calila y dimna, el buey y el león

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CALILA  Y DIMMA LIBRO 1 CALILA Y DIMNA, EL LEÓN Y EL BUEY Es el caso de los dos amigos a quienes desune el mentiroso. Dijo Dabshalím, rey de la India, a Báidaba el primer filósofo: "Contadme la historia de los amigos que el falso y mentiroso desune y siembra entre ellos la enemistad". Dijo Báidaba: "Cuando dos amigos sufren la calamidad de caer en las redes del hombre falso y mentiroso, se desunen y se separan". La historia del mercader y sus hijos Y uno de estos casos es el que se cuenta de un rico mercader, de la tierra de Dástaba, padre de varios hijos, los cuales al llegar a la mayor edad se dieron a dilapidar la fortuna de su padre sin que hubieran aprendido oficio alguno que les permitiera ganarse la vida. Un día su padre los reunió, los reconvino y les dio su consejo. Entre muchas otras cosas les dijo: "Hijos míos, el hombre en esta vida busca tres cosas que no consigue sino con otras cuatro. En cuanto a las tres que busca son: una vida en la abundancia, una posición entre la gente y una provisión par la vida eterna. En cuanto a las cuatro cosas sin las cuales no consigue aquellas tres, son: ganar el dinero con honradez, administrar bien lo que consigue, hacerlo producir, y gastarlo en todo lo que pueda mejorar sus condiciones de vida y granjearle la buena voluntad de parientes y amigos, cosas con las cuales se asegura el premio en la vida eterna. Debe, además, cuidarse en lo posible de todos los vicios. A quien le falte una de estas cuatro condiciones no logra lo que busca. Porque si no tiene dinero, si no gana,, si no administra bien lo que posee, corre el riesgo de perder lo que tiene y quedar en la penuria. Y si lo gasta sin producir, el gastar poco no impide que su fortuna pronto se agote, así como el antimonio del cual aunque de él no se tomen sino ínfimas cantidades para ennegrecer los párpados, también rápidamente se gasta. Y si gana el dinero, lo administra bien, lo multiplica para abstenerse luego de gastarlo en lo que se deba y sea útil, como pobre y sin dinero será siempre considerado, y esto, además, no impedirá que su fortuna se le escape por los imprevisibles y duros golpes de la suerte,_ tal como sucede a una presa cuando el agua que a ella fluye no tiene un escape por el cual puedan salir cantidades iguales a las que entren, que se revienta con violencia, y el agua además de perderse inútilmente, no deja de causar en su desbordamiento daños incalculables". Acogieron los hijos los consejos de su padre y, poniéndoles en práctica, se dirigió el mayor de ellos hacia la ciudad de Matúr a instalar un negocio. Se marchó llevándose consigo un carro tirado por dos bueyes, llamados Chátraba el uno, y Bándaba el otro. Andando el camino llegó a un fangal en el que se empantanó Chátraba. Pero el mercader con el concurso de sus hombres logró sacarlo, ya exhausto y maltratado, sin capacidad para proseguir el viaje. Entonces el mercader lo dejó al cuidado de uno de sus hombres y le ordenó seguirlo con él en el caso de que se repusiera. Pero al siguiente día, presa del aburrimiento, el hombre decidió abandonar al buey y alcanzar a su señor a quien contó que el buey había muerto, y le agregó diciendo: "Cuando la vida de un hombre llega a su término y se le aproxima la muerte, por más que se empeñe en eludir los peligros que lo amenazan, nada consigue, y acaso todos sus cuidados y esfuerzos le atraigan las peores calamidades".

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Capítulo 1 de la obra el Panchatandra, que trata del caso de los dos amigos a quienes desune el mentiroso

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Page 1: Calila y Dimna, El buey y el león

CALILA  Y DIMMA

LIBRO 1

CALILA Y DIMNA, EL LEÓN Y EL BUEY

Es el caso de los dos amigos a quienes desune el mentiroso.Dijo Dabshalím, rey de la India, a Báidaba el primer filósofo: "Contadme la historia de los amigos queel falso y mentiroso desune y siembra entre ellos la enemistad".Dijo Báidaba: "Cuando dos amigos sufren la calamidad de caer en las redes del hombre falso ymentiroso, se desunen y se separan".

La historia del mercader y sus hijos

Y uno de estos casos es el que se cuenta de un rico mercader, de la tierra de Dástaba, padre de varioshijos, los cuales al llegar a la mayor edad se dieron a dilapidar la fortuna de su padre sin que hubieranaprendido oficio alguno que les permitiera ganarse la vida. Un día su padre los reunió, los reconvino yles dio su consejo. Entre muchas otras cosas les dijo: "Hijos míos, el hombre en esta vida busca trescosas que no consigue sino con otras cuatro. En cuanto a las tres que busca son: una vida en laabundancia, una posición entre la gente y una provisión par la vida eterna. En cuanto a las cuatro cosassin las cuales no consigue aquellas tres, son: ganar el dinero con honradez, administrar bien lo queconsigue, hacerlo producir, y gastarlo en todo lo que pueda mejorar sus condiciones de vida ygranjearle la buena voluntad de parientes y amigos, cosas con las cuales se asegura el premio en la vidaeterna. Debe, además, cuidarse en lo posible de todos los vicios. A quien le falte una de estas cuatrocondiciones no logra lo que busca. Porque si no tiene dinero, si no gana,, si no administra bien lo queposee, corre el riesgo de perder lo que tiene y quedar en la penuria. Y si lo gasta sin producir, el gastarpoco no impide que su fortuna pronto se agote, así como el antimonio del cual aunque de él no setomen sino ínfimas cantidades para ennegrecer los párpados, también rápidamente se gasta. Y si gana eldinero, lo administra bien, lo multiplica para abstenerse luego de gastarlo en lo que se deba y sea útil,como pobre y sin dinero será siempre considerado, y esto, además, no impedirá que su fortuna se leescape por los imprevisibles y duros golpes de la suerte,_ tal como sucede a una presa cuando el aguaque a ella fluye no tiene un escape por el cual puedan salir cantidades iguales a las que entren, que serevienta con violencia, y el agua además de perderse inútilmente, no deja de causar en sudesbordamiento daños incalculables".Acogieron los hijos los consejos de su padre y, poniéndoles en práctica, se dirigió el mayor de elloshacia la ciudad de Matúr a instalar un negocio. Se marchó llevándose consigo un carro tirado por dosbueyes, llamados Chátraba el uno, y Bándaba el otro. Andando el camino llegó a un fangal en el que seempantanó Chátraba. Pero el mercader con el concurso de sus hombres logró sacarlo, ya exhausto ymaltratado, sin capacidad para proseguir el viaje. Entonces el mercader lo dejó al cuidado de uno de sushombres y le ordenó seguirlo con él en el caso de que se repusiera.Pero al siguiente día, presa del aburrimiento, el hombre decidió abandonar al buey y alcanzar a su señora quien contó que el buey había muerto, y le agregó diciendo: "Cuando la vida de un hombre llega a sutérmino y se le aproxima la muerte, por más que se empeñe en eludir los peligros que lo amenazan,nada consigue, y acaso todos sus cuidados y esfuerzos le atraigan las peores calamidades".

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El hombre que huía de la muerte

Y uno de estos casos es el que se cuenta de un hombre que un día viajaba por una selva abrupta,poblada por las fieras más feroces. Sabía ese hombre cuán duro y peligroso era su camino. Y noalcanzó a andar lejos cuando le salió al paso uno de los lobos más temibles y feroces.

Al ver que el lobo avanzaba hacia él, sintió gran pavor y buscó a diestra y siniestra un asilo donderefugiarse. Vio, no lejos de él, en las márgenes de un río, una aldea hacia la cual se lanzó en velozcarrera. Pero, al llegar al río no encontró un puente para atravesarlo. Pensó entonces entre sí: "¿Cómome pongo fuera del alcance del lobo siendo que el río es profundo y no sé nadar?". Pero, después deunas vacilaciones, decidió tirarse al río, y ya en medio del caudal, debatiéndose entre la vida y lamuerte, lo vieron unos aldeanos y mandaron quien lo salvara cuando estaba a punto de perecer, y así sesalvó del lobo y del caudal implacable.Prosiguió luego su camino, y más adelante, frente a una casa solitaria en las riberas de ese mismo río,dijo entre sí: "Entro en esta casa y tomo un descanso". Pero al penetrar en ella se encontró frente a unapandilla de asaltadores que habían secuestrado a un rico mercader a quien se proponían matar despuésde repartirse su dinero. Sintió entonces gran miedo y reanudó su marcha hacia la aldea, meta de suviaje, y una vez allí se recostó contra uno de sus muros para reponerse de cuantas angustias y fatigashabía pasado, pero se le vino el muro encima y lo mató.Dijo el mercader: "Has dicho la verdad y ya conocía esa historia".En cuanto al buey, llamado Chátraba, abandonó el sitio en que fue dejado y, trasladándose a rastras, seinstaló en una fértil pradera donde abundaban el pasto y el agua. Y así, gracias a tan favorablescircunstancias, engordó prodigiosamente y empezó a bramar y a levantar la voz con fuertes bramidos.Cerca de él vivía un león, rey de aquella comarca, al que rodeaban muchos animales: lobos, chacales,zorros y muchos otros. Era el león de gran arrogancia y un convencido de sí mismo y no compartía susopiniones con nadie, no obstante que era de escaso criterio. Y así, cuando oyó los bramidos del buey, ycomo nunca antes había conocido un buey, sintió gran estupor pero trató de ocultar a sus consejeros eldesconcierto que esa voz le había infundido. Lleno de confusión y de miedo, no volvió a abandonar susitio ni a salir a sus habituales cacerías.

Entre sus vasallos habia dos chacales llamdos Calila, primero, y Dimna, el segundo. Ambos erancultos y sagaces, siendo Dimna el más astuto y mejor enterado de todos los asuntos. El león no losconocía.Cierto día, Dimna dijo a Calila: "¿Qué opinas, oh hermano, de este león que vive siempre en un mismositio y que ya no lo abandona ni ejerce ninguna actividad como solía hacerlo, y sus vasallos son los queahora tienen que traerle su diario sustento?". Dijo Calila: "No tienes por qué ocuparte de lo que no seade tu competencia. Nuestra obligación es ser leales. Vivimos al servicio de un solo rey y tenemosasegurado nuestro sustento y, además, no pertenecemos a aquellas clases cuyos miembros sí estánautorizados para ocuparse de lo que los reyes hacen y dicen. Calla, pues, y ten presente que quien seentremete, con la palabra o los hechos, en lo que no le incumbe, le sucederá lo que al mono sucedió".Dijo Dimna: "¿Y cómo fue eso?".

El mono y el carpintero

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Dijo Calila: "Cuéntase que un mono vio a un carpintero rajar un tablón con dos cuñas. Montado en él,cual jinete en un caballo, iba avanzando las cuñas, introduciendo una y sacando otra. De golpe tuvo quesalir a uno de sus quehaceres y, entonces, el mono aprovechándose de su ausencia, quiso ejercitar unoficio que no era el suyo ni de su competencia, y así, se montó en el tablón, se sentó frente a la cuña ycon sus testículos colgando entre las dos rajaduras, procedió a extraer la cuña, logrado lo cual, secerraron las dos tablas sobre sus testículos y cayó desmayado del dolor. Tal fue la situación en que loencontró el carpintero a su regreso, y fueron entonces más severos que el dolor que el mono sufriera,los golpes y el castigo que su dueño le diese".Dijo Dimna: "He escuchado y entendido tu historia, pero has de saber que no todos los que se acercan alos reyes lo hacen por su estómago, ya que éste puede llenarse en cualquier parte, sino porque aspiran alos honores y altas posiciones, cosas que alegran al amigo y hacen sufrir al enemigo. Es la gentebaja, débil y sin energías la que se conforma y alegra con lo poco. Así como en el caso del perro que secontenta con el hueso seco cuando lo encuentra. En cambio la gente altiva y noble no se conforma conminucias sino que lucha sin cesar hasta alcanzar lo que sea digno de ella. Tal es el caso del león quecaza la liebre y que al ver el asno la desecha y persigue el asno.Y hay gente mediocre y sin dignidad que vive con la mano tendida y se conforma con lo que a ella se leecha. Tiene la naturaleza del perro que se acerca al lado del que tiene y no deja de agitar la cola hastaque se le arroje el mendrugo. En cambio, el elefante reconocido por sus cualidades y fuerza, no recibela comida si no se le acaricia y halaga.Aquel que no vive ignorado y tiene méritos ante sí mismo y sus amigos, aunque su vida sea corta seconsidera larga, mientras que el que vive en el aislamiento, en la estrechez y que no hace el bien a nadieni a sí mismo, así viva mucho se le considera de corta vida. Y solía decirse: "El miserable es el quevive largamente en el infortunio". Y se dice: "Debe considerarse entre las vacas y los rebaños aquel queno tiene fuera de su estómago preocupación alguna".Dijo Calila: "Entiendo tus razones, pero de todos modos debes recapacitar, porque has de saber quetoda persona tiene su posición y su valor, y si entre la gente de su clase vive respetada y en armonía,está obligada a conformarse. Y en la posición en que vivimos no tenemos motivos de quejas odescontento".Dijo Dimna: Todas las posiciones están entrelazadas, y así el que tiene talento su talento lo eleva deuna posición inferior a una superior, y el que de él carece, cae de la posición superior a la inferior. Elascenso de una posición inferior a una superior j es duro y difícil, en cambio la caída del honor a lavergüenza es fácil. Tal es el caso de una pedra pesada, que es difícil alzarla del suelo al hombro, y fácilarrojarla del hombro al suelo. Somos dos amigos con méritos suficientes para aspirar al ascenso, y porlo tanto no tenemos por qué resignarnos a quedar donde estamos".Dijo Calila: "¿Y qué es lo que te propones?".

Dijo Dimna: "Quiero presentarme ante el león ahora que lo domina el desconcierto. El león es de pocotalento y la confusión se ha apoderado de él y de sus vasallos, y así acaso presentándome ante él conalgún buen consejo, gane a su lado una posición y un buen prestigio".Dijo Calila: "¿Y qué te hace pensar que la confusión se ha apoderado de él?".Dijo Dimna: "La clarividencia y la observación me lo han indicado. El que tiene talento se da cuenta delas intimidades de su amigo con sólo observar su expresión, y muchas veces logra conocerlo por susrasgos y su aspecto".Dijo Calila: "¿Y cómo aspiras a ocupar una posición al lado del león, siendo que no perteneces a lasclases gobernantes, ni tienes práctica en el servicio ni en la compañía de los reyes, ni conoces su

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cultura?".Dijo Dimna: "Al hombre fuerte y decidido no lo doblega la carga pesada. En cuanto al débil nada ganacon la sagacidad. Y el hombre culto nada pierde con estar en tierra extraña. Y nadie se aparta de quiencon la modestia y la sencillez se distingue".Dijo Calila: "El soberano no escoge entre los que lo rodean a los de mejores méritos, sino a los masaIIegados a él. Se dice que en esto su caso es el de la vida que no se cuelga de los árboles de másnobleza, sino de los que están más cerca de ella. ¿Cómo puedes, pues, aspirar a ocupar una posición allado del soberano si no eres uno de sus allegados?".Dijo Dimna: "Te entiendo y tienes razón, pero yo sé que los que están más cerca de él que nosotros,antes no lo estaban ni esas eran sus posiciones. Se acercaron a él después de estar a distancia, y asíalcanzaron sus posiciones. Y yo estoy decidido a todo para conquistar esas mismas posiciones, y por lotanto buscaré el camino que me conduzca hasta él. Se dice que todo el que sirve con devoción y lealtady deja a un lado el orgullo y acepta el sacrificio y sabe dominar sus impulsos, acabará ocupando lasmás altas posiciones al lado del soberano". -Dijo Calila: "Entiendo. Supongamos ahora que llegues al león, ¿cuáles serían los méritos con queaspiras ganar una posición a su lado y conquistar su aprecio?".

Dijo Dimna: "Acercándome a él, conoceré su carácter y podré adaptarme a su manera de pensar y deser. Seré cordial y evitaré en lo posible contradecirle. Si veo que se dispone embarcarse en un proyectoque a mi juicio sea bueno, le señalaré todas sus ventajas y aspectos, y le daré muchos alientos para "que así se sienta más entusiasmado y decidido. Si en cambio su proyecto es a mi juicio peligroso, loalertaré, le indicaré todos los peligros que entraña y los perjuicios que pueda acarrearle y, con buenasmaneras, me esforzaré por disuadirlo. Confío que obrando de este modo, el león me distinguirá, cadavez más, con mayores favores, ya que descubrirá en mí lo que nunca antes había encontrado en nadie.El hombre culto y sagaz, cuando se lo propone, puede mostrar lo falso como cierto, y lo cierto comofalso, tal como en el caso del pintor de talento que pinta en los muros figuras que unas veces parecensalidas y otras hundidas, sin que en ningún caso eso sea así. Y en la medida que me irá conociendo seirá dando cuenta de todo lo que valgo, y su interés por honrarme y conservarme a su lado, será cada vezmayor".Dijo Calila: "Si esta es tu opinión, yo te prevengo de la amistad del soberano en la cual residen losgrandes peligros."Los sabios han dicho: 'Entre cosas no se aventuran sino los torpes y no se salvan sino pocos: una deellas es la amistad del soberano, la otra es tomar el veneno para probarlo, y la tercera es confiar unsecreto a una mujer'. Los sabios comparan al soberano con la montaña abrupta, en la cual si bien lasfrutas más exquisitas, es también la mina de los tigres, los leones, los lobos y de toda fiera feroz, a lacual si el ascenso es duro lo es todavía más la permanencia en ella".Dijo Dimna: "La verdad has dicho, pero quien no se embarca en el peligro no consigue lo que desea. Yquien por timidez renuncia a aquello en que puede estar la satisfacción de su . necesidad por eltemor de que no le resulte lo que quiere, o llega nunca a nada grande. Se dice que a Eres osas no sepuede hacer frente sino con el concurso de gentes decididas, dispuestas a desafiar todos los peligros: laamistad del soberano, el comercio de los mares y la lucha contra el enemigo. Y los sabios han dicho:'Al hombre noble y de elevadas virtudes no se le debe encontrar sino en dos sitios, únicos dignos de él,entre los reyes rodeado de honores, o entre los eremitas entregada al ascetismo. Así como en el caso delelefante por cuya belleza y majestuosidad sólo nos gusta ver, o salvaje en la selva o bien en la ciudadllevando al rey en sus espaldas"Dijo Calila: "Quiera Dios que el éxito acompañe tus propósitos, en cuanto a mí, estoy en desacuerdo

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con tus opiniones". En este punto se presentó Dimna ante el león y lo saludó. El león preguntó a los quelo acompañaban:"¿Quién es éste?", y le contestaron: "Es fulano hijo de fulano".Dijo el león: "Conocía a su padre". Luego, lo invitó a acercarse y le preguntó: "¿Dónde estabas?"."Permanezco siempre en las puertas del rey con la esperanza de serle útil en alguno de sus problemasque suelen ser muchos, y acaso en la solución de algunos de ellos pueda resultar colaborador eficazaquel a quien se le considera carente de importancia. Porque, nadie, por modesto que sea y por humildeque sea su posición, deja de ser de alguna utilidad, así sea pequeña, tal como sucede con el palilloabandonado en el suelo, con el cual puede beneficiarse para rascarse el oído aquel que siente lacomezón en él. Es preciso aprovechar los servicios del que conoce el mal".Admiró el león a Dimna después de escucharlo y consideró que podía ser portador de buenos consejosy sanas opiniones. Y así, dirigiéndose a los que lo rodeaban, dijo: "En ocasiones ; sucede que el hombrede talento y de vasto saber se halle confinado en una humilde posición y sea ignorado, pero suscapacidades y la fuerza de su inteligencia acabarán elevándolo a las posiciones Y celebridad que a susméritos corresponden tal como sucede con las llamas del fuego, que inexorablemente se levantan pormás que se trate de ahogarlas".Al observar Dimna la admiración que causó en el león, dijo: "¡Oh rey! Vuestra comunidad y todos losque están en vuestra presencia han eludido revelaros unos asuntos que ellos bien conocen y que son devuestro interés, porque de nada más son capaces. Esto mismo sucede con las semillas de trigo, decebada y otras, cuyas especies nadie puede conocer en tanto no nazcan y crezcan.Es obligación del soberano llevar a cada cual a la posición que corresponde a sus capacidades a sutalento, a su cultura y a la utilidad que de el se espera. Solía decirse: en dos casos, nadie, así sea él rey,debe colocar en el sitio que corresponde a la otra, una de estas dos cosas: la prenda de la cabeza y lasprendas de los pies. Y quien forra con plomó las perlas y los rubíes, ningún mérito quita a las perlas y alos rubíes, sino que sólo su ignorancia y necedad revela quien así procede.También se dice: el hombre no escoge como amigo a quien no sabe distinguir su derecha de suizquierda.Los gobernantes son los que están en capacidad de hacer valer os méritos de un hombre; losconductores, los de un ejército; y en cuanto a la religión y a su interpretación es algo que sólo atañe asus sabios y exegetas. Hay tres cosas cuyas ventajas están encontradas, así las reúna un solo nombre: laventaja del luchador sobre el luchador; la del sabio sobre el sabio y la del expositor sobre el expositor.La abundancia de los colaboradores cuando no son eficaces, es perjudicial para una empresa. El éxitoen la acción depende de la calidad y no de la cantidad de los colaboradores. El peso de los rubíes queun objetivo sólo puede ser alcanzado con la cordialidad, y no con la violencia asía ella se recurra.El gobernante está obligado a no considerar con desdén el valor de un hombre porque es humilde, yaque el pequeño puede llegar a ser importante y exaltado, tal como sucede con el nervio que se extraedel cadáver, con el cual se construye un arco que alcanza tal importancia que sólo con él puede el reyrealizar sus propósitos en la lucha y en la demostración de la fuerza. Igualmente es utilizado en laconfección de sillas para el transporte de reyes y nobles".Lleno de satisfacción por la acogida que el león le diera, quiso Dimna que la concurrencia supiera quelos éxitos alcanzados no se originaban en las relaciones que otrora existieran ente el león y su padre,sino en su talento y valor personal. Y así dijo: "Cuando el soberano lleva a un colaborador a su lado, nolo hace porque al lado tuvo a sus padres, y cuando lo repudia no lo hace porque lejos de él los tuvo,sino que siempre obra inspirado en el valor de cada cual.Nada, por ejemplo, tiene el hombre tan próxima él como su propio cuerpo y, sin embargo, cuando una dlénci afecta uno de sus miembros, el remedió para curarla se trae de lejos. El ratón en la casa es un

