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8/11/2019 Censura contra editoriales.docx
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Censura contra editoriales: Eudeba y CEALLa Universidad de Buenos Aires, como todas las dems del pas,
fue intervenida y su obra educativa obviamente vigilada. El 25 de
marzo de 1976, un grupo armado tom posesin de la sede de
Eudeba, Editorial Universitaria de Buenos Aires. En seguida
fueron censuradas quince obras: aproximadamente 80.000
volmenes. Este operativo termin con la quema de los mismos
en el predio del Primer Cuerpo del Ejrcito, en Palermo.
La quema de libros ms grande que concret la dictadura fue lallevada a cabo con materiales del Centro Editor de Amrica
Latina (CEAL), el sello que fund Boris Spivacow, quien adems sufri un juicio por publicacin y venta de materialsubversivo. l fue sobresedo, pero un milln y medio de libros y fascculos ardi en un baldo de Sarand. Las accionescontra el CEAL, que consistieron en una serie de detenciones, desapariciones, requisas, atentados y allanamientos,
comenzaron poco despus del golpe militar, y se convirtieron casi en una rutina para la editorial. Pero el suceso que
desencaden la mayor quema de libros de la Dictadura fue una inspeccin, supuestamente rutinaria, contra un depsito
del CEAL donde fueron encontradas numerosas obras de contenido ideolgico marxista-leninista.
Spivacow logr salvar su vida y la de sus empleados, hecho sumamente afortunado para aquellos aos, pero no logr
salvar las obras.
Centro Editor de Amrica Latina: Libros
que ardieron durante das"Ms libros para ms" era la consigna del
Centro Editor de Amrica Latina, Ceal, el sello fundado
por Boris Spivacow que reparti cantidad y calidad a
travs de colecciones memorables como Captulo,
Historia del movimiento obrero, Biblioteca Poltica
Argentina, La historia popular, Cuentos del Chiribitil,
Siglomundo, Nueva Enciclopedia del Mundo Joven y
Transformaciones, entre centenares de entregas en
fascculos o volmenes econmicos.
"El 30 de agosto de 1980 la polica bonaerense
quem en un baldo de Sarand un milln y medio de
ejemplares del sello, retirados de los depsitos por
orden del juez federal de La Plata Hctor Gustavo de la Serna. Fueron llevados a la fuerza dos testigos para que
presenciaran y fotografiaran la pira. El objetivo era demostrar que nadie se robaba libros. Para qu andar con rodeos:
lisa y llanamente se prenda fuego.
"Boris Spivacow salv por milagro su vida. Pero el Ceal nunca pudo reponerse de los golpes del Golpe."
"Al principio tuvimos mucho miedo; yo, cada vez que me iba para el Ceal, le deca a mi vecina de arriba que si a
determinada hora no volva se llevara a mis tres hijos a la casa de mi mam. Pero, a la vez, nos acostumbramos a
trabajar en ese contexto de terror. El escritorio donde yo me sentabapor ejemplotena un agujero, que fue dejado
por el impacto de una de las bombas que tiraron a la editorial, y
yo apoyaba los papeles al lado. De repente llamaban de un
depsito, nos avisaban que haba habido un allanamiento y que
venan para la redaccin. Nosotros nos preparbamos, tirbamoscarpetas, escondamos agendas en el jardn, incinerbamos
papeles. Les decamos a los vecinos que bamos a hacer un asado
y quembamos papeles en la baera, que quedaba negra del
humo."
"Tambin las baeras de nuestras casas estaban negras.
Yo romp y quem muchos libros, y fue una de las cosas de las
que nunca me pude recuperar. Lo haca y lloraba porque no
quera que mis hijos me vieran, porque no quera que lo contaran
en la escuela, porque no quera que supieran que su madre era
capaz de romper libros... Porque senta mucha vergenza."
"Los libros del depsito de Sarand ardieron durante tres
das, algunos haban estado apilados y se haban humedecido, as
que no prendan bien. La coleccin Nueva Enciclopedia del
Mundo Joven, fue quemada ntegra. Me acuerdo de que en uno de los fascculos, de historia del feudalismo, haba un
prncipe que no se terminaba de quemar. El pobrecito era un prncipe medio afeminado y lleno de flores que se resista a
la hoguera."
"Simultneamente, pasaban cosas tragicmicas. Una vez, por ejemplo, llaman de un depsito y dicen:Viene la
policay cortan. Y nosotros empezamos toda la movida. Al rato, vuelve a sonar el telfono y nos avisan que en realidad
era un agente que haba ido a comprar un libro de Alfonsina Storni. Nosotros nos habamos imaginado cualquier cosa,
pero el pobre tipo necesitaba unos poemas para que la hija llevara a la escuela.
"Ms all de lo que ocurra, nosotros siempre organizbamos fiestas. Festejbamos las fiestas patrias con
chocolate, con torta, con carpetitas, tazas, cucharitas... todo. Era nuestro modo de mantener la dignidad, a pesar de los
embates."Graciela Cabal,escritora
http://www.imaginaria.com.ar/00/5/cabal.htmhttp://www.imaginaria.com.ar/00/5/cabal.htmhttp://www.imaginaria.com.ar/00/5/cabal.htm