capitalismo cognitivo: problemas y desafíos para la economía política
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Se presenta una exposición de la perspectiva del capitalismo cognitivo,presentando sus principales ideas y expositores en el mundo, así como unarevisión de sus bases teóricas en las proposiciones postobreristas de Hardt yNegri y en las tesis sobre el trabajo inmaterial de Lazzarato. Dos objetivosguían el artículo, por un lado, el intento de presentar cierta coherenciaexistente entre sus antecedentes y la propia visión del capitalismo cognitivo y,por otro lado (y fundamentalmente), exponer las principales implicaciones desus asunciones para con la teoría del valor-trabajo y, en forma secundaria, paracon la teoría del valor expuesta tradicionalmente por los neoclásicos (vinculadaa la escasez). Para esto, realizo una revisión de los aspectos típicamenteneoclásicos presentes en esa concepción, principalmente el concepto de“escasez" (que en su negación, finalmente lo afirman para períodos previos),junto con los requisitos de “rivalidad” y “exclusión” de las mercancías. Lautilización dentro de la perspectiva del capitalismo cognitivo de estosconceptos para caracterizar a los “bienes cognitivos” (no escasez, no rivalidady no exclusión) representa una incorporación de concepciones neoclásicas queimplican cierta contradicción con su intento de querer presentar una propuestacrítica y con potencial revolucionario.TRANSCRIPT
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CAPITALISMO COGNITIVO: PROBLEMAS Y
DESAFOS PARA LA ECONOMA POLTICA
HORACIO CORREA LUCERO
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Capitalismo cognitivo: problemas y desafos para la economa poltica
Horacio Correa Lucero1
Resumen
Se presenta una exposicin de la perspectiva del capitalismo cognitivo, presentando sus principales ideas y expositores en el mundo, as como una revisin de sus bases tericas en las proposiciones postobreristas de Hardt y Negri y en las tesis sobre el trabajo inmaterial de Lazzarato. Dos objetivos guan el artculo, por un lado, el intento de presentar cierta coherencia existente entre sus antecedentes y la propia visin del capitalismo cognitivo y, por otro lado (y fundamentalmente), exponer las principales implicaciones de sus asunciones para con la teora del valor-trabajo y, en forma secundaria, para con la teora del valor expuesta tradicionalmente por los neoclsicos (vinculada a la escasez). Para esto, realizo una revisin de los aspectos tpicamente neoclsicos presentes en esa concepcin, principalmente el concepto de escasez" (que en su negacin, finalmente lo afirman para perodos previos), junto con los requisitos de rivalidad y exclusin de las mercancas. La utilizacin dentro de la perspectiva del capitalismo cognitivo de estos conceptos para caracterizar a los bienes cognitivos (no escasez, no rivalidad y no exclusin) representa una incorporacin de concepciones neoclsicas que implican cierta contradiccin con su intento de querer presentar una propuesta crtica y con potencial revolucionario.
1 Becario de Investigacin y Docencia. Universidad Nacional de Quilmes. Departamento de
Economa y Administracin. Contacto: [email protected] o [email protected]
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1. Introduccin
En la dcada del sesenta y setenta comenzaron a concretarse transformaciones
materiales evidentes en la economa capitalista. El desarrollo de tecnologas digitales
comenz a producirse con fuerza en la unin de esas dos dcadas, propiciando cambios de
nivel cultural en las economas desarrolladas sin precedentes. Estos fenmenos fueron
estudiados desde diferentes perspectivas. En un comienzo y hasta el da de hoy se han
desarrollado con gran visibilidad anlisis con tintes claramente laudatorios de la nueva
sociedad, nueva economa, sociedad de la informacin, sociedad del conocimiento (y
un largo etctera de posibles nombres). En casos ms recientes, se ha desarrollado una
fuerte oposicin y crtica a esas revisiones propias del mainstream, tratando de prestar
especial atencin a las transformaciones materiales enraizadas en los procesos que se
estaban sucediendo. La consideracin del conocimiento y la informacin comenz, de este
modo, a tomarse ms crticamente desde posiciones alineadas con el postobrerismo o
postoperaismo italiano, la Escuela de la Regulacin francesa y el post-estructuralismo. Es
desde autores ms alineados con la primera de stas que surgen las llamadas tesis del
capitalismo cognitivo, elemento central bajo anlisis en el presente artculo.
Se puede sostener que en las tesis del capitalismo cognitivo ha existido un equvoco
en el modo de visibilizar el lugar del conocimiento en la historia de la produccin humana.
Zukerfeld (2008) lo ha dejado claro al afirmar que esta corriente presenta una serie de
limitaciones, la primera es que al definir el momento presente en relacin con la
centralidad econmica asumida por el conocimiento, ambos trminos [i.e. Sociedad del
Conocimiento y Capitalismo Cognitivo] permanecen ciegos al hecho de que todas las
formas de organizacin productiva a lo largo de la historia de la humanidad podran
caracterizarse de ese modo. (Zukerfeld, 2008: 56). En segundo lugar, afirma este autor, el
problema del capitalismo cognitivo radica en que no conceptualiza con precisin al
conocimiento ni lo sistematiza de acuerdo a los diversos tipos existentes (Zukerfeld, 2008:
56). Sin embargo, sostengo aqu, que ms all de la visible utilidad que pueda presentar la
conceptualizacin y sistematizacin del conocimiento con arreglo a sus tipos, resulta de
suma importancia, igualmente, analizar las races neoclsicas de los postulados
cognitivistas. La crtica a la idea de la no escasez de los bienes o mercancas cognitivas
como fundamento del fin de la aplicabilidad de los principios neoclsicos de la generacin
de valor, con una crtica a la escasez artificialmente creada, implica una aceptacin de la
escasez como central en algn momento del capitalismo para la valorizacin de las
mercancas, es decir, como central en la valorizacin de las mercancas en el capitalismo
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industrial.
Esta asuncin, sostengo aqu, es un error que implica aceptar los criterios bsicos
neoclsicos del sustento del valor en la escasez relativa de los productos. De este modo,
examinar las bases del valor en esta corriente, considerar junto con Zukerfeld, la
centralidad del conocimiento durante toda la historia de la produccin humana, como modo
de criticar el principio de la hegemona de los bienes cognitivos o inmateriales en la etapa
actual del capitalismo, ser clave para avanzar en una crtica de esta corriente, rescatando
su potencial crtico de los vicios neoclsicos.
Para llegar a ello, iniciar una breve exposicin de las principales ideas del
capitalismo cognitivo y de sus antecesores o bases tericas.
