breton, andre - primer manifiesto surrealista

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  • 5/26/2018 Breton, Andre - Primer Manifiesto Surrealista

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    Primer manifiesto surrealistaPrimer manifiesto surrealista

    Andr Breton

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    Primer Manifiesto Surrealista Andr Breton

    Tanta fe se tiene en la vida, en la vida en su aspecto ms precario, en la vida real, naturalmente,que la fe acaba por desaparecer. El hombre, soador sin remedio, al sentirse de da en da msdescontento de su sino, examina con dolor los objetos que le han enseado a utilizar, y que haobtenido al travs de su indiferencia o de su inters, casi siempre al travs de su inters, ya queha consentido someterse al trabajo o, por lo menos no se ha ne!ado a aprovechar lasoportunidades... "#o que l llama oportunidades$ %uando lle!a a este momento, el hombre es

    profundamente modesto& sabe c'mo son las mujeres que ha posedo, sabe c'mo fueron lasrisibles aventuras que emprendi', la riqueza y la pobreza nada le importan, y en este aspecto elhombre vuelve a ser como un nio recin nacido( y en cuanto se refiere a la aprobaci'n de suconciencia moral, reconozco que el hombre puede prescindir de ella sin !randes dificultades. )ile queda un poco de lucidez, no tiene ms remedio que diri!ir la vista hacia atrs, hacia suinfancia que siempre le parecer maravillosa, por mucho que los cuidados de sus educadores lahayan destrozado. En la infancia la ausencia de toda norma conocida ofrece al hombre la

    perspectiva de m*ltiples vidas vividas al mismo tiempo( el hombre hace suya esta ilusi'n( s'lo leinteresa la facilidad momentnea, extremada, que todas las cosas ofrecen. Todas las maanas losnios inician su camino sin inquietudes. Todo est al alcance de la mano, las peorescircunstancias materiales parecen excelentes. #uzca el sol o est ne!ro el cielo, siemprese!uiremos adelante, jams dormiremos.

    +ero no se lle!a muy lejos a lo lar!o de este camino( y no se trata solamente de una cuesti'n dedistancia. #as amenazas se acumulan, se cede, se renuncia a una parte del terreno que se debaconquistar. quella ima!inaci'n que no reconoca lmite al!uno ya no puede ejercerse sinodentro de los lmites fijados por las leyes de un utilitarismo convencional( la ima!inaci'n no

    puede cumplir mucho tiempo esta funci'n subordinada, y cuando alcanza aproximadamente la

    edad de veinte aos prefiere, por lo !eneral, abandonar al hombre a su destino de tinieblas.

    +ero si ms tarde el hombre, fuese por lo que fuere, intenta enmendarse al sentir que poco a pocovan desapareciendo todas las razones para vivir, al ver que se ha convertido en un ser incapaz deestar a la altura de una situaci'n excepcional, cual la del amor, difcilmente lo!rar su prop'sito.- ello es as por cuanto el hombre se ha entre!ado, en cuerpo y alma al imperio de unasnecesidades prcticas que no toleran el olvido. Todos los actos del hombre carecern de altura,todas sus ideas, de profundidad. e todo cuanto le ocurra o cuanto pueda lle!ar a ocurrirle, elhombre solamente ver aquel aspecto del conocimiento que lo li!a a una multitud deacontecimientos parecidos, acontecimientos en los que no ha tomado parte, acontecimientos que

    se ha perdido. /s a*n, el hombre juz!ar cuanto le ocurra o pueda ocurrirle ponindolo enrelaci'n con uno de aquellos acontecimientos *ltimos, cuyas consecuencias sean mstranquilizadoras que las de los dems. 0ajo nin!*n pretexto sabr percibir su salvaci'n.

    mada ima!inaci'n, lo que ms amo en ti es que jams perdonas.

    1nicamente la palabra libertad tiene el poder de exaltarme. /e parece justo y bueno mantenerindefinidamente este viejo fanatismo humano. )in duda al!una, se basa en mi *nica aspiraci'nle!tima. +ese a tantas y tantas des!racias como hemos heredado, es preciso reconocer que se nosha le!ado una libertad espiritual suma. nosotros corresponde utilizarla sabiamente. 2educir laima!inaci'n a la esclavitud, cuando a pesar de todo quedar esclavizada en virtud de aquello quecon !rosero criterio se denomina felicidad, es despojar a cuanto uno encuentra en lo ms hondo

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    Primer Manifiesto Surrealista Andr Breton

    de s mismo del derecho a la suprema justicia. Tan s'lo la ima!inaci'n me permite lle!ar a saberlo que puede lle!ar a ser, y esto basta para miti!ar un poco su terrible condena( y esto bastatambin para que me abandone a ella, sin miedo al en!ao 5como si pudiramos en!aarnos

    todava ms6. 7En qu punto comienza la ima!inaci'n a ser perniciosa y en qu punto deja deexistir la se!uridad del espritu8 7+ara el espritu, acaso la posibilidad de errar no es sino unacontin!encia del bien8

    9ueda la locura, la locura que solemos recluir, como muy bien se ha dicho. Esta locura o laotra... Todos sabemos que los locos son internados en mritos de un reducido n*mero de actosreprobables, y que, en la ausencia de estos actos, su libertad 5y la parte visible de su libertad6 nosera puesta en tela de juicio. Estoy plenamente dispuesto a reconocer que los locos son, en ciertamedida, vctimas de su ima!inaci'n, en el sentido que sta le induce quebrantar ciertas re!las,re!las cuya trans!resi'n define la calidad de loco, lo cual todo ser humano ha de procurar saber

    por su propio bien. )in embar!o, la profunda indiferencia de los locos dan muestra con respectoa la crtica de que les hacemos objeto, por no hablar ya de las diversas correcciones que lesinfli!imos, permite suponer que su ima!inaci'n les proporciona !randes consuelos, que !ozan desu delirio lo suficiente para soportar que tan s'lo ten!a validez para ellos. -, en realidad, lasalucinaciones, las visiones, etctera, no son una fuente de placer despreciable. #a sensualidadms culta !oza con ella, y me consta que muchas noches acariciara con !usto aquella lindamano que, en las *ltimas p!inas de LIntelligence, de Taine, se entre!a a tan curiosas fechoras./e pasara la vida entera dedicado a provocar las confidencias de los locos. )on como la !entede escrupulosa honradez, cuya inocencia tan s'lo se pude comparar a la ma. +ara poderdescubrir mrica, %ol'n tuvo que iniciar el viaje en compaa de locos. - ahora podis ver queaquella locura dio frutos reales y duraderos.

    :o ser el miedo a la locura lo que nos obli!ue a bajar la bandera de la ima!inaci'n.

    espus de haber instruido proceso a la actitud materialista, es imperativo instruir proceso a laactitud realista. qulla, ms potica que sta, desde lue!o, presupone en el hombre un or!ullomonstruoso, pero no comporta una nueva y ms completa frustraci'n. Es conveniente ver antetodo en dicha escuela bienhechora reacci'n contra ciertas risibles tendencias del espiritualismo.-, por fin, la actitud materialista no es incompatible con cierta elevaci'n intelectual.

    %ontrariamente, la actitud realista, inspirada en el positivismo, desde )anto Toms a natole

    ;rance, me parece hostil a todo !nero de elevaci'n intelectual y moral. #e ten!o horror porconsiderarla resultado de la mediocridad, del odio, y de vacos sentimientos de suficiencia. Estaactitud es la que ha en!endrado en nuestros das esos libros ridculos y esas obras teatralesinsultantes. )e alimenta incesantemente de las noticias periodsticas, y traiciona a la ciencia y alarte, al buscar hala!ar al p*blico en sus !ustos ms rastreros( su claridad roza la estulticia, y esta altura perruna. Esta actitud lle!a a perjudicar la actividad de las mejores inteli!encias, ya que laley del mnimo esfuerzo termina por imponerse a stas, al i!ual que a las dems. . finde proceder a aislar los elementos esenciales, /. +aul ?alry propuso recientemente laformaci'n de una antolo!a en la que se reuniera el mayor n*mero posible de novelas primerizas

    cuya insensatez esperaba alcanzase altas cimas. En esta antolo!a tambin fi!uraran obras de los

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    autores ms famosos. Esta es una idea que honra a +aul ?alry, quien no hace mucho mease!uraba, en ocasi'n de hablarme del !nero novelstico que siempre se ne!ara a escribir lasi!uiente frase& la marquesa sali' a las cinco. +ero, 7ha cumplido la palabra dada8

    )i reconocemos que el estilo pura y simplemente informativo, del que la frase antes citadaconstituye un ejemplo, es casi exclusivo patrimonio de la novela, ser preciso reconocer tambinque sus autores no son excesivamente ambiciosos. El carcter circunstanciado, in*tilmente

    particularista de cada una de sus observaciones me induce a sospechar que tan s'lo pretendendivertirse a mis expensas. :o me permiten tener siquiera la menor duda acerca de los personajes&7ser este personaje rubio o moreno8 7%'mo se llamar8 7#e conoceremos en verano...8 Todasestas interro!antes quedan resueltas de una vez para siempre, a la buena de ios( no me quedams libertad que la de cerrar el libro, de lo cual no suelo privarme tan pronto lle!o a la primera

    p!ina de la obra, ms o menos. "- las descripciones$ En cuanto a vaciedad, nada hay que se lespueda comparar( no son ms que superposiciones de im!enes de catlo!o, de las que el autor sesirve sin limitaci'n al!una, y aprovecha la ocasi'n para poner bajo mi vista sus tarjetas postales,

    buscando que juntamente con l fije mi atenci'n en los lu!ares comunes que me ofrece&

    La pequea estancia a la que hicieron pasar al joen ten!a las paredes cubiertas de papel

    amarillo" en las entanas hab!a geranios # estaban cubiertas con cortinillas de muselina$ el sol

    poniente lo iluminaba todo con su lu% cruda& 'n la habitaci(n no hab!a nada digno de ser

    destacado& Los muebles de madera blanca eran mu# iejos& )n di*n de alto respaldo inclinado$

    ante el di*n una mesa de tablero oalado$ un laabo # un espejo adosados a un entrepao$

    unas cuantas sillas arrimadas a las paredes$ dos o tres grabados sin alor que representaban a

    unas seoritas alemanas con p*jaros en las manos&&& A eso se reduc!a el mobiliario&5A6

    :o estoy dispuesto a admitir que la inteli!encia se ocupe, siquiera de paso, de semejantes temas.Babr quien di!a que esta parvularia descripci'n est en el lu!ar que le corresponde, y que eneste punto de la obra el autor tena sus razones para atormentarme. +ero no por eso dej' de

    perder el tiempo, porque yo en nin!*n momento he penetrado en tal estancia. #a pereza, la fati!ade los dems no me atraen. %reo que la continuidad de la vida ofrece altibajos demasiadocontrastados para que mis minutos de depresi'n y de debilidad ten!an el mismo valor que mismejores minutos. 9uiero que la !ente se calle tan pronto deje de sentir. - quede bien claro queno ataco la falta de ori!inalidad por la falta de ori!inalidad. /e he limitado a decir que no dejoconstancia de los momentos nulos de mi vida, y que me parece indi!no que haya hombres queexpresen los momentos que a su juicio son nulos. +ermitidme que me salte la descripci'n arriba

    reproducida, as como muchas otras.

