capitalismo cognitivo: problemas y desafíos para la economía política

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Se presenta una exposición de la perspectiva del capitalismo cognitivo,presentando sus principales ideas y expositores en el mundo, así como unarevisión de sus bases teóricas en las proposiciones postobreristas de Hardt yNegri y en las tesis sobre el trabajo inmaterial de Lazzarato. Dos objetivosguían el artículo, por un lado, el intento de presentar cierta coherenciaexistente entre sus antecedentes y la propia visión del capitalismo cognitivo y,por otro lado (y fundamentalmente), exponer las principales implicaciones desus asunciones para con la teoría del valor-trabajo y, en forma secundaria, paracon la teoría del valor expuesta tradicionalmente por los neoclásicos (vinculadaa la escasez). Para esto, realizo una revisión de los aspectos típicamenteneoclásicos presentes en esa concepción, principalmente el concepto de“escasez" (que en su negación, finalmente lo afirman para períodos previos),junto con los requisitos de “rivalidad” y “exclusión” de las mercancías. Lautilización dentro de la perspectiva del capitalismo cognitivo de estosconceptos para caracterizar a los “bienes cognitivos” (no escasez, no rivalidady no exclusión) representa una incorporación de concepciones neoclásicas queimplican cierta contradicción con su intento de querer presentar una propuestacrítica y con potencial revolucionario.

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  • CAPITALISMO COGNITIVO: PROBLEMAS Y

    DESAFOS PARA LA ECONOMA POLTICA

    HORACIO CORREA LUCERO

  • 1

    Capitalismo cognitivo: problemas y desafos para la economa poltica

    Horacio Correa Lucero1

    Resumen

    Se presenta una exposicin de la perspectiva del capitalismo cognitivo, presentando sus principales ideas y expositores en el mundo, as como una revisin de sus bases tericas en las proposiciones postobreristas de Hardt y Negri y en las tesis sobre el trabajo inmaterial de Lazzarato. Dos objetivos guan el artculo, por un lado, el intento de presentar cierta coherencia existente entre sus antecedentes y la propia visin del capitalismo cognitivo y, por otro lado (y fundamentalmente), exponer las principales implicaciones de sus asunciones para con la teora del valor-trabajo y, en forma secundaria, para con la teora del valor expuesta tradicionalmente por los neoclsicos (vinculada a la escasez). Para esto, realizo una revisin de los aspectos tpicamente neoclsicos presentes en esa concepcin, principalmente el concepto de escasez" (que en su negacin, finalmente lo afirman para perodos previos), junto con los requisitos de rivalidad y exclusin de las mercancas. La utilizacin dentro de la perspectiva del capitalismo cognitivo de estos conceptos para caracterizar a los bienes cognitivos (no escasez, no rivalidad y no exclusin) representa una incorporacin de concepciones neoclsicas que implican cierta contradiccin con su intento de querer presentar una propuesta crtica y con potencial revolucionario.

    1 Becario de Investigacin y Docencia. Universidad Nacional de Quilmes. Departamento de

    Economa y Administracin. Contacto: [email protected] o [email protected]

  • 1. Introduccin

    En la dcada del sesenta y setenta comenzaron a concretarse transformaciones

    materiales evidentes en la economa capitalista. El desarrollo de tecnologas digitales

    comenz a producirse con fuerza en la unin de esas dos dcadas, propiciando cambios de

    nivel cultural en las economas desarrolladas sin precedentes. Estos fenmenos fueron

    estudiados desde diferentes perspectivas. En un comienzo y hasta el da de hoy se han

    desarrollado con gran visibilidad anlisis con tintes claramente laudatorios de la nueva

    sociedad, nueva economa, sociedad de la informacin, sociedad del conocimiento (y

    un largo etctera de posibles nombres). En casos ms recientes, se ha desarrollado una

    fuerte oposicin y crtica a esas revisiones propias del mainstream, tratando de prestar

    especial atencin a las transformaciones materiales enraizadas en los procesos que se

    estaban sucediendo. La consideracin del conocimiento y la informacin comenz, de este

    modo, a tomarse ms crticamente desde posiciones alineadas con el postobrerismo o

    postoperaismo italiano, la Escuela de la Regulacin francesa y el post-estructuralismo. Es

    desde autores ms alineados con la primera de stas que surgen las llamadas tesis del

    capitalismo cognitivo, elemento central bajo anlisis en el presente artculo.

    Se puede sostener que en las tesis del capitalismo cognitivo ha existido un equvoco

    en el modo de visibilizar el lugar del conocimiento en la historia de la produccin humana.

    Zukerfeld (2008) lo ha dejado claro al afirmar que esta corriente presenta una serie de

    limitaciones, la primera es que al definir el momento presente en relacin con la

    centralidad econmica asumida por el conocimiento, ambos trminos [i.e. Sociedad del

    Conocimiento y Capitalismo Cognitivo] permanecen ciegos al hecho de que todas las

    formas de organizacin productiva a lo largo de la historia de la humanidad podran

    caracterizarse de ese modo. (Zukerfeld, 2008: 56). En segundo lugar, afirma este autor, el

    problema del capitalismo cognitivo radica en que no conceptualiza con precisin al

    conocimiento ni lo sistematiza de acuerdo a los diversos tipos existentes (Zukerfeld, 2008:

    56). Sin embargo, sostengo aqu, que ms all de la visible utilidad que pueda presentar la

    conceptualizacin y sistematizacin del conocimiento con arreglo a sus tipos, resulta de

    suma importancia, igualmente, analizar las races neoclsicas de los postulados

    cognitivistas. La crtica a la idea de la no escasez de los bienes o mercancas cognitivas

    como fundamento del fin de la aplicabilidad de los principios neoclsicos de la generacin

    de valor, con una crtica a la escasez artificialmente creada, implica una aceptacin de la

    escasez como central en algn momento del capitalismo para la valorizacin de las

    mercancas, es decir, como central en la valorizacin de las mercancas en el capitalismo

  • industrial.

    Esta asuncin, sostengo aqu, es un error que implica aceptar los criterios bsicos

    neoclsicos del sustento del valor en la escasez relativa de los productos. De este modo,

    examinar las bases del valor en esta corriente, considerar junto con Zukerfeld, la

    centralidad del conocimiento durante toda la historia de la produccin humana, como modo

    de criticar el principio de la hegemona de los bienes cognitivos o inmateriales en la etapa

    actual del capitalismo, ser clave para avanzar en una crtica de esta corriente, rescatando

    su potencial crtico de los vicios neoclsicos.

    Para llegar a ello, iniciar una breve exposicin de las principales ideas del

    capitalismo cognitivo y de sus antecesores o bases tericas.

