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Miradas de la Banda Oriental 200 AñOS DESDE ESTA BANDA, ENTRE UN RINCóN DE LOS REINOS DE ESPAñA Y LA FORMACIóN DE LA REPúBLICA ORIENTAL

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Catalogo Miradas Banda Oriental

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  • Miradas de la Banda Oriental

    200 aos desde esta banda, entre un rincn de los reinos

    de espaa y la formacin de la repblica oriental

  • Miradas de la Banda Oriental

  • 200 AOS DESDE ESTA BANDA,ENTRE UN RINCN DE LOS REINOS DE ESPAAY LA FORMACIN DE LA REPBLICA ORIENTAL

  • Cuando por Marzo de 2011 nos pusimos a trabajar en la Muestra MIRADAS DE LA BANDA

    ORIENTAL supimos, desde el comienzo, que contaramos con la invalorable e insustituible

    colaboracin del Museo Histrico Nacional del Uruguay, poseedor de un acervo nico.

    Su directora, Mag. Ariadna Islas, design a un equipo de primer orden para esta realizacin,

    mientras que el Centro Cultural de Espaa hizo lo propio. La gestin sostenible del patrimonio

    cultural tangible e intangible es una lnea prioritaria de accin para el CCE en los prximos aos.

    Este tipo de aventuras culturales son imposibles de realizar sin un trabajo codo a codo entre

    instituciones e individuos comprometidos con un trabajo tan destacable como fundamental.

    Los festejos por el Bicentenario del comienzo del proceso independentista del Uruguay

    requeran que el CCE estuviera presente con una Muestra que celebrara la unin de nuestros

    pases y ello fue-desde nuestras primeras reuniones- la premisa de trabajo.

    Mostrar 200 aos de rostros en su mayora annimos, que vivieron en la zona de Montevideo

    donde actualmente nos encontramos emplazados y sirviera, adems, para exhibir una mnima

    parte del maravilloso patrimonio artstico uruguayo que por diferentes motivos no se encuentra

    expuesto pblicamente en estos ltimos aos.

    Y se logr!

    Vaya pues nuestro agradecimiento al MHN y al grupo de curadores quienes, con el apoyo del

    personal del CCE, hicieron posible este verdadero dilogo de sensibilidades que ya pas los

    200 aos de existencia.

    Las pginas que siguen dan fe de ello.

    CARLOS COUTODIRECTOR DEL CCE / MONTEVIDEO

    EMBAJADA DE ESPAA EN URUGUAYCentro Cultural de Espaa en Montevideo

    Carlos CoutoDIRECTOR

    Enrique MrakCOORDINADOR INTERINSTITUCIONAL PARA ESTA MUESTRA

    Daniel RialMONTAJE E ILUMINACIN

  • NDICE

    9. PUNTOS DE VISTA Ariadna Islas

    17. OBRAS

    87. OBRAS / MINIATURAS

    MUSEO HISTRICO NACIONAL

    Ariadna IslasDIRECTORA

    Ernesto BerettaFernanda GonzlezCURADORES INvITADOS

    Mirta CazetCOLABORA

    Jorge SierraFOTOGRAFA DE OBRA

    Agradecemos la colaboracin de Paula Villalba

  • 8 9

    Al comenzar a elaborar este proyecto que une al Centro Cultural de Espaa y al Museo Histrico

    Nacional nos propusimos conmemorar conjuntamente el bicentenario de los movimientos

    de independencia en el mundo iberoamericano. El desafo estaba implcito. Tras una larga

    tradicin de historias nacionales que enfocaron el proceso de la crisis de la monarqua absoluta

    en el mundo iberoamericano como un enfrentamiento entre naciones prefiguradas, la mera

    iniciativa de una conmemoracin conjunta signific hacerse eco de una forma renovada de

    ver esta historia.

    Solo plantear la posibilidad de la exposicin y escoger el ttulo, expres un enfoque interpretativo

    diverso de aqul. El nudo temtico que nos propusimos no se ubic en la representacin de una

    gesta heroica para el surgimiento de una nacin en oposicin a las ambiciones de otros estados,

    por largo tiempo calificadas casi como espurias. Por el contrario, el proyecto de esta muestra

    de retratos se pregunt acerca de cmo se construyeron las distintas identidades sociales

    en y desde este rincn del mundo iberoamericano. En el marco de este proceso histrico,

    entre 1808 y 1830 y a uno y otro lado del Atlntico, emergieron nuevos proyectos estatales al

    organizarse repblicas, confederaciones, monarquas constitucionales y monarquas absolutas

    restauradas. Al emular o rechazar los modelos de tantas revoluciones, entre la lucha por el

    deseado o tras la mscara de Fernando VII, en la admiracin del Gran Corso o en la lucha

    contra Pepe Botellas, contra los afrancesados y la invasin napolenica, constitucionalistas

    histricos, liberales e ilustrados ensayaron nuevas maneras de participar y de conducir al

    interior de movimientos polticos de diversa orientacin.