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constante vecino, pero cuando empezó a ser dañino, se le declaró la guerra y se le expulsó. Y el azor essalvaje, pero cuando se descubrió su utilidad, se le domesticó y hasta el mismo rey lo toma en lamano".Mayor admiración que antes, causaron en el león estas nuevas palabras de Dimna, y tras darle cordialrespuesta y hacer su elogio, se dirigió a sus consejeros, diciéndoles: "El gobernante no debe persistir enel desconocimiento de los méritos de cada cual, y tener a un hombre de valor en una posición inferior ala que merece, sino que debe apresurarse, cuando en tal injusticia haya incurrido, a corregir el error. Yque no lo engañen la conformidad y el reconocimiento de quien haya sido objeto de tal omisión, porqueen esto la humanidad está representada por dos hombres: uno en quienla esencia del carácter es la aspereza, y es como la víbora a la que si alguien pisa y no lo muerde, nosería prudente que volviera a pisarla, porque entonces sí lo muerde; y otro en quien la esencia delcarácter es la docilidad, y es como el sándalo frío, al que si se abusa frotándolo, se calienta y se vuelvenocivo".Al comprobar Dimna que había ganado la confianza del león, se reunió con él a solas y le dijo: "Heobservado que de largo tiempo acá, el rey permanece en un mismo sitio sin que haya vuelto aabandonarlo, ¿a qué se debe esto?".Disgustándole que Dimna se diera cuenta de que la causa fuera la cobardía, dijo el león: "No es porningún motivo especial".Pero en tanto dialogaban, lanzó el buey unos fuertes bramidos que hicieron turbar el ánimo del león, yasí contó a Dimna todo lo que le sucedía diciéndole: "No sé qué es esta voz que oigo, pero presumo queel tamaño de su dueño es igual a su voz y que su fuerza es igual a su tamaño. Y si esto es así ya nadiepuede disfrutar de la paz y la seguridad de estos lugares".Dijo Dimna: "¿Y aparte de esta voz, algo más os inquieta?". Dijo el león: "Nada más me preocupa".Dijo Dimna: "No hay razón para que esta voz induzca al rey a abandonar su tierra. Se dice que elenemigo de la embriaguez en su bajo grado es el agua; el de la inteligencia, la fatuidad; el de la noblezadel alma, la calumnia, y el del corazón débil, la voz fuerte y el bullicio. En algunas fábulas hay pruebasde que' ó todas las voces deben temerse".Dijo el león: "¿Cuál es esa fábula?".

El zorro y el tambor

Dijo Dimna: "Cuéntase que un zorro hambreado iba por un bosque donde, al lado de un árbol, había untambor que sonaba fuertemente cada vez que al soplo del viento las ramas se movían y lo golpeaban. Aloír esa voz se dirigió hacia ella y ya frente al tambor, viendo su gran tamaño, pensó: `Debe tener muchacarne y mucha grasa'. Se lanzó entonces sobre él y tras agotadores esfuerzos logró abrirlo, y al ver queera hueco, dijo: `Acaso las cosas más despreciables suelen ser aquellas de mayor tamaño y de voz másfuerte`."Os he narrado esta historia para que sepáis que si fuéramos hasta esa voz que ahora nos espanta,encontraríamos que es mucho menos peligrosa de lo que nos parece. Y si así lo estima el rey, podíaenviarme hacia ella y quedarse él en su sitio hasta que yo regrese con noticias sobre el caso". Aprobó elleón la propuesta de Dimna y le dio su autorización. Y Dimna se encaminó hacia el lugar en que sehallaba el buey.Pero apenas desapareció, volvió el león a reflexionar sobre el caso y se arrepintió de haber mandado aDimna a donde lo mandó, y dijo entre sí: "No he debido confiar a Dimna esta misión ni haberlerevelado mi secreto después de haber estado abandonado a mis puertas. Porque cuando un hombre que

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está al servicio del soberano, si siendo inocente se ha persistido en darle un trato duro; o si se haincitado contra él la severidad del soberano; o si tiene fama de ser avaro y codicioso; o si ha sufridomales y dificultades sin que se le hubiera dado auxilio; o si se le ha despojado del poder y del dineroque poseía; o si habiendo estado en una posición se le separóde ella, e injustamente se le acusó de delitos cometidos por otros; o si teme la condena por algúncrimen que ha cometido; o si es un malvado que no quiere el bien a nadie; o si está enterado de algúnescándalo, o si ha cometido una injusticia contra alguien; o si ha luchado heroicamente al lado de otrosy se ha preferido a éstos en la recompensa; o si al enemigo que lo persigue con odio se le prefiere en laposición y los honores; o si no se confia en su fe y en su moral; o si anda detrás de algún interés; o si esamigo del enemigo del soberano y amigo de su enemigo, a ninguno de éstos debe el soberanoentregarse fácilmente, o creer en ellos o confiarles su secreto. Y Dimna es un astuto y un ambicioso queestuvo por mucho tiempo abandonado a mis puertas, y es quizás por esto que me guarda resentimientosque ahora lo incitan a causarme angustias y molestias. De seguro que si encuentra que el de aquella vozes de mayor poder que yo, no vacilará en dejarse atraer por lo que tiene, en unirse a él contra mí y enenseñarle mis deficiencias".Así sin cesar pensaba el león hasta que sus propios pensamientos lo sacaron del sitio en que estabasentado. Caminaba en el recinto y se sentaba y exploraba incesantemente el camino, hasta que depronto se le apareció Dimna de regreso. Viéndolo venir solo, se tranquilizó y volvió a ocupar su puestoa fin de que Dimna no sospechara que por alguna razón lo había abandonado.Una vez en su presencia, el león preguntó a Dimna: "¿Qué hiciste?"."Vi un buey que es el de aquella voz que habéis oído". "¿Cuál es su fuerza?"."No es hostil. Me acerqué a él, le hablé de igual a igual, sin que nada hubiera podido contra mí"."No por eso debes engañarte -dijo el león- ni considerar su caso con desdén. Los grandes vientos noquiebran la yerba débil, y en cambio echan abajo árboles gigantes y soberbios palacios. Así tambiénsucede con los gigantes, unos a otros se buscan"."Nada de él debe temer el rey, ni conceder al caso mucha importancia. Y si el rey desea que se lo traigapara que en él tenga a un servidor atento y obediente, dispuesto estoy a hacerlo".Se alegró el león con estas palabras y le respondió: "Hazlo, que sí lo deseo".Se dirigió Dimna donde el buey y, sin temor y tartamudeando, le dijo: "Vengo de parte del león con lamisión de conducirte donde él. En el caso de que te apresures a atender la orden, estoy autorizado paraperdonarte la falta en que has incurrido con haber tardado en presentarte ante él. Si no, entonces tendríaque regresar apresuradamente a comunicarle tu negativa"."¿Y quién es ese león que te ha enviado y dónde vive?"."Es el rey de los animales y vive en tal lugar con vasallos escogidos entre los animales".Se espantó el buey cuando oyó nombrar al león y a los animales y dijo a Dimna: "Si me garantizas lavida, voy contigo". Y Dimna le dio todas las garantías que le pidiera.Juntos se encaminaron donde el león, y una vez en su presencia, el león dio amistosa acogida al buey yle dijo: "Has venido a esta tierra, ¿y por qué razón lo has hecho?". El buey contestó narrándole toda suhistoria.Dijo el león al buey: "Cuenta con todo mi aprecio y mis favores". El buey, a su turno, le expresó susvotos y agradecimientos, y pasó a vivir a su lado. El león buscaba siempre su compañía, le dabamuestras de aprecio y de cordialidad. Y después de observarlo por algún tiempo, descubrió que eradueño de talento y buen juicio, por lo que pasó a confiarle sus secretos y consultarle sus asuntos, y eltranscurso de los días no hacía sino afirmar en él su admiración por el buey y el deseo de tenerlosiempre a su lado. El buey se convirtió en el consejero de su mayor aprecio y más elevada posición.Cuando Dimna empezó a observar que el león prefería al buey sobre él y sus amigos y que era el

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compañero de su soledad y el amigo con quien conversaba y se entretenía, se apoderó de él la más vivaenvidia, y participó sus quejas a su hermano Calila, a quien dijo: "¿No te asombra la impotencia de miinteligencia, la manera como he procedido conmigo mismo, mi desinterés por todo lo que podíatraerme perjuicios o beneficios, así hasta traer quien me suplantara en mi posición?".Dijo Calila: "Te ha sucedido lo que al eremita sucedió". Dijo Dimna: "¿Y cómo fue eso?".

El eremita, el ladrón, el zorro y la mujer del zapatero Dijo Calila: "Cuéntase que un eremita recibió de un monarca una lujosa vestimenta. Lo vio un ladrón ycodició la vestimenta. Se presentó entonces ante él y le dijo: `Quisiera acompañarte, aprender de ti yadquirir tu cultura'. Anduvo en su compañía imitando la conducta de los eremitas. Le dispensaba todaslas consideraciones, le servía con devoción y le daba muestras de gran respeto. Así, hasta que un día,aprovechándose de un descuido, cargó la vestimenta y se fue.El eremita, al perder de vista al hombre y echar de menos la vestimenta, no dudó de que había sido él elautor del hurto. Decidió entonces ir a buscarlo, y se dirigió hacia cierta ciudad donde sospechabaencontrarlo.Andando el camino, vio de golpe dos cabros trabados en dura lid y embistiéndose a cornadas, hasta quede ambos corrió la sangre. Vino entonces un zorro a lamer esa sangre, y en tanto lo hacíadistraídamente, lo envolvieron los dos cabros, y a cornadas lo mataron.Prosiguió luego su marcha y llegó a la ciudad, ya caída la noche. No encontró allí dónde máshospedarse o pernoctar sino en casa de una mujer viuda; en la cual se alojó. Tenía esa mujer un esclavoa quien había confiado el manejo de su dinero, y había descubierto que la estaba engañando ycausándole serios perjuicios. Llena de resentimiento por el proceder de su esclavo, con alguna artimañahabía decidido matarlo esa misma noche en que el eremita se hospedaba en su casa. Para tal efecto dioa beber al esclavo buena cantidad de vino hasta que, vencido por el sueño, se quedó dormido. Sacóentonces un veneno que tenía listo, y lo echó en una caña para soplárselo por la nariz. Colocó uno delos extremos de la caña en la nariz del esclavo y el otro en su propia boca. Pero antes que alcanzara asoplar, sobrevino al esclavo un estornudo que llevó el veneno al paladar de la mujer, la cual, al instantecayó muerta. El eremita fue testigo de todo esto.Temprano, al siguiente día, reanudó su marcha y de noche se hospedó en casa de un zapatero, el cualdijo a su mujer: `Ve este eremita, atiéndelo con esmero y rodéalo de todos los cuidados. En cuanto a mídebo salir a atender una invitación que me formularon unos amigos. Dicho esto se fue el zapatero.La mujer era amiga de la esposa de un sangrador. Cada una de ellas tenía su amante con quienes solíanencontrarse en casa de una alcahueta. Así, al salir el zapatero, su mujer mandó invitar a su amiga acenar y a pasar unas horas de diversión en compañía de sus amantes. Y le informaba que su esposohabía salido y que no regresaría sino a medianoche, ya ciego de la embriaguez.Pero, contrariamente a sus cálculos, su marido llegó en el momento en que ella salía. Sus adornos, lasformas obscenas que había adoptado, la manera como iba vestida, arreglada y perfumada, no dejaron alesposo dudas respecto de sus propósitos. Ella, confundida y llena de miedo, trató de entrar de nuevo,pero antes que alcanzara a dar un paso, el esposo ya la tenía cogida del cuello. `Ramera infame-le dijo-.Ya tenía muchas sospechas acerca de tus abyecciones...'. Y después de cubrirla de insultos, deabofetearla y azotarla sin piedad, la amarró contra una de las columnas de la casa y se fue a dormir,ciego de la ira.Una hora más tarde, llegó la esposa del sangrador a pasar la velada con su amiga, la esposa delzapatero, y la encontró amarrada. `Mi esposo -le dijo la mujer del zapatero- llegó mucho antes de lahora acostumbrada y me amarró contra esta columna. Si tienes a bien, deslígame y te ato en mi lugar

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mientras voy a cumplir la cita y vuelvo'. La mujer del sangrador accedió y obró de acuerdo. Pero, apoco, antes del regreso de su mujer, se despertó el zapatero, y en medio de la oscuridad la llamórepetidas veces sin obtener respuesta. Y en vista de que en vano insistía una y otra vez, se levantó conmás ira e indignación que antes, cogió una navaja y le cortó la nariz y le dijo: `Tómala, que este es elpremio de tu porfía'. No dudó de que se trataba de su mujer.Más tarde regresó la mujer del zapatero y al ver lo que su esposo hizo con su amiga sintió profundodolor. Luego, la soltó y se ató ella de nuevo como lo estaba. La mujer del sangrador, profundamentedesencantada, regresó a su casa cargando su nariz cortada.Todo esto sucedió ante los propios ojos del eremita.Luego, la mujer del zapatero levantó la voz, elevó una plegaria a Dios y le imploró diciendo: `¡Señor! simi esposo ha sido injusto conmigo, devuélveme sana la nariz'. Oyéndola, su esposo le dijo: `¿Qué sonestas palabras, ¡oh bruja!?'. Pero ella respondió: `Levántate, oh tirano, y observa lo que has hecho ycómo Dios te ha abandonado y se ha apiadado de mí. Sana me ha devuelto la nariz'. Se levantó,encendió un tizón y miró a la mujer, y viendo que tenía la nariz sana, se arrepintió ante Dios, sedisculpó ante su esposa y le imploró perdón.En cuanto a la mujer del sangrador, llena de confusión, se preguntaba: `¿Cómo puedo ahorajustificarme ante mi esposo y la gente, y qué explicaciones puedo darles acerca de mi nariz cortada?'.Al alba del siguiente día, se despertó su esposo, la llamó y le pidió que le pasara el instrumental.`Tengo -le dijo- que ir a sangrar a unos nobles de la ciudad. Pero de todo el instrumental no le pasó sinola navaja. Irritado el sangrador, le tiró la navaja en la plena oscuridad. Entonces, ella se echó al suelo yempezó a gritar y a lanzar fuertes quejidos. `¡Mi nariz, mi nariz!', gritaba desesperada hasta que laoyeron sus padres y familiares y condujeron a su esposo ante el juez.Dijo el juez al sangrador: `¿Qué razones has tenido para amputarle la nariz a tu esposa?'.Y en vista de que no pudo alegar razón alguna, el juez dio la orden para que fuera condenado.En el momento en que se le iba a aplicar la pena, se levantó el eremita, avanzó hacia el juez y dijo:`Señor juez, ojalá no os confundan las apariencias de las cosas, que el ladrón no fue el que me robó; nifueron los cabros los que mataron al zorro; ni fue el veneno el que causó la muerte a la viuda; ni fue elsangrador el que cortó la nariz a su esposa. Todas estas cosas las hemos hecho nosotros mismos contranosotros mismos'.El juez le pidió que explicara lo que decía, y al hacerlo absolvió al sangrador y dio la orden para quefuera puesto en libertad".Y Calila concluyó diciendo a Dimna: "Y así has procedido contigo mismo".Dijo Dimna: "Te he escuchado esa historia y ciertamente que tiene un estrecho parecido con mi caso.La verdad es que nadie fuera de mí me ha perjudicado, ¿pero qué es lo que debo hacer ahora?".Dijo Calila: "Dime, ¿qué es lo que piensas hacer?".Dijo Dimna: "Todo mi interés reside ahora en la reconquista de mi posición, porque hay tres cosas enlas que debe concentrarse la atención del hombre sabio:Una de ellas es analizar cuidadosamente los hechos pasados y las razones de su fracaso, hacer unbalance de los beneficios o perjuicios que le han traído, cuidarse para no volver a ser víctima de losmales sufridos, y obrar con inteligencia para obtener los beneficios que se le escaparon.Otra reside en el estudio cuidadoso de la situación de su hora presente y de sus aspectos buenos ymalos, explotar las buenas oportunidades en tanto pueda, y evitar todo lo que pueda causarle pérdidas yfracasos. ...Y la tercera de estas cosas reside en el estudio del futuro y de los éxitos o fracasos que a sujuicio le reserva, prepararse bien para apovechar buenas oportunidades y estar atento contra todo lo queteme.He meditado mucho sobre mi caso actual y en los medios capaces de conducirme a la reconquista de mi

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posición y no encuentro otra solución fuera de la de conspirar contra el buey y eliminarlo. En estoreside todo mi beneficio. Con la eliminación del buey, el león a su turno saldrá ganando ya que le seréde mayor utilidad, porque la manera tan ciega con que se ha entregado al buey le ha perturbado el juicioy ha suscitado toda clase de resentimientos en la mayoría de sus colaboradores".Dijo Calila: "Nada extraño veo en la posición que ocupa el buey ni algo que pueda causar perjuicios alleón".Dijo Dimna: "Sí, el león está tan entregado al buey que ya no mira sino con desdén a sus demásconsejeros a los que ha venido privando de todos sus favores. Seis peligros amenazan a un gobernante:el aislamiento, la discordia, las pasiones, la violencia, el tiempo y la torpeza.El aislamiento priva a los hombres de empresa, a los consejeros y a los rectores de la política, de lagente de talento, de decisiones y de confianza, y los aparta de todos los que con tales atributos sedistinguen.La discordia es la causante de las disputas y riñas entre la gente. Las pasiones, que son las que llevan alos hombres a entregarse irreflexivamente a las mujeres, a la charlatanería, a la embriaguez, a la caceríay cosas parecidas.La violencia, que es la que lleva al abuso de la fuerza, y así, fuera de lugar, la lengua se desencadena eninjurias y la mano asesta el golpe.El tiempo, cuyas vicisitudes traen tantas calamidades a los hombres, tales como la muerte, lasenfermedades, los fracasos, las malas cosechas y cosas parecidas.La torpeza, que es la que lleva a unos a hacer uso de la fuerza cuando hay que obrar con benevolencia,y obrar con benevolencia cuando hay que hacer uso de la fuerza.Y el león ha caído en uno de estos peligros. Está ahora tan ciegamente enamorado del buey que ya,como te lo he dicho, por culpa de él puede sufrir muchos males y vergüenzas.Dijo Calila: "¿Y qué puedes hacer contra el buey, siendo que es más fuerte que tú, y de más amigos yprestigio ante el león?".Dijo Dimna: "No me juzgues a través de mi d debilidad y pequeñez, porque ¡cuántas veces, el débil y elpeuqeño, no alcanzaron con la sagacidad, el ingenio y el saber, lo que estuvo fuera del alcance del león!¿No te han contado cómo, con la docilidad y el buen sentido, un cuervo engañó a una cascabel y lamató?".Dijo Calila: "¿Cómo fue eso?". El cuervo, la cascabel y el chacal

Dijo Dimna: "Cuéntase que un cuervo tenía su nido en un árbol en la montaña, cerca del cual tenía sucueva una cascabel que se deslizaba al nido cada vez que el cuervo empollaba, y se comía los polluelos.Después que esto sucedió varias veces, el cuervo, exasperado, fue y contó el caso a un chacal amigosuyo y terminó diciéndole: `Quiero tomar tu opinión sobre lo que he decidido hacer, a ver si apruebas'.`¿Qué es?'-preguntó el chacal.`Quiero ir adonde la cascabel y reventarle los ojos'.`¡Qué pésimo recurso te has ingeniado! Busca más bien otro que te permita triunfar sobre la cascabelsin sacrificar tu vida o exponerte a algún peligro, y cuidado te ocurra lo que ocurrió a una garza quehabiendo querido matar a un cangrejo, buscó su propia muerte'.`¿Y cómo fue eso?' -preguntó el cuervo.

