club de lectura

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1 Título de la Experiencia: “LA BIBLIOTECA DEL LOBO Y MÁS ALLÁ…” Categoría 2: Buenas prácticas en el aula en el marco del Diseño Curricular Seudónimo de la Institución que lo presenta: CAPERUCITA ROJA Seudónimo de los responsables y/o autores de la experiencia: EL LOBO

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Page 1: Club de lectura

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Título de la Experiencia: “LA BIBLIOTECA DEL LOBO Y MÁS ALLÁ…”

Categoría 2: Buenas prácticas en el aula en el marco del Diseño Curricular

Seudónimo de la Institución que lo presenta: CAPERUCITA ROJA

Seudónimo de los responsables y/o autores de la experiencia: EL LOBO

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Esta propuesta nació “sin querer, queriendo” como diría “El Chavo del 8”.

Fue a principios de este año mientras cursaba la materia “Literatura Infantil” para la

Licenciatura de Nivel Inicial1. En una actividad de la cursada nos propusieron el

ejercicio de rescatar nuestras lecturas, esas voces que creíamos perdidas. Pero no puede

evitar sentir que mi textoteca interna se me vinía encima. Palabras, canciones, historias,

dichos, poemas, piezas del imaginario individual, familiar y colectivo. Encontré la punta

del ovillo y empezaron a aparecer lazadas que me conectaron con otras y otras. La

trama había comenzado a hacerse allá, hace tiempo, y yo, sin darme cuenta. O mejor

dicho, sin tomar conciencia.

Rescato las palabras de Laura Devetach2 cuando habla del camino lector, de ese

entramado de textos que vamos guardando y donde cada individua teje su propia trama.

Descubro entonces como menciona la autora mis disponibilidades poéticas, narrativas,

para leer, para escuchar. Ellas están ligadas a esas imágenes sensoriales de cada

momento, en ese vaivén de sentimientos, sonidos, palabras, canciones que construyen

mis ritmos poéticos.

Pensar en mis experiencias de lectura y escritura inevitablemente me llevan a la primera

infancia. Esos momentos tan significativos. Esos cantos, relatos de nuestros primeros

tiempos en los que a través de la voz materna nos sumergimos, como menciona Elena

Stapich3, en la lengua de nuestra comunidad.

Si tuviera que decidirme por un texto, sin duda sería Caperucita Roja. Fue así que liberé

esas voces de la infancia, especialmente la de mi madre relatándola noche tras noche,

quedando este momento atesorado en mi recuerdo como una postal. Esta imagen se

repite, como se repiten los cuentos y los relatos en los primeros años de vida.

Y volví a leer Caperucita Roja. Pero desde otro lugar. La niña ya no estaba, creció.

Pero en su lugar, la madre y docente que la cobija, revivió ese espíritu de alegría y

asombro frente a la magia que producen las palabras. Fui por más lecturas y descubrí

numerosas versiones de esta historia en particular que se han escrito e ilustrado. La

lectura fue reveladora y enriquecedora. Porque además de los relatos originales de

Perrault o los hermanos Grimm, existieron y existen escritores que bajo su propio

nombre y riesgo han generado otros cuentos que remiten a Caperucita Roja. 1 Universidad de San Martín (UNSAM)2 Devetach, Laura. La construcción del camino lector. Artículo publicado en Escuelas que hacen escuela II. Buenos Aires. Organización de Estados Iberoamericanos, Cuadernos de Iberoamérica, 2003. 3 Stapich, Elena. Con ton y con son. Buenos Aires, Aique, Aportes a la Educación Inicial, 1993.

Page 3: Club de lectura

3

Entonces, decidí simplemente leer cuentos tradicionales y llevar en un principio a

Caperucita a la sala para compartir o quizás, de algún modo revivir en mis alumnos, ese

encuentro personal con su lectura. Lo cierto es que supuse que todos la conocerían y

relaté una versión que remite al cuanto tradicional: Caperucita Arroja4. Su lectura

capturó la atención de muchos y el asombro de otros, incluyendo el mío. Porque a

medida que avanzaba en la lectura, descubrí que muchos de mis alumnos no la

conocían. No podía caer del asombro. ¡Tener 5 años y nunca haber escuchado

Caperucita Roja! Pero el error cometido de dar por supuesto un conocimiento,

finalmente se convirtió en disparador de una pequeña propuesta que sin saberlo se

convertiría en un proyecto mucho más ambicioso. Pero para llegar a ese objetivo,

daríamos algunos pasos previos que aún no estaban dentro de los planes.

Por supuesto que lo próximo que debía hacer era leer la versión original y así fue.

Leí la de los hermanos Grimm5. Pero empezó a dar vueltas en mi cabeza todo lo que

había escuchado acerca de Caperucita Roja y su lectura para niños. Sabía que se la

había prohibido y recomendado desde diferentes vertientes. En definitiva, yo solo

quería leer cuentos divertidos, algunas versiónes y nada más. Comencé a no estar muy

segura.

Y cuando uno tiene dudas, lo mejor es cuestionarse y buscar respuestas. ¿Es posible

pensar y concebir a Caperucita Roja u otros cuentos tradicionales como literatura para

niños? ¿Es adecuado o interesante llevarlos a la sala?

Varios autores han llevado a discusión estos interrogantes, desde diversas perspectivas.

Bruno Bettelheim, desde una postura psicoanalítica, ha defendido a estos cuentos por su

carácter intemporal, por hablar de los niños de hoy y de siempre reflejando sus

angustias y temores ocultos, deseos escondidos. Revaloriza los finales felices que

prometen una esperanza resaltando la fantasía del género. Por otro lado, Robert

Darnton, como historiador, se refiere a estos cuentos como documentos históricos que

determinan una representación de la infancia. De estos relatos surgen lecturas referidas

a características sociales, económicas y culturales de aquella época.

4 Adela Basch. “Caperucita Arroja”. Editorial Longseller.. Véase anexo Diario Docente: “Una sorpresa, un desafío” pag 135 Caperucita Roja, los Hnos. Grimm. Adaptación Liliana Viola. Ilustrador Mima Castro. Ediciones Colihue. 2003. Véase anexo Diario Docente: “Caperucita Roja” pag. 14

Page 4: Club de lectura

4

Daniel Goldin6, tomó estas líneas reflexivas, las interpretó y redefinió al niño. No como

objeto, sino como sujeto, inventor de sus lecturas. Analiza las posturas de estos dos

autores y trata de dibujar un horizonte más amplio en el cual se perfila la evolución de

la infancia, de la literatura para niños y la relación entre ambas. Describe brevemente

este proceso como la transformación de un sujeto al que no se le reconocía como

hablante, a uno al que se le prepara para hablar y participar en el mundo, del infante al

niño. La ampliación en los registros temáticos y lingüísticos en la literatura

contemporánea, pero sobre todo la aparición de múltiples dispositivos textuales (por

ejemplo los finales inconclusos o terribles, la superposiciones de diversos puntos de

vista narrativos, el uso del humor corrosivo para afrontar situaciones cotidianas) dan

cuenta de esta evolución en la literatura para niños, que no sólo ha dejado de ser infantil

sino que comienza a borrar sus fronteras con la otra literatura y a llegar de nueva cuenta,

pero de manera muy distinta de la de los cuentos de hadas, a un público niño y adulto a

la vez.

