ARQUIDIOCESIS

DE MEXICO, A.R.

Boletín Informativo No. 34o

Agosto-Septiembre 2013

2011México

ARQUIDIOCESIS DE MEXICO, A.R. PASTORAL VOCACIONAL

C. Durango No. 90, 9no. Piso Col. Roma C. P. 06700 México, D. F. Tel.: 55-25-11-10 Ext. 1901

DIRECTOR GENERAL Pbro. Eduardo Llano de la Torre

SECRETARIA Erika Granados Jasso

CONSEJO: Pbro. Mauricio Alarcón Martínez Pbro. Antonio Da Rocha Monteiro Hna. Martha Lucia Marrugo Hna. Norma Olaeta Aramendía Hna. Ofelia Hernández Luna Hna. Petra Marisa G. Deses de Ricardez Hugo Martínez Gómez Sr. Abel García Marisela Granados Jasso

IMPRESIÓN DE BOLETIN Srita. O. Linda Herrera Área de Sistemas, Arzobispado de Méx.

COMUNICACIONES elgranados@arprimex.org.mx vocreligiosas12@hotmail.com Face-book: vocacionesreligiosasarquidiocesana

CONTENIDO

Pág..

Bienvenidos 3

La Pastoral Vocacional 4

Explora tu Corazón 7

Emergencia Vocacional 8

Renovar constantemente el compromiso 9

Fragmento del mensaje del santo Padre a los Jóvenes

12

Venid y Vereis 13

Felicitaciones 15

Avisos Varios 16

EL PADRE EDUARDO LLANO Y

SU CONSEJO,

Te damos la más cordial BIENVENIDA a este espacio de formación, un servicio que prestamos

como respuesta al llamado y elección que Jesús nos hizo, a través de nuestr@s superioras/res,

confiándonos la tarea y responsabilidad hacia much@s jóvenes, para sembrar en ellos la

semilla de la vocación, para saberles acompañar desde la realidad que cada uno de ellos vive,

para educarles en un proceso formativo de su vida cristiana, para formar hombres y mujeres

alegres, felices y consientes de su ser de personas: para que ellos, después de caminar por este

proceso, lleguen hacer un discernimiento de lo que El Señor quiere de cada uno de ellos.

A ti que hoy te integras a prestar este servicio y a quienes llevan tiempo en el mismo, les

invitamos en nombre de Jesús, a seguir “echando las redes”, (Lc. 5;5) con alegría y

entusiasmo. Nosotros como Consejo Arquidiocesano de Pastoral Vocacional, seguimos

abriendo esta puerta para ti, ofreciéndote este espacio formativo, donde intentaremos darte

pistas y subsidios para ejercer una pastoral vocacional de calidad.

Y así crear una cultura creyente de la vocación, que presente la vida cristiana como un

diálogo entre Dios que llama y el creyente que responde desde una experiencia positiva de

pertenencia a la Iglesia.

La Pastoral Vocacional

La pastoral vocacional es una acción de toda la comunidad cristiana. No es la obligación de unos cuantos especialistas, sino una realidad que compromete el futuro de la comunidad y por ello implica a cada uno de los creyentes. Consecuentemente la pastoral vocacional se realiza desde la perspectiva de la pastoral de conjunto. Esto quiere decir, desde el conjunto de la organización pastoral. Así, es una Iglesia Particular, la acción a favor de las vocaciones.

Parte del Obispo y del Plan pastoral de la diócesis;

Implica especialmente a los párrocos y a todo el presbiterio.

Compromete a las comunidades religiosas desde su propio carisma,

A los formandos desde su especial cercanía a los jóvenes,

A las comunidades educativas y juveniles y a los movimientos juveniles, como ámbitos privilegiados de convocatoria,

A los padres de familia y a los mismos jóvenes que están llamados a ser evangelizadores de los jóvenes,

Lo que se dice de una diócesis debe aplicarse a cualquier comunidad cristiana en sus estructuras de conjunto.

La pastoral vocacional es una realidad a la vez “encarnada” y “diferida”. Es decir: encarnada en toda la acción pastoral de la Iglesia, o pastoral de conjunto, pero a la vez diferenciada porque tiene la responsabilidad de promover y dar seguimiento a los procesos vocacionales específicos de quienes pueden ingresar en las casas de formación. Estas dos dimensiones hay que programarlas sin que una vaya en detrimento de la otra. Por ello:

Se dirige a toda la comunidad cristiana, en especial a todos los jóvenes, para anunciar la buena noticia de la vocación, que es parte esencial del evangelio y para proponer el discernimiento vocacional. La vocación de cada uno es un elemento necesario para la construcción de la civilización del amor.