    Al enfocarse en las miradas y con ello, en ciertos puntos de vista sobre la formacin de las

    identidades americanas, la exposicin interroga al espectador sobre su propia identidad. Este

    conjunto de retratos lo interpela como integrante de un espacio cultural que comparte en

    comn y que, en la variedad social y tnica que refleja, evoca mltiples vertientes de expresin

    de distintas tradiciones culturales. Espaoles europeos, espaoles americanos, inmigrantes

    PUNTOS DE vISTA

  • 10 11

    avecindados en el pas provenientes de distintos espacios del mundo europeo escogieron la

    forma para ser representados desde los distintos lugares del poder. Negros e indios naturales,

    tanto como la poblacin ms pobre de la ciudad y del medio rural fueron representados en

    aquellos trminos en los que la sociedad americana los coloc. Desde una posicin de dominio

    que el pintor adopt o denunci a travs de su lenguaje, la sociedad americana expuso en la

    representacin pictrica sus criterios de diferenciacin y de movilidad social.

    Como en toda seleccin, las decisiones que hemos tomado son parciales y discutibles. Sin

    embargo, hemos querido mostrar retratos cuya representacin de distintos grupos sociales

    y tnicos pusiera en evidencia los efectos del profundo mestizaje tnico, social y cultural

    que gener las identidades americanas, orientales y uruguayas a lo largo de mucho

    ms de dos siglos. Deliberada y deseablemente expresamos a travs de esta muestra una

    interpretacin cosmopolita en la conformacin de nuestra identidad. La seleccin se inspir

    en el concepto de que el conocimiento de nuestra historia y de nuestro patrimonio cultural

    material e inmaterial nos permitir comprender las identidades como un espacio de libertad

    en el encuentro: para reconocernos en aquellas mltiples formas en las que compartimos

    comunidad y diversidad de hbitos culturales.

    En todo caso, estos retratos expresaron una esperanza de eternidad. Ilusorios conjuros contra

    la muerte y el olvido, recuerdos amables y complacientes del slido tejido de la red social

    de una elite emergente, inquisidoras y quizs algo amenazantes presencias que obligan a

    interrogarse sobre las bases del poder, paradojalmente hacen evidente lo efmero de la vida,

    de la gloria, de la juventud.

    De parte del retratado o del comitente, el retrato evoca materialmente una voluntad de

    permanecer en la memoria de quien observa. Alejado de su familia por los vaivenes de su

    carrera poltica, Nicols Herrera no olvidaba la conduccin de su casa, que comparta con

    su esposa Consolacin Obes, en intenso dilogo epistolar en el que se mezclaron los asuntos

    pblicos con aquellos detalles ms ntimos de la vida cotidiana. El 16 de agosto de 1815 le

    escriba desde Ro de Janeiro para trasmitirle las noticias sobre la situacin europea. Al hacerlo

    le prevena: para que veas que no te trato como a mujer. Le contaba tambin la razn de su

    propsito al decidirse a encargar un retrato: Hace das que ando con la tentacin de hacerme

    retratar, para que tengas una memoria ma en caso que la Suerte quiera separarnos para

    siempre; pero el retrato con el medalln de oro, todo bueno, cuesta cinco onzas y esto me

    retrae; porque veo el tiempo muy nublado, y temo que se acabe lo poco que hay.

    El temor al olvido tras la separacin ms tajante y definitiva se hace pictricamente presente en

    el retrato colectivo de la familia Tarabal: la base de la sociedad a ojos vista transida por el dolor

    de una significativa prdida desafa a la Suerte al incluir en la escena el retrato de la madre

    muerta. De igual manera, la representacin de la juventud en su esplendor intenta soslayar el

    paso del tiempo en los retratos de las seoras que trasmiten con la seguridad de su belleza y

    de su esmerado atuendo la satisfaccin de una posicin social expectable.

    Es por este anhelo de eternidad que cada una de estas obras muestra a las personas con

    aquellos atributos que la distinguen, al evocar la culminacin de una carrera pblica, el logro

    de una posicin acaudalada, el dominio sobre otros hombres, la sugestin de la intimidad, el

    orgullo por la prolongacin de la estirpe. Rodeados de los objetos que consagran el prestigio,

    los retratos representan sobre todo a aquellos miembros de la sociedad colonial u oriental que

    conformaron las familias vinculadas a los cargos de gobierno, a las jerarquas militares formadas

    en las guerras de la independencia, al comercio, a la iglesia: europeos y americanos de distintas

    edades cuyos retratos han hecho los diversos pintores que fueron encargados de realizarlos.

