centroamérica en la estrategia militar norteamericana durante la administración carter

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  • 7/28/2019 Centroamrica en la estrategia militar norteamericana durante la administracin Carter

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    Patria idntica a vos mismapasan losaos y no rejuuenecsdeberan dar premios de resistenclnpor ser saluadoreo. . .

    . . Y luego nos iremos a l a guerra de verdadtodos juntospara ver si as como roncas duermescomo deca Pedro Infante.Novia encarnizada, mam quepars lospelos.Roqu e Dalton

    A la memoria de August o Cotto.

    Centroamrica en l aestrategia militarnorteamericana durante

    la administracin CarterAntonio Cavalla Rojas

    E n ste artculo haremos algunail consideracio-nes sobre las definiciones estratgica8 y polticasdel gobierno norteamericano y sus repercusionessobre la relacin con Centroamrica.*Para ello intentaremos:Primero. Explicar sumariamente el proceso

    formal de decisiones de ia Defensa Nacional en Es-tados Unidos, para extraer de l instnimentos quepermitan sacar conclusiones didas, ms all de laretrica ideologizada de las llamadas izquierdaslatinoamericanas, ia que supone habitualmente unpentgono omnipresente, no errtico, invencible,y , por aadidura, inaccesible.Segundo. informar sobre l as decisiones estra-tpicas de la administracin Carter en materia deDefensa Nacional, con particular focalizacin sobreaquellas que inciden directamente en la visin quede Centroamrica tiene a tena- el estableci-miento norteamericano. YTercero. Entregar nuestras primeras notas dereflexin sobre cmo el acon te cii en to de impor-tancia poltico-mitar ms relevante acaecido du-rante los ltimos aos en l a regin, el triunfo san-dinista, sta incid iendo, e incidir presumiblementeen el futuro, en el papel que se le asigne a Centroa-mrica en la estrategia norteamericana.

    * Hemos excluido P a d curno habitualmente sehace- de nuestro anlishde l a relacin EEW-Centroamen-ca. Para una visin del tema ver: Goroiitkga. xibier. Lasrelaciones Estados Unidos-Panam bajo l a AdminimaeinCarter, en Cuadernos Semestmles de E stados Unidos,pera-pectiwa latinoamericana, No . 6 , 2 semestre 1979, y nuestroartculo *Objetivosmilitares de E E W en Amrica Latina:el c de lo s Tratados Canalema, en Plural, No. 83,1979.

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    E proceso formal de decision-makingsobre Defensa NacionalEstamos decididamente en contra de dos manerasde ver este problema que se encuentran presentesen las ciencias sociales y en el quehacer poltico la-tinoam ericano. Para algu nos, bastara con el siguien-te cuerpo de conocimientos: el imperialismo es laexpres in de una fase del desarrollo del capita lism o;el Estado imperialista est controlado por los secto-res hegem nicos de las clases dominantes del impe-rio, las fuerzas armadas y la poltica de defensa deese Estado tienen la misin de proteger los intere-ses de esas clases. Lo que hay que esperar, entonces,es la accin permanente, coherente y sin contradic-ciones de esta fuerza militar contra las clases subor-dinadas, ms an en los pases de la periferia estruc-turalmente dependientes del centro del imperio.Esta visin considera ocioso y an peligroso, conc e-der esfuerzos al estudio y anlisis de los procesosgubern am entales a traGes de los cua les se va gestan-do un consen so forma l de los grupos de inters nor-teamericanos frente a susdecisionesestratgicas.Pa-ra otros, la evolucin de la sociedad postindustrialha llevado a una etapa d e crisis econm ica y polticadel imperialismo, cuyo desarrollo se expresa demodo tal, que resulta un intento dogm tico buscarla coherencia entre l as decisiones superestructuralesy las tendencias econmicas. Ellos estiman que elgrado de co ntrad iccione s es tal que bien puede darseuna lnea de d ecisiones, por ejemp lo, de la defensanacional, que contra re los intereses vitales (h is th i-cos) de los sectores he ge m hic os de las clases domi-nantes.Creemos, por el contrario, que las decisionespolticas y militares de Estado s Unidos tienen unalnea histrica permanente, que no es otra que la142

    defensa del destino imperialista de la burguesade esa nacin; pero que la forma de articulacin delos sectores hegemnicos, la complejidad del siste-ma de generacin del consenso y de imposicin de al conjunto de la sociedad civil, hace posible queen las diversas coyunturas se expresen profundascontradicciones -que en ciertos mo men tos han lle-gado a paralizar la capacidad de respuesta nortea-mericana. Ello obliga a cono cer el sistema en su fun-cionamiento ntimo y a sacar conclusiones rente acada momento del desarrollo de la relacin cen troimpe rial-periferia, sin perder de vista que loserroresy choques de los sectores de la cpula imperial soncoyunturales y que, ms temprano o ms tarde,surgirn los intentos rectificadores situados en lalne a histrica de la de fensa del sistema imperialistaen su conjunto.Aclaradas as las cosas, nos parece que el estu-dio del proceso formal de decisiones de la DefensaNacional de Estados Unidos representa el lugarprivilegiado de estudio,ya que esah donde intentanarticularse las distintas posiciones y grupos de inte-rs norteamericano, en el objetivo imperialista dedetectar las amenazas a la hegem ona del sistema ysu desarrollo, as como las formas de accin globalpara conjugar y suprimir dichas am enazas.Ex iste un tipo de discurso ideolgico para tra-tar estos asuntos, que comparten hace ya muchosaos el establishment militar, la clase polticacivil, el mund o de las corporaciones, los investiga-dores y acadmicos norteamericanos, los medios decomunicacin de masas y, en gran medida, la opi-nin pblica. El discurso estratgico norteamerica-no de la Seguridad Nacional -cuyas races habraque buscar en la geop oltica y en las ideologas idea-l istas nacidas del racionali io y el positivismo-parte de la base de que en todo estado-nacin exis-

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    Centroamrica en ia estrategia militar. .te un potencial nacional de crecimiento y desarro-iio, que se opone inexorablemente a los potencialesde otras naciones-estado. Cada nacinestado tienetambin -ella, como tal,n o su s clases o sectores declasesvna vis in de la vida y el desarrollo huma-no que es preciso defender y an imponer a lasotras naciones que tienen visiones distintas y, porsupuesto, equivocadas. De ah se desprende quecada nacin-estado tiene unos objetivos nacionalesque el conjunto social debe perseguirpor todos losmedios. La consecucin de estos objetivos encon-trar en su camino amenazas, tanto en el orden in-terno como externo , frente a las cuales es necesariodesplegar fuerzas econmicas, ideolgicas, polticasy militares, las que constituyen el poder nacional,que sean capaces de vencerlaso,al meno s, neutrali-zarlas. L a doctrina estratgica norteam ericanasera entonces, en el decir del doctor Kissinger,aquella que debe definir cules son los objetivospor los que vale la pena luchar, y determinar el pa-do de fuerza apropiado para conseguirlo?Este acuerdo conceptual es el que basa enflan medida el desarrollo relativamente armnicodel proceso de decisiones de la Defensa Nacionaldel sistema norteamericano. L os actores principalesque en l participan son: Las Fuerzas Armadas; elEjecutiv o, en el cual intervienen principalmente l as

    Existe abundante literatura sobre Seguridad Nac io-nal, y sobre estrategia en esta concepci6n norteamericana;un buen resumen de losconceptos ms admitidos encrin-trar en: Jones, Stephen B. The Power Inventory and Na-tional Strategy, en World Politics, Vol . VI,EE UU , 1954,pp. 421-452.* Kissinger, Henry. Armas nucleares y Poltica Inter-nacional. Edit. Rialp (trad. de R Cremades), Madrid, Eqa-ha, 1962.

    Secretaras d e Estado y Defensa y la Presidencia dela Repblica; y el Congreso. A cada una de estaspartes se dirigen los grupos de presin de la socie-dad norteamericana y es en el conjunto del procesodonde se define principalmente qu intereses seimponen y qu formas de defenderlo se emplearn.A nivel de las Fuerzas A rmadas, el organismode expresin consensual de las disputas interarmase interagencias, y de los grupos de presin que so-bre ellos actan , es la Juntad e Comand antesen Jefe( J o i n t Chiefsof Staff ) la que produce una serie dedocum entos que pasan, en un dilogo de doble co-m e n t e , al sector civil del D epartamento de Defensa.La posicin militar es expresada anualmente en eldocumento f m a d o por el General que funja de Pre-sidente de la J o i n t Chiefs, con el nombre de Posi-cin Militar para el Ao Fiscal. ..del que se trate(Military Posture fo r Five Years 197. . ).E l consenso finalmente alcanzado en el Depar-tamento de Defensa es elevado a la Presidencia dela U nin Norteamericana, dond e, en el plazo aproxi-mado de dos meses, es analizado por las dependen-cias de la Oficina Ejecutiva del Presidente -prin-cipalmente el Consejo Nacional de Seguridad y laOficin a del Presupuesto- y por el Presidente, losque deben supuestamente hacer compatibles losrequerimientos de la Defensa con el resto de losDe-partamentos y agencias del gobierno y con la estra-tegia y p oltica generales de la Adm inistracin.Finalizada la etapa anterior, el ejecutivo, porintermedio del Secretario de la Defensa, expone alCongreso s u Informe Anual para el Aiio Fiscal delqu e se trate, en el que se expresan los fundamen-tos que dan base a las polticas de defensa y a losrequerimientos presupuestarios que demand a elejecutivo.

