boletin cultural y bibliográfico banco de la republica 2003. p. 3, 4, 14. vol. 40. núm. 63

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    Rogelio Echavarra: la palabra errante J O R GE H . C ADAVID Trabajo !orogrfico: Esreban Pinilla

    E

    Partir es slo el destino de quien no puede llegar:

    llegar slo es regresa r a donde empieza el camino.

    Copla popular

    L transen te (1948-1 998), obra potica de R ogelio E chavarra (Santa R osa de O sos, 1926) crece, se decanta, se transforma en continuas mutaciones para llegar en cada edicin como un ser renovado - que no envejece-semejante y distinto a la vez. El transente es un libro que ha ido evolucio-

    nando en sucesivas metamorfosis como un verdadero organismo viviente. Estas mutaciones no agreden a las esencias. E l alma de este poemario transmigra pasan-do por varios estadios corporales, hasta ser purificada en un orden extrate mporal, ya clsico. E l fenmeno de reencarnacin bie n ilustrara el proceso crftico de esta transvasacin literaria. Transfigurado. reconformado , vuelto a construir en siete edicio nes, el libro de R ogelio Echavarra se viste de un ropaje al que nadie se atrevera a confundir con luz postiza: se trata del cambio requerido para seguir siendo id ntico a s mism o.

    Por eso, al preguntrsele al poeta cul de sus libros prefiere , ha respondido:

    El prximo que no existe o que, a lo sum o, ser una reedicin corregida y disminuida de los anteriores. Porque estos son intentos fallidos, improvisados como la improvisada juventud ... Soy, hasta donde m e conozco, hombre de contradicciones y contrastes ... A hora, generalmente, ordeno los p apeles en el hogar y desordeno los pensamientos en la calle 1

    R ogelio Echavarra se presenta e n la lrica colombia na como un poeta original. Escribe, corrige, selecciona y ampla incansable rnente d urante casi cincue nta ao el libro de su vida. Obra compacta y reflexiva que hace juego con la de A urelio Arturo y Fernando Charry Lara. El transente, M orada al sur y Llarna de an1or viva son " libros-obra" ejemplarme nte breves, admirables e n su parquedad. Libro que han ido crecie ndo pausadamente, con tenida mente, como cria tura a utno-mas. Voluntad de construccin en estos tres poemarios y voluntad de ilencio. Tr ada que avanza no en extensin sino en profundidad , esa tarea vertica l. Libro q ue e autoconstruyen pese a q ue desde e l pr ime r poema han nacido mad uro .

    La poesa de R ogelio Echavarra es la b queda o egada de una imagen de nuc -tro tiempo, bsqueda de un ojo intuitivo q ue mira en torno a y e mira a

    II O II.If N (.lJ II l J I< A I ' IIIIIII ()(,R ,( II (C) , \'0 1 . 4 0. N M 6) , 2U()'

    -

    Pgina ante rior:

    R ogelio Echavarra a Jo diez aos. e l da de su primera comu -ni n (Santa R o a de O so . 1936).

    1 . a r Tie mpo. " Entre ' i~ t a con Rogdio Echn' 4Hna. El -ho ndo poeta co lo m bia no". e n .'v/an o de obro. Bue no ' Aires. Editon al C'orregtdo t.

    ~

    1980. pag. 9.5.

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    I..A NA C I O N

    '

    Rogdio Echavarra (centro) con el pinto r Ignacio Gmez Jaramillo y el poe-ta Jorge Gaitn Durn en d Caf Automtico. cuando se fund la revista \lito (fotografa de Guille rmo Prez Sarmiento. de la U. P. ).

    2. 1 bd .. pg. l).

    Rogelio Echavarra cuando public Edad sin tiem-po y se form el grupo de Los Cuaderncolas (fo-tografa de Semana).

    mismo en permanente y aguda reflexin. Es un ojo mvil que se observa al mirar. Esta travesa del ojo fue lcidamente expuesta por don Antonio Machado: uEl ojo que ves no es ojo porque t lo veas, es ojo porque te ve'' .

    De ah que. al referirse a la crtica y la inspiracin - dos ojos que definen al poeta de nuestro tiempo-. Echavarra declare:

    No s si estoy orientado o desorientado. Me parece que la crtica debe clarificar y clasificar lo ya escrito, no fijar pautas al creador en lo que ste, en su plena libertad, tiene que decir, por lo menos conscientemente.

