centrales telefónicas de la guerra fría

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Comunicación presentada en el XII Congreso de la SEHCYT, Madrid septiembre de 2014

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La I Guerra Mundial fue un conflicto aun decimonónico en sus escenarios, con combates de trincheras alejados de las grandes ciudades.

Las redes europeas eran entonces urbanas y apenas hayejemplos de combates en torno a las centrales. Sinembargo, podemos encontrar algún documento muyantiguos como la fotografía de los archivos Ericsson en laque unos empleados defienden una central de Ciudad deMéxico en 1913 durante la Revolución.

Ya en la Guerra Civil española, la Telefónica de Gran Vía seconvierte en símbolo del cerco de Madrid.

Durante la II Guerra Mundial el grado de devastación esenorme ya sea por combates directos, bombardeo odestrucción intencionada durante la retirada, como estamagnífica central de Arnhem dinamitada por los alemanesdurante su retirada en 1944.

La construcción robusta de estos edificios los convirtióen nidos de resistencia de las unidades de ocupaciónalemanas en los últimos meses del conflicto, como enVarsovia o París.

En los conflictos modernos las centrales son una de lasprimeras víctimas para dejar al enemigoincomunicado. Así lo podemos ver en Pristina, durantela intervención de la OTAN en Kosovo en 1999 o en lacalcinada central Al Mamoun de Baghdad atacada deforma repetida en los primeros días de la invasión deIrak.

El primer gobierno que tomó conciencia de laimportancia del problema fue el británico. En 1940decidió añadir un cuerpo a prueba de bombas en elprincipal nodo de la red, la central Faraday de Londres.

Se completó en 1942 y se conoce como La Ciudadela.Estaba cubierto por una losa de hormigón de 2 metrosde espesor y sus muros estaban reforzados. Disponíade suministros, capacidad de filtrado de aire ygeneradores para que los trabajadores pudieransobrevivir sin contacto con el exterior durantesemanas.

Es el incunable de las centrales fortaleza.

En la colección documental de la Fundación Telefónicase encuentra un documento de la época preparadoante la eventualidad de que el conflicto alcanzaseEspaña.

Recoge medidas básicas en caso de ataque como eloscurecimiento, pero también instrucciones precisaspara el tapiado de todos los huecos exteriores o elvertido de arena en las cubiertas para paliar losefectos de las bombas incendiarias.

Esta presentación se centra en el periodo de la GuerraFría, apasionante por la aceleración del desarrollotecnológico.

Los retos de sobrevivir a un conflicto nucleardesencadenaron una serie de desarrollos que hoy endía parecen descabellados o irreales.

La Guerra Fría abarca más de cuatro décadas y tuvodistintos grados de intensidad. Se pueden distinguirdos grandes etapas desde un punto de vistaestratégico y también psicológico.

Hasta la crisis de Cuba, el posible conflicto nuclear seplantea como una variante de la guerra convencional,en la que una de las partes puede vencermilitarmente.

A partir de entonces los dos bandos se convencen dela imposibilidad de una victoria clásica y se desarrollala doctrina de la destrucción mutua asegurada. Lasarmas nucleares no pueden conducir más que a laaniquilación total.

Una muestra de la primera etapa naïf es la convicciónde que pueden construirse edificios resistentes a unataque nuclear, y eso desata la fiebre por construirrefugios, ya sean públicos o privados.

El ejecutivo británico prolonga su doctrina decontinuidad del gobierno y ordena construir centralessubterráneas en las principales ciudades.

Estos búnkeres se diseñan para resistir ingenios comoel de Hiroshima, pero la aparición de bombastermonucleares los convierte en obsoletos en lasfechas en que se terminan, por lo que se abandona elproyecto.

El Imperio Británico ya no está en el centro del tablero mundial que ahora se disputan las dos superpotencias surgidas de la II Guerra Mundial.

La documentación del lado soviético es muy escasa ysigue siendo en gran parte información clasificada porlo que nos tendremos que conformar con la visiónnorteamericana.

