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    GRUPO DE ESTUDIOS EINVESTIGACIONES

    MARTINISTAS Y MARTINEZISTASDE ESPAA

    -G.E.I.M.M.E.-

    Inscrito en el Registro Nacional de Asociaciones con el Nmero Nacional 171370 de la Seccin 1.

    Ministerio del Interior. Espaa.

    BOLETN INFORMATIVON 15

    21 de Marzo de 2.008

    S U M A R I O

    LOS LUS COHEN Y LA TRADICIN OCULTISTA-CRISTIANISMO ESOTRICO-

    Ren Le Forestier(1.868 1.951)

    EL ESOTERISMO CRISTIANO YEL RGIMEN ESCOCS RECTIFICADO

    Jean-Franois Var(Gran Priorato de las Galias)

    GEIMME 2.008. Todos los derechos estn reservados de acuerdo a la Ley y a las normas de las convenciones internacionales.

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    El sistema mstico del que encaptulos precedentes ya se han trazado lasgrandes lneas y del que se han indicado, deuna forma somera, sus orgenes, no tienenada que le una a la poca y al pas del quehaba tomado sus discpulos. El tratado dela Reintegracin habra podido, si sus citasse hubiesen alargado hasta el presente,haber sido escrito a finales de la Edad Mediapor un rabino versado en el Talmud, losMidraschim y la Kbala, siendo ademsfamiliar con las doctrinas filosfico-religio-sas de las sectas ocultistas florecientes enAsia Anterior (sic) y en Egipto, en los prime-ros siglos de nuestra era.

    Por tanto, esta planta extraa, tras-plantada en tierra francesa, en los Estadosdel Rey Muy Cristiano, en el entorno de losfieles de la Iglesia Catlica, Apostlica yRomana, tuvo que sufrir la influencia delmedio. Pasqually, que haca, y muy ruidosa-mente para la ocasin, profesin de cato-licidad, tuvo que acomodar sus doctrinas ala fe cristiana, la cual profesaban sincera-

    mente sus adeptos, de manera que sutratado cita a Cristo al lado de Moiss y seapoya expresamente en el Nuevo Testa-mento. El rabino que hemos descubierto enl era, en definitiva, un rabino converso.Solo que lo era menos profundamente de loque quiso hacer creer, o incluso, puede ser,de lo que l mismo creyera. Su cristianismode fachada es como un fino enlucido querejuvenece un antiguo edificio, pero que se

    desconcha y cae en cuanto se pone la mano.

    Que la doctrina profesada porPasqually no fue, en el sentido histrico deltrmino, cristiana ms que de nombre, es unhecho que puede constatar cualquier lector

    de la Reintegracin, pero antes de conocerlamejor, conviene poner una objecin preju-dicial que no har ms que hacer lademostracin imposible. Hemos visto que eltratado est, al menos bajo la forma en quelo conocemos, inacabado; la parfrasis de laBiblia que le sirve de base termina en elLibro I de Reyes. Ahora bien, uno de losprincipales discpulos de Pasqually, J.B.Willermoz, jefe de los lus Cohen de Lyon,

    afirm en una carta confidencial que eltratado deba de llegar hasta la ascensinde Nuestro Seor, y en base a uno de losdos manuscritos que Mr. Matter ha tenidoante sus ojos, se encontraba la notasiguiente: El autor no ha ido ms lejos eneste tratado, que deba de haber sido muchoms largo. Es sobre todo la venida de Cristolo que le resultaba ms importante segn loque l mismo dijo a sus amigos1. Tenemos

    nosotros derecho a emitir un juicio sobre unpunto tan importante de la doctrina dePasqually en ausencia de toda documen-tacin directa, cuando se corta precisamentela parte de su obra en que la cuestintendra que haber sido especialmente trata-da, donde el Evangelio deba lgicamenteser comentado con tanta abundancia comohaba sido abordada la Biblia?

    1VI, 144; VIII, 13.

    LOS LUS COHEN Y LA TRADICIN OCULTISTA

    CRISTIANISMO ESOTRICO

    Ren Le Forestier

    [Continuacin de los Boletines n 10, 11, 12 y 14]

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    Es permitido responder afirmativa-mente, y por varias razones. Si bien noposeemos una exposicin sistemtica ycompleta de los conceptos de Pasquallysobre la naturaleza y la misin del Cristo, el

    autor realiza numerosas alusiones en lo queposeemos de su obra para que podamosdeducir con suficiente seguridad lo quepensaba sobre esta cuestin. Por otro lado,es muy dudoso suponer que Pasqually nohaya estado decidido a escribirla, y que estasegunda parte hubiese arrojado msclaridad sobre el objeto de nuestro inters.Esta hiptesis se basa sobre las dos conside-raciones siguientes: En primer lugar, entre

    las diversas cuestiones sobre las quePasqually promete volver ms adelante,en otra parte, luego, en otro lugar oen su lugar2, no figura nada que conciernaal Cristo mismo. Pasqually se encarga deexplicar posteriormente porqu el Seorhaba dicho que aqul que matara a Cansera castigado siete veces y al que matara alasesino de Can setenta y siete veces demuerte3, hacer revelaciones sobre las

    ltimas revoluciones que sobrevendran a lacriatura (creacin?) en el final de todaduracin4, sobre el fuego que debe deponer fin a la creacin universal5, sobre laforma en que todo al final ser como elcomienzo6.Promete una exposicin sobre lamateria, sobre la constitucin anatmica del

    2 I, 105; 141; 166; 227. Sealemos por otra parte que las

    expresiones indicadas por Pasqually podran hacer alusinno a otra parte del tratado, sino a las instruccionesconfidenciales dadas oralmente a los discpulos msavanzados en la iniciacin. Un pasaje de la Reintegracinse refiere especialmente a esa enseanza secreta: habiendohablado a propsito de la institucin del culto divino porEnoch, de sus trabajos listicos catlicos, es decir, delrepertorio general de los jeroglficos que el operante podatrazar en la Cmara de Operacin, Pasqually aade entreparntesis: Se dar en su lugar (probablemente cuando laordenacin de Rau-Croix) la interpretacin precisa deesas dos palabras que pertenecen a las ciencias espiritualesdivinas (I, 105).3I, 92-93.4I, 118.5I, 166.6I, 215.

    corazn del hombre7, sobre las propiedadesparticulares de sus cuatro miembros8, delos detalles sobre los principios de losdiferentes cuerpos celestes y terrestres, unconocimiento positivo de todas las virtudes

    y potencias de Saturno, el Sol, y de otroscrculos planetarios9, un relato de laspocas10, un comentario mstico sobre elnmero doce11. Exgesis bblica, escatologa,cosmologa, antropologa, astrologa y arit-mosofa, tales son las materias sobre las quePasqually se propona dar indicacionessuplementarias; en ninguna parte habla dedesarrollar temas tocantes a la cristologa.

    Los motivos de esta reserva se

    advierten fcilmente cuando se constata, yes el segundo argumento en favor denuestra tesis, con qu cuidado Pasquallyevitaba explicarse sin rodeos sobre unacuestin teolgica que un heterodoxo nopoda tocar ms que con una extremaprudencia si no quera escandalizar a losfieles de la religin oficial y nacional. Cadavez que el autor de la Reintegracin llega ahablar de Cristo, mezcla con mucha

    perseverancia las ideas ms diferentes,cayendo, en el curso de la misma frase, entales contradicciones de trminos e imge-nes, que la obscuridad a la que lleva nopuede ser simplemente el efecto involun-tario de su imperfecta maestra del lenguajey de la confusin de su pensamiento; sedebe de ver en ello, ms bien, el granembarazo de su situacin para hacer pasarde contrabando una mercanca prohibida.

    Su malestar era mayor cuando se veaobligado a atacar directamente algncomentario del Nuevo Testamento, y aun-que puede resultar excesivo avanzar queese fue el obstculo que se opuso a laterminacin de su tratado, se puede tener almenos el derecho a suponer que en lasegunda parte de su obra no se iba a

    7I, 248.8I, 161.9I, 138.10I, 141.11I, 304.

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    explicar con mayor claridad ni ms extensa-mente ese punto tan delicado que no ha sidotratado en el texto que nos ha llegado12.

    El decoro cristiano, tras el que sedisimulaban las doctrinas de la Reinte-gracin, est preparado y diseado concuidado.

    Pasqually volvi en varias ocasionessobre esa idea de que el pueblo judo,debido a sus reiteradas apostasas, haperdido el ttulo y la dignidad de pueblo

    elegido por Dios, y no posee por lo tanto elmonopolio de las comunicaciones con lodivino, de manera que la verdadera religinha cesado de ser exclusivamente juda paravolverse universal. Por sus alianzas crimina-les con el prncipe de los demonios, losHebreos son llamados ms tarde: hijos delas tinieblas e hijos de sangre de la materia,y fueron reemplazados por aqullos que sellaman: hijos de la gracia divina13. Cuando

    la salvacin de Moiss, en que se le dio a supropia madre por nodriza ordenndolapresentar al nio cada da, la hija del Farananuncia la alianza que los idlatras haranen el futuro con las leyes divinas14.Prescribiendo a las familias judas que noposean corderos en casa reunirse por laPascua con quienes s los tenan, Moissanunciaba por la alianza que el resto deidlatras de Egipto (designacin simblica

    del mundo no judo) actuaran en el futurocon la ley divina, lo cual pas realmente15,ya que los restos de los Egipcios, despusde la destruccin del Faran y su ejrcito, se

    12Es tambin la opinin de Matter que remarca: En miopinin Martinez no aadi nada a su enseanza en laterminacin de su obra porque podra perder a varios desus adeptos. En efecto, su oyente cristiano no habrapodido aceptar discursos prestados a Jesucristo, San Juan o

    San Pablo. (VIII, 14).13I, 117.14I, 241.15I, 254.

    unieron a la ley de Moiss16.El cristianismo, religin universal a la

    que se han convertido hombres pertenecien-tes a todas las razas de la tierra, es repre-sentado expresamente como heredero de la

    ley divina proclamada por Moiss. Elprofeta haba prometido en el nombre delEterno que la operacin de eleccin o denombre espiritual dado al alma o al Menorse perpetuara entre los pueblos idlatrasms (que no seran ms o que seranentonces los ms) en privacin del conoci-miento del verdadero culto de la divinidad,que es claramente manifestado hoy en laIglesia cristiana por el sacramento del

    bautismo en que el nuevo-nacido recibe unnombre espiritual totalmente diferente delque llevaba por su origen material tempo-ral17.

