capítulo 25: una aproximación a las externalidades de la agricultura andaluza · 2009. 3. 3. ·...

20
Capítulo 25: Una aproximación a las externalidades de la agricultura andaluza Manuel David García Brenes * ' Facultad de Ciencias Económicas y Empresariales de Sevilla. DepaRamento de Econo- mía Aplicada II.

Upload: others

Post on 01-Aug-2021

1 views

Category:

Documents


0 download

TRANSCRIPT

Capítulo 25: Una aproximacióna las externalidades de la

agricultura andaluza

Manuel David García Brenes *

' Facultad de Ciencias Económicas y Empresariales de Sevilla. DepaRamento de Econo-mía Aplicada II.

1. INTRODUCCIÓN

Desde la década de los 50 la agricultura andaluza ha seguido unproceso de "modernización" que supone un intento por superar lasleyes de la naturaleza. El agricultor haciendo un uso intensivo de losagroquímicos y del agua trata de conseguir los mayores rendimien-tos de la tierra, respondiendo así a la lógica productivista en la quenos vemos envuelto.

A1 mismo tiempo, desde nuestra entrada en la Comunidad Eco-nómica Europea las subvenciones representan una participacióncada vez mayor en los ingresos de los agricultores andaluces, lo quehace que hablemos de una agricultura asistida y que la renta delagricultor dependa más de decisiones políticas que de las condicio-nes climáticas.

Sin embargo, la aplicación de dosis cada vez mayores de artifi-cialidad para generar valor en la agricultura andaluza está produ-ciendo una serie de externalidades que se traducen en un mayorvalor de la tierra, y en problemas medioambientales que no soninternalizados por la agricultura, y de la que todos nos vemos per-judicados.

Como resultado de tódo ello, el medio rural se ha visto alterado,perdiendo su función de sustento de una importante parte de lapoblación y obligado a asumir una serie de funciones que lejos debeneficiarle están suponiendo una mayor desarticulación. A conti-nuación intentaremos aclarar algunas de las externalidades másimportantes de la agricultura andaluza.

2. LA AGRICULTURA COMO AGENTE CONTAMINANTE

El proceso modernizador de la agricultura andaluza la ha lleva-do a la progresiva sustitución de las formas tradicionales de pro-ducción. Se ha pasado de una situación donde la agricultura era

521

capaz de regenerar la energía necesaria para la obtención de su pro-ducción a una agricultura que necesita cada vez más aportes ener-géticos no renovables del exterior (NAREDO, 1996). Si hastaentonces existía una perfecta complementariedad de los usos delterritorio andaluz, donde la existencia del sistema de cultivo "al ter-cio", razas de ganado autóctonas y extensivas permitían la recupe-ración del suelo, ahora existe una especialización de la producciónagrícola', donde la utilización de fertilizantes químicos se hacencada día más necesarios. Además, las especies de ganado equinofueron sustituidas por las de vacuno y porcino, alterándose la com-posición del estiércol menos rico en nitrógeno, potasio y fósforonecesitando el suelo de nuevos aportes energéticos, fundamen-talmente químicos. A1 mismo tiempo, también se produciría unimportante proceso de mecanización de las tareas del campo; seríalos altos niveles que alcanzaran los salarios 2, los que desencadena-rían la introducción de la maquinaria, donde los cereales de invier-no, fueron los primeros en ser mecanizados, dado que eran los quemayor cantidad de mano de obra necesitaban, por cada jornal detractorista se necesitaban 9,1 jornales de junteros3. Posteriormente,el proceso de mecanización se extendería a las tareas de los distin-tos cultivos, sólo se salvarían las tareas de poda y recolección de lavid y el olivo.

Así, la agricultura ha seguido un proceso ahorrador de mano deobra, que unido a la sustitución de la energía de origen animal por elempleo de fertilizantes químicos Tabla n° 1 ha transformado enor-memente el papel desempeñado por la agricultura en Andalucía. Así,los agricultores necesitan, cada vez en mayor medida acudir a secto-res industriales "paraagrícolas"' para completar su ciclo productivo.Esta situación convertía a la agricultura andaluza en un gran clientede la industria de los fertilizantes, deteriorando enormemente sucuenta de resultados. A1 mismo tiempo supone (DELGADO, 1993)

^ Frutas, Hortalizas y Olivaz, supusieron en 1995, más de las tres cuartas partes (77,2%)de la producción final agraria. Además cultivos como las leguminosas han visto reducidos lasuperficie a más de la mitad, con las gravísimas consecuencias que ello tiene, pues estos cul[i-vos favorecían la permanencia de los nitratos en el suelo sin necesidad de aportarlos.

z Las duras condiciones de trabajo, y las nuevas oportunidades que brindaban el creci-miento industrial de los países centroeuropeos o las zonas más industrializadas del país las quemotivarían unas migraciones masivas de la población rural andaluza.

