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  • CAMINO DE SANTIAGO

    Fuentes Documentales Vaticanas referentes al noroeste Peninsular

    (siglos XIV-XV)

    Saturnino Ruiz de Loizaga

    Burgos 2017

  • Portada: Traslado del cuerpo del apóstol Santiago. Autor: Manuel Ximénez. Siglo XV. Museo del Prado.

    © SATuRNINO RuIz DE LOIzAGAISBN: 947-84-947143-4-4Depósito legal: Bu-227. – 2017Maquetación e impresión: Rico Adrados, S.L.

  • Introducción

    La fascinación por el acontecer pretérito, el recurso a la fuente documental, siempre ha sido en mí una exigencia, una necesidad im-periosa y perenne.

    Dadas las condiciones insuperables que la Ciudad Eterna ofrece al investigador y dedicándome a trabajos de ediciones críticas, fue así como entre curiosidades investigativas, sorpresas vertientes nuevas –y también inter medios labores Urbisque fremitum–1 fui acumulando una serie de materiales o realidades geográfico-religioso-sociales descu-biertas en el Archivo Secreto Vaticano, en torno al Camino de Santia-go. Y tras un dilatado y denso período de trabajo que inició en el año 1982, sale ahora a la luz un nuevo libro de documentación vaticana referente al Camino de Santiago. A lo largo de estas décadas, aprove-chando los espacios libres, y dadas las condiciones inmejorables que ofrece Roma a los investigadores, presento hoy 156 [160] documen-tos de historia pontificia relacionada con la ruta jacobea.

    La peregrinación jacobea, en sus presupuestos y manifestaciones ha producido un corpulento acervo documental.

    Abundantes son las noticias que sobre el tema jacobeo se pueden rastrear en el Archivo Vaticano. Nosotros hemos recogido, espigado un importante número de escrituras pontificias relacionadas en su mayor parte con la peregrinación jacobea.

    La documentación vaticana nos ofrece una gama rica y variada de información que nos habla de la tutela a los peregrinos, de las funda-

    1 C. Plinio CaeCili SeCundi, Epistularium libri tertium, epist. 5 (Oxonii 1963) 74: “Entre mis ocupaciones y el ruido de la ciudad”.

  • 6 Saturnino Ruiz de Loizaga

    ciones y dotaciones de los hospitales jacobeos y las gracias especiales de los papas a los monasterios e instituciones que sostienen la ruta de la peregrinación.

    En el trascurso del presente trabajo he puesto, por tanto, especial hincapié en la recogida de todas aquellas noticias relacionadas con los peregrinos, hospitales, alberguerías, monasterios, caminos y puentes…, sin olvidar la gran fe de los peregrinos en su meta hacia Santiago.

    De todos los historiadores es conocida la importancia –capital, con frecuencia– de las fuentes documentales vaticanas, ya que guar-dan un caudal rico e inmenso de noticias del ayer, cuyo estudio per-mite emprender cualquier tipo de trabajo histórico, ya sea de índole cultural, religiosa, que de índole político-social o económica2.

    La historia del Camino de Santiago quedaría incompleta y cerce-nada si se prescindiera de la utilización de fuentes tan valiosas como son los Registros Vaticanos. Si queremos tener una base sólida y un mejor conocimiento del Camino de Santiago hay que indiscutible-mente que beber de estas fuentes.

    Nos hemos centrado en los siglos XIV y XV, espacio de tiempo tal vez menos conocido y estudiado en lo referente al Camino de Santiago en los fondos vaticanos. El ideal hubiera sido el ‘vaciado sistemático’ y completo de esos siglos en los diferentes Registros, empresa ésta que supera las posibilidades de una persona sola. Es indudable que en esta tarea como en todo, ‘si aspiramos a ofrecer solamente cosas completas y perfectas, nos quedaremos siempre sin haber conseguido otras muchas muy aceptables. Eso de que lo mejor es enemigo de lo bueno, si en todas partes tiene vigencia y valor, aca-so en ningún otro campo lo tenga más acusado que en el de la inves-tigación. Por eso, pienso que es preferible ofrecer trabajos e intentos aceptables, que más tarde pueden ser perfeccionados, que quedar sin ofrecer nada’3.

    El “corpus documental” que presentamos abarca a las actuales Comunidades de Navarra, País Vasco, La Rioja, Cantabria, Castilla

    2 AA.VV. L’Archivio Vaticano e le ricerche storiche (Roma 1983) pág. VII.3 Quintana Prieto, A., La documentación Pontificia de Inocencio IV (1243-1254)

    (Roma 1987) vol. I, pp. 11-12.

  • Camino de Santiago 7

    y León4, Asturias y Galicia. Prácticamente todo el centro-noroeste peninsular.

    Esta interesante aventura documental del Camino de Santiago que abarca la Baja Edad Media ha sido posible gracias en parte a al-gunos trabajos ‘ad hoc’ que en su día fueron publicados en distintas revistas españolas, como en diversos libros y hoy estos documentos papales han sido reunidos, agrupados e incrementados formando y constituyendo ahora un solo y único bloque o dossier5.

    Cuatro han sido los fondos vaticanos que hemos manejado para este trabajo. Se trata de los Registros de Súplicas, Registros Vaticanos, Regis-tros Lateranenses y Registros Aviñonenses. Los diversos nombres de estos fondos corresponden a los lugares donde habitaron los Papas y, por ende, tuvieron origen las bulas y súplicas. Todos forman parte de la misma armazón histórica. Todos tiene un carácter, podemos decir unitario, ya que vienen emanados de un oficio u organismo único: La Curia Pontificia6. El Registro de las Súplicas es el que más de cerca he-mos seguido, desbrozando, deshojando tomo tras tomo alrededor de 570 volúmenes, prácticamente hasta el pontificado del Papa Paolo II

    4 Hemos dejado de lado a la prov. de Soria.5 Cfr., Ruiz de loizaga, S., “Documentos Vaticanos de la diócesis de Palencia

    en la Edad Media (Siglos XIV-XV)”, Publicaciones de la Institución Tello Téllez de Meneses, 77 (Palencia 2006); Idem, “Nuevos documentos vaticanos de la diócesis de Palencia en la Edad Media (siglos XIV-XV)”, Publicaciones de la Institución Tello Téllez de Meneses 79 (Palencia 2008); “Documentación Vaticana referente a la Provincia de zamo-ra (siglos XIV-XV”, Anuario Inst. de Estudios Zamoranos (zamora 2007); “Puentes y hospitales en el Noroeste-peninsular (siglos XIV-XV)”, Compostellanum, 53 (2008); “Iglesias, santuarios, monasterios y ermitas de Galicia”, Compostellanum, 54 (2009). Remito asimismo a mis obras: Documentación Medieval de la Diócesis de Vitoria en el Archivo Vaticano (zaragoza 1997); Documentación Medieval de la Diócesis de San Sebastián en el Archivo Vaticano (Roma 2000); Documentación Medieval de la Diócesis de Bilbao en el Archivo Vaticano (Roma 2001); Documentación Medieval de la Diócesis de Santander en el Archivo Vaticano (Roma 2002); Documentación Medieval de la Diócesis de Burgos en el Ar-chivo Vaticano (Roma 2003); Documentación Medieval de la Diócesis de Calahorra-Logroño en el Archivo Vaticano (Roma 2004); Lo sacro y lo profano en la España de los siglos XIV-XV, según documentos del Archivo Vaticano (Miranda de Ebro 2007).

    6 Sobre la historia de estos Registros Vaticanos, cfr., Ruiz de Loizaga, Docu-mentación Medieval de la Diócesis de Calahorra-Logroño en el Archivo Vaticano (Siglos XIV-XV) (Roma 2004) pp. 45-49.

  • 8 Saturnino Ruiz de Loizaga

    (1464). Recuerdo al lector que a cada Súplica dirigida al Papa corres-ponde una Bula.

    Nuestro propósito ha sido, por tanto, localizar y agavillar los do-cumentos pontificios, en beneficio de los estudiosos de la historia jacobea los pormenores, percances, novedades, vicisitudes que acom-pañaron a los peregrinos que recorrían a pie el famoso Camino de Santiago, tal como se presenta en los Registros Vaticanos.

    El presente trabajo quiere ser, pues, una interesante contribución más al estudio tan actual y sugestivo de la ruta jacobea.

  • I. Aspectos específicos de la documentación

    Desde el descubrimiento del sepulcro de Santiago en tiempos de Alfonso II el Casto (791-840) hasta nuestros días el Camino Com-postelano ha atraído riadas de peregrinos que han acudido a visitar la tumba del Apóstol y a su paso han enriquecido los caminos con una maravillosa estela de fe y arte. De manera que, en torno al sepulcro de Santiago, va a surgir a partir del siglo IX un espontáneo y fecundo movimiento de espiritualidad jacobea1. Atraídos por la presencia del Apóstol corren a Compostela primero los fieles de la región gallega; pero la onda de la devoción se amplía más y más rebasando las fron-teras de Galicia y de España hasta que toda la cristiandad medieval se hace presente en Santiago. Peregrinos de todas las capas sociales salen de todas las naciones europeas, hasta de Oriente, unidos por el nombre de Santiago. Santiago de Compostela como lugar específico de peregrinación va a producir una de las corrientes de intercambio y comunicación humanas más potentes que conoció la Europa de la época medieval. una ruta orlada de hospitales, capillas, puentes, posadas, que facilitan el peregrinar de las gentes. La peregrinación jacobea, al lado de la de Jerusalén y Roma va a rebasar los límites de

    1 La noticia del hallazgo de los restos del Apóstol en Galicia se extendió por toda la cristiandad a partir de la carta titulada “Noscat fraternitas vestra”, fechada a mediados del mismo siglo IX y atribuida al Papa San León, cuando la noticia corrió por toda la Península Ibérica y cruzó los Pirineos. El papa Calixto II instituyó, en 1122, el Año Santo Jacobeo y su sucesor, Alejandro III, dictó en Viterbo, en 1179, la bula Regis Aeterna, que otorga plena indulgencia a los que visitan el templo com-postelano cuando el día de Santiago (25 de julio) coincide en domingo.

  • 10 Saturnino Ruiz de Loizaga

    la historia compostelana. Del grande poeta italiano Dante poseemos aquella expresión escrita con espíritu poético y espiritual: “Que la ruta jacobea es la más maravillosa peregrinación que un cristiano haya podido hacer antes de su muerte”.

    Sobre los lugares de peregrinación en la Edad Media destacaron fundamentalmente tres de ámbito general para toda la cristiandad de Occidente, cuando la práctica de las peregrinaciones se extendió por Europa, desde mediados del siglo XI, con mayor intensidad que en otros tiempos anteriores. Se trata de Roma, Santiago y Jerusalén2: rome-ros, peregrinos y palmeros, que tales fueron los respectivos nombres espe-cíficos de quienes acudían a cada uno de tales lugares, produjeron, en lo que se refiere a Santiago, una de las corrientes de intercambio y co-municación humanas más potentes que conoció la Europa de la época.

    1. Los peregrinos

    La palabra peregrino proviene etimológicamente del latín “pere-grinus”, compuesto por “per” que significa “a través” y “ager” que se traduce como “campo”.

    uno de los fenómenos socio-religiosos más transcendentales para la historia peninsular en la Edad Media fueron las peregrinaciones, y, entre ellas, la de Santiago de Compostela.