    En los rostros de los retratados, emergen excepcionalmente los rasgos de los pueblos originarios

    de este lugar del continente en una frontera difusa entre el retrato y la estampa de texto de

    estudio y de los negros que en medio de las peripecias polticas que conmovieron a la regin

    encontraron un lugar para obtener su libertad. Distintos soldados de la patria reflejan las

    diversas formas de la participacin poltica de los sectores populares en la conformacin del

    Estado Oriental, figuras que con su presencia inquieren al espectador a propsito de las bases

    del poder poltico. En este sentido se destaca de manera singular el retrato del hachero que

    Miguel Pallej dedic a Segundo Flores. En l quizs la intencin del pintor o la mera casustica

    ofrecen una oportunidad para la interpretacin del historiador sobre las alternativas y las

    formas de participacin poltica de los distintos grupos sociales y tnicos en un dilogo entre

    el ejercicio de la autoridad del poder y la determinacin por la libertad.

    Al mismo tiempo, aun al reconocerse el predominio de la sociedad urbana y sus modismos en

    el nmero de los retratados, bajo diversos ropajes y en distintas caracterizaciones se muestran

    al espectador atento los signos rurales de la formacin de la sociedad colonial y oriental as

    como los rasgos de un antiguo mestizaje. Un pedagogo y varios soldados prestan su fisionoma

    para testimonio de este proceso.

  • 12 13

    Si los hombres fueron retratados con los objetos propios de su carrera pblica como ponchos,

    armas y uniformes, levitas y relojes de cadena, diarios, libros, libros de cuentas, cuadernillos,

    plumas y tinteros, distintivos de sus ocupaciones y posicin social, las mujeres reinaron sin

    discusin en los espacios del interior de la casa Lujosa expresin de lo ntimo, seoras y

    nios resultaron tambin un trofeo de los seores, como garantes y representantes del linaje al

    lucir joyas, juguetes y vestimentas que anticipaban la promesa de la continuidad de la estirpe,

    de la prolongacin de un status ilustre. Al mismo tiempo, el retrato no dejaba de ser un recelo

    y quizs el nico recurso de memoria ante aquella vida que poda ser trgicamente efmera

    El gozo se infunde en el espectador ante la representacin del nio Bartolom Quiones tanto

    como ante el tcito orgullo que se desprende de la miniatura que representa al jovencsimo

    Prudencio Vzquez y Vega, desde la representacin de Ramona junto a su padre, el escribano

    Joaqun de la Sagra y Priz tanto como ante el temerario Silvio Santurio empuando su trabuco

    de juguete y a travs de los rizos de su joven madre, suspendidos ambos en la labilidad de la

    atmsfera que les otorg un desconocido virtuoso del pastel sobre papel. Jos Pedro Barrn

    describi estos matices en las variaciones de la sensibilidad social hacia la maternidad y hacia

    los nios y la ambivalencia entre la alegra, la inquietud y el miedo que estas representaciones

    de las dcadas finales del siglo XIX trasmiten: esta aprehensin de la singularidad de cada

    hijo, de su imposible sustitucin por otro [] sentimentaliz el vnculo padres-hijo y torn

    en angustia la vieja comprensin de la inevitabilidad de los antes tan frecuentes decesos

    infantiles. Tanto como los retratos que exponemos en esta ocasin, son ilustrativas de estas

    mutaciones las palabras de Alfredo Vsquez Acevedo ante la muerte de su pequea hija Pepita,

    ocurrida en 1875, cuando tena dos aos y dos meses: Era una criatura monsima, de una

    inteligencia notable [] La lloramos mucho y por largo tiempo he conservado inalterables

    en la memoria las palabras afectuosas que usaba para llamarnos a su madrecita y a m, as

    como la entonacin especial con que las pronunciaba [] Por una desgraciada casualidad

    no conservamos ningn retrato de ella.