La garza y el cangrejo

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Dijo el chacal: "Una garza tenía su nido en una frondosa arboleda cerca de un estanque en el queabundaba la pesca. Allá vivió largos años, y ya vieja, no pudo seguir pescando, y así empezó a sentirgran hambre y mucho desaliento. Pensando en una solución, un día se sentó aparentando tristeza. Delejos 'la vio un cangrejo y se acercó preguntándole:¿Por qué te veo triste?'. ¿Y cómo no estarlo, siendo que mi vida ha dependido hasta hoy de la pesca, uno o dos peces diarios, loque me permitía vivir sin que el número de peces disminuyera mucho. Pero hoy vi pasar dos pescadorespor estos parajes, uno de los cuales dijo al otro: `En este estanque veo que abunda la pesca y en élpodemos ejercerla por algún tiempo. Y su amigo le respondió: `Conozco un sitio que está más adelanteen donde la pesca es más abundante por el cual es preferible empezar, y una vez que hayamosterminado, volveremos y nos quedaremos hasta cogerlos todos' . Y yo sé que si una vez que realicen supropósito regresan a estos lugares no dejarán en este estanque un solo pez. Y si las cosas suceden así,eso significará mi muerte.Se fue el cangrejo donde los peces y les contó toda la historia, los cuales, después de oírlo, sepresentaron ante la garza a pedirle su consejo. Le dijeron: Venimos a consultarte nuestro asunto y aconocer tu opinión, porque el hombre sensato no deja de pedir el consejo a su enemigo cuando tienebuen conocimiento sobre los hechos v puede dar una opinión sobre sus aspectos buenos y malos. Túeres dueña de buen criterio y tienes interés en nuestra conservación, dinos, pues, tu parecer'.Dijo la garza: `En cuanto a luchar o desafiar a los pescadores, es algo que está fuera de mi alcance, yfuera de esto no veo ninguna solución. Sin embargo, os puedo informar que conozco un sitio, no lejosde aquí donde hay un estanque rodeado de un rosal cuya agua es grata y abundante, y si a él ostrasladáis os salvaréis y multiplicaréis.Dijeron: `¿Cómo podemos trasladarnos si tú no nos transportas?' .Dijo la garza: `Dispuesta estoy a hacerlo, pero no sin cierta demora. De todos modos tengo plenaconfianza de trasladaros a todos antes que lleguen los pescadores'.Púsose entonces la garza a cargar dos peces todos los días y se iba con ellos a un morro y allí se loscomía sin que los demás lo supieran. Así, hasta que cierto día le dijo el cangrejo: `Tengo temor deseguir viviendo en este lugar. Trasládame al estanque donde has ido llevando los peces'.La garza accedió, cargó el cangrejo y se fue con él hasta llegar a uno de esos sitios donde solía comerselos peces. Y así como el cangrejo vio un cerro formado por esqueletos de peces adivinó al instante lamanera como la garza venía procediendo con los peces y sin dudar de que con él iba a proceder de igualmanera, pensó entre sí: `Cuando alguien se encuentra con su enemigo en el sitio en que va a serabatido, ya sea que esté en capacidad de luchar o no, está obligado a no dejarce matar, sino que pordignidad y en defensa de la propia vida debe hacerle frente e ir a la lucha'. Hechas estas reflexiones,aplicó con decisión sus mandíbulas en el cuello de la garza y lo oprimió con tal fuerza que la tumbó,cayendo él con ella. Murió la garza, y el cangrejo, trasladándose a rastras, volvió donde los peces y lescontó la historia".Dijo el chacal al cuervo: `Te he narrado esta historia para que sepas que en ocasiones, el astuto resultaser la víctima de su industria. Yo, más bien te indico una solución en la que, de poder realizarla, estarála muerte de la cascabel y tu tranquilidad'.`¿Cuál es?'.`Volarás e irás observando y mirando hasta que descubras una joya preciosa en casa de alguna mujer yentonces la arrebatarás y volarás con ella a baja altura, y alternativamente te posarás y volarás de modoque la gente no te pierda de vista y pueda perseguirte. Volarás siempre en dirección de la cueva de lacascabel, y cuando a ella llegues, arrojarás en ella la joya, y así tus perseguidores rescatarán la joya y telibrarán de la cascabel'.

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Voló el cuervo, y al divisar que una mujer había dejado en un aposento sus vestimentas y joyas en tantose bañaba, arrebató de tales joyas un collar, y volando y posándose de modo que la gente pudiera verlo,llegó a la cueva de la cascabel en la que lo dejó caer, y así sus perseguidores mataron la cascabel yrecuperaron el collar".Dijo Dimna: "Te he narrado esta historia para que sepas que con la astucia se logra lo que no se logracon la fuerza". Dijo Calila: "Si el buey, además de fuerte, no fuera inteligente, sería lo que dices. Peroademás de su fuerza es dueño de buen entendimiento y de mucho talento, ¿cómo puedes entoncesvencerlo?".Dijo Dimna: "El buey es fuerte e inteligente, pero frente a mí anda engañado y convencido de milealtad, por lo que estoy en capacidad de destruirlo como la liebre destruyó al león".Dijo Calila: "¿Y cómo fue eso?".

La liebre y el león

"Cuéntase que en una tierra donde abundaban el pasto y el agua, vivía un león. Y todos los animalesque poblaban esa tierra disponían de pasto y agua en cantidades ilimitadas. Pero todo eso de poco lesservía por el peligro constante que para ellos significaba el léon y el pavor que les infundía. Cierto díale dijeron: `No cazáis la bestia entre nosotros sino tras muchos esfuerzos y duras fatigas. Nosotroshemos pensado en algo que puede evitaros el esfuerzo y satisfacer al mismo tiempo vuestra necesidad.Si nos respetáis y dejáis de constituir amenaza para nosotros, nos comprometemos a apartaros cada díauna bestía que os enviaremos a la hora del almuerzo'.Aprobó el león la propuesta después de obtener todas las garantías e hizo la paz con ellos.Un día, una liebre sobre la cual recayó el sorteo, dijo a sus compañeros:`Tengo para someter a vuestra consideración una propuesta que ningún perjuicio podrá traeros y cuyaaprobación podrá acaso librarnos del león' .,¿Qué quieres que te aprobemos?' -le preguntaron.`Ordenaréis a quien ha de conducirme donde el león no seguirme de cerca ni afanarme, que así llegarétarde, y se retardará su almuerzo'. `Aprobamos' -le dijeron.Se fue la liebre despacio y dejó pasar la hora en que el león almorzaba. Y el león ya con mucha hambrey lleno de ira, se levantó de su sitio y púsose a caminar hasta que se apareció la liebre.,¿De dónde vienes y dónde está la bestia?', -le preguntó el león. `Soy la mensajera de los animales yconmigo os enviaron una bestia, pero se me enfrentó un león y me la arrebató diciéndome: `Tengo másderecho que nadie sobre esta tierra y sus animales'. Yo le dije: `Este es el almuerzo del rey que se lomandan los animales. No lo irritéis'.El león se enfureció y le dijo: `Acompáñame y señálame a ese león'.Se marchó la liebre con el león hacia un aljibe profundo, de aguas claras, y le dijo:`Cargadme en vuestro regazo que así sin temorpodré señalároslo'. La cargó el león, y asomándoseambos al pozo de aguas claras, le dijolaliebre:`He aquí el león y la liebre'.Sin dudar en las palabras de la liebre, la descargó, y se lanzó al aljibe a luchar con él, y así se ahogó.Libre la liebre, regresó donde los animales y les contó lo que hizo con el león".Dijo Calila: "Si puedes destruir el buey sin causar angustias al león, hazlo, porque el buey con laposición que ha ocupado nos ha perjudicado a todos, a ti, a mí y a los demás colaboradores del león.Pero si no puedes hacerlo sin causarle sufrimientos, mejor sería no obtener aquello a cambio de esto, yaque esto sería una traición y una bajeza de nuestra parte".Dejó Dimna de entrar a donde el león durante varios días, luego, fingiendo estar triste, se presentó ante

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él en un momento en que estaba solo y desocupado."¿Por qué te veo con el ánimo abatido -preguntó el león y por qué no había vuelto a verte desde hacedías?"."Por algo que ignoráis". "¿Algo bueno?"."Que ojalá siempre todo sea bueno". "¿Ha ocurrido algo?"."Ha ocurrido lo que ni el león ni yo hubiéramos querido". "¿Qué es?".`'Palabras grotescas y espantosas que no pueden ser mencionadas sino a solas"."He aquí que estamos a solas y sin afanes. Cuéntame, ¿qué sabes?".

"En ocasiones -repuso Dimna- por el temor de causar molestias a quien ha de escucharnos, vacilamosen decir lo que tenemos que decirle. De audaces y osados corremos el riesgo de ser acusados en el casode ser un consejo lo que tenemos que dar, a no ser que se confíe en el buen juicio de aquel a quiennuestro consejo va dirigido. Y así, si el que lo escucha es sensato, lo tolera porque ve que el provechoque ese consejo encierra es para él, al paso que el consejero no tiene más interés fuera del de dar suconsejo y decir la verdad. En cuanto a vos, ¡oh rey!, tan reconocido por el talento y el saber, lo que meanima a revelaros las cosas que pueden incomodaron, es la confianza que en vos tengo, ya que sabéisapreciar mi consejo, y sabéis que os prefiero a mí mismo. Me temo de que no hayáis de creer lo que oshe de revelar. Pero si recordáis que la vida de nosotros, las especies bestiales, depende de la vuestra, osdaréis cuenta de que no puedo rehuir el cumplimiento con mi deber. Y si no me habéis pedido miconsejo, o si lo callo por el temor de que no me lo habréis de aceptar, incurriría en algo contra lo cuállos sabios nos han advertido al decir: 'Quien oculta al soberano su consejo, o al médico su enfermedad,o a los amigos su necesidad, á sí mismo se traiciona`.Dijo el león: "¿Qué sucede?".Dijo Dimna: "Alguien, digno de toda mi confianza, me ha contado que Chátraba se había reunido conlos jefes de vuestros vasallos y les dijo: 'He estudiado al león y probado su inteligencia, su fuerza y susagacidad, y he descubierto que todo no es más que debilidad. Algo tiene que esperar de mí'. Alsaberlo, me di cuenta de que Chátraba se estaba comportando con vos como un falso, un ingrato y untraidor, siendo que lo habéis rodeado de honores y lo hicisteis igual a vos. Ahora ya quiere tener tantopoder como vos, y de seguro que si llegáis a ausentaros, se convertirá en nuestro rey y nodesaprovechará oportunidad para combatiros. Se decía: 'Cuando el gobernante se da cuenta de que unhombre lo está igualando en la posición, el conociemiento, el prestigio, el dinero y el poder, que lodestruya, que si así no procede, será él quien será destruido'. Y vos, oh rey, que conocéis y entendéismejor que nadie estas cosas, debéis, a mi juicio, remediar la situación antes de que se agrave y noesperar que las cosas sucedan, porque yo no sé si después podréis o no remediarlas.,,...Se decía que los hombres son tres: inteligentes, dos, y mediocre, uno. De los dos primeros, uno es elque no se altera ni pierde la cabeza ante el peligro, ni le faltan recursos o inteligencia o sagacidad paraponerse a salvo de lo que sorpresiva- mente le sobreviene. Pero, más inteligente que éste, es elprevenido, el hombre de visión, el que ve lo que va a suceder antes de que suceda y le da toda laimportancia; y, como si estuviera viendo con los propios ojos las cosas que van a suceder, comosucedidas, con habilidad y decisión se anticipa a cerrarle el paso al mal antes de caer víctima de él, yadopta las medidas aconsejadas para ponerse al amparo del peligro antes de presentarse. En cuanto almediocre, es el indeciso en sus; asuntos, el negligente en sus decisiones y conforme con su stuación, yasí cuando una desgracia lo sorprende, se ve solo y perdido, y así perece. Esos casos están ilustrados enla historia de los tres peces:Dijo el león: "¿Y cómo fue eso?". La historia de los tres pecesDijo Dimna: "Cuéntase que en un lugar de la tierra por donde nadie pasaba, había un charco en el que

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vivían tres peces. Y aconteció que cierto día pasaron por allí tres pescadores, los cuales, viendo los trespeces, acordaron volver con sus redes a pescarlos. Los tres peces los oyeron, y así, uno de ellos, el másinteligente, se llenó de temor y recelos, y obrando con decisión se escapó por la desembocadura por lacual el agua salía al río, y se fue para otra parte.El segundo, de menos lucidez que el primero, tardó en adoptar una decisión. Pero, a la llegada de lospescadores, dijo entre sí: `He sido negligente, y éste es el resultado de la negligencia'. Los miró y se diocuenta de lo que se proponían. Y viendo que habían tapado la salida del agua, pensó entre sí: `He sidonegligente, y ¿qué será lo que en estas circunstancias debo hacer para salvarme? Porque, qué poco éxitotienen las decisiones precipitadas tomadas en los momentos de angustia. Pero, preciso es no desesperarni ofuscarse, ni dejarde hacer lo que se pueda'. Como recurso, fingió estar muerto y flotó sobre el aguacon la espalda vuelta hacia abajo. Los pescadores, creyéndolo muerto, lo cogieron y colocaron al bordedel río que desembocaba en el charco, y así, saltó al río y se salvó.En cuanto al inepto, púsose a dar vueltas de un lado a otro, sin meta ni sentido, hasta que cayó en lasredes de los pescadores"."Y yo considero, ¡oh rey!, que debéis remediar la fuerza con la sagacidad, obrar como si estuviereisviendo los sucesos con los propios ojos, cortar el mal antes de caer víctima de él, y cerrarle el paso a lascalamidades antes de que sobrevengan".Dijo el león: "He entendido tu ejemplo, pero yo no creo que el buey me esté engañando ni buscándomeninguna desgracia, sobre todo después de todos los favores y del bien que le he hecho. El no puederecordar que he cometido con él mal alguno o que hubiera dejado de hacerle algún favor".Dijo Dimna: "Nada ha enturbiado tanto sus intenciones como el trato noble con que lo distinguisteis,así hasta llegar ahora a ambicionar vuestra posición. El hombre vbajo e incapaz, no deja de fingir serbuen concejero y buen servidor hasta llegar a la posición que no merece, y al alcanzarla pierde alinterés en ella y pone los ojos ojos en otra más elevada a la cual aspira llegar valiéndose de todos losardides, del engaño y la traición. El hombre vil e ingrato no presta su servicio al soberano, ni le da suconsejo, sino por miedo o por interés, y una vez que se siente seguro o satisfecho, vuelve a lo que en suorigen fuera, tal como la cola del perro que se templa para enderezarla, y sólo se mantiene recta entanto esté templada, pero una vez que se suelta, vuelve a su forma encorvada y deforme.Y habéis de saber, oh rey, que quien no acepta de sus consejeros unos consejos por parecerle molestos,no se libra de sus errores, y su caso sería como el del enfermo que rechaza lo que los médicos leindican, para entregar , en cambio, a la satisfacción de sus apetitos. Es deber del ministro advertir coninsistencia al soberano sobre todo lo quiere y mea, y disuadirlo de lo qüe puede traerle perjuicios ydeshonras.El mejor de todos los colabordores es el que no adula cuando da su consejo; las mejores obras son lasque dan mejores frutos; entre las mujeres la mejor es la que vive en armonía con su esposo; el mejorelogio es el que procede de la boca de la gente de bien; en el mejor amigo es el que no riñe; y entre losricos, el más ponderado es aquel que no se convierte de la codicia en esclavo".Luego, prosiguió diciendo: "Si alguien para dormir ya la cabeza en las víboras, y se acuesta en unlecho de fuego, puede entregarse con más tranquilidad al sueño que si llega a advertir en su amigo unánimo enemistoso contra él, y ve que unas veces lo frecuenta y otras lo abandona. Entre los reyes elmás incapaz es el despreocupado y negligente. Y los que menos se interesan en sus asuntos sé parecenal elefante en la época de celo, que no pone atención a nada, y si algo le sucede lo considera condesinterés".Dijo el león: "Has hablado con brutalidad, pero las palabras de los consejeros deben ser escuchadas, asísean brutales. En cuanto a Chátraba, aunque sea enemigo mío, como lo afirmas, ningún daño puedecausarme. ¿Y cómo lo puede hacer, si su alimento es el pasto, en tanto que el mío es la carne, pudiendo

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así convertirse en. mi alimento? Además, no considero que él constituya peligro, ni puedo destruirlotras haberle ofrecido mi protección y ser deudor de su leal consejo. Lo he rodeado siempre de miaprecio y, ante todos mis vasallos, lo he exaltado siempre, y así, ante tales circunstancias, si lo mato,demostraría mi ignorancia ante mí mismo y traicionaría mi conciencia".Dijo Dimna: "Que no os engañe el decir es mi alimento', porque si el buey no puede solo contra vos,compensaría su inferioridad aliándose con otros. Solía decirse: 'Si de golpe recibes a un huésped cuyocarácter no conoces, no te fíes de él, porque de él o por culpa de él podrás sufrir algún mal, tal comoocurrió a un piojo que tuvo de huésped a una pulga"'.

La pulga y el piojo

Dijo Dimna: "Cuéntase que un piojo vivió largo tiempo en el lecho de un noble, sobre cuyo cuerpo sedeslizaba suavemente en tanto dormía y de cuya sangre se sustentaba. Y sucedió que cierta noche visitóa dicho piojo una pulga que dio al noble una picadura tan fuerte que lo despertó. Y al ser examinado ellecho por orden del noble, la pulga dio un salto y se salvó, mientras que el piojo fue cogido yaplastado"."Os he citado esta historia para que sepáis que de los malos nadie se salva. Y cuando son incapaces dehacer el mal personalmente, por culpa de ellos se sufren las calamidades. Sino teméis al buey, yo sítemo por vos por causa de él. Además, estoy seguro de que se enfrentará a vos y que no confiará sino asu propia fuerza la ejecución de su propósito".Impresionado el león por las palabras de Dimna, le preguntó: "¿Qué quieres que haga?" ,Dijo Dimna: "El que tiene una muela rota y roída, no deja de sufrir molestias y dolores hasta que laextraiga. Y cuando una comida empieza a cansar y a repugnar, el alivio está en su rechazo. Y cuando setrata de un enemigo peligroso, el remedio está en eliminarlo".Dijo el león: "Has acabado por indisponerme contra Chátraba. Lo mandaré a llamar y le comunicaré loque empiezo a pensar de él, y le ordenaré que se vaya a donde él quiera".Pero esta actitud del león no dejó tranquilo a Dimna. Sabía que si el león llegara a hablar con el buey ya escuchar sus respuestas y razones, cambiaría de nuevo de parecer y descubriría sus mentiras y malasintenciones.Dijo entonces Dimna al león: "En cuanto a llamar al buey y hacerle inculpaciones y cargos, es algo queno considero prudente. Reflexionad, oh rey, en el caso, porque sólo estaréis en capacidad de elegir ladecisión por adoptar en tanto no le habréis revelado las sospechas que os inspira, porque en el casocontrario me temo que se os anticipe en la agresión. Y entonces si os ataca lo hará preparado, y si semarcha, tendrá sobre vos muchas ventajas para traicionaron. Entre los reyes, los prudentes no revelan elcastigo que se impone a quien no ha confesado su delito, porque cada delito tiene su castigo, y así parael delito ocultó, la condena oculta, y para el delito público, la condena pública".Dijo el león: "Cuando el rey castiga a alguien o lo agravia por simple presunción y sin comprobar eldelito, a sí mismo se condena y a sí mismo se agravia".Dijo Dimna: "Si es así, entonces que no entre en vuestra presencia sin que estéis preparado, y que notenga oportunidad de aprovechar una distracción de vuestra parte. No dudo de que si lo miráis en elmomento de entrar, comprobaréis las malas intenciones que lo animan. Como pruebas, observaréis uncambio en su color, un temblor en sus miembros, y lo veréis mirando unas veces a su diestra y otras asu siniestra, con los cuernos listos y erguidos como quien se apronta a la embestida".Dijo el león: "Estaré prevenido, y si observo las señales que mencionas, sabré que no hay duda en suspropósitos".Al observar Dimna que había impresionado al león y logrado sembrar en su ánimo las sospechas y la