2. Bases tericas del capitalismo cognitivo
En primer lugar, cabe aclarar que el abordaje del capitalismo cognitivo se inscribe
dentro de la corriente postobrerista o postoperaista italiana y que su desarrollo se ha
asociado fuertemente con la revista francesa Multitudes. De este modo, siendo Multitudes
una revista de raigambre postobrerista, no es de extraar la asociacin de las tesis del
capitalismo cognitivo con las desarrolladas por Lazzarato (1996) sobre el trabajo
inmaterial, con las obras de Negri y Hardt Imperio, Multitud y Commonwealth y con el la
filosofa postestructuralista de Deleuze y Guattari. Asimismo, las propuestas de la Teora de
la Regulacin Francesa tambin poseen un peso de importancia en estas tesis. Por este
motivo, propongo analizar a continuacin algunos elementos de la Teora de la Regulacin,
del trabajo inmaterial y de las proposiciones de Negri y Hardt. Presento, muy
sintticamente, elementos claves que sern de utilidad para visibilizar la lnea de
pensamiento que posteriormente desencadenar en el capitalismo cognitivo.
2.1. Teora de la Regulacin
La teora de la regulacin se caracteriza por dividir a la sociedad capitalista en etapas
de acuerdo al rgimen de acumulacin predominante y de acuerdo a un modo de
regulacin ligado a aquel. La ptica de anlisis es la del largo plazo, combinando el
enfoque histrico y el anlisis econmico, procurando comprender los rasgos estructurales
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bsicos de cada perodo (Vence Deza, 1995). Segn esta perspectiva, desde mediados de
los sesenta comienzan a producirse dificultades durables para concretar la acumulacin de
capital, producto de los problemas del rgimen fordista para incrementar la productividad
(Coriat, 1979). La automatizacin es la que comienza a ganar el terreno a finales de los
setenta y, fundamentalmente, al iniciar la dcada de los ochenta, esto, a causa de la
aplicacin de la informtica y de la microelectrnica. Una de las caractersticas de este
cambio es que las cantidades producidas y la productividad ya no dependen tanto del
ritmo de trabajo individual y, por lo tanto, el valor de las mercancas depende menos del
tiempo de trabajo vivo y depende ms del tiempo mquina y de los factores ligados al
capital fijo (Vence Deza, 1995). De este modo, las mquinas, para la teora de la
regulacin, comienzan a incidir en los factores tradicionales que determinaban la
valorizacin de las mercancas.
La preocupacin por la periodizacin histrica en etapas del capitalismo, los condujo
a afirmar que el modelo fordista haba concluido o estaba caduco al promediar la dcada
del setenta y, por ello, resultaba necesario comenzar a analizarlo en otros trminos. El
concepto de posfordismo surge de esa suerte y comienza a ser el rtulo general para la
caracterizacin del perodo actual del capitalismo. Esta misma caracterizacin ser tomada
por el abordaje del capitalismo cognitivo, incorporando incluso la apreciacin sobre el valor
y el lugar de las nuevas tecnologas en la valorizacin, introduciendo, adems, dos
conceptos claves: trabajo inmaterial y mercancas cognitivas, tomadas de la visin
postobrerista de Lazzarato (1996) y de Hardt y Negri (2000; 2004).
2.2. Trabajo inmaterial
Las ideas primarias sobre el trabajo inmaterial fueron desarrolladas originariamente
por Maurizio Lazzarato. Sus aportes al respecto poseen gran influencia sobre el posterior
desarrollo de Michael Hardt y Antonio Negri, autores centrales para los posteriores
desarrollos del abordaje del capitalismo cognitivo. Las contribuciones de Lazzarato poseen
fuertes lazos con el obrerismo (siendo l mismo una de las principales figuras del
postobrerismo italiano2) lo que no resulta extrao al considerar que gran parte de su
trabajo fue desarrollado en torno a la revista Futur Antriur3 durante los noventa, revista
2 Lazzarato tambin es una las figuras reunidas en torno a la revista Multitudes. 3 La revista Futur Antrieur fue fundada en 1990 por iniciativa de Toni Negri, Jean-Marie Vincent
y Denir Berger y fue publicada hasta 1990. Entre otras cuestiones, la revista dedic un gran
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que se caracteriz por reunir tericos en gran parte sobrevivientes de autonomia
(Camfield, 2007, citado por Boffo, 2010), como Virno y Negri. Finalmente, las influencias y
vnculos de Lazzarato con la perspectiva del capitalismo cognitivo quedan evidenciadas al
considerar la ltima publicacin donde las discusiones sobre capitalismo cognitivo han
tomado forma, la revista Multitudes4, heredera de Futur Antriur. Multitudes, posee un
ttulo que en s mismo promete un apoyo terico al trabajo y los mtodos de Hardt y Negri,
y es en esa misma publicacin donde el debate sobre capitalismo cognitivo ha nacido y se
ha desarrollado (Boffo, 2010: 9).
Ahora bien, yendo al tema del trabajo inmaterial, Maurizio Lazzarato lo defini
como el trabajo que produce el contenido informacional y el contenido cultural de la
mercanca. En relacin al contenido informacional, lo relacion directamente con los
cambios en los procesos de trabajo de los trabajadores en grandes compaas del sector
industrial y terciario, donde las calificaciones involucradas en dirigir el trabajo tienen que
ver crecientemente con la ciberntica y con el control de computadoras (Lazzarato, 1996:
133). El contenido cultural, por su parte, se vincula directamente con una serie de
actividades que no son normalmente consideradas trabajo, esto es, con las actividades
relacionadas con la definicin y establecimiento de estndares culturales y artsticos, modas,
sabores o gustos, normas para el consumidor y ms estratgicamente, opinin pblica
(Lazzarato, 1996: 133).
Lazzarato tambin afirm, en esta lnea, que la separacin entre trabajo inmaterial y
trabajo material ha dejado de tener existencia y sentido en la nueva produccin capitalista.
La transformacin en la produccin, segn Lazzarato, ha hecho que la relacin entre
conocimiento y produccin se transformara, tornando posible que el trabajo manual
involucre cada vez ms procedimientos que podran ser definidos como intelectuales.