    La muerte en plena niez y juventud no era un hecho excepcional en esta sociedad antigua

    Infantes, nios, madres y hombres deban sortear con xito enfermedades cuya etiologa era

    desconocida e infecciones incontrolables antes de que las grandes obras de saneamiento, la

    difusin de las vacunas, la preocupacin por la asepsia, la prctica de la ciruga y, mucho ms

    tardamente, el uso de los antibiticos redujeran tanto como fuera posible la muerte temprana

    que multiplicaba los angelitos, las viudas y viudos, los hurfanos. Esa Suerte que segaba

    ilusiones y esperanzas, que atribua responsabilidades desmedidas a la mayor de las nias

    o que cargaba de expectativas al mayor de los nios En la misma carta que antes citamos

    dirigida a su esposa Consolacin, Nicols Herrera dispona desde su exilio las materias que

    deba seguir quien se transformara ya adulto en Ministro de Estado: A Manuel hazle ensear la

    Gramtica Espaola, y el Francs o el Ingls; y al bobo que lo vaya instruyendo en los elementos

    de matemticas. Dale mil besos y otros tantos a Miguel. Dios me conceda volverlos a ver algn

    da. [] con el corazn de tu apreciado Negro. Retratos alejados quizs por su esttica de

    nuestros gustos superficiales, tal vez estas expresiones que acompaaron el encargo de su

    hechura nos hablen en lo profundo en un lenguaje que nos es casi contemporneo

    Conjurar la muerte, atrapar y perpetuar la imagen de una juventud eterna es an una

    preocupacin de nuestro tiempo. Hombres y mujeres construyen hasta el lmite, en denodado

    ejercicio de la disciplina, del sacrificio y del martirio, cuerpos y rostros sin edad. Los comitentes

    de estos retratos lo intentaron a su manera: desafiaron al tiempo y a su propia apariencia

    Intentaron conservar para s y para quienes los vieran la persistencia de una imagen prstina

    con la que cada uno quiso ser recordado. Incluso ensayaron la ilusin de la apropiacin de una

    belleza con la que quizs no contaran en la imagen creada por el pintor. El nieto de Amadeo

    Gras conservaba en el archivo familiar la carta de una cliente en la que la seora detallaba las

    varias correcciones que demandaba al artista para su retrato: Le devuelvo el retrato para

    que me haga el favor de ponerle pechos pues varios amigos de mi marido le han dicho que

    parezco santo. Tambin me achica la boca que no me agrada tan grande y me pone un poco

    ms de colores en la cara porque estoy muy plida. Tambin tiene que ponerle un lacito al

    cordn y un palito para abajo a la flor. Tambin dice que podra hacerme un poco ms ancha

    de hombro a hombro, como un geme ms as no parezco tan flaca. Tambin me har el favor

    de agrandar la joya del collar para que luzca ms

    Finalmente, es simblico el optimismo y la confianza satisfecha de s misma que la imagen

    triunfante de una hermosa seora trasmiti a una poca dorada en el Uruguay de 1950. Quizs

    esta sensacin que form parte de la identidad de todos los uruguayos no poda reflejarse de

    mejor manera que con este retrato de Mara Elena Lang que de alguna forma cierra la muestra.

    Despus de varias crisis estructurales y cclicas, de la emergencia de gobiernos dictatoriales,

    de conmociones sociales derivadas de la pauperizacin de amplios sectores de la poblacin

    por citar algunos ejemplos de las fisuras que alteraron aquella imagen del pas, otras muestras

    debern enfocar nuevas formas de entender la identidad de los uruguayos.

  • 14 15

    La exposicin exhibe parte de la produccin retratstica de diversos artistas que integran la

    coleccin del Museo, distribuida en varias categoras: desde los europeos, emigrados temporal

    o definitivamente a nuestro medio y los nativos sensibilizados hacia el lustre de la cultura

    europea, convencidos del valor del arte como elemento civilizador, hasta aquellos que, sin

    haber llegado a pisar estas tierras, fueron contratados en sus respectivos pases durante alguno

    de los largos viajes que emprendan los miembros de la lite local.

    En el primer grupo se ubican Amadeo Gras, Cayetano Gallino, Juan Manuel Besnes e

    Irigoyen, Baltasar Verazzi y Pedro Valenzani. El segundo grupo destaca especialmente en

    esta exposicin, en un rincn que rene varios autorretratos de figuras fundamentales de la

    pintura nacional: Digenes Hquet, Miguel Pallej, Domingo Laporte y Juan Manuel Blanes

    hacen un guio al espectador al mostrarse como los constructores de estas imgenes. Juan

    Manuel Blanes resume su carrera en dos telas. Sus dos autorretratos separan al hombre joven,

    anterior al pasaje por el taller de Cseri, del hombre maduro con slida formacin acadmica,

    por la que toma partido. En el tercer grupo encontramos a Manuel de Ojeda y Siles, pintor

    afincado en Espaa que acerca a los americanos su composicin firme y de finos contrastes

    cromticos, en el retrato de Isabel Caravia de Castro, como tambin lo hace Jos Galofre en

    los retratos de Francisco Antonino Vidal y su esposa, Juana Silva de Vidal, pintados en Roma,

    acompaados de un fondo de arquitectura romana y renacentista que da un marco clsico,

    casi universal y atemporal, al prestigio del retratado, figura poltica y antiguo miembro de la

    Asamblea Constituyente y Legislativa que estructur el Estado Oriental.