    La Reintegracin habla del fundadorde la Iglesia, de su ser y de su misin en lostrminos que habran aprobado los doctoresen la Sorbona. Llama a Cristo: Diosviviente18, Verbo de Dios19, Hijo delCreador20, Hombre-Dios21; dice que, tras

    su muerte, rindi cuentas a su padre22; locoloca, con la Trinidad, fuera de sus teorascosmognicas y pneumatolgicas, subrayan-do que la accin del Eterno, que es elCristo, y su operacin, que es el EsprituSanto, no estncomprendidas ni la una ni laotra en ninguna especie de emanacin ni deemancipacin, de forma que sus accionesy operaciones sern siempre espiritualesdivinas sin ninguna dependencia al tiemponi a lo temporal23. El tratado profesa queel Cristo ha venido para reconciliar a losvivos y a los muertos en el Creador. DiosHijo, por su pasin y por la efusin de susangre, ha abierto las puertas de los cielos a

    16I, 241.17I, 365.18I, 52.19I, 112.20I, 241.21I, 235.22I, 48.23I, 322.

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    todos aqullos que estaban muertos enprivacin divina24.

    Pasqually, haciendo uso de un proce-dimiento similar a la apologtica cristiana,descubre en los versculos de la Biblia

    alusiones simblicas a las enseanzas delEvangelio, a los dogmas de la Iglesias y unaprefiguracin del advenimiento del Salva-dor25. Esa, suplantado por Jacob, confirmaesta prediccin de la Escritura de que losprimeros sern los ltimos26. Invocando alCreador por el triple grito: A m el Dios deAbraham, de Isaac y de Jacob, Jacobprofesa el dogma de la Trinidad, pues elprimer nombre evoca el tipo del Creador

    por la multitud de potencias espiritualesque le fueron dadas al patriarca padre delos hebreos; el segundo nombre evoca alHijo divino o la accin divina en la granposteridad de Dios que proviene de Isaac,en la cual se opera la eleccin ymanifestacin de la gloria divina; el tercernombre reconoce el verdadero tipo delEspritu por las grandes maravillas que elCreador ha realizado para l mostrndole al

    descubierto la gloria divina27.Esta exgesis simblica se aplica

    sobre todo al carcter, a la misin del Cristoy a los acontecimientos que marcaron supaso por la tierra. Abel era un tipo muysorprendente de la manifestacin de lagloria divina que se operara un da por elCristo para la reconciliacin perfecta de laposteridad pasada, presente y futura delPrimer Hombre28. No habiendo venido

    ms que por orden del Creador y por una

    24 I, 40.25 Sealar a este propsito que la exgesis alegricaempleada sistemticamente por Pasqually podra reclamarel ejemplo dado por los doctores cristianos. San Pablo(Glatas IV) declara que ciertos pasajes de la Escritura, porejemplo, aqul que habla de las dos mujeres de Abraham,tienen un sentido simblico. San Agustn (De Genesi;contra los Maniqueos, I, 2) reconoce que no puede tomarseal pie de la letra el texto de los tres primeros captulos delGnesis sin atribuir a Dios pensamientos y actos indignos

    de l y que hay que interpretarlos alegricamente.26I, 225.27I, 225.28I, 66.

    simple (nicamente por una) manifestacinespiritual divina, habiendo podido decircomo el Cristo: Mi Reino no es de estemundo, pues no deba gozar de ningunaparte de materia y no participar para nada

    en la divisin de la tierra que no deba deser distribuida ms que a la posteridad dehombres provenientes de los sentidos de lamateria. As fue prontamente sustrado delnmero de esa posteridad material despusde cumplir su misin segn la voluntad delCreador29. La forma de Abel, concebidasin exceso de los sentidos materiales, erams bien espiritual que material, y es poresa concepcin espiritual que miramos la

    figura de Abel como una verdadera figurade la forma del Cristo, proviniendo espiri-tualmente de una forma ordinaria sin elconcurso de operaciones fsicas materiales ysin la participacin de los sentidos de lamateria30. Eva, que estaba inundada de ungozo y de una satisfaccin inexpresablescuando llevaba a Abel en su seno, y Adam,que tena la misma satisfaccin y gozo,sonel tipo de la Virgen, de Isabel y de los

    dos padres temporales por el estremeci-miento que Isabel senta en su alma cuandola salud su prima Mara viniendo avisitarla y por la satisfaccin que sintieronsus dos padres temporales31. Abel, inmo-lado por Can, haca el verdadero tipo delMesas y la verdadera figura de lasOperaciones del Cristo. Abel fue verdade-ramente inmolado para cumplir la enterareconciliacin de su padre Adam32. La

    muerte dada a l por su hermano Can enpresencia de sus dos hermanas figuraba laderrota del individuo corporal del Cristo (lacrucifixin) operada por los hombres enpresencia de dos mujeres, Mara de Zebedeoy Mara Magdalena33. La sangre que hacorrido del Justo Abel es el tipo y elparecido cierto de la que Cristo deba

    29I, 132-133.30I, 112.31I, 67.32I, 219.33I, 113-114.

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    derramar34. As, despus de la muerte deAbel un intrprete espiritual se les apare-ci a Adam y Eva y les declara: El Creadoros dice por mi palabra que vosotros nohabis uno y otro producido la posteridad

    de Abel ms que para ser (para que l sea) elverdadero tipo de aqul que vendr en untiempo para ser el nico y verdaderoreconciliador de toda vuestra posteridad35.Adam, anunciando a Eva la muerte del

    Justo, le haba ya hecho saber que suscrmenes acababan de ser expiados por lavctima Abel y, sirvindose de la frmulaque deba de salir de los labios delsupliciado expirante sobre el Glgota, le

    dijo: Todo est consumado36.El nacimiento de Enoch fue marcado

    en los cielos por un signo planetario37; suadvenimiento al mundo presidi el de unareconciliacin universal (del universo con elCreador), el signo que apareci en sunacimiento predeca aqul que apareci enel nacimiento del Cristo y su tipo es el de lastres operaciones distintas que el Cristohabra de hacer en los hombres para la

    manifestacin de la gloria divina, para lasalvacin de los hombres y para la molestiade los demonios38. Los Menores patriarcasdeban de ser durante su vida temporal untipo real del advenimiento del Mesas y desu toda-potencia para la manifestacin de la

    justicia divina que deba de ser operada porl sobre todos los seres emanados39.

    El culto divino que No oper al salirdel Arca era la verdadera figura del que

    operaba el Hombre divino para la reconci-liacin del primer Menor40. Se dirigi a loshombres supervivientes y les anunci:alguien ms grande que yo, que debe nacerentre vuestras posteridades, os instruir msparticularmente sobre la justicia y la

    34I, 114.35I, 80.36I, 74.37I, 134.38I, 141.39I, 43.40I, 172.

    recompensa que le espera a la criatura alfinal de los tiempos, segn la confianza quehaya tenido en su Creador41.

    Isaac fue, en el momento en queAbraham se dispona a sacrificarlo, el

    verdadero tipo de aqul que el Creadorenviar sobre la tierra para operar elverdadero sacrificio42. El cordero inmoladoen su lugar era sombra y figura de lavctima que sera ofrecida a continuacin ennaturaleza efectiva, as como la oblacin deIsaac por su padre lo haba predicho43. Elbeso que Jacob da a Esacuando concibe elproyecto de suplantar a su hermano anun-ciaba la traicin que el Hombre-Dios debera

    de soportar por parte de uno de sushermanos y discpulos llamado JudasIscariote44. Moiss salvado de las aguas porla princesa egipcia es el tipo del adveni-miento del Cristo en este mundo, porque laPrincesa representaba a la madre delCristo. El cordero que sacrifica en holo-causto de expiacin es un smbolo de lavctima que deba de ser inmolada acontinuacin para la salvacin del gnero

    humano45, y la reconciliacin que l haoperado entre Israel y el Seor representala operacin del Hombre divino o Hijo delCreador46.

    En fin, Pasqually fecha expresamentela venida del Cristo con la fundacin delverdadero culto divino y presenta laaparicin del Cristo como el ltimo estadode una revelacin progresiva: Moiss hasobrepasado a Abraham y a los Sabios de

    Egipto por sus operaciones; el culto ejercidoen el Templo de Salomn era superior a losprecedentes; el Cristo ha operado un cultoinfinitamente ms grande que los otros. Esteltimo nos prueba claramente que todos loscultos pasados no eran ms que figuras del

    41I, 170.42I, 222.43I, 221.44I, 236.45I, 252.46I, 241.

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    que l ha hecho47.

    El color cristiano que tales pasajesproporcionan a la Reintegracin no puedeilusionar ms que a lectores superficiales.

    Sealemos, en primer lugar, quePasqually nunca se refiere a los textosevanglicos. Las Epstolas de San Pablo y losActos de los Apstoles le ofrecen, por lotanto, argumentos y apoyo a sus teoras mscaras. La conversin de Pablo en el caminode Damasco, inducida por una manifesta-cin acompaada de traccin, la visindurante la cual Cristo le declara: Yo te heescogido por testigo de las cosas que hasvisto y de las que te manifestar, sudialctica que define exactamente diciendo:Todo lo que elApstol podr predicar a los

    judos y a los gentiles partir de estaexperiencia innegable: el Cristo ha resu-citado, pues lo he visto como os veo avosotros48, todo ello confirma expresa-mente el axioma anunciado en la Reinte-gracin tras el cual el ojo es el rgano de laconviccin.

    Los escritos apostlicos proveen asde modelos acabados de los lus espiri-tuales probando la realidad de su misinmediante los dones sobrenaturales que ladivinidad les ha acordado: sean los de SanPablo mismo que declar ser el apoderadodel alma de sus primeros catecmenos de

    Corinto, no por los discursos persuasivosde sabidura, sino en la manifestacin delEspritu y la potencia, o sean los del dico-no Esteban que, colmado de gracias y depotencia, operaba en medio del pueblomilagros y signos extraordinarios. QuePasqually haya descuidado aproximacionesque le eran favorables a su tesis, resulta unhecho muy significativo; no puede tenerms que una sola explicacin: el cuidado de

    no invocar como autoridad escrituraria ms47I, 211.48Baumann: San Pablo, p. 17.

    que a la Biblia [A.T.] y nada ms que a laBiblia, excluyendo toda otra fuente derevelacin.

    Sobre algn otro asunto el silencio dePasqually tena otra razn diferente, pero

    tambin sintomtica. La decadencia deIsrael como depositaria de la verdaderareligin era el objeto de las parbolasevanglicas: via alquilada a otros obreroscuando los viadores mataron al hijo delmaestro enviado a ellos;hombre invitado alas bodas y echado con los pies y manosatadas en las tinieblas exteriores mientrasque los pobres caminantes vienen a tomarasiento en la sala del banquete. Pero, en un

    principio, el Nuevo Testamento y laReintegracin diferan profundamente en laopinin sobre sus consecuencias. Para elprimero, el cristianismo es el herederouniversal del judasmo; para la segunda, elconocimiento del verdadero culto divino,retirado al pueblo hebrero, es recogidoexclusivamente por algunos sabios, elegidospor el Seor para la conservacin ytransmisin de la tradicin secreta. As

    Pasqually se guarda de atraer cuidadosa-mente la atencin de sus lectores sobre elabismo que separa a la religin cristiana,pblica y abierta a todos, de su propio credoesotrico.

