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CAZADORES DEL DESIERTO 29 de Abril de 1879 (Decreto de Organización) En esta fecha se Decreta lo siguiente: “Santiago, Abril 29 de 1879. He acordado y Decreto Organízase en el Departamento de Santiago un Batallón Cívico de 600 plazas con el nombre de “Legión Extranjera”, compuesto de 4 Compañías, con la dotación de oficiales y clases que determina el Reglamento de la Guardia Nacional. Dicho cuerpo una vez que haya completado su fuerza será puesto sobre las armas y formará parte del Ejército de Operaciones del Norte. La Inspección General del ramo queda encargada de dictar las órdenes convenientes al cumplimiento del presente Decreto. Tómese razón y comuníquese. Pinto. Antonio Varas.” 14 de Mayo de 1879 (Decreto Cambio de Nombre) Con esta fecha se Decreta lo siguiente: “Santiago, Mayo 14 de 1879. He acordado y Decreto El Batallón “Legión Extranjera”, organizado por Supremo Decreto de 29 de Abril próximo pasado, se denominará “Cazadores del Desierto” y se compondrá de 2 Brigadas, cada una de las cuales constará de 2 Compañías con 150 hombres cada una. La Plana Mayor se compondrá del Jefe del Cuerpo, que será de la clase de coronel o teniente coronel; de un teniente coronel, 2º Jefe; 1 sargento mayor, 2 capitanes ayudantes, 1 subteniente abanderado, 1 sargento 1º, 1 cabo y 8 tambores o cornetas. Cada Compañía constará de 1 capitán, 1 teniente, 2 subtenientes, 1 sargento 1º; 6 sargentos 2º; 6 cabos 1º, 6 cabos 2º y 131 soldados. Nómbrase coronel Comandante del mencionado Batallón, al coronel graduado de Ejército don Orozimbo Barbosa; teniente coronel, a don Hilario Bouquet y sargento mayor, a don Benjamín Fernández Rodella. La Inspección General del ramo dará las órdenes del caso al cumplimiento del presente Decreto. Tómese razón y comuníquese.

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Page 1: Cazadores Del Desierto

CAZADORES DEL DESIERTO

29 de Abril de 1879 (Decreto de Organización) En esta fecha se Decreta lo siguiente: 

“Santiago, Abril 29 de 1879. 

He acordado y Decreto Organízase en el Departamento de Santiago un Batallón Cívico de 600 plazas con el nombre de “Legión Extranjera”, compuesto de 4 Compañías, con la dotación de oficiales y clases que determina el Reglamento de la Guardia Nacional. Dicho cuerpo una vez que haya completado su fuerza será puesto sobre las armas y formará parte del Ejército de Operaciones del Norte. La Inspección General del ramo queda encargada de dictar las órdenes convenientes al cumplimiento del presente Decreto. 

Tómese razón y comuníquese. 

Pinto.  Antonio Varas.” 

14 de Mayo de 1879 (Decreto Cambio de Nombre) Con esta fecha se Decreta lo siguiente: 

“Santiago, Mayo 14 de 1879. 

He acordado y Decreto El Batallón “Legión Extranjera”, organizado por Supremo Decreto de 29 de Abril próximo pasado, se denominará “Cazadores del Desierto” y se compondrá de 2 Brigadas, cada una de las cuales constará de 2 Compañías con 150 hombres cada una. La Plana Mayor se compondrá del Jefe del Cuerpo, que será de la clase de coronel o teniente coronel; de un teniente coronel, 2º Jefe; 1 sargento mayor, 2 capitanes ayudantes, 1 subteniente abanderado, 1 sargento 1º, 1 cabo y 8 tambores o cornetas. Cada Compañía constará de 1 capitán, 1 teniente, 2 subtenientes, 1 sargento 1º; 6 sargentos 2º; 6 cabos 1º, 6 cabos 2º y 131 soldados. Nómbrase coronel Comandante del mencionado Batallón, al coronel graduado de Ejército don Orozimbo Barbosa; teniente coronel, a don Hilario Bouquet y sargento mayor, a don Benjamín Fernández Rodella. La Inspección General del ramo dará las órdenes del caso al cumplimiento del presente Decreto. 

Tómese razón y comuníquese. 

Pinto.  Basilio Urrutia.” 

Durante 1879, es organizado el Batallón “Cazadores del Desierto”, por su Comandante, el coronel don Orozimbo Barbosa Puga. Creado tomando como base al Batallón Cívico Movilizado en Antofagasta. Recibió parte de su disciplina en San Felipe, según don Florentino A. Salinas. Forma parte de la Reserva, con 600 plazas. Este cuerpo, fue a cubrir guarniciones en Tarapacá, cuando el Ejército partió al Norte. Asumió el mando, el teniente coronel don Hilario Bouquet, en Santiago. 

26 de Junio de 1879 En esta fecha se Decreta lo siguiente: 

Page 2: Cazadores Del Desierto

“Santiago, Junio 26 de 1879. He acordado y Decreto Nómbrase Comandante en Jefe del Ejército de Reserva que se organiza en el Centro de la República al coronel don Cornelio Saavedra. Formarán parte de dicho Ejército el Regimiento de Artillería (Nº1), el Escuadrón “Carabineros de Yungay”, y los Regimientos de Infantería Movilizados “Valdivia”, “Lautaro” y “Esmeralda”, el Batallón “Cazadores del Desierto” y los demás que posteriormente se indicaren. Tómese razón y comuníquese. 

Pinto.  B. Urrutia.” 

23 de Julio de 1879 El soldado Abraham Quiroz escribía a su padre, fechado en San Bernardo; que estaban de partida los “Cazadores del Desierto”, pero no sabía si esa noche, mañana o pasado. Reinaba mucho entusiasmo entre la tropa; nadie ha titubeado abandonar al coronel Barbosa, porque es un hombre valiente y pocos hay en Chile como el coronel. El diario de un soldado de esta unidad se desarrollaba en: se levanta a las 5 de la mañana, a las 10 almuerza, a las 4 se come y se acuesta a las 7.30 de la noche. Todos los soldados se hacen a estas costumbres. 

Agosto de 1879 El Batallón “Cazadores del Desierto”, cuenta a esta fecha con 600 plazas, forma parte de la Reserva distribuida en diferentes guarniciones. Esta unidad está al mando del teniente coronel don Hilario Bouquet, en Santiago. 

3 de Septiembre de 1879 La tropa sigue en espera, sin franco, la partida al Norte; acuartelada en San Bernardo. El soldado Quiroz escribía que a esta fecha ya tenían el estandarte de colores nacionales. Es lo mismo que la bandera nacional, con la diferencia de que en lugar de estrella tiene un hermoso escudo y arriba con la inscripción en letras de oro, tiene Dios y Patria, y abajo Cazadores del Desierto. 