    2. Bases tericas del capitalismo cognitivo

    En primer lugar, cabe aclarar que el abordaje del capitalismo cognitivo se inscribe

    dentro de la corriente postobrerista o postoperaista italiana y que su desarrollo se ha

    asociado fuertemente con la revista francesa Multitudes. De este modo, siendo Multitudes

    una revista de raigambre postobrerista, no es de extraar la asociacin de las tesis del

    capitalismo cognitivo con las desarrolladas por Lazzarato (1996) sobre el trabajo

    inmaterial, con las obras de Negri y Hardt Imperio, Multitud y Commonwealth y con el la

    filosofa postestructuralista de Deleuze y Guattari. Asimismo, las propuestas de la Teora de

    la Regulacin Francesa tambin poseen un peso de importancia en estas tesis. Por este

    motivo, propongo analizar a continuacin algunos elementos de la Teora de la Regulacin,

    del trabajo inmaterial y de las proposiciones de Negri y Hardt. Presento, muy

    sintticamente, elementos claves que sern de utilidad para visibilizar la lnea de

    pensamiento que posteriormente desencadenar en el capitalismo cognitivo.

    2.1. Teora de la Regulacin

    La teora de la regulacin se caracteriza por dividir a la sociedad capitalista en etapas

    de acuerdo al rgimen de acumulacin predominante y de acuerdo a un modo de

    regulacin ligado a aquel. La ptica de anlisis es la del largo plazo, combinando el

    enfoque histrico y el anlisis econmico, procurando comprender los rasgos estructurales

  • bsicos de cada perodo (Vence Deza, 1995). Segn esta perspectiva, desde mediados de

    los sesenta comienzan a producirse dificultades durables para concretar la acumulacin de

    capital, producto de los problemas del rgimen fordista para incrementar la productividad

    (Coriat, 1979). La automatizacin es la que comienza a ganar el terreno a finales de los

    setenta y, fundamentalmente, al iniciar la dcada de los ochenta, esto, a causa de la

    aplicacin de la informtica y de la microelectrnica. Una de las caractersticas de este

    cambio es que las cantidades producidas y la productividad ya no dependen tanto del

    ritmo de trabajo individual y, por lo tanto, el valor de las mercancas depende menos del

    tiempo de trabajo vivo y depende ms del tiempo mquina y de los factores ligados al

    capital fijo (Vence Deza, 1995). De este modo, las mquinas, para la teora de la

    regulacin, comienzan a incidir en los factores tradicionales que determinaban la

    valorizacin de las mercancas.

    La preocupacin por la periodizacin histrica en etapas del capitalismo, los condujo

    a afirmar que el modelo fordista haba concluido o estaba caduco al promediar la dcada

    del setenta y, por ello, resultaba necesario comenzar a analizarlo en otros trminos. El

    concepto de posfordismo surge de esa suerte y comienza a ser el rtulo general para la

    caracterizacin del perodo actual del capitalismo. Esta misma caracterizacin ser tomada

    por el abordaje del capitalismo cognitivo, incorporando incluso la apreciacin sobre el valor

    y el lugar de las nuevas tecnologas en la valorizacin, introduciendo, adems, dos

    conceptos claves: trabajo inmaterial y mercancas cognitivas, tomadas de la visin

    postobrerista de Lazzarato (1996) y de Hardt y Negri (2000; 2004).

    2.2. Trabajo inmaterial

    Las ideas primarias sobre el trabajo inmaterial fueron desarrolladas originariamente

    por Maurizio Lazzarato. Sus aportes al respecto poseen gran influencia sobre el posterior

    desarrollo de Michael Hardt y Antonio Negri, autores centrales para los posteriores

    desarrollos del abordaje del capitalismo cognitivo. Las contribuciones de Lazzarato poseen

    fuertes lazos con el obrerismo (siendo l mismo una de las principales figuras del

    postobrerismo italiano2) lo que no resulta extrao al considerar que gran parte de su

    trabajo fue desarrollado en torno a la revista Futur Antriur3 durante los noventa, revista

    2 Lazzarato tambin es una las figuras reunidas en torno a la revista Multitudes. 3 La revista Futur Antrieur fue fundada en 1990 por iniciativa de Toni Negri, Jean-Marie Vincent

    y Denir Berger y fue publicada hasta 1990. Entre otras cuestiones, la revista dedic un gran

  • que se caracteriz por reunir tericos en gran parte sobrevivientes de autonomia

    (Camfield, 2007, citado por Boffo, 2010), como Virno y Negri. Finalmente, las influencias y

    vnculos de Lazzarato con la perspectiva del capitalismo cognitivo quedan evidenciadas al

    considerar la ltima publicacin donde las discusiones sobre capitalismo cognitivo han

    tomado forma, la revista Multitudes4, heredera de Futur Antriur. Multitudes, posee un

    ttulo que en s mismo promete un apoyo terico al trabajo y los mtodos de Hardt y Negri,

    y es en esa misma publicacin donde el debate sobre capitalismo cognitivo ha nacido y se

    ha desarrollado (Boffo, 2010: 9).

    Ahora bien, yendo al tema del trabajo inmaterial, Maurizio Lazzarato lo defini

    como el trabajo que produce el contenido informacional y el contenido cultural de la

    mercanca. En relacin al contenido informacional, lo relacion directamente con los

    cambios en los procesos de trabajo de los trabajadores en grandes compaas del sector

    industrial y terciario, donde las calificaciones involucradas en dirigir el trabajo tienen que

    ver crecientemente con la ciberntica y con el control de computadoras (Lazzarato, 1996:

    133). El contenido cultural, por su parte, se vincula directamente con una serie de

    actividades que no son normalmente consideradas trabajo, esto es, con las actividades

    relacionadas con la definicin y establecimiento de estndares culturales y artsticos, modas,

    sabores o gustos, normas para el consumidor y ms estratgicamente, opinin pblica

    (Lazzarato, 1996: 133).

    Lazzarato tambin afirm, en esta lnea, que la separacin entre trabajo inmaterial y

    trabajo material ha dejado de tener existencia y sentido en la nueva produccin capitalista.

    La transformacin en la produccin, segn Lazzarato, ha hecho que la relacin entre

    conocimiento y produccin se transformara, tornando posible que el trabajo manual

    involucre cada vez ms procedimientos que podran ser definidos como intelectuales.

