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FREDRIC BROWN LA NOCHE A TRAVES DEL ESPEJO E T I Q U E T A N E G R A J U C A R

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De un indiscutible maestro del misterio y la ciencia ficción, Fredric Brown, La noche a través del espejo, considerada por muchos su mejor novela del género, mezcla los elementos fantásticos que, dotados de un ingenioso halo de misterio y de situaciones cruzadas, consigue no solo poner en marcha frenética las neuronas del lector por descubrir ¿quién? ¿cómo? y ¿por qué? e incluso de resolver el puzle en tiempo record (antes de llegar al final), las dudas de cómo terminaran los acontecimientos, rumian insistentemente porque lo leas tu mismo.

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  • FREDRIC BROWN LA NOCHE A TRAVES DEL ESPEJO

    E T I Q U E T A N E G R A

    J U C A R

  • FREDRIC BROWN

    LA NOCHE A TRAVES DEL ESPEJO

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    Coleccin dirigida por PACO IGNACIO TAIBO II Ttulo original: Night ofthe Jabberwock Traduccin: S. I. Gonzlez Cubierta: Juan Cueto y Silverio Caada Ilustracin de cubierta: Montaje realizado a partir de las ilustraciones de John Tenniel para la edicin original de Alicia en el Pas de las Maravillas Primera edicin: octubre de 1987

    1950 by Fredric Brown de esta edicin, Ediciones Jcar, 1987 Fernndez de los Ros, 20. 28015 Madrid. Alto Atocha, 1. Gijn I.S.B.N.: 84-334-3657-0 Depsito Legal: B. 37.502 - 1987 Compuesto en AZ Fotocomposicin S. Coop. Ltda. Impreso en Romany/Valls. C/. Verdaguer, 1. Capellades (Barcelona) Printed in Spain

  • FREDRIC BROWN

    LA NOCHE A TRAVES DEL ESPEJO

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    NOTA

    Brown, nacido en 1906, es uno de los ms prolficos autores de literatura popular norteamericana. Su obra se mantiene en niveles de mediana, que se rompen de vez en cuando con una novela excepcional, tanto en la ciencia-ficcin (Marciano, vete a casa), como en el policiaco (The screaming Mimi The far cry y sobre todo La noche a travs del espejo, en un claro homenaje a la obra de Lewis Carroll.

    Con un comienzo espectacular en el gnero policiaco, donde gana el Edgar por The fabulous Clipjoint Brown, alternando con novelas de primera calidad, produce en el gnero policiaco una serie protagonizada por un par de detectives, Ambrose Huntery su sobrino Ed, que goza de un inmerecido xito entre los lectores.

    Algunas de sus obras han sido editadas en Espaa aisladas entre s, y en Mxico la fenecida coleccin Caimn le public dos docenas de libros hacindolo muy popular entre los lectores de Latinoamrica.

    La noche a travs del espejo, que es una aportacin a nuestra coleccin del crtico cataln Javier Coma, ha sido considerada por buena parte de la crtica norteamericana y francesa como la obra mayor de este autor.

    Jean Fierre Deloux ha dicho de ella: La noche a travs del espejo, que une la novela criminal a lo fantstico, ocupa un puesto totalmente aparte en la literatura policiaca. Incluso a pesar de los muy numerosos escritos fantsticos y narraciones de F.B., a esta novela puede considerrsela su obra maestra. Aparece en el conjunto de la obra de Brown como un enigma singular y extrao aunque el autor haya ofrecido algunas claves refirindose a Charles Ford y Carroll.

    Brown, alcohlico impenitente, se retir en 1963 y muri nueve aos despus en Arizona.

    PIT II

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    CAPTULO UNO Estaba rabrante, y los desliagilosos tovas girorroscaban y cernan

    por la vaguaba: mimosrrimos estaban los borogovos, y los razas de momio barrimullaban.

    En mi sueo estaba en medio de la calle Oak y era una noche muy oscura. Las farolas estaban apagadas; solamente un plido rayo de luna destellaba en la hoja de la enorme espada con la que haca molinetes por encima de la cabeza mientras el Jabberwock se acercaba reptando. Se arrastraba por el empedrado, plegando las alas y poniendo los msculos en tensin, preparndose para abalanzarse rpida y definitivamente; las uas de sus garras repiqueteaban en las piedras como lo hacen los tipos sobre el rayado de la linotipia. Entonces, asombrosamente, me habl.

    Doc, deca despierta, Doc. Una mano no era la mano de un Jabberwock me sacuda el

    hombro. Y estaba empezando a atardecer en lugar de ser noche oscura, y

    estaba sentado en la silla giratoria ante mi escritorio destartalado, mirando a Pete por encima del hombro. Pete me sonrea.

    Ya acabamos, Doc, me dijo solo tienes que cortar dos lneas de este ltimo y acabamos. Temprano, por una vez.

    Me puso delante una galerada a la que solamente le sobraba una lnea de tipos. Cog el lpiz azul y tach dos lneas, y resultaron ser una frase completa, as que Pete no tendra que recomponer nada.

    Se fue hacia la linotipia, la cerr, y al punto todo se qued tranquilo, tan tranquilo que poda or como goteaba el grifo del rincn ms lejano.

    Me levant y me estir, sintindome mejor, aunque estaba como un poco ido por haber estado dormitando mientras Pete se dedicaba a componer aquella ltima prueba. Por una vez, por un slo jueves, el Carmel City Clarion estaba listo para imprenta temprano. Claro que no contaba ninguna novedad, pero de todos modos nunca haba ninguna.

    Y no eran ms de las seis y media y an no estaba oscuro en la calle. Habamos acabado varias horas antes de lo habitual. Deci d que aquello mereca un trago, aqu y ahora.

    La botella que tena en el escritorio contena bastante whisky para un buen trago o para dos cortos. Le pregunt a Pete si quera un sorbo y me dijo que no, que todava no, que esperara hasta llegar a Smiley's, as que me suministr una buena dosis, como haba esperado poder hacer. Y haba estado bastante seguro al invitar a Pete, porque rara vez tomaba nada antes

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    de haber terminado la jornada. Y aunque mi parte del trabajo ya estaba acabada, Pete todava tena por delante al menos una hora con las mquinas.

    La bebida hizo el efecto de calentarme el estmago justo por debajo del cinturn mientras me acercaba, caminando despacio, hacia la ventana que estaba junto a la linotipia, a la vez que contemplaba el quedo crepsculo. Las luces de Oak Street se encendieron como en un destello mientras estaba all de pie, mirando. Haba estado soando qu haba estado soando?

    En la acera de enfrente Miles Harrison dudaba delante de la taberna de Smiley como si le tentase el pensamiento de una buena jarra de cerveza fresca. Casi poda decir cmo le trabajaba el pensamiento: No, soy el alguacil del condado de Carmel y todava tengo trabajo que hacer esta noche, y adems no bebo cuando estoy de servicio. La cerveza tendr que esperar.

    S, debe haber ganado su conciencia porque ha seguido cami nando. Me pregunto ahora, porque, naturalmente, no me lo pregunt

    entonces, si, si hubiese sabido que iba a estar muerto antes de medianoche, no se habra parado a tomar aquella cerveza. Creo que lo habra hecho. Se que yo lo habra hecho, pero no es prueba de nada porque yo lo habra hecho de todos modos; yo nunca he tenido conciencia como Miles Harrison.

    Detrs de mi, Pete estaba preparando la ltima lnea de tipos de la caja de la primera pgina. Me dijo:

    De acuerdo, Doc, entra bien. Hemos terminado. Pon en marcha las prensas le dije. Era una forma de hablar, claro. No haba ms que una prensa y ni

    siquiera era giratoria, porque era una Miehle vertical con pistn y funcionaba de arriba a bajo. Y ni siquiera iba a funcio nar hasta la maana siguiente. El Clarion es un semanario que sale los viernes; lo dejamos acostadito los jueves por la tarde y Pete lo saca de las prensas el viernes por la maana. Y no es precisamente de gran tirada.

    Pete me pregunt: Vas a ir hasta Smiley's? Era una pregunta tonta; siempre me llego hasta Smiley's los jueves

    por la tarde, y normalmente, cuando ha terminado de cerrar la edicin, Pete viene tambin, un rato al menos.

    Claro le dije. Entonces te llevar las pruebas ajustadas dijo Pete. Pete siempre hace eso tambin, aunque yo rara vez hago otra cosa

    que echarles una ojeada. Pete es demasiado buen tipgrafo corno para que yo sea capaz de apreciar erratas gordas, y las de poca importancia pasan desapercibidas en Carmel City.

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    Yo ya estaba libre y Smiley's me esperaba, pero por alguna causa no tena ninguna prisa por marcharme. Era agradable, despus del duro trabajo del jueves, y que no os engae aquella siestecilla; haba estado trabajando, estar all de pie contemplando la calle tranquila y el crepsculo apagndose, y tener en perspectiva un intenso plan de campaa de no hacer absolutamente nada durante el resto de la tarde, ayudado adems por unos cuantos tragos.

    Miles Harrison, como a una docena de pasos ms all de Smi ley's se detuvo, se dio la vuelta, y tom el rumbo adecuado. Bien, pens, as tendr alguien con quien beber. Me apart de la ventana, y me puse la chaqueta del traje y el sombrero.

    Dije Hasta luego, Pete, y baj las escaleras saliendo a la clida tarde de verano.

    Haba juzgado mal a Miles Harrison; sala ahora de Smiley's pero demasiado pronto incluso para poder haberse tomado un trago a toda prisa, y estaba abriendo una cajetilla de tabaco. Me vio y me salud con la mano, esperando a la puerta de Smiley's para encender un cigarrillo mientras yo cruzaba la calle.

    Tmate un trago conmigo, Miles le suger. Sacudi la cabeza lamentndose: Me gustara poder hacerlo, Doc. Pero luego tengo trabajo. Ya sabes, tengo que ir con Ralph Bonney hasta Neilsville a bus car

    la nmina. Claro, lo saba. En un pueblo todo el mundo lo sabe todo. Ralph Bonney era el dueo de la Compaa Pirotcnica Bon ney,

    que estaba justo a las afueras de Carmel City. Hacan fuegos artificiales, mayormente cohetes enormes para las ferias y los desfiles mun icipales, que se vendan en todo el pas. Y durante algunos meses del ao, justo hasta el primero de julio, trabajaban en turnos de noche y de da para poder atender los pedidos del cuatro de julio.

    Y Ralph Bonney tena alguna cosa contra Clyde Andrews, el pre-sidente del Banco de Carmel City, as que tena las cuentas en Neislville. Se iba en coche todos los jueves por la noche hasta Neilsville donde le abran el banco para darle el efectivo correspondiente a la nmina del turno de noche. Miles Harrison, ya que era el alguacil, siempre le acompaaba en calidad de escolta.

    A m siempre me pareci un procedimiento estpido, porque la nmina del turno de noche no ascenda a ms de un par de miles de dlares, y Bonney poda muy bien recogerla junto con la cantidad correspondiente a la nmina del turno de da y guardarla en la oficina, pero as era como haca las cosas.

    Le dije:

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    Claro, Miles, pero an faltan unas horas para eso. Y un tra go no va a hacerte dao.

    Me sonri con una mueca: Ya se que no, pero probablemente me tomase otro porque el

    primero no me habra sentado mal. As que prefiero seguir la norma de no tomarme ni siquiera un trago antes de acabar el ser vicio, y si no la sigo fielmente me hundir como un plomo. Pero gracias de todos modos, Doc, quizs tome algo ms tarde.

