charroux, r. - tesoros ocultos. (1964)

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    ROBERT CHARROUX

    (Presidente del Club Internacional de Buscadores de Tesoros)

    Tesoros OcultosENTERRADOS, EMPAREDADOS, SUMERGIDOS

    ZIG ZAG

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    COLECCION HISTORIA Y DOCUMENTOS Empresa Editora Zig-Zag, S. A., 1963.

    Derechos reservados para todos los pases de habla espaola. Inscripcin. N 26335.Santiago de Chile. 1964.Ttulo del original francs: TRSORS DU MONDETraduccin de Hernn del SolarEMPRESA EDITORA ZIG-ZAG, S. A.

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    Prologo

    Han llegado los tiempos en que la aventura vuelve a comenzar, ms prodigiosa que en el siglode Isabel de Castilla, y las carabelas a reaccin se lanzan ya hacia el nuevo mundo planetario.El destino del hombre no es el de cavar su tumba, sino el de viajar ms all de todas las

    fronteras, continuando la tradicin prehistrica de nuestros distantes antepasados que ibanincansablemente en persecucin del sol.Todas las grandes migraciones, las invasiones y los xodos se hicieron sobre ese eje ritual este-oeste, en el sentido solar, y los amantes de la paradoja podran decir, en verdad, que el oeste esel polo magntico de nuestro globo terrqueo.La humanidad, estagnada desde el siglo XVII, ha forjado, a pesar de todo, los vehculos de suemancipacin y elegido las rutas inciertas y los mares tenebrosos por donde lanzarse.Pero el sentido este-oeste, dimensin de superficie, est jalonado, estudiado, cartografiado,medido, sealado, y el mundo terrestre emergido, desde La Rochela a Tokio, desde Thule a lasislas Kerguelen, no muestra la menor topera cuya altura, circunferencia y peso especfico no seconozcan.La aventura en superficie, agotada por los navegantes, exploradores, geofsicos, por los autos,los transatlnticos y expresos, debe orientarse hacia un nuevo acimut, hacia el espesor, que esaltura y profundidad, o descentrarse.La aventura proyecta a los hombres hacia la Luna, Marte, Venus o el Sol, y tal vez (si el universoes hueco y el exterior est en lo interior) sea an centrfuga en direccin de las ltimas zonasinvioladas de la corteza terrestre.Y los conquistadores de una y otra evasin visten su uniforme comn: traje de material plsticoy mscara respiratoria para moverse a 1.000.000 de kilmetros en el vaco sideral o a 10.000yardas en los ocanos.Va a ser necesario escoger: el El Dorado de los planetas en el exterior lejano, o en el exterior

    prximo los cementerios marinos, las minas de esmeraldas y rubes, los escondites concofrecillos de oro habidos en los viejos muros, los subterrneos y el polvo de los milenios.El buscador de tesoros ha resuelto desafiar a lo desconocido, adivinar lo milagroso, sondear lamateria virgen, descentrarse en el espesor, pero no toma ya el arsenal engaoso de losocultistas: la varilla adivinatoria, el hechizo, la mandrgora; la ciencia ha puesto a sudisposicin brujos de transistores, y la electrnica juega a los duendes con los tesoros ocultos.Deca Al Bab: Ssamo, brete.

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    Hoy da, con un casco provisto de auriculares, con el dedo puesto en el ampermetro y elsounding, el buscador de tesoros viola el misterio de lo impenetrable y aclara la noche de la

    materia compacta.As, pues, renace la prodigiosa aventura; todo no est escrito, medido, inventado; lo interiorest an inviolado, y todava existe el en los muros, el en la tierra, el en los mares.Porque la tierra y los mares, el globo terrestre en suma, estn repletos de tesoros que sedescubren en pequea escala un poquito cada da: son los exploradores de Saint Wandrille,que sacan de un muro quinientas monedas de oro; son dos cavadores en Chelles; unsepulturero en Thiais; unos nios en Fontenay, que encuentran una enorme arca con luises deoro y diamantes...Los tesoros? Los hollamos cotidianamente, y nuestros ojos acarician sus escondrijos sinsospechar, por suerte, lo que contienen.En Pars, quin no ha mirado cien veces la estatua ecuestre de Enrique IV en el Puente Nuevo?

    Un pequeo tesoro se esconde en una pata trasera del caballo, oculto en 1816 por el escultorLemot; los diamantes de la Du Barry se desparraman por el parque de Sceaux bajo lasmargaritas primaverales; en Mans, Plaza de la Estrella, miles de buenos ciudadanos caminandesde hace ciento sesenta aos sobre los 100.000.000 de escudos de 6 libras de las ursulinasdel antiguo convento; en Charroux (Vienne), mil charruenses esconden sus botellas de vinoaejo a algunos centmetros de los setenta y un tesoros ocultos en 1569; en Lila, la misa s diceen Nuestra Seora de la Via sobre tesoros escondidos cuando el saqueo de la ciudad porFelipe Augusto; en Lyon, tesoros de los stanos, por centenares, esperan a los eventualesdescubridores; en Provins, el oro duerme en kilmetros de subterrneos; en Run, seestremecen de inquietud en viejas casas cuyos das estn contados; en Marsella, estnescondidas las alhajas de la actriz Gaby Deslys; en Montauban, el tesoro se halla bajo el

    antiguo castillo; en Poitiers, est emparedado en los baluartes y los signos claves lo sealan ala atencin de los iniciados; en Cassel, en Bavay, en La Rochela, en Burdeos, en Perpin, enNiza, en Gisors, los escondites y cofres estn a escasos pies de profundidad; en Chteau-Gontier(en Mayenne) una piedra que gira seala la entrada a la cripta de las joyas; en Rennesle-Chteau, los miles de millones de Branger Saunire estn en una tumba; en Crain, la caja deoro de San Germn est en un recodo del jardn; por ltimo, en Valonia, Flandes, Artois,Picarda, millones de botas alemanas han pisoteado beatamente, en mayo de 1940, millonesde tesoros ocultos la vspera por los fugitivos.Y los tesoros de los mares? Ms numerosos an que los tesoros terrestres, si ha de creerse a latradicin; cubren el mar Caribe, el estrecho de Bass, la baha de la Mesa, las costas de Chile, ytambin las costas de Francia...

    El Club Internacional de Buscadores de Tesoros centraliza una documentacin verdaderamentenica sobre el asunto.Durante veinte aos, las bibliotecas nacionales de los principales pases han sido investigadas yse han comprado seales de tesoros, mapas, planos, especialmente en Amrica, o han sidotrados de todos los continentes por los miembros durante sus expediciones.En cuanto a los tesoros de Francia, en los cuatro aos de campaa de prensa bajo el ttulo deCaza de Tesoros, de 1951 a 1955, se obtuvo tal correspondencia que se catalogaron quincemil yacimientos.

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    De esos quince mil tesoros, hay que decirlo, ms de 14.000 son simples tradiciones, leyendas amenudo pintorescas, pero cuyos orgenes no pueden conservarse.

    Lo ms difcil fue constituir el fichero fotogrfico que actualmente comprende tres milfotografas, planos, grabados o dibujos. Transmisiones de radio provocaron tambin una buenacosecha, de modo que el Club puede ahora enorgullecerse de poseer la casi totalidad de lasgrandes historias de tesoros existentes en el globo; sin contar algunos tesoros secretos, cuyadivulgacin, no hay para qu decirlo, no puede hacerse.El Club agrupa a buscadores de alto rango, a grandes aventureros: el capitn Tony Mangel,adversario de Malcolm Campbell y de Franklin Roosevelt en la isla Cocos; Florent y MireilleRamaug, especialistas de la baha de Vigo; Jean Albert Fo'x, jefe de la expedicin Jons en elmar Rojo; Mme de Grazia, criptloga; Denise Carvenne, Simone Guerbette, Lucienne Lenoir,Fierre Lenoir, electrnico del Club; el audaz pirata de Thailandia, Alberto Lazaroo, y ese otro

    pirata cuya personalidad domina la aventura de nuestro siglo: Henry de Monfreid, presidente

    honorario del Club.Pero cmo imaginan ustedes a un buscador de tesoros?El buscador de tesoros, partidario de la aventura, y de la proyeccin fuera de las fronterasburguesas y conocidas, prctico del batiscafo y del detector electrnico, est atormentado porsutiles complejos. Por espritu cientfico y aventurero, pertenece a la familia de los Marco Polo,Coln, Pinzn, Cotral; por esttica y honradez moral, repudia atrozmente la ciencia emprica ydemonaca, la demagogia del cemento, de los rascacielos, de la caja de material plstico, deldiamante sinttico, de la planificacin agrcola y la normalizacin forzosa.Por tradicionalismo, se niega a escupir sobre la tumba de sus antepasados.

    Acaso sea reticente ante la aventura interplanetaria; es, por cierto, reaccionario a las frmulasactuales de la poltica, a los trajines del progreso y al afeamiento sistemtico de la existencia.

    Estas preocupaciones de paradoja, de evasin fuera de un mundo que en parte reprueba, lehan hecho escoger la aventura de los tesoros, y a bordo de la Mquina para Viajar por elTiempo ha puesto proa al pasado.

    A menudo, su rechazo es ms caracterstico, y suele el buscador hacerse contemporneo delpasado por reaccin contra las revoluciones peligrosas e insensatas de un mundo que quieretornarse annimo y confiar a las mquinas electrnicas el gobierno del planeta.El hombre del siglo XX est orgulloso de su conocimiento y de su racionalismo superior.Forja - sin duda, con buena voluntad - la felicidad laica y obligatoria de las masas, la valoracinsistemtica de cada pulgada del globo, la colonizacin del cosmos, la explicacin cientfica dela materia y de la creacin; anuncia milagros ms asombrosos que los del anillo de Gyges, de la

    panacea, de la piedra filosofal, y todo esto, verosmilmente, se realizar.

    Pero el buscador de tesoros no cree en los nuevos brujos, en las filosofas brotadas en lasestepas, cuya desmesura quiere absorber la justa medida ya caduca, pasada, eterna, francesa,de nuestro universo familiar.No cree por buen sentido, por intuicin, por rechazo fsico e intelectual, y por racionalismocartesiano.No cree en la belleza de los rascacielos, duda de las virtudes de los cohetes y de la energaatmica, en la moral de las instituciones nuevas y de los albergues familiares, en lo maravilloso

    fraguado en los betatrones y surgido de ese tomo engaoso al que se descorteza con descaro.

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    Pues todo ocurre como si se quisiera dar a viva fuerza la primaca a los deleites absurdos delintelecto, mientras nuestro hermano el cuerpo, como deca San Pablo, se encabrita como un

    caballo lanzado a la arena.El buscador de tesoros, frente a un mundo de Apocalipsis, niega su colaboracin.No como un cobarde, sino como gentilhombre al que repugnan la feria y el catch as catch can.Es un punto de vista, una actitud, una decisin. Y as se explica la dualidad que habita en elbuscador: el s a cierto racionalismo cientfico, y el no formal a la ciencia pervertida y a laevolucin maloliente.Por cierto que el resultado no es dudoso en el combate de la carabela a reaccin contra lacarabela de velas. Poco importa: ms vale morir vivo que vivir muerto.Y para los buscadores de tesoros, vivir es decir s a la aventura en que espejean entre otros

    fantasmas: los rubes, los diamantes, las esmeraldas, los topacios, las amatistas, las joyascinceladas, las vajillas cifradas, los anillos, los brazaletes, los ducados, los luises y las piastras.