    Igualmente, declar que las nuevas tecnologas de la comunicacin requieren

    subjetividades que sean ricas en conocimiento (Lazzarato, 1996: 134). De este modo,

    tambin identifica como central la posicin del conocimiento, tanto en el contenido del

    trabajo, como en la produccin en s, mbitos centrales donde se han producido las

    principales transformaciones. Es en estos trminos, que este autor italiano introduce la idea

    espacio a las mutaciones de la organizacin social del trabajo afirmadas desde la dcada del

    setenta en adelante. La produccin de la subjetividad en el trabajo inmaterial y la puesta en

    cuestin del estado de bienestar por parte de las polticas neoliberales, han sido focales en la revista. Han sido tratados, igualmente, el desarrollo de las tecnologas de informacin, el

    aumento de la movilidad y de la liquidez del capital, junto con la consiguiente disminucin del poder de regulacin de los estados resultante de estos procesos (Revista Multitudes, 2005). 4 La revista Multitudes comenz a publicarse en el ao 2000 y an se publica.

  • de intelectualidad en masa, la que implica un superacin de la dicotoma tradicional entre

    trabajo manual y trabajo mental, entre trabajo material y trabajo inmaterial, entra

    concepcin y ejecucin (recordando a Braverman, 1974), entre trabajo y creatividad, entre

    autor y audiencia. Todas estas dicotomas son trascendidas dentro del proceso de trabajo y

    replanteadas como mando poltico dentro del proceso de valorizacin.

    La superacin de estas dicotomas se produce, sin lugar a dudas, con consecuencias

    directas para la relacin capital-trabajo. De este modo, segn Lazzarato, el trabajo logra

    cierta independencia del capital a travs de la constitucin de un trabajador con nuevas

    caractersticas. l lo describe como un trabajador polimrfico, auto-empleado y autnomo

    (Lazzarato, 1996: 140). ste no es slo un trabajo que emerge tmidamente entre una

    abundancia de trabajadores tradicionales, sino que es, segn este autor, la forma

    predominante de trabajo en nuestras sociedades capitalistas contemporneas.

    Son estas ideas las que funcionarn como cimiento socio-econmico para las

    concepciones filosficas y polticas de Hardt y Negri sobre el trabajo inmaterial. Sin

    embargo, ellos tambin han elaborado sus ideas en base a estos aportes, por ello ser

    fundamental analizarlos con mayor detalle.

    2.3. Hardt y Negri

    Partiendo de la definicin de Lazzarato sobre trabajo inmaterial, estos autores

    ofrecieron una propia en Imperio, obra del ao 2000, definindolo como el trabajo

    comunicativo de la produccin industrial que recientemente ha comenzado a ser vinculado

    en redes informacionales, el trabajo interactivo del anlisis simblico y de la resolucin de

    problemas, y el trabajo de la produccin y manipulacin de los afectos (Hardt y Negri,

    2000: 30). Ellos coinciden con Lazzarato en caracterizar a este tipo de trabajo como el

    dominante o hegemnico en la etapa actual del capitalismo, perodo donde se ha producido

    un pasaje hacia la posmodernizacin, o mejor, informatizacin de la economa (Hardt y

    Negri, 2000: 280). Este pasaje o transformacin se caracteriza por el predominio de los

    servicios y la informacin por sobre la antigua dominacin industrial. Tres tipos de trabajo

    inmaterial distinguen Hardt y Negri. El primero de ellos refiere al trabajo comunicativo

    involucrado en la produccin industrial, el que ha sido informatizado y ha incorporado

    tecnologas de la comunicacin en un modo que transforma el proceso productivo en s

    mismo. La segunda forma da cuenta del trabajo inmaterial de tareas simblicas y analticas,

    la que se divide en manipulacin creativa e inteligente por un lado, y tareas simblicas de

  • rutina, por el otro. La tercera y ltima forma refiere a la produccin y manipulacin de

    afectos y requiere contacto humano, ya sea virtual o real, trabajo en la forma fsica o

    corporal (Hardt y Negri, 2000: 293). Ambos autores se preocupan por dejar en claro esta

    idea de expansin a reas tradicionales o industriales de la produccin en la etapa actual

    del capitalismo, al punto que la misma manufactura o produccin fabril es vista por ellos

    como un servicio. De este modo, incluso el trabajo material tradicional, el involucrado en la

    produccin de bienes durables, se combina con el trabajo inmaterial, e incluso tiende a

    devenir inmaterial. Aqu surge algo clave y distintivo: la produccin en la economa

    posmodernizada o informatizada y su correspondiente trabajo inmaterial, han avanzado a

    las reas industriales tradicionales; caracterizando un nuevo elemento al trabajo inmaterial:

    la produccin y manipulacin de afectos, en una clara lnea con el pensamiento

    postestructuralista deleuziano.

    Todos estos cambios, segn lo han afirmado estos autores en Imperio, deben

    implicar una renovacin de la conceptualizacin terica del valor, tanto en lo que el valor es

    como tambin al modo en que ste es producido (Boffo, 2010: 7). Literalmente Hardt y

    Negri han afirmado que, ya que [e]l lugar central ocupado previamente por la fuerza

    laboral de los trabajadores fabriles en la produccin de plusvala est siendo hoy llenado

    cada vez ms por la fuerza laboral intelectual, inmaterial y comunicativa[...,] es entonces

    necesario desarrollar una nueva teora poltica del valor que pueda poner el problema de

    esta nueva acumulacin de valor capitalista en el centro del mecanismo de explotacin (y

    as tal vez en el centro de la rebelin potencial) (Hardt y Negri, 2000: 29). Es coherente

    desde esta visin, por lo tanto, que si existen nuevas formas de fuerzas productivas

    trabajo immaterial, trabajo intelectual masificado, el trabajo del general intellect (Hardt

    y Negri, 2000: 29) sea necesario desarrollar una nueva teoras del valor.

    Se relaciona con esto la idea de Hardt y Negri sobre la inconmensurabilidad del

    tiempo y del valor, surgida de la imposibilidad de diferenciar entre tiempo de trabajo y

    tiempo de ocio o libre y, por consiguiente, entre produccin y reproduccin. Esto implica,

    de este modo, que todo lo que previamente se desarrollaba durante momentos de ocio,

    ahora sea requerido por el sistema productivo. [] La vida misma asume una funcin

    productiva. Esto es lo que Hardt y Negri van a llamar produccin biopoltica (Fazio, 2006:

    89). Los autores de Imperio han afirmado literalmente:

    La indistincin progresiva entre produccin y reproduccin en el contexto biopoltico tambin subraya nuevamente la inconmensurabilidad del tiempo y el valor. A medida que el trabajo se mueve hacia fuera de las paredes de las fbricas, es cada vez ms difcil mantener la ficcin de cualquier medida de la jornada

  • laboral, y mediante ello separar al tiempo de produccin del tiempo de reproduccin, o al tiempo de trabajo del tiempo de ocio. No hay relojes para fichar la hora en el terreno de la produccin biopoltica; el proletariado produce en toda su generalidad en todas partes durante todo el da. (Hardt y Negri, 2002: 258).