    Tena razn, pero me habra gustado que no hubiese sido as. Me gustara que me hubiera dejado invitarle a una copa, o a unas cuantas, porque aquello no vala ni el papel en el que estaba impreso para un hombre que iba a ser asesinado antes de la medianoche.

    Pero no lo saba, as que no insist. Le dije: de acuerdo, Mi les, y le pregunt por los nios.

    Estn muy bien los dos. Pasa a vernos cuando quieras. Naturalmente le dije, y entr en Smiley's. Grande y calvo, Smiley Wheeler estaba solo. Me sonri cuando entr

    y me dijo: Hola, Doc. Qu tal sigue el negocio de la edicin? y se puso a

    rer como si hubiera dicho algo graciossimo. Smiley no tiene el ms mnimo sentido del humor, y tiene la curiosa y equivocada idea de que es capaz de ocultarlo rindose prcticamente de cualquier cosa que dice o que oye decir.

    Smiley, me haces dao le dije. Siempre resulta ms seguro decirle la verdad directamente, porque da igual el grado de seriedad que uses, Smiley cree que ests de broma. Si se hubiese redo le habra dicho donde me haca dao, pero por una vez no se ri. Me alegro de que hayas venido temprano, Doc. Esta tarde est todo muy aburrido por aqu.

    Carmel City es siempre aburrido por las tardes le dije y en general me gusta que sea as. Pero por Dios, ojal ocurriese algo un jueves por la tarde. Me encantara que por una vez en mi larga carrera tuviese una historia caliente con la que poder hacer estremecerse a los lectores.

    Diablos, Doc, nadie pretende que haya noticias frescas en un semanario pueblerino.

    Ya lo s dije, por eso me gustara poder engaarles por una vez. Llevo sacando el Clarion desde hace veintitrs aos. Una noticia bien fresca. Es pedir demasiado?

    Smiley frunci el ceo. Ya ha habido un par de robos. Y un asesinato hace aos. Claro dije yo, y qu? Uno de los obreros de la fbrica de

    Bonney tuvo una pelea de borrachos con otro y le peg demasiado fuerte en la zurra que se dieron. No es un asesinato; es un homicidio, y de todos

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    modos ocurri en sbado, y ya era agua pasada, todo el pueblo ya se haba enterado, el viernes siguiente cuando sali el Clarion.

    De todos modos compran tu peridico, Doc. Miran a ver si sus nombres aparecen en las notas de sociedad y en los servicios religiosos, y tambin quien vende una lavadora usada y... quieres un trago?

    Ya era hora de que uno de los dos pensara en ello dije. Me sirvi una copa, y para que no tuviera que bebrmela solo, l se

    sirvi una corta. Bebimos, y le pregunt: Crees que Carl vendr esta noche? Me refera a Carl Trenholm, el abogado, que es mi mejor amigo en

    Carmel City, y uno de los tres o cuatro del pueblo que juegan al ajedrez y con quien se puede llegar a hablar de algn tema interesante que no sean o las cosechas o la poltica. Carl vena a menudo por Smiley's los jueves por la tarde, porque saba que yo aparecera siempre por all para tomarme al menos un par de copas despus de dejar lista la edicin del peridico.

    No creo dijo Smiley, Carl estuvo aqu casi toda la tarde y se puso un tanto alegre, estaba celebrndolo. Esta maana aca b pronto en el juzgado y haba ganado el caso. Supongo que se habr ido a casa a dormirla.

    Maldita sea dije yo, no habra podido esperar hasta esta tarde? Le habra ayudado... Dime, Smiley, me has dicho que Carl lo estaba celebrando porque haba ganado el caso? Salvo que estemos hablando de dos cosas distintas, lo habr perdido. Se trataba del divorcio de Bonney?

    Claro. Entonces Carl representaba a Ralph Bonney, y la mujer de

    Bonney obtuvo el divorcio. Es eso lo que pones en el peridico, Doc? Claro le dije. Es lo ms cercano a una buena noticia que viene

    en el nmero de esta semana. Smiley sacudi la cabeza: Carl me dijo que esperaba que no lo incluyeras, o que si lo

    hacas que quedase reducido a una nota pequea, que menciona ras slo que ella obtuvo el divorcio.

    No lo entiendo, Smiley. Por qu? Acaso Carl no perdi el caso? Smiley se inclin confidencialmente sobre el mostrador de la barra,

    aunque ramos nosotros dos los nicos que estbamos en su local. Me dijo:

    Pues es as, Doc. Bonney quera el divorcio. Esa mujer suya es una perra, entiendes? Solo que no tena argumentos para presentar la demanda, salvo su propio testimonio, no tena a nadie a quien le hubiera gustado llevar a juicio, entiendes? As que, bueno, pues como si se

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    hubiese tenido que comprar la libertad. Pac t con ella para que presentara la demanda, y tuvo que acceder a todo lo que ella quiso. De dnde sacaste tu versin?

    Del juez dije. Bueno, pues solamente ha visto la apariencia, Carl dice que

    Bonney es un buen tipo y que todas las acusaciones de crueldad y malos tratos no eran ms que invenciones. Que nunca le haba puesto la mano encima. Pero esa mujer era tal infierno en mar cha que Bonney habra admitido lo que fuera con tal de verse libre de ella. Y encima tuvo que darle cien de los grandes para poder arreglarlo. Carl estaba preoc upado por el caso, porque las acusaciones de malos tratos eran una bobada en vista de lo otro.

    Diablos dije, pues as no es como va a aparecer en el Clarion.

    Carl me dijo que saba que no podras contar la verdad del caso, pero que esperaba que se hiciera poca mencin. Algo as como resear que la seora B: haba obtenido el divorcio y que se haba pactado un acuerdo, y que no mencionaras nada respecto a las acusaciones.

    Me puse a pensar en la nica noticia de la semana, y en el cuidado que haba puesto en enumerar todos los cargos que la mujer de Bonney haba presentado en su contra, y gem solo de pensar que tendra que volver a escribirlo todo o bien quitar la noticia. Y tendra que quitarla, ahora que ya conoca lo ocurrido. Le dije:

    Maldito sea Carl, por qu no vino a contarme a m lo que pasaba antes de que redactara la noticia y dejara el peridico listo para la prensa?

    Pens hacerlo, Doc. Y seguidamente decidi que no quera abusar de la amistad ni influenciar la forma de redactar .la noticia.

    Maldito idiota. Lo nico que tena que haber hecho era cruzar la calle.

    Pero Carl dijo que Bonney es un tipo decente y que le causara problemas si enumerabas los cargos porque en realidad eran , todos falsos y...

    No sigas ahondando en la herida le interrump, cambiar la noticia. Si Carl dice que fue de ese otro modo, lo creo. No puedo decir que los cargos eran falsos, pero puedo hacer que no aparezcan.

    Eso estara muy bien por tu parte, Doc. Claro que s. De acuerdo, dame otro trago, Smiley, y volver a

    arreglarlo antes de que Pete se vaya. Me tom otra copa, maldicindome por ser tan blando como para

    fastidiar la nica noticia digna de mencin que tena, pero sabiendo que tena que hacerlo. No conoca personalmente a Bonney, solo de decirle buenos das por la calle, pero s que conoca lo bastante a Carl Trenholm para estar asquerosamente seguro de que si deca que Bonney tena razn, la

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    historia no poda estar bien tal y como yo la haba escrito. Y conoca lo bastante a Smiley como para estar seguro de que no me estaba tomando el pelo respecto a lo que Carl habra dicho en realidad.

    As que me volv murmurando mientras cruzaba la calle y sub las escaleras hasta la oficina del Clarion. Pete estaba ajustando la versin definitiva de la caja de la primera pgina.

    Solt las cuas en cuanto le dije lo que habra que hacer, y fue hasta la caja de ramas para leer all otra vez la noticia, a la inversa, naturalmente, que es como hay que leer los tipos.

    El primer prrafo poda mantenerse segn estaba, y poda ser la noticia entera. Le dije a Pete que devolviese el resto de las l neas a la caja de tipos mientras yo iba hasta composicin y preparaba unos titulares en caja de diez; Concedido el divorcio de Bonney, para reemplazar los tipos de a veinticuatro de la cabecera que aparecan en la versin larga. Le pas a Pete la lnea y vi como cambiaba los tipos.

    Queda un hueco de nueve pulgadas en la pgina me dijo, qu podemos poner?

    Suspir. Tendremos que usar algo de relleno le dije, no en la portada,

    algo encontraremos en la pgina cuatro que podamos poner en la primera, y as podremos meter el relleno en las nueve pulgadas de donde saquemos lo otro.

    Di vueltas por donde estaban las cajas de tipos hasta dar con la de la pgina cuatro, y cog una regla de pica para tomar medidas. Pete fue hacia la mesa y cogi una galerada de relleno. Lo nico que haba en aquella extensin era la historia de Clyde Andrews, el banquero de Carmel City, y eximio lder de la congregacin Baptista local me haba dado sobre la subasta de Carldad que la iglesia tena prevista para la tarde del martes siguiente.

    No era precisamente una noticia de importancia sobrecogedo ra, pero tendra la longitud adecuada si la recomponamos con un metido para que apareciese en un recuadro. Y estaba llena de nombres, lo cual quera decir que le gustara a mucha gente, y especialmente a Clyde Andrews, si apareca en primera pgina.

    As que la trasladamos. O ms bien, Pete la recompuso para convertirla en caja de portada mientras yo tapaba el hueco de la pgina cuatro con rellenos variados y volva a cerrar la pgina. Pete haba acabado de recomponer la noticia de la subasta de Carl dad cuando yo termin con la pgina cuatro as que esta vez tuve que esperar a que acabase la primera pgina para podernos ir juntos a Smiley's.

    Me puse a pensar en la portada mientras me lavaba las manos. La Panada. Esbozos sobre Hecht y MacArthur. Y el pobre asqueroso de Horace Greeley.

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    Ahora de verdad que necesitaba una copa. Pete estaba empezando a preparar una prueba ajustada y le di je que

    no se molestara. Quiz los clientes leyeran la primera pgina, pero yo no iba a hacerlo. Y si haba una lnea cabeza abajo, o un

    prrafo traspuesto, lo ms probable es que fuera una mejora. Pete se lav y cerramos la puerta. Todava era bastante temprano

    para un jueves por la tarde, no pasaba mucho de las siete. De bera haber estado contento por esa razn, y probablemente lo habra estado si el nmero de peridico hubiera sido bueno. Pero con lo que habamos dejado listo para la prensa, me preguntaba si an servira para algo por la maana.

    Smiley tena otro par de clientes a los que estaba sirviendo, y yo no estaba de humor para esperar a Smiley, as que pas detrs de la barra y cog la botella de Od Henderson dos vasos y me los llev a una mesa para Pete y para m. Smiley y yo nos conocemos bastante, as que no le importa que de vez en cuando practique el autoservicio si conviene y luego haga cuentas con l.

    Serv las bebidas para Pete y para m. Bebimos y Pete dijo: Bueno, pues se hace otra semana, Doc. Me pregunt cuntas veces me lo habra dicho en los diez aos que

    llevaba trabajando conmigo, y entonces me puse a pensar en cuantas veces habra pensado en ello, que seran...

