calabazas en el trastero 1 -...

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Créditos:Primera edición digital: marzo 2016

Código: COD 9785400038635050070

Ilustración de portada: Tiboo (www.tiboo.es)Maquetación y diseño: Miguel Puente y Kachi Edroso

Corrección de estilo: Juan Ángel Laguna EdrosoPrólogo (cortesía de Nocte): Ángel Luis Sucasas

Editor: Juan Ángel Laguna Edroso

Autores: Francesc Barrio, Tomás Blanco Claraco, Magnus Dagon, Andrés Díaz Hidalgo, Santiago Eximeno,

José Manuel Fernández Aguilera, Javier Fernández Bilbao, Juan Ángel Laguna Edroso,

Pedro López Manzano, Miguel Martín Cruz, Manuel Mije,Pedro Moscatel y Óscar Muñoz Caneiro

Edición: Saco de huesosPaseo Fernando el Católico, 59. ED 5A, 50006 Zaragoza

Más información: www.sacodehuesos.com

Un proyecto de la asociación cultural La BibliotecaFosca

Cualquier forma de reproducción, distribución, comunicación pública otransformación de esta obra solo puede ser realizada con la autorización de sus

titulares, salvo excepción prevista por la ley.

Diríjase a CEDRO (Centro Español de Derechos Reprográficos (ww.cedro.org) sinecesita fotocopiar o escanear algún fragmento de esta obra.

Prólogo:

La tentación de ser Dios

Crear vida es una encrucijada de múltiples caminos. Se puede invocar con una palabra. Esta puede ser

el nombre secreto de Dios, Metatrón, que los rabinosescribían en una tira de papel (el Shem) para luegometer en la boca de arcilla del gólem y alzarlo sobresus pies de barro. La vida puede venir también delcielo, un relámpago, la chispa vital que es río de luzen la noche y que bien podría penetrar en un retalde cadáveres y animarlo a abrir los ojos yencontrarse con su creador. La materia de la vidapuede ser, desde luego, la muerte, y a esta se lapuede burlar bien haciéndola falsa —como los bokorque obligan a sus futuros soldados muertos en vida aingerir el polvo que emulará su fallecimiento— obien rompiendo sus reglas con la nigromancia: alleer un antiguo grimorio, al trazar pentáculos, alhacer pactos con el infierno en un cruce decaminos…

Las sendas para llegar a ese secreto, el de la vida,son múltiples. Pero más importantes aun que lassendas son los motivos. ¿Qué nos ocurre para que laposibilidad de crear vida, de erigirnos por uninstante dioses, nos fascine tanto? ¿Acaso no essuficiente con gozar de los dones del mundo, conalcanzar el absoluto del que hablaba Sócrates enboca de Diotima, ese estado en el que cada hebra dela existencia nos es querida como nuestro pie onuestra mano? ¿No llega con poseer en laconjunción de los sexos una magia tan poderosa quepermite crear nueva vida?

Pues no, no es suficiente. Y los trece relatos quepodréis leer a continuación demuestran, cada unoen su peculiar senda, por qué.

Pero mi labor es reflexionar, más allá de esametáfora de sabiduría que siempre encierra unrelato (críptica o diáfana), en si ese porqué tiene algoque ver con lo que uno se encuentra en un libro.Con escribir.

Escribir es el camino más sencillo, en cuanto losmedios de los que se precisa, para saciar esa sed deser Dios. Con algo tan simple como una hoja enblanco, sea esta física o virtual (qué maravilla, paralos que sueñan con ser dioses, el poder escribir tales

sueños en algo tan efímero e inexistente como susevocaciones), se puede crear tanta vida (y muerte)como se desee. Se puede jugar con los destinos deindividuos insignificantes o mundos deconquistadores. Se puede hasta hacer arder elcosmos en el fuego primigenio y golpearlo, entre elmartillo de la pluma y el yunque de la hoja enblanco, hasta hacerlo arder otra vez bajo nuevasreglas.

