caso practico etica y responsabilidad social

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DESCRIPCIÓN DEL CASO Ricardo tenía 34 años; era soltero y profesor en un centro de Formación Profesional de Madrid. Acudió a consulta porque desde hacía más de un año se sentía muy deprimido y desdichado. Casi nada le interesaba y había perdido la ilusión por vivir. Reconoce haber pensado que esto era una reacción normal al problema que tuvo, y creía que con el tiempo desaparecería su malestar. Pero, al prolongarse tanto tiempo, deseaba ser tratado por algún psicólogo. Todo comenzó tras romperse una relación “perfecta” que mantenía desde hacía varios años con una chica más joven que él. Aunque algo más de un año antes de la ruptura ya se habían deteriorado un poco sus relaciones, esta fue inesperada para él (al parecer fue una decisión que tomó su novia). Lo malo, dice, es que, sin saber porqué, poco a poco fue notando que su novia comenzaba a distanciarse. Pero aun así, nunca pensó en una ruptura, pues estaba seguro que entre los dos había algo realmente único e indestructible. Desde la ruptura, Ricardo ya no es el mismo. No sólo ha perdido la ilusión y el interés por la vida, por las cosas... también ha dejado de interesarle su trabajo; antes lo adoraba. Parece una persona inteligente y muy afectiva. Durante la entrevista se apreciaba también su tristeza. Se reflejaba sobre todo en sus ojos; aunque siempre terminaba desviando la mirada. Tenía algo de ojeras. Dijo que a veces lloraba, sobre todo cuando experimenta la sensación de haberla perdido; también en ocasiones viendo alguna película en la televisión. Dice que muchas veces le hubiera gustado haber podido llorar más para desahogarse y aliviar su dolor. Su tono de voz era bajo, casi aplanado. También dijo que ahora dormía mucho. A veces ha pasado días enteros durmiendo (“era una forma de escapar de todo esto”). “Lo peor de todo –decía– es que si pienso en ella me siento muy mal, pero no puedo soportar dejar de hacerlo”. Ricardo indicó que el primer mes tras la ruptura le resultó insoportable. Tenía fuertes palpitaciones y vómitos, y no podía dormir (solía despertarse continuamente con sobresalto y fuertes palpitaciones). Enfatiza que se ha sentido “tan solo”... y que ahora las cosas le parecen “tan irreales”... incluso a veces dice tener la sensación de que todo lo que le está

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caso practico de ética y responsabilidad social

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Page 1: Caso practico etica y responsabilidad social

DESCRIPCIÓN DEL CASO

Ricardo tenía 34 años; era soltero y profesor en un centro de Formación Profesional de Madrid. Acudió a consulta porque desde hacía más de un año se sentía muy deprimido y desdichado. Casi nada le interesaba y había perdido la ilusión por vivir. Reconoce haber pensado que esto era una reacción normal al problema que tuvo, y creía que con el tiempo desaparecería su malestar. Pero, al prolongarse tanto tiempo, deseaba ser tratado por algún psicólogo. Todo comenzó tras romperse una relación “perfecta” que mantenía desde hacía varios años con una chica más joven que él. Aunque algo más de un año antes de la ruptura ya se habían deteriorado un poco sus relaciones, esta fue inesperada para él (al parecer fue una decisión que tomó su novia). Lo malo,dice, es que, sin saber porqué, poco a poco fue notando que su novia comenzaba a distanciarse. Pero aun así, nunca pensó en una ruptura, pues estaba seguro que entre los dos había algo realmente único e indestructible. Desde la ruptura, Ricardo ya no es el mismo. No sólo ha perdido la ilusión y el interés por la vida, por las cosas... también ha dejado de interesarle su trabajo; antes lo adoraba.

Parece una persona inteligente y muy afectiva. Durante la entrevista se apreciaba también su tristeza. Se reflejaba sobre todo en sus ojos; aunque siempre terminaba desviando la mirada. Tenía algo de ojeras. Dijo que a veces lloraba, sobre todo cuando experimenta la sensación de haberla perdido; también en ocasiones viendo alguna película en la televisión. Dice que muchas veces lehubiera gustado haber podido llorar más para desahogarse y aliviar su dolor. Su tono de voz era bajo, casi aplanado. También dijo que ahora dormía mucho. A veces ha pasado días enteros durmiendo (“era una forma de escapar de todo esto”). “Lo peor de todo –decía– es que si pienso en ella me siento muy mal, pero no puedo soportar dejar de hacerlo”. Ricardo indicó que el primer mes tras la ruptura le resultó insoportable. Tenía fuertes palpitaciones y vómitos, y no podía dormir (solía despertarse continuamente con sobresalto y fuertes palpitaciones). Enfatiza que se ha sentido“tan solo”... y que ahora las cosas le parecen “tan irreales”... incluso a veces dice tener la sensación de que todo lo que le está pasando no puede ser cierto. Ha querido escapar…, huir, pero no tenía fuerzas. No tenía fuerzas ni para pedir ayuda. Se había quedado sin energía (antes era una persona con mucho tesón y entusiasta). Pero, sobre todo, lo que más le duele es “esa sensación de no poderesperar nada”. Durante ese tiempo han rondado con frecuencia por su cabeza ideas de muerte. Por ejemplo, espetó que a veces, se iba a la cama con “la esperanza de no despertarse más”. Pero no está seguro de que todo esto le resultara más doloroso que sus frecuentes preocupaciones y la convicción de ser el culpable de todo.

Durante la evaluación, el paciente informó que desde la ruptura no ha dejado de sentirse mal. Aunque los síntomas se hicieron más livianos después de los primeros meses, estos han seguido estando presentes de forma más o menos marcada. Ha perdido la mayor parte de sus aficiones (ahora sólo lee y ve algunas películas). Sigue durmiendo mal (no le han desaparecido los sobresaltos), y continúan la mayoría de los restantes síntomas. Aunque Ricardo no había buscado anteriormente apoyo social o emocional ni ayuda profesional, solía afrontar la depresión

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recurriendo al alcohol, si bien de una forma controlada (durante las comidas y, a veces, antes de acostarse para poder conciliar mejor el sueño y controlar sus preocupaciones). Desde la ruptura se ha aislado en casa con frecuencia y ha reducido su vida social (sale menos con amigos, etc.) y profesional (antes era más creativo y participaba en más actividades relacionadas con sutrabajo).

Ricardo no tenía antecedentes de depresión grave entre sus familiares cercanos. Tampoco había tenido nunca una depresión importante más allá de los altibajos que ocurren habitualmente. Durante el año anterior a la ruptura había sufrido algunos sucesos vitales importantes, como la enfermedad grave de un familiar, un accidente de tráfico, y la muerte de un amigo. Hasta el momento de ser evaluado, Ricardo no había estado sometido a ningún tipo de tratamiento (nimédico ni psicológico) por depresión, ansiedad u otro trastorno mental. Tampoco padecía, o había padecido recientemente, ninguna enfermedad importante que pudiera afectar a su estado de ánimo.