    Cunto es cincuenta y dos por veintitrs, Pete? le pregunt. Eh? Un montn. Por qu? Hice el clculo. Cincuenta por veintitrs son... mil ciento cincuenta; veintitrs por

    dos, sumado hace mil ciento noventa y seis. Pete, mil ciento noventa y seis veces he dejado para prensa el peridico los jueves por la noche y nunca ha habido una noticia bomba de verdad.

    Esto no es Chicago, Doc. Qu te esperas, un asesinato? Me encantara un asesinato le dije. Hubiera resultado divertido que Pete hubiera dicho Doc, y por

    qu no tres en una noche? Pero naturalmente no lo hizo. En cierto modo, no obstante, di jo

    algo an ms divertido. Supongamos que fuera algn amigo tuyo. Por ejemplo tu mejor

    amigo, Carl Trenholm. Te gustara que lo mataran nica mente para proporcionarle al Clarion una buena noticia?

    Claro que no dije, preferentemente a alguien a quien no conozca en absoluto, si es que hay alguien en Carmel City a quien no conozca. Digamos que sea a Yehudi.

    Quines Yehudi? pregunt Pete.

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    Mir a Pete para comprobar si me estaba tomando el pelo, y como pareca que no, le expliqu:

    Aquel hombrecillo que no estaba all. No te acuerdas del poema?

    Vi a un hombre en la escalera, Aquel hombrecillo que no estaba all. Tampoco estuvo hoy aqu; Vaya, me gustara que se fuera.

    Pete se ri. Doc, ests ms loco cada da. Eso tambin es de Alicia en el pas

    de las maravillas, que es lo que citas siempre que te pones a beber? Esta vez no. Pero quin dice que slo cito a Lewis Carroll

    cuando bebo? Puedo citarlo ahora mismo, y esta noche apenas he comenzado a beber vaya, como la reina de las rojas le dijo a Alicia: Hay que beber todo esto para seguir en el mismo sitio. Pero escucha que te citar algo que realmente vale la pena:

    Estaba rabrante, y los desliagilosos tovos girorroscaban y cernan por la vaguaba...

    Pete se levant, y dijo: Jabberwock, de Alicia a travs del espejo. Me lo has recitado ya,

    Doc, ms de cien veces. Ya casi me lo s yo. Pero tengo que irme, Doc. Gracias por las copas.

    De acuerdo, Pete, pero no olvido algo. -Qu? Dije:

    Cuidado con el Jabberwock, hijo mo! Las mandbulas que devoran, las garras que hacen presa! Cuidado con le pjaro Jubjub y evita Al frumoso...

    Smiley me llamaba: Eh, Doc!, desde el otro lado junto al te-lfono, y record que lo haba odo sonar haca medio minuto. Smiley grit: Te llaman al telfono, Doc, y se ri como si fuera lo ms divertido que hubiese ocurrido desde haca mucho tiempo.

    Me levant y me dirig hacia el telfono, dicindole a Pete buenas noches en route.

    Cog el aparato y dije Al, y me contest Al. Y luego me dijo Doc?, y yo le dije Si?.

    Y entonces me dijo: Soy Clyde Andrews, Doc su voz sonaba muy tranquila. Ha

    habido un asesinato. Pete deba estar ya junto a la puerta; ese fue mi primer pensa miento.

    Dije:

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    LA NOCHE A TRAVES DEL ESPEJO

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    Un momento, Clyde. Y tap entonces el micrfono con la mano mientras gritaba: Eh, Pete! Estaba en la puerta, pero se volvi. No te vayas le grit desde la otra esquina del bar. Me estn

    contando un asesinato. Tendremos que recomponer! Pude sentir el silencio que se hizo en el bar de Smiley. La con-

    versacin de los otros dos clientes se cort en mitad de frase y se volvieron a mirarme. Pete desde la puerta de la calle, me miraba. Smiley, con la botella en la mano, se volvi para mirarme, y esta vez ni siquera sonri. En realidad, mientras me daba vuelta hacia el telfono, la botella se le escurri de las manos, y choc contra el suelo con un ruido que me hizo dar un brinco y cerrar la boca con rapidez para evitar que se me saliera por ella el corazn. Aquella botella estrellndose contra el suelo haba sonado, por un instante, como un disparo de revlver.

    Esper hasta poder volver a hablar sin tartamudear, y entonces quit la mano del micrfono y dije con calma, o casi aparentan do calma:

    De acuerdo, Clyde, adelante.

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    CAPTULO DOS

    Quin eres, anciano?, le dije. Cmo es que sigues vivo? Su respuesta borbote por mi cabeza Como agua por un colador.

    Ya habas cerrado la edicin, verdad, Doc? dijo la voz de Clyede. Seguro que debe de ser as porque te llam a la oficina en primer trmino, y alguien me contesto diciendo que ya no estabas all, que estaras en Smiley's, as que eso debe querer decir que ya habais cerrado...

    De acuerdo dije, sigue contndome lo que pasa. Se que es un asesinato, Doc, el pedirte que cambies el texto

    cuando ya has cerrado la edicin y ha quedado listo para imprimir, y ya te has ido de la oficina, pero, bueno, es respecto a la subasta que iba a celebrarse el martes, ha sido cancelada. Podras suprimir el anuncio an? Si no es as habr un montn de gente que la lea y acuda el mart es por la noche a la iglesia llevndose un chasco.

    Claro, Clyde dije, me ocupar de ello. Colgu. Volv a la mesa y me sent. Me serv un buen trago de

    whisky y cuando Pete lleg le serv otro a l. Me pregunt qu haba sido la llamada y se lo expliqu. Smiley y los otros clientes seguan contemplndome atnitos. Qu ha pasado, Doc? No dijiste algo sobre un asesinato? Estaba bromeando, Smiley. Se ri. Me beb mi trago y Pete bebi el suyo. Me dijo: Ya saba yo que haba truco en eso de acabar pronto esta noche.

    As que ahora volvemos a tener un hueco de nueve pulgadas en primera pgina. Con qu lo rellenamos?

    Que me condene si lo s. Pero esta noche que se vaya al diablo, me levantar temprano y vendr contigo por la maana y ya pensar en algo.

    Eso es lo que dices ahora, Doc dijo Pete, pero si no apareces a las ocho, qu hago con la pgina?

    Tu falta de fe me horroriza, Pete. Si afirmo que aparecer por la maana, es seguro que aparecer. Probablemente.

    Y si no lo haces? Suspir. Haz lo que te de la gana. Saba muy bien que Pete inventara algo si no me levantaba.

    Cambiara algo de la ltima pgina, y metera algn relleno o un anuncio

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    de suscripcin. Yo me pondra de mal humor porque ya haba un anuncio de suscripcin y demasiado relleno; ya sabes, ese tipo de notas que explican cuntos anillos tiene el tronco de una sequoya, o el precio del kilo de huevas de mjol en el valle del Eufrates. Que estn muy bien en pequeas dosis, pero que cuando se meten en columnas enteras, bueno...

    Pete dijo que era mejor que se fuera, y esta vez lo hizo. Vi como se marchaba, envidindole un poco. Pete Corey es un buen tipgrafo y le pago prcticamente lo mismo que gano yo. Trabajamos virtualmente el mismo nmero de horas, pero yo soy quien se tiene que preocupar cuando hay que preocuparse de algo, lo cual es casi siempre.

    Los otros clientes de Smiley se fueron en cuanto se fue Pete, y como no quera estar sentado solo, cog la botella y me fui hasta la barra.

    Smiley, quieres comprarme el peridico? Eh? entonces se ri. Me ests tomando el pelo, Doc. No sale

    de prensas hasta maana al medioda, no? No le dije. Pero esta semana merecer la pena esperar.

    Cmpralo Smiley. Pero no es eso lo que quera decir. Eh? Ah, quieres decir si quiero comprar el peridico. Me parece

    que no, Doc. No creo que lo hiciera muy bien. Para empezar mi ortografa no es buena. Pero vaya, me contabas la otra noche que Clyde Andrews quera comprrtelo. Por qu no se lo vendes, si es que quieres venderlo?

    Quin diablos ha dicho que quiera venderlo? Yo solo te he preguntado si t queras comprrmelo.

    Smiley pareca desconcertado. Doc, nunca se si ests hablando en serio o no. En serio, quieres

    venderlo de verdad? Me haba estado haciendo aquella pregunta. Dije despacio: No lo s, Smiley. En este momento me gustara poder sacar por lo

    menos un buen nmero. Un buen nmero en veintitrs aos. Y si lo vendieras, qu haras? Supongo, Smiley, que pasara lo que me quede de vida s in tener

    que ser el editor de un peridico. Smiley decidi que yo estaba de broma otra vez y se ri. Se abri la puerta y entro Al Grainger. Le salud con la bote lla, y

    se acerc hasta el lugar de la barra donde yo estaba de pie, y Smiley sac otro vaso y otra jarrilla de agua; Al siempre necesita una jarrilla de agua.

    Al Grainger no es ms que un joven pelanas, tendr veintids o veintitrs, pero es uno de los pocos que saben jugar al ajedrez en el pueblo, y es adems uno de los, an menos, que entienden mi entusiasmo por Lewis Carrol. Adems es lo ms parecido al seor misterioso de Carmel City. Y no es que uno tenga que ser muy misterioso para alcanzar tal distincin.

    Me dijo:

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    Hola, Doc. Cundo vamos a volver a jugar al ajedrez? Ningn momento mejor que ahora, Al. Aqu y ahora mismo? Smiley tena un ajedrez a mano para contentar a los clientes

    relamidos como Al Grainger, Carl Trenholm o como yo. Nos lo traa cogindolo siempre como si esperase que le iba a explotar en las manos, siempre que se lo pedamos.

    Al sacudi la cabeza. Me gustara tener tiempo. Pero tengo que irme a casa y aca bar un

    trabajo. Le serv un whisky en su vaso y tir un poco al tratar de llenrselo

    hasta el borde. Sacudi la cabeza despacio. Dijo: El Caballero Blanco se desliza por el atizador. Mantiene mal el

    equilibrio. Todava estoy en el segundo cuadro dije, pero el prximo

    movimiento ser mejor. Acurdate de que llegar en tren al cuarto. No lo hagas esperar, Doc. Solo el humo sale a mil libras por

    resoplido. Smiley nos miraba volviendo la vista del uno al otro: De

    qu diablos estis hablando? No mereca la pena tratar de explicrselo. Le apunt con el ndice, y

    le dije: Arrastrndose a tus pies puedes ver que hay una mariposa de

    pan y mantequilla. Las alas son rebanadas finas de pan con mantequilla, el cuerpo es de corteza y la cabeza un terrn de azcar. Se alimenta de t flojo con crema de leche.

    Al dijo: Smiley, se supone que tienes que preguntar qu ocurre si no

    puede encontrarlo. Entonces dira yo que naturalmente se morir y tu diras que eso

    debe ocurrir muy a menudo y yo dira que siempre. Smiley volvi a mirarnos y sacudi lentamente la cabeza. Dijo: Chicos, estis realmente chalados. Cruz la barra para lavar y secar algunos vasos. Al Grainger me sonri: Qu planes tienes para esta noche, Doc? Quizs pueda sa car

    tiempo luego para una o dos partidas. Vas a estar en casa y levantado? Dije que s con la cabeza. Estaba intentando convencerme de que debo ir andando a casa, y

    cuando llegue me pondr a leer. Y me tomar una o dos copas. As que si apareces antes de medianoche todava estar lo bastante sobrio como para jugar. Lo bastante sobrio como para ganar a un jovenzuelo como t en cualquier caso.