    Esto posee indudables consecuencias para con la teora del valor marxista, el

    principio de inconmensurabilidad del tiempo y del valor, tornan imposible cualquier

    intento de aplicar sus categoras econmicas5. Ese es el rango de transformaciones que

    postulan Hardt y Negri.

    Ahora bien, estos autores, han recibido gran cantidad de criticas sobre los

    argumentos esgrimidos en Imperio 6 , respondindolas en su segunda obra de 2004:

    Multitud. All redefinieron el concepto de trabajo inmaterial, afirmando que ste ha surgido

    en las dcadas finales del siglo XX, ganndole la posicin hegemnica al trabajo industrial.

    El trabajo inmaterial ha sido definido en las pginas de Multitud como el trabajo que

    crea productos inmateriales, como conocimiento, informacin, comunicacin, una relacin,

    o una respuesta emocional (Hardt y Negri, 2004: 108). Aqu el trabajo inmaterial incluye al

    trabajo intelectual o lingstico (resolucin de problemas, tareas simblicas y analticas y

    expresiones lingsticas) y al trabajo que produce o manipula los afectos (sentimiento de

    alivio o comodidad, bienestar, satisfaccin, excitacin o pasin) (Hardt y Negri, 2004: 108).

    Se observa, por lo tanto, que siguen sosteniendo la idea de predominancia de esta forma

    de trabajo por sobre cualquier otra, junto con las ideas sobre los afectos. Han descartado,

    en cambio, el primer elemento de los descriptos en Imperio: cuando refieren al trabajo

    inmaterial como el trabajo comunicativo de la produccin industrial que recientemente ha

    comenzado a ser vinculado en redes informacionales. Hardt y Negri han destacado los

    aspectos biopolticos del trabajo en este sentido, afirmando que el capitalismo

    informatizado crea no slo bienes materiales, sino relaciones y, finalmente, a la vida social

    misma. (Hardt y Negri, 2004: 109). De este modo, se siguen sosteniendo los lineamientos

    que, segn la propuesta previa, exigan una reconsideracin de la teora del valor

    tradicional.

    5 Para ver una crtica a la idea de inconmensurabilidad y a la visin de Hardt y Negri sobre la

    caducidad de la teora del valor trabajo ver: Caffentzis (1990) y Toms (2008). Aqu no ser

    repasada una crtica en este sentido, ya que la intencin es poder hacer foco en los principios de escasez, no rivalidad y no excludibilidad presentados por los tericos del capitalismo

    cognitivo. Introducir una crtica sobre la inconmensurabilidad del tiempo y valor, implicara extenderme ms all de los objetivos preestablecidos. 6 Y a otros argumentos que no interesan a los objetivos del presente artculo.

  • 3. Fundamentos del valor en la corriente del capitalismo cognitivo y su crtica

    3.1. El valor segn el capitalismo cognitivo

    En Imperio los autores plantean el problema que las transformaciones materiales en

    la produccin capitalista acarreaba con respecto a la produccin de valor. Ellos comenzaron

    a sostener que un rasgo distintivo de la nueva produccin se caracterizaba por la

    predominancia de un contenido inmaterial, intelectual y comunicativo del poder laboral.

    Ellos sostuvieron que era necesario desarrollar una nueva teora poltica del valor que

    pudiera poner el problema de esta nueva acumulacin capitalista del valor en el centro del

    mecanismo de explotacin (y por ello, quizs, en el centro de la revuelta potencial) (Hardt

    y Negri, 2000: 29. Traduccin propia).

    Estas ideas han sido continuadas en uno de los terrenos primordiales de la discusin

    sobre capitalismo cognitivo, a saber, la revista francesa Multitudes. Su segundo nmero se

    dedica exclusivamente a revisar y afirmar la necesidad de postular una nueva teora del

    valor, sosteniendo que las ideas marxistas y neoclsicas resultan sumamente inaplicables

    dadas las transformaciones actuales del capitalismo. El razonamiento fundamental, en ese

    sentido, se ha focalizado en destacar la caducidad de la importancia de la escasez como

    principio rector para la determinacin del valor de las mercancas. Olivier Blondeau ha

    afirmado que un bien inmaterial, inapropiable por esencia, es de una naturaleza

    particular:Su valor no est fundado sobre la escasez, sobre la dificultad de procurarse las

    materias primas y los medios tiles para producirla. Su consumo, lejos de ser una pura

    destruccin, se inscribe en la problemtica de su perennizacin, de su circulacin, de su

    actualidad y de su crtica y su expansin (Blondeau, 2004: 36).

    Una postura generalizada con respecto al conocimiento ha sido dejada bien clara por

    Rullani, quien ha sostenido que [u]na vez que una primera unidad ha sido producida, el

    coste necesario para reproducir las dems unidades tiende hacia cero si el conocimiento

    es digitalizado. En ningn caso ese coste tiene que ver con coste el de produccin inicial

    (Rullani, 2004:102). Es ms, y en lnea con Blondeau, ha afirmado que el valor del

    conocimiento no es fruto de su escasez natural sino que se desprende nicamente de

    limitaciones estables, [] o de hecho, del acceso al conocimiento. [] La escasez del

    conocimiento, eso que le da valor, tiene de esta suerte, una naturaliza artificial: derivada de

  • la capacidad de un poder, cualquiera que sea su gnero, para limitar temporalmente su

    difusin y para reglamentar su acceso (Rullani, 2004: 102). Carlo Vercellone, uno de los

    autores que contribuye al engrosamiento de la bibliografa dentro del capitalismo cognitivo,

    a pesar de sus intentos por dotar de un costado ms marxista a este abordaje, ha cado en

    las mismas afirmaciones, al sostener que [e]n tanto el coste marginal de reproduccin

    de estos bienes y servicios intensivos en conocimiento queda reducido a nada, estos bienes,

    deben ser cedidos gratuitamente7 (c.f. Vercellone, 2004: 69).8

    En esta lnea, los autores del capitalismo cognitivo sostienen junto con Hardt y Negri,

    que el trabajo inmaterial y, consecuentemente, las mercancas cognitivas, son las

    hegemnicas en la etapa actual del capitalismo. Una consecuencia lgica de esto, al

    combinarlo con lo antedicho sobre la escasez, es la siguiente afirmacin comn entre estos

    autores: la ley del valor marxista debe descartarse y reemplazarse por visiones ms

    apropiadas con la fase actual del capitalismo. Moulier Boutang, por slo mencionar una, lo

    ha dicho del siguiente modo: Nuestra principal tesis es que la propia naturaleza del valor,

    su forma, el lugar y las modalidades de su extraccin son remodeladas de arriba a abajo

    (Moulier Boutang, 2004: 108).