    - ahora lle!amos a la psicolo!a, tema sobre el que no tendr el menor empacho en bromear unpoco.

    El autor co!e un personaje, y, tras haberlo descrito, hace pere!rinar a su hroe a lo lar!o y anchodel mundo. +ase lo que pase, dicho hroe, cuyas acciones y reacciones han sido admirablemente

    previstas, no debe comportarse de un modo que discrepe, pese a revestir apariencias dediscrepancia, de los clculos de que ha sido objeto. unque el oleaje de la vida cause laimpresi'n de elevar al personaje, de revolcarlo, de hundirlo, el personaje siempre ser aquel tipo

    humano previamente formado. )e trata de una simple partida de ajedrez que no despierta mi

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    inters, porque el hombre, sea quien sea, me resulta un adversario de escaso valor. #o que nopuedo soportar son esas lamentables disquisiciones referentes a tal o mal ju!ada, cuando ello nocomporta !anar ni perder. - si el viaje no merece las alforjas, si la raz'n objetiva deja en el ms

    terrible abandono 3y esto es lo que ocurre3 a quien la llama en su ayuda, 7no ser mejorprescindir de tales disquisiciones8 =#a diversidad es tan amplia que en ella caben todos los tonosde voz, todos los modos de andar, de toser, de sonarse, de estornudar...>546 )i un racimo de uvasno contiene dos !ranos semejantes, 7a santo de qu describir un !rano en representaci'n de otro,un !rano en representaci'n de todos, un !rano que, en virtud de mi arte, resulte comestible8 #ainsoportable mana de equiparar lo desconocido a lo conocido, a lo clasificable, domina loscerebros. El deseo de anlisis impera sobre los sentimientos5@6. e ah nacen lar!as exposicionescuya fuerza persuasiva radica tan s'lo en su propio absurdo, y que tan s'lo lo!ran imponerse allector, mediante el recurso a un vocabulario abstracto, bastante va!o, ciertamente. )i con elloresultara que las ideas !enerales que la filosofa se ha ocupado de estudiar, hasta el presentemomento, penetrasen definitivamente en un mbito ms amplio, yo sera el primero en

    ale!rarme. +ero no es as, y todo queda reducido a un simple discreteo( por el momento, losras!os de in!enio y otras !alanas habilidades, en vez de dedicarse a jue!os inocuos consi!omismas, ocultan a nuestra visi'n, en la mayora de los casos, el verdadero pensamiento que, a suvez, se busca a s mismo. %reo que todo acto lleva en s su propia justificaci'n, por lo menos encuanto respecta a quien ha sido capaz de ejecutarlo( creo que todo acto est dotado de un poderde irradiaci'n de luz al que cualquier !losa, por li!era que sea, siempre debilitar. El solo hechode que un acto sea !losado determina que, en cierto modo, este acto deje de producirse. Eladorno del comentario nin!*n beneficio produce al acto. #os personajes de )tendhal quedanaplastados por las apreciaciones del autor, apreciaciones ms o menos acertadas pero que ennada contribuyen a la mayor !loria de los personajes, a quienes verdaderamente descubrimos enel instante en que escapan del poder de )tendhal.

    Todava vivimos bajo el imperio de la l'!ica, y precisamente a eso quera lle!ar. )in embar!o,en nuestros das, los procedimientos l'!icos tan s'lo se aplican a la resoluci'n de problemas deinters secundario. #a parte de racionalismo absoluto que todava solamente puede aplicarse ahechos estrechamente li!ados a nuestra experiencia. %ontrariamente, las finalidades de orden

    puramente l'!ico quedan fuera de su alcance. Buel!a decir que la propia experiencia se ha vistosometida a ciertas limitaciones. #a experiencia est confinada en una jaula, en cuyo interior davueltas y vueltas sobre s misma, y de la que cada vez es ms difcil hacerla salir. #a l'!icatambin, se basa en la utilidad inmediata, y queda prote!ida por el sentido com*n. )o pretexto decivilizaci'n, con la excusa del pro!reso, se ha lle!ado a desterrar del reino del espritu cuanto

    pueda clasificarse, con raz'n o sin ella, de superstici'n o quimera( se ha lle!ado a proscribirtodos aquellos modos de investi!aci'n que no se conformen con los imperantes. l parecer, tans'lo al azar se debe que recientemente se haya descubierto una parte del mundo intelectual, que,a mi juicio, es, con mucho, la ms importante y que se pretenda rele!ar al olvido. esterespecto, debemos reconocer que los descubrimientos de ;reud han sido de decisiva importancia.%on base en dichos descubrimientos, comienza al fin a perfilarse una corriente de opini'n, acuyo favor podr el explorador avanzar y llevar sus investi!aciones a ms lejanos territorios, alquedar autorizado a dejar de limitarse *nicamente a las realidades ms someras. 9uiz hayalle!ado el momento en que la ima!inaci'n est pr'xima a volver a ejercer los derechos que lecorresponden. )i las profundidades de nuestro espritu ocultan extraas fuerzas capaces deaumentar aquellas que se advierten en la superficie, o de luchar victoriosamente contra ellas, es

    del mayor inters captar estas fuerzas, captarlas ante todo para, a continuaci'n, someterlas al

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    dominio de nuestra raz'n, si es que resulta procedente. %on ello, incluso los propios analistas noobtendrn sino ventajas. +ero es conveniente observar que no se ha ideado a priori nin!*nmtodo para llevar a cabo la anterior empresa, la cual, mientras no se demuestre lo contrario,

    puede ser competencia de los poetas al i!ual que de los sabios, y que el xito no depende de loscaminos ms o menos caprichosos que se si!an.

    %on toda justificaci'n, ;reud ha proyectado su labor crtica sobre los sueos, ya que,efectivamente, es inadmisible que esta importante parte de la actividad psquica haya merecido,

    por el momento, tan escasa atenci'n. - ello es as por cuanto el pensamiento humano, por lomenos desde el instante del nacimiento del hombre hasta el de su muerte, no ofrece soluci'n decontinuidad al!una, y la suma total de los momentos de sueo, desde un punto de vista temporal,y considerando solamente el sueo puro, el sueo de los perodos en que el hombre duerme, noes inferior a la suma de los momentos de realidad, o, mejor dicho, de los momentos de vi!ilia. #aextremada diferencia, en cuanto a importancia y !ravedad, que para el observador ordinarioexiste entre los acontecimientos en estado de vi!ilia y aquellos correspondientes al estado desueo, siempre ha sido sorprendente. s es debido a que el hombre se convierte, principalmentecuando deja de dormir, en ju!uete de su memoria que, en el estado normal, se complace enevocar muy dbilmente las circunstancias del sueo, a privar a ste de toda trascendencia actual,y a situar el *nico punto de referencia del sueo en el instante en que el hombre cree haberloabandonado, unas cuantas horas antes, en el instante de aquella esperanza o de aquella

    preocupaci'n anterior. El hombre, al despertar, tiene la falsa idea de emprender al!o que vale lapena. +or esto, el sueo queda rele!ado al interior de un parntesis, i!ual que la noche. -, en!eneral, el sueo, al i!ual que la noche, se considera irrelevante. Este sin!ular estado de cosasme induce a al!unas reflexiones, a mi juicio, oportunas&

    A. entro de los lmites en que se produce 5o se cree que se produce6, el sueo es, se!*n todas lasapariencias, continuo con trazas de tener una or!anizaci'n o estructura. 1nicamente la memoriase irro!a el derecho de imponerlas, de no tener en cuenta las transiciones y de ofrecernos antesuna serie de sueos que elsueopropiamente dicho. el mismo modo, *nicamente tenemos unarepresentaci'n fra!mentaria de las realidades, representaci'n cuya coordinaci'n depende de lavoluntad 5C6. qu es importante sealar que nada puede justificar el proceder a una mayordislocaci'n de los elementos constitutivos del sueo. #amento tener que expresarme medianteunas f'rmulas que, en principio, excluyen el sueo. 7%undo lle!ar, seores l'!icos, la hora delos fil'sofos durmientes8 9uisiera dormir para entre!arme a los durmientes, del mismo modoque me entre!o a quienes me leen, con los ojos abiertos, para dejar de hacer prevalecer, en esta

    materia, el ritmo consciente de mi pensamiento. caso mi sueo de la *ltima noche seacontinuaci'n del sueo de la precedente, y prosi!a, la noche si!uiente, con un ri!or harto

    plausible. Es muy posible, como suele decirse. - habida cuenta de que no se ha demostrado enmodo al!uno que al ocurrir lo antes dicho la =realidad> que me ocupa subsista en el estado desueo, que est oscuramente presente en una zona ajena a la memoria, 7por qu raz'n no he deotor!ar al sueo aquello que a veces nie!o a la realidad, este valor de certidumbre que, en eltiempo en que se produce, no queda sujeto a mi escepticismo8 7+or qu no espero de los indiciosdel sueo ms lo que espero de mi !rado de conciencia, de da en da ms elevado8 7:o cabeacaso emplear tambin el sueo para resolver los problemas fundamentales de la vida8 7Estascuestiones son las mismas tanto en un estado como en el otro, y, en el sueo, tienen ya elcarcter de tales cuestiones8 7%onlleva el sueo menos sanciones que cuanto no sea sueo8

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    Envejezco, y quiz sea sueo, antes que esta realidad a la que creo ser fiel, y quiz sea laindiferencia con que contemplo el sueo lo que me hace envejecer.