Como nos explica Teresa Colomer7, pensar en la variedad de versiones de un cuento

como Caperucita Roja, sin duda llevará al lector a la lectura de distintos finales que le

otorgarán a cada relato el sentido y provocará una reacción emotiva. La aceptación del

conflicto como una forma nueva de final feliz; finales abiertos, donde los conflictos no

se solucionan de una vez por todas o de una manera no completa; finales negativos

donde implica una frustración que impacta sobre las expectativas creadas ó; finales

mezclados que se abren al juego y a la complicidad para dar lugar a la mezcla de

elementos de uno u otro tipo.

Por lo tanto, de esta manera se abre el camino hacia una nueva representación de la

infancia, donde aparecen otras pistas, otros indicios. El humor y el despliegue de lo

absurdo, lo fantástico, de las palabras y las sensaciones permiten construir nuevos

significados.

Alejandra Saguier8 explica que la diversidad de versiones siempre produce, en los

diferentes grupos, de diferentes edades, entusiasmo, libertad y ganas de darle un giro

más a la historia tantas veces contada. Y a su vez, permite que cada lector se “quede”

6 Daniel Goldin. Lectura y Vida, año 22, nº 2, 20017 Teresa Colomer (1996) ¿Cómo terminan los cuentos?, en: Espacio para la lectura, órgano trimestral de la red de Animación a la lectura del FCE, Año I, Núm. 2, México.8 Alejandra Saguier. Profesora de la UNSAM. Nivel Inicial. Vol.1 NAP: Narración y Biblioteca. Serie cuaderno para el aula. Cfce. Ministerio de Educación, Ciencia y Tecnología. Presidencia de la Nación.

Page 5: Club de lectura

5

con la versión que más le ponga palabras a su vida. Pero lo hará sabiendo que hay otras

que, le darán recursos y relatos para otros momentos. Por otro lado, resalta que es

imposible que un niño actual siga haciendo las mismas lecturas que hacíamos nosotros o

nuestros padres cuando éramos pequeños sobre Caperucita Roja u otros cuentos.

Más segura, dispuesta al desafío y al encuentro junto con mis alumnos con los cuentos

tradicionales, continúo el camino iniciado con Caperucita Roja. Comenzamos a leer las

versiones, con el objetivo de propiciar al encuentro personal de cada uno de ellos con el

texto poniendo en juego la “lectio”. Michel de Certeau9, define este concepto como el

resultado de la experiencia única de cada lector, por pequeño que sea, con el texto. Esta

lectura es un proceso personal de producción donde el lector elabora significados;

entramando, entretejiendo con otras lecturas, con su textoteca interna, con su pasado,

con sus anticipaciones, sus errores, sus deseos, sus emociones.

Y en este camino que emprendimos como grupo algo maravilloso, mágico sucedió, que

generó nuevos desafíos. Me atrevería a decir que sólo el encuentro con la literatura

puede sorprendernos de esta manera.

En una de las visitas a la biblioteca10, los niños estaban mirando libros para seleccionar

uno y llevarlo a su casa. ¡De repente! El grito de un niño hace llamar la atención del

grupo. ¡Lo encontré, lo encontré! ¡Acá está, el lobo, el lobo! – repetía mientras a su

alrededor se iban sumando curiosos que querían verlo. Se armó un gran revuelo.

Después de este acontecimiento todos comenzaron a buscar lobos en los libros. Todos

querrían descubrir uno.

No podía dejar pasar esta oportunidad, esta gran ocasión como dice Graciela Montes.

La escuela, la sala, la biblioteca escolar son espacios por excelencia para generar el

encuentro de los niños y niñas con la lectura y la escritura y poder así, construir una

comunidad de lectores en la cual otras lecturas salgan a la luz.

Les propuse buscar cuentos de lobos11 para lo cual, la bibliotecaria se ofreció a

ayudarnos. Hasta aquí, una simple actividad de lectura se transformó en una búsqueda

de lecturas con un nuevo eje temático que acababa de definirse y una propuesta

9 Graciela Montes. "La gran ocasión". La escuela como sociedad de lectura. Plan nacional de Lectura. Ministerio de Educación, Ciencia y tecnología de la Nación, Buenos Aires. 2005. 10 Véase anexo Diario docente: “¿Lobo está?” pag.1511 Véase anexo Diario docente: “Un giro en la propuesta: cambio de eje. La Biblioteca del Lobo” pag.16- 17.

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6

diferente también: “La Biblioteca del Lobo”. Porque como Caperucita, salimos a

caminar por el bosque y también nos sorprendió el lobo.

Emprendimos un nuevo camino lector: el armado de la biblioteca12. No obstante,

continuamos leyendo versiones, conociendo autores y descubriendo otros cuentos con

lobos. En esta instancia se pusieron en juego diversas destrezas para mis alumnos y

para mí también. Fue y sigue siendo un verdadero desafío, porque leyendo, los niños se

van enriqueciendo, ampliando significados, entrelazándolos; y por mi parte, es

necesario desplegar o ejercitar mis habilidades como maestra mediadora, como

constructora de pasarelas para generar ese encuentro entre los niños y la lectura.

Pero la curiosidad y el interés del grupo hacen que no deje de preguntarme hacia dónde

vamos. Porque permanentemente se generan en mis alumnos inquietudes y propuestas.

Pero para saber a dónde vamos es necesario saber de dónde venimos y dónde estamos

ahora.

Saber de dónde venimos es hacer un poco de historia e investigar sobre del camino

lector de mis niños/as. Es importante, tener en claro cuáles fueron los espacios y

mediadores que pudieron desarrollar acciones para construir lectores activos,

participativos, críticos y poder así saber desde dónde partimos.

La escuela y la familia, fueron y son actores fundamentales en el caso de la literatura.

Es imposible considerar a nuestros alumnos como tabula rasa en relación a sus

vivencias lectoras.

Y cito aquí nuevamente a Elena Stapich, que explica que el niño pasa de la vida

intrauterina a un “baño del lenguaje” que sustituye a la placenta materna al momento de

nacer. Porque a través de la palabra oral, el bebé queda sumergido en la lengua de la

comunidad donde vive, llevando consigo desde su nacimiento voces, ritmos, historias.

“No existen lectores sin caminos y no existen personas que no tengan camino empezado

aunque no lo sepan.” (DEVETACH, 2003).

Por otro lados también es importante considerar los trayectos escolares previos

realizados por nuestros alumnos para establecer una continuidad en sus aprendizajes.

Por lo tanto, debemos aprovechar este camino recorrido para valorarlo como una

oportunidad que nos permitirá fijar nuevos propósitos y nuevas metas que generen en

los niños un desafió.

