CEPA30$15.000 - Año XV-VOL.III

Abril-Agosto de 2020

C O N T E N I D O

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S I N A N E S T E S I A Rebeliones y represión en América Latina 2

E D I T O R I A L Rebelión en América Látina 3

T E M A C E N T R A L Poemas sobre la protesta social en Colombia 6

John Fredy Caicedo-Álvarez

D I Á L O G O S C E PA 8 Diálogos Cepa

Germán Roncancio Jiménez

8 ¡¡A Parar para Avanzar!! …

C O M O A N I L L O A L D E D O 20 El coronavirus oculta el fraude electoral

Renán Vega Cantor

23 Coronavirus y agresion imperialista a VenezuelaRenán Vega Cantor

L I B R O S 33 Extractivismo y muerte en el Nororiente

Gearóid Ó Loingsigh

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S I N A N E S T E S I A

REBELIONES Y REPRESIÓN EN AMÉRICA LATINA En distintos países del continente se están presen-

tando protestas populares, en las que se han mo-vilizado millones de personas, en un ciclo rebelde que se inició en el segundo semestre del 2019.

Este ciclo de protestas comenzó en Haití a me-diados de septiembre, donde miles de hombres y mujeres salieron a protestar contra el aumento del precio de la gasolina y la corrupción del régimen de Jovenel Moïse. La respuesta oficial fue la repre-sión indiscriminada, con un saldo de 80 muertos y cientos de heridos y detenidos.

El ciclo de protestas tiene elementos comunes, de índole objetiva y subjetiva. En términos objetivos, cada uno de nuestros países tiene unos rasgos evi-dentes de injusticia social, que hacen de Améri-ca Latina el continente más desigual del planeta, desigualdad que se ha acentuado con las políticas neoliberales. En términos subjetivos ha emergido el sentimiento de indignación y de rechazo al or-den establecido y a todas sus miserias.

Las protestas no han sido convocadas por partidos políticos, sino por movimientos y organizaciones sociales y han sido, en gran medida, espontáneas.

En Ecuador, como respuesta a un paquetazo neo-liberal del gobierno de Lenin Moreno que elevaba el precio de los combustibles y despedía a miles de trabajadores del sector público, se generó una masiva movilización que logró revertir las medi-das antipopulares. La represión dejó 8 muertos y 1300 heridos.

A mediados de octubre se inició la rebelión popu-lar en Chile, la que ha adquirido una gran inten-sidad y radicalidad, puesto que se ha prolongado durante cinco meses. Comenzó como una protes-ta contra el alza del precio del pasaje de Metro en Santiago y luego se extendió por todo el país. Los militares chilenos, como alumnos del genocida Pinochet, han procedido brutalmente contra la población. El resultado: 31 muertos, miles de heri-dos, centenares de detenidos.

El método predilecto de la represión en Chile ha sido el de disparar directamente a los ojos de los manifestantes, lo que ha dejado a 400 personas con daños oculares irreparables.

En Bolivia, tras el golpe de Estado que derrocó a Evo Morales el 21 de octubre, los usurpadores han llevado a cabo varias matanzas, con un resultado de 32 personas asesinadas.

En Colombia, la movilización que comenzó el 21 de noviembre para enfrentar el paquetazo del régimen de Iván Duque alcanzó cotas de partici-pación sin antecedentes en la historia reciente. La respuesta ha sido la calumnia, la desinformación y la represión, que deja un resultado de cinco muer-tos y decenas de heridos.

EEn nuestro país, se está llevando a cabo un ge-no¬cidio “gota a gota” en el que son asesinados líderes y lideresas sociales y ex guerrilleros.

Desde la firma de los acuerdos de La Habana han sido asesinados 200 ex combatientes y 700 dirigen-tes sociales.

La “sofisticación” y el sadismo de los cuerpos re-presivos es un indicador de la influencia de los Estados Unidos e Israel, que han “educado” a los militares del continente en la doctrina del enemi-go interno.

Israel ha sido “invitado” por los golpistas bolivia-nos para combatir a un supuesto terrorismo de izquierda pero, sobre todo, para implementar la persecución de los indígenas, porque Israel tiene experiencia en colonizar Palestina y masacrar a sus habitantes.

En 2018 Israel y Chile firmaron un acuerdo de cooperación militar en adoctrinamiento con-tra-insurgente, que ha aplicado Sebastián Piñe-ra desde octubre. No sorprende que la táctica de mutilación (en este caso de los ojos) se haya ex-tendido al estilo israelí en los territorios ocupa-dos, en los cuales los francotiradores masacran a los palestinos.

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Rebelión en América Látina

En el segundo semestre de 2019 comenzó en va-rios países de América Latina una masiva mo-vilización popular de gran alcance. Aunque en cada país la protesta social tiene rasgos propios,

existen elementos comunes como resultado de la im-posición brutal del capitalismo neoliberal en las úl-timas décadas. Este tipo de capitalismo se constituye en el entramado que explica la magnitud del des-contento, acumulado durante decenios en los que ha aumentado la desigualdad social y económica en todo el continente. Esto es tan evidente que hasta la Comisión Económica para América Latina (CEPAL), una institución nada crítica, ha dicho por boca de su secretaria ejecutiva, la mexicana Alicia Barcena, que “el telón de fondo de las protestas sociales en diversos países de la región, como Chile, Ecuador, Colombia es la cultura del privilegio de las élites”.

La desigualdad ha hecho de nuestro continente el más injusto del planeta, en el cual la riqueza está concentrada en pocas manos, desmintiendo además uno de los dogmas centrales del neoliberalismo, para el cual prime-ro debe asegurarse el crecimiento y luego vendrá la redistribución, me-diante la llamada teoría del efecto goteo (trickle down effect). Desde 1973, cuando llegó el capitalismo neoliberal a nuestro continente, en el Chile pinochetista se nos dijo que permitiendo la acumulación de capital en unos cuantos empre-sarios se garantizaba que después la riqueza que estos creaban se iba a redistribuir entre toda la pobla-ción. Llevamos 45 años esperando

ese milagro, pero lo que ha resultado es exactamente lo contrario: una concentración acentuada en unos cuantos hiper-millonarios y a años luz de distancia millones de seres humanos, que no pueden satisfacer sus necesidades básicas, ya que actualmente existen 191 millones de pobres y 72 millones de pobres ex-tremos en toda Latinoamérica.

Debe enfatizarse que la desigualdad se ha incre-mentado, aunque en algunos países se afirme que se ha avanzado en la superación de la pobreza. En pocas palabras, las desigualdades estructurales entre una minoría opulenta y las grandes mayorías se han incrementado en cada país, aunque haya podido re-ducirse el porcentaje de pobres, pero la distancia en-tre estos con los ricos, como dice la canción, es cada vez más grande.

Esa desigualdad se manifiesta en la erradicación de derechos sociales y económicos, otro componente central del capitalismo neoliberal. Emergen los privi-legios de lo que puede denominarse como un keyne-

sianismo invertido, en el que el Es-tado opera para redistribuir riqueza hacia los ricos, mediante las priva-tizaciones y la mercantilización de todas las esferas de la vida social e incluso de la naturaleza. Esos privi-legios se marcan claramente con el abandono de la noción democrática de servicio público, por la de servi-cios privados, lo que deriva en que la educación, la salud, la recreación, la cultura, las pensiones y muchos derechos conquistados después de 1945 por los trabajadores en diver-sos lugares del mundo, entre ellos

La desigualdad ha hecho de nuestro continente el más injusto del planeta, en el cual la riqueza está concentrada en pocas manos, desmintiendo además uno de los dogmas centrales del neolibera-lismo, para el cual primero debe asegurarse el crecimiento y luego vendrá la redistribución, mediante la llamada teoría del efecto goteo.

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nuestro continente, hayan quedado hechos añicos. En su lugar se ha im-puesto una brutal segmentación entre educación, salud, cultura… para ricos y otra para pobres, como se evidencia en Chile y en Colombia, dos ejemplos de la polarización que genera el capitalismo neoliberal.

Como el capitalismo realmente exis-tente con sus políticas centrales pola-riza la sociedad y segmenta el ingreso, necesita asegurar el consumo de una buena parte de la población, principal-mente de diversos sectores de la peque-ña burguesía –tal vez su principal soporte social– y para ello, mediante la financiarización hasta de la vida cotidiana, ha propiciado el endeudamiento masivo, mediante el cual se mantiene encadenada a la pobla-ción, que busca desesperadamente cómo mantener un ritmo de vida falaz y artificial. En Chile, la cuna de este modelo, el nivel de endeudamiento de las familias alcanza el 75% o, dicho en forma cruda, de cada 10 pesos que recibe una persona como salario 7.5 pesos se dedican a pagar lo que deben, en una nueva forma de esclavitud por deudas.

Esta esclavitud afecta a la mayor parte de la pobla-ción, pero especialmente a los jóvenes, puesto que en 2018 en Chile existían 4.5 millones de deudores morosos, de los cuales 3 millones eran jóvenes entre 18 y 29 años. Por supuesto, esta situación deja gana-dores, unos cuantos bancos nacionales y extranjeros y grandes grupos financieros, quienes concentran los millones de ganancias, que resultan del endeuda-miento perpetuo de la población.

La desigualdad estructural en el continente no se ha consolidado solamente con la implementación de políticas privatizadoras, de bancarización y des-pojo, sino que eso se ha logrado con la imposición de sistemas autoritarios y antidemocráticos, que en lo esencial poco se diferencian de las dictaduras que los precedieron en algunos países (Chile es otra vez el mejor ejemplo). El orden desigual del capitalismo neoliberal tiene como corolario directo la negación de derechos y el miedo a la democracia, la cual ha quedado reducida a un sainete electoral cada cierto tiempo, en el que se turnan las fuerzas políticas que aceptan como si fuera natural el neoliberalismo, a nombre de la estabilidad y el crecimiento. Esta falta

de democracia en nuestros países explica también en gran medida el estallido social y la subsecuente represión de los Estados, que deja sangre y dolor en cada uno de los países donde la población ha salido a las calles a desafiar desigualdad e injusticia.

Los elementos mencionados forman parte de lo que puede considerarse como las condiciones objeti-vas y materiales que explican la rebelión en América Latina, lo cual es solo una parte de la cuestión, ya que emergen condiciones subjetivas, que son el fermento dinamizador de la lucha y la movilización. Entre es-tos factores sobresale una enorme frustración entre diversas capas de la población que, alentadas por el neoliberalismo en términos de competencia e indi-vidualismo, se han estrellado contra una realidad en la que impera el desempleo, la precarización laboral, los bajos salarios, el endeudamiento, la polarización acrecentada de la desigualdad de clases, en suma, la ausencia de futuro. Esta realidad contrasta con los privilegios vergonzosos de unos pocos, con la co-rrupción rampante, con la demagogia e ineficacia de los partidos políticos y ese contraste alienta la pro-testa, el descontento, la rebelión, que se había venido acumulando durante décadas y que estalló reciente-mente. Como dicen en Chile, no es una cuestión de un aumento de 30 centavos en las tarifas del metro, son 30 años de ignominia y opresión.

Los movimientos han sido multiclasistas, hetero-géneos, diversos, como diversa es la estructura social del continente, rota en mil pedazos por la lógica neo-liberal, y por la profundización de la desigualdad no solo en el terreno económico, sino en el social, cul-tural, educativo, sanitario, porque se ha configurado un ramillete de desigualdades, que ahora irrumpen

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en forma dramática. Por ello, las reivindicaciones son múltiples, y van desde las económicas, como aquellas referidas a la destrucción ambiental y a la emergencia del género y lo étnico o, en Colombia, hasta la lucha contra el terrorismo estatal y para-estatal que asesina a diario a dirigentes sociales y ex guerrilleros.

Millones de personas salieron a las calles en Haití, Ecuador, Colombia y Chile, de una forma impensada e inesperada, con nuevos repertorios de protesta, en gran medida espontáneos y superando las direcciones políticas convencionales (de izquierda y de derecha). Esto es contradictorio, porque indica la magnitud de la inconformidad y el hastío ante la política tra-dicional, pero también marca un límite, el de un proyecto, un cami-no hacia dónde ir, porque aunque emocionalmente sea evidente el anti-neoliberalismo, no está nada claro que eso sea sinónimo del an-ti-capitalismo. Porque es allí donde debería jugarse otro proyecto de sociedad, más necesario que nunca por el carácter destructivo del capi-talismo (de los seres humanos y de la naturaleza), si existieran fuerzas anti-sistémicas y emancipatorias, con posibilidades de orientar y or-ganizar en las actuales condiciones. Claro, puede pensarse que como re-sultado de la misma lucha emerjan nuevas conducciones desde abajo que rompan con los vicios buro-cráticos que son un obstáculo para la misma movilización, como se ha puesto de presente en Colombia. En nuestro país desde el 21 noviembre se dio una movilización urbana sin precedentes, cuyo principal resultado ha sido rebasar la hegemonía del paramilitarismo uribista, pero esa protesta social en buena medida ha sido frenada por las burocracias sin-dicales y políticas, por el miedo a perder privilegios y por manzanillos del senado que, aprovechando la ma-rea de la indignación, solo piensan en sus aspiraciones electoreras y se han lanzado prematuramente como candidatos presidenciales.

Justamente, por ese vacío político en el continen-te, la Cepal se atreve a plantear la quimera reaccio-naria de impulsar una perestroika (restructuración

y reforma) del capitalismo para ponerlo al servicio de la sociedad y garantizar su permanencia. Dicha perestroika atacaría la “cultura del privilegio”, pero mantendría el sistema tal cual, en una especie de re-greso a un pacto socialdemócrata que hoy no es po-sible. Dicha perspectiva es improbable por múltiples razones, entre las cuales cabe destacar dos: primera, porque el capitalismo latinoamericano, periférico y dependiente de los centros imperialistas, ya ha dado muestras de su carácter destructivo, lo cual difícil-mente va a modificarse; y, segunda, la desigualdad es una condición de existencia de ese capitalismo, y las clases dominantes van a mantener sus privilegios

a sangre y fuego, como lo demues-tra la brutal represión en todos los países de la región donde ha habi-do protestas.

Sin poder vislumbrar un hori-zonte claro, un aspecto si debe ser destacado: el quiebre del “milagro chileno”, lo cual tiene unas reper-cusiones de corta y mediana dura-ción que no pueden subestimarse. No estamos hablando de una rup-tura menor, sino de un hecho tras-cendental, puesto que se rompe el modelo que ha sido vendido como exitoso, milagroso y, se suponía, era aceptado sumisamente por el grueso de la población chilena. En ese sentido, el milagro no era que se mantuviera incólume el mode-lo privatizador, antidemocrático, cultor de la desigualdad y el indi-vidualismo, sino que la gente no protestara. Esta arista de aparente

conformidad es cosa del pasado y, por eso, la pro-testa en Chile es la que más se ha prolongado, desde octubre de 2019 hasta el momento en que se escri-ben estas líneas. Que Chile haya recobrado la “nor-malidad” y vuelva a ser un país del sur (porque los ideólogos neoliberales, como Mario Vargas Llosa, anunciaban que Chile ya iba en dirección al Norte, iba a ser el primer país desarrollado de América La-tina) es todo un avance, que lo vuelve a conectar con la historia del resto del continente y de cuya movi-lidad mucho hay que aprender, por lo que ya deja como ejemplo de lucha y dignidad.