    La ortodoxia de la Reintegracin semanifiesta nicamente por la mencin quehace del Cristo, pero esta garanta no esfiable. Se tendra que obviar el sentido muypreciso y especial que Pasqually otorga a la

    palabra tipo. Para un lector poco fami-liarizado con la terminologa de la Reinte-gracin el trmino significa: fenmenoproftico, manifestacin prefigurativa, yesto valdra para ms de un pasaje de loscitados tomado muy por encima. Perocuando uno se da cuenta que para Pasquallyun tipo es la figura no solamente de unacontecimiento por venir sino tambin deun acontecimiento pasado49, se percibe que

    el autor de la Reintegracin no ha tomado

    49I, 158.

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    de la apologtica ortodoxa ms que uno desus mtodos para cambiar sus intenciones, yque las conclusiones a las que tiende sonmuy diferentes de los principios sobre losque los telogos cristianos fundaban su

    demostracin. Para estos,la vida y la pasinde Jess era el desenlace preparado yanunciado por las escenas del largo dramaque comenz con la falta de Adam, y estedesenlace tena como consecuencia el fin delreino de la Ley y el advenimiento del reinode la Gracia. Por el contrario, para Pasqua-lly, Jess, ser regenerador50, es una de lasnumerosas manifestaciones del tipo delReconciliador, es decir, del Espritu

    emanado del crculo de la divinidad con elfin de poner a los Menores muertos enprivacin en comunicacin con Dios y que,para cumplir esa misin, anima cada vezun cuerpo de materia aparente. Eladvenimiento del ser que los cristianosllaman Cristo noes por tanto una conclusinni un fenmeno nico y extraordinario; locoloca en el nmero de episodios de los quela Biblia proporciona tantos ejemplos y que

    podr renovarse hasta el final de lostiempos, ya que la debilidad de los Menoreshace breves los perodos de reconciliacinque la misericordia divina les concede en elcurso de las edades. Considerado bajo esteaspecto, el Cristo de Pasqually, no es slo elSalvador de los cristianos, es en realidaduna nueva encarnacin, despus de muchasotras, del Espritu doblemente fuerte delEspritu Octonario, del que Moiss deca,

    hablando a Israel: Est en ti segn tusmritos y se aleja de ti cuando te vuelvesindigno desu accin doblemente fuerte51.

    En consecuencia, la personalidad delJess del Evangelio se diluye al punto dedesaparecer casi completamente, su figurase atena y deviene una sombra plida y sinvida. Jess de Nazareth, que vivi conTiberio y fue crucificado por Poncio Pilatos,se confunde con todos los personajes

    50I, 375.51I, 338.

    bblicos de los que el Espritu Octonario seha servido para catequizar a los Menores yreconducirles a Dios52. Es lo que la Reinte-gracin llama inconsideradamente en varioslugares y de una manera particularmente

    formal cuando declara: Todas las reconci-liaciones operadas por Heli, Enoch, No yMelquisedec han sido hechas directamentepor el Cristo, ya que cualquiera de ellashansido operadas por la asistencia (medio) deMenores emanados para este fin, sinembargo estos Menores no han sido sinofiguras aparentes de las que el Cristo se haservido para manifestar la gloria y lamisericordia del Creador en favor de los

    reconciliados. Conocemos con certeza que elnmero Ocho es innato (dotado esencial-mente) de la doble potencia dada por elCreador al Cristo y es l quien nos enseaque el Mesas ha operado todas las cosas enfavor de los hombres temporales de laprimera y segunda posteridades deAdam53.

    Este Cristo transcendente o Mesas esun puro Espritu activado por su propia

    operacin doblemente fuerte y realizado deinmediato por su jefe54, pues l posee elOcho, nmero de la doble fuerza dada porel Creador al Cristo55o signo del Espritudoblemente fuerte perteneciendo al

    52La confusin que hace constantemente Pasqually entreel Espritu reconciliador y el intermediario (Profetas,Patriarcas, Menor lu) que toma para intermediar, seencuentra en germen en los pasajes de la Biblia donde,

    para disimular el antropomorfismo primitivo, Jehovah hasido reemplazado por su ngel (Malek Javeh) de forma queel ngel y Jehovah son a menudo confundidos; porejemplo, Agar conversa con el ngel del Seor, peroreconoce en su voz a Dios (Gnesis XVI, 7, 9, 10, 13), obien el ngel que se aparece en la Zarza Ardiente, pero esel mismo Jehovah quien desde el seno de la misma Zarzase dirige a Moiss (xodo III, 2, 4). La confusin es anmuy grande cuando a veces Pasqually pone a un Esprituentre el Cristo y el Menor intrprete, como en el pasajesiguiente: El nmero Cuatro es dado al Menor, el nmeroSiete es dado al Espritu que es el Cristo. El Cristo presideal Espritu, el Espritu preside al Menor y el Menor (su

    alma) preside a la forma terrestre (I, 47-48).53Es decir: Abel y Seth; I, 38-39.54I, 43.55I, 38.

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    Cristo56. l es el verdadero Reconciliadorpues el nombre del Cristo significa:receptculo de la operacin divina57 yMesas: regenerador espiritual divino58. Esgracias a lque los Patriarcas, que operan

    la voluntad del Cristo conjuntamente con elser espiritual doblemente fuerte, hanreconciliado su posteridad con el Crea-dor59. Los Menores lus no son ms quesus instrumentos. Pasqually cuenta diez,probablemente por respeto al valor msticodel Denario o en recuerdo de los diezPatriarcas que el Gnesis enumera despusde la creacin del mundo y hasta el Diluvio,y esa lista comienza con Abel y contina con

    Enoch, No, Melquisedec, Joseph, Moiss,David, Salomn, Zorobabel y cierra con elMesas, es decir Jesucristo60. As el Salvadorde los cristianos ya no es Dios que se hacecarne para rescatar a la humanidad median-te un sacrificio sin precedentes y cuyo efectodebe ser definitivo; es la dcima prueba deun tipo, se encuentra rebajado al rango deun Menor inspirado por un Espritu emana-do repetidas veces del crculo divino y

    situado en el mismo plano que algunospersonajes que se muestran en la Bibliacomo simples hombres, reyes o jefes dearmas; no es ms que una de las formasaparentes sobre las que se manifiesta elEspritu Reconciliador y no constituye msque el ltimo trmino de la serie, pues eltratado especifica que es uno de los tiposde la accin divina operada por el Espritudivino no solamente entre los Menores

    pasados y presentes sino tambin entre losMenores por venir61.

    Pasqually reincide en varias ocasio-nes sobre esta idea estableciendo una apro-ximacin entre el Cristo histrico y los otrosavatares del Reconciliador. Insiste en queNo ha repetido el mismo tipo as como

    56I, 79.57I, 44.58I, 43.59I, 45.60I, 110.61I, 235.

    Melquisedec, Zorobabel y el Cristo. Estoshan sido los propuestos por orden delCreador para marcar los seres menoresespirituales que deban de acompaar eltriunfo de la manifestacin de la justicia

    divina operada por la potencia del Hombre-Dios y divino segn su inmediata co-rrespondencia con el Creador62. Asimila lostrabajos de Moiss y del Cristo al trabajo deSeth y al de los Sabios que han operadodespus de l63. Ensea que Adam, Enoch,No, Moiss, Salomn y el Cristo han hechoun gran uso del tringulo en sus trabajos64.

    Jess, ltimo nacido de los Menoreslus, le interesa de hecho menos que los que

    le han precedido. En los primeros tiemposde la posteridad del Primer Hombre, Heli, alcual llamamos Cristo, y que reconocemoscon certeza como un ser pensante (encomunicacin intelectual directa con Dios)ha reconciliado a Adam con la creacin65.Heli reconcilia al Primer Hombre con elCreador por intermediacin de su esprituque se uni con el primer Menor emanado.Enoch, por su justicia, opera en favor de la

    posteridad de los hijos de Seth, tanto vivoscomo muertos66y reconcilia as la primeraposteridad de Adam67. No reconcilia lasegunda posteridad de Adam, reconciliandola suya con el Creador, y a continuacinreconciliando la tierra con Dios. Melqui-

    62I, 48-49.63I, 129.64I, 125.

    65I, 38. Es verdaderamente notable que Heli no figure enla lista de los diez Menores lus citada anteriormente,aunque Pasqually le concede de ordinario un papeleminente entre los instrumentos de la reconciliacin, perotales inadvertencias son frecuentes en la Reintegracin. Encuanto al inters que el tratado testimonia hacia Heli, seexplica por la tradicin juda que representa a Heli comoser privilegiado que deba de reaparecer antes deladvenimiento del Mesas y desvelar los secretos quepermanecieran impenetrables al espritu humano.Recordemos tambin que la literatura mstica juda atribuaa Enoch, as como a No y a Melquisedec, diversosapocalipsis, y que Melquisedec era citado en los escritos

    apostlicos como una figura anunciadora de Jesucristo yde su supremo sacerdocio.66I, 48.67I, 38.

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    sedec confirma estas primeras reconcilia-ciones bendiciendo las obras de Abraham ysus trescientos servidores68. Abel era untipo de los Menores dotados de la graciadivina que el Creador hizo nacer entre los

    hombres para ser instrumentos espiritualesde la manifestacin de su justicia. Entre losMenores destinados a esta clase de opera-ciones espirituales consideramos primero aEnoch, el sptimo de la posteridad de aqulal que ha reemplazado Abel, es decir deSeth. Enoch hace, por su misin, sus obras ysus operaciones y por el culto que profes,el verdadero tipo de la accin directa delEspritu doblemente fuerte del Creador; no

    es otra cosa que un Espritu santo bajo unaforma de materia aparente69; l deba serpor consecuencia un nuevo tipo de lavoluntad del Creador, as como se tenanque dar despus varios sucesores desde lostipos pasados hasta hoy. El primer princi-pio de la religin espiritual divina que sehaba establecido entre la posteridad de Sethse conserv y volvi a ponerse en vigor porla potencia de No, siendo l mismo un tipo

    de eleccin espiritual para la reconciliacingeneral y particular (de la tierra y de loshombres) con Dios70.

    El Cristo de los cristianos ha visto,ciertamente, la gloria del Creador, perocomparte este favor con todos los personajesde la Biblia puestos en relaciones directascon el Dios de Israel: No, Abraham, Isaac,

    Jacob, Moiss y Elas y, el tipo de estos sereselegidos, habiendo sido repetido por tradas,

    hace que Jess forme un elemento de latercera al lado de Moiss y Elas, pues ensus operaciones en el monte Thabor hanvisto todos juntos la gloria del Creador71.Tambin completa con Enoch, Melquisedecy Elas el nmero de cuatro Justos de loscuales dos fueron elevados del centro de latierra por el fuego espiritual y los otros doslo han sido en su propio cuerpo de gloria

    68I, 38.69I, 102-103.70I, 108-109.71I, 235-236.

    espiritual as como el Cristo lo prob por suresurreccin como hombre divino72.