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    Estuvo muy bien decir eso ltimo porque era obviamente falso. Al sola ganarme dos juegos de cada tres, al menos desde haca ms o menos un ao.

    Se ri son sorna, y me solt esta cita:

    Eres un viejo, padre William, dijo el joven, Y tus cabellos han encanecido por completo; Y no obstante no paras de hacer el pino Te parece que a tu edad hay que hacer eso?.

    Bueno, pues ya que Carroll tena respuesta para ello, yo tam bin:

    En mi juventud, respondi el padre William a su hijo, tena miedo a que se trastornase el seso; Pero ahora que estoy seguro de que no tengo, Vaya, no paro de hacerlo.

    Al me dijo: Quizs tengas algo ah dentro, Doc. Pero dejmonos de versos

    amebeos antes de que llegues al lrgate, o te echar a patadas por las escaleras! Porque de todos modos yo tengo que irme.

    Otra copa ms? Creo... creo que no, no hasta que acabe el trabajo. Tu puedes

    beber y pensar a la vez. Espero poder hacer lo mismo cuando tenga tu edad. Intentar hacer lo posible para acercarme hasta tu casa para jugar al ajedrez, pero no me esperes si no estoy ah a las diez... a las diez y media a lo sumo. Y gracias por la copa.

    Sali, y por el escaparate de Smiley pude ver como se meta en su descapotable reluciente. Toc la bocina, salud con la mano y sali pitando del aparcamiento.

    Me mir en el espejo de detrs del mostrador del bar de Smiley y me pregunt cuntos aos pensaba Al Grainger que tena. Espero poder hacer lo mismo cuando tenga tu edad, vaya. Me son como si pensase que tena por lo menos ochenta. Cumplir cincuenta y tres la prxima vez.

    Pero tena que admitir que pareca un viejo de esa edad y que el pelo se me estaba volviendo blanco. Me mir en el espejo y la blancura me asust un peo. No, todava no era un viejo, pero empezaba a serlo. Y por mucho que me queje continuamente, me gusta vivir. No quiero envejecer y no quiero morir. Especialmente porque no puedo esperar, como lo hacen muchos buenos convecinos, alcanzar una eternidad de tocar el arpa y despiojarme las alas. Ni tampoco, claro est, una eternidad de apalear carbones aunque este sera el caso ms probable en mis circunstancias.

    Smiley volvi. Dirigi el dedo hacia la puerta: No me gusta ese tipo, Doc. Al? No pasa nada. Quiz es un poco lechuguino. Tienes

    prejuicios porque no sabes de dnde saca el dinero. Quizs tenga una prensa y un juego de planchas particulares y se lo haga l s lito. Ahora que

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    pienso en ello, jo si que tengo una prensa. Quizs debiera dedicarme a ello.

    Demonios, no es eso, Doc. No es asunto mo cmo se gana la vida la gente, o de dnde lo saca si no lo gana. Es la manera que tiene de hablar. Tambin t hablas como un chiflado, pero lo haces de forma agradable. En cambio cuando l me dice algo que no entiendo me lo dice de tal modo que me siento como un miserable cretino. Quizs lo sea, pero-Repentinamente me sent avergonzado de todas las cosas que le haba dicho a Smiley sabiendo que no las iba a entender.

    No es cuestin de inteligencia, Smiley. Es cuestin de cono-cimientos literarios. Tmate un trago conmigo, y despus ser mejor que me vaya.

    Le serv una copa y, por esta vez, yo me puse una cortita. Co-menzaba a sentir los efectos, y no quera emborracharme dema siado para poder jugar bien al ajedrez con Al Grainger si decida aparecer por casa.

    Sin ninguna razn especial dije: Eres un gran tipo, Smiley. Y l se ri y me dijo: T tambin, Doc. Conocimientos literarios o no, ests un poco

    chalado, pero eres un gran ti po. Y entonces, como nos azoramos bastante al ornos decir aque llas

    cosas, me encontr mirando ms all de Smiley, mirando el calendario que haba detrs del mostrador del bar. Tena la ilus tracin habitual del tipo de calendarios que se ven en los bares : una mujer desnuda de una voluptuosidad excesiva, y anunciaba los Almacenes de los Hermanos Beal.

    Era un poco molesto fijar la vista en l aunque an no haba bebido lo bastante como para nublarme el cerebro. En aquel pre ciso instante, por ejemplo, pensaba en dos cosas a la vez. Parte de mi cerebro, para disgusto mo, insista en considerar si podra hacer que los Hermanos Beal pusieran un anuncio de cuarto de pgina en lugar del habitual octavo; trat de eliminar aquel pensamiento dicindome que no me importaba, esta noche, si alguien se anunciaba o no en el Clarion, y esa parte del cerebro segua preguntndome por qu, maldita sea, si era eso lo que senta de verdad, no acababa de decidirme mientras tena la oportuni dad de venderle el Clarion a Clyde Andrews. Mas la otra parte de mi cerebro se irritaba cada vez ms con la ilustracin del calen dario, y dije:

    Smiley, deberas quitar ese calendario. Es de mentira. No hay mujeres as.

    Se dio la vuelta y se puso a mirarlo. Supongo que tienes razn, Doc; no hay mujeres as. Pero uno

    puede soar, no?

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    Smiley, se no es el primer pensamiento profundo que hayas tenido, es el ms profundo. Adems tienes razn. Tienes mi permiso y aprobacin para dejar ah el calendario.

    Se ri, y se movi tras el mostrador para acabar de limpiar los vasos mientras yo segua all de pie y me preguntaba porqu no me marchaba a casa. Todava era temprano, faltaban unos minutos para las ocho. Sin embargo no quera otro trago. Pero, para cuando hubiera llegado a casa, querra uno.

    As que saqu la cartera y llam a Smiley. Calculamos cuantas copas haba servido de la botella y las pagu, y seguidamente compr otra botella, de a litro, y me la envolvi.

    Sal con ella bajo el brazo y le dije: Hasta luego, Smiley. Hasta luego, Doc me dijo tan normalmente como si, antes de

    que el folln de aquella noche que an no haba empezado hubiese terminado, l y yo no hubiramos... pero-contemos las cosas segn ocurrieron.

    El paseo hasta casa. Tena que pasar de todos modos junto a correos, as que entr. La

    ventanilla de cartas estaba cerrada, naturalmente, pero el ves tbulo exterior queda siempre abierto por las tardes para que quienes tengan casillas postales puedan recoger su correo.

    Recog el mo, no haba nada importante, y entonces me detuve, segn tengo costumbre, delante del tabln de anuncios para echar una ojeada a los bandos y a las circulares de Se busca que estaban all expuestos.

    Haba algunos nuevos, y los le y mir detenidamente los retra tos. Tengo buena memoria fotogrfica para las caras, incluso de aquellas que acabo de ver durante un momento, y siempre he tenido la esperanza de que algn da sera capaz de identificar a algn criminal en Carmel City y conseguir as una buena noticia, o incluso una recompensa.

    Unas puertas ms all pas por el banco y me acord de su presidente, Clyde Andrews y de su intencin de comprarme el peridico. No quera llevarlo l en persona, naturalmente; tena un hermano viviendo en algn lugar de Ohio que tena experien cia en el tema de peridicos, y que sera quien lo llevase si me decida a vendrselo a Andrews.

    Lo que menos me gustaba de la idea, decid, era que Andrews estaba metido en poltica y que si controlaba el Clarion, el Clarion respaldara sus posturas. Tal y como yo lo llevaba, serva para arrojar lodo sobre ambos bandos siempre y cuando se lo merecieran, lo cual ocurra muy a menudo, y para echarles una buena flor cuando lo merecan, lo cual ocurra rara vez. Quizs es que estoy loco, hay otros adems de Smiley y

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    de Al que lo afirman, pero a mi me parece que sa es la forma de llevar un peridico y, especialmente, cuando es el nico peridico del pueblo.

    No es, tambin debo aadir, la mejor forma de hacer dinero. Me haba hecho ganar muchos amigos y suscriptores, pero un

    peridico no gana dinero a base de suscripciones. Gana dinero gracias a los anuncios, y la mayora de los notables del pueblo lo bastante importantes como para poner anuncios tenan los dedos bien metidos en poltica, as que daba igual a qu partido machacase, porque lo ms fcil es que perdiese otro anunciante.

    Y me temo que esa poltica tampoco serva de ayuda a la forma de obtener noticias. Mi mejor fuente era la oficina del algua cil, y por el momento, Ranee Kates, el alguacil, era prcticamente mi peor enemigo. Kates es honrado, pero tambin es un estpido, grosero, y lleno de prejuicios raciales; y el racismo, aunque no sea un tema candente en Carmel City, es una de mis manas personales. No haba publicado ataque alguno en mis editoriales contra Kates, ni antes ni despus de su eleccin. Consigui el cargo nicamente porque su rival, que tampoco era precisamente un peso pesado de inteligencia, arm una buena bronca en una taberna en Neilsville una semana antes de las elecciones, lo detuvieron all y lo procesaron por alterar el orden pblico. El Clarion dio la noticia adems, as que probablemente el Clarion es responsable de que Ranee Kates fuese elegido alguacil. Pero Ranee slo quera acordarse de las cosas quejo deca de l, as que apenas me diriga la palabra en la calle. Todo lo cual, debo sealar, me importaba un bledo personalmente, pero me forzaba a obtener informacin de la polica por el camino ms duro, cmo es habitual.

    Pas el supermercado, y los Hermanos Beal, y la tienda de msica de Deak, all haba comprado cierta vez un violn, pero me olvid de comprar el curso correspondiente, dobl la esquina y cruc la calle.

    El paseo hasta casa. Quizs me haya enrollado un poco, porque en este punto nunca

    estoy tan sobrio como suelo estarlo despus. Pero mi cabeza ah, se encontraba en ese estado delicioso en el que est cristali namente clara en el centro y borrosa por los bordes, en el estado que todo bebedor moderado conoce pero que es incapaz de explicar o de definir, un estado que hace que Carmel City parezca deliciosa, y que cosas tan raquticas y esculidas como sus actividades polticas puedan parecer divertidas.

    Al doblar la esquina, la tienda de Pop Hinkle, all sola to mar granizados cuando era pequeo, antes de ir a la facultad y come ter el gran error de estudiar periodismo. Pas por la tienda de Gorham Feed, en la que trabajaba por el verano mientras haca el bachiller. Pas el teatro Bijou. Pas la funeraria de Hank Greeber, por la que haban pasado mis padres, haca quince y veinte aos.

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    Volviendo la esquina, la comisara, donde todava haba luz en la oficina del alguacil Kates, y me sent tan contento que, por unos mil dlares o cantidad similar, me habra parado a hablar con l. Pero no haba nadie all que me ofreciese mil dlares.

    Saliendo ahora de la manzana de tiendas, pasando por la casa en la que haba vivido Elsie Minton, y en la que haba muerto cuando estbamos comprometidos, haca ya veinticinco aos.

    Ms all, la casa en la que viva Elmer Conklin cuando le compr el Clarion, pasando la iglesia a la que me enviaban a la escuela dominical cuando era nio, en la que una vez gan un premio por aprenderme de memoria versculos de la Biblia.

    Acab de pasar el pasado, y caminando, tambalendome un poco, llegu a la casa en la que haba sido concebido y en la que haba nacido.