    Finalmente, un pequeo nmero de retratos se mantiene a media luz. An desconocemos los

    autores de varias de las obras expuestas. Quin pint con sobrios refinamientos dieciochescos

    al Virrey Joaqun del Pino? Puede atribuirse a Gallino la imagen del nio Felipe Gonzlez Vallejo

    que posa en la quinta familiar acompaado de su carnero, en el cual montaba? Y quin realiz

    los cuatro valos de distintos miembros de la familia Garzn de factura quizs ms reciente?

    Slo un trabajo de investigacin en el rea de conservacin del acervo puede ahondar en la

    interrogacin y en la construccin del conocimiento sobre las colecciones. Sin embargo, sin

    respuesta inmediata y quizs eventualmente imposible, estas preguntas ponen de manifiesto

    aquellas rupturas en la secuencia de la informacin en las que el paso indocumentado del

    tiempo ha fragmentado la memoria. Ellas son inherentes a la vida cotidiana y tal vez al misterio,

    y al encanto- del trabajo en el Museo.

    Como toda investigacin al interior de un acervo, la seleccin de obras para esta muestra

    puso de manifiesto tesoros y falencias que por igual, mostramos hoy al pblico. Muchas de

    estas obras fueron objeto de un arduo trabajo de recuperacin por haber estado en depsito

    a lo largo de aos, sin ser objeto de ningn tratamiento de conservacin. Limpieza, tensado,

    consolidacin y reconstruccin de molduras y marcos estuvieron en la base de la posibilidad

    de realizar esta muestra. Una presentacin de la calidad con que se han expuesto estas obras

    no hubiera sido posible sin el esfuerzo de todos aquellos que colaboraron con los curadores

    Ernesto Beretta y Fernanda Gonzlez. Entre ellos debemos destacar el trabajo de Mirtha

    Cazet, Esther Furest, Jorge Sierra, Jorge Quintana y Sonia Ferradini del Museo Histrico. Con

    entusiasmo, debemos agradecer el profesionalismo del equipo del Centro Cultural de Espaa

    que ha contribuido decisivamente en las distintas etapas para el xito de esta exposicin.

    Realizar la investigacin en el acervo del Museo Histrico para generar la seleccin de obras

    que se exponen puso en evidencia la escasa proporcin que la poblacin rural y los sectores

    ms pobres de la sociedad tienen en el conjunto de retratos que conforma la coleccin. De

    igual forma, buscar los rostros del Uruguay contemporneo nos hubiera obligado a romper con

    la unidad esttica de la exposicin: la fotografa instantnea, artstica o periodstica se impone

    como sostn de la imagen de los protagonistas de nuestro tiempo. Se delinea as como un

    proyecto futuro avanzar en una muestra de los distintos procesos fotogrficos que enfocaron

    el retrato como una forma de registro de la vida social en los siglos XIX y XX.

    Por ltimo, solo resta agradecer al Centro Cultural de Espaa en la persona de su director,

    Carlos Couto y en particular a Enrique Mrak por haber diseado la oportunidad para este

    trabajo conjunto. Su generosa iniciativa ha permitido poner a consideracin del pblico en

    un espacio que lo realza, un acervo valioso cuya exposicin tiene por objeto promover la

    reflexin, el intercambio de ideas y opiniones. Quisimos que esta muestra se transformara en

    una experiencia esttica tanto como en un momento de encuentro enriquecedor con otros y

    con nosotros mismos, en la intimidad de lo que nos es tan extrao, opaco y al mismo tiempo

    cercano como nuestra propia historia.

    ARIADNA ISLASDIRECTORA DEL MUSEO HISTRICO NACIONAL

  • 16 17

    Manuel Villagrn artigasLEO SOBRE TELA DE CAYETANO GALLINO, CA. 1836 184876 x 100 CMMHN. ADqUIRIDO A LA FAMILIA vILLAGRN, 1975

  • 18 19

    isabel CaraVia de CastroLEO SOBRE TELA DE MANUEL DE OJEDA Y SILES, 188493 x 131 CMMHN. DONACIN DE EMMA CASTRO DE STARICCO, 1975

  • 20 21

    luis baenaLEO SOBRE TELA DE CAYETANO GALLINO, CA. 1836-184875 x 100 CM MHN. DONACIN DE MARA ESTHER BAENA DE GOESSENS, 1929

  • 22 23

    rosala artigas de FerreiraLEO SOBRE TELA DE NICOLS PANINI, CA. 1880129 x 199 CMMHN. DONACIN TESTAMENTARIA DE FERREIRA, 1900