    Por la alegra del posible descubrimiento, el amor de lo fantstico, la intensa emocin de uninstante, el arte de hundir los dedos en un agua viva de pedreras, y por adornar a la hermosa aquien se ama con las ms fastuosas alhajas de leyenda! No se equivoquen: la locura merece aveces el ser vivida, y la sabidura no es la seguridad burguesa ni la especulacin cientfica, y larazn no es el estar loco como todo el mundo!Lo creern difcilmente, y, no obstante, es la verdad profunda del buscador de tesoros: haencontrado la fortuna antes de descubrir su escondite.

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    1. Una aventura mgica

    Hay palabras mgicas que no pueden pronunciarse sin suscitar una curiosidad intensa.Si se murmura las palabras petrleo en el Medio Oriente, oro en Alaska, agua en eldesierto, sardana en tierra de Catalua, en seguida se tiende el odo y surge, vido, elinters.En otro tiempo, otras palabras mgicas tuvieron su hora de encanto: Graal, orvietano,Brasil, pero su aureola se ha marchitado y borrado con los aos y, sin duda, lo mismoocurrir un da con el oro, el petrleo y la sardana.Pero, sean cuales fueren la latitud y la poca, ha de esperarse que una palabra mgica porexcelencia quedar para siempre, sin que ninguna eventualidad pensable pueda alterar suresonancia: tesoro. Pronuncien estas tres slabas, sobre todo a media voz, en cualquier lugar, yvern que una llamita se enciende en todos los ojos y que hacia ustedes se tienden todas lascaras.Porque es verdaderamente mgica esta endiablada palabra, y en lengua francesa ms que enotra alguna.Los italianos dicen tesoro, los franceses trsor, los alemanes schatz y los ingleses treasure.En francs, despreocupada de toda etimologa razonable, la palabra mgica brilla como fuegofatuo, brota de la tierra y de la onda, caliente como fuego, con un precioso color amarillo,afirmndose con audacia y lanzando, briosa, su terminativo restallante, sonora como cada deraro metal y tintineo de luises y ducados. Una magia verdadera; casi un satanismo.Hay una defensa oculta que emana de cada tesoro y que es embriagador forzar, una magiacuyo poder se acepta, un encanallamiento delicioso que os pone en la sangre un poco de lamuy clida de los piratas que partan al asalto de las flotas de oro y de los baluartes de loscastillos feudales.Y nadie es capaz de librar de ella su alma.Por eso los buscadores, con razn o sin ella, piensan que cada tesoro est defendido por eldiablo, y que una maldicin amenaza a quienes descubren su escondite.Pero esos tesoros, deben de pensar ustedes, esos tesoros de piedras preciosas, de monedas deoro y de plata, existen en otra parte que en la imaginacin?Por cierto que se les ha descubierto; claro est que an deben de quedar algunos, pero no essu existencia casi tan rara como su descubrimiento?Es incontestable que en el curso de los siglos millones de personas han escondido su fortuna,grande o pequea, y que muchos de los escondedores murieron sin haber podido recuperar

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    sus bienes o divulgar el lugar de su escondite. Ha sucedido que colectividades enteras han sidoaniquiladas sin dejar un solo sobreviviente, como fue el caso de las Vrgenes Rojas de Wlasta.

    Wlasta, segn los pareceres, es ya una herona, ya una rebelde checa que vivi en el siglo VIII.Era bonita, inteligente, de una extraordinaria destreza en el manejo de las armas, peromanifiestamente desequilibrada, y tena la fobia de los hombres.Esas cualidades hicieron que la advirtiera la reina Libussa fundadora de Praga, que,aunque casada con Przemyslas, duque de Bohemia, era una amazona consumada, de carctermuy viril.Wlasta tom el mando de la guardia real, compuesta slo de mujeres.Cuando la reina muri, Wlasta no quiso servir al rey y a la cabeza de sus guerreras se hizofuerte en la fortaleza del monte de Widowl. Como el duque le enviara un emisario para queentrara en razn, la joven rebelde lo hizo castrar y lo devolvi a Przemyslas.A su alrededor afluyeron las jvenes voluntarias y pronto tuvo bajo sus rdenes un verdadero

    ejrcito.Entonces sali del monte Widowl y estableci su cuartel general en un castillo fortificado quese llam el Diewin (castillo de las muchachas).Al frente de sus guerreras, Wlasta agobi a la regin, estableciendo impuestos, robando en lasciudades y los pueblos, ejerciendo su justicia que era resueltamente antimasculina.A menudo, para demostrar mejor su desprecio por los hombres, bajaba a los pueblos seguidaslo de algunas mujeres, todas desnudas en sus caballos, pero armadas con espada y escudo.Y ay de aquel que osara alzar los ojos sobre su desnudez!El duque Przemyslas envi varias veces contra las rebeldes tropas leales que fueron hechastrizas; todo herido o prisionero era muerto al instante.Wlasta, que reinaba como duea absoluta de la regin, dict leyes, algunos de cuyos artculos,

    citados por los cronistas, merecen transcribirse:Les est prohibido a los hombres, bajo pena de muerte, el portar armas.Bajo pena de muerte, los hombres deben montar a caballo con ambas piernas colgando dellado izquierdo de la montura.Los hombres deben labrar las tierras, ejercer el comercio, cocer los alimentos, remendar lasropas. Las mujeres tienen la misin de guerrear.Las mujeres eligen a sus esposos. Un hombre que rehse esa eleccin ser ejecutado.Lo menos que puede decirse es que la hermosa Wlasta no era tierna en sus decisiones.El rey de Bohemia termin por pensar que la broma duraba demasiado, y en 746 se dirigi consus tropas a rodear Widowl por sorpresa, y un centenar de amazonas fueron pasadas aespada.

    Al saber el desastre, Wlasta, que se hallaba en el Diewin, degoll con sus manos veinticuatroprisioneros y con toda violencia se lanz sobre los sitiadores.Se cuenta que la Virgen Roja arroj su escudo, se despoj de sus vestidos y, completamentedesnuda, slo con su espada, corri al centro de la batalla. Todas las amazonas del Diewinfueron muertas, ninguna quiso rendirse.Antes de su salida suprema, Wlasta escondi en el castillo el tesoro de su ejrcito, quecomprenda monedas de oro y de plata, alhajas fundidas con las que las vrgenes ariscas nohaban querido adornarse.

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    El tesoro no ha sido nunca encontrado, pero parece muy razonable su existencia.Siempre .dentro del marco de los tesoros de las colectividades diezmadas, puede asegurarse

    que en 1940, cuando el avance alemn y el xodo de las masas belgas y francesas hacia el Senay el Loira, de dos a cuatro millones de tesoros fueron escondidos en Valonia, en Flandes, enArtois y en Picarda. Porque millones de personas huyeron con sus riquezas en dinero almenos en parte, pero despus de haber escondido, enterrado o emparedado los objetospreciosos que era molesto o imprudente llevar en la huida: vajilla y objetos pesados de bronce,de estao, de cobre o de plata, objetos de arte, cuadros de maestros, armas antiguas ymodernas y hasta lingotes y monedas de oro.Si hubo tres millones de fugitivos, es verosmil que tres millones de tesoros se escondieran encuarenta y ocho horas.Ay!, todos los que partieron no regresaron despus de las hostilidades, y algunos recuerdanfamilias enteras aniquiladas en Amiens o en las rutas del Somme, dejando en sus propiedades

    otros tantos tesoros ocultos, sin dueos ni ubicacin conocida.Tambin en 1940, y en 1941, miles de israelitas, antes de ser llevados como deportados,escondieron en sus stanos dePars miles de tesoros, gran parte de los cuales estn intactos e ignorados.Quin querra negar la realidad de esos tesoros de 1940?En 1945, en Alemania y en Italia, se produjo la misma locura de la guerra perdida y la mismareaccin de los ricos o infelices que posean algunos bienes,Y lo que ocurri en la ltima guerra es vlido tambin para 1914 y para todas las guerras quehan surgido en el curso de la historia de la humanidad.Y no hemos evocado los tesoros sumergidos.Esos tesoros de naufragios que cubren literalmente los fondos ocenicos como las seales

    hectomtricas jalonan las rutas terrestres. Una sola estadstica oficial dar una idea de esamultitud sumergida, la del Ministerio de Marina francs, avenida Octave-Grard, en Pars:trescientos cincuenta a quinientos barcos se hunden anualmente en las costas de nuestro pas,trescientos cincuenta a quinientos barcos que llevan la bandera tricolor.Esto es algo inesperado y sorprendente.Y a cada naufragio, o casi a cada uno, corresponde un tesoro, ya se trate de una chalupa o deuna goleta de pescadores de Terranova o Islandia, pues el cofre de a bordo lleva siempre ciertacantidad de dinero contante y sonante.Sin que se necesite citar los pesados galeones espaoles de las flotas del oro y los grandesvapores de las lneas comerciales, la evidente realidad de tesoros innumerables y ocultos, oinaccesibles, queda fcilmente demostrada.

    Cada ao, la prensa habla de un centenar de descubrimientos fortuitos: ya se trata de unobrero de demolicin que al derribar un muro viejo halla un tesoro, ya de un sepulturero quedesentierra jarras y cajas de luises de oro, ya de nios que encuentran un tesoro en algunacasa. ..En la historia de los tesoros, el triunfo ms espectacular y sensacional lo constituye el deWilliam Phips, patrn de todos los buscadores de tesoros.Phips, un americano de Boston, descubri en 1686, en el Banco de Plata, en el mar Caribe, losrestos de un galen que se cree sea Nuestra Seora de la Concepcin; recuper un tesoro de

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    dems, las monedas, que constituan la base de los tesoros, no aparecieron tal vez, encantidad notable, sino muy recientemente, con los hebreos, los griegos y los chinos.

    Segn Andr Fourgeaud, tcnico en la cuestin, la primera moneda conocida, el chategipcio(de tiempos de Ramss II, unos mil trescientos aos antes de Cristo), corresponda a un pesoconvencional de oro, plata o cobre. Esta moneda arbitraria, ideal, nunca fue materialmentecreada.Las primeras monedas circulantes fueron acuadas hacia el siglo VII antes de Cristo; eran dehierro, principalmente, pero quinientos aos antes de Cristo se emple el bronce; en el ao200 la plata, y por fin el oro, pero rarsimamente, bajo Sila, en el 86 antes de Cristo.Entretanto, se haban utilizado las ms diversas materias: cuero, porcelana, tierra cocida,vidrio y aun madera. Entre los primitivos, las monedas fueron, y son casi hasta hoy, msextravagantes, pero no menos lgicas: conchas, finas cortezas, barbas de ballena, dientes detigre, de gato, calabazas de mijo, etc.

    Es interesante notar que en todos los pases del mundo las primeras monedas recurrieronsiempre a la magia. Las de los hebreos llevaban signos religiosos y ocultos; las de los griegos,una lechuza, una tortuga, un pentagrama; las monedas chinas tenan forma de campana y deefigies cubiertas por ideogramas mgicos. Para los primitivos tanto como para los primerospueblos civilizados, las monedas tenan en s un soplo de vida de la persona que las posea. Deaqu, sin duda, la creencia en una defensa oculta que custodiaba los tesoros enterrados, dondeel propietario habra encerrado una parte de su alma y de sus fuerzas vitales.En el Per precolombino, el oro y la plata, abundantes, no figuraban al parecer en lasmonedas, que eran hechas de granos de rara materia, aislados o reunidos en collares, y deconchas con virtudes mgicas.En cambio, los toltecas y los aztecas empleaban las monedas de oro.