6 de Septiembre de 1879 10.00 hr: Día sábado. La tropa de los “Cazadores del Desierto” con mochila a la espalda marcha a Santiago desde su cuartel en San Bernardo. Se dirigen al Campo de Marte. 13.00 hrs: La tropa inicia un largo ejercicio desde esta hora hasta las 5 P.M., todo en presencia de don Domingo Santa María, el coronel don Cornelio Saavedra y los jefes y oficiales del “Esmeralda” y el “Valdivia”. 17.00 hrs: Termina el ejercicio en el Campo de Marte. Desde ahí, la tropa de los “Cazadores del Desierto” se dirige a la Artillería a cambiar los fusiles Remington por los nuevos fusiles Grass de bayoneta espadín. Concluido esto, marcharon a San Bernardo sin más novedad. 

7 de Septiembre de 1879 Día domingo. Los “Cazadores del Desierto” tuvieron un simulacro de ataque con la Brigada “Maipú” que estaba atrincherada en la Estación. La tropa de los “cazadores”, divididos en dos partes, los atacó; la avanzada tiró cinco tiros y se tocó a la carga. Los cívicos se desbandaron y se fueron a hacer fuertes a la Plaza de Armas, donde hubo un choque terrible. A bayonetazos salieron algunos todos rasguñados y uno de los cívicos fue muerto. A un subteniente le hicieron pedazos la espada. El soldado Quiroz escribía a su padre, que parece que no volverán a hacer la misma cosa. 

10 de Septiembre de 1879 20.00 hrs: La tropa de los “Cazadores del Desierto” sale de San Bernardo rumbo a Santiago. 22.00 hrs: Salen de Santiago, en el tren nocturno, parando en todas las estaciones. En Quillota estaba esperando la banda del “Lautaro”. 

Page 3: Cazadores Del Desierto

11 de Septiembre de 1879 06.30 hrs: Llegan a Valparaíso. El tren llegó hasta la estación del puerto, y se embarcaron en el momento en el transporte Limarí. Salieron de Valparaíso en la misma tarde acompañados por nueve vapores entre los que figuraba el Almirante Cochrane y la corbeta O’Higgins. 

19 de Septiembre de 1879 Por la mañana, desembarca los “Cazadores del Desierto” en el muelle de Antofagasta, donde los esperaban tres bandas de música, siendo acompañados de la banda de los “Navales” hasta el Cuartel que se les tenía preparado. Sin más novedad. 

25 de Septiembre de 1879 En Antofagasta han recalado el Cochrane, la O’Higgins, Amazonas, Loa, Limarí, Matías Cousiño, Paquete de Maule, Santa Lucía y Huanay, trayendo de Valparaíso los siguientes cuerpos: el Batallón “Cazadores del Desierto”, con 518 hombres al mando del coronel graduado don Orozimbo Barbosa; el Regimiento “Esmeralda”, con 1.100 hombres al mando del coronel Santiago Amengual; 400 hombres de Chillán y 700 hombres de Valdivia. Estos 1.100 hombres últimos han venido para llenar las bajas de los distintos cuerpos que aquí existen. 

30 de Septiembre de 1879 A esta fecha, el soldado Abraham Quiroz de los “Cazadores del Desierto” describía su estadía en Antofagasta: 

“En cuanto al clima no lo he encontrado ni tan frío ni tan caluroso, no he extrañado ni siquiera el agua, pues la encuentro mucho más dulce. El rancho es mucho mejor. Tenemos un pan y un jarro de café por la mañana. A las diez el almuerzo y a las cuatro la comida. Ejercicios no tenemos más que por la mañana y enseguida puerta franca y en la tarde nos vamos a bañar sin más novedad”. 

5 de Octubre de 1879 Los “Cazadores del Desierto” de campamento en Antofagasta. Mañana partirá para el interior, quizás para Chiu-Chiu. El coronel don Marco Aurelio Arriagada, comandante en jefe de las Reservas de la Provincia de Antofagasta, estableció guarniciones para la vigilancia de la frontera con Bolivia, en Calama y Caracoles. Nombró jefe de la plaza de Calama, al comandante de los “Cazadores del Desierto”, don Orozimbo Barboza; y de Caracoles, al teniente coronel don José María 2º Soto. 

22 de Octubre de 1879 Los “Cazadores del Desierto” permanecen acampado en Calama. El soldado Abraham Quiroz, es explícito en describir este lugar. Calama se encuentra situada en un gran valle cerrado por los dos lados por cerros y bañada por el río Loa. La cordillera se encuentra como a 9 leguas de distancia y se divisa un volcán de donde le entra el agua salada y la descompone poniéndola salobre. Al lado Norte, se dirige un camino que va a dar a las ricas minas del Inca. Antes de llegar al camino del cerro, y como a una legua de la población, se ha instalado una avanzada de los “Cazadores del Desierto”. El otro camino que viene del Sur es el que tiene que pasar por el puente donde se pone un destacamento de los “Cazadores del Desierto” que no deja pasar a nadie sin pasaporte. Las casas de Calama parecen ramadas y no tienen forma las pocas que quedaron paradas cuando tuvo lugar el combate. Casi todas quedaron demolidas. En este lugar no se encuentra más fuerza que los “Cazadores del Desierto”. El general Campero se sabe que está con 3000 hombres, pero se encuentra como a 90 leguas de este lugar. 

15 de Noviembre de 1879 Los “Cazadores del Desierto” permanecen en Calama. El soldado Quiroz recordaba en esta fecha, que en Calama fue recibido con mucho entusiasmo la Toma de Pisagua por nuestras fuerzas, siendo los héroes de la jornada los Batallones “Atacama” y “Zapadores”, los cuales supieron dar una buena lección a nuestros enemigos, desalojándolos de sus formidables trincheras. Atendida la situación y el número de nuestros enemigos, la victoria ganada por Chile es una de las espléndidas y decisivas. Dentro de pocos días más, sabremos la toma de Iquique y la Noria. 

Page 4: Cazadores Del Desierto

Corre el rumor que los “Cazadores del Desierto” va a marchar primeramente a Antofagasta y de ahí irá a reforzar las fuerzas expedicionarias a los puertos del Perú. 

Desde Calama se hizo una expedición al interior, pero sin provecho ninguno alcanzando hasta Santa Bárbara, distante de Calama como 30 leguas. El telégrafo está al servicio del público como 15 días, así es que la unidad supo anticipadamente la noticia de la Toma de Pisagua, y así seguirán recibiendo noticias tanto de Santiago como del valiente Ejército. 