12 Véase anexo Diario docente: “La biblioteca se va armando. Participamos a los padres” pag..18- 19- 20.

Page 7: Club de lectura

7

Si hasta el momento logramos compartir y disfrutar de un proyecto en común como es

la lectura y además, alcanzamos socializarlas y debatimos sobre ellas13; es porque desde

hace tiempo los niños y niñas están “leyendo”.

Y lo están haciendo desde que ingresan a nuestro colegio, desde el Jardín. Porque

nuestra biblioteca escolar, es un espacio en el que se encuentran niños y niñas, que

además, tienen fácil acceso a los libros. Este es un espacio trabajado, planificado y

dirigido a un lector explícito.

Nuestra biblioteca institucional es una verdadera “casa viviente”. Así la define

Geneviéve Patte14 cuando se refiere a la biblioteca como un lugar para permanecer y no

como un espacio de tránsito y de consumo. Es el sitio donde los alumnos piden

participar espontáneamente en el funcionamiento de la misma. Esta interacción es

gestionada por el tipo de relación de igualdad y de confianza que se establece entre

niños y adultos. Por las características en su organización, se vivencia un ambiente

cálido y un ritmo de vida colectivo. Es como estar en casa.

Partiendo de todos estos hábitos lectores adquiridos desde la familia, la escuela, la

biblioteca escolar y; tomando en cuenta nuestros intereses comunes, hoy nos

encontramos navegando mar abierto en “La Biblioteca del Lobo”.

El proyecto ya está en marcha. En pocos días, comenzarán a circular por los hogares

estos libros y también, seguiremos leyendo tanto en la sala, como en la biblioteca

institucional. Para ello confeccionamos los carné15 que nos permitirán además de

organizar este espacio, descubrir un un sentido a la escritura. Esta es una de las tantas

actividades vinculadas a la escritura encontrando en ellas un verdadero sentido16.

Los niños podrán seleccionar libros desde el lugar de conocimiento ya sea; porque les

gustó el relato, porque lo pueden contar por sus propios medios, porque lo quieren

volver a escuchar, o simplemente, porque el día que se leyó ellos no estaban presentes.

La circulación de estos libros, les permitirá depositar estas lecturas en otras voces. Las

voces familiares, las que le darán otros ritmos y otras cadencias al lenguaje, las que le

permitirán socializar y compartir también este camino lector.

13 Véase anexo Diario Docente: “Caperucita Verde… y los lobos son negros. Un debate” y “Los niños dicen la verdad… Y los libros también. Por lo menos para Benjamín” pags 20-21-22-23.14 Patte, Geneviève. Si nos dejaran leer… Los niños y la biblioteca. Bogotá, CERLAL, PROCULTURA, Kapelusz, Colección Lectura y Educación, 1984. Pag. 106-152.15 Véase anexo Diario Docente: “Lobo: el carné” pag.1716 Véase anexo Diario Docente: “escribir para buscar. Una palabra, muchos significados” y “¿Cómo terminó el cuento de Caperucita Blanca? Inclinado, según Vera. Pags 24- 25- 26- 27.

Page 8: Club de lectura

8

Pero si el tiempo nos acompaña en este viaje y habiendo llegado a destino; por qué no

emprender otros rumbos con nuevas aventuras.

¿Hacia dónde podríamos ir? Próximo destino: “El club de lectura”

María Claudia Molinari17 explica la propuesta del Club de Lectores como una

actividad permanente que nuclea una serie de actividades didácticas en torno a las

bibliotecas de las salas, donde se propone la lectura sistemática de textos ficcionales y

no ficcionales y un amplio intercambio de opiniones y recomendaciones entre niños. En

función de estos intercambios se desarrollan también actividades específicas de escritura

en las cuales, los niños expresándose como lectores también aprenden a escribir. En

todos los casos son situaciones típicas de interacción entre lectores-escritores, donde los

grupos de tres, cuatro y cinco años resuelven problemas como usuarios de manera

individual, con su grupo, la maestra, las familias, con otros grupos de niños y docentes.

En cierta medida, gran parte de esta experiencia la estamos desarrollando.

Principalmente porque que para revitalizar el uso, la calidad y variedad de materiales de

la biblioteca de la sala, complementamos y coordinamos acciones con la biblioteca

escolar. Por otro lado, permanentemente estamos llevando a cabo la lectura sistemática

de textos ficcionales.

Me reservo para el final de este proyecto, la lectura de un libro que descubrí en la

biblioteca personal de Alejandra Saguier (profesora de la materia que cursé) que con el

solo hecho de verlo cautivó mi atención y “me invitó a leerlo”:

• Neil Gaiman (texto), Dave McKean (Ilustración). Lobos en la pared.- 3ra. ed.-

Astiberri Ediciones, 2008.

A modo de reflexión y justificando todo el material de lectura, incluyendo este último,

deseo reproducir las palabras de Ana Siro18 en su publicación en la revista Novedades

Educativas acerca de “Los materiales de lectura para bibliotecas de aula. Su idea acerca

de la literatura infantil, es similar a la que expresa también Marcela Carranza cuando

habla de la literatura al servicio de los valores y el peligro que esto implica.

Ana Siro escribe:

17 Molinari, Claudia. Una actividad permanente: El club de lectores. . En Enseñar y aprender a leer, Buenos Aires, Novedades Educativas, 1999.18 Siro, Ana (1999), “Materiales de lectura para bibliotecas de aula”, en: Enseñar y aprender a leer, Novedades Educativas, Buenos Aires.

Page 9: Club de lectura

9

“…Mucho de lo que se ha producido y se produce en el mercado editorial destinado a

los niños está fuertemente cargado de intención didáctica, cargado de moralinas y de

mensajes.

Cuando el autor escribe con la intención de transmitir un mensaje del cual espera una

única interpretación no hace literatura y, por sobre todo, no respeta a los lectores.”

Finalmente cita a Graciela Cabal (1996):

“Creo que la literatura infantil, antes de infantil, es literatura…El mensaje no es

literatura, ni en la literatura para grandes ni para niños. Sencillamente no funciona así.

No hay ambigüedad, ni pluralidad textual, ni ninguno de los elementos de la literatura.

En cambio, todos nosotros conocemos textos para niños, desde hace años, que son

verdadera literatura. Que no se achica, ni se escribe con palabritas, sino que se escribe

de verdad, con palabras de verdad…”

El desafío entonces es conformar una verdadera sociedad de lectura, desarrollando el

intercambio de opiniones y comentarios sobre las lecturas compartidas que forman

parte de nuestra textoteca grupal.

¿Cómo podría implementarse esta propuesta? ¿A través de qué tipo de acciones?

Este nuevo camino nos permitirá desde el intercambio de aprendizajes e intereses

comunes emprender un proceso de articulación verdaderamente significativo para los

alumnos de sala de 5 años. Esta propuesta se encuentra en pleno desarrollo por lo tanto,

a continuación se detallan algunas próximas propuestas, líneas de acción pensadas para

alcanzar el objetivo que es conformar el “Club de lectores”:

• Compartir lecturas con otros grupos pensando en las edades por ejemplo y

argumentar la selección.