    Los tesoros estn tratados ampliamente en literatura, por primera vez al parecer, en losdocumentos encontrados hacia Quoumran, cerca del mar Muerto.En el esto de 1947, un pastor beduino de la tribu de los taamiras, descubri en una caverna dePalestina unos extraos objetos, algunas jarras y paquetes groseramente envueltos. El jeque aquien cont su hallazgo deshizo las telas impregnadas de betn y de cera y se encontr cononce rollos de cuero llenos de inscripciones.Los monjes del convento ortodoxo de San Marcos compraron cinco rollos, los mejorconservados, en 20 libras esterlinas. Los seis restantes fueron adquiridos por el Museo deAntigedades Judas adjunto a la Universidad hebraica de Jerusaln.El profesor Sukenik, arquelogo de esa Universidad, comienza a descifrar los rollos y obtiene laautorizacin para copiar los documentos comprados por los monjes.

    Pronto se expande la noticia por el mundo entero, interesado por el descubrimiento: losdocumentos hallados en el desierto de Judea son manuscritos hebraicos que datanprobablemente de la poca macabea, o sea, unos dos siglos antes de nuestra era. El texto estredactado en caracteres arcaicos del tipo de Lakich.El beduino que hizo el descubrimiento desapareci, pero se encontr la caverna a 12kilmetros al sur de Jeric, en la pared rocosa que domina el litoral del mar Muerto, a 2kilmetros al oeste de la ribera y en la regin de Quumran.

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    Se encontraron nuevos rollos; pero ya no se venden a 20 libras; se les estima en variosmillones de dlares.

    Con estupor, los traductores encuentran en esos manuscritos indicaciones concernientes aunos sesenta escondrijos en que estaran enterrados fabulosos tesoros. Se cree que la gruta deQuoumran fue el escondrijo en que los monjes de un convento esenio, tal vez durante el sitiode Jerusaln por Tito, pusieron en lugar seguro su biblioteca y sus tesoros religiosos, siendoestos ltimos robados, sin duda, en el curso de los siglos.Los sesenta escondrijos encerraran hasta unas 200 toneladas de oro y plata (20.000.000 dedlares), metidas en cofres y enterradas a menos de 18 metros de profundidad. Todo esto esconsiderablemente exagerado.Los puntos de tales escondrijos se hallan entre Naplusa (antigua Siquem), El-Khalil (antiguaHebrn) y el monte Gerzim.Varios gobiernos y colegios religiosos reivindican los tesoros en perspectiva: judos, rabes,

    ortodoxos, catlicos, norteamericanos, israelitas. .. e Inglaterra, que cuando el descubrimientoejerca an su mandato en Palestina.La legislacin de los tesoros fue tratada hace veintitrs siglos por Platn en su dilogo LasLeyes. Aristteles, en su Tratado de Poltica, escribi que un tesoro debe pertenecer a sudescubridor, y cuenta la historia de dos hermanos griegos que encontraron un cofrecilloenterrado ante el temor de una invasin de los persas. Para Aristteles, cuya lgica y sabiduranos parecen admirables, un tesoro es un don de la fortuna, una gracia, un regalo de Dios, y,en consecuencia, le corresponde por entero al que lo descubre.Los tesoros escondidos que existen por centenares, de miles en el globo tienen muy diversosorgenes. A menudo, son antiguos botines de piratas, de filibusteros, de bandidos, de maneraque ms all de los siglos puede establecerse una especie de complicidad involuntaria entre

    los ladrones y los descubridores, beneficindose stos, de manera legal, con los despojosrealizados en tiempos pretritos.Pero el tiempo es buen apstol y sabe enmendar las faltas con suprema desenvoltura.Despus de diez aos, un asesino ya no es un asesino! (Plazo que establece la legislacinfrancesa. (N, del T.))El robo tiene su prescripcin legal tras algunos aos y no ofrece ya peligro alguno.Podra hablarse largamente sobre esta curiosa legislacin y sobre la elasticidad del conceptohumano del escrpulo.Basndonos en la nomenclatura de los seiscientos ms grandes tesoros conocidos, hemoshecho el balance de acuerdo con sus orgenes:Tesoros artsticos 1

    Tesoros de originales 1Tesoros de tumbas 3Tesoros no identificados en ruinas 5Tesoros religiosos 10Tesoros de prncipes 13Tesoros de buscadores de oro 14Tesoros de guerra 20Tesoros templarios 25

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    Tesoros de xodo, de revolucin, de exilados 26Tesoros legados pero no heredados 26

    Tesoros de leyenda pura 31Tesoros robados (piratas y ladrones) 45Tesoros de tradiciones no controlables 135Tesoros sumergidos en los mares 250Total: 600Los ms antiguos buscadores de tesoros que entran en la historia son, ciertamente, losladrones de tumbas.En otros tiempos, un prncipe o un faran, para dejar este mundo con dignidad y llevar en elms all una segunda vida digna de su rango, deba ser enterrado con sus trajes de gala, susarmas, sus alhajas familiares y parte de sus riquezas. La tumba se converta entonces en unaverdadera cmara de tesoros en que abundaban los objetos preciosos; de ah el hecho de

    hacerla inaccesible a los ladrones.As nacieron y por otras razones menos exotricas las pirmides de Egipto, los tmulos deOccidente, los hipogeos y los diversos monumentos funerarios del mundo antiguo.Ms modestamente, los mortales de calidad inferior tuvieron derecho a criptas, o,simplemente, a sarcfagos que no dejaban de encerrar verdaderos tesoros dispuestos junto alos despojos de los difuntos. Lo suficiente para tentar durante siglos a hordas de ladrones, ydespus sacrilegio cometido en menos de un milenio a un ejrcito an ms denso dearquelogos e historiadores.Sabido es que los ladrones de tumbas arruinaron ms los monumentos antiguos que miles deaos de erosin natural y de guerras.La mayora de los hipogeos de Egipto, de Grecia y de Italia, los de los etruscos, y las criptas de

    los romanos fueron violados durante los siglos.Lo mismo ocurri en frica del Norte, y, por ejemplo, la clebre Tumba de la Cristiana, cerca deArgel, recibi numerosas visitas, muy dainas evidentemente.Los sacrilegios ms lamentables se cometieron en las Indias Occidentales durante la conquistaespaola.En el Per, todas las tumbas de los altos dignatarios incas pagaron su tributo de oro, que fueimportante, si nos atenemos a las crnicas.Por su parte, los arquelogos, es verdad que en nombre de la ciencia, continuaron la obra delos ladrones.Se recuerda acaso los descubrimientos efectuados en 1873 por Heinrich Schliemann en el lugarde Troya, en la tumba de un soberano no identificado, y en 1876, en la tumba presunta de

    Agamenn en Micenas. El descubrimiento del tesoro y de las cuarenta tumbas de la necrpolisde Deir el Bahari, en Egipto, tuvo resonancia mundial.El egiptlogo Mariette descubri numerosos tesoros de sepulturas y en 1922 elnorteamericano Howart Crter encontr las riquezas inmensas y la momia del faranTutankamn.No seamos injustos con los arquelogos: si fueron descubridores de tesoros y profanadores detumbas, lo fueron por curiosidad cientfica y sin afn mercantil. En realidad, salvaron,particularmente en Egipto, tesoros artsticos y arqueolgicos que enriquecieron los museos en

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    vez de caer en manos de ladrones que muy a menudo fundan sus hallazgos para asegurar sucirculacin. Porque en todo tiempo, en tierra rabe, los buscadores de tesoros y los ladrones

    de tumbas formaron legiones. De tal manera que hacia 1090 antes de Jesucristo, o sea, bajo laXX dinasta, los egipcios debieron establecer puestos de guardia en torno a las necrpolisreales.Otros buscadores, los buzos, se especializaron desde la ms alta antigedad en la recuperacinde tesoros hundidos en el mediterrneo.Scyllis de Scion y su hija, la hermosa Cyana, eran clebres en tiempos de Herodoto, quecuanta que padre e hija salvaron grandes riquezas sumergidas en los barcos persas cerca delmonte Pelin.A partir del siglo XV, los buzos espaoles fueron especialmente entrenados para recuperar loslingotes de oro y plata, las piastras y los doblones sepultados en los galeones hundidos aescasa profundidad.

    Por lo dems, los capitanes de barcos transportadores de oro tenan orden de barrenarse enfondos de 10 a 20 metros, cuando era posible, antes que caer en manos del enemigo. Estaconsigna fue a menudo respetada, particularmente por el general dEygues y Beaumont, enSanta Cruz de Tenerife, en 1567.El almirante ingls Blake y su escuadra, muy superior en nmero, iba a aduearse de la PlataFlota cuando el general espaol dio orden de incendiar siete galeones que se hundieron a unos15 metros de profundidad.Blake, que posea un equipo de buzos especializados, no os sin embargo arriesgarse arecuperar el oro de los restos, hallndose prximo al puerto y bajo el fuego de las bateras decosta.Al ao siguiente, los espaoles pudieron retirar tranquilamente 7.500.000 piastras de oro, de

    los 10.000.000 de que constaba el cargamento.En su Tratado de Arquitectura Militar del Siglo XVI, el capitn Francesco de Marchi, deBolonia, cuenta la tentativa del maestro Gulielmo que busc el tesoro del lago Nami con unaescafandra. Gulielmo no extrajo sino escasos objetos de valor.En 1640, Jean Barri, llamado Pradine, obtuvo del rey de Francia el privilegio, durante doceaos, de retirar y pescar en el fondo de los mares, con su nave o patache que surque el agua,todas y cada una de las mercaderas y otras cosas que all se hallen.Pradine no se enriqueci considerablemente, pero pudo, sin embargo, encontrar algunostesoros.El mdico lions Panthot, en el siglo XVII, vio funcionar con xito una campana submarina en elpuerto de Capdaques, en Catalua.

    Viescribe sacar en el puerto de Capdaques, en 1694, dos buques cargados de piastras quezozobraran cerca de un escollo, en un lugar de difcil acceso. Los espaoles, que eran amos deCapdaques, comenzaron aos antes la pesca de las piastras con la campana; y siendoCapdaques tomada por los franceses, continuamos muy agradable y muy tilmente el empleode esa mquina con la que se sacaron muchos millones de monedas, que se haban tornadonegras como hierro...Esta campana de buzo era de madera circuida de hierro y lastrada por gruesas balas.