    La inspiracin es un estmulo m ental producido para m por una vivencia. Y no creo que mis poemas nazcan en una forma diferente a como nacen los de todos los poetas. Apuntes, indicios, angustiosa o delirante tarea de composicin, desalentadora labor de autocrtica, casi siempre negativa, pero a veces indulgente hasta el punto de que guardo por aos lo que escribo y, cuando lo publico -si lo encuentro- no es porque crea que ya est perfecto, sino porque me ha pasado la emocin de crearlo. Porque puedo ser indiferente ante su destino2

    PREAMBULAR: EDAD SIN TIEMPO

    Los cambios en el libro de Rogelio Echavarra nos ensean un ejercicio de apro-piacin que empieza desde su gnesis significativamente con un preambular com-puesto por "Las elegas prematuras" de 1947. En este ciclo de metabolizacin que es El transente, siete ediciones, siete mutaciones no concluyen sino hasta 1 999 El poemario en cada una de ellas parece cambiar de dueo, cada edicin es para el poeta un nuevo proceso de enunciacin, una nueva relacin interdiscursiva.

    [4] B OL Lr fl'l l LT RAI ' BIII LIO

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    Con su novia Beatriz Rojas Ospina, en e l Valle de l Cauca. en Rogelio Echavarra en la redaccin de El Espectador en 1 1.)5 1 . I952 . Ese mismo ao contrajeron matrimonio.

    El transente es, en este sentido, una obra de arte del componer, un texto reposa-do, rumiado toda una vida. Es un documento de arqueologa, una mquina de leer y escribir que hoy -en su versin definitiva (Editorial Norma, 1999)-. segn palabras del propio autor, ya puede ser espiada por los lectores futuros.

    Rogelio Echavarra permite que seamos intrusos de sus estrategias de montaje y nos sugiere que sigamos algunos procesos de su escritura. Sobre esta edicin el mismo autor clarifica:

    Los poemas que integran este libro, y que el autor considera como la versin definitiva de El transente, conservan casi en su totalidad -y en cada una de las partes en que ahora jite dividido- el orden cronolgico en que fueron escritos, incluso algunos que aparecen por primera ve~. as:

    Las elegas prematuras, del Pre-ambular, en 1947. La primera parte, El transente, entre 1948 y 1952 hasta el poen1a ''Pequeo nocturno'', y de 1972 a H)98 desde el poetna .. Lugar co1111n ". La segunda parte, Declaracin de amor. entre I948 y 1993. La tercera parte, Muerte reiterada, de I950 a I9933.

    Rogelio Echavarra e ncuentra rpidamente su voz potica. personal y distinguible dentro de la generacin de Mito. Edad sin tiempo (Bogot. Ediciones Teora. 19...R)

    11 O l 1 1 f N C U 1 1 U k A 1 \ 11 1 11 1 1 lHdl A 11 ( O . V U l 4 O l' M (l l. l O ll .\ ls J

    1 Ro~~;. lio EdlWarna. L/ rran-~

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    Norma. ll)~)l) . pa!!. 1 o .

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    1

    Con la cantante y actriz de cine Sarita Montiel en su primera visita a Bogo t . en los talleres de El Espectador. diario del cual Rogelio era jefe de redaccin .

    Rogelio (izquierda) con sus colegas periodistas lvaro Monroy Caicedo y Daro Montoya en San Pedro, en Roma ( 1960 ) .

    es su primer libro, escrito entre 1941 y 1947. El poemario aparece dividido en tres partes: .. Canciones de adolescencia", ''Edad sin tiempo'' y " Las elegas prematu-ras .. . El poeta presiente que la palabra estaba all an muda y grvida. Son textos de adolescencia y. por tanto, prematuros. Pero en una obra breve y compacta como la de Echavarra estos diecisis escritos son definitivamente significativos. En una potica as de concentrada no es extrao encontrar los temas e imgenes que se repetirn insistentemente a travs de todo el deambular escritura! del autor.

    Borges afirma que "los versos son felices por ser ambiguos". Esta deseada "ambi-gedad'' tiene su punto ms intenso en la poesa de Echavarra en las relaciones entre: soledad/amor, intimismo/ciudad, erotismo/muerte, silencio/palabra.

    Aunque los poemas de Edad sin tiempo son claramente de bsqueda, ya contienen esos emblemas que definirn ms adelante su estilo y su obra. De este primer poemario slo subsisten en la ltima versin de El transente los cuatro poemas que conforman "Las elegas prematuras". Sin embargo, un soneto como Edad sin tien1po ya prefigura el tono urbano, ese vagar de cartgrafo mayor por la geografa de una metrpoli imaginada:

    [ 6]

    La edad del tiempo nadie la conoce y sin embargo el tiempo su edad tiene. Cesa la eternidad en cada doce golpes de las campanas en las sienes.