    4. ?uelvo, una vez ms, al estado de vi!ilia. Estoy obli!ado a considerarlo como un fen'menode interferencia. - no s'lo ocurre que el espritu da muestras, en estas condiciones, de unaextraa tendencia a la desorientaci'n 5me refiero a los lapsus y malas interpretaciones de todo!nero, cuyas causas secretas comienzan a sernos conocidas6 sino que, lo que es todava ms,

    parece que el espritu, en su funcionamiento normal, se limite a obedecer su!erenciasprocedentes de aquella noche profunda de la que yo acabo de extraerle. +or muy biencondicionado que est, el equilibrio del espritu es siempre relativo. El espritu apenas se atreve aexpresarse y, caso de que lo ha!a, se limita a constatar que tal idea, tal mujer, le hace efecto. Esincapaz de expresar de qu clase de efecto se trata, lo cual *nicamente sirve para darnos lamedida de su subjetivismo. quella idea, aquella mujer, conturban al espritu, le inclinan a no sertan r!ido, producen el efecto de aislarle durante un se!undo del disolvente en que se encuentrasumer!ido, de depositarle en el cielo, de convertirle en el bello precipitado que puede lle!ar aser, en el bello precipitado que es. %arente de esperanzas de hallar las causas de lo anterior, elespritu recurre al azar, divinidad ms oscura que cualquiera otra, a la que atribuye todos susextravos. 7- quin podr demostrarme que la luz bajo la que se presenta esa idea queimpresiona al espritu, bajo la que advierte aquello que ms ama en los ojos de aquella mujer, nosea precisamente el vnculo que le une al sueo, que le encadena a unos presupuestos bsicosque, por su propia culpa, ha olvidado8 7- si no fuera as, de qu sera el espritu capaz8 9uisieraentre!arle la llave que le permitiera penetrar en estos pasadizos.

    @. El espritu del hombre que suea queda plenamente satisfecho con lo que suea. #a

    an!ustiante inc'!nita de la posibilidad deja de formularse. /ata, vuela ms de prisa, ama cuantoquieras. - si mueres, 7acaso no tienes la certeza de despertar entre los muertos8 jate llevar, losacontecimientos no toleran que los difieras. %areces de nombre. Todo es de una facilidad

    preciosa.

    /e pre!unto qu raz'n, raz'n muy superior a la otra, confiere al sueo este aire de naturalidad, yme induce a aco!er sin reservas una multitud de episodios cuya rareza me deja anonadado,ahora, en el momento en que escribo. )in embar!o, he de creer el testimonio de mi vista, de misodos( aquel da tan hermoso existi', y aquel animal habl'.

    #a dureza del despertar del hombre, lo s*bito de la ruptura del encanto, se debe a que se le hainducido ha formarse una dbil idea de lo que es la expiaci'n.

    C. En el instante en que el sueo sea objeto de un examen met'dico o en que, por medios a*ndesconocidos, lle!uemos a tener conciencia del sueo en toda su inte!ridad 5y esto implica unadisciplina de la memoria que tan s'lo se puede lo!rar en el curso de varias !eneraciones, en laque se comenzara por re!istrar ante todo los hechos ms destacados6 o en que su curva sedesarrolle con una re!ularidad y amplitud hasta el momento desconocidas, cabr esperar que losmisterios que dejen de serlo nos ofrezcan la visi'n de un !ran /isterio. %reo en la futuraarmonizaci'n de estos dos estados, aparentemente tan contradictorios, que son el sueo e larealidad, en una especie de realidad absoluta, en una sobrerrealidad o surrealidad, si as se puede

    llamar. Esto es la conquista que pretendo, en la certeza de jams conse!uirla, pero demasiado

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    olvidadizo de la perspectiva de la muerte para privarme de anticipar un poco los !oces de talposesi'n.

    )e cuenta que todos los das, en el momento de disponerse a dormir, )aint3+ol32oux hacacolocar en la puerta de su mansi'n de %amaret un cartel en el que se lea& E# +GETT20H.

    Babra mucho ms que aadir sobre este tema, pero tan s'lo me he propuesto tocarlo li!eramentey de pasada, ya que se trata de al!o que requiere una exposici'n muy lar!a y mucho msri!urosa( ms adelante volver a ocuparme de l. En la presente ocasi'n, he escrito con el

    prop'sito de hacer justicia a lo maravilloso, de situar en su justo contexto este odio hacia lomarailloso que ciertos hombres padecen, este ridculo que al!unos pretenden atribuir a lomaravilloso. i!moslo claramente& lo maravilloso es siempre bello, todo lo maravilloso, sea lo

    que fuere, es bello, e incluso debemos decir que solamente lo maravilloso es bello.

    En el mbito de la literatura *nicamente lo maravilloso puede dar vida a las obras pertenecientesa !neros inferiores, tal como el novelstico, y, en !eneral, todos los que se sirven de la ancdota.

    'l monje, de #eIis, constituye una admirable demostraci'n de lo anterior. El soplo de lomaravilloso penetra la obra entera. /ucho antes de que el autor haya liberando a sus personajesde toda servidumbre temporal, se nota que estn prestos a actuar con su or!ullo carente de

    precedentes. quella pasi'n de eternidad que les eleva incesantemente da acentos inolvidables asu tortura y a la ma. mi entender, este libro exalta ante todo, desde el principio al fin, y de lamanera ms pura que jams se haya dado, cuanto en el espritu aspira a elevarse del suelo( y estaobra, una vez una vez despojada de su fabulaci'n novelesca, de moda en la poca en que fue

    escrita, constituye un ejemplo de justeza y de inocente !randeza 5D6. mi juicio pocas son lasobras que la superan, y el personaje de /athilde, en especial, es la creaci'n ms conmovedoraque cabe anotar en las partidas del activo de aquella moda de fi!uraci'n en literatura. /athildeno es tanto un personaje cuanto una constante tentaci'n. - si un personaje no es una tentaci'n,7qu otra cosa puede ser8 Extremada tentaci'n la de /athilde. El principio =nada es imposible

    para quien quiere arries!arse> tiene en El monje su mxima fuerza de convicci'n. #asapariciones ejercen en esta obra una funci'n l'!ica, por cuanto el espritu crtico no se preocupade desmentirlas. el mismo modo, el casti!o de mbrosio queda tratado de manera plenamentele!tima, ya que a fin de cuentas es aceptado por el espritu crtico como un desenlace natural.

    9uiz parezca injustificado que haya empleado el anterior ejemplo, al referirme a lo maravilloso,cuando las literaturas n'rdicas y las orientales se han servido de l constantemente, por no hablarya de las literaturas propiamente reli!iosas de todos los pases. )in embar!o, si as lo he hecho,ello se debe a que los ejemplos que estas literaturas hubieran podido proporcionarme estn

    pla!ados de puerilidades, ya que se diri!en a nios. En un principio, stos no pueden percibir lomaravilloso, y, despus, no conservan la suficiente vir!inidad espiritual para quePiel de Asnoles

    produzca demasiado placer. +or encantadores que sean los cuentos de hadas, el hombre sesentira frustrado si tuviera que alimentarse s'lo con ellos, y, por otra parte, reconozco que notodos los cuentos de hadas son adecuados para los adultos. #a trama de adorablesinverosimilitudes exi!e una mayor finura espiritual que la propia de muchos adultos, y uno ha deser capaz de esperar todava mayores locuras... +ero la sensibilidad jams cambia radicalmente.

    El miedo, la atracci'n sentida hacia lo ins'lito, el azar, el amor al lujo, son recursos que nunca se

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    utilizarn estrilmente. Bay muchos cuentos que escribir con destino a los mayores, cuentos quetodava son casi azules.

    #o maravilloso no siempre es i!ual en todas las pocas( lo maravilloso participa oscuramente decierta clase de revelaci'n !eneral de la que tan s'lo percibimos los detalles& stos son las ruinasromnticas, el maniqu moderno, o cualquier otro smbolo susceptible de conmover lasensibilidad humana durante cierto tiempo. )in embar!o, en estos cuadros que nos hacen sonrerse refleja siempre la irremediable inquietud humana, y por esto he fijado mi atenci'n en ellos, yaque los estimo inseparablemente unidos a ciertas producciones !eniales que estn msdolorosamente influenciadas por aquella inquietud que muchas otras obras. - al decirlo, piensoen los patbulos de ?illon, en los !rie!os de 2acine, en los divanes de 0audelaire. %oinciden conun eclipse del buen !usto que soportar muy bien, por cuanto considero que el buen !usto es unaformidable lacra. En el ambiente de mal !usto propio de mi poca, me esfuerzo en lle!ar lejosque cualquier otro. )i hubiese vivido en AJ4K yo hubiera hablado de la =ensan!rentada monja>, yno hubiera ahorrado aquel astuto y trivial =disimulemos> de que habla el %uisin enamorado de la

    parodia, y yo hubiese utilizado las !i!antescas metforas en todas las fases, tal como %uisin dice,del curso del =disco, plateado>. En los presentes das pienso en un castillo, la mitad del cual noha de encontrarse forzosamente en ruinas( este castillo es mo, y le veo situado en un lu!ara!reste, no muy lejos de +ars. #as dependencias de este castillo son infinitas, y su interior hasido terriblemente restaurado, de modo que no deja nada que desear en cuanto se refiere acomodidades. nte la puerta que las sombras de los rboles ocultan, hay autom'viles queesperan. l!unos de mis ami!os viven en l& ah va #ouis ra!'n, que abandona el castillo yapenas tiene tiempo para deciros adi's( +hilippe )oupault se levanta con las estrellas, y +aulEluard, nuestro !ran Eluard, todava no ha re!resado. h estn 2obert esnos y 2o!er ?itrac,

    que descifran en el parque un viejo edicto sobre los duelos( y Leor!es uric y Hean +aulhan(/ax /orise, quien tan bien rema, y 0enjamin +ret, con sus ecuaciones de pjaros( y Hosephelteil( y Hean %arrive( y Leor!es #imbour, y Leor!es #imbour 5hay un bosque de Leor!es#imbour6( y /arcel :oll( he ah a T. ;raenMel, quien nos salud' desde un !lobo cautivo,Leor!es /alMine, ntonin rtaud, ;rancis Lrard, +ierre :aville, H.3. 0oiffard, despusHacques 0aron y su hermano, apuestos y cordiales, y tantos otros, y mujeres de arrebatadora

    belleza, de verdad. esa !ente joven nada se le puede ne!ar, y, en cuanto concierne a la riqueza,sus deseos son 'rdenes. ;rancis +icabia nos visita, y, la semana pasada, hemos dado unarecepci'n a un tal /arcel uchamp, a quien todava no conocamos. +icasso caza por losalrededores. El espritu de la desmorali%aci(nha fijado su domicilio en el castillo, y a lrecurrimos todas las veces que tenemos que entrar en relaci'n con nuestros semejantes, pero las

    puertas estn siempre abiertas, y no comenzamos nuestras relaciones dando las gracias alpr'jimo, 7saben ustedes8 +or lo dems, !rande es la soledad, y no nos reunimos con frecuencia,porque, 7acaso lo esencial no es que seamos dueos de nosotros mismos, y, tambin, seores delas mujeres y del amor8