3 Para más información puede consultarse Naredo ( 1989).^ Así, los gastos corrientes de fuera en Andalucía en el período de 1976- 1997 se han mul-

tiplicado por tres.

522

TABLA XXIV-1: Consumo de fertilizantes químicos en Andalucía(miles de tm)

Media de consumodel período

Nitrógeno Fosfato Potasio Total

1976-1979 178,2 93,1 54,2 325,5

1980-1984 185,3 61,4 46,1 292,8

1985-1989 229,7 79,2 48,4 357,3

1990-1993 253,2 ]03,9 63,8 420,9

1993-1996 225,38 84,278 64,06 373,72

% Variación1996/1976 +26,48 -9,47 +18,20 +14,81

Fuente: Elaboración Propia. Anuazios estadísticos de la Consejerfa de Agricultura yPesca. Junta de Andalucía.

una pérdida de autonomía para dirigir sus propios mecanismos deacumulación y una subordinación de la evolución de la agriculturaandaluza en función de las necesidades de un proceso de acumula-ción que sitúa fuera del propio sector y distante de Andalucía.

Observamos un aumento en el uso de fertilizantes, si bien se pro-ducen algunas alteraciones como consecuencias de las variacionesen las cosechas debido fundamentalmente a la sequía del período1992-1995. El uso de nitratos y potásico ha aumentado, por el con-trario los fosfatos han disminuido; el hecho de que sea el nitrato elfertilizante más utilizado en la agricultura andaluza está teniendounas gravísimas consecuencias para la población andaluza comoluego veremos, y es que cuando a una planta se le suministra unacantidad de nitratos superior a la que necesita esta queda deposita-da en el suelo y cuando llueve se filtra a las aguas subterráneas.

Una de las consecuencias, del proceso de modernización de laagricultura, es la alteración de su ciclo productivo, eliminando lasdefensas que la propia naturaleza generaba para las distintas plagas.Así, el uso de fitosanitarios 5 reproduce las defensas que el empleode fertilizantes ha eliminado. Analizando el uso de fitosanitarios enAndalucía Tabla n° 2, observamos el aumento espectacular en elgasto en los mismos.

5 Fundamentalmente insecticidas, fungicidas y nematocidas.

523

TABLA XXIV-2: Gasto en fitosanitarios en Andalucía (miles de pese-tas de 1990)

Período Gasto medio del período

1976-1978 7,487

I 979-1981 8,185

1982-1984 9,089

1985-1987 11,242

1988-1990 16,100

199 I- I 994 I 5,871

% Variación 1994/1976 +l I 1,98

Fuente: Elaboración propia. Consejería de Agricultura y Pesca. Junta de Andalucía.

La agricultura es considerada la principal actividad generadorade residuos tóxicos y peligrosos, se estima que un 0,45% del con-sumo de agroquímicos se convierte en residuos tóxicos.

Observando los datos de la Tabla n° 3 vemos, la gran cantidad defertilizantes que reciben todos los cultivos, destacando los cítricos,que es el que mayor cantidad de fertilizantes recibe por hectárea,seguido por las frutas y hortalizas

El uso de fertilizantes tiene una carga contaminante, así es reco-gido en un Informe de la (Consejería de Medio Ambiente, 1996):

TABLA XXIV-3: Cantidad de fertilizantes (en kilogranios) que recibecada hectárea de cultivo en Andalucía

Cultivos Nitratos Fosfatos Potasio Total

Cereales y t,egumin. 107 38,75 21,13 166,88

Hortalizas y Frutas 121,32 60,18 52,59 234,10

Cítricos 234,98 88,86 34,49 358,33

Plantas Industriales 64,14 30,12 19,96 114,22

Olivar 58,32 23,92 5,13 87,37

Otras producciones 68,54 45,95 37,92 152,41

Fuente: Tabla medioambiental I-O de Andalucía (1990). Anuario estadístico de Andalu-cía (1992) Elaboración propia.

524

- el 10% de nitratos aplicado como fertilizante químico llega alagua.

- el 0,125% del fosfato aplicado en campiñas y otras zonasllega al agua.

- el 0,75% de potasio aplicada en cultivos arenosos llega alagua.