    El santuario apostólico de Compostela atrajo a las gentes, hizo peregrinos. La peregrinación jacobea tuvo como meta Santiago, “lo-cus Sancti Jacobi”. Gracias a esa fe, la figura de Santiago evangeli-zador y defensor, se levantó frente a la de Mahoma con una fuerza incontrastable.

    Peregrinar tanto quiere significar como visitar lugares santificados por la presencia de algún símbolo religioso que en la religión católica

    2 gonzález garCía, M. A., “Las grandes peregrinaciones de la Cristiandad: Jerusalén, Roma Santiago y los archivos de la Iglesia”, Memoria Ecclesiae XIX (Ovie-do 2001) 85-108. Santiago se convirtió así en una de las tres ciudades santas de la cristiandad, junto a Roma y Jerusalén. Se bautizó como la ruta más importante de peregrinación espiritual y cultural de Europa, realizada por millones de peregrinos a lo largo de la historia hasta la actualidad.

  • Camino de Santiago 11

    se identifica generalmente con reliquias o cuerpos santos, o lugares de profunda veneración.

    Son muchos los personajes históricos que han conocido y han hecho mención a los peregrinos. Así, Dante Alighieri (1295), en el cap. XL de su obra Vita Nuova dedicada a su amada Beatriz una vez fallecida, dice que “no se entiende por peregrino sino el que va hacia la casa de Santiago o vuelve de ella”.

    “Es preciso conocer que existen tres maneras de nombrar las gentes que van al servicio del Altísimo: Se les llama ‘palmeros’, en tanto que van a ultramar por aquello que muchas veces solían llevar la palmera de Jericó. Se les llama ‘pere-grinos’, cuando su destino es la casa de Galicia, pues el sepulcro de Santiago que quedaba más lejos de su patria que cualquier otro apóstol; se le llama ‘romeros’ en tanto era Roma el lugar de su destino” 3.

    Palmeros, romeros, peregrinos, tales son los nombres con que designan en el Medioevo a los piadosos viajeros que se apresuran por montes y valles y al precio de quien sabe cuántas dificultades hacia el santuario donde ellos esperan obtener la suprema salud: es decir, la gracia de morir “ad limina sanctorum” en un lugar santificado –puer-ta viva del paraíso– por los pasos de Jesús o por el sepulcro de uno de sus discípulos.

    Este texto de Dante testimonia la singular importancia que ya en el siglo XIII iba adquiriendo el centro gallego hasta tal punto de parecer, eclipsar la gloria de Roma y de Jerusalén4.

    3 En la Alta Edad Media el viaje a Santiago estaba tan consolidado que se dis-tinguía entre peregrino, romero (a Roma) y palmero (a Jerusalén). Así, Dante Alighieri en su Vita Nuova escribía lo siguiente: “E dissi ‘peregrini’ secondo la larga significa-zione del vocabulo; chè pellegrini si possono intendere in due modi, in uno largo e in uno stretto: in largo, in quanto è pellegrino chiunche è fuori de la sua patria; in modo stretto non s’intende pellegrino se non chi va verso la casa di Sa’ Iacopo o riede. E però è da sapere che in tre modi del l’Altissimo: chiamansi palmieri in quanto vanno oltremare, là onde molte volte recano la palma; chiamansi peregrini in quanto vanno a la casa di Galizia, però che la sepultura de Sa’ Iacopo fue più lontana de la sua patria che d’ alcuno altro apostolo; chiamansi romei in quanto vanno a Roma, là ove questi cu’ io chiamo peregrini andavano, cfr., Vita Nova (Firenze 1932) pág. 63.

    4 dante alighieri, Vita Nova (Firenze 1932), pág. 69.

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    También, Alfonso X el Sabio (1252-1284), en el libro de las Parti-das redactado en Castilla con el objetivo de conseguir una cierta uni-formidad jurídica del Reino, dice que “Romeros e Peregrinos son omes que fazen sus romerías e pelegrinajes, por seruir a Dios e honrrar los Santos, e por sabor de fazer esto, estrañanse de sus logares, e de sus mujeres, e de sus casas…

    Distingue entre Romero que “va a Roma para visitar los Santos Lu-gares, en que yazen los cuerpos de Sant Pedro e Sant Pablo” y Pelegrino que “tanto quiere decir come ome estraño, que va a visitar el Sepulcro Santo de Hierusalem, e los otros Santos Logares …; o que andan en pelegrinaje a Santiago, o a Sant Salvador de Oviedo, o a otros logares de luenga e de estraña tierra”5.

    El primer peregrino de nombre conocido es Gotescalco, obispo de Puy, en Velay, que en 950, “acompañado de una gran comitiva, se dirigía apresurado a los confines de Galicia para implorar humilde-mente la misericordia de Dios y el sufragio del apóstol Santiago”6. Poco después van a ir como peregrinos, reyes y príncipes, obispos y santos, artistas y héroes.

    En los textos latinos se llama con relativa frecuencia jacobitae o jacobipetae a los peregrinos que iban a Santiago. En Francia, por ejem-plo, en los siglos XIII y XIV, se les llama jacquets.

    a) Motivos

    La peregrinación es la manifestación más visible y extensa del culto jacobeo. Compostela llega a ser la meta de peregrinación y que encierra variedad de formas, expresiones e itinerarios.

    Son numerosos los motivos que empujaban al peregrino a realizar dicho viaje.

    Objetivo de las peregrinaciones desde su antigüedad cristiana es el contacto con lo sagrado; la veneración y la plegaria en los lugares santos, el cumplimiento de votos y promesas hecho en una situación

    5 VázQuez de Parga - laCarra - uría riu, Las peregrinaciones a Santiago de Compostela, I, pág. 119.

    6 (= VázQuez de Parga, Las peregrinaciones a Santiago de Compostela), I, pp. 41-42.

  • Camino de Santiago 13

    de peligro; la satisfacción de sus culpas; la obtención de gracias y favores divinos, en especial, la salud; la adquisición de reliquias y ob-jetos vinculados a los misterios cristianos o a los santos7.

    Fue también un medio de purificación interior, con el fin de li-brarse de una enfermedad o de la peste8; está asimismo la peregrina-ción penitencial, es decir, la que se emprende para expiar los pecados y obtener el perdón. Había quienes acudían a Santiago en cumpli-miento de un voto. Y aun por vanidad al observar la admiración de que era objeto el peregrino que había llevado a cabo un viaje tan lar-go y penoso. No faltaban espíritus más prácticos que aprovechaban la peregrinación para desarrollar mejor sus negocios mercantiles; ni tampoco los falsos peregrinos, picaros y maleantes de toda clase, que se aprovechaban de la peregrinación para sus delitos o que hacían de su peregrinación de santuario en santuario una lucrativa profesión9 .

    La peregrinación jacobea como practica social en la cristiandad es el resultado de un largo proceso histórico que culmina en la segunda mitad del siglo XI con las peregrinaciones de grupos.

    Los viajes eran muy lentos: se viajaba a pie siendo las propias piernas los únicos medios de locomoción. Los más afortunados ca-balgaban a caballo o mulo. Su número debió crecer, como lo demues-tra un documento de Alfonso el Batallador concediendo praderas para pasto de estos animales.

    Con motivo de la peregrinación se fue tejiendo una red de al-bergues y hospitales contando con el apoyo civil y eclesiástico. La

    7 GarCía oro, J., - Portela Silva, M. J., “Santiago de Compostela, meta de peregrinación. Síntesis documentales y fuentes archivísticas”, Memoria Ecclesiae, vol. XVIII (Oviedo 2001) 51 [33-85]. Cfr. Vázquez de Parga–Lacarra - uría Ríu, Las peregrinaciones a Santiago de Compostela, I, 120-121.

    8 Al Apóstol Santiago se le reconocían poderes curativos extraordinarios, siendo muchos los que iniciaban el viaje enfermos.

    9 GarCía oro, J., - Portela Silva, M. J., “Santiago de Compostela, meta de peregrinación. Síntesis documentales y fuentes archivísticas”, Memoria Ecclesiae, vol. XVIII (Oviedo 2001) 80 [33-85].

    En la actualidad, el Camino de Santiago, es mayoritariamente, un viaje de ca-rácter lúdico y cultural, donde se pueden visitar monasterios y catedrales majestuo-sas, y gozar de una experiencia única en la vida donde poder meditar sobre uno mismo, el sentido de la vida, elevar el ser y dejarse llevar hacia lo místico.

  • 14 Saturnino Ruiz de Loizaga

    iglesia siempre tuvo las puertas abiertas a esta realidad haciendo de la caridad y la hospitalidad dos de los signos de su identidad y misión.

    2. Los Caminos

    Lo cierto es que el Camino a Santiago no fue trazado por ningún monarca ni ha existido tampoco un camino único e invariable al co-rrer de los siglos. Los caminos son los pasos anónimos de miles de peregrinos los que trazan la ruta y la modifican a lo largo de los siglos.

    “Caminante, son tus huellasel camino y nada más;caminante, no hay camino,se hace camino al andar” (Machado).

    Han sido varios los sinónimos que se han dado al itinerario que recorrían los peregrinos para llegar al sepulcro del apóstol Santia-go, en Galicia: Caminum Sancti Jacobi , Camino de Peregrinos, Camino Francés10, Camino de los Extranjeros, Ruta General, etc. Había asi-mismo otros itinerarios secundarios que conducían a los peregrinos a Compostela. Si por todas partes se va a Roma, lo mismo, por todas partes se podía ir a Santiago11.

    Es el Camino de Santiago por definición, el clásico. La ruta espi-ritual y comercial con la que se fundaron varias ciudades y mediante la cual los europeos accedían a España. Recorre Aragón, Navarra, La Rioja, Castilla y León y Galicia.

    10 un diploma de nuestra documentación nos informa al respecto: in via que di-citur Francorum, documento nº 137. El Camino Francés es una ruta formada por 750 kilómetros que enlaza Europa con el noroeste de España. Comienza en Somport y Roncesvalles, pasando por Aragón y Navarra, La Rioja, Castilla-León y Galicia, llegando hasta el “fin de la Tierra”, es decir, Finisterre. Antes del descubrimiento de América, se creía que la tierra era plana, y el punto más alejado hacia oeste de la península Ibérica en este caso, Finisterre, sería el último lugar antes de adentrarse en el fin del mundo.

    11 Existe mucha documentación referente a los Caminos que conducían a los peregrinos nacionales a la tumba del Apóstol, que me parece ocioso detener-me en ello.

  • Camino de Santiago 15

    La peregrinación a Santiago impulsó la construcción y reparación de una importante red de caminos, llevado a cabo gracias a la impli-cación de los reyes, órdenes militares, obispos y papas.

    Así, con caminos desbrozados y adecentados viene a cumplirse con creces aquel consejo del místico escritor Fray Antonio de Guevara, que también anduvo por ellos: “A los buenos amigos no es suficiente iluminarles el camino, hay que apartar de él también todo lo que pue-da hacerles tropezar”.

    Hay que tener en cuenta que la construcción de puentes y cami-nos, en aquellos años de la Edad Media era considerada como una obra de misericordia, incluida en la de “dar posada al peregrino”. Como escribe el profesor Lacarra: ‘Las dificultades que acechan al peregrino y las adversidades del camino darán ocasión para que mu-chas almas nobles ejerciten la caridad, a veces en grado heroico. Cari-dad hacia los peregrinos, construyendo puentes, arreglando caminos o levantando hospitales y asistiéndoles en ellos’12.