    II CI II I ( 'I (U i l lll /\1 \ II I II IIOL II I I C O . \01 4 0 . N U M . tiJ .! O OJ

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    Con su esposa Beatriz Rojas y e l directo r de El Tiempo. do n R obe rt o Garca- Pe i1a. e n una fiesta de l C.P.B. e n e l Ho te l Tequenda ma.

    Rogelio Echavarra con E rnesto Sha to (al fo ndo. Pedro Gmez Valde rrama y e l maestro G~rmn Arciniegas y seo ra) durant~ un a lmue rzo o frecido al escrit or a rge ntino po r G lo ria Z(a .

    Todas las cosa.~; hndense a su roce. n1eno.~.; el corazn que Dios sostiene. La soledad avan za el airo goce de devanar lo que en las horas 1 iene.

    Inrernporal con1o una vo z grabada: salina estatua que el recuerdo erige nrando a la ciudad abandonada.

    li 11 1 1 1 1 1'< { \ 1 1 1 1< \ 1 ) 11 111 1 11 H 1< \ 1 1 1 11 \ (J 1 , 11 '- l M (\ \ .! !lo J \

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    el ahna ndo lescenre e dirige al e p ejo in luce d e la nada. Edad en que ha. ra el go-;.o no aflige.

    n e te parvo libro - por lo pcqueno y prcn1aturo- la p e a e di parada a la b queda de una realid ad ituada m all de lo inn1cdiato, poe a cotno in tru-n1e nto de conocin1ie nto y como n1

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    OOIIJDSC IIIICID SUS ~OL0t1BIAIIA ACADEMIA UEVO LUSTRE

    y cDH EL LAS. N IB?Z-1958 . COLOMBIA .

    Con Jos Manue l Arango. Roge lio ante una placa que. curiosamente. dice: "Recue rda. tran-sente ... .. (fotografa de Alejandro Echavarra) .

    elementales para hacerlo, proporcionados por la lectura de los versos que aparecan en los textos escolares. Ahora escribo nuty de vez en cuando, pues no soy ''poeta profesional ". No concibo cnzo se puede ser "poeta de tiempo co1npleto ". La poesa es algo nzucho rns importante. Mis poemas son el resultado de instantes. unas veces enlazados con arduo trabajo, otras dejados espontnean1ente a su

    . . d 4 propta tnma urez ...

    DEAMBULAR

    El transente inicia a sus lectores en una teora de la lectura: el libro corno antolo-ga. Poemario proliferante en variaciones. cada texto ha pasado el filtro. el registro del antologista. El transente ( 1948-1 998) que hoy llega a nuestras manos es esa ''antologa de antologas''. Los pocos poemas que lo componen han sohrevivido al tamiz del crtico literario que es Rogelio Echavarra. Son. por tanto. textos reposa-dos, decantados, en los que la ve rdadera creacin est por dt!bajo. con1o en la clsica figura de icebe rg.

    La preocupacin obsesiva de Rogelio Echavarra por e l orden y la exclusin no alude a la presentacin de los materiales, ni tampoco al orden del discurso. sino a los rdenes de lo real ms all de las percepciones. El orden de lectura es aqu un orden de conocimiento.

    IJ IJ l 1 1 (N 1 lJ 1 1 ll 11 A 1 ' 11 1 11 1 1 O Cdl A 1 11 o . \' o 1 4 o . N U M 1) \ ~o 11 \

    4 Ro~a J ara mll o . (J (t cw tit'

    f 'octa. Bogota . l llt \'t.' r '-'i d ;u.l d~ San Bu~nav~ntura . l l)7K . pag. 1 0 _1

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    5 Una variacin de e te mi mo poema. ti tulada Crepuscular. aparecera e n la edicin de Norma ( 1999): O rro da per-dido / ... y la erernidad, impa-sible (pg. 66).

    La labor de antologi ta 'Cune a la de pcri di ta. Prueba de ello ~ on : Ver o 11 H!I170-rahles ( 19

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    Una de las fotografas ms recientes de Rogelo Echavarra. tomada por Vik Ospina (cortesa de la Biblioteca Nacional de Colombia).

    universo hacia su yo. Sin embargo. ste no es sino. un primer movimiento en el proceso de religamiento. A l sigue una proyeccin -o viaje- que llan1aramos centrfuga hacia las cosas y los seres. U na tentativa de autocomprensin mediatizada a travs de lo que est ms all de s mismo.

    [.o o 1 Deben1os mirar a cada hon1bre y lla1nar/o y tomarlo de la mano y preguntarle de dnde viene, desde cundo, nunca hasta dnde va, porque lo misn1o sabe que yo, que t, que nadie.

