cine toma 26

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Enero - Febrero 2013 CINE TOMA 26 26 ISSN: 2007-3305 EDICIONES Y PRODUCCIONES ESCéNICAS AñO 5 NúMERO 26 ENERO - FEBRERO 2013 $40.00 MX $6 USD

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REVISTA MEXICANA DE CINE

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Enero - Febrero 2013 1CINE TOMA 26

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ISSN: 2007-3305

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Enero - Febrero 20132 CINE TOMA 26

CONCIlIAr y rEgulAr

AÑO 5Núm. 26Enero - Febrero 2013

índice

EN PORTADA: La bandera mexicana en una escena de la película Tlatelolco. Verano del 68 (México, 2012), de Carlos Bolado, próxima a estrenarse.

FE DE ERRATAS:En el número 25, que circuló durante noviembre y diciembre de 2012, en el pie de foto de la página 66, afirmamos que es Carlos Cuarón quien aparece con su hijo, cuando en realidad se trata de Alfonso Cuarón. Asimismo, en el pie de foto de la página 69 se menciona la Placa del Mutoscopio cuando debiera decir Linterna Mágica, en tanto es ésta la máquina que aparece en el lado izquierdo de la imagen y no la placa. Ofrecemos disculpas a Alfonso Cuarón, a la Filmoteca de la unam y a nuestros lectores.

DEL CINE AL AUDIOVISUAL Diagnóstico y propuestas para el futuro del cine mexicano

VISTAS DESDE EL INTERIORPropuestas de la comunidad cinematográfica para el nuevo sexenio

ACUERDOS Y REGULACIÓN Legislación y reglas para la era digitalJean-Christophe Berjon

UN BIEN PÚBLICOLos motivos políticos para producir y distribuir ChalánÉdgar San Juan

PROTESTA CON PROPUESTASSiete propuestas para las políticas cinematográficas en MéxicoVíctor Ugalde

UNA SUMA DE VOCES La influencia gremial en la política cinematográfica nacionalCuauhtémoc Carmona Álvarez y Carlos Sánchez y Sánchez

LA GENERACIÓN DE LA CRISISCatorce cineastas contra la adversidadAlejandro Pelayo

PANORAMA LEGAL DEL CINE MEXICANO Legislación, reformas e iniciativasFederico Urtaza

UN AUGE CADA VEZ MÁS EVIDENTEPanorama del documental en MéxicoMariana Cerrilla Noriega

EL AÑO MÁS TAQUILLERO La industria en 2012 según la CanacineLuis Carrasco García

DESDE LA FIMOTECA DE LA UNAMEL DEDAZO Y EL DESTAPE A 30 años de La VísperaJosé Woldenberg

ACADÉMICASUN LUGAR EN SUS PROPIAS PANTALLASManifiesto y plan de trabajo para el 2013 de la amacc.Academia Mexicana de Artes y Ciencias Cinematográficas

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FOTO FIJASCINEASTAS CONTADOS Miradas panorámicas y hogareñas en blanco y negroÓscar Fernández Orengo

INDUSTRIALO QUE CÁMARA NO DA, MARKETING SE LO PRESTA El término “tiempo en pantalla” según la Ley Federal de CinematografíaArturo Sastré y José Luis Ponce

LA POSIBILIDAD DE PRODUCIR EN EUROPAVentajas ofertadas en subsidios e incentivos durante el 2012Thierry Potok

ENTRECRUCESCORRIDO DE EMILIO “INDIO” FERNÁNDEZ Su cine es sombra y es luz, querencia, pasión y muerteJuan Antonio de la Riva

FESTIVALESCINE PROPOSITIVO, MODERNO E INNOVADORTercera edición del ficunam

Maximiliano Cruz

SEGUIR REBASANDO FRONTERASOctava Gira de Documentales AmbulanteElena Fortes

CON VIENTO A FAVOR…Reseña del octavo Festival Internacional de Cine AcapulcoClara Sánchez

FUERA DE LAS LISTASLa fiapf vista desde Guadalajara, Morelia y GuanajuatoLuis Carrasco

PIZARRA

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pOlíTICAs públICAs pArA El CINE MExICANO

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Agradecimientos: Agradecemos a Óscar Orengo, a la Academia Mexicana de Artes y Ciencias Cinematográficas, a la Filmoteca de la unam, al Instituto Mexicano de Cinematografía, al Festival Internacional de Cine de Monterrey, al Festival Internacional de Cine de la unam, a la Gira de Documentales Ambulante y al Festival Internacional de Cine Acapulco.