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desconfianza en el buey, y que estaría preparado para hacerle frente, convino en que el buey sepresentase. Y quiso ser portador de la orden del león para evitar que el buey se enterara por otroconducto y le echara la culpa de lo que sucedía. "¿Queréis -dijo al león que me traslade donde el buey aobservarlo, a oírlo y a sondear su ánimo e intenciones? De seguro que algo de interés podría volver acomunicaros".El león aprobó.Se fue Dimna y se presentó ante el buey fingiendo la preocupación. Cuando el buey lo vio, le dio labienvenida y le dijo: "No te había vuelto a ver desde hace días, ¿qué te había, pasado?, algo buenoespero".Dijo Dimna: "¿Cuándo las cosas buenas han sido la parte de quien no es dueño de sí mismo y cuyasuerte está en manos de aquel en quien no se puede confiar, a cuyo lado se vive con zozobra y bajoconstante peligro, y a cuya presencia no se entra sino con la sensación de estar arriesgando la vida y lasangre?". Dijo el buey: "¿Qué ha sucedido?".Dijo Dimna: "Ha sucedido lo que tenía que suceder. ¿Quién puede luchar contra el destino? ¿Quién esel que lago grande consigue y no se vuelve insolente? ¿Quién es el que se entrega a sus pasiones y nosufre daños? ¿Quién es el que anda en la compañía de las mujeres y no pierde el juicio? ¿Quién es elque tiene trato con la gente y no sufre desaires? ¿Quién es el que anda en la compañía de los malos ysale ileso? ¿Quién es el que ha tenido amistad con el soberano y no ha sido frustrado? Tenía razónaquel que decía: 'El caso del soberano en su poca lelatad con los amigos y su indiferencia cuando lospierde, es el mismo del dueño de un hospedaje, donde por cada huésped que se va, otro llega"'.Dijo Chátraba: "Oigo cosas que me hacen pensar que algo temes del león".Dijo Dimna: "En realidad, un temor me asalta, pero no respecto a mí. Bien sabes lo obligado que mesiento contigo y conoces el hondo afecto que a ambos nos une, y recuerdas el compromiso que adquirícontigo, ante mi vida y mi conciencia, el día en que el león me mandó hacia ti. Y ahora no considerojusto que te oculte todas las cosas graves que han llegado a mi saber y el peligro que amenaza tu vida".Dijo Chátraba: "¿Qué sucede?".Dijo Dimna: "Alguien, sincero y leal, me ha contado que el león declaró a algunos de sus amigos ycolaboradores, lo siguiente: 'Me asombra la gordura de ese buey que tan poca falta me hace. Hedecidido, por lo tanto, comérmelo y compartir con otros su carne'. Al conocer esas declaraciones me dicuenta cuán ingrato y desleal era contigo y, cumpliendo con mi deber, me he apresurado a venir acontarte para que puedas obrar de acuerdo con tu conveniencia".Cuando Chátraba oyó las palabras de Dimna, y recordando las garantías que desde un principio le habíadado, pensó en el león y le pareció que Dimna le decía la verdad y le daba el buen consejo.Dijo entonces Chátraba a Dimna: "No hay razón que explique la hostilidad del león ni su propósito dedestruirme ya que no he cometido, contra él ni contra ninguno de sus colaboradores, falta alguna. Alleón lo acompañan gentes perversas cuyas faltas le han alterado el juicio, y así con frecuencia confundea los inocentes con los malos, y con facilidad cree los cargos injustos que a los inocentes se imputan.La compañía de los malos no lega a quienes en ella andan, sino angustias, y sospechas en las gentes debien, y los conduce a la postre al error de que fue víctima el ánade que vio reflejarse en el agua la luz deun lucero, y creyendo que fuera un pez trató de pescarlo, pero tras sucesivos fracasos, descubrió que loque viese nada era. Siguió aquella noche recorriendo el arroyo y vio de golpe un pez pero creyendo queno era cosa distinta de la que antes viera, ni lo persiguió ni lo pescó.Si he sido objeto de algunas acusaciones que otros han hecho al león, antes de tomarlas enconsideración, ¿por qué no investiga y verifica y me comunica lo que por otros ha sabido? Pero si nadaha sabido, ni nada se le ha dicho, entonces lo sorprendente sería que ahora se propusiera causarmedaños sin razón. Solía decirse: Desconcierta en ocaciones buscar el afecto de un amigo sin nunca

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lograrlo, pero desconcierta aún mucho más conquistar ese afecto y perderlo luego sin causa que loexplique, porque cuando no hay causa que determine esa pérdida, toda esperanza para remediarlaresulta vana. Porque cuando hay una razón que explica el disgusto del amigo, eliminándola se confía enla reconquista del afecto. Es en vano que trato dé examinar todos mis actos y no encuentro que hayacometido contra el león falta ninguna, ni grande ni pequeña.¿No es acaso posible que después de cultivar por largo tiempo una amistad, evitar cualquierimprudencia, grande o pequeña, susceptible de causar disgustos al amigo? Pero el hombre sensato yleal si ve que su amigo ha cometido alguna falta o se ha equivocado, está obligado a medir lasconsecuencias y daños que tales faltas ocasionan, ya sea que las haya cometido deliberadamente o no, ysi, perdonándolas, puede sufrir o no perjuicios y verse expuesto a peligros que teme, y así debe evitarlas actitudes hostiles contra el amigo cuando al perdón haya lugar. Si el león tiene algún cargo contramí, yo ignoro cuál podría ser. Acaso alguna vez hubo discrepancias en nuestras opiniones, lo cualhabría ocurrido cuando lo he hecho convencido de estar dándole mi consejo. Entonces, quizás habráconsiderado como osadía mía y desobediencia a su voluntad cuando él ha dicho no, y he dicho sí, ocuando ha dicho sí, y he dicho no. Si es esto, yo no siento culpabilidad de haberme expresado así,porque nunca le manifesté mi desacuerdo en la presencia de sus colaboradores y amigos, sino a solas yen la intimidad con él, usando para hablarle el lenguaje de quien cree en Dios y en él se fía. Porque yosé que quien sólo busca ligereza en sus consejeros cuando los consulta, o en su médico en laenfermedad, o en los exegetas ante la duda, pierde el provecho que puede haber en un buen consejo, seextravía cada vez más en el error, e introduce las herejías en la religión.Si eso tampoco fue, las causas estarían entonces en esos trastornos que produce el poder, bajo cuyosefectos se da trato cordial a quien merece la severidad, y trato severo a quien merece la cordialidad, sinque haya razón que lo explique. Así, han dicho los sabios: Corre riesgo quien se embarca en el mar,pero mayores riesgos corre el que colabora con el soberano, porque si lo hace con lealtad, rectitud,devoción y da su buen consejo, puede caer y no salvarse, y si se salva, es después de estar al borde de ladestrucción.Y si esto no es, entonces, acaso la razón de mi desgracia resida en los servicios que le he prestado, que,en ocasiones, en los propios méritos de una persona suele estar su infortunio, tal como sucede a un rode calidad, el cual acaso sufra muchos daños por causa de sus buenos frutos, ya que sus ramas dobladasbajo el peso de los mismos, son cogidas y arrancadas, sufriendo con ello daños y desgajos. La cola delpavo real en la que residen sus encantos y belleza, se convierte en su desgrase lo impide. Y el caballofuerte, de buena raza, acaso sus cualidades se tornen en la causa de su infortunio, cuando por ellas essometido a duros esfuerzos hasta caer aniquilado. Así sucede también al hombre de valor cuyosméritos se convierten en la causa de su desgracia por el crecido número de envidiosos y todo lo quecontra él urden los malvados. Y, en todas partes, el número de los malvados supera al de la gente debien,. los cuales al confabularse contra el varón honrado, lo destruyen.Y si esto no es así, entonces la causa está en la fatalidad que es la que priva al león de su fuerza y vigor,y acaba llevándolo a la tumba. Es ella la que hace que el débil monte el elefante; que el encantadordomine la víbora, le extraiga los colmillos y la convierta en un juguete en las manos. Ella es la quepriva al inteligente de su lucidez, y da al torpe lucidez; la que hace que el hombre resuelto vacile, y queel indeciso se vuelva resuelto; la que da valor al cobarde y acobarda al valiente cuando es sorprendidopor las desgracias que la suerte suele traer".Dijo Dimna: "Lo que induce al león la proceder de este modo, no son las razones que mencionas, ni sucomportamiento tiene origen en las intrigas de los malvados, ni nada que se parezca, sino su ingratitudy falsedad. El león es un soberbio y un traidor, empieza ofreciendo exquisitos manjares, y acaba dandoamargos bocados; o más aún, casi todo lo que da es veneno letal".

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Dijo Chátraba: "La verdad has dicho la fe mía. Me he comido cosas que me parecían gratas, y ahoraveo que voy camino la la muerte. Si no hubiera sido por vanidad, no hubiera acompañado al león, yaque su alimento es la carne, en tanto que el mío es el pasto. ¡Oh detestable ambición y vanas esperanzaslas que me han arrojando en esta desgracia y cerrado el camino, como se le cierra la la abeja que seposa sobre la flor del loto, atraída por su grato aroma, y donde descuidando su suerte, en vez de volarantes de que sobre ella se cierre la flor del loto, queda aprisionada, y así perece!Quien en esta vida no se conforma con lo que necesita, y sin cesar se empeña en conseguir lo superfluoy en atesorar desmesuradamente sin tener en cuenta los peligros que tiene delante, le sucede lo que lalas moscas que no se conforman con los árboles y los vergeles perfumados, sino que quieren tomar elagua que fluye de las orejas del elefante enfurecido, el que las golpea con ellas y mataY quien da un consejo y pone sus esfuerzos al servicio del que no agradece, obra como quien consignala semilla en tierra estéril, o hace señas a un muerto, o habla quedamente a un sordo".Dijo Dimna: "Deja estos discursos y procura salvar tu vida".Dijo Chátraba: "¿Cómo puedo salvar mi vida si el león ha decidido matarme? Bien conozco su caráctery manera de pensar. Yo sé que aunque él no quiera sino mi bien, si sus amigos, movidos por la falsedady la malevolencia, quieren que me elimine, lo pueden. Porque cuando los falsos , sin escrúpulos, seconfabulan contra el hombre inocente e íntegro son capaces de conducirlo ala muerte así sean ellosdébiles y él fuerte, del mismo modo como el lobo, el cuervo y el chacal, destruyeron al camello cuandose unieron contra él y pusieron al servicio de sus propósitos, el engaño y la hipocresía".Dijo Dimna: "¿Y cómo fue eso?".

El lobo, el cuervo, el chacal y el camello

Dijo el buey: "Cuéntase que un león vivía en un bosque vecino a un camino al que acompañaban tresamigos: un lobo, un chacal y un cuervo. Y aconteció que cierto día pasaron por ese camino unosmercaderes a quienes se les retrasó un camello, el cual, desviándose hacia el bosque, fue andando hastaque llegó donde el león. Este le preguntó: `¿De dónde vienes?'-y el camello le contestó narrándole suhitoria. ,¿Y qué quieres?' -le preguntó de nuevo el león-. `Acompañar al rey y ser su amigo' -repuso elcamello-. `Si es mi amistad la que deseas, cuenta con ella. Aquí podrás vivir a tus anchas y disfrutar dela fertilidad y la abundancia que brinda esta tierra' -díjole el león.Allí pasó a vivir el camello hasta que cierto día salió el león de cacería y se encontró con un elefantecon el cual se trabó en violenta lid. El elefante causó al león graves heridas con sus colmillos, y así,todo cubierto de sangre se encaminó hacia su guarida de donde, reducido a la impotencia, no volvió asalir a sus acostumbradlas cacerías. Por tal razón, el lobo, el chacal y el cuervo que se alimentaban delas sobras del león empezaron a sentir gran hambre y mucha debilidad.Un día que el león observó la situación en que se hallaban sus amigos, les dijo: `Estáis sufriendo ynecesitáis qué comer'.`No estamos tan preocupados por nuestra suerte, cuanto por la situación en que se halla el rey sin queesté a nuestro alcance la manera de aliviarlo'.No dudo en vuestro afecto y buena amistad. Si así lo consideráis, salid y dispersaos que acaso podáiscazar algo y me lo traéis, con lo cual habrá alivio para todos'.

Salieron el lobo, el cuervo y el chacal de donde el león, y no lejos de su guarida se reunieron y despuésde algunas deliberaciones, todos de ecuerdo, declararon lo siguiente. ¿Qué interés tenemos en estecamello que come pasto, que no es como nosotros ni piensen como nosotros? ¿Por qué, entonces, nohalagamos al león con la idea de que se lo comen y comparta su carne con nosotros?'.

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Sin embargo, después de reflexionar, el chacal dijo: `Esta idea no se puede proponer al león. Haofrecido dar protección al camello y está comprometido ante su conciencia'.A estas palabras -repuso el cuervo-: "permaneced aquí y dejadme ir en entrevistar al león'. Se fue elcuervo, y cuando el león lo vio llegar, le preguntó: `¿Habéis conseguido algo?'.Dijo el cuervo: `Sólo encuentren el que busca, y sólo ve el que goza de la vista. En nuestro censo elhambre que hemos venido padeciendo nos ha aniquilado len visten y len razón. Sin embargo, hemosencontrado unen solución que puede asegurarnos len abundancia y el triunfo sobre len necesidad. Sólofalta que lo aprobéis'.¿Cuáles esa solución?".Este camello que come pasto y que sin razón vive entre nosotros...'. Enojóse el león y dijo: `Ay de ti¡qué equivocado estás, mal piensas y cuán lejos de ti están len lealtad y len piedad! ¿No sabes acasoque he dado mi protección al camello y que estoy comprometido ante mi conciencia? ¿No te han dichoque el hombre justo no puede realizar unen obren de caridad de mayor valor que la de dar protección enun ser que está en peligro, o la de evitar el derramamiento de sangre? He ofrecido mi protección alcamello y no lo traicionaré'.Dijo el cuervo: `Entiendo lo que el rey dice, pero con el individuo se rescata la familia; con la familiase rescata la tribu; con la tribu se rescáta la comarca, y la comarca es el rescate del rey cuando sufrealguna necesidad. Y yo puedo indicar al león una sólida que lo deje en paz con su conciencia, y no loobligue a cometer ni ordenar una traición. La solución que hemos acordado no viola la lealtad ni eljuramento del rey y nos conduce en la satisfacción de nuestra necesidad'.El león calló.Se fue el cuervo adonde sus amigos y les dijo: `He hablado con el león y ha admitido tal y tal cosen.¿Pero qué hacemos con el camello si el león se niega en matarlo o en dar una orden en ese sentido?'.`La solución la esperamos de tu inteligencia y buen sentido" -dijeron los dos amigos.Dijo el cuervo: `A mi juicio, debemos reunirnos con el león y el camello y hacer una exposición sobrela situación en que se encuentra el león, y el hambre y los sufrimientos que viene padeciendo. Diremos:"Era bueno y generoso con nosotros, y si ahora, ante lo que le ha sucedido, no ve que le prestamosalgún servicio que demuestre la preocupación por él y el interés en su vida, nos atribuirá la ingratitud yla vileza del alma". Por lo tanto, expresaremos nuestro reconocimiento por cuanto ha hecho en nuestrofavor, destacando la manera en que vivíamos al amparo de su gallardía, con lo cual se ha hechoacreedor en nuestra gratitud y lealtad. Le manifestaremos estar dispuestos en hacer en su favor cuantoesté en nuestro alcance, y que en el censo que nada podamos, que disponga entonces de nuestra vida.Luego, cada uno de nosotros se ofrecerá diciéndole: "Comedme, oh rey y no perezcáis de hambre". Ycada vez que alguno diga esto, le contestarán los demás dando razones en contra de su propuesta, con loque se salva quien ofrezca, y os salváis todos en excepción del camello, y dejamos, además, al león enpaz con su conciencia'.Poniendo en efecto su plan, invitaron al camello al recinto del león, y una vez en su presencia, elprimero en hablar fue el cuervo. Dijo: `Necesitáis, oh rey, de algo que os alivie, y nadie está másobligado que nosotros en rescataros con la propia vida. Gracias en vos hemos vivido, y de vos dependelen supervivencia de nuestros descendientes. Si perecéis, nadie de nosotros podrá subsistir, ni nadabueno podremos esperar de la vida. Yo quiero, pues, que me comáis, ¡y qué grato me es daros len vidacon ese fin!'.A estas palabras contestaron el lobo, el camello y el chacal: `Calla que ningún hambre habrá de calmarel león, comiéndote'.A su turno dijo el chacal: `Yo sí puedo satisfacer el hambre del rey'. A estas palabras contestaron ellobo, el camello y el cuervo: `Tu estómago es fétido, y tu carne es nociva, y así nos den el temor de que

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si el rey te come, que tu carne nociva lo mate'.Dijo el lobo: `Yo, en cambio, no soy así. Que el rey me coma, pues'.Dijeron el cuervo, el camello y el chacal: `Los médicos han dicho que quien quiera matarse, que comacarne de lobo con la cual sufrirá la asfixia'.Creyó el camello que diciendo lo mismo, le buscarían la disculpa conforme hicieron con ellos mismos,y que así se salvaría tras haber dado satisfacción al león. Y así dijo: `Oh rey, mi carne, en cambio, esagradable, digestible y suficiente para satisfacer el hambre del rey'.Dijeron el lobo, el chacal y el cuervo: `Has dicho la verdad y has manifestado tu generosidad y hasdicho lo que sabíamos'. Y se precipitaron sobre él y lo despedazaron"."Os he narrado está historia del león y sus amigos porque yo sé que si mis enemigos se han puesto deacuerdo para destruirme no podré defenderme de ellos, así no sea esta la opinión del leóny así no lo anime hacia mí sino la mejor voluntad. Y se decía: 'El mejor gobernante es aquel que separece al águila rodeada de cadáveres, y no al cadáver rodeado de águilas'. Y aunque el león noalbergue en su corazón sino la clemencia y el afecto, un exceso de consejas no tarda en destruir subondad y su piedad y en sustituirlas por la maldad y la brutalidad. ¿No ves, acaso, que el agua es mássuave que la Palabra y que la piedra es más dura que corazón?; y sin embargo, si el agua corre sin cesarsobre la piedra acaba dejando en ella sus huellas".Dijo Dimna: "¿Y qué vas á hacer?".Dijo Chátraba: "No veo otro camino fuera del de la lucha, porque no consigue con sus oraciones el queora toda la eternidad, ni el caritativo con su caridad, ni el virtuoso con sus virtudes, lo que con la luchaconsiguen, sobre todo si luchan por una causa justa. Porque quien lucha por su vida, y la defiende,recibirá gran recompensa recompensa y dejará buen recuerdo así resulte vencedor o vencido".Dijo Dimna: `No estoy de acuerdo con tu propósito, que la lucha no debe tener lugar con el enemigosino una vez que se hayan agotado todos los recursos; porque ir á la lucha sin estar preparado es unatorpeza y una ligereza. Se decía: 'No desdeñes á un enemigo así sea débil e insignificante sobre todo sies sagaz, que con la sagacidad puede contra muchos'. Ahora ¿qué no será con el león con toda suaudacia y empuje? El que desdeña á alguien porque es débil, le sucede lo que sucedió al guardia delmar con el Titawi".Dijo Chátraba: "¿Y cómo fue eso?". Historia del guardia del mar y del TitawiDijo Dimna: "Cuéntase que un ave marina tenía su morada en una ribera del mar donde vivía con suhembra. Llegada la época de poner los huevos, dijo la hembra al macho: `Ha llegado el momento deponer los huevos; busca, por lo tanto, un sitio seguro donde pueda hacerlo'. Dijo el macho: `Que estosea en este sitio ya que aquí tenemos el pasto y el agua cerca, además, en estos lugares están reunidastodas las cosas amables y placenteras'. Dijo la hembra: `Piensa mejor en lo que dices que aquí estamosen peligro, porque si el mar llega a avanzar, se llevará nuestros polluelos'. Dijo el macho: `No creo queel mar nos invada por el temor que siente de quien está encargado de su vigilancia, y quien lo vigila nose atreve contra mí'.Dijo la hembra: `¡Qué torpes son tus palabras! ¿No te avergüenzan tus amenazas contra el guardia delmar y la manera con que me porfías, sabiendo quién eres? ¡Cómo es de cierto lo que se dice, que nadiese conoce menos a sí mismo que el hombre! Escucha mis palabras y abandonemos este lugar antes deque suceda lo que no nos ha de gustar'.Pero el macho se negó a complacerla. Y tras una vana y larga insistencia le dijo: `Quien no hace caso asus amigos y compañeros, le sucede lo que sucedió a la tortuga que no escuchó las palabras de susamigos'. Dijo el macho: `¿Y cuál es esa historia?".

