colonies per a tothom

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MANÉ ESPINOSA MANÉ ESPINOSA G erard, un niño risueño y tímido de seis años, co- me una galleta a ritmo pausado mientras su pa- dre, Eduard Gual, cuenta que está en el paro des- de hace dos semanas. La madre, Olga Recuenco, es autó- noma. Regenta una tienda de ropa interior en Sant Joan Despí que sirve para cubrir gastos”. Nunca habían pedi- do una beca, porque no hacía falta”. La situación es nue- va, pero ya se están moviendo. La petición de becas es ágil; nos han orientado e informado muy bien”, dice Eduard. Otra cosa es que se la concedan. El pequeño, Gerard, no irá al casal de verano este año, pero irá de colonias, actividad para la que han pedido la ayuda. En caso de no asignársela, las colonias las disfrutará igual- mente. Nos apretare- mos el cinturón”. Ge- rard juega a fútbol y cuenta que quiere ser como Messi; también adora las colonias de verano. Reconoce que va a dormir más tarde que en casa” y que dis- fruta con las activida- des. Aprenden a com- partir, a ser más autónomos, y están en contacto con la naturaleza”, comentan sus padres. Gerard sonríe. Tiene seis años, cree que todo va bien y sigue acudiendo los sábados al esplai El Nus hasta que acabe el curso. Luego, de colonias. Su padre no estará de brazos cruzados espe- rando el subsidio mensual. Tenemos que parar el paro. No esperar a que acabe para empezar a buscar trabajo”. S e me acaba el subsidio del paro esta semana”, dice José María, quien lleva siete meses sin empleo. La familia solicita la beca para que sus hijas, Mireya, de 12 años, y su hermana Janyra, de seis, puedan ir al casal, como solían hacer cada verano. La madre, María del Mar, está realizando una suplencia en una empresa de limpieza hasta finales de mes. A ver qué pasa luego”, manifiesta con reprimida preocupación. Entre los dos no llegan a los 1.000 euros mensuales, pero no quieren renunciar al casal. Desde que van al casal, se han en- grandecido como per- sonas”, explica José María. Mireya se siente muy a gusto en el es- plai del Grup Polinyà. También acude duran- te el curso escolar, dos horas cada día labora- ble. Antes era una ca- bra loca, me costaba mucho estudiar”, reflexiona. El casal le ha procurado un servicio educativo dinámico, ligero y eficaz. Ahora agra- dezco que mis padres me apuntaran”, reconoce. En vera- no, estudios aparte, valora la amistad con sus compañe- ros. No es lo mismo convivir casi todos los días con ellos que verlos por la calle y saludarlos”. Se entristece al pensar que quizás este año, muy a su pesar, no podrá ir al casal. Si no les asignan la beca, me tendré que quedar en casa con las niñas; con lo que cobramos no salen las cuentas”, dice José María. J osefa Pérez, Tina, acumula ya cinco años de paro, pero sus hijos, Martín, Isabel María y Josefina, la mantienen totalmente ocupada. Sobre todo, Mar- tín, de tres años, que sufre autismo. El padre es la única fuente de ingresos, un pintor industrial que atraviesa una situación un tanto inestable ya que lleva tres meses cobrando a plazos”. Los niños van al Grup Infantil Sant Cosme durante el curso escolar, donde llevan a cabo ta- lleres y distintas actividades en grupo, especialmente be- neficiosas para el pequeño. El casal les permite apren- der a tratar con la gen- te”, así como las colo- nias, donde hacen co- sas que conmigo no ha- rían”, admite. Conocen la naturaleza y apren- den a ser autónomos. Tina ha pedido becas para sus tres hijos: la del casal de verano, a los servicios sociales, y la ayuda para las colonias, a la Fundació Catalana de l'Esplai. Yo no puedo pagar unas colonias. Es un lujo para mí”, lamenta. Josefina, su hija mayor, de nueve años, enumera las amistades entabladas en anteriores co- lonias y se ríe mientras relata que la comida estaba muy buena, y no me quería marchar”. Su madre no renuncia a una de las únicas posibilidades que tienen de salir del pueblo y conocer gente de fuera”. Pero su situación no es fácil. ¿Y si su marido pierde el empleo? No lo sé”. No quiero ni pensarlo”. Las colonias, intocables Quiere ser como Messi y adora las colonias de verano, cuenta Gerard, de seis años MANÉ ESPINOSA Las actividades de verano posibilitan salir del pueblo”, explica Josefa, madre de tres niños L a difícil situación económi- ca que atraviesan muchas familias obliga a racionali- zar el gasto, y las actividades de ocio de los menores en verano son susceptibles de aparecer en la lista de gastos que eliminar. El año pasado ya se observó el ries- go de que dichas actividades de ocio fueran consideradas un lujo inasumible por muchos padres, ante lo que la Fundació Catalana de l'Esplai (FCE) lanzó una cam- paña que culminó con la conce- sión de 950 becas. Actualmente, el paro continúa causando estra- gos, y sigue el riesgo de exclusión social en las colonias y casals de verano. La fundación relanza hoy la campaña Un estiu per a tothom” para recaudar fondos y evitar que la educación en el ocio se convierta en exclusiva”, explica la directora general de la FCE, Montserrat Ginés. El objeti- vo es recaudar 100.000 euros pa- ra que familias como las que muestran su testimonio en esta página puedan seguir enviando a sus hijos de colonias. / ORIOL BOSCH Las lecciones del ocio No es lo mismo convivir con mis amigos a diario que sólo saludarlos”, apunta Mireya Un lujo” inalcanzable De colonias, pese a la crisis Familia Gual Recuenco · Sant Joan Despí Familia Ruiz García · Polinyà Familia Martínez Pérez · El Prat de Llobregat