    De hecho, siguiendo a estos autores podra decirse que el carcter inmaterial de

    estos bienes, sumado a su reproductibilidad sin costo, a su indivisibilidad, no rivalidad y no

    excludibilidad9, entra en contradiccin con el rasgo tpico del valor segn Marx, esto es,

    como tiempo de trabajo socialmente necesario objetivado o cristalizado en la mercanca.

    De este modo, los principios de las mercancas materiales son impuestos a la fuerza en las

    mercancas inmateriales. Por este motivo, los autores del capitalismo cognitivo han

    afirmado que la escasez proviene de una artificialidad derivada de un poder

    especialmente interesado en limitar su difusin. La propiedad intelectual ha sido indicada

    como uno de los dispositivos encargados de realizar tal tarea de limitacin (Moulier-

    Boutang, 2004).

    Aqu sostengo que estas afirmaciones poseen gran similitud con las visiones

    7 Tener presente que la idea misma de coste marginal de produccin es de procedencia absolutamente neoclsica. La idea marginalista fue desarrollada en base a los principios de

    David Ricardo sobre la renta de la tierra, pero, a diferencia de este, los lderes de la revolucin marginalista de 1890 eliminaron por completo su teora del valor basada en el trabajo,

    proponiendo, para ello, la idea de que el valor proviene de la escasez y utilidad de los productos. 8 Todos los autores del capitalismo cognitivo, han hecho foco en la produccin de software, no slo por su especificidad material, sino tambin por las potencialidades de transformacin que

    parecen seguirse de su movilizacin poltica. 9 Principios afirmados por ellos y, curiosamente, en forma coincidente, con los tericos

    neoclsicos.

  • desarrolladas desde el mainstream, algo insistentemente evitado desde el abordaje del

    capitalismo cognitivo. 10 Conviene aclarar, de todos modos, que la perspectiva del

    capitalismo cognitivo se encuentra a mucha distancia de las visiones apologticas de la

    sociedad del conocimiento y posee un potencial crtico que merece rescatarse. Sin embargo,

    hay que destacar y dejar en evidencia estos elementos neoclsicos en su propia crtica a la

    forma de valor en el capitalismo actual.

    Entonces, dos son los pilares de la actual crisis estructural de la ley del valor segn

    la perspectiva del capitalismo cognitivo (Starosta, 2012: 2-3):

    1) Por un lado, se encuentra la especificidad material de los bienes

    inmateriales o mercancas cognitivas, esto es, una escasez artificialmente creada a causa

    de estar caracterizadas estas mercancas por una lgica de abundancia. En relacin directa

    con esto, se encuentra el problema de la estructura de los costos, donde la primera pieza

    tendr un costo altsimo y las siguientes costos cercanos a cero (siempre que se trate de

    contenido informacional digital).

    2) Por otro lado, se encuentra la hegemona de la dimensin cognitiva del

    trabajo vivo como la fuerza dominante de produccin (Starosta, 2012: 22). Algo que

    tambin sigue con la lnea de pensamiento de Lazzarato, Hardt y Negri.

    3.2. Crtica a la concepcin del valor del capitalismo cognitivo11

    Para criticar estos elementos ser central recurrir a Marx, debido a que es su

    concepcin del valor la que se pone en juego a travs de las asunciones del capitalismo

    cognitivo. Tambin se sealarn los elementos de la teora neoclsica reutilizados por los

    defensores del capitalismo cognitivo cada vez que sea pertinente.

    Marx comienza El Capital hablando de la mercanca, afirmando que la riqueza en las

    sociedades se presenta como un enorme cmulo de mercancas (Marx, 2002: 43).

    10 Por ejemplo, Arthur (1996), un autor perteneciente al mainstream (es decir, a la teora neoclsica), ha afirmado que el primer disco del sistema operativo Windows de Microsoft fue producido a un costo de 50 millones de dlares, en contraste con los insignificantes 3 dlares

    del costo unitario de produccin de las piezas subsiguientes. Ms adelante se mencionarn

    tambin Varian y Romer, como representantes de esas palabras pertenecientes al lxico neoclsico,esto es, hablar de bienes no rivales y no excluibles. 11 Para la presente crtica me baso en Starosta (2012), quien ha realizado una excelente contrastacin con los fundamentos presentados por Marx en El Capital y las afirmaciones sobre el valor de los bienes cognitivos por parte de la visin del capitalismo cognitivo.

  • Siguiendo su mtodo dialctico, inicia su tratamiento hablando de la mercanca como

    aislada, es decir, en su forma individual. Marx seala el carcter dual de la mercanca,

    como poseedora de valor de uso y valor de cambio. Seala que la mercanca es producto

    del trabajo individual de individuos privados, independientes los unos de los otros. En este

    primer nivel de abstraccin, cada mercanca es vista por Marx como una muestra promedio

    de su tipo, lo que significa que la diversidad de circunstancias individuales puede ser

    dejada de lado en este momento y que, adems, la relacin orgnica entre la

    determinacin del valor de cada mercanca singular con la masa de la que es parte, puede

    ser dejada momentneamente de lado. En este primer estadio del anlisis, por lo tanto,

    cada mercanca es analizada como autnoma del todo ms amplio. La relacin del

    producto individual con la masa de la que es parte existe, pero slo de modo extrnseco, a

    travs de la determinacin de la mercanca individual como un representante promedio.

    Esto tambin implica que la separacin entre el trabajo empleado en cualquier mercanca

    singular es, es este estadio, inmaterial. Y esto obviamente incluye la relacin entre el

    primer artculo cognitivo producido y la reproduccin de los artculos idnticos

    subsiguientes. (Starosta, 2012: 6).

    Sin embargo, una vez afirmado esto, se torna necesario pasar al siguiente estadio del

    anlisis marxista, el que brinda mayor grado de concretizacin. De este modo, la mercanca

    debe dejar de tomarse en su forma abstracta y considerarse como un producto inmediato o

    resultado del capital. Marx afirma, en este nuevo paso de su mtodo dialctico, que la

    mercanca ya no emerge como un producto singular o individual. Ahora, por lo tanto, la

    mercanca pasa a evaluarse desde un estadio ms concreto, cambia su forma y deviene un

    depositario del capital que lo ha valorizado. Debe, consecuentemente, ser considerada

    como el producto de un capital total. Como consecuencia de esto, la determinacin del

    valor de la mercanca individual ya no puede ser considerada en forma aislada, y debe ser

    directamente ubicada en su relacin orgnica con la masa de mercancas cuya unidad

    encarna la valorizacin del capital invertido (Starosta, 2012: 7). En este estadio ms

    concreto, el valor de la mercanca proviene de la expresin de su valor de uso como una

    alcuota del producto agregado y su precio como la correspondiente alcuota del valor total

    generado por el capital invertido (Starosta, 2012: 8)). Por lo tanto, de considerarse una

    pieza promedio individual en un momento inicial de mayor abstraccin, la mercanca ahora

    pasa a ser considerada una alcuota del total del producto del capital. Se encuentra, de

    este modo, determinada no slo materialmente, sino formalmente como un elemento

    singular de la masa total de mercancas producidas por cada capital individual. As, el valor

    del producto agregado ya no representa la adicin simple de sus elementos constituyentes.