    No, no he vivido en ella durante cincuenta y tres aos. Mis pa dres la vendieron mudndonos a una casa ms grande cuando yo tena nueve aos y cuando naci mi hermana, que ahora esta casada y viviendo en Florida. La volv a comprar har unos doce aos porque estaba vaca y se venda a buen precio. No es ms que una casita de tres habitaciones, no es demasiado grande para un hombre que viva solo, si es que le gusta vivir solo, y a mi me gusta.

    Ah, tambin me gusta la gente. Me gusta que vengan a verme para charlar un rato, o para jugar al ajedrez o a tomar una copa, o para todo junto. Me gusta estar un par de horas en Smiley's o, en otra taberna, alguna que otra vez al cabo de la semana. Tambin me gusta jugar al poker de vez en cuando.

    Pero normalmente, una tarde cualquiera, me dedico a mis libros. Dos paredes de la sala de estar estn cubiertas d e libros, y ya la invaden otras dos estanteras de la alcoba, e incluso hay un estante en el bao. Qu quiero decir con incluso? Creo que un bao sin estantera est tan incompleto como lo estara uno que no tuviese retrete.

    Y adems son buenos libros. No, no me sentira solitario esta noche, incluso si Al Grainger no viniera para jugar al ajedrez. Cmo podra sentirme solo con una botella en el bolsillo y con tan buena compaa esperndome? Vaya, si leer un buen libro es algo casi tan entretenido como escuchar a quien lo escribi. Es mejor en cierto sentido, porque uno no tiene porqu ser educado con l. Se puede cerrar y hacerle callar en cualquier momento si se precisa y coger otro distinto. Y uno se puede quitar los zapatos, y poner los pies en la mesa. Se puede beber y leer hasta olvidarse de todo menos de lo que uno est leyendo; se puede olvidar quien es uno mismo y el hecho de que hay un peridico que te cuelga del cuello como una piedra de molino, todo el da y todos los das, hasta que se llega a casa, al refugio y al olvido.

    El paseo hacia casa.

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    As que hasta la esquina de la calle Campbell donde tengo que girar. Una tarde de junio, pero fresca, y el aire nocturno casi me haba

    devuelto la sobriedad en las nueve manzanas que haba caminado desde el bar de Smiley.

    El ltimo giro, y vi que estaba la luz encendida en el cuarto de-lantero de la casa. Me puse a andar un poco ms deprisa, algo intrigado. Saba que la haba apagado cuando sal por la maana para la oficina. Y si la hubiera dejado encendida, la seora Carr, la asistenta que suele venir un par de horas por la tarde a limpiar y arreglar un poco, la habra apagado.

    Quizs, pens, Al Grainger ha terminado lo que tuviera que hacer y se ha venido ms temprano y ha... pero no, Al no habra venido sin el coche y no haba ninguno aparcado delante.

    Podra haber sido un misterio, pero no lo fue. Era la seora Carr quien estaba all, ponindose el sombrero

    delante del espejo de la entrada mientras entr. Me marcho seor Stoeger me dijo. No pude venir ms

    temprano, as que vine por la tarde. Acabo de terminar. Muy bien. Por cierto hay una tormenta horrorosa ah fuera. Una qu? Tormenta, tempestad de nieve levant la botella

    envuelta. As que quizs fuese mejor que tomara un sorbito conmigo antes de irse. No le parece?

    Se ri. Gracias, seor Stoeger. Lo har. He tenido un da bastante malo,

    y me parece buena idea. Ir a buscar vasos para los dos. Puse mi sombrero en el armario y la segu hacia la cocina. Un mal da? Espero que no haya pasado nada. Bueno, nada serio. Mi marido, trabaja, ya sabe, en la fbrica

    pirotcnica de Bonney, se quem un poco en un accidente que ocurri esta tarde, y tuvieron que traerlo a casa. No es nada grave, una quemadura de segundo grado segn el mdico, pero le dola bastante y me pareci mejor quedarme con l hasta despus de la cena, entonces se durmi y vine corriendo hasta aqu, as que me temo que he tenido que limpiar un poco deprisa y que no debe haber quedado muy bien.

    A mi me parece inmaculada haba abierto la botella mientras ella traa los vasos. Espero que est bien, seora Carr. Pero si quiere dejar de venir unos das...

    Oh, no. Puedo seguir viniendo. Va a estar en casa slo unos das, y es que hoy le llevaron a casa hacia las dos, que es cuando suelo salir hacia aqu y... ya basta, gracias.

    Brindamos chocando los vasos y vaci el mo mientras ella beba hasta la mitad del suyo. Me dijo:

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    Ah, le llamaron por telfono, har como una hora. Poco despus de llegar yo.

    Sabe quin fue? No quiso decrmelo, dijo slo que no era importante. Sacud la cabeza con tristeza. Eso, seora Carr, es una de las mayores falacias del cerebro

    humano. La idea, esto es, de que las cosas pueden ser div ididas arbitrariamente en importantes y sin importancia. Quien puede decir si este hecho es importante o no salvo aquella persona que lo sepa todo respecto al mismo, en realidad nadie sabe nada de nada.

    Sonri, pero con vaguedad, as que me decid a hacerl e una pregunta concreta:

    A usted qu le parece que es importante, seora Carr? Lade la cabeza y pareci pensarlo en serio. Bueno, el trabajo es importante, no? No le dije yo, me parece que no ha acertado. El trabajo no es

    ms que un medio para alcanzar un fin. Trabajamos para poder hacer cosas ms importantes, que es lo que queremos hacer de verdad. Hacer lo que uno quiere eso es lo que es importante, si es que hay algo que lo sea.

    Es una manera rara de decirlo, pero quiz tenga razn. Bueno, de todos modos, el hombre que llam dijo que volvera a lla mar o que vendra por aqu. Le dije que usted no llegara a casa probablemente hasta las ocho o las nueve.

    Se acab su bebida y rechaz una segunda. La acompa has ta la puerta principal, y le dije que me habra gustado poder lle varla en el coche hasta su casa, pero que tena los neumticos pinchados. Lo haba descubierto por la maana cuando haba tenido la intencin de ir en coche al trabajo. Por uno me habra puesto a cambiarlo, pero dos eran demasiados, as que decid dejar el coche en el garaje hasta el sbado por la tarde, que es cuando tengo tiempo libre. Y adems tambin est el que debera hacer ejercicio, e ir andando a trabajar todos los das lo que sera excelente, pero mientras funcione el coche no lo hago. No obstante en aquel momento, para ayudar a la seora Carr, tuve el deseo de haber arreglado las ruedas. Me dijo:

    Slo vivo a unas manzanas, seor Stoeger. No le dejara llevarme aunque funcionase el coche. Buenas noches.

    Oh, espere un momento, seora Carr. En qu seccin de la fbrica Bonney trabaja su marido?

    En la seccin de tracas romanas. Aquello hizo que me olvidase por un instante de la razn de mi

    pregunta. Exclam:

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    La seccin de tracas romanas! Es un nombre maravilloso; me encanta. Si vendo el peridico, que me condene si no me voy a buscar trabajo en Bonney al da siguiente. Su marido es un hombre de suerte.

    Est de broma, seor Stoeger. De verdad que piensa vender el peridico?

    Bueno..., estoy meditndolo y eso me hizo coger el hilo. Nadie me ha contado nada del accidente de la fbrica, no me ha llegado nada de nada. Sabe usted los detalles de lo que pas? Hay algn herido ms?

    Haba cruzado el porche de la entrada, pero se volvi y se acerc a la puerta. Dijo:

    Ay, por favor no ponga nada en el peridico. Si no ha sido nada; mi marido fue el nico herido y adems fue culpa suya segn me ha dicho. Al seor Bonney no le gustara que se publicase en el peridico; ya tiene bastantes problemas para contratar trabajadores suficientes para servir los pedidos del cuatro de julio porque hay mucha gente que tiene miedo a trabajar con plvora y explosivos. Lo ms probable es que echen a George si sale algo en el peridico, y l si que necesita el trabajo.

    Suspir; haba sido una buena idea mientras dur. Le asegur que no imprimira ni una sola lnea sobre el asunto. Y si George Carr haba sido el nico herido y no haba detalles del caso, tampoco habra podido en ms de una pulgada de texto.

    No obstante me habra encantado poder meter aquella frase maravillosa la seccin de tracas romanas en tipos impresos.

    Volv a entrar y cerr la puerta. Me puse cmodo quitndome la chaqueta y soltando el nudo de la corbata, seguidamente cog la botella de whisky, un vaso y lo puse todo encima de la mesilla que hay delante del sof.

    No me quit la corbata del todo, ni los zapatos; es ms agrada ble hacer las cosas poco a poco y ponerse cmodo por etapa s.

    Cog unos libros y los coloqu al alcance de la mano, me serv un buen trago, me sent, y abr uno de los libros.

    Son el timbre. Cre que era Al Grainger que haba venido temprano. Fui has ta la

    puerta y abr. Haba un hombre de pie levantando la mano para volver a llamar. Pero no era Al; era un tipo al que nunca haba visto.

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    CAPTULO TRES

    Con qu alegra parece sonrer, con qu limpieza extiende las garras, y da la bienvenida a los pececillos riendo contento con las fauces

    abiertas!

    Era bajo, como de mi mismo peso, quiz, pero pareca ms bajo porque su cintura era mucho ms grande. Lo primero que lla maba la atencin de su cara era la nariz: larga, afilada, ganchu da, contrastando absolutamente con el vasto cuerpo. La luz que sala de casa por la puerta se reflejaba en sus ojos que brillaban igual que los de un gato. Pero no haba nada siniestro en su aspecto. Un hombrecillo bajo y gordo es difcil que pueda parecer siniestro, da igual como le brillen los ojos.

    Es usted el doctor Stoeger? -me pregunt. Doc Stoeger correg, pero no soy doctor en medicina. Si busca

    un mdico, hay uno que vive a cuatro puertas de aqu yendo hacia el Oeste.

    Sonri, una sonrisa agradable. Ya me doy cuenta de que no es usted mdico, sino doctor en letras

    por el Burgoyne College. Creo que se doctor en mil novecientos veintids. Es usted el autor de Lewis Carroll a travs del espejo y Reina roja y Reina blanca.

    Me sorprendi totalmente. No tanto el hecho de que supiera cual haba sido mi College y la fecha de mi magna cum laude, sino lo otro. Lewis Carrol a travs del espejo era una monografa de pocas pginas; se haba imprimido haca dieciocho aos con una tirada de cien ejemplares. Si an quedaba alguno fuera de mi propia biblioteca sera una maravilla. Y Reina roja y Reina blanca era un artculo que haba aparecido por lo menos doce aos antes en una oscura revista que haba visto interrumpida su publicacin y de la que nadie poda acordarse ya.

    S respond. Pero el cmo se ha enterado usted es un misterio para m, seor...

    Smith contest gravemente. Y entonces se ri. Y mi nombre de pila es Yehudi.

    No! S. Ver, doctor Stoeger, me pusieron ese nombre hace unos

    cuarenta aos cuando el nombre de Yehudi, aunque no era corriente, careca que las connotaciones cmicas que tiene hoy. Mis padres no podan tener ni idea de que iba a convertirse en un chiste, y que sera una asociacin especialmente ridcula al combinarse con Smith. Si hubieran

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    adivinado la dificultad que para m supone hoy convencer a la gente de que no les estoy tomando el pelo cuando les digo como me llamo se ri estrepitosamente. Siempre llevo encima tarjetas de visita.