27 de Noviembre de 1879 A Calama llega el parte por telégrafo de la Batalla de Tarapacá, entre 2.500 chilenos contra 6.000 aliados, los que obligaron a retirarse a los chilenos con grandes pérdidas, y que habiéndoles llegado un nuevo refuerzo, los peruanos se retiraron en desesperada fuga hacia Arica. Este mismo día llegó un propio anunciando que había llegado a Chiu-Chiu una partida boliviana. Que había apresado al subdelegado y a todos los chilenos que se encontraban ahí y que habían muerto a uno. Esa misma noche se hicieron salir a todas las Compañías de los “Cazadores del Desierto” pensando que se dejarían caer sobre Calama; pero sucedió lo contrario, pues se dirigieron a Atacama, donde hay una partida de “Granaderos a Caballo” de 25 hombres. De Caracoles se sabe que habían marchado dos Compañías del Batallón Cívico de Caracoles, con dirección a Atacama. También se anunció en Calama, que vienen refuerzos de Antofagasta, porque Campero viene con 5.000 hombres. Se cree imposible esto, porque los lugares que tiene que atravesar son muy estériles y solo pueden hacerlo en pequeñas partidas. Con todo, hay que estar prevenido. La tropa de los “Cazadores del Desierto” los esperan con grandes deseos, para medirse con ellos.Diciembre de 1879 El mayor Wood, partió con licencia al puerto de Pisagua, donde a la sazón se encontraba don Rafael Sotomayor, Ministro de la Guerra en Campaña. Parece que este ilustre hombre de estado conociera ya mucho de la verdad de lo acontecido en Tarapacá, y para mejor informarse, le hizo llamar a bordo de la Abtao, nave en que se hallaba hospedado. El mayor Wood, le hízo una franca y verídica relación de todo. Al despedirse del Ministro, éste le hizo saber que había solicitado para él el comando del Batallón Movilizado “Cazadores del Desierto”. No era ésta una señal de aprobación por su conducta en Tarapacá de parte del Supremo Gobierno, ni menos una recompensa; era simplemente un ascenso, mucho antes solicitado para él por el general Escala, en atención a sus servicios prestados en Cobija, y que sólo ahora se le confería en sustitución de otro jefe que pasó a desempeñar nuevo destino. Se cumplían sus deseos de apartarse del Cuartel General y de ponerse al frente de un cuerpo de tropa que le fuera permitido preparar para conducirlo contra nuestros enemigos; pero no pudo ocultar al señor Sotomayor la repugnancia con que iba a asumir la jefatura de un cuerpo que era la vergüenza del Ejército expedicionario por su notable pié de indisciplina. Le replicó éste que precisamente por esa razón se había fijado en él para proponerlo, porque ese cuerpo necesitaba un brazo vigoroso para corregirlo 

1 de Diciembre de 1879 Los “Cazadores del Desierto” permanecen en Calama. Corre el rumor de que van a marchar al Perú, sin saberse sí esa noche o mañana. Tampoco se sabe si se irán a embarcar en Antofagasta o en Tocopilla. Se ha sabido del Combate de Aguas Dolores, en que 6.000 chilenos vencieron a 11.000 aliados. Posteriormente se supo que se había rendido Iquique sin resistencia y también se había rendido la Pilcomayo con 170 hombres de tripulación. 

4 de Diciembre de 1879 Barboza, sabedor de la marcha de Carrasco, hace salir de Calama en este día, al comandante don Hilario Bouquet, con 70 “Granaderos a Caballo” y 30 “Cazadores del Desierto”, para llegar el 6 a San Pedro y cortar al enemigo. 

6 de Diciembre de 1879 Por desgracia, los guías de la fuerza enviada por Barboza, se empampan, y las fuerzas en lugar de llegar en este día a su objetivo (San Pedro), rematan en Chiu-Chiu. El comandante Bouquet sigue de nuevo al Sur, y llega a San Pedro a enterrar muertos y recoger los heridos de los dos bandos. 

Page 5: Cazadores Del Desierto

13 de Diciembre de 1879 Los “Cazadores del Desierto” permanecen en Calama. Se cree que Carrasco, el montonero que atacó en Atacama a los 25 “Granaderos” se encuentra en una quebrada escondido y a eso salió una expedición de los “Cazadores del Desierto”. Se han tomado tres espías bolivianos, pero todavía no se ha podido sacar nada. 

21 de Diciembre de 1879 La expedición que salió para Atacama ha llegado a su destino, pero con tantas penalidades que no se pueden comparar con lo que sufrieron en la marcha de Carmen Alto a Calama. Se ha echado de menos algunos soldados, porque a Calama han llegado como 13 soldados que han perdido en el camino. Se dice que Carrasco, el montonero, que estaba en Toconao, se había retirado para el interior. A Calama llegan noticias que había estallado una revolución en La Paz, y que había tomado el mando del Gobierno Núñez del Prado; por esta razón todos los jefes bolivianos tal vez se vayan para el interior, porque cada uno aspira a la Presidencia. Campero que está más cercano a Calama se irá a La Paz y también Daza a recuperar la Presidencia. 

29 de Diciembre de 1879 Los “Cazadores del Desierto” permanecen de guarnición en Calama. Nada hay de nuevo, salvo un Combate en Agua Santa de 18 “Cazadores a Caballo” y otros tantos bolivianos, en donde salieron triunfantes los chilenos. Se corre la voz entre la tropa, de que van también a partir para el Perú, pero todavía no se sabe de cierto. 

Enero de 1880 Acantonado en el departamento de Tarapacá y bajo el mando del general José Antonio Villagrán se encontraba el Ejército de Reserva, compuesto por el 1º Batallón de “Cazadores del Desierto”, 4 unidades de infantería y una Batería de Artillería con cañones de bronce, en total sumaba 3.070 plazas y su misión era proteger la línea Jazpampa - Pozo de Dolores y las quebradas de Camarones y Tarapacá. Bajo el mando del coronel Marco A. Arriagada quedó en el departamento de Antofagasta una agrupación formada por 2 Batallones de infantería, el 1º de los “Cazadores del Desierto”, una Batería de Artillería y otro Escuadrón de Caballería (en organización) que sumaban 1.900 hombres. Sé distinguieron por su tenacidad persecutoria al mayor Wood, los miembros de la familia Villagrán. El mayor Wood, con paciencia y entereza le fue forzoso sobrellevar las inauditas mortificaciones con que le agobió el general don José Antonio Villagrán, padre de los oficiales ya nombrados (Rodolfo, Belisario y Francisco), cuando su Batallón (los “Cazadores del Desierto”) fue destinado a formar parte del Ejército de Reserva. Lo mismo sucedió cuando se adoptó la extraña medida de incorporar los “Cazadores del Desierto” a la 4º División del Ejército de operaciones, mandado por el coronel don Orozimbo Barboza. Con ese jefe había ligado anteriormente al comandante Wood una estrecha amistad, que por desgracia se había enfriado a causa de una mala inteligencia acerca de los medios que hubo de poner en práctica para reformar el Batallón “Cazadores del Desierto”, que en tan lamentable pié de disciplina había recibido y que Barboza había mandado antes que él. La mano negra de sus enemigos, llegó hasta el extremo de suscitarle toda clase de dificultades en su desempeño como jefe del mencionado Batallón. Desde el momento de asumir el mando, creyó conveniente su disolución para reorganizarlo bajo la misma base, con el objeto de expulsar de sus filas algunos elementos incorregibles de desorden. El señor Sotomayor halló justa esta indicación y decretó que se sometiera antes este cuerpo a una revista de inspección, tal como Wood lo había pedido. El decreto fue transcrito al general Villagrán en Iquique, pero aún cuando se nombró un inspector, éste nunca cumplió con su cometido, de modo que el nombramiento no tuvo más objeto que salvar las apariencias. 

12 de Enero de 1880 Sale otra parte del Batallón “Cazadores del Desierto” para Chiu-Chiu, quedando en Calama la 4º Compañía del Batallón y los heridos. 

18 de Enero de 1880 En Calama queda solamente la 4º Compañía de los “Cazadores del Desierto” y todos los enfermos. Se espera la llegada de otro Batallón que los releve, pero parece que no llegará nunca. 

