Código de ética profesional del bombero

Soy bombero, mi supremo deber es auxiliar a la humanidad en sus momentos de angustia y peligro, proteger sus vidas y propiedades materiales del terrible flagelo del incendio, inundación, derrumbes y otras calamidades que azotan sin clemencia.

Contribuiré en lo posible, para que la vida de mis semejantes trascurra con menos angustia y con mis actos estarán regidos por un espíritu de generosidad, bondad, ayuda y desinterés materiales.

Tendré la mayor serenidad en los momentos de peligro y arriesgare mi vida si es necesario para salvar otra.

No temeré la calumnia, burla, ni el ridículo, y aprenderé a controlar mis emociones sin que se desborden.

Seré honesto en pensamiento palabras y acción, tanto en el cumplimiento de mis deberes, como en mi vida privada.

Mi alma jamás abrigara la hipocresía, la intriga, la maledicencia, la envidia ni el rencor contra nadie

Seré respetuoso y obediente con mis superiores, cordial y unido con todos los compañeros de profesión.

La institución bomberil será mi guía, estimulo e inspiración de toda mi vida y a quien daré todas mis fuerzas y la total fortaleza de mi espíritu.