Las telecomunicaciones son un activo estratégicofundamental de la Guerra Fría, y Estados Unidoscuenta con una gran ventaja tecnológica en esteterreno.

Una de las consecuencias de la Crisis de Cuba es lacreación del teléfono rojo, una línea directa entre loslíderes de ambos bandos para evitar que la guerrapueda desencadenarse por un error de comunicación.

Era una línea de télex, construida por ITT en el tramooccidental, que se convirtió en icono del periodo.

Estados Unidos pone a sus grandes empresastecnológicas a trabajar para disponer de una redrobusta y redundante que pueda seguir funcionandotras un ataque preventivo soviético.

Se diseñan nuevas rutas de coaxial y microondassiguiendo planes del Departamento de Defensa y enalgunos tramos se construyen con protecciónantinuclear. Los tramos críticos de la red de telefoníade larga distancia debían recibir tratamiento especial,no dictado por las necesidades del negocio sino de laguerra.

Nada podía quedar al azar, la Guerra Fría fue unapreparación continua para lo impensable.

Se redactaron normas y protocolos muy detallados,tanto para proteger edificios y equipos como paraindicar como actuar después de un ataque paramantener el servicio.

Los ingenieros de AT&T afrontaron el reto como unproblema técnico más. Debían diseñar centralescapaces de sobrevivir a los efectos térmicos, sísmicosy mecánicos de la explosión de un artefacto de 20megatones, proteger a los equipos del pulsoelectromagnético y mantener con vida al equipohumano.

Estas consideraciones se describen en diversosdocumentos del Bell System con una prosa aséptica.

Encontramos tablas detalladas sobre los efectos de unaexplosión nuclear y resistencias mínimas que debenasegurar las instalaciones.

También hay diseños de antenas capaces de funcionar enun entorno de pesadilla para mantener la cadena demando y control capaz de devolver el golpe.

La mayor protección la proporcionan las construccionessubterráneas. Una serie de nodos subterráneos seconstruyen en la ruta principal que une las ciudades dela costa este.

Todas ellas se ajustan a un modelo tipo especificado enlas normas de construcción del Bell System y disponende todas las medidas posibles para asegurar lacontinuidad del servicio.

Estas instalaciones pierden su función con el final de laGuerra Fría aunque siguen funcionando comoinstalaciones convencionales.

Asociaciones de aficionados han documentadográficamente en los últimos años los restos de aquellosbúnkeres.

Disponían de detectores de rayos gamma quedisparaban el protocolo de emergencia. Las puertas sebloqueaban y solo podían abrirse desde dentro. Losempleados disponían de dosímetros para medir elgrado de exposición a las radiaciones.

Podemos observar como los equipos se montaban conamortiguadores para resistir el choque sísmico de laexplosión.

El búnker era autosuficiente con agua y sistemas defiltrado de aire que aseguraban suministro libre decontaminación.

Además se almacenaba comida, ropa y otrossuministros básicos para sobrevivir como mínimo dossemanas.

Pero en el centro de las grandes ciudades no se podíanconstruir búnkeres del volumen necesario paraalbergar los grandes nodos de la red de largadistancia, sino que debían ser edificios en altura.

El diseño de estos colosos se vio influido por lastendencias utópicas del momento, inspiradas a su vezpor el pánico nuclear. Las Walking Cities de Ron Herrono la cúpula protectora de Buckminster Fuller eranejercicios de imaginación para sobrevivir a la pesadillay parecen reflejarse en los modelos que ahoraveremos.

El brutalismo se encuentra en auge en esosmomentos. Su estética descarnada se encuentra

también en las centrales fortaleza.

En esta página de ABC de 1964 se habla de una centralcon aspecto de silo capaz de resistir un ataque nucleary se pone en relación con otro hito arquitectónico delmomento, el diseño original de Utzon para la Ópera deSidney.

Este imponente rascacielos del estudio Kahn & Jacobses la primera gran central fortaleza de la Guerra Fría,terminado en 1964. Era la central principal deManhattan.