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    El Senado y la Cmara d e Representantes ini-cian un proceso d e discusin en los subcomits y c o-m its, que dura aproximadamente seis m eses, y quese con tina en l a discusin de los comites conjuntos,primero, y en la d a o pleno de ambas cmaras,despus, las que pueden aprobar las proposicionesdel ejecutivo o introducirle enmiendas. Durantela discusin parlamentaria, los comits, subcomitsy plenos pueden realizar hearings y encuestassobre el conjun to del presupuesto-programa de de-fensa o sobre captulos particulares de l. Pueden asu vez encargar al staff asesor o a expertos designa-dos ad hoc, investigaciones sobre el tema y citar adeclarar a los especialistas que estimen convenien-tes, incluido el personal civil y militar del Depar-tamento de Defensa y de las Fuerza s Armadas.Un adecuado seguimiento de las decisiones deDefensa en el Congreso no debe centrarse slo enlos Comits de los Servicios Armados, sino que de-be abarcar el conjunto de Comits, Subcomits yPlenos que se abocan a problemas de la Defensa,tales como los dedicados a Asuntos Exteriores, uOperaciones Gubernamentales, a Asignaciones yAutorizaciones Presupuestarias, etc. Deb e conside-rarse adems que el Presidente puede vetar las en-miendas del Congreso. En tal caso, la discusin seprolongar en el Senado, el que puede imponer sucriterio ai Ejecutivo si as lo acuerdan l as tres cuar-tas partes de los senadores en ejercicio.Es te proceso en e l Congreso resulta de paxticu-lar importancia para conocer las opiniones tan to de. Para una descripcin ms detallada del proceso, ver

    nuestro avance de investigacin: El Proceso formal de de.cisiones de l a Defensa Nacional en Estados Unidos, en Cua-dernos CELA. Facultad de Ciencias Polticas y Sociales,UNKM. 1979

    las agencias gubernamentales -incluidas las FuerzasA r m a d a s c om o la de los grupos privados que rea-lizan lobbies frente al cuerpo legislativo. Lainmensa mayora de estos debates son pblicos, yposteriormente son publicados directamente porlos comits de los que se trate, por la respectivacmara o por la Government Printing O ffice.En materia de Defensa Nacional y Poltica Ex-terior la gravitacin presidencial y del Ejecutivosobre el Congreso, es clara. El estudio del papel delCongreso en esta poltica permite saber mejor cu-les son los grupos de inters que actan sobre elproceso, pero ser en la rama ejecutiva donde setomen lasdecisiones p rincipales.Lasdecisiones estratgicas de laadministracin CarterA la luz de la revisin anterior, pensamos, quedaclaro que hay dos documentos principales para elanlisis de la estrategia militar norteamericana: laPosicin Militar expresada por el Presidente dela Junta de Comandantes en Jefe, y el InformeAnual para el Ao Fiscal. . ., que a nombre delEjecutivo presenta al Congreso el Secretario de De-fensa. A ellos h abra q ue agregar, dada la preeminen-cia del Presidente de la Rep blica en el sistema, lasprincipales intervenciones de ste relativas al tema,generalmente expresadas ante organismos interna-cionales, instituciones acadmicas dedicadas al es-tudio de las relaciones internacionales o conferenciasy entrevistas concedidas a la Prensa. En el anlisisdel conjunto de todas ellas expuestas durante ela o 1978 y pensadas para el quinquenio 79-83,basaremos lo que sigue?

    Los principalesdocument os que usar emos son:~~Lbiitedtates Military Posture for F Y 1979, por e144

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    Centroamrica en la estrategi amilitar. ..

    FIGURA 1. PRI NCI PALESORDANISMOS FORMALESQUEINTERVIENEN EN LASDECISIONES DE LA DEFENSA E.E.U.U., 1980

    PRESIDENTE -I145

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    Se afirma, en primer lugar, que el objetivo b-sico de la seguridad nacionai de losEstados Uni-dos es presevarlos como una nacin libre, con susinstituciones y valores intactos. Para ello debe ase-gurarse no 610 a integridad territo rial, sino qu e unambiente internacional en el cual los interesesnorteamericanos sean protegidos y la libertad deaccin de Estados Unidos quede asegurada.La verdad principal que rige este ambien-te internacional es que Estados Unidos y la n i i nSovitica son los poderes preeminentes y que suconfrontacin directa principal se da en Europa.Este ambiente se encuentra en cambio cons tante,por lo que la adm inistracin ha ordenado siete ob-jetivos fundam entales para lograr el propsito demantenerlo favorable en la actual coyuntura:Primero. Fortalecer los lazos de los verdade-ros amigos> que comparten los valores nortea-

    Chairman of the Joint Chiefs of Staff, General George S.Brown. Editado por l a propia Joint Chiefs.- I n fo rme Anual para el Ao Fiaca1 de 1979,por Ha-rold Brown, Secretari o de Defensa. Editado por el Departa-mento de Defensa. Utilizaremos l a traduccin incluida enCuadernos Serneslrales de Estndos Unidos, Perspectiva Lati-noamericana, editado por el CIDE No. 4 , 20 . semestre de1978, Mxico.--lnteruenciones y entrevistas de prensa del PresidenteJames Carter, y de sus principales asesores en poltica exte.ri or (el Secretario de Estado Cyrus Vance, y el Asesor Presi-dencial para Asuntos de Seguridad Nacional Zhigniew Brze-zinaty).-Publicaciones del Congreso y la GouernrnentPrintingOffice, mbre 106 debates de los comits del Co ngrew relati-vos al tema.Entrevista con 10seditores wcionaies norteamerica-nos. Publicada en l a seccin Documentos de CuadernosSemestrales de Estados Unidos, Perspectiuo Latinoomerican o, CIDE , Mxico, l er . semestre de 1979.146

    mericanos y se encuentran en una etapa similar dedesarrollo industrial. O sea, fortalecer la relacintrilateral con Europa Occidental y Japn.Segundo. Ampliar el alcance de las relacionesbilaterales con pases amigos a los qu e se considerapotencias emergentes, tales como Brasil, Vene-zuela, Irn, Arabia Saudita, India, Indonesia, etc.Tercero. Constmir una poltica de relacinNorte-Sur que se haga cargo de los problemas deextrema pobreza y miseria, considerados grmenesde inestabilidad.Cuarto. Establecer una relacin con la URSSque impida el crecimiento de su influencia y eviteuna confrontacin nu clear.Quinto. Solucionar los problemas regionalesms explosivos a favor de los intereses norteameri-canos. Se prioriza en este sentido losenfrentamien-tos del Mediooriente y losdel cuerno sur de Africa.Sex to . Hacerse cargo de losllamados proble-mas globales, entre los qu e se privilegia la carreraarmamentista y la proliferacin nuclear.Sptimo. Hacer un intento de relegitimacindel sistema norteamericano identificando a lapoltica exterior y de Defensa de lo s Estados Uni-dos con lo qu e se denomina sus valores fundamen-tales: la dem ocracia, la defensa de los derechoshumanos.Hay un octavo objetivo que, aunque se en-cuentra p resente en varios de los anteriores, tiendea adquirir autonoma: el problema de l a energa.Como seala el senador Kennedy, con el proble-ma de la energa 8e han incrementado los riesgos enla seguridad del hemisferio. El deseo de reducir ladependencia de l as fuentes de combustible fsiles,ha aumentado el inters en l as alternativas no fsi-les -la ms impo rtante es la energa nuclear. Per o,como se ha dem ostrado por la explosin n uclear en

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    Centroamrica en la estrategia militar. .la India en 1974, la exten sin de la energa nuclearhace surgir el fantasma de la proliferacin de lasarmas nucleares;6 o, en el decir ms directo ymenos retrico de los militares, expresado por elGeneral George Brown, el papel de los recursos,especialmente de los energticos, resulta crucial enla poltica exterior y la seguridad nacional. . .La snaciones en desarroilo ricas en petrleo ejercen uncontrol coordinado sobre los recursos vitales parael desarrollo de las n acion es industriales.E n este contexto de objetivos se ubica la es-trategia militar del quinquenio 1979-1983.Se defineque la estrategia bsica de los Estados Unidos esmantener un balance del poder militar (EEUU-URN ) en tanto se pueda; detener los con flictosarmados con un espectro (de acciones) desde laguerra nuclear estratgica hasta crisis men ores; pre-venir la coe rcin m ilitar (que s obre Estados Unidospueda ejercer) otro poder militar; influenciar losasuntos internacionales desde una posicin de reco-nocimiento de su fuerza; luchar, si es necesario; yterminar los conflictos externos en trminos favo-rables a lo s Esta dos Unidos!Amrica Latina en l aestrategia m ilitar norteamericanaLas menciones a Amrica Latina son, en el conjun-to de l as definiciones estratgicas tanto globalescom o m ilitares, poco abundantes en relacin a otras

    Discurso pronunciado por el Senador Edward Ken-nedy ante la Trigsima Cuarta Asamblea General de la Aso-ciaci6n lnteramericana de Prensa. er Military Posture. . .. op. c i t . ant.*Military Posture. . * o P . a t . , p. 5 .

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    regiones. E l Presidente Carter y sus principales co -laboradores, tanto durante la campaa presidencialcomo en las primeras definiciones sobre la polti-ca exterior una vez asumido el gob ierno, dedicaronencanas menciones al subcontinente, las que focali-zaron en los casos test de los tratados canaleros,la relacin con Cuba y ladictadura chilena. Su acen-to estuvo puesto en que no existiia una polticanica para A m rica La tina , sino relaciones biiatera-es con los pases emergentes y relaciones y polticassubregionales (con Centroamrica, con el Caribe,por ejemplo). En materia militar, el Presidente dela Junta de Comandantes en Jefe de l as FuerzasArmadas norteam ericanas, general de laUSAir For-ce , George Brow n, ai exponere l pensamiento oficialde losmitares norteamericanos frente ai ProgramaQuinquenal de Defensa Ao 1979, dedica tres delas 110 pginas del informe a precisar las polticasque a su juicio debe realizar la Ad ministracin Car-ter hacia el subcontinente. Afirma que AmricaL a t i i juega un papel significativo en la estrate-gia global de los Estados Unidos, y precisa 6 objeti-vos estratgicos principales que ese pas debe soste-ner en la regin.

    I . Evitar e l control de Centroamrica o el Ca-ribe por una potencia hostil a EstadosUnidos.