Está abierta a toda vida y a toda la vida y a toda la vida, porque en todos todos los momentos en necesaria una acción pastoral, sea para suscitar la llamada de Dios, sea para formar a las personas que ya intentan responder a ella, sea para sostener a los que han dado su Sí.

No sólo se refiere a las vocaciones específicas (laical, religiosa y al ministerio ordenado), sino también a las diversas formas de vida que los creyentes adoptan para responder al llamado de Dios (soltería, celibato, matrimonio, viudez, consagración secular, consagración virginal, vida comunitaria o apostólica, vida misionera, profesionalidad, etc.) en el cuidado pastoral de las formas de vida se halla una oportunidad importante para la pastoral de la vocación laical.

Incluye experiencias de entrega personal a la misión como los diversos apostolados,

el voluntariado y el compromiso social, que de alguna manera preparan una orientación de toda la vida.

Debes sensibilizar a toda la comunidad creyente sobre la importancia de las vocaciones consagradas y fomentar la oración y el compromiso de todos a favor de las mismas. Por vocaciones consagradas se entiende las vocaciones a la vida religiosa, al ministerio ordenado, a la consagración secular y virginal y a otras formas de entrega definitivamente de la vida a Dios.

Propone la vocación consagrada como una poción válida para los jóvenes, acompaña el proceso de discernimiento vocacional que exige una opción para toda la vida, ofreciendo los medios pedagógicos.

Mantiene la relación con las casas de formación y colabora con ellas en el proceso de admisión de los candidatos.

El fomento de las vocaciones exige una preparación remota, que se realiza a través de la tarea educativa y catequética. Por ello la pastoral vocacional deberá hacerse presente en los aquéllos lugares y situaciones donde se preparan las vocaciones, en concreto:

En la familia, que transmite los valores de la fe y pone las condiciones para una opción vocacional a partir de los ejemplos de entrega, servicio y disponibilidad. Las vocaciones surgen de las familias cristianas.

En la escuela, que ofrece una catequesis sistemática sobre la vocación y las vocaciones, educando a los niños y jóvenes para que aprendan a realizar la oración vocacional.

En los grupos y movimientos juveniles. Donde los jóvenes experimentan posibilidades vocacionales a partir del compromiso apostólico.

En la pastoral social, escuela de escucha y respuesta a las necesidades de los demás y a través de ellas a la voz de Dios que llama.

La existencia de los organismos nacionales y diocesanos para la pastoral vocacional no pretende sustituir a la comunidad parroquial en su propia responsabilidad. La parroquia, y las comunidades de base o de otro tipo que la forman, son ámbitos privilegiados en los que los jóvenes son convocados. Allí aprenden a participar en una comunidad con sus logros y dificultades. Allí encuentran un ámbito de compromiso y de colaboración en la misión de la Iglesia. Allí se da la posibilidad de hacer un camino hacia el encuentro con Dios que llama y están las personas que pueden ayudarles en el acompañamiento y discernimiento de su vocación. Los documentos de la Iglesia constatan la urgencia de preparar personas para la promoción, acompañamiento y discernimiento de las vocaciones y consideran que estos agentes preparados son un medio indispensable para que exista esta acción pastoral.

“Explora tu Corazón”, nos animó y empujo a cada uno de nosotras Animadoras Vocacionales a

unir fuerzas, creatividad y entusiasmo de Pastoral Juvenil y Vocacional de la Arquidiócesis.

Estas experiencias que se han vivido más que ir a “anunciar” nos han servido a nosotros

para comprender y hacernos cercan@s y solidari@s con los jóvenes de nuestra Arquidiócesis.

Esto es una forma de expresión para comunicarnos con Dios creador y dador de la Vida;

nosotros junto con los jóvenes plasmamos el ingenio, la belleza, espontaneidad y el deseo de la

intimidad con Dios a través de los espacios que compartimos: Discernimiento, Confesiones,

Oración , Lectura orante y Juegos, .

Agradecemos a cada una y uno de mis hermanas y hermanos que colaboramos en este

Ministerio de la Pastoral Vocacional en esta Iglesia Local, por su entusiasmo y entrega sin

medida para que estos espacios sean verdaderamente gestadores vocacionales. Que ello nos

siga animando, porque estamos construyendo unos tiempos nuevos y apasionantes, que van

generando un nuevo paradigma, que es una gran oportunidad que se está convirtiendo en una

doble invitación: ir más al corazón de la fe secundando la buena onda del Espíritu y ser más

humildes, uniéndonos todas y todos para mejor servir y acompañar a los jóvenes.