    Me dio una. Pona:

    Yehudi Smith No haba direccin ni ningn tipo de informaci n. De todos modos quise quedarme con la tarjeta, as que me la met en el bolsillo en lugar de devolvrsela.

    Hay gente que se llama Yehudi, ya sabe. Por ejemplo Yehudi Menihin el violinista. Y tambin...

    Basta, por favor le interrump, hace que parezca plausible. Me gustaba ms del otro modo.

    Sonri. Entonces no le he juzgado mal, doctor. Ha odo hablar de las

    Hojas Vorpales? En plural? No. Naturalmente que en Jabberwock: Uno, dos! Uno, dos! Y una y otra vez la hoja vorpal fue blandida

    de un lado a otro.

    Pero, por Dios! Por qu nos ponemos a hablar de hojas vorpales en la puerta? Pase, adelante, tengo una botella, y espero y supongo que ser ridculo preguntarle a alguien que sabe de hojas vorpales si bebe o no.

    Retroced y l entr. Sintese en cualquier parte. Ir a buscar otro vaso. Qu prefiere,

    vaso alto o bajo? Sacudi la cabeza, y me fui hasta la cocina a por el vaso. Volv, se lo

    llen y se lo di. Ya se haba acomodado en una silla tapizada. Yo volv a sentarme en el sof y levant el vaso para decirle: Brindemos este trago. Por Charles Lutwidge Dodgson, mejor

    conocido en el Pas de las Maravillas, como Lewis Carroll. Me dijo lentamente: Est seguro, doctor? Seguro de qu? De la manera en que lo ha propuesto. Yo dira ms bien: por

    Lewis Carroll, quien viva disfrazado con la identidad supuesta de Charles Lutwidge Dodgosn, un amable profesor de Oxford.

    Me sent vagamente desilusionado. Iba a tratarse de otra, y ms ridcula an, discusin del tipo que fue Bacon o fue Shakespeare? Histricamente no hay duda posible de que el reverendo Dodgson que escriba con el seudnimo de Lewis Carroll, haba creado Alicia en el pas de las maravillas y su continuacin.

    Pero lo esencial en aquel momento era beber el trago. As que dije con cierta solemnidad:

  • FREDRIC BROWN

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    Para evitar problemas, factuales o semnticos, seor Smith, bebamos a la salud del autor de los libros de Alicia.

    Inclin la cabeza con una solemnidad semejante a la ma, lue go la ech para atrs, y se lo bebi todo de un trago. Yo tarde un poco ms con el mo debido a mi sorpresa, y luego admiracin por su manera de beber. Nunca haba visto nada semejante. El vaso se haba quedado repentinamente a unas tres pulgadas de la boca. Y el whisky haba seguido cayendo sin perderse una gota. Haba visto antes beber un trago sin tocar el vaso con los labios, pero nunca con tanta naturalidad y precisin desde tanta distancia.

    As que me beb el mo de forma harto ms prosaica, pero decid que tena que probar aquella forma, a solas y con una toalla o pauelo a mano.

    Volv a llenar los vasos, y le dije: Y ahora qu? Nos vamos a poner a discutir la identidad de

    Lewis Carroll? Vamos a dar eso por sabido. Dejmoslo de lado hasta que pueda

    darle pruebas definitivas de lo que nos parece, o ms bien, de lo que sabemos de seguro.

    Sabemos? Las Hojas Vorpales. Una asociacin. Una pequea asociacin,

    debera precisar. De admiradores de Lewis Carroll? Se inclin hacia adelante: S, naturalmente. Cualquiera que tenga aficin por la literatura y

    sea parcial de la imaginacin admira a Lewis Carrol. Pero es algo ms. Poseemos un secreto. Un secreto bastante esotrico.

    Sobre la identidad de Lewis Carroll? Quiere decir que ustedes creen as como hay gente que cree que las obras de Shaskespeare las escribi Francis Bacon que fuera otra persona diferente de Charles Lutwidge Dodgon quien escribi los libros de Alicia?

    Esperaba que me dijera que no. No, creemos que el propio Dodgson qu sabe de l, doctor? Naci en mil ochocientos treinta y dos, y muri poco antes del

    cambio de siglo, en mil ochocientos noventa y ocho o noventa y nueve. Fue profesor en Oxford, matemtico. Escribi tratados de matemtica. Le gustaban, e invent varios, los acrsticos y otros rompecabezas y pasatiempos de problemas. No se cas y le gustaban los nios, de hecho sus mejores libros estn escritos para ellos. Al menos el crea que escriba para nios; pero en realidad Alicia en el pas de las maravillas y Alicia a travs del espejo, aunque tengan gran atractivo para los nios, son libros para adultos, y son obras magnficas. Sigo?

    Por favor.

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    Tambin era capaz, y lo hizo, de escribir fatal. Debera haber algn tipo de ley que prohibiese imprimir Las obras completas de Lewis Carroll. Debera ser solamente recordado por las cosas magnficas que escribi, y las malas deberan enterrarse junto a sus huesos. Admitir, no obstante, que incluso las malas tienen chispas ocasionales de gran brillantez. Hay algunos momentos en Silvia y Bruno que merecen la pena a pesar de las miles de palabras tediosas que hay que leer para encontrarlos. Y hay lneas y versos e incluso estrofas buenas hasta en los peores poemas. Por ejemplo, vemos los tres primeros versos de El Palacio de Humbug:

    So que viva en vestbulos marmreos, y que cada viscosa criatura que se arrastra y repta se contoneaba

    aeramente por los muros.

    Naturalmente, debera haberse parado ah y no haber aadido otros quince o veinte tercetos malsimos. Pero se contoneaba artesamente por los muros es maravilloso.

    Asinti con la cabeza: Brindemos por ello. Brindamos por ello. Me dijo: Siga. No. Me acabo de dar cuenta de que podra seguir hablando as

    durante horas enteras. Puedo citar todos y cada uno de los versos de los libros de Alicia, y casi todo La caza de Snark. Pero espero y supongo igualmente que no habr venido para orme dar una conferencia sobre Lewis Carroll. La informacin que yo tengo aunque es bastante exhaustiva, es, no obstante, muy .ortodoxa. Tengo la impresin de que la suya no lo es, y me gustara escucharlo.

    Volv a llenar los vasos. Sacudi la cabeza lentamente: Tiene razn, doctor. La informacin que yo, debera decir

    nosotros, tengo es muy poco ortodoxa. Creo que usted tiene los conocimientos y el tipo de mente capaces de asimilarla, y que podr convencerse cuando haya visto las pruebas. Para una menta lidad ms corriente todo esto no seran ms que puras lucubra ciones.

    Cada vez se pona mejor. As que dije: No se pare ahora. Muy bien. Pero antes de seguir debo advertirle, Doctor. Se trata

    de informacin peligrosa. Y no hablo a la ligera ni metaf ricamente. Quiero indicar que existe un gran peligro, un peligro mortal.

    Eso dije yo, me parece maravilloso. Estaba all sentado jugando con el vaso, que todava contena el

    tercer trago, y no me miraba. Me puse a estudiar su rostro. Tena una cara interesante. Aquella nariz larga, afilada, ganchuda, tan incongruente con

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    el resto del cuerpo que podra haber sido postiza, era una nariz digna del mismo Cyrano de Bergerac. Y ahora que le daba la luz, poda apreciar que tena unas profundas arrugas en la comisura de los labios que contorneaban una boca generosa. A primera vista habra dicho que tendra treinta aos y no los cuarenta que declaraba; ahora que estaba estudian do minuciosamente su rostro, me daba cuenta de que no haba exagerado su edad. Haba que rerse mucho y mucho tiempo para tener unas arrugas como aquellas.

    Pero ahora no se rea. Pareca muy serio, y no tena aspecto de chalado. Pero me dijo algo que sonaba totalmente a locura.

    Doctor, ha pensado alguna vez que las fantasas de Lewis Carroll no fueran fantasas en absoluto?

    Quiere decir en el sentido de que la fantasa a menudo est ms cerca de la verdad autntica que la ficcin realista?

    No. Quiero decir que son literal y realmente la verdad. Que no son una ficcin en absoluto, que son un reflejo de la realidad.

    Le mir fijamente: Si crees eso, entonces, quin, o qu, cree que era Lewis Carroll? Sonri levemente, pero no era una sonrisa de diversin. Si de verdad quiere saberlo, y no tiene miedo, podr hacerlo esta

    noche. Hay una reunin cerca de aqu. Quiere venir? Puedo serle franco? Por supuesto. Creo que es una chifladura dije, pero trate de evitar que lo

    haga. A pesar de que va a correr un gran peligro? Naturalmente que iba a ir, hubiera o no peligro. Pero quiz pudiera

    servirme de su insistencia al avisarme para poder sonsa carle. As que le dije:

    Puedo preguntarle qu clase de peligro? Pareci dudar por un instante, y seguidamente sac la cartera y de

    un compartimiento de la misma extrajo un recorte de peri dico, muy corto, de unos tres prrafos. Me lo pas.

    Lo le, reconoc el tipo de letra y de composicin; era un recorte del Bridgeport Argus. Y record entonces que ya lo haba ledo, hara unas dos semanas, porque consider que podra haberlo usado como material de repuesto, y luego decid que no a pesar de que el encabezamiento me haba hecho interesarme. Deca:

    HOMBRE MUERTO POR ANIMAL DESCONOCIDO Los hechos eran sencillos y escasos. Un individuo llamado Colin Hawks que viva en las afueras de Bridgeport, un tipo solitario, haba sido hallado sin vida en la cuneta de un sendero del bosque. Su garganta estaba totalmente

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    desgarrada, y la versin oficial de la polica era que un perro enorme y asilvestrado le haba atacado. Pero el periodista que escriba el artculo apuntaba hacia la posibilidad de que un lobo, o incluso una pantera o un leopardo, que se hubiera escapado de un circo o de un zoolgico fuera la causa de las heridas.

    Dobl el recorte otra vez y se lo devolv a Smith. No tena especial sentido, claro. Es fcil encontrarse con historias similares si uno se pone a buscarlas. Un individuo llamado Charles Fort se haba dedicado a ello encontrando varios miles y publicando al menos cuatro libros, que precisamente estaban en mis estanteras.

    Esta en especial era menos misteriosa que la mayora. En verdad no contena ningn misterio; sin duda alguna un perro salvaje haba sido el causante de la muerte.

    Pero no obstante algo hizo que sintiera un escalofro en la espalda. Era el encabezamiento en realidad, y no el artculo. Es gracioso que

    la palabra desconocido y lo que puede implicar pueden hacer. Si la historia se hubiera titulado Hombre, muerto por un perro salvaje, o por un len, o un cocodrilo, o cualquier otro animal especfico, por peligroso y fiero que fuese, no habra nada en ella que causara temor.

    Pero animal desconocido si se tiene el tipo de imaginacin que yo tengo, se entiende mejor lo que quiero decir. Y si no se tiene, pues no puedo explicarlo.

    Mire a Yehudi Smith justo a tiempo de ver cmo se beba el whisky otra vez como si hiciera un truco mgico. Le devolv el recorte y volv a llenar los vasos. Le dije:

    Es una historia interesante. Pero cul es la relacin? Nuestra ltima reunin fue en Bridgeport. No puedo decirle ms,

    sobre ese asunto, quiero decir. Me ha preguntado sobre la naturaleza del peligro; por eso le he enseado el recorte. Y ahora ya es demasiado tarde para que diga que no. No lo ser, de hecho, hasta que lleguemos all.

