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ISBN: 1885-477X YOUKALI, 13 página 140 ELEMENTOS DE PRODUCCIÓN CRÍTICA

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[CARPETA]

ADRIENNE RICH

Poeta, intelectual, crítica y activista, con una producción literaria plenamenteinserta en el movimiento feminista, Adrienne Rich falleció el 27 de marzo de2012 en Santa Mónica (California), a los 82 años de edad.

- Tributo a Adrienne Rich (in memoriam), por Paula Winkler- Adrienne Rich - Hasta siempre, por Montserrat Galcerán- algunos poemas de Adrienne Rich

El 27 de marzo de 2012 moría Adrienne Rich, nacida enBaltimore en 1929, a los ochenta y dos años. Poeta irreveren-te, de aquellas que se podría denominar como “de las gran-des ligas”, ensayista vivaz e incansable teórica de la cultura,Adrienne se despidió de las Letras en Santa Cruz deCalifornia, donde vivió casi cuarenta años junto a su compa-ñera Michelle Cliff, también escritora y editora. Feminista, suvida y su poética fueron un acontecimiento en el sentido la-caniano del término, es decir en dirección a los tres registrosRSI (real, simbólico e imaginario) al haber producido en lapoética norteamericana una nueva ruptura del canon y en supaso por este mundo, un llamado a la decencia y la libertad.Su obra no ha sido aún traducida en su totalidad al castella-no aunque podemos encontrar algunas buenas traduccionesy nos llegan muchos de sus poemas, gracias a pedidos de au-torización realizados para traducir y publicar algunos de es-tos en diferentes revistas de prestigio españolas e hispanoa-mericanas.

El 25 de abril de 2012 el New York Times nos recuer-da, con motivo de la recreación en memoria de sus textos,que sus libros no inspiran al lector a pensar nada acerca de suobra sino más bien a interrogarse una y otra vez sobre sí mis-mo. Y quien logra esto con su letra aporta a la sociedad mu-cho más que un mero elector pasivo.

Si trabajar en el duro oficio de la escritura es roturar caminos para tender puentes, y también buscar los sig-nificantes sustituyentes o superadores necesarios para desandar la legalidad de los cruelmente recorridos, enNorteamérica Adrienne Rich instaló una voz que no va a quedar muda ni prisionera del olvido entre los te-chos rasados o las cúpulas de los vistosos rascacielos.

“Una mujer que piensa duerme con monstruos”, expresaba Rich. Gracias a obras y vidas como las de ella,una mujer de esta época acaso solo duerma ya con algún fantasma, y al dejar fluir a su inconsciente sepa re-sistir mejor esos patrones colectivos impuestos por el engaño y la propaganda.

En una ocasión, Victoria Ocampo, la conocida escritora argentina, denunciando a su modo la cultura pa-triarcal y la estupidez de los prejuicios en una conferencia radial de media hora, “La mujer y su expresión”,abordó un tópico, que luego trató en más de una ocasión, iniciando su parlamento con una anécdota, que se-ría retomada años más tarde en un sinnúmero de trabajos contemporáneos sobre historias de mujeres: “Nome interrumpas”. Aludía en esa ocasión la ensayista argentina a una conversación telefónica que escuchó ca-sualmente entre un hombre de negocios desde Berlín y su mujer en la que, del lado masculino, el monólogoinsistía en fijarle a la esposa un “no me interrumpas” constantemente2.

Las mujeres y escritoras de nuestra generación estamos cruzando puentes y hacemos nuestro camino al an-dar gracias a luchadoras como Adrienne Rich. Y si nos interrumpen, retomamos pacientemente la voz, pues

1Paula Winkler es doctora en derecho y ciencias sociales y magister en ciencias de la comunicación, ha sido Juez Camarista en el Tribunal Fiscal de

la Nación de la República Argentina; novelista y ensayista; actualmente es profesora titular del Instituto de Psicoanálisis aplicado a las Ciencias

Sociales de la Universidad Kennedy. Alguna de su producción literaria puede leerse en: www.aldealiteraria.com.ar. Es colaboradora de Youkali

2 Ocampo, Victoria. Testimonios. Primera serie. Madrid: Revista de Occidente, 1935. Ver también Viñuela, María Cristina. Delfina Bunge. Victoria