    O si lo sabe es un loco como aquel que crea que lo saba. O si canta viendo que los gusanos lo esperan entre su cuerpo, dejad/o ... dejad/o que siga cantando, porque est ebrio. f. . .] [Trnsito]

    .La poesa de Rogelio Echavarra se ubica en un campo que excede lo esttico: aventura de conocimiento, buceo ontolgico en lo real. indagacin psicolgica. preocupacin hondamente humana . Se apoya en la palabra como vehculo indis-pensable, concediendo apenas valor a los halagos de su propia seduccin (ms bien, a menudo. eludindolos) y slo entrando a veces al ritmo de la frase que parece acompaar el ritmo interior.

    [. .. } El poeta cornienza solo con Dios que le dice levntate

    lt O 1 1 1 1 N C U 1 r U 11 \ 1 \ U 1 U 1 1 O ' 11 A 1 1 ( O . V O 1 . 4 u , N U M h J . ! 11 Cl \ [ 1 1 J

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    En e l paraninfo de la Universidad de Antioquia. durante el homenaje que en ll)H3 le ofreci a Rogelio Echavarra (centro) la Universidad de Antioquia. De izquierda a derecha. el rector Daro Valencia Restrepo: Luz Elena Zabala. directora de extensin cultural: Beatriz Rojas de Echavarra y el poeta Daro Jaramillo A gudelo. quien hizo la presentacin.

    y anda, pero l sigue tan n1uerto, desangrando por la costura descosida del alma. Un silencio sonoro de cntaro roto. Las palomas de los aplausos huyen en bandada silenciosa. [Andante]

    Instalado en un temple anmico que elimina toda emocin incontrolada, Rogelio Echavarra se propone ignorar los esquemas de ideas que habitualmente modelan nuestra visin de la realidad. Comunica llanamente, sin alarde expresivo alguno. sin intencin de asombrar o deslumbrar. lo que es para l asombro y deslumbra-miento; permanece en su enfrentamiento consigo mismo y con el mundo. De esas hondas intuiciones -simplemente comunicadas- queda apenas el sugerir, apun-tar, preguntar. Cada poema suyo es una punzada sobre la realidad, relmpagos. signos delatadores de una ms vasta realidad.

    INDICIO No recuerdo mi sueo. Pero cruel fue sin duda pues hay sangre en mi pecho.

    Sin embargo, Echavarra confa con toda evidencia en las potencias del hombre para entablar un dilogo a fondo con el ser. Parece conceder a la imaginacin potica el sentido activo y profundo de un verdadero instrumento de revelacin. La imaginacin no como simple correlato de lo sensorial, sino como actividad que al deformar y combinar los datos de la percepcin descubre otras formas de reali-dad. tocando as su sustrato ms hondo y menos accesible a la captacin habitual. Inventar para el poeta sera, pues, descubrir otra parcela de lo real:

    [ 1 2] 8 0 111 ( "' C l 1 1 1 a ... l \ 818 1 I OCo a r t C O . V OL . -40 . N U M . 63 . l O O )

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    LA GOTA No m e hace f eli z ser una gota en eln1ar M e hace fe li- ser el n1ar

    (sin saber cul de tantas gotas soy)

    El discurrir e n las pginas de R ogelio Echavarra e equipara a un deambular que . como taL se repite incesantemente . Su obra breve no est dominada por e l v rtigo de la originalidad: es ms, es una obra que apare nta no evolucionar. El poe n1a aqu intenta transitar sobre la poesa misma , esto es, sobre el poder de la imaginacin.

    EFMERO E sre insecto sonriente no sabe que hay un dta y una n oche siguiente. Era to do y es nada en la 111isn1a jornada. [. .. ]

    La poesa de Echavarra empieza por ver, no por lo visto. E s la pasin de la mirada por ser lo que ve o lo que vislumbra. Es la concentraci n de todo ver que, por ello mismo, se convierte en visin. Es, por tanto, una forma de la invencin: 'Todas las cosas simultneame nte 1 morirn cuando cierres los ojos" .

    E s, adems. un modo de conocimiento interior, de autocontemplacin. La mirada se convierte en figuracin y prefiguracin. Supone no slo la mirada del testigo -transente- sino tambin una foca lizacin dialctica e ntre ese testigo y lo ates-tiguado, e ntre e l yo desdoblado y el unive rso. El poeta rabe Hallaj lo expres as: 'El ojo con el que t me ves es el ojo con el que yo te veo'. Echavarra hace de esta paradoja una metfora:

    [. .. } (Todos engendramos nuesrros lazarillos). Vedlo vendiendo luz a los que pasan [. . . } el ciego les p erdona a !os hombres no verlo, mientras sigue buscando sus pupilas cadas entre el p o lvo de estrellas sin distan cia. [Ved ]

    E sta poesa de la mirada ("Yo, que tanto mir, no ve r nada '') es una exploraci n que se va e nfocando e n el le nguaje y sus lmites. Poesa de introspeccin e intro-versin. Autorreflexin , dentro de la obra, sobre su propia ese ncia.