• Realizar recomendaciones por medio del dictado y/o la escritura sobre un libro

en base a diferentes aspectos del contenido de la historia: desenlaces, personajes,

valoración sobre las ilustraciones, mensaje del autor, sobre posibles

destinatarios/lectores de acuerdo a la edad, etc.

• Armar carteleras de libros recomendados, socializando nuestras lecturas. A

través del dictado o de la escritura.

• Realizar encuentros convocando a niños del nivel primario para compartir la

lectura de un libro nuevo. Debatir sobre el tema.

• Leer a otros niños e invitar para que otros niños nos lean.

Page 10: Club de lectura

10

• Leer en familia y recomendar el libro de acuerdo a algún criterio.

Dentro de nuestro rol docente, a diario descubrimos que el camino que emprendemos no

es determinante y que no hay uno solo. Transitándolo, aparecen infinitas sendas, como

esas tramas que se cruzan, se entrelazan. En ellas nos encontrar con Caperucita, con el

Lobo Feroz en el atajo o con Dorothy, caminando por el sendero amarillo. Lo

enriquecedor es que podemos volver hacia atrás pero con la certeza del camino

recorrido. Con la seguridad de que si retrocedemos no importa, porque sabemos cómo

llegar a la primer lazada así como también, cómo volver a éste momento. Quizás la

incertidumbre o mejor dicho el desafío, están en el camino por recorrer.

“Caminante no hay camino, se hace camino al andar”… (Joan Manuel Serrat)

ANEXO

Page 11: Club de lectura

11

Bibliografía docente para la investigación y búsqueda de fundamentos de este proyecto:

• Devetach, Laura. La construcción del camino lector. Artículo publicado en

Escuelas que hacen escuela II. Buenos Aires. Organización de Estados Iberoamericanos,

Cuadernos de Iberoamérica, 2003.

• Daniel Goldin. Lectura y Vida, año 22, nº 2, 2001

• Teresa Colomer (1996) ¿Cómo terminan los cuentos?, en: Espacio para la

lectura, órgano trimestral de la red de Animación a la lectura del FCE, Año I, Núm. 2,

México.

• Alejandra Saguier. Nivel Inicial. Vol.1 NAP: Narración y Biblioteca. Serie

cuaderno para el aula. Cfce. Ministerio de Educación, Ciencia y Tecnología. Presidencia

de la Nación.

• Graciela Montes. "La gran ocasión". La escuela como sociedad de lectura. Plan

nacional de Lectura. Ministerio de Educación, Ciencia y tecnología de la Nación,

Buenos Aires. 2005.

• Cochram-Smith, M. y Litle, Susan L. "Los diarios" en Dentro/Fuera. Enseñantes

que investigan. Madrid, Abal ediciones, 2002. (Desarrolla una forma particular de

registro de prácticas del aula.)

• Siro, Ana (1999), “Materiales de lectura para bibliotecas de aula”, en: Enseñar y

aprender a leer, Novedades Educativas, Buenos Aires.

• Stapich, Elena. Con ton y con son. Buenos Aires, Aique, Aportes a la Educación

Inicial, 1993.

Page 12: Club de lectura

12

• Patte, Geneviève. Si nos dejaran leer… Los niños y la biblioteca. Bogotá,

CERLAL, PROCULTURA, Kapelusz, Colección Lectura y Educación, 1984. Pag. 106-

152.

• Molinari, Claudia. Una actividad permanente: El club de lectores. . En Enseñar y

aprender a leer, Buenos Aires, Novedades Educativas, 1999.

• Carranza, Marcela. La literatura al servicio de los valores, o como conjurar el

peligro de la literatura. Artículo publicado en Imaginaria. Revista electrónica de

literatura infantil N° 181, Buenos Aires, Mayo de 2006.

Bibliografía para la lectura de los alumnos y docente extraída de la biblioteca escolar y

de mi biblioteca personal:

• Adela Basch. “Caperucita Arroja”. Editorial Longseller.

• Caperucita Roja, los Hnos. Grimm. Adaptación Liliana Viola. Ilustrador Mima

Castro. Ediciones Colihue. 2003.

• Keiko Kasza. “El estofado del lobo”. Colección Buenas Noches. Editorial

Norma.

• Oliver Douzou. “Lobo”. FCE.

• Emily Gravett. Lobos.- 1ra. ed.- San Isidro: Macmillan, 2011.

• Bruno Munari y Enrica Agostinelli. Caperucita Roja, Verde, Amarilla, Azul y

Blanca. Anaya, Madrid, 1998. David Wiesner. Los tres cerditos. Editorial Juventud.

• Gilles Bizouerne y Barroux. Caperucita Roja. Editorial UnaLuna

• Pescetti. Caperucita Roja tal como se la contaron a Jorge. Alfaguara.

• Leray Marjolaine. Una Caperucita Roja. Océano Travesía.

• Anthony Browne. En el bosque. FCE.

• Emma Wolf. Filotea. Alfaguara infantil

• Neil Gaiman (texto), Dave McKean (Ilustración). Lobos en la pared.- 3ra. ed.-

Astiberri Ediciones, 2008.

DIARIO DEL DOCENTE19

19 Cochram-Smith, M. y Litle, Susan L. "Los diarios" en Dentro/Fuera. Enseñantes que investigan.

Madrid, Abal ediciones, 2002. (Desarrolla una forma particular de registro de prácticas del aula.)

Page 13: Club de lectura

13

EL ORIGEN. UNA SORPRESA, UN DESAFÍO.

Jueves 8 de mayo de 2014.

Esa mañana me propongo leerles a mis alumnos y alumnas “Caperucita Arroja”20.

La lectura capturó la atención de muchos y el asombro de otros, incluyendo el mío. En

este relato, el personaje principal, le contaba a un grupo de amigos que se había

encontrado con alguien esa mañana. Que ellos ni se podían imaginar de quién se trataba

y que le hacía acordar a una historia que conocía. Así comenzaba a contarles el cuento

tradicional pero esta historia no era la misma que todos conocían. Como no lo recordaba

bien, le iba cambiando los núcleos narrativos a los tramos, generando giros en relación

al relato original y acciones que se encadenaban de manera diferente y disparatada. Sus

amigos le iban corrigiendo y recordando la trama real. Por eso se llamaba Caperucita

Arroja, llevaba una copa en la cabeza en vez de una capa, en vez de un ramo llevaba un

remo para regalarle a su abuelita y en el bosque se encontraba con el bobo y no con el

lobo. La historia, está llena de humor y con divertidas ilustraciones.

A medida que transcurría la lectura, mis alumnos iban compartiendo sus lecturas previas

al tema y se escuchaban diversas voces en cuanto al tema:

- Caperucita Roja llevaba miel. ¡No, llevaba remedios!

- El lobo se comió a la abuelita de un solo bocado.

- ¡No! La abuela se escondió en el armario.

- El cazador le abrió la panza al lobo, sacó a Caperucita y a la abuelita sana y le

puso piedras y lo volvió a coser.

- ¡Eso no es así! El cazador, lo ahuyentó a escopetazos y el lobo nunca más

volvió del susto.