El edificio mide 120 metros y tiene 21 plantas que no se

pueden apreciar desde el exterior porque no presenta

aberturas, más que unas mínimas rendijas para el sistema de

ventilación. Esta coraza protege de los efectos mecánicos y

del pulso electromagnético y sigue las normas establecidas

por el departamento de construcciones del Bell System.

La torre protege las antenas de microondas de los efectos de

la lluvia nuclear.

Como bien apreciaba el periodista de ABC recuerda a un silo y

es muy posible que los silos de Buffalo que tanto admiraron

los pioneros de la arquitectura moderna inspirasen este

diseño.

El diseño no es una excentricidad del estudio Kahn &Jacobs, sino que se repite en distintas centrales de lasrutas principales.

Esta de Kansas City resulta de interés porque se puedever como la ampliación sobre el edificio original de losaños 30 se hizo siguiendo las nuevas normas, cegandolos muros que antes disponían de ventanas.

Todas las torres de microondas seguían un patrón paraproporcionar resistencia mecánica y autonomía parafuncionar durante largos periodos.

Esta otra central de Jacksonville recibió un premio almejor diseño arquitectónico del año del Bell System. Laciudad es una importante base navaly se encuentra enla ruta más importante, la de la Costa Este.

Todo el cerramiento es de prefabricado de hormigón,las puertas de acceso y carga no se pueden distinguiruna vez cerradas. Solo se abren al exterior losconductos de ventilación.

La ampliación posterior mantiene el muro ciego.

Estos diseños tan agresivos no podían dejar indiferenteal público. Esta central de la Sexta Avenida es uno delos edificios más odiados de Nueva York por la crítica ylos ciudadanos por su situacion privilegiada en elskyline de Manhattan.

Encontramos rechazo parecido en numerosas ciudadesdel mundo a las centrales fortaleza.

El edificio más grandioso e impactante es el de esteotro edificio neoyorquino que aparece en el manual deedificaciones de AT&T como modelo de centralfortaleza resistente a un ataque nuclear.

A la izquierda vemos el original y a la derecha suestado actual, el cuerpo de la izquierda no seconstruyó.

Repite el modelo de Jacksonville pero a una escalamucho mayor, mide 168 m. y tiene 29 plantas.

Resulta intimidante pero la crítica se ha resistido aincluirlo en la categoría de feo.

Popularmente se ganó el nombre de “La Estrella de laMuerte”.

Se pueden encontrar centrales fortaleza por toda lageografía de Estados Unidos, incluso aunque no fuerannodos principales.

La estética de ciencia ficción se convirtió en tendenciade diseño, produciendo algunos ejemplares de unabelleza brutal e inhumana como este de Williamsburg.

Fuera de los Estados Unidos destacó otro diseño muypolémico en Londres, Mondial House, el equivalente aLa Ciudadela de los años 70.

Construido al lado del Támesis, muy cerca de lacatedral de San Pablo, alojaba las principalesinstalaciones de la red internacional británica.

Su estética entre brutalista y pop produjo unaconmoción en la ciudad y fue objeto de numerosascríticas hasta su demolición hace una década.

En España no hay diseños de centrales construidaspara resistir un ataque nuclear aunque sí numerososejemplos de estética de central fortaleza, algunos degran valor como la central de Madrid-Concepción deJulio Cano Lasso.

Sin embargo si hay dos construcciones subterráneasque siguen las normas antinucleares de AT&T, losbúnkeres de las terminales de los cables TAT-5 y MAT-5en Conil y Estepona. El diseño fue de Jaime López-Amor, que en entrevista personal me contó que habíaviajado a Estados Unidos a conocer instalacionessimilares.

Esta ruta resultaba crítica para las comunicaciones deEstados Unidos con el sur de Europa, los detalles de laconstrucción se mantuvieron en secreto. Son muysimilares a los búnkeres de AT&T, con instalacionesequivalentes.