Igualmente, declar que las nuevas tecnologas de la comunicacin requieren
subjetividades que sean ricas en conocimiento (Lazzarato, 1996: 134). De este modo,
tambin identifica como central la posicin del conocimiento, tanto en el contenido del
trabajo, como en la produccin en s, mbitos centrales donde se han producido las
principales transformaciones. Es en estos trminos, que este autor italiano introduce la idea
espacio a las mutaciones de la organizacin social del trabajo afirmadas desde la dcada del
setenta en adelante. La produccin de la subjetividad en el trabajo inmaterial y la puesta en
cuestin del estado de bienestar por parte de las polticas neoliberales, han sido focales en la revista. Han sido tratados, igualmente, el desarrollo de las tecnologas de informacin, el
aumento de la movilidad y de la liquidez del capital, junto con la consiguiente disminucin del poder de regulacin de los estados resultante de estos procesos (Revista Multitudes, 2005). 4 La revista Multitudes comenz a publicarse en el ao 2000 y an se publica.
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de intelectualidad en masa, la que implica un superacin de la dicotoma tradicional entre
trabajo manual y trabajo mental, entre trabajo material y trabajo inmaterial, entra
concepcin y ejecucin (recordando a Braverman, 1974), entre trabajo y creatividad, entre
autor y audiencia. Todas estas dicotomas son trascendidas dentro del proceso de trabajo y
replanteadas como mando poltico dentro del proceso de valorizacin.
La superacin de estas dicotomas se produce, sin lugar a dudas, con consecuencias
directas para la relacin capital-trabajo. De este modo, segn Lazzarato, el trabajo logra
cierta independencia del capital a travs de la constitucin de un trabajador con nuevas
caractersticas. l lo describe como un trabajador polimrfico, auto-empleado y autnomo
(Lazzarato, 1996: 140). ste no es slo un trabajo que emerge tmidamente entre una
abundancia de trabajadores tradicionales, sino que es, segn este autor, la forma
predominante de trabajo en nuestras sociedades capitalistas contemporneas.
Son estas ideas las que funcionarn como cimiento socio-econmico para las
concepciones filosficas y polticas de Hardt y Negri sobre el trabajo inmaterial. Sin
embargo, ellos tambin han elaborado sus ideas en base a estos aportes, por ello ser
fundamental analizarlos con mayor detalle.
2.3. Hardt y Negri
Partiendo de la definicin de Lazzarato sobre trabajo inmaterial, estos autores
ofrecieron una propia en Imperio, obra del ao 2000, definindolo como el trabajo
comunicativo de la produccin industrial que recientemente ha comenzado a ser vinculado
en redes informacionales, el trabajo interactivo del anlisis simblico y de la resolucin de
problemas, y el trabajo de la produccin y manipulacin de los afectos (Hardt y Negri,
2000: 30). Ellos coinciden con Lazzarato en caracterizar a este tipo de trabajo como el
dominante o hegemnico en la etapa actual del capitalismo, perodo donde se ha producido
un pasaje hacia la posmodernizacin, o mejor, informatizacin de la economa (Hardt y
Negri, 2000: 280). Este pasaje o transformacin se caracteriza por el predominio de los
servicios y la informacin por sobre la antigua dominacin industrial. Tres tipos de trabajo
inmaterial distinguen Hardt y Negri. El primero de ellos refiere al trabajo comunicativo
involucrado en la produccin industrial, el que ha sido informatizado y ha incorporado
tecnologas de la comunicacin en un modo que transforma el proceso productivo en s
mismo. La segunda forma da cuenta del trabajo inmaterial de tareas simblicas y analticas,
la que se divide en manipulacin creativa e inteligente por un lado, y tareas simblicas de
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rutina, por el otro. La tercera y ltima forma refiere a la produccin y manipulacin de
afectos y requiere contacto humano, ya sea virtual o real, trabajo en la forma fsica o
corporal (Hardt y Negri, 2000: 293). Ambos autores se preocupan por dejar en claro esta
idea de expansin a reas tradicionales o industriales de la produccin en la etapa actual
del capitalismo, al punto que la misma manufactura o produccin fabril es vista por ellos
como un servicio. De este modo, incluso el trabajo material tradicional, el involucrado en la
produccin de bienes durables, se combina con el trabajo inmaterial, e incluso tiende a
devenir inmaterial. Aqu surge algo clave y distintivo: la produccin en la economa
posmodernizada o informatizada y su correspondiente trabajo inmaterial, han avanzado a
las reas industriales tradicionales; caracterizando un nuevo elemento al trabajo inmaterial:
la produccin y manipulacin de afectos, en una clara lnea con el pensamiento
postestructuralista deleuziano.
Todos estos cambios, segn lo han afirmado estos autores en Imperio, deben
implicar una renovacin de la conceptualizacin terica del valor, tanto en lo que el valor es
como tambin al modo en que ste es producido (Boffo, 2010: 7). Literalmente Hardt y
Negri han afirmado que, ya que [e]l lugar central ocupado previamente por la fuerza
laboral de los trabajadores fabriles en la produccin de plusvala est siendo hoy llenado
cada vez ms por la fuerza laboral intelectual, inmaterial y comunicativa[...,] es entonces
necesario desarrollar una nueva teora poltica del valor que pueda poner el problema de
esta nueva acumulacin de valor capitalista en el centro del mecanismo de explotacin (y
as tal vez en el centro de la rebelin potencial) (Hardt y Negri, 2000: 29). Es coherente
desde esta visin, por lo tanto, que si existen nuevas formas de fuerzas productivas
trabajo immaterial, trabajo intelectual masificado, el trabajo del general intellect (Hardt
y Negri, 2000: 29) sea necesario desarrollar una nueva teoras del valor.
Se relaciona con esto la idea de Hardt y Negri sobre la inconmensurabilidad del
tiempo y del valor, surgida de la imposibilidad de diferenciar entre tiempo de trabajo y
tiempo de ocio o libre y, por consiguiente, entre produccin y reproduccin. Esto implica,
de este modo, que todo lo que previamente se desarrollaba durante momentos de ocio,
ahora sea requerido por el sistema productivo. [] La vida misma asume una funcin
productiva. Esto es lo que Hardt y Negri van a llamar produccin biopoltica (Fazio, 2006:
89). Los autores de Imperio han afirmado literalmente:
La indistincin progresiva entre produccin y reproduccin en el contexto biopoltico tambin subraya nuevamente la inconmensurabilidad del tiempo y el valor. A medida que el trabajo se mueve hacia fuera de las paredes de las fbricas, es cada vez ms difcil mantener la ficcin de cualquier medida de la jornada
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laboral, y mediante ello separar al tiempo de produccin del tiempo de reproduccin, o al tiempo de trabajo del tiempo de ocio. No hay relojes para fichar la hora en el terreno de la produccin biopoltica; el proletariado produce en toda su generalidad en todas partes durante todo el da. (Hardt y Negri, 2002: 258).