Con esta información y los datos contenidos en la Tabla n° 3,podemos decir que la agricultura andaluza es altamente contami-nante, y que los cultivos más contaminantes son los cítricos y el defrutas y hortalizas 6, donde la alta concentración del uso de fertili-zantes en un poco espacio' está dando lugar a altos problemas decontaminación de las aguas subterráneas; una muestra lo encontra-mos en el Valle del Guadalquivir , cuando en la primavera de 1997,92 municipios tuvieron qué recurrir al suministro de agua mediantecubas debido a la alta concentración de nitratos en el agua de la redde abastecimiento $. Así, la búsqueda de mayores rendimientos enlos suelos agrarios, superando los niveles que la propia naturalezaes capaz de proporcionar está dando lugar a una serie de problemasque ponen en duda la viabilidad de los sistemas de producciónactuales. Este afán por superar las leyes de la naturaleza, aplicándocada vez en mayor medida dosis de artificialidad a los modos deproducción con la aplicación de fertilizantes y fitosanitarios 9, estásuponiendo una verdadera presión sobre los recursos naturales.

El agua, es junto a los fitosanitarios y los fertilizantes, el otro ele-mento utilizado en la agricultura andaluza para superar los rendi-mientos que la propia naturaleza dota al suelo. Entre 1980 y 199010la superficie regada ha aumentado un 17,5%, donde los cultivos del

6 En el litoral la situación es todavía más preocupante donde el 1% de las tierras cultiva-das consumen el 41% de los productos fitosani[arios facturados en la misma, además del 50%de la semillas y plantas de viveros, 80% del material plástico para cubiertas y acolchados, el10% de abonos y fertilizantes, y el 23% de la energía y otros gastos ([nforme de MedioAmbiente, Junta de Andalucía, 1987).

^ La superficie de cítricos ocupa el 1%o y la de hortalizas ocupa eI 9%. La situación es aúnmás preocupante en la zonas litorales, a los problemas de contaminación se le une la escasezde agua.

g Informe de Medio Ambiente de 1996. ]unta de Andalucía.9 La mayoría de las veces los agricultores, utilizan fertilizantes, sin un análisis previos de

los componentes del terreno, siguiendo las costumbres o los consejos de otro agricultor, lo queagrava aún más los problemas mediambientales.

10 En la actualidad la agricultura andaluza consume un 80% del total de agua consumidaen un año en nuestra región.

525

TABLA XXIV-4: Consumo de agua y precio pagados por los diferen-

tes cultivos en Atzdalucía

CultivosConsumo

(litros/pra de producción)

Precios pa^ados(pra/m )

Cereales y leguminosas 11 0,9

Hortalizas y Frutas 4,1 1,2

Agrios 18,8 0,8

Plantas [ndustriales 2,1 6,9

Olivaz 3,9 1,2

Otras producciones 4,18 1,1

Fuente: Tablas Input-Output Medioambientales de Andalucía de 1990.

olivar y los industriales han experimentado los más importantes cre-cimientos. Si analizamos los consumos de agua y los precios paga-dos para los diferentes cultivos.

Observamos como son los cultivos de los agrios, frutas, hortali-zas y los cereales y leguminosas los intensivos en el uso del agua,pagando además unos precios muy reducidos, así nos encontramoscon otra gran incoherencia de los modos de producción en la agri-cultura de Andalucía, donde los cultivos que más presionan nuestrosrecursos se ven favorecidos por las políticas de precios públicos.

La situación es aún más preocupante cuando los frutales, cerea-les y industriales representan el 56% del total de la superficie rega-da en Andalucía; como indica (DELGADO, 1999), la agricultura seencuentra especializada en los cultivos más demandantes de agua.Así, nos encontramos con un modelo económico basado en la pri-macía de lo económico sobre lo social que presenta una serie deinconsistencias que lo ponen en entredicho, por sus impactosmedioambientales y la utilización excesiva de recursos que expulsadel sistema los espacios menos consumidores de recursos.

3. EL CAMBIO DE VALOR DE LA TIERRA

La formación del precio de la tierra se ha explicado confor-me a sus capacidades productivas. Así, la tierra era considera-

526

da " como factor de producción que adquiría un valor por suspotencialidades para generar productos agrícolas. Sin embargo,la evolución que está adquiriendo el precio de la tierra enAndalucía -según la Encuesta de precios de la Tierra delMinisterio de Agricultura- y los precios percibidos por losagricultores, nos hacen pensar en otras causas explicativas dela formación del precio de la tierra.

Así, desde la entrada en la Unión Europea la tasa de crecimien-to del precio de la tierra sobrepasa con creces a la de los precios per-cibidos por los agricultores''-.