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24 de Enero de 1880 Continúa la guarnición en Calama. Repentinamente, este día, los “Cazadores del Desierto”, reciben un parte en que los venía a relevar el “Melipilla”, y como a los dos días llegó dicha fuerza. 

26 de Enero de 1880 Por la mañana llega el “Melipilla” a Calama, a relevar a los “Cazadores del Desierto”. La tropa de ésta última unidad estaba que no cabría de gusto; después de almorzar abandonaron a Calama, pero no fue cierto. Los llevaron a acampar al lado Oeste de dicho pueblo. 

27 de Enero de 1880 Salen de Calama, dirigiéndose al camino con el corazón lleno de gusto. En la noche los hacen subir en carretas. 

28 de Enero de 1880 (Arriba 1 Compañía a Antofagasta) Amanecen al alto de la cuesta. De aquí se fueron a pié hasta Agua Salada. 15.00 hrs: Llegan a Agua Salada, preparándoseles un excelente rancho: cazuela de cordero y café, mejor que el que habían comido en Caracoles. Después de descansar toda la tarde, salen en la noche en derecha a Punta Negra, dejando atrás a Caracoles. 16.30 hrs: A esta hora, en Antofagasta, la banda del Batallón “Aconcagua” Nº1 fue a la Estación del ferrocarril de Antofagasta a recibir 1 Compañía del Regimiento “Cazadores del Desierto”, que venía de San Pedro de Atacama; la que se alojó en el segundo patio del Cuartel del Batallón “Aconcagua” Nº1, en que estaban las Compañías 5º y 6º de esta última unidad, que tuvieron que salir y alojar en medio del primer patio. 

29 de Enero de 1880 10.00 hrs: Llegan a Punta Negra. Aquí también tuvieron el rancho lo mismo que en Agua Salada; descansaron todo el día y en la noche salieron para Carmen Alto. 

30 de Enero de 1880 (Arribo a Antofagasta del resto del Batallón) El Batallón “Cazadores del Desierto” llega a Carmen Alto por la mañana. 11.30 hrs: Después de almorzar salen en la locomotora hacia la Estación de Antofagasta. 17.00 hrs: Llegan a Antofagasta algunas Compañías de los “Cazadores del Desierto”, por el ferrocarril. Fue a recibirlos a la Estación la banda del Batallón “Aconcagua” Nº1 y se alojaron donde mismo quedó la otra Compañía que llegó primero el Miércoles 28 del presente mes. Formado el Batallón “Cazadores del Desierto” en el patio de su Cuartel, separado del Batallón “Aconcagua” Nº1 por un pequeño pasadizo y un tabique de tablas, y a presencia del Comandante General de Armas (don Marco Aurelio Arriagada) y varios jefes del Ejército, se dio a reconocer el nuevo comandante de ese cuerpo (don Jorge Wood), varios oficiales ascendidos y a 3 sargentos 1º, también ascendidos a oficiales. 

El Batallón “Cazadores del Desierto” pasa una vida regaladísima en Antofagasta. A ellos les dicen que los llevaron al terreno de la guerra. 

10 de Febrero de 1880 16.00 hrs: Como a esta hora, el Batallón “Cazadores del Desierto” formó y pasó lista para marchar; pero habiendo faltado a la lista cerca de 100 hombres, se postergó la salida para mañana. 

11 de Febrero de 1880 Miércoles. Por la mañana llegan de Valparaíso el Angamos y el Itata; enormes buques que marchaban al Norte, con escala en el puerto de Antofagasta. Los “Cazadores del Desierto” comenzaron a alistarse para embarcarse en la tarde en uno de esos buques. 

12 de Febrero de 1880 (Embarque en Antofagasta para Iquique) 

Page 7: Cazadores Del Desierto

Los “Cazadores del Desierto” se embarca en Antofagasta, en el transporte de guerra Angamos. 11.00 hrs: Se embarca el Batallón “Cazadores del Desierto”, 4 Compañías en 5 grandes lanchas. Los recibió el Angamos. La banda del Batallón “Aconcagua” Nº1 los acompañó hasta el muelle. 13.00 hrs: Abandonaron el fondeadero de Antofagasta el Angamos e Itata, que se divisaba lleno de gente. Eran soldados o reclutas que marchaban al Norte a engrosar o llenar bajas de algún cuerpo. 

13 de Febrero de 1880 14.00 hrs: Los “Cazadores del Desierto” desembarca en Iquique. El soldado Abraham Quiroz, recuerda, que en Iquique lo pasaron bien, lo mismo que en Antofagasta. El Angamos es un transporte bastante veloz y su artillería es de la mejor. Solo tiene un cañón a proa en medio del buque. El proyectil es de a 150 libras y se carga por la culata. 

20 de Febrero de 1880 Los “Cazadores del Desierto” permanecen en Iquique, de paso al Norte. Cansado ya de esperar dirigió el mayor Wood, al jefe nombrado la siguiente nota: 

“Iquique, Febrero 20 de 1880 Estoy muy bien informado de que el Batallón de mi mando (los “Cazadores del Desierto” debe partir muy en breve a expedicionar en el interior de este país, y como por decreto del señor Ministro de la Guerra en Campaña se ha dispuesto se le pase una revista de inspección, que debe preceder a la disolución del cuerpo para reorganizarlo sobre su base, juzgo necesario indicar a V.S. la conveniencia de que esa operación se verifique antes de la partida, porque es muy de desear se me establezca una base más segura para mi futuro gobierno y mi responsabilidad de comandante de él. Hay algunos señores oficiales que son de muy urgente necesidad separar del Batallón; deshonran al país y al Ejército con su conducta anti militar, viciosa e incorregible, y su estadía en el cuerpo es infinitamente más perjudicial que útil, y saliendo con ellos a campaña me han de crear situaciones muy difíciles y obligadas a continuos desagrados para todas las superioridades.” 

Esta exigencia tan justa no fue atendida. ¿Qué interés podía haber en que esos oficiales se conservaran en el cuerpo mandado por el comandante Wood? ¿No era cosa de diaria ocurrencia durante la guerra que a los jefes de cuerpo se les atendiera con prontitud en casos iguales? ¿Y que otra cosa podía hacerse a no ser que se tuviera en mira el propósito arraigado de envolver al jefe de los “Cazadores del Desierto” en continuos conflictos que concluyeran por hacerle insostenible? ¿No era de pública notoriedad la conducta vergonzosa de esos oficiales y también el empeño de Wood por corregirlos o desprenderse de ellos? ¿No es un hecho significativo que todos esos oficiales han desaparecido del rol, habiéndoseles expulsado a casi todos, muy pronto después de haber pasado a otros cuerpos? Pero si el general Villagrán se había obstinado en desatender sus justas reclamaciones como jefe de cuerpo, no fue más afortunado en el Ejército de operaciones, insistiendo siempre en el mismo sentido, con motivo de los abusos escandalosos en que los referidos oficiales continuaban incurriendo diariamente; pero es de rigor declarar aquí que si el señor general Baquedano no atendió a sus reiteradas instancias para que se le libertara de aquellos, fue debido únicamente a que sus notas nunca llegaron a poder del general. Esto está averiguado perfectamente y con facilidad puede probarse. Por lo demás, ya sabemos cómo y por quienes la Oficina del Estado Mayor se hallaba servida. Mientras tanto la disolución del cuerpo se trabajaba en Santiago, sordamente y por diversos conductos, contra la voluntad del general Baquedano, a quién la consumación del hecho sorprendió desagradablemente.26 de Febrero de 1880 

