cena de verano 2012 organizada por aspm

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CENA, DEL VERANO 2012, OFRECIDA POR ASPM EN EL HOTEL SILKEN PUERTA DE AMÉRICA Hola a todos: A los que asistimos a la cena de verano, organizada por nuestra querida asociación y a los que, por cualquier motivo, no pudieron acompañarnos. Esta vez me han dejado sólo unas horas para poder contaros cómo fue todo. Espero acertar, porque aún estoy extasiada por la mini visita que nos organizaron para conocer algunas plantas del hotel. Empezaré por la visita al hotel, informándoos de paso que por fin entendí el dicho de “se vende una experiencia”. Si no recuerdo mal visitamos 5 plantas. - La 1ª, diseñada por Zaha Hadied. Sin duda alguna la que más me impactó. El material escogido, siendo de un blanco inmaculado y muy habitual en decoraciones de las actuales cocinas; se nos hace increíble cómo, en manos de esta gran creativa, cambia totalmente hasta convertirse en un material “noble”. Como mujer, su diseño tiene unas formas redondeadas, sinuosas, con esencias de la magia oriental que tan bien representa su país. Eva nos dijo que fue tal el éxito obtenido en esta planta, que la subieron de categoría por la batalla de los huéspedes por conseguir habitación en ella. La verdad es que no me extraña. Yo defendería, con navaja en la boca, el derecho de tomar un baño en una bañera blanquísima, en la que tienes la sensación de poder perderte, ya que emula lo más profundo de una gruta. - La 2ª, realizada por Norman Foster, mucho más “convencional” -por decirlo de alguna manera, ya que la primera te deja tan asombrada, que ésta te devuelve a una deliciosa “normalidad”-. También es profundamente acogedora, como la totalidad del hotel, pero reconozco que aún ahora estoy hechizada por la arquitecta-diseñadora de la primera planta que, aprovecho para dejar constancia de que me encanta que alguien de mi mismo género haya puesto el listón tan sumamente alto. Foster trabaja con elementos nobles (cuero), líneas depuradas y sobrias, dejando un espacio a la relajación, llegando a un resultado –como él- profundamente elegante. No cabe duda de que su propuesta invita al descanso. - La 7ª, cuyo artífice Rom Arad, da en la diana. Aquí nos mostraron una habitación con una cama redonda que daba a un amplio ventanal, desde el que se pueden ver unas vistas de Madrid magníficas. Esta habitación cuenta, a mi modo de ver, con una de las concepciones más atrevidas que haya visto nunca, en la manera de combinar los sanitarios y la composición que hace, tanto de ellos entre sí, como de su integración en la habitación. También sorprende los pasillos de la planta y las puertas de entrada a cada habitación.

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CENA, DEL VERANO 2012, OFRECIDA POR ASPM EN EL HOTEL SILKEN PUERTA DE AMÉRICA

Hola a todos: A los que asistimos a la cena de verano, organizada por nuestra querida asociación y a los que, por cualquier motivo, no pudieron acompañarnos. Esta vez me han dejado sólo unas horas para poder contaros cómo fue todo. Espero acertar, porque aún estoy extasiada por la mini visita que nos organizaron para conocer algunas plantas del hotel. Empezaré por la visita al hotel, informándoos de paso que por fin entendí el dicho de “se vende una experiencia”. Si no recuerdo mal visitamos 5 plantas.

- La 1ª, diseñada por Zaha Hadied. Sin duda alguna la que más me impactó. El material escogido, siendo de un blanco inmaculado y muy habitual en decoraciones de las actuales cocinas; se nos hace increíble cómo, en manos de esta gran creativa, cambia totalmente hasta convertirse en un material “noble”. Como mujer, su diseño tiene unas formas redondeadas, sinuosas, con esencias de la magia oriental que tan bien representa su país. Eva nos dijo que fue tal el éxito obtenido en esta planta, que la subieron de categoría por la batalla de los huéspedes por conseguir habitación en ella. La verdad es que no me extraña. Yo defendería, con navaja en la boca, el derecho de tomar un baño en una bañera blanquísima, en la que tienes la sensación de poder perderte, ya que emula lo más profundo de una gruta.