Los dos patos

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Dijo la hembra: `Cuéntase que dos patos y una tortuga vivían en un arroyo, entre los cuales, por razónde su vecindad, se estableció una amistad. Pero un buen día menguaron las aguas de aquel arroyo y losdos patos acordaron abandonar el lugar y emigrar a otra parte. Entonces, se despidieron de la tortugadiciéndole: "Que la paz sea contigo, que nosotros nos vamos".Dijo la tortuga: "Ha menguado mucho el agua para esta desdichada que no puede vivir sin el agua. Encuanto a vosotros, podéis vivir doquiera que vayáis. Ingeniad la manera de llevarme con vosotros"."No podemos llevarte con nosotros -dijéronle los patos- a menos que te comprometas a no contestar anadie cuando nos elevemos contigo en el aire y la gente te vea y se refiera a ti".La tortuga aprobó y se comprometió a no proferir palabra. Luego, les preguntó: "¿Pero cómo podréistransportarme? Dijéronle: "Morderás el centro de una vara, y cada uno de nosotros la morderemos porun extremo y nos levantaremos contigo en el aire". La tortuga aceptó la propuesta, y los dos patos lacargaron y levantaron el vuelo con ella. Pero así como la gente la viera, exclamaron todos: ¡Quéprodigio! ¡Una tortuga entre dos patos en el aire! Al oír la tortuga tales palabras y observar el asombroque causaba, dijo: `Que Dios os reviente los ojos'. Pero así como abrió la boca, cayó a tierra y semurió'.Dijo el Titawi: `He escuchado tu historia, pero no tienes que temerle al guardia del mar'. Puso entoncesla hembra los huevos en el sitio en que vivían. Pero, el guardia del mar que había oído las palabras delTitawi, echó las aguas del mar y se llevó los polluelos con el nido y los ocultó. Al perder los polluelos,dijo la hembra al macho: `Sabías desde un principio que esto iba a suceder, y que el poco conocimientoque tienes de ti mismo iba a volverse contra nosotros. Ya puedes ver ahora los males que hemossufrido'.Dijo el Titawi: `Lo que en un principio sostuve, lo sostendré hasta el final. Si el mar nos ha agredido yaverá la manera con que habré de proceder'. Y con gran valor se presentó ante sus amigos y les elevó susquejas contra el guardia del mar, contándoles lo que había hecho con él y los daños que le habíacausado, y terminó diciéndoles: `Vosotros sois mis amigos, y en vosotros finco mis esperanzas de verreparada la injusticia que he sufrido. Ayudadme que acaso en el día de mañana lleguéis a sufrir losmales que ahora sufro'. Dijéronle: `Dispuestos estamos a apoyarte. Pero ¿qué es lo que podemos hacercontra el guardia del mar?'.Dijo el Titawi: `¡Oh reino de las aves! Nuestra reina es el águila Fénix. Lallamaremos agrandesvocesyleelevaremos nuestras súplicas hasta que nos vea y así se vengará por nosotros del guardia del mar'.Aprobaron la petición del Titawi, y a grandes voces llamaron al águila hasta que se les apareció,preguntándoles: `¿Por qué estáis reunidos y porqué razón me llamáis?'. Expresáronle entonces susquejas contra el guardia del mar e impusiéronle de lo que había hecho con ellos, y agregarondiciéndole: `Sois nuestra gobernante, y el rey que os ha designado es más fuerte que el guardián delmar; invocad, pues, su apoyo en nuestro favor'. Así procedió el águila Fénix y, atendiendo su petición,se dirigió aquel que la designara donde el guardia del mar para declararle la lucha. Y el guardia alcomprobar su inferioridad frente al poder de aquel rey que ejerce autoridad sobre el águila Fénix, seapresuró a devolverle los polluelos"."Te he contado esta historia para que sepas que nadie debe exponer la vida cuando no essuficientemente fuerte, porque si perece, se dirá: 'Ha cavado su propia tumba', y si triunfa, se dirá: 'Lasuerte lo ha favorecido'. El hombre sensato hace uso de todos los recursos antes de ir a la luchó, y dejaésta para después de agotar todos los medios pacíficos a su alcance y toda la paciencia".Dijo el buey: 'No me lanzaré a la lucha contra el león; ni le declararé mi enemistad, íntima nipúblicamente; ni dejaré de comportarme con él tan bien como siempre lo he hecho, en tanto no observeen él razones que me inspiren peligro a mi vida".

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Convencido Dimna de que si el león no observaba en Chátraba las manifestaciones que le señalara,pondría en duda su buena fe, y se sintió molesto de oír al buey decir: 'No dejaré de comportarme con elleón tan bien como siempre", por lo que le dijo: "Si observas al león te darás cuenta de lo que sepropone".Dijo el buey: "¿Y cómo lo sabría?".Dijo Dimna: "Si cuando el león te esté mirando, observas que está erguido, sentado sobre susasentaderas, el pecho levantado, la boca abierta, y golpeando la tierra con la cola, sabe que quierematarte".Dijo el buey: "Si tales cosas observo, no me quedarán dudas de sus propósitos".Y así cuando Dimna acabó de instigar al león contra Chátraba, y a Chátraba contra el león, se fue dondeCalila, el cual al verlo llegar, le preguntó: "¿En qué van tus gestiones?".Dijo Dimna: "No te quepa duda de que están a punto de ser coronadas por el éxito que tú y yodeseamos no creas que el afecto o entre dos amigos puede perdurar cuando el intrigante, con su astuciase da en destruirlo".Luego, Calila y Dimna se fueron a presenciar la lucha del león, coincidiendo su llegada con la entradade Chátraba donde el león. Y así, cuando el león vio entrar a Chátraba, se levantó, se sentó sobre susdos asentaderas, paró las orejas, abrió la boca, y golpeó la tierra con la cola. Entonces, no quedándoledudas de que el león iba a precipitarse sobre él, dijo entre sí: "En nada difiere la suerte del amigo delsoberano en la poca confianza que puede depositar en él, en el peligro de sus impulsos y en los cambiosque sufre en su corazón ante las calumnias y difamaciones de los perversos, de la que puede correr elamigo de la sierpe cuando con ella convive y comparte un mismo lecho, que nunca sabe qué puedeirritarla; o de la suerte de quien convive con el león en una misma guarida; o de la suerte del que nadaentre los cocodrilos, que no acierta a saber en qué momento puede ser agredido". Todas estasconsideraciones se hacía el buey en tanto se preparaba para la lucha con el león si lo atacaba.El león a su turno, viendo que el buey mostraba algunas de las señales que Dimna le mencionara, nodudó de que se proponía atacarlo, y así, adelantándose, se precipitó sobre él y se trabaron en la másdura y sangrienta lucha que concluyó con graves heridas sufridas por el león y la muerte del buey.Al ver Calila todo lo que al león sucedió, y cuánta sangre había corrido, dijo a Dimna: "Observa cuánabominable es tu astucia y qué funestas han sido sus consecuencias. Ha muerto el buey y ha cundido eldesconcierto entre todos los vasallos y consejeros. Y ahora, todos, con razón te señalan como elresponsable de lo sucedido. Ya todos te conocen cabalmente ahora que se ha manifestado claramente tuperversidad y falsedad después de fingir por tanto tiempo ser honrado y leal. ¿No sabes, acaso, que másperverso de todos es aquel que onduce a a su amigo a la lucha sin razón que la justifique? En ocasionesaunque las circunstancias sean propicias para la lucha, el hombre sabio prefiere evitarla por el temor deexponerse a peligros y desgracias, y por la esperanza de poder contra su enemigo sin recurrir a losmedios violentos. Y cuando el ministro de soberano declara la guerra para realizar,, un propósito puedealcanzar por los medios pacíficos, el soberano debe considerar que tiene a su lado un enemigo máspeligroso que la propia lengua. Porque así como flaquea la lengua cuando el corazón flaquea, asítambién resulta equivocado el uso de la fuerza cuando el juicio que la aconseja está equivocado. Porquetanto la fuerza como el buen juicio son indispensables en la guerra, y ninguna de estas dos cosas puedesustituir a la otra; sin embargo, el buen juicio tiene evidentes ventajas sobre la fuerza. Muchas cosaspueden logarse con el concurso del buen juicio sin necesidad de recurrir a la fuerza, pero nada se logracon la fuerza si falta el buen juicio. Y quien se ve ¡impulsado por el engaño sin meditar en lasconsecuencias de sus hechos, le sucederá lo que acaba de sucederte. Ya sabía cuán perverso ypresuntuoso eres. Desde que te he venido oyendo hablar, no he dejado de temer de que alguna desgraciahabría de sobrevenirnos, a ti y a mí, por culpa tuya. El hombre sensato empieza estudiando las cosas y

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proyectos antes dé embarcarse en ellos, y sólo los emprende cuando ve que se van a realizar de acuerdocon sus deseos; pero, cuando teme el fracaso, desiste de ellos sin vacilar. Nada me había impedidocensurarte tu conducta desde un principio, y señalarte tus defectos, sino porque se trataba de cosas queno podían ser reveladas, y por mi empeño de evitar los testigos contra ti, y la seguridad que tenía de quemis palabras no habrían de corregirte ni desviarte de ninguna mala acción.Pero ahora que tengo plena prueba de tu torpeza, de tu mal proceder y de las funestas consecuencias detus hechos, te diré lo que eres y te señalaré tus defectos. Entre éstos está, por ejemplo, el que hablasbien y obras mal. Y se ha dicho: Nada hay tan peligroso como un amigo que habla bien pero no obrabien lo que ha engañado al león de ti es que hablas bien, y le llevaste la desgarcia por que no sabesobrar bien. Y nadie valen las sin los hechos; ni el conocimiento sin la experiencia; ni el dinero sin lagenerosidad; ni el amigo sin la lealtad; ni la virtud sin la práctica; ni la caridad sin la buena intención,ni la vida sin la salud, la seguridad y la alegría.Te has embarcado en problemas tan graves que sólo un hombre de talento podrá remediar, así como enel caso de un enfermo que sufre muchos males cuya curación sólo puede hacer un médico capaz.Y recuerda que el saber libera de su vanidad al hombre culto, y torna más vanidoso al estúpido, talcomo en ese caso de la luz del día, que aumenta la visión del vidente, al paso que causa daños a lavisión de los murciélagos.Al hombre de talento no lo envanece una posición o un honor que conquista, su caso es como el de lamontaña que no se conmueve por más fuertemente que el viento la golpee. Al hombre bajo, en cambio,lo llena de vanidad la menor posición que alcanza, siendo su caso como el de la hierba que se agitaante el menor soplo de la brisa. Y se me viene a la memoria algo que se relaciona con el soberano. Sedice, por ejemplo, que si el soberano es bueno y sus ministros son malos, nadie podrá beneficiarsede sus favores, siendo su caso frente a sus súbditos. como el del agua . límpida y grata, infestada decocodrilos, a la cual nadie puede tener acceso, así sea un hábil nadador y tenga de ella viva necesidad.La joya que mejor luce al soberano son sus colaboradores cuando abundan y son buenos. Has queridoque nadie, fuera de ti, interviniera en los asuntos del soberano, siendo que para el soberano, loscolaboradores son lo que las olas para el mar. Y lo más insensato es que alguien pretenda tener amigossin ser leal y comportándose falsamente; o conquistar a una mujer, con maneras grotescas; o buscar elpropio beneficio, en detrimento del mal ajeno; o alcanzar el saber y el progreso por, los caminos de lapereza. ¿Pero qué utilidad puede haber en mis palabras y consejos, si yo sé que mi caso en todo esto esdel del hombre que dijo a una vez . No pretendas enderezar lo que no puede ser enderezado, ni enseñaral que carece de razón'?".Dijo Dimna: "¿Y cómo fue eso?".

Los monos, el ave y el hombre

Dijo Calila: "Cuéntase que un grupo de monos que vivían en una montaña, vieron cierta noche volaruna luciérnaga. Y creyendo que fuera una chispa de fuego reunieron leña, la acumularon encima de ellay se pusieron a soplar. Cerca de ellos, en un árbol, había un ave que se puso a llamarlos y decirles: `Loque veis no es fuego'. Pero se negaron a escucharla. Entonces se bajó para explicarles. Pero en esemomento pasaba un hombre, y le dijo: `Oh ave, no intentes enderezar lo que no puede ser enderezado,ni enseñar al que carece de razón, porque quien se empeña en enderezar lo que no puede serenderezado, se arrepiente. En la piedra que no se puede cortar, no se pruebanlas espadas. Y una vara que no tiene flexibilidad no se puede enderezar'. Pero el ave no quiso prestaratención a las palabras de aquel hombre, ni aprovechar sus consejos. Y así, se acercó a los monos paraexplicarles que la luciérnaga no era fuego, y en tanto lo hacía, la cogieron y le cortaron la cabeza".

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"Y éste es tu caso en el poco provecho que puedes sacar del saber y de los consejos. Y de ti, oh Dimna,se han apoderado la falsedad y la fatuidad, siendo, tanto la una como la otra,pésimos defectos, entré los cuales el peor es la falsedad. Y qué parecido es tu caso con el bribón que seasoció con un bobo". Dijo Dimna: "¿Y cómo fue eso?".

El bribón y el bobo

"Cuéntase -dijo Calila- que un bribón y un bobo, andando su camino, se encontraron un zurrón quecontenía mil dinares. Ambos estaban asociados en un negocio. Ante el hallazgo, acordaron emprendersu regreso a sus casas, y ya cerca de la ciudad se sentaron para repartirse el dinero. Dijo entonces elbobo al bribón: `Coge la mitad y dame la otra mitad'. Pero el bribón ya había pensado en adueñarse detodo, y así dijo al bobo: No lo repartamos, que la compañía y la colaboración son pruebas de lealtad yde afecto entre los amigos. Toma, más bien, parte y yo hago otro tanto, y enterremos el resto en sitioseguro, y cuando tengamos necesidad, volveremos y tomaremos lo que necesitemos'."Esta bian" -dijo el bobo.Tomaron del dinero una pequeña parte y enterraron la otra en el tronco de un árbol gigante. Pocodespués volvió el bribón y se llevó el dinero y echo tierra en su lugar.Meses más tarde, dijo el bobo al bribón: `Ya estamos necesitando una suma de dinero, vayamos a cogerparte del que guardamos'. Se fueron ambos hacia el árbol, y cavaron en el sitio en que estaba depositadoel dinero. Pero nada encontraron. El bribón se puso a desgreñarse, a golpearse el pecho y a gritar: `Quenadie confíe en nadie ni tenga fe en el hermano ni en el amigo. Has venido a hurtadillas y sustraído eldinero'. El bobo negaba y maldecía. Pero el bribón adoptaba, frente a él, una actitud cada vez más dura,y le decía: `¿Quién fuera de ti, pudo haberse llevado el dinero? ¿Acaso alguien fuera de los dos conocíael escondite?' .Luego el bribón hizo comparecer al bobo ante un juez y le narró la historia y le sostuvo que fue el boboquien se llevó el dinero. Dijo el juez: `¿Tienes alguna prueba?'. Dijo el bribón: `El árbol en cuyo troncodepositamos el dinero da su testimonio'.La afirmación de que el árbol podía dar un testimonio causó asombro en el juez, si bien no la creyó.Pidió al bribón constituir una fianza y ordenó al fiador conducirlo ante él al siguiente día para quepresentara el testimonio del árbol conforme alegara.Se fue el bribón a su casa y narró toda su historia a su padre, y le dijo: `Padre, no he ofrecido eltestimonio del árbol por lo que de él espero, sino porque cuento contigo. Si colaboras conmigo, nuestroserá el dinero y otro tanto ganaremos del bobo por indemnización'.`¿Y qué quieres que haga?', preguntó el padre.Dijo el bribón: `El dinero lo llevamos a un árbol gigante que tiene una cavidad a la cual se llega por unaentrada invisible, y lo enterramos en el tronco. Después me fui solo y lo sustraje. Ahora he puesto unafalsa denuncia contra el bobo a quien acuso ser el que lo sustrajo. Quiero que vayas esta noche y teinternes en la cavidad del árbol, y si va el juez y pide al árbol su testimonio, contestarás desde dentro:`El bobo se llevó el dinero'. Dijo el padre: `En ocasiones la astucia conduce al astuto a su propiadesgracia, cuídate, por lo tanto, de ser víctima del engaño como le sucedió a la garza'.`¿Y cómo fue eso, padre?', -preguntó el hijo.

La garza y la culebra

Dijo el padre: `Cuéntase que una garza tenía su nido vecino al nido de una culebra, y cada vez queprocreaba iba la culebra y se comía los polluelos. La garza se sentía acomodada en el sitio en que vivía

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y no podía abandonarlo, pero el comportamiento de la culebra le causaba siempre un gran dolor. Ciertodía pasó un cangrejo, y observando el dolor en que estaba sumida la garza,le preguntó: "¿Porqué estástriste?'. Y la garza le contó su historia "Te he de indicar la manera de librarte de la culebra", le dijo elcangrejo. "¿Y cómo?", inquirió la garza.Señalándole una cueva que había frente al nido de la garza, le dijo: "¿Ves esa cueva?, en ella vive unacomadreja que es enemiga de las culebras. Recoge una buena cantidad de pescados y espárcelos desdela cueva de la comadreja hasta el nido de la culebra, así va la comadreja comiéndose uno tras otro, hastaque llegue al nido de la culebra y la mate'.Así lo hizo la garza, y en esa forma la comadreja mató a la culebra.Pero, después de eso, siguió la comadreja recorriendo aquellos lugares con la esperanza de encontrarmás pescado, hasta que cierto día dio con el nido de la garza y la devoró con todos sus polluelos'."Y no te he narrado esta historia sino para que sepas que quien no está seguro y no medita bien en sustramas, cae en cosas peores que las que proyecta para otros'.Dijo el bribón: "Te he escuchado esa historia, pero nada tienes que temer ya que las cosas son muchomás fáciles de lo que piensas'. Siguió el viejo detrás de su hijo, y al llegar al árbol se internó en sucavidad. Al siguiente día, a temprana hora, se fue el juez acompañado del bribón y del bobo, y ya frenteal árbol, le preguntó: "¿Tienes algún testimonio?". Y el viejo le contestó desde la cavadidad del árbol:"Sí, el bobo se adueñó del dinero'. El juez, sin creer, pero lleno de más asombro que antes, se puso a darvueltas en torno al árbol; miraba y escrutaba, a ver si alguien estaba en el árbol, y viendo la cavidad, laexaminó, pero nada vio porque el hombre había ascendido en el tronco para no ser visto. Entonces, eljuez hizo acumular leña frente a la cavidad y haciéndole prender el fuego, hizo que el humo penetrarapor esa cavidad. Aguantó el padre del bribón una hora, luego, vencido por el esfuerzo, se puso a dargritos, a llamar y a pedir auxilio. El juez ordenó entonces que fuera sacado, ya al borde de la muerte. Yel bribón, a quien el juez impuso un castigo y el pago de una indemnización, recogió a su padre, yamuerto, se lo echó a cuestas y se fue con él. El bobo, en cambio, se fue con todo el dinero".Te he narrado esta historia para que sepas que en ocaciones el engañador resulta ser el engañado. Y enti, oh Dimna, están reunidos el engaño, la traición y la torpeza, y fruto de tu falsía es esto que ves, y delcastigo no habrás de librarte. Porque esta es la suerte de los que tienen como tú, dos lenguas y dos carasY las aguas de los ríos son gratas al paladar en tanto no sé suman a las aguas del mar. La paz en elhogar dura en tanto se introduce enél el hombre falso. Y la amistad entre los amigos dura en tanto no se meta entre ellos el que tiene doslenguas. Y nada es tan parecido al que tiene dos lenguas como la víbora que también tiene dos, y de tulengua fluye el mismo veneno que el de la víbora. Tal es la razón por la cual no he dejado de sentirmiedo de tu lengua y el temor de caer, por culpa de ella, en alguna desgracia. Y ya siento repulsión detu compañía, ya que el caso me recuerda los dichos de los sabios que nos aconsejan eludir la compañíade los perversos, así sean parientes, amigos o conocidos. Porque el perverso es para sus amigos, lo quela víbora para quien la cría y consiente, de la cual nada fuera de la mordedura puede esperar. Y sedecía: 'Busca la compañía del hombre culto noble, entregate a él y procura conservar su amistad,-así seade mal carácter; cuídate de sus impulsos y adquiere su cultura. Y no dejes de cultivar la amistad con elhombre noble, así no sea instruido, aprende de él a ser noble y dale a tu turno, de tu cultura. Pero huyelejos del que es vil y torpe. Y yo me apartaré de ti, porque ¿quién puede esperar de tí la lealtad y lanobleza del alma después de lo que has hecho con tu rey, que te ha rodeado de todo su aprecio y todoslos honores? ¡Y qué parecido es tu caso en todo lo que ha sucedido con el del mercader que dijo: 'Enuna tierra en que los ratones se comen mil libras de hierro, no es increíble que sus gavilanes rapten loselefantes!.

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Dijo Dimna: "¿Y cómo fue eso?".