En carta de esta fecha, de don Marcial de Luna a su hermano en el Batallón “Aconcagua” Nº1 en Antofagasta, refiere la biografía del 2º Jefe de los “Cazadores del Desierto”, don Hilario Bouquet. Los párrafos referidos, dicen así 

“Casa de Artola Hermanos. Mineral del Inca, Febrero 26 de 1880. El tal Bouquet, después de ser presidario en Cayenna, se fugó formando una partida de bandidos en la Calabria, donde cometió los hechos más horrorosos y se puso, por las autoridades del lugar, su cabeza a precio. Entonces se persiguió a muerte dicha partida y tuvo que emigrar a Francia, donde estaba haciendo estragos la comuna en París, el se proclamó

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Comandante, como lo hacía cualesquiera carnicero, panadero, zapatero, y fue el tal sujeto uno de los incendiarios de París. Entre ellos estaba un coronel verdadero, un señor Dandló, hombre que tenía fortuna y que lo supo embaucar el tal Bouquet, y concluida la comuna, dicho coronel se llevó a Bouquet a una casa de campo, donde tenía una querida y Bouquet llevó a su mujer legítima y su única hija, al lado de la querida del coronel donde está hasta ahora, mantenida por dicha señora. Entonces fue cuando Pertuisset formó una especie de expedición a la América, para explorar la Tierra del Fuego, la Patagonia y otros puntos del Sur de Chile. Esta expedición no tuvo resultado ninguno útil para el promotor de la expedición, pero si para el bandido intrigante y de mala fe, de Bouquet, pues formó una farsa e inventó informes y planos de ingenieros de nombres supuestos (porque es de advertir que es un falsificador de 1º orden). Se fue a Buenos Aires, donde conoció a don Adolfo Ibañez y le propuso organizar una sociedad sobre el descubrimiento que había hecho en Patagonia, de inmensos depósitos de carbón de piedra y que los mantos tenían 14 metros de ancho. En el acto solicitó y consiguió del Gobierno, apoyado por don Adolfo, que creyó de buena fe todo lo que le dijo y los planos e informes falsificados que le presentó, en que hacía subir el valor existente en carbón en el terreno concedido a 557 millones de pesos. El Gobierno le concedió el terreno que solicitó con la condición de formar una colonia francesa de 50 individuos. Con todas estas falsificaciones y lo único verdadero, lo concedido por el Gobierno, se marchó a Francia donde su amigo y protector, el coronel Dandló y lo embaucó de tal modo, que le sacó 50.000 francos, para poder cumplir con la estipulación del contrato con el Gobierno; primeramente llevar la colonia y hacer los reconocimientos: primero le dio con Secretario y Contador al hermano de la querida del coronel, un joven Paubre. Inmediatamente se embarcó en el Havre con la colonia de 50 hombres y el Secretario en un buque de vela que debía ir directamente a Punta Arenas; pero el buque tuvo que tocar, por hacer agua, a Montevideo, donde él se quedó despachando el buque a su destino, diciéndoles que él estaría antes que ellos, por el primer vapor que pasara. La pobre colonia por poco se muere de hambre en Punta Arenas esperándolo, hasta que perdió o perdieron la esperanza y se principiaron a ocupar en las minas de carbón de ese lugar, y otros se vinieron a Valparaíso y a Santiago. Yo he conocido a dos de ellos que lo quisieran ver frito en aceite. Mientras tanto él se comió todos los realitos de la habitación y cuando no tuvo más se vino a Chile, donde ha vivido a fuerza de robos y petardos, principiando por el pobre Barbeque lo arruinó. No hay Hotel, Restaurant, que no deba, solo al Hotel de los hermanos le debe en pensión y bienes 1.200 pesos, ya que chupa como una esponja. No he visto un animal para chupar como este. Recién lo conocí yo, fue en la calle de la Chimba y estaba este bandido tan pobre, que yo le di desechos de ropa mía para que se pudiera presentar donde don Adolfo Ibañez, y me decía que estaba por hacer negocio con él sobre las minas de carbón. A mí me había ofrecido una buena parte de raciones, pues hasta ahora, después que he visto a los documentos que justificaban lo que te he dicho anteriormente, he venido a saber la clase de pájaro que teníamos por 2º Jefe del Cuerpo. Últimamente le canté la palinodia después que hice mi renuncia; fue tan cobarde que no aceptó el desafío que le hice, pues le escupí hasta la cara, para obligarlo; pero es un animal tan grande como su cuerpo y sus vicios. Marcial de Luna.” 

¿Qué tal este bocado? 

28 de Febrero de 1880 Los “Cazadores del Desierto” abandonan Iquique, en la máquina que debía conducirlos al interior, después de haber subido un enorme cerro, llegaron al Alto del Molle, pasando sucesivamente por Santa Rosa y San Juan la Central. De ahí tomaron otra línea, es decir, la que debía conducirlos a Pozo Almonte. La otra sigue para La Noria. Llegaron a Pozo Almonte y desembarcaron de la máquina. Estuvieron acampados todo el resto del día. 20.00 hrs: Se embarcan de nuevo para la Oficina de la Peña, término del ferrocarril. Estuvieron ahí hasta el otro día. 

29 de Febrero de 1880 En la tarde, sale los “Cazadores del Desierto” con todo su equipo desde la Oficina de la Peña, teniendo que hacer una jornada como de ocho a diez leguas. Siguieron por un desecho. 

1 de Marzo de 1880 Aclarando, los “Cazadores del Desierto” avistan a Agua Santa. Grande fue para la tropa el júbilo al pensar que ya no iban a andar más a pie. Pero como a las dos horas de estar descansando, siguieron la marcha, no para Agua Santa (de donde les mandaron un tonel de agua) sino para la Estación de Dibujo. 

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Cuando pasaron por Agua Santa, todavía quedaban señas del combate de los “Cazadores a Caballo”; los cuerpos estaban por encima, tapados con un poco de tierra, lo mismo de aquí se encuentra por todas partes. 

2 de Marzo de 1880 Los “Cazadores del Desierto” permanecen de campamento en la Estación de Dibujo. Llegan al campamento los Batallones “Caupolicán” y “Chillan”. En la noche que llegaron los demás Batallones, ocurrió un accidente desgraciado. Los tres salieron de avanzada y el Batallón que estaba más cercano a la línea era el “Caupolicán”, enseguida él “Chillan” y después los “Cazadores del Desierto”. La máquina había venido con dos o tres carros a dejarles agua y demás provisiones. El centinela más avanzado del “Caupolicán” sintió un ruido y pensando que era de la Caballería enemiga, preguntó el quién vive y no respondiéndosele, hizo fuego. Es de advertir que la máquina venía sin farol y no silbó. Los tiros del centinela pusieron en alarma a todo el campamento. Los del “Chillan” que estaban en una altura hicieron fuego sin rumbo, y el “Cazadores del Desierto” formó, saliendo herido un palanquero que murió al otro día, un sargento 1º y un soldado del “Caupolicán”. 