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Page 1: COLONIES PER A TOTHOM

DOMINGO, 9 MAYO 2010 T E N D E N C I A S LAVANGUARDIA 45

MANÉ ESPINOSA

MANÉ ESPINOSA

G erard, un niño risueño y tímido de seis años, co-me una galleta a ritmo pausado mientras su pa-dre, Eduard Gual, cuenta que está en el paro des-

de hace dos semanas. Lamadre, Olga Recuenco, es autó-noma. Regenta una tienda de ropa interior en Sant JoanDespí que sirve para “cubrir gastos”. Nunca habían pedi-do una beca, porque “no hacía falta”. La situación es nue-va, pero ya se están moviendo. La petición de becas “eságil; nos han orientado e informado muy bien”, diceEduard. Otra cosa es que se la concedan. El pequeño,Gerard, no irá al casal de verano este año, pero irá decolonias, actividad para la que han pedido la ayuda. Encaso de no asignársela, “las colonias las disfrutará igual-mente. Nos apretare-mos el cinturón”. Ge-rard juega a fútbol ycuenta que quiere sercomo Messi; tambiénadora las colonias deverano. Reconoce queva a dormir “más tardeque en casa” y que dis-fruta con las activida-des. “Aprenden a com-partir, a ser más autónomos, y están en contacto con lanaturaleza”, comentan sus padres. Gerard sonríe. Tieneseis años, cree que todo va bien y sigue acudiendo lossábados al esplai El Nus hasta que acabe el curso. Luego,de colonias. Su padre no estará de brazos cruzados espe-rando el subsidio mensual. “Tenemos que parar el paro.No esperar a que acabe para empezar a buscar trabajo”.