Sin embargo, al finalizar la lectura del cuento, todos coincidieron en que el final de la

historia que la mayoría conocía era diferente a la que habían escuchado en ese

momento:

- No hay otro lobo en mi cuento.

- El lobo era malo.

- El lobo no cuenta cuentos”.

- Vamos a ver cómo es el lobo entonces.- les contesto.

20 Adela Basch. “Caperucita Arroja”. Editorial Longseller.

Page 14: Club de lectura

14

Llamativamente, otros estaban callados y atentos a las palabras de los demás. Les

pregunto entonces si conocían el cuento de Caperucita Roja. Para mi asombro, en ese

momento descubrí que algunos no sabían de qué estábamos hablando.

Aquí surgieron varias cuestiones que conversamos en grupo.

La primera era que muchos compañeros no conocían el cuento de Caperucita Roja. La

otra que existían versiones diferentes sobre la misma. Por lo tanto, deberíamos buscar

esos cuentos y leerlos para poder responder a nuestra pregunta: ¿cómo es el lobo?

Desde un comienzo, este proyecto se originó con la idea de promover la lectura dentro

de la sala. El objetivo principal fue y continúa siendo generar un espacio de encuentro y

conexión del lector y la lectura por placer; para promover y estimular la lectio de cada

individuo, haciendo de ese encuentro un momento único y personal.

Sin embargo, el eje temático sobre la lectura de Cuentos Tradicionales” se fue

modificando a lo largo del desarrollo del proyecto. Los mismos alumnos y alumnas

manifestaron sus intereses. No obstante, los objetivos que nos habíamos propuesto

como grupo continuaban cumpliéndose.

CAPERUCITA ROJA.

Lunes 12 de mayo de 2014.

Era necesario leerles a todo el grupo el cuento tradicional. Conseguí en la biblioteca del

colegio Caperucita Roja, de los hermanos Grimm21. Fue así que preparé al grupo para la

lectura y aclaré que era importante prestar atención a la historia. Para aquellos que no la

conocían, podrían entender de qué se trataba y los que ya la habían escuchada podrían

estar atentos para ver qué pasaba con Caperucita, la abuelita y en especial el lobo.

Antes de iniciar, le hable acerca los Hermanos Grimm, quienes fueron, hace cuándo

recopilaron este cuento y que significaba ese término.

Durante el relato, los que ya lo conocían, recitaban los remates o respuestas del lobo

(disfrazado de la abuelita) cuando Caperucita le preguntaba:

Abuelita, abuelita, ¡qué ojos más grandes tienes!

- Son para verte mejor- exclamaban mis alumnos.

Abuelita, abuelita, ¡qué orejas más grandes tienes!

21 Caperucita Roja, los Hnos. Grimm. Adaptación Liliana Viola. Ilustrador Mima Castro. Ediciones

Colihue. 2003.

Page 15: Club de lectura

15

- Son para oírte mejor- siguieron la lectura.

Abuelita, abuelita, ¡qué dientes más grandes tienes!

- Son para... ¡comerte mejoooor!- gritaron a viva voz.

Al finalizar el cuento, los que no lo conocían, me pidieron que lo lea otra vez. Ellos

también querían recitar los remates ahora que ya lo sabían.

¿LOBO ESTÁ?

Lunes 19 de mayo de 2014.

En el primer encuentro, el personaje del Lobo cautivó el interés del grupo. Prontamente

leímos el cuento tradicional de los Hnos. Grimm y todos entramos en tema. Luego de

estos acercamientos llegó el momento de visita quincenal a la biblioteca.

Vale mencionar, que en este espacio, los niños suelen escuchar cuentos y poesías en voz

de la bibliotecaria, quien luego de ese momento, tiene dispuestos en mesas canastos con

libros seleccionados para la edad. Cada niño/a mira y selecciona uno para llevarse a su

hogar a préstamo, teniendo que realizar la devolviéndolo la semana siguiente. El clima

que se intenta fomentar es de tranquilidad y escucha.

Ese día comenzó a notarse la inquietud y a movilizar en algunos niños diversos motores

de búsqueda.

En medio de un pequeño bullicio, mientras los niños estaban mirando libros en las

mesas, se escucha un grito victorioso:

- ¡Lo encontré!

- ¿Qué encontraste?- Le pregunté un poco asustada por el grito.

- ¡Acá está el lobo!

Valió que terminara la frase, para que casi todos los niños y niñas se levantaran de sus

asientos para ver en ¿dónde encontró Lautaro al lobo?

Le explicamos a la bibliotecaria por qué estábamos todos tan interesados en el tema de

los lobos. Ella tomó ese libro, lo separó de todos y lo reservó, proponiéndole al grupo

buscar un nuevo día para encontrarnos y leerlo22.

22 Keiko Kasza. “El estofado del lobo”. Colección Buenas Noches. Editorial Norma.

Page 16: Club de lectura

16

UN GIRO EN LA PROPUESTA: CAMBIO DE EJE. LA BIBLIOTECA DEL

LOBO.

Lunes 26 de mayo de 2014.

Luego de la propuesta de la bibliotecaria, volvimos allí para escuchar el cuento

prometido. En esa oportunidad le contamos a ella que queríamos leer cuentos sobre

lobos. Ella le dijo que era muy interesante esa idea y que podría colaborar buscando

historias con lobos en su biblioteca y prestarnos los ejemplares.

Yo intervine diciendo que en mi biblioteca personal también tenía algún que otro cuento

de lobos y que también podía llevarlos al jardín.

Benjamín aportó diciendo: “Yo también tengo un libro de lobo”.

Y en ese momento Lara intervino y le preguntó: “¿y me los voy a poder llevar?”.

Ante esta pregunta la inquietud se multiplicó. Todos querían llevarse libros de lobos a

casa.

Y aquí intervine y propuse armar una “Biblioteca del Lobo”, para lo que la bibliotecaria

se mostró de acuerdo y agregó:

- Me parece bien armar una biblioteca. Ya que en ella vamos a poner libros que

aportamos entre todos porque forman parte de nuestra biblioteca personal. Quiere decir

que son libros que cuidamos y queremos. Entonces, si armamos una biblioteca entre

todos, vamos a tener que poner ciertas normas para organizarla.

Los libros que yo les voy a prestar, son libros muy importantes para mí. Porque son

muy interesantes y además los cuido mucho porque son muy caros. Generalmente los

leo acá pero no los presto porque no todos se interesan y cuidan estos libros. Pero como

ustedes están tan motivados, me parece una buena ocasión para que estos libros puedan

salir de la biblioteca finalmente.

Por otro lado, si ustedes me permiten, me encantaría participar y leer con ustedes

cuentos de lobos. Si les parece, podemos agregar dos visitas más por mes a la biblioteca

para este proyecto.

Yo agrego:

-Podríamos leer, armar algún trabajo, compartir algunas lecturas. Lo podemos ir viendo

a medida que vamos trabajando. ¿Están de acuerdo?

Todos gritaron que sí. El entusiasmo comienza a crecer.

Page 17: Club de lectura

17

LOBO. EL CARNÉ.