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    Un da, su padre salv la vida de un jeque de la extraa secta de los ansarieh, quien enrecompensa le condujo al flanco de los montes al oeste del Orontes, nico lugar del mundo en

    que brota la baahra.Kettaneh encontr a ras de suelo una pequea flor que, bajo la luz lunar, despeda brillosdorados.Es tuya le dijo el jeque; pero hay que desenterrarla en seguida, pues con la llegada delda desaparece. Gurdala con cuidado, que puede hacer de ti el hombre ms rico del mundo.El mulatero olvid la aventura y leg la baahra a sus hijos, sin probar su poder.Su hijo mayor, Charles, tuvo la curiosidad por si acaso, dijo, de intentar el comercio del oro, yen seguida una suerte insolente, inaudita, hizo de l uno de los magnates del globo.Y el talismn se mostr igualmente favorecedor con sus dos hermanos.La oficina de Charles, en Beirut el hecho es conocidsimo est por entero tapizada enmonedas de oro, desde el piso hasta el techo. El menor rayo de sol provoca un estallido de

    resplandores.El 21 de julio de 1962, la seora Kettaneh, una de las ms hermosas mujeres de Occidente,recibi como mecenas suntuosa a la Comedia Francesa en el Festival de Baalbek.La flor del oro (y no es por azar) resucit las antiguas festividades en el Templo de Baal, el diosdel oro.Pero la baahra no es el nico talismn que lleva hacia el precioso metal y los tesorosescondidos, apartando la mala suerte. Ningn radiestesista se sentira seguro si no llevara,pendientes de la cadena de su reloj o metidos en su cartera, ciertos antisortilegios que vandesde el diente de tigre hasta falsos trozos de la Verdadera Cruz, pasando por la mano deFtima, la oracin escrita, el grano de trigo de Osiris o la medalla consagrada.Pero esta precaucin no concierne sino a la proteccin de lo emprico. Para forzar la victoria,

    para encontrar un tesoro, nada vale lo que la posesin de un pedacito de mandragora, o lamandragora entera. Con semejante talismn, aseguran las ciencias ocultas que descubrir unacaja de alhajas o un cofre repleto de ducados es un juego de nios.Pero las mandragoras son raras. En Francia, slo la poseen, por lo que sabemos, Mme Puaux-Bruneau, la familia de Pierre Louys, el laboratorio de botnica de la Facultad de Farmacia dePars... y yo.Hablamos, naturalmente, de mandrgoras mgicas. Cierto es que se conocen las mandrgorasmedicinales, cuyas propiedades teraputicas estn claramente establecidas; pero esta humildesolancea nunca, que se sepa, ha engendrado milagros, ni jams ha tomado figura humana.Porque la mandrgora mgica tiene figura humana. Y no slo la figura, as como as, sino elcuerpo, las piernas, los brazos y tambin el sexo. Estas mandrgoras antropomorfas brotan en

    frica del Norte, en Sicilia, en Cerdea; pero el iniciado no puede cogerlas sino bajo lospatbulos, engendradas por la sangre de los ajusticiados, o por el esperma originado en sultimo estremecimiento.Ms tarde, el alma del muerto podr, en esos siniestros lugares, pasar al cuerpo, de la raz yanimarla con verdadera vida. Es entonces cuando se puede proceder a la cosecha de lamandrgora, segn un determinado rito.Primero, hay que soltar la raz al mximo sin tocarla ni rozarla (bajo pena de muerte), de modoque con el menor esfuerzo se la pueda arrancar.

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    3. Los tesoros de los templarios

    El Per tiene fabulosos escondrijos en que duermen las riquezas incas; el ocano tiene susgaleones hundidos; Francia, por su parte, guarda en las ruinas de sus antiguos castillos losprodigiosos tesoros de los templarios.Esos tesoros poseen el temible privilegio de pertenecer a la vez al patrimonio histrico, a laleyenda y al ocultismo.Corresponde, al hablar de ellos, tomar aire misterioso y pronunciar las palabras cabalsticas:Bafomet. . . Cruz de las ocho Beatitudes. .. Defensas ocultas. ..Estn grabados de jeroglficos, calcinados por el fuego satnico y empapados en la sangre delos valientes.Cuando un emprico habla de los tesoros de los templarios, nunca deja de exclamar: Tesorosmalditos. . .tesoros protegidos por fuerzas ocultas! Es imposible apropirselos, salvo que elbuscador sea un iniciado o, por lo menos, un heredero espiritual de las doctrinas esotricas delTemple.Esta parla grandilocuente est, por cierto, hueca de sentido; pero, sin embargo, esos tesoros,si tienen defensas ocultas slo para los simples, poseen un misterio, un secreto y un ocultismoa base de ritos y de smbolos.S, eso debe de ser cierto.Porque los templarios, admirables combatientes, gustaban de bromear con el ms all y jugarcon la cuadratura del crculo, los signos, los smbolos y los jeroglficos. .Les gustaba el misterio, en una palabra, y por eso, en vez de enterrar tranquilamente sustesoros en un hoyo de algn stano, o en el slido espesor de una muralla, emplea Dan tretasmaquiavlicas en cuanto a la ubicacin del escondrijo, su preservacin y los medios deencontrarlo.Por cierto que aqu no se trata sino de un punto de vista personal, y en manera alguna deinfluir en los que, con razn o sin ella, creen en lo maravilloso, en lo sobrenatural, en l msall, en los fantasmas y en los dragones lanzallamas, guardianes del escondite de losprodigiosos tesoros.No. Esa no es nuestra intencin, ni mucho menos.Al contrario, nos parece insensato que se pueda vivir sin creer en lo maravilloso, en losobrenatural, en todas esas flores milagrosas de la vida, tan necesarias al alma como el

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    racionalismo a la inteligencia, el sueo al durmiente, las rosas trepadoras y las hiedras a losmuros de las casas viejas.

    Esas casas viejas en que es dulce vivir y cuyos muros ventrudos saben guardar tesoros.As, pues, la proteccin oculta de los tesoros existe en el plano afectivo. Es tan hermoso!Pero si algn da usted desentierra algn antiqusimo tesoro templario fuertemente protegido,no deje de espantar al fantasma con un amistoso papirote, dicindole, como el soador aldragn volador que le importuna: Si sigues as, voy a despertar y dejars de existir.Por lo dems, los fantasmas de los caballeros de la Cruz han muerto hace mucho tiempo,porque la verdad es que un fantasma muere de vejez.Efectivamente, los fantasmas anteriores a los primeros siglos de nuestra era han dejado demolestar a los vivos.Pero, hablando en serio, los tesoros de los templarios existen y nada se opone a sudescubrimiento.

    Nada, salvo, claro est, los obstculos materiales.Nos ha parecido interesante tratar la cuestin con el mtodo de una eminente especialista,Mme de Graza, arqueloga y criptgrafa, apasionada por el estudio del simbolismo templario.Sus bsquedas la condujeron a una antigua jefatura del Gran Priorato de Francia,milagrosamente intacta, aunque convertida en granja, donde encontr signos claves y el doblesecreto de la arquitectura y de los escondrijos de la Orden.A quienes atrae el misterio, se les dice que mediten las siguientes lneas, escritas en bajo latnen el frontispicio templario, y que Mme de Grazia ha traducido:Hars esta mansin misteriosa le dars tres cntuplos de medida-madre, largo-longitud.Cinco dcuplos latitud-ancho tres en solidez-espesor.Y segn la misma medida hars la extensin Orbicular accesible en su parte superior a la Luz.

    Su dilatacin en la parte opuesta hars en sus partes bajas, dobles y triples.Segn Mme de Grazia, hay que traducir ese lenguaje sibilino para poder interpretar los signosclaves, grabados en los muros de los establecimientos en que los templarios ocultaron sustesoros.Los tesoros templarios nacieron el 5 de octubre de 1307, cuando el rey Felipe el Hermoso, enuna persecucin monstruosa, hizo apresar a todos los caballeros del Temple residentes enFrancia.El rey, arruinado, tena numerosas razones para querer abatir su podero: se haca amenazadorpara el poder real, su misterio y su ocultismo extremadamente secreto espantaban a loscatlicos y, por fin, los tesoros de los templarios eran un cebo invencible.Posean ms de nueve mil castillos en la cristiandad, y su tesoro personal desbordaba gracias a

    numerosos privilegios, donaciones incesantes y un botn amasado en el curso de los siglos, acosta de los musulmanes. . . y, como se deca, tambin de los cristianos.Pues hay que admitir qu la Orden, en el siglo XIV, haba perdido su fe de antao, zozobrabaen el materialismo, la corrupcin y acaso en el sacrilegio.Adems, pareca preparar el advenimiento de una vasta operacin poltica, y es posible que elarresto de los templarios haya sido determinante para el futuro del mundo.Sea como fuere, lo cierto es que Felipe el Hermoso supo aumentar sus bienes con el despojode sus vctimas; pero considerables riquezas fueron escondidas y libradas de su avidez.

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    Se ha dicho que el Papa Clemente V inform clandestinamente a los jefes de la Orden, variosdas antes, de la maquinacin del rey de Francia.

    El tesoro del Temple pudo, pues, ser puesto en lugar seguro, y de todos modos pareceprobable que estuviera ya metido en escondrijos inaccesibles a los no iniciados.Grandes aficionados a la arquitectura, la criptografa, los smbolos y los signos secretos, lostemplarios utilizaron un rito y signos claves para el ocultamiento y el eventual descubrimientode sus tesoros. Al menos, as puede suponerse; pero, ay!, para nuestro conocimiento nadatiene valor de certidumbre en la designacin de esos ritos y signos grabados.Cuando Jacques de Molay comprendi que el rey quera el aniquilamiento total de la Orden,tom sus precauciones para que fuesen conservadas las tradiciones y sublimes conocimientosfundamentales.Hizo llamar a la prisin a su sobrino, el joven conde Guichard de Beaujeu, que se senta atradoa la Orden y al que hizo pasar por la iniciacin.

    Guichard fue al Temple a buscar bajo una de las tumbas de la cripta de los Grandes Maestresun cofre de cristal de forma triangular, con montadura de plata, lo que constitua una prueba.Luego jur hacer sobrevivir la Orden y fue iniciado en su conocimiento.Molay le confi que el tringulo de cristal contena una reliquia venerada: el ndice de la manoderecha de San Juan Bautista, y le revel tambin un secreto ms extraordinario an.La tumba de mi antecesor, el Gran Maestre de Beaujeu, est vaca y contiene los archivosdel Temple.Con esos archivos se hallan muchas reliquias y tesoros que pude librar de los infieles y traerde Tierra Santa: la corona de los reyes de Jerusaln, el candelabro de siete brazos de Salomn,y los cuatro evangelistas de oro que adornaban el Santo Sepulcro.Tero el tesoro material de los templarios est en otra parte: en las dos columnas que adornan

    el coro del Temple, a la entrada de la tumba de los Grandes Maestres.Los capiteles que adornan esas columnas giran sobre s mismos y en el interior del fuste que es hueco estn encerrados los grandes tesoros acumulados de los ahorros de laOrden.Dicho esto, Molay hizo jurar a Beaujeau que todo eso lo salvara, y lo conservara hasta el findel mundo; luego le bes por ltima vez y se prepar a morir.El nuevo Gran Maestre, cuando Molay fue quemado vivo, recre una sociedad de perfectosarquitectosy transport a lugar seguro el tesoro del Temple.Le pidi a Felipe el Hermoso autorizacin para enterrar en otro lugar el cuerpo de su toGuillaume, lo cual le fue concedido.Ayudado por los hermanos de la Orden, vaci las columnas del Temple de su contenido de oro,

    plata y piedras preciosas, rellen el sarcfago, sin duda tambin algunos cofres, y todo lotransport a un sitio slo conocido por los grandes dignatarios.Esto es lo que dicen las tradiciones y algunos historiadores, entre ellos John Charpentier. Unhecho queda en claro: el tesoro fue sacado del Temple y llevado a lugar desconocido. Dnde?Es gran secreto. Se ha hablado de Chipre, donde oficiaba el archimandrita o patriarca con elgran captulo de la Orden. En tal caso, el tesoro estara en Limassol.Pero otra hiptesis, ms verosmil, sita el tesoro en Francia, y muy exactamente en eldominio de Beaujeu (Rdano).