GRÁFICO N° I: Evolución del valor de la tierra y precios percibidosen Audcrlucícr (1985-/996)

Índices11985= 1001

0

1985 1986 1987 1988 1989 1990 1991 1992 1993 1994 1995

Años

I ---- Preciospercibidos •------ Preciomediodelatierra I

Fuente: Encuesta de Precios de la Tierra. M.A.P.A. Botetín mensnat de estudístrcuN° 3 de marzo de 1998. Elaboración propia.

'^ Para David Ricardo la renta de la tierta es fruto de las diferencias en las potencialida-des productivas de la tierra.

^= Además debemos señalar que la diferencia es cada vez más acentuada (DELGADOCABEZA. 1993), en la medida en que desde mediados de los ailos 70 la lucha contra la inFla-ción se ha comertido en el principal objetivo de las políticas económicas dificultando la posi-bilidad para los agricultores de trasladar el incremento de los cos[es en los precios de los pro-ductos agrarios.

527

La evolución que ha seguido el precio de la tierra para uso agrí-cola de Andalucía alcanzando para el período 1983-1997 una tasaanual acumulativa del 8,4%, es superior a la alcanzada para el con-junto de España que ha alcanzado un 5,2%.

La encuesta de Precios de la Tierra para Andalucía, se presentaen la Tabla n° 5.

Las tierras de olivar de almazara son las que han alcanzado lasmayores revalorizaciones, sin duda, influye de forma deĉisiva lasimportantes subvenciones que está recibiendo este cultivo en losúltimos años ". Así, las subvenciones representan cada vez más unaparticipación mayor en los ingresos del olivarero llegando a repre-sentar en la actualidad un 25%. Con esto se afianza la idea de quelos propietarios del olivar, son dueños de un activo más que de unaactividad productiva. De igual forma es reconocida por instanciaspúblicas como el Instituto de Fomento de Andalucía (1992), para

TABLA XXIV-5: [^alor de la Tierra en Andalucía (niiles de pta por ha)

halor medio del período % l^ariación

1983-1986 1987-1990 1991-1994 1995-1997 1996/1983

Tierras Secano 331,2 691,7 628,5 740 +123,3

T. de Regadío 1.456,7 2.557,5 2.279,5 2.408,3 +65,3

T. de Frutalessecano 315 387 365,2 382 +21,27

T. de Naranjoregadío 2.462,5 4.044,2 3.019,25 3.262 +32,46

T. de Viñedosecano 547,8 998 1.090,8 1.525 +178,3

T. olivaralmazarasecano 540,2 950 1.114,5 1.673 +209,8

T. Pastizalesde secano 60,2 137,5 131,3 181 +200,6

Fuente: Encuesta de Precios de la Tierra. M.A.P.A. Boletín mensua( de estadística, N° 3

de marzo de 1998. Elaboración propia.

13 Desde nuestro ingreso en la Comunidad Económica en 1986 la ayuda a la producciónha pasado de 22 pta/kg de aceite a las 200 pta/kg cobradas el pasado año.

528

quien más del 66% de los productores del aceite de oliva virgenviven de otra fuente de renta, lo que genera que el olivar se concibamás como una inversión que como una actividad productiva. Esteinversor es conocido por Sumpsi( 1994) como "pseudoagricultor",aquel que se dedica básicamente a otra actividad y que tiene pocointerés hacia la agricultura, manteniendo su actividad agraria comoalgo marginal a la que apenas presta atención. De esta manera lastierras de olivar se han convertido en un activo, alejándose de la fun-ción de producción, donde los compradores de tierras se fijan másen las posibles plusvalías que en la magra rentabilidad del negocioagrario (NAREDO, 1996). Además, ante la inminente llegada deleuro, el olivar se ha convertido en refugio de grandes capitales pro-venientes del dinero negro14, inversiones que están contribuyendo alalza artificial de precio de la tierra. Así, son factores ajenos a la acti-vidad agraria los que hacen que la tierra alcance una sobrevalora-ción respecto al valor de la tierra como factor de producción; sinembargo, éstas pueden resultar transitorias, pues cualquier cambioen la política agraria comunitaria puede acabar con estas valoracio-nes de la tierra alejadas de sus valores reales.

Junto a la tierra de olivar, son las tierras de pastos las que hanalcanzado los mayores incremeñtos, alcanzándose una tasa de varia-ción en el período 1983-1997 de1200,6%15; las causas atribuibles aestas revalorizaciones están en el proceso de reforestación que seestá produciendo en Andalucía en los últimos años t6, donde laadministración concede una subvención de unas 45.000 pesetas alos dueños de las tierras de pastos reforestados, ello está haciendoque esta alcancen unas revalorizaciones que no tendrían si fueranvaloradas como factor de producción; otra causa es el aprovecha-miento cinegético que se está haciendo de las mismas.