    POTICA -Qu es poesa? - preguntas. H ago luz y - discreta y sorprendida- huye la poesa: esa sombra!

    La palabra en R oge lio Echavarra es fundatn e nta lme nte errante . inte nta e tar ic tn-pre e n e e camino que conduce del afue ra a l ade ntro y vicever a. La pa labra de

    U O 1 1 1 (N t l l 1 1 lJ K t\ 1 \ 11 1 11 1 1 () (, K 1 1 C () . V O 1 4 O N M 6 3 . 2 t> O J

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    6. Da ro Jaramillo. palabra e n e l ho me naje q ue la Univer-sid ad de A nt ioq uta o freci -en lo martes del Paranin-fo- a Rogelio Echava rra e l H de no viembre de 1983.

    E ha' arr

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    , .. El transente de la Avenida Jimnez de Quesada .. (fo tografa de l pe riodista chileno Ja ime Vargas Celis).

    El poe ta C iro Menda con Alvaro Monroy Caicedo. Rogcl io Echavarria y Daro Montoya frente a la Casa del G reco en Toledo.

    Transente: dcese de la persona que va de paso. Paseante. que reside transitoria-mente en un sitio . que vaga. Peatn, caminante . viajero. "Todos los ma les de l hom-bre vienen de no saber quedarse en casa" . afirma Pascal. Para el transente. segn Manue l Meja Vallejo, los caminos slo tienen tres puntas: ''la de salir. la de llegar y la de extraviarse "7.

    EL TRANSENTE Todas las calles que conozco son un largo m onlogo mo, llenas de gentes com o rboles batidos por oscura batahola. O si el sol florece en los balcones y siembra su calor en el polvo m ovedizo, las gentes que hallo son simples piedras que no s p or qu viven rodando. Bajo sus ojos - que miran hostiles com o si yo fuera enemigo de todos-no puedo descubrir una conciencia libre, de criminal o de artista, pero s que todos luchan solos por lo que buscan todos juntos. Son un largo gemido todas las calles que conozco.

    11 0 1 1 1 (N l ll 1 1 1J IC 1\ 1 \ 111 11 1 1 11

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    El poeta e n un rincn de su biblioteca (fotografa de Juan Fernando Echavarra).

    El paseante de Echavarra sabe que a partir de dete rminado punto no hay regreso. pe ro que es preciso alcanzar ese punto:

    El ro de n1i vida corre al revs [. .. J - el ro sabe su camino aun en la oscuridad-y m e pierdo sin regreso. [ Conuava]

    Cul es e l fin supremo de este viajero? E l poeta lo intuye en el instante vertical: .. E l fin supremo del viajero es no saber a dnde va".

    [. .. J qu soy sino - por fin- el que viaja con otros que no saben de dnde vienen n1s que evacuados de una mujer, ni a dnde van si no a ocupar el sitio que su sombra seala? [Trnsito J

    DECLARACIN DE AMOR

    Lacnico y eco n mico , este lenguaje intenta 'dibuja r, con rara inte nsidad , una imagen de nuestra vida y de nuestro tiempo, a cuyo trasluz adivinamos esa ar-diente expe rie ncia de lo real que slo nos llega a ofrecer, soando y al mismo tiempo no soando .. . A s de fine Fe rnando Charry Lara esta poesa . Actitud slo compa rable a la de los antiguos msticos que vivan e n la paradoja de decir lo indecib le (e l ' indecible sollozo de Dios" de l m aestro Eckart) y comunicar lo incomunicable. Usaba n as un reducido nmero de vocablos para expresar la

    . . , Vl SIO n.

    [ 16] I! O l l lfl'- < L i l R /\ 1 ' BIB I I O(, R f l l O . VOL . .. U. N M . fl .J . l OO .J

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    FINAL D e su erre que este instante es la vida'!

    (El tien1po lucha gota a go ta contra la seca eternidad).

    La luz se exringue inril com o un sueo que nunca se recuerda.

    E n nuestro medio suele creerse q ue la profundidad fi losfi ca en un poeta va acom-paada de este rilidad ernocional. E n un gran poe ta como Echavarra, tal parecer es e rrneo. All donde la razn constructora ha elevado poderosas y visio narias estructuras. ha estado presente un sentimie nto. individual o colectivo, que obra como una chispa alumbradora. Las obras didcticas o filosfica s, as sean escritas en verso , si carecen de esa vislumbre no pertenecen en modo alguno al reino de la poesa . R ogelio Echavarra est lejos de ser un poe ta fro , care nte de fuego emo-cional y exento de delirio. pese a su parquedad.