    Dado los peligros que corrían los peregrinos al tener que hacer un largo recorrido atravesando reinos y señoríos diferentes, sin or-ganización pública adecuada, los reyes y obispos se esforzaron por proteger al peregrino. No sólo se reparaban caminos y puentes, sino que se les conceden privilegios y exenciones y se castiga con grandes penas al que maltrate al peregrino. No olvidemos que los peregrinos al transitar por el país, fomentaban el comercio y la riqueza13.

    Para mejor defenderse, los peregrinos solían caminar en grupos. Para ello se agrupaban por naciones. Se preparaban para emprender

    12 LaCarra, J. M., “El camino de Santiago en España”, en Santiago en España, Europa y América (Madrid 1971) 64.

    13 De ahí que los reyes de Aragón, de Navarra y de Castilla se afanan en fa-cilitar el viaje a Santiago, mejorando el estado deplorable en que se hallaban las calzadas, franqueando además a los peregrinos las numerosas tasas de peaje. Bene-dictinos y canónigos de san Agustín multiplicaban a lo largo del camino sus prio-ratos y fundaciones de caridad. De este modo surge el famoso Camino Francés que gozará enseguida de una gran aceptación, en gran parte debido a la construcción y mantenimiento de puentes y hospitales para peregrinos y mejora del camino, labor en la que –como hemos apuntado– tomaron parte tanto los monarcas, como los nobles, eclesiásticos y personas pías.

  • 16 Saturnino Ruiz de Loizaga

    tan largo viaje equiparándose de forma conveniente: calzado fuerte, un abrigo amplio o capa con esclavina reforzada de piel, para prote-gerse de la lluvia y del frio, y un sombrero de alas anchas.

    Buen número de franceses se establecieron a lo largo del “cami-no” y en los pequeños poblados fundados por los reyes y dotados con un Fuero, para facilitar de este modo el más cómodo tránsito y alojamiento de las multitudes de peregrinos, tras la devastación de las guerras con los musulmanes.

    Son numerosos los documentos que a partir del siglo XII testi-monian un itinerario definido entre múltiples caminos hacia Santiago en territorio español, testimonios solo comparables a los viajes des-critos a Tierra Santa, desde los primeros siglos de la Iglesia.

    En tierra española, los caminos se iniciaban en Canfranc-Jaca-Sangüesa o en Roncesvalles-Pamplona, que era la ruta más concurri-da, beneficiándose, además, de la leyenda que rodeaba a Roncesvalles y lo hacía más atractivo para los peregrinos francos. Ambos caminos se unificaban en Puente la Reina y seguían hacia Compostela, siendo los jalones principales Estella, Viana, Logroño, Nájera, Santo Do-mingo de la Calzada, Burgos, Carrión, Sahagún, León, Astorga, Pon-ferrada, Cacabelos, Cebrero, Triacastela y Mellid. Esta ruta principal, que se formó en la segunda mitad del siglo XI, tenía variantes. La principal de ellas, especialmente concurrida en el siglo XIII, aunque ya existía en tiempos de Alfonso VI, conducía de León a Oviedo, y atrajo a muchos peregrinos deseosos de visitar las reliquias de la Cá-mara Santa en la catedral de esta ciudad, que, como muchas otras, cre-ció y se renovó en gran parte gracias a la vitalidad y riqueza aportada a través del Camino. Además, también en el siglo XIII, comenzaron a frecuentarse las rutas que dese Bayona y San Juan de Luz enlazaban con Burgos, e incluso el camino litoral cantábrico, hasta Mondoñedo. Por el camino descrito en primer lugar (camino francés) canalizaba a la gran masas de peregrinos, anónimos casi siempre, ilustres y cono-cidos otras.

    La gran gesta jacobea a través de la Península ha dejado una serie de recuerdos históricos, religiosos, sociales y artísticos que nos hablan del paso de los peregrinos.

  • Camino de Santiago 17

    Pero no todos se acercaban a Santiago por caminos, cañadas y puentes, los había que elegían el trayecto de la nave. Esta ruta del mar que siguieron principalmente los ingleses, pero también los flamen-cos y los pueblos de Marca Germánica.

    uno de los documentos nos refiere precisamente que los peregri-nos llegaban a la tumba del apóstol a través del puerto de La Coruña, teniendo como primer punto de referencia la iglesia de Santiago de dicha ciudad (doc. nº 149).

    Así, pues, otra ruta que ha dejado huellas en el camino y que fue muy utilizada en la Edad Media, es la ruta del mar que siguieron principalmente los ingleses, pro también los flamencos y los pueblos germánicos. Los ingleses y otras gentes del norte hacían el trayecto directamente desde Plymouth o Darmouth hasta La Coruña. Esta ruta era seguida tanto por peregrinos como por mercadores, ya que el abastecimiento de la ciudad de Santiago en épocas de gran concurso de gentes como nos sugieren los documentos que publicamos, pues era más fácil por vía marítima. Sin duda era este el medio de transpor-te preferido por los nórdicos por su rapidez.

    La llegada de peregrinos ingleses embarcados hasta Galicia co-mienza a convertirse en una línea regular de transporte entre los puertos ingleses –Bristol, Darmouth, Plymouth y Suothampton– so-bre todo y La Coruña a partir de mediados del siglo XIV. Los barcos

    Camino de Santiago FranCéS.

  • 18 Saturnino Ruiz de Loizaga

    ingleses que viajaban con salvoconducto real transportaban peregri-nos a Santiago a través del puerto de La Coruña y aprovechaban el viaje para traer paños ingleses y llevar de vuelta vinos gallegos en cantidades modestas pero suficientes para hacer frente a los gastos de viaje14. De la Coruña a Santiago recorrían el camino en un día y una noche15.

    Tradicionalmente, los peregrinos que habían recorrido cientos o miles de kilómetros, además del gran gozo de abrazar al apóstol, seguían unos kilómetros más hacia el oeste para alcanzar el fin del mundo, el llamado por los romanos finis terrae. Se consideraba que más allá no había nada, como rezaba el antiguo lema hispánico: non plus ultra.

    3. Los puentes

    Las rutas de peregrinos adquieren, como es bien sabido, un nota-ble auge a partir del reinado de Alfonso VI (1065-1109) y nada tiene de extraño que emerjan algunas personalidades relevantes, vincula-das al cuidado material de los caminos, a la reparación y construcción de puentes, a la protección de los peregrinos y sobre todo a la asistencia caritativa de los mismos. Santo Domingo de la Calzada († 1109) fue un sacerdote secular, que ocupó una buena parte de su vida pendiente del camino y de los peregrinos, reparando puentes y caminos, para facilitar el paso a los viajeros entre la Rioja y Burgos16. La recons-trucción de puentes sobre el rio Oja y la puesta en marcha de la al-berguería cercana, obras muy relacionadas con los orígenes del burgo de santo Domingo, fueron, sin lugar a dudas, las realizaciones más importantes del popular santo.

    14 Cfr. Ferreira Priegue, E., Galicia en el comercio marítimo medieval (A Coruña 1988).

    15 Documentos de este tiempo (19 de julio de 1494) referentes a peregrinos que llegaban a La Coruña nos informan de cómo los Reyes Católicos favorecían y mitigaban las fatigas de los peregrinos concediéndoles poder alquilar mulas y yeguas para ir y tornar a dicho puerto.

    16 (= vázQuez de Parga, Las peregrinaciones a Santiago) I, pp. 162-165.

  • Camino de Santiago 19

    San Juan de Ortega (†1163) cumplió funciones de sacerdote de San Nicolás de Ortega (Burgos). Alfonso VII le encomienda el cuidado de la alberguería de Ortega, que había fundado su madre la reina urraca. Con los réditos pudo instituir una comunidad de capitulares en la citada iglesia y dedicarse a tareas asistenciales con peregrinos y viajeros, empeñándose también, como Santo Domin-go, en las reparaciones de puentes que facilitaran el tránsito hacia la Rioja17.

    A lo ya dicho nos parece oportuno resaltar el papel que adquiere también, en nuestra documentación, la presencia de los puentes.

    A veces, incluso, se pedían indulgencias para la construcción o reformas de puentes para facilitar el viaje de los peregrinos a Santia-go, u obras de saneamiento. Este aspecto de las indulgencias, como vehículo eficaz de la cultura y civilización, merece todo encomio.

    En esta pequeña documentación tenemos un caso extremo en el que no se indica absolutamente para nada el aspecto de peregrinaje u hospitalidad, y no obstante, el papa concede una serie de indulgencias a los habitantes y agricultores de Orense que, arrepentidos y confesados, contribuyan con algún subsidio a la reparación del puente del grande río Miño que pasa cerca de la ciudad18.

    Pero la concesión de las indulgencias, en estrecha relación con la limosna, dio desgraciadamente también origen a reprobables abusos. El valor redentor de la limosna, bien fundamentado en textos bíbli-cos, fue sabiamente explotado por el monacato y la clerecía medieval. Las gracias inherentes a la peregrinación no se obtenían únicamente por las fatigas, peligros y privaciones de la andadura, sino que para obtenerlas era preciso hacer alguna serie de ofrendas a lo largo del trayecto, o al menos en la meta final.

    17 El rey Alfonso VIII dona al obispo de Calahorra, García, la alberguería de la Morcuera en el alfoz de Miranda con todos sus molinos y heredades para la obra del puente de Miranda, cfr., rodríguez de lama, I., Colección Diplomática Medieval de la Rioja, tomo III (Logroño 1979) 133.

    18 Doc. nº 134. En cambio en el doc. nº 135, donde se alude a este mismo puente de Orense, bastantes años más tarde, se indica claramente que se encuentra en el camino de Santiago.

  • 20 Saturnino Ruiz de Loizaga

    Por otra parte, el falso concepto de que la indulgencia librase no sólo de la pena de muerte sino también de la culpa, –introducido en el pueblo y combatido débilmente por la jerarquía católica,– contri-buyó a multiplicar los abusos hasta tal punto de reducir la concesión de las indulgencias a una operación financiera. El concilio de Trento pondrá orden al respecto suprimiendo todos los abusos derivados del lucro de las indulgencias19.

    –He aquí algunos testimonios sobre la reconstrucción de puentes que aparecen en nuestra colección:

    La Rioja– Puente de piedra sobre el río Oja, Santo Domingo de la Calza-

    da, año 1418 (doc. nº 48).

    Palencia:– Daños graves del río que pasa por Carrión de los Condes, año

    1425 (doc. nº 82).– Puente en ruinas de Baquerín de Campos, año 1427 (doc. nº 84).

    Asturias– Puente de piedra del río Lena, Mieres, año 1373, (doc. nº 120).– Puente de Santa Catalina de Montesacro, Monte Sinaí, año

    1419, (doc. nº 124).– Puente cerca de Mieres, año 1419, (doc. nº 125, 126).– Puentes de Olloniego y Mieres , año 1425 y 1426, (doc. nº 127,

    128).– Puente en territorio de Colunga, año1427, (doc. nº 129).

    Galicia– Puente sobre el río Miño, en Orense, años 1432, 1445 (doc. nº

    134, 135).

    19 El papa León X, por ejemplo, concedió una indulgencia especial a los que contribuyeran a la construcción de la fábrica de San Pedro (año 1515). Los abusos, combatidos con debilidad por la autoridad eclesiástica, fueron el pretexto para que Lutero se levantara contra Roma.