Ocampo, hacedoras de un espacio literario 1920-1940.Mendoza: Revista de Literaturas Modernas. Los espacios de la literatura. Nº 34- año 2004-

ISSN 0056 - 6134, 2004.ISBN

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ICA TRIBUTO A ADRIENNE RICH (in memoriam)

por Paula Winkler1

nos alienta la memoria en habitual murmullo de las personas para quienes el derecho a la literatura es un de-recho humano que se supo forjar. Pero al haber declinado el nombre-del-padre, y puesto que el amo patriar-cal dejó de ser el dador de la ley, hoy hombres y mujeres nos encontramos ante nuevos desafíos: vgr., conver-tir la ley positiva en la justicia que nos inspiraran los griegos, expulsar la corrupción en todas sus formas, y es-timular la educación para que ningún derecho humano quede en el olvido (o en la memoria caricaturesca delos parques temáticos y de los discursos vacíos tan en boga en las “TIC” - tecnologías de la información y co-municación). Menuda tarea esta, si se observa que el poder continúa sostenido en su posición de relaciona-miento con el otro como si este fuera un objeto y condensado en ese Otro que no tiene “otro otro”.

“(...) Lo que sucede entre nosotros / ha sucedido durante siglos / lo sabemos por la literatura / todavía suce-de / celos sexuales / mano que se lanza / a golpear el lecho / sequedad de boca / después de jadear / hay librosque describen todo esto / y no sirven (...)” 3 Leer a Rich es comprender el vínculo inexorable entre poesía e his-toria, tender lazos de amor y coraje con todos aquellos lectores, hayan escrito o no, que no eligieron en este mun-do el silencio ni la ceguera sino la palabra del sentido, aquella que acciona porque no mata la metáfora.

Recuérdese ubicar a Adrienne Rich en su espacio epistemológico y geográfico y en una época en queNorteamérica ni siquiera conocía de las tolerancias que hoy vende disfrazadas de multiculturalismo, una me-ra sumatoria de guetos urbanos, con puentes que se transitan solo a la hora de las definiciones del transportepara concurrir al lugar de trabajo. “Pienso esto -escribe Rich- en un país / donde las palabras se quitan de lasbocas / como el pan se quita de las bocas/”4. En la Norteamérica contemporánea se superaron las diferenciase inequidades, la discriminación y violencia, todo lo irracional, en fin, que fuera construido por la incompren-sión de la sexualidad o del color de la piel, eso que aparece denunciado en la poética de Adrienne Rich. Peroel envés de este presente son las guerras de territorios, la imposición de cultura, la vulnerabilidad de los inmi-grantes (legales o no), la carencia de un sistema cuerdo de salud, la ignorancia de algunos estados que contras-ta con la movida artística de Nueva York en todos sus más caros sentidos, y continúa la lista...

Por eso su vigencia es universal, en el sentido de que su letra nos incumbe a todos. Y es a partir de queAdrienne Rich piensa en un país donde las palabras parecen quitarse de las bocas de sus habitantes y foraste-ros, que pienso en ella y escribo este apretado homenaje. Lo hago desde un país donde todavía levantan suvuelo el cóndor andino y las gaviotas.

3 Fragmento de “Arden papeles en vez de niños”, 1968.

4 Tiempo americano, fragmento. Pertenece a la antología “Poemas, 1963-2000”, disponibles algunos de estos en www.trasversales.net/t02ar1.htm ISBN

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Hemos llevado el amor como plomo en nuestros tobillos

Sean éstas unas pocas líneas de despedida.

No creo que sea necesario presentar a Adrienne Rich. Son sobradamente conocidas sus múltiples obras, suspoemas, sus ensayos, sus prólogos, entrevistas, pequeñas contribuciones a libros de otros, pequeños artículosy notas.