Jueves 29 de mayo de 2014.

Mientras tanto, continuábamos leyendo libros sobre lobos.

Le llegó el turno a “Lobo”23.

Este libro les resultó fascinante. Las imágenes son simples y permiten acompañar su

lectura fácilmente. Fue así que lo leímos varias veces ya que al finalizar todos decía al

unísono: “¡Otra vez, otra vez!”.

Es así, que sirvió como disparador para armar el carné de la “Biblioteca del Lobo”.

Preparé un rectángulo de color celeste, representando el fondo que se utilizó en la

mayoría de las imágenes del cuento leído.

Luego confeccioné las partes, similares a la imagen para cada niño (un par de ojos, una

nariz, los dientes de arriba y de abajo y la servilleta). Las orejas y las pupilas de los

ojos lo dibujaban con crayones.

La actividad tenía intenciones plásticas pero muchas veces los propósitos suelen

cambiar durante su curso. Y así sucedió.

Luego de dar la consigna y recordar el cuento leído, los niños/as pusieron manos a la

obra. Entre el bullicio, escucho a Muriel relatar a medida que iba armando su carné, su

lobo:

23 Oliver Douzou. “Lobo”. FCE.

Page 18: Club de lectura

18

- Me pongo un ojo, me pongo mi otro ojo, me pongo mis orejas, me pongo mis

dientes…

Sus compañeros de la mesa comenzaron a imitarla y a relatar entre todos la historia.

Finalmente, Muriel me dice:

- ¡Me falta la zanahoria!

LA BIBLIOTECA SE VA ARMANDO. PARTICIPAMOS A LOS PADRES.

11 de junio de 2014

Queridas Familias:

Los Cazadores del Arte realizaremos un proyecto de “Biblioteca en la

sala”. El mismo surgió a partir del interés de los niños y niñas sobre los cuentos

tradicionales. Comenzamos con Caperucita Roja y sus diferentes versiones para luego,

ampliar nuestra lectura: cuentos con lobos. Entonces le pusimos nombre: “La Biblioteca

del Lobo”. Confeccionamos los carnés y en estos días los enviaremos a casa para

plastificar. Este espacio está compuesto hasta ahora por libros a préstamos de la

Biblioteca Infantil Ma. Elena Walsh” y con títulos de mi biblioteca personal. Por

supuesto que no hay la suficiente cantidad como para que se lleven uno cada uno. Por

lo tanto, les solicitamos que envíen un libro relacionado al eje temático “Lobos” el lunes

23 de junio. Para que este espacio posea variedad y riqueza literaria, a continuación les

sugerimos algunos otros títulos con los que nos gustaría contar, si es que van a comprar.

Pueden adquirir cualquiera de ellos en forma individual o entre dos o tres familias, pedir

prestado, enviar alguno que tengan en casa. Les recordamos que el material circulará

por los hogares de los niños.

Esta es una oportunidad para nutrir la biblioteca de nuestros hijos/as de buena literatura.

Cualquier inquietud, no duden en consultar. Cariños.

Señorita Verónica

Page 19: Club de lectura

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……………………………………………………………………………………………

…..

LISTA DE TÍTULOS SUGERIDOS

• LOBOS, Emily Gravett. Macmillan.

• FEROZ, Etienne Delessert, Macmillan.

• Filotea, Emma Wolf. Alfaguara infantil.

• Voces en el parque, Anthony Browne, FCE (cúspide $117)

• En el bosque. Anthony Browne. FCE.

• Un lobo así de grande, Natalie Louis Lucas y Kristien Aertssen, Océano

Travesía.

• Lobo Rojo y Caperucita feroz, Alfaguara.

• La Caperucita Roja, Louise Rowe, Ed. Osa Menor.

• Caperucita Roja, Eva Navarro, Perramon.

• Una sopa de piedra, Anais Vaugelade, Corimbo.

• ¡Cuidado con el lobo!, Steve Cox y Paz Barroso. Editorial: Macmillan

• El buen lobito, Nadia Shireen, Ed. Cubilete.

• Caperucita Roja, Ilust Kveta Pacovska, Kokinos.

• Tío Lobo. Xosé Ballesteros. Ed. Kalandraka.

• Caperucita Roja, Pepe Maestro y Miguel Tanco. Ed. Edelvives.

• Lo que el lobo le contó a la luna, Lucía Scuderi, ed Juventud.

• La ovejita que vino a cenar, Steve Smallman y Yoelle Dreidemy. Beascoa.

• Lobo grande y Lobo pequeño. Nadine Brun Cosme. Ed. Miau

• Cruel historia de un pobre lobo hambriento. Gustavo Roldán. Colihue.

• Caperucita Roja, Clementine Sourdais. Ed. Blume.

• Caperucita Roja tal como se la contaron a Jorge, Pescetti, Alfaguara.

• Una Caperucita Roja, Leray Marjolaine, Océano Travesía.

• Caperucita roja, verde, amarilla, azul y blanca. Enrica Agostinelli. Aique Anaya.

• Lobo. Oliver Douzou. FCE.

• Cuidado con los cuentos de lobo. Lauren Child. Serres.

• La Caperucita Roja. Letizia GOTLIBOWSKI. Ed del Eclipse.

• Soy el más fuerte. Mario Ramos. Corimbo.

• ¡De repente! Colin Mcnaughton. Norma

Page 20: Club de lectura

20

• Los tres cerditos. David Wiesner. Juventud.

• Caperucita Roja. Gilles Bizouerne y Barroux. UnaLuna

Librerías consultadas por web: El libro de Arena – Cúspide – Didactikids – Boutique

del libro – Cassasa y Lorenzo – Distal.

CAPERUCITA VERDE… Y LOS LOBOS SON NEGROS. UN DEBATE.

Jueves 12 de junio de 2014.

Comencé a leerles a mis alumnos el libro “Caperucita roja, verde, amarilla, azul y

blanca”24.

Todos coincidieron que se llamaba Caperucita Verde porque todo era verde. “Menos el

lobo”.- dijo Lara.

En ese instante Benjamín agregó: “Los lobos son negros”.

Y Jeremías le contestó: “¡No, algunos son marrones también!”.

Benja, enojado, le volvió a reiterar que no, que eran negros.

Pero Jere contestó ampliando la idea: “Son de colores más oscuros”.

Como la discusión se tornaba tensa, les propuse que en casa, investiguen con la familia

y luego lo compartan en el grupo. El resto de los alumnos estaban atentos a la

discusión. Les pregunté qué les parecía a ellos pero nadie se animó a opinar. Mientras

tanto, por lo bajo, Benja y Jere continuaban: “Son negros”. “No son marrones oscuros”.

“No, son negros”, “No”.

Aquí intervine para evitar que el debate se transforme en pelea e hice extensiva la

invitación a todos para que averigüen ¿cómo son los lobos? Pero antes de terminar les

pregunto dónde creen que podrían buscar esa información.

Jeremías me contesta: “En el cuento no”.

Lautaro agrega: “En libros sobre animales”.

Y Leandro también aporta su idea: “En google”.

