cesarismo democratico

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“CESARISMO DEMOCRATICO” “El Gendarme Necesario” Laureano Vallenilla Lanz, asegura en su libro que para los sociedades en dificultades socioeconómicas y políticas, devastadas por guerras que consiguieron la, tan ansiada y esperada, Emancipación “el gendarme electivo o hereditario de ojo avizor, de mano dura, que por las vías de hecho inspira el temor y que por el temor mantiene la paz” era de absoluta necesidad. Según el autor, esto significa que, después de asegurada la independencia, la formación de las bases de la sociedad venezolana debía encomendarse a los caudillos. Conforme Lanz relata, fue Páez el “rudo llanero, colocado a la cabeza del movimiento separatista de Venezuela (…) quien tuvo el talento, el patriotismo y la elevación de carácter suficiente (…) para proteger con su autoridad personal el establecimiento de un gobierno regular, que fue para aquella época el más ordenado, el más civilizado y el de mayor crédito que tuvo la América recién emancipada.” El autor agrega que, después de la Independencia, Venezuela pasaba por momentos de total anarquía, donde reinaba la pobreza y “la miseria llegó a ser espantosa (…). El comercio estaba paralizado”. Bolívar para contrarrestar la situación, llego a pensar que el problema estaba en la falta de cumplimiento de las leyes y por esto, tomo medidas estrictas para encaminar a la sociedad venezolana, llena de vicios y en caos. En las palabras de Lanz: “Convencido el Libertador de que era necesario desplegar “energía cruel, para entonar el gobierno”, no se detenía en las medidas de represión y castigo, por más duras que fuesen”. En conclusión, el caudillismo representaba, en ese momento, la mejor opción a la búsqueda de la sociedad de la paz y el orden para conseguir el progreso de los venezolanos ya que como menciona Lanz “el caudillo ha constituido la única fuerza de conservación social”.

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“CESARISMO DEMOCRATICO”“El Gendarme Necesario”

Laureano Vallenilla Lanz, asegura en su libro que para los sociedades en dificultades socioeconómicas y políticas, devastadas por guerras que consiguieron la, tan ansiada y esperada, Emancipación “el gendarme electivo o hereditario de ojo avizor, de mano dura, que por las vías de hecho inspira el temor y que por el temor mantiene la paz” era de absoluta necesidad. Según el autor, esto significa que, después de asegurada la independencia, la formación de las bases de la sociedad venezolana debía encomendarse a los caudillos. Conforme Lanz relata, fue Páez el “rudo llanero, colocado a la cabeza del movimiento separatista de Venezuela (…) quien tuvo el talento, el patriotismo y la elevación de carácter suficiente (…) para proteger con su autoridad personal el establecimiento de un gobierno regular, que fue para aquella época el más ordenado, el más civilizado y el de mayor crédito que tuvo la América recién emancipada.”

El autor agrega que, después de la Independencia, Venezuela pasaba por momentos de total anarquía, donde reinaba la pobreza y “la miseria llegó a ser espantosa (…). El comercio estaba paralizado”. Bolívar para contrarrestar la situación, llego a pensar que el problema estaba en la falta de cumplimiento de las leyes y por esto, tomo medidas estrictas para encaminar a la sociedad venezolana, llena de vicios y en caos. En las palabras de Lanz: “Convencido el Libertador de que era necesario desplegar “energía cruel, para entonar el gobierno”, no se detenía en las medidas de represión y castigo, por más duras que fuesen”.

En conclusión, el caudillismo representaba, en ese momento, la mejor opción a la búsqueda de la sociedad de la paz y el orden para conseguir el progreso de los venezolanos ya que como menciona Lanz “el caudillo ha constituido la única fuerza de conservación social”.