Hay que arriesgarse de veras entrando profundamente en diálogo con los con los jóvenes de

nuestros días. Creo que toca apostar por procesos pensados en hacer una pastoral con jóvenes

“para su futuro” y por ello aprovechar estos espacios para “echar la semilla” del anuncio de la

Vocación, que estén al alcance de todos los jóvenes y cada uno lo aproveche personalmente a su

manera.

Emergenciavocacional

Lasestrategiasquesurgendeunaemergencianosiempresonbien

pensadas.Buscarcausasexternas es uninútilmecanismo dedefensa, no

asumimos nuestra responsabilidad. No es cierto que elmundode hoy

seapostcristiano, el mundo de hoy esrecristiano. Este mundo tiene

necesidad de Cristo.

Necesitamos ser hombres espirituales. Sólo el hombre espiritual sabe

que el deseo de Dios es lo unico que importa en la vida. El hombre espiritual es el que es capaz de ver en el otro, en el no creyente el deseo de Dios. El hombre de hoy tiene necesidad de tener a su lado hombres espirituales que le ayuden a realizar este tipo de descubrimiento.La tarea del promotor vocacional es: hacer ver a la persona que Dios es el eterno, el único que puede dar un sentido de vida definitivo. No se puede acusar a los jóvenes de hoy de ser una generación perdida, melancólica, incapaz de opciones radicales y valientes o desalentada Es claro que esta generación juvenil tiene dificultad de tomar decisiones. Amadeo Cencini Reflexión: Como animadores vocacionales debemos crearnos una convicción profunda: soy

apóstol y difundo el Reino, promuevo vocaciones en la medida en que me dejo llenar

por Dios, en una relación continua, personal y profunda. Esa es tarea nuestra, tarea

que el Señor confía a cada animador vocacional; de ayudar a que esta aurora se

levante en el corazón de cada joven que pone en nuestras manos para acompañarle a

alcanzar la luz del día de su vocación.

Renovar constantemente el compromiso

¡Que no se nos ocurra pensar que, una vez cumplida nuestra misión, ya no nos queda nada por

hacer en la vida! En efecto, después de haber respondido a tu llamada, te será cada vez más

difícil hacer que calle tu voz en el interior. Esta voz te exigirá que sigas valorando el sueño de tu

alma. No cesará de atormentarte después de los primeros éxitos. Constantemente vuelta hacia el

futuro, ya no te permitirá mirar hacia atrás. No te dejará ni un respiro: apuntará a nuevos

desafíos, por ejemplo, al de llegar a más personas e influir cada vez más en ellas.

Cuando echo una mirada sobre mi vocación de comunicador que incita a otras personas a

ayudarse a sí mismas, descubro que mi misión ha alcanzado horizontes mucho más vastos que

los que había previsto al principio. Fui primero psicoterapeuta, luego animador de pequeños

grupos, más tarde escritor que ensañaba a la gente a solucionar ellos mismos sus propios

problemas.

A pesar de mi timidez, empecé diciendo «sí» a la invitación de hablar a grupos pequeños.

Repetí mi «sí» cuando se trató de hablar a amplios auditorios o de conceder entrevistas a los

medios de comunicación social: prensa, radio y televisión. Mis primeros «síes» me han ido

llevando hasta dar sesiones de formación en Europa.

¿Qué me queda todavía por emprender? ¿Crear una página en Internet? ¿Crear un centro

dedicado a la formación de multiplicadores? ¿Escribir otros libros que desarrollen los temas que

he tratado? Todavía no vislumbro el final de mi misión.

Ejercicio de visualización de los obstáculos a superar para realizar la misión propia. A veces, la mera idea de ver concretarse la misión propia hace surgir toda clase de miedos y de

obstáculos que uno se imagina vendrán a lo largo del camino. ¿Fantasmas o realidades? Para

tener todo esto en cuenta, he aquí un ejercicio de visualización que te permitirá mirarlos cara a

cara y dar con los medios de domesticarlos.

Relee la reseña virtual de tu misión. Si te parece que todavía no es suficientemente concreta,

puedes añadir las precisiones oportunas.