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    Ningn sitio, en efecto, ms propicio y deseable. De todas maneras, ha sido necesario, por lasapariencias, que el atad de Guillaume de Beaujeu haya ido a parar a la cripta familiar.

    Actualmente, basndose en crnicas secretas no comunicables, y en tradiciones, se cree que eltesoro de los templarios, encerrado en l sarcfago, o mejor, en varios cofres, est todava enel departamento del Rdano.No en Beaujeu, que fue asolado por los revolucionarios, sino en una dependencia del castillo:Arginy.Imaginen una mansin de la Edad Media, con su castillo, sus torres, su casa, su baluarte, susdependencias, su granja y el prtico que da a fosos profundos: es Arginy, en el Rdano.El lugar exhala una atmsfera pesada de misterio y ocultismo. .de tesoros, s, de tesoros!El propietario est orgulloso de su castillo, lo que es muy comprensible, pues la leyendaaureola ese sombro conjunto de piedras y ladrillos gastados, ocres, rojos, grises, verdosos.La torre de homenaje, construida con ladrillos de la regin, tiene en lo alto ocho aberturas que

    originan su nombre: la torre de las ocho Beatitudes (o torre de la Alquimia).En la etimologa de Arginy, algunos ven Argine, anagrama de Regina la dama de Trbol y reinade los tesoros; otros se refieren a Arguros: plata.Es en Arginy donde la tradicin sita el escondrijo principal, es decir, el inestimable tesoro delos templarios; tesoro en oro, plata, piedras preciosas y, ms an, en riquezas ocultas, archivosy documentos rarsimos.

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    El castillo, construido en el territorio de la comuna de Charentay, pertenece a un gentilhombreculto y posiblemente iniciado en una gran orden de caballera: el conde Jacques de Rosemont,

    cuyo padre ya se interesaba en el presunto depsito.En 1950, el conde recibi la visita de un misterioso coronel ingls, delegado, segn se cree, deuna sociedad secreta de ultra-Mancha, que propuso comprar el castillo al enorme precio decien millones de francos.No! dijo el seor de Rosemont.En 1952, Mme de Grazia, tras haber estudiado en el lugar el misterio del castillo, declar:Estoy persuadida de que el tesoro de los templarios est en Arginy, donde he encontrado lossignos claves de un escondrijo mayor. Esos signos figuran, desde luego, en el escudo de lapuerta de entrada y continan hasta la torre de la Alquimia, donde estn las ltimasindicaciones. He identificado un signo egipcio que prueba la existencia de un tesoro temporaladems de un tesoro espiritual.

    Un industrial parisiense, el seor Champion, se interes por su bsqueda y emprendi lasexcavaciones bajo las rdenes del mago Armand Barbault, maestro en ciencias ocultas, y deJacques Breyer, escritor particularmente iniciado en el ocultismo templario, que tiene lacuriosa costumbre de escribir Arginycon el signo del dlar: $.Ese signo $, muy antiguo, parece tener una alta significacin en el simbolismo y tal vez en lacriptografa templara.Es evidentemente extrao relacionar ese signo del castillo con las palabras Arginy, Argine, deltesoro y de los caballeros del Temple.Coincidencia o razn secreta deseada por los Grandes Maestres que precedieron a Jacques deMolay?En todo caso, y no ser por esto slo, Arginy parece designado a un papel tesorero eminente

    en el drama de los templarios.El misterio de Arginy fue desde luego atacado en 1952 por los tcnicos del ocultismo.Los miembros del Club Internacional de Buscadores de Tesoros se renen todos los meses enun stano, donde se discuten las expediciones, en el curso de una comida alumbrados convelas.De izquierda a derecha: Robert Charroux, Mme de Grazia (criptgrafa) y el capitn TonyMangel. (Arch. CBT.)Un testigo ha hecho este extraordinario relato de las experiencias:Para empezar, Armand Barbault colabor con Jacques Breyer, que entonces estaba persuadidode que el tesoro de Arginy era la piedra filosofal.Luego se pas a las invocaciones nocturnas, en la torre de las ocho Beatitudes, habindose

    preparado un cdigo a base de golpes para los once templarios que en una sesin anteriorhaban manifestado que eran los guardianes del tesoro. El director de este acto, JacquesBreyer, haba colocado una paloma en una jaula; el pjaro deba agitar las alas cuando el msall estuviera escuchando.Once golpes fueron percibidos por todos los testigos; golpes dados de manera muy audible,como si alguien, colocado tras el muro de la torre, golpeara con un mazo. Evidentemente, todasuperchera era imposible, ninguna escala era lo bastante larga para alcanzar el piso en quenos encontrbamos sin despertar la atencin, por otra parte, de los granjeros vecinos.

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    porfiados; por otra parte, hay convergencias raras hacia ese misterioso Arginy que aparece,an a la luz real, como el receptculo ideal de las riquezas del Temple.

    Queda por descubrir el enigma de los signos claves visibles y del mensaje escondido. El seorde Rosemont expresa as su punto de vista:Arginy perteneca a Guillaume de Beaujeu en el circuito esotrico templario. El castilloquedaba, pues, fuera del alcance de Felipe el Hermoso y es posible que el tesoro del Templeest all. Pero no se puede, sin mtodo ni razones vlidas, atentar contra los venerables murosde mi propiedad. Los empricos no hicieron ms que demoler sin encontrar nada. Slo medioscientficos de deteccin podran dar indicaciones precisas. Se ha hablado recientemente dedeteccin con los gravitones...Los gravitones no son todava sino entidades matemticas; son, en principio, las partculaspesantes que acompaan las ondas de atraccin y de repulsin en el sistema de la gravitacinuniversal; nada autoriza creer, ay, que puedan integrarse en un procedimiento de deteccin.

    Mme. de Grazia es ms optimista, al decir:De las ocho pequeas ventanas trilobuladas de la torre de la Alquimia, una sola estobstruida por piedras firmes. Habra que abrirla y observar la direccin o la marcha de loshaces luminosos que por all penetran el 24 de junio. El sol del solsticio debe desempear unpapel eminente, llegar tal vez a una piedra que debe dar una indicacin decisiva. Pero creo queslo un hombre y un hombre iniciado puede pretender encontrar la clave del misterio.Es la opinin de Jacques Breyer, que tras una semirreclusin de varios aos en la torre de laAlquimia, habra entregado el secreto de Arginy en un libro titulado Arcanos Solares. He aqulas lneas en que, aparentemente, hara la divulgacin:La mina de las Joyas est bien custodiada. Cada puerta est defendida por un dragn.Para el hallazgo se necesitan Humildad, Desinters, Pureza.

    He ah las tres llaves infalibles CUANDO LAS ENTIENDES BIEN.El F. F. (el rey) que ha de captar el artista est, pues: En el Aire; la verdadera mina estarriba.Pobre esforzado! Por qu te extravas?... Vamos!. . reflexiona mejor, el arte grande es luz.De donde se puede deducir en lenguaje claro: El tesoro de los templarios est en Arginy. Sloun templario podr encontrarlo. El secreto del tesoro F. F. (del rey o de la reina Argine, reinade los tesoros) est en la torre de las ocho Beatitudes, a la altura de las ventanas y no en otraparte. El sol, al penetrar por una abertura, da la llave postrera (o bien el tesoro verdadero esDios)Otros tesoros de los templarios se suponen en, otros lugares: en Bazas; en Agen, en la casa delsenescal; en el dominio San Martn de Vence, que frecuenta un autntico buscador de tesoros,

    el canciller Adenauer.Segn el historiador Jean Marcellot, escondrijos templarios podran encontrarse en el villorriode Racault, en Indreet-Loire; en las Gradas de Turena, donde antes se situaban los stanos deVasos de oro y los stanos de Vasos de plata.En cada una de esas cavernas, en que se refugian ahora zorros y tejones, se hallabanescondidos un vaso redondo repleto de monedas de oro y un vaso trapecial lleno de monedasde plata. Los templarios saban ir en su busca, en caso de necesidad; tomaban estrictamente lasuma necesaria y ocultaban luego los vasos segn las rdenes recibidas.

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    Otro castillo, el de Valcroz, por Trigance, en el Var, tiene tanto como Arginy ttulos ocultos ypintorescos para ser receptculo del tesoro del Temple. Si Arginy posee el marco y la

    arquitectura mgicos, los signos misteriosos grabados en los muros y que hacen pensar en untesoro oculto de la Orden, Valcroz tiene por su parte la tradicin histrica, transmitida por vastortuosas y en el lenguaje sibilino tan caro a los caballeros.Tradicin llegada, por lo dems, como por milagro, a travs de los siglos y el espacio, resurgidade un libro inencontrable donde debi dormir para siempre, y precisamente destinada a unhombre que, expatrindose a miles de kilmetros, cae de sbito en un lugar predestinado,atrado, guiado en su emigracin por una llamada oscura, pero incontestablemente voluntaria.Deseada por quin? La historia autntica, que contaremos respetando el anonimato de lospersonajes, si plantea turbadores problemas, no los resuelve, sin embargo.Expulsado de Polonia por los acontecimientos polticos de 1939, M. M. estaba en 1947 en uncampo militar ingls, donde encontr a un compatriota a punto de partir a la Argentina. Su

    camarada de campo le prest un libro bastante antiguo, del escritor polaco A. J. Jurkowski,titulado Historya Zakonu Rycerskiego Templaryuszow(1845, Vilno, Blumowitz).Ese libro nos dice M. M. me interes prodigiosamente; pero, ay!, no pude ms quehojearlo, pues su propietario parti sbitamente y se neg a vendrmelo.Esta historia de la Orden del Temple trajo a la memoria de M. M. un incidente de juventudque, precisamente, se halla en el origen del tesoro de Valcroz.Como M. M. se expresa en francs con cierta dificultad, fue su esposa la que nos escribiponindonos al tanto de la increble sucesin de acontecimientos que se realizaron.Mi marido naci en Siberia, descendiente de un militar de Napolen, que qued herido enPolonia, donde se casaba [respetamos la redaccin del documento].Su hijo, que particip en una revuelta contra el zar, fue deportado a Siberia, donde a su vez

    cre una familia y una situacin prspera.Mi marido, nieto de ese deportado, recuerda que nio de alrededor de catorce aos, al removerla biblioteca de su abuelo, encontr un viejo libro de oraciones en lengua francesa.Dentro, una hoja con el texto siguiente (que traduzco del polaco):BAJO EL ANTIGUO CASTILLO VAL-DE-CROIX SE ENCUENTRA EL TESORO DE LA ORDEN DE LOSTEMPLARIOS. ANDA Y BUSCA. EL SANTO Y LA VERDAD TE MOSTRARN EL CAMINO.La memoria de mi marido ha conservado fielmente estas palabras, pero ni el libro de oracionesni la hoja se conservaron en los aos de trastornos que se siguieron: el retorno de la familia aPolonia durante la revolucin rusa, y en 1939 la salida clandestina de mi marido para continuarla lucha en las filas del ejrcito francs.

    Al ser desmovilizado en 1948, no tuvo sino un deseo: encontrar, en un rincn tranquilo de

    Francia, una granja abandonada para volver a dejarla habitable y no moverse de all el resto dela vida.El azar le condujo a Valcroz, dominio abandonado desde muchsimo tiempo en las montaascasi despobladas del Alto Var, con un viejo castillo y no pocas ruinas.