    Este Cristo polimorfo, retoo tardode la doctrina docetista, desordenaba elbello equilibrio que los Padres de la iglesia,los telogos y los concilios se esforzaban pormantener entre las dos naturalezas delSalvador. Si el JessCristo de los cristianosse impona en calidad de Hijo de Dios ysegunda persona de la Trinidad, interesabatambin la sensibilidad por su naturaleza

    humana que, habindole hecho probar lossufrimientos de la carne y del espritu, leacercaba de su condicin. Los Evangelios,relatando los episodios de su existenciaterrestre y de su muerte, situndolos en doslugares conocidos y en una poca determi-nada, haban dibujado vigorosamente sufigura que, despus de los siglos, continuabavivamente real y presente en la imaginacinde los creyentes. Para el Cristo metafsico de

    la Reintegracin la esencia divina del Espri-72I, 191. Slo en un sitio Pasqually parece poner a Jessaparte de entre los Menores lus, pero slo es paraasociarlo con Moiss cuando dice que la posteridadpresente ser ms severamente castigada por su perversinque la precedente, ya que ha visto y entendido hablardirectamente lo que ha operado toda reconciliacinespiritual (ley divina recogida en el Sina) y aqul por elque el Creador ha manifestado todas sus obras a los ojosde su criatura (milagros de Jess). (I, 154). Es evidenteque Pasqually no ha tenido jams por el Cristo histrico la

    veneracin exclusiva y profunda que inspiraba a losverdaderos cristianos; otra prueba de la incapacidadradical, y puede ser hereditaria, de Pasqually, para aprobarlos sentimientos que, desde el punto de vista religioso,animaba a sus discpulos, se halla en el pasaje donde,hablando de los tipos que haba representado la hija delFaran, pone en la misma lnea a la madre del Cristo yesta bella hija virgen donde dice: yo soy negra, yo soybella (I, 245), es decir, la Virgen Mara y el amorexpresado en el Cantar de los Cantares. Ese acercamientoque jams admitira el espritu de un catlico, recuerda lacomparacin de Heine en su Historia de la EscuelaRomntica entre la Virgen, a la que en la Edad Media se

    haba establecido su culto para llegar a los corazonessentimentales, y la bella dama del mostrador, que sonabaen su poca en los cafs parisinos.

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    tu Octonario emanado del Supracelesteabsorba el elemento humano al punto quela forma sensible del Reconciliador setransformaba en un fantasma bajo mltiplesaspectos, desprovisto de toda personalidad

    individual y plstica, no teniendo en comncon el Menor de carne y sangre que vena asalvar ms que una vana apariencia.

    Por lo tanto, si en el balance queacabamos de ver, Pasqually sopesa los dostrminos constituyendo la entidad msticadel Cristo, decantndose manifiestamente afavor de lo divino, a continuacin oscilabaen sentido contrario, presentando en otrospasajes de su tratado al HombreDios de la

    teologa cristiana como una repeticin deltipo del Primer Adam y al Hombrereencontrando al cntuplo aquello que habaperdido en el principio.

    El punto de contacto entre estos dosaspectos diferentes del Cristo esotrico seestablece en medio del nmero Ocho y porun predicado aadido subrepticiamente a laPalabra de Hombre-Dios empleada corrien-temente por los telogos para designar al

    Salvador.El Octonario, atribuido por el Crea-

    dor al Espritu del Supraceleste para hacerlecapaz de reconciliar a los Menores cados,haba sido tambin dado al Primer Menor,que posea antes de su cada la doblepotencia perteneciente al Cristo, pues elPrimer Adam era, en su estado de inocencia,igual a los Espritus del Supraceleste; era,como ellos, pensante, es decir, estaba en

    comunin intelectual con la divinidad; portanto tena el derecho de decir que el PrimerHombre era el verdadero Adam o elCristo73 y llamarle Menor Cristo74 yDios emanado75.

    Por otro lado, el Primer Adam,habiendo sido encargado de la prisinmaterial donde se encontraban encerradoslos Espritus perversos, el Menor era en su

    73I, 66.74I, 112.75I, 32.

    primer principio el HombreDios de latierra y de toda la creacin y no poda estarsujeto al castigo del tiempo o pena temporal(la muerte)76porque haba sido nombradopor el Eterno HombreDios y comendador

    de todo ser espiritual y temporal77. As Nollama a su segunda posteridad Hombres-Dioses de la tierra, puesto que habarepoblado la tierra con los seres salvados ensu arca, haciendo l mismo el tipo delCreador78.

    Jess Cristo, HombreDios y divinode este universo79, ha recordado el tipo delPrimer Adam, ser tambin puro y perfectoque es la accin del Eterno que es el

    Cristo80. El advenimiento y la resurreccin(con la transfiguracin) del Cristo, as comoel descenso del Espritu divino en el Templode Salomn (Shekina) nos ha hecho ver en lanaturaleza (de forma sensible) la formagloriosa que posea primitivamente Adam.Adems, Jess es una rplica exacta delAdam cado, como lo prueba la aparicinque el jefe de los demonios hizo enpresencia del Cristo, HombreDios de la

    tierra. Este ser perverso no se le hubieseaparecido bajo una forma humana y no lehubiese podido atacar si el Hombre-Dios nohubiera estado revestido de un cuerpo demateria y si se hubiese servido de la formagloriosa que es innata en l, porque entoncesla contraccin (accin contraria) espiritual ydemonaca no habra podido tener lugar, yaque el Espritu puro tiene el privilegio deunir y detener toda operacin de los

    Espritus impuros. Aparecindose al hom-76I, 315.77I, 320.78I, 180.79I, 375.80 I, 322. La identificacin de Jess-Cristo con el PrimerHombre en su estado de inocencia es establecidaclaramente en una carta de Pasqually donde, dirigindose asus discpulos ms ntimos, habla de las diferentesoperaciones del Cristo que ha operado realmente en dossubstancias, la una como Hombre-Dios en calidad de

    verdadero Adam operando sobre la tierra entre loshombres materiales, la otra como hombre divino operandopor la resurreccin operante en todos los hombresespirituales (II, 185).

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    bre divino, el jefe de los demonios pretendacorromper la forma de materia corporal deeste ser divino y sobre todo seducir al serespiritual que habitaba en ese cuerpo81.

    El Espritu Reconciliador, unindose

    a Adam cado, hace renacer, al menosparcialmente, al Primer Adam. Fue por elculto del Hombre-Divino o Cristo que elCreador volvi a bendecir la creacinuniversal volviendo a bendecir a Adam alque haba maldecido como jefe principal detodo ser creado ycomo hombre divino de latierra82. Durante la reconciliacin deAdam con el Creador los tres personajes deeste acto fueron Adam, el Cristo y el

    Creador, siendo el Cristo la voluntad querealizaba la intencin del Padre83.

    El doble aspecto bajo el que laReintegracin presenta al Cristo del NuevoTestamento nos informa sobre la naturalezadel cristianismo de Pasqually. Los kabalistas

    cristianos, tales como Reuchlin componien-do su Verbum Mirificum con el monogramade Cristo junto al Tetragrama, habanintentado situar las teoras msticas de laKbala en el marco de la doctrina cristianapresentando el esoterismo talmdico comoun eco de las revelaciones hechas por elSalvador a sus discpulos; absorbieron as latradicin secreta juda en el cristianismo.Pasqually sigui un camino opuesto: tendi

    a integrar el cristianismo histrico ytradicional en su sistema mstico dando a lostemas fundamentales y a las expresionesteolgicas consagradas un sentido apropia-do, sirvindose de los mtodos de laexgesis ortodoxa para reconducir el tema asus fines particulares.

    La segunda y tercera personas de laTrinidad, es decir, el Hijo y el Espritu Santo,devienen la accin del Eterno que es el

    81I, 373-374.82I, 172.83I, 60.

    Cristo, y su operacin que es el EsprituSanto84. Si nos ha sido enseado que Diosestaba en tres personas es porque elCreador ha operado tres acciones divinas ydistintas la una de la otra en favor de tres

    Menores, Abraham, Isaac y Jacob (en quecada uno haba sido testigo de unateofana)85.

    Lo que se llama vulgarmente pecadooriginal es lo que denominamos espiritual-mente decreto pronunciado por el Eternocontra la posteridad de Adam hasta el finalde los siglos y que mantena al alma sujeta

    84

    I, 322.85 I, 234. Pasqually no admite ms que en apariencia eldogma de la Trinidad. Cuando es infiel al monotesmojudo, adopta la concepcin kabalstica de le cudruple, oempleando su propio vocabulario, cuatriple esencia de ladivinidad. Esas tres personas, indica despus de la fraseque acabamos de citar, no se encuentran en Dios ms queen relacin a sus acciones divinas, y no se las puedeconcebir de otro modo sin degradar la divinidad que esindivisible, y no puede ser susceptible de ninguna manerade tener en ella diferentes personalidades distintas las unasde las otras. Si fuera posible admitir en el Creador tresPersonas distintas, habra que admitir cuatro en vez de tres,

    relativamente a (en razn de) la cuatriple esencia que debeseros conocida (que l hace que yo os haga conocer), asaber: El Espritu Divino 10, el Espritu Mayor 7, ElEspritu Inferior 3 y el Espritu Menor 4. Es por lo cualconcebimos la imposibilidad de que el Creador seencuentre dividido en tres naturalezas personales. Que losque quieran divisar al Creador en su esencia, observen almenos divisarlo en el contenido de su inmensidad. (I,234-235). En otro lugar Pasqually compone la cudruplepotencia divina, es decir los cuatro despliegues de Dios,con 10, primera potencia divina (Dios inmanente o sumade los Shephiroth), 7, segunda potencia divina (Espritusplanetarios y fuerzas astrales), 6, tercera potencia divina

    (universo material y fuerzas fsicas), 4, cuarta potencia delCreador (Hombre-Dios de la tierra y el universo) (I, 122-124). La repugnancia que a Pasqually le inspira laconcepcin ternaria de la divinidad es tan fuerte que rehsaal tringulo la significacin mstica adoptada por los judosy despus de algn tiempo recogida por los cristianos. Nose puede concebir, dice, que el tringulo sea la figura de laTrinidad, aunque hayan dado a los tres ngulos de untringulo equiltero los nombres de Padre, Hijo y EsprituSanto, porque la Trinidad no puede ser figurada porninguna forma sensible a los ojos de la materia, y, paradar a la figura tradicional una interpretacin ms conformea su ntima opinin, hace sealar que el centro del

    tringulo, de donde emanan los tres puntos angulares, estcompuesto de cuatro letras, es decir, del Tetragrama (I,126).

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    al padecimiento de la privacin y la formamaterial y pasiva86.