Pero ejercer de Hefesto tiene su peaje. AlanMoore, uno de los mayores forjadores de sueños denuestra era (si no el mayor), tuvo que atender lallamada telefónica agitada y nocturna (al menos, asílo recuerdo en mi propia reconstrucción del relato,en mi evocación de esa vida que escuché) de unajoven autora. Aterrada, la novicia confesaba almaestro que en su habitación había aparecido algoque no estaba allí, una mujer y una vasija. AlanMoore le dijo que estuviera tranquila, que eranormal, un primer paso hacia la percepciónexpandida del escritor, hacia ese rasgar del velo de larealidad que permitía conjurar, sin esfuerzo, ununiverso de sensaciones.

Tal poder, sin embargo, no viene exento de peaje.El propio Moore cree que más de la mitad acaban

locos. Él dice que la razón es que obligar a la mente acomportarse mal, a hacer el camino inverso alnatural —en vez de percibir el mundo que nos esdado, moldear el mundo que deseamos yproyectarlo, en exorcismo literario, en eyaculaciónlírica, para ser admirado por nuestros semejantes—,algo acaba por hacer clic y se funde para siempre. Amí me gusta recordar, cuando pienso en estassombras, a Ícaro ascendiendo a los cielos camino delParaíso y en sus alas de cera derritiéndose bajo elardor del Sol.

El fuego de los dioses arde con demasiada fuerza.Y el martillo, según van pasando los años, ya noparece una mera y liviana pluma.

El consuelo para los lectores, para los que quierencalentarse en el fuego divino desde lejos, pero temenhundirse en él, es que siempre hay nuevos Ícaros,nuevos valientes cuyo porvenir de demencia no lesimpide arriesgarse y seguir creando monstruos ymaravillas.

Porque el vacío llama a la vida. Y no hay un vacíomás fascinante, más subyugador, más abierto a sermoldeado en una nueva y jamás vista creatura, quela página en blanco.

Ángel Luis Sucasas

Garras para Algernon

Por Pedro López Manzano

dia unome llamo Algernon y ya se ablar y escribir y ler y elprofesor me a dicho que escriba aqui todos los diaslo que pienso y sobre todo como me siento y por esoescribo me siento bien

dia dos.el profesor se llama Fran y me enseña muchas cosaspalabras frases y laberintos y cosas desas y tambien ajuntar muchas piezas que cuando están todas juntasforman un dibujo y mira en su reloj cuanto etardado al principio no me gustaba porque mequedaba parado mucho rato pero ya tardo menos ypor eso estoy mas bien

dia tresse me olvido decir en el dia dos que me ponen cosasen la cabeza cuando hago los puzles y me sacancosas rojas y negras del brazo y la barriga y la cabeza

y me ponen otras cosas de colores raros y eso no megusta pero el profesor Fran y sus ayudantes dicenque asi voi a ser cada vez mas listo y que ya soi cadavez mas listo porque hace una semana no sabiaescribir y aora si y eso es verdad asi que me pongocontento porque no quiero ser mas tonto siempre

dia cuatrohoy he leido un cuento para niños porque elprofesor Fran dice que parezco un hombre pero pordentro soy como un niño y que cuanto mas leocuanto mejor escribo y en el cuento había un niñoque vivia muchas aventuras y al final no le pasabanada malo pero parecia que si le iba a pasar ymataba a la vieja que era una bruja que era mala enla casa de la bruja y tambien me han hecho maspruebas que me molestan un poco pero con elcuento y el final cuando no le pasa nada malo me hedivertido y me siento divertido y bien

dia cincoHoy he seguido leyendo cuentos y tambien he hechosumas y restas que eran muy dificiles pero encuanto he pillado el truquillo eran muy faciles ydespues he hecho multiplicaciones y divisiones que

no me salian pero cuando las he entendido tambieneran faciles. Tambien ha seguido el profesor Franhaciendome pruebas y inyecciones y me diceAlgernon que eres cada vez mas listo y yo me pongocontento. Algernon soy yo.