  • Camino de Santiago 21

    – Puente sobre el río ulla, cerca de la ciudad de Santiago, año 1468 (doc. nº 154).

    – Malecón o brazo de mar de Vivero [Lugo], año 1461 (doc. nº 138).

    Zamora– Puentes (35 puentes), diócesis de Astorga [zamora], año 1446

    (doc. 107,108)

    Abundando en lo que venimos diciendo poseemos más docu-mentos pontificios en los que los papas abrían el tesoro de las indul-gencias, del cual la iglesia es la depositaria, para subvenir a las nece-sidades espirituales o a las obras directamente relacionadas con ellas, es el caso del fomento de construcciones civiles, si eran de necesidad pública, como puentes, caminos, puertos, etc.

    Los constantes avatares de los puentes, a lo largo de la historia, demuestran bien claramente la elevada importancia estratégica de es-tos viaductos en la peregrinación.

    Para subvenir a los gastos de reparación –como ya hemos tenido ocasión de señalar– los pueblos se dirigen, pues, al papa. Puentes de gran utilidad pública y religiosa. Las obras de nuevos puentes fue de piedra sien-do una tónica real en la Edad Media. Vemos en los registros vaticanos cómo los fieles, obispos y nobles con motivo de las reconstrucciones o construcciones de puentes se dirigen al Papa solicitando indulgencias.

    Así, Ríus Serra, buen conocedor el Archivo Vaticano publicaba en el lejano año 1931 una serie de documentos originales referentes a puentes en la ruta a Compostela que tenían relación con regiones de Aragón y Cataluña y que me ha parecido importante evidenciar20.

    a) 1405, abril 1, NizaBenedicto XIII concede un año y cuarenta días de indulgencia a los que trabajen o ayuden con sus limosnas para la construcción de un puente sobre el río Cinca.Reg. Aven. 320, fol. 389v-390.

    20 RiuS Serra, J., “Benedicto XIII y la construcción de puentes”, Analecta Sacra Tarraconensia, vol. VII (Barcelona 1931) 357-361.

  • 22 Saturnino Ruiz de Loizaga

    b) 1405, abril 1, NizaEl papa Benedicto XIII de Aviñón concede que puedan ser destinados a la obra del puente sobre el río Cinca los legados hechos por personas de la comarca para reparación de caminos y puentes.Reg. Aven. 320, fol. 395.

    c) 1407, mayo 25, MarsellaComisión hecha por el papa Benedicto XIII de Aviñón para que sea aprobada la concesión de limosnas otorgadas por el vicario general del obispo de Lérida en favor del puente sobre el rio Cinca.Reg. Aven. 328, fol. 555.

    d) 1411, noviembre 2, PeñíscolaConcesión de indulgencias a los que ayuden a construir un puente sobre el río Noguera.Reg. Aven. 333, fol. 75-76.

    e) 1409, marzo 23, PerpiñánBenedicto XIII de Aviñón concede indulgencias a los que ayuden a re-construir un puente sobe el Ebro en Zaragoza21.Reg. Aven. 337, fol. 335.

    Por su parte el ilustre dominico treviñés, Beltrán de Heredia, –por poco no tuve el placer de conocerle– que también consumió muchos de sus años investigando en el Archivo Vaticano, nos ha dejado, tam-bién esta noticia22.

    f) 1396, marzo 4, Aviñón Benedicto XIII de Aviñón entre otras concesiones se interesa del im-portante puente de piedra sobre el río Tajo en el lugar de Villafranca, cerca de Talavera, diócesis de Toledo, debido a su evidente utilidad de los peregrinos y gentes de aquellas comarcas.Biblioteca Nacional, ms. 13.103, fol. 204-205. Es copia.

    21 Cfr., nota precedente.22 Beltrán de heredia, V., Bulario de la Universidad de Salamanca (1219-1549),

    vol. 1, pp. 547-548.

  • Camino de Santiago 23

    Cofradías, obispos, nobles –como venimos relatando– se dirigen al papa “pues frecuentemente se producen grandes peligros y muchas muertes de caminantes a causa de las aguas torrenciales” que entor-pecen y dificultan los caminos. Los Papas exhortan a los feligreses a contribuir con sus limosnas a tales reparaciones, concediendo años de indulgencia para cuantos contribuyeran con sus limosnas a estas obras benéficas.

    Parece ser que en algunos casos eran los caballeros de Santiago a cuyo cargo estaba la custodia de las rutas de peregrinación al sepulcro del Apóstol pedían y recaudaban limosnas con este fin.

    Quiero recordar un aspecto importante: la enorme actividad ar-quitectónica y artística de la Baja Edad Media se explica, pues, en buena lógica, a través del instrumento de las indulgencias.

    Pero también los hospitales, leproserías, hospicios, conventos, ermitas, puentes fueron construidos con la ayuda de indulgencias o gracias especiales23.

    4. Los Hospitales

    En la Edad Media el precepto cristiano de prestar ayuda y aten-ción a los pobres, enfermos y peregrinos dio lugar a una red de asis-tencia de hospitales y albergues promovidos fundamentalmente por iglesias y monasterios.

    Se crearon infinidad de hospitales para proteger a los peregrinos. Su finalidad no fue otra que la beneficencia.

    El hospital medieval era un lugar en donde se daba cobijo a los desvalidos y a los que peregrinaban, es una institución de caridad que se mantenía gracias a las donaciones de las personas que muchas veces en sus testamentos reservan una parte de sus bienes para obras de caridad, necesarias para poder alcanzar la salvación, pues para ello

    23 Remito a mi libro: Iglesias, Santuarios y Ermitas dedicados a Santa María en los pueblos de España. Según documentación de los Registros del Archivo Vaticano (Siglos XIV-XV) (zamora 2011).

  • 24 Saturnino Ruiz de Loizaga

    no es suficiente solo con tener fe, sino que debe de acompañarse de buenas obras, de manera que distribuyen limosnas en las que está incluida una institución hospitalaria.

    La gran gesta jacobea ha dejado, por tanto, en la Península una serie de recuerdos históricos, religiosos y artísticos que nos hablan del paso de los peregrinos. El número y la diversidad de los peregrinos creó problemas y nuevas realidades. uno, fundamental y primordial, fue el del alojamiento. Los viandantes precisaban de un techo donde pasar las noches, donde refugiarse en los días de nieve, lluvia o calor intenso, donde descansar de la andadura reponiendo fuerzas, o des-pachar su parco yantar. Ello dio lugar, en gran parte, por parte de la Iglesia a la fundación de hospitales, hospederías y capillas. Su fin no fue otro que la beneficencia. El creciente y constante contingente de peregrinos, camino de Compostela, que atravesaba el noroeste penin-sular requería atención médica y sanitaria y ésta sólo la podían recibir en los hospitales. una red de hospitales cumplía funciones de acogida y de caridad en general. Estos hospitales solían gozar de exención de impuestos y derechos de pastos.

    No debemos de olvidarnos que además de la asistencia alimen-taria y sanitaria, los peregrinos pudieron hallar en los hospitales el consuelo espiritual.

    Si bien la mayoría de los hospitales fueron destinados a pobres, no fueron todos iguales. Hubo hospitales donde se atendía y curaba a los enfermos; alberguería, donde se daba posada a los peregrinos, enfermos o no, y asilos donde se acogía a los pobres. O los laza-retos, normalmente fuera del poblado en los que venían acogidos los sospechosos de enfermedad contagiosa. Los hospitales llamados “leproserías” estaban bajo el patrocinio de San Lázaro y de Santa María Magdalena. Se les llamaba “lazaretos” por ser la lepra el ‘mal de San Lázaro’, y “malaterías” porque los leprosos eran los ‘malades’ o enfermos por antonomasia, sometidos a un trato rigorista que les obligaba a denunciar su presencia haciendo sonar sus tablitas.

    Los cuidados debían quedar reducidos a disposiciones profilác-ticas, incomunicando a los enfermos en salas separadas. Interesante a este respecto cuanto nos dice un documento relacionado con el

  • Camino de Santiago 25

    hospital cercano a Mansilla del Camino, donde se habla de mala sani-dad [propter malam curam et gubernationem] y de la escasez o insuficiencia de médicos [carentiam medicorum], aspecto éste debido seguramente a que el trabajo de los médicos no venía remunerado [ac medicorum cura subventione indigere], año 1450 (doc. núm. 91).

    Muchos de los hospitales ubicados en el Camino de Santiago fue-ron construidos especialmente para peregrinos desde el momento que se indica expresamente que estaba junto al camino que conducía a Santiago de Compostela24.

    Puede extrañar el hecho de que constantemente se aluda tam-bién a los ‘pobres’ en los documentos pontificios sobre hospitales y albergues de peregrinos. La razón es clara. Los ricos tenían medios para pagar su estancia en casas particulares y hosterías. Los destinata-

    24 Documentos: via magistra qua de diversis mundi partibus ad ecclesiam S. Jacobi Compostellan. iter situm est, doc. 10, 11; in via publica, per quam pellegrini et alii ad sanctum Iacobum de Compostella, doc. 50, 52, 54, 83, 90, 107, 137, etc.

    diStintoS CaminoS JaCobeoS de la PenínSula.

  • 26 Saturnino Ruiz de Loizaga

    rios del esfuerzo asistencial eran los indigentes, los representantes de Cristo. uno de los aspectos más paradójicos de la Edad Media está en el duro contraste entre la crueldad brutal de los hombres y la ternura para con los menesterosos, fundada en motivos religiosos más que humanitarios25.

    Presentamos una relación distribuida por comunidades autonó-micas y regiones de los hospitales dedicados al alojamiento y al man-tenimiento de peregrinos que se dirigen a Santiago tal como se refleja en nuestra documentación vaticana (siglos XIV-XV). De este modo hemos tratado de recuperar y enriquecer un patrimonio, un ámbito, el de los hospitales.

    1. Navarraa) Navarra

    Hospital de Santa María de Roncesvalles (años 1309, 1365, 1422, 1429, 1442).Hospital de Villafranca (1438).Hospital de Orbiola (1442).Hospital de Viana (1458).

    2. País Vascoa) Guipúzcoa

    Iglesia hospital de San Adrián de Cegama (1290).Hospital de Santiago de Fuenterrabía (1429).Hospital de Santa María Magdalena de Mondragón (1434).Hospital de Santa María Magdalena de Motrico (1434).Hospital de la villa de zumaya (1439).Hospital de San Julián de Motrico (1442, 1443).

    25 En las Reglas monásticas el peregrino pasa a ser el propio Cristo, debiendo ser tratado como tal. La regla de San Benito abre al capítulo 53 con esta norma: “A todos los huéspedes que llegan al monasterio recíbaseles como al mismo Cristo, pues Él ha de decir: Huésped fui y me recibisteis. Y tribútese a todos el honor debido, en especial a nuestros hermanos en la fe y a los peregrinos” (BAC 406, pág. 154).