  • 24 25

    Joaqun de la sagra y su hiJa raMonaLEO SOBRE TELA DE AMADEO GRAS, 183387 x 113 CMMHN. DONACIN DE NORMA ODICINI DE LA SAGRA, 1955

  • 26 27

    Jos antonio Fernndez braga, PedagogoLEO SOBRE TELA DE PEDRO LzAGA, 1857105 x 136 CMMHN. DONACIN DE CAROLINA LARA DE RICHTHOFEN, 1918

  • 28 29

    Juana silVa de VidalLEO SOBRE TELA DE JOS GALOFRE, 184695 x 134 CMMHN. DONACIN DE JUANA Y AMELIA GARBISO vIDAL, 1947

    FranCisCo antonino VidalLEO SOBRE TELA DE JOS GALOFRE, 184696 x 133 CMMHN. DONACIN DE JUANA Y AMELIA GARBISO vIDAL, 1947

  • 30 31

    quintn CorreaLEO SOBRE TELA DE BALTASAR vERAzzI, 186485 x 107 CMMHN. DONACIN DE ELISA PORTILLO DE BENzANO, 1941

    Carlota barbat de CorreaLEO SOBRE TELA DE BALTASAR vERAzzI, 186485 x 107 CMMHN. DONACIN DE ELISA PORTILLO DE BENzANO, 1941

  • 32 33

    FaMilia tarabalLEO SOBRE TELA DE PEDRO vALENzANI, 1864245 x 176 CMMHN. DONACIN DE LA FAMILIA TARABAL, 1943

  • 34 35

    Joaquina requena de narVaJaLEO SOBRE TELA DE BALTASAR vERAzzI, 186372 x 93 CMMHN. DONACIN DE MERCEDES NARvAJA DE MOYANO, 1941

  • 36 37

    bartoloM quiones Chilaber, sobrino nieto del Pintor J. M. blanesLEO SOBRE TELA DE JUAN MANUEL BLANES, CA. 189067 x 88 CMMHN. ADqUIRIDO A BATISTA RIUS, 1973

  • 38 39

    FeliPe gonzlez ValleJoLEO SOBRE TELA ATRIBUIDO A CAYETANO GALLINO, CA. 1840106 x 142 CMMHN. ADqUIRIDO A LUIS PEDRO GONzLEz vALLEJO, 1953

  • 40 41

    Matilde regala de roosenLEO SOBRE TELA DE DANIEL HERNNDEz, CA. 1910 - 192085 x 118 CMMHN. DONACIN DE LA FAMILIA ROOSEN REGALA, 1951

  • 42 43

    gerMn roosenLEO SOBRE TELA DE M. RAPOPORT, 192861 x 80 CMMHN. DONACIN DE LA FAMILIA ROOSEN REGALA, 1951

  • 44 45

    Mara elena langLEO SOBRE TELA DE S. MASINO, 1947109 x 198 CMMHN. DONACIN TESTAMENTARIA DE MARA E. LANG, 1987

  • 46 47

    Margarita garzn, nieta del gral. eugenio garznLEO SOBRE TELA DE AUTOR DESCONOCIDO, SIN FECHAvALO, 48 x 58 CMMHN. DONACIN DE LA FAMILIA GARzN, 1968

    JoseFa Pieiro de garzn, esPosa de ViCente garznLEO SOBRE TELA DE AUTOR DESCONOCIDO, SIN FECHAvALO, 48 x 58 CMMHN. DONACIN DE LA FAMILIA GARzN, 1968

  • 48 49

    toMs CasaresLEO SOBRE TELA DE JACOBO FIORINI, CA. 184069 x 86 CMMHN. DONACIN DE ELvIRA NIN CASARES, 1919

  • 50 51

    brigadier general FranCisCo orduaACUARELA Y TINTA SOBRE PAPEL DE JUAN M. BESNES E IRIGOYEN, CA. 1810-182010 x 16 CMMHN. DONACIN DE FRANCISCO SAN ROMN, 1902

  • 52 53

    Juan Carlos gMezACUARELA SOBRE PAPEL DE SULzMANN, 185714,5 x 19,5 CM MHN. ADqUIRIDO A LIBRERA DEL PLATA, 1954

    Jos ellauri ACUARELA SOBRE PAPEL DE CARLOS PELLEGRINI, 183726,5 x 33,5 CM MHN. ADqUIRIDO A LUIS BAITLER, 1967

  • 54 55

    JoseFa areta de CaVaillnLEO SOBRE TELA DE AUTOR DESCONOCIDO, SIN FECHA67 x 82 CMMHN. ADqUIRIDO A CARLOS vILLARNOBO ARRU, 1977