Sólo quiero resaltar algunos puntos, para mí fundamentales. El primero, la fuerza de su interpelación allector o lectora. Adrienne Rich habla siempre desde sí pero en ella su “yo” siempre es mucho más que su cuer-po y su persona. Está encarnado en su cuerpo pero lo desborda por todas partes. El cuerpo para las mujeres,dice en Nacemos de mujer, “ha terminado siendo tan problemático que a menudo han decidido prescindir de ély viajar como un espíritu incorpóreo […] El cuerpo de la mujer es el territorio donde se erige el patriarcado[…] el temor y el odio a nuestros cuerpos muchas veces nos ha estropeado el cerebro”1. Pero en tanto que se-res vivientes no podemos prescindir de “nuestro cuerpo” con lo que éste acaba siendo una prisión, una ocu-pación, una obsesión, a veces un refugio, en ocasiones una fuente de placer, sin que las relaciones con nuestrocuerpo dejen de ser casi nunca una fuente de inquietud.

En algunos casos esa inquietud se convierte en angustia. Una ocasión para ello es la maternidad. Lejos delos relatos edulcorantes sobre la felicidad del ser madre, nos cuenta la angustia al ser despertadas por la no-che por el llanto del niño en su cuna, el deseo de ignorarlo y seguir durmiendo, el levantarse dando traspiéspara acercarse a ella, las ganas de desaparecer del mundo al quedarse sola en la cocina cuando todos se hanido o por la noche, cuando todos duermen y ella escribe, sola por fin, tras el largo día. En estos textos y poe-mas descubrimos la dificultad que tantas mujeres hemos compartido al enfrentarnos a los estereotipos sobrela “buena madre” que ninguna somos. Unas páginas especialmente punzantes son las dedicadas a la “malamadre”, páginas que generaron una gruesa polvareda en la época de aparición del libro (1976): no era políti-camente correcto insistir en la fragilidad de los niños o de los enfermos, objeto de los cuidados de mujeres quepodían ejercer sobre ellos su poder, a veces el único campo en que pueden experimentarlo.

Así pues, Adrienne Rich, mujer, feminista, lesbiana, poetisa, escritora, amante de las mujeres, es tremenda-mente crítica con todos los estereotipos y modelos heterosexistas y patriarcales que envenenan la vida de lasmujeres, sin que por ello piense en ningún momento que por el hecho de serlo seamos angelicales. Justamentees esa falsa confrontación la que se trata de deshacer.

El otro punto importantísimo para mi en su obra es la reflexión sobre el carácter socialmente inscrito, po-líticamente comprometido de ese mismo “yo”. Tratándose de una feminista radical norteamericana, cuyo dis-curso podríamos pensar a priori lejano al de Marx, nos sorprende encontrar en su obra no sólo un conocidoprólogo al texto de Raya Dunayevskaya sobre Rosa Luxemburg, sino otros artículos sobre Marx, o el CheGuevara. El prólogo es muy interesante porque en él enfatiza cómo Raya Dunayevskaya a través de RosaLuxemburg enlaza con una línea viva del marxismo que se perfila tras el esclerotizado marxismo oficial do-minante y que ella opone al marxismo académico y al izquierdismo sectario de los 70. Releído a su vez porFrigga Haug en su libro sobre Rosa Luxemburg, de próxima aparición en Tierradenadie ed., nos permite es-pecular sobre una especie de línea feminista del marxismo: Rosa Luxemburg, Alejandra Kollontaï, RayaDunayevskaya, Adrienne Rich, Frigga Haug, Maria Rosa dalla Costa- Silvia Federicci… Entiéndase bien, noestoy proponiendo que haya en estas autoras un “feminismo marxista”; sería fácil argüir que Rosa Luxemburgtiene poco de feminista o que Adrienne Rich tiene poco de marxista. Para mí lo importante en esta línea es có-mo en ella se lee a Marx como un pensador de la revolución y ésta tiene que ser “feminista”, tiene que rom-

1 Nacemos de mujer. La maternidad como experiencia e institución, Valencia, Cátedra, 1996, pp. 85, 102, 401.ISBN

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ICA ADRIENNE RICH - Hasta siempre

por Montserrat Galcerán

per el monopolio masculinista del poder para que podamos construir sociedades en las que podamos vivir.Como ya sabemos el capitalismo no sólo explota el trabajo, arruina la vida.