  • Camino de Santiago 27

    b) VizcayaHospital de Santo Domingo de Bilbao (año 1430, 1442).Hospital de Santo Domingo del Espino de Bilbao (1431, 1435, 1442).Hospital de la Virgen María de la villa de Valmaseda (1432).Hospital de la villa de Santa María de Guernica (1438).Hospital de la villa de Bermeo (1442).Hospital de san Lázaro de la villa de Bermeo (1442).Hospital de la villa de Santa Marina de Bermeo (1442).Hospital de San Juan de la villa de Bilbao (1476, 1474, 1478, 1483).

    c) ÁlavaHospital [de la Virgen del Cabello] de la ciudad de Vitoria (1420, 1421, 1425, 1428, 1435).Hospital de Santa Ana de Salinas de Buradón (1435, 1436).Hospital de Santa María Magdalena de Vitoria (1413, 1466).Hospital cercano al pueblo de Luco (1488).

    5. La RiojaLogroño, a orillas del río Ebro. La construcción en el siglo XI de

    un puente de piedra con dos arcos. Su rúa vieja era la entrada de pe-regrinos hasta la iglesia de Santiago, cuya portada ostenta una estatua de Santiago Matamoros. Otros monumentos como la catedral de Sta María la Redonda y la iglesia de San Bartolomé.

    Siguiendo la ruta se llega a Navarrete donde hubo un importante hospital vinculado al Camino de Santiago. Hoy sólo se conserva la puerta románica que pertenecía al antiguo hospital de peregrinos, en el cementario.

    Más adelante se levanta Nájera, a orillas del río Najerilla, el cami-no pasa frente a Santa María la Real

    En el margen izquierdo del río Oja se alza Santo Domingo de la Caldaza, la “Compostela riojana”, fundada por el santo. Es uno de los mayores beneficiarios de la ruta. Él solo construyó el puente

  • 28 Saturnino Ruiz de Loizaga

    sobre el rio Oja, un hospital de peregrinos, convertido en Parador nacional, la calzada entre Nájera y Redecilla. Destaca la catedral con el sepulcro del Santo, el gallinero que recuerda un milagro de santo Domingo el de la “gallina que cantó después de ser asada” Posee otros edificios con numerosas mansiones solariegas y el monumen-to al Peregrino.

    La RiojaHospital de la milicia de Calatrava de Logroño (1418).Hospital de Santiago de Logroño (1436…).Hospital de Santo Domingo de la Calzada (1418, 1445).Hospital de S. Juan de Jerusalén de Navarrete (1449).

    6. CantabriaHospital del Espíritu Santo de Santander (1431).

    7. Castilla-León

    a) BurgosEn muchas de las poblaciones, grandes y pequeñas, por las que

    pasaba el camino peregrino a Santiago había un hospital más o me-nos amplio para atender las primeras necesidades y alojamiento de peregrinos: Roncesvalles-Puente la Reina-Logroño-Nájera-Santo Domingo de la Calzada-Villafranca Montes de Oca-San Juan de Ortega-Burgos. Otros de menor importancia: Redecilla del Camino; Villamayor del Río; Hornillos; Belorado, que tenía dos; uno estaba ubicado donde hoy está la ermita de Ntra. Sra. de Belén, patrona de la villa de Belorado; el segundo era el de San Lázaro y llamado hospital del Cristo y que más tarde pasó a la Administración de Beneficencia, luego hospital municipal y por fin suprimido.

    He aquí un elenco o serie de hospitales burgaleses dedicados al alojamiento y mantenimiento de peregrinos que se dirigían a Santia-go, tal como parece en nuestra documentación26:

    26 Ver también las páginas 136-137.

  • Camino de Santiago 29

    Hospital de Santa Cruz de Medina de Pomar (1441)27.Hospital de Vallejo [Mena] (1417).Hospital de Frías (1421).Hospital de Belorado (1447).Hospital de Villafranca de los Montes de Oca (año1403). Hospital de San Juan de Ortega (1464).Hospital Santa María de los Huérfanos (Michelote28) [Burgos] (1415, 1415b, 1439).Hospital del Rey [Burgos] (1420, 1430, 1460).Hospital del Emperador [Burgos] (1426, 1445, 1479). Hospital de S. María La Real de Burgos (1456).Hospital de Vegua (1440).Hospital del señor Damolis Capiscol (1451).Hospital de Sixto IV [Burgos] (1479).Hospital de Santa Marina y San Lorenzo de Villasandino (1434, 1435).Hospital de Santo Domingo de Roa (1428).Hospital de la Anunciación de Roa (1445).Hospital de San Lázaro de Castrogeriz (1425,1476)29.

    En Burgos hay datos sobre 32 hospitales, entre los que destacan el de San Juan y San Lesmes; el del Emperador; la casa de San Lázaro en el barrio de San Pedro; y el hospital de Rey, el más famoso de toda la ruta jacobea. Este, vinculado al monasterio de las Huelgas, recibía a toda clase de peregrinos y a todas las horas, era amplísimo, bien atendido en lo material y espiritual –incluso con confesores políglo-tas– se hizo famoso por su espléndido trato, del que se hacen lenguas

    27 Más noticias del hospital de Santa Cruz de Medina de Pomar, cfr. ruiz de loizaga, S., “Conventos franciscanos en el norte de la provincia de Burgos a la luz de los diplomas pontificios (Siglos XIII-XV)”, en Las Merindades de Castilla Vieja en la Historia [coord. Rafael Sánchez Domingo] (Burgos 2007) pp. 260, 277-279.

    28 Miquilote (Michelote), un francés, vecino de Burgos, que fundó el hospital de los Huérfanos.

    29 En 1495 existían en Castrogeriz cuatro hospitales.

  • 30 Saturnino Ruiz de Loizaga

    no pocos peregrinos en sus memorias y cuantos de él escribieron, por ejemplo, Jiménez de Rada y Alfonso el Sabio30

    Algunos de los hospitales ubicados en la ciudad Burgos fueron construidos específicamente para los peregrinos desde el momento que se indica expresamente a esta ciudad como uno de los hitos ja-cobeos más importantes en la ruta que conducía a Santiago de Com-postela (documentos: 65, 69, 79).

    Si el Camino de Santiago “es como la espina dorsal de los reinos castellanos, enlace con el exterior, vía comercial y vía militar a la vez”, para Burgos es clave de su pujanza medieval, con fuerte incidencia en el aspecto humano y religioso31. El espíritu universalista, tan con-corde con la fe cristiana, recibió nuevos alientos gracias al “camino”.

    b) PalenciaHospital de Aguilar de Campoo, (años 1346, 1347).Hospital de Carrión de los Condes, (1425, 1429).Hospital de Padilla (1411).Hospital de Santa María de la Puente, en los confines de Pa-lencia con León, (1427).Hospital de San Antolín de Palencia, (1442).

    c) LeónHospital de Santa María de Arbás de Puerto (año 1426).Hospital de Santa María Magdalena de Cerezal, diócesis de Astorga (1433, 1435).Hospital de Mansilla del Camino, diócesis de León (1450).Hospital de San Lorenzo de Quintana de Tadiello (1417).Hospital de Santa María entre León y Palencia (1427).

    d) ValladolidHospital de Santa María de Esgueva (Valladolid) (años 1418, 1480).

    30 LóPez martínez, N., “Vida cristiana. Camino de Santiago”, 406. 31 LóPez martínez, “Vía cristiana. Camino de Santiago”, Historia de Burgos, II,

    [Edad Media 1] (Burgos1986) 411.

  • Camino de Santiago 31

    Hospital de San Juan de Valladolid (1426).Hospital de S. Ildefonso de Valladolid (1430).Hospital Santa María de la Misericordia de Valladolid (1438, 1440).Hospital de Santa María de la Piedad (villa de Medina del Campo (1447, 1451, 1453, 1461).Hospital de S. Juan de Jerusalén de Bamba (1435).Hospital de S. Juan de Jerusalén de Cubillas (1440).

    e) ZamoraHospital junto a la iglesia de S. María la Nueva [zamora] (año 1419).Hospital de la Anunciación de Benavente (1431).Hospital de Santa Catalina de Benavente (1440).Hospital de Santa María Magdalena de Toro (1436, 1437).Cofradía de S. María de Carballeda (y sus 30 hospitales, dióce-sis de Astorga32 (1446).

    f) SegoviaHospital de San Andrés del lugar de Villeguillo (año 1422).Hospital de Santa María de la villa de Cuéllar (1425, 1427, 1439, 1440).Hospital de Santa María de la Anunciación de S. María de Nieva (1427).Hospital de S. Antonio [o de S. María de la Piedad de Segovia] (1462).Hospital de Santa María de la Hoz (1479).

    g) ÁvilaHospital para pobres de Madrigal (1440).Hospital para pobres del Barco de Ávila (1447).

    32 Los límites de la diócesis de Astorga en la antigüedad eran extensísimos. En el siglo XIII pleiteaban con el obispo de Astorga sobre jurisdicción en diversas comarcas los obispos de Lugo, Orense, zamora, León y Braga.

  • 32 Saturnino Ruiz de Loizaga

    g) SalamancaHospital de Santo Tomás (1413).Hospital de S. Juan de Jerusalén de Ledesma (1422).

    8. AsturiasHospital de San Millán (1374).Hospital del pueblo de Barca (1413). [nota 132].Hospital de S. María Magdalena de Prova de Navia (414).Hospital de S. María en territorio Colunga (1427).Hospital de Cudillero (1432).Hospital de S. Juan Bautista de Jarrio (1432).Casas-hospital de Villafría y Rigada (1433).Casa-Albergue de Linares (1436).

    9. Galicia

    a) CoruñaHospital de Santiago de Compostela (1364, 1413, 1491).Hospital de San Miguel de Santiago de Compostela (1442). Hospital de San Juan, extra muros de La Coruña (1397). Hospital de Santiago de la Coruña (1428, 1433, 1435, 1452, 1460, nota).Hospital de Mellid (Melide), prov. de La Coruña (1376, 1378).Hospital de Santa María de Logoso, diócesis de Compostela (1420).Hospital de Santa María de Betanzos (1433). Hospital de Santa María de Sobrado (1456).Hospital de S. Bartolomé, en la isla de Laureyo (1374).

    b) LugoHospital de Santa María de Cebrero [Cebreiro] (1459).

    c) PontevedraHospital-leprosorio de san Lázaro de Pontevedra (1429).

  • Camino de Santiago 33

    He aquí, pues, un breve catálogo, un dossier de una parte de la Península que incluye referencias a centros que han representado el paradigma de una importante concepción sanitaria, tanto en el ám-bito asistencial como en el de la organización profesional y en la es-tructura arquitectónica.

    En definitiva, con esta lista o relación pormenorizada hemos in-tentado recuperar, enriquecer, a través de esos tesoros documentales vaticanos, un patrimonio olvidado, un ámbito, el de los hospitales en nuestra Edad Media.

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  • II. Instituciones

    Las fundaciones de los hospitales fueron llevadas a cabo por ór-denes religiosas, obispos, monarcas, príncipes, militares, hermanda-des o simplemente particulares.

    En cuanto a la administración todos los hospitales, pequeños y grandes, en su mayor parte estuvieron en manos de instituciones re-ligiosas. Primero fueron los monasterios y las sedes episcopales, des-pués las Ordenes religiosas, y más tarde las parroquias y las cofradías.