    Lo que se llama vulgarmente elPurgatorio significa el asilo espirituoso(reserva de los elementos constitutivos de la

    materia en la que cual es formado el mundosensible) donde los Menores fallecidos(salidos) de este bajo mundo van a cumpliren privacin divina el resto de susoperaciones espirituales simples (sin mezclade elementos materiales) segn el decretodel Creador87.

    Pasqually no se contenta solamente

    con transponer ms o menos abiertamentelos motivos cristianos; a la lista de citasortodoxas que ya hemos explicado oponeuna continuacin mucho ms considerablede pasajes donde, tomando como base laapologtica cristiana, el autor del tratadoinvierte los trminos de la demostracinencontrando en la misin, la vida y lapasin de Jess, una nueva ilustracin desus doctrinas fundamentales, de las que ya

    habra dejado al descubierto su confirma-cin en su comentario esotrico de la Biblia.

    Si Jess monta en un asno paraentrar en Jerusaln, esto era para repre-sentar efectivamente el olvido en el quecae peridicamente la verdadera religinenmedio de Ismael y de Israel, de igualforma que, cuando Abraham e Isaacsubieron al Moria, llevaron el asno conellos para mostrarnos la ignorancia en que

    quedaran un da estas dos naciones y queen su perjuicio la luz sera transferida enmedio de las tinieblas y de los pueblosgentiles88.

    El nacimiento del Cristo figura laincorporacin material del Primer Hombre.La entrada de este Mayor Espiritual, oVerbo del Creador, en el cuerpo de una

    joven virgen nos recuerda claramente la

    86I, 53.87I, 219.88I, 217.

    entrada del Primer Menor en los abismosde la tierra para revestirse de un cuerpo demateria. Las diferentes penas y revolu-ciones que prueba el cuerpo de esta jovenvirgen en el embarazo y el alumbramiento

    son la figura de le sujecin y las revolu-ciones espirituales demonacas que elcuerpo general terrestre soporta y estobligado a soportar en relacin a laprevaricacin de Adam89. En otro sitioesta formacin corporal del Cristo nosretraza la incorporacin material del primerHombre que, despus de su prevaricacin,fue despojado de su cuerpo de gloria ytom uno de materia grosera precipitn-

    dose en las entraas de la tierra. Pues, antesde que este Espritu divino doblementefuerte y superior a todo ser emanadoviniese a operar le justicia divina entre loshombres, habitaba el crculo puro y glorio-so de la inmensidad divina. Pero, cuandofue enviado por el Creador, dej este medioespiritual para encerrarse en el seno de una

    joven virgen. Ahora bien, la ausencia queprovoc este Menor Cristo en su verdadera

    estancia no nos recuerda la expulsin delPrimer Hombre de su cuerpo de gloria?90.Mismamente por su resurreccin gloriosa(transfiguracin) el Cristo ha probadofsicamente que los descendientes deAdam deban de habitar primitivamenteun cuerpo de gloria incorruptible91.

    Jess, a quien los recitados evang-licos nos muestran luchando victoriosa-mente contra les demonios, acta como uno

    de los Espritus Octonarios que, accionanno solamente sobre el mundo terrestre y elmundo material, sino tambin sobre elcrculo del eje universal, cumpliendo undoble oficio y teniendo por rango y misinel acto de la doble fuerza, con el fin de servirde doble defensa ante la atrocidad de lasoperaciones demonacas92.

    89I, 112-113.90I, 112.91I, 43.92I, 335.

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    El eclipse de sol que acompaa lamuerte del Cristo es el tipo real del azotesobrevenido a los Espritus demonacos a losque el Cristo, por su operacin, redujo anms bajo de lo que ya estaban en su

    privacin de potencia contra la creacingeneral y particular93. Ese eclipse recuerdatambin las tinieblas de la ignorancia en lasque los hebreos se encontrarn inmersoscuando hayan eclipsado de su memoria lossantos nombres divinos. Ese eclipse erafinalmente el verdadero tipo de la materiageneral (mundo material) que se eclipsarpor entero en el final de los tiempos94.

    La ruptura del velo del Templo es el

    verdadero tipo de la liberacin del Menorprivado (hasta entonces) de la presencia delCreador. Explica la reintegracin de lamateria aparente que vela y separa todo sermenor del conocimiento perfecto. Explica eldesgarro y el descenso de los siete cielosplanetarios que velan por sus cuerpos demateria a los Menores Espirituales la granluz divina que reina en el crculo celeste95.

    Las palabras que el Cristo dirige a sus

    apstoles al final de su ltima operacintemporal en el Monte de los Olivos,cuando, habiendo venido a reunirles, losencontr dormidos y despertndoles lesdijo: No durmis, pues la carne es dbil y elespritu es rpido, son una prueba de lantima unin de los Espritus malvados conel cuerpo del hombre96. El poder que tienenlos demonios para destruir los cuerposhumanos es tambin demostrado por la

    defeccin (destruccin) del cuerpo delCristo destruido por la mano de loshombres97.

    Jess no ense a los hombres unculto nuevo; solamente confirm la leyque prohiba el servicio divino a los cojos y

    93Sealar que en esta frase el nombre Cristo designa, noal Jess del evangelio, sino al Reconciliador que semanifiesta peridicamente por medio de los Menores lusy del cual Jess de Nazaret ha sido el rgano.94I, 115.95I, 116.96I, 87.97I, 113.

    los ejercicios religiosos que prescribi sonlos mismos que sirvieron primitivamente,tal y como hemos visto al fijar las divisionesdel tiempo: El Cristo ha dejado por suinstitucin espiritual divina a sus discpulos

    la oracin y la invocacin diaria de seishoras que completan (forman) el daordinario de veinticuatro horas. Segunda-mente (posteriormente) el Cristo fij a susdiscpulos el tiempo en el que tenan queejercer los cuatro grandes cultos divinos98.

    La interpretacin esotrica que daPasqually del descenso del Cristo a losInfiernos es una transposicin de un temaque el cristianismo tena por cierto,

    adoptndolo, dejndolo en forma deesbozo; tiende a ilustrar las teoras de laReintegracin sobre el sello anunciador dela salvacin y sobre el modo que losMenores lus conceden a los MenoresEspirituales por las manifestaciones que loslus Cohen esperan de sus trabajos.

    Recordando los tres das que elCristo qued ignorado de la tierra y sushabitantes, el tratado enumera las tres

    operaciones que realiz durante estetiempo. El primer da descendi a loslugares de ms grande privacin divina,llamados vulgarmente los Infiernos, paraliberar de la servidumbre horrible a losMenores marcados con el sello de lareconciliacin. Su segunda operacin fuehecha en favor de los Justos llamados losSantos Patriarcas, que pagaban todavatributo a la justicia del Creador, no por

    haber tenido una vida criminal ni habersido mal conducidos espiritualmente, sinopara purgar la mancha que contrajeron porsu permanencia en una forma de materia.El carcter que el Regenerador puso sobreestos Santos Patriarcas era un ser espiritualmayor ms poderoso que los Menores

    98I, 212. Por lo dems, Pasqually seala, en otro lugar, supoca estima por el calendario gregoriano. Despus de

    haber declarado, como ya vemos visto, que el clculo lunarhaba sido siempre el verdadero cmputo sagrado, aadedesdeosamente: el clculo solar no es adoptado ms quepor los cristianos (I, 206).

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    gloriosos y que ellos (los Menores Espiri-tuales)no podan distinguir ms que por lasdiferentes operaciones espirituales que esteser operaba por s mismo en el centro deestos Menores reconciliados pero an no

    regenerados. l les dio el poder pararestituir el carcter doblemente fuerte de suoperacin reversible sobre los Menores enprivacin y esta para su propia operacinespiritual sobre estos Menores en favor delos cules deban operar para la ms grandegloria del Creador y la mayor de lasvergenzas de los demonios. Esto viene adecir en el lenguaje ordinario que el CristoTranscendente, o Reconciliador, imprime a

    los Menores espirituales el sello de laredencin delegando a un Espritu Mayorrevestir a los Patriarcas de un cuerpo degloria permitindoles manifestarse a losojos del Operante.

    La tercera operacin del Cristo hacealusin el tercer da de su sepultura, y fuerealizada sobre dos especies de Menores queestaban ms o menos estrechados enprivacin divina. As, esta tercera operacin

    fue dividida en dos substancias (se componede dos actos, y dos efectos) de las que unaes visible a los mortales ordinarios y la otrainvisible a estos mismos mortales. El objetode la primera substancia es acortar elcurso y las operaciones de los Menores enlos tres crculos, a fin de que estos Menorespuedan despus reposar a la sombra de sureconciliacin. La segunda consiste en elplano que les ha trazado l mismo sea por

    su resurreccin (bajo una forma gloriosa),sea por su propia instruccin que ha dejadoa sus fieles elegidos mediante su palabraespiritual divina, siendo esta segunda subs-tancia visible a los hombres corporales99.De tal forma que, en resumen, Jess, por sudescenso y su aparicin en los Infiernos, hademostrado la verdad de lo que Pasquallyensea a sus discpulos sobre la naturaleza yel alcance del resultado de sus Operaciones.

    99I, 42-48.

    La inversin de la interpretacinsimblica, que tenda a representar comouna simple repeticin los fenmenos que laapologtica cristiana consideraba como unaprefiguracin, conduce a Pasqually a insistir

    sobre los trazos que hacen del nacimiento,de la carrera terrestre, de la pasin y de laascensin de Jess una rplica de detallesrelacionados sobre la vida y la muerte deAbel, Elas y Enoch por la Biblia o por unatradicin secreta de la que el maestro de loslus Cohen pretenda ser el depositario.

    Abel, no teniendo an ms que tresaos iba siempre aumentando en bondad ysabidura, en virtud y buen ejemplo todo el

    tiempo que permaneci entre los hombrescomo Hombre-Dios justo sobre la tierra100.Si la sangre que se ha derramado del JustoAbel es el tipo y la semejanza cierta de laque el Cristo deba derramar, esto noquiere decir que la muerte del Primer Justono haya tenido otro valor que el de anunciarla crucifixin; ella ya operaba una reconcilia-cin: esta ha sido repetida claramente porla circuncisin de Abraham, as es

    sensible que la efusin de sangre del Cristoes la confirmacin de todos los tipos que lehan precedido101, lo mismo que en sucalidad de Hombre-Dios y de hombredivino nos ha asegurado por la circuncisinque ha sufrido la alianza del Creador conAdam, No, Abraham y toda su crea-cin102.

    El nacimiento de Enoch, que es elgran tipo del ceremonial y del culto divino

    entre los hombres del pasado, el tipo dereconciliacin del gnero humano, fueanunciado por una estrella o cometa queapareca regularmente en el momento enque un Menor haca su entrada en estemundo103. Fue emanado de su padre

    Jared por el Espritu. Jared saba por elEspritu divino que lrecibira diariamentelas luces, el tipo maravilloso que su hijo

    100I, 65.101I, 114.102I, 222.103I, 135.