S e me acaba el subsidio del paro esta semana”, diceJoséMaría, quien lleva siete meses sin empleo. Lafamilia solicita la beca para que sus hijas, Mireya,

de 12 años, y su hermana Janyra, de seis, puedan ir alcasal, como solían hacer cada verano. La madre, Maríadel Mar, está realizando una suplencia en una empresade limpieza hasta finales de mes. “A ver qué pasa luego”,manifiesta con reprimida preocupación. Entre los dosno llegan a los 1.000 euros mensuales, pero no quierenrenunciar al casal. “Desde que van al casal, se han en-grandecido como per-sonas”, explica JoséMaría.Mireya se siente

muy a gusto en el es-plai del Grup Polinyà.También acude duran-te el curso escolar, doshoras cada día labora-ble. “Antes era una ca-bra loca, me costabamucho estudiar”, reflexiona. El casal le ha procurado unservicio educativo dinámico, ligero y eficaz. “Ahora agra-dezco quemis padresme apuntaran”, reconoce. En vera-no, estudios aparte, valora la amistad con sus compañe-ros. “No es lo mismo convivir casi todos los días conellos que verlos por la calle y saludarlos”. Se entristece alpensar que quizás este año, muy a su pesar, no podrá iral casal. Si no les asignan la beca, “me tendré que quedaren casa con las niñas; con lo que cobramos no salen lascuentas”, dice José María.

Josefa Pérez, Tina, acumula ya cinco años de paro,pero sus hijos, Martín, Isabel María y Josefina, lamantienen totalmente ocupada. Sobre todo, Mar-

tín, de tres años, que sufre autismo. El padre es la únicafuente de ingresos, un pintor industrial que atraviesauna situación un tanto inestable ya que lleva “tres mesescobrando a plazos”. Los niños van al Grup Infantil SantCosme durante el curso escolar, donde llevan a cabo ta-lleres y distintas actividades en grupo, especialmente be-neficiosas para el pequeño. El casal les permite “apren-der a tratar con la gen-te”, así como las colo-nias, donde “hacen co-sas que conmigo no ha-rían”, admite. Conocenla naturaleza y apren-den a ser autónomos.Tina ha pedido becaspara sus tres hijos: ladel casal de verano, alos servicios sociales, yla ayuda para las colonias, a la Fundació Catalana del'Esplai. “Yo no puedo pagar unas colonias. Es un lujopara mí”, lamenta. Josefina, su hija mayor, de nueveaños, enumera las amistades entabladas en anteriores co-lonias y se ríe mientras relata que la comida “estabamuybuena, y no me quería marchar”. Su madre no renunciaa “una de las únicas posibilidades que tienen de salir delpueblo y conocer gente de fuera”. Pero su situación noes fácil. ¿Y si su marido pierde el empleo? “No lo sé”.“No quiero ni pensarlo”.

Las colonias, intocables

Quiere ser comoMessi y adora lascolonias de verano,cuenta Gerard,de seis años

MANÉ ESPINOSA

“Las actividades deverano posibilitansalir del pueblo”,explica Josefa,madre de tres niños

L adifícil situación económi-ca que atraviesan muchasfamilias obliga a racionali-

zar el gasto, y las actividades deocio de los menores en veranoson susceptibles de aparecer en

la lista de gastos que eliminar. Elaño pasado ya se observó el ries-go de que dichas actividades deocio fueran consideradas un lujoinasumible por muchos padres,ante lo que la Fundació Catalana

de l'Esplai (FCE) lanzó una cam-paña que culminó con la conce-sión de 950 becas. Actualmente,el paro continúa causando estra-gos, y sigue el riesgo de exclusiónsocial en las colonias y casals de

verano. La fundación relanzahoy la campaña “Un estiu per atothom” para recaudar fondos yevitar que “la educación en elocio se convierta en exclusiva”,explica la directora general de la

FCE,Montserrat Ginés. El objeti-vo es recaudar 100.000 euros pa-ra que familias como las quemuestran su testimonio en estapágina puedan seguir enviando asus hijos de colonias. / ORIOL BOSCH

Las lecciones del ocio

“No es lo mismoconvivir con misamigos a diario quesólo saludarlos”,apunta Mireya

“Un lujo” inalcanzable

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La Fundació Catalana de l'Esplai relanza hoy la campaña de becas para las colonias y ‘casals’ de verano

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