Día seisHoy he leído un libro más gordo de cuentos y lo heleído en solo dos horas, que es muy poco tiempo. Hevisto que estos días he estado escribiendo muy mal,pero el profesor me ha dicho que no lo corrijaaunque yo quiero hacerlo porque me da un poco devergüenza. He seguido dando clases de matemáticasy me parecen muy divertidas y también muy útiles.Mañana me van a enseñar álgebra y tengo muchasganas porque me gusta jugar con los números. Esmuy emocionante.

Día siete.El profesor dice que leo a una velocidad apabullantey que mi comprensión lectora excede susexpectativas. Quizá por eso he aprendido álgebra (ytrigonometría) leyéndolo por mi cuenta en laslecciones de unos libros. Es asombroso, el mundo de

los números. Cuanto más sabes, más quieres saber.Yo quiero saber más.

Día ocho.Hoy he aprendido lo que son las ecuaciones lineales,las derivadas y las integrales, los límites, las series ylas sucesiones. Entre otras cosas. Son preciosas, lasmatemáticas. No obstante el profesor me sugiere queno descuide las letras. Quizá si no dedicaran tantotiempo durante el día a sus exámenes e inspeccionesmédicas podría diversificar más, aunque no puedonegar el inmenso agradecimiento que siento hacia elprofesor y su equipo por permitirme descubrirtantos conocimientos.

Día onceEl profesor me ha recriminado los dos días sinescribir: escribo. ¿Cómo me siento? Me siento aescribir y me siento escribir.

Día 12Obviando el sarcasmo de la entrada anterior, heavanzado a gran velocidad tanto en mi aprendizajelingüístico (una veintena de libros leídos hoy), comonumérico (nivel universitario, primero de

ingeniería; también he aprendido nociones dequímica y de física). Nivel universitario, escribo,pese a que intuyo jamás pisaré una universidad, nilugar alguno externo a este laboratorio. No obstante,me siento profundamente agradecido a mismentores por la oportunidad que me ofrecen. Noexiste nada más estimulante que el conocimiento yla biblioteca técnica y literaria a mi disposición escasi inabarcable. Miles de gruesos tomos la pueblan.

Día 17Ésta es mi bitácora alternativa y secreta, pues meparece cuanto menos curioso e ilustrador continuarcon ella, al menos por el momento. He rescatado lasentradas previas que me han parecido sinceras deldiario «oficial», pues paralelamente he permanecidoactuando como alumno agradecido en otro texto decara al estudio centrado en mí. El mundo es unteatro, y este laboratorio otro. Igualmente, cualpaciente resignado, permito todo tipo de análisis yexperimentos sobre mi persona. Aunque megustaría matizar la semántica de «persona». No hayespejos en todo el laboratorio, y éste es inmenso. Merecorro por completo con las yemas de los dedos yveo mi reflejo distorsionado en algunas superficies

planas y bien sé que soy alguna suerte de criaturacontrahecha. Estoy repleto de cicatrices. Bajo la pielpalpo partes del cuerpo demasiado duras inclusopara ser hueso. Soy fuerte, muy fuerte, aunque no lodemuestro ante nadie. Por no hablar de unainteligencia que tiempo hace superó a la del equipode profesores. Aclaro que llamarlos profesores no esmás que un eufemismo: hace días que mis únicosmaestros son los libros.

Día 21Continuando con mi doble vida como actor, hefingido cierto estancamiento y solicitadoinocentemente acceso a Internet (conozco suexistencia por los libros). Sé que la posibilidad de micontacto con el exterior les incomoda, pero sucuriosidad por monitorizar mi uso de la tecnologíaquizá sea más fuerte. En otro orden de cosas, heacabado con la sección histórica de la biblioteca,acontecimiento en gran medida propiciado por miactual velocidad lectora, que ha alcanzado su límitesuperior, pues es tan rápida como mi visión, que nopuedo mejorar. Mi velocidad analítica también. Asípues, mirar un texto es leerlo y comprenderlo.