    ACERTIJO M e despierta en la noche algo que golpetea. Es el reloj o el grifo? Es el rien1p o que aceza, la muerte que bosteza o sangre que gotea?

    A s, en acertij os se va resolviendo e n otro orden la efusin romntica. U na emo-cin del pensamie nto a nula los de liquios pirotcnicos de su poesa amorosa. U na emocin controlada acampana es ta Declaracin de an1or. Si existe algn tipo de pirotecnia en esta serie de poemas e rticos, podramos afirmar que es me tafsica. Su emocin acompaa a un sentimiento del universo que aspira descubrir la rela-ci n ltima entre los hombres y las cosas. En e l e ros e ncuentra Echavarra los lmites del ser, el sentido de la muerte y e l principio de la vida.

    [. .. ] Cuando en las noches caen las altas torres y trabajan sonmbulos los lejanos correos con sus n1anos que buscan el lugar del rep oso, te en cuentro en m[, trocados los cuerpos transparentes y plenos de nosotros n1ismos en carne y hueso, re encuentro en m[ y ren tu ser m e hallas, n1e palpas y 1ne acunas y n1e das alimenro y quiero que no rnueras para n o despertanne. [E l suei1o ]

    E stos hermosos cantos de amor que, segn el crt ico y poe ta Juan Ma nue l R oca, "estn e ntre los ms bello que se hayan escrito e n la poesa colombiana, proce-de n de un lenguaje excepcio nalme nte concentrado. compuesto nican1e ntc de e e pequeo nmero de palabras que son necesarias para cxpre ar la m a lta y pro-fund a poesa . E l esfue rzo de Echava rra por e tnplea r slo las palabra e tricta-mc nte necesar ias lo lleva a hacer una poesa amo rosa que e ncierra e n mi ma la de finici n de lo potico.

    11 O 1 1 1 ( N C 1 1 1 lJ 1< ,, 1 \ 11 1 11 1 1 O e, K ,\ 1 1 t O \ O 1 .. O 1 1 M 6 ' :! O ll 1

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    Roge lio Echavarra recibe e l primer Premio a l mejor comentarista bibliogrfico de 1978 de ma-nos del presidente de la Cmara Colombiana del Libro. Jorge G uerre ro . Aparecen tambin Gast n de Bedo ut y Luis D avid Pea. presidente de l C .P.B.

    Mran1e: yo soy el que ves a la orilla de tu lecho y con quien habrs de rasgar el velo que cubre los sueos. Soy el diseminado, que tiene en ti el ltimo centro. Busco una soledad que prolongue la ma. [. .. J No temas seguir buscndon1e, ya que sabes que cuando se me toca no es posible apresarme. f. .. J [Declaracin de amor]

    Que esto tenga o no que ver con lo que se ha llamado art puro un ars poetica es cosa que puede dejarse a los historiadores. Esta altsima poesa amorosa se expresa en unidades de intuicin. Cada texto est cifrado en estrofas de pensamiento, seguidillas de aforismos, volmenes de sentencias. Esto lo hace aparecer ciertamente extico en el panorama de nuestra poesa amorosa. Poemas erticos donde lo filosfico est en estado puro. pensar primigenio que anula todo sentimentalismo y que intenta univer-salizar la pasin particular. En ltima instancia, Rogelio Echavarra en sus .. poemas de amor' lo que intenta es desnudar nuestro conocimiento ms ntimo. Escribe sobre el cuerpo de una mujer que es a su vez el cuerpo del mundo y del poema.

    Oh t a quien siempre hablo cuando todo ha dejado de orme, cuando todos han dejado de orme, oh t que m e oyes ms que mi

    No s por qu te busco siempre, tal vez porque eres la unidad de todas y sin embargo en ninguna te alcanzo. f. .. J [nica]

    [corazn.

    No hay que ir muy lejos para encontrar como centro de referencia en la potica de Rogelio Echavarra la voz de Aurelio Arturo, sin lugar a dudas su gran maestro y amigo. De all viene ese "suave acento, esa calmada voz, ese sosegado discurrir lrico., de l que hablara Luis Vidales.

    [ 1 8] 8 0 11 1 ( ' ( 1 T lt A I ' 818II O(, ItF ICO. \'O l . . O , N M . 6,, . 200 3

    Digitalizado por la Biblioteca Luis ngel Arango del Banco de la Repblica, Colombia.

