de ninguna de la gente que estaba con Saúl y Jonatán, sólo las tenían Saúl y su hijo Jonatán.

Pero Jonatán formuló un plan: (I Sam14:1)

Y aconteció que un día Jonatán, hijo de Saúl, dijo al joven que llevaba su armadura: "Ven y pasemos a la guarnición de los Filisteos que está al otro lado." Pero no se lo hizo saber a su padre.

Y luego:

Jonatán dijo al joven que llevaba su armadura: "Ven y pasemos a la guarnición de estos incircuncisos; quizá el SEÑOR obrará por nosotros, pues el SEÑOR no está limitado a salvar con muchos o con pocos."

Alguien tenía que atacar, así que tuvo que decidió hacerlo, mientras escalaba! (14:12‐13).

Los hombres de la guarnición saludaron a Jonatán y a su escudero y dijeron: "Suban a nosotros y les diremos algo." Y Jonatán dijo a su escudero: "Sube tras mí, pues el Señor los ha entregado en manos de Israel."

Entonces Jonatán trepó con manos y pies, y tras él su escudero; y los Filisteos caían delante de Jonatán, y tras él su escudero los remataba.

Jonatán se sobrepuso al miedo, y entonces el temor golpeó al enemigo (vs. 15).

Hubo estremecimiento en el campamento, en el campo y entre todo el pueblo. Aun la guarnición y los de la avanzada se estremecieron, y la tierra tembló; fue un gran temblor.


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EL MIEDO puede ser la peor de todas las jaulas. Y el miedo puede ser el causante de la formación de otras Jaulas.

Fue por eso, por el miedo, que el siervo malo no hizo nada útil para su señor: (Mateo 25:19‐26)

"Después de mucho tiempo vino el señor de aquellos siervos, y arregló cuentas con ellos.

"Y llegando el que había recibido los cinco talentos, trajo otros cinco talentos, diciendo: 'Señor, usted me entregó cinco talentos; mire, he ganado otros cinco talentos.' Su señor le dijo: 'Bien, siervo bueno y fiel; en lo poco fuiste fiel, sobre mucho te pondré; entra en el gozo de tu señor.'

"Llegando también el de los dos talentos, dijo: 'Señor, usted me entregó dos talentos; mire, he ganado otros dos talentos.' Su señor le dijo: 'Bien, siervo bueno y fiel; en lo poco fuiste fiel, sobre mucho te pondré; entra en el gozo de tu señor.'

"Pero llegando también el que había recibido un talento (21.6 kilos), dijo: 'Señor, yo sabía que usted es un hombre duro, que siega donde no sembró y recoge donde no ha esparcido, y tuve miedo, y fui y escondí su talento en la tierra; mire, aquí tiene lo que es suyo.'

"Pero su señor le dijo: 'Siervo malo y perezoso, sabías que siego donde no sembré, y que recojo donde no esparcí.

Cuando una persona vive sólo para llegar con seguridad a la muerte, puede ser que ya esté muerta.

El Señor Jesús le dijo al escriba que se ofreció a seguirlo. (Mateo 8:22 y Lucas 9:60):

"Deja que los muertos entierren a sus muertos,”… "pero tú, ve y anuncia por todas partes el reino de Dios."

Sabemos que al conducir un vehículo, debemos manejar a la defensiva. Pero cabe preguntar: ¿Usted vive de esa manera también? ¿O, usted desea salir de su jaula?


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CONCLUSIÓN

Como hemos visto, existen jaulas con barras de todos los tamaños y formas. Algunas jaulas son prisiones físicas, otras son emocionales o incluso algunas otras son mentales.

Pero como dice Janet Eckles (*) “Nadie puede resistir el supremo poder de Dios para hacerlas caer, nivelar los obstáculos, y abrir hasta la más robusta de las cerraduras. "

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(*) Janet Pérez Eckles es una famosa predicadora ciega y autora de varios libros. Nacida en La

Paz, Bolivia, predica con fluidez en inglés y en español. Reside en Orlando, Florida, donde está

afiliada a la Iglesia South Orlando Baptist. (N. del T.)


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UNA PALABRA DE ADVERTENCIA

AHORA, UNA PALABRA DE ADVERTENCIA DESPUÉS DE

ORAR JUNTOS PARA SALIR DE LA JAULA O JAULAS EN LAS QUE HEMOS ESTADO:

MAÑANA EL ENEMIGO LO VISITARÁ A USTED. ÉL LE DIRÁ: "¡VAMOS, QUE FUE MUY DIVERTIDO TODO ESTE ESTUDIO DURANTE ALGUNAS HORAS, PERO AHORA TIENES QUE ENTRAR DE NUEVO EN TU JAULA".

USTED TENDRÁ QUE PONERSE DE PIE Y DECIR NO. PORQUE HE SIDO PUESTO EN LIBERTAD, CON EL GLORIOSO RESCATE CON QUE CRISTO ME HA LIBERADO, Y NO ME ENREDARÉ DE NUEVO EN NINGÚN YUGO, EN NINGUNA JAULA DE ESCLAVITUD".

CUMPLA USTED LO QUE ESTÁ ESCRITO EN GÁLATAS 5:1:

PARA LIBERTAD FUE QUE CRISTO NOS HIZO LIBRES.

POR TANTO, PERMANEZCAN FIRMES, Y NO SE

SOMETAN OTRA VEZ AL YUGO DE ESCLAVITUD.

Esta es nuestra misión, la de "liberar a los cautivos", que significa algo más que la libertad del pecado. ¡Se trata también de la liberación de las jaulas!


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