    )e me acusar de incurrir en mentiras poticas( todos dirn que vivo en la calle ;ontaine, y quejams !ozarn de tanta belleza. "/aldita sea$ 7Es absolutamente se!uro que este castillo del queacabo de hacer los honores se reduce simplemente a una ima!en8 +ero, si a pesar de todo talcastillo existiera... h estn ms invitados para dar fe( su capricho es el camino luminoso que al conduce. En verdad, vivimos en nuestra fantasa, cuando estamos en ella. 7- c'mo es posibleque cada cual pueda molestar al otro, all, prote!idos dos por el afn sentimental, al encuentro delas ocasiones8

    3 N 3

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    Primer Manifiesto Surrealista Andr Breton

    El hombre propone y dispone. Tan s'lo de l depende poseerse por entero, es decir, mantener enestado de anarqua la cuadrilla de sus deseos, de da en da ms temible. - esto se lo ensea la

    poesa. #a lleva en s la perfecta compensaci'n de las miserias que padecemos. - tambin puede

    actuar como ordenadora, por poco que uno se preocupe, bajo los efectos de una decepci'n menosntima, de tomrsela a lo tr!ico. ")e acercan los tiempos en que la poesa decretar la muerte deldinero, y ella sola romper en pan del cielo para la tierra$ Babr a*n asambleas en las plazas

    p*blicas, y movimientos en los que uno habra pensado en tomar parte. "di's absurdasselecciones, sueos de vor!ine, rivalidades, lar!as esperas, fu!a de las estaciones, artificialorden de las ideas, pendiente del peli!ro, tiempo omnipresente$ +reocupmonos tan s'lo de

    practicar la poesa. 7caso no somos nosotros, los que ya vivimos de la poesa, quienes debemoshacer prevalecer aquello que consideramos nuestra ms vasta ar!umentaci'n8

    +oco importa que se d cierta desproporci'n entre la anterior defensa y la ilustraci'n que viene acontinuaci'n. ntes, hemos intentado remontarnos a las fuentes de la ima!inaci'n potica, y, loque es ms difcil todava, quedarnos en ellas. - conste que no pretendo haberlo lo!rado. Es

    preciso aceptar una !ran responsabilidad, si uno pretende establecerse en aquellas lejanasre!iones en las que, desde un principio, todo parece desarrollarse de tan mala manera, y mstodava si uno pretende llevar al pr'jimo a ellas. e todos modos, el caso es que uno nunca estse!uro de hallarse verdaderamente en ellas. . Entonces, intent correr la aventura de la poesa,reduciendo los ries!os al mnimo, con lo cual quiero decir que mis aspiraciones eran las mismasque ten!o hoy, pero entonces confiaba en la lentitud de la elaboraci'n, a fin de hurtarme ain*tiles contactos, a contactos a los que yo era muy hostil. Esto se deba a cierto pudorintelectual, del que todava me queda un poco. l trmino de mi vida, difcil ser, sin duda, quehable como se suele hablar, que excuse el tono de mi voz y el reducido n*mero de mis !estos. #a

    perfecci'n en la palabra hablada 5y en la palabra escrita mucho ms6 me pareca estar en funci'nde la capacidad de condensar de manera emocionante la exposici'n 5y exposici'n haba6 de un

    corto n*mero de hechos, poticos o no, que constituan la materia en que centraba mi atenci'n.Baba lle!ado a la convicci'n de que ste, y no otro, era el procedimiento empleado por2imbaud. %on una preocupaci'n por la variedad, di!na de mejor causa, compuse los *ltimos

    poemas de Monte de Piedad, con lo que quiero decir que de las lneas en blanco de este librolle!u a sacar un partido increble.

    Estas lneas equivalan a mantener los ojos cerrados ante unas operaciones del pensamiento queme consideraba obli!ado a ocultar al lector. Eso no si!nificaba que yo hiciera trampa, sinosolamente que obraba impulsado por el deseo de superar obstculos bruscamente. %onse!uahacerme la ilusi'n de !ozar de una posible complicidad, de la que de da en da me era ms

    difcil prescindir. /e entre!u a prestar una inmoderada atenci'n a las palabras, en cuanto serefera al espacio que admitan a su alrededor, a sus tan!enciales contactos con otras palabras3 AK 3

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    Primer Manifiesto Surrealista Andr Breton

    prohibidas que no escriba. El poema =0osque ne!ro>, deriva precisamente de este estado deespritu. Emplee seis meses en escribirlo, y les ase!uro que no descans ni un da. +ero de este

    poema dependa la propia estimaci'n en que me tena, en aquel entonces, y creo que todos

    comprenderis mi actitud, aun cuando no la consideris suficientemente motivada. /e !ustahacer estas confesiones est*pidas. En aquellos tiempos, se intentaba implantar la seudopoesacubista, pero haba nacido inerme del cerebro de +icasso, y en cuanto a m hace referencia debodecir que era considerado como un ser ms pesado que una lpida 5y todava se me consideraas6. +or otra parte, no estaba se!uro de se!uir el buen camino, en lo referente a poesa, pero

    procuraba prote!erme como mejor poda, enfrentndome con el lirismo, contra el que es!rimatodo !nero de definiciones y f'rmulas 5no tardaran mucho en producirse los fen'menos ada6,y pretendiendo hallar una aplicaci'n de la poesa a la publicidad 5ase!uraba que todo terminara,no con la culminaci'n de un hermoso libro, sino con la de una bella frase de reclamo en pro delinfierno o del cielo6.

    En esta poca, un hombre que, por lo menos era tan pesado como yo, es decir, +ierre 2everdy,escribi'&

    La imagen es una creaci(n pura del esp!ritu&

    La imagen no puede nacer de una comparaci(n$ sino del acercamiento de dos realidades m*s o

    menos lejanas&

    +uanto m*s lejanas # justas sean las concomitancias de las dos realidades objeto de

    apro,imaci(n$ m*s fuerte ser* la imagen$ m*s fuer%a emotia # m*s realidad potica tendr*&&&

    5F6

    Estas palabras, un tanto sibilinas para los profanos, tenan !ran fuerza reveladora, y yo las meditdurante mucho tiempo. +ero la ima!en se me escapaba. #a esttica de 2everdy, estticatotalmente a posteriorime induca a confundir las causas con los efectos. En el curso de mismeditaciones, renunci definitivamente a mi anterior punto de vista.

    El caso es que una noche, antes de caer dormido, percib, netamente articulada hasta el punto deque resultaba imposible cambiar ni una sola palabra, pero ajena al sonido de la voz, de cualquiervoz, una frase harto rara que lle!aba hasta m sin llevar en s el menor rastro de aquellos

    acontecimientos de que, se!*n las revelaciones de la conciencia, en aquel entonces me ocupaba,y la frase me pareci' muy insistente, era una frase que casi me atrevera a decir estaba pegada alcristal. Lrab rpidamente la frase en mi conciencia y, cuando me dispona a pasar a, otroasunto, el carcter or!nico de la frase retuvo mi atenci'n. ?erdaderamente, la frase me habadejado at'nito( desa!raciadamente no la he conservado en la memoria, era al!o as como =Bayun hombre a quien la ventana ha partido por la mitad>, pero no haba manera de interpretarlaerr'neamente, ya que iba acompaada de una dbil representaci'n visual 5J6 de un hombre quecaminaba, partido, por la mitad del cuerpo aproximadamente, por una ventana perpendicular aleje de aqul. )in duda se trataba de la consecuencia del simple acto de enderezar en el espacio laima!en de un hombre asomado a la ventana. +ero debido a que la ventana haba acompaado aldesplazamiento del hombre, comprend que me hallaba ante una ima!en de un tipo muy raro, ytuve rpidamente la idea de incorporarla al acervo de mi material de construcciones poticas. :o

    3 AA 3

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    Primer Manifiesto Surrealista Andr Breton

    hubiera concedido tal importancia a esta frase si no hubiera dado lu!ar a una sucesi'n casiininterrumpida de frases que me dejaron poco menos sorprendido que la primera, y que me

    produjeron un sentimiento de !ratitud 5!ratuidad6 tan !rande que el dominio que, hasta aquel

    instante, haba conse!uido sobre m mismo me pareci' ilusorio, y comenc a preocuparme*nicamente de poner fin a la interminable lucha que se desarrollaba en mi interior 5N6.

    En aquel entonces, todava estaba muy interesado en ;reud, y conoca sus mtodos de examenque haba tenido ocasi'n de practicar con enfermos durante la !uerra, por lo que decid obtenerde m mismo lo que se procura obtener de aqullos, es decir, un mon'lo!o lo ms rpido posible,sobre el que el espritu crtico del paciente no formule juicio al!uno, que, en consecuencia, quedelibre de toda reticencia, y que sea, en lo posible, equivalente a pensar en o% alta. /e pareci'entonces, y si!ue parecindome ahora 3la manera en que me lle!' la frase del hombre cortado endos lo demuestra3, que la velocidad del pensamiento no es superior a la de la palabra, y que nosiempre !ana a la de la palabra, ni siquiera a la de la pluma en movimiento. 0asndonos en esta

    premisa, +hilippe )oupault, a quien haba comunicado las primeras conclusiones a que haballe!ado, y yo nos dedicamos a emborronar papel, con loable desprecio hacia los resultadosliterarios que de tal actividad pudieran sur!ir. #a facilidad en la realizaci'n material de la tareahizo todo lo dems. l trmino del primer da de trabajo, pudimos leernos recprocamente unascincuenta p!inas escritas del modo antes dicho, y comenzamos a comparar los resultados. Enconjunto, lo escrito por )oupault y por m tena !randes analo!as, se advertan los mismosvicios de construcci'n y errores de la misma naturaleza, pero, por otra parte, tambin haba enaquellas p!inas la ilusi'n de una fecundidad extraordinaria, mucha emoci'n, un considerableconjunto de im!enes de una calidad que no hubisemos sido capaces de conse!uir, ni siquierauna sola, escribiendo lentamente, unos ras!os de pintoresquismo especialsimo y, aqu y all,

    al!una frase de !ran comicidad. #as *nicas diferencias que se advertan en nuestros textos meparecieron derivar esencialmente de nuestros respectivos temperamentos, el de )oupault& menosesttico que el mo, y, si se me permite una li!era crtica, tambin derivaban de que )oupaultcometi' el error de colocar en lo alto de al!unas p!inas, sin duda con nimo de inducir a error,ciertas palabras, a modo de ttulo. +or otra parte, y a fin de hacer plena justicia a )oupault, debodecir que se ne!' siempre, con todas sus fuerzas, a efectuar la menor modificaci'n, la menorcorrecci'n, en los prrafos que me parecieron mal per!eados. - en este punto llevaba raz'n5AK6. Ello es as por cuanto resulta muy difcil apreciar en su justo valor los diversos elementos

    presentes, e incluso podemos decir que es imposible apreciarlos en la primera lectura. Enapariencia, estos elementos son, para el sujeto que escribe, tan e,traoscomo para cualquier otra

    persona, y el que los escribe recela de ellos, como es natural. +oticamente hablando, tales

    elementos destacan ante todo por su alto !rado de absurdo inmediato, y este absurdo, una vezexaminado con mayor detenci'n, tiene la caracterstica de conducir a cuanto hay de admisible yle!timo en nuestro mundo, a la divul!aci'n de cierto n*mero de propiedades y de hechos que,en resumen, no son menos objetivos que otros muchos.