3 de Marzo de 1880 A los 3 días de permanencia en la Oficina de Dibujo, los “Cazadores del Desierto” salieron de ese punto en la noche, para el campamento de Dolores. 

4 de Marzo de 1880 Al amanecer llegan a Santa Catalina y después de dos horas de descanso salieron para Dolores, de donde les separaba como dos leguas, donde permanecieron acampados los “Cazadores del Desierto”. 

El campo de San Francisco estaba muy fétido, de tantos cuerpos que habían de las batallas que habían habido tiempo atrás, en las oficinas de Agua Santa, Dibujo, Santa Catalina, San Francisco, Dolores, y San Antonio. En San Francisco y Dolores habían sido los enfrentamientos más furiosos. Ahí estaban los campos sembrados con la mayor cantidad de cuerpos. Estaban enterrados, pero aún así se sentía el olor fuerte a descomposición. En Dolores, unas ruquitas de terrones de salitre, con unos pedazos de tela, daban algo de amparo para el calor. En la misma oficina había estos refugios improvisados y en la estación. Había otros cuerpos más ese día, como los “Granaderos a Caballo” y el Batallón “Chillan”, y otros. 

3 de Mayo de 1880 Los “Cazadores del Desierto” sale del campamento de Dolores en la tarde y camina toda la noche, destino Pisagua. 

4 de Mayo de 1880 09.00 hrs: Llegan a Pisagua los “Cazadores del Desierto” y se embarca en el Itata. A bordo se encontraba el “Caupolicán”. Salen de puerto ese día. 

5 de Mayo de 1880 El transporte Itata llega a la Caleta de Ite con los “Cazadores del Desierto” y el “Caupolicán”. El mar estaba muy bravo, y no pudieron desembarcar; siguen para Ilo y desembarcaron el “Caupolicán”. Los “Cazadores del Desierto” quedaron a bordo del transporte Itata. 

6 de Mayo de 1880 Sale de Ilo el transporte Itata, rumbo a la Caleta de Ite, pudiendo desembarcar a los “Cazadores del Desierto”. En tierra se encontraba él “Chillan”, “Zapadores”, “Cazadores a Caballo”, “Carabineros de Yungay” Nº2 y “Granaderos a Caballo”. 

23 de Mayo de 1880 Los “Cazadores del Desierto” permanecen de campamento en la Caleta de Ite. En este día recibe orden de unirse al grueso del Ejército en Las Yaras. 14.00 hrs: Los “Cazadores del Desierto” dejan la caleta para reunirse a la vanguardia. Anduvieron toda la noche. 

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24 de Mayo de 1880 14.00 hrs: Los “Cazadores del Desierto” llegan a Yaras, habiendo recorrido una extensión como de 13 a 14 leguas. Componían los cuadros superiores del Batallón “Cazadores del Desierto” : 

Comandante, teniente coronel, don Jorge Wood A. Teniente coronel, señor Hilario Bouquet Capitán ayudante, señor Clodomiro Pérez Teniente, señor Francisco Monroy Abanderado, señor Juan F. De la Guarda Cirujano, señor Nicolás Palacios Practicante, señor Genaro Maravolf Capitán, señor Salvador Rondizoni Capitán, señor Jorge Porras Capitán, señor Pedro P. Alvarado Capitán, señor José A. Infantas Teniente, señor Santiago Vargas C. Teniente, señor Ramón Saavedra Teniente, señor Rómulo Correa Teniente, señor Carlos Calvo S. Subteniente, señor Rafael Durán H. Subteniente, señor Carlos Whiting Subteniente, señor Camilo Valdivieso Subteniente, señor Roberto Moran Subteniente, señor Eusebio Pérez Subteniente, señor Tristán Calderón Subteniente, señor Roberto Rashausen 

25 de Mayo de 1880 (Marcha del Ejército chileno a Quebrada Honda) El Batallón “Cazadores del Desierto” acampa en Las Yaras asignado a la 4º División Barboza. Después de la lista de diana, los rancheros sirvieron en lugar del café cotidiano, un abundante almuerzo de dos platos, uno de cazuela y otro de frijoles; después recibió cada individuo un trozo de carne cocida, galletas y cebollas, como ración seca. Los “Cazadores del Desierto” están de nuevo listos para partir a combatir a Tacna.26 de Mayo de 1880 (Batalla de Tacna) El Batallón “Cazadores del Desierto” acampa en Quebrada Honda. El trueno del cañón despertó a los “Cazadores del Desierto”. Pasada la lista, los Batallones se sirvieron almuerzo caliente y café, y surtieron el morral con la ración de fierro de la primera etapa, charqui y galleta; pero los soldados, que ya conocían el desierto, añadieron al morral carne, papas y tortillas de rescoldo. Mezclaron también el agua de la caramayola con dos cucharadas de infusión de té, bebida eficaz para apagar la sed. Luego se tocó diana con música y los vivas atronaron los aires; después se pusieron en marcha tocándole a los “Cazadores del Desierto” el ala izquierda. El fuego del cañón continuaba dispersando las avanzadas enemigas. 07.15 hrs : Los clarines del Estado Mayor General tocan llamada y marcha. Las Divisiones rompen pabellones y emprenden el avance, internándose en el desierto, en el siguiente Orden de Combate: 

a) Primera línea. 1º División, a la derecha, en columnas por Compañías. 2º División, a la izquierda, en columnas por Compañías. Por el flanco derecho de la 1º División avanza la Brigada Salvo en columnas por Batería. Forma dos líneas. 

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A retaguardia de la Artillería, una unidad de Caballería y el Comandante General de Caballería, coronel don José Francisco Vergara. 

b) Segunda línea. 3º División, a la derecha, en columnas por Compañías. 4º División, a la izquierda, en columnas por Compañías. En quinto lugar, el Batallón “Cazadores del Desierto”. Esta División formaba una División independiente de las tres armas. A retaguardia de los “Cazadores del Desierto” seguía una Batería de Montaña de Artillería. En pos de ella, 2 unidades de Caballería, en columnas por Escuadrón. Cerraba la columna, una Brigada de Artillería, en columnas por Batería. A retaguardia del centro, marchaba la Brigada Fuentes, en columnas por Baterías. 

c) Tercera línea. 4 unidades de Infantería, en columnas por Batallón. 

El Cuartel General y el Estado Mayor no tuvieron puesto fijo durante la marcha; recorrían todo el campo para subsanar las dificultades. Por el camino real marchaban el Bagaje, el Parque y las Ambulancias. En consecuencia, avanzaron en la 4º División, los cirujanos señores Ismael Rubilar y Moisés Pedraza, con sus practicantes señores Nicanor Ugalde y Ramón Ramírez del “Lautaro”; el cirujano don Nicolás Palacios con su practicante don Juan Marabolí de los “Cazadores del Desierto”; y el cirujano don David Tagle Arrate, con sus practicantes señores Belisario Bisquet y Pablo A. de la Torre de los “Zapadores”. 11.50 hrs: En el campamento de Las Yaras, poco antes del mediodía, se dejó caer sobre el campamento, un millar de cholos armados de chuzos, lanzas, escopetas y algunos rifles. Se acercan con gritos descompasados, disparando las armas. El capitán Infantas de los “Cazadores del Desierto”, los deja acercarse para recibirlos con descargas cerradas. Los enfermos, aún los más graves, alcanzan los rifles; al mando de sus oficiales, refuerzan a la Compañía de custodia del Hospital de Las Yaras, de los “Cazadores del Desierto”. Los atacantes, intimidados, huyen llevándose sus muertos y heridos, como acostumbran desde tiempo inmemorial. 