    Llegar adonde? A unas pocas millas de aqu. Tengo instrucciones para poder

    llegar a una casa de la carretera de Dartown Pike. Tengo un automvil. Dije yo sin venir a cuento: Yo tambin, pero tiene las ruedas pinchadas. Dos. Reflexion sobre Dartown Pike. Y dije: Por casualidad no querr dirigirse a una casa conocida como

    Wentworth place? As se llama, s. La conoce? En aquel preciso instante y lugar, si hubiera estado completamente

    sobrio, me habra dado cuenta de que todo aquel asunto era demasiado bueno para ser verdad. Deba tener el olfato embotado por el olor a chamusquina. O a sangre.

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    Tendremos que llevar velas o linternas. Esa casa est aban donada desde que yo era nio. Solamos decir que estaba encantada. Es sa la razn por la que la han elegido?

    S, naturalmente. Y se van a reunir ustedes all esta noche? Asinti con la cabeza: A la una de la madrugada para ser exactos. Est seguro de que

    no tendr miedo? Por Dios, claro que s que lo tena. Quin no lo estara des pus del

    panorama que acababa de presentarme? As que le sonre y le dije: Claro que s, tengo miedo. Pero trate de que no vaya. Entonces se me ocurri una idea. Si es que iba a ir a una casa

    encantada a la una de la madrugada a cazar Jabberwocks, o a tratar de invocar al espritu de Lewis Carroll, o alguna cosa por el estilo, no estara de ms ir con alguien al que conociera. Y si Al Grainger aparece... trat de imaginarme si a Al le interesara o no. Era un fantico de Carroll, de acuerdo, pero... no saba mucho ms.

    Una pregunta, seor Smith. Quizs venga dentro de un momento un joven amigo mo a jugar una partida de ajedrez. Me est proponiendo el trato en exclusiva? Es decir, le importara que l viniese tambin si le apetece?

    Cree que rene los requisitos? Depende de cuales sean los requisitos. Para empezar yo dira que

    hay que ser un entusiasta de Lewis Carrol y estar un poco chalado. O, ahora que pienso en ello no viene a ser la misma cosa?

    Se ri. No son cosas muy distintas. Pero cunteme algo de su ami go. Me

    ha dicho que es joven; cuntos aos tiene? Unos veintitrs. Hace poco que ha terminado los estudios. Tiene

    buenos gustos literarios y conocimientos de fondo, lo que quiere decir que conoce y le gusta Carroll. Puede hacer citas de casi tantas partes de su obra como yo. Juega al ajedrez, si es que eso es un requisito y me parece que nada ms. Dodgson no solamente jugaba al ajedrez, sino que bas A travs del espejo en una partida de ajedrez. Se llama, por si tiene importancia, Al Grainger.

    Le gustara venir? Francamente admit, no tengo la menor idea. Smith me dijo: Espero que venga; si es un admirador de Carroll, me gusta ra

    conocerlo. Pero si viene, me har el favor de no decirle nada sobre lo que le he dicho, al menos hasta que haya tenido oportunidad para juzgarle. Francamente, sera algo sin precedentes el que me tomase la libertad de

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    invitar a alguien a una reunin tan importante como la de esta noche de motu propio. A usted se le invita porque sabemos unas cuantas cosas suyas. Se vot que fuera, y quizs convenga decirle que el voto fue unnime.

    Record su familiaridad con aquellas cosas oscuras sobre Le wis Carrol que haba escrito haca tanto tiempo, y no puse en du da que l, o ellos si en verdad representaba a un grupo de personas, saban unas cuantas cosas sobre m.

    Pero, bueno, si tengo oportunidad de conocerle y creo que se ajusta a las normas, quizs me arriesgue y le invite. Me puede contar algo ms sobre l? A qu se dedica quiero decir, de qu vive?

    Eso era difcil de contestar. Le dije: Bueno, pues escribe obras de teatro. Pero no creo que viva de eso;

    en realidad no creo que haya conseguido colocar ninguna. Es el pequeo misterio de Carmel City. Ha vivido aqu toda la vida, con excepcin del perodo universitario, y nadie sabe de dnde saca el dinero. Tiene un coche tremendo y casa propia, viva all con su madre hasta que sta muri hace unos aos, y parece tener mucho dinero para gastos, pero nadie sabe de donde sale. Sonre. Y todo Carmel City anda muy revuelto por no saberlo. Y sabe como son los pueblos pequeos.

    Asinti. No sera lgico pensar que ha heredado el dinero? Desde cierto punto de vista, s. Pero no parece muy proba ble. Su

    madre era sombrerera y trabaj toda la vida y ni siquiera lleg a tener tienda propia. En el pueblo, recuerdo, la gente se preguntaba como poda tener casa propia y pagarle estudios a su hijo con lo que ganaba. Pero resulta imposible el hecho de que pudiera haber ganado lo suficiente para admitir eso y adems haber dejado dinero suficiente para que l viviera ocioso. Bueno, puede que escribir teatro no sea vivir ocioso, pero no es una actividad muy remunerativa salvo que uno venda las obras durante tantos aos.

    Me encog de hombros, y segu explicando: Pero probablemente no haya misterio alguno. Quiz ella tena

    buenas rentas de las inversiones de su marido, y Al habr he redado la renta o el capital del que se extraa. Probablemente no habla de sus asuntos porque le gusta ser misterioso.

    Su padre era rico? Su padre muri antes de que l naciera y antes de que la seora

    Grainger viniera a vivir a Carmel City. As que aqu nadie conoca a su padre. Y me parece que es todo lo que puedo contar sobre Al Grainger, salvo que adems me gana casi siempre al ajedrez, y espero que tenga oportunidad de conocerlo.

    Smith asinti:

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    Si viene, ya veremos. Ech una mirada al vaso vaco, y yo me di por aludido y se lo

    rellen y llen el mo. Volv a fijarme en la manera increble que ten a de beber, totalmente fascinado. Puedo jurar que esta vez el vaso no estuvo a menos de seis pulgadas de la boca. Definitivamente era un truco que tena que aprender. Al menos aunque no fuera por otra razn porque no me gusta el sabor del whisky, aunque disfrute con sus efectos. Con aquella forma de beberlo, no pareca posible que hubiera oportunidad de saborearlo. Estaba en el vaso, y a continuacin desapareca. Ni siquiera pareca que mova la nuez, y si hablaba a la vez que beba, apenas pareca interrumpirse.

    Son el telfono, me excus, y contest. Doc me dijo la voz, soy Clyde Andrews. Bien. Supongo que te habrs dado cuenta de que me has sa-

    boteado el nmero de esta semana al cancelarme la noticia de primera pgina. Qu pasa ahora?

    Lo siento, Doc, si te ha causado inconvenientes, pero como la subasta fue anulada, supuse que no te gustara publicarlo y que luego viniera la gente y...

    Naturalmente le interrump, impaciente por reanudar la conversacin con Yehudi Smith. No pasa nada, Clyde. Qu quieres esta vez?

    Me gustara saber si ya has decidido si quieres o no quieres vender el Clarion.

    Durante un segundo me puse absurdamente furioso. Le dije: Maldita sea, Clyde, vienes a interrumpirme la nica conver sacin

    interesante que he tenido desde hace aos para preguntarme lo que llevamos meses discutiendo. Qu si quiero o no? No lo s. Quiero y no quiero venderlo.

    Perdona por molestarte. Doc, pero acaban de entregarme una carta urgente de mi hermano de Ohio. Le han hecho una oferta en el Oeste. Me dice que le gustara venir a Carmel City de acuerdo con la propuesta que le hice, siempre que tu me vendieras el Clarion, naturalmente. Pero me dice que tiene que aceptar ya la otra oferta, que tiene dos das para contestar si es que la acepta. As que ya ves que esta vez es por algo distinto, Doc. Tengo que saberlo. No necesariamente esta noche; tampoco hay tantsima prisa. Pero tengo que saberlo para maana, as que pens que si te llamaba podra conseguir que te decidieras de una vez.

    Asent con la cabeza y me di cuenta de que no poda verme, as que le dije:

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    De acuerdo, Clyde, lo pensar. Siento haberme puesto as. Bien, ya lo tendr claro maana por la maana. Te dir lo que decido en cualquier sentido que sea para que puedas actuar en consecuencia. Vale?

    Muy bien. Hay tiempo de sobra. Ah, por cierto, hay una pequea noticia si no es demasiado tarde para que la incluyas. O ya lo sabes?

    S s el qu. Lo del loco que se ha escapado. No se los detalles, pero un amigo

    mo que acaba de llegar en coche de Neilsville me ha dicho que hay controles de carretera en ambos lados de la del ma nicomio del estado. Supongo que te darn detalles si llamas al manicomio.

    Gracias Clyde. Colgu el telfono y mir a Yehudi Smith. Me preguntaba porqu,

    despus de haber odo aquella coleccin de fantasas que me haba contado, no me habra dado cuenta antes.

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    CAPTULO CUATRO

    Pero espera un poco, exclamo la Ostra, antes de que empecemos a charlar; porque algunos estamos sin aliento, y todos estamos muy gordos!

    Me sent totalmente desinflado. No es que me hubiera credo de verdad lo de las Hojas Vorpales, o que bamos a ir a una casa encantada a conjurar a un Jabberwock, o a sabe Dios qu.

    Pero haba sido muy interesante pensar en ello, al igual que uno puede sentirse absorto jugando al ajedrez aunque sepa que los reyes y reinas del tablero no son entidades reales, y que cuando un alfil se come un caballo en realidad no hay derramamiento de sangre. Sospecho que haba sido aquel tipo de excitacin, excitacin bastarda, la que haba sentido ante las cosas que me contaba Yehudi Smith. O quizs sera mejor la comparacin diciendo que haba sido como leer una historia de ficcin que uno sabe que es falsa pero que es verosmil mientras la narracin se extiende.

    Ahora no haba ni eso. Delante de mi, me di cuenta con terri ble desilusin, no haba ms que un hombre que se haba escapado de un manicmio. Yehudi, un hombrecillo que no estaba all mentalmente.

    Lo que era divertido era que todava me gustaba. Era un tipejo agradable que me haba proporcionado media hora fascinante, hasta el momento. No ,me gustaba pensar que tendra que entregarlo a los loqueros para que lo llevasen al sitio de donde haba salido.

    Bueno, pens, por lo menos me ha proporcionado una noticia para llenar el hueco de nueve pulgadas de la primera pgina del Clarion.

    Me dijo: Espero que la llamada no nos estropee los planes, doctor. Ya haba estropeado algo ms, pero naturalmente no iba a de -

    crselo, como tampoco poda decirle a Clyde Andrews cuando llam por telfono, delante de Smith, que llamase al manicmio y que les dijera que se pasaran por mi casa si queran recoger al chiflado que se haba fugado.

    As que sacud la cabeza cuando me puse a pensar cmo salir de la casa para poder llamar por telfono desde la de algn vecino.

    Me levant. Quizs estuviese un poco ms bebido de lo que crea, porque tuve que mantener el equilibrio. Me acuerdo de lo cristalinamente que tena el cerebro, aunque nada hay tan crista linamente claro como un prisma que te hace mirar como volviendo esquinas.

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    No, la llamada no interrumpir nuestros planes, salvo por unos minutos. Tengo que dar un recado aqu al lado. Excseme, y srvase otro whisky.