    En homenaje a Luillermo pollinaire, quien haba muerto haca poco, y quien en muchos casosnos pareca haber obedecido a impulsos del !nero antes dicho, sin abandonar por ello ciertosmediocres recursos literarios, )oupault y yo dimos el nombre de )

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    Primer Manifiesto Surrealista Andr Breton

    hubiramos podido apropiarnos del trmino )

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    Primer Manifiesto Surrealista Andr Breton

    #as :oches de -oun! son surrealistas de cabo a rabo( des!raciadamente no se trata ms que deun sacerdote que habla, de un mal sacerdote, sin duda, pero sacerdote al fin.

    )Iift es surrealista en la maldad. )ade es surrealista en el sadismo.%hateaubriand es surrealista en el exotismo. %onstant es surrealista en oltica.Bu!o es surrealista cuando no es tonto. esbordes3?almore es surrealista en el amor. 0ertrandes surrealista en el pasado.2abbe es surrealista en la muerte.+oe es surrealista en la aventura. 0audelaire es surrealista en la moral. 2imbaud es surrealista enla vida prctica y en todo. /allarm es surrealista en la confidencia. Harry es surrealista en laabsenta. :ouveau es surrealista en el beso. )ant3+ol32oux es surrealista en los smbolos. ;ar!uees surrealista en la atm'sfera.

    ?ach es surrealista en m. 2everdy es surrealista en s. )aint3Hohn +erse es surrealista adistancia. 2oussel es surrealista en la ancdota. Etctera.

    Onsisto en que no todos son siempre surrealistas, por cuanto advierto en cada uno de ellos cierton*mero de ideas preconcebidas a las que, muy in!enuamente, permanecen fieles. /antenan estafidelidad debido a que no haban escuchado la o% surrealista, esa voz que si!ue predicando envsperas de la muerte, por encima de las tormentas, y no la escucharon porque no queran servir*nicamente para orquestar la maravillosa partitura. ;ueron instrumentos demasiado or!ullosos, y

    por eso jams produjeron ni un sonido armonioso 5A@6.

    +ero nosotros, que no nos hemos entre!ado jams a la tarea de mediatizaci'n, nosotros que ennuestras nosotros que en nuestras obras nos hemos convertido en los sordos receptculos de

    tantos ecos, en los modestos aparatos registradoresque no quedan hipnotizados por aquello quere!istran, nosotros quiz estemos al servido de una causa todava ms noble. :osotrosdevolvemos con honradez el =talento> que nos ha sido prestado. )i os atrevis, habladme deltalento de aquel metro de platino, de aquel espejo, de aquella puerta, o del cielo. :osotros notenemos talento. +re!untdselo a +hilippe )oupault&

    Las manufacturas anat(micas # las habitaciones baratas destruir*n las m*s altas ciudades.

    2o!er ?itrac&

    Apenas hube inocado al m*rmol7almirante$ ste dio media uelta sobre s! mismo como un

    caballo que se encabrita ante la 'strella Polar$ # me indic( en el plano de su bicornio una

    regi(n en la que deb!a pasar el resto de mis d!as.

    +aul Eluard&

    's una historia mu# conocida esa que cuento$ es poema mu# clebre ese que releo8 esto#

    apo#ado en un muro$ erdeantes las orejas$ # calcinados los labios.

    3 AC 3

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    Primer Manifiesto Surrealista Andr Breton

    /ax /orise&

    'l oso de las caernas # su compaero el alcara*n$ la eleta # su alet el iento$ el gran

    +anciller con sus cancelas$ el espantap*jaros # su cerco de p*jaros$ la balan%a # su hija el fiel$

    ese carnicero # su hermano el carnaal$ el barrendero # su mon(culo$ el Mississipi # su perrito$

    el coral # su c*ntara de leche$ el milagro # su buen .ios$ #a no tienen m*s remedio que

    desaparecer de la fa% del mar.

    Hoseph elteil&

    9S!: +reo en la irtud de los p*jaros& 1 basta una pluma para hacerme morir de risa.

    #ouis ra!on&

    .urante una interrupci(n del partido$ mientras los jugadores se reun!an alrededor de una jarra

    de llameante ponche$ pregunt al *rbol si a;n conseraba su cinta roja.

    - yo mismo, que no he podido evitar el escribir las lneas locas y serpenteantes de este prefacio.

    +re!untad a 2obert esnos, quien quiz sea el que, en nuestro !rupo, est ms cerca de la verdadsurrealista, quien, en sus obras todava inditas 5AC6 y en el curso de las m*ltiples experiencias aque se ha sometido, ha justificado plenamente las esperanzas que puse en el surrealismo, y me hainducido a esperar a*n ms de l. En la actualidad, esnos habla en surrealista cuando le da la!ana. #a prodi!iosa a!ilidad con que si!ue oralmente su pensamiento nos admira tanto cuantonos complacen sus esplndidos discursos, discursos que se pierden porque esnos, en vez defijarlos, prefiere hacer otras cosas ms importantes. esnos lee en s mismo como en un libroabierto, y no se preocupa de retener las hojas que el viento de su vida se lleva.

    SECRETOS DEL ARTE MGICO DEL SURREALISMO

    +omposici(n surrealista escrita$ o primer # ;ltimo chorro

    Grdenad que os trai!an recado de escribir, despus de haberos situado en un lu!ar que sea lo mspropicio posible a la concentraci'n de vuestro espritu, al replie!ue de vuestro espritu sobre smismo. Entrad en el estado ms pasivo, o receptivo, de que seis capaces. +rescindid de vuestro

    3 AD 3

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    Primer Manifiesto Surrealista Andr Breton

    !enio, de vuestro talento, y del !enio y el talento de los dems. ecos hasta empaparos de elloque la literatura es uno de los ms tristes caminos que llevan a todas partes. Escribid deprisa, sintema preconcebido, escribid lo suficientemente deprisa para no poder refrenaros, y para no tener

    la tentaci'n de leer lo escrito. #a primera frase se os ocurrir por s misma, ya que en cadase!undo que pasa hay una frase, extraa a nuestro pensamiento consciente, que deseaexteriorizarse. 2esulta muy difcil pronunciarse con respecto a la frase inmediata si!uiente( estafrase participa, sin duda, de nuestra actividad consciente y de la otra, al mismo tiempo, si es quereconocemos que el hecho de haber escrito la primera produce un mnimo de percepci'n. +eroeso, poco ha de importaros( ah es donde radica, en su mayor parte, el inters del jue!osurrealista. :o cabe la menor duda de que la puntuaci'n siempre se opone a la continuidadabsoluta del fluir de que estamos hablando, pese a que parece tan necesaria como la distribuci'nde los nudos en una cuerda vibrante. )e!uid escribiendo cuanto queris. %onfiad en la naturalezaina!otable del murmullo. )i el silencio amenaza, debido a que habis cometido una falta, faltaque podemos llamar =falta de inatenci'n>, interrumpid sin la menor vacilaci'n la frase

    demasiado clara. continuaci'n de la palabra que os parezca de ori!en sospechoso poned unaletra cualquiera, la letra l, por ejemplo, siempre la A, y al imponer esta inicial a la palabrasi!uiente conse!uiris que de nuevo vuelva a imperar la arbitrariedad.

    Para no aburrirse en sociedad

    Eso es muy difcil. Baced decir siempre que no estis en casa para nadie, y al!una que otra vez,cuando nadie haya hecho caso omiso de la comunicaci'n antedicha, y os interrumpa en plenaactividad surrealista, cruzad los brazos, y decid& =O!ual da, sin duda es mucho mejor hacer o no

    hacer. El inters por la vida carece de base. )implicidad, lo que ocurre en mi interior si!uesindome inoportuno.> K cualquier otra trivialidad i!ualmente indi!nante.

    Para hacer discursos

    Onscribirse, en vsperas de elecciones, en el primer pas en el que se juz!ue saludable celebrarconsultas de este tipo. Todos tenemos madera de orador& col!aduras multicolores y bisutera de

    palabras. /ediante el surrealismo, el orador pondr al desnudo la pobreza de la desesperanza. sobre la =cci'n>( en eso consiste el

    3 A 3

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    Primer Manifiesto Surrealista Andr Breton

    truco. Babr personajes de perfiles lo bastante distintos( en vuestra escritura, sus nombres sonsolamente una cuesti'n de may*scula, y se comportarn con la misma se!uridad con respecto alos verbos activos con que se comporta el pronombre =il>, en francs, con respecto a las palabras

    =pleut>, =y a>, =faut>, etc. #os personajes mandarn a los verbos, val!a la expresi'n( y enaquellos casos en que la observaci'n, la reflexi'n y las facultades de !eneralizaci'n no os sirvan

    para nada, podis tener la se!uridad de que los personajes actuarn como si vosotros hubieraistenido mil intenciones que, en realidad, no habis tenido. e esta manera, provistos de unreducido n*mero de caractersticas fsicas y morales, estos seres que, en realidad, tan poco osdeben, no se apartarn de cierta lnea de conducta de la que vosotros ya no os tendris queocupar. e ah sur!ir una ancdota ms o menos sabia, en apariencia, que justificar punto por

    punto ese desenlace emocionante o confortante que a vosotros os ha dejado ya de importar.?uestra falsa novela ser una maravillosa simulaci'n de una novela verdadera( os haris ricos, ytodos se mostrarn de acuerdo en que =llevis al!o dentro>, ya que es exactamente dentro delcuerpo humano donde esa cosa suele encontrarse.