Esto posee indudables consecuencias para con la teora del valor marxista, el
principio de inconmensurabilidad del tiempo y del valor, tornan imposible cualquier
intento de aplicar sus categoras econmicas5. Ese es el rango de transformaciones que
postulan Hardt y Negri.
Ahora bien, estos autores, han recibido gran cantidad de criticas sobre los
argumentos esgrimidos en Imperio 6 , respondindolas en su segunda obra de 2004:
Multitud. All redefinieron el concepto de trabajo inmaterial, afirmando que ste ha surgido
en las dcadas finales del siglo XX, ganndole la posicin hegemnica al trabajo industrial.
El trabajo inmaterial ha sido definido en las pginas de Multitud como el trabajo que
crea productos inmateriales, como conocimiento, informacin, comunicacin, una relacin,
o una respuesta emocional (Hardt y Negri, 2004: 108). Aqu el trabajo inmaterial incluye al
trabajo intelectual o lingstico (resolucin de problemas, tareas simblicas y analticas y
expresiones lingsticas) y al trabajo que produce o manipula los afectos (sentimiento de
alivio o comodidad, bienestar, satisfaccin, excitacin o pasin) (Hardt y Negri, 2004: 108).
Se observa, por lo tanto, que siguen sosteniendo la idea de predominancia de esta forma
de trabajo por sobre cualquier otra, junto con las ideas sobre los afectos. Han descartado,
en cambio, el primer elemento de los descriptos en Imperio: cuando refieren al trabajo
inmaterial como el trabajo comunicativo de la produccin industrial que recientemente ha
comenzado a ser vinculado en redes informacionales. Hardt y Negri han destacado los
aspectos biopolticos del trabajo en este sentido, afirmando que el capitalismo
informatizado crea no slo bienes materiales, sino relaciones y, finalmente, a la vida social
misma. (Hardt y Negri, 2004: 109). De este modo, se siguen sosteniendo los lineamientos
que, segn la propuesta previa, exigan una reconsideracin de la teora del valor
tradicional.
5 Para ver una crtica a la idea de inconmensurabilidad y a la visin de Hardt y Negri sobre la
caducidad de la teora del valor trabajo ver: Caffentzis (1990) y Toms (2008). Aqu no ser
repasada una crtica en este sentido, ya que la intencin es poder hacer foco en los principios de escasez, no rivalidad y no excludibilidad presentados por los tericos del capitalismo
cognitivo. Introducir una crtica sobre la inconmensurabilidad del tiempo y valor, implicara extenderme ms all de los objetivos preestablecidos. 6 Y a otros argumentos que no interesan a los objetivos del presente artculo.
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3. Fundamentos del valor en la corriente del capitalismo cognitivo y su crtica
3.1. El valor segn el capitalismo cognitivo
En Imperio los autores plantean el problema que las transformaciones materiales en
la produccin capitalista acarreaba con respecto a la produccin de valor. Ellos comenzaron
a sostener que un rasgo distintivo de la nueva produccin se caracterizaba por la
predominancia de un contenido inmaterial, intelectual y comunicativo del poder laboral.
Ellos sostuvieron que era necesario desarrollar una nueva teora poltica del valor que
pudiera poner el problema de esta nueva acumulacin capitalista del valor en el centro del
mecanismo de explotacin (y por ello, quizs, en el centro de la revuelta potencial) (Hardt
y Negri, 2000: 29. Traduccin propia).
Estas ideas han sido continuadas en uno de los terrenos primordiales de la discusin
sobre capitalismo cognitivo, a saber, la revista francesa Multitudes. Su segundo nmero se
dedica exclusivamente a revisar y afirmar la necesidad de postular una nueva teora del
valor, sosteniendo que las ideas marxistas y neoclsicas resultan sumamente inaplicables
dadas las transformaciones actuales del capitalismo. El razonamiento fundamental, en ese
sentido, se ha focalizado en destacar la caducidad de la importancia de la escasez como
principio rector para la determinacin del valor de las mercancas. Olivier Blondeau ha
afirmado que un bien inmaterial, inapropiable por esencia, es de una naturaleza
particular:Su valor no est fundado sobre la escasez, sobre la dificultad de procurarse las
materias primas y los medios tiles para producirla. Su consumo, lejos de ser una pura
destruccin, se inscribe en la problemtica de su perennizacin, de su circulacin, de su
actualidad y de su crtica y su expansin (Blondeau, 2004: 36).
Una postura generalizada con respecto al conocimiento ha sido dejada bien clara por
Rullani, quien ha sostenido que [u]na vez que una primera unidad ha sido producida, el
coste necesario para reproducir las dems unidades tiende hacia cero si el conocimiento
es digitalizado. En ningn caso ese coste tiene que ver con coste el de produccin inicial
(Rullani, 2004:102). Es ms, y en lnea con Blondeau, ha afirmado que el valor del
conocimiento no es fruto de su escasez natural sino que se desprende nicamente de
limitaciones estables, [] o de hecho, del acceso al conocimiento. [] La escasez del
conocimiento, eso que le da valor, tiene de esta suerte, una naturaliza artificial: derivada de
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la capacidad de un poder, cualquiera que sea su gnero, para limitar temporalmente su
difusin y para reglamentar su acceso (Rullani, 2004: 102). Carlo Vercellone, uno de los
autores que contribuye al engrosamiento de la bibliografa dentro del capitalismo cognitivo,
a pesar de sus intentos por dotar de un costado ms marxista a este abordaje, ha cado en
las mismas afirmaciones, al sostener que [e]n tanto el coste marginal de reproduccin
de estos bienes y servicios intensivos en conocimiento queda reducido a nada, estos bienes,
deben ser cedidos gratuitamente7 (c.f. Vercellone, 2004: 69).8
En esta lnea, los autores del capitalismo cognitivo sostienen junto con Hardt y Negri,
que el trabajo inmaterial y, consecuentemente, las mercancas cognitivas, son las
hegemnicas en la etapa actual del capitalismo. Una consecuencia lgica de esto, al
combinarlo con lo antedicho sobre la escasez, es la siguiente afirmacin comn entre estos
autores: la ley del valor marxista debe descartarse y reemplazarse por visiones ms
apropiadas con la fase actual del capitalismo. Moulier Boutang, por slo mencionar una, lo
ha dicho del siguiente modo: Nuestra principal tesis es que la propia naturaleza del valor,
su forma, el lugar y las modalidades de su extraccin son remodeladas de arriba a abajo
(Moulier Boutang, 2004: 108).