- La 2ª, realizada por Norman Foster, mucho más “convencional” -por decirlo de alguna manera, ya que la primera te deja tan asombrada, que ésta te devuelve a una deliciosa “normalidad”-. También es profundamente acogedora, como la totalidad del hotel, pero reconozco que aún ahora estoy hechizada por la arquitecta-diseñadora de la primera planta que, aprovecho para dejar constancia de que me encanta que alguien de mi mismo género haya puesto el listón tan sumamente alto. Foster trabaja con elementos nobles (cuero), líneas depuradas y sobrias, dejando un espacio a la relajación, llegando a un resultado –como él- profundamente elegante. No cabe duda de que su propuesta invita al descanso. - La 7ª, cuyo artífice Rom Arad, da en la diana. Aquí nos mostraron una habitación con una cama redonda que daba a un amplio ventanal, desde el que se pueden ver unas vistas de Madrid magníficas. Esta habitación cuenta, a mi modo de ver, con una de las concepciones más atrevidas que haya visto nunca, en la manera de combinar los sanitarios y la composición que hace, tanto de ellos entre sí, como de su integración en la habitación. También sorprende los pasillos de la planta y las puertas de entrada a cada habitación.

- La 12ª, en la que vimos una suite de 140 m2 (¡Vamos! Como nuestras casas….). Yo ahí…, casi me pierdo. ¡Alucinante! Es lo único que puedo deciros. 2 habitaciones, salón, comedor, vestidor, baños, bañeras… la mayor parte de ello dividido con paneles móviles para crear cuantos espacios se quieran y con una sofisticación de formas, mezclas, colores y texturas que se convierte en un sueño. Eso sí, para muy pocos… (snif…) - Acabamos en la terraza, en donde yo (que soy tan valiente…) me “arriesgué”, cogida como una posesa a Eva, que era nuestra anfitriona, a dar un paseo por una baranda que hay detrás de los ascensores con el suelo de cristal y desde donde se divisan unas vistas que pocas veces podremos disfrutar.

Me temo que haya dejado una planta sin hablaros de ella. Francamente, no había previsto tomar nota y… ¡Vaya si tenía que haberlo hecho…!. Creo que me dejo algo en el tintero. De todas formas, no tenéis más que meteros en la página web del hotel y cotillear por sus plantas y sus fotos. Aunque he de deciros que, como realmente es una experiencia…, dicha experiencia hay que vivirla; vale de poco explicarla (como yo estoy intentando hacer en vano); por mucho que retuerza las palabras, o que me fatigue cerebralmente, no voy a conseguir ni siquiera daros una pincelada muy desvaída de lo que vi. Si en la reseña del curso que se realizó hace poco aquí ya os dije que salí encantada… ahora ni os cuento. Pero vayamos, tanto al coctel, como a la cena. Cuando bajamos de la terraza a disfrutar de nuestro coctel, cortesía del Silken, yo ya estaba con tal borrachera de belleza que casi me sobraban las copas de cava –por cierto, buenísimo- que me ofrecieron nada más llegar. La verdad es que la bebida hacía muy buena combinación con lo que acabábamos de vivir. La visita fue más amplia de lo que habían previsto las organizadoras y cuando bajamos la oferta de picoteo había mermado ostensiblemente. A las 10 de la noche, ya se sabe, el hambre comienza a hacer estragos. Volvimos a subir a la planta nº 5, la realizada por Victorio & Lucchino. Ésta ya la conocía porque fue donde se realizó el curso de multimedia del que quedé tan encantada. No cabe duda de que la entrada sorprende. Estos diseñadores no dejan a nadie indiferente. Son tan intensos, tan…-si se me permite- exagerados en sus gustos y en sus concepciones que, o te encantan o los detestas. Yo estoy en medio de las dos tendencias. Me encantan, pero su exceso me agota. Para gustos… El comedor, muy amplio. De un negro intenso y sorprendente. Las mesas inmensas. El espacio entre los comensales maravilloso. Todo cuidado con mucho mimo. La cena estuvo a la altura del hotel. ¡Estupenda!. Un gazpacho de cerezas sorprendente y realmente bueno. (al principio lo miraba de través, porque tenía miedo que quedara en “humo”). La combinación entre los langostinos, el queso y las cerezas desemboca en una auténtica delicia. (¡Pena no tener la receta…! ¿Alguien es amigo del cocinero? Si es así, que me avise). La pintada con puré de orejones estaba deliciosa y al tener un

sabor “conocido” relajó nuestro paladar, para volver a verse sorprendido con el primer postre que se llamaba “Panacota de jengibre con migas dulces y gel de frutos rojos”, que no sé muy bien lo que significa, pero que estaba “de pecao”. Pues no se acabó ahí la cosa. Al cabo de varios minutos aparecieron con un segundo postre, este más convencional, se conoce que para dejarnos descansar después de tantas emociones. A todo esto se unió una estupenda conversación que una compañera, que para mí puso un broche de oro en esta segunda estancia en el hotel. La próxima reencarnación pido ser rica y pegarme estos lujos que solo puedo oler de pasada. ¿Se me nota mucho la envidia –de la peor calidad-que me corroe? Besos a todos y hasta la próxima.

Gloria Martínez Socia nº 272