Son numerosos los trabajos que confirman como elementos aje-nos a la actividad agraria están dando lugar a que la tierra alcanceuna valoración lejos de la que tendría según con su uso normal porlos agricultores. Así, JAVIER DE MARCOS (1990) y CARDIA-LLAGUET (1991) mostraron en sus trabajos como la distancia alcentro de Madrid y las preferencias residenciales en el litoral medi-

^^ Así se manifestaba el delegado provincial de Agricultura de Sevilla (EI Mundo3/3/1999) para quien en algunas comarcas se está llegando casi a"una subasta" de las fincas.

15 La tasa de variación para España ha sido del 185%.15 En Andalucía en los últimos años se ha reforestado más de 200.000 ha.

529

terráneo respectivamente se encontraban entre las causas que justi-fican los incrementos del valor de la tierra.

Las revalorizaciones de la tierra en Andalucía para el periodo1985-1997 han sido de un 7,6%, por encima de la tasa media anual delvalor añadido 5,63%, ello da muestra del deterioro de la rentabilidadde la actividad productiva agraria con respecto al inmovilizado agra-rio. Pudiera pensarse, que éstas condiciones deberían llevar siguiendola lógica ĉapitalista, a los agricultores andaluces a desprenderse de sustierras, en cambio ello no ha ocurrido pues analizando los censos agra-rios de 1982 y 1989, se observa que la estructura de la propiedad hapermanecido constante; podemos asegurar que todavía existe un granapego a la tierra, que impide a los agricultores, salvo por circunstan-cias extraordinarias desprenderse de sus tierras. La posesión de la tie-rra en Andalucía conlleva además, desde siempre, un prestigio sociale incluso (MORENO, 1992) un poder político y social al existir unaequivalencia entre mercado de trabajo rural y mercado de trabajo agrí-cola que impide al agricultor desprenderse de sus tierras. Además a lasrazones cualitativas que aferrean al agricultor a sus propiedades exis-ten otras cuantitativas ", la cada vez más importante participación delas ayudas de la U.E. en ]a renta agraria a raíz de la Reforma de la PAC'g, así si en 1986 las subvenciones representaban el 2,76% en la rentaagraria andaluza, en 1997 representó e125%. Junto a estos ingresos, elagricultor antes de desprenderse de sus tierras busca otras fuentescomplementarias, es lo que se le conoce como "agricultor a tiempoparcial19", es decir en su tiempo libre busca otras rentas dentro del sec-tor agrario ó fuera de el; en Andalucía según la información contenidaen el último de Censo Agrario de 1989, e143% de los agricultores tení-an otra áctividad lucrativa.

Por otra parte, la cotización que está alcanzando la tierra porencima de su rentabilidad, está impidiendo el relevo generacional,en la medida que difícilmente la tierra puede dar lugar a rentabili-dades suficientes para pagar los precios que están adquiriendo.

A la luz de todas estas consideraciones cobra mayor credibilidadla idea de que la tierra se está configurando más como activo que

^^ Dada la escasa participación del agricultor en la cadena de valor de la producción agrí-cola, el agricultor encuentra en las ayudas una vía importan[e de completar sus ingresos.

1e En 1992 se establecieron ayudas y primas directas a la supe^cie.19 Para más información podemos consultar la obra de JOSÉ MANUEL NAREDO (1971)

La evolución de la agricultura en España Capi[ulo 5"La agricul[ura a tiempo parcial".

530

como factor de producción. Así, es muy corriente en Andalucía lacompra de tierras, más que para buscar rentas, para conseguir uncierto patrimonio que sirva para avalar futuras inversiones.

4. EL MEDIO RURAL ANDALUZ. SUS NUEVAS FUNCIONES

El medio rural es definido por autores como ENTRENA (1992)atendiendo a sus funciones. Así, se incluyen las tareas agrarias, laexplotación forestal, las actividades de recreo, etc. A1 mismo tiempo,la realización de estas funciones, está ligada a las características quetenga la población asentada, es decir, a su escala de valores, a sus cre-encias, etc. Hasta la década de los 50, los agricultores trataban de uti-lizar el medio rural para satisfacer sus necesidades, sin que ello supu-siera alterar las condiciones de reproducción. Existe en los agriculto-res una idea de que sólo con una utilización adecuada de los mediosde producción quedaba garantizada su continuidad. Existía (GON-ZÁLEZ DE MOLINA, 1996) un aprovechamiento múltiple e inte-grado: el monte servía de pastos para el ganado y sostenía todos losaprovechamientos forestales; los prados se rozaban también y serví-an de alimento para el ganado, en tanto que las tierras de labor se uti-lizaban como pastos en determinadas fechas del año. Sin embargo,hoy día en la lógica capitalista en que nos vemos envueltos, la granmayoría de los agricultores se ven forzados a importantes sacrificiosen la explotación de la tierra para conseguir obtener una mínimarenta, saltándose incluso las reglas que permitían un uso racional delsuelo. Dando lugar a importantes degradaciones del medio natural.