Entra poco a poco en ti mismo. Cierra los ojos si te parece necesario. Escucha los ruidos y

sonidos que te rodean y entra más profundamente en tu interior. Toma conciencia de tus

inspiraciones... de tus expiraciones...Esto te ayudará a aumentar tu nivel de interiorización. Deja

que se relajen tus tensiones . Expira lentamente tu fatiga y cansancio. Siente cómo se relaja tu

cuerpo. Imagínate ahora un símbolo que pueda representar tu misión, sea una persona, un

objeto, un animal, un paisaje o cualquier otra cosa. Rodea a ese ser de luz y ponlo en lo más alto

de cualquier lugar elevado. Date tiempo para contemplarlo detenidamente.

Contempla también el camino que conduce a tu símbolo.

Date tiempo para imaginártelo lo más realistamente posible. A lo largo de todo este camino, ves,

oyes y sientes la presencia de seres más o menos extraños. Ahí están, a la derecha y a la

izquierda del camino, para impedirte alcanzar tu misión.

Entretanto, siempre muy dentro de ti mismo, renueva tu deseo y tu voluntad de recorrer el

camino que te separa del objeto de tus sueños. Mantienes los ojos fijos en el esplendor del

símbolo de tu misión, que está allá arriba en la cima elevada. A un lado del camino te

encuentras con seres que intentan distraerte. Te señalan otros caminos opuestos. Te invitan a que

vayas por ellos. Imagínate las cosas y las actividades que te presentan para seducirte y distraerte

del camino de tu misión. Al otro lado, otros seres intentan meterte miedo. Imagínate lo que te

dicen para desanimarte a avanzar: «No eres capaz... nunca llegarás... te falta el coraje y la

perseverancia necesarios para llegar a la meta... déjalo, es demasiado difícil...». Puedes, incluso,

identificar a las personas que podrían decirte esas palabras.

Todavía más adelante, ves a los profetas de desventuras. Oye lo que dicen. En el camino hay

personas que dudan de tu éxito; tienen miedo de que cambies demasiado a sus ojos, temen no

reconocerte. En consecuencia, quieren disuadirte de proseguir tu misión. Te amenazan con

abandonarte. ¿Quiénes son esas personas? También te encontrarás con algunos que se burlan de

ti ridiculizando tu proyecto. ¿Qué les dices? Una buena táctica consiste en ignorarlos sin más.

Te encuentras, luego, con personas que intentan seducirte y distraerte de tu misión. Imagínalos

en su tarea de intentar dispersar tus energías. Párate a dialogar con algunos de estos adversarios

de tu misión. Con otros, ni siquiera ves que tenga utilidad alguna detenerte. En cada uno de esos

obstáculos con que te encuentras, sigue concentrándote en tu misión y sintiendo en tu interior

coraje, fuerza y entusiasmo. Todos esos siniestros personajes no hacen más que redoblar tu

determinación interior de alcanzar tu misión.

Llegado finalmente al símbolo de tu misión, date tiempo para tomar posesión él. Saborea tu

victoria y deja que brote en ti un sentimiento de orgullo y de satisfacción. Echa una mirada

rápida sobre todos los obstáculos con que te has encontrado y felicítate por tu coraje, tu destreza

y tu perseverancia. Estos sentimientos te seguirán animando durante los días, las semanas, los

meses y los años venideros. Poco a poco, a tu propio ritmo, vuelve al exterior de ti mismo. Abre

lentamente los ojos. Te sientes sereno, distendido y orgulloso de ti mismo.

* * Jean Monbourquette

FRAGMENTO DEL MENSAJE DEL SANTO PADRE A LOS JOVENES…

Necesitamos santos sin velo, sin sotana.

Necesitamos santos de jeans y zapatillas.

Necesitamos santos que vayan al cine, escuchen música y paseen con sus amigos.

Necesitamos santos que coloquen a Dios en primer lugar y que sobresalgan en la

Universidad.

Necesitamos santos que busquen tiempo cada día para rezar y que sepan enamorar en la

pureza y castidad, o que consagren su castidad.

Necesitamos santos modernos, santos del siglo XXI con una espiritualidad insertada en

nuestro tiempo.

Necesitamos santos comprometidos con los pobres y los necesarios cambios sociales.

Necesitamos santos que vivan en el mundo, se santifiquen en el mundo y que no tengan

miedo de vivir en el mundo.

Necesitamos santos que tomen coca cola y coman hot-dogs, que sean internautas, que

escuchen iPod.

Necesitamos santos que amen la Eucaristía y que no tengan vergüenza de tomar una

cerveza o comer pizza el fin de semana con los amigos.

Necesitamos santos a los que les guste el cine, el teatro, la música, la danza, el deporte.

Necesitamos santos sociables, abiertos, normales, amigos, alegres, compañeros.