El mercader que confió un hierro

"Cuéntase -dijo Calila- que en alguna ciudad vivía un mercader de escasos recursos, quien cierto díadecidió emprender un viaje en busca de algún negocio. Tenía mil libras de hierro que confió para sucustodia a un hombre conocido suyo, y se fue. A su regreso, después de cierto tiempo, reclamó suhierro, pero el hombre lo había vendido y gastado su valor, y así le dijo: "Dejé tu hierro en uno de losrincones de la casa y se lo comieron los ratones'. A esto respondió el mercader: "Ya me habían dichoque nada destrozaba más el hierro que los dientes de los ratones. Pero, qué poca importancia tiene elincidente, y yo doy gracias a Dios de haberte conservado bien'. Se alegró el hombre al oír tales palabrasdel mercader y lo invitó a cenar esa noche. El mercader le prometió volver. `'Al salir de la casa de su amigo, encontrándose a pocos pasos con un niño, hijo de su amigo, lo cargó, sefue con él a su casa y lo escondió. Más tarde volvió donde aquel hombre y lo encontró llorandoamargamente y sumido en el profundo dolor que le causara la pérdida de su hijo, y el cual así como vioal mercader le preguntó: "¿Has visto a mi hijo?'. 'Vi -le contestó-cuando me acercaba a tu casa, ungavilán raptar a un niño, que acaso sea él'. Y el hombre exclamó: `¡Pero qué extraña cosa!, ¿quién havisto u oído decir que los gavilanes raptan los niños?'. A esto repuso el mercader: `En una tierra en quelos ratones se comen mil libras de hierro, no es imposible que sus gavilanes puedan raptar a un elefante,y con mayor razón a un niño'. Dijo el hombre: "Yo me he comido tu hierro, y es veneno lo que hecomido. Devuélveme mi hijo y toma tu hierro`."Te he narrado esta historia para que sepas que si fuiste capaz de traicionar a tu rey que tanto bien te hahecho, no hay dudas de que serías capaz de traicionar a cualquier otro. Nadie que piensa puede creerque eres capaz de ser leal con alguien. Y ya me doy cuenta que ningún noble sentimiento puedeencontrar asilo en tu corazón. y no hay nada más vano que dar la amistad al que no es leal, o prestar unservicio a quien no agradece, o dar el buen consejo a quien no entiende, confiar un secreto a unirresponsable. No hay esperanza en un cambio de tu caracter, porque yo sé que cuando un árbol esamargo, aunque se le cubra con leche y miel, sus frutos serán siempre amargos. Y tu amistad empiezaya a fastidiarme por el temor a todos los daños que puede causar a mi espíritu y a mi carácter. Laamistad de los buenos lega el bien, y la de los malos, el mal, tal como sucede con el viento: si pasasobre la podredumbre carga la podredumbre, y si sopla sobre la fragancia, carga la fragancia. No ignorocuántas molestias pueden causarte mis palabras, porque los necios no dejan de escuchar con desdén laspalabras de los sabios, y la gente baja se burla de los nobles, y a los deformes les mortifica lanormalidad de quienes lo rodean".Al concluir Calila esta arenga, el león ya había rematado al buey. Pero después de matarlo, yasosegado, volvió a reflexionar en lo que había hecho y lo invadió un gran dolor. Pensó entonces entresí: "Era el buey dueño de mucho talento y de buen carácter, y acaso era inocente y fui injusto con él.Con su muerte sufro una pérdida irreparable". Viendo Dimna al león triste y arrepentido, interrumpió sudiálogo con Calila y se dirigió hacia él, diciéndole: "¿Qué os entristece oh rey, si Dios os dio el triunfoy destruyó vuestro enemigo?".Dijo el león: "Me duele verme privado del talento y de la nobleza del alma del buey. El recuerdo de suamistad y rectitud me llena de tristeza".Dijo Dimna: "No te lamentes, oh rey, que el hombre sensato no se apiada de quien teme la traición, yun rey inteligente aunque deteste y odie a un hombre, en ocasiones lo busca y le confía sus asuntosteniendo en consideración sus riquezas y talento, así como sucede al hombre que accede a ingerir unremedio, aunque amargo y repugnante, por el provecho que de él espera; al paso que en otras ocasiones,

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suele apartarse de otros, a pesar del afecto y aprecio que a ellos le unen, por los perjuicios que de ellosteme, tal como obra el hombre a quien una víbora le ha mordido un dedo, que se apresura a cortarlo yarrojarlo lejos por el temor de que el veneno se riegue por todo su cuerpo y lo mate".El león dio su aprobación a las reflexiones de Dimna. Después, sin embargo, investigó el caso del buey,las informaciones de Dimna y la manera como lo traicionó, descubrió todas sus mentiras, su malproceder, su traición y lo mató. Esta es, pues, la historia de los amigos que desune el que es traidor ymentiroso.

"Habéis observado, ¡oh rey soberano! -concluyó diciendo Bdidaba el filósofo al rey Dabshalim- ¡quésiniestras fueron las maquinaciones de Dimna!Este caso debe servir a los hombres, y particularmente a sus gobernantes para que mediten largamenteantes de tomar una decisión y para que no se dejen engañar por los vistosos colores con que el hombrede mala fe suele cubrir su hipocresía, su falsía y las calumnias que tan inescrupulosamente profiere.Deben, además, pensar cuidadosamente todas las acusaciones o cargos que se formulan, agotar todoslos recursos para el esclarecimiento de los hechos, y apartarse de todos los que inspiran sospechas o sonreconocidos por su perversidad".

La investigación del caso de Dimna

Dijo el rey al filósofo: "Os he escuchado la historia del enemigo astuto que me acabáis de narrar, ycómo, con presunciones y calumnias, destruyó la confianza, la amistad y el afecto, y creó, entre dosamigos que se querían y apreciaban, el odio y la hostilidad. Contadme ahora, si tenéis a bien, cómohizo el león para descubrir que fue Dimna el autor del delito, cuáles fueron las razones que éste alegóen su defensa, y cuál la pena a que fue condenado".Dijo Báidaba el filósofo: "Después que el león mató a Chátraba, recapacitó, y recordando cuángallardo, leal y honesto era, le invadió una gran tristeza, y se arrepintió de haber obrado tanprecipitadamente.Y así después de la muerte del buey, se veía, con mucha frecuencia, pasar largas horas de la nochereunido con sus amigos platicando con ellos y buscando con su compañía distraerse y ahuyentar, asífuera en parte, el dolor y pesadumbre que de él se habían apoderado.Entre sus vasallos y amigos de mayor dilección y estima, había un tigre que era su más constantecompañero, tanto de día como de noche y, una vez que éste permaneció al lado del león, hasta muyavanzada la noche, al salir y tomar su camino de regreso a casa, al poco andar se vio frente a la moradade Calila y Dimna, donde pensó entrar en solicitud de un tizón con qué alumbrar su camino. Los doshermanos se hallaban juntos. Y habiendo oído que discutían acaloradamente, en vez de entrar, einstigado por la curiosidad, decidió poner cuidado al diálogo que entre ellos se desarrollaba, y pudo enesta forma enterarse de todo cuanto decían. Pudo oír que Calila incriminaba a Dimna, le censurabaacremente su manera de pensar y obrar, le ponía de presente cuán horrendo fue su delito, y lereprochaba con tono indignado su traición. Y entre muchas otras cosas, le dijo: 'La enemistad y el odioque desataste entre el león y el buey, a quienes unía el más puro afecto, la brutalidad con que sembrastela discordia y destruiste la paz en que vivían, reflejan la vileza de tu espíritu y demuestran cuánperverso en el fondo eres. Pronto habrás de cosechar lo que has sembrado y te darás cuenta cuán

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amargas son las consecuencias. La traición, aunque en un principio parezca traernos la fortuna y lagloria, es de amargas consecuencias y arrastra, a quien de ella se vale, a los más hondos, trágicos yoscuros abismos. En cuanto a mí, lo que en lo sucesivo habré de hacer, será romper mis relacionescontigo, evitar tu compañía y no seguir jamás tu ejemplo. Ya no me siento tranquilo ni seguro a tu lado,sino asediado por ese constante peligro que representan tu infamia, tu espíritu traidor y ese egoísmo quete ha enceguecido. Los sabios han dicho: "Elude los sospechosos si no quieres aparecer comosospechoso". Abandonaré tu compañía y muy lejos de ti viviré para no verme de golpe contagiado deesa mala fe con que sembraste la enemistad entre el soberano y el más leal y honesto entre todos susministros y consejeros, hasta llegar a fuerza de proferir calumnias y sostener falsedades, a provocar suira, trastornar su juicio y llevarlo a matar injustamente a un inocente'.Dijo Dimna: 'Ya ha sucedido lo irreparable. Deja pues de atormentarme con tus incriminaciones y deagigantar con ellas estas angustias que tanto nos oprimen a ambos. Pondré todo mi empeño por distraeral león y desviar su atención de los hechos ocurridos. Abomino en verdad, lo que he hecho. La envidiay la ambición fueron las que me movieron a todo esto'.Después de oír el tigre este diálogo, se fue a hurtadillas y apresuradamente donde la madre del león, ydespués de tomarle el juramento de que no revelaría a nadie un secreto que tenía para confiarle, le contóla historia en la forma que sucedió, le repitió las palabras de Calila y la confesión que hizo Dimna.Por la mañana, se fue la madre del león a visitar a su hijo y encontrólo sumido en el dolor y la tristezaque la muerte de Chátraba le había causado. 'Tu dolor -le dijo- nada habrá de reparar de lo que haocurrido; ningún beneficio habrá de traerte, y ninguna necesidad tienes de convertirlo en aliado de ladesgracia contra ti; ese dolor va a debilitar tu corazón, aniquilar tus energías y causar no pocos males atu vida. Tú, a Dios gracias, sabes hacer frente a la adversidad y, mejor que nadie, sabes cómo sucedenlas cosas. Pero si crees que tu tristeza habrá de traerte algún alivio, echa sobre nuestros hombros tantocomo dé ella sobre ti pesa. Si ella, en cambio, no ha de reparar el mal que ya ha ocurrido, ni va a traertebeneficio alguno, abandónala y pon tu atención en cosas útiles y de provecho para tu vida. En cuanto asaber si fue cierto o falso lo que acerca de Chátraba te dijeron, es, sin duda, cosa fácil de lograr'.Dijo el león: '¿Y cómo puedo lograrlo?'.Dijo la madre del león: 'Al respecto los sabios han dicho una sentencia de perpetua y recordablememoria: "Quien desea distinguir entre quién lo quiere y quién lo odia, o entre quién es su amigo o suenemigo, que lo consulte a su propio corazón". A nuestros semejantes, en efecto, los animan hacianosotros los mismos sentimientos que hacia ellos nos animan, de manera que el testigo más veraz quetenemos sobre los demás, es nuestro propio corazón. De tus palabras surge evidente la prueba de que elcorazón te censura el haber obrado precipitadamente, sin convicción y sin antes conocer y meditar. Tugrave error, cuando fuiste informado sobre las intenciones que el buey, al decir de tus informantes,tenía contigo, consistió en no contener tu ira, hasta haber consultado tu corazón sobre la verdad de loscargos, conociendo tan bien al buey como lo conocías, y si tales noticias eran ciertas o falsas.Ciertamente que en tu corazón hubieras encontrado la luz que te faltó para iluminar tu camino,orientarte hacia la verdad y convencerte de que tales acusaciones no eran más que falsos rumoresdestinados a destruir el afecto que te unía a ese incomparable y buen amigo que era Chátraba. ¡Quévaliosa hubiera sido esa consulta a tu corazón! porque nada se parece tanto a nuestros sentimientoshacia nuestros semejantes, como los que en ellos alientan hacia nosotros, ya sea que estos sentimientosse manifiesten o que, ocultos, permanezcan en la intimidad del corazón. Haz ahora, por ejemplo, casoomiso de estos trágicos sucesos que te apesadumbran, haz de cuenta que nada ha sucedido y que tienesal buey frente a ti. Recuerda los cargos que había contra él y que tan hondamente te preocuparon.Medita con serenidad, como si fueras a tomar ahora una decisión, ¿qué harías?'.Dijo el león: 'Es mucho lo que he cavilado y pensado después de haber dado muerte al buey. Es mucho

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lo que me he esforzado por recordar, si alguna vez, mientras lo tuve a mi lado ha cometido una solafalta que pudiera en algún modo justificar mi proceder, pero cuanto más pienso tanto más lo admiro ymayor es el afecto que por él siento. No recuerdo haber observado en él ningún rasgo de mal carácterque hubiera podido explicar hostiles sentimientos hacia mí, ni alguna divergencia de opinión que meinduzca ahora a pensar que el deseo de ver triunfante la suya, lo hubiera incitado a la agresión y lalucha. No recuerdo tampoco haberle hecho mal alguno que le hubiera podido dar motivo paradeclararme su enemistad. Así, sin ahorrar medios, quiero investigar este caso a sabiendas, no obstante,de que con ello no habré de reparar el error y la injusticia que con tanta imprudencia habría cometido.Pero sí insisto en saber qué es lo que he hecho y si he obrado justa o injustamente. ¿Has oído, alrespecto, noticias que referirme puedes?'.Dijo la madre del león: 'Sí, tengo al respecto noticias que uno de tus vasallos me ha confiado despuésde jurarle de que guardaría el secreto. Y las enseñanzas de los sabios, en lo que al secreto se refiere, sonclaras y categóricas; así como ellas nos mandan a restituir a su dueño la custodia que nos ha confiado,nos mandan a no revelar jamás un secreto de que hemos sido depositarios. Todavía, si el participarte lasinformaciones que poseo, te librara de las angustias y del dolor que en vano te oprimen, no vacilaría, talvez, violando sagrados principios, en contártelas'.

Dijo el león: 'Los dichos de los sabios suelen tener aspectos varios e interpretaciones muy diversas y,según las circunstancias, son aplicados de una manera o de otra. No en todos los casos hay obligaciónde callar, e interpretando erradamente los consejos y mandatos de los sabios, ocultar la verdad. Espreciso tener en cuenta las circunstancias que en una u otra forma se presenten. En ciertos casos es unvalioso servicio el que se presta revelando un secreto; en otros es un mal irreparable que da origen amuchos otros. Lo grave e imperdonable es callar lo que debe revelarse, o revelar lo que debe callarse.En este caso no hay 'razón que pueda disculpar tu silencio, ni las enseñanzas de los sabios te obligan aocultar con él un delito o una injusticia. Tu informante, al confiarte su secreto, no buscó sino arrojarsobre ti el peso de tan grave responsabilidad, para que tú, y no él, sufrieras todas las consecuenciasbuenas o malas. Has de saber que ninguna ley, ni divina, ni humana, nos obliga a guardar un secreto, sicallándolo ocultamos un delito y dejamos en libertad a un criminal. Estás pues, obligada a decir lo quesabes'.Dijo la madre del león: 'Entiendo lo que dices y reconozco que estás en lo cierto. De tu exposiciónsurgen razones indiscutibles que me obligan a decir lo que sé, dado particularmente el caso que para tisignifican los graves sucesos que han ocurrido. Y no he de dudar, siendo dueño de ese sano criterio quehe admirado siempre en ti, que ninguna consideración a favor de un delincuente habrá de pesar en tuánimo e impedirte de proceder enérgicamente en la persecución de los perversos y traidores, así resulteel caso insólito de que los que antes eran considerados como los más leales y honestos amigos, sean loscomprometidos en tan horrendo delito. Dime si te incomodan mis sugerencias'.Dijo el león: 'En nada me incomodas. Jamás te he tenido por calumniadora, ni pongo en duda tusbuenos consejos, ni veo que en nada habrá de perjudicarte revelarme tu secreto'.Dijo la madre del león: 'Por tres razones esto habrá de perjudicarme: la primera, porque revelártelo,ocasionará la ruptura de mi amistad con quien me lo confió; la segunda, porque habré traicionado aquien me hizo digna de su confianza; y tercera, por el temor y la desconfianza que inspiraré en losucesivo a quienes buscaban mi compañía y me hacían sus confidencias'.Dijo el león: La verdad has dicho. No es mi propósito violar tus convicciones ni obligarte a decir lo quequieres callar. No tengo la menor duda de cuán sincero es tu afecto, cuán sanas tus intenciones y cuánvalioso tu consejo. Cuéntame las cosas en su conjunto si no quieres revelarme el nombre de tuinformante y lo que en detalle te confió'.

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Y así, sin hacer mención de su informante, le contó los sucesos en su conjunto y, entre otras cosas, ledijo: 'Ni los gobernantes, ni los jefes deben conservar a su lado a los traidores insolentes, ni a loscalumniadores y astutos, ni a los que se apartan del recto camino y siembran la corrupción entre loshombres. Porque son los gobernantes los que se apresuran a apartar de los hombres a los que loscorrompen y atraerles los que los corrigen. Y tú, ¡oh rey!, obligado estás a matar a Dimna, porque solíadecirse: "Por dos razones se corrompen las cosas más importantes: por delatar un secreto y por confiaren un traidor". Y el que desató la enemistad entre tú y Chátraba, el amigo sin par y tu mejor consejero,hasta llevarte a matarlo, fue Dimna, con su traición, su espíritu torpe y torcido, y su hipocresía y falsía.Ya lo conozco en su intimidad, y sé lo que tú ignoras, y entiendo ahora el sentido de todo lo que tedecía. Tú seguridad y la de todos tus vasallos, ahora que ha manifestado lo que ocultaba, y revelado loque callaba, reside en su eliminación. Mátalo en castigo de su delito, para que puedas conservar a salvoa tus vasallos y tenerlos al amparo de sus peligros'.Luego, prosiguió diciendo: 'No ignoro los dichos de los sabios que exaltan los méritos que hay enperdonar a los delincuentes. Pero con esto no se alude a quienes han destruido vidas, o cometido delitosabyectos, que son siempre severamente condenados; aunque la gente vulgar y perversa trate deampararse en tales recomendaciones, cuando incurre en graves delitos y que llegan, incluso, acomprometer la seguridad del rey. Y recuerda que perdonar un grave delito es cometer otro delito, espremiar al delincuente, estimular a los criminales y dejar en el desamparo a la gente de bien'.En este punto, el rey invitó a su madre a que se retirara, y al amanecer, convocó a un consejo deministros al cual concurrieron los más prominentes de ellos, e invitó a su madre, e hizo comparecer aDimna, a quien, una vez en el recinto, lo señaló con mano amenazante. Dimna quedó convencido deque la hora de su destrucción había llegado. Pero volviéndose hacia su vecino, le préguntá condisimulo: '¿Ha ocurrido algún suceso que aflige al rey, o es por cualquier razón que os ha reunido,como lo veo?'.Dijo la madre del león: 'El mayor de todos los sucesos es tu suceso, y la mayor de todas las traicioneses la que has cometido, y tu abuso de la confianza del rey, y la muerte a que has conducido a unministro inocente'.Dijo Dimna: 'No veo que el que se ha anticipado a hablar haya dejado a otro, lugar de hacerlo. Solíadecirse que los que más se cuidan por eludir el mal, son los que más a menudo caen en él. Este gravecaso no se refiere naturalmente al rey y a sus consejeros, porque yo sé que con esto se alude a quienesandan en la compañía de los malos, que aún sabiendo cómo se comportan, no se libran de susperversidades por más que se cuiden. Es por eso que los eremitas se entregan a sí mismos, y prefierenla vida solitaria en la montaña al trato de los hombres; y dedican sus obras a Dios, más bien que a suscriaturas; porque nadie fuera de Dios premia el bien con el bien. Aparte de él, las cosas siguen rumbosdiferentes, y en las más de las veces están bajo el signo del error. Nadie está más obligado a obrar conjusticia que un rey afortunado, que no tiene necesidad de adular a nadie por algún interés que persigue,o un temor que le inspira. Y si en algo más que todo esto se destaca la grandeza de los reyes en lascosas nobles que tiene la justicia, es en su celo de premiar a los que les prestan valiosos servicios yningún servicio vale tanto como un buen consejo. Y él sabe como lo sé yo y lo sabéis todos los queaquí estáis presentes, que entre el buey y yo no hubo motivos que pudieron haber determinado mi odiopor él, o mi interés porque cayera en alguna desgracia y en lo que ella podía haber de malo e inútil. Loque hice fue dar al rey mi consejo, y poner en su conocimiento lo que llegué a saber en torno a susasuntos, hasta que él pudo persuadirse de la verdad de los hechos, formar acerca de ellos el criterio másclaro, firme e inteligente.Yo sé que más de uno de los que alientan el engaño y la enemistad, temen que también los delate, y asíse han unido contra mí y acordado mi destrucción. No era mi temor de que el premio a mi consejo y

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buenos servicios fuera a ser ese dolor que embarga al rey de haberme dejado vivo'.Cuando el rey oyó las palabras de Dimna, dijo: 'Sacadlo de aquí y entregadlo a los jueces para queinvestiguen su caso, porque nunca me ha gustado proferir un fallo contra un delincuente o a favor de uninocente, sino a la luz de la justicia y de la verdad'.Dimna se prosternó ante el rey y dijo: 'Nada aclara mejor lo que se ignora, ni despeja una sospecha, nies de mayor utilidad para disipar las vaguedades que hay en las cosas, como usar oportunamente losmedios indicados que a ello conducen. Sabéis, oh rey, que el fuego que está latente en un árbol o en unapiedra, no surge, ni su utilidad puede ser aprovechada sino mediante el esfuerzo y el trabajo. Si yohubiera cometido algún delito, le temería a la investigación, pero seguro como estoy de miinculpabilidad, confío que la investigación y el estudio prueben mi inocencia. Toda cosa que huele bieno mal, el paso de los días no hace sino aumentar su olor y confirmar su presencia. Y si yo viera quesobre mí pesase alguna culpa o algún delito, ya me hubiera refugiado en cualquier otro lugar delmundo, y no estaría a las puertas del rey a la espera de un fallo.Pero, una sola petición quiero elevar al soberano, y es que ordene a quien ha de investigar mi caso, quele rinda un informe diario con las pruebas y explicaciones en que fundamento mi inculpabilidad, queasí podrá formarse un criterio, hacer una confrontación de los hechos que con el caso se relacionan, yno actuará basado en sospechas, sembradas por gentes perversas, llenas de odios.

El conocimiento que tuvo el soberano de la enemistad del buey, de la que tratan ahora hacerlo dudar, darazones suficientes para que no ordene mi muerte, sobre todo tras haber comprobado mi buen consejo ymi afán por su seguridad, además, él me conoce y sabe cuán humilde e inofensivo soy. No puedo negarmi condición de esclavo, ni tengo las aspiraciones de quienes me superan. Pero, así no sea sino esclavodel soberano, tengo derecho a su justicia, y seguro estoy de que no habrá de negármela ni mientras yoviva, ni después que muera. Si el soberano ha decidido entregarme a quien investigue mi caso, sóloinvoco de su justicia que no se desinterese de mi suerte y que exija estar informado sobre el desarrollode la investigación.Ahora si por razón de mi mala suerte y mi incapacidad de eludir el mandato del destino, el rey noconsidera mi situación, ni estudia mi caso, ni me protege del castigo a que me exponen las acusacionesde gentes falsas y perversas, sin que sobre mí pese culpa alguna, entonces no me quedará sinoacogerme a Dios, que es el que nos asiste en la angustia.Y los sabios han dicho:quien cree en las cosas sospechosas en vez de dudar, le sucederá lo que a lamujer que entregó su dinero a su esclavo por una simulación'.Dijo el león: ¿Y cómo fue eso?.