En nuestro país desde el 21 noviembre se dio una movilización urbana sin precedentes, cuyo principal resultado ha sido rebasar la hegemonía del paramilitarismo uribista, pero esa protesta social en buena medida ha sido frenada por las burocracias sindicales y políticas, por el miedo a perder privilegios y por manzanillos del senado que, aprovechando la ma-rea de la indignación, solo piensan en sus aspiraciones electoreras y se han lanzado prematuramente como candidatos presidenciales.

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Poemas sobre la protesta social en Colombia

John Fredy Caicedo-Álvarez

CacerolaAmada cacerola: Tú que soportas el fuego intenso de la estufa,ayúdanos a vencer el fuego asesino de la represión.Tú que has tenido tantos huevos y arepas,ayúdanos a acabar con el patriarcado.Tú que eres despreciada porque dejaste de ser “blanquita”,apoya nuestra acción para extirpar el racismo.Tú que estás amenazada por el nuevo modelo comercial, mantén esta lucha contra el capitalismo y el consumismo.Amada cacerola, tú que desgastada sigues trabajando,acompaña esta lucha por el derecho a pensiones justas.Tú a la que millones de niños y niñas han rayado en lo más hondo de tu teflón,sigue con nosotros y nosotras en esta lucha por la educación.Tú que soportas días de tormento olvidada en el lavaplatos,sigue fortaleciendo nuestros pasos para sacar tanto mugre del Estado de este país.Amada cacerola, reconozco que por mi culpa te han tirado contra el mundo, que yo mismo te he negado un poquito de jabón y agua para limpiarte,

que he despreciado tu sacrificio de madrugar para darme los alimentos, que incluso pensé en volverte materita de jardín o, peor aún, solo tirarte a la basura.Por todas esas acciones malas contra ti: Perdóname.Tenía los ojos cerrados, pero los he abierto en pleno Paro Nacional.Cacerola, juro que de ahora en adelante estarás en mi memoria,juro que tendré una foto tuya en mis redes sociales y cada vez que te vea recordaré tu grito de protesta,tú temple en la marcha, tú entrega en el plantón, tú poder en la lucha,tú fuerza y capacidad de resistencia junto al pueblo.Amada cacerola ya tienes huellas profundas del Paro Nacional,tu forma ya no es la misma y presentas ciertos cambios de fondo,estos días han hecho mella en tu estructuray esperamos que también en la estructura injusta de este país.Cacerola: mil gracias por cuanto has soportado,por ir junto a tantos millones de personas que llevan días marchando, luchando por una sociedad donde protestar no sea delito,donde desayunar no sea un lujo,donde estudiar no sea un privilegio,

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donde tener trabajo no implique deber un favor,donde tener pensión no demande estar a punto de morir,donde la salud sea bienestar integral y no humillación durante la enfermedad,

Gracias amada cacerola por tanta cucharada compartida en el desayuno y en la protesta.Sin duda los hombres y mujeres del pueblo te llevan en su historia.28/11/2019

Gracias 21N, 22N, 23N…Gracias por tus pasos en silencio. Gracias por tus consignas.Gracias por tus máscaras de carnaval.Gracias por tu cuerpo recuperando la calle.Gracias la cacerola rota y las que faltan por romper.Gracias por reconstruir la memoria.Gracias por negarte a obedecer la tiranía.Gracias por sumarte a la lucha.Gracias por los títeres y las marionetas que protestan.Gracias por la pintura para el cuerpo.Gracias por las pancartas, las camisetas, los pañuelos.Gracias por la calle, la plaza, la ciudad entera.Gracias por vencer tus miedos.Gracias por enseñarnos a ser valientes.Gracias por la dignidad y la esperanza.Gracias por el futuro: el nuestro.Gracias por el semestre que sacrificas.Gracias por arriesgar tu trabajo.Gracias por el dinero que pierdes.Gracias por el tiempo que entregas.Gracias por llenarnos de fuerza la memoria.Gracias por explicar a tu niño y a tu niña.Gracias por discutir con tu familia conservadora.

Gracias por comprender la historia: nuestra historia.Gracias por el agua para los caminantes.Gracias por la sombra y la palabra de ánimo.Gracias por tu respaldo en las redes.Gracias por comunicar la protesta.Gracias por este presente hermoso.Gracias por el mañana, otro mañana: el nuestro.Gracias por venir a estudiar en la protesta.Gracias por venir a enseñar en la lucha.Gracias por estar de pie desde el 21N.Gracias por acostarte en plena calle.Gracias por correr para animar la jornada.Gracias por replantearte el presente y plantarte. Gracias por defender la vida.Gracias por rechazar la muerte.Gracias por negarte al odio.Gracias por tanto amor a la Tierra:Nuestra Tierra. Gracias por esta Colombia llena de Personas como Tú.Gracias por la fuerza de tus días y noches.Gracias por defender el Derecho a la Protesta.Gracias, Gracias, Gracias Colombia:

Estamos en paro cívico nacional.Entre tanto afán:Tic tac…Tic tac,me detuvo la poesía.Leí a un pueblodisparando versos.Entre tanto afán:Tic tac…Tic tac.

En la consignatomé airey unas letras.El reloj sigue:Tic tac…Tic tac.Me detengo en la poesíay leo en las paredes:VENCEREMOS¡abajo la tiranía!

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Diálogos Cepa Germán Roncancio JiménezProfesor UPTC / Editor Cepa

¡¡A Parar para Avanzar!! …

Diálogos Cepa, desde su compromiso e interés académico, ético y político, por aunar esfuerzos en la comprensión de la realidad, en perspecti-va de construir y fortalecer procesos de trasfor-

maciones estructurales y cambios revolucionarios, ha querido entrevistar y conversar con destacadas e im-portantes mujeres, activistas, lideresas sociales y po-líticas, camaradas, docentes, escritoras, trabajadoras, periodistas, sindicalistas de connotadas organizacio-nes sociales, políticas y espacios de izquierda, sobre el contexto político y geopolítico de la coyuntura deno-minada histórica, en el marco de la lucha de clases por la disputa de la acumulación y correlación de fuerzas en las movilizaciones y paros de amplios movimientos sociales con-tra el régimen y el modelo neolibe-ral en Colombia y Latinoamérica.

Nuestras estimadas amigas y Compañeras convocadas e invitadas al Dialogo Cepa son: Anyela Here-dia Borja, pedagoga e integrante del equipo del Periódico El Colectivo. Nidia Jaydivi Colorado García - Mg Estética e Historia del Arte- mili-tante del Partido Comunista; María Paula Houghton Martínez, médica, activista y militante, Partido Socia-lista de los Trabajadores; Yaqueli-ne Rodríguez Zambrano, docente y sindicalista, Movimiento por la Defensa de los Derechos del Pueblo

Modep. Contaremos también con las voces e ideas de Elizabet Martínez y Maria Alejandra Escobar, educa-doras e investigadoras populares del Equipo del Insti-tuto Nacional Sindical - Cedins.

Germán Roncancio Jiménez: ¿Podría decirse que, en la coyuntura mundial, ante la correlación de fuerzas prevalente a la extrema derecha, se registra un auge de la movilización y lucha de clases?

Anyela Heredia Borja: El capitalismo avasallador crece y nos arrincona cada vez más, si las llamadas clases medias viven ya en condiciones precarias (pen-semos en la situación de los profesores universitarios o los médicos en el mundo entero) las endeudadas

clases populares que siguen soste-niendo el capital con su trabajo, con el pago de impuestos y de intereses bancarios, ya no pueden más. Es esa situación tan apremiante la que lleva, en gran parte, a las personas a las calles. Y esa es, ciertamente, la razón por la que muy seguramente las expresiones de protesta y de in-dignación continuarán creciendo, a la par que crece la represión como respuesta organizada del capital ante todas esas manifestaciones.

Yaquelin Rodríguez Zambra-no: En los últimos años es evidente como se han instaurado regímenes de extrema derecha y fascistas no solo en Latinoamérica si no en el

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El capitalismo avasallador crece y nos arrincona cada vez más, si las llamadas clases medias viven ya en condiciones precarias (pensemos en la situación de los profesores universitarios o los médicos en el mundo entero) las endeudadas clases populares que siguen sosteniendo el capital con su trabajo, con el pago de impuestos y de intereses bancarios, ya no pueden más.

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mundo, sin embargo, se han desarrollado expresiones de resistencia y movilización en contra de los mismos y de la aplicación de sus políticas lesivas en países como India, Hong Kong, Irán, India, Francia, Holan-da, Irán y en Latinoamérica en Ecuador, Argentina, Chile, Haití. El surgir nuevas luchas y nuevos sectores lo que demuestra un auge de la lucha de clases.

María Paula Houghton Martínez: Para muchos hay “ola conservadora” expresada en la caída de los gobiernos “alternativos” y el ascenso de gobiernos de derecha tradicional; sin embargo, la caída de es-tos gobiernos no se debe a que las masas estén a la derecha sino a un voto castigo a las inconsecuen-cias de esos gobiernos incapaces de llevar a cabo transformaciones radicales y que han aplicado los mismos planes del imperialismo. No considero que exista tal auge de la extrema derecha sino una si-tuación de polarización, de agudización de las con-tradicciones de la lucha de clases. Hace un par de meses la CNN puso un titular que decía “la protesta recorre el mundo”, en otros momentos de alza de la movilización el proceso ha tenido un carácter más regional como el 2001 en América Latina o la pri-mavera árabe, actualmente el proceso cubre los 5 continentes con movilizaciones cada vez más radi-cales y persistentes. Estamos ante un ascenso de las luchas a nivel mundial.

Nidia Jaydivi Colorado García: La derecha ha restaurado su poderío en algunos Estados Naciona-les y podríamos decir que tiene en sus manos las di-rectrices de una política internacional y el desarrollo del modelo económico a su favor, bajo sus princi-pios capitalistas. Pienso que en el último siglo se han puesto en el debate y la realidad internacional otro

tipo de procesos también impor-tantes por estar dirigidos en gran parte a las alternativas socialistas o políticas cercanas al socialismo, por ejemplo el caso de Grecia, España, Rusia, China, India, Corea del norte, Vietnam y algunos países de Amé-rica Latina como Bolivia, Ecuador, Argentina, Chile, México, Cuba y Venezuela entre otros, los cuales en diferentes momentos han logrado gobiernos alternativos y han deja-do una huella política distinta, que también cuenta en el contexto. De

todas formas, la derecha domina gran parte del pla-neta de una forma nefasta, no cuida los recursos, no protege las personas, no busca la calidad de vida, no soluciona problemas económicos, no logra estabi-lizar una democracia como avance honroso para la humanidad.

Elizabet Martínez y Maria Alejandra Escobar: Se podría decir que si hay un auge de la movilización reflejado en la masiva salida a las calles, de todo tipo de pobladores, en países como Chile Francia, Ecua-dor y Colombia, en los que para el segundo semestre del año anterior se registraron grandes movilizacio-nes, y que en casos como Colombia no se daban hace más de cuarenta años, lo que evidencia el desconten-to de la población en distintos niveles alrededor del mundo, con las lógicas de acumulación por despo-sesión impuestas por el sistema capitalista, en su ex-presión neoliberal actual, lo que podría entenderse como agudización de la lucha de clases.

G.R.J: ¿En el plano de la geopolítica Latinoame-ricana como considera que está esa correlación de fuerzas?

A.H.B: Considero que los procesos de moviliza-ción que se vienen dando, tanto en Colombia, como en Latinoamérica y el mundo, son variopintos y muy interesantes. Miles de jóvenes, hombres y mujeres, y hasta familias enteras se han movilizado y buscan encontrar un lugar para sus reivindicaciones, pero no forman parte precisamente de un movimien-to social articulado, consistente y persistente en el tiempo. La movilización se plantea, sobre todo, en el escenario de la calle, no se concibe como un proce-so de largo aliento que exige estrategias diversas de articulación y formación en todas las esferas de la

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vida de las sociedades, eso sin llegar a negar que hay organizaciones que sí lo están haciendo, que sueñan y construyen el día a día con proyectos y planes para la vida; lo cierto es, no obstante, que el grueso de la población que se ha estado movilizando no hace parte de esas organizaciones.

Y.R.Z: En Latinoamérica, por un lado, existen go-biernos de corte fascista: Colombia, Brasil, golpes de Estado contra gobiernos en el caso de Bolivia y los fallidos intentos en Venezuela, los cuales buscan fa-vorecer los intereses de los imperialistas y el desarro-llo del Capitalismo financiero en estos países como la explotación de los medios de vida en estas naciones, profundizando la aplicación de las políticas neoliberales. De otro lado, se encuentra el pueblo latinoameri-cano que de varias formas ha resis-tido el avance de dichas políticas ya sea con la instauración de gobier-nos con otro carácter, pero donde lo principal ha sido la movilización en las calles buscando detener las reformas en contra del pueblo, la necesidad de otra democracia y la caída de gobiernos.

M.P.H.M: Se está expresando esta situación de polarización, por un lado, en varios países donde había gobiernos “alternativos”, las masas empezaron a rebelarse con-tra los planes de ajuste que igual se aplicaban, dando paso a gobier-nos tradicionales como el de Macri y el de Bolso-naro. Pero ni bien se posesionaron han enfrentado procesos casi permanentes de movilización. En los últimos meses hemos asistido a lo que se ha llama-do un “despertar” latinoamericano; con los procesos de Honduras contra el fraude y la dictadura de Juan Hernández, la revolución chilena que inició el #18O, la rebelión indígena en Ecuador por la defensa del subsidio a los combustibles, y finalmente el espera-do despertar colombiano en el #21N. Estos procesos que son muy ricos y diversos, y que podrían conver-tirse en revoluciones victoriosas, tienen por supues-to contradicciones y amenazas que conspiran en su contra. Por el lado del campo enemigo conspira el imperialismo norteamericano y sus lacayos del gru-po de Lima, la OEA, etc., los cuales no dudan no solo

en usar la diplomacia, embargos y demás estratage-mas, sino también en usar la fuerza para ayudar a los gobiernos aliados a reprimir al pueblo o incluso dar golpes de Estado contra gobiernos menos amigos como pasó en Bolivia.

Por el lado de las masas, la mayor debilidad re-side en la crisis de dirección revolucionaria. Una de las grandes debilidades han sido las direcciones traidoras o blanditas, que entregan el movimiento por escasas migajas o que dilatan los planes de lu-cha dándoles tregua a los enemigos. Por ejemplo, en Ecuador la dirigencia de la CONAIE negoció por muy poco y desmovilizó un importante proceso.

En Chile, varios partidos y orga-nizaciones de la Mesa Social han avalado la convocatoria al plebis-cito constituyente como salida a la crisis, sin exigir consecuentemen-te y como primera medida la caí-da del asesino Piñera. Otra gran debilidad es que la mayoría de estos procesos no tienen a la clase obrera como protagonista, lo que no quiere decir que no han par-ticipado desde lo popular, esto es una dificultad enorme a la hora de planificar un paro de la produc-ción que realmente pudiera poner en jaque los gobiernos enemigos.