    Atrados por el ambiente, nos convertimos en propietarios y nos pusimos a la obraterriblemente dura de hacer aquello habitable.

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    Poco a poco, ciertas curiosas coincidencias hicieron que mi marido recordara las palabras de lahoja leda en Siberia y comenzamos a sospechar que en nuestro Valcroz nos encontrbamos en

    el lugar exacto: castillo Val-de-Croix, de que hablaba el texto.1. Valcroz es, en efecto, un antiguo castillo de los templarios, con las ruinas de una fortalezadestruida por las tropas de Felipe el Hermoso.2. En la capillita del castillo se halla un cuadro fechado en 1715, que representa a San Celestinoen adoracin ante una aparicin de luz, al centro de la cual est escrita la palabra VERITAS.Reunidos, pues, el Santo y la Verdad en el antiguo castillo de los templarios, Val-de-Croix.Una vez advertido esto, mi marido ha querido saber ms y ha mostrado los planos de la

    propiedad a radiestesistas. (Fin de la carta de la seora de M.)Se hicieron excavaciones hasta ocho metros de profundidad y, por cierto, nada se encontr.A nuestro parecer, la bsqueda del tesoro templario de Valcroz si existe debe inclinarsems a la especulacin intelectual que a la deteccin mecnica.

    Admitiendo que el tesoro no sea un mito, y est escondido en Valcroz, puede pensarse que lostemplarios quisieron legar el secreto, y el camino que deba emprenderse, a la pginaencontrada en la Biblia.Pero es autntico ese mensaje, es decir, viene de algn caballero que tras haber sidoapresado y conducido a los tribunales de Felipe el Hermoso ha querido asegurar eldescubrimiento de los tesoros ocultos?Si no se acepta la autenticidad del mensaje, no hay problema, y esa perspectiva negativa y sinrasgo pintoresco alguno nos mueve a sentimiento contrario.En tal caso, el manuscrito es categrico y designa el lugar: castillo de Val-de-Croix.Pero no hay castillo ni lugar llamado Val-de-Croix en Francia. Entonces? No hay ms queatenerse a Valcroz, como nico lugar posible de identificacin.

    Por qu no? Localidad alguna, como Valcroz, puede postular a la semejanza, y, adems,Valcroz tiene el privilegio de esa inverosmil y mgica reunin de coincidencias.Una indicacin complementaria abre la va: ANDA Y BUSCA. El SANTO Y LA VERDAD TEMOSTEARN EL CAMINO.M. M. fue a Valcroz sin idea preconcebida y parece que el destino haya querido guiarle yatribuirle una misin.M. M. no busc, pero encontr el Santo y la Verdad que muestran el camino. No es unasegunda seal del destino el cuadro con figura parlante?Ya que estamos en plena atmsfera oculta, por qu resistirnos a la llamada de las sombras?M. M. parece predestinado a encontrar el tesoro, y hasta el ndice desconcertante de una telafechada en 1715 debera, en este juego cuyas reglas aceptamos, conducirle infaltablemente

    hacia el camino de la verdad, aunque sea por el sendero de los laberintos.Por lo dems, el castillo de Valcroz debe esconder signos claves que hay que saber encontrar ytambin traducir.El escondrijo est verosmilmente al oriente del Santo enLA MANSIN MISTERIOSA DE LOS TRES CNTUPLOS DE MEDIDAMADRE, LARGO-LONGITUD, DELOS CINCO DCUPLOS LATITUD-ANCHO. .all donde LA EXTENSIN ORBICULAR ES ACCESIBLEEN SU PARTE SUPERIOR A LA LUZ.

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    Autntico o no, el tesoro de Valcroz, aunque nunca sea descubierto, es apasionante por sumisterio y plantea un enigma tal como el concebido en otros tiempos por esos magistrales

    criptgrafos que fueron los templarios.El castillo de Valcroz, vieja construccin de mala piedra, y arruinada en ms de sus tres cuartaspartes, est perdido en medio de bosques a que no lleva ningn camino transitable envehculo.El seor y la seora M. M. viven ah muy miserablemente, aferrados a una esperanza que nopuede tenerse por razonable; pero, como un hechizo, las coincidencias y la magia de laaventura les dominan.Un tesoro est entre las ruinas que se desmoronan; lo creen, estn seguros, y morirn con susueo de alhajas, de cofres de oro y pedreras que maana, sin duda, ineluctablemente,recompensar su larga espera, su lenta agona.S, en ese sentido, un extrao sortilegio, una terrible maldicin permanece sobre el tesoro de

    los templarios

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    4. El oro del Nuevo Mundo y los galeones

    Antes del descubrimiento del Nuevo Mundo, el oro era extremadamente raro en Europa, enAsia y en frica.Sin embargo, el profeta Zacaras pretende (segn la Biblia) que en Tiro (Fenicia) la plata seamontona como el polvo, y el oro como el barro de las calles.Aserto en seguida desmentido por los hechos y otros relatos, pues para construir el templo deJerusaln el rey Salomn hubo de trocar veinticinco ciudades por dos mil kilos de oro a Hiram,rey de Tiro.Las finanzas fenicias no salieron indemnes, sin duda, del trueque, ya que Hiram no dejar en lovenidero de enviar, asociado con Salomn, varias expediciones a las minas de Ofir, pararenovar sus tesoros.Esas expediciones partan del golfo de Akaba, en el mar Rojo; pero slo hay conjeturas acercade su misterioso destino.Segn algunos historiadores, la fabulosa Ofir se situaba en las Indias o en Malaca; segn otros,en Africa del Sur; y algunos se atreven a sostener que en Amrica del Sur, identificando elParvaim de la Biblia (Paralipmenos, libro III, captulo III) con el Per.Su especulacin es la siguiente: Parvaim es alteracin de Paruim (y = u y iod i, a menudo aien hebreo; im terminacin plural). Y en la cuenca del Amazonas, o Per, corren dos rosaurferos, el Paru y el Apu Paru.All estara la fabulosa Ofir, cuyo puerto de desembarque habra sido el cabo Biru, frente aSanto Domingo.Tal hiptesis no es mantenible, pues antes de la era cristiana la navegacin no se haca sino alo largo de las costas, por cabotaje, y como est probado que los barcos de Hiram y Salomn semantenan en el mar cuarenta y dos das solamente para arribar a destino, no' se les puede darla menor posibilidad, en tal lapso, de cruzar los ocanos.Con razn o sin ella, Ofir se acredita en la Cafrera, y ms precisamente en las ruinas ciclpeasde Zimbabw, a 400 kilmetros al oeste de Sofala, en la actual Rhodesia.Se cree saber que una de esas expediciones trajo 420 talentos de oro fino, o sea 14.000.000 dedlares en 1941.Estadsticas ms serias permiten imaginar lo que pudo ser el stock de metal precioso acuadoen Europa en el siglo XV: 1.000.000.000 de francos oro de 1914 (oro y plata), o sea:3.200 toneladas de plata.90 toneladas de oro.

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    O sea: 5 metros cbicos de oro, aproximadamente.El aporte americano de 1493 a 1600 debi agregar al stock existente: 754 toneladas de oro

    fino y 22.835 toneladas de plata; o sea, cerca de cien veces la produccin de dos milenios.Se concibe, entonces, el trastorno econmico resultante del descubrimiento de las Amricasvrgenes, donde el oro brotaba!Lo que parece probar, por lo dems, cun errneo sera creer en una civilizacin precolombinatan avanzada como las civilizaciones europeas, ya que los autctonos americanos no supieron,en varios milenios, agotar sus minas, ni tampoco extraer tanto oro como los espaoles endoscientos aos.No obstante, para esos autctonos, el oro representaba, tanto como para los europeos, elmetal precioso, smbolo de la riqueza.El acontecimiento americano fue saludado, pues, en Europa del siglo XV como una de lasmayores revoluciones de todos los tiempos, y suscit una epopeya en que los audaces

    descubridores, como tambin los filibusteros, corsarios y otros piratas, fueron los hroesimperecederos.El oro del Per, del Brasil, de Colombia y de Mxico enriqueci considerablemente a Espaa, y,por incidencia, a Francia, Inglaterra y Holanda.Ese oro no estaba destinado al tesoro real espaol, al menos en la mayora de los casos.Perteneca a las empresas privadas que organizaban las expediciones hacia las IndiasOccidentales, teniendo los armadores como obligacin el dar a la corona el quintodel rey, yalgunos otros porcentajes a los seores o eclesisticos que mucho o poco participaran en laobra.Los barcos espaoles que iban a las Indias Occidentales tenan tres principales puertos deembarque: Sevilla, primeramente (antes del enarenamiento del Guadalquivir), Cdiz y

    Sanlcar.Cruzaban el Atlntico en unos treinta das e iban a realizar sus cargamentos de oro, plata,piedras preciosas, especias, maderas raras, telas, en todas las islas y continentes habidosdesde los 30 paralelo norte hasta los 30 paralelo sur.Luego, bordeando las costas de las Indias Occidentales, los galeones efectuaban su reunin enVeracruz de Mxico o en La Habana, para cruzar en grupo el gran ocano.Los productos del imperio de los incas (Chile, Per, Ecuador, Bolivia, Colombia), baado por elmar del Sur (el ocano Pacfico), eran embarcados en naves que efectuaban el cabotajehasta el istmo de Darin (Panam) y transbordados hasta las riberas del mar de las Antillas, alomo de mua.He aqu un tpico ejemplo de la carga de un galen: oro nativo, residuos, oro en bruto o en

    lingotes, o acuado en el lugar, plata, cochinilla, ndigo, palo de campeche, caoba, algodn,tabaco, pieles, blsamo del Per, caafstula, cacao, azcar, vainilla, perlas, esmeraldas,amatistas.Los cargamentos, sobre todo el oro, no llegaban siempre a su destino. Las tempestades y lospiratas cobraban un pesado tributo, y puede adelantarse que en los primeros aos del sigloXVI, del 30 al 40% de los galeones zozobraron a causa de los caprichos del mar o fuerondestruidos o hundidos por los piratas.