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    Enoch deba hacer del Espritu divino y dela accin misma de la divinidad para laconduccin y la defensa de los Menorescontra los ataques de sus enemigos104.Enoch hizo entre la posteridad de Seth y de

    Enos una eleccin de diez sujetos a loscuales declara la voluntad del Creador.Uno de sus discpulos admitido por Enochen la reconciliacin divina tuvo unaconducta atroz que suscit le disensin entrelos discpulos, Enoch hizo con los nueve

    Justos una asamblea en la que les comunicapor entero su secreto105. El corazn de estosnueve Justos fue tan fuertemente sobreco-gido que sufrieron una especie de anonada-

    miento o adormecimiento que dur aproxi-madamente una hora. Durante este tiempoEnoch hizo su invocacin al Creador enfavor de estos nueve discpulos que vieronentonces en la situacin en que seencontraban todas las calamidades de lasque el Creador deba servirse para golpearla tierra y a todos sus habitantesApenado, Enoch termin de hablar ybendijo a los nueve discpulos mientras que

    una nube inflamada baj del cielo y le elevrpidamente para llevar este Espritu Santoa su destino. Sus discpulos, al perderle devista se lamentaron y dijeron: Qu nosdeparar el destino, oh Eterno, sin laasistencia de nuestro maestro Enoch? Sinentrar en el detalle de la conducta particularde Enoch para con sus discpulos y de sueleccin secreta, es suficiente observar loque acaba de ser dicho para ver claramente

    que el verdadero Mesas siempre ha estadocon los Hijos de Dios, pero no obstantedesconocido106.

    104I, 131.105Recuerdo una leyenda muy a este favor de los siglos IIy III de nuestra era y despus de la cual el Cristo habra,bien sea en el Monte de los Olivos o en el curso de unaaparicin posterior a la crucifixin, revelado a losdiscpulos que le fueron fieles la verdadera va de la

    salvacin. Es esta disciplina arcani, rplica de laenseanza secreta dada por Jehovah a Moiss sobre elSina, la que reclamaban los gnsticos.106I, 103-107.

    Si los cuerpos humanos estn sujetosa la putrefaccin, no lo han sido igual-mente los de Cristo, Abel, Elas y Enoch,tanto para su ser espiritual como para suforma material, porque estos seres espiri-

    tuales no son susceptibles de putrefaccin,por lo que su reintegracin tanto espiritualcomo temporal ha sido sucinta (rpida)107.

    Estos diferentes trazos, que conseguridad se han tomado prestados de laBiblia108, son un desmarcaje ms o menosdiestro de lo que los Evangelios relatansobre la infancia de Jess de Nazareth, de laAnunciacin, de la estrella de los Magos, dela traicin de Judas, de la Cena, del sueo

    de los Apstoles y de la vigilia del Cristo enelJardn de los Olivos, y finalmente de laTransfiguracin y de la Ascensin.Hay quesealar particularmente el pasaje en el quePasqually dice expresamente que el Mesasha aparecido sobre la tierra mucho tiempoantes que Jess y sin que los hombreshayan tenido conocimiento de su presencia,al menos aquellos que no estaban iniciadosen la verdadera doctrina.

    Es del mismo espritu que se inspirael tratado cuando llega a referirse a lasfiestas cristianas y al ritual de la misa: nobusca ms que una nueva confirmacin desus doctrinas secretas. Para probar que

    Jess-Cristo no ha hecho ms que recordara los hombres las reglas del culto divinoque ya les haban sido reveladas despusdel Diluvio, revela que estos mismosdiscpulos que componen la iglesia cristiana

    hacen todava hoy en da sus plegarias einvocaciones cuatro veces al da109 y quehay cuatro intervalos de plegarias usadasen nuestras iglesias110, y concluye: Heaqu que recuerdo el primer orden del cultoespiritual divino establecido entre lasprimeras naciones noaquitas (descendientes

    107I, 140.108 Ascensin de Elas y desesperanza de sus discpulos

    (IV Reyes, II, 11-17); Presuncin de Enoch (Gnesis, V,24).109I, 211.110I, 201.

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    de No) por los sabios hijos de No, y laiglesia cristiana observa fielmente estainstitucin por sus cuatro grandes fiestasanuales, de las que dos deben sercelebradas en los solsticios (Navidad y

    Fiesta de Dios) y las otras dos en los dosequinoccios (Pascua y Todos los Santos).Esto recuerda el segundo orden espiritualdel culto divino establecido entre esasprimeras naciones111. De lo mismo elprincipio mstico de la cooperacinsimptica, de la que los lus Cohen hacanuso en el curso de sus Operacionesy que eltratado asegura haber sido puesto en obrapor Adam, Enoch, Moiss, Aarn y en el

    Templo de Salomn, es consagrado, a estoque asegura Passually, por el culto catlico,puesto que la Iglesia del Cristo nos lopresenta todava hoy en da en el sacrificioque ofrece sobre el altar de la purificacin(consagracin de la hostia) por la mano, laintencin y la palabra del celebrante,asistido por el primer, segundo y tercerdicono112.

    111I, 212.112I, 195.

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    EL ESOTERISMO CRISTIANOY EL RGIMEN ESCOCS RECTIFICADO113

    Por Jean-Franois Var(Gran Priorato de las Galias)

    I Parte:EL ESOTERISMO CRISTIANO:

    QU ES... Y QU NO ES

    Antes de dejarlo todo dicho tal y como se expresa el poeta quiero, para no dejarnada en la oscuridad, dejar netamente claro mi propsito. Soy Francmasn rectificado porvocacin (he practicado y practico todava otros Ritos, pero el Rectificado es mi Rito deeleccin). Soy universitario por formacin, y hombre de Iglesia por estado. Es, pues, a estetriple ttulo que me voy a expresar.

    En segundo lugar, tratar, de la manera ms completa que me sea posible, del tema quehe escogido: el esoterismo cristiano tal como est vehiculado y formalizado dentro y por unSistema masnico particular, el Rgimen Escocs Rectificado. No hablar, pues, de otrosSistemas masnicos. Me abstendr, y que nadie se confunda, ni por desprecio ni porindiferencia: esto no implica de mi parte ningn juicio de valor sobre ellos. Lo har porque estosRitos quedan fuera de mi tema, es decir, por una simple y pura necesidad lgica; ms tardeveris las razones.

    Finalmente, una ltima precisin: hablar nicamente del esoterismo cristiano, o msexactamente an, de un esoterismo cristiano: el del Rgimen Escocs Rectificado.

    Por esto, todo ello nos obliga a un proceso previo: el de preguntarnos sobre la pertinenciade nuestro propsito.

    La nocin de esoterismo cristiano

    En efecto, cuando uno trata sobre el esoterismo cristiano, la cuestin es la de saber sobrequ se ha de poner el acento: sobre esoterismo, o sobre cristiano? Sobre el esoterismo, osobre el cristianismo?

    En este sentido existen, seguro que no lo ignoris, dos escuelas antinmicas. Para los quesecundan la primera escuela, existe una especie de esoterismo en s, un esoterismouniversal, el cual toma, segn las circunstancias de tiempo y de lugar, tal o cual formaparticular adaptada a sus circunstancias, por ejemplo, la forma cristiana. En esta concepcin, elesoterismo cristiano, es el esoterismo que ha tomado, que se ha revestido de una formacristiana. Para emplear el lenguaje escolstico (al cual Gunon recurre a menudo) el esoterismosera la sustancia, mientras que el cristianismo sera una modalidad.

    Para otros, al contrario, el cristianismo (como por otra parte cualquier religintradicional) es una base a la vez divina (la Revelacin) y humana (la recepcin y la transmisinde esta Revelacin), base que ha producido categoras y estructuras al mismo tiempo mentales ysociales (ideas y costumbres) donde el conjunto constituye un hecho de civilizacin, de cultura

    113Traduccin: Ramn Mart Blanco, Gran Maestro / Gran Prior del Gran Priorato de Hispania (www.rectificado.org).

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    y de sociedad. En el interior de este hecho de civilizacin, pueden aparecer (y, muygeneralmente, por no decir siempre, aparecen) actitudes esotricas o esoterismos, que son unamanera particular, especial, de ver, concebir y vivir la herencia comn. En resumen, elesoterismo es una visin y una inteleccin del cristianismo o, si se prefiere, una forma deconciencia del mundo del cristianismo, que implica necesariamente unas modalidades de

    vida, unos comportamientos especficos; forma de conciencia y comportamientos que tienentambin su legitimidad, y yo aadira, una legitimidad igual.

    Desde esta perspectiva, el esoterismo no es superior a aquello que no es esoterismo:simplemente es otra cosa.

    Este es el punto de vista en el que yo me sito. Me inscribo deliberadamente yexclusivamente en el marco de este hecho de civilizacin, cultura y sociedad que es elcristianismo; sin olvidar (sobre todo!) que la religin es primeramente y ante todo una relacinpersonal e ntima del hombre con Dios; relacin que se vive en la oracin incluso si,habitualmente, es tambin un fenmeno colectivo.

    En esta nocin de mundo del cristianismo que ser el objeto de nuestro examen,

    incluyo, y veremos ms tarde por qu y cmo, no slo el mundo en sentido propio, el mundocreado, es decir el hombre y el universo, sino tambin aquello que, por extrapolacin, se podrallamar el mundo increado, es decir, Dios; as como las relaciones recprocas entre Dios, elhombre y el universo.

    Esta eleccin que he hecho es el resultado de una toma de partido pero tambin de unaconviccin personal. En el excelente librito que consagr a LEsotrisme en la coleccin Quesais-je? (P.U.F., 1992) y que os recomiendo particularmente, Antoine Faivre escribe (p. 7): Elautor de estas lneas no siempre ha comprendido lo que sera un esoterismo universal. Por miparte, suscribo enteramente esta declaracin. sta que os voy a confiar es mi opinin y soiscompletamente libres de no compartirla en absoluto. Pero me niego totalmente a iniciar una

    discusin y an menos una polmica sobre este punto: no es mi tema. Mi tema, ya lo hedelimitado tal como lo he delimitado, es la parte de arbitrio a la cual tiene derecho todo autor.

    Aqu va a tratarse exclusivamente de lo que concierne al esoterismo y su aparicin en elseno del mundo cristiano, y quiero precisar que, nicamente, restringiendo an ms nuestrocampo de reflexin, al seno del mundo cristiano occidental. Dejar enteramente de lado elmundo cristiano oriental donde su estudio hara surgir cantidad de cuestiones tan complejascomo sutiles, en lo que respecta especialmente a la teologa y a la mstica ortodoxas (teologa ymsticas que son indisociables), cuestiones stas que superaran con mucho la duracin previstapara esta exposicin, y no digamos el marco en el que sta tiene lugar es decir, y para hablarclaro, la reglas de nuestra Orden y que por tanto, no nos autorizan.