N.J.C.G: Para el caso de Améri-ca Latina las movilizaciones tienen fuerza política y buscan transfor-

maciones importantes, son naciones aún en cons-trucción, que han resistido siglos y quieren plantear formas de gobiernos propias. Existe un importante camino de la lucha de clases en América Latina, a veces sale el sol y a veces lo quitan frente a nuestros ojos, pero sale nuevamente en otro lado, es posible luchar por un gran cambio y es un momento don-de Nuestramerica ya tiene la experiencia de cómo enfrentar el yugo histórico de la agresión e intro-misión. Latinoamérica es un territorio en disputa, sus pueblos tienen mucha fuerza a pesar del gran miedo que dejaron las dictaduras, es un continente que puede dar sorpresas y que tiene la costumbre de la hermandad.

E.M y M.A.E: En Latinoamérica la correlación de fuerzas sigue siendo desfavorable para el campo

El capitalismo avasallador crece y nos arrincona cada vez más, si las llamadas clases medias viven ya en condiciones precarias (pensemos en la situación de los profesores universitarios o los médicos en el mundo entero) las endeudadas clases populares que siguen sosteniendo el capital con su trabajo, con el pago de impuestos y de intereses bancarios, ya no pueden más.

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popular, pues a pesar de las grandes movilización y levantamientos en países como Bolivia, Ecuador, Colombia y Chile, no se trasciende el escenario de la reivindicación o la visión reformista, pues muchas de las demandas en algunos de estos países obede-cen a soluciones concretas en materia de garantía de derechos o ajustes de la política pública, o cambio de gobierno pero, que no necesariamente implica la favorabilidad en la correlación de fuerzas, ya que es el bloque de poder el que sigue dominando. Es si importante destacar que este es un primer elemento para un cambio favorable al bloque popular, si se lo-gra que este ejercicio reivindicativo se convierta en una práctica político organizativa, que desde la agu-dización de lucha de clases articule, propicie y eleve los niveles de unidad. Es de anotar que el estallido reciente tuvo como escenario principal las ciudades de América Latina, muestra un cambio ascendente de lucha contra la estructura neoliberal. En ese senti-do la lucha no solo escala en términos de la respues-ta de los pueblos a la arremetida fascista, sino que hoy también se cuestionan los planos y condiciones clásicas para la confrontación contra el régimen y se diversifican las posibilidades y las estrategias para medir el pulso en la correlación de fuerzas.

G.R.J: ¿En Colombia como se expresa la con-frontación contra el régimen? ¿Se pudiera hablar de acenso en el nivel la lucha contra el neoliberalismo?

Y.R.Z: Lo sucedido en Colombia después del 21N, toma forma de levantamiento popular en contra del régimen fascista de Duque y la política neoliberal concretada en el paquetazo, la contradicción del gobierno y amplios sectores del pueblo es evidente, aunque ha bajado el número de movilizaciones, el proceso se mantiene, la indignación y consciencia ha estado en otro estadio. Aunque se conocía del des-contento, el movimiento desbordó esa condición, pues surgieron luchas sectoriales, locales, regionales, específicas y actores sociales nuevos.

Pese a la amplia votación en apoyo al gobierno de Duque, las medidas antidemocráticas, el “incumpli-miento” de varias de sus promesas de campaña, las contradicciones con fuerzas políticas de derecha, su impopularidad que en enero de 2020 estaba en un 70%, profundiza la falta de gobernabilidad, ante lo cual la respuesta ha sido mayor represión, descono-cimiento y desprecio por el paro, el pueblo y por el Comité Nacional de Paro.

A Duque no le interesa un acuerdo con el movi-miento social, sindical y popular, sino una fragmen-tación de cara a ganar acuerdos parciales con algu-nos sectores, para golpear al movimiento, de ahí las múltiples convocatorias a los procesos de conversa-ción nacional.

A.H.B: Es muy emblemático el hecho de que en Colombia no hayamos sido capaces de juntarnos en torno a dos, tres, o hasta diez, reivindicaciones im-portantes y urgentes, sino que hayamos terminado con un pliego de más de 100 demandas para nego-ciar con el gobierno. Allí se nota, por una parte, la falta de madurez, e incluso la ausencia de “dirección” en la movilización. Y es evidente también que una buena parte de la gente que se moviliza, clama por una movilización sin dirección. Es muy frecuente encontrar personas que afirman que su protesta no es “ni ideológica ni política” o que no quieren ser “ni de izquierda ni de derecha”, lo que expresa también su descontento con las formas tradicionales de di-rección y organización, pero, ¿a dónde conduce eso finalmente? A que todos pretendamos seguir lu-chando solo por las reivindicaciones de mi sector, mi grupo, mi comunidad y no por los derechos de to-dos, aunque en apariencia nos juntamos, en realidad somos como pequeñas islas flotando en el asfalto.

M.P.H.M: En nuestro país las contradicciones ca-pitalistas se agudizan, somos uno de los tres países más desiguales del mundo y eso por supuesto termi-na por colmar la paciencia de las masas. La expre-sión más aguda y sangrienta de esas contradicciones se expresa en el asesinato sistemático de luchadores sociales, y en ese sentido la lucha por la vida y en contra del paramilitarismo es una de las más impor-tantes. En lo urbano si bien la contradicción más aguda es la de clase, no es la que se está expresan-do actualmente con mayor fuerza. Son los jóvenes y particularmente los estudiantes quienes al ver ame-nazado su futuro han estado a la cabeza y mostrado más agudamente la crisis de una sociedad que no les da estudio, empleo, oportunidades.

En el momento desde el #21N Colombia vive una situación de ascenso de las luchas no solo antineoli-berales, sino directamente anticapitalistas por el ni-vel de contradicción alcanzado. En lo rural la lucha de los defensores de los territorios ancestrales (cam-pesinos, negros e indígenas) contra la gran minería

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y el extractivismo es la que mejor encarna una con-tradicción directa con el régimen.

N.J.C.G: Colombia es un país que ha luchado mucho, pero es un país que en la región es un riego para otros procesos políticos, porque directamente representa los intereses de los Estados Unidos. No-sotros a nivel interno luchamos todos los días contra el régimen y de las formas más organizadas e inteli-gentes, pero es evidente el pacto internacional con el paramilitarismo para matarnos todos los días, la cri-minalización de la lucha social ha llegado a tal grado que sabemos que los asesinatos de líderes y lideresas sociales son realizados de forma sistemática. Clara-mente el propósito es eliminar la base social de la resistencia política y lograr una polarización social de repercuta en opinión y voto hacía sectores ultra-conservadores, que se han mantenido en el poder desde las épocas de la colonia. Por otra parte, todo lo que en Colombia se organice está muy bien hecho porque no sólo lo hacemos por nuestro país también lo hacemos para proteger la región de la injerencia yanqui, somos como un muro de resistencia, pero el costo social es muy alto. Y entonces si, luchamos contra el neoliberalismo, pero no sólo es una ecua-ción económica, el neoliberalismo está encarnado en grupos armados al margen de la ley, o protegidos por la misma, siendo criminales a destajo que no les importa nada. Esa realidad es horrífica para un país que dice ser democrático y sólo se comporta como un Estado asesino mafioso.

E.M y M.A.E: Es necesario e importante caracteri-zar aspectos que el neoliberalismo reviste en Colom-bia y otros países, como las formas de sometimiento del Estado a los intereses del capital y del fortaleci-miento de una clase burguesa, oligarquía mafiosa, en cuyas manos se concentra groseramente mucho más de la mitad de la riqueza, por la vía de la expropia-ción violenta y la corrupción, mediante estrategias de crisis, endeudamiento, especulación financiera y políticas de austeridad que aplican únicamente para el recorte al gasto social; en este marco plantear una disputa con el régimen es rechazar e interpelar las formas concretas como se está entregando la riqueza de una nación. Es también pensar y plantearse las condiciones y estrategias clásicas para la confron-tación contra el régimen y la diversificación de las posibilidades y las estrategias para cambiar el pulso en la correlación de fuerzas. En esto los movimien-

tos campesinos, afros e indígenas tienen avances y grandes enseñanzas, que bien pueden proyectarse en la construcción de un nuevo movimiento social y político, que retome los principios anticapitalistas y antimperialistas, en función de construcción de Po-der Popular.

G.R.J: ¿Cuáles son los sujetos, sectores y movi-mientos sociales o políticos que lideran estos proce-sos de movilización y cuál su desempeño?

Y.R.Z: En el actual proceso colombiano se han movilizado más de 30 procesos sociales que se ex-presan en partidos, movimientos, organizaciones gremiales y sectoriales de carácter nacional, regional y local pero también, se han movilizado expresio-nes que no se reconocen ni se sienten representados en dichos procesos organizativos. Lo anterior es un reto para lograr mayores niveles de organización en todos los escenarios, pero también de generar co-rrientes de pensamiento y acción que conduzcan al pueblo colombiano a la movilización y la lucha en sus territorios con niveles de articulación en lo regional y nacional. Las fuerzas políticas y sociales hemos estado activas en la participación política y en la calle, se ha direccionado donde ha sido posible el movimiento, pero en medio del proceso se ma-nifiestan diferentes contradicciones en el seno del pueblo, que van desde las formas de entender el paro (económico, sindical, social, popular y político); el reconocimiento de otros sectores, procesos que tra-dicionalmente no confluyen en el proceso de coordi-nación del movimiento; y las nuevas formas de ha-cer política. Los jóvenes y las mujeres han jugado un papel importante en la movilización nacional, pero también se movilizaron sectores tradicionales como los obreros, trabajadores sindicalizados, docentes, campesinos, indígenas, negritudes, estudiantes de secundaria, universitarios, instituciones técnicas, pobladores barriales, comunales, los movimientos de diversidad LGBTI, las barras futboleras, vendedo-res ambulantes, artistas, habitantes de calle, pequeño comercio, profesores e intelectuales, desempleados, población en condición de discapacidad, presas y presos en cárceles.

Un elemento importante en las formas de organi-zación se ha materializado en las asambleas popula-res, que han tenido presencia principalmente en las ciudades, a la vez que se ha fortalecido el encuentro entre sectores en la perspectiva de construcción de

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unidad, pero con varias discusiones frente a las for-mas, los acuerdos, las representatividades y la pro-yección del movimiento.

De los sectores que se han movilizado es clave señalar el papel que están jugando los jóvenes, las mujeres, la cultura y los ambientalistas como nuevos actores que confluyen tanto en las movilizaciones como a los procesos asamblearios, de coordinación y de encuentros que se han desarrollado en los últi-mos meses.

A.H.B: Los estudiantes luchan por mantener lo poco que queda de una educación pública de cali-dad, los trabajadores por unas condiciones labora-les, ya no dignas, sino mínimas, las mujeres cada vez nos movilizamos más para que dejen de asesinarnos, igual que los campesinos y los lí-deres sociales a quienes siguen ma-tando por cientos.

Es decir, que nos han llevado a una situación en la que ya no pode-mos siquiera pensar en movilizarnos en torno a grandes transformacio-nes, hace rato que nos movilizamos por sostener unos mínimos.

M.P.H.M: En Colombia como en los procesos alrededor del mun-do hay un sector que ha protagonizado de manera heroica la mayoría de las luchas y es la juventud. Ante la imposibilidad de pensionarse, los empleos precarios y el desempleo, la opresión y estigmatiza-ción, los jóvenes se han convertido en el nuevo sec-tor que no tiene nada que perder, por eso enfrentan decididamente la represión y han logrado la simpa-tía de los demás.

Otro sector importante, en especial en Latinoa-mérica es el que resiste desde los territorios a la arre-metida de la locomotora extractivista. En Colombia merecen especial mención los maestros, quienes hace 2 años realizaron un paro de más de un mes con gran simpatía de la población general, y que han sido columna vertebral de la CUT que sigue siendo la central obrera más importante.

N.J.C.G: Es increíble ver la cantidad de organi-zaciones sociales que hay en Colombia, son cente-nares de categorías las que pueden resultar en una convergencia, sabemos que hay procesos con nuevas legitimidades como las juventudes, el estudiantado,

las mujeres, ambientalistas, las comunidades y otros tantos procesos populares. En realidad, es necesa-rio que estemos unidos para cuidarnos y darnos la mano en una búsqueda de soluciones, pensándonos un país para todas y todos. Frente a los liderazgos considero que los sectores alternativos han perdido fuerza en esto porque existe muchos aparatos de mo-vilización liderados por los partidos políticos tradi-cionales o de gobierno, y que de una u otra forma eso significa en nuestro contexto desplazar las razones políticas de la clase obrera y convertirla en intereses de la socialdemocracia.

Además, el liderazgo se ha convertido y así se en-tiende en una idea de burocracia, en el sentido de convertir la políti-ca en un medio de ascenso social. Es común ver como los jerarcas -patriarcas- de la política ostenten poder, dinero, contratos, múltiples viajes y otro tipo de beneficios que conlleva ser represéntate político, congresista u otro cargo político de carácter público. En otras palabras, nuestra concepción de democracia es convertir a nuestros represen-tantes en una nueva elite, mante-ner una burocracia.

Algunos procesos muy interesantes del paro han sido las movidas de los barrios, las localidades y las regiones, quienes de forma autónoma han decidi-do organizarse y proponer cosas, han mostrado su talante y una enorme creatividad. Esa acción entre vecinos es muy interesante porque no tiene el típi-co interés político que justifica que te unas, aquí lo que observo es una capacidad de encontrarse con los otros y saber que nuestro país necesita cambiar muchas cosas, y algo que toca mucho la sensibilidad de las personas, son los crímenes de Estado, no se puede seguir permitiendo un Estado criminal, into-lerante, irrespetuoso, incumplido, canalla y que no cuida ningún derecho, creo que eso también ya es muy evidente para las personas.

E.M y M.A.E: Es de destacar, como ya se men-cionó, el papel protagónico que han tenido en estas movilizaciones los jóvenes y las mujeres, organiza-dos o no, el movimiento estudiantil y el movimiento indígena en casos como Ecuador, quienes histórica-mente han sido los protagonistas de la movilización.

En Colombia merecen especial mención los maestros, quienes hace 2 años realizaron un paro de más de un mes con gran simpatía de la población general, y que han sido columna vertebral de la CUT que sigue siendo la central obrera más importante.

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Sin embargo, no podríamos decir que estos son sólo los protagonistas de la movilización, más bien son los que más visibles han estado, pero no se podría hablar de un liderazgo único y evaluar el desempeño de dicho liderazgo dado que, precisamente, uno de los elementos o factores a profundizar, es cuál es el sujeto o sujetos de esta movilización, pues se pueden ver muy diversos y variados sectores o movimientos sociales y/o políticos como lo sindical, estudiantil, indígena, campesino, mujeres, jóvenes pero, en otros casos, pasa lo contrario la movilización es convocada y sostenida por los sectores y movimientos barriales populares que se expresan sin mayor protagonismo.

G.R.J: ¿Qué papel han jugado, juegan y juga-ran las mujeres en todos estos procesos de luchas y transformaciones?