Directorio eDitorial

Directora general: Ángeles Castro GurriaDirector administrativo: José SefamiDirector fundador: Flavio González MelloSubdirector general: Jaime ChabaudSubdirector editorial: Sergio Raúl López consejo editorial: Armando Casas, Fernando Eimbcke, Roberto Fiesco, Leonardo García Tsao, Everardo González, Alfredo Joskowicz z”l, Mónica Lozano, Lorenza Manrique, José Ramón Mikelajáuregui, Elisa Miller, Beatriz Novaro, Ignacio Ortiz y Víctor Ugalde.

arte y Diseño visual: Erick Rodríguez Serranoasistencia editoria y corrección de estilo: Hugo Valdés Sánchezasistencia editorial: Paloma Cabrera Yáñezasistencia de diseño: Galdi González SalgadoPublicidad: Hugo WirthDistribución y difusión: Daniela GuerreroDistribución: Sergio Sánchez y Daniel Castanedoasistencia general: María de la Paz Zamora y Verónica Cruz

correos electrónicos: redacción: [email protected], Diseño: [email protected], Ventas: [email protected], Suscripciones: Daniela [email protected]

CINE-TOMA Año 5, Núm. 26, Enero - Febrero 2013Es una publicación bimestralEditada por José Sefami Misraje:Eleuterio Méndez 11, Col. Churubusco-Coyoacán, C. P. 04120, México, D. F. Teléfonos: (0155) 5601 6147, 5688 9232, 5688 8756.

Editor responsable: Jaime Chabaud Magnus.No. de certificado de reserva al título: 04 - 2008 - 080418121600 - 102.ISSN: 2007-3305No. de certificado de licitud de título: 14265.No. de certificado de contenido: 11838.Ambos otorgados por la Comisión Calificadora de Publicaciones y Revistas Ilustradas de la Secretaría de Gobernación

Distribución: pasodeGato sepomex, pp09.1673Distribuido por dimsa en locales cerrados.

Impresa por: Editorial Innova Año de Juárez 343, Col. Granjas San Antonio, C.P. 09070 Distrito FederalEste número se terminó de imprimir en diciembre de 2012con un tiraje de 10,000 (diez mil) ejemplares.

El contenido de los artículoses responsabilidad de los autores.Prohibida su reproducción total o parcial sin previa autorización.

Pues aquí de regreso en la revista Cine-Toma, que para satisfacción de muchos continúa publicándose y ya rebasó los cuatro años de existen-cia… Quiero agradecer la invitación de José Sefami y a Jaime Chabaud

para colaborar de nuevo con el equipo que la hace posible. También quiero reconocer el trabajo realizado por Beatriz Novaro en condiciones muy difí-ciles, así como agradecerle su apoyo y su amistad.

Este número convoca a la reflexión, a las propuestas y al debate en tor-no a qué hacer con nuestro cine que —y en esto parece haber consenso—, padece problemas estructurales de fondo y, por lo tanto, requiere cambios sustantivos, lo que demanda inteligencia, diagnósticos precisos, habilidad política, tiempo, paciencia, negociación, alianzas, así como dar las batallas que sean necesarias.

Además de algunos artículos e información sobre los diversos proble-mas que enfrenta la cinematografía nacional, para este número realizamos una consulta con diversos miembros del medio cinematográfico, tanto a los que laboran en las oficinas gubernamentales cómo a los que producen, escriben, dirigen o brindan servicios fílmicos, para que expresaran sus ideas y propuestas en torno a lo que debiera suceder con nuestro cine en el sexe-nio que inicia. Agradezco su tiempo y generosidad a todos y cada uno de los que respondieron.

Hubo quienes no pudieron sentarse a redactar sus opiniones, pero al conversar con ellos apuntaron ideas, entre ellas, que habría que desapare-cer el estímulo fiscal incluido en el artículo 226 de la Ley del Impuesto Sobre la Renta (Eficine) y trasladar esos recursos —500 millones de pesos anua-les— a los otros fondos para el fomento a la producción cinematográfica, el Fondo para la Producción Cinematográfica de Calidad (Foprocine) y el Fondo de Inversión y Estímulos al Cine (Fidecine), ya que se trata de dinero público y no debieran ser los contribuyentes quienes decidan los destinos de estos recursos. Incluso existe la propuesta de que habría que regresar a la figura del Banco Cinematográfico.

De cualquier manera, ahora hay suficiente experiencia y datos como para hacer un balance y un diagnóstico, con todo y su complejidad y las diversas aristas de la enfermedad de nuestro cine como industria, como entretenimiento, como arte, con todo lo diverso que pueda ser. Todo ello desde las preguntas básicas ¿para qué, para quién y cómo se filma? Durante el poco más de un año y meses que fui Secretaria Técnica del Fi-decine, pude apreciar que las reglas de operación están formuladas para una industria cinematográfica sana, pero, al no ser así en la realidad, es muy difícil que se cumplan las expectativas del fideicomiso. Es decir, se hicieron unas reglas para una realidad que no existe… y que a la fecha no han podido modificarse. Considero necesario evaluar y ajustar cada dos o tres años esas reglas pues, invariablemente, la realidad nos rebasa. Creo que hay mucho trabajo por hacer con el fin de que el público pueda y quiera ver cine mexicano, cada quien desde su trinchera, desde la educación hasta la exhibición, desde los funcionarios públicos hasta los espectadores. Por lo que a nosotros nos toca, esta revista servirá de espacio para debatir y difundir las propuestas para conseguirlo.