Sin embargo, este proceso no se ha traducido en una mayorriqueza para los agricultores, pues el valor añadido bruto a preciosde mercado en el período 1976-1997 sólo ha crecido un 2,33%, cónlo que la agricultura ha perdido la consideración de actividadgeneradora de riqueza. Donde los agricultores, se han mantenidogracias a la llegada de las subvenciones que han ]legado a represen-tar el 25% de la renta agraria 20 y al pluriempleo. Otra prueba más

'-0 Una circunstancia que agrava la situación de los agricultores es el desigual reparto delas ayudas que existe en Andalucía, pues según UPA el 1% de los produc[ores de herbáceoscobran el 20% de esas ayudas; en el olivar, 69 propietarios obtienen 4.106 millones de pta,micntras 105.000 cobran una media de 84.000 pta. En Andalucía, poco más de 20 explotacio-nes se reparten unos 3.300 millones de pta. La Comisión Europea reconoce que el 80% de lasayudas va a parar al 20% de los productores. (EI País, 28/Z/1999). Además. si bien uno de los

531

de la perdida de protagonismo de la agricultura en el medio rural esel descenso del número de ocupados, así en 1985 eran 320,0 milesy 1997 son 241,0 miles. Todo ello se traduce en una pérdida de con-fianza por parte de la pobláción rural hacia la agricultura produ-ciéndose fenómenos de despoblamientos rurales. Así, entre el perí-odo de 1981-1996 más de la mitad de la geografía andaluza se des-pobló, concentrándose la población en algo menos de una quintaparte de] territorio (DELGADO, 1999).

En este sentido, nos parece inadecuado identificar desarrolloagrario y desarrollo rural (OCAÑA, 1996) la modernización agrí-cola ha podido coexistir e incidir en generar desempleo y determi-nadas tensiones sociales.

La despoblación ha traido consigo un mayor desarrollo de lasagrociudades z' que perlnite la permanencia de la población en elmedio rural y la localización secundarias y terciarias (RAMOS E.;ROMERO J. J. y RUIZ AVILÉS P., 1993). Se trata de ciudades conun predominio del sector agrario que debido a su localización y laexistencia de una desarrollada industria incipiente ha permitido a lapoblación satisfacer una serie de necesidades y permanecer en suterritorio de origen. A juicio de LÓPEZ (1994), los aportes de laemigración y fondos del paro han dado lugar a una cierta moderni-zación de las agrociudades y a disminuir la dependencia jornalerade la casi única fuente de trabajo que era la gran propiedad. Así, lasaportaciones de dinero del plan de empleo rural han permitido enmuchos pueblos la realización de ciertos servicios 22 de los que esta-ban tan necesitados. Facilitando además, el inicio de ciertas activi-dades comerciales e industriales con lo que la población rural teníaotras posiblidades de trabajo junto a las tradicionales del mediorural.

^ Por otra parte, los fenómenos de despoblación que se están pro-duciendo en los últimos años del medio rural y la concentración dela población en las ciudades, está haciendo que éstas alcancen unas

objetivos declazado de la PAC, era mantener una actividad para equilibraz el [erritorio, ha ocu-rrido lo contrario, pues se han acentuado las diferencias interregionales, enconVándonos concomunidades como la Canaria y el País Vasco que han aumentado el VAB y la Renta Agraria ycomunidades como la andaluza donde ha ocurrido lo conVario (GARCÍA G., 1995).

21 En España la agrociudad se extiende a] sur de la línea del Tajo y se encuentra en Extre-madura meridional, la Mancha y Andalucía, especialmente en la Campiña cordobesa-sevillana(LÓPEZ A., 1994).

zz Como pueden ser la canalización de agua , asfaltado de cazreteras, acerado de calles yla dotación de electricidad a ciertas calles.