De hecho, siguiendo a estos autores podra decirse que el carcter inmaterial de
estos bienes, sumado a su reproductibilidad sin costo, a su indivisibilidad, no rivalidad y no
excludibilidad9, entra en contradiccin con el rasgo tpico del valor segn Marx, esto es,
como tiempo de trabajo socialmente necesario objetivado o cristalizado en la mercanca.
De este modo, los principios de las mercancas materiales son impuestos a la fuerza en las
mercancas inmateriales. Por este motivo, los autores del capitalismo cognitivo han
afirmado que la escasez proviene de una artificialidad derivada de un poder
especialmente interesado en limitar su difusin. La propiedad intelectual ha sido indicada
como uno de los dispositivos encargados de realizar tal tarea de limitacin (Moulier-
Boutang, 2004).
Aqu sostengo que estas afirmaciones poseen gran similitud con las visiones
7 Tener presente que la idea misma de coste marginal de produccin es de procedencia absolutamente neoclsica. La idea marginalista fue desarrollada en base a los principios de
David Ricardo sobre la renta de la tierra, pero, a diferencia de este, los lderes de la revolucin marginalista de 1890 eliminaron por completo su teora del valor basada en el trabajo,
proponiendo, para ello, la idea de que el valor proviene de la escasez y utilidad de los productos. 8 Todos los autores del capitalismo cognitivo, han hecho foco en la produccin de software, no slo por su especificidad material, sino tambin por las potencialidades de transformacin que
parecen seguirse de su movilizacin poltica. 9 Principios afirmados por ellos y, curiosamente, en forma coincidente, con los tericos
neoclsicos.
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desarrolladas desde el mainstream, algo insistentemente evitado desde el abordaje del
capitalismo cognitivo. 10 Conviene aclarar, de todos modos, que la perspectiva del
capitalismo cognitivo se encuentra a mucha distancia de las visiones apologticas de la
sociedad del conocimiento y posee un potencial crtico que merece rescatarse. Sin embargo,
hay que destacar y dejar en evidencia estos elementos neoclsicos en su propia crtica a la
forma de valor en el capitalismo actual.
Entonces, dos son los pilares de la actual crisis estructural de la ley del valor segn
la perspectiva del capitalismo cognitivo (Starosta, 2012: 2-3):
1) Por un lado, se encuentra la especificidad material de los bienes
inmateriales o mercancas cognitivas, esto es, una escasez artificialmente creada a causa
de estar caracterizadas estas mercancas por una lgica de abundancia. En relacin directa
con esto, se encuentra el problema de la estructura de los costos, donde la primera pieza
tendr un costo altsimo y las siguientes costos cercanos a cero (siempre que se trate de
contenido informacional digital).
2) Por otro lado, se encuentra la hegemona de la dimensin cognitiva del
trabajo vivo como la fuerza dominante de produccin (Starosta, 2012: 22). Algo que
tambin sigue con la lnea de pensamiento de Lazzarato, Hardt y Negri.
3.2. Crtica a la concepcin del valor del capitalismo cognitivo11
Para criticar estos elementos ser central recurrir a Marx, debido a que es su
concepcin del valor la que se pone en juego a travs de las asunciones del capitalismo
cognitivo. Tambin se sealarn los elementos de la teora neoclsica reutilizados por los
defensores del capitalismo cognitivo cada vez que sea pertinente.
Marx comienza El Capital hablando de la mercanca, afirmando que la riqueza en las
sociedades se presenta como un enorme cmulo de mercancas (Marx, 2002: 43).
10 Por ejemplo, Arthur (1996), un autor perteneciente al mainstream (es decir, a la teora neoclsica), ha afirmado que el primer disco del sistema operativo Windows de Microsoft fue producido a un costo de 50 millones de dlares, en contraste con los insignificantes 3 dlares
del costo unitario de produccin de las piezas subsiguientes. Ms adelante se mencionarn
tambin Varian y Romer, como representantes de esas palabras pertenecientes al lxico neoclsico,esto es, hablar de bienes no rivales y no excluibles. 11 Para la presente crtica me baso en Starosta (2012), quien ha realizado una excelente contrastacin con los fundamentos presentados por Marx en El Capital y las afirmaciones sobre el valor de los bienes cognitivos por parte de la visin del capitalismo cognitivo.
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Siguiendo su mtodo dialctico, inicia su tratamiento hablando de la mercanca como
aislada, es decir, en su forma individual. Marx seala el carcter dual de la mercanca,
como poseedora de valor de uso y valor de cambio. Seala que la mercanca es producto
del trabajo individual de individuos privados, independientes los unos de los otros. En este
primer nivel de abstraccin, cada mercanca es vista por Marx como una muestra promedio
de su tipo, lo que significa que la diversidad de circunstancias individuales puede ser
dejada de lado en este momento y que, adems, la relacin orgnica entre la
determinacin del valor de cada mercanca singular con la masa de la que es parte, puede
ser dejada momentneamente de lado. En este primer estadio del anlisis, por lo tanto,
cada mercanca es analizada como autnoma del todo ms amplio. La relacin del
producto individual con la masa de la que es parte existe, pero slo de modo extrnseco, a
travs de la determinacin de la mercanca individual como un representante promedio.
Esto tambin implica que la separacin entre el trabajo empleado en cualquier mercanca
singular es, es este estadio, inmaterial. Y esto obviamente incluye la relacin entre el
primer artculo cognitivo producido y la reproduccin de los artculos idnticos
subsiguientes. (Starosta, 2012: 6).
Sin embargo, una vez afirmado esto, se torna necesario pasar al siguiente estadio del
anlisis marxista, el que brinda mayor grado de concretizacin. De este modo, la mercanca
debe dejar de tomarse en su forma abstracta y considerarse como un producto inmediato o
resultado del capital. Marx afirma, en este nuevo paso de su mtodo dialctico, que la
mercanca ya no emerge como un producto singular o individual. Ahora, por lo tanto, la
mercanca pasa a evaluarse desde un estadio ms concreto, cambia su forma y deviene un
depositario del capital que lo ha valorizado. Debe, consecuentemente, ser considerada
como el producto de un capital total. Como consecuencia de esto, la determinacin del
valor de la mercanca individual ya no puede ser considerada en forma aislada, y debe ser
directamente ubicada en su relacin orgnica con la masa de mercancas cuya unidad
encarna la valorizacin del capital invertido (Starosta, 2012: 7). En este estadio ms
concreto, el valor de la mercanca proviene de la expresin de su valor de uso como una
alcuota del producto agregado y su precio como la correspondiente alcuota del valor total
generado por el capital invertido (Starosta, 2012: 8)). Por lo tanto, de considerarse una
pieza promedio individual en un momento inicial de mayor abstraccin, la mercanca ahora
pasa a ser considerada una alcuota del total del producto del capital. Se encuentra, de
este modo, determinada no slo materialmente, sino formalmente como un elemento
singular de la masa total de mercancas producidas por cada capital individual. As, el valor
del producto agregado ya no representa la adicin simple de sus elementos constituyentes.