. Baquedano envía dos ayudantes que lleva a la 4º División Barboza (en ella el Batallón “Cazadores del Desierto”) orden de embestir fuertemente al enemigo; y a Lagos que comunique a Amunátegui la salida de la 3º División en refuerzo de la 1º División Amengual y 2º División Barceló. El mismo con el Cuartel General, Estado Mayor, 1º Escuadrón de los “Carabineros de Yungay” y la Reserva siempre en columnas por Batallón, avanza a la altura de la 3º División. La Artillería de Campaña adelanta 1.000 metros; la de Montaña entra a las filas de los Infantes. El Batallón “Cazadores del Desierto” avanza hacia la línea defensiva Aliada. Apenas se rompió el fuego, la guerrilla en que iba el soldado Abraham Quiroz, que estaba en este momento a retaguardia del Batallón, se corrió a la izquierda para tomar el ala de éste, cuando cayó una granada como a distancia de 20 pasos. Casualmente, no hizo daño ninguno y desde este momento se tupió el fuego. La derecha de los enemigos los sobrepasó y como a la media hora entró por la izquierda de ellos el 2º Batallón “Lautaro”, o si no los aliados los hubiesen tomado entre dos fuegos. Los adversarios venían avanzando, pero luego cuando la tropa de los “Cazadores del Desierto” avanzó, comenzaron a hacer fuego en retirada y ya se encontraban bajo las Baterías del fuerte que estaba armado de 6 cañones y ametralladoras. Los cañones eran Krupp de montaña, y el fuerte estaba echo de sacos de arena. La primera fila de abajo era de sacos, disminuyendo para arriba. Por eso los cañones chilenos ni los movían, no había siquiera señas de hacerles algo. Wood, con los “Cazadores del Desierto” rebasa la extrema derecha de Montero y ataca el fortín de Flores por retaguardia. Cuando el “Cazadores del Desierto” se acercó, los enemigos arrancaron como cuando salen ratones de las cuevas. Entonces fue cuando cayeron más y ahí se tomaron doce banderas, y enseguida, pasada una lomita, una Batería de Artillería hizo unos cuantos disparos a las guerrillas que volaban y a los leones que se iban escondiendo. 14.30 hrs : Un grito de gozo, un “¡Viva Chile!” anuncia la feliz nueva; Tacna a la vista. 

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Allí, allí está Tacna, a los pies del vencedor, rodeada de sus campos de verdura; más allá el Caplina hace olvidar la sed a las fauces ardientes del soldado, que tiene a la vista el fruto de sus esfuerzos. 

Los clarines del Cuartel General chileno tocan alto la marcha; los cornetas de los Regimientos repiten la orden, pero la derecha, que divisa la formación de un grueso núcleo en la Hacienda de Para, baja al valle, deshace a esa gente y le corta el camino de Arica. Se forma nuevamente la línea y los soldados entreverados para el ataque final, buscan sus Compañías y los cuerpos se reorganizan, listos para entrar nuevamente en batalla. Oyese en esto, un estruendoso vocerío por la izquierda y luego los acordes de la Canción Nacional. El general Baquedano recorre la línea, erguido y radiante, sobre su corcel de guerra. Los jefes salen a su paso a darle cuenta de las novedades del día. Termina la batalla. En la tarde, los “Cazadores del Desierto” bajaron al valle, pero no entraron adentro de la población de Tacna. Los muertos, a cálculo del soldado Abraham Quiroz, serán como de 5.000 de ambas partes. En la Compañía de él, no ha muerto ninguno, pero han salido como 15 heridos, entre ellos Emilio Ramírez. Dentro de las bajas de esta unidad, tenemos: Oficial herido Comandante Hilario Bouquet Oficial herido Capitán Jorge Porras Oficial herido Teniente Santiago Barbosa Oficial herido Subteniente José G. Pérez Muertos de tropa 5 Heridos de tropa 38 

14 de Junio de 1880 Los “Cazadores del Desierto” permanecen de campamento en Tacna. Parece que dentro de poco estarán en su querida patria. El soldado Abraham Quiroz, de ésta unidad, siempre tendrá un recuerdo para los días que ha pasado en Tacna, comiendo camotes cocidos asados en charquicán, puchero y toda clase de comidas con camotes con todo el Ejército chileno. Se los han acabado y ya no quedan frutas. Solo quedan guayabas. 

14 de Agosto de 1880 (Decreto de Disolución) En esta fecha se Decreta lo siguiente 

“Santiago, Agosto 14 de 1880. 

Vengo en acordar y Decreto 

Disuélvese el Batallón Cívico Movilizado “Cazadores del Desierto”. Los individuos de tropa pasarán a llenar las bajas que haya en los demás cuerpos del Ejército de Operaciones. El General en Jefe designará un Jefe del Ejército para que pase una revista de inspección a la caja de dicho cuerpo; debiendo el remanente de los fondos que resultare, ingresar a la Comisaría de Guerra, remitiendo a la Inspección General del ramo los papeles y documentos pertenecientes a la Mayoría del mencionado Batallón. 

Tómese razón y comuníquese. 

Pinto. José Francisco Vergara.” 

En este día, se disuelve el Batallón “Cazadores del Desierto” y sus efectivos pasan a llenar las bajas de otros cuerpos del Ejército de Tacna. El Batallón fue pues disuelto, pero no para reorganizarlo, como era natural que se hiciera, sino para extinguirlo, refundiéndolo en los demás cuerpos de la 4º División del Ejército de Operaciones. Mucho se trabajó para privar a Wood