Ángeles castro Gurría

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El que Chalán, película dirigida por Jorge Michel Grau y producida por Édgar San Juan, haya superado las expectativas generadas por su lanzamiento vía streaming, llegando, incluso, a convertirse en trending topic, demuestra que en lo sucesivo tendremos que analizar, aprovechar y proteger, la rela-ción entre el cine, el internet y la política.

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La historia de la cinematografía mexicana corre apare-jada, ni duda cabe, al poder político y a las decisiones de Estado. La llegada misma del cinematógrafo ya dic-

taminaba dicha condena, cuando los enviados de los her-manos Lumière, el farmacéutico Gabriel Veyre y el camaró-grafo Claude Ferdinand Bon Bernard, ofrecieron la primera función del aparato mecánico, en una velada el jueves 6 de agosto de 1896, nada menos que ante el general Porfirio Díaz, sus familiares y miembros de su gabinete, en un salón del Castillo de Chapultepec —en ese entonces residencia presidencial—. La primera estrella cinematográfica mexica-na, sobra decirlo, fue el propio dictador y su protagonismo en los fastos por el Centenario de la Independencia.

La Revolución habría de sustituirlo de los roles princi-pales por nuevos rostros, como el de Francisco I. Madero, Venustiano Carranza, Emiliano Zapata, Victoriano Huerta, Álvaro Obregón y, por supuesto, la figura de la Mutual Films, el general Francisco Villa.

Pero la relación con el ámbito político no se limitaría al retrato en movimiento de caudillos y líderes, sino mediante regulaciones, reglamentos, ayudas y censuras diversas, en una curiosa simbiosis: habría libertad e impulso, pero siem-pre con un férreo control sobre las producciones y los temas que se tocaban.

La Segunda Guerra Mundial permitió que la industria del cine nacional encontrara un crecimiento y una influen-cia internacional tan grandes —no se ha superado la marca de 135 cintas producidas en 1958— que sería el segundo generador de divisas luego del petróleo, y aún sus estrellas, su música, sus argumentos y sus locaciones persisten fuerte-mente, hasta la fecha, como parte de la educación cultural y sentimental en las regiones de habla castellana.

Pero como fiel espejeo de la realidad administrati-va del país, una institución como el Banco Cinemato-gráfico —creado para ofrecer créditos blandos para la producción—, acabó por erigirse en el brazo económico de presión e incluso como válvula de corrupción; la consolida-ción de un monopolio exhibidor como el Jenkins, erigido con base en la violencia y el crimen, perfilan la terrible lasi-tud de las autoridades para hacer valer la legalidad, y cla-ro, la censura, disfrazada de clasificación cinematográfica, reflejaba con mayor visibilidad la intervención del poder hegemónico en el ámbito fílmico.

No obstante, fue en los años setenta y a partir de la pre-sidencia de Luis Echeverría, cuando el Estado acabó casi por completo con la producción privada y tomó las riendas del

CONCIlIAr y rEgulArpOlíTICAs públICAs pArA El CINE MExICANO

cine. Desde hace cuatro décadas, el patrocinio estatal se ha convertido no sólo en la tabla de salvación para evitar que el país se convierta en un páramo cinematográfico desér-tico y despoblado, sino que ha sido factor para que que-de invisibilizado y sea cada vez más lejano de su público natural. La decisión presidencial de barrer con el cine de género netamente mexicano —de luchadores, de ficheras o de terror ranchero—, nos legó una producción conformada casi únicamente por propuestas artísticas y autorales, gene-rando un desequilibrio temático y de recaudación que se mantiene hasta la fecha.

Cierto, la multiplicación de los fondos públicos man-tienen una bonanza en la generación de películas —en un promedio de 70 producciones al año—. Pero ese cine subvencionado insiste en competir en la cartelera comer-cial, dominada monopólicamente por las distribuidoras hollywoodenses y por apenas tres cadenas distribuidoras, como si tuviese los valores de producción y el público a fa-vor, cuando ocurre todo lo contrario. Pero las políticas pú-blicas en el sector cinematográfico continúan concentradas tercamente en el fomento a la producción, renegando de la distribución, la educación y la difusión de la cultura fílmica.

El sexenio 2012-2018 inicia con preocupantes reduccio-nes presupuestales. En el caso del Instituto Mexicano de Ci-nematografía, de 408 a 374 millones de pesos; a la Cineteca Nacional se asignaron 47.3 millones de pesos y no los 60 del año anterior —sin contar los 540 millones que costó su remodelación—, aunque el de los Estudios Churubusco —cuyas obras presentan atrasos considerables—, aumentó de 113 a 128 millones de pesos.

¿Cuáles son las políticas públicas más convenientes para el área de cinematografía en el subsector cultura? En este número congregamos las opiniones, recomendaciones y valoraciones de especialistas provenientes de las diversas áreas del quehacer fílmico, para intentar congregar las más variadas, plurales y profundas propuestas, y así ofrecer op-ciones no sólo al funcionariato en turno —aún por desig-narse—, sino a todos los interesados en la cultura fílmica.

Sergio raúl lópez