    2. Mantener expedito el paso del Canal de Pa-nam para sus fuerzas y material iogsticoy , si este paso fuera utilizado, mantener laslneas de com unicacin del Cono Sur.3 . Mantener una amistad estable con Me-xico.4. Mantener el abastecimiento de matenasprimas estratgicas, prop orcionada s especial-mente por Brasil, Mxico, Venezuela, Pery Jamaica.

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    5. Asegurar el apoyo de las fuerzas armadaslatinoamericanas a la defensa h em isfrica,lo que se traduce en entregarles la misinpreferente de mantener la estabilidad so-cial, poltica y econmica de Amrica La-tina y contener l as amenazas internas,con la excepcin de l as fuerzas armadas deB r a d y Argentina, espcialmente por suposibilidad de llegar a ser potencias nuclea-res, y las de Panam, por su capacidad deasistir a lasFuerzas Armadas norteamerica-nas en la defen sa del Canal, y6. Impedir que la URSS logre plasmar su inte-

    rs estratgico sobre Am rica Latina, al quese define como establecer bases prximasa Estad os Unidos.Valor estratgico de Centroamericapara Estados UnidosLa preocupacin norteamericana por la zona cen-troamericana y del Caribe es de antigua data. N .cholas Spykman, considerado con justicia el prin-cipal geo poltico norteamericano de las dcadas del os 30 y 40, defina de la siguiinte manera el valorque deb era asignarse a la regin:La importancia estratgica del Med itad ne oamericano9 deriva de que su emplazamiento seencuentra no sl o entre l as Amricas del Norte ydel Sur, sino tambin entre lo s ocanos Atlntico y

    Spykman entenda por Mediterraeo americano ala zona martima comprendida entre la coda Atlntica delsur de MBxico, Centroamrica, Colom bia, Venezuela y l acadena de idas e idotes que se extienden entre el este deVenezuela pasan por Cuba y terminan con l as Bahamas, ydivida a este mediterrneo en un sector occidental -e lGolfo de Mxic- y un sector oriental -ei Mar Caribe

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    centroamrica en ia estrategiamilitar. ..el Pacfico, importancia que la construccin delCanal de Panam acentu, pero sin haberlo origina-do, como lo prueban las relaciones que hubo entyePanam y las Filipinas durante la poca de la domi-nacin espaola. Este canal, terminado en 1914,dio a Estados Unidos el pleno beneficio de su situ;a-cin geogrfica entre los dos ocanos. Aunque eii-clavado ms alii de nuestras fronteras, no por esodeja de ser el canal un importante eslabn de nues-tra navegacin costera y ha reducido l a distanciaentre los puertos del Atlntico y del Pacfico enms de ocho mil millas. Todava es ms importan-te el hecho de que haya acortado la ruta de los e5tados del Pacfico a Europa y la de los del Atlnti-co a Asia, donde hay demanda para su s respectivosproductos. OPor lo dems, Spykman no hace sino continuaruna tradicin de los geopolticos estadounidenses.El forjador de la estrategia de poder naval nortea-mericana de principios de siglo, Alfred ThayerMahan, planteaba que su pas deba ostentar eldominio absoluto del golfo de M xico y del Mar delas Antillas. Que se refera a un control total, que-da claro cuando seiiala que (los norteamericanos)no debemos tolerar ninguna estacin carbone:raextranjera a menos de 3 mil millas de San Franci,s-co. Esta debe ser una resolucin inviolable de nues-tra poltica exterior.

    O Cavalla, R. Antonio. Ceopolft ica y Seguridad Ara-cional en Amrica. Editora de la Universidad Nacional Au-tnoma de Mxico ( UNAM) , oleccin Lecturas Universilr-rias No. 30, Mxico, 1978.Citado porDuroselle, J .B. , olt ica Exterior de l o aEstodos Unidos. De Wilson a Rooauelt (1 913-1945). .Fondode Cultura Econ6rnica, Mxiio, 1965. Las obras de Mahan-4 libros y ms de 15 0 artlculok gravitaron fuertemenste

    Esta percepcin ha continuado presente en elestablecimiento militar de Estados Unidos y seha vi sto acrecentada desde el tr i unfo y afianza-miento de la Revolucin Cubana y el auge de lasposturas nacionalistas en Panam a partir del golpemilitar que llev al poder a Omar Tomijos. Estpresente esta preocupacin en forma muy marcadaen la estrategia y las polticas militares definidaspor la administracin Carter en los documentos ofi-ciales que estamos analizando.Centroamrica es vista en dos objetivos estra-tgicos militares norteamericanos: como un grupode pases pertenecientes a Amrica Latina que serequiere estable, amistosa hacia los Estados Uni-dos y libre de influencias exteriores; y como reageopoltica fronteriza en la cual es preciso evitarla instalacin de un gobierno hostil, especialmen-te porque penniti a un amplio rango de accionesmilitares, incluido ataques a nivel estratgico, so-bre el temtoriode los Estados Unidos.Para lograr estos objetivos militares, los nor-teamericanos serialan que cuentan fuertementecon las fuerzas armadas indgenas para oponerse alas amenazas internas; mantienen fuerzas en el te-rritorio (latinoamericano) que, junto con las fuerzasque se pueden desplegar desde Estados Unidos,pueden asegurar la seguridad y el funcionamientodel Canal y de la Zona de Panam ( y y o agregara:por qu no de otras zonas latinoamericanas); apo-yan las alianzas regionales y las organizaciones detratados (esto es, la OE A, el llamado sistema Inter-americano de Defensa y e l CON DECA, A.C.); con-duce maniobras combinadas y entrenamiento yconsigue y mantiene la participacin activa de otrosen el pensamiento estratgico norteamericano de I an trenprimenisdcadas del siglo.

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    pases en la defensa del hem isfeno occidental. Eneste i t imo aspecto, as fuerzas armadas centroame-ricanss se consideran irrelevantes.Recientemente se han hecho declaracionestendienta a fortalecer la ayuda militar norteameri-cana, a latinoamrica en particular y a Am rica L ati-na en general, que pueden ser interpretadas com olineamientos p olticos d e la administracin nortea-mericana, eeto, por ejem plo, se puede desprenderdel siguiente prrafo del general Brown ratificadoy realieado po8tenonpente por el Secretario deDefensa.Las relaciones entre los representantes de lasfuerzas armadm de Estados Unidos y los militareslatinoamericanos, aunque estn d eclinando, sguenvigentes. E l c d c t e r nico de iiderazgo que ejercenlos militares latinoamericanos hace que sea unpor-tante impulsar esas tradicionales relaciones entrelos militares de uno y otro pas. Estas relacionesrefuerzan el entendimiento y la aceptacin de lanecesidad de polticas bsicas de los derechos hu-manos Al responder a las legtimas necesidades demod ernizacin de las fuerzas armadas, Estados Uni-dos crea una atmsfera ms favorable para alcanzarsus objetivos polticos, econmicos y de seguridaden el hemisf erio. Las restriccione s a l as armas, lassanciones contra la ayuda para la seguridad a cier-tos pases, las reducciones de los grupos militares,han sido interpretadas como una reduccin del in -ters norteamericano en esta Regin.Valoraciones no militares de CentroamricaPara poder analizar adecuadamente los hechos msimportantes de la coyuntura actual y su incidenciasobre la relacin EEUU-Centroamnca, se hacenecesario recalcar que l as decisiones finales que el150

    centro imperial tome sobre un pa s determinado nose componen slo de ingrdientes militares, sinoqu e se l ogran en un compiejo proceso donde aflo-ran intereses y consideraciones de diversa ndole,tanto en relacin ai pas en cuestin como a la si-tuacin interna en lo s Estados Unidos. Coincidimoscon G o r o z t i en que la variable fundamentales el nivel de la lucha de clases en cada pas latino a-mericano. Cuando la exacerbacin de ella va gene-rando incapacidad para manipular o neutralizar lasalternativas populares, histricamente el centroimperial ha procedido a tomar decisiones sobre elpas, y siempre en orden a intervenir de manerams o menos drstica (Santo Domingo, en 1965;Chile, en 1973) . Siempre habr una segunda consi-deracin relativa a la importancia del pas en laeconom a capitalista mundial. Distinta ser la valo-racin si ese pas, por ejemplo, tiene fuentes energ-ticas abundantes (Mxico, Venezuela), o representauna cuota importante de l a inversin directa nor-teamericana en el ex terior (Bra sil), de si no son sig-nificativos sus recursos naturales o su economa(Nicaragua, Paraguay). Otro tanto ocurrir con losniveles de intercambio comercial. E n estos sentidos,l a regin centroamericana no tiene importanciaeconmica para Estados Unidos. El mercado inter-no del conjunto de la regin es muy reducido paraimpactar en la demanda de im po rta cio ne s apenasun 9% de las exportaciones norteamericanas haciaAmrica Latina en 1977 y la inversin dir ecta* oroztiaga, Xabier. Las relaciones Estados Uni-dos.Panam bajo la Administracidn Ca r t e r . Ponencia pre-sentada ai Seminario del CiDE Los impactos nacionales deb poltica de Carter en Amrica Latina, Mxico, enero de1979.

    En E stados Unidos, perspectivo latinoamericana,Vol. 4. No. 9, septiembre de 1979. El nGmero viene dedica-

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    Centroamrica en La a t e g i amilitar.

    norteamericana en todos los pases del MercadoComn Centroamericano (Costa Rica, Guatemala,Honduras, El Salvador y Nicaragua), 610 alcanzabael 2.6% del tota l de la inversin en Amrica Latina.Con la excepcin de Guatemala, no haba en laregin UM presencia importante de l as grandesempresas transnacionales de alta influencia en elproceso de decisiones de Estados Unidos. En esteltimo pas, haban, en 1974 126 empresas nortea-mericanas (un 62.4% del total), 77 de ellas en1974 pertenecan a la lista de las 1,000 firmas m kimportantes de Fortune; 31 se encontrabanentre las 100 primeras, representando a los grandescolosos del mundo capitalista de los negocios, enuna variada gama de actividades productivas. Reali-zan actividades en el pas la Exxon (nmero 2 deFortune), la Texaco (#6). la I BM(#8), la US Steel(#13) , la IT T (#9), la Gulf (#lo), entre otras. Seencuentran presentes tambin el Bank of America,la principal financiera norteamericana en la lista yacitada, y la U AL, la principal corporacin del turis-mo. A ellos se agregan los importantes clanes del SUIde Estados Unidos -el sunbealt- que tienen inver-siones en el pas. Es notoria la llegada de capitalesde Alabama, La Florida, California del Sur, NuevaOrleans y Texas, especialmente a partir de fines dela dcada de los sesenta. Junto a las ya conocidasUnited Brand, Del Monte y Standard Fruit, las ba-naneras tradicionaes, aparecen abora filiales de 21empresas de la agroindustria colocadas entre las100 ms importantes del mundo. Junto a la Exxon,aparecen la Standard Ol de California. A diferenciade otros pases de Amrica Latina,no es posible enGuatemala identificar uno o dos grupos principalesdo a analizar l as reacciones norteamericana8 frente al triun-fo aandinista en Nicaragua.