Quedamos en buscar la información en las casas y le expresamos esta idea de buscar en

google a la Profesora de Informática.

Al día siguiente, el niño que decía que no eran todos los lobos negros, trajo la imagen

impresa de un lobo gris. La compartió y llegamos a la conclusión entonces que todos los

24 Bruno Munari y Enrica Agostinelli. Anaya, Madrid, 1998.

Page 21: Club de lectura

21

lobos no son negros, que hay lobos grises también. El niño que decía que los lobos eran

negros se quedó callado. Parecía pensativo. Y así era. Lo confirmé en la siguiente

visita a la biblioteca, cuando me di cuenta que el tema no estaba cerrado para él.

LOS NIÑOS DICEN LA VERDAD… Y LOS LIBROS TAMBIÉN. POR LO

MENOS PARA BENJAMÍN.

Lunes 16 de junio de 2014.

Visitamos la biblioteca del Jardín dentro de los días estipulados para el desarrollo de

esta propuesta. Nos recibió la bibliotecaria con el libro “Lobos” de Emily Gravett25. Les

comentó a los niños que había encontrado este cuento que seguro nos iba a gustar a

todos o por lo menos, eso esperaba. Además les aclaró, que si era de su agrado, lo daría

a préstamos todo el año para que circule en nuestra biblioteca, ya que es un libro que

ella cuidaba mucho y que lo prestaba en ocasiones especiales. Y que esta era una de

ellas.

Les mostró la tapa y la contratapa, leyó el título y el nombre de la autora. A algunos, les

llamó la atención que el título era lobos y había un conejo en la misma. Un nene dijo

que en la parte de atrás había huellas.

Nos adentramos en el relato y Guadalupe interviene de inmediato: "Dice lo mismo en el

libro. Las mismas letras"- haciendo referencia al título del cuento que estaba escrito en

la tapa y, cotejándolo con el libro de lobos que saca de la biblioteca el conejo (personaje

del cuento). La niña pudo observar que el conejo llevaba en sus manos un libro rojo en

el cual se leía en negrita las mismas letras: LOBOS.

El libro que leía el conejo, explicaba de manera informativa dónde viven los lobos,

cuántos dientes tienen y qué les gusta comer.

Benjamín, el niño que aún no había cerrado el tema de los colores de los lobos, ahora en

voz alta comenzó repetir lo que el cuento le explicaba y permitía evacuar sus dudas:

“Lobos grises, osos polares y lobos polares".

Lautaro agregó: "Los lobos blancos están en la nieve".

Parecía que el tipo de narración descriptiva, con características enciclopédicas, lo había

terminado de convencer. El libro dijo una verdad para él. Construyó un significado que

lo tenía preocupado, o por lo menos ocupado.

25 Emily Gravett. Lobos.- 1ra. ed.- San Isidro: Macmillan, 2011.

Page 22: Club de lectura

22

Aquí se puede entrever ciertas habilidades y competencias lectoras que algunos niños

logran desplegar para descubrir ciertas características que diferencian e identifican los

distintos tipos de textos.

Sin embargo, es tan interesante, que el conejo no se da cuenta de que una figura

siniestra con garras y colmillos afilados comienza a desprenderse de las páginas para

acecharlo. El relato de esta historia posee características informativas y las imágenes

acompañan desde lo narrativo con mucha creatividad y originalidad convirtiéndolo en

un libro álbum con muchísima riqueza literaria.

Observando las imágenes y siguiendo el relato, los niños y niñas, comenzaron a

descubrir este juego sugerente entre texto e imagen.

Empezaban a escucharse diferentes voces, diversas lecturas de los niños: "El árbol tiene

forma de cabeza de lobo". Otro sumó "Tiene la cabeza de lobo, cola de lobo"... y

finalmente se escuchó "¡Tiene pies de lobo!".

Guadalupe afirmó: “¡Es de suspenso!”, develando ese giro que sugería la imagen y el

texto en ese juego conjunto.

¡Sí!.- dijo otro agregando- tupida significa que las colas son muy largas.

Con mucho pelo.- remarcó la bibliotecaria.

Para entonces, el personaje del conejo se encontraba caminando y subiendo por una cola

enorme y peluda.

De a poco iba transcurriendo la lectura y comenzaba a aparecer la figura del lobo más

explícita. Hasta el momento sólo se veían partes de un todo en cuanto a la misma.

El conejo se desplazaba por el lomo del animal y en la lectura hacía referencias a

pulgas, chinches y otras plagas que afectan a todos los animales con mucho pelo y un

nene preguntó entonces: “¿Qué son las chinches?”

Y Galo le respondió: "A mí me picó una chinche".

Entre el grupo se escucha de pronto la advertencia de Lautaro hablándole al personaje:

¡Estás en problemas!

Y Guadalupe agrega: ¡Lo está mirando para comérselo!

Y continuaron las exclamaciones cuando parece haber terminado la historia con la

imagen del libro destrozado por el lobo.

Joaquín gritaba: -¡El libro! ¡Rompió el libro!

Federico se sumó: ¡Lo mordió!

Page 23: Club de lectura

23

-¡Lo rasguñó! – dijo Muriel.

Leandro trataba de explicar: -Es como si el lobo lo mordió acá- señalando la punta del

libro que tenía la bibliotecaria en sus manos.

-¡Con el diente lo mordió!- agregó Joaquín.

En este momento se genera la tensión. La bibliotecaria hace una pausa en la lectura.

Los niños se quedan en silencio. Parecía que nadie se atrevía a decir lo que le había

ocurrido al conejo, a pesar de que algunos lo habían advertido.

Luego, da vuelta la página y prosigue con la lectura. Todo se va distendiendo a medida

que la autora escribe un final alternativo. Parecía fatal el destino del conejo, pero este

giro sobre el final muestra al lobo compartiendo un sándwich él.

La bibliotecaria cierra el libro. Los niños empiezan a dar explicaciones a ese primer

final donde aparece el libro en el piso todo desgarrado:

Joaquín: -Lo pisó el cuento. Quería agarrar el sándwich.

Federico: -El lobo tenía el cuchillo y el tenedor para comer el sándwich.

Guada: -¡Pensé que se había comido al conejo!

La bibliotecaria agrega: -Este libro tiene dos finales. En el primero, como dice Guada

parecería que el lobo se comió al conejo. En el segundo, como dicen Joaco y Fede, el

lobo sólo quería compartir el sandwich con el conejo.

Galo, que se mostró atento y cauteloso durante el desarrollo de la lectura, concluye: -

¡Acá (haciendo referencia a la contratapa) se ven las patas del conejo que salió

corriendo!

ESCRIBIR PARA BUSCAR. UNA PALABRA, MUCHOS SIGNIFICADOS.

Lunes 23 de junio de 2014.

La Profesora de Informática nos puso a disposición el buscador de google para que

tratemos de encontrar el material que estábamos necesitando. Nos explicó cómo

funcionaba y aclaró, que era indispensable poner palabras para orientar la búsqueda.

Entonces preguntó al grupo qué era lo que estaban buscando.