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    E l profesor Arn1ando R ome ro da e n e l blanco cuando ubica de ntro de la clave ge ne r a les d e s u es t il o lo q ue d e no m ina r a e l prop io Luis Vid a lcs co mo el si1nulranesmo : y q ue no es rns que la be lleza convulsiva: choque de in1gene contradictorias (n1oderna concepcin de la image n) , aprisionamiento y libertad de la forma, precisi n y cierto coloquialismo e n el lenguaje, sobriedad e indife re ncia en e l poema, alte rnancia entre un poema breve y uno de largo aliento. E n es ta dialctica radica el e ncanto de su poe a. Son textos para rescatar, reelabora r y releer: eros verbal. E n estos 'poema de amor '' estn los ecos de R obert D esnos y P aul Eluard, ecos que llegaran ms tarde hasta el mismo Jorge Ga it n Dur n (el ero tismo llevado hasta los lmites de la muerte). E rotismo como aprobaci n de la vida hasta la muerte . A cto amoroso com o ple nitud y des trucci n. Pasajes de lo continuo a lo discontinuo y viceve rsa: v rtigo fasc inan te.

    MUERTE REITERADA

    Ces mi e te rnidad: mi hij o ha muerto. R ogelio Echavarra

    E n m e dio d e l caos d e la gr a n ciuda d , e l tra nsente intuye e n es tos ges tos confesionales los crecientes vnculos de parentesco con todo cuanto lo rodea: un incontenible amor, una solidaridad invasora imponen su dominio ante la indife-rencia de la masa. E l paseante intuye tambin el avance to talizador de la muerte como soledad y anonimato.

    [. .. ] L a muerte es la otra cara

    de la nada (plida en su mudez, o, como un nacimien to,

    ensangrentada) [Pstumo]

    L as fue rzas centrpe tas de un texto como E l transente impulsan al s uj e to d e la masa annima a un intimi sm o autobiogrfico. L a ciudad no es e l mundo cir-

    , cunda nte, la ciudad se convie rte e n e l e mble m a de l ho mbre mism o. E ste hace cesa r la discontinuidad individual d e trashuma n te e n la continuidad m o ribun-d a de la urbe.

    [. .. ] Sin embargo, yo trato de ponerme al da con los prosaicos ruidos de la casa, armando la agenda de m is afanes, m is deudas y deberes, asun tos insalvables, la derrota del viaje y ya en la calle la jornada sedienta. f. .. ] [A m anecer]

    E ste largo poem a que es E l transente, compuesto e n u versi n de fi niti va por sete nta textos, va pasa ndo e n un remo nte del prean1bula r al tran itar para de e n1-bocar e n una M uerte reiterada. E n e ta pa ula tina cada q ue es el vaga r por la ciu-

    11 O 1 1 1 ( N

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    l) . ..Para Jos :-v1anud A rango. la mth:rtc - la Pelona- con -;u fl !!u~a h.atral. far~csca v fe~-. . t \'a. t:'> un tcono popular n:-tomac..lo c..IL:-.c..lc Toms Carras-quilla ha-.ta J aime Jaramillo E '>cohar L'J1 / \ proxrmacin ala mutrtc. E:-.ta trac..licin tam -hi0n llega a Rogclio Echa-\'arra con un humor ms c..lcl-gac..lo .. . En El rranH' Inre. Mec..lclln . l ' ni\'cr-.ic..lac..l c..lc Ant toquta. HJ94

    1 u . Para Rogdio Echavarra el .... t~rmino .. c..li~cminac..lo .. de riva de .. ~cmcn"como conjuncin .

    E l ex presidente Belisario Betancur. presidente de la directiva de la Casa Silva entrega a Rogelio Echavarra e l Premio Nacional de Poesa Jos Asuncin Silva 2002.

    dad. la muerte es el nico vuelo sin obstculos. La muerte -profana o sacra-como regresi n a lo amorfo. a lo larval. e n alucinada desintegracin9.

    {. .. / Mas cuando al fin nos toque la esperada sorpresa de la n1uerte, a quien tanto burla1nos cada da en un juego sin reglas, en un secreto juego de a~ar, agradezcamos mil noches y una noche que Dios dej en las manos de la indolente suerte. [Mortal sobrevivencia]

    Roge lio Echavarra comunica ese caos sin armonizar que es la gran ciudad y extren1a e l grado de entropa en la image n esttica que es la muerte. Los poemas que e nuncia n la desintegracin ("'soy e l diseminado'') estn amalgamados e n construcciones verbales eficaces 10 La orquestacin sonora. la concertacin rt-mica se condensan e n la ltima parte del poemario, mediante un alto tenor de alite racio nes:

    [20]

    Con n maosa lentitud engao a todos, no a la muerte.