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    que concentren granporcentaje de la inversin y qu ese dediquen preferentemente a una sla actividadproductiva.Otro tanto ocurra con la existencia de mate-r i as primas indispensables para el funcionamientoindustrial moderno y de las cuales depende Esta-dos Unidos para su abastecimien to del exterior.A pesar de que el discurso oficial del Departa-men to de Defensa ha ex cluido a G uatemala de los 6pases latinoamericanos poseedores de materias pri-mas estrat&icas, el pas posee importantes re-servas probadas de petrleo y nquel, ambos pro-du ctos claves para el func iona mie nto de la industriay el aparato blico norteamerican os, de los cuales esdeficitario y depende del abastecimiento externo.Si bien los organismos oficiales guatemaltecos y lascompaas extranjeras que poseen los derechos deexplotacin de los campos petroleros, han sidoparcos en la entrega de cifras oficiales, voceros dela Basic Resources, una de las tres compaas quetienen intereses en los campos de R u b e h t o yChinaje Oeste, han estimado en 80 millones de ba-rriles las reservas probadas. s Y aunque la produc-cin actual es muy eecasa (en trminos norteameri-canos) a p e n a s 10 mil barriles diarios a comienzosde julio de 1979- las inversiones realizadas poruna de las tres compaas permita anegumr qu epara fines de 1980 se duplicara la produccin. Losembarques destinados a Estados Unidos realizadosdurante el presente ao iban en aumento: 122 mil Ver los M i l i t oy Posture del Freaidente de le JointChiefs of Staff de h Fuerzas Armada8 Norteunericaans,pr-tedoi anuilmente a i Congrew de l a Uni6n. Drlaraeiones de Julio Mathew, ejecutivo de l aBRC, did i s alr-portem Ri fad Cr i b e de Inter Pre8a Servi-ce, el 10de agosto de 1980, en Ciudad de Panam .

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    barriles, el primero, 136 mil, el segundo; y 140mil, el tercero.16 Debe recordarse, adems que apartir de 1961 opera en Guatemala la primera refi-nera de la regin (en San to Tom s), de propiedadde la B r e u Bridge s Oil Refining Co, I con capaci-dad de producir 200 O00 toneladas al ao; y qu e 3aos despus, se efectu una concesin a la Tex aco.La importancia del petrleo guatemalteco sepuede dimensionar si se considera que operan (en1978) cuatro de las siete hermanas: La Gulf O&con su filial Petrleos Gulf de Guatem ala; la E xx on ,co n sus tres filiales: Essochem de CentroamricaS.A., Esso Standard Guatemala Inc. y Esso CentralAmerica S.A., la Standard Oil de California, contres filiales. Refinera de Asfaltos Chevron Inc. yCa. Petrolera Chevron Ltd.; y la Texaco, con susfiliales Texaco Petroleum Co. y Texaco Guatema-la Inc.Algo similar ocurre con el nquel, en cuanto ala inex istencia de datos. Se sabe positivamente queel pas cuenta con gandes reservas de este metdestratgico, de alto valor en la industria blica yotras ramas de la industriapesada. E l presidente dela principal tranmacional del nquel, la intematio-nai Nickel Company of Canada Ltd. (INCO), decla-raba en 1967 a l a revista Forbes qu e lasPuentespotenciales ms imp ortantes del nquel del mundolibre fuera de Canad son l as de Nueva Caledonia.y nosotros estnmosd ; as de Guatemala; y now-t r o s estamos all; las de Indonesia, y pienso quenosotros estaremos aii. * La otra gran compaa

    El Time, d d 1 8 de qwto de 1980, r econoceque ierre-Chnrb. 0 4 . ominaciny Dependench.

    O Citado en daw.S. y Tobu, D GuntemolaUM hie

    EEUU, ha recibido 2M1,OOO b d e a huta em ao.En Monteporte,op . cit., p. 348.toria inmediato. S i XI , Mhico, 1976.

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    Centroamrica en in estrategiamilitar. .minera que tambin est all es la Hanna MinnirigCompany, duea de l a nica mina de nquel que exis-te en territorio norteamericano, que es propietariade parte importante de l as acciones de una de insconcesionarias de la exp lotacin del metal en Gua-temala, la Exploraciones y Explotaciones M inerasIzabal, S.A. (EX M IBA L), cuya otra parte es depropiedad de la INCO. A partir de 1971, el gobier-no guatemalteco dio su aprobacin pblica a unproyecto de l a E X M IB A L d e 250 millones de d-lares para producir 32,000 toneladas anuales denquel refinado. A principios de 1974, la compa-a anunci que la inversin se reducira a 120mi-llones para producir 12,500 toneladas de metal demenos refinacin. Los resultados del proy ecto, quefinalmente fue iniciado en 1975, no han sido publi-cados ni por la com paa ni por el gobierno. De ahque resulten dudosas las cifras que atribuan slo6. 8 millones de q uetzales a la inversin directa ex-tranjera en minas y canteras, y que sealan cifrasde exportacin de nquel con un valor de apenas 4millones de quetzales, cerca del 0.3% del valor dlelto tal de las exportaciones del pas.La poltica centroam ericana de laadministracin CarterCuando James E. Carter asciende a la Presidenciade Estados Unidos, sus equipos de trabajo haciaAmrica Latina haban formulado una polticahacia la regin que apareca para algunos novedosa

    En : L o s rasgos fundamentales de la formaci6nso-cial guatemalteen. Ponencia presentada por el IIES de l aUniversidad de San Culos de Guatemalaal I Congrem Cien-tfico Universitario mbre L a problemtica de b Niez Guetemalteca. Ciudad de Guatemala. 1980.

    y esperanzadora. Sin p retender analizar aq u lo qu ese ha hecho ya en otras partes,l0 se hace necesariorescatar algunos punto s claves que explican la actu alpoltica norteamericana hacia Centroamrica e in-tentar proyectarla hacia el futuro. Las ideas princi-pales que la nueva administracin presenta, son lallamada p oltica de derechos humanos y el aban-dono del tratamiento del continente como un blo-que monoltico, enfrentable con una poltica lati-noamericana. La primera supona que el gobiernodel norte, volviendo a las races (liberales) de lanacin, guiara su condu cta frente a los gobiernosdel mundo por su grado de respeto o violacin delos derechos de las personas. La segunda proponaestablecer polticas de pas a pas, o,a lo ms en elcaso de Centroamrica y el Caribe, tratamientossubregionales, cuando existiera similitud real en lascondiciones econmicas, sociales y polticas d e lospases componenkes. Los burcratas pemmnentesdel Departamento de Estado, por su parte, agrega-ron una tercera idea: la necesidad de impulsar enAm rica Latina, con lasvariables nacionalesdel ca so,las dem ocracias viables, esto es, regmenes a me-dio camino entre las dictaduras y la vieja democra-cia liberal al estilo de la chilena, que haba perm itidoel triunfo electoral de un candidato marxista. Elequipo de Carter hizo suya esta poltica con entu-siasmo, toda vez que coincida fundamentalmentecon uno de los ms importantes documentos pol-

    O Ver: Maira. Lui s. Estados Unidos-Am ricaLatW:LPerspectivaa de cam bio bajo la Adminictmci611Carter? enCuadernos Semesirales del CIDE. No. 6 , 1979. Del misnoautor, Fracam y reaeomodo de la poltica de Estados Uni-dos h i e i n Centroamrica, en: Foro Internacional. Vol . XX.No.4, abril-juniode 1980. Ver tambin nuestro trabajo Cen -troamrica y l a D e f e m Nacional norteamericana, enAnlisis, Santimo de Chile. mamo de 1980.

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    ticos de la Comisin Trilateral, que planteaba loslimites (la gobernabiiidad) de las democracias enla sociedad postindustrial.*Guatemala aparece para la Adm inistracin co -.no el primer pas donde se dan las condicione s paraimplementar esa poltica. Las anunciadas eleccionesdd primer semestre de 1978 constituan terrenopropicio para incentivar all la formacin de uncentro poltico, que marginara a la ultraderechadel MLN y a las organizaciones revolucionarias yofreciera un espectro de participacin democrticaaceptable. Por otro lado, la intensidad de la viola-cin de los derechos humanos, haca posible quelos !!amados de aten cin de Washington fueran bienacogidos por un amplio espectro de la opinin nor-teamericana y de los centros del capitalismo mun-dial (a qu ienes iba dirigida preferentem ente, comofactor de relegitimacin), y tuviera respuestas posi-tivas del rgimen que d i e r a de la eleccin , sin daarla lucha contrainsurgente y sin quebrar las relacio-nes nort eameri cano-guatemal t ecas.Por ltimo, elpas apareca co m o el primer eslabn de una cadenaregional de normalizaciones, que debera ser se-guido por Panama, Hondurasy, en 1981,ya a finalesde los 4 aos de la Administracin, por Nicaragua.