    Hay muchísimo escrito sobre los inicios, la vida, gobierno, asis-tencia hospitalaria en los siglos medievos1, me limito a unos pocos rasgos esenciales.

    a) Las Órdenes Monásticas

    A lo largo de la Edad Media fueron diversos los estamentos socia-les que intervinieron en la fundación y organización de los hospitales, siendo las órdenes monásticas las que se consideran como las máximas impulsoras en la asistencia hospitalaria. Monástico, por ser los monaste-rios benedictinos cluniacenses los primeros en abrir hospederías o los encargados de administrarlas. Unas veces éstos se ubican en los edifi-cios del propio monasterio o en construcciones próximas y otras eran hospitales que dependían de la abadía, pero situados en lugares lejanos.

    1 Cfr. Miranda garCía, F., Apéndice Bibliografía (1949-1997), en (= VázQuez de Parga, Las peregrinaciones a Santiago), vol. III, pp. I-CXXVI.

  • 36 Saturnino Ruiz de Loizaga

    La Orden monástica que regentó un mayor número de centros en el Camino de Santiago fue la de los monjes negros de San Benito. Fueron los monasterios benedictinos cluniacenses los primeros en abrir hospederías o los encargados de administrarlas. Los tenemos en Leyre e Irache (Navarra), en S. María la Real de Nájera, en S. zoilo de Carrión de los Condes (Palencia), destacando sobre todos ellos el de Sahagún (León). Con la reforma cisterciense, los llamados mon-jes blancos se hacen cargo de algunos monasterios de la antigua ob-servancia benedictina y también de sus hospitales, aunque en ciertas ocasiones hacen sus propias fundaciones y, al parecer, sus hospitales fueron mejores de los de las otras órdenes.

    A todos los huéspedes que se presenten en el monasterio ha de acogérseles como a Cristo, porque él lo dirá un día: “Era peregrino, y me hospedasteis”. (…) ‘Pero, sobre todo, se les dará una acogida especial a los pobres y extranjeros, colmándoles de atenciones, porque en ellos se recibe a Cristo de una manera particular’ (Regla de S. Benito, LIII, BAC 406, pág. 154).

    Igualmente, tuvieron especial significación algunos hospitales re-gentados por los Canónigos Regulares de San Agustín, como son el de Roncesvalles, el de San Marcos de León antes de ser cedido a los santiaguistas, o el de San Juan de Ortega (Burgos) que lo fue hasta el siglo XV, momento en que llegaron los monjes jerónimos2.

    Los premonstratenses también tuvieron establecimientos hospitala-rios en urdax (Navarra), en Fuente Cerezo, junto a Santo Domingo de la Calzada (La Rioja), y San Cristóbal de Ibeas (Burgos).

    La Órden de los Antonianos se dedicó al cuidado de los leprosos y en la provincia de Burgos tenemos la malatería de San Lázaro, cerca de Hornillos del Camino. Pero sobre todo en Castrogeriz (Burgos) especialmente dedicados a quienes devoraba esa terrible inflación cu-tánea conocida por “fuego de San Antonio”, algo como una erisipela gangrenosa que aquellos monjes conocían la virtud de aliviar.

    A finales del siglo XIV surge asimismo una institución religiosa fran-ciscana con el fin específicamente hospitalario y jacobeo: los Franciscanos de la Tercera Orden Regular (doc. núms. 89, 90, 141, 142). Su centro religioso

    2 Doc. nº 77. O como S. Torcuato cerca de Carrión de los Condes, doc. nº 85.

  • Camino de Santiago 37

    se sitúa en los puntos más vivos del tránsito peregrinante. En Compos-tela tienen dos centros, Santa María Nova y Santa Cristina da Pena. En Mellid (prov. de la Coruña) crean una casa hospital del Santo Espíritu que sirve de modelo para otras fundaciones3. En el Bierzo y en Tierra de Campos repiten la misma labor asistencial dando preferencia a lo jacobeo en Santa María del Cerezal4. Pero más en general los hermanos menores prestaron auxilio a los romeros en forma de limosna, repartiéndoles sopa u otro alimento, en los refectorios, o a la puerta sus conventos5.

    b) Los Sumos Pontífices

    Una lista larga de documentos pontificios sancionan el hecho ja-cobeo.

    La documentación que presentamos evidencia claramente la ac-ción de los Papas en favor de los peregrinos. Diplomas que legitiman y promueven la fundación, la dotación de los hospitales, de albergue-rías, de construcción de puentes y caminos, etc.

    una nota a destacar, es pues, el cariño que los Papas demuestran y las gracias que conceden a los lugares no solo de culto, sino también a los espacios de utilidad pública, religiosa o civil, como hospitales, alberguerías, iglesias, ermitas, puentes, caminos que favorecen la pe-regrinación hacia Santiago. Todo ello gracias al instrumento de las indulgencias, medio por el que los Papas exhortan a los feligreses a contribuir con sus limosnas.

    Se entiende por indulgencia la remisión ante Dios de la pena tem-poral por los pecados, ya personados en cuanto a la culpa, que un

    3 La primera institución de Terciarios Franciscanos que se abrió camino hacia la vida común reglamentada fue el monasterio Sancti Spiritus de Mellid, adjunto a un hospital, sobre la ruta de Lugo a Santiago. El hospital ya estaba terminado en 1375. Disponía de doce camas para 24 personas. En él tenían que encontrar fuego los peregrinos y cada día, después de la misa, recibirían pan y limosnas.

    4 Véase al respecto, (= VázQuez de Parga, Las peregrinaciones a Santiago), vol. I, pp. 300-304.

    5 Idem, vol. I pág. 304. No recordamos nada parecido entre los Dominicos, y, como excepción, encontramos a los Jesuitas dedicados a la hospitalidad con los peregrinos en Burdeos, desde que se establecieron en esta ciudad en 1580.

  • 38 Saturnino Ruiz de Loizaga

    fiel dispuesto y cumpliendo determinadas condiciones consigue por mediación de la Iglesia, la cual, como administradora de la redención distribuye y aplica con autoridad el tesoro de las satisfacciones de Cristo y de los Santos. Que la Iglesia tenga potestad para conceder indulgencias es de fe, contra Lutero; consta en la Sagrada Escritura (Mt. XVI, 19) y está definido por el concilio de Trento.

    La práctica de la concesión de las indulgencias6 se refleja, pues, en muchos de los documentos pontificios. La estima y aprecio por las indulgencias en el medievo fue verdaderamente alto. No podemos olvidar que en la sociedad medieval y, –debido, en buena parte, a las nuevas órdenes religiosas–, surge y nace una verdadera eclosión de devociones particulares, de cofradías, de asociaciones de oficios y profesiones, y todo esto contribuye a hacerse siempre con nuevas indulgencias, lo que induce a creer el gran aprecio que el pueblo fiel tenía a este instrumento del perdón. Así, las indulgencias fueron ane-xas a muchas realizaciones no simplemente buenas, sino de pública utilidad, religiosa o civil7.

    Pero la concesión de las indulgencias, en estrecha relación con la limosna, dio desgraciadamente también origen a reprobables abu-sos. El falso concepto de que la indulgencia librase no solo de la

    6 Las indulgencias, en el sentido normal del término, comenzaron a conce-derse en el siglo XI. El primer caso de concesión de indulgencia por parte del sumo pontífice se remonta a Nicolás II, quien en 1060 la concedió con ocasión de la con-sagración de los altares de la iglesia de la abadía de Farfa (Rieti). En la evolución de la disciplina de las indulgencias han tenido particular importancia las indulgencias de las Cruzadas. En 1457 el papa Calixto III concedió a Enrique IV, rey de Castilla, poder adquirir una indulgencia plenaria en favor de los difuntos a quienes versaran 200 maravedíes para la Cruzada contra los Moros.

    7 Difícilmente se puede encontrar un templo o un monasterio que no haya es-tado construido, al menos en parte, con las entradas o limosnas provenientes de las indulgencias, concedidas para su reconstrucción o reparación; la enorme actividad arquitectónica y artística del medievo se explica, en buena lógica, por esto. Fue de este modo, a través de esta pequeña fuente de ingresos provenientes de los simples fieles como precisamente surgieron nuevos centros de culto y de vida religiosa en nuestras diócesis; lugares, en definitiva, de atracción de la devoción popular.

    Abundando en cuanto venimos diciendo, la enorme actividad arquitectónica y artística de la Baja Edad Media se explica, pues, en buena lógica, a través del instru-mento de las indulgencias.

  • Camino de Santiago 39

    pena sino también de la culpa, –introducido en el pueblo y combati-do débilmente por la jerarquía eclesiástica, contribuyó a multiplicar los abusos hasta tal punto de reducir la concesión de las indulgen-cias a una operación financiera. El concilio de Trento pondrá orden al respecto suprimiendo todos los abusos derivados del lucro de las indulgencias8.

    c) Origen episcopal

    Las primeras instituciones de carácter hospitalario en nuestro país –excluyendo las específicamente militares– comenzaron siendo alberguerías de propiedad y administración eclesiástica. Las fundacio-nes situadas en las ciudades fueron establecidas principalmente por los obispos, mientras las localizadas en zonas rurales dependían, en general de los monasterios.

    Entre los hospitales de origen episcopal, los más destacados son, junto a los varios de León, el antiguo hospital de Santiago, funda-do y dotado por el obispo Gelmírez (siglo XII), situado frente a la puerta de la Azabachería, cuyo destino era dar asilo a todos los peregrinos pobres que iban a visitar el Sepulcro del Apóstol. Asi-mismo la primera referencia histórica sobre un hospital en la ciudad de León procede del año 1084, en el que el obispo Pelayo ordena la construcción de una alberguería ante la puerta de la catedral. Igual-mente el de Pamplona fundado por el obispo Pedro de Roda (1084-1115), ubicado también frente a la puerta de la catedral9. Poco des-pués el gran hospital de Roncesvalles viene fundado por el obispo Sancho de Larrosa en 1127, con el apoyo de Alfonso I el Batallador, para acoger a los caminantes, y que tuvo su primera ubicación en el Alto de Ibañeta, siendo trasladado en 1132 al lugar que hoy ocupa la Real Colegiata.

    8 Véase la nota 19, página 20.9 Para una amplia información de las fundaciones episcopales, cfr. (=Váz-

    Quez de Parga, Las peregrinaciones a Santiago), vol. 1, pp. 296-299.

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    Nuestra documentación revela una cierta presencia de la acción de los obispos tanto en la fundación de albergues de peregrinos y viajeros, como en la consolidación de los centros sanitarios o noso-comios (documentos, nº 80, 86, 98-99, 155).

    d) Origen real o magnates

    Los reyes y los señores feudales trataban de mejorar la condición de los peregrinos con la construcción de hospitales y hospederías. No podemos precisar qué monarca fue el que inició las construcciones para peregrinos. Los primeros datos que poseemos son referentes a Ramiro III de León (961-985) y Estefanía de Navarra (siglo XI), aun-que no hay nada cierto hasta Alfonso VI de Castilla (1065-1109), uno de los primeros promotores de dichos establecimientos, que edificó en Burgos el hospital de San Juan, en el lugar que hoy ocupa la iglesia de San Lesmes, y el llamado Hospital del Emperador, que estaba si-tuado fuera de la ciudad murada, frente a la parroquia de San Pedro. A finales del siglo XII, Alfonso VIII construye, también en Burgos, el Hospital del Rey. En el siglo XIV, doña Juana Manuel, esposa de En-rique II, funda el hospital de San Antonio abad en Villafranca Montes de Oca (Burgos) por lo que también se le conoce como Hospital de la Reina. Ya a finales del siglo XV, en 1498, los Reyes Católicos fun-dan el Hospital de la Reina en Ponferrada (León) y en 1501 inician las obras del Hospital Real de Santiago de Compostela. Los Reyes Católicos que visitaron Santiago en el año 1486, decidieron erigir un Gran Hospital Real en la ciudad del apóstol, para atender a los pere-grinos que por la época recorrían el Camino de Santiago. A raíz de la conquista del Reino de Granada, y de los ingresos recibidos por la victoria, en el año1499 donaron un tercio de las rentas del Voto de Santiago para llevar a cabo la empresa10.