La fábula de la mujer, el pintor y el esclavo.

Dijo Dimna: "Cuentan que en la ciudad de Basrún, en un país llamado Cachemira, vivía un mercaderque respondía al nombre de Hubal. Era casado con una mujer muy astuta que se valía de sinnúmero derecursos para sustraerle el dinero y gastarlo en sus propios caprichos. Y vivía cerca de su casa un pintorde reconocido talento que se confabulaba con ella y le ayudaba a robarse el dinero de su marido. Ciertodía que la visitaba, la mujer le dijo: "Has de ingeniarte algún recurso que me permita saber tu llegadacuando vengas a buscarme de noche, sin que tengas que llamar ni gesticular, ni hacer nada susceptiblede suscitar sospechas"."Se me ocurre en verdad -contestó el pintor- un excelente recurso que te va a gustar muchísimo. Tengo

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una túnica pintada con dibujos fantásticos en una de sus caras, de una blancura que semeja la claridadde la luna; la segunda cara es tan negra como las pupilas de unos ojos negros. Me la pondré todas lasveces que vendré a verte. Su blancura te revelará mi llegada en las noches oscuras, y la cara negra, enlas noches de luna. Cuando la veas sabrás que soy yo y me traerás el dinero".Mientras los dos platicaban, entró, sin que se dieran cuenta, uno de los esclavos del mercader yenterado de lo que la mujer y el pintor habían acordado, se hizo el propósito de ganar de mano al pintory coger parte del dinero que la mujer sustraía a su esposo. Así, horas más tarde, se fue el esclavo a lacasa del pintor, y siendo amigo de su esclava, le pidió que le prestara la túnica para enseñarla a unamigo suyo, comprometiéndose a devolverla en breve tiempo. Accedió ella a su petición y alentregársela se la puso y se fue a buscar a la mujer del mercader conforme el pintor lo iba a hacer.Cuando ella lo vio llegar no dudó por un momento de que fuera el pintor, y sin vacilar, le hizo entregadel dinero. Luego, regresó el esclavo y devolvió la túnica a la esclava del pintor, quien a su vez tornó adejarla en el mismo sitio en que estaba. Hallábase el pintor ausente de la casa y no regresó sino a altashoras de la noche; se puso entonces la túnica y se fue, conforme lo acordado, a buscar a la mujer delmercader. Cuando ésta lo vio, salió a recibirlo y quedamente le dijo: "¿Por qué te has apresurado aregresar si acabo de entregarte el dinero no hace un momento?". Honda pena causaron estas palabras enel pintor e inmediatamente regresó a su casa y llamó a su esclava, quien bajo la amenaza de ser azotada,le contó la historia. Los hechos ocurridos causaron todavía más pena al pintor, y avergonzado yarrepentido quemó la túnica'.'Os he citado este ejemplo, ¡oh rey!, para que sepáis que la sospecha es mentira. Y que la mentiradeshonra a su dueño. Y vos no tenéis derecho a matar a un inocente que os ha dado su amistad, por lascalumnias de los calumniadores, y la confabulación de los traidores contra él. No digo esto por temor ala muerte, que por temible que sea, nadie a ella escapa, y que es la parte segura de quien vive. Si tuvieracien' vidas, y llegara a saber que en su destrucción estaría la satisfacción del rey, se las entregaríacomplacido. Y si creéis, ¡oh rey!, que con matarme vais a disfrutar del descanso y del sosiego, habéisde saber que los sabios dicen: "Quien comete un pecado o un delito, y que para expiarlos se entregapara ser ejecutado, Dios lo perdona y se salva del castigo de la otra vida. Y yo, así convencido comoestoy, de que Dios ha colocado al rey más allá de la injusticia, la agresión y la destrucción de una vidainocente, por las difamaciones de los malvados y la confabulación de los traidores, sólo os pido queantes de precipitaros a la acción, que investiguéis y meditéis`.Mientras Dimna hacía su defensa, intervino contra él uno de los concurrentes que acompañaban al rey,y dijo: '¡Oh rey!, no es el propósito de Dimna con todo lo que dice, enaltecer la justicia del rey o exaltarsus virtudes, sino defenderse de los graves hechos que ha cometido'.Dijo Dimna: '¡Ay de ti! ¿Cuándo se ha tenido como una falta el que el hombre defienda' su vida? ¿Hayalgo acaso más caro que ella para él? ¿Y si él no la defiende, entonces quién lo hace por él? ¿Quién esmás digno que yo de mi propio consejo? ¿Y qué vida es más digna de mi celo que la mía? Los sabioshan dicho: "El hombre que siente desdén y desafecto hacia su propia vida, los siente en grado mayorhacia la vida de los demás, y lo animan hacia ella mayor' falsedad y desinterés". Deducirán de tuspalabras, los aquí presentes, tu poca inteligencia y tu ignorancia de las cosas en que te has entrometido.Has dado prueba de la envidia y del odio que se han apoderado de ti; y los que te han escuchado, hanpodido comprobar que a nadie quieres, y que eres enemigo de ti mismo y de todos los demás. Tusiguales no deben estar sino entre los animales, pero no en el consejo del rey, ni siquiera a sus puertas'.Cuando el asistente que habló oyó la réplica de Dimna, sin intentar respuesta, se retiró avergonzado.Dijo la madre del león: 'Resulta admirable esa facilidad que tienes para expresarte, y replicar a quieneshablan, tras todo lo que has hecho'.Dijo Dimna: '¿Qué razón tenéis para mirar a mi desgracia con un solo ojo y para escucharme con un

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solo oído? ¡Cómo cambian las cosas y cómo se tornan de absurdas! Ya nadie quiere decir la verdad. Yanadie quiere obrar con justicia. Las pasiones enceguecen a todo el mundo. Ya los que están en lapuertas del soberano o los que tan inmerecidamente forman parte de su consejo, por la confianza quetienen con él, por la seguridad que sienten a su amparo y por el afecto con que de parte de él se sientenrodeados, no se cuidan de hablar, dan rienda suelta a sus pasiones, y atropellan en forma brutal laverdad y la ley sin que él los llame al orden o los censure'.Dijo la madre del león: 'Ved a este perverso e ingrato, cómo quiere enredar las cosas para demostrar suinocencia'.Dijo Dimna: 'Perverso e ingrato es aquel que delata el secreto en vez de guardarlo. Es el hombre que sepone la vestimenta de la mujer o ésta cuando se pone la de aquél. Es el huésped que se declara dueño dela casa donde ha sido recibido. Es el que en consejo del soberano expresa opiniones que no le han sidopedidas'.Dijo la madre del león: '¡Oh criminal! ¿Acaso ignoras tu monstruoso delito, tu falsia y perversidad?'.Dijo Dimna: 'El perverso que hace el mal, nunca desea el bien para nadie ni se defiende ante ladesgracia'.Dijo la madre del león: '¡Oh traidor! ¡Oh ingrato! ¿Cómo te atreves a decir todo esto? ¡Cómo es deextraño el que el soberano no te haya destruido todavía!'.Dijo Dimna: 'Traidor e ingrato es aquel a quien se le da el consejo para triunfar sobre su enemigo y nolo agradece, y en vez de la gratitud corresponde con la persecución, y en vez de darle protección a suconsejero, busca matarlo injustamente'.Dijo la madre del león: 'Tus consejos y tus fábulas son más extravagantes que toda la astucia, lahipocresía y la envidia de que has dado prueba'.Dijo Dimna: 'Esta es la oportunidad de dar consejos a quienes tengan oídos para escucharlos, y de citarfábulas a quienes quieran sacar de ellas alguna enseñanza'.Dijo la madre del león: '¡Oh traidor! Si reflexionaras en tu monstruoso crimen te darías cuenta cuánimpedido estás para dar consejos y citar fábulas'.Dijo Dimna: 'El traidor es el que se propone destruir la vida de quien se ha confiado a él y declara laguerra a quien le ha señalado su enemigo'.Dijo la madre del león: '¡Oh falaz! ¿Quieres ahora deslumbrarnos con tu locuacidad para ocultar tucrimen?'.Dijo Dimna: El falaz es aquel que recibe el bien y hace el mal, y corresponde con la ingratitud a losfavores recibidos. En cuanto a mí, he cumplido con mis obligaciones y he sido leal'.Dijo la madre del león: '¿Y cuáles son los compromisos con que has cumplido y cuándo fuiste leal?'.Dijo Dimna: 'El soberano sabe que si sobre mí pesare algún delito, no me atrevería a hablar en supresencia o sostener argumentos falsos o inventar mentiras'.Observando la madre del león a su hijo, notó que las palabras de Dimna no hacían sino ablandar cadavez más su ánimo, y asaltándole el temor de que llegara a convencerlo definitivamente de su inocenciay obtuviera su absolución, con voz firme se dirigió a él y le dijo: 'El silencio ante las afirmaciones delacusado equivale a estar de acuerdo con lo que dice, de ahí es que dicen los sabios: "Quien callaotorga`, y airada se levantó para salir.El león ordenó entonces que Dimna fuera encadenado y encarcelado, y dio la orden a sus jueces paraque hicieran la investigación.Y dirigiéndose nuevamente al león, dijo la madre: Tiempo ha que vengo oyendo hablar de laperversidad de Dimna, pero nunca, como ahora, he tenido pruebas tan evidentes acerca de su falsía, de !su capacidad para inventar disculpas y de su habilidad para cubrir el delito con la mentira. Su capacidadpara mentir no tiene límite. Tu seguridad y la de todos tus vasallos está en su destrucción. Obra sin

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vacilación con la energía que caracteriza a todo buen gobernante. Todos tus vasallos te respaldarán enforma unánime, porque todos ellos, los prestantes y los humildes, conocen a fondo a Dimna y sabencuán peligroso es. Todos están enterados de sus escándalos, particularmente en este último en que cayóvíctima el más leal de tus consejeros. Es siempre el mismo mentiroso, porque la protervidad estáhonradamente arraigada en su espíritu y constituye la esencia de su naturaleza'.Dijo el león: 'Habitualmente, entre los cortesanos del soberano y quienes a éstos rodean, surgenrivalidades y luchas por alcanzar posiciones superiores, y los que están abajo tratan de desalojar a losque están arriba, lo cual suele dar origen a muchas injusticias y desencadenar la envidia de unos contraotros, particularmente contra los de más valor y más prestigio. Y he sabido que la posición que haalcanzado Dimna, ha herido el orgullo de muchos de mis colaboradores, de manera que en verdad no sési lo que veo y oigo de ellos, y si el acuerdo unánime que hay contra él puedan tener sus raíces en laenvidia. Me disgustaría por lo tanto condenarlo precipitadamente. Un buen vestido no debe desecharsesino por alguna razón que lo justifique. No podría estar tranquilo ante mi conciencia si, obedeciendo alas pasiones, obrara precipitadamente; antes de adoptar una actitud adversa contra él, prefiero investigary convencerme. Puedes estar tranquila, y nada debe preocuparte, que ya acaba de ocurrírseme lo quedebo hacer'.Tranquila y satisfecha salió la madre del león.Cuando Dimna fue introducido a la cárcel y se le aplicaron las cadenas, Calila fue informado de quehabía sido encarcelado de nuevo, y sintió por él gran compasión y mucho pesar, dada la larga amistad,la convivencia y el afecto que los unía. Y se fue en busca de él, y lo encontró en la cárcel. Y Calila llorócuando vio el dolor, la tristeza y la tragedia en que se encontraba, y le dijo: 'La situación en que tehallas hace innecesarias mis prédicas, pero no por ello voy a dejar de prevenirte y darte mi consejo, quecada palabra tiene su lugar. Si me hubiera abstenido de darte mis consejos cuando los necesitabas y eratodavía tiempo, hoy sería tu cómplice en el delito, pero tu arrogancia turbó tu juicio y triunfó sobre turazón. Te citaba entonces, por ejemplo, las palabras de los sabios: "El intrigante muere antes de sutiempo", y al decir "muere antes de su tiempo" no se referían a la interrupción de la existencia, sino alas cosas que se le presentan para hacerla desgraciada, tal lo que te ocurre, en que la muerte te resultapreferible a la vida'.Dijo Dimna: 'Reconozco que siempre dijiste la verdad. Recuerdo cuán sabias y justas fueron tusprédicas, pero, como dijiste, la excesiva confianza en mí mismo y la ambición desenfrenada porconquistar más altas posiciones, me trastornaron el juicio e hiciéronme ver como necios tus buenosconsejos. Fui como el enfermo, amigo del comer, que a sabiendas de que el exceso en ello agrava suenfermedad, no escucha la voz de la razón y se deja llevar por la voracidad de su apetito. Reconozcohaber sembrado yo mismo mi propio infortunio: que toda semilla nace a su tiempo, así se anticipe o seretarde la siembra. Ha llegado la hora de cosechar lo que yo mismo he sembrado. Pero lo que más mepreocupa es que recaigan sobre ti las sospechas y que por razón de nuestra amistad, te acusen de ser micómplice en el delito, y si esto llega a suceder, mucho me temo de que te capturen, te conminen y teobliguen a confesar todo cuanto sobre este caso sabes. Como nadie duda de tu honestidad o de lo que,dices, porque siempre has dicho la verdad, ninguna duda inspirarán tus palabras cuando llegues adeclarar contra quien está en la situación en que me hallo'..Dijo Calila: Te entiendo, y los sabios han dicho: "Nadie resiste la perennidad del castigo y el dolor, nidebe callar lo que puede salvarlo del castigo eterno'. Considero pues que, ya que has caído en estatremenda desgracia, debes reconocer tu culpabilidad y confesar tu delito y buscar tu salvación en lavida eterna, y esto solo se consigue con la penitencia y el arrepenti-, miento. Estáis inexorablementeperdido y no debes permitir que al castigo de la vida presente se le sume el de la vida eterna. Preferiblees que sufras en este mundo y no en el infierno eternamente todas las consecuencias de tu delito'.

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Dijo Dimna: Bien has dicho y sabios son tus consejos. Sin embargo, obrar en armonía con ellos va a serdifícil, espantoso y aterrador, porque el león es implacable y mi castigo será tan severo comodespiadado'.Sin decir más nada, y de acuerdo en el fondo con lo que dijo Dimna, regresó Calila a su morada con lospeores presentimientos. Y presa de su angustia, sufrió un tremendo dolor de estómago y murió antes deamanecer. Había en la cárcel una pantera que dormía cerca del lugar en que Calila y Dimna se habíanreunido. El diálogo que entre ellos se desarrolló la despertó, y pudo así enterarse de todo lo que sedijeron sin que ninguno de los dos se diera cuenta: las incriminaciones de Calila y la aprobación deDimna.Al día siguiente por la mañana, visitó la madre del león a éste y de nuevo le recordó el asunto deDimna, sus disculpas y su inusitada insolencia, y agregó diciendo: 'Perdonar al perverso es exponer yarrojar a los justos en las fauces del peligro; absolverlo es convertirse en su cómplice en el delito. Darprotección a los buenos, es colaborar con ellos en el bien que hacen. El perdón hace tanto daño en elfelón, como bien en el hombre probo y de noble corazón, y corrompe al primero en la misma medidaque corrige al segundo'.Cuando el león oyó estas palabras, llamó al juez y al tigre y les ordenó activar la investigación y hacertodas las averiguaciones posibles entre los que a juicio de ellos podían poseer informaciones acerca delcaso; les pidió igualmente que le rindieran, con la mayor premura, un informe detallado sobre laculpabilidad directa o indirecta de Dimna, y sobre la validez o invalidez de las razones y disculpas queha presentado.Así salieron el juez y el tigre a cumplir las órdenes del soberano. Hicieron comparecer a Dimna ante untribunal especial integrado por los jueces más prestantes, con la misión de investigar el caso Dimna, ehicieron comparecer a éste para indagarlo y oírle sus razones.Presente Dimna en la sala de audiencia, se levantó el tigre y con su voz bronca dijo: 'Vosotros sabéis,honorables miembros de este tribunal, la profunda pesadumbre que hoy embarga y aflige al soberanopor la muerte de Chátraba, y la profunda preocupación que lo atormenta ante el temor de haber obradoinjustamente. Existen indicios que nos hacen creer, tanto al soberano como a nosotros, de que Dimnasea el autor del delito, que haya sido él, el que sembrando calumnias y sospechas, incitó al león paramatar al buey, a fin de poder conseguir ciertos fines y satisfacer ciertas ambiciones. Hemos sido puesencargados de investigar este caso y establecer la culpabilidad o inculpabilidad de Dimna en lossucesos ocurridos. Todos vosotros estáis en la obligación de dar vuestra máxima colaboración y de noocultar ninguna información que sobre el caso tengáis. Que diga cada quien lo que sepa a fin de evitarencubrir el delito con el silencio. Y quien tenga algo que decir que lo diga aquí públicamente, porquenadie debe ser castigado sino cuando realmente merezca el castigo; pero no por recelo o una sospechaque inspire. Vuestra colaboración en favor del esclarecimiento de la verdad nos será muy valiosa, yaque ella evitará un castigo injusto o un perdón inmerecido'.Concluida la arenga del tigre, se levantó el presidente del tribunal y dijo: 'A las sabias palabras queacabamos de escuchar, debo agregar que por tres razones todos estáis en la obligación de decir laverdad y de no ocultar nada de lo que sobre este delito sepáis:Primera: si calláis, con el silencio estaréis ocultando un delito, y ocultar un delito es cometer otrodelito.Segunda: el castigo del culpable frena a los sospechosos, y sirve de lección al soberano y a sussúbditos.Tercera: si los malvados son eliminados de la tierra, las relaciones entre la gente de bien se tornan mássinceras y más cordiales, los hombres podrán disfrutar de una vida más sosegada y más feliz, y lossabios podrán cumplir más eficazmente y con mejor fortuna su misión. Que diga pues cada quien lo que

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acerca del asunto sepa a fin de que nuestro fallo quede fundado en la verdad y la justicia, y no en unapresunción o una sospecha'.Cuando el presidente del tribunal hubo terminado su arenga, esperó que alguien dijera algo, pero todoel mundo permaneció callado, ya que nadie de los que estaban presentes tenía un conocimiento claro ypreciso sobre el caso, y les disgustaba hacer declaraciones vagas por el temor a causar una sancióninjusta al acusado.

Ante ese silencio y la perplejidad de todos, pidió Dimna la palabra y dijo: 'Si yo fuera culpable, cómodebería estar de satisfecho ante ese silencio de vosotros que indica que nada sabéis de un delito del quese me acusa. Si hubiera cometido algún delito, algunas informaciones vagas o claras hubieran llegado avuestro conocimiento. Pero vuestro silencio indica que nada sabéis y ello prueba mi inocencia. Yfaltando pruebas y testimonios no queda lugar ni a la condena ni a la sanción. Estáis pues obligados adeclararme inocente y absuelto. Recordad que las palabras como los hechos, tarde o temprano,producen consecuencias. Y quien injustamente me exponga a algún mal o haga afirmaciones basadas ensimples sospechas y conjeturas, le sucederá lo que le sucedió al falso médico que pretendía saber lo queignoraba'.Dijo el presidente del tribunal: '¿Y cómo fue eso?'. El caso del falso médicoDijo Dimna: `Cuentan que en una de las ciudades de Sind, vivía un médico de gran talento y vastosconocimientos. Los enfermos acudían a él de todo el país porque era el más acertado en la curación delas más diversas dolencias. Cierto día murió, pero no sin dejar una extensa obra escrita de la cual losmédicos pudieron sacar mucho provecho. En la comarca en que vivía, había un ignorante que pretendíaser médico y conocer las enfermedades y la forma de curarlas. Y así lo anunciaba en toda la región.Y aconteció que cierto día, cayó gravemente enferma la hija del rey de aquella tierra. Y cuando el reyaveriguó por el mejor médico, se le insinuó el nombre de uno muy célebre que vivía a pocas leguas dedistancia. El rey lo mandó a llamar, pero el mensajero encontró que era hombre de muy avanzada edad,que había perdido la vista y que estaba en incapacidad para viajar, ante lo cual se le describió lasituación en que se hallaba la hija del rey y las dolencias que padecía. Y el médico le indicó unamedicina que se llamaba zamharán, y le dijo que la falta de la vista no le permitía pesar y mezclaradecuadamente los componentes.