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En cambio, el valor total es determinado primero y luego compartido igualmente por cada
mercanca individual, la que ahora contiene una fraccin proporcional de la ltima (Marx,
1989: 301). Aqu est en juego ya no un agregado extrnsecamente conectado de
mercancas individuales autnomas [como s suceda en el primer momento del anlisis
dialctico], sino una masa de valores de uso que poseen unidad formal y consistencia como
un producto total y singular que encarna el valor del capital ms, y sobre todo, el plusvalor
a ser realizado (Starosta, 2012: 7).
Toda esta descripcin es fundamental para comprender que no tiene sentido el
primero de los fundamentos o pilares en contra de la teora del valor, caracterizado por la
creencia en una estructura de costos muy particular, donde la primera mercanca cognitiva
producida tendr un costo altsimo y las siguientes costos cercanos a cero, ya que el valor
de una mercanca no puede ser tomada en forma individual del resto del capital del que
proviene esa mercanca. Esa procedencia del capital de la mercanca es lo caracterstico de
esta mayor concretizacin del anlisis, y es esa procedencia misma la que no est siendo
considerada en el anlisis del capitalismo cognitivo. A pesar, incluso, de los intentos de un
autor como Vercellone, quien ha tratado de reencaminar a la visin del capitalismo
cognitivo en una senda marxista.
En cambio de revisar estos fundamentos de la forma valor o de la generacin del
valor, han realizado sus supuestos en trminos de principios neoclsicos/marginalistas
como los de escasez y no rivalidad y no excludibilidad. La idea de escasez, o su
opuesto, de abundancia de las mercancas cognitivas, y su correlato de los costos de
reproductibilidad cercanos a cero, los ha llevado a concebir a las mercancas cognitivas
como llevadas a una escasez mediante medios artificiales. Sin embargo, conviene realizar
una revisin algo ms detallada sobre este principio de escasez artificial.
Es necesario aclarar, para comenzar, que la posibilidad de reproducir, por ejemplo,
una pieza de software con costos cercanos a cero es una realidad. Negar eso sera una
muestra de un intento absurdo de rechazar a ciegas todos los argumentos del capitalismo
cognitivo. Pero vista desde una perspectiva marxista, los resultados son diferentes.
La posibilidad de reproducir copias sin costo implica que el mismo valor de cambio
(cualquier mercanca cognitiva) ha sido reconvertido en medio de produccin12 de un valor
de cambio o valor de uso igual a l. Este mecanismo de copia y la fcil reproductibilidad de
las mercancas cognitivas, afecta claramente su completa realizacin (junto con la propia
12 Sumada la utilizacin de otros medio como ser, una computadora, un disco compacto y la
propia persona encargada de realizar esa tarea.
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realizacin del ciclo de valorizacin del capital) y, por lo tanto, le da un carcter especfico a
la forma jurdica que necesariamente la media (Starosta, 2012: 8). De este modo, la
propiedad intelectual, las patentes, los DRMs y dems dispositivos de control, surgen como
una forma de regular las condiciones de apropiacin y reproduccin de los valores de uso.
Sin embargo, aqu sostendr que la forma jurdica no impone artificialmente la relacin
econmica de la forma de valor, como modo de continuar con un modelo caduco, propio
del capitalismo industrial, sino que es una necesidad del capital. La idea central en este
punto, la ha propuesto Starosta, 2012: 9): los derechos de propiedad intelectual [] slo
median la realizacin del contenido econmico, cuyo fundamento an descansa sobre []
la forma privada e independiente del proceso de produccin de valores de uso. Esto
implica que los bienes cognitivos, al igual que los materiales, no pueden venderse a s
mismos en el mercado, ni tampoco realizar cambios en su propio derecho. Como
consecuencia, la relacin indirecta entre los productores privados mediada por cosas
conocimiento-intensivas, debe ella misma ser mediada por una relacin directa entre dos
posesores de mercancas que se reconocen el uno al otro como propietarios (Starosta,
2012: 9). Sin dudas, las bases de la relacin social que genera y da curso a la realizacin
del valor (o forma del valor) siguen an intactas, siendo las formas jurdicas una creacin
que simplemente sirve como mediador para el cumplimiento de los requerimientos
econmicos del capital. Cambia la forma jurdica, no as el fundamento del valor.
A raz de este postulado sobre los costos iguales a cero ligados a la reproduccin de
las mercancas cognitivas, los defensores del capitalismo cognitivo han sostenido que stas
son no rivales y no excluibles 13 (Moulier-Boutang, 2004: 117). Estas ideas se
encuentran claramente en el pensamiento neoclsico y hallan total fundamento en los
principios tericos de ella. Se observa que, si bien ofrecen un intento de crtica al orden
capitalista, lo realizan utilizando herramientas tericas desarrolladas por los defensores de
ste. Para atacar las bases tericas del abordaje del capitalismo cognitivo, por lo tanto, se
torna necesario realizar una crtica a conceptos marginalistas como escasez, bienes no
rivales y excluibles.
Resulta interesante destacar que las mismas propuestas marginalistas fueron
13 No rival significa que el consumo de una persona implica que no disminuye la cantidad de esa
mercanca disponible para otras personas (Varian, 1998: 6). Romer (1993) ha descripto la no rivalidad en iguales trminos, al igual que todo el mainstream neoclsico. El carcter no
excluible, en cambio, depender de las acciones de personas apoyadas por instituciones legales y de derecho de propiedad, algo no necesario en bienes no rivales, ya que ste es el carcter
propio de las ideas (Dowrick, 2002: 9).
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realizadas para criticar u ocultar la importancia de teoras del valor basadas en el trabajo.
Jevons, Menger y Walras han sido los padres fundadores hacia la dcada de 1890,
apoyndose en concepciones como las de Von Tnen, cimentadas, a su vez, en los
principios de la renta marginal de la tierra de Ricardo. Lo nico que le recriminaban a la
obra de ste ltimo era su importancia, como antecedente, en la constitucin de una teora
del valor fundada en el trabajo, algo que les estaba implicando demasiados dolores de
cabeza hacia fines del siglo XIX a los defensores del sistema capitalista.