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    Por otra parte, los comandantes de a bordo por cuenta propia o con aprobacin de losarmadores se entregaban a un verdadero mercado negro, vendiendo en particular al rey de

    Francia una parte del oro, a precio ms ventajoso que en el mercado oficial espaol.De manera que el rey de Espaa quedaba a menudo frustrado en cuanto a su porcentaje, puesse disimulaba el cargamento real.Fue as cmo despus del naufragio de la nave del almirante Rodrigo Farfn, ante Tarifa, en1555, se recuperaron350.0 piastras, siendo que la contabilidad de a bordo mencionaba slo 150.000!En el siglo XVI, el balance de ganancias y prdidas de las expediciones al Nuevo Mundo seestablece as, en lo que concierne a los metales preciosos:Llegado a Espaa: 700 toneladas de oro y 23.000 toneladas de plataHundido por tempestades: 200 y 7.000 Tomado por los piratas: 100 y 3.000

    A estas cifras muy aproximativas hay que agregar una cantidad no determinada, peroconsiderable, de piedras preciosas, alhajas y objetos de gran valor.As, pues, a partir del siglo XVI, los galeones cruzaban el Atlntico con las ms fabulosasfortunas que los humanos hayan podido soar.Los ingleses los llamaban los treasure ships; los espaoles, las plata flota, y los franceses, lasflottes de lor.Esas fabulosas riquezas que flotaban deban, forzosamente, suscitar la avidez de los piratas yde las naciones vecinas.Fernando V, Carlos V y Felipe II tuvieron la imprudencia de querer monopolizar el comerciocon el Nuevo Mundo, matando a los colonos extranjeros principalmente franceses que seinstalaban en los territorios vecinos, donde los espaoles no haban tenido tiempo para clavar

    su bandera, El oro de las Indias Occidentales! El ms Shylock, el ms Harpagon de losdescubridores de todos los tiempos, Cristbal Coln, fue llevado hasta el nuevo continente, enbuenas cuentas, por la fiebre del oro.Por este oro que habitaba su alma, su corazn y sus menores fibras, Coln se hizo falsario,perjuro y negrero.El descubrimiento de un tesoro en casa de su protector, el seor de Santngel, decidi elfinanciamiento de la expedicin; de oro habla a cada instante Coln en su libro de a bordo; esoro lo que busca en cuanto llega a las islas.Cuando hace mucho calor en algn lugar, en seguida entrev una perspectiva de minas de oro.Para l, Cipango es realmente riqusima en oro, perlas y piedras preciosas; all se revisten lostemplos y las mansiones reales con oro macizo (carta de Toscanelli a Coln, pero

    verosmilmente falsa y escrita por el genovs).Ms tarde, Cristbal Coln escribir estas frases que denotan, por lo menos, un curioso estadode espritu:El oro es una cosa excelente. Poseerlo es tener lo ms deseable que hay en el mundo. El oro

    puede conducir hasta el Paraso si se lo emplea en hacer que digan misas.Profesin de fe que repite con ms cinismo an Hernn Corts al dirigirse al embajador de! reyde Mxico Moctezuma II: Di a tu seor que nos enve oro, mucho oro, pues mis compaeros yyo sufrimos de una enfermedad del corazn que no puede curarse sino con ayuda del oro.

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    Ah, cun grandes fueron los Marco Polo, los Jacques Cartier, los Cabral! Sea como fuere, seadivina por la rapacidad de un Coln o de un Corts lo que debi ser la de los piratas de las

    rutas marinas.La conquista espaola fue, por excelencia, la era de los tesoros robados, perdidos, ocultos, y,sobre todo, de los tesoros sumergidos.Brotados de la fabulosa aventura, el oro, la plata, las perlas, las esmeraldas y los rubes yacensepultos en el esqueleto petrificado de los galeones hundidos en combate o nufragos de latempestad.Ms de 500.000 kilos de oro asegura la tradicin! Ms de 1.000.000 de kilos de plata enpiastras, doblones, lingotes y monedas diversas!En Espaa, hay en el fondo de una baha toneladas de oro que yacen mezcladas a la arena y alos restos nufragos; toneladas de plata en capas ms espesas todava, y, por all y por all,algunos cofres con esmeraldas, amatistas, perlas, mbar negro y gris.

    Los siglos, las tempestades y las corrientes han sumergido poco a poco esas riquezas colosalesbajo metros de limo y arena, y ahora los fondos marinos no ofrecen saliente alguno que puedarevelar la existencia del tesoro.Se conoce el sitio con un margen de apreciacin de una milla. Precisin insuficiente, pues eltesoro de Vigo est bajo 30 50 metros de agua.Sin embargo, los hombres se han encarnizado desde hace tres siglos en la conquista delprodigioso yacimiento; algunos han trado a la superficie galeones vacos de su contenidooriginal; otros han rebuscado algunas cajas de piastras; otros excavan an, armados con todoslos instrumentos de la tcnica moderna.Pero el mar defiende sus tesoros, que algunos avalan en 200.000.000.000 oro, lo queresueltamente es optimista.

    Porque tambin se ha deslizado la leyenda en la historia de Vigo, aportando su oro y suscargamentos de piedras preciosas, de modo que ya no se sabe a cuntos centenares de milesde millones se llega al cifrar el tesoro.En 1702, por miedo de los robos de Inglaterra y de Holanda, los soberanos espaoles norecurrieron a las Casas deMonedas de la colonia de Amrica, donde el oro y la plata se acumulaban desde haca cuatroaos.Pero como el tesoro de Madrid disminuyera, Felipe V dio orden de convoyar hacia Sevilla eltributo debido a la metrpoli. Riesgo enorme, pues los millones que iban a partir por el ocanono dejaran de provocar vehementes ansias, tanto ms cuanto que Espaa e Inglaterra sehallaban en guerra.

    No obstante, el 2 de junio de 1702, diecinueve grandes galeones salieron de La Habana ehicieron vela con sus riquezas hacia la madre patria espaola. Felipe V era nieto de Luis XIV, yel poderoso rey de Francia en guerra, por cierto, con el enemigo hereditario inglsprovey para escoltar la flota del oro una escuadra de veintitrs fragatas bajo las rdenes delmarqus de Chteaureault.Ninguna eleccin poda ser ms feliz, puesto que, digno sucesor de Tourville, Chteaureault,con fuerzas iguales o inferiores, siempre haba aplastado a los ingleses y derrotado a losalmirantes holandeses Ruyter y Evertzen.

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    La Plata Flota estaba bajo el comando en jefe de don Manuel Velasco.Los galeones iban a iniciar la ltima etapa del trayecto la ms peligrosa cuando en la

    escala de las Azores se anunci que una poderosa flota anglo-holandesa cruzaba ante lascostas de Andaluca.En seguida hubo consejo de guerra en la nave espaola La Capitana.Cuntos barcos enemigos? pregunt Chteaurenault.Ciento cincuenta respondi la estafeta enviada por el rey.La lucha es imposible. Propongo que esta noche nos dirijamos hacia el norte para encontrarun refugio en un puerto francs bien defendido: La Rochela o Brest.Pero don Manuel Velasco no prest odos.La Plata Flota representaba lo mejor del tesoro disponible de Espaa, y aunque los francesesfueran aliados..., ms vala no tentar al diablo!Vamos a tratar de forzar el bloqueo dijo.

    Es insensato atron Chteaurenault. Parece no darse usted cuenta de lo que es todo elpodero anglo-holands, diez escuadras que se lanzarn sobre nosotros. Con esas fuerzas sepuede invadir un pas, y ni aun un puerto como La Rochela, es absolutamente seguro. Nocomprende que semejante concentracin significa invasin o guerra?Ciertos espaoles opinaron, pero la mayora se pleg al parecer de Velasco, y finalmente sedecidi que la Plata Flota buscara refugio en la baha de Vigo.La eleccin no pareca irrazonable.La baha de Vigo, de 25 kilmetros de profundidad, con una anchura de 3 4, posee una radacerrada por un angosto gollete de apenas 700 metros, y est defendida a su entrada en elnorte y en el sur por bateras de costa.As, pues, los diecinueve galeones y las veintitrs naves de escolta tuercen a Vigo, donde

    entran sin dificultad el 22 de septiembre.Chteaurenault ha cumplido bien su misin y el almirante Velasco cree su convoy seguro.Para mayor seguridad, sin embargo, se duplica el nmero de piezas de artillera que defiendenla rada; se refuerzan las guarniciones norte y sur y se construye una estacada (dique decadenas y estacas) a la entrada del gollete.Cinco navos de la escolta parten a Francia, tan total les parece a los espaoles la seguridad.Bien, ya no hay riesgo, se cree.Y no es as! No, porque el pueblo espaol, el ms genial tal vez, y pensamos en esos titanesque se llaman Cervantes, Goya, Velzquez, Garcilaso de la Vega, Granados; ese pueblo genial,como decimos, tiene una tara congnita: es rutinario, sombro, complicado, administrativo,con todo lo que el trmino encierra de catastrfico.

    Bastara desembarcar el tesoro de la Plata Flota para que todo quedara terminado... S, peroeso sera demasiado simple.En realidad, la buena regla quiere que la totalidad del comercio con destino o venido deAmrica sea controlado por la Casa de Contratacin de Sevilla, donde se dan las licenciasreales y se realizan los inventarios. As, pues, imposible desembarcar el tesoro!O bien, habra que transportarlo por tierra hasta Sevilla, y ya se adivina el problema delacarreo de miles y miles de toneladas de mineral, la escolta que se debe calcular, los riesgos deprdidas y deterioros.

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    No obstante, por orden expresa de Mara Luisa de Saboya, que administra el reino en ausenciade su marido, que guerrea en Italia, el quinto del rey y la parte del tesoro real en lingotes y

    monedas son desembarcados y conducidos a Madrid.Parece razonable dejar la Plata Flota intacta con su tesoro en el fondo de la baha de Vigo yesperar que los anglo-holandeses, cansados de montar guardia, se decidan a retirarse.Entonces los galeones podrn hacerse otra vez al mar y llegar al puerto de Sevilla, o, en sudefecto, de Sanlcar o Cdiz.Despus de todo, este punto de vista es aceptable, y nada parece mal en el asunto, salvo que,como se ver, el enemigo ha tomado sus disposiciones y la defensa terrestre de la baha, quese crea suficiente, es en realidad irrisoria.Los diecinueve grandes galeones estn, pues, anclados en la baha, en el puerto de Redondela,protegidos por la estacada, las bateras costeras y dieciocho fragatas de Chteaurenaultdispuestas en abanico en el gollete.

    La posicin de los galeones es exactamente: baha de San Simn, entre el gollete, la isla de losMonjes y la aldea de Redondela; all se mecen, en la leve marea, los cofres flotantes denombre sonoro cuando se les pronuncia: Jess Mara Jos, Santa Cruz, Nuestra Seora delos Dolores, La Capitana, San Diego, Ayudante Bestra, San Juan, Santsima Trinidad,San Juan Bautista, Nuestra Seora del Rosario, Nuestra Seora de las Mercedes, Tojo,Sagrada Familia, Nuestra Seora de las Animas, Santo Cristo del Buen Viaje, etc.En las panzas de madera de cedro duermen las riquezas recogidas en el Per y en Mxico.El sueo de la Plata Flota dura exactamente un mes, y de sbito, el 21 de octubre, los cientocincuenta navos de la flota anglo-holandesa, comandados por el almirante Rooke, caenbrutalmente sobre Vigo. Rooke desembarca ocho mil hombres que barren las guarniciones delos fuertes costeros, lanza algunos buques como granadas sobre la estacada que cede, y libera

    el gollete.Con esta salvedad, no obstante: que las dieciocho fragatas de Chteaurenault estn agrupadasa la entrada del callejn sin salida.Pero el enemigo es ocho veces superior en nmero y sus treinta mil hombres de tropa traenuna fuerza duplicada por el cebo de la ganancia: el tesoro est ah, ante ellos, al alcance de lamano.Los treinta mil soldados se convierten en treinta mil piratas con deseos exacerbados que yaven bailar la ronda de las piastras, los doblones, las piedras preciosas y las alhajas cinceladas...Treinta mil bestias feroces se lanzan, pues, al asalto de las fragatas y los galeones, apoyadaspor el fuego infernal de tres mil ciento quince caones. Batalla naval de Apocalipsis, sin dudasin precedentes, pues cerca de doscientos barcos se enredan entre s, sin posibilidad de

    maniobrar, amarrados por garfios, cordajes entremezclados y mstiles destruidos.Bajo el diluvio de hombres y metralla, los franco-espaoles resisten largas horas; luego,agotados, aniquilados casi, dejan al enemigo dueo del campo.Entonces se toman resoluciones desesperadas: Velasco da orden de incendiar los galeones.Ms vale ver la Plata Flota hundida con sus riquezas que en manos de los agresores.Y el da de pesadilla termina con una noche dantesca: en la baha, una veintena de galeones yfragatas arden, iluminando los montes circundantes y la rada hasta las islas Cis.