Informado de todas estas cosas aquel falso médico, se presentó al palacio del rey y afirmó conocer muybien aquella medicina, así como las propiedades de todos sus componentes, y ofreció prepararla. Alegó,además, en favor suyo, haber sido discípulo y colaborador durante largos años de aquel célebre médicoque años atrás había muerto.Convencido el rey de las afirmaciones que el ignorante hiciera, ordenó que se le condujera al armariode las medicinas para que tomara las que fueran necesarias y preparara el remedio. Pero como noconocía las medicinas ni sus propiedades, escogió al azar y caprichosamente, sin conocimiento alguno,fundado únicamente en conjeturas y apariencias, varios productos, entre los cuales un veneno violento,y después de mezclarlos, hizo ingerir la mixtura a la hija del rey, quien a la hora de tomarla murió.Entonces el rey lo hizo prender y tomar del mismo remedio, y así a su turno, murió instantáneamente'.'No os he citado esta historia, sino para que sepáis la suerte que corre el ignorante que no habla sinonecedades, y que no obra sino fundado en conjeturas y sospechas'.Después de Dimna, hizo uso de la palabra el jefe de los cerdos, el cual solidarizándose con la madre delleón, y dando respaldo a su opinión de eliminar a Dimna, dijo: 'Si hay algo que no merece investigaciónpública o privada, y que para los conocedores no presenta dudas de ninguna clase, es el caso de este

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malhechor en quien todos los distintivos y señales de la maldad, que los sabios han descrito einterpretado, están claramente dibujados en su rostro y presentes en sus movimientos'.Dirigiéndose al jefe de los cerdos, preguntó el presidente del tribunal: '¿Y cuáles son esas señales ydistintivos? Dinos qué es lo que ves de particular en el rostro de Dimna que te hace creer que es unmalhechor.Con voz alta y bronca contestó el jefe de los cerdos: 'Los sabios han dicho: "Quien tiene el ojoizquierdo pequeño y constantemente le parpadea, la nariz inclinada hacia la derecha, las cejas muyseparadas, los pelos de su cuerpo en grupos de tres y tres, y cuando camina tiene clavados los ojos en elsuelo y de tiempo en tiempo mira a un lado u otro, en ese están reunidas todas las características de laperversidad, del delito y de la maldad". Y todas estas señales están en Dimna'.La intervención del jefe de los cerdos irritó y causó gran extrañeza en Dimna, el que con voz firme ysin titubear le replicó: 'Nuestros actos deben ser juzgados independientemente de las formas que tenganuestro cuerpo, porque la ley de Dios está hecha para todos, para los que están formados de un modo ode otro, y sólo ella es absolutamente justa y en ella no hay sitio para el error, ni la injusticia, ni el odio olas pasiones. Si estas señales que mencionas, u otras que se les parezcan, sirvieran de base para conocerla verdad y administrar la justicia; si ellas pudieran sustituir lo que el estudio y la razón revelan en unsentido u otro, no habría entonces razón para que nadie alegue; razones en favor o en contra de nada ode nadie, ya que la recompensa de unos y el castigo de otros no se harían sino con base en esas señales.Y ellas nos librarían de toda responsabilidad ya que esas señales nacen con nosotros y viven connosotros independientemente de nuestra voluntad y así serian ellas las que fatalmente, y por sobre todaotra consideración, determinarían nuestra conducta. Si pretendes que el bien y el mal que hacemosdependen únicamente de estas señales, ¿qué mérito tendrían entonces los que obran bien y qué culpalos que obran mal? Y si las cosas son como dices, entonces debo ser absuelto aunque sea culpable, yaque no sería más que el instrumento de una voluntad superior a la mía, determinada por unas señalesque muy lejos de mí está el poder transformarlas en otras capaces de hacer el bien. Con tus palabras hashecho mi defensa sin quererlo ni pensarlo. Pero tu caso es como el del hombre que dijo a su esposa:"Mira primero tus defectos y critica después, ¡oh canalla!, los defectos de los demás`.

Preguntaron a Dimna: "¿Y cómo fue eso?".

La historia del hombre y de las dos mujeres

Dijo Dimna: "Cuentan que una ciudad, que se llamaba Bujarast, fue un día asediada y conquistada porel enemigo. Y cuando los ejércitos vencedores hicieron su entrada, violaron a todas las mujeres, serepartieron todas las riquezas, mataron a todos los hombres cultos, y tomaron como esclavos a todassus gentes humildes. A uno de los soldados le correspondieron un labrador y dos mujeres que éstetenía. Era el soldado un déspota que daba a esas mujeres un trato de inusitada dureza: las despojaba desus vestimentas, las flagelaba, las sometía a toda clase de privaciones y las hacía padecer hambre y sed.Cierto día condujo a esos tres infortunados a un bosque que había en las cercanías para traer leña. Ibanlas dos mujeres completamente desnudas, y una de ellas que se encontró un andrajo, lo recogió y cubriócon él parte de su desnudez. Viendo su compañera lo que hizo, se rió e irónicamente dijo al labrador:"¿Ve a aquella lo divertida que ha quedado con su andrajo?". "¿Acaso no te das cuenta cómo estás tú?

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-contestó el labrador-; primero, cúbrete al menos como ella, ¡oh canalla! y critica después`.'Tu intromisión -prosiguió Dimna, refiriéndose al jefe de los cerdos- y tu insolencia, son todavía másrepugnantes que tu cuerpo inmundo, tu hediondez y desvergonzado descaro. Y lo que es más inauditoes que tus abominables defectos, no te inhiben acercarte al rey, tomar asiento a su mesa y obligarlo atolerar tu desagradable compañía, como si fueras puro, inmaculado y libre de tanta abyección. Muybien conozco toda tu miseria, tanto como la conocen muchos de los que están aquí presentes. Nada mehabía impedido hasta hoy revelarte tu verdad, sino la amistad que nos unía. Pero ahora que te anticipascon el agravio, que das muestras de tus malas intenciones conmigo, y que injustamente me hostilizasante este tribunal, diré todo lo que sé de ti, y a todos diré cuán inmundo, repugnante y repulsivo eres, ycuán indigno eres para estar al servicio del soberano o siquiera al de sus últimos servidores. Los que teconocen están en la obligación de pedir al soberano que te destituya, prescinda de todos tus servicios, yexpulse de su mesa a un huésped tan sucio e indeseable como tú'.Ante estas palabras de Dimna, desistió el jefe de los cerdos de intervenir nuevamente y permaneció ensu sitio con la lengua trabada. Asimismo, la timidez se apoderó de toda la concurrencia, y el temor aDimna y a su inusitada agresividad, obligó a todo el mundo a callar. A su turno el presidente deltribunal ordenó suspender la audiencia.Entre la asistencia había un chacal que el león había mandado de observador, el cual, suspendida laaudiencia, regresó e informó al león sobre todo lo que había ocurrido, sin ocultarle detalle del duelo quese desencadenó entre el jefe de los cerdos y Dimna. Enterado el león de toda la arenga de Dimna,inmediatamente decretó la destitución del jefe de los cerdos, le prohibió volver a sentarse a su mesa yasomarse a su presencia. Por otra parte ordenó que Dimna fuera puesto de nuevo en la cárcel, y que seelaborara un informe de la audiencia, el cual después de ser redactado y leído, fue firmado por el tigre.Tenía Calila, entre los cortesanos del rey, un amigo que se llamaba Burzabáh a quien de mucho tiempoatrás le unía una gran amistad. Gozaba éste en la corte de un gran prestigio y de toda la estima del león.Cuando Burzabáh fue enterado de la muerte de Calila, fue donde Dimna y le dio la triste noticia, y ledijo que había muerto víctima del dolor intenso que le causó su suerte. Lloró Dimna amargamente ydijo: '¡Cómo es de cierto lo que se dice: cuando una desgracia nos sorprende, vienen en seguida lasmalas por todas partes y caemos abatidos por todos los infortunios!'. Y mirando a Burzabáh, agregó:'Pero a Dios gracias, no ha muerto Calila sin dejarme un buen amigo como tú. En ti, en Dios y todas susbondades están ahora mis esperanzas. El es el que te ha conducido a esta desolación en que estoy.¡Cuánto sosiego me inspira tu presencia! Sólo en ti puedo ahora confiar y sólo a ti puedo pedir un favorque espero me otorgues: ve al sitio tal, allá encontrarás el dinero que mi hermano Calila y yo reunimosy ganamos con nuestros esfuerzos, nuestro trabajo y la voluntad de Dios, y me lo traerás'.Accedió Burzabáh y le trajo la fabulosa fortuna que entre él y Calila habían acumulado. De esa fortunaentregó Dimna la mayor parte a Burzabáh y le dijo: 'Tú, como jefe de los sacerdotes en la corte delleón, tienes más que nadie la facilidad de entrar y salir, y gracias al respeto de que gozas, podrás quizásintervenir en mi favor. Así, muy respetuosamente te suplico hacer cuanto puedas para aliviar miinfortunio. Mucho me interesa saber también, cuál será la actitud del león una vez que se entere de laaudiencia y de lo que ocurrió entre mis adversarios y yo. Desearía saber igualmente cuál es en laactualidad la actitud de la madre del león respecto a mí, y si el león está de acuerdo o en desacuerdocon ella sobre mi caso. Observa todas esa cosas y me informarás detalladamente.Guardó Burzabáh lo que Dimna le dio y se fue a casa.Al día siguiente se levantó el león y se sentó a meditar en el caso de Dimna. Cuando ya habíantranscurrido unas horas de la mañana, se presentaron a sus puertas a solicitar audiencia un grupo de susmás prestigiosos colaboradores. El león los hizo entrar. Estos pusieron en sus manos un informedetallado de la audiencia en el que aparecían todas las razones que Diurna alegó en su propia defensa.

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Recibió el león el informe y los invitó a retirarse.Luego hizo llamar a su madre y le leyó todo el informe. Su lectura provocó una gran indignación enella y en voz alta gritó: 'No te enojes, ¡oh Rey!, si hablo con rudeza'.Dijo el león: 'No me enojaré, puedes decir lo que deseas. Empiezo a observar -Dijo ella- que tú nosabes discernir entre lo que puede serte provechoso de lo que puede serte nocivo. Estás excediéndotetanto en el estudio del caso de Dimna y en sus razones y disculpas, que no vas a tardar en perder eljuicio y en caer en la perplejidad y la indecisión. Es por esto que te aconsejaba no oírle sus razones aeste malhechor, que de tiempo atrás viene causándonos males sin cuento y abusando de nuestraconfianza'.Muy enojada, y sin darle tiempo al león de hablar, se retiró del recinto.Detrás de ella, a toda prisa, salió Burzabáh y fue donde Dimna y le contó lo que la madre del león habíadicho.Al día siguiente, hizo el juez comparecer a Dimna, y tras varias consultas que hizo acerca de él le dijo:'¡Oh Dimna! Una persona veraz, digna de toda confianza, me contó toda tu historia, de manera que yano tenemos que estudiar más de lo que hemos hecho. Debes saber que los sabios han dicho queDios.hizo este mundo para que sirviera de paso hacia la vida eterna, e hizo en él la morada de susmensajeros y profetas que son los que nos señalan el bien, nos indican el camino del paraíso y nosinvitan al conocimiento de Dios Todopoderoso. Estamos plenamente convencidos de tu culpabilidadpor informaciones secretas que hemos recibido de fuentes dignas de nuestra confianza; pero el león,nuestro señor, nos ha ordenado considerar e investigar de nuevo tu caso, aunque para nosotros todo estáclaro y toda investigación sobra'.Dijo Dimna: veo, señor juez, que no tienes la costumbre de fallar con rectitud. No es justo que elsoberano entregue a los oprimidos, libres de toda culpa, a un juez injusto. Por el contrario, cuando sonacusados y van a ser juzgados, tienen derecho a que se ponga a su disposición quien les asista ydefienda. Y en cuanto a mí se refiere, a nadie le consta mi culpabilidad, ni nadie ha dicho algo contramí'.Dijo el juez: 'Aunque todos los que están aquí reunidos callen y nada digan en contra tuya, todas sussospechas concuerdan. en que tú has delinquido; ningún favor puedes esperar más de la vida, ahora quetodos, en el fondo, están convencidos de tu culpabilidad. Así, nada mejor puedes hacer que confesar tudelito. Tu confesión te librará del castigo eterno y por dos razones te hará merecedor del aprecio y delos elogios; primero: por tu incomparable capacidad de ingeniar recursos y forjar pruebas en tu defensa;segundo: porque habrás demostrado preferir sacrificar tu vida en aras de tu alma. Los sabios han dicho:es preferible morir por algo digno que vivir en ladeshonra". Dijo Dimna: 'Los jueces nunca pueden fundar sus fallos en sus presunciones ni en las del público o losparticulares. Vos, sabéis muy bien, señor juez, que la presunción no sustituye la verdad. Aunquecuando todos crean que soy el autor de este delito, nadie más que yo conoce la verdad de mí mismo, yel conocimiento que tengo de mí mismo es claro, absoluto y libre de toda duda. Ni una sola de lasacusaciones contra mí ha sido probada. Todas están en el terreno de la conjetura y de sospechasmalévolas que mis enemigos han sembrado. Sólo en ellas están fundadas las falsas convicciones sobremi culpabilidad y la gravedad de los cargos que me hacen.Y si siendo inocente, callo y acepto como ciertos los cargos que me hacéis y la sanción queinevitablemente habrá de seguir, estaría agraviándome a mí mismo. ¿Cuál sería entonces mi disculpaante mí mismo si contra mí mismo obrara mal, engañándome deliberadamente y aceptando midestrucción a sabiendas de que soy inocente? ¿No es acaso mi vida lo que tengo de más caro en estemundo y lo que con mayor celo estoy obligado a defender? Si en vez de ser el reo fuera el acusador, e

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imitando vuestro ejemplo quisiera obrar con vos o con los que aquí están presentes como procedéisconmigo, ni mi conciencia me lo permitiría, ni sería un acto que haría honor a mi carácter. Retirar pues,señor juez, vuestras palabras y reflexionad y meditad en vuestras afirmaciones. Si lo que pretendéis esaconsejarme, habéis equivocado la oportunidad; y si lo que os proponéis es engañarme, estaríaisviolando los más sagrados principios de la justicia, porque nunca es tan abominable el engaño comocuando es premeditado. El engaño y la mentira deben ser siempre ajenos al espíritu de los jueceshonestos. Habéis de saber que procediendo como lo hacéis, estáis sentando funestos antecedentes en laadministración de la justicia. Todo el mundo obra y procede como proceden los jueces que administranjusticia y cuyos procedimientos son imitados, aplicados y considerados como normas y leyes deconformidad con las cuales se sigue procediendo, y así el error puede convertirse en norma y ley quelos envidiosos y malvados podrán invocar para cometer a su amparo toda clase de abusos. Y ya va a talextremo mi infortunio, que no obstante que habéis sido siempre honesto, sincero y justo, ahora, en micaso, de muy distinta manera estáis obrando; y así, de un lado dejáis los principios fundamentales de laley, que es inmutable, y la justicia que con tan insospechable pulcritud habéis administrado, para obrarahora fundándose en conjeturas que según las circunstancias, que son variables, son interpretadas deuna manera u otra. Los sabios han dicho: quien pretende conocer lo que ignora o hace falsostestimonios, le sucede lo que le sucedió al halconero que quiso hacer expulsar al esclavo de su señor'.Dijo el juez: '¿Y cómo fue eso?'.

El halconero y el esclavo

Dijo Dimna: "Cuentan que en una ciudad vivía un sátrapa muy nombrado que tenía a su servicio unesclavo, muy leal y honesto, a quien había confiado la custodia de sus caudales. Tenía el sátrapatambién, un halconero, muy hábil en su oficio que poseía vastos conocimientos en las enfermedades delos halcones y en su tratamiento. El sátrapa lo tenía en un aprecio tan alto que con frecuencia loinvitaba a su casa y a departir con su familia. Y sucedió que cierto día el halconero sintió envidia haciauno de los esclavos del rey al que pensó hacer caer en una celada para que su patrón lo expulsara. Pensóy caviló durante muchos días, pero no se le ocurría el recurso que había de garantizar el éxito de susdesignios. Un día, como solía hacerlo, salió de cacería y logró coger dos loros polluelos; los trajo, loscrió y, ya grandes, los separó dejando cada uno en una jaula. A uno de ellos le enseñó decir: "He vistoal guardián acostado con la esposa de mi patrón". Y enseñó al otro decir: "Es cierto".Cuando ya tenía los loros bien amaestrados los llevó al sátrapa. ¡Y qué maravillado quedó éste con lasdos avecitas y con qué visible admiración las oía cuando hablaban. Nada entendía, sin embargo, de loque decían, porque el halconero se lo había enseñado a decir en persa, lengua ésta que el sátrapaignoraba. Día a día los quería más y nada lo divertía tanto como oírles hablar su idioma exótico.Encargaba de su cuidado a su mujer y le encarecía su especial interés en darles de comer y beber.Cierto día, dio la casualidad que llegaron a visitar a aquel sátrapa unos hombres de los más ilustres dePersia, a quienes recibió con todos los honores que al caso correspondía, les ofreció un suntuosobanquete y les obsequió con frutas y joyas en cantidades enormes. Cuando terminaron de comer ypasaron a la conversación, ordenó el sátrapa al halconero que trajera los loros. Cuando éstos gritaroncon sus voces y los oyeron los huéspedes y entendieron lo que decían, se miraron extrañados, sin decirpalabra, unos a otros. Les preguntó el sátrapa el sentido de lo que decían, pero éstos se negaban a decir.Pero al fin ante su reiterada insistencia le dijeron: "Dicen y tal cosa contra tu esclavo, guardián de tuscaudales". Les solicitó que hablaran con las dos aves cosas distintas; lo hicieron pero encontraron que

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nada más sabían, con lo cual quedó claramente demostrada la inocencia del guardián, la falsedad de loscargos que se le imputaban y la mala fe con que el halconero procedía. Así con tono enérgico se dirigióa él el guardián y le preguntó: "¡Oh enemigo de ti mismo! ¿Es cierto que tú me viste acostado con laesposa de mi señor?". "Que sí te vi" -contestó el halconero. A esa respuesta saltó un halcón y le reventóambos ojos. Ante esto dijo el esclavo: "Bien mereces esta desgracia. Es el castigo de Dios por tu falsotestimonio`.No os he citado esta fábula, señor juez -prosiguió Dimna sino para que sepáis cómo son de funestas lasconsecuencias de los falsos testimonios en esta vida y la otra.Cuando el juez y sus colaboradores oyeron estas protestas de Dimna, redactaron un nuevo informe,consignaron en él todas las razones de Dimna, y lo entregaron al león, el cual después de leerlo, llamó asu madre y se lo leyó. Esta, entre otras cosas, le dijo: Ya mi mayor preocupación, es que Dimna, tanperverso para hacer el mal y tan recursivo para eludir el castigo, llegue a maquinar contra ti, y caigasmuerto víctima de su malévola industria. Más me preocupa ya tu suerte y tu seguridad que el delito deese malhechor, que su perversidad, su perfidia y su acción criminal contra el mejor de tus consejeros yamigos, a quien, incitado por él, mataste injustamente.El león, hondamente impresionado por estas palabras dijo a su madre:'Revélame el nombre del que te informó sobre Dimna y el delito que cometió; así, si lo mato, tendrérazones para justificar mi decisión'.Dijo ella: 'Me disgusta delatar un secreto del que fui confidente y violar así los mandatos de los sabiosque nos prohíben la indiscreción. Prefiero, más bien, pedirle su autorización a quien me confió talesinformaciones para revelar su nombre, o si él prefiere, te informará directamente y te dirá lo que vio yoyó'.Luego se retiró, hizo llamar al tigre y una vez presente, le hizo recordar la alta posición que ocupa en lacorte, la gran estima en que lo tiene el león, la obligación que tiene para cooperar en el triunfo de lajusticia, lo cual no se consigue sino dando su testimonio en el caso de Dimna. Le recalcó igualmenteque su nobleza no podía permitirle persistir en el silencio porque de él dependía la suerte de losoprimidos y las razones que invocarían en su favor el día del juicio final. Después de mucha insistencia,accedió el tigre y dio su testimonio contando todo lo que había oído a Calila y Dimna.Cuando el tigre acabó de rendir su testimonio, la pantera que estaba presa y que días atrás había oído eldiálogo que se desarrolló entre Calila y Dimna, pidió que se le diera permiso de rendir su testimonio. Elleón accedió y la hizo comparecer. Así la pantera hizo sus declaraciones e informó en detalle con quéseveridad Calila había incriminado a Dimna y censurado su intromisión entre el león y el buey, laperversidad con que había obrado, las mentiras de que se había valido, las sospechas que habíasembrado y sus incitaciones que acabaron por indisponer tanto al león contra el buey hasta llegar amatarlo y, finalmente, la aprobación de Dimna a todo esto.Dijo el león: '¿Y qué te había impedido hacer estas declaraciones después de haber oído lo quedijeron?'.Dijo la pantera: 'Me lo impidió saber que un testimonio solo es insuficiente para que se profiera unasentencia o para convencer y callar a un adversario, y así me disgustaba hablar inútilmente'.Ordenó el león que los dos testigos fueran llevados ante Dimna y reiteraran en cara de él sustestimonios. Hecho esto, dio orden de ajustar las cadenas a Dimna. Cumplida la orden del león, Dimnafue abandonado en la cárcel donde a los pocos días murió de hambre.Este fue el final de Dimna y las consecuencias funestas e inevitables a que conducen la mala fe, laenvidia y la mentira". Y dirigiéndose al rey de la India, concluyó diciendo Báidaba el filósofo:

"Los hombres que conozcan esta historia, si meditan y entienden los hechos en ella narrados, no

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tendrán dificultades en descubrir, cuántos peligros no entrañan los empeños de los malvados que pormedio del delito, de la mentira y la traición buscan la satisfacción de sus intereses y de sus ambiciones;y cómo el que mata o injustamente provoca la muerte de un inocente, no escapa al castigo merecido, ycómo, tarde o temprano, paga con su propia vida el precio de su delito".