Si la fuente del valor no descansaba en el trabajo (o, mejor dicho, si no era
conveniente que la fuente del valor sea vista como surgida de la fuerza de trabajo), deba
buscarse otro fundamento. Dieron as con los principios de utilidad y escasez. De este
modo, un bien tena valor en trminos de su utilidad y escasez, siendo importante que
ambos elementos se cumplan. El aire, de este modo, es de crucial importancia para la vida,
sin embargo, al no ser escaso, no posee valor de cambio. De esos aos data la
aproximacin de la teora econmica a las ciencias exactas. La fsica se constituy en el
arquetipo de ciencia, y la utilizacin de las matemticas devino algo de suma relevancia en
la nueva disciplina: economics, en lugar de la political economy de aos precedentes.
La separacin de la economa de la poltica cerr el ciclo y marc la inauguracin de una
nueva poca en el mainstream de la economa, presente al da de hoy y, al parecer,
referente ineludible incluso para tericos crticos del sistema capitalista como los referentes
del capitalismo cognitivo.
De este modo, los defensores del capitalismo cognitivo aceptan la aplicabilidad de los
principios econmicos marginalistas al perodo industrial, ubicando el problema, no en las
propias implicaciones de estos argumentos, sino en la creciente importancia del
conocimiento en la etapa actual del capitalismo, la que torna obsoletas las categoras
neoclsicas. De este modo, para el abordaje del capitalismo cognitivo la propiedad privada
ordinaria es tcitamente aceptada como una necesidad absoluta para el estadio de la
historia humana de la lucha contra la escasez, en donde las mercancas materiales fueron
hegemnicas [ y] la propiedad privada intelectual ha devenido una aberracin histrica
que bloquea el desarrollo posterior de las fuerzas productivas (Starosta, 2012: 12). Por lo
tanto, criticar la comodificacin de las mercancas cognitivas basada en la denuncia de su
escasez artificial deja intacto el principio de cambio de las mercancas fsicas basado en
una escasez natural (Starosta, 2012).14
14 Hay algo fundamental que debe ser considerado en esta visin. Las mercancas cognitivas no
pueden ser vistas como incorpreas, esto es, sin ningn tipo de basamento material, algo que
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An queda el segundo pilar de los mencionados, esto es, el referente a la hegemona
de la dimensin cognitiva del trabajo vivo como la fuerza dominante de produccin. Tratar
a continuacin este tema muy brevemente. Zukerfeld ser categrico en la definicin de
este problema, diciendo lo siguiente:
Que en los ltimos aos se haya comenzado a prestar atencin al rol que ocupa el conocimiento en los procesos productivos no quiere decir que la eficacia emprica de ste se haya puesto en marcha al comps de ese inters. En la agricultura neoltica, el artesanado medieval o la fbrica fordista el conocimiento jugaba un rol exactamente tan importante como el que se le concede en la actualidad. Para decirlo de manera simplificada, uno de los errores de algunos de los autores que patrocinan nociones como Sociedad del Conocimiento, Knowledge Based Economy o Capitalismo Cognitivo, es soslayar la importancia de los infinitos conocimientos que subyacen a los procesos productivos manuales y reiterativos. Las manos hbiles del albail, la cocinera o el msico no tienen otro timn que el enorme conjunto de saberes hechos carne con los aos de labor. De hecho, vimos que detrs de la apariencia cosificada de las herramientas, sean estas palas, ollas o pianos, no slo se esconde el trabajo que las produjo y que los marxistas saben reconocer-, tambin lo hacen, a travs de l, astronmicas e ignoradas cantidades de conocimientos colectivos (Zukerfeld, 2010: 133).
efectivamente parece suceder en el abordaje del capitalismo cognitivo. De ser consideradas de ese modo las posibilidades de introducir la mercantilizacin sobre esos bienes se tornara
imposible, y es probable que la naturaleza diferencial de estas mercancas con respecto a las
materiales est generando gran parte de los problemas tericos en torno a ellas. Un software, por ejemplo, posee un correlato material en cualquier dispositivo de almacenamiento fsico, por
lo tanto, las posibilidades de convertirlo en mercanca dependern directamente de la ubicacin de ese aparato material e, igualmente, de las posibilidades de acceso a l por parte de las personas interesadas en poseerlo. La propiedad privada sobre ese dispositivo, la preservacin de ste para s posibilitando su utilizacin mediante pagos directos o indirectos, es la
especificidad que debe ser estudiada. Sin dudas la forma valor de la mercanca sigue intacta,
pero con nuevas formas que no necesariamente implican una generacin artificial de escasez (sin importar en este momento los vicios marginalistas de ese concepto que ya he mencionado).
El caso de open hardware es tambin significativo. Este movimiento ha surgido a mediados de la primera dcada del presente siglo. Sus fundamentos implican la aplicacin de ciertos
principios del software libre y de la cultura libre en general al hardware. Sin dudas, el
componente fsico de las tecnologas digitales requiere un tratamiento distinto al aplicado al software o a una partitura musical. Por ello, esa liberacin posee dos frentes en el open
hardware, por un lado, se liberan los diseos y esquemas propios de cada artefacto construido y, por el otro, se trata de atacar el lado ms material mediante instrucciones de construccin que
involucran materiales de fcil acceso (que no sean difciles de comprar, conseguir o excesivamente caros) e, incluso, la auto-construccin. El principio de la auto-construccin se
encuentra en los dispositivos RepRap ideados por Adrian Bowyer y encierran una serie de retos
que merecen ser estudiados de cerca. Pero a pesar de esto, no pueden eludir la lgica del capital, ni, por lo tanto, la forma del valor (sus reglas de valorizacin). La forma de valor, por lo
tanto, sigue resultando ineludible y lo seguir siendo en tanto y en cuanto no se procesa a la transformacin radical de esta sociedad capitalista, por otra, con otras normas de valorizacin y
de visibilizar la riqueza (sin importar el carcter tico o moral de esa sociedad).
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Por lo tanto, siendo fundamental el conocimiento en todas las etapas de nuestra
historia no hay razones para ver su dimensin en el trabajo como algo hegemnico. Esto
sin dudas tiene estrecha relacin con la consideracin de la supremaca del trabajo
inmaterial por sobre el material o tradicional. Aunque, tambin debe reconocerse una
expansin en la dimensin del conocimiento en el capitalismo actual. Entonces, cul es la
pieza faltante para comprender mejor el panorama? Esto podr verse, justamente,
considerando la dimensin del trabajo.