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    Cascos de barcos calcinados, el oro fundido corre por las aguas, el mineral de plata forma unmagma incandescente de un blancor insoportable; el aire caliente huele a todos los aromas y

    especias preciosas de las islas, y se vio, segn dicen, a marinos espaoles lanzar por la borda, alocano, cofres repletos de perlas, rubes y diamantes.Los franceses perdieron once naves y cerca de diez mil hombres.Los anglo-holandeses vencedores se entregan a extinguir los incendios. Logran salvar algunosgaleones, que se llevan a remolque, pero grande es su rabia al saber que la mayor parte de lasriquezas yace en el mar, a 10 20 metros de profundidad.

    Campana catalana (1678). Con una campana idntica a esta fueron recuperados los tesoroshundidos en Vigo. (Arch. CBT.)

    En la maana del 24, buzos ingleses se arriesgan hasta los restos y retiran algn botn; perocogidos bajo el fuego de guerrilla de las tropas terrestres deben abandonar pronto larecuperacin.Toda la flota de Rooke empieza a navegar, llevando a la rastra cinco galeones con cargamentoscasi intactos.Segn la tradicin, Espaa perdi la mitad del tesoro de la Plata Flota saqueada: 200.000.000de libras esterlinas, que yacen todava en las arenas limosas de la baha.

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    Un francs, Florent Ramaug, busc el tesoro de Vigo de 1945 a 1962 y su esfuerzo se limiten especial alrededor de las islas Cies, donde se tiene la certeza histrica de que un galen

    cargado de botn y llevado a remolque por los ingleses se hundi el 24 de octubre de 1702.Ese galen est metido en la arena, invisible, a una profundidad de 35 a 50 metros; peroFlorent Ramaug espera caer un da sobre esos restos, y entonces se sentir pagado de todossus afanes.Pero ser se todo el fabuloso tesoro de Vigo?A riesgo de menguar una leyenda y de disparar mortalmente contra los fantasmas de la flotadel oro, puede muy bien conjeturarse que el galen de las islas Cies debe representar a lomenos la mitad del tesoro todava existente.Y, sin duda alguna, la nica porcin prcticamente recuperable.Su valor puede aproximarse a los 10.000.000.000, tal vez a los 20.000.000.000 (Cuando no seidentifique la moneda, a travs de todo el libro, el autor se refiere a francos (N. del T.)), y eso

    vale la pena an.La crnica dice que, por rdenes de la reina Mara Luisa: el general Velasco hizo evacuar hastaLugo 1.500 carretas de oro, segn algunos; 3.000, segn otros.Una parte del convoy habra sido saqueada por los bandidos y ocultada en la montaaalrededor de Pontevedra.El almirante Chacn, hecho prisionero por los ingleses, estimaba que cuatro a cinco milcarretas habran sido hundidas. No deja de ser una hermosa cifra.Lo que resta hasta nuestros das puede satisfacer la sed de oro ms desmedida, an la de unPizarro moderno.

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    5. El tesoro de los incas

    Sin duda, podra sostenerse que Marco Polo, don Quijote, don Juan y William Phipscaracterizan el espritu de curiosidad de los hombres de la tierra.Curiosidad de conocimiento, de justicia, de amor y de misterio: la aventura, el derecho, lamujer y el oro.Un compuesto sutil de tal complejo gui a Sir Walter Raleigh hacia el prodigioso El Doradoamericano: haba amado a una reina, aspiraba a justificarse, el misterioso reino del Rey Doradole llamaba con sus montaas de oro y sus ros de perlas.Walter Raleigh era una especie de caballero andante; as, pues, un verdadero buscador de oro.Y qu tesoro ms bello que El Dorado poda soarse en el siglo XVI?Todo el mundo hablaba, algunos aseguraban haberlo visto y haber ido; pero ubicarlo conexactitud en las cartas de la poca hubiera cohibido a los gegrafos ms audaces.Aproximadamente, se lo situaba en la cuenca comprendida entre el Amazonas y el Orinoco, enla Guayana venezolana actual, o sea, entre el Ecuador = 0 de latitud y 68 de longitud oeste.La capital de ese reino imaginario era Manoa, y su soberano, indiferentemente, se llamabaGran Paititi o Gran Moxo o Gran Paru o Enim o mejor todava el Rey Dorado (El Dorado).Un teniente de Pizarro llamado Orellana es el descubridor de esa regin paradisaca dondeabundan las ms preciosas riquezas codiciables.El espaol Martnez afirm que l residi all siete meses y en apoyo de su aserto traz unacarta geogrfica donde dibuj las tres montaas que rodean el reino de El Dorado: unamontaa de oro, una segunda de plata y la tercera de sal.Walter Raleigh, por su parte, despus de una expedicin por Amrica del Sur, no temipublicar un relato circunstanciado de sus aventuras, con el ttulo Descubrimiento del vasto,rico y hermoso imperio de la Guayana y de Manoa, la gran ciudad de oro, donde describi,complaciente, los palacios de prfido y alabastro, las montaas de oro y de perlas, los hombressin cabeza que habitaban en la parte posterior del pas y tambin las tribus de amazonas deseno cortado.Cierto es que contaba de odas.Adems de sus riquezas naturales, El Dorado pasaba por ocultar el tesoro de los incas. A ElDorado, decan los espaoles, se retir un hermano de Atahualpa, el Inca asesinado porPizarro, con tesoros recogidos por el imperio del Per.Leyenda, seguramente! Pero si El Dorado fue un mito maravilloso que, adems de su llamadamgica, revelaba entre los hombres el instinto ancestral, prehistrico, de la marcha hacia el

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    oeste, del descubrimiento del final de la tierra, all donde se hunde el sol cada da...; si ElDorado, pues, fue inventado, en cambio el tesoro de los incas, que pobl el sueo de tantas

    generaciones, no es un tesoro mtico.Es el ms colosal de los tesoros, de un valor acaso igual al de todos los tesoros del mundo, si sepudiera reunir los.Es difcil avanzar una cifra, ya que es necesario aventurarse (en millones de millones; peropuede admitirse que el oro escondido por los incas en 1533, que representaba la fortuna de unmilenio de civilizacin, era de un valor igual al oro extrado de las minas del Per desde el sigloXVI a 1803.En tal lapso y en tal hiptesis, remitindonos a lo expuesto por el historiador Bertrand deJouvenel, ese oro importado a Europa representaba 1.232.445.500 piastras, alrededor, y salvoerror, de un billn quinientos mil millones de francos actuales.Una cifra de tal modo desmesurada que abisma ms a la imaginacin que a la inteligencia.

    La gnesis de los tesoros incas necesita la exposicin preliminar de un compendio histrico delimperio inca hasta su conquista por Francisco Pizarro en 1532.El imperio se extenda de Chile a Colombia, junto a la cordillera de los Andes. Manco Cpac fuesu fundador hacia el siglo XI y catorce monarcas, o Incas, le sucedieron.En 1524, Huayna Cpac, duodcimo Inca, comparti su reino entre sus dos hijos mayores,Huscar, Inca legtimo, que rein en el Cuzco, y Atahualpa, hijo natural, que rein en Quito; deah, una guerra fratricida.Atahualpa destrona a su hermano y se proclama Inca soberano en 1532, precisamente el aoescogido por Pizarro para conquistar la Amrica del Sur.Una entrevista se realiza el 16 de noviembre de 1532 entre Atahualpa y el conquistador enCajamarca, al norte del pas, y muy prfidamente hay que reconocerlo Pizarro hace al Inca

    prisionero.De ah proviene la clebre historia del rescate: Atahualpa, que entretanto ha hecho asesinar aHuscar, ofreci para recobrar su libertad el contenido en oro de su prisin, hasta 9 pies delsuelo, y, adems, dos veces el contenido en plata de una sala contigua.El plazo de la entrega del rescate era de dos meses.Pizarro, por cierto, acept la proposicin, y mensajeros indios partieron por el pas a reunir losmetales preciosos.La celda de Atahualpa tena las siguientes dimensiones:Segn Jerez, secretario de Pizarro: 17 pies por 22, o sea, 5,50 metros por 7.Segn Francisco Pizarro: 35 pies de largo por 17 18 de ancho.Siendo la altura convenida de 9 pies, el volumen del rescate en oro se elevaba a 105 metros

    cbicos, ms o menos.Tomando en cuenta los vacos del amontonamiento, cifrado en cuatro quintos a lo sumo, elvolumen de oro habra sido, por lo menos, de 20 metros cbicos, que representan400.000 kilos de oro = 200 a 300 mil millones.Pero Atahualpa no dej de aventurarse al ofrecer ese rescate; no era sino un Inca bastardo, noreconocido por los sacerdotes y muy poco estimado por los grandes del reino; su autoridad yadudosa era ms o menos nula despus de su captura por Pizarro, de modo que el metalprecioso no lleg sino con gotario.

  • 7/30/2019 Charroux, R. - Tesoros Ocultos. (1964)

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    Atahualpa haba anunciado 400.000 kilos de oro; llegaron alrededor de 5.000 kilos. Losespaoles se repartieron ese botn en Cajamarca el 18 de junio de 1533, despus de hacer

    fundir la masa total.El producto, pesado y detallado, era el siguiente:1.326.539 pesos de oro (alrededor de 4.500 kilos).51.610 marcos de plata (alrededor de 12.900 kilos), que se repartieron Pizarro, sus sesenta ydos caballeros y ciento dos infantes, despus de dar algunas migajas a Almagro y su pequeatropa.Se dice que Francisco Pizarro recibi 57.220 escudos y 1.175 libras de plata. Para cadacaballero hubo: 8.880 escudos y 180 libras de plata. Para cada infante: 4.400 escudos v 90libras de plata.Un buen bulto para arrastrar por las montaas de las Indias Occidentales! La bagatela de 60kilos para los menos cargados!

    En suma, asesinado el Inca Atahualpa por los espaoles, ces de llegar el rescate y se aseguraque convoyes de oro, detenidos en el trayecto, fueron escondidos en las montaas.Est demostrado que la aventura de Cajamarca y el rescate de Atahualpa nada tienen que vercon el tesoro de los incas, tesoro que comprende oro labrado en todas sus formas, las riquezasdel culto, del palacio real, de los grandes del imperio, excluidas las monedas, que los indios noconocan o que desdeaban acuar.Aunque la civilizacin proto peruana sea mucho ms antigua, puede admitirse que los ante-pasados de los incas amontonaron ese oro a partir del siglo XI.O sea, siete siglos de acumulacin, en un pas donde el metal precioso abundaba y cuyo valorpoda, por lo tanto, alcanzar a un billn quinientos mil millones de francos, como antes lohemos dicho.

    Los espaoles no encontraron ese oro.Claro est que, para juzgar, no estuvimos en Cajamarca ni en el Cuzco durante la conquista,pero Pedro Pizarro estaba all con sus hermanos; fue testigo de los hechos y he aqu lo queescribi en