Necesitamos santos que estén en el mundo y que sepan saborear las cosas puras y buenas

del mundo, pero sin ser mundanos"

"VENID Y VERÉIS" (Jn. 1,39)

Una vocación vivida con gozo es siempre una acontecimiento, una historia fascinante de la que merece la pena hacer partícipes a otras personas. La vocación, acogida con asombro y vivida con entusiasmo, se transforma inevitablemente en una invitación: "Venid y veréis" (Jn. 1, 39). Pero no se trata, desde luego, de ofrecer sólo una informaciones y aclaraciones: de lo que se trata es de testimoniar y de poner de relieve, sobre todo, " lo estupendo que es entregarse totalmente a la causa del Evangelio", consagrar la vida entera al Señor. "Venid y veréis": ésta es la regla de oro de la Pastoral Vocacional. "Venid y veréis": ésta es la mejor propaganda vocacional, la única que puede resultar eficiente a largo plazo y para la que no hemos de escatimar ningún esfuerzo. "¡Fíjate en mí, date cuenta de lo que pasa conmigo, mira qué realizado me siento, con qué dicha y libertad he sido agraciado!", deberíamos poder decir a los jóvenes con quienes entramos en contacto. "El ejemplo de la propia vida –dice el Concilio- constituye la mejor presentación del propio Instituto y la mejor invitación a abrazar el estado religioso". Mirando a los consagrados y su vida, los jóvenes tendrán que comprender el sentido de esa llamada que Jesús seguirá siempre haciendo resonar en medio de ellos. TESTIMONIO Y EXPERIENCIA DE VIDA.

La experiencia demuestra que el mejor instrumento para la pastoral vocacional es el contacto directo de los jóvenes con religiosos felices con su propia vocación. El testimonio es la mediación privilegiada e insustituible de toda pastoral vocacional, puesto que pone de relieve una vida colmada de gozo en el servicio del Señor. Creo que no exagero en absoluto al afirmar que el problema de las vocaciones es frecuentemente un reflejo de lo que sucede en nuestro interior. Es verdad que tenemos que prestar la debida atención también a los instrumentos utilizados en nuestro trabajo con los jóvenes; es claro que tenemos que crear grupos juveniles en torno a nuestras comunidades, y para lograrlo hay que contar con medios y con capacidad suficiente; incluso tenemos que mejorar las técnicas cuanta transparencia del mensaje que seamos capaces de transmitir los que hemos sido llamados y ya hemos respondido. A los jóvenes les resulta difícil hoy día optar por una vida religiosa que, al parecer, reviste escaso significado en esta nueva sociedad, caracterizada por tener unas estructuras anacrónicas que viene a "cortar las alas" y a ahogar las energías más generosas. Pero sigue siendo fascinante el Evangelio que se vive y la vida que se entrega con gozo por parte de no pocos Religiosos y Comunidades. Los jóvenes nos retan a hablar de eso que "conocemos por haberlo experimentado"; no se aburrirán oyéndonos hablar de Dios si les comunicamos lo que Dios es para nosotros., cómo vivimos nuestra relación con él, cuál es nuestra experiencia. Asimismo, no se aburrirán si les hablamos de la vida religiosa y franciscana si les contamos cómo nos esforzamos en vivir los valores de esta vida por la que hemos optado. Lo que no aguantan de ninguna manera es les "soltemos de memoria nuestro rollo" como si se tratase de una obligación que nos ha caída encima y que tenemos que desempeñar. La Pastoral Vocacional tiene que partir de la experiencia: "Lo que existía desde el principio, lo que hemos oído, lo que hemos visto con nuestros propios ojos, lo que hemos contemplado y han tocado nuestras manos.. lo que hemos visto y oído, os lo anunciamos también a vosotros" (1Jn 1,1-3). El lenguaje de la animación vocacional tiene que ser un mensaje que llega al interlocutor, que le impacta, le estimula, le convence. Sólo hay una manera de conseguir esto: impactando de lleno a la persona a través de una experiencia vital que ella pueda captar como verdaderamente significativa para su propia realización y felicidad.

Por Giacomo Bini, Ministro general de la Orden de los Frailes Menores

HUGO MARTINEZ

P. MAURICIO ALARCON

SR. ABEL GARCIA

ERIKA GRANADOS

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Teléfono 53 95 02 68 correo electrónico: oficina@vocacion.org.mx y/o cursos y

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AVISOS VARIOS

PROXIMA REUNION GENERAL: Día: 09 de octubre de 2013 Tema: Horario: 10:00 a 13:00 hrs Lugar: Arquidiócesis de México (Auditorio del Arzobispado)

¡Esperamos contar con tu presencia!