El “poder sobre los otros” construye una relación depauperadora para toda la especie humana. En Nacemosde mujer señala: “Detentar el poder sobre los otros significa que a los poderosos se les permite acceder por unatajo a lo más complejo de la personalidad humana. No necesitan penetrar intuitivamente en el alma de losdébiles, ni escuchar lo que dicen en sus distintos idiomas, inclusive el lenguaje del silencio. El colonialismo sub-siste en virtud de ese atajo ¿De qué otra manera podrían tan pocos vivir entre tantos y comprender tan poco?[…] El poder parece engendrar una especie de ignorancia deseada, una estupidez moral acerca de la interiori-dad ajena y, por consiguiente, de la propia”2. Los poderosos parece que puedan decidir por los demás sin ne-cesidad de escucharles, generando lo que denomina “estupidez moral”. Por el contrario la revolución y la re-sistencia exigen atención a los procesos, paciencia de unos(as) para con otros(as), escucha, debate, compren-sión… La indignación que rezuma la obra de Marx, o la de Rosa Luxemburg, no tiene nada de “moralina” si-no que interpela desde su cercanía a las pasiones humanas y su odio a la cerrazón y el desprecio de los pode-rosos.

Adrienne Rich además era judía. En Políticas de la localización escribe: “tenía cuatro años cuando empezó elTercer Reich. Si en vez de vivir en Baltimore, hubiera estado en Praga, o en Lodz o en Ámsterdam, la escrito-ra de una carta a los diez años tal vez no hubiera tenido dirección. Si hubiera sobrevivido a Praga, o a Ámster-dam o a Lodz, y a sus estaciones de ferrocarril que eran puntos de deportación, tal vez habría sido cualquierotra”3. El ser humano es contingente y está siempre localizado. Por consiguiente no hay una “cuestión feme-nina”, que nos afecte a todas por igual, hay mujeres que cuestionan, y que cuestionan siempre de una en una,

2 Op. cit, pp. 115-6.

3 Políticas de la localización, accesible en Internet http://www.medmedia.it/review/numero2/en/art3.htm#1 ISBN

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siempre desde un lugar y un tiempo, en una localización. Y ésta está también pegada al cuerpo, al color de lapiel, al espacio geográfico.

A partir de ahí cuestiona la idea de que el feminismo negro o de color surja simplemente como una críti-ca al feminismo blanco. Más bien brota de las luchas y formas de intervención del movimiento negro y de susluchas de liberación. Sus fuentes están en Sojourner Truth, W.E.B. Du Bois, Idea B. Wells-Barnett, C.L.R. James,Malcom X, Lorraine Hansberry, Fannie Lou Harner y tantos otros. El pensamiento dominante tiende a supo-ner que los dominados no piensan o que sus proposiciones son sólo respuestas, cuando están directamenteentrelazadas con sus propias historias y prácticas.

Sólo a partir de estas premisas: cuerpo, localización, lenguaje podemos empezar a pensar en otro “nosotros”.Pues, ¿quien es ese “nosotros” sujeto del feminismo, sujeto de la revolución? Algo empieza a estar claro: no esni puede ser una abstracción, sino todos aquellos y aquellas que laboriosamente, cotidianamente, reproducenla vida.

REPARTO DE TAREAS4

Las revoluciones dan vueltas, pactan, hacen declaraciones;una revista nueva aparece, viejos nombres en su cabecera, una revista antigua abrillanta su obracon deconstrucciones de la obra de Malcom X.Las mujeres en las filas traseras de la políticatodavía lamen hilo para pasarlo por el ojo de la aguja, truecan huesos por plástico, rajan vainaspara venderlas como collares en los cruceroshacen inmaculados vestidos de Primera Comunióncon planchas y vacilante agua calientetodavía ajustan los microscópicos hilos doradosen los chips de siliciotodavía dan clase, vigilan a los niñosdesaparecidos en las callejuelas de fuego cruzado, los barrancos de repentinas

inundacioneslos repentinos incendios de queroseno- mujeres cuyo trabajo reconstruye el mundo todas y cada una de las mañanas

He visto a una mujer sentadaentre la estufa y las estrellassus dedos chamuscados de apagar las velasde la pura teoría Índice y pulgar: los dos quemados:he sentido esa cera sagrada levantarme ampollas en la mano.

4 Reparto de tareas (1988), en Adrienne Rich, Poemas (1963-2000), prólogo, traducción y notas de María Soledad Sanchez Gomez, Sevilla,

Renacimiento, 2002, p. 135-7.ISBN

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ÁRBOLES

Desde el interior, los árboles avanzan hacia el bosque,el bosque que estuvo vacío todos aquellos días,donde ningún pájaro podía posarse,ningún insecto esconderse,y ningún sol podía enterrar su pies en la sombra;en el bosque vacío de esas noches,los árboles abundarán por la mañana.