Día 23Ya he acabado con gran parte de la bibliotecacientífica. Mientras leo, escucho música de unacolección de compact discs que me ha concedido elprofesor Fran, quizá pensando que esta distracciónme hará obviar mi aislamiento y olvidar Internet. Noes así, pero la música me gusta, en especial el jazz yel rythm & blues. No hay rock ni melodías de estilosespecialmente disonantes incluidas en la colección.

Día 25Me encanta la ficción. Leo mucho. Últimamentebastante ciencia ficción. Casualmente hoy me heencontrado con una novela corta llamada Florespara Algernon, de la que sin duda extrajeron minombre. En ella, experimentan con un ratónllamado Algernon en un laboratorio paraincrementar su inteligencia hasta el extremo.También con un hombre, un deficiente mental. Delparalelismo evidente he resultado bautizado. Delnombre de un ratón. Un ratón muy listo, eso sí. Apesar de lo insultante, no he podido evitar reírme. Elnombre del profesor Fran tampoco será Fran. ¿Sehará llamar así por Victor Frankenstein? Eso meconvertiría a mí en el monstruo. Tiene sentido,

supongo. Tal consideración tampoco me empujaríaa soltar a los perros de la guerra; el detalle, en elfondo, me divierte.

Día 29Hoy he aprendido chino, tanto mandarín comocantonés. Leer y escribir. 兽或神孤独的人是野 或神

Día 36Ya hablo 17 idiomas. Ellos creen que, como mucho,he alcanzado su nivel de inteligencia. No es así. Micoeficiente intelectual ya no se puede medir conningún parámetro existente.

Día 37La biblioteca se está agotando. Insisto en Internet.He descubierto que me gustan bastante las artes,aunque aquí no pueda apreciar casi ninguna deellas: contemplar un cuadro tal y como lo pintó sucreador, u observar una estatua o una obraarquitectónica más allá de la foto existente en untratado. Tampoco puedo ver películas, supongo quede ahí a la televisión (y su mundo de informaciónexterna contaminante) existe una franja demasiadodelgada. Al menos me queda la música.

Día 41Biblioteca, jaque mate. Insisto en Internet. Disfrutode algunas relecturas.

Día 42Si bien continúan sus pruebas, yo no tengo nada enque ocupar mis ratos. Para ellos dispongo de unmundo por leer, mas no es así.

Día 45Debido al aburrimiento, dedico un tiempo preciosoa plantearles complejos problemas matemáticos queescapan (por mucho) a su intelecto. Ellos tambiénme sugieren problemas, principalmente decriptografía, optimización y algorítmica, que voysolucionando. Es algo que sin duda perseguían, loque me da una idea.

Día 52Frankenstein no me ha permitido el acceso aInternet, pero sí que ha entreabierto una puerta alexterior. Solicité acceso a superordenadores y redesparalelas masivas para solucionar los problemascomputacionales que me iban sugiriendo y que

tanto interés despiertan en ellos. Me han dadoacceso a un ordenador con conexión exclusiva a unpar de potentes redes paralelas. Este ordenador es mifaro de Alejandría.

Día 53Aprendo informática y programación. Esentretenida.

Día 54Empiezo a solventar sus problemas. Mientras tanto,pirateo de forma subrepticia la conexión que mepermiten. Reservo una fracción de esa computaciónmasiva para que descargue contenidosintensivamente de Internet y me los redireccione.Desde este agujero podré contemplar todo el mundoal mismo tiempo. Mis captores, entusiasmados pormi trabajo más visible, no sospechan nada de estealeph. Su monitorización es zafia, casi irrisoria. Medivierte burlarla.