532

dimensiones desorbitadas; donde problemas de contaminación,falta de lugares de esparcimiento, y los ritmos acelerados con losque se vive en las ciudades donde la realización de cualquier activi-dad necesita mucho tiempo, han convertido al medio urbano comoalgo no deseado. Así, la desarticulación del territorio en Andalucía,como consecuencia del declive del medio rural como forma de vidaha supuesto el empeoramiento de las condiciones de vida en las ciu-dades. Como consecuencia de todo ello, son cada vez más 231os quese trasladan a vivir en núcleos rurales 24 cercanos a las grandes ciu-dades donde siguen trabajando. A este respecto podemos destacarun reciente trabajo (MENOR, 1997) sobre las transformacionesrecientes en la organización territorial de la Vega de Granada, dondese pone de manifiesto:

"la progresiva intensificación de la influencia que laciudad de Granada ha ejercido siempre sobre la [^ega,hasta el punto de que se está configurando una aglome-ración urbana o metropolitana en torno a la capitalgranadina que, frente al resto de las áreas rurales, tieneun poblamiento máĉ denso y unas actividades económi-cas más diversificadas. Así el área de injluencia en tornoa Granada está experimentando un gran aumento demo-gráfico, provocando un gran "boom" urbanístico envarios municipios cercanos a la capital, nutriéndose engran parte de población oriunda de ella, y que aunqueahora tenga su residencia én el cinturón metropolitano,siguen trabajando en Granada ".

Así, estas urbanizaciones apoyadas en la mayor parte de las oca-siones, por las autoridades municipales y por las estrategias especu-lativas de las grandes constructoras, están suponiendo otra altera-ción más del medio rural, y atribuyéndole una función distinta a suoriginaria 25.

z3 Sobre todo por parte de una clase media enriquecida por las actividades comerciales ypor parte de un número importante de funcionarios.

24 Son las conocidas como ciudades dormitorios.u[.os nuevos residentes de los núcleos rurales, en la mayoría de las ocasiones se encuen-

tran poco identificados con su nuevo hábitat, suponiendo a juicio del citado autor, una pérdidade iden[idad de lo local, dando lugar a un medio poco in[egrado por la aparición de una pobla-ción con unos intereses distintos a los residentes de toda la vida en el medio rural.

533

Frente a todas éstas modificaciones del medio rural, fruto en lamayor de las ocasiones de la "modernización" de la agricultura,podemos plantear las posibles soluciones para las misma:

* La recuperación del medio rural de Andalucía pasa necesaria-mente por la recuperación de la agricultura como fuente deriqueza. Para ello se hace necesario que el agricultor partici-pe en la comercialización de los productos en mayor medida,consiguiendo así mayor valor añadido. Donde las cooperati-vas como formás de organización predominantes, deberánunirse, y superar su orientación productivista.

* El fracaso de la política comunitaria, en favor de las explota-ciones más productivas marginando las menos productivas.Hace necesaria una reconversión de la política de ayudas,favoreciendo las explotaciones familiares y de carácterambiental.

* El agricultor debe asumir como apuntan (ROMERO RODRÍ-GUEZ J. J., RAMOS REAL E., 1996) las siguientes funcio-nes: producir alimentos de calidad, animar el espacio rural,gestionar el entorno y el medio ambiente. Y como tal debe serremunerada. En sentido, la labor de las administracionespúblicas es fundamental, deben dar a conocer las propiedadesde unos alimentos fabricados respectando el entorno; y ayu-dar a los agricultores a recobrar su espíritu conservacionista2^perdido por la lógica productivista en la que se ven envueltos.Así, (MOSCA J. y RAMOS EDUARDO 1994), mantienen:

"Las administraciones públicas deben crear las con-diciones económicas adecuadas para facilitar los recur-sos institucionales, normativos y financieros que impul-sen a la iniciativa privada a sumir el reto de dar res-puesta a las nuevas demandas sociales hacia el mediorural ".

* La ampliación de fuentes de ingresos a la población del mediorural, donde el turismo desempeña un papel importante, sinotorgarle unas expectativas desmesuradas, ya que no todos los

zb En este sentido se muestra (ETXERRETA, 1997) , para quien los agricultores deben serredefinidos como "conservadores" de la naturaleza y se reclame a la sociedad conciencia de suimportancia para que haga frente al coste de su mantenimiento.

534

espacios gozan de atractivo suficiente, y que debe desarrol-llarse en unas condiciones que no dañe el medio.

Así, hemos analizado una serie de externalidades que hasufrido el medio rural, como consecuencia del proceso demodernización que seguida la agricultura y la sociedad andaluzaen su conjunto que sólo serán superaradas con la elaboración deestrategias 27 que tengan presentes la heterogeneidad de la reali-dad rural y que se enmarque en un plan de desarrollo suficiente-mente amplio en la región.