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de su mando, escogiéndose el momento en que ese cuerpo, con excepción de los malos oficiales, se encontraba acabadamente organizado y como ninguno preparado para la guerra. Procurando el Comandante Wood inquirir la verdadera causa de la sorpresiva disolución de su Batallón, nunca pudo conseguir que se le diese terminantemente. El señor José Francisco Vergara, Ministro entonces de la Guerra, le contestó en términos altamente honrosos para su amor propio de soldado, pero explica esa medida por las necesidades del servicio; y sabido es que mientras tanto se formaban apresuradamente nuevos cuerpos para emprender la Campaña sobre Lima, entre los cuales seguramente ni uno sólo hubiera podido compararse a los “Cazadores del Desierto”, por su pericia y disciplina. A su vez, el general Baquedano, contestando sobre el particular, se expresa así: “no me queda recuerdo sino de su brillante conducta en las batallas y de su celo y contracción al cumplimiento de sus deberes como Comandante de Cuerpo. No fui yo, y Ud. lo sabe muy bien, quien disolvió los “Cazadores del Desierto”. Me opuse siempre a la adopción de esa medida porque la consideraba inconveniente e injusta, sobre todo después que ese Batallón hubo peleado con tanto heroísmo en el Alto de la Alianza”. Aún el general Escala, ante quien mucho se trabajó por conseguir su disolución, se había negado a ello tenazmente, calificando esa disposición como el paso más impolítico que podía dar un Gobierno. Es justo decir aquí dos palabras en honor de ese Batallón, tan digno de mejor suerte. Puede decirse que nunca hubo un cuerpo tan indisciplinado y desorganizado, que en tan breve tiempo sintiera los benéficos efectos de una reforma enérgica, impuesta con muchas dificultades. En el momento de su disolución, era ya proverbial su brillante pié de disciplina y su ejemplar compostura en los campamentos. Cuando el Comandante Wood se recibió de él, traía un feo apodo que el Ingeniero Bouquet, su 2º Jefe, traducía por “Los Céfiros del Desierto”, apodo que pasó muy pronto a ser el merecido distintivo de otro cuerpo vecino. Y es del caso dejar aquí constancia de que esa sorprendente metamorfosis, en tan corto tiempo alcanzado, se operó sin que Wood se viera obligado a hacer aplicar no más de 3 veces la pena corporal en su Batallón. Las obras ejecutadas por los “Cazadores del Desierto” en el Campamento de Dolores, hubieran bastado por si solas para enaltecer a un Jefe ante la consideración de sus superiores. Allí están todavía. Ellas atestiguan sus esfuerzos por corresponder a la confianza de quienes pusieron ese cuerpo bajo su mando. Esas obras se ejecutaron, cierto es, sin estrépito de bombo, y sin ese aparato de publicidad que otros ensayaron de continuo para hacer llegar hasta Chile, con ridícula exageración, cualquiera nimiedad, tributándose aplausos por paniaguados escritores, hasta a los grotescos juegos de títeres, siempre inmorales, y casi siempre ofensivos a la disciplina misma. Lejos de entregarse a entretenimientos pueriles, los “Cazadores del Desierto”, sin desatender una sólida instrucción militar, ejecutaba una obra colosal transformando un extenso calichal en vasto campo de maniobras, al mismo tiempo que erigía un monumento en honor de los que cayeron en la Batalla de Dolores, y construía también cómodos Cuarteles para el alojamiento de los otros cuerpos que se entretenían en frivolidades mientras carecían de abrigo, no teniendo más que sus propios pabellones para guarecerse contra el sol abrasador del día y el frío glacial de la noche. Fue pues un constante y útil trabajo unido a la seriedad en el mando y un apego inalterable a los principios de justicia, lo que originó aquella sorprendente transformación en los “Cazadores del Desierto”. Disuelto este cuerpo en plena campaña, en el campo raso de Pachía, en virtud del Supremo Decreto de esta fecha, transcrito por el señor Inspector General de la Guardia Nacional, coronel don Luis Arteaga, privándose a Wood de improviso del concurso de su dotación de oficiales y clases. 

10 de Septiembre de 1880 Con esta fecha, el soldado Abraham Quiroz escribía a su padre: “El objeto de esta es anunciarle que disolvieron el Batallón (“Cazadores del Desierto”), repartiendo la tropa en el 3º de Línea, “Lautaro” y “Chacabuco”, tocándome a mí en el 3º (de Línea). No hemos sabido cuáles han sido los motivos que haya tenido el Gobierno para disolvernos; pero con todo nos contentaremos”. Terminaba su carta diciéndole a su padre que le escribiera al Regimiento 3º de Línea, 3º Compañía del 1º Batallón. 

17 de Diciembre de 1880 No obstante esto, Wood pudo burlar estas contrariedades y hacer en muy pocos días la liquidación de las cuentas y el total ajuste de todo el Batallón hasta el último tambor por muchos meses de sueldos devengados, según lo hizo presente al señor Inspector General del Ejército en nota de esta fecha, antes de partir sobre Lima. Depositó en Comisaría un

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sobrante a favor del Fisco de $ 11.900 y nunca se oyó decir de un individuo de “Cazadores del Desierto” que no se hallara plenamente satisfecho del ajuste de sus sueldos durante el tiempo que Wood fue su comandante. Es necesario aclarar también que aunque este jefe hizo los ajustes, no todos los soldados fueron pagados, porque entregó los haberes respectivos a los habilitados de los cuerpos en que fueron incorporados los individuos del Batallón disuelto y que ya estaban en campaña sobre la capital peruana. Pudo Wood comprobar más tarde, con dolor e indignación, que hubo cuerpos en que no se pagaron esos sueldos, dándose así lugar a murmuraciones malévolas en su contra. ¿Por qué razón esos abnegados servidores de la patria no fueron remunerados por aquellos a quienes correspondía pagarles? Sépase que si hay aún individuos del extinguido Batallón “Cazadores del Desierto” insolutos de sus haberes, de ello son causas únicamente los nuevos jefes bajo cuyas órdenes pasaron a servir después de la disolución del cuerpo. Para apreciar debidamente lo que significa el pago en aquellos momentos, es menester compararlo con otros, que en medio de todas las comodidades apetecibles, con toda la dotación completa de oficiales y clases veteranos, ha agitado el bombo a todos los vientos envaneciéndose sus jefes por la tardía liquidación que al fin pudieron hacer de sus cuentas, en Chile, en plena paz, después de años de afanes, bajo la dirección de un inspector y de empleados comisionados ad hoc. No hablemos de la manera como otros cuerpos han cerrado sus cuentas al ser disueltos, terminada que fue la guerra. Hay cuerpos de línea que hasta Enero de 1889 no podían todavía atinar a hacer la liquidación de sus cuentas. A otros ha sido necesario darles un corte. También hizo Wood valiosos ahorros al Erario Nacional por el arbitrio que ensayó con buenos resultados de habilitar talleres de sastrería y zapatería en el campamento, desde que se apercibió de la mala voluntad manifestada por el general en jefe del Ejército de Reserva para con su cuerpo; porque, constándole su desnudez, hizo sin embargo entregar a otro cuerpo el vestuario y calzado que el Intendente General del Ejército y Armada, por un acto de particular deferencia a la vez que de rigurosa justicia, había remitido desde Valparaíso a Pisagua, destinado expresamente y rotulado para el Batallón “Cazadores del Desierto”. La disolución de este cuerpo en la forma y bajo las circunstancias en que tuvo lugar, no podía, por cierto, ser un golpe más hiriente para su jefe, a la vez que un triunfo para sus ocultos enemigos, que con tanto afán lo habían perseguido desde tiempo atrás. Así cuando, después de la ocupación de Lima, el ilustre general Baquedano, deseoso sin duda de reparar de alguna manera tan inmerecido como inesperado golpe, le llamó a su presencia para proponerle el mando del Batallón “Chacabuco”, cuyo jefe regresaba herido a Chile, su excusa no se hizo esperar. - Señor general - le dijo - Cuando un jefe militar de honor no ha sido mejor tratado, habiendo mandado un cuerpo de la manera como yo he mandado los “Cazadores del Desierto”, ese jefe no puede, de grado, aceptar el mando de ningún otro cuerpo.