    %omo es natural, si!uiendo un procedimiento anlo!o, y a condici'n de i!norar todo aquello delo que debierais daros cuenta, podis dedicaros con !ran xito a la falsa crtica.

    Para tener ,ito con una mujer que pasa por la calle

    ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ...

    ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ...

    ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ...

    +ontra la muerte

    El surrealismo os introducir en la muerte, que es una sociedad secreta. Gs en!uantar la mano,sepultando all la profunda / con que comienza la palabra /emoria. :o olvidis tomar felicesdisposiciones testamentarias& en cuanto a m respecta, exijo que me lleven al cementerio en uncami'n de mudanzas. 9ue mis ami!os destruyan hasta el *ltimo ejemplar de la edici'n de

    .iscurso sobre la 'scase% de 0ealidad.

    El idioma ha sido dado al hombre para que lo use de manera surrealista. En la medida en que alhombre es indispensable hacerse comprender, consi!ue expresarse mejor o peor, y con elloase!urar el ejercicio de ciertas funciones consideradas como las ms primarias. Bablar o escribiruna carta no presenta verdaderas dificultades siempre que el hombre no se propon!a unafinalidad superior a las que se encuentran en un trmino medio, es decir, siempre que se limite aconversar 5por el placer de conversar6 con cualquier otra persona. En estos casos, el hombre nosufre ansiedad al!una en lo que respecta a las palabras que ha de pronunciar, ni a la frase quese!uir a la que acaba de pronunciar. una pre!unta muy sencilla ser capaz de contestar sin lamenor vacilaci'n. )i no est afecto de tics, adquiridos en el trato con los dems, el hombre puede

    pronunciarse espontneamente sobre cierto reducido n*mero de temas( y para hacer esto no tienenin!una necesidad de devanarse los sesos, ni de plantearse problemas previos de nin!*n !nero.

    7- quin habr podido hacerle creer que esta facultad de primera intenci'n tan s'lo le perjudica

    3 AF 3

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    Primer Manifiesto Surrealista Andr Breton

    cuando se propone entablar relaciones verbales de naturaleza ms compleja8 :o hay nin!*ntema cuyo tratamiento le impida hablar y escribir !enerosamente. #os actos de escucharse yleerse a uno mismo s'lo tienen el efecto de obstaculizar lo oculto, el admirable recurso. :o, no,

    no ten!o nin!una necesidad ur!ente de comprenderme 5"0asta$ ")iempre me comprender$6. )ital o cual frase ma me produce de momento una li!era decepci'n, confo en que la frasesi!uiente enmendar los yerros, y me cuido muy mucho de no volverla a escribir, ni corre!irla.1nicamente la menor falta de aliento puede serme fatal. #as palabras, los !rupos de palabras quesesucedenpractican entre s la ms intensa solidaridad. :o es funci'n ma favorecer a unas en

    perjuicio de las otras. #a soluci'n debe correr a car!o de una maravillosa compensaci'n, y estacompensaci'n siempre se produce.

    Este len!uaje sin reserva al que siempre procuro dar validez, este len!uaje que me pareceadaptarse a todas las circunstancias de la vida, este len!uaje no s'lo no me priva ni siquiera deuno de mis medios, sino que me da una extraordinaria lucidez, y lo hace en el terreno en quemenos poda esperarlo. #le!ar incluso a afirmar que este len!uaje me instruye, ya que, enefecto, me ha ocurrido emplear surrealistamente palabras cuyo sentido haba olvidado. Einmediatamente despus he podido verificar que el uso dado a estas palabras respondaexactamente a su definici'n. Esto nos induce a creer que no se =aprende>, sino que uno no hacems que =re3aprender>. e esta manera he lle!ado a familiarizarme con !iros muy hermosos. -no hablo *nicamente de la conciencia potica de las cosas, que tan s'lo he conse!uido adquirirmediante el contacto espiritual con ellas, mil veces repetido.

    #as formas del len!uaje surrealista se adaptan todava mejor al dilo!o. En el dilo!o, hay dospensamientos frente a frente( mientras uno se manifiesta, el otro se ocupa del que se manifiesta,

    pero 7de qu modo se ocupa de l8 )uponer que se lo incorpora sera admitir que, endeterminado momento, le sera factible vivir enteramente merced a aquel otro pensamiento, locual resulta bastante improbable. En realidad, la atenci'n que presta el pensamiento se!undo esde carcter totalmente externo, ya que *nicamente se concede el lujo de aprobar o desaprobar,!eneralmente desaprobar, con todos los respetos de que el hombre es capaz. Este modo de hablarno permite abordar el fondo de la cuesti'n. /i atenci'n, fija en una invitaci'n que no puederechazar sin incurrir en !rosera, trata el pensamiento ajeno como si fuese un enemi!o& en lasconversaciones corrientes, el pensamiento fija y =conquista> casi siempre las palabras y lasoraciones ajenas, de las que lue!o se servir( el pensamiento me pone en situaci'n de sacar

    partido de estas palabras y oraciones en la rplica, !racias a desvirtuarlas. Esto es especialmentecierto en ciertos estados mentales patol'!icos en los que las alteraciones sensoriales absorben

    toda la atenci'n del enfermo, quien, al responder a las pre!untas que se le formulan, se limita aapoderarse de la *ltima palabra que ha odo, o de la *ltima porci'n de una frase surrealista queha dejado cierto rastro en su espritu&

    79u edad tiene usted8> 3 = 5'co!smo6. =7%'mo se llama usted8> 3 =%uarenta y cincocasas>

    5S!ntoma de

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    que consi!uen ocultarnos temporalmente aquel hecho. simismo, la mayor debilidad de todolibro estriba en entrar constantemente en conflicto con el espritu de sus mejores lectores, y aldecir mejores quiero si!nificar los ms exi!entes. En el brevsimo dilo!o que anteriormente he

    improvisado entre el mdico y el enajenado, es, desde lue!o, este *ltimo quien lleva la mejorparte, ya que mediante sus respuestas domina la atenci'n del mdico 3y, adems, no es l quienformula las pre!untas3. 7%abe afirmar que su pensamiento es el ms fuerte de los dos en aquelinstante8 9uiz. l fin y al cabo, el paciente !oza de la libertad de no tener en cuenta su nombreni su edad.

    El surrealismo potico, al que consa!ro el presente estudio, se ha ocupado, hasta el actualmomento, de restablecer en su verdad absoluta el dilo!o, al liberar a los dos interlocutores delas obli!aciones impuestas por la buena crianza. %ada uno de ellos se dedica sencillamente a

    prose!uir su soliloquio, sin intentar derivar de ello un placer dialctico determinado, niimponerse en modo al!uno a su pr'jimo. #as frases intercambiadas no tienen la finalidad,contrariamente a lo usual, del desarrollo de una tesis por muy insustancial que sea, y carecen detodo compromiso, en la medida de lo posible. En cuanto a la respuesta que solicitan debemosdecir que, en principio, es totalmente indiferente en cuanto respecta al amor propio del quehabla. #as palabras y las im!enes se ofrecen *nicamente a modo de trampoln al servido delespritu del que escucha. Este es el modo en que se ofrecen las palabras y las im!enes en Loscampos magnticos, primera obra puramente surrealista, y especialmente en las p!inas bajo elcom*n ttulo de =0arreras>, en donde )oupault y yo nos comportamos como interlocutoresimparciales.

    El surrealismo no permite a aquellos que se entre!an a l abandonarlo cuando mejor les plazca.

    Todo induce a creer que el surrealismo act*a sobre los espritus tal como act*an losestupefacientes( al i!ual que stos crea un cierto estado de necesidad y puede inducir al hombre atremendas rebeliones. Tambin podemos decir que el surrealismo es un paraso harto artificial, yla afici'n a este paraso deriva del estudio de 0audelaire, al i!ual que la afici'n a los restantes

    parasos artificiales. El anlisis de los misteriosos efectos y, de los especiales !oces que elsurrealismo puede e, n, , , , !, en, drar no puede faltar en el presente estudio, y es de advertir que,en muchos aspectos, el surrealismo parece un icio nueoque no es privile!io exclusivo de unoscuantos individuos, sino que, como el haxis, puede satisfacer a todos los que tienen !ustosrefinados.

    A. Bay im!enes surrealistas que son como aquellas im!enes producidas por el opio que elhombre no evoca, sino que =se le ofrecen espontneamente desp'ticamente, sin que las puedaapartar de s, por cuanto la voluntad ha perdido su fuerza, y ha dejado de !obernar lasfacultades> 5AD6. :aturalmente, faltara saber si las im!enes, en !eneral, han sido al!una vez=evocadas>. )i nos atenemos, tal como yo ha!o, a la definici'n de 2everdy, no parece que sea

    posible aproximar voluntariamente aquello que l denomina =dos realidades distantes>. #aaproximaci'n ocurre o no ocurre, y esto es todo. :ie!o con toda solemnidad que, en el caso de2everdy, im!enes como&

    Por el cauce del arro#o flu#e una canci(n

    3 AN 3

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    o

    'l d!a se despleg( como un blanco mantel

    o

    'l mundo regresa al interior de un saco

    comporten el menor !rado de premeditaci'n. mi juicio, es err'neo pretender que =el esprituha aprehendido las relaciones> entre dos realidades en l presentes. +ara empezar, di!amos queel espritu no ha percibido nada conscientemente. %ontrariamente, de la aproximaci'n fortuita dedos trminos ha sur!ido una luz especial, la lu% de la imagen, ante la que nos mostramosinfinitamente sensibles. El valor de la ima!en est en funci'n de la belleza de la chispa que

    produce( y, en consecuencia, est en funci'n de la diferencia de potencia entre los dos elementosconductores. %uando esta diferencia apenas existe, como en el caso de las comparaciones 5A6, lachispa no nace. mi juicio, no est en la mano del hombre el poder de conse!uir laaproximaci'n de dos realidades tan distantes como aquellas a que antes nos hemos referido, porcuanto a ello se opone el principio de la asociaci'n de ideas, tal como lo entendemos. e locontrario, s'lo nos quedara el recurso de volver a adoptar un arte de carcter elptico, que2everdy condena, tal como yo lo condeno. ;uerza es reconocer que los dos trminos de laima!en no son el resultado de una labor de deducci'n recproca, llevada a cabo por el espritucon el finde producir la chispa, sino que son productos simultneos de la actividad que yodenomino surrealista, en la que la raz'n se limita a constatar y a apreciar el fen'meno luminoso.