    Abro aqu un parntesis. Por mundo cristiano occidental, entiendo aquello quepermanece regido por la nocin de tradicin, teniendo sta ltima dos caras: cultural y religiosa.Engloba, pues, en su duracin, en primer lugar a la Edad Media. Se ha fijado arbitrariamente sucomienzo en la escisin del Imperio romano en dos partes, oriental y occidental, a la muerte deTeodosio en el 395; o incluso en la desaparicin del Imperio romano de Occidente el 476.Digamos que, desde nuestro punto de vista, la poca Medieval empieza y, cronolgicamente,esto no cambia gran cosa con san Agustn (354 - 430) que la Europa (occidental) haconsiderado unnimemente como su maestro, ya que, durante siglos, ha vivido de susenseanzas, y porque ha sido deudora de la mayor parte de sus conocimientos (mucho menosfragmentarios de lo que se ha pretendido) heredados de la cultura antigua. Es a l, en particular,

    a quien se debe la persistencia durante ms de un milenio del trivium y del quadrivium, esdecir, de esta escala de las siete ciencias liberales que se reencuentran en todos los textosmasnicos, tanto de naturaleza operativa como especulativa. En la Edad Media, e incluyo el

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    Renacimiento, poca de renovacin, ciertamente, pero bajo el signo de la tradicin, del retorno ala tradicin autntica: la edad clsica. Evidentemente, y tambin en parte nicamente, esto quese ha convenido en llamar el Siglo de las Luces, e incluso, la poca romntica, pero nicamenteen la medida en que la nocin de tradicin resiste y subsiste an, y no ha sido todavasobrepasada, sumergida, por la de progreso. Pues, no nos equivoquemos, con la revolucin

    industrial, que es tambin una revolucin cultural, la tradicin no es slo considerada comouna supervivencia obsoleta y un tanto ridcula, sino tambin como un obstculo a eliminarradicalmente para dejar libre curso a la marcha victoriosa del progreso.... Progreso del que hoyen da podemos degustar an lo frutos amargos!

    Lo que es posible que os aparezca como un excursus,114 en realidad no lo es. Me hacafalta trazar bien los lmites de este campo que vamos a atravesar juntos para poner al da elesoterismo cristiano. Pero, he aqu, que se plantean de nuevo al igual que los obstculos quese multiplican bajo el paso de los hroes de las leyendas dos nuevas cuestiones previas: Haexistido, existe un esoterismo cristiano? Si es que s, qu esoterismo cristiano? Las respuestas aestas cuestiones nos van a conducir a desembarazarnos de dos concepciones errneas al

    menos momentneamente, pues ellas tienen una vida difcil (son difciles de dejar?).

    Las enseanzas secretas de Cristo

    La primera de estas concepciones sera aquella de las pretendidas enseanzas secretasque estaran reservadas slo a algunos pocos en el interior de la masa de cristianos, enseanzasen las que el acceso estara prohibido a esta masa y la existencia de la cual le sera inclusoescondida. Para mantener esta idea, se han apoyado en la actitud de Cristo, que habla a lamultitud en parbolas y slo explica el sentido escondido posteriormente y nicamente a susdiscpulos (p. ex. Marcos IV, 33). Los ejemplos son numerosos, en efecto, y nosotros slo vamos

    a citar dos entre las decenas que hay: la parbola del sembrador, y la de la cizaa y el buengrano, que se encuentran las dos en el captulo XIII del evangelio de san Mateo. Es verdad quedespus de la marcha de la multitud, los discpulos solicitan de Cristo la explicacin de susparbolas que ellos mismos no han comprendido mucho mejor que el resto de la gente. Cristo,adems, se molesta: acaso no tenis inteligencia?; e incluso llega a enfadarse: Razaincrdula y perversa, hasta cundo estar con vosotros? Si la calidad de los discpulos deCristo, destinatarios de sus enseanzas secretas, habra debido implicar una capacidadinicitica en el sentido esotrico del trmino, esta falta de inteligencia que el Maestro lesreprocha no da demasiado testimonio verdaderamente a favor de la existencia entre ellos deuna tal capacidad! Tal es as, que a menudo, incluso despus de la explicacin, la

    incomprensin subsiste, pero los discpulos no se atreven a confesarlo. Los Evangelios dannumerosos ejemplos de los que voy a citar solamente un par: Y ellos no entendan esas cosas, peroteman preguntarle115; Pero ellos no entendan nada de esto, eran cosas ininteligibles para ellos, noentendan lo que les deca116.

    Adems, no hemos puesto atencin en una observacin absolutamente simple, quearruina la teora en cuestin; y es que no nicamente las parbolas, sino tambin susexplicaciones pretendidamente secretas, figuran juntas en un Libro, el Evangelio, destinado aser difundido por todo y ledo por todos, como antes las unas (explicaciones) y los otrosfiguraban en la predicacin pblica (el krigme) del cual este Libro ha sido la puesta formal

    114Excursus: del latn: irrupcin, incursin.115Marcos IX, 32116Lucas XVIII, 34

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    por escrito, destinada tambin a todos, bajo la orden expresa de Cristo: Id, ensead a todas lasnaciones, ya que es su voluntad que todos sean salvados.

    Cristo es, adems, absolutamente formal sobre este punto: Decales: Acaso se trae lacandela para ponerla bajo un celemn o bajo la cama? No es para ponerla sobre el candelero? Porquenada hay oculto sino para ser descubierto y no hay nada escondido sino para que venga a la luz117.

    No: si hay esoterismo, en el sentido de un secreto a no ser divulgado, no concierne a lasenseanzas de Cristo. Por supuesto, se produce repetidas veces que Cristo pide a sus discpulosno divulgar, no slo algunas de sus palabras, sino tambin algunos de sus actos milagrosos,pero slo hasta un momento preciso fijado por adelantado: hasta que el Hijo del hombre resucitede entre los muertos118. Por qu? Porque la Resurreccin era necesaria para que se abriesen losojos de su corazn y pudiese comprenderse lo inconcebible. Es exactamente esto lo que lesocurre a los discpulos de Emas, que Jess resucitado, a quien ellos no reconocen en unprincipio, califica incluso de hombres sin inteligencia y tardos de corazn para creer todo lo quevaticinaron los profetas.... Y les fue declarando cuanto a l se refera en todas las Escrituras. Despusde lo cual, se les abrieron los ojos y le reconocieron.119

    Lo mismo sucede con las enseanzas dispensadas en particular por Cristo a sus apstolesdurante los cuarenta das que separan la Resurreccin de la Ascensin, de forma que da laentera inteligencia de la Buena Nueva que es, lo sabis bien, el significado de Evangelio- quetendran la misin de proclamar a todos: la Buena Nueva de la Resurreccin.

    A algunos se les excit la imaginacin en el punto que se ha dado en llamar lastradiciones secretas delos apstoles, despus de un estudio del P. (y futuro cardenal) Danielouaparecido en 1961 en Eranos Jahrbuch. Este ha sido el caso particular de Jean Reyor quien, en unartculo de Symbolisme 120 titulado Rflexions sur un vocabularie, extrae un argumento parapostular la persistencia de una gnosis esotrica en el mismo seno de la Iglesia,independientemente de la enseanza oficial, y todo ello mucho ms all de los dos primeros

    siglos estudiados por el autor.Sin embargo, un estudio alternativo del texto del P. Danielou prueba que existe ah una

    extrapolacin abusiva, que a veces juega con las palabras. Tomemos como ejemplo la frase:As, nos aparece la existencia de una sucesin de maestros gnsticos o maestros espirituales,distintos de la sucesin de obispos, que transmiten la fe de los apstoles, dependiendo deaquella en cuanto a la fe, pero que continan la tradicin carismtica de los tiempos apostlicosy de los apstoles. Lo que se ha dicho aqu se inscribe dentro de la concepcin perfectamenteortodoxa de la diversidad de carismas, o dones del Espritu, expuesto con la mximaclaridad por san Pablo en el captulo XII de la 1 epstola a los Corintios (donde son distinguidosen particular los apstoles, los profetas, los doctores [= maestros], aquellos que poseen el don de

    los milagros, de curar, etc.). Os remito a ella.Finalmente, en cuanto a oponer la tradicin oral a la doctrina escrita, es desdear el

    hecho que la enseanza de Cristo, tanto pblica como privada, ha sido siempre oral era unaenseanza por la palabra, por el verbo y que nicamente fue puesta por escrito despus. Ysucedi exactamente lo mismo con las enseanzas, tanto pblicas como privadas, de susapstoles. Aquellas enseanzas que fueron dadas en particular a algunos el Evangelio indicaen diferentes ocasiones que Jess tom a parte a Pedro, Santiago y Juan, por ejemplo para sertestigos de la Transfiguracin sobre el Thabor no revelan en ningn caso una voluntad algunade esoterismo, sino de este fenmeno muy particular que no est nicamente reservado a la

    117Marcos IV, 21118por ejemplo: Mt XVII, 9119San Lucas XXIV120n 375-376, junio-septiembre 1966

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    esfera cristiana, y que se da en llamar la paternidad espiritual. Esto es lo que indicaperfectamente una frase de los Stromates de Clemente de Alejandra que cita el Padre Danielou:Estos maestros que conservan la verdadera tradicin de las bienaventuradas enseanzas,emanadas directamente de los santos apstoles Pedro, Santiago, Juan y Pablo, transmitidas depadres a hijos, han llegado hasta nosotros, gracias a Dios. Es exactamente en este sentido que

    la tradicin cristiana de las Galias deca que San Ireneo de Lin que era el nieto de San Juan (elEvangelista), como hijo (espiritual) de San Policarpo de Smirna, el cual era, l mismo, hijo(espiritual) de San Juan.

    En cuanto a la gradacin de las enseanzas as dadas, era una cuestin puramentepedaggica en la tradicin de San Pablo quien, en la misma epstola a los Corintios, dice: Os dia beber leche, no os di comida, porque an no la admitais. Y ni an ahora la admits, porque sois todavacarnales121. San Agustn (traducido por Bossuet), dice sobre lo mismo: Son los mismos dogmaslos que para uno son leche y para otros comida slida, segn los diversos grados de los fieles, yla capacidad de entenderlos.122

    Perdonadme por haberme alargado, e incluso, por haber desbordado los lmites que yo

    mismo me haba asignado, pero no he podido resistir las ganas, - qu digo las ganas? a lanecesidad! de torcer el gesto, si me perdonis la expresin, ante una teora tancomplacientemente extendida como contraria a la verdad histrica y al espritu mismo delcristianismo.