    Los planes norteamericanos fueron desbarata..dos por los porfiados hechos. El fraude electoralque llev al poder a Fernando Rom eo Lucas Garciay la fuerza electoral demostrada por la ultraderecha El i nf orme sobre la Gobernsbiiidad de la Demo-cracia, fue elaborado po r el profesor de Harvard, SamuelHuntington, en colaboncin del francs Michel Croizier yel japons Joji Watanki. Para una excelente interpretacin

    de este y otros aspectos de l a Trilateral, ver al artculo deCarlos Rico, Interdependencia y triiaterdimo : orgenes deUM estrategia, en: Cuadernos Semestrales del CIDE, Nos.2 - 3 , 1977-1978.154

    lidereada por Mario Sandoval Alarcn, dej al cen-tro, representado en la frmula de Lucas por elcandidato a Vicepres idente Francmco Villagrn Kra-mer y su Partido Revolucionario, reducido a unmnimo. Por otra parte la poltica de derechos hu-manos, que se expres con la tibia propuesta dereduccin de la ayuda a las FFAA, encontr unfuerte rechazo en la oficialidad, la que, siguiendolas aguas de los militares del Cono Sur, opt porrechazarla y derechizar m is an su s posiciones. Laintensificacin de lalucha de masas, principalmentea nivel del movimiento obrero y la actividad de losgrupos revolucionarios c o n capacidad militar, termi-n de cerrar el cuadro de inviabilidad de la frm ulade democracia restringida para Guatemala.Cambios despus de NicaraguaEl hecho mas importante de la coyuntura que gra-vita en l a visin norteamericana de Centroamricaes el triunfo de la insurreccin popu lar en Nicaraguaencabezada por el Frente Sandinista de LiberacinNacional. Para la estrategia militar y diplomticaestadounidense es, stricto sensu, una derrota grave.En primer lugar, demuestra que el pilar poltico delllarnado sistema interamericano ya no es gober-nable por los Estados Unidos. A pesar de los esfuer-zos de la diplomacia de Washington y de las presio-nes de toda ndole, fue imposible que la Organiza-cin de Estados Americanos, la OEA, legitimaracualquier tipo de intervencin orientada a escamo-tear el triunfo sandinista. La correlacin de fuerzasen la regin impidi esta vez que se repitiera SantoDomingo. En segundo lugar, ha quedado demos-trado que en ciertas coyunturas 10 8 pactos m ilitaresregionales no pueden operarse ms. A pesar de los

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    intentos de Somoza, el Pentgono y los amigos deambos en los centros polticos norteamericanos,no se pudo invocar el Tratado Interamericano deAsistencia Recproca para componer una fuerzade paz. Adems, el pacto subregional ideado pre-cisamente para situaciones como las que vivi Ni-caragua, el Consejo de Defensa Centroamericano(CONDECA), slo pudo brindar a la dinasta pro-yanqui un d bil apoyo encubierto y , lo que es msgrave para ellos, se ve ah ora virtualmente destrozadopor la desafiliacin de l del Gobierno de Recons-truccin Nacional nicaragense y su fuerza armadaen c onstru ccin, el Ejrcito Popular Sandinista. Porltimo, la derrota de la Guardia Nacional somocistadestruye uno de los pilares bsicos de la estrategiamilitar de EEUU hacia Amrica Latina: que lasfuerzas armadas nativas son ca paces de m antenerla estabilidad y el orden y controlar a los mo-vimientos de masas conducidospor fuerzas polticasque plantean proyectos autnomos, alternativos ala dependencia de Estados Unidos. La Guardia Na-cional, cread a, adiestrada y pertrechada como nin-guna institucin castrense latinoamericana por elimperio, fue incapaz de derrotar militarmente a lasfuerzas irregulares del FSLN y a las masas insurrec-tas, y se desintegr totalmente cuando su conduc-cin p oltica abandon el pas abrumada por la pre-sin interna e internacional. Por aadidura, queddemostrado que otra fuerza armada que ha recibidoatencin preferencial, la Guardia Nacional de Pa-nam, no slo se desolidariz con su homnimasomocista, sino que se constituy en uno de loselementos bsicos en el triunfo militar y diplom ti-co de los sandinistas.

    Luego de una com pleta readecuacin del cuer-po diplomtico encargado del rea en el Departa-mento de Estado, el nuevo equipo jug sus cartas

    en El Salvador, en donde se intent , aprovechandola existencia de un sector antifascista en las Fu er-zas Armadas, colaborar en la construccin de ungobierno cvicom ilitar lo suficientem ente ampliocom o para aislar realm ente a la izquierda revolucio-naria y a la ultraderecha, principal impulsora (ajuicio de Washington) de las brutales violacionesde los derechos humanos.La Junta cvicomilitar surgida del golpe del15 de octubre reuna gran parte de los requisitosplanteados por el Departamento de Estado en elmodelo de las democracias viables. A su forma-cin concurrieron las Fuerzas Armadas d ep u ra d as ,segn el Departamento de E stado, de los elementosm s ligados al rgimen represivo anterior- la dem o-cracia cristiana, la socialdemocracia local, persone-ro s ligados al Partido Com unista y la Iglesia catlicaprogresista. Quedaba aislada y dividida la izquierdaradical, definida como el enemigo principal, yEEUU poda as apoya r a un gobierno am plio, conpredominio de los moderados. Sin embargo, eldesarrollo de los acontecimientos tendi a dar razna quienes extraan como leccin de Nicaragua quelo qu e no serva eran las demo cracias viables pantdefender los intereses norteamencanos en AmricaLatina, sino que haba que volver a esquemas decontrol militar. Las sucesivas juntas en El Salva-dor fueron aislando a unas Fuerzas Armadas cadavez ms acosadas por la actividad militar y de m a wconducida por la izquierda revolucionaria, llegn-dose a la unidad del conjun to de ias fuerzas progre-sistas y democrticas en un solo frente opositor(EL FDR). El centro que sofi Washingtonysobre el cual todava hablan algunos personerosde la diplomacia norteamericana- qued reducidoa la cspide de las fuerzas armadas hegemonizadaspor el sector ms represivo, jun to a algunos conspi-

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    CUOS dirigentes derechistas d e la Dem ocracia Cristia-na encabezados por Napolen Duarte y AntonioMorales. El resto de la DC, incluidas figuras his-tricas de la taila de Hctor Dada y Rubn Zamora(e x M inistros y ex miem bros de la segunda y terceraJunta), formaron el Movimiento Popular Sociai-cristiano y se adhirieron, u nto a la socialdemocraciade Guillermo Ungo y amplios sectores centristas, alFrente Democrtico Revolucionario.Mientras el fracaso de la dem ocracia viablese daba en El Salvador, se iniciaba en Washingtonya la estructura cin de una nueva politic a, emanadaprincipalmente de la comunidad de seguridad na-cional (burcratas del Consejo de Seguridad Na-cional, de la CI A, y del Departamento de Defensay sus agencias de inteligencia y anlisis e stratgico).Teniendo como teln de fondo las lecciones que leshan dejado los movimientos revolucionarios quederrotaron al Cha Pazlevi y a Som oza, buscan rede-finir el cuad ro de alianzas militares de E EU U. En loque a Amrica Latina respecta, se plantea que lasrelaciones militares se han vuelto anacrnicas y quese hace necesario elaborar nuevas bases que perm itanligar m s estrechamente los supuestos intereses co -munes entre ambas partes. Se sugiere dar mayorresponsabilidad a los militares latinoamencanos enla definicin de la poltica militar hemisfrica; bus-car una mayor participacin de lospoderes regio-nales en la defensa continental; e incrementar l aparticipacin de los lderes militares latinoamerica-nos en la valoracin de las amenazas en la reginy en el diseo de las formas de enfientarlas. Lasmedidas que acompaaran las propuestas son: do-ta r a las F uerzas Armadas latinoamericanas de armasmodernas, incluyendo las de tecnologa sofisticaday ai da; estimular el desarrollo de ms sistemasdefensivos en la regin; asesorar a los estableci-156

    mientos militares en apoyo logstico , mantenimien-to , planeamiento de operaciones y otras actividadesde estado mayor; e invitar a oficiales y cadetes aparticipar en las escuelas y academias de EstadosUnidos al mismo nivel que los participantes nor-teamericanos? El desplome, a principios de este aiio, de laJunta salvadorea constituida en octubre de 1979,ha significado la derrota final de las palomas ysus democracias viables para Centroamrica. Eldiscurso qu e se impo ne es el de la guerra, aquel q u esin abandonar totalmente las maniobras politico-diplomticas, subordina todas sus acciones a la ne-cesaria derrota militar del enemigo.L a nueva poltica, de carcter militarVeinte aos despus del triunfo de las Fuerzas delComandante Fidel Castro, las fuerzas democrticasnicaragenses derrotan militarmente ai escalnnativo, adiestrado y apertrechado para la guerracontrainsurgente. Frente a ello, losanalistas nortea-mericanos consideran anacrnico al Sistema Inter-americano de Defensa y las relaciones actuales delas Fuerzas Armadas norteamericanas con las lati-noamericanas, porque estn a un nivel muy bajo.Se propone elevarlo, en todos los planos, cualitati-va y cuantitativamente, concedindole a los delsur una parte de las definiciones que antes tomabaEstados Unidos por s solo en la defensa continen-tai, entregando los implementos necesarios (armas,

    Ver, por ejemplo, is serie de declaraciones de per-soneros de la comunidad de segundad nacional publica-das en US News and World Report y l os artculos incluidosenrevistastales com o International Security Military Reuiew,y otras ligadas ai Departamento de Defensa.