    - del mismo modo que la duraci'n de la chispa se prolon!a cuando se produce en un ambientede rarificaci'n, la atm'sfera surrealista creada mediante la escritura mecnica, que me heesforzado en poner a la disposici'n de todos, se presta de manera muy especial a la producci'nde las ms bellas im!enes.

    Oncluso cabe decir que, en el curso verti!inoso de esta escritura, las im!enes que aparecenconstituyen la *nica !ua del espritu. +oco a poco, el espritu queda convencido del valor derealidad suprema de estas im!enes. #imitndose al principio a sentirlas, el espritu pronto se dacuenta de que estas im!enes son acordes con la raz'n, y aumentan sus conocimientos. Elespritu adquiere plena conciencia de las ilimitadas extensiones en que se manifiestan sus deseos,en las que el pro y el contra se armonizan sin cesar, y en las que su ce!uera deja de ser peli!rosa.El espritu avanza, atrado por estas im!enes que le arrebatan, que apenas le dejan el tiempo

    preciso para soplarse el fue!o que arde en sus dedos. ?ive en la ms bella de todas las noches, enla noche cruzada por la luz del relampa!ueo, la noche de los rel*mpagos. Tras esta noche, el daes la noche.

    #os innumerables tipos de im!enes surrealistas exi!en una clasificaci'n que, por el momento,no voy a pretender efectuar. !rupar estas im!enes se!*n sus afinidades particulares mellevara demasiado lejos( esencialmente, quiero tan s'lo tener en consideraci'n sus excelenciascomunes. :o voy a ocultar que para m la ima!en ms fuerte es aquella que contiene el ms alto!rado de arbitrariedad, aquella que ms tiempo tardamos en traducir a len!uaje prctico, sea

    debido a que lleva en s una enorme dosis de contradicci'n, sea a causa de que uno de sus

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    trminos est curiosamente oculto, sea porque tras haber presentado la apariencia de sersensacional, se desarrolla despus dbilmente 5que la ima!en cierre bruscamente el n!ulo de sucomps6, sea porque de ella se derive una justificaci'n formal irrisoria, sea porque pertenezca a

    la clase de las im!enes alucinantes, sea porque preste de un modo muy natural la mscara de loabstracto a lo que es concreto, sea por todo lo contrario, sea porque implique la ne!aci'n deal!una propiedad fsica elemental, sea porque d risa. Be aqu unos cuantos ejemplos deim!enes correctas&

    Los rub!s del champaa. #autramont.

    Bello como la le# de parali%aci(n del desarrollo del pecho de los adultos cu#a propensi(n al

    crecimiento no guarda la debida relaci(n con la cantidad de molculas que su organismo

    produce& #autramont.

    )na iglesia se al%aba sonora como una campana& +hilippc )oupault.

    'n el sueo de 0rose Sla# ha# un enano salido de un po%o$ que come pan por la noche& 2obertesnos.

    Sobre el puente se balanceaba el roc!o con cabe%a de gata& ndr 0reton.

    )n poco a la i%quierda$ en mi diino firmamento$ percibo 7aunque sin duda es tan s(lo un apor

    de sangre # asesinatos7 el brillante despintado de las perturbaciones de la libertad& #ouisra!on.

    'n el interior del bosque incendiado

    =rescos los leones se han quedado& 2o!er ?itrac.

    'l color de las medias de una mujer no es obligatoriamente la imagen de sus ojos$ lo cual ha

    inducido a decir a un fil(sofo$ cu#o nombre es in;til hacer constar8 4los cetal(podos tienen m*s

    ra%ones que los cuadr;pedos para odiar el progreso5. /ax /orise.

    A. Tanto si se quiere como si no, ah hay materia para satisfacer muchas necesidades del espritu.Todas estas im!enes parecen atesti!uar que el espritu ha alcanzado la madurez suficiente para!ozar de ms satisfacciones que aquellas que por lo !eneral se le conceden. Este es el *nico

    medio de que dispone para sacar partido de la cantidad ideal de acontecimientos de que estpreado 5AF6. Estas im!enes le dan la medida de su normal disipaci'n y de los inconvenientes3 4A 3

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    que sta le comporta. :o es malo que estas im!enes acaben por desconcertar al espritu, ya quedesconcertarle equivale a situarle ante un camino errado. #as frases que he citado contribuyen!randemente a ello. +ero el espritu que sabe saborearlas obtiene de ellas la certidumbre de

    hallarse en el buen camino( el espritu, por s mismo, jams se declarar culpable de emplearsutilezas idiomticas( nada tiene que temer por cuanto, adems, se fortifica con la b*squeda total.

    4. El espritu que se sumer!e en el surrealismo revive exaltadamente la mejor parte de suinfancia. l espritu le ocurre un poco lo mismo que a aquel que, pr'ximo a morir aho!ado,repasa, en menos de un minuto, su vida entera, en todos sus a!obiantes detalles. Babr quiendi!a que esto no es demasiado incitante. +ero no me interesa en absoluto incitar a quien taldi!an. e los recuerdos de la infancia y de al!unos otros se desprende cierto sentimiento de noestar uno absorbido, y, en consecuencia, de despiste, que considero el ms fecundo entre cuantosexisten. 9uiz sea vuestra infancia lo que ms cerca se encuentra de la =verdadera vida>( esainfancia, tras la cual, el hombre tan s'lo dispone, adems de su pasaporte, de ciertas entradas defavor( esa infancia en la que todo favorece la eficaz, y sin azares, posesi'n de uno mismo.Lracias al surrealismo, parece que las oportunidades de la infancia reviven en nosotros. Es comosi uno volviera a correr en pos de su salvaci'n, o de su perdici'n. )e revive, en las sombras, unterror precioso. Lracias a ios, tan s'lo se trata del +ur!atorio. )e atraviesan, sintiendo unestremecimiento, aquellas zonas que los ocultistas denominan paisajes peligrosos. /is pasossuscitan la aparici'n de monstruos que me acechan, monstruos que todava no me tienendemasiada malquerencia, debido a que les temo, por lo que todava no estoy perdido. h estn=los elefantes con cabeza de mujer y los leones voladores> cuyo encuentro nos haca temblar demiedo, a )oupault y a m( ah est el =pez soluble> que todava me da un poco de miedo. "+EP)G#

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    DEL A*ARRo+o ser,

    El cantor va!abundo-D.)DE EST/en la memoriaen su !asaE: E# 0O#E E #G) 2OE:TE)

    0agoailandoLo &ue se 1a!e2 lo &ue se 1ar,

    - se podran dar muchos ms ejemplos. Tambin el teatro, la filosofa, la ciencia, la crtica,conse!uiran volver a encontrarse a s mismos. ebo apresurarme a aadir que las futurastcnicas surrealistas no me interesan.

    -a he dado a entender con suficiente claridad que las aplicaciones del surrealismo a la acci'n meparecen poseer una importancia muy diferente 5AJ6. %iertamente, no creo en el valor proftico dela palabra surrealista. =/is palabras son palabras de orculo> 5AN6. ) en la medida que #oquiera, porque 7acaso no se es orculo ante uno mismo8 54K6 #a piedad de los hombres no meen!aa. #a voz surrealista que estremeci' a %umas, odona y elfos es la misma que dicta misdiscursos menos iracundos. /i tiempo no puede ser el suyo, 7y por qu ha de ayudarme esta voza resolver el infantil problema de mi destino8 +or des!racia, parezco actuar en un mundo en el

    que, para lle!ar a tener en cuenta sus su!erencias, estoy obli!ado a servirme de dos clases deintrpretes, unos me traducirn sus frases, y los otros, que es imposible hallar, comunicarn a missemejantes la comprensi'n que#ohaya alcanzado de estas frases. Este mundo en el que yo sufrolo que sufro 5mejor ser que no lo sepis6, este mundo moderno, este mundo, en fin... "diab'lico$0ueno, pues 7qu queris que yo ha!a en l8 #a voz surrealista quiz se extin!a, no puedo yocontar mis desapariciones. -o no podr estar presente, ni siquiera un poco, en el maravillosodescuento de mis aos y mis das. )er como :ijinsMi, a quien el ao pasado llevaron a los

    ballets rusos y no pudo comprender qu clase de espectculo era aquel al que asista. 9uedarsolo, muy solo en m, indiferente a todos los ballets del mundo. Gs doy todo lo que he hecho ytodo lo que no he hecho.

    -, desde entonces, siento unos !randes deseos de contemplar con indul!encia los sueoscientficos que, a fin de cuentas, tan indecorosos son desde todos los puntos de vista. 7#os sinhijos8 0ien. 7#a sfilis8 O!ual me da. 7#a foto!rafa8 :ada ten!o que oponer. 7El cine8 "?ivanlas salas oscuras$ 7#a !uerra8 "9ue risa$ 7El telfono8 "i!a$ 7#a juventud8 "Encantadorescabellos blancos$ Ontentad hacerme decir =!racias>& =Lracias>. Lracias... )i el vul!o tiene en!ran estima eso que, propiamente hablando, se denomina investi!aciones de laboratorio, se debea que !racias a ellas se ha conse!uido construir una mquina o descubrir un suero en los que elvul!o se cree directamente interesado. :o duda ni por un instante que con ello se ha queridomejorar su suerte. :o s con exactitud cul es el ideal de los sabios con tendencias humanitarias,

    pero me parece que de l no forma parte una !ran cantidad de bondad. Entendmonos, hablo de

    los verdaderos sabios, no de los vul!arizadores de cualquier tipo, en posesi'n de un ttulo. En

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    este terreno, como en cualquier otro, creo en la pura ale!ra surrealista del hombre que,consciente del fracaso de todos los dems, no se da por vencido, parte de donde quiere y, a lolar!o de cualquier camino que no sea razonable, lle!a a donde puede. +uedo confesar

    tranquilamente que me es absolutamente indiferente la ima!en que el hombre en cuesti'n juz!ueoportuno utilizar para se!uir su camino, ima!en que quiz le procure la p*blica estimaci'n.Tampoco me importa el material del que necesariamente tendr que proveerse& sus tubos devidrio o mis plumas metlicas... En cuanto al mtodo de tal hombre lo considero tan bueno comoel mo. Be visto en plena actuaci'n al descubridor del reflejo cutneo plantar( no haca ms queexperimentar sin tre!ua en los sujetos objeto de su estudio, no era un =examen>, ni muchomenos, lo que haca( resultaba eidente que hab!a dejado de fiarse de todo gnero de planes . evez en cuando formulaba una observaci'n, con aire de lejana, sin abandonar por ello su a!uja,mientras que su martillo actuaba constantemente. Encar!' a otros la trivial tarea de tratar a losenfermos. )e entre!' por entero a su sa!rada fiebre.