  • 56 57

    Mara del CarMen Correa de Magallanes de PossoloLEO SOBRE TELA DE AUTOR DESCONOCIDO, 180038 x 51 CMMHN. ADqUIRIDO A MARGARITA ESCAL POSSOLO, 1954

  • 58 59

    Virrey Joaqun del PinoLEO SOBRE TELA, PEGADO EN TABLA, DE AUTOR DESCONOCIDO, CA. 1770-1780vALO, 38 x 44,5 CMMHN. DONACIN MUSEO HISTRICO NACIONAL DE BUENOS AIRES, 1911

  • 60 61

    retrato de daMaDIBUJO A LPIz SOBRE PAPEL DE J. PELUFFO, 190139 x 59 CMMHN. ADqUIRIDO A ANA INS WILLIMAN MEIER, 1997

  • 62 63

    Paulina garzn, hiJa de eugenio garznLEO SOBRE TELA DE AUTOR DESCONOCIDO, SIN FECHAvALO, 48 x 58 CMMHN. DONACIN DE LA FAMILIA GARzN, 1968

    ViCente garznLEO SOBRE TELA DE AUTOR DESCONOCIDO, SIN FECHAvALO, 48 x 58 CM MHN. DONACIN DE LA FAMILIA GARzN, 1968

  • 64 65

    Miguel PalleJ, autorretratoLEO SOBRE TELA, CA. 188033 x 34 CMMHN. ADqUIRIDO A MARGARITA PALLEJ, HIJA DEL PINTOR, 1942

    digenes hquet, autorretratoLEO SOBRE TABLA, CA. 189031,5 x 41 CMMHN. ADqUIRIDO A JULIO RODRGUEz vIERA SRL Y GALERA MORETTI, 1973

    doMingo laPorte, autorretratoLEO SOBRE TELA, 190337 x 45 CMMHN. DONACIN DE LA COMISIN DEL PATRIMONIO HISTRICO, ARTSTICO Y CULTURAL DE LA NACIN. ADqUIRIDO A REMATES CORBO, 1983

  • 66 67

    Juan Manuel blanes, autorretratoLEO SOBRE TELA, CA. 1850-1860vALO, 35 x 44 CMMHN. DONACIN DE MARA CANTERO, 1915

    Juan Manuel blanes, autorretratoLEO SOBRE TELA, 1875 vALO, 43 x 59 CMMHN. DONACIN DE MARA CANTERO, 1915

  • 68 69

    soldadoACUARELA SOBRE PAPEL DE JUAN SANUY, 189315 x 21 CMMHN. ADqUIRIDO A REMATES ITUzAING, 1971

    soldadoACUARELA SOBRE PAPEL DE JUAN SANUY, 189315 x 21 CMMHN. ADqUIRIDO A REMATES ITUzAING, 1971

  • 70 71

    soldado de la PatriaLEO SOBRE TELA DE MIGUEL PALLEJ, 188314 x 41 CMMHN. ADqUIRIDO A JULIO RODRGUEz vIERA, 1973

  • 72 73

    haChero de la PoCa de santosLEO SOBRE TELA DE MIGUEL PALLEJ, 188582 x 112 CMMHN. DONACIN DE MARA FLORES REISSIG Y ELINA FLORES DE BLIxEN, 1950

  • 74 75

    soldadoIMPRESO ACUARELADO SOBRE PAPEL A PARTIR DE DIBUJO ORIGINAL DE JUAN SANUY, 188723 x 36 CMMHN. DONACIN DE MARA C. MNDEz DE PIETRACAPRINA, 1942

  • 76 77

    los tres ChiriPaesLEO SOBRE TELA DE JUAN MANUEL BLANES, 1881100 x 80 CMMHN. DONACIN DE ROSINA PREz BUTLER DE BLANCO ACEvEDO, 1942

  • 78 79

    adolFo basezLEO SOBRE TELA DE JUAN MANUEL BLANES, CA. 1880 38 x 48 CMMHN. DONACIN DE LOLA DAz BASEz, 1950

    MerCedes de la Fuente de basezLEO SOBRE TELA DE JUAN MANUEL BLANES, CA. 1880 38 x 48 CMMHN. DONACIN DE LOLA DAz BASEz, 1950

  • 80 81

    telsFora soMellera de laMasLEO SOBRE TELA DE JUAN MANUEL BLANES, CA. 1870vALO, 90 x 112 CMMHN. DONACIN DE LA FAMILIA LAMAS, 1923

  • 82 83

    gerVasia urioste de santurioPASTEL SOBRE PAPEL DE AUTOR DESCONOCIDO, 1868vALO, 43 x 55 CMMHN. DONACIN DE LA FAMILIA URIOSTE, 1961

    silVio santurioPASTEL SOBRE PAPEL DE AUTOR DESCONOCIDO, CA. 1870vALO, 56,5 x 68,5 CMMHN. DONACIN DE LA FAMILIA URIOSTE, 1961