    Cruc la cocina y sal fuera a la negrura de la noche. Haba luces en las casas de al lado y me pregunt a qu vecino deba molestar. Y entonces me pregunt porqu tena tanta prisa por molestarlos.

    En realidad, reflexion, aquel hombre que deca llamarse Ye hudi Smith no era peligroso. Y, loco o no, era el hombre ms interesante con el que me encontraba desde haca aos. Pareca saber algo sobre Lewis Carrol. Y record otra vez que conoca mis oscursimos artculos y monografas. Cmo?

    As, al pensar en ello, decid que quiz fuera mejor dejar la llamada para dentro de una hora o tiempo similar, relajarme y divertirme. Ahora ya se me haba pasado la desilusin que haba tenido al saber que estaba loco, y por qu no iba a encontrar su charla tan interesante como si fuera real y cierta?

    Interesante de otra forma, claro. A veces haba pensado que me gustara tener oportunidad de hablar con un paranoico de sus ilusiones, sin tener que estar de acuerdo o en desacuerdo, si no nicamente a ver si yo era capaz de darme cuenta de que es lo que lo haca desbarrar.

    Y la tarde acababa de empezar; no poda ser ms all de las ocho y media, as que los vecinos todava estaran levantados por lo menos una o dos horas ms.

    As que por qu tena prisa por llamar? No tena ninguna. Por supuesto tuve que hacer tiempo all fuera para hacer razo -

    nablemente creble el hecho de que hubiera ido hasta casa del vecino a dar un recado, por tanto me qued all en las escaleras de atrs, contemplando un cielo de terciopelo negro, henchido de estrellas relucientes, pero sin luna, y pensando en qu habra ms all y en por qu los locos estaban locos. Y en cuan extrao sera que uno de ellos fuera el cuerdo y todos los dems fusemos los locos.

    Entonces volv dentro y fui lo bastante cobarde para hacer una cosa ridcula. De la cocina fui hasta mi habitacin y all abr el armario. En una caja de zapatos que haba en el estan te de arriba del todo haba un revlver de calibre treinta y ocho, uno de esos cortos y ligeros que se llaman Banker's Special. Nunca le haba disparado a nada y esperaba no tener que hacerlo nunca, y tampoco tena idea de si le podra pegar a algo ms pequeo que un elefante o a algo que estuviera a ms de dos metros. Ni siquiera me gustan las armas. sta no la haba comprado, sino que un conocido al que le haba prestado veinte dlares me la dej en prenda. Y como luego vino a pedir otros cinco, me dijo que si se los daba me poda quedar con el revlver. Yo no lo quera para nada, pero l si que quera los cinco, as que se los di.

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    Estaba cargado con balas que ya tena cuando cerramos el tra to unos cuatro o cinco aos antes, y ni siquiera saba si a n disparara o no, pero me lo met en el bolsillo del pantaln. Tampoco lo usara, claro est, salvo en caso de imperiosa necesidad, y adems seguro que fallara el blanco, pero se me ocurri que si llevaba la pistola la conversacin que me esperaba sera ms peligrosa e interesante, mucho ms que de otro modo.

    Entr en la sala y segua all. No se haba puesto un trago, as que serv uno para cada uno y me sent otra vez en el sof.

    Levant mi vaso y por encima del borde volv a verle hacer aquel truco maravilloso, un tirn del vaso hacia los labios. Me beb el mo menos espectacularmente, y le dije:

    Me gustara tener una cmara para filmar la manera en que lo hace y luego estudiarla a cmara lenta.

    Se ri. Me temo que es la forma que tengo de llamar la atencin. Antes

    me dedicaba al malabarismo. Y ahora? Si no le molesta la pregunta. Soy un estudioso. Un estudioso de Lewis Carrol y de mate-

    mticas. Y se puede vivir con eso? le pregunt. Dud durante un instante. Le importara que le contestase hasta que haya visto, lo que sin

    duda ver, en la reunin de esta noche? Naturalmente no habra reunin ninguna aquella noche; aho ra ya

    lo saba. Pero le dije: Claro que no. Pero espero que no querr decir que no podemos

    hablar de Carroll, en general, hasta despus de la reunin. Esper que me contestase adecuadamente; habra querido de cir que

    poda hacerle seguir hablando de su mana. Me dijo: Claro que no. De hecho quiero hablar de l. Me gustara poder

    comunicarle ciertos hechos que le permitirn comprender mejor las cosas. Algunos ya los conocer, pero quiero refrescrselos un poco. Por ejemplo, las fechas. Me ha dicho casi correctamente su fecha de nacimiento y muerte. Conoce no obstante las fechas de los libros de Alicia, o de cualquiera otra de las obras? Su secuencia temporal es importante.

    Con exactitud no. Creo que escribi el primer libro de Alicia cuando an era relativamente joven, cuando andaba por los treinta.

    Por poco. Tena treinta y dos. Alicia en el pas de las maravillas se public en mil ochocientos sesenta y tres, pero ya antes haba emprendido la pista tras algo. Sabe lo que haba publicado antes?

    Sacud la cabeza.

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    Dos libros. Haba escrito y publicado Programa de geometra de planos en mil ochocientos sesenta, y al ao siguiente su Frmu las de trigonometra de planos. Ha ledo alguno?

    Tuve que volver a sacudir la cabeza. Le contest Las matemticas no son mi fuerte. No he ledo ms que los libros que no son tcnicos.

    Sonri, y me dijo: No hay ninguno. Lo nico que pasa es que no ha sido capaz de

    advertir la matemtica que se contiene en los libros de Alicia y en la poesa. Estoy seguro de que sabe que muchos de sus poemas son acrsticos.

    S, claro. Todo son acrsticos pero de forma ms sutil. No obstante me

    doy cuenta de que no ha podido dar con la clave ya que no ha ledo los tratados de matemtica. Yo me supongo que no habr ledo el Tratado elemental sobre los determinantes. Ha ledo las Curiosidades matemticas?

    No me gustaba tener que desilusionarle otra vez, pero tena que hacerlo. Me frunci el ceo:

    Por lo menos debera haber ledo se. No es tcnico en absoluto, y la mayora de las claves para entender los de fantasas estn en l. Hay an ms, y concluyentes, referencias en la Lgica simblica, publicado en mil ochocientos noventa y seis, apenas dos aos antes de su muerte, pero son menos directas.

    Espere un momento. Si le entiendo bien, su tesis es que Le-wis Carroll, y dejemos aparte la pregunta de quin o qu fue, se dedicaba a la matemtica y expresaba por medio de la fantasa el hecho de... qu?

    De que hay otro plano de existencia adems de ste en el que estamos viviendo ahora. Que podemos, y a veces lo hacemos, tener acceso a l.

    Pero qu clase de plano? Un plano de fantasa a travs del espejo, un plano onrico?

    Exacto, doctor. Un plano onrico. No es una expresin totalmente adecuada, pero es la ms prxima que puedo dar para ex plicarlo por el momento se inclin hacia adelante. Considere lo que son los sueos. Acaso no son un paralelismo perfecto de las aventuras de Alicia? La escena del agua y la lana, por ejemplo, en la que cualquier cosa a la que Alicia mira se convierte en otra diferente. Acurdese de la tienda en la que haba una anciana oveja tejiendo, de cmo Alicia fijaba la vista en los estantes para ver lo que mostraban, pero el estante que miraba estaba siempre vaco aunque todos los dems estaban llenos de algo, y no tuvo modo de saber de qu.

    Asent lentamente con la cabeza, y le dije:

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    Me parece que el comentario que hace es Las cosas no paran de moverse aqu. Y entonces la oveja le pregunt a Alicia si saba remar, y se dio dos agujas de tejer, y las agujas se conviertieron en remos al cogerlas en las manos y estaba en una barca junto a la oveja que segua tejiendo.

    Exactamente, doctor. Una secuencia onrica perfecta. Y considere que Jabberwock, que es probablemente lo mejor del segundo libro de Alicia, est escrito en el autntico lenguaje de los sueos. Est lleno de palabras como frumioso, manxomo, tulgeloso, palabras que proporcionan una imagen perfecta en un contexto, pero nos es imposible saber cul es el contexto. En un sueo se pueden entender perfectamente sus significados, pero uno los olvida en cuanto despierta.

    Entre manxomo y tulgeloso, se tom aquella ltima copa. No le serv otra vez; comenzaba a preguntarme cunto aguantara la botella, o nosotros. Pero no dio evidencias de sufrir los efectos de las copas que habamos estado trasegando. No puedo decir lo mismo respecto a m mismo. Saba que ya tena la voz un poco pastosa. Le dije:

    Pero para qu hace falta postular la realidad de ese mundo? Puedo entender sus argumentos en el resto de los puntos. El Jab-berwock es el eptome de las criaturas onricas de pesadilla, con ojos que echan fuego, y mandbulas que devoran, y las garras que hacen presa, y que resopla y borbotea, vaya, ni Freud y James Joyce juntos podran haberlo hecho mejor. Pero por qu hay que suponer que Lewis Carroll no trataba simplemente, y con gran xito por cierto, de escribir como si fuera un sueo. Por qu hay que admitir que ese mundo sea real? Por qu hay que hablar de tratar de llegar a l, salvo, claro, en el sentido de que lo invadimos cada noche en nuestros sueos?

    Sonri: Porque ese mundo es real, doctor. Oir pruebas suficientes esta

    noche, pruebas matemticas. Y espero, tendr adems prue bas factuales y reales. Yo ya he visto esas pruebas, y espero que tambin usted las vea. Pero por lo menos ver los clculos y le explicarn cmo se derivan de Curiosidades matemticas y cmo aparecen probados y corroborados en el resto de los libros. Carroll viva un siglo por delante del suyo, doctor. Ha ledo algo de los experimentos recientes sobre el subconsciente hechos por Leibnitz y Winton, sobre los sensores que dirigen en la direccin adecuada, que es la aproximacin matemtica?

    Confes que no haba odo hablar ni de Leibnitz ni de Winton. Pues son poco conocidos en realidad concedi Smith. Ver,

    solo recientemente, con la excepcin de Carroll, se ha considerado poder alcanzar, sigamos llamndolo el plano onrico hasta que le haya demostrado lo que es en realidad, de forma f sica el objetivo al igual que de forma mental.

  • FREDRIC BROWN

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    Cmo Lewis Carroll lo alcanz? Como debe haberlo hecho, para saber las cosas que saba. Cosas

    tan revolucionarias y peligrosas que no se atrevi a revelar abiertamente. Durante un instante pasajero me pareca todo tan razonable que

    me pregunt si podra ser verdad. Porqu no? Por qu no poda haber otras dimensiones adems de la nuestra? Por qu un sagaz matemtico con un cerebro excepcional no podra haber encontrado el camino hasta uno de ellos?

    En mi cabeza maldije a Clyde Andrews por haberme contado lo del fugado del manicmio. Si no hubiera sabido aquello, sera una tarde maravillosa de verdad. Incluso sabiendo que Smith es taba loco, me encontr, quizs con ayuda del whisky, preguntndome si no tendra razn. Hubiera sido maravilloso no saber que era un demente para poder dejar de cuestionarlo y para poder ponerme a cavilar. Habra sido una velada en el pas de las maravillas.

    Y, cuerdo o chalado, me gustaba. Cuerdo o chalado, figurativa mente era un miembro de la seccin en la que trabajaba literal mente el marido de la seora C