A.H.B: En cuanto a las mujeres y nuestro papel en la movilización, sigue siendo crucial, pues no solo nos movilizamos por nuestras propias causas, sino que somos más de la mitad de la población que tra-baja, que estudia, que sufre los vejámenes del neoli-beralismo. Pero más allá de las causas puntuales, las mujeres hemos avanzado muchísimo en torno a la toma de conciencia de que nuestra lucha es política y abarca todas las esferas de nuestra vida cotidiana, que la deconstrucción del patriarcado se hace en la cama, en la casa, en la familia y hasta en la manera como caminamos, como nos movemos y nos com-portamos frente al mundo. Las mujeres, sobre todo las organizadas, venimos ganando terreno, ponien-do esos temas incómodos en todos los escenarios. Y creo que de eso se puede aprender mucho, pues movilizarse no es solo el acto de salir a la calle y em-puñar la bandera, la movilización es una actitud de vida que nos obliga a no bajar la guardia y a defender la solidaridad con los otros y con el planeta como un acto revolucionario por excelencia.

Y.R.Z: Las mujeres han sido fundamentales para los procesos de movilización no solo en Colombia, sino en Latinoamérica y el planeta, las cuales han conjugado la lucha por un mundo mejor para todos y todas con la lucha contra el patriarcado, entendiendo este como un problema estructural de las sociedades y del cual se ha nutrido el capitalismo tanto para mante-ner como profundizar la desigualdad hoy imperante.

La movilización de mujeres fue evidente en el 25N día de la no violencia contra la mujer y se expresará el próximo 8 de marzo en el paro de mujeres.

M.P.H.M: Después del papel de la juventud el papel más destacado en este proceso ha sido el de las mujeres, que se han articulado a las luchas de las masas, combinando sus reivindicaciones parti-culares con las de toda la sociedad. Por ejemplo, en Colombia con el proceso del #21N las protagonistas fueron las mujeres jóvenes. Parte del ascenso ha sido recuperar incluso la tradición del 8 de marzo como día de lucha y no de fiesta y los métodos de la clase obrera como la huelga. Hoy en día es casi imposible que en un pliego no estén las razones de las muje-res. La viralización de “un violador en tu camino” a casi todos los rincones del planeta con la consigna de “el Estado opresor, es un macho violador”, sinteti-za la importancia y profundidad de este proceso. Así como decanta la discusión de género/clase, al mos-trar como la lucha contra el machismo es indisoluble de la lucha social y política.

N.J.C.G: Definitivamente la fuerza de las mujeres es incontrolable, cada día tenemos más razones para unirnos y hemos encontrado nuevas formas de orga-nización y lucha, el feminismo es una fuente hermosa de posibilidades políticas y tiene un alma de renaci-miento, lucha contra todo, todo lo queremos cambiar y por primera vez hacemos las cosas como queremos.

Estamos estudiando mucho, también aprendien-do y creando nuevas concepciones de relaciones so-ciales y nos identificamos totalmente con un proyec-to de humanidad completo en el que estemos todas y todos, somos muy incluyentes porque conocemos la marginalidad, la discriminación, el rechazo y la violencia. Por eso queremos cambiar el mundo y no has costado mucho también. Particularmente en el espacio del Comité Nacional de Paro y en las últimas movilizaciones tenemos dos horizontes, por un lado, construir un movimiento social fuerte de mujeres que posea buenos diálogos entre organizaciones de mujeres y otros espacios, por otro lado, hemos de-cidido posicionarnos en espacios políticos y luchar por cambiar las relaciones patriarcales tan arraigada en estos espacios. Actualmente, hemos construido acuerdos con una agenda común. La coyuntura nos ha permitido encontrarnos, reconocernos, trabajar juntas, crecer en la lucha y también hacer lecturas propias del contexto social, las cuales siempre com-partimos con el CNP. Finalmente nos hemos movi-lizado activamente y queremos ampliar las agendas nacionales con las agendas de las mujeres para que

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cada día vivamos en una sociedad más feminista y menos machista.

E.M y M.A.E: Salta a la vista el hecho de la presen-cia de las mujeres en casi todas las instancias del mo-vimiento social y popular, presencia que se evidencia en la vida cotidiana y también en los estamentos del poder hegemónico del Estado, en términos naciona-les y regionales, claramente con intencionalidades disimiles en cada contexto, aun así, hay que advertir que esta presencia es susceptible de ser instrumenta-lizada e incluso funcional al capitalismo y sus formas de acumulación.

Ante este peligro se deben optar estratégicas, en la misma lucha, que permitan develar las sinergias existentes entre capitalismo y patriarcado en cla-ve de analizar y confrontar el sistema opresor, para lograrlo es crucial hacer todos los esfuerzos necesa-rios por no fragmentar las luchas, sin que ello impli-que renunciar a pensar en la situación particular de opresión de las mujeres, es allí donde se expresa con mayor vehemencia el papel de la fuerza femenina en los procesos de transformación, sea dentro o fuera de procesos organizativos, corresponde franquear los límites de las perspectivas miopes de mundos posibles elaborados desde la ortodoxia, las cuales terminan siendo reformistas al no preguntarse, por ejemplo, por la acumulación por desposesión que ocurre a nivel global con el trabajo de cuidado, no solo al interior de los hogares sino en la esfera global de la vida social.

G.R.J: ¿Hay nuevas manifestaciones e innovacio-nes culturales en las expresiones sociales y políticas de la protesta?

Y.R.Z: Claramente existen no solo nuevos secto-res sino formas de manifestarse y expresiones artís-ticas, culturales que le han puesto otros ritmos a la movilización y a las mismas convocatorias al paro.

A.H: Algo muy particular de las movilizaciones del último tiempo, al menos en Colombia, o en Chile, es que han vuelto a los rituales, al canto, al baile, a valorar el espacio de la protesta como un espacio para com-partir con los otros y las otras. No nos convocamos solo para desplazarnos de un lado a otro, sino que re-tomamos el plantón y se sumaron expresiones artísti-cas que antes nunca se habían tomado esos escenarios y que parecían estar destinadas solo a las élites, como la música clásica, por ejemplo. Escuchar a la gente en Bogotá cantando “Colombia tierra querida” o a un coro de miles acompañando la canción de Quilapayún “el pueblo unido jamás será vencido” …….no solo te pasa por el cuerpo de una manera distinta, sino que manda un mensaje contundente de que en la protes-ta cabemos todos. Y es que el arte siempre ha estado con la gente en las calles: chirimías, teatreros, juglares, clowns, saltimbanquis con sus mensajes coloridos y simbólicos acompañando la protesta social, pero no les damos el lugar que se merecen. Por eso el plantón y las tomas culturales no se pueden dejar para e final, “a ver si el Esmad no nos dispersa y de pronto pode-mos concentrarnos un ratito…”. Tomarnos las calles y

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plazas públicas para sentarnos, para con-versar para que la gente llegue y se sienta acogida y pueda realmente juntarse, es un ingrediente esencial que nos permite volver a la lectura conjunta, al debate, a la tertulia a vernos a los ojos y reconocernos con ideales y proyectos comunes, más allá de banderas y logos que nos distin-guen, pero también nos separan.

M.P.H.M: Con la juventud a la cabe-za la creatividad es protagonista de la lucha social, tanto en la festividad de al-gunas protestas, como en la autodefensa (láseres, máscaras, app para comunicar-se sin internet); todas estas nuevas ex-presiones fortalecen y dinamizan el proceso.

N.J.C.G: Las expresiones sociales de los últimos meses son una gran muestra de creatividad, con-fianza y unidad. Desde el 21N, las y los colombia-nos entendimos que la fuerza popular es masiva, de colores, diversa, libre y en cualquier tiempo y lugar, descubrimos que es posible aprender de la historia y superar los legados que esta nos ha dado. La innova-ción no depende únicamente de lo genuino, la inno-vación tiene que ver con que innovar en tu contexto, así no seas el creador de un dispositivo. Por ejemplo, es muy claro que la idea de los cacerolazos la toma-mos de Chile, igualmente, el performance feminista de un “Violador en tu camino”, las marchas de mú-sicos haciendo conciertos salieron de Colombia, el cacerolazo sinfónico también, es posible que estas iniciativas tuviesen un origen en otro tiempo y lugar, pero innovaron nuestro contexto, apoyan el paro y siembran alegría, esperanza y fuerza para continuar.

La humanidad en su expresión honesta de sentir y de proponer es creativa, durante todos estos días hemos visto clases de economía política en los par-ques, malabares en los plantones, carteles simples que dicen mucho y hemos a prendido a cuidarnos, a protegernos de las agresiones de la fuerza pública, y allí también hemos innovado. Mantener el paro más largo de la historia de la República de Colombia fue posible gracias a miles de propuestas colectivas e in-dividuales que nutrieron día a día el proceso de las manifestaciones, de hecho, continuamos pensando como seguir protestando desde la cultura, desde el arte, desde la sensibilidad humana para tener una vida más digna.

E.M y M.A.E: Podría decirse que en alguna medida si hay manifestaciones e innovaciones como expresio-nes culturales propias de la protesta, en muchos casos motivadas por la posibilidad de encuentro, por la ne-cesidad de compartir con esos otros y otras en la calle, que de alguna forma evidencia un cierto hartazgo del individualismo, la explotación, expropiación y des-pojo, resultado de las dinámicas de acumulación del capital; lo que de alguna manera se expresó y se sigue expresando, acompañado en muchas ocasiones de la necesidad de romper con la formas tradicionales de protesta y, en este sentido se puede decir que lo que se ve son coloridas, múltiples y variadas formas de pro-testa que van desde el encuentro, la reunión, el foro, la marcha, el plantón, las asambleas populares e igual distintas dinámicas artísticas, cantos, bailes, carna-vales, conciertos, performance y demás, esto por un lado nos habla del despertar de una posible y eventual cultura de movilización, que tiene sin duda distintos matices. Por ejemplo, para el caso colombiano las ma-nifestaciones, a pesar de altos niveles de represión, es-tán atravesadas por las contradicciones propias entre la visión pacifista y la de confrontación al régimen, al modelo y al sistema. Contrario al caso chileno don-de a medida que avanza la represión se van buscando formas de resistencia que de alguna manera podría-mos ver como lucha callejera que si bien no es un ele-mento nuevo si tiene nuevos componentes como la denominada primera línea.

G.R.J: ¿Cómo lee el Paro en Colombia y los paros en algunos países de Suramérica? ¿Cuáles considera son sus alcances y limitaciones?

E.M y M.A.E: El paro del 21 de noviembre deja importantes claves para leer y documentar el caso

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colombiano, así como los estallidos en diferentes lati-tudes de América Latina expresan momentos de una historia compartida. Surge una enseñanza que, aun-que parezca obvia, es de gran importancia resaltar: la capacidad de movilización momentánea y expresión del descontento de las masas puede provenir de sec-tores insospechados y estallar a partir de eventos en extremo puntuales que difícilmente hubiesen sido proyectados como banderas de reivindicación, lo que pone en evidencia falencias en las lecturas de realidad que constantemente ocupan gran parte de los análisis e intereses de sectores políticos, movimientos socia-les y de algunos académicos que pretenden orientar las decisiones estratégicas. No obs-tante, la realidad es más tozuda, es la existencia de procesos de largo aliento lo que anima la confronta-ción en las calles y libra el pulso en la correlación de fuerzas con el po-der hegemónico.

N.J.C.G: El paro es un momen-to de expresión colectiva necesario para detener por un momento la acelerada máquina del capitalismo, el paro nos permite reflexionar so-bre la condición social de los seres humanos, sobre el problema am-biental del planeta, sobre la desigualdad social, so-bre la discriminación, sobre el patriarcado, sobre el imperialismo y el neoliberalismo entre otras tantas situaciones que el ritmo de la explotación no permi-te que pensemos. Parar siempre ha sido la pausa a la que la clase trabajadora acude para hacer lecturas de su existencia, y particularmente, el paro en Colombia nos permitió entender que el gobierno desarrolla unos planes económicos muy marcados por la diferencia de clases, aumentando la pobreza pauperizando las con-diciones laborales, sin hablar de los profundos proble-mas que tiene el sistema de salud en nuestro país.

Y.R.Z: La movilización en Colombia, debe llevar a unas ganancias iniciales vía negociación con el go-bierno nacional, que permita darle un aire a la mo-vilización y al proceso organizativo, que nuevamente tome impulso para la construcción de esa otra Co-lombia posible, a partir de la consolidación de una plataforma de lucha.

Ahora bien, los 13 ejes y 104 puntos del pliego condensa algunas de las luchas más importantes del

pueblo, muchos otros se encuentran por fuera, pese a ello el sentido de lucha y de exigencia se sigue man-teniendo y la condición de las masas se transformó; más críticos, más políticos, más beligerantes y sobre todo con cuestionamientos en torno a la salida que debe optar el movimiento para la transformación de las condiciones de Colombia.

Las fuerzas represivas del Estado, las legales e ile-gales y otros sectores fascistas se han centrado en la restricción del derecho a la protesta, presencia del Ejército en algunas ciudades, campaña de intimida-ción y terror con allanamientos y detenciones, como las constantes amenazas de las “Águilas Negras” de

las últimas semanas centradas en las diversas expresiones y orga-nizaciones participes del CNP. Se unieron para amedrentar, pero el paro sigue y el deseo de reivindica-ciones se mantiene.

M.P.H.M: El paro en Colom-bia y los demás países se produce como respuesta de las masas a una arremetida del capitalismo im-perialista por arrancarles hasta la última gota de plusvalía a los tra-bajadores, y hasta la última gota de combustible a la tierra. La crisis

económica mundial producto de la acumulación de contradicciones, la tasa decreciente de la tasa de ga-nancia, ha hecho que los llamados planes de ajuste sean cada vez peores con ataques frontales a la salud, educación, pensiones y salarios.

En Colombia se suma además el asesinato siste-mático de más de 700 luchadores. El proceso cono-cido como #paronacional, es un proceso de movili-zaciones iniciado con el paro nacional del #21N, que inicia con la convocatoria de la burocracia sindical, que presionada por sus bases se ve obligada a convo-carlo; no obstante, rebasa todos los pronósticos y se convierte en una verdadera jornada de paro que por medio del bloqueo del transporte y el paro estatal pa-ralizó parcialmente las principales ciudades por cer-ca de cuatro días, seguidos de otras tres semanas de movilizaciones. Sin embargo, aún no hemos logrado la construcción de un paro productivo, en gran par-te porque la clase obrera no ha entrado en escena producto de su situación de dispersión. Este proce-so, liderado en especial desde la capital ha sido un

La crisis económica mundial producto de la acumulación de contradicciones, la tasa decre-ciente de la tasa de ganancia, ha hecho que los llamados planes de ajuste sean cada vez peores con ataques frontales a la salud, educación, pensiones y salarios.

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proceso principalmente popular y juvenil (sin negar el papel muy importante de lo rural y de los demás sectores), que logró meter en crisis al gobierno de Duque, los resultados aún están por verse y depen-den en gran medida de la respuesta de las masas a las próximas convocatorias. Sin embargo, a la disposi-ción de lucha se opone la actitud de las burocracias conciliadoras y desmovilizadoras. Es un reto la cons-trucción de una dirección consecuente.

G.R.J: ¿Que se ve venir? Que escenarios y/o pro-yecciones posibles se podrían prever en el inmediato futuro del país y en la Región?

