ciudades antiguas

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INTRODUCCION El ser humano siempre ha tenido la necesidad de refugiarse para paliar las condiciones adversas de vivir a la intemperie. En la prehistoria, para protegerse del clima adverso o las fieras, solía refugiarse en cuevas naturales, con su familia, bien sea nuclear o extendida. Tradicionalmente, en el mundo rural eran los propios usuarios los responsables de construir su vivienda, adaptándolas a sus propias necesidades a partir de los modelos habituales de su entorno; por el contrario, en las ciudades, era más habitual que las viviendas fueran construidas por artesanos especializados. En los países desarrollados, el diseño de las viviendas ha pasado a ser competencia exclusiva de arquitectos e ingenieros, mientras que su construcción es realizada por empresas y profesionales específicos, bajo la dirección técnica del arquitecto y/u otros técnicos.

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INTRODUCCION

El ser humano siempre ha tenido la necesidad de refugiarse para paliar las condiciones adversas de vivir a la intemperie. En la prehistoria, para protegerse del clima adverso o las fieras, solía refugiarse en cuevas naturales, con su familia, bien sea nuclear o extendida.

Tradicionalmente, en el mundo rural eran los propios usuarios los responsables de construir su vivienda, adaptándolas a sus propias necesidades a partir de los modelos habituales de su entorno; por el contrario, en las ciudades, era más habitual que las viviendas fueran construidas por artesanos especializados. En los países desarrollados, el diseño de las viviendas ha pasado a ser competencia exclusiva de arquitectos e ingenieros, mientras que su construcción es realizada por empresas y profesionales específicos, bajo la dirección técnica del arquitecto y/u otros técnicos.

CIUDADES ANTIGUAS: UR

Ur fue una antigua ciudad del sur de Mesopotamia. Originalmente, estaba localizada cerca de Eridu y de la desembocadura del río Éufrates en el golfo Pérsico. Hoy en día, sus ruinas se encuentran a 24 km al suroeste de Nasiriya, en el actual Irak.

Restos de la ciudad de Ur con el Zigurat de Ur-Nammu al fondo. El en los años 70 para atraer turistas al área de Nasiriya. Los restos de Ur forman una colina de ruinas de 12 m de altitud en mitad del desierto de Iraq, a unos 24 km al suroeste de Nasiriya. Las ruinas eran llamadas por los habitantes locales Tell al-Muqayyar (montículo de brea).La primera investigación en la zona fue llevada a cabo por el cónsul británico en Basora J. E. Taylor en 1854 por sugerencia del Museo Británico. Ya entonces se encontraron tablillas que indicaban que los restos pertenecían a la Ur bíblica; sin embargo, esto no fue suficiente para que se realizasen investigaciones de importancia y poco después se abandonó el lugar, produciéndose saqueos. Miles de tablillas cuneiformes terminaron en los mercados de Bagdad y, desde allí, en colecciones privadas.

Arquitectura

Debido a su tamaño, el montículo formado por las ruinas de Ur destacó durante siglos después de su abandono. Entre las edificaciones de las que quedan restos destacan el Gipar y el zigurat, construidos durante los primeros reinados de la dinastía III. No se conservan los templos del Imperio acadio, ya que fueron destruidos al construir los templos posteriores. Del período Dinástico Arcaico sólo se conservan algunos

restos en los que se aprecia una edificación a base de ladrillos plano convexos.

Los dos edificios religiosos que se conservan estaban situados en un segmento de la ciudad rodeado por una muralla de 8 metros, cuya pared exterior estaba inclinada 45º. La sección noroeste de este recinto sagrado estaba dedicada al dios Nannar.

El zigurat de Ur-Nammu, cuyo nombre en sumerio era é-temen-ní-gùr-ru (casa de cimientos revestidos de terror) fue construido durante la primera mitad del siglo XXI a. C. y estaba rodeado por su propia muralla. La estructura aún se conserva y fue parcialmente reparada a finales de los años 70. Tiene planta rectangular de 61×45,7 metros y 15 metros de altura, si bien es probable que en su época tuviese bastante más metros de altura, perdidos debido a la erosión. El interior del zigurat no es hueco, sino que está completamente formado por ladrillos de barro. Las paredes exteriores están recubiertas por una capa de 2,4 metros de grosos de ladrillo cocido y betún y cada una de ellas está orientada a un punto cardinal. Es posible que en la cima albergase un templo. El acceso a las plantas superiores se realizaba a través de tres escaleras exteriores.

El Gippar era un recinto sagrado consagrado a Ningal situado en el sureste del recinto. Si bien fue remodelado por completo durante la dinastía III de Ur, es muy posible que su construcción se remontase al período Dinástico Arcaico. El interior del edificio estaba dividido en dos partes por un pasillo y contenía numerosas habitaciones que se situaban alrededor de patios. El Gippar funcionaba como residencia de la sacerdotisa en y su séquito. Además, la diosa Ningal tenía varias habitaciones reservadas a su uso.