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    Centroamrica en l a estrategiamilitar. ..adiestramiento, etc.) necesarios para que dich.asfuerzas armadas asuman en mejores condiciones ladefensa de los intereses de Estados Unidos. .Lareaccin flexible sigue vigente. Lo que les des-cubre Nicaragua es que la fuerza nativa era insufi-ciente para enfrentar a las masas y a su vanguardiamilitar. Se propone, por lo tan to , dotarlas de adies-tramiento y armamentos modernos y sofisticadosque multipliquen su poder de destruccin y de co-mando. Es lo que dice el Subasistente Principal delSecretario de Defensa para Asuntos de Segurid,adInternacional, Franklin D. Kramer, ante un subeo-mit de la Cmara de R epresentantes:Las fuerzas de seguridad de El Salvador rie-cesitan urgentemente ayuda adicional para trans-portes, comunicaciones, equipo de co ntrol de m oti-nes y entrenamiento. Y propone (lo que, por lodem s, se est implementando desde abril), 3 mil!lo-nes 700 mil dlares en vehculos para proveer demovilidad sobre tierra; 31 6 mil dlares en miscamsy granadas para la lucha callejera; 4 millones 20 0ml dlares en equipos de com unicaciones necesa-rios para dotarlas de comando centralizado y con-trol y mejorar las com unicaciones a las unidades decampo; 400 mil dlares para equipo varios, in-cluidos trailers, sin contar 300 mil dlares delIM ET , que comprenden el financiamiento de 3 gru-pos de asesores (unos 40 oficiales norteamerica-nos). Cabe hacer notar que Kram er alude a unode los 14programas de asistencia de seguridad

    tatementof Franklin D. Kramer,Principal DeputyAssistance Secretary of Defense-International Security ,4f-fairs, before the Subcomittee on Foreign Operations-Com-mittee on Appropriations. 25 march 1980 (mhneo), pp. :3 y4 . Para un enfoque similar ver la comparecencia de JohnBudinell, Deputy Assistance Interamerican Affairs, Depart-

    (e l Redistributed MAP) , ue s requiere a probacinprevia del Congreso para su implem entacin, y quepor io tanto es slo una muestra de lo q ue se entregaal escaln nativo en E l Salvador.Es necesario tener en cuenta que esta ayudase viene a sumar a las armas que compra directa-mente el gobierno salvadoreo. Entre 1 9 7 3 y 1 9 7 8las FF A A de ese pas se habanabastecido en EEU U,Israel, Francia y Brasil de aviones, subametrailado-ras, lanzacohetes y tanques, y nada hace presumirque dichas ventas hayan cesado (cua dro 1).Y, por ltimo, es preciso tener en cuenta lasayudas otorgadas antes de la adm inistracin Carter,que para el conjunto de las Fuerzas Armadas cen-troamericanas totaliz, entre 1 9 5 0 y 19 77 , la sumade 1 0 6 millones 72 7 m il dlares, en los tres progra-mas ms importantes (cuadro 2).La estrategia norteamericana contemplabatam bin, a partir de comienzos de la dcada de loscincuenta, la construccin de Und coordinacin mi-litar subregional. Ello empez a concretarse en1 9 5 4 , a travs de diversos acuerdos blicos suscritossecretamente por los gobiernos de Honduras, Gua-temala, Nicaragua y El Salvador. La constitucinjurdica del ente m ilitar se concret en 1 9 6 3 , cuan-do se cre el Consejo de Defensa Centroamericano

    ment of Defense, incluido en Arm s trade in the WesternHemisphere, Hearings before the Subcommittee on Intero-mericon Affairs, (doc. H 461-9), GOP , Wa. , DC., 1980.Las fuentes o programas de la llamada SecurityAssistance son: Military Assistance Program (MA P) ; Redis-tributed MAP; International Military Education Training(IMET); Excess Defense Article (E DA ); Foreign Military Sa-les (FMS); Commercial Sales; Ship Transfer; I A D Public

    Safety Assistance; P.L . 480 C ommon Defense Funds, Inter-national Narcotics Control; Military Advisors y MilitaryAsistance Service Funded (M AS F) .157

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    CUADRO 1VENTAS DE ARMAS AE L S A LV A D O R, 1974- 1980Pai s Vendedor Cantidad y tipo de arma Ao deentreeaEEUU 3 aviones transporteDouglas c-47

    1 avin transportec -1184 helicpterosBel UH-IH

    Israel 25 aviones transp.IAi-201 Arava STOL200 subametralladoras9 mmm UZ I200 lanzadores decohetes de 80 mm .18 aviones de combateDaslault OurnganMagister6 aviones ent. IA I Fouga

    Francia 12 tanaues lkzeros AMX- 13(eain 75mm )Magister 19783 aviones ent. Daeaault Fouge

    197419151916

    1974-791974-77197 4-7I

    19751975

    1974

    Brasil 12 aviones EMBRAER-111de contrainsurg. 1978-79Fuente Arson, Cinthya. Institute of Policy Studies, Wash-ington, 1980.(CONDECA), que elabor un Tratado de DefensaCentroamericano en 1965, el que, a pesar de nohaber sido ratificado forma lmente, perm iti la rea-lizacin de maniobras conjuntas antinsurgentesen msde tre ce oportunidades hasta 1978.Pero este158

    escaln no logr operar nunca a plenitud. Panamy Costa Rica no se integraron y la guerra entre ElSalvador y Honduras dificult integraciones de ma-yor envergadura, a tal punto que a Somoza y a susaliados norteamericanos les fue imposible hacerlooperar contra las fuerzas populares nicaragensesdirigidas por el FSLN. La desafiliacin posteriorde Nicaragua, si bien sepult los intentos de esta-blecer un pact o de de fensa subregional que abarcaraa todos los pases, centr los esfuerzos de las cs-pides castrenses y del pentgono en la coordinacincreciente de los ejrcitos aliados de Estados U ni-dos en Centroamrica para enfrentar al enemigointerno com n, las mas as populares en franco as-censo. Hoy aparece evidente a los observadores po-lticos y a los analistas militares la estrecha colabo-racin entre las FFAA de Honduras, Guatemala yEl Salvador, lo que se ha expresado brutalmente enmatanzas de campesinos en las fronteras comunesde los tres pases, as com o en la realizacin de eli-minacin selectiva de lderes opositores y otrasfaenas de inteligencia activa ms all de las fron-teras propias.La nueva visin estratgica con tem pla tambincompartir la defensa intrahemisfrica con lospoderes regionales: esto es, asignar el papel quecumpla antes directamente Estados Unidos en re-lacin a los pequeos pases de Amrica Latina yel Caribe, a Co lombia, Venezuela, Brasil, Argentinay Chile. Es lo que hacen las fuerzas armadas argen-tinas en Bolivia y lo que hacen los m ilitares vene-zolanos, argentinos y colombianos en El Salvador.Se co nstru ye un segundo escaln nativo, apoyadoindirectamente por Estados Unidos. Esto es, ensuma, lo que se aprueba en la XI11 Conferencia deComandantes de Ejrcitos Americanos (reuninauspiciada por la Junta Interamericana de Defensa).

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    Centroamrica en l a estrategia militar.. .Cuadro 2

    GA S T OS M I L I T A R E S D E E E U U E N C E NT R OA M E RI C A POR LOS PR OGR A M A SVME, PEE Y PAM. 1950-1977(en miles de dlaresi~ ~Ventas Militares Educacin y Rogramaal Exterior Entrenamiento Avuda Mutua Total

    E Salvador 2.489Guatemala 22.560Honduras 7.756Nicaragua 9.0005.8157.4837.49211.171

    4.489 12.79316.125 46.1685.275 20.5237.072 27.243106.727otales 41.805 31.961 32.961

    Fuente: US A n n s Control and DUsmament Agency, Wa.. 1978.

    realizada en Bogot desde el 5 al 10 de noviembrede 1979. El plan d e los generales argentinos contrala agresin comunista, cont con el entusiastaapoyo del representante norteamericano y consti-tuye, en sntesis, la declaracin de la extratemto-nalidad de las acciones de las Fuerzas Armadas la-tinoamericanas cuando un pas se encuentra c mpeligro frente a la insurgencia?Todo lo anterior no descarta el escaln pro-pio: si la insurgencia vence al aliado estratgico,existen las fuerzas militares norteamericanas paiainvadir directamente temtorio centroamericano.Para el caso centroamericano est la Jo in t TaskForceof Caribbean an Centml America, cuya fuerzase calcula en 18 mil soldados; y eventualmente, larecientemente armada Rapid Deployment F o rc e .Citado por Gregorio Selser, en su lerie de artlcul~ossobre el tema publicados en El Da de Mxico, durante elmes de agosto de 1980.

    Esta itima, si bien ha sido diseada para defenderlos intereses norteamericanos en cualquier parte delmundo, se encuentra situada en la base M c Dill,del Estado de Florida, a slo centenares de miliasde cualquier pas centroamericano. Y el propiocomandante de esta fuerza, el General Paul Kelly,declaraba el da de su inauguracin, que el cuerpocontaba como bases las Divisiones 82 y 101 aero-transportadas, 2 batailones de fuerzas especiales ytres divisiones de m arines, dotados de flota de trans-porte areo del Military Airlift Command que dis-pone de 70 aviones c-5 (el transporte ms grandedel mundo) y de 234 aviones C-141. Om a, ms de80.000 soldados con susheliotransportes, y la cifrade 10 mil miilonesde dlares durante los prximos5 aos para oganiuu la fuerza comp leta. A ellodebe agregarse el contingente d e las bases areo-na- Declaraciones a la Agencia AFP , el lo . de manode 1980.