N.J.C.G: El paro también nos permitió entender que el ejército nacional mata nues-tros niños y sin número de civiles, que nuestros campos son bombar-deados todos los días, sin importar quién caiga, nos mostró que nues-tro gobierno es parte del negocio de la guerra y que obedecemos a intereses de la OTAN, TIAR, OCDE y cuanto proceso de dominio eco-nómico y político ahí está nuestro gobierno de primeras. Todo esto se puede entender como las posibili-dades interpretativas del paro, pero creo que el proceso fue más allá to-cando la consciencia de las personas, fomenta nue-vas formas organizativas y ha creado una huella en la sociedad que no será borrada fácilmente, el paro que inició Colombia el 21 de noviembre se convierte en un referente y proyecta la lucha del siglo XXI.

E.M y M.A.E: El panorama actual es de lucha, aun cuando es paradójico y no muy alentador, las ventanas de posibilidad para gobiernos de tendencia progresis-ta, se estrechan cada vez más, mientras las políticas de guerra imperial arrecian en los territorios del país y la región. Aun así, es necesario ver los momentos de cri-sis como una oportunidad para confrontar, movilizar y acumular fuerzas sociales que busquen profundizar las contracciones del modo de producción actual. La evidencia indiscutible del empobrecimiento, matan-zas, expoliación y esclavitud exigen comprensión y lectura crítica del rostro verdadero del capitalismo, un rostro omnipresente que no puede maquillarse ni reformarse para “humanizarse” porque necesita pre-cisamente de la miseria en la vida humana para su existencia. Hoy más que nunca debemos aprovechar

esta revelación descarada para ganar espacio como alternativa de futuro posible, es trascendental que no desperdiciemos oportunidad alguna para la denuncia y exposición, en todos los ámbitos posibles, de las ex-presiones de la barbarie capitalista que es colonialista, adulto céntrica y patriarcal, a la vez es urgente no caer en la desesperanza, mucho menos en el escepticismo. Hoy más que nunca se requiere el despliegue de las propuestas, difusión de los proyectos de sociedad que hemos construido a la par que desarrollamos vocación de poder desde abajo.

M.P.H.M: En el corto y mediano plazo las luchas van a continuar, aun cuando haya momentos de re-

flujo e incluso suframos derrotas importantes, como las causas es-tructurales siguen sin resolverse, como los gobiernos incumplen los acuerdos, como el nivel de vida continúa cayendo, los jóvenes, las mujeres, los indígenas y demás sectores seguirán luchando. Es ne-cesario saber que los poderosos y sus gobiernos se organizan para enfrentarnos y desmovilizarnos. De un lado con la fuerza bruta, con escuadrones de matones como el ESMAD o los carabineros chilenos,

con paramilitares y asesinatos, con judicializaciones y amenazas como el caso de la abogada María Rivera de Chile. Pero también se organizan para desmovili-zarnos por la vía “democrática”, convenciéndonos de llevar todas las contradicciones al mundo electoral, y vendiéndonos la ilusión de que otro capitalismo es posible. De esto son ejemplos el partido verde y sus alcaldes “tibios” al servicio del gran capital.

Y.R.Z: Un escenario posible es una unidad coyun-tural en torno a un escenario electoral para el año 2020, donde se requiere avanzar en la unidad de ac-ción y programática, que supere las divisiones al in-terior de los múltiples sectores que se han movilizado hasta hoy superando los hegemonismos y los visones mesiánicas al respecto. Otro escenario posible es el desarrollo de mayores luchas en los territorios y en sectores claves del país que permitan avanzar en la concreción de ganancias para el pueblo colombiano y la defensa de los derechos fundamentales.

G.R.J: ¿Cuál es su propuesta para afrontar esta coyuntura, denominada histórica, en lo táctico, con-

El panorama actual es de lucha, aun cuando es paradójico y no muy alentador, las ventanas de posibi-lidad para gobiernos de tendencia progresista, se estrechan cada vez más, mientras las políticas de guerra imperial arrecian en los territorios del país y la región.

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creto e inmediato? Y ¿Cuál la proyección en clave de acumulación estratégica, de proceso de construc-ción de poder popular, de perspectiva socialista?

E.M y M.A.E: En lo táctico y concreto es necesario hacer un esfuerzo importante por el fortalecimiento y la actualización ideológica a través de la formación y la movilización, esto es estratégico a la vez, de cara a la batalla de ideas. El giro a la derecha en Améri-ca Latina y el mundo, que caracteriza este cambio de periodo, no solo afecta a las personas lejanas a los es-pacios organizativos, también copa sutilmente los es-cenarios de la izquierda y sus distintas expresiones, es allí donde se requiere énfasis para mantener la actitud crítica y científica frente al análisis de la realidad.

La fortaleza ideológica es lo que en concreto permite la existencia de prácticas y sujetos revolucio-narios en la construcción de un nuevo mundo en perspectiva so-cialista.

Y.R.Z: En lo inmediato no se vislumbra un proceso de negocia-ción con el gobierno, dado que este no le interesa negociar sino fragmentar y dividir, por lo tanto el escenario principal para poder avanzar la moviliza-ción y la lucha tanto como CNP como de los diver-sos sectores y actores, esto requiere de mantener las unidad de acción al interior del Comité Nacional de Paro como una opinión favorable hacia la población colombiana, para lo cual se requiere ejercicios pe-dagógicos alrededor de los 13 ejes y 104 puntos del pliego. Y en perspectiva estratégica, avanzar en una posible plataforma de lucha, que recoja un programa democrático y revolucionario para la construcción de esa otra Colombia posible.

M.P.H.M: En lo táctico del proceso colombiano es urgente organizar un paro nacional indefinido que ojalá pueda ser también de la producción, es nece-sario tejer la unidad entre los diferentes sectores en lucha y no vacilar dando treguas y aplazamientos que favorecen al gobierno. Pensamos que es impor-tante mantener las exigencias del pliego, las cuales podrían todas ser cumplidas si se dejara de pagar la deuda externa. Nos parece que hay que empezar a discutir el no pago de la deuda, esto políticamente ayuda a entender que el problema de Colombia no

es local ni nacional, sino que obedece al mismo pro-blema del sistema imperialista.

Es urgente entonces organizar procesos de coordi-nación de las luchas a nivel regional y global e igual-mente hay que organizar un plan de lucha efectivo contra los asesinatos selectivos, y organizar la au-todefensa obrera y popular, reivindicando las expe-riencias de las Guardias y la primera línea, y recha-zando el vanguardismo de la violencia desarticulada de las masas.

Esta lucha debe pasar de ser defensiva a plantearse el problema del poder que no es el problema de las elecciones para pasar de luchadores a administra-

dores del capital. El problema del poder implica pensarse en el fin no del neoliberalismo sino del sistema capitalista, implica pensarse en el gobierno obrero, campesino y po-pular de base. Para eso es necesario poner todos nuestros esfuerzos en articular a la clase obrera al pro-ceso como único sector realmen-te capaz de controlar la economía

y parar la producción; y en la construcción de una dirección revolucionaria y un partido revoluciona-rio mundial. Las actuales direcciones de las luchas, burocracias conciliadoras o directamente traidoras y la represión del enemigo de clase, conspiran contra este propósito. Pero tenemos confianza en el poder de los trabajadores, los jóvenes, las mujeres y demás sectores en lucha, estamos seguros que la unidad puede darnos la victoria.

G.R.J: A partir de lo que percibimos en este dialo-go, consideramos que se trata de una coyuntura es-tructural e histórica, esto es, se registra en el contexto un alto nivel de agudización de la lucha de clases, de confrontación, desde diferentes formas de expresión, en la rebelión de los pueblos contra los regímenes, el modelo neoliberal, el capitalismo e imperialismo.

En este marco resulta claro, ineludible e inapla-zable, la necesidad de articulación de las moviliza-ciones y luchas de los diversos procesos y sectores sociales y territoriales.

Se requiere la unidad de las fuerzas políticas de-mocráticas, populares y revolucionarias. ¡Unidad para avanzar! … ¡Viva el Paro Nacional!

Pensamos que es importante mantener las exigencias del pliego, las cuales podrían todas ser cumplidas si se dejara de pagar la deuda externa.

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El coronavirus oculta el fraude electoral

A la memoria de Fabián Alonso Ramírez (1996-2020), mi alumno del pro-grama de Ciencias Sociales de la UPN, cuya joven vida se apagó por el sectarismo y la intolerancia de un nuevo tipo de fundamentalismo.

Renán Vega CantorProfesor Universidad Pedagógica Nacional

La pandemia mundial de Coronavirus ha servido para desviar la atención de los graves problemas del régimen de Iván Duque (Uribe III), cuya ile-gitimidad era hasta hace pocos días incuestio-

nable. Sin embargo, de la noche a la mañana todo se ha volcado en dirección del Coronavirus, lo que ha sepultado en la práctica los graves asuntos de la sociedad colombiana, como se evidencia con la ma-sacre infame llevada a cabo en la Cárcel Modelo de Bogotá, en donde el asesinato de decenas de dete-nidos no ha tenido ninguna repercusión mediática y, sin ninguna perspectiva crítica se ha aceptado la versión oficial, la única voz que se ha escuchado, y se asume como si fuera cierto que se impidió una fuga masiva de presos. Nadie men-ciona las razones que explican la protesta en las cárceles de Colom-bia, donde los detenidos soportan infrahumanas condiciones de ha-cinamiento, maltrato y tortura. En la versión oficial y la de los medios, inoculados por el virus de la des-información, es como si los presos en Colombia vivieran en hoteles de cinco estrellas de los que, sin razón

alguna, se quieren ir, porque desagradecidos sí que hay en la vida.

Guardando las proporciones históricas, el uso del Coronavirus para desviar la atención por parte del régimen de Duque y sus áulicos de los medios de desinformación ha tenido un impacto similar al que tuvo la avalancha de Armero con respecto a la ma-sacre del Palacio de Justicia en noviembre de 1985. Justamente, ocho días exactos después de la carni-cería llevada a cabo por las Fuerzas Armadas en el centro de Bogotá, la desaparición física de la pobla-ción de Armero (en el Departamento del Tolima) en

donde murieron unas 25 mil per-sonas, sirvió para ocultar por años la magnitud del crimen de Estado perpetrado en el Palacio de Justi-cia. Una semana después, cuando todavía se podían percibir las ce-nizas y oler el humo de los restos calcinados en la Plaza de Bolívar, en el centro de Bogotá, súbitamen-te desapareció cualquier referencia a ese brutal acontecimiento, y so-bre el mismo se impuso la verdad oficial de la mentira y el silencio, y el foco de la atención se desplazó

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Guardando las proporciones históricas, el uso del Coronavirus para desviar la atención por parte del régimen de Duque y sus áulicos de los medios de desinformación ha tenido un impacto similar al que tuvo la avalancha de Armero con respecto a la masacre del Palacio de Justicia en noviembre de 1985.

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por completo hacia los infaustos sucesos de Armero, donde por supuesto tampoco nunca se quiso indagar sobre la responsabilidad estatal en el desencadena-miento de tal tragedia. Puede decirse con plena se-guridad que al Estado y a las Fuerzas Armadas les cayó como un anillo al dedo lo de Armero para que se dejara de hablar por años de lo del Palacio de Jus-ticia y no se hicieran las preguntas incomodas sobre ese hecho criminal.

Hoy vuelve a suceder lo mismo con el corona-virus, con la diferencia de que no estamos ante un acontecimiento interno, sino a uno que se originó fuera del país, pero que está siendo usado con des-caro por los grandes medios de desinformación para ocultar y hacer olvidar las grandes cuestiones que carcomen al régimen de los uribeños, empezando por el fraude electoral.

El asunto más inmediato y que en forma directa cuestionaba la ilegitimidad del régimen de Iván Du-que es el de la “ñeñepolítica”, otro eufemismo para referirse a la compra de votos a favor del actual in-quilino de la Casa de Narquiño (por aquello de los narcos) en el Departamento de la Guajira. Este no es un acontecimiento anecdótico, es un hecho tras-cendental hacia el que estaba concentrada la aten-ción mediática hasta hace unas tres semanas, pero que hoy ha desaparecido de la agenda informativa, aunque uno que otro periodista intente mantener la atención sobre el mismo.

José Guillermo Hernández fue un narco, traque-to y ganadero que murió asesinado en extrañas cir-cunstancias en Brasil en mayo de 2019 y quien ha co-brado celebridad póstuma por el descubrimiento de grabaciones, registradas por organismos del Estado,

en las que habla de la compra de votos a favor del entonces candidato Iván Duque. Por supuesto, en esa compra de votos está involucrado, como no podía faltar, Álvaro Uribe Vélez, cuya asesora hasta hace unos días en el Senado, Caya Daza, es una de las que habla en las grabaciones con Ñeñe Hernández sobre la compra de votos.

Ya se empezaban a desenredar los hi-los de la madeja sobre el prontuario del traqueto en mención: ganadero del Cé-sar ligado a clanes criminales de la cos-ta caribe y vinculado penalmente por el asesinato de un comerciante en el 2011;

testaferro de Marquitos (Marcos Figueroa), a cuya banda de matones les servía y de la que era uno de sus empleados a sueldo, tanto que después de muer-to se inició el proceso de extinción de dominio sobre muchas de sus propiedades por parte de la Fiscalía; como no podía faltar en el mundo de postín de los narcotraquetos colombianos, estaba casado con una ex reina de belleza nacional, porque es una constan-te que en este país todo traqueto ande con su reina; amigo cercano de “honestos e importantes” políticos colombianos (Duque, Uribe Vélez, Germán Vargas Lleras, Néstor Humberto Martínez, Francisco San-tos…) con todos los cuales se tomaba fotos y las di-vulgaba por las redes sociales como muestra de su roce social y su pertenencia a las altas cumbres del poder; amigo estrecho de altos oficiales activos de las Fuerzas Armadas y de la Policía Nacional, quienes lo llevaban y traían en los aviones y helicópteros de la FAC con toda la normalidad del caso, asegurando que lo hacían porque el Neñe era un “conocido em-presario del sector ganadero”…

En pocas palabras, el Neñe era todo un traqueto del alto mundo del hampa criolla, que, por supuesto, se codeaba con la crema de la sociedad y de la política nacional. Y esos vínculos adquieren relevancia por-que fue íntimo amigo de Iván Duque, con el que se le ve en fotos y videos departiendo amistosamente (in-cluso el 21 de diciembre de 2017, cuando Duque no era candidato todavía, escribió al lado de una fotogra-fía en la que posaba con el futuro presidente: “@ivan-duquemarquez, hermano para adelante, con la mano de Dios”), y una camioneta de una de las empresas del Neñe, la Gloria Ganadería, estuvo al servicio di-recto de la campaña presidencial de Duque en Valle-

Uribe Vélez, Duque y el Ñeñe, tal y como aparecen en las redes sociales de este último. También figura la ex reina nacional María Mónica Urbina, esposa del traqueto.

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dupar, en la que se desplazaban los directi-vos nacionales y regionales de esa campaña. Para más señas, desde el 2015 (es decir, desde antes de la campaña presidencial que “ganó” Duque), la Dijin (Dirección de Investigación de la Policia) relacionaba al Neñe con la or-ganización criminal de Marquitos Figueroa. De tal manera, que Duque sabía quién era el Neñe y nunca rechazó esa amistad y ese apo-yo electoral. Y ese individuo, Neñe Hernan-dez, como para que no quedaran dudas de su cercanía con Duque y Uribe, estuvo presente en Bogotá el 7 de agosto de 2018, durante la posesión presidencial, algo digno de re-saltar, puesto que a un evento de esa índole, el recién posesionado no invita a cualquier aparecido, sino que todos los que están allí son de su círculo más íntimo y cercano. Esto muestra la proximidad entre un traqueto, el Ñeñe Hernández, y Duque, e indica la altura moral de los uribeños.