    En nuestra documentación aportamos bastantes testimonios de fundaciones de hospitales realizados por monarcas, magnates o nobles.

    10 Sobre los hospitales fundados por monarcas, cfr. (=VázQuez de Parga, Las peregrinaciones a Santiago), vol. 1, pp. 299-300.

  • Camino de Santiago 41

    En realidad, los hospitales tienen en sus comienzos la decidida volun-tad, convertida en dádiva, merced o exención de monarcas y próceres. Este apoyo se justifica en muchas circunstancias, como la voluntad de expiar culpas, el deseo de agradecer favores, especialmente victorias de armas obtenidas, o descendencia lograda, lugar de enterramiento, etc.: Reyes, docs. núms, 26, 27, 29, 79, 88, 100, 116a, Magnates o Nobles, 33, 34, 35, 36, 42, 43, 51, 71, 72, 73, 94, 105, 106, 115, 116a, 117.

    e) Órdenes militares

    Asimismo, las Órdenes militares jugaron un papel importante en la asistencia hospitalaria, sobre todo con sus preceptorias o encomien-das a lo largo del camino francés. Si antes habían sido los monaste-rios, ahora serán las Ordenes Militares, junto con las nuevas órdenes monásticas reformadas, las que asuman la responsabilidad, por encar-go o con beneplácito del rey y de la nobleza, de proveer y coordinar las labores de la asistencia, protección y control del camino y de los caminantes. Una labor que cuadraba a la perfección con el perfil de sus miembros, entre religiosos, hospitalarios y caballeros guerreros11. Los templarios que se instalan en Villalcázar de Sirga, Rabanal del Ca-mino y Ponferrada (León); los caballeros de San Juan de Jerusalén con sus hospitales en Navarra y Castilla. La Orden de Santiago fue, entre las órdenes militares españolas, la que mayor esfuerzo dedicó a la hos-pitalidad en el Camino, con establecimientos en el camino jacobeo12. Precisamente la Orden de Santiago fue la que más ayudó a promover la romería compostelana. Además ayudaban a sustentar los hospitales como el de San Marcos de León, el de Las Tiendas y el de Villalcázar de Sirga de Palencia13, según el mandato otorgado por el Papa Ale-

    11 Martínez GarCía, L., “La hospitalidad y el hospedaje en el camino de San-tiago”, en El camino de Santiago y la sociedad Medieval [García Turza, F. J. (coord.) (Logroño 2000) 97-110].

    12 Más amplia información al respecto, cfr., (= VázQuez de Parga, Las peregri-naciones a Santiago), vol. I, pp. 304-307.

    13 La villa de Villalcázar perteneció a la Orden del Temple. Posteriormente pasó a depender de la Orden de Santiago y no a la de San Juan, como en realidad le habría correspondido.

  • 42 Saturnino Ruiz de Loizaga

    jandro III al confirmar la institución de la Orden en 1175, que dice: “Tened principal cuidado de los huéspedes y de los pobres y dadles libremente lo necesario, según la facultad de la casa”.

    Nuestra documentación nos ofrece un discreto número relacio-nado con las Ordenes militares (documentos núms.: 47, 55, 59, 60, 65, 66, 82, 95, 97, 119.

    f) Origen particular

    Las fundaciones no fueron todas llevadas a cabo, por obispos, Órdenes religiosas, monarcas, príncipes, sino también por simples particulares, poseedores de medios económicos suficientes, sin ex-cluir las familias de mercaderes14.

    Ciertamente no todos los hospitales tenían la misma capacidad y extensión en salas y dependencias, como podían ser el Hospital del Rey, del Emperador en Burgos, o de Roncesvalles en Navarra, de ma-nera que las diferencias entre unos y otros podían ser considerables. Hubo albergues pequeños, que se valían de viviendas familiares, que imitaban a los hospicios, con varias habitaciones –con varias camas–, cocina y cuadra-almacén para guardar las caballerías y las provisiones del centro. Es el caso de varias familias asturianas poseedoras de casas que hospedan pobres y transeúntes que se dirigen a Santiago (doc. núms. 132, 133).

    Nuestra documentación vaticana refleja un número bastante con-siderable y variado de personas que se imponen la obligación de aco-ger y cuidar a los peregrinos con nuevas fundaciones, o bien mediante reformas necesarias en dichos centros asistenciales.

    Laicos, o gente sencilla y devota, doc. núms. 9, 16, 17, 18, 19, 87, 89, 104, 116, 121, 147; sacerdote, abad, arcediano, parroquianos, doc. núms. 13, 21, 22, 54, 122, 130, 150, 151, 156; matrimonios, doc. núms. 132, 140.

    14 A finales del siglo XV no menos de seis de los 30 hospitales existentes en la ciudad de Burgos acababan de ser fundados y dotados por familias de mercaderes.

  • Camino de Santiago 43

    g) Las Cofradías

    Tenemos también las Cofradías encargadas de una manera directa al fomento de la peregrinación jacobea. Muchos de los hospitales que existían en las ciudades del camino pertenecían a las cofradías gremia-les y piadosas. En las ciudades y otras villas de entidad no había vecino que no formara parte de alguna cofradía o incluso de varias; cofradías que a su vez procuraban poseer y administrar un centro hospitalario. Finalmente, pues, después de las cruzadas, la riqueza creciente permi-tió a los particulares ocuparse de los hermanos menesterosos, ya en forma colectiva o individual; así nacieron las hermandades gremiales de socorro, llamadas confraternidades o gremios.

    un cierto número de nuestra documentación nos habla de la im-portancia, relevancia y eficiencia que tuvieron las Cofradías jacobeas de distintos lugares, como Roncesvalles, Puente la Reina, San Marcos de León, Santa María la Real de Burgos, la del hospital de Esgueva (Valladolid), o de Santa María de la Misericordia de Valladolid, que culminan en el siglo XVI con la gran cofradía del Hospital de Santia-go, fundado por Reyes Católicos que pretende ser la definitiva voz de los peregrinos de toda Europa del Renacimiento.

    Pero, a lo ya referido, quiero detenerme brevemente sobre la co-fradía de Carballeda (zamora). Seguramente la más antigua cofradía jacobea. Su misión fue cuidar puentes y caminos y atender, en la casa de la Virgen, el albergue y hospital de peregrinos15. Los miembros de las cofradías, entre otras obligaciones, estaban también obligados a asistir al entierro de los peregrinos muertos en su hospital, y lógica-mente dar su contribución al sostenimiento de sus hospitales respec-tivos16.

    15 Véanse los documentos 107 y 108.Sabemos que en la provincia de zamora había una antigua cofradía, –la Her-

    mandad de Ntra. Sra de la Carballeda– establecida en Rionegro del Puente, que se dedicaba a dar albergue y socorro a los peregrinos, a reparar caminos y puentes, de los que se dicen llegaron a construir hasta treinta y cinco, los más de piedra y otros de madera. La Hermandad se hace remontar al siglo XIV”, cfr. ( = vázQuez de Parga), Las peregrinaciones a Santiago), vol. II. pág. 35; vol. I, pp. 252-253.

    16 (= vázQuez de Parga, Las peregrinaciones a Santiago), vol. I, pp. 344; 358.

  • 44 Saturnino Ruiz de Loizaga

    En cuanto a los peregrinos amparados por la cofradía de Carba-lleda no seguirían, sin embargo, la ‘Vía de la Plata’, sino que irían más directamente por Verín, Allariz y Orense a Santiago.

    El Camino de Santiago, que es la entrada terrenal y celeste de España, sigue abierto para todos los hombres de buena fe y de buena voluntad.

    Presento a continuación las Cofradías que se asoman en nuestra documentación:

    – Hermanos de la Cofradía del hospital de S. María la Real de Burgos (doc. º 75).

    – Cofradía o Hermandad de la casa hospital de Esgueva (Valla-dolid (doc. nº 92, 103).

    – Cofradía o Sociedad del hospital de S. María de la Misericordia (Valladolid (doc. nº 96, 96a).

    – Cofradía de S. María de Carballeda (zamora, (doc. nº 107-108).– Cofradía de Santiago de Compostela (doc. nº 155).

    En conclusión, la peregrinación jacobea, la única que lleva y me-rece este nombre, según el Códice Calixtino, en sus presupuestos y manifestaciones ha producido un corpulento árbol documental, ra-mificado, en instituciones, actividades, espacios y sobre todo, expe-riencias religiosas.

  • ADDENDA

    El dilema camino - peregrino

    Presento una serie de imágenes, de color local, de connotaciones interesantes y curiosas que refleja la documentación vaticana sobre el paso de peregrinos por las distintas poblaciones de la ruta jacobea y que se refieren a los caminos más trillados y tradicionales. Una es-pecie de pinceladas sobre esa anónima masa de peregrinos que tran-sitan haciendo sus etapas y que rezuma, sensibilidad, espiritualidad, caridad, veneración, empatía que encantan y embelesan. Son como verdaderos chispazos descriptivos.

    No hago su traducción. Dejo al lector atento qua vaya descu-briendo por sí mismo mucho más de lo que yo podría decir.

    a) Urbiola (Navarra)

    … quo iter de diversis mundi partibus ad Sanctum Jacobum in Galecia constitutum existat, pauperes Christi inibi transeuntes caritative dietim recipiuntur et reficiuntur (doc. nº 10).… ad quod pro eo quod in via magistra qua de diversis mun-di partibus ad ecclesiam S. Jacobi Compostellan. iter situm est, magna peregrinorum et pauperum, qui in eo pro tempore carita-tive suscipiuntur et reficiuntur confluit multitudo in suis edificiis et structuris (nº 11).