Por supuesto Benjamín dijo: “Lobos negros”.

Y Jeremías agregó: “Y lobos marrones también”.

Entre todos escribimos ambas sugerencias. La de Benja y la de Jere. Descubrimos que

los lobos podían ser negros y marrones.

Page 24: Club de lectura

24

Yo les propongo entonces escribir sólo la palabra LOBOS. Entonces les leo las

opciones que aparecen y descubrimos que esa palabra es muy general. Les comento que

en nuestra provincia existe un logar que se llama Lobos y que tiene una laguna que es

visitada por los turistas y que aparece páginas sobre ese lugar. Les pregunto qué

significa la palabra “LOBOS” para nosotros teniendo en cuenta el trabajo que

estábamos haciendo.

Entonces Jeremías me respondió:- Los lobos son animales.

Aquí intervino la Profesora de Informática y les agregó: - A veces, con escribir una sola

palabra no es suficiente para encontrar lo que estamos buscando. Como acaba de pasar,

la palabra Lobos tiene varios significados: puede ser un lugar, como puede referirse a

los animales también. Entonces es necesario agregar otra palabra más. En este caso

sería la palabra animal.

Y la agregaron en el buscador y allí encontramos una página que habla de lobos y las

diferentes especies. Algunas en peligro de extinción.

Imprimimos la información y la llevamos a la sala para trabajarla en conjunto con la

profesora de educación Ambiental.

Al día siguiente, Clarita trajo un trabajo de investigación sobre características de la

especie y tipos de lobo en una carpeta. La leímos en la sala.

Imágenes traídas por los niños

Page 25: Club de lectura

25

¿CÓMO TERMINÓ EL CUENTO DE CAPERUCITA BLANCA? INCLINADO,

SEGÚN VERA.

Esta actividad de producción surgió a partir de esta pregunta y la respuesta que me dio

Vera.

Había finalizado de leer el libro “Caperucita Roja, Verde, Amarilla, Azul y Blanca”26

con el último cuento Caperucita Blanca. Entonces les pregunto cómo les paree que

terminó este cuento.

Leandro: ¡Mal, porque no apareció el lobo!

Jeremías: ¡Bien, porque el lobo no se comió a la abuela ni a Caperucita!

26 Bruno Munari y Enrica Agostinelli. Ed. Anaya. Madrid.

Page 26: Club de lectura

26

Vera, se pone de pie mientras todos seguían sentados e inclinando su mano de manera

oblicua al piso y ladeando cabeza dice: termina así, inclinado.

Inmediatamente le pregunto qué significa que termine inclinado pero ella no sabe qué

contestar.

Sin embargo, Morena acota: es que termina bien y mal.

Y Vera le dice: ¡Sí! Es eso.

Y hablando de finales les propuse continuar esta historia.

Esta actividad la realizamos en dos días. El primer día retomamos el relato y pensamos

entre todos cómo tendría que continuar, que personajes aparecerían y cómo quisiéramos

que termine el cuento.

Federico dijo que la abuela tenía que volver del viaje, Morena resaltó que el lobo no

tenía que ser malo y Lara trajo el cuento “Una Caperucita Roja” haciendo referencia al

final y diciendo:

- Tiene que terminar como el cuento de caperucita que le dice al lobo “Ingenuo”.

Yo le recuerdo el nombre del cuento y pregunto cómo sería ese final y Ezequiel me

dice: Gracioso.

Y Morena: Divertido.

Y en este momento fui registrando las ideas y fui armando la historia conservando

algunas características de los relatos del autor. Y quedó así:

LA ABUELA VOLVÍA DE AFRICA NEGRA A LA CASA PORQUE EXTRAÑABA A

CAPERUCITA BLANCA.

EN EL CAMINO SE ENCUENTRA CON EL LOBO Y LE PREGUNTA ¿A DÓNDE VAS

ABUELA?

ME VOY A LA CASA DE CAPERUCITA PARA DECIRLE QUE LA EXTRANABA

MUCHO. LE TRAJE REGALOS DE AFRICA NEGRA: UN PAR DE ZAPATILLAS

NEGRAS, UNA CAPERUZA NEGRA Y UN OSO CON ABRIGO NEGRO DE

MASCOTA.

¿TE PUEDO ACOMPAÑAR?

SI, PERO TENÉ CUIDADO CON EL OSO. TE PUEDE COMER DE UN SOLO

BOCADO.

Segundo día retomamos el cuento, realizamos ajustes en relación al relato, correcciones

gramaticales y pensamos en el título. Así quedó:

Page 27: Club de lectura

27

LA ABUELA SE FUE A ÁFRICA NEGRA, PERO VOLVIÓ.

LA ABUELA VOLVIÓ DE AFRICA NEGRA A SU CASA PORQUE EXTRAÑABA

A CAPERUCITA BLANCA. LO HIZO EN AVIÓN PARA LLEGAR MÁS RÁPIDO.

CUANDO LLEGÓ A LA NIEVE, EN EL CAMINO A LA CASA DE CAPERUCITA

SE ENCUENTRA CON EL LOBO Y ÉL LE PREGUNTÓ: ¿A DÓNDE VA

SAÑORA?

ME VOY A LA CASA DE MI NIETA PARA DECIRLE QUE LA EXTRANÉ

MUCHO. VIAJÉ MUY LEJOS Y LE TRAJE REGALOS: UN PAR DE

ZAPATILLAS NEGRAS, UNA CAPERUZA NEGRA Y UN OSO CON ABRIGO

NEGRO DE MASCOTA.

¿LA PUEDO ACOMPAÑAR? – LE PREGUNTÓ EL LOBO.

SI.-DIJO LA ABUELA- PERO TENÉ CUIDADO CON EL OSO. TE PUEDE

COMER DE UN SOLO BOCADO.

Realicé una anotación que me pareció interesante en cuanto a la reflexión de los niños:

Corrección de Fede: cambio de la palabra ABUELA por SEÑORA. El argumento

porque no sabe que es una abuela.

Jere asevera: Porque no la conoce a la abuela el lobo.

Galo agrega al tema: Porque este es otro cuento. En los otros cuentos si la conoce.

Cuando finalizamos la actividad les leo el cuento como quedó y al hacerlo Jere dice:

Pero es al revés, el lobo se come todo de un solo bocado.

Morena le contesta y le explica: Si, pero es un chiste. Es gracioso.

Page 28: Club de lectura

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Título de la Experiencia: “LA BIBLIOTECA DEL LOBO Y MÁS ALLÁ…”

Categoría 2: Buenas prácticas en el aula en el marco del Diseño Curricular

Seudónimo de la Institución que lo presenta: CAPERUCITA ROJA

Seudónimo de los responsables y/o autores de la experiencia: EL LOBO

Título de la Experiencia: “LA BIBLIOTECA DEL LOBO Y MÁS ALLÁ…”

Categoría 2: Buenas prácticas en el aula en el marco del Diseño Curricular

Institución que lo presenta: Colegio Schönthal

Autora de la experiencia: Verónica Susana Amato, docente titular de sala de 5 años.

e-mail: [email protected]