    El surrealismo, tal como yo lo entiendo, declara nuestro inconformismo absoluto con la claridadsuficiente para que no se le pueda atribuir, en el proceso el mundo real, el papel de testi!o dedescar!o. %ontrariamente, el surrealismo *nicamente podr explicar el estado de completoaislamiento al que esperamos lle!ar, aqu, en esta vida. El aislamiento de la mujer en Rant, elaislamiento de los =racimos> en +asteur, el aislamiento de los vehculos en %urie, son a esterespecto, profundamente sintomticos. Este mundo est tan s'lo muy relativamente

    proporcionado a la inteli!encia, y los incidentes de este !nero no son ms que los episodios msdescollantes, por el momento, de una !uerra de independencia en la que considero un !loriosohonor participar. El surrealismo es el =rayo invisible> que al!*n da nos permitir superar anuestros adversarios. =eja ya de temblar, cuerpo>. Este verano, las rosas son azules( el bosque

    de cristal. #a tierra envuelta en verdor me causa tan poca impresi'n como un fantasma. ?ivir ydejar de vivir son soluciones ima!inarias. #a existencia est en otra parte.

    5A6 ostoieIsMy& %rimen y casti!o.

    546 +ascal.

    5@6 0arrSs, +roust.

    5C6 Es preciso tener en cuenta el espesor del sueo. En !eneral, tan s'lo recuerdo lo que hasta m

    lle!a desde las ms superficiales capas del sueo. #o que ms me !usta considerar de los sueoses aquello que quede va!amente presente al despertar, aquello que no es el resultado del empleoque haya dado a la jornada precedente, es decir, los sombros follajes, las ramificaciones sinsentido. O!ualmente, en la =realidad> prefiero abandonarme.

    5D6 #o ms admirable de lo fantstico es que lo fantstico ha dejado de existir. hora s'lo existerealidad.

    56 ?asePasos perdidos, editado por la :. 2. ;.

    5F6 :ord3)urdU, marzo de ANAJ.

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    5J6 )i hubiera sido pintor, esta representaci'n visual hubiera sin duda predominado sobre la otra.+robablemente mis facultades innatas decidieron las caractersticas de la revelaci'n. esde aquelda, he concentrado voluntariamente la atenci'n en parecidas apariciones, y me consta que, en

    cuanto a precisi'n, no son inferiores a los fen'menos auditivos. +rovisto de papel y lpiz, mesera fcil trazar sus contornos. - ello es as por cuanto no se tratara de dibujar, sino de calcar.e este manera, podra representar un rbol, una ola, un instrumento musical, infinidad de cosasque, en este momento sera incapaz de representar !rficamente, ni siquiera mediante el mssomero esquema. )i lo intentara, me perdera, con la certidumbre de volver a topar conmi!omismo, en un laberinto de lneas que, a primera vista, no pareceran representar nada. -, al abrirlos ojos, tendra la fuerte impresi'n de hallarme ante al!o =nunca visto>. #a prueba de lo quedi!o ha sido efectuada muchas veces por 2obert esnos( para comprobarlo basta con hojear eln*mero @ de3ojas libres, que contiene abundantes dibujos suyos 5=2omeo y Hulieta>, =, etc.6 que la revista crey' eran dibujos realizados por locos, yque como public' con la mayor buena fe.

    5N6 Rnut Bamsun considera que el hambrees el determinante de este tipo de revelaci'n que meobsesion', y quiz est en lo cierto. 5ebo hacer constar que en aquella poca no todos los dascoma.6 - no cabe duda de que los si!uientes sntomas que Bamsun relata coinciden con losmos&

    'l d!a siguiente despert temprano& 2oda!a era de noche& 3ac!a largo rato que ten!a los ojos

    abiertos$ cuando o! las campanadas de las cinco$ dadas por el reloj de pared del piso superior

    al m!o& Intent oler a dormir$ pero no lo logr$ estaba totalmente despierto$ # mil ideas me

    bull!an en la cabe%a&

    .e repente se me ocurrieron algunas frases buenas$ mu# adecuadas para utili%arlas en un

    apunte$ en un follet(n" s;bitamente$ # como por a%ar$ descubr! frases mu# hermosas$ frases m*sbellas que todas las por m! escritas anteriormente& Me las repet! lentamente$ palabra por

    palabra$ # eran e,celentes& Las frases no dejaban de acudir$ una tras otra& Me leant # cog!

    papel # l*pi%$ en la mesa que ten!a detr*s de la cama& Me parec!a que se hubiera roto una ena

    en mi interior$ las palabras se suced!an$ se situaban en su justo lugar$ se adaptaban a la

    situaci(n$ las escenas se acumulaban$ la acci(n se desarrollaba$ las rplicas surg!an en mi

    cerebro$ # #o go%aba de manera prodigiosa& Los pensamientos acud!an tan elo%mente$ #

    segu!an flu#endo con tal abandono$ que desde una multitud de detalles delicados$ debido a

    que el l*pi% no pod!a ir con la debida elocidad$ pese a que procuraba escribir de la mano

    siempre en moimiento$ sin perder ni un segundo& Las frases brotaban en mi interior # estaba en

    plena posesi(n del tema&

    pollinaire ase!uraba que e %hirico haba pintado sus primeros cuadros bajo la influencia dealteraciones cenestsicas 5dolores de cabeza, c'licos...6

    5AK6 %ada da creo ms en la infalibilidad de mi pensamiento en relaci'n conmi!o mismo, lo cuales naturalsimo. e todos modos, en esta escritura del pensamiento, en la que uno queda amerced de cualquier distracci'n exterior, se producen fcilmente =la!unas>. :o hay raz'nal!una que justifique el intento de disimularlas. El pensamiento es, por definici'n, fuerte eincapaz de acusarse a s mismo. quellas evidentes deficiencias deben atribuirse a lassu!erencias procedentes del exterior.

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    5AA6 Tambin por Thomas %arlyle, en Sartor 0esartus 5captulo ?OOO& =)upernaturalismonatural>6, AJ@@3@C.

    5A46 ?ase asimismo, elIdeorrealismode )aint3+ol32oux.

    5A@6 #o mismo podra decir de al!unos fil'sofos y de al!unos pintores( de estos *ltimos tan s'locitar a , por ejemplo6, erain, +icasso 5el ms puro, conmucho6, 0raque, uchamp, +icabia, %hirico 5admirable durante tanto tiempo6, Rlee, /an 2ay,/ax Ernst y, tan pr'ximo a nosotros, ndr /asson.

    5AC6 =:uevas Bbridas>, =esorden formab, =uelo por duelo>.

    5AD6 0audelaire.

    5A6 Oma!en de Hules 2enard.

    5AF6 :o olvidemos que, se!*n la f'rmula de :ovalis, =hay ciertas series de acontecimientos quese producen paralelamente con los acontecimientos reales. +or lo !eneral, los hombres y lascircunstancias modifican el curso ideal de los acontecimientos de tal manera que ste tomaapariencias de imperfecci'n y sus consecuencias son tambin imperfectas. s ocurri' con la2eforma& en vez del +rotestantismo produjo el #uteranismo>.

    5AJ6 )ame permitido formular al!unas reservas acerca de la responsabilidad, en !eneral, y delas consideraciones mdico3jurdicas pertinentes en orden a determinar el !rado deresponsabilidad de un individuo, a saber, responsabilidad plena, irresponsabilidad yresponsabilidad limitada 5sic6. +ese a lo muy difcil que me resulta admitir el principio decualquier tipo de responsabilidad, me !ustara saber de qu manera sern juz!ados los primerosactos delictuosos de naturaleza indudablemente surrealista. 7El acusado ser absuelto osolamente se apreciar la concurrencia de circunstancias atenuantes8 Es una verdadera lstimaque los delitos de prensa hayan dejado casi de ser perse!uidos, pues de lo contrario no tardaraen lle!ar el momento en que podramos asistir a un proceso del si!uiente tipo& el acusado ha

    publicado un libro atentatorio a la moral p*blica( a querella de al!unos de sus =ms honorables>conciudadanos es tambin acusado de difamaci'n( contra l se formulan acusaciones de todo!nero, i!ualmente aplastantes, cual insultos al ejrcito, inducci'n al asesinato, apolo!a de laviolaci'n, etc. +or su parte, el acusado se muestra enteramente de acuerdo con los acusadores, afin de poder desvirtuar las ideas por l expresadas. En su defensa, se limita a proclamar que l nose considera autor del libro en cuesti'n, ya que ste tan s'lo puede considerarse como una

    producci'n surrealista que excluye todo !nero de consideraciones acerca del mrito o demritode quien lo firma, ya que el firmante no ha hecho ms que copiar un documento, sin expresar susopiniones, y que es tan ajeno a la obra nefasta cual pueda serlo el mismsimo presidente deltribunal que le juz!a.

    - lo que cabe decir de la publicaci'n de un libro podr decirse tambin de una infinidad de actos

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    Primer Manifiesto Surrealista Andr Breton

    de diferente naturaleza el da en que los mtodos surrealistas comiencen a !ozar del favor delp*blico. Entonces ser preciso que una nueva moral sustituya a la moral usual, causa de todosnuestros males.

    5AN6 2imbaud.

    54K6 e todos modos, E TGG) /GG)... /ejor ser descar!ar la conciencia. Boy, da J dejunio de AN4C, hacia la una, la voz me ha susurrado& =0thune, 0thune...> 79u quera decir8:o conozco 0thune, ni ten!o la menor idea de la situaci'n en que se encuentra en el mapa de;rancia, 0thune nada me evoca, ni siquiera una escena deLos tres mosqueteros. Bubiera debidoemprender viaje hacia 0thune, en donde quiz me esperaba al!o( aunque en realidad hubierasido sta una soluci'n demasiado simplista. /e han contado que en un libro de %hesterton serefiere el caso de un detective que para encontrar a al!uien a quien busca en una ciudad si!ue el

    mtodo de inspeccionar, desde el s'tano al tejado, todas las casas en cuyo exterior advierte undetalle li!eramente anormal. Este sistema es tan bueno como cualquier otro.

    e parecido modo, )oupault, en ANAN, entr' en !ran n*mero de inmuebles improbables parapre!untar a la portera si all viva +hillippe )oupault. %reo que no se hubiera sorprendido si lehubieran dado una respuesta afirmativa. Ello se hubiera debido a que )oupault habra entrado ensu propia casa.

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