  • 46 Saturnino Ruiz de Loizaga

    b) Nájera

    … monasterium in via publica, per quam peregrini et alii ad Sanc-tum Iacobum de Compostella et ad alias diversas partes mundi de diversis locis accedunt et transeunt et ubi quotidie concursus magnus secularium habentur, situatum existit (nº 50).

    c) Logroño

    … per quam universi viatores seu peregrini ad Sanctum Iacobum accedentes et etiam redeuntes transire habent, non esset locus neque hospitale, ad quod dicti peregrini accedere seu refoveri possent (nº 51).

    d) Belorado (prov. de Burgos)

    … quod locus ille est in via communi ad gloriosum Apostolum, Yspaniarum decus, sanctissimum Iacobum (nº 73).

    e) Burgos

    … quod ad civitatem predictam, que caput et de principalioribus ac insignibus civitatibus dictorum Castelle et Legionis regnorum ac in via publica eundi ex Italie, Germanie et Gallie partibus ad Sanctum Iacobum in Compostella existit, multitudo peregrino-rum ut plurimum pauperum ex predictis et aliis partibus conti-nuo confluit (nº 79).

    f) Cerezal (prov. de León)

    … qui plurimun solitarius et remotus existit peregrini ad Sanc-tum Iacobum de Compostela accedere volentes, in eorum per ipsum locum transitu et reditu plurima suscipiebant incommoda (nº 90).

    g) Carballeda (prov. de Zamora)

    … nam pro transitu peregrinorum ecclesiarum gloriosi aposto-li Sancti Iacobi in Cospotella ac aliarum et aliaque diversa pia

  • Camino de Santiago 47

    loca vistantium ac etiam pro negotiis suis peragendis de diversis universi partibus ad partes illas confluentium, triginta quinque pontes… (nº 107).

    h) Oviedo

    … per diocesim Oveten. in publica via, qua ad sancti Iacobi apostoli de Galicia ac Sancti Salvatoris de Oveto limina visitan-tium plures indedunt peregrini et etiam alie persone et viatores in multitudine copiosa (nº º 125).

    i) [Pueblos de Villafria y Riaga]: (diócesis de Oviedo)

    … in quibus ob reverentiam frequenter solent hospitari Christi pauperes, ad ecclesiam Sancti Jacobi in Compostela peregre de diversis mundi partibus transeuntes… (nº 132).

    j) Cebrero (Galicia)

    … in ‘via que dicitur francorun’ et per quam ad Sanctum Iaco-bum in Cospostella iter habetur ac montibus et transitu portus consistens, causantibus sinistris eventibus (nº 137).

    k) Mellid (Galicia)

    … in via qua itur ad limina Sancti Iacobi apostoli situatum, pau-peribus ert peregrinis quos ibidem recolligunt sustentandis exhi-beant grandia opera caritatis… (nº 141).

    l) Muxia (Galicia)

    … magna christifidelium partium illarum et precipue ad eccle-siam beati Iacobi in Compostella peregre transiuntium confluere essent assidue (n º 152).

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  • III. DOCuMENTOS

    NAVARRA

    El Camino de Santiago entra en Navarra por Roncesvalles co-nocido como el Camino Francés, se dirige en dirección a Pamplona para, a continuación, proseguir por Puente la Reina, Estella y dirigirse hacia el sureste en dirección a Viana, justo antes de ingresar en La Rioja.

    Numerosísimos son los puntos en que el camino francés que ha florecido y adquirido nombre y fama a través de la Ruta Jacobea: Ron-cesvalles, rico en historia, tradiciones y leyendas donde había hallado la muerte Roldán. El Hospital se puso bajo la advocación de la Virgen y a su servicio se estableció una comunidad de canónigos regulares de San Agustín. La hospedería de Roncesvalles, 1127-1132, ha tenido gran importancia en la historia de las peregrinaciones y lo mismo su hospital. En 1137, el obispo D. Sancho, lo puso bajo la protección del papa y exento de la jurisdicción episcopal1. Su hospital viene consi-derado como uno de los más importantes del medievo. En un poema de principios del siglo XIII se dice de esta hospedería que “su puerta está abierta a todos, enfermos y sanos, no sólo a católicos, sino a los paganos, a judíos y herejes, ociosos y vagos y diciendo en breve, a buenos y profanos”.

    Presentamos nuevas aportaciones documentales que enriquecen la ruta jacobea a través de las tierras navarras, como el hospital de

    1 (= vázQuez de Parga, Las peregrinaciones a Santiago), vol. II, pág. 98.

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    Villafranca, el hospital de urbiola (in via magistra qua de diversis mundi partibus ad ecclesiam S. Jacobi Compostellani, iter situm est, (doc. nº 11); en-tre otros lugares, y que se encontraban en plena vía de peregrinación hacia Santiago.

    1

    1309, noviembre 18, Priorato de Le Grauseau (Vancluse)

    Littere gratiose de Clemente V dirigidas al prior y canónigos del hospital de Santa María de Roncesvalles, por las que, a petición del noble Oger de Mauleón, les permite no verse obligados a usar los bienes que tienen para el sostenimiento de pobres en la provisión de ninguna persona secular o religiosa.

    Reg. Vat. 57, fol. 104vReg. Clementis V, n. 5505.Publica: domínguez SánChez, S., Documentos de Clemente V (1305-1314) referentes a España (León 2014), pág. 593-594.

    [Clemens episcopus, servus servorum Dei, dilecto filio priori et fratribus hospitalis Roscidevallis, Ordinis sancti Augustini, Pampilo-nen. dioc.,alutem et apostolicam benedictionem].

    Pietatis opera, quibus incenssanter insistitis, digne merentur ut Apostolica Sedis vos et hospitale vestrum gratiis condignis attollat et apostolicis presidiis prosequatur. Premissorum itaque consideratione, ac obtentu dilecti filii viri Ogerii de Maloleone, nobis in hac parte hu-militer supplicantis, omnia privilegia a predecessoribus nostris, Roma-nis Pontificibus, vobis seu hospitali vel Ordini vestro concessa, sicut iuste ac pacifice obtinetis, vobis et, per vos, hospitali et ordini memora-tis, auctoritate apostolica, confirmamus, et presentis scripti patrocinio communimus. Nulli [ergo omnino hominum liceat hanc paginam] nos-tre confirmationis infringere, vel ei ausu temerario contraire.

    Si quis autem hoc attemptare presumpserit, indignationem omni-potentis Dei et beatorum Petri et Pauli, apostolorum eius, se noverint incursurum]

    Datum [in prioratu de Grausello, prope Malaosanam, Vasionensis dioc.] XIIII kalendas decembris, pontificatus nostri, anno quinto.

  • Camino de Santiago 51

    el Camino a Su PaSo Por la Comunidad de navarra.

  • 52 Saturnino Ruiz de Loizaga

    2

    1365, junio 21, Aviñón

    A instancias de Sancho García de Echague, prior del hospital de Santa María de Roncesvalles, centro asistencial en otro tiempo bien atendido, protegido y mimado tanto por los reyes como por los fieles, el papa Urbano V encarga al obispo de Pamplona [Bernardo de Folcaut] que visite y reforme el hospital, tanto en la cabeza como en los miembros, y dictase las providencias que estimase más oportunas acerca de la recepción y sustento de los peregrinos y de los pobres, de acuerdo con las posibilidades económicas de la casa.

    Reg. Aven. 160, fol. 541; Reg. Vat. 254, fol. 137.Regesta: hayez, m. y a. m., urbano V, Lettres Communes, tomo IV, Roma 1978, pág. 345.Publica. goñi gaztambide, J., “La reforma de los canónigos de Ron-cesvalles…”, Hispania Sacra (1956) pp. 166-167.

    Venerabili fratri .. episcopo Pampilonensi2, salutem etc.Ad ecclesiasticorum et piorum locorum…‘Episcopo Pampilonen. mandatur ut, petente Sancio Garsie de

    Echague, priore hospitalis Sancte Marie Roncidevallis, O.S.A., Pam-pilonen. dioc., –olim pia catholicorum regum et principum alio-rumque Christi fidelium ad usum et sustentationem peregrinorum et pauperum largitione dotati et in quo magna hospitalitas teneri et ele-mosinarum erogatio fieri consuevit, in quo prior et fratres, qui se-cundum b. Augustini regulam vivebant, ad divini cultus et peregrino-rum et pauperum predictorum dumtaxat obsequia fuerunt ordinati, sed ubi tamen nonnulli fratres religionem in dicto hospitali solitam dissolvere, peregrinos et pauperes eleemosynis fraudare ac hospita-litatem tollere cupientes nomenque fratrum in nomen regularium

    2 Dos puntos, gemi punctus: Bernart de Folcaut, obispo de Pamplona. En la cancillería pontificia a partir del siglo XII prevaleció el uso de sustituir con gemi-punctus . . dos puntos en línea horizontal correspondiente al nombre del destinatario [Bernard de Folcaut], pues el documento venía dirigido a él en razón de su oficio, con el fin de que en el entretiempo le fuera sucedido en el cargo otra persona, de manera que la parte dispositiva del doc. fuese igualmente observada por su sucesor o sucesores.

  • Camino de Santiago 53

    canonicorum eorum mutare, distintas prebendas necnon persona-tus et officia habere et antiquum statum variare et pervertere per-versa ambitione contendunt– dictum hospitale visitet, inquirat et corrigat tam in capite quam in membris et insuper circa peregrinorum et pauperum receptionem et sustentationem debitam iuxta faculta-tes et proventus hospitalis eiusdem provideri faciat’.

    Datum Avinione, XI kalendas iulii, anno tertio.

    3

    1394, febrero 20, Aviñón

    El papa Clemente VII de Aviñón concede importantes y significativas in-dulgencias a los fieles que visiten y ayuden con sus limosnas a la reparación de la iglesia del priorato conventual de Santa María de Roncesvalles, de la orden de San Agustín, diócesis de Pamplona, necesitada de reparación. Recuerda el documento que el priorato desde sus inicios se ha prodigado en las obras de misericordia, donde se acercan fieles de todas las partes del mundo.

    Reg. Vat. 307, fols. 464r-464v.

    Universis christifidelibus presentes litteras inspecturis, salutem etc.

    Licet is, de cuius munere venit ut sibi a fidelibus suis digne ac laudabiliter serviatur de abundantia pietatis sue, que merita suppli-cum excedit et vota bene servientibus sibi multo maiora retribuat quam valeant promereri nihilominus tamen, // desiderantes Domino reddere populum acceptabilem et bonorum operum sectatorem, fi-deles ipsos ad complacendum ei quasi quibusdam allectivis muneri-bus, indulgentiis videlicet et remissionibus invitamus, ut ipsi exinde reddantur divine gratie aptiores.

    Cum itaque, sicut accepimus in prioratu conventuale Beate Marie Ronscidevallis Ordinis Sancti Augustini, Pampilonen. dioc., ab an-tiquo opera misericordie adimpleri consueverint et indigeat repara-tionibus non modicum sumptuosis, que absque christifidelium elee-mosynis suis? non possunt et ad ipsum prioratum causa devotionis

  • 54 Saturnino Ruiz de Loizaga

    in honorem Beate Marie Virginis, magnus christifidelium ex diversis mundi partibus existat concursus, nos cupientes ut ecclesia dicti prio-ratus congruis honoribus frequentetur, ac prioratus ipse reparetur, ac etiam christifideles eo libentius causa devotionis confluant ad eandem et ad reparationem huiusmodi manus promptius porrigant adiutrices, quo ex hiis ibidem uberius dono celestis gratie conspexerint se refec-tos, de omnipotentis Dei misericordia et beatorum Petri et Pauli apos-tolorum eius auctoritate confisi, omnibus vere penitentibus et con-fessis, qui in Nativitatis, Circumcisionis, Epiphanie, Resurrectionis, Ascensionis et Corporis Domini nostri Ihesu Christi et Pentecostes, ac in Nativitatis, Annuntiationis, Purificationis et Assumptionis eius-dem Beate Marie ac nativitatibus beati Iohannis Baptiste, dictorum apostolorum Petri et Pauli et ipsius ecclesie dedicationis festivitatibus, et in celebritate Omnium Sanctorum, necnon per ipsarum Nativitatis, Circumcisionis, Epiphanie, Resurectionis, Ascensionis et Corporis Domini, ac Nativitatis et Assumptionis beate Marie, nativitatis sancti Iohannis Baptiste et apostolorum Petri et Pauli predictorum festivi-tatum octavas ac per sex dies dictam festivitatem Pentecostes imme-diate sequentes prefatam ecclesiam de