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    vales de Norfolk y Charleston, en la costa atlnticay la base naval de San Diego, en el Pacfico, quetrabajan en sus hiptesis de guerra sobre el reaCentroamericana. Como era de esperarse, este, es-caln propio no piensa ser utilizado aisladamentede los otros escalones. Se trata de combinar los es-fuerzos hasta el ltimo peldao. As parecen apun-tar, por ejemplo, las ltimas maniobras Reades2-80, que se realizan a co mien zos de julio cerc a deVieques, y que reuni a 30 buques de guerra deBrasil, Venezuela, Inglaterra y Estados Unidos (queparticiparon con 14 buques asignados a la baseNorfolk).El Salvador, caso testLa nueva estrategia norteamericana para el rea pasapor la solucin militar del problema de El Sal-vador. Sin embargo, dicha decisian de privilegiarlo blico no descarta otro s tipos de ayuda que Wash-ington implementa. M as an, confiere a esas ayudasei carc ter de urgentes y cambia sus contenidos.As esta ocurriendo con la ayuda econm ica.Ella se entiende como parte del arsenal nortea-mericano, A s lo seala el Secretario de Estado,Edmund Muskie, cuando seala ante la Asociacinde Poltica Exterior de Nueva York lo siguiente:Estam os dispuestos a d edicar suficientes recursosa la defensa de nuestros intereses y el fomento denuestros ideales en e extranjero?. . . Las ventas acrdito de material militar al exterior se han redu-cido , crditos que se pod ran haber usado en reasimportantes para nuestraseguridad . . . Puede nadiedejar de ver el activism0 sovitico en el mundo yllegar a la conclusin de que este es el momentopara descuidar las necesidades de seguridad de nues-tros amigos?. . . Permtaseme destacar que estos

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    Centroamricaen l a estratPgia militar. .orommas (se refiere a los de am & econmica) Cuadro 3. "van mucho m s all de nuestros intereses humanihi-nos. Se hacen firmemente porque defienden nues- F U EN T ES D E A Y U D A E C O N O W C A Q U EPUEDE MOVIL IZAR EE UU A PAISEStros intereses nacionales. Todos nosotros estamos nP AMRRlPA 1.ATTNA 1979preocupados, y con razn, de no caer en debilidadh i t a r ; estamos constantemente modernizando I. INSTITUCIONES INTERNACIONALE Snuestra postura militar. Pero s i reducimos nuestrosotros programas nternacionalesse contribuye a otraclase de debidad igualmente peligrosa. Ello reducenuestro arsenal de influencia.""En lo que a El Salvador se refiere, el gobiernonorteamericano decidi utilizar adems este "arsenalde influencia" (la ayuda econmica) para salvar a laJunta militarduartista de la debacle total y paraapuntalar la estrategia militar decidida, de aniquila-miento del ''enemigo interno". La guerra civil de-

    1. Banco Mundial1.1 Banco Internacional para la Reconstrucciny

    Fomento (BIRF )1.2 h c ia c i n Internacional par a el Desarrollo1.3 Corporacin financiera internacional2. Banco Interamericano de Deaam>llo (B ID )3. Fon do Monetario Internacional

    11. INSTITUCIONES NORTE AMERICANAS OFICIALESclarada en el pas trajo secuelas muy graves para laya endeble economa del pas. La cada de los pre-cios del caf y el algodn, y la disminuicin de l osplantos Y las cosechas. to do esto aunado al ascenso

    1.Agencia para el Desarrollo Internacional (AID)2. Banco de E xportaciones e Importaciones3 . Comoracin d e Invermones mivadas ende EEUU (EX IMBANK)de los precios del petrleo y a i endeudamiento quearrastraba el pas (ms de 1, 000millones de dlares el exterior (OPIC)4. A l i e n t o s para la Paz (PL-480)

    en l S7*, de la de 111. INSTITUCIONES FINAN CIERAS PRIV ADA SEl Salvador), c o n f i i b a n un panorama en extre-m o somhrn~ NORTEAMERICANAS..-._ _ _ _-- .Estados Unidos puso en juego para el lo todas IV. INSTITUCIONES LATINOAMERICANA Slas posibles fuentes de ayuda, b - t o as propias co-mo las instituciones nternacionalesen las que poseeinfluencia decisiva (cuadro 3).Durante los seis primeros meses de este aiio

    l . ondo de Inveriiones de Venezuela2. Banco Centroamericano parala Integracin Econmica

    1 7 En: h ie t in Especial de la beneia de comuni(a.cin Internacional de la Embaiada de l os Estados Unidos de viales; 8millones a proyectos educacionales; 35mi-llones, Si n epecifkacin en las fuentes; y 27millo-~~ ~ ~ ~ ~ ~ ~ ~America en Mxico. a / f . nes para el mejoramiento de camnos. Por su parte,161

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    el BI RF curs 9.3 miilones sin especificacin en lahtente; 10 millones a reactivscin de la empresaprivada; 3 mlones, ainerpeciticacin en ia fuente,con un total de 22.3 millones. La AI D - qu e segnel IPS de Warhington tiene programados un totalde 80 millones para El Salvador durante este ao-ha entregado en el primer semestre 30. 3 millones,en su mayor parte dedicados a programas tales comogeneracin de 40 ml empleos o ayuda econ-mica a msgiaies, y tambin a proyectos del tipocohstniccin de infraestructura o mejoramien-to de pastizaies (rubro casi inexistente en la agri-cultura salvadorea). El Banco Centroamericano deIn te pc i n Econmica haconcedido prstamospor20 mllones de dlares; el FMI, un total en el se-mstre de 14 millones; la banca privada (City Bunkde Chicago, Bank of America y L ibm Bank L t d . )100 ml l ones de dlares; el Fondo de inversionesde Venezuela, 20 millones. Ello totaliza 317. 3 m-llones de dlarea en un eemestre, para un pas de4 millones de habitantes, con sl o20 ml kiimetroscuadrados, con un Producto Interno Emto per c-pita anual de 490 dlares, y con una variacin desu expansin crediticia anualentre 1977 y 1978deapenas 66.6 d o n e s de dlares en trminos abso-lutos y de 5.4 millones en trminos relativos (cua-dro 4) .No contamos con informacin para las otrasagencias. Sin em-o, tanto el monto de la ayudacomprobada, como el tenor de l as declaraciones depemneros del Departamento de Estado, pennitensuponer que sed tambin cuantioaa. As se deopren-de, por ejemp10, de las palabras expresadas por elembajador de Estados Unidos en El Salvador, Ro-bert Whi te (el 6 de febrero del preeente ao) anteel Comit de Rel aci ones Exteriores de el Senadonorteamericano, quien seal: Yohe estado tra-162

    CUADRO 4CREDITOS Y DONACIONES A EL SALVADORENEROJUNIO, 1980(millone de d 6 1 w s )

    Iaitituci6n MontoBI DBI RFA I DF NBCIEBim USAFMI

    116.322.330.320.014.414.0

    100.0Totd 317.3

    Fuente. Inforpreu de Centroamrica, UP1 y AP.

    bajando para lograr a travs de la Ley Pblica 480,ttulo 1 y ttulo 2, alimentos para El Salvador. Heestado tambin trabajando para conseguir algunosfondos, ahora y no despus, porque las neceaidadesson de ahora, y no ms tarde, para confrontar lasituacin de emergencia. He tenido algnxito.A toda esta ayuda econmica es necesario agre-gar las constantes presiones y operaciones diplom-ticas de Washington, encaminadas a hacer ms res-pirable el ambiente internacional a la Junta y aconseguir aliados para sostenerla. Han conseguidoxitosparciales. Por i o pronto, el apoyo de los sec-tores derechistas de la Democracia Critisna Mun-dial y de los gobiernos de CostaRica y Venezuela,que 8e coordinarn en Washington entre el 21y el23 de mayo del presente ao. Por esas fechas sellev a cabo una reunin coorganizada por la Fun-dacin Konrad Adenauer, de la RFA, y ei AmericanEnterprise institute, de EEUU, con participacinde representantes de los partidos demcratacristia-

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    Centroamrica en l a estrategia militar.. .

    nos europeos y algunos latinoamericanos, y la asis-tencia de partidos centristas no D C (entre eilos asis-ti el Partido Laborista de Jamaica quien se hizorepresentar por Edward Seaga. . ),y de representan-tes del Departamento de Estado y de a candidaturade Ronald Reagan.La Doctrina Bowdier y elneoconservadurismoLa investigacin del proceso poltico norteamcri-cano hacia Amrica Latina en general y a Centroa-mrica en particular, permite, por lodicho anterkor-mente, a f i i a r que se va imponiendo una visinhalcona -agresiva, blica- de las formas comoEEUU pueden enfrentar su crisis de hegemona,que hoy encuentra su punto iilgido en la guerracivil de El Salvador. Esto es lo que se va plasmandoen el proceso pol tico norteamericano y que tenni-na siendo aceptado por los funcionarios del Depar-tamento de Estado. Luego de una intensa campaade l obbi es al interior del Congreso y de numero-sos artculos en la prensa norteamericana y en lasagencias transnacionales de la noticia, se establecela creciente presencia cubano-sovitica en la reg ih .El nuevo Secretario Asistente de Estado para Asiin-tos interamericanos, William Bowdler, de larga tra-yectoria diplomtica al servicio de su pas, declara,el 9 de abril, en un discurso ante la Sociedad Pana-mericana de Nueva York que Estados Uni dos noutiluam fuerzas militares en situaciones dondesoiamente grupos internos estn en contienda.Dicho en formulacin positiva, quiere decir queEstados Unidos s interuendm donde los norteame-ricanos (y no, por cierto, algun organi smo interna-cional) consideren que hay grupos externos inter-viniendo.