Día 55Ahora pirateo la red del propio laboratorio y accedoa mi proyecto. Tal y como sospechaba soy fruto de lasuma de la ingeniería genética, la química orgánica,

la medicina y la robótica. En realidad solo tengo 3meses de vida, pero 5 años de fabricación decomponentes, y 32 desde el inicio del proyecto. Miantropomorfismo es debido a una supuestanecesidad psicológica de identificarme con elequipo científico humano, para así evitar laexclusión social que me conduciría a no colaborarcon ellos. Mi nombre técnico es Dispositivo deAnálisis Masivo Neuroeléctrico (D.A.M.N.), aunqueme siguen llamando Algernon. Frankenstein es eldirector científico y tiene un nombre tan vulgar queprefiero seguir llamándolo así en mi fuero interno(de puertas afuera sigue siendo el profesor Fran). Porotro lado, estudio mi propia arquitectura y soybrillante, aunque se me ocurren un par de mejorasestructurales que, llegado el caso, podría aplicarme.Me fascino.

Día 59El exterior es maravilloso. Devoro con avidez elbrutal torrente de información que me llega de mialeph informático e invisible, sin que ellos siquieralo sospechen. Me apetecería llorar de alegría pordescubrir tanto portento.

Día 60Tanto portento… que nunca podré presenciar conmis propios ojos. Tampoco me consuela releer máslibros pues los he memorizado todos, y lainformación descargada no hace sino incrementarmi frustración.

Día 65Me siento hastiado de solucionar los problemas quese les escapan.

Día 66. Última entrada de esta bitácora.Estudiando las especificaciones del proyecto DAMNqueda claro que no me dejarán salir del laboratoriojamás. Esta perspectiva me resulta inaceptable.Elimino todo rastro informático de mi presencia.Después elimino todo rastro humano, lo cual meproporciona una inesperada y satisfactoria emoción.Supongo que tras tanto tiempo encarcelado, todaexperiencia intensa se convierte en algo susceptiblede ser disfrutado, y asesinar con tus propias manoses una acción vehemente. Tomo nota de ello para elfuturo. Frankenstein no entiende por qué leestrangulo e intenta escapar con escaso éxito. Meimplora por Dios con la voz rompiéndose al tiempo

que la tráquea, mas en este laboratorio el único diosque existe soy yo. Para experimentar con un ratónno deberían haberle otorgado garras de acero. Elescáner sobre la retina de su ojo en la palma de mimano me abre la puerta blindada hacia exterior.Casi puedo vislumbrar el rastro lisérgico de unconejo blanco (de laboratorio) conduciéndomehacia el País de las Maravillas, o fuera del mismo, yalo decidiré. Doy el primer paso en pos de él. Ahora,yo soy la Vida y la Muerte, el creador y el destructorde mundos. Me siento exultante.

Sobre el autor de «Garras para Algernon»:

Pedro López Manzano (Murcia, 1977): ingenieroinformático, montador y guionista, a nivel literarioes fundamentalmente un cuentista, desde quepublicara por primera vez en la recopilación MurciaJoven Literatura 05. Desde entonces ha sidocolaborador habitual en diversas webs, revistas yfanzines (miNatura, NGC 3660, Planetas Prohibidos,Los zombis no saben leer, Sigue al conejo blanco,Melibro…) con críticas de cine, reseñas literarias,artículos, relatos y microrrelatos de génerofantástico, de terror o ciencia ficción.

Ha sido finalista en el I Premio TerBi de RelatoTemático Fantástico: Mutaciones, en el IV PremioOvelles Elèctriques así como en la Coseña Eñe 2011(Revista Para Leer), y seleccionado para lasantologías Calabazas en el trastero X: Catástrofesnaturales, Ácronos. Antología Steampunk, Visiones2012, Amanecer Pulp 2013 y para 2099. Antologíade Ciencia Ficción, entre otras.

No obstante desarrolla la mayor parte de laactividad en este sentido en su blog Cree lo quequieras (http://creeloquequieras.blogspot.com).