En cuanto a la arquitectura residencial, la vivienda del Ur del II milenio a. C. estaba organizada en torno a un espacio central y generalmente tenía dos plantas. El espacio central ha sido interpretado en ocasiones como un patio, si bien es probable que se encontrase cubierto. En la ciudad se ha encontrado otro tipo de edificaciones de peor calidad, formadas simplemente como un agrupamiento en línea de unas pocas habitaciones. Se ha especulado sobre la posibilidad de que se tratase de comercios o talleres, si bien también es posible que fuese un tipo más humilde de vivienda.

Eridu fue una antigua ciudad del sur de Mesopotamia, a 24 kilómetros al sur de Ur, en el actual yacimiento arqueológico de Tell Abu Shahrein. En su fundación, posiblemente se encontrase a poca distancia del golfo Pérsico; sin embargo, actualmente, debido a los sedimentos transportados por los ríos Tigris y Éufrates, la línea de costa se encuentra a varios kilómetros al sur.

Lo más probable es que en época sumeria, la ciudad estaría unida al estuario por medio de canales y según las epopeyas babilónicas, habría sido la primera ciudad creada en el mundo

Historia

Según la tradición sumeria Eridu era la más antigua de las ciudades de Mesopotamia, en cuya localización el dios Marduk había creado el mundo. La antigüedad de la ciudad fue demostrada por los arqueólogos a lo largo del siglo XX, habiéndose datado los niveles más bajos (nivel XIX) de la excavación en torno al 4900 a. C., a principios del período de El Obeid.2

En esta primera etapa, los restos cerámicos muestran un papel significativo de Eridu en la región. Hacia el 3800 a. C. (nivel VI) la ciudad contaba con un importante templo y un cementerio del que se han descubierto unas mil sepulturas. La ciudad participó de la unidad cultural marcada por el período de El Obeid, la cual abarcó todo el Oriente Próximo.2

A finales de este período, se muestran signos de declive, como el deterioro del templo de la ciudad. La actividad económica quedó relegada y el montículo de la ciudad quedó dedicado casi en exclusiva al templo y a viviendas para los sacerdotes y sacerdotisas. Eridu fue quedando eclipsada por la vecina ciudad de Ur.2

Hacia el año 2500 a. C., durante el período dinástico arcaico un gobernante, tal vez de la primera dinastía de Ur, construyó un gran palacio en Eridu, y a finales

del III milenio a. C., durante el reinado de Amar-Sin, se construyó un gran zigurat en la ciudad, la cual seguía siendo un importante centro religioso en el imperio de la tercera dinastía de Ur.2

En los primeros siglos del II milenio a. C. los gobernantes de Isín, que vivía un momento de esplendor, repararon el templo y probablemente buscaron algún tipo de tesoro, ya que se han hallado túneles excavados en el templo. Durante el reinado de Hammurabi (1792-1750 a. C.) el culto fue trasladado definitivamente a Ur. Mil años después, durante el reinado de Nabucodonosor II de Babilonia (605 a. C. - 562 a. C.) el templo fue parcialmente restaurado, tras lo cual, quedó finalmente abandonado, cayendo en la ruina.

ARQUITECTURA

El núcleo urbano de Eridu era el templo de Enki, llamado "Casa del Acuífero" (escritura cuneiforme: E2.ZU.AB; sumerio: e2-abzu; acadio: bītu apsû), que posteriormente sería llamado "Casa de las Aguas" (cuneiforme: E2.LAGAB×HAL; sumerio: e2-engur; acadio: bītu engurru). Su nombre se refiere al reino de Enki.5 Su consorte Ninhursanga tenía un templo cercano a Obeid.6

Durante el período III de Ur, Ur-Nammu construiría un zigurat sobre los restos de templos anteriores.

Casa del Acuífero Nivel Fecha (a. C.)Período Tamaño (m) Nota

XVIII 5300 - 3×0.3paredes "dormidas"

XVII 5300–5000 - 2.8×2.8 primera cella

XVI 5300–5000 Obeid Antiguo 3.5×3.5

XV 5000–4500 Obeid Antiguo 7.3×8.4

XIV 5000–4500 Obeid Antiguo - no se han encontado estructuras

XIII 5000–4500 Obeid Antiguo - no se han encontado estructuras

XII 5000–4500 Obeid Antiguo - no se han encontado estructuras

XI 4500–4000 Obeid 4.5×12.6 primera plataforma

X 4500–4000 Obeid 5×13

IX 4500–4000 Obeid 4×10

VIII 4500–4000 Obeid 18×11

VII 4000–3800 Obeid 17×12

VI 4000–3800 Obeid 22×9

V 3800–3500 Uruk Antiguo - sólo restos de plataforma

IV 3800–3500 Uruk Antiguo - sólo restos de plataforma

III 3800–3500 Uruk Antiguo - sólo restos de plataforma

II 3500–3200 Uruk Antiguo - sólo restos de plataforma

I 3200 Uruk Antiguo - sólo restos de plataforma

HARAPPA

Harappa es una ciudad del estado de Gujarat que tiene el honor de ser considerada una de las primeras ciudades de la historia de la Humanidad. Fue fundada en el valle del río Indo en el año 2 600 antes de Cristo, es decir, unos 4 600 años atrás. Con sus cuatro milenios y medio de antigüedad, es un sitio que no se puede dejar de visitar en el viaje a la India.