  • En cambio, el valor total es determinado primero y luego compartido igualmente por cada

    mercanca individual, la que ahora contiene una fraccin proporcional de la ltima (Marx,

    1989: 301). Aqu est en juego ya no un agregado extrnsecamente conectado de

    mercancas individuales autnomas [como s suceda en el primer momento del anlisis

    dialctico], sino una masa de valores de uso que poseen unidad formal y consistencia como

    un producto total y singular que encarna el valor del capital ms, y sobre todo, el plusvalor

    a ser realizado (Starosta, 2012: 7).

    Toda esta descripcin es fundamental para comprender que no tiene sentido el

    primero de los fundamentos o pilares en contra de la teora del valor, caracterizado por la

    creencia en una estructura de costos muy particular, donde la primera mercanca cognitiva

    producida tendr un costo altsimo y las siguientes costos cercanos a cero, ya que el valor

    de una mercanca no puede ser tomada en forma individual del resto del capital del que

    proviene esa mercanca. Esa procedencia del capital de la mercanca es lo caracterstico de

    esta mayor concretizacin del anlisis, y es esa procedencia misma la que no est siendo

    considerada en el anlisis del capitalismo cognitivo. A pesar, incluso, de los intentos de un

    autor como Vercellone, quien ha tratado de reencaminar a la visin del capitalismo

    cognitivo en una senda marxista.

    En cambio de revisar estos fundamentos de la forma valor o de la generacin del

    valor, han realizado sus supuestos en trminos de principios neoclsicos/marginalistas

    como los de escasez y no rivalidad y no excludibilidad. La idea de escasez, o su

    opuesto, de abundancia de las mercancas cognitivas, y su correlato de los costos de

    reproductibilidad cercanos a cero, los ha llevado a concebir a las mercancas cognitivas

    como llevadas a una escasez mediante medios artificiales. Sin embargo, conviene realizar

    una revisin algo ms detallada sobre este principio de escasez artificial.

    Es necesario aclarar, para comenzar, que la posibilidad de reproducir, por ejemplo,

    una pieza de software con costos cercanos a cero es una realidad. Negar eso sera una

    muestra de un intento absurdo de rechazar a ciegas todos los argumentos del capitalismo

    cognitivo. Pero vista desde una perspectiva marxista, los resultados son diferentes.

    La posibilidad de reproducir copias sin costo implica que el mismo valor de cambio

    (cualquier mercanca cognitiva) ha sido reconvertido en medio de produccin12 de un valor

    de cambio o valor de uso igual a l. Este mecanismo de copia y la fcil reproductibilidad de

    las mercancas cognitivas, afecta claramente su completa realizacin (junto con la propia

    12 Sumada la utilizacin de otros medio como ser, una computadora, un disco compacto y la

    propia persona encargada de realizar esa tarea.

  • realizacin del ciclo de valorizacin del capital) y, por lo tanto, le da un carcter especfico a

    la forma jurdica que necesariamente la media (Starosta, 2012: 8). De este modo, la

    propiedad intelectual, las patentes, los DRMs y dems dispositivos de control, surgen como

    una forma de regular las condiciones de apropiacin y reproduccin de los valores de uso.

    Sin embargo, aqu sostendr que la forma jurdica no impone artificialmente la relacin

    econmica de la forma de valor, como modo de continuar con un modelo caduco, propio

    del capitalismo industrial, sino que es una necesidad del capital. La idea central en este

    punto, la ha propuesto Starosta, 2012: 9): los derechos de propiedad intelectual [] slo

    median la realizacin del contenido econmico, cuyo fundamento an descansa sobre []

    la forma privada e independiente del proceso de produccin de valores de uso. Esto

    implica que los bienes cognitivos, al igual que los materiales, no pueden venderse a s

    mismos en el mercado, ni tampoco realizar cambios en su propio derecho. Como

    consecuencia, la relacin indirecta entre los productores privados mediada por cosas

    conocimiento-intensivas, debe ella misma ser mediada por una relacin directa entre dos

    posesores de mercancas que se reconocen el uno al otro como propietarios (Starosta,

    2012: 9). Sin dudas, las bases de la relacin social que genera y da curso a la realizacin

    del valor (o forma del valor) siguen an intactas, siendo las formas jurdicas una creacin

    que simplemente sirve como mediador para el cumplimiento de los requerimientos

    econmicos del capital. Cambia la forma jurdica, no as el fundamento del valor.

    A raz de este postulado sobre los costos iguales a cero ligados a la reproduccin de

    las mercancas cognitivas, los defensores del capitalismo cognitivo han sostenido que stas

    son no rivales y no excluibles 13 (Moulier-Boutang, 2004: 117). Estas ideas se

    encuentran claramente en el pensamiento neoclsico y hallan total fundamento en los

    principios tericos de ella. Se observa que, si bien ofrecen un intento de crtica al orden

    capitalista, lo realizan utilizando herramientas tericas desarrolladas por los defensores de

    ste. Para atacar las bases tericas del abordaje del capitalismo cognitivo, por lo tanto, se

    torna necesario realizar una crtica a conceptos marginalistas como escasez, bienes no

    rivales y excluibles.

    Resulta interesante destacar que las mismas propuestas marginalistas fueron

    13 No rival significa que el consumo de una persona implica que no disminuye la cantidad de esa

    mercanca disponible para otras personas (Varian, 1998: 6). Romer (1993) ha descripto la no rivalidad en iguales trminos, al igual que todo el mainstream neoclsico. El carcter no

    excluible, en cambio, depender de las acciones de personas apoyadas por instituciones legales y de derecho de propiedad, algo no necesario en bienes no rivales, ya que ste es el carcter

    propio de las ideas (Dowrick, 2002: 9).

  • realizadas para criticar u ocultar la importancia de teoras del valor basadas en el trabajo.

    Jevons, Menger y Walras han sido los padres fundadores hacia la dcada de 1890,

    apoyndose en concepciones como las de Von Tnen, cimentadas, a su vez, en los

    principios de la renta marginal de la tierra de Ricardo. Lo nico que le recriminaban a la

    obra de ste ltimo era su importancia, como antecedente, en la constitucin de una teora

    del valor fundada en el trabajo, algo que les estaba implicando demasiados dolores de

    cabeza hacia fines del siglo XIX a los defensores del sistema capitalista.