Sin profundizar en el tema, lo que se evi-dencian son las amistades de Duque, que son las mismas de Uribe, y forman el círculo de la Bacrin de los Uribeños, entre las que se encontraba el finado Neñe Hernandez, como puede verse en las fotos y mensajes de con-dolencia que enviaron “grandes” políticos del país luego de su muerte en Brasil, en donde lamentan la perdida de un gran patriota que engrandeció a la empresa privada y a Colombia, que es la misma empresa privada.

De igual forma, se revelan los estrechos vínculos de un traqueto y ganadero con las Fuerzas Militares del Estado, lo que es un ejemplo palpable del carác-ter de las mismas, como lo evidencian sus nexos per-manentes con paramilitares y empresarios, a los que siempre han defendido a sangre y fuego.

En el fondo de todo está el asunto de la ilegitimi-dad e ilegalidad en la elección de Iván Duque, por la compra de votos y el fraude electoral. Pero acá, por supuesto, el Ministerio de Colonias de los Esta-dos Unidos (OEA) ni siquiera se pronuncia, y mucho menos “investiga” como lo hizo en forma acelerada en Bolivia, para respaldar a nombre de un supuesto fraude electoral el golpe de Estado contra el gobier-no de Evo Morales; para no hablar del caso de Vene-

zuela, asediada y bloqueada por no haber realizado las elecciones tal y como lo quiere la Comunidad In-ternacional de Delincuentes.

En resumen, lo que se está tapando con el Cora-navirus es, nada más ni nada menos, que un fraude electoral en las elecciones presidenciales, asunto que ya había denunciado Aida Merlano para el Departa-mento del Atlántico. Sobre el asunto nunca se hará nada, y más después del Coronavirus, si se tiene en cuenta, para completar, que el nuevo fiscal es un ami-go íntimo de Iván Duque y tiene nexos directos con algunos de los involucrados en la ñeñepolítica. De acuerdo a lo anterior, a los uribeños, empezando por el desprestigiado Iván Duque, el coronavirus ha sido como una bendición divina, que les ha caído como anillo al dedo, para tapar toda la podredumbre del régimen, empezando por su ilegitimidad electoral.

La camioneta del Ñeñe Hernández, en la que se hace campaña a Duque, tal y como la presentaba el Ñeñe en sus propias cuentas de las redes sociales.

El Ñeñe compartió esta foto en sus redes sociales, en la que aparece junto a altos milita-res, detrás del helicóptero oficial en que lo transportaban como “Ñeñe por su casa”.

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Coronavirus y agresion imperialista a Venezuela

“A la par del ‘enemigo invisible contra la humanidad’, el coronavirus, hay otro muy visible, el imperialismo mundial. […] La pandemia, lejos de ser vista como un enemigo que ha de ser erradicado en todo país, es visto por la Casa Blanca, el Pentágono y la CIA como una nueva arma de guerra que debe ser integrada en sus planes imperialistas”.

Bill van Auken, El imperialismo estadounidense utiliza el coronavirus como un arma de guerra. Disponible en: https://www.wsws.org/es/articles/2020/03/21/pers-m21.html

Renán Vega Cantor

La epidemia del Covid-19 que ha fortalecido al virus de la mentira y la desinformación a tra-vés de falsimedia mundial, con sus lacayos me-diáticos en cada país, está sirviendo para que

se agudicen las acciones criminales por parte de los Estados Unidos contra Venezuela, con el respaldo incondicional, vergonzoso y abyecto del régimen del subpresidente Iván Duque en Colombia. En este ar-tículo enfatizamos en la forma como en la coyuntura de la pandemia se ha reactivado esa actuación impe-rialista que revive en pleno siglo XXI la Diplomacia de las Cañoneras del siglo XIX.

Coronavirus, quiebra del fracking y crisis en los Estados UnidosComo punto de partida para en-tender la nueva arremetida contra Venezuela debe situarse la situa-ción interna de los Estados Uni-dos que incide directamente en las elecciones presidenciales de no-viembre próximo. Como se sabe, para ganar las elecciones los presi-

dentes de los Estados Unidos efectúan las acciones criminales e ilegales que consideren necesarios, sin importar los costos humanos que eso pueda tener. En esta ocasión la reelección de Donald Trump está en riesgo por tres razones principales: el coronavi-rus, la quiebra del fracking y la crisis económica en marcha.

En cuanto a lo primero, en estos momentos Es-tados Unidos ya es el país del mundo más afectado en forma directa por la pandemia Covid-19, con 420 mil contagiados y 15 mil fallecidos, una cifra

que quintuplica a los muertos que produjeron los atentados del 11 de septiembre de 2001. Y la epidemia se ha extendido en forma acelera-da debido a la irresponsabilidad del propio Trump que en forma reiterada ha dicho que no va a sac-rificar la economía por la salud de los estadounidenses de la tercera edad. La cantidad de muertos que deja la epidemia y los que vendrán, una cifra que el propio Trump ha

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Como se sabe, para ganar las elecciones los presidentes de los Estados Unidos efectúan las acciones criminales e ilegales que consideren necesarios, sin importar los costos humanos que eso pueda tener.

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estimado en por lo menos 100 mil personas, es un dato significativo puesto que en ninguna guerra de las tantas que ha librado Estados Unidos a lo largo de su historia ha tenido tantas pérdidas humanas. El Coronavirus aparte de mostrar el desastroso estado del sistema de sa-lud estadounidense, se le endosa a Trump y su entorno, por la demora en adaptar medidas de prevención y control, como el cierre de los aeropuertos y la interrupción del transporte aéreo de tipo comercial.

En cuanto al fracking es bueno recordar que la explotación del petróleo de esquis-to hizo que Estados Unidos, en forma artificial, se volviera a convertir en el primer productor mundial de petróleo. Eso se hizo a costa de tener un precio por arriba de los 50 dólares el barril, para que las empresas petroleras que impulsan la fractura hi-dráulica fueran rentables, pero ahora los precios han caído de manera drástica como no sucedía desde 1998. Eso perjudica a Estados Unidos en un doble sentido: por la desaparición de empresas petroler-as y por los efectos sobre el sistema financiero que había hecho préstamos a las empresas que le apos-taron al esquisto y le adeudan unos 200 mil millones de dólares, que deben pagar en los próximos cuatro años. Harold Hamn, presidente de Continental Re-sources y uno de los grandes barones del petrolero que donó una gran cantidad de dólares a la campaña de Trump y fue su asesor económico ha dicho: “Se están aprovechando de la pandemia de coronavirus que recorre el mundo para apuntar a esta industria y devastarla”1. Hay que tener en cuenta que este in-dividuo perdió, en la reciente caída de la bolsa, 2500 millones de dólares, lo que es un ejemplo por antic-ipado sobre lo que va a suceder cuando se derrum-ben estrepitosamente las compañías de fracking, las cuales se llevaran consigo a muchos bancos. La crisis del petróleo de esquisto en los Estados Unidos, re-vive la obsesión de ese decante imperio por apoder-arse del petróleo de Venezuela.

1 https://www.elperiodico.com/es/economia/20200314/debacle-pre-cios-petroleo-pone-apuros-industria-fracking-esquisto-ee-uu-7889131

En cuanto a la crisis, en estos momentos ya es evidente la recesión de la economía de los Estados Unidos, siendo uno de sus principales indicadores el desempleo de quince millones de trabajadores en las últimas semanas. Tal es el resultado de la paráli-sis forzosa de diversos sectores, en la medida en que avanza el Covid-19, entre ellos el tráfico aéreo con el resto del mundo y la cuarentena en ciudades como Nueva York y Miami. Con esto se ha interrumpido el ciclo del consumo, un aspecto central en la prin-cipal economía capitalista del mundo, en la que se calcula que el consumo directo e individual repre-senta el 70% de toda la actividad económica. En es-tas condiciones puede haber una caída entre un 10 y un 30% del Producto Interno Bruto (PIB) en los Estados Unidos en el próximo trimestre. En este sen-tido, a Trump le puede fallar la economía interna, con negativas consecuencias electorales si recorda-mos aquello de “es la economía, estúpido”.

La mejor manera de desviar la atención sobre es-tos problemas internos por parte de Donald Trump y su sequito de criminales es enfilando baterías hacia el exterior, y eso es lo que han hecho en las últimas semanas, colocando sobre el tapete la posibilidad real de una agresión militar directa a la patria de Bolívar, contando con el respaldo de varios gobiernos su-damericanos, entre ellos Brasil y Colombia, que dis-putan entre sí el campeonato mundial del servilismo.

El permanente regreso al viejo oesteLa historiadora Roxane Dumbar-Ortiz en su notable libro La historia indígena de Estados Unidos ha dem-ostrado que la conquista brutal del oeste del actual

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territorio de ese país, habitado milenariamente por numerosos pueblos indígenas, se convirtió en el modelo de las llamadas “guerras indias”, caracteri-zadas por el salvajismo de los colonos blancos, pro-movido por el Estado, sus ideólogos y periodistas, lo que ocasionó el exterminio de miles de seres hu-manos. En esa cacería genocida se ponía precio a la cabeza de los indígenas y se pagaban recompensas por su cuero cabelludo, como prueba de las “haz-añas” de los civilizados colonos que iban sometien-do el “salvaje oeste” a sus designios. Dumbar-Ortiz sostiene que esas prácticas genocidas no son cosa del pasado, puesto que el modelo de las “guerras indias” se proyecta hasta el día de hoy por parte del imperi-alismo estadounidense fuera de sus fronteras, en sus innumerables agresiones bélicas en los cinco conti-nentes. Dicho de otra forma, en la persecución de los pueblos indios se forjó una escuela genocida, de la que aprendieron las clases dominantes de Estados Unidos y su Estado para luego realizar lo mismo en el escenario mundial. Por ello, “Reflexionar sobre las cinco guerras más importantes de Estados Unidos desde la Segunda Guerra Mundial –en Corea, Viet-nam, Irak (1991), Afganistán e Irak (2003)- […] nos remite a la esencia de la historia estadounidense. Un hilo rojo de sangre conecta los primeros asentamientos blancos en Norteamérica con el presente y el futuro”2.

De tal manera que ponerle precio a la vida de seres humanos no es ninguna novedad en la historia de Estados Unidos, ni tampoco financiar “caza-recom-

2 Roxane Dunbar-Ortiz, La historia indígena de Estados Unidos, Capitán Swing, Madrid, 2018, p. 258. (Énfasis nuestro).

pensas” con el ofrecimiento de millones de dólares, puesto que es lo que vienen haciendo los gobernantes de ese país desde finales del siglo XVIII. Tal práctica criminal la reactivan en forma brutal y grotesca al co-locar públicamente un precio a los miembros del go-bierno de Venezuela, con el lema de “Se busca” (Vivo o muerto) a cada uno de ellos. Que este tipo de gestos arrogantes e imperialistas lo hagan los gobernantes de Estados Unidos no debe sorprender, puesto que eso está en su esencia criminal y genocida, lo sorpren-dente es que en el siglo XXI haya quienes secundan este tipo de acciones, en forma abierta o soterrada, como sucede con la Unión Europea y esa parranda de delincuentes que se autodenomina “comunidad inter-nacional”. Y lo más vergonzoso es que eso lo secund-en ciertos títeres de América del Sur, los que por sola precaución deberían cuidarse porque de aquí a maña-na ellos pueden ser los perseguidos, si recordamos que Estados Unidos no tiene amigos sino intereses.

No hay que llamarse a engaños, por más que la prensa proimperialista se relama con las acusaciones infundadas contra el gobierno de Venezuela (como lo hacen en Colombia Semana, El Tiempo, El Espect-ador, RCN, Caracol…), que revive la lógica criminal del salvaje oeste por parte de Trump y su banda de criminales (Mike Pompeo, Elliot Abrams, Marco Ru-bio…). Lo que acontece es una maniobra más en la larga cadena de agresiones contra Venezuela y s re-curre a ella luego de haber agotado todos los medios para imponer sus intereses en el país sudamericano. Este solo hecho debería generar la repulsa de todos los hombres y mujeres honestos del mundo, y `por eso frente a esa ignominia no puede guardarse silencio. Debe denunciarse como una injerencia imperialista, con crímenes de lesa humanidad, que no tiene ningún tipo de escrúpulos para llevar a cabo sus planes de re-colonización de Venezuela, aprovechándose del efecto distractor que ocasiona el coronavirus. En una coyun-tura en que se precisaría de la solidaridad y la fraterni-dad para afrontar este nuevo reto, los imperialistas de Estados Unidos muestran su carácter genocida, algo que no extraña si recordamos que históricamente su concepción bélica se basa en las tres D: “derrotar, de-struir, devastar”, como dice el historiador John Dower en su libro El violento siglo americano3.

3 John W. Dower, El violento siglo Americano. Guerras e intervenciones desde el fin de la segunda guerra mundial, Critica, Bogotá, 2018, p. 23.

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Pandilla de Lima y Unión Europea: lacayos a discreción Dos días después de que los Estados Unidos dieran a conocer su plan de “transición” para Venezuela, la Pandilla de Lima emitió un comunicado en el que manifiesta su total acuerdo con las decisiones de sus amos, sin nombrar la arremetida injerencista de Es-tados Unidos de poner precio a la cabeza de Nicolás Maduro, según el viejo estilo del Lejano Oeste. Llama la atención que esa Pandilla de Lima, prácticamen-te extinta desde hace meses, reaparezca para arre-ciar los ataques contra Venezuela y no diga ni haga nada para enfrentar el Covid-19, que está haciendo estragos en Ecuador (aunque no forma parte de esa pandilla pero es su aliado incondicional), un hecho doloroso que debería generar la solidaridad de los otros países de la región, la misma que tanto invocan a la hora de unirse en gavilla contra Venezuela. Pero lo que vemos es que Ecuador ha sido abandonado a su propia suerte, con la gente muriéndose en las ca-lles, ante la indiferencia de los mismos que se dicen tan preocupados con la suerte de los venezolanos.

Y eso mismo es lo que hace el “solidario” gobier-no de Duque, quien con mucho bombo había anun-ciado a mediados de marzo que cerraba la frontera con Venezuela pero mantenía abierta la de Ecuador. Ahora, ante la situación de Ecuador, lo único que puede ofrecer es la militarización de la línea fronter-iza, con lo cual supone que va a bloquear el ingreso del Covid-19 por el sur del país. Ese mismo criterio altamente “solidario” es el que realiza Perú, país que también ha militarizado su frontera con Ecuador. Estos gestos de “hermandad latinoamericana” dem-uestran que la Pandilla de Lima fue creada por los Estados Unidos con la finalidad exclusiva de atacar a Venezuela, sirviendo de manera incondicional a los intereses imperiales.