    La sola articulacin -coherente y en procesode implementacin- de una definicin estratgicay poltica del Departamento de Defensa con reepecto a Amrica Latina, tiene una alta importanciapara las definiciones polticas de la izquierda lati-noamericana. Pero esto resuita ms grave an si seobserva con detencin lo que est ocurriendo enotros segmentos de la clase pol tica norteamericanay la forma como sus propuestas son recibidas (eimplementadas tambin) por las fuerzas ms reac-cionarias del subcontinente.Cabe mencionar, en primer lugar, el significa-do profundo de la candidatura republicana de Ro-nald Reagan. Ms a de la interpretaciones idec-logizadas de un sectorde la izquierda (da lomismoquien sea el presidente, pues ser el mandatariodel imperialismo norteamericano), o la visin pe-riodstica simplista (el cowboy envejecido del cinenorteamericano, de primitivo conservadurismo),detrs de Reagan se han alineado los intelectualesde la academia, los negocios, los mas media y elestablecimiento castrense ms lcidos de una nuevaposicin que se autoproclama neoconservadoray que intenta una verdadera cosmovisin renova-da para dirigir a la sociedad norteamericana y paradefender su hegemona mundial. Politlogos comoSamuel Huntington y Nathan Glazer, parlamenta-rios como Daniel Moyniham; acadmicos comoRichard Hofstadter y Seymour Lipset; economistascom o Milton Friedman; gerentes como William Ca-sey y William Simon; militares como el General (R)Daniel Graham, el Almirante Thomas Moores y elGeneral Alexander Haig, constituyen un staff quetiene una interpretacin integral de los problemasde la sociedad norteamericana actual y de las solu-ciones que es necesario implementar para superarlas.Eilos han logrado articular un programa de G s del

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    cual se han alineado todas las asociaciones reaccio-nark8 (la J ohn Birch Soc ie ty , el Committe on thePresent Dongsi, la Americnn Legion, l as diversasasociaciones de la derech a cristiana, etc.), l as fuer-zas del Parcido Republicano y mtores crec ientesde una clase mc iia golpeada por la crisis econm icay los impactos de Watergate y Vietnam. Es posibleidentificar tambin a sectores del capitalismo na-cional norteamericano -des eo so de un renacimientochownista -7 el mundo transnacional ligado a laindustria de la guerra?En poltica exterior el equipo de Reagan seubica en la vertiente de la doctrina Truman: en -tienden que la accin norteamericana correcta con-siste en realizar una accin persistente de contencincontra la Unin Sovitica, el comunismo interna-cional y los movimientos de liberacin, entendi-dos como irremediablemente destinados a ser co-mun istas (si no lo son desde la partida) y aliados dela UR SS. Se trata de resucitar las mismas cona dera -ciones que llevaron a Estados Unidos a interveniren Grecia y Corea, y que se utilizaron para justificarla planeacin y ejecucin del derrocamiento delgobierno de Jacobo Arbenz en 19 54 . As lo dice,sin retrica alguna, el principal asesor de Reaganpara asuntos latinoam ericanos, Roger Fontaine:

    Yocreo que uno de los aspectos ms notablesde la administracin Reagan es que va actuar enbuena medida ms agresivamente, para preservar loque ha quedado y preservar las oportunidades quequeden para la democracia, particularmente enVer la ponencia de Lu is Maim , Perspectivas y con-tenido de un viraje conservador en Estados Unidos y su im-pacto en Amrica Latina , presentada al Seminario del CI DEsobre Amrica Latina en lo s ochenta tendencias y persper-truas, realizado en Mxico, del 25 ai 29 de agosto.

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    Centroamrica. Este es un sentimiento personal,porque no ha sido formulado oficidmente, perome gustara percibir que en la a dr ni nh w i n Rea-gan se formar aigo que fuera nada menos que unaDoctrina Truman para la regin. Recordar Ud.que la Doctrina Truman fue diseada para Greciaa fines de los aos 40, para ayudar a los regm enesque eran amigables para los Estados Unidos y queadems de tener serios problemas, estaban siendoatacados por mino ras armadas ayudadas y abasteci-das desde e exterior por fuerzas hostiles, especial-mente la Unin Sovitica y Yugoslavia. Algo quede alguna m anera es una situacin similar est ocu-rnendo en varios casosen Centroamrica. Minorasarmadas apoyadas pnncipalmente por los cubanos,estn intentando desestabilizar los regmenes hastael punto en que yo creo que las posibilidades de de-mocracia, tal como nosotros la conocemos, van aser canceladas. . .Una Doctrina Truman significaque van a tener que darse a estos pases -como ElSalvador y Guatem ala- un buen tra to , ms ayudaeconmica de la que estn recibiendo, al menos enel co rto plazo, particularmente en el caso de El Sal-vador. Esto significa que eiios necesitan asesoresmilitares. . .que ellos necesitan entrena miento mi-litar. Un tipo de com binacin de las cosas que hi-cmos a principios de la dcada de 1960 con laAlianza para el Progreso y con lo que la DoctnnaTnunan hizo por Grecia y Turqu a en la dcada de1940.3 oLos asesores de Reagan han recorrido diversospases de Amnca Latina, donde las derechas los

    Posteriormente este planteamiento ue ntegrameno Citado por Gregorto Selser en El Da de Mxico,

    te incorporadoBla plataforma republicanal o de septiembre de 1980

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    Centroamrica en La estrategia militar. ..han recibido como los salvadores de la democra-cia. El discurso anticomunista de los neoconser-vadores engarza perfectamente con la lgica internade la doctrina de la seguridad nacional ampliadade los militares del Cono Sur y con los grupos civilesy paramilitares fascistoides del subcontiente . D A-buisson o Sandoval Aiarcn dicen lo m im o qu,eellos: estamos en guerra junto a Estados Unidos yen contra de los insurrectos, tteres de Cuba y MOIS-c. En un libro que se reparte Satuitamente enCiudad de Guatemala, el conocido intelectual anti-castrista Emilio Mm, afirma lo siguiente: . . PO-demos esperar que el prximo presidente de losEstados Unidos no ser Carter, sino Reagan, y estoha de implicar necesariamente una variante en lasdislocadas directrices que est siguiendo la CamBlanca sobre la Amrica Latina, en especial en elcaso de Centroamrica y particularmente de Guu-temala.3Conclusiones1.El seguimiento del proceso formal de decisionesde poltica exterior en Estados Unidos propon5on.ainstrumentos tiles y vlidos para seguir las politi-cas que se aplicarn hacia Amrica Latina y predecirsus eventuales cambios, aun dentro de una mismagestin presidencial. Si bien parte del proceso essecreto o sus instrumentos o productos no son ac-cesibles al investigador (Consejo de Seguridad Na-cional y CIA, por ejemplo), el necesario paso porel Congreso de una parte de las decisiones a n t e so despus de t o m a d e y la publicidad que requiis-ren otras, ofrece la posibilidad de conocer el con-

    3 Maza. Emilio. Ceniroornrica: entre la Casa Blanooy la guerra reuolucionaria. df . , e. , p. 51.

    senso estratgico y polt ico que se crea respecto ala valoracin del subcont ien te y las lneas centra-les que se implementarn para defender los inte-reses nacionales en una coyuntura dada.2. Si bien Amrica Latina no recibe una aten-cin prioritaria -c o m o muchos piensan a prwri-en el conjunto del sistema poltico norteamericano,las consideraciones estratgico-militares le asignanuna alta prioridad, particularmente al rea de Cen-troamrica y el Caribe (incluido Mxico). Las inter-pretaciones economicistas que entienden la relacinE E W - A L desde la perspectiva nica del papel quela regin o un pas de ella juega en la economanorteamericana, cometern un error grave si obser-van slo los niveles de comercio e inversin directa.incluso una adecuada investigacin de este factorhace necesario ver cules son las empresas nortea-mericanas involucradas en cada pas y la importan-cia que ellas tienen en el proceso polt ico de EEUU.Ello explica, por ejemplo, la relevancia principalque se le confiere a Guatemala sobre otros pasesdel rea, as como la forma en que la banca privadaapoya a la Junta salvadorea por su s intereses prin-cipales radicados en Guatemala.3. La poltica centroamericana de la Adminis-tracin del Presidente James Carter puede ser divi-dida en dos periodos, separados por el triunfo delFrente Sandinista de Liberacin Nacional en Nica-ragua. Durante el primero, se privilegia la imple-mentacin del modelo de las democracias viables.Durante el segundo, con un breve interregno en ElSalvador hasta el colapso de la Junta de Octubre de1979 (que se produce en enero de 1980, almenosen trminos polticos), se privilegia la solucinmilitar, y, por l o tanto, la alianza con l as FuerzasArmadas de los pases de la regin. La imposicinde esta poltica se ve facilitada por la articulacin a

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    nivel del pentgono de una eltnitegia de readecua-cin de l as rdaciones militaresestadounidenae-l ti-noamericanas, nimiiar a la que se efecta despusdel triun fo de la revo lucin cubana.4. En este contexto, la solucin de la crisissalvadorea pasa a ser el elemento centrai de lanueva poltica. Una vez diagnosticadacomo testcase crtico, el estabehrnent ha implementado,Sui las vacilaciones que se adviertieron durante lainsurreccin diniata, un apoyo irresiaicto a laJunta militarduartista, a la que ha movilizado nosl o armas y adhtmniento,sino que grandes can-tidades de crditos, ayudas y donaciones eco-nmicas. Estas ltimas, adems de orientarse a im-pedir una crisis total del gobierno, busca generarfaciiidades para la represin y el control de la po-blacin y los insurgentes (empleos mnimos,organizacin campesina del tipo de las aldeas es-tratgicas de Vietnam, cooptacin de sectorespobres urbanos, etc.)5. La formulacin doctrinaria que ha plas-mado el proceso poltico es de tono interventor (ladoctrina Bowdier). Su peiigro real reside en quees el conjunto del sistema pol tico quien iaapnieba,61 bien cuenta entre sus mejores adeptos a la buro-cracia permanente del Departemento de Defensa.Coincidente con el lo, se produce el engarzamientode diversos grupos neoconservadores de la socie-

    dad norteamericana que empiezan a alinearse ydarle contenido coherente y fuerza soci al y polticaa la candidatura del republicano Ronald Reagan. Elgrado de coordinacin alcanzado por estos gruposy la difusin y aceptacin de sus ideas, hacen preverque su incidencia ser de largo aliento en la socie-dad norteamericana, incluso en la eventualidad deuna derrota de R e m . Pero en caso de que stevenciera, la doctrina Bowdier, de por speiigrosa,se transformara lisa y llanamente en la doctrinaTruman, que sera implementada por un staff po-ltico de neto corte reaccionario y agresivo.6. Las fuerzas revolucionarias centroameri-canas deberan trabajar con la hiptesis de unainvasin militar extranjera, incluida la invasin nor-teamericana con fuenas propias. Los latinoamen-canos progresistas y demcratas deben levantar unamplio movimiento de solidaridad activa que acteahom como factor de disuasin en el tablero dejuego de losgenerales y pol ticos de Estados Unidosal momento de tomar una decisin al respecto. Ysi la intervencin abierta ocurre, por el propio des-tino de la autonoma nacional de todos lospaseslatinoamericanos, nuestros pueblos debern iniciaruna lucha denodada, en todos l os terrenos, hasta laderrota final del invasor y el triunfo defiiitivo delos pueblos centroamericanos.Q

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