    Si la fuente del valor no descansaba en el trabajo (o, mejor dicho, si no era

    conveniente que la fuente del valor sea vista como surgida de la fuerza de trabajo), deba

    buscarse otro fundamento. Dieron as con los principios de utilidad y escasez. De este

    modo, un bien tena valor en trminos de su utilidad y escasez, siendo importante que

    ambos elementos se cumplan. El aire, de este modo, es de crucial importancia para la vida,

    sin embargo, al no ser escaso, no posee valor de cambio. De esos aos data la

    aproximacin de la teora econmica a las ciencias exactas. La fsica se constituy en el

    arquetipo de ciencia, y la utilizacin de las matemticas devino algo de suma relevancia en

    la nueva disciplina: economics, en lugar de la political economy de aos precedentes.

    La separacin de la economa de la poltica cerr el ciclo y marc la inauguracin de una

    nueva poca en el mainstream de la economa, presente al da de hoy y, al parecer,

    referente ineludible incluso para tericos crticos del sistema capitalista como los referentes

    del capitalismo cognitivo.

    De este modo, los defensores del capitalismo cognitivo aceptan la aplicabilidad de los

    principios econmicos marginalistas al perodo industrial, ubicando el problema, no en las

    propias implicaciones de estos argumentos, sino en la creciente importancia del

    conocimiento en la etapa actual del capitalismo, la que torna obsoletas las categoras

    neoclsicas. De este modo, para el abordaje del capitalismo cognitivo la propiedad privada

    ordinaria es tcitamente aceptada como una necesidad absoluta para el estadio de la

    historia humana de la lucha contra la escasez, en donde las mercancas materiales fueron

    hegemnicas [ y] la propiedad privada intelectual ha devenido una aberracin histrica

    que bloquea el desarrollo posterior de las fuerzas productivas (Starosta, 2012: 12). Por lo

    tanto, criticar la comodificacin de las mercancas cognitivas basada en la denuncia de su

    escasez artificial deja intacto el principio de cambio de las mercancas fsicas basado en

    una escasez natural (Starosta, 2012).14

    14 Hay algo fundamental que debe ser considerado en esta visin. Las mercancas cognitivas no

    pueden ser vistas como incorpreas, esto es, sin ningn tipo de basamento material, algo que

  • An queda el segundo pilar de los mencionados, esto es, el referente a la hegemona

    de la dimensin cognitiva del trabajo vivo como la fuerza dominante de produccin. Tratar

    a continuacin este tema muy brevemente. Zukerfeld ser categrico en la definicin de

    este problema, diciendo lo siguiente:

    Que en los ltimos aos se haya comenzado a prestar atencin al rol que ocupa el conocimiento en los procesos productivos no quiere decir que la eficacia emprica de ste se haya puesto en marcha al comps de ese inters. En la agricultura neoltica, el artesanado medieval o la fbrica fordista el conocimiento jugaba un rol exactamente tan importante como el que se le concede en la actualidad. Para decirlo de manera simplificada, uno de los errores de algunos de los autores que patrocinan nociones como Sociedad del Conocimiento, Knowledge Based Economy o Capitalismo Cognitivo, es soslayar la importancia de los infinitos conocimientos que subyacen a los procesos productivos manuales y reiterativos. Las manos hbiles del albail, la cocinera o el msico no tienen otro timn que el enorme conjunto de saberes hechos carne con los aos de labor. De hecho, vimos que detrs de la apariencia cosificada de las herramientas, sean estas palas, ollas o pianos, no slo se esconde el trabajo que las produjo y que los marxistas saben reconocer-, tambin lo hacen, a travs de l, astronmicas e ignoradas cantidades de conocimientos colectivos (Zukerfeld, 2010: 133).

    efectivamente parece suceder en el abordaje del capitalismo cognitivo. De ser consideradas de ese modo las posibilidades de introducir la mercantilizacin sobre esos bienes se tornara

    imposible, y es probable que la naturaleza diferencial de estas mercancas con respecto a las

    materiales est generando gran parte de los problemas tericos en torno a ellas. Un software, por ejemplo, posee un correlato material en cualquier dispositivo de almacenamiento fsico, por

    lo tanto, las posibilidades de convertirlo en mercanca dependern directamente de la ubicacin de ese aparato material e, igualmente, de las posibilidades de acceso a l por parte de las personas interesadas en poseerlo. La propiedad privada sobre ese dispositivo, la preservacin de ste para s posibilitando su utilizacin mediante pagos directos o indirectos, es la

    especificidad que debe ser estudiada. Sin dudas la forma valor de la mercanca sigue intacta,

    pero con nuevas formas que no necesariamente implican una generacin artificial de escasez (sin importar en este momento los vicios marginalistas de ese concepto que ya he mencionado).

    El caso de open hardware es tambin significativo. Este movimiento ha surgido a mediados de la primera dcada del presente siglo. Sus fundamentos implican la aplicacin de ciertos

    principios del software libre y de la cultura libre en general al hardware. Sin dudas, el

    componente fsico de las tecnologas digitales requiere un tratamiento distinto al aplicado al software o a una partitura musical. Por ello, esa liberacin posee dos frentes en el open

    hardware, por un lado, se liberan los diseos y esquemas propios de cada artefacto construido y, por el otro, se trata de atacar el lado ms material mediante instrucciones de construccin que

    involucran materiales de fcil acceso (que no sean difciles de comprar, conseguir o excesivamente caros) e, incluso, la auto-construccin. El principio de la auto-construccin se

    encuentra en los dispositivos RepRap ideados por Adrian Bowyer y encierran una serie de retos

    que merecen ser estudiados de cerca. Pero a pesar de esto, no pueden eludir la lgica del capital, ni, por lo tanto, la forma del valor (sus reglas de valorizacin). La forma de valor, por lo

    tanto, sigue resultando ineludible y lo seguir siendo en tanto y en cuanto no se procesa a la transformacin radical de esta sociedad capitalista, por otra, con otras normas de valorizacin y

    de visibilizar la riqueza (sin importar el carcter tico o moral de esa sociedad).

  • Por lo tanto, siendo fundamental el conocimiento en todas las etapas de nuestra

    historia no hay razones para ver su dimensin en el trabajo como algo hegemnico. Esto

    sin dudas tiene estrecha relacin con la consideracin de la supremaca del trabajo

    inmaterial por sobre el material o tradicional. Aunque, tambin debe reconocerse una

    expansin en la dimensin del conocimiento en el capitalismo actual. Entonces, cul es la

    pieza faltante para comprender mejor el panorama? Esto podr verse, justamente,

    considerando la dimensin del trabajo.