  • 84 85

    Jos busChental LEO SOBRE TELA DE AUTOR DESCONOCIDO, SIN FECHA48 x 58 CMMHN. ADqUIRIDO A CARLOS vILLARNOBO ARRU, 1977

  • 86 87

    Ventura argent de MulaMINIATURA DE JOSEFA GMEz DE LA [GNDARA ?], CA. 1853vALO, 5,5 x 7,5 CMMHN. ADqUISICIN. Ex COLECCIN SCHULkIN, 1998

    LAS MEDIDAS DE LAS OBRAS SON SIN MARCO.

    Martina garCa de ziga de unqueraMINIATURA DE AUTOR DESCONOCIDO, SIN FECHAvALO, 4,5 x 5,5 CMMHN. ADqUISICIN. Ex COLECCIN SCHULkIN, 1998

  • 88 89

    Jos doliVer neryMINIATURA DE AUTOR DESCONOCIDO, SIN FECHA5,5 x 6,5 CMMHN. ADqUISICIN. Ex COLECCIN SCHULkIN, 1998

    Mara rita CalVo de gMezMINIATURA ATRIBUIDA A SECUNDINO ODOGERTI, 1850vALO 7 x 9 CMMHN. ADqUISICIN. Ex COLECCIN SCHULkIN, 1998

    Mara de los dolores esteVan de rossiMINIATURA DE AUTOR DESCONOCIDO, SIN FECHAvALO, 7 x 8,5 CMMHN. ADqUISICIN. Ex COLECCIN SCHULkIN, 1998

  • 90 91

    JaCinta PaloMeque de VilladeMorosMINIATURA DE AUTOR DESCONOCIDO, SIN FECHA4 x 5 CMMHN. ADqUISICIN. Ex COLECCIN SCHULkIN, 1998

    Julin lVarezMINIATURA DE AUTOR DESCONOCIDO, SIN FECHACRCULO, 7,5 CM DE DIMETROMHN. ADqUISICIN. Ex COLECCIN SCHULkIN, 1998

    Jos girMINIATURA DE AUTOR DESCONOCIDO, SIN FECHAvALO, 4,6 x 5,7 CMMHN. ADqUISICIN. Ex COLECCIN SCHULkIN, 1998

  • 92 93

    Jos Catal y CodinaMINIATURA DE HENRI HERv, SIN FECHA9,5 x 11,5 CM DE DIMETROMHN. ADqUISICIN. Ex COLECCIN SCHULkIN, 1998

    PrudenCio Vzquez y Vega MINIATURA DE BRIOSO, 18475,8 x 7,2 CMMHN. ADqUISICIN. Ex COLECCIN SCHULkIN, 1998

    Joaqun de la sagraMINIATURA DE AUTOR DESCONOCIDO, SIN FECHA.vALO, 6,4 x 7,8 CMMHN. ADqUISICIN. Ex COLECCIN SCHULkIN, 1998

  • 94 95

    Juan benito blanCoMINIATURA DE AUTOR DESCONOCIDO, SIN FECHAvALO, 8,5 x 11 CMMHN. ADqUISICIN. Ex COLECCIN SCHULkIN, 1998

    PersonaJe desConoCidoMINIATURA DE AUTOR DESCONOCIDO, SIN FECHA2,3 x 2,8 CMMHN. ADqUISICIN. Ex COLECCIN SCHULkIN, 1998

    rosa Cleland de PonteMINIATURA DE AUTOR DESCONOCIDO, SIN FECHAvALO, 10 x 13 CMMHN. ADqUISICIN. Ex COLECCIN SCHULkIN, 1998

    Coronel raFael ziPitraMINIATURA DE AUTOR DESCONOCIDO, SIN FECHA6 x 7,3 CMMHN. ADqUISICIN. Ex COLECCIN SCHULkIN, 1998

  • 96

    Catlogo publicado en ocasin de la exposicin Miradas de la Banda OrientalDiciembre, 2011.

    Centro Cultural de EspaaRincn 629, Montevideo, UruguayTel. (05982) 9152250 / www.cce.org.uy

    LA FINALIDAD DE LOS IMPRESOS DEL CCE ES LA DIFUSIN Y DOCUMENTACIN DE LAS ACTIvIDADES.LA DISTRIBUCIN ES GRATUITA Y PARA USO DE LOS vISITANTES.BAJO NINGN CONCEPTO SE PERMITE SU COMERCIALIzACIN.

    ISBN - 978-9974-8301-6-5

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