Hasta nuestros días persisten los vestigios de las casas, los muros, las callejuelas y los espacios al aire libre que conformaban el plano de Harappa. Constituyó uno de los emplazamientos de civilización más importantes de la región.

Tanto su estado de conservación, que si bien es bueno no se compara con otros como el de Moenjodaro, y el difícil acceso suelen hacer de esta ciudad un destino menos tentador, pero desde una perspectiva diferente resulta muy apreciado el trayecto a recorrer en un escenario natural encantador y la atmósfera auténtica de las ruinas.

Además, es común entre los turistas en sus viajes el decidirse por realizar esta visita con el objetivo de disfrutar de la paz y la calma que reinan en Harappa. Sin dudas, se trata de una experiencia sin igual, sumamente recomendable. Entre otros hitos históricos, Harappa se encarnó en la primera ciudad del Valle del Indo en ser excavada. Fue Sir Alexander Cunningham quien, entre 1872 y 1873, se dedicó a investigar en el lugar.

Sorprende saber que, a poca distancia de las ruinas de esta antigua ciudad, hay un pueblo prácticamente heredero de toda su cultura, que permanece allí en su tradicional estilo de vida, elaborando artesanías como joyas y piezas de alfarería.

Hasta el día de hoy, la primitiva Harappa es motivo de discusión entre los historiadores. Su antigüedad y el daño sufrido a través de 4600 años de historia hacen difícil adquirir ciertos saberes respecto de ella, pero ha consenso indiscutido respecto de su insoslayable relevancia a la hora de estudiar las primeras civilizaciones de nuestro pasado.

Bombardeo de Hiroshima

Hiroshima durante la Segunda Guerra

En el momento del bombardeo Hiroshima era una ciudad de cierta importancia industrial y militar. Algunos campamentos militares se encontraban en los alrededores, incluyendo los cuarteles generales de la Quinta División y los del Segundo Ejército General del Mariscal de Campo Hata Shunroku, quien comandaba la defensa de toda la parte sur del país. Hiroshima era una base de abastecimiento y logística menor para la milicia japonesa. La ciudad era un centro de comunicación, lugar de almacenamiento y un área de reunión para las tropas. Fue una de las ciudades japonesas que fueron deliberadamente preservadas de los bombardeos aliados con el fin de poder efectuar posteriormente una evaluación precisa de los daños causados por la bomba atómica.18

El centro de la ciudad tenía varios edificios reforzados de hormigón así como estructuras más livianas. Fuera del centro el área estaba repleta por pequeños talleres de madera ubicados entre los hogares japoneses. Algunas plantas industriales se encontraban en las afueras de la ciudad. Las casas eran de madera con pisos de teja y también muchos edificios industriales tenían armazón de madera, por lo que toda la ciudad en su conjunto era altamente susceptible a daños por incendios.

La población de Hiroshima había alcanzado la cifra máxima de 381.000 antes de la guerra, pero antes del bombardeo la población había disminuido regularmente debido a evacuaciones sistemáticas ordenadas por el gobierno japonés. En el momento del ataque se estima que había aproximadamente 255.000 personas. Esta cifra se basa en los datos de la población registrada según el cómputo de raciones así como la estimación adicional de trabajadores y soldados que fueron enviados a la ciudad.

Estructuras que permanecieron en pie

La ciudad se encontraba en ruinas. Aproximadamente el 69% de los edificios de Hiroshima fueron destruidos. Algunos edificios de hormigón en Hiroshima habían sido construidos con una gran resistencia debido al constante riesgo de sismos en Japón, y aunque su armazón no colapsó

aun estando muy cerca del hipocentro, las paredes mostraron un daño interno severo ocasionado por la presión descendente de la explosión.60

Debido a que la bomba detonó en el aire, la explosión se enfocó más hacia abajo que hacia los lados, por lo que el edificio conocido como Cúpula Genbaku o Cúpula de la Bomba Atómica, pudo permanecer en pie a pesar de encontrarse a tan sólo 150 metros de la zona cero. Las ruinas fueron renombradas como Memorial de la Paz de Hiroshima y fue catalogado como Patrimonio de la humanidad en 1996 con la objeción de los Estados Unidos y China.61

Eizō Nomura fue el superviviente más cercano a la «zona cero» que se conoce. Eizō se encontraba en el sótano de una moderna «casa de descanso», a sólo 100 metros de distancia en el momento del ataque.62 Akiko Takakura fue también una de las supervivientes más cercanas al hipocentro de la explosión. Akiko se encontraba dentro del Banco de Hiroshima, a tan sólo 300 metros de la «zona cero»