Es cierto que cada vez se torna ms difcil poder contradecir la idea de que el uso de
computadoras en la gua del trabajo sea algo esencial a los procesos de trabajo actuales
(tal cual lo afirman los postobreristas), sin dudas los conocimientos implicados en la
produccin tienen cada vez ms relacin con el uso de sistemas informticos, sin embargo,
tambin ha sucedido una elevacin del rango de calificaciones, al punto que ha habido una
degradacin en las competencias en trminos relativos. La utilizacin de herramientas
informticas, la alfabetizacin digital, etc. han devenido el umbral bsico de la calificacin
de la fuerza laboral. Por lo tanto, la creciente cualificacin o calificacin de las personas,
viene a representar otra cosa en trminos concretos: que la explotacin del trabajo est
partiendo de pisos ms altos en trminos de cualificaciones. As como antes saber leer y
escribir se haba constituido en un requisito generalizado, ahora lo es el utilizar una
computadora. Esto no significa que haya un empoderamiento de los trabajadores, incluso
puede hablarse de un proceso opuesto, donde los trabajadores han venido perdiendo
fuerza en la capacidad de negociacin. Por lo tanto, la importancia deja de estar en la
separacin concepcin ejecucin, y pasa a estar regulada por la prdida de poder como
conjunto del casi inexistente movimiento obrero. La lgica fragmentaria de la lucha social,
ha implicado que ya no sea completamente necesario separar al obrero del conocimiento.
Despus de todo, hay elementos acertados en la visin del capitalismo cognitivo, el
sistema ha cambiado y, por lo tanto, la subjetividad productiva de la clase trabajadora
tambin ha cambiado. El revolucionamiento constante de las fuerzas productivas por parte
de la burguesa es algo ineludible y, en consecuencia, tambin lo es la transformacin
constante de la subjetividad de la clase trabajadora, la que se va forjando (y mutando) a
causa de sus relaciones materiales con el entorno social.
Existe, finalmente, un elemento que resta sin una debida respuesta y deber ser
abordado por futuras investigaciones. Cul es el lugar de una mercanca cognitiva como el
software al ser utilizada como medio de produccin? En otras palabras, Cmo se calcula el
pasaje progresivo de su valor al valor de cambio fabricado en el proceso productivo? Quizs
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la tasa en la que el software transfiere su valor al producto final sea casi exclusivamente
determinada por su depreciacin moral, sin embargo, un desarrollo sobre esto dentro de la
teora del valor trabajo an est pendiente. Y sobre este anlisis depende, a mi entender,
gran parte de la sostenibilidad del la teora marxista del valor en relacin a las nuevas
tecnologas.
4. Conclusiones
He expuesto en el presente artculo las bases del capitalismo cognitivo,
representadas por las obras de Lazzarato sobre el trabajo inmaterial y de Hardt y Negri,
sobre las mutaciones actuales en el capitalismo contemporneo. Hemos visto cmo las
tesis del capitalismo cognitivo continan afirmando la idea de un trabajo inmaterial como
hegemnico en nuestras sociedades actuales, junto con las consecuentes mercancas
inmateriales o cognitivas tambin dominantes en trminos relativos con las materiales.
Toda esta corriente postoperaista o postobrerista de pensamiento se ha preocupado por
presentar las transformaciones sufridas a causa de la introduccin de las nuevas
tecnologas en la vida social capitalista, pero sin los tintes apologticos o a-crticos propios
del mainstream de la sociedad del conocimiento.
A pesar de este importante objetivo, he intentado sostener que su intento de alejarse
del mainstream, si bien ms que positivo, no ha logrado realmente alejarse de sus
supuestos tericos de anlisis. Insistentemente desde el capitalismo cognitivo se habla de
la caducidad de categoras tradicionales como escasez, bienes no rivales y excluibles.
Afirmar esa caducidad significa aceptar su potencial descriptivo para otros perodos del
capitalismo, a saber, el industrial o fordista. Toda la crtica recae, en este sentido, en una
denuncia a la generacin de una escasez artificial mediante la utilizacin de un poder
para ello. La misma crtica afirma la categora de escasez, sin siquiera reconocer la
procedencia del mismo, ni la utilidad inicial de los conceptos neoclsicos en su propio
esquema terico. He intentado sealar ese origen, planteando que economistas
marginalistas de fines del siglo XIX desarrollaron la visin del valor como cimentada en la
escasez, con la intencin de evitar dar crdito al poder de los trabajadores en la generacin
de valor. Reconocer que la fuerza de trabajo de clase obrera era el fundamento del valor y,
por lo tanto, de la riqueza de las sociedades capitalistas, resultaba ms que peligroso e
indeseable para las visiones de marginalistas como Merger, Jevons y Walras.
Rechazados esos principios neoclsicos, he intentado resaltar los errores de la idea
-
de costos de reproduccin cercanos a ceros que los partidarios del capitalismo cognitivo
atribuyen a la produccin de las mercancas cognitivas. Basndome en Karl Marx y un
artculo reciente de Guido Starosta (a publicarse en Science & Society), he afirmado que
debe considerarse a la mercanca, no en trminos individuales o en forma aislada, sino
como una alcuota del capital total del cual esa mercanca ha partido. El capital es invertido,
es decir, puesto en circulacin, con la intencin de revalorizarlo mediante la venta de
mercancas. Cada una de las mercancas resultantes no debe verse en forma aislada, sino
como un parte del conjunto del capital invertido. Por lo tanto, la primera pieza producida,
no ser depositaria de todo el costo de produccin.
La intencin de la presente conclusin no es resumir el artculo presentado, sino
destacar dos aspectos. Por lado, el potencial crtico del capitalismo cognitivo si se eliminan
los vicios neoclsicos que fundamentan su visin de la etapa actual del capitalismo
contemporneo, y, por otro lado, la importancia que sus afirmaciones poseen para
invitarnos a pensar la aplicacin o no de viejos postulados al tiempo que nos ha tocado
vivir en este siglo XXI. En ese sentido rescato y reitero la pregunta que personalmente me
suscitan estos pensadores: Cul es el lugar de una mercanca cognitiva como el software
al ser utilizada como medio de produccin? Cmo se calcula el pasaje progresivo de su
valor al valor de cambio fabricado en el proceso productivo? Los modos en que la
depreciacin moral aqu acta deben ser, a mi entender, pormenorizados.
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