    Es cierto que cada vez se torna ms difcil poder contradecir la idea de que el uso de

    computadoras en la gua del trabajo sea algo esencial a los procesos de trabajo actuales

    (tal cual lo afirman los postobreristas), sin dudas los conocimientos implicados en la

    produccin tienen cada vez ms relacin con el uso de sistemas informticos, sin embargo,

    tambin ha sucedido una elevacin del rango de calificaciones, al punto que ha habido una

    degradacin en las competencias en trminos relativos. La utilizacin de herramientas

    informticas, la alfabetizacin digital, etc. han devenido el umbral bsico de la calificacin

    de la fuerza laboral. Por lo tanto, la creciente cualificacin o calificacin de las personas,

    viene a representar otra cosa en trminos concretos: que la explotacin del trabajo est

    partiendo de pisos ms altos en trminos de cualificaciones. As como antes saber leer y

    escribir se haba constituido en un requisito generalizado, ahora lo es el utilizar una

    computadora. Esto no significa que haya un empoderamiento de los trabajadores, incluso

    puede hablarse de un proceso opuesto, donde los trabajadores han venido perdiendo

    fuerza en la capacidad de negociacin. Por lo tanto, la importancia deja de estar en la

    separacin concepcin ejecucin, y pasa a estar regulada por la prdida de poder como

    conjunto del casi inexistente movimiento obrero. La lgica fragmentaria de la lucha social,

    ha implicado que ya no sea completamente necesario separar al obrero del conocimiento.

    Despus de todo, hay elementos acertados en la visin del capitalismo cognitivo, el

    sistema ha cambiado y, por lo tanto, la subjetividad productiva de la clase trabajadora

    tambin ha cambiado. El revolucionamiento constante de las fuerzas productivas por parte

    de la burguesa es algo ineludible y, en consecuencia, tambin lo es la transformacin

    constante de la subjetividad de la clase trabajadora, la que se va forjando (y mutando) a

    causa de sus relaciones materiales con el entorno social.

    Existe, finalmente, un elemento que resta sin una debida respuesta y deber ser

    abordado por futuras investigaciones. Cul es el lugar de una mercanca cognitiva como el

    software al ser utilizada como medio de produccin? En otras palabras, Cmo se calcula el

    pasaje progresivo de su valor al valor de cambio fabricado en el proceso productivo? Quizs

  • la tasa en la que el software transfiere su valor al producto final sea casi exclusivamente

    determinada por su depreciacin moral, sin embargo, un desarrollo sobre esto dentro de la

    teora del valor trabajo an est pendiente. Y sobre este anlisis depende, a mi entender,

    gran parte de la sostenibilidad del la teora marxista del valor en relacin a las nuevas

    tecnologas.

    4. Conclusiones

    He expuesto en el presente artculo las bases del capitalismo cognitivo,

    representadas por las obras de Lazzarato sobre el trabajo inmaterial y de Hardt y Negri,

    sobre las mutaciones actuales en el capitalismo contemporneo. Hemos visto cmo las

    tesis del capitalismo cognitivo continan afirmando la idea de un trabajo inmaterial como

    hegemnico en nuestras sociedades actuales, junto con las consecuentes mercancas

    inmateriales o cognitivas tambin dominantes en trminos relativos con las materiales.

    Toda esta corriente postoperaista o postobrerista de pensamiento se ha preocupado por

    presentar las transformaciones sufridas a causa de la introduccin de las nuevas

    tecnologas en la vida social capitalista, pero sin los tintes apologticos o a-crticos propios

    del mainstream de la sociedad del conocimiento.

    A pesar de este importante objetivo, he intentado sostener que su intento de alejarse

    del mainstream, si bien ms que positivo, no ha logrado realmente alejarse de sus

    supuestos tericos de anlisis. Insistentemente desde el capitalismo cognitivo se habla de

    la caducidad de categoras tradicionales como escasez, bienes no rivales y excluibles.

    Afirmar esa caducidad significa aceptar su potencial descriptivo para otros perodos del

    capitalismo, a saber, el industrial o fordista. Toda la crtica recae, en este sentido, en una

    denuncia a la generacin de una escasez artificial mediante la utilizacin de un poder

    para ello. La misma crtica afirma la categora de escasez, sin siquiera reconocer la

    procedencia del mismo, ni la utilidad inicial de los conceptos neoclsicos en su propio

    esquema terico. He intentado sealar ese origen, planteando que economistas

    marginalistas de fines del siglo XIX desarrollaron la visin del valor como cimentada en la

    escasez, con la intencin de evitar dar crdito al poder de los trabajadores en la generacin

    de valor. Reconocer que la fuerza de trabajo de clase obrera era el fundamento del valor y,

    por lo tanto, de la riqueza de las sociedades capitalistas, resultaba ms que peligroso e

    indeseable para las visiones de marginalistas como Merger, Jevons y Walras.

    Rechazados esos principios neoclsicos, he intentado resaltar los errores de la idea

  • de costos de reproduccin cercanos a ceros que los partidarios del capitalismo cognitivo

    atribuyen a la produccin de las mercancas cognitivas. Basndome en Karl Marx y un

    artculo reciente de Guido Starosta (a publicarse en Science & Society), he afirmado que

    debe considerarse a la mercanca, no en trminos individuales o en forma aislada, sino

    como una alcuota del capital total del cual esa mercanca ha partido. El capital es invertido,

    es decir, puesto en circulacin, con la intencin de revalorizarlo mediante la venta de

    mercancas. Cada una de las mercancas resultantes no debe verse en forma aislada, sino

    como un parte del conjunto del capital invertido. Por lo tanto, la primera pieza producida,

    no ser depositaria de todo el costo de produccin.

    La intencin de la presente conclusin no es resumir el artculo presentado, sino

    destacar dos aspectos. Por lado, el potencial crtico del capitalismo cognitivo si se eliminan

    los vicios neoclsicos que fundamentan su visin de la etapa actual del capitalismo

    contemporneo, y, por otro lado, la importancia que sus afirmaciones poseen para

    invitarnos a pensar la aplicacin o no de viejos postulados al tiempo que nos ha tocado

    vivir en este siglo XXI. En ese sentido rescato y reitero la pregunta que personalmente me

    suscitan estos pensadores: Cul es el lugar de una mercanca cognitiva como el software

    al ser utilizada como medio de produccin? Cmo se calcula el pasaje progresivo de su

    valor al valor de cambio fabricado en el proceso productivo? Los modos en que la

    depreciacin moral aqu acta deben ser, a mi entender, pormenorizados.

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