BIBLIOGRAFÍA

CARDALLIAGUET, A. (1991). "Las inversioñes extranjeras enEspaña en compras de fincas rústicas y su influencia sobre elmercado de la tierra". Revista Catastro, enero.

CONSEJERÍA DE AGRICULTURA Y PESCA. Anuario de esta-dísticas a^rarias, varios años.

CONSEJERIA DE MEDIO AMBIENTE (1996). Informes de ]987y 1996. Junta de Andalucía.

CONSEJERÍA DE MEDIO AMBIENTE (1996): Tabla Input-Out-put Medioambiental de Andalucía de 1990.

DE MARCO (1990): "El valor del suelo rústico y las resolucio-nes Jurado Provincial de Expropiación de Madrid". RevistaCatastro.

DELGADO CABEZA, M. (1993). "Las tres últimas décadas de laeconomía andaluza". Estructura económica de Andalucía, capí-tulo 2.

DELGADO CABEZA, M. (1999). Globalización, agricultura yordenación del territorio en Andalucía. Inédito.

DELGADO CABEZA, M. y VÁZQUEZ DUARTE, A. (1999).Modernización y crisis de la agricultura en Andalucía. 1955-1995. Trabajo inédito.

EL MUNDO (1999). El dinero negro y el vertido tóxico disparan elprecio de la tierra agrícola. 3/3/1999.

'-^ En este sen[ido podemos señalar el trabajo realizado por (RAMOS E, ROMERO J. J. yRUIZ AVILÉS P., 1993. Bases para un Plan de Desatrollo Rural Andaluz).

535

EL PAIS (1999). La lucha por mantener pobladas las áreas ruralesnos la estamos jugando ahora. 27/3/1999.

EL PAÍS (1999). De Palacio afirma que hay propuestas sobre lamesa interesantes para el campo español. 27/2/1999.

EL PAÍS (1999). Viaje al mundo de la tierra. 8/3/1999.EL PAÍS (1999). La UPA reclama la modulación de las subvencio-

nes agrarias de la U.E. 19/3/1999.ENTRENA DURÁN, F. (1992). "Cambios en la concepción y en la

organización del espacio rural". Revista de Estudios Regionales,N° 34.

ETXEZARRETA, M. y VILADOMIU, L. (1997). "El avance haciala internacionalización: Crónica de una década de la agriculturaespañola". Agricultura y Sociedad en la España Contemporá-nea. MAPA.

GARCÍA FERNÁNDEZ, G. (1995). "Territorialización de la rentasy subvenciones agrarias". El Boletín, N° 20. MAPA.

GONZÁLEZ DE MOLINA, M. (1996). Nota preliminar en NaredoJ. M. (1996).

INSTITUTO DE ESTADÍSTICA DE ANDALUCÍA (1992). Anua-rio Estadístico de Andalucía.

LÓPEZ ONTIVEROS, A. (1994). La agrociudad andaluza: Carac-terización, estructura y problemática.

MINISTERIO DE AGRICULTURA PESCA Y ALIMENTACIÓN(1998). "Encuesta de precios de la Tierra", Boletín, N° 3.

Moreno L(1992): Desarrollo del capitalismo agrario y mercado detrabajo en Andalucía. Revista de Estudios Regionales n°31.

MOSCA, J. y RAMOS REAL, E. (1994). "Algunas reflexionessobre el desarrollo rural y los patrones de acumulación". Revis-ta de Estudios Regionales, N° 38.

NAREDO, J. M. (t996). La evolución de la agricultura en España(1940-1990).

NAREDO, J. M. (1989). El proceso de mecanización en las gran-des fincas del sur. ICE.

NAREDO, J. M. (1995). La burbuja inmobiliaria financiera en lacoyuntura económica reciente (1985-1995).

NAREDO, J. M. (1991). "Sobre el declive de la producción agrariaen la economía de la sociedad Rural". Revista Política y Socie-dad, N° 9.

OCAÑA OCAÑA, C. (1996). "El medio rural". Revista de EstudioRegionales, N° 44.

536

PÉREZ, P. y ROMERO J. J. (1996). Globalización de los mer-cados y crisis agraria: Perspectivas para la agriculturaandaluza.

RAMOS, E., ROMERO, J. J. y RUIZ, P. (1993). El debate sobre elfuturo del mundo rural andaluz: El Documento de Bases.

SUMPSI, J. M. (1994). "La agricultura española actual. El marco dereferencia". Papeles de Economía Española, N° 60-61.

537