En el mismo sentido, la agonizante Unión Eu-ropea (UE) avaló al pie de la letra los planes inter-vencionistas de los Estados Unidos al decir que “la propuesta estadounidense va en la línea de la UE de proponer una salida pacífica a la crisis a través de una vía negociada hacia un gobierno democrático, lo cual es ahora más necesario que nunca”4. A ver, no es que la propuesta de Estados Unidos vaya en la línea de la UE, es más bien que esta se pliega servil-

4 https://www.aa.com.tr/es/mundo/la-uni%C3%B3n-europea-declara-su-apoyo-a-la-propuesta-de-eeuu-sobre-crisis-en-venezuela/1791858

mente a lo que le mandan los amos de Washington. Y resulta muy singular el entendimiento de lo que es una salida pacífica, con la política del Lejano Oeste al mando y con el despliegue militar del Comando Sur en el Mar Caribe.

En su comunicado, la UE muestra su preocupación por los efectos que pueda tener el Covid-19 en Ven-ezuela, cuyo impacto puede ser devastador en con-sonancia con la destrucción de su sistema de salud público por las sanciones de Estados Unidos y por el robo de activos del Estado venezolano, que es algo que ni se menciona en ese texto. Poca es la autoridad moral de la UE para hablar del Covid-19, cuando tiene miles de muertos en España, Italia, Francia…, en gran medida por las recetas neoliberales y la ir-responsabilidad política de sus gobernantes. Pese al terrible padecimiento de importantes sectores de su población, la UE no muestra el más mínimo gesto de sensibilidad hacia el dolor de los otros, en este caso de los venezolanos, y reafirma su apoyo incondicional a los designios del círculo criminal de Donald Trump, como una clara muestra de sus nostalgias colonialis-tas. En la práctica, la UE apoya las políticas genocidas de los Estados Unidos contra un país sudamericano, porque acepta la acción criminal de poner precio a la cabeza de los gobernantes venezolanos, se inmis-cuye en los asuntos internos de otro país, acepta la ex-tra-territorialidad que reclama la Fiscalía de Estados Unidos (como si fuera el policía del mundo) y legiti-ma la arremetida militar de Trump en el Caribe. ¡Qué más se puede esperar de la “solidaria Europa”, que se precia de ser la cuna de los Derechos Humanos!

Recompensas para ocultar un complot contra Venezuela, organizado desde ColombiaHay hechos que en esta coyuntura de coronavirus pasan desapercibidos pero que son de suma gra-vedad y, sobre todo, muestran que Colombia es un neocolonia de los Estados Unidos, tal y como ha acontecido con la entrega del ex militar venezolano Clíver Alcala a la DEA el 27 de marzo. Esto sucede después de dos acontecimientos inter-relacionados, pero cuando el segundo tapa y oculta el primero, el más importante: en su orden, un plan para realizar atentados en Venezuela y el despropósito imperia-lista de capturar a los miembros del gobierno de la patria de Hugo Chávez.

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Así, el 23 de marzo fue incautado un poderoso ar-senal de armas en una carretera de la costa caribe co-lombiana y tres días después Alcala, quien vivía en la ciudad colombiana de Barranquilla desde hace dos años y con conexiones con traquetos y narcopara-militares colombianos, reconoció ser el propietario de ese arsenal, avaluado en medio millón de dólares. Alcala sostuvo que estas armas iban a ser usadas en Venezuela, en coordinación con agencias de los Es-tados Unidos y con la complicidad de Juan Guaidó.

A este hecho conspirativo, organizado desde Co-lombia y con participación de colombianos, no se le concedió ninguna importancia y poco se mencionó en falsimedia nacional, máxime que Alcala apareció a los pocos días, el 26 de marzo, con foto y todo, en-tre los supuestos miembros del Cartel de los Soles. Y allí vino la otra irregularidad, que muestra el grado de sumisión de Duque y de la “Justicia” colombiana, puesto que a las pocas horas Alcala se entregó y, sin ningún tipo de trámite por parte del gobierno co-lombiano (extradición, expulsión o judicialización de alguna clase) quedó en manos de la DEA y fue llevado en forma relámpago a Estados Unidos, cuan-do pocas horas antes se había anunciado que, por el coronavirus, durante los siguientes 30 días no se iban a presentar extradiciones desde nuestro país.

Lo más aterrador de la complicidad del Esta-do colombiano ha sido la actuación de la Fiscalía que, tras la confesión de Alcala, sabía dónde vivía y cómo localizarlo y, sin embargo, se desentendió para que este se entregara a los Estados Unidos y

luego si expidió un comunicado, el 29 de abril, en el cual asegura que luego de la confesión de Alcala la Fiscalía “generó nuevas actividades investigativas dentro del caso para recolectar evidencia que determine su participación”, como si no fuera suficiente evidencia su propia con-fesión, y para rematar el oprobio que genera el ser una semicolonia de los Estados Unidos, el comuni-cado de la Fiscalía informa sin in-mutarse: “La Fiscalía General de la Nación conoció que el señor Oliver Alcala Cordones se entregó a las autoridades de Estados Unidos. Al momento de su entrega no existía

orden de captura ni solicitud de extradición”. Y cier-ra con esta perla de antología: “A través de los cana-les de cooperación judicial, la Fiscalía General de la Nación, solicitara información a Estados Unidos para avanzar en sus indagaciones”5.

Miremos este despropósito: un individuo confiesa que es el dueño de un arsenal que se iba a utilizar para realizar atentados contra las autoridades de un país vecino, pero la Fiscalía no lo detiene porque está acopiando pruebas, ya que no le parece suficiente la confesión, y aduce que no se percató que ese indi-viduo se entregó a los Estados Unidos (en territorio colombiano), cuando en Colombia sí que se sabía quién era luego de que el Fiscal de los Estados Uni-dos difundió su foto como supuesto miembro del imaginario Cartel de los Soles. Tras constatar que el individuo en cuestión estaba en manos de los Esta-dos Unidos, la Fiscalía sostiene en forma descarada que le va a solicitar información a los Estados Uni-dos para que le ayude a investigar al individuo que dejo escapar hacia el imperio del norte. ¡Qué gran ejemplo de independencia y autonomía de la justicia colombiana!

De manera desprevenida surgen varias preguntas: ¿cualquiera en territorio colombiano, natural de este país o de otro, se puede entregar a un gobierno ex-tranjero, sin mediación colombiana y máxime cuan-do ha cometido y confesado su participación en el

5 https://www.vtv.gob.ve/califican-verguenza-actuacion-fiscalia-colom-biana-ee-uu-alcala-cordones

Arsenal incautado que iba a ser utilizado para realizar atentados en Venezuela.Fuente: El Tiempo, Bogotá.

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delito, por lo menos, de tráfico de armas? ¿Cualqui-era que sea acusado por los Estados Unidos puede ser capturado en Colombia por autoridades de Es-tados Unidos y conducido a ese país sin cumplir los más elementales requisitos formales der salida del país? ¿Por qué la Fiscalía colombiana lo dejo ir de sus propias manos y luego de la entrega a los Estados Unidos solicita la cooperación a la “Justicia” de ese país para aclarar lo que paso en territorio colombi-ano con el arsenal bélico, del que Alcala se declaró propietario?

Incluso, la misma prensa oficial de Colombia co-menta en “forma ingenua” que “Según dijo Alcalá, los miembros de la Dirección Nacional de Inteligen-cia de Colombia que lo recogieron en su domicilio en el norte de Barranquilla para ponerlo en manos de la justicia estadounidense son conocidos suyos a quienes trata ‘hace más de un año’”6. Para ratificar el grado de abyección del gobierno de Duque y de la prensa colombiana, El Tiempo informa: “Fuentes oficiales señalaron que aunque se tenía previsto su traslado a Bogotá, por razones de seguridad se de-cidió sacarlo del país en un vuelo que partió este vi-ernes sobre las cuatro y media de la tarde desde la capital del Atlántico. Ese desplazamiento, afirmaron las fuentes, tuvo una autorización especial pues se mantienen las restricciones a los vuelos como parte de las medidas para evitar la expansión del corona-virus en Colombia. Por esa misma razón no se ha es-tablecido si el ex militar fue trasladado directamente a los Estados Unidos”7. Es decir que el gobierno del subpresidente Iván Duque entrega a un individuo involucrado en un complot para asesinar al jefe de Estado de Venezuela a los Estados Unidos, y ni si-quiera sabe a dónde lo llevan. ¡Qué muestra de so-beranía, independencia y autodeterminación!

Es tan turbia la maniobra que María Isabel Rueda, una periodista del establecimiento y siempre defen-sora de las peores causas, solicitó en su columna de El Tiempo: “que nos expliquen qué hace el general retirado Clíver Alcalá residenciado en Barranquilla, contra quien también está dirigida la decisión judi-

6 https://www.elespectador.com/noticias/el-mundo/cliver-alcala-ex-militar-venezolano-ya-esta-en-ee-uu-custodiado-por-la-dea-articu-lo-911760

7 https://www.eltiempo.com/justicia/conflicto-y-narcotrafico/general-al-cala-ya-esta-ante-autoridades-de-los-estados-unidos-por-caso-con-tra-nicolas-maduro-478058

cial, y qué fue lo que lo llevó a confesar que el carga-mento de armas destinado a la oposición venezolana estaba a cargo de él, mediante un contrato con una misteriosa agencia de EE. UU. ¿Protección de Co-lombia o de EE. UU?”8.

Teniendo en cuenta lo anterior, hay una relación inmediata entre las acusaciones contra el gobierno de Venezuela y el fallido intento de efectuar atenta-dos en el país fronterizo, contra el propio presidente Nicolás Maduro, con un sofisticado cargamento de armas que la misma prensa colombiana describía así: “Hacia las 9:30 de la mañana, un retén de la Policía de Carreteras detuvo un campero blanco sobre la ruta entre  Barranquilla  y Santa Marta. Al inspeccionarlo los policías encontraron  un arsenal de guerra que los dejó boquiabiertos. Escondidos había 26 fusiles de asalto AR-15, 30 miras láser, 37 visores nocturnos, ocho silenciadores, chalecos anti-balas, 14 cascos tácticos, radios de comunicaciones, entre otro material. Todos, elementos nuevos y de últi-ma tecnología, pero sin números de identificación que permitieran establecer su origen”9. Pues resulta que en forma casi inmediata Alcala dijo en una entrevista radial que ese armamento incautado estaba destina-do para la “liberación de Venezuela” y él mismo fue el que coordinó su ingreso. El ex militar confesó que esas armas eran parte de un convenio entre él y Juan Guaidó, con asesoría estadounidense, para efectuar una operación contra Nicolás Maduro y señaló que en el contrato aparecían las firmas de Guaidó y de JJ. Rendón, como forma de demostrar a quien le estaba sirviendo y contra quien estaba conspirando desde Colombia. Pero ni la prensa colombiana ni a la “Jus-ticia” criolla (si es que en algún momento intervino), visceralmente anti-venezolanas, ni siquiera creyeron en esa declaración (que confirma aquello de a con-fesión de parte, relevo de pruebas), porque claro eso demuestra las permanentes denuncias que se hacen desde Caracas con respecto al papel que desempeña el régimen colombiano en encubrir atentados y sab-oteos que se realizan en Venezuela. ¿Finalmente, qué pasó? Lo más elemental es pensar que Estados Unidos encargó a Alcala, con la complicidad de Juan

8 María Isabel Rueda, “No entiendo este ‘Inindictment’”, El Tiempo, marzo 29 de 2020. Disponible en: https://www.eltiempo.com/opinion/columnistas/maria-isabel-rueda/no-entiendo-este-indictment-colum-na-de-maria-isabel-rueda-478262

9 https://www.semana.com/Item/ArticleAsync/659785?nextId=659934

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Guaidó, de efectuar algún atentado en Venezuela y como Alcala les falló Estados Unidos le pasó factura y lo sacó de circulación, colocándolo en el cartel del Lejano Oeste poniéndole precio a una de sus propias y fallidas fichas y llevándoselo el mismo día para ter-ritorio estadounidense, para que aquí no se hicieran preguntas incomodas sobre la alianza tenebrosa en-tre organismos secretos de Estados Unidos con los de Colombia y con la “oposición venezolana” del ra-strojo Juan Guaidó.

“Elecciones libres” y carteles de la drogaEl cinismo de los Estados Unidos, La Unión Euro-pea, la Pandilla de Lima es pasmoso, pero lo es más el del régimen de Duque, en cuanto a su pretendida “moralidad” para usar el “democracimetro” imperia-lista contra Venezuela. Eso se demuestra con dos ele-mentos agitados en estos días: las “elecciones libres y transparentes” y los capos del narcotráfico y sus nexos con el Estado. Cuando Duque habla de esos dos asuntos, uno se pregunta si se está refiriendo a él en persona, por sus vínculos con personajes poco santos, como el Neñe Hernández y su círculo de tra-quetos en la Costa Atlántica, y a la fraudulenta elec-ción presidencial del 2018, que lo tiene en la Casa de Narquiño como subpresidente.

Para empezar, las elecciones presidenciales de 2018, en las que fue elegido Duque, no fueron ni limpias ni transparentes, sino que se caracterizaron por la compra de votos a favor del candidato uribista, como lo demuestran las interceptaciones telefónicas

al Neñe Hernández, a lo que nos referimos en un artículo anterior de Rebelión10. En esas elecciones se puso en juego toda la maquinaria de corrupción y criminalidad de los círculos uribeños para garan-tizar la elección de su candidato. Tales son las “elecciones libres” de las que tanto alardea el gobierno de Duque, que le confiere bastante “autoridad moral” para reclamar-le a otro país y sabotearlo porque supuestamente allí las elecciones no fueron transparentes. Algo así, como cuando el ladrón para ocul-tar sus propios robos grita a los cu-atro vientos que “atrapen al ladrón”.

Y el otro aspecto, en que el Estado colombiano y sus clases dominantes no tienen la menor autoridad moral para hablar es el de la cocaína, puesto que si en el continente hay algún lugar donde se ha presen-tado una simbiosis entre los barones de la cocaína (desde Pablo Escobar en adelante) y esas clases dom-inantes es Colombia, país desde donde sale en estos momentos el 90% de la cocaína que se consume en el mundo. Y los círculos políticos que respaldan a Duque están untados de cocaína hasta los tuétanos, como se evidencia con el hecho que el Embajador de Colombia ante Uruguay, Fernando Sanclemente, en una finca de su propiedad, ubicada a cincuenta kilómetros de Bogotá, procesaba cocaína para la ex-portación, en sofisticados laboratorios, a un ritmo de entre 10 y 15 kilos de cocaína por día. ¿Sobre eso que ha dicho Duque, tras conocer la renuncia de ese embajador el 6 de abril, luego de que la Fiscalía le abrió investigación penal? Como en los tiempos del Patrón Uribe sostuvo que este es un “buen mucha-cho”, puesto que “el doctor Fernando Sanclemente es una persona que yo siempre he reconocido por su servicio público, es una persona que tiene una lar-ga trayectoria como funcionario y él venía haciendo una gran labor en el Uruguay”11. ¿Entre esa gran la-bor estaba, preguntamos, producir y llevar cocaína por el continente?