Las raíces se esfuerzan toda la nochepor desprenderse de las grietasen el suelo de la terraza.Las hojas se retuercen hacia los vidrios,pequeños vástagos endurecidos por el esfuerzolargas y torcidas ramas que se desprenden con dificultadbajo el techo, como pacientes recién dados de alta,medio-aturdidos, dirigiéndosehacia las puertas de la clínica.Aquí me acomodo. Las puertas se abren hacia la terraza,escribo extensas cartasdonde apenas menciono el bosquey su partida de la casa.La noche está fresca, la luna entera brillaen un cielo aún abierto.El aroma de hojas y liquenllega como una voz a las habitaciones.Mi mente está plena de susurrosque permanecerán en silencio mañana.Escucha. Los vidrios se quiebran,se tambalean los árbolesHacia la noche. El vientose apresura a recibirlos.Como un espejo la luna se ha quebradoy en la copa del roble más altorelampaguean ahora sus fragmentos.

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ICAALGUNOS POEMAS DE ADRIENNE RICH

DELTA

Si has creído que este escombro es mi pasadohurgando en él para vender fragmentosentérate de que ya hace tiempo me mudémás hondo al centro de la cuestión

Si crees que puedes agarrarme, piensa otra vez: mi historia fluye en más de una dirección un delta que surge del cauce con sus cinco dedos extendidos

VEINTIÚN POEMAS DE AMOR

III

Porque ya no somos jóvenes, las semanas han de bastar por los años sin conocernos. Sólo esa extraña curva del tiempo me dice que ya no somos jóvenes. ¿Caminé yo acaso por las calles en la madrugada, a los veinte, con la piernas temblándome y los brazos en éxtasis más pleno? ¿Acaso me asomé por alguna ventana buscando la ciudad atenta al futuro, como ahora aquí, esperando tu llamada? Con el mismo ritmo tú te aproximaste a mí. Son eternos tus ojos, verde destello de hierba salvaje refrescada por la vertiente. Sí. A los veinte creíamos ser eternas. A los cuarenta y cinco deseo conocer incluso nuestros límites. Te acaricio ahora, y sé que no nacimos mañana, y que de algún modo tú y yo nos ayudaremos a vivir, y en algún lugar nos ayudaremos tú y yo a morir.

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VEINTIÚN POEMAS DE AMOR

II

Me despierto en tu cama.

Se que he estado soñando.

Mucho más temprano, la alarma nos separó la una de la otra,

Has estado en tu escritorio por horas. Sé lo que soñé:

nuestra amiga la poeta viene a mi habitación

donde estuve escribiendo por días,

bocetos, carbonillas, poemas están desperdigados por todas partes,

y quiero mostrarle un poema

que es el poema de mi vida. Pero vacilo,

y me despierto. Besaste mis cabellos

para despertarme. Soñé que eras un poema,

digo, un poema que quería mostrarle a alguien...

y me río y vuelvo a soñar

con el deseo de mostrarte a toda la gente que amo,

para movernos abiertamente juntas

en el influjo de la gravedad, lo cual no es simple,

lo cual transporta al césped alado por un largo camino lejos

del elevado viento.

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VEINTIÚN POEMAS DE AMOR

XII

Durmiendo, girando incesantes como planetas en sus praderas nocturnas:

un roce es suficiente para hacernos saber que no estamos solas en el universo,

aún dormidas los fantasmas del sueño de dos mundos cruzan sus pueblos fantasmas,

casi hablándose entre sí.

Despierto al susurro de tus palabras dichas a años luz o años sombra

como si mi propia voz hablara.

Pero tenemos voces diferentes, aún en sueños,

y nuestros cuerpos, tan parecidos, son sin embargo diferentes

y resuena el pasado a través de nuestras venas cargado con lenguajes diferen-tes, sentidos diferentes,

pero cualquier crónica del mundo compartida podría ser escrita con un senti-do nuevo:

éramos dos amantes de un género,

éramos dos mujeres de una generación.

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