    Misterios cristianos y misterios paganos

    Pasa exactamente lo mismo con la idea de que existira, o que habra existido, en algntiempo y segn algunas formas sobre las que no se expresan ms que de forma enigmtica, unainiciacin a misterios escondidos, ocultos, en el seno mismo de la religin cristiana, misterios

    ignorados por la Iglesia oficial, sea por desconocimiento, sea por olvido.No hay nada ms errneo y nada puede dar testimonio de manera ms elocuente de una

    incomprensin profunda de la realidad del cristianismo. En efecto, los Padres de la Iglesia, ySan Irineo en particular a quien me referir a menudo, pues es verdaderamente el primerDoctor de Occidente por cronologa (desde el s. II! Fue obispo de Lyon al menos del 177 al 198.Fue, recordmoslo, el nieto espiritual del discpulo bienamado) como por la importanciateolgica y cultural capital de sus obras aunque los otros Padres en general tambin empleancorrientemente y habitualmente la expresin de misterios cristianos. Lo que designanmediante ello son la Encarnacin del Verbo, Hijo de Dios hecho hombre, su Muerte y suResurreccin, actualizados en los sacramentos del bautismo y de la eucarista, y completados

    por el Envo del Espritu el Pentecosts actualizado en el sacramento de la crismacin oconfirmacin. Hay que ser bien conscientes del hecho perdonad esta brizna de teologa, peroes necesaria para la comprensin de lo que sigue que actualizacin, en este caso, tiene unsentido muy fuerte, muy concreto, muy realista. Cuando se habla de actualizacin de laEncarnacin, de la Muerte y Resurreccin del Verbo, del Envo del Espritu Santo, no se trata enningn caso de una conmemoracin, como tampoco se trata de un escenario ceremonial comoaquellos que forman la estructura de las iniciaciones tradicionales que yo designara comoetnolgicas, donde se imitan gestos y actos ancestrales de manera a hacer revivirsimblicamente los ancestros mticos. Para nada. Esto significa que aqul que recibe los tressacramentos en cuestin participa efectivamente y realmente de la Vida, de la Muerte y de la

    121San Pablo III, 2122La cita est en Reyor, p. 375

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    Resurreccin del Verbo, y se comunica, efectiva y realmente, al Espritu Santo. En otrostrminos, que este hombre recibe comunicacin de la vida divina mediante la Persona del Verboy mediante la Persona del Espritu Santo. Aqu estn la totalidad de los misterios cristianos, nohay nada ms all. Qu podra haber ms all de la participacin del hombre en la vida divina?Misterios insondables, efectivamente: totalmente inconcebibles para el entendimiento, pero de

    ningn modo cerrados a la vida espiritual que, bien al contrario, consiste en no cesar deprofundizarlos esforzndose sin descanso en realizar la vuelta a la conformidad, cada vezmenos aproximativa, cada vez ms exacta y justa, del hombre con lo divino. Retened, os loruego, este punto, pues es importante para lo que sigue.

    Es por esto que los Padres, y San Ireneo el primero, llaman al bautismo, a la crismacin oconfirmacin y a la eucarista, los tres grados de la iniciacin cristiana. Su sucesin constituye,realiza, la introduccin progresiva y completa a la plenitud de los misterios cristianos.

    Y estos ltimos, a diferencia de los misterios paganos de la antigedad, no estn cerradosni son exclusivos, no estn reservados nicamente a algunos adeptos. Estn abiertos a todo elmundo; ya que el deseo de Cristo es de estar todo en todos, a condicin de que el hombre lo

    consienta.Todos los hombres estn cualificados para ser admitidos a los misterios cristianos: la

    nica calificacin requerida es la de ser hijos de Adn de ser hombres. Ya que todos poseenla vocacin de realizar el deseo de Dios para ellos: ser redimidos, salvados y deificados. Es laparbola del festn de bodas dado por el rey, donde los sirvientes van a buscar a los convidadospor los caminos y los cercados123.

    En efecto, a estos misterios, no se accede ms que por etapas, por una preparacinprogresiva, un proceso de entrada en el interior que prefigura la enseanza (el catecismo) yque realiza la liturgia. Desde este punto de vista, la liturgia es el acto ms esotrico que existe, elacto esotrico en s: la entrada progresiva, mediante una serie de etapas cuidadosamente

    graduadas, en Aqul que es el ms interior, el ms ntimo a todas las cosas: Cristo. Estapreparacin y progresin est destinada a todos, es ofrecida a todos. Ya que, a ojos de Dios, ladiferencia de capacidad entre los hombres no cuenta: mirad la parbola de los obreros de laundcima hora124. En cambio, atencin: para el hombre, capacidad obliga; y es la parbola delos talentos125.

    Habiendo eliminado estas formas fantasmagricas a mis ojos del esoterismo cristiano,voy a acercarme un poco ms a mi tema. Me acerco, lo habris notado, en espiral: circulandoalrededor, y tomndolo a cada vuelta un poco ms cerca. Este tema es, pues, el esoterismocristiano-masnico, y estoy intentado de establecer un trazo de unin entre cristiano ymasnico. Y ello para dar cuenta de que yo no me ocupo de un esoterismo que sera practicado

    por cristianos en el seno de la Masonera, o por Masones en el seno del cristianismo, sino de unesoterismo en el que las dos caractersticas, masnica y cristiana, sin confundirse para nada,estn indisociablemente unidas. Aado que he empleado el artculo definido el el esoterismocristiano-masnico y no un esoterismo cristiano-masnico porque, en todo el panorama de laMasonera, no conozco ms que ste; o ms bien, para ser ms exactos, existen otros, peroderivan de ste o bien estn emparentados con l. Existen, efectivamente, por el mundo,numerosos Sistemas masnicos cristianos, y que lo son exclusivamente, pero no son esotricos.As, por sorprendente que esto pueda parecer a un francs a un Masn francs es sinembargo la verdad.

    123Mt. XX, 2-14, Lc XIV, 16-24124Mt. 1-16125Mt. XXV, 14-30

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    Masonera operativa y esotrica

    Se impone, pues, una pregunta realmente importante: la Masonera operativa medieval,de la que nadie puede negar el carcter total y exclusivamente cristiano, tena un carcter ms omenos esotrico? Jean Tourniac lo afirma en sus Tracs de Lumire 126. Particularmente

    seductores son los captulos II127 y III128, en los que se trata extensamente la cuestin de El-Schadda, de una invocacin o encantacin del Nombre de El-Schadda, e incluso de lapresencia espiritual del Schadda129.

    Se sabe que este nombre, el equivalente numrico del cual es 345 que se descompone en3, 4, 5 tiene como equivalente griego el Pantocrtor. Y, de hecho, el Cristo Pantocrtor figurabaobligatoriamente en el bside de todas las iglesias de los primeros siglos, tanto en Oriente comoen Occidente (Rvena, Cefal, Roma, etc.).

    S, todo esto es muy seductor, en la medida que el autor mezcla hbilmente el mododubitativo y el afirmativo. Escribe: Hubo intervencin particular del Schadda, presencia espiritualdel Eterno, en las primeras cofradas de constructores de predominio judeocristiano y veneracin

    salomnica? Simple hiptesis130. Pero, dos pginas ms adelante, afirma: La Masonera operativaha conservado la invocacin de El-Schadda y sobre este punto, se nos permitir ser tan discretos comoRen Gunon131. Qu quiere decir esto?

    De hecho, Tourniac recoge para lo esencial (al menos de entrada) sus enseanzas deGunon, y ste mismo recoga las suyas, a principios de siglo, de la directora de una revistamasnica inglesa The Co-Mason, convertida en seguida en The Speculative Mason , y que era elrgano... de la rama inglesa de Derechos Humanos! Las informaciones obtenidas por esta vaun poco tortuosa, o sesgada, como se prefiera, llevan a lo que se ha llamado la Masonera deStretton, por el nombre de su creador (o recreador, si se le cree), en 1913 de lo que se denominaen su forma resumida The Worshipful Society of Free Masons (el ttulo oficial es mucho ms

    largo), o incluso ms brevemente, los Operativos. En efecto, Stretton y sus socios, Yarker yCarr, pretendan haber reencontrado (o reconstituido?) las autnticas prcticas rituales de losMasones operativos de antao, perdidas o transgredidas por la Francmasonera especulativanacida en 1717 con la Gran Logia de Londres. Y entre estas prcticas, figura la invocacin de El-Schadda. En realidad, la Worshipful Society se transform en especulativa, es decir, noligada al oficio de construir, y funciona como un sistema de side degrees132enraizada en laGran Logia Unida de Inglaterra.

    Qu hay de consistente en todo ello? Lo menos que se puede decir es que la fiabilidadde Stretton no est unnimemente reconocida, y el hecho de que Gunon haya podido dar fe asus palabras no es una precaucin suficiente. Por mi parte, aplazar mi juicio, a la espera de

    poder estudiar la correspondencia entre Yarker y Stretton, que circula aqu y all. Me contentarcon decir, como Jean Tourniac, simples hiptesis. Para ser franco del todo: me gustara creer,pero el historiador que hay en m es como Santo Toms, y quiere pruebas.133

    Haba otra cosa, en esta Masonera de antes de 1717?

    126Dervy-Livres, 1976127Le Tout-Puissant dans l'sotrisme maonnique et judo-chrtien, pp. 41-59128Invocation oprative et prsence spirituelle pp. 77-89129Pgina 86.130p. 99131p. 97132Grados paralelos.133Aquellos a los que les interese esta cuestin pueden consultar y sacar provecho del muy documentado estudio de PierreGirard-Augry aparecido en el n 13 de los Travaux de Villard de Honnecourt (1986) bajo el ttulo La tradition du Nom chez lesOpratifs (pp. 64-59).

  • 7/23/2019 boletingeimme15

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    Grupo de Estudios e Investigaciones Martinistas y Martinezistas de Espaa

    G.E.I.M.M.E.

    http://es.geocities.com/geimme_publicaciones/ http://geimme.blogspot.com/-- 25 --

    El Hermetismo en la Masonera de Oficio

    Querra mencionar aqu lo que no es, todava esta vez, ms que una hiptesis, pero estmucho ms slidamente apuntalada sobre documentos de archivo que mediante sta seinterpretan de forma novedosa. Esta hiptesis se debe al profesor David Stevenson, que imparte

    historia de la civilizacin en la Universidad de Aberdeen. Estudiando la Escocia desde los siglosXVI al XVIII, ha encontrado la Francmasonera como un hecho cultural y social inevitable,como se dice actualmente, lo que le despert un inters cada vez ms vivo, que rpidamente seti de simpata. El profesor Stevenson no es masn ni tiene la intencin de serlo. Digamos quees un filo-Masn. El estudio de documentos, que provienen no slo de las logias operativasescocesas de la poca (stos eran ya conocidos y trabajados por los investigadores masnicosingleses), sino tambin de los gremios de oficio y de los gremios corporativos (la mayor parte deellos son exhumados por primera vez), le ha permitido obtener dos resultados. El primero, queno es poca cosa, consiste en elucidar de una manera que considero definitiva, las relacionesbastante complejas (perso