10 https://rebelion.org/como-anillo-al-dedo/11 https://www.semana.com/semana-tv/semana-noticias/articulo/

duque-acepto-renuncia-de-fernando-sanclemente-pero-recono-cio-su-trayectoria/661997

Elocuente foto de la “entrega” de C. Alcalá (de camisa azul en el centro) a sus amos imperiales de los Estados Unidos en Barranquilla, luego de fallar en la realización de atentados en Venezuela. Se ve la cercanía entre el ex general venezolano y quienes lo “capturan”. Nótese que no hay presencia de ninguna autoridad nacional en un aeropuerto de una ciudad colombiana.Fuente: https://pbs.twimg.com/media/EUMmFLjXQAI53SQ.jpg

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Si vamos más allá de este hecho, apa-rentemente circunstancial y anecdótico, encontramos que Colombia sigue sien-do el primer productor mundial de co-caína y desde nuestro territorio sale ese alcaloide para el mercado mundial. En contra de las mentiras del Fiscal Gener-al de los Estados Unidos, que muestra mapas con información falsa, el grueso de la cocaína no sale de Venezuela sino del Pacífico colombiano.

Así lo evidencia un reciente in-forme, titulado El Tráfico de cocaína de Colombia hacia el mundo, elabora-do por la Fundación Paz & Reconcil-iación, que a su vez se basa en datos de los propios Estados Unidos. Y esos datos son inequívocos: en 2017, del total del tráfico marítimo de cocaína salía por el Pacífico (que está en Co-lombia) el 70% y por el mar Caribe, donde Colombia también tiene acce-so, el 30% restante; esos mismos in-formes de Estados Unidos, de la Base de Datos Antidrogas Consolidada In-teragencial, indican que los flujos de cocaína provenientes de Venezuela han disminuido desde 2017 hasta el momento actual; según el Departa-mento de Estado de los Estados Uni-dos, en 2019 Colombia batió el record en cuanto a los cultivos de hoja de coca, que alcanzaron la cifra de 212 mil hectáreas, mientras que en 2018 habían sido de 208 mil hectáreas, lo cual indica que con la llegada de Iván Duque a la presidencia la cantidad de hectáreas sembradas de coca no dis-minuyó sino que aumentó.

Por si hubiera dudas, el propio De-partamento de Estado de los Estados Unidos elaboró el siguiente cuadro sobre el cultivo de hoja de coca en la región andina, que habla por sí solo:

Si así son las cosas, debe concluirse sin mucho es-fuerzo que los carteles de la droga están en Colombia y no en Venezuela y donde existe un narco-estado contrainsurgente desde hace décadas es en Colom-

bia y no en Venezuela. Peor aún, ese narco-estado paramilitar en Colombia solo ha podido existir con la participación directa y la complicidad de los Esta-dos Unidos desde hace décadas. De tal forma que en los delirios genocidas de la administración de Don-

Las mentiras cartográficas del Fiscal de Estados Unidos en la geografía de la cocaína, al señalar a Venezuela como principal origen de la cocaína que llega a los Estados Unidos. Un ejemplo de mentira e impunidad imperialista.

El mapa que muestra como de Colombia, principalmente de la Costa Pacífica, sale el 90 por ciento de la cocaína que se consume en el mercado mundial, principalmente en los Estados Unidos. Este es el mapa que Estados Unidos, la Unión Europea, la Pandilla de Lima y el régimen de Duque no quieren dar a conocer. Fuente: https://criterio.hn/wp-content/uploads/2017/05/rutas-coca-ticos.jpg

Tomado de: Fundación Paz & Reconciliación, El tráfico de cocaína de Colombia hacia el mundo, p. 4. Disponible en: https://pares.com.co/wp-content/uploads/2020/04/Informe-El-Tr%C3%A1fico-de-Coca%C3%ADna-Pares.pdf

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ald Trump cuando se dice que hay carteles de la dro-ga que están inundando de cocaína las calles de las ciudades de Estados Unidos y su sede principal está en Venezuela, habría que corregirles el error geográf-ico y cultural, puesto que al país que deben referirse se llama Colombia, primero productor mundial de cocaína, sin competencia alguna y también habría que incluir a México pero, sobre todo, a los propios Estados Unidos donde el consumo de alucinógenos ha creado un apetecido nicho de mercado, donde florece el capitalismo gansteril. O, como lo ha dicho Pino Alacchi, ex director ejecutivo del Programa Antidroga de la ONU, en su cuenta de Facebook: “La acusación a @Nicolás Maduro por tráfico de drogas es una basura política. En 40 años de experiencia an-tidroga y como Vice Secretario ONU, nunca me  topé con #Venezuela, siempre lejos de los circuitos: EEUU primer consumidor, Colombia productor”12.

Siervo incondicional de Estados UnidosEl seguidismo incondicional del régimen de Du-que ha alcanzado tales cotas de indignidad que ya no oculta que es la caja de resonancia de las órdenes de Estados Unidos contra Venezuela, sin importar la violación de los principios más elementales del derecho internacional y la pérdida del menor atisbo de autonomía, con las consecuencias que esto tiene para el futuro inmediato en términos de las relacio-nes de Colombia con otros países de la región. Al respecto valga recordar que, a propósito de la reali-zación a fines de enero en Bogotá de un encuentro de Terroristas de Estado, el gobierno de Estados Uni-dos presentó un plan para la “transición en Venezue-la” y al otro día la Cancillería colombiana emitió un comunicado en que lo replicaba punto por punto, en forma descaradamente textual, sin el menor sonrojo.

Ahora, dos meses después, vuelve a suceder lo mismo, con los anuncios de Estados Unidos de declarar al gobierno venezolano como una “nar-codictadura”, ponerle precio a la cabeza de Nicolás Maduro, Diosdado Cabello y otros miembros del gobierno venezolano e inventarse un fantasmal “Cartel de los Soles”, para que esa misma cancillería replicara exactamente lo dicho por los Estados Uni-dos, cuando sostuvo, lo cual es un chiste de pésima

12 Disponible en: https://www.vtv.gob.ve/onu-pino-arlacchi-drogas-eeuu-colombia/

factura, que “Las decisiones comunicadas son un anuncio determinante en la lucha internacional con-tra el narcotráfico y el terrorismo”, y concluyó que “Es urgente que la comunidad internacional tome nota de las acusaciones formuladas que indican el alcance de las actuaciones del régimen ilegítimo y de organizaciones terroristas como el Grupo Armado Residual de las disidencias”13. Es difícil encontrar tal nivel de entrega, sin la más mínima autoridad moral, puesto que si de verdad se persiguiera a los barones de la droga y a los terroristas no bastarían las cárceles de Colombia para guardar a los uribeños, herederos directos de Pablo Escobar, que hoy dominan la esce-na política y económica en este país.

Y lo mismo sucede, por supuesto, con respecto a la propuesta yanqui del pretendido “gobierno de tran-sición”, puesto que a las pocas horas de haber salido el “plan maestro” de Donald Trump, la cancillería emitió un comunicado en la que dice, sin el menor atisbo de vergüenza por el nivel de abyección que se alcanza: “La iniciativa presentada esta mañana por el Departamento de Estado estadounidense está en línea con las propuestas y planteamientos realizados en el marco del Grupo de Lima a lo largo del último año, sobre la urgencia de avanzar hacia una solución política, pacífica y liderada por los propios venezolanos, y orientada a lograr el pleno restablecimiento de la democracia en Venezuela, como única forma de re-solver la grave crisis multidimensional que atraviesa ese país”. Obsérvese el descaro: una propuesta de los Estados Unidos se concibe como una estrategia lid-erada por los propios venezolanos. Hasta ese punto de ignominia se ha llegado en un país (Colombia) que es líder mundial en el asesinato de dirigentes populares, de sindicalistas, de defensores de derechos humanos, de ex guerrilleros y que, con la autoridad moral que le conceden esos genocidios, se atreve a decir: “Para Colombia ha llegado el momento de enviar un men-saje claro e inequívoco a los venezolanos sobre la urgente necesidad de poner fin a la crisis que los ha condenado, durante los últimos años, a la pobreza y a la violencia y reiterar su disposición de contribuir a la reconstrucción del país, una vez retorne la democ-racia”. Nuevamente, el Estado y las clases dominantes

13 https : //www.efe.com/efe/america/portada/colombia-pide-al-mundo-fijarse-en-cargos-de-ee-uu-contra-disidentes-la-farc/20000064-4206163

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de Colombia (el bloque de poder contra-insurgente) no tienen la menor idea de lo que es la soberanía y la autodeterminación, principios que nunca han defen-dido por su carácter entreguista al imperialismo es-tadounidense, y piensan que un país tiene que some-terse a lo que otro le quiera dictar, como hace Estados Unidos contra Venezuela.

Y esa dependencia incondicional respecto a los Estados Unidos lleva al régimen de Duque a actu-ar de una manera torpe con respecto a un problema actual, como es la pandemia del coronavirus, supo-niendo que un problema de salud pública puede ser tratado con la lógica del odio, que pregonan Trump y compañía y que es asumida en Colombia por el Cartel de los Uribeños. Así, en plena crisis de coro-navirus en Colombia, en forma absolutamente irre-sponsable el régimen de Duque se ha negado a esta-blecer acuerdos sanitarios con Venezuela, a pesar de los reiterados llamados del gobierno de Maduro en esa dirección. Y, en plena crisis del coronavirus, el 17 de marzo, Duque, en lo que parece ser una escena entresacada de una comedia bufa, posesionaba a un “nuevo embajador” del gobierno imaginario del ras-trojo Juan Guaidó. [Ver: foto adjunta].

Y miembros del gobierno de Duque llegaron al ex-tremo del ridículo de decir que en temas de coronavi-rus no hablaban con el gobierno de Maduro sino con Juan Guiado. En esto ratificaban el ridículo hecho semanas atrás cuando solicitaron la extradición de Aida Merlano a Guaido y no al gobierno de Maduro.

En un principio Duque culpó a los venezolanos de ser los responsables de traer el coronavirus a Co-

lombia, contra toda evidencia que indicaba clara-mente que ese virus venía de muy lejos y era traído, y se permitía su entrada, por los aeropuertos de Co-lombia, que se cerraron tardíamente, a pesar de las advertencias hechas. Y por ese prejuicio racista de Duque y su entorno se cerraron los pasos fronterizos legales con Venezuela, con el argumento baladí que de esa manera se evitaría la llegada del contagio a Colombia. Y como muestra de su demagogia barata, que ahora se estrella con la dura realidad, aseguró que la frontera con Ecuador “continuará abierta, con permanente monitoreo y controles, en coordinación con el hermano país”.

La decisión de Duque aparte de miope y torpe ha tenido el efecto político de dejarle el control de la frontera a los grupos paramilitares, entre ellos los Rastrojos, que adquirieron celebridad internacional en febrero de 2019 por haber sido quienes facilitaron el ingreso de Juan Guaidó a territorio colombiano.

Pero la torpeza del régimen de Duque es tal que está jugando con juego, porque lo que pase en Ven-ezuela afecta en forma directa a la sociedad colom-biana. Una guerra o una invasión en el vecino país, no va a ser algo circunstancial para nuestro país, si se tiene en cuenta que tenemos una larga frontera de 2300 kilómetros y múltiples nexos económicos, sociales y culturales. Incluso, puede concluirse que el primer afectado por una acción militar contra Vene-zuela va a ser Colombia, algo que se hace más explo-sivo en tiempos de coronavirus.

Bogotá, abril 9 de 2020

El surrealismo político del régimen de Iván Duque en una foto: mientras avanza el coronavirus y el gobierno de Venezuela solicita acuerdos para tratar la pandemia en la frontera, se posesiona en Bogotá a un fantasmal embajador de un gobierno imaginario, el de Juan Guaidó, con el que se entablan “acuerdos” para enfrentar el Co-vid-19. Fuente: https://www.cancilleria.gov.co/newsroom/news/nuevo-embajador-venezuela-presento-copia-cartas-credenciales-canciller-claudia-blum

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LIBROS

EXTRACTIVISMO Y MUERTE EN EL NORORIENTEGearóid Ó Loingsigh, Equipo Ju-rídico Pueblos, Bogotá. 2019-

En los departamentos de Santan-der, Norte de Santander y Cesar se palpan las consecuencias de

las políticas extractivistas aplicadas por el gran capital desde décadas atrás, con efectos tangibles de des-trucción identitaria de las comu-nidades campesinas y urbanas que han pretendido oponerse. El libro Extractivismo y Muerte en el No-roriente escrito por el periodista irlandés Gearóid Ó Loingsigh, con prólogo del fiscal general de Tucu-mán (Argentina) Antonio Gusta-vo Gómez, examina algunas de las políticas socioeconómicas de estos tres departamentos, profundiza su impacto en las comunidades y el medio ambiente.

El libro es una crítica al mode-lo extractivistas aplicado por todos los gobiernos neoliberales que han ocupado el poder en Colombia. El texto es producto de un proceso de investigación social que permitió al autor recorrer los territorios afecta-dos y asegurar la participación de las comunidades. Lo que permite que sea más que una simple publi-cación académica y más bien pueda considerarse una herramienta de compresión que fortalece la resis-tencia de los procesos organizativos que han sobrevivido al genocidio colombiano.

En Extractivismo y Muerte en el Nororiente, se estudian aspectos importantes de los proyectos mi-

neros, particularmente Carbón, las propuestas hidroeléctricas y la ac-tividad petrolera como el fracking; igualmente evalúan los grandes proyectos de monocultivos como la palma aceitera y caucho. En sus pá-ginas se contextualizan entrevistas realizadas a pobladores de la región chucureña (Santander) que actual-mente resisten a las empresas be-neficiarias y que en las décadas de 1980 y 1990 vivieron una brutal vio-lencia paramilitar, promovida por agentes del Estado. El libro también recoge las voces de campesinas/os del centro y sur del departamento del Cesar que sobrevivieron a las masacres y desplazamientos y hoy enfrentan los resultados e impactos de grandes megaproyectos econó-micos. Asimismo, nos trasmite la lucha de las mujeres afectadas por la represa de Hidrosogamoso (San-tander), implantada en una región en la que años atrás se acudió al ac-cionar cívico-militar para causar el desplazamiento y la destrucción de comunidades que vivían de econo-mía campesina y la pesca y se pen-saban un relacionamiento distinto con la naturaleza.

Como lo precisa con claridad el autor, estos proyectos se impusie-ron en territorios sometidos a la presencia y terror paramilitar, a los que años más tarde se les suma el efecto devastador del extractivis-mo. Situación que no asocia al con-flicto armado, sino que enmarca en las formas de violencia inherentes a la naturaleza explotadora del mo-delo económico y de producción vigente; que opera así, no solo en

el nororiente colombiano, sino en todo el continente americano.

El análisis parte de una precisión necesaria: El desastre humano y ambiental generado por las empre-sas trasnacionales ocurre no por au-sencia de una legislación que prote-ja las comunidades, sino que por el contrario, existe todo un cuerpo ju-rídico e institucional que obedecen a una concepción que blinda las políticas económicas, permitiendo que prime los intereses económicos de las grandes empresas y las fami-lias dueñas de estas.

El libro Extractivismo y Muer-te en el Nororiente no presenta las conclusiones tradicionales de la mayoría de las investigaciones, sino que invita a responder a la pregunta de cómo y por qué hemos llegado a este punto. Mismas preguntas válidas para toda la humanidad. El nororiente es el espejo que espera a los pueblos del mundo que resisten al Extractivismo, que no es más que al capitalismo en una de sus face-tas más violentas. Bien lo deja claro Gearoid: “El Nororiente de Colom-bia no tiene opciones distintas al resto del planeta. Nuestras opcio-nes son el fin del planeta o el fin del capitalismo. No existe un punto medio de conciliación en la vida y la muerte”.