    11 O 1 1 1 r l 11 1 1 1 11 \ 1 ' R 1 R 1 1 O ( , 1! 1 1 C () . \' O 1 4 o . N M 6 .\ . ~ O (1 .l

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    Rogelio Echavarra con Mara Me rcedes Carranza y Manuel Meja Vallejo en e l Sptimo E n-cuentro de la Palabra en Riosucio.

    Qu prisa tengo para ver abiertos ojos, ciega nzuerte?

    Cien pasos doy de para atrs pero la muerte los advierte [. .. J [Muerte reiterada]

    Rogelio Echavarra alte rna poe mas versificados con prosas poemticas. Esbozos ve loces, sincopados. comunican un ritmo de poeta itinerante. se nsible al estmulo geogrfico de l me lanclico turista, del e nte n mada. E l discurso e n el poema Muerte reiterada es fragmentado en aforismos. cada dstico funciona co mo un axiom a. lanza sus dictme nes necro lgicos contra la superstici n cristiana de la mue rte . Inusuales, desmesuradas. cada sente ncia provoca un e ncadenamie nto progresivo de trastocamientos que se gene ralizan. cada vez ms extensivos. hasta a lcanzar la ltima instancia: e l extraamie nto potico.

    E n e l texto Muerte reiterada e l poeta extre ma sus a rbitra riedades. acicatea la imaginaci n . "'ga lv a niza a l lecto r ", invad e e l poe m a co n un a turbul e ncia metaf rica. Siempre desbordante, hay e n Echava rra un af n de salir de l ego. de transpo ner las limitacio nes de l yo (''e l do lo de todo hombre es su ego" ). de rompe r las restriccio nes corporales y psquicas. de disgregarse y esparcirse po r e l cosmos de la gran ciudad :

    f. .. Toda muerte que no es la ma es slo silnulacro.

    La tierra gira bajo mis pies pero el cuerpo no lo siente

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    r 1 . Los poemas de infa ncia y adolescencia sern prxima-menre publicado gracias a la ge tin de D ar{ o J aramillo.

    r 2. Csar Tiempo, o p. cit ., pg. 94

    1na cuando caioa 111lterro i r quiero y velo - en u corrien re. [J\Iluer te reireradn]

    La agudeza verbal ya no es llave re tr ica ino la propia e tructura inte rna del poe-ma. y no e p ropone tran mi tir la percepcin 1netaf ica ino provocarla. D etr , al margen, obre, por debajo, e decir, entre lo n te r t icio de lo co tid iano, R ogelio E cha arra mue tra la otra circunstancia. la realidad perfecta n1e nte vi ible, pero poca veces percibida. Cada ver o e t e tructurado con1o un itio para que de de all la percepcin ocurra.

    Mis hern1anos 1nurieron de golpe de siniestro m as yo muero de n1 uerte verdadera: de cansancio y olvido. {. .. } [H ora llegada]

    NOTICIA DEL PASEANTE

    R ogelio Echavarr a naci e n 1926, e n Santa R osa de O sos, un p ueblo antioque o cuna de otros d os po etas ilustres: Porfirio B arba Jacob y D aro Jaramillo . Sus an tepasad os vascos fue ron todos mine ros y arrieros. Come nz a escribir desde ni no , a los diez aos, m otivado por " la soled ad y la orfandad" 11 . A los quince aos inici en la radio y en un diario d e M edelln su carrera de periodista p rofe-siona l de to da su vida, que culmin con cuarenta aos en la "gran pre nsa de Bogot" (diez aos en E l Espectador y treinta en E l Tiempo como subjefe de red acci n , subeditor, columnista y come ntarista cultural). Fundador y editor de l sem anario Sucesos, d e B ogot ( 1956-1962). " U n ser invisible -afirm a D aro J aramillo- q ue red acta no ticias hace treinta y cinco aos pero que nunca ha sido no ticia" .

    Si no soy conocido no es p or falta de oportunidades. H ace muchos aos que colaboro en forma annin~a en los rganos a los cuales deben su mayor divulgacin los nombres que constituyen la cultura colombiana. Pero ello m e ha exorcizado, hasta cierto punto, contra el p ecado capital de la publicidad. Es que pienso que el poeta no debe, l mismo, ((darse a conocer n _ Si lo que hace vale la pena ya vendrn el conocim.iento y reconocimiento. Y si no .. . para qu?1 2

    Gonzalo Arango , en entrevista a R ogelio Echavarra , critic este duro ejercicio del periodism o asumido por el poeta:

    Los amigos de R ogelio E chavarra no le p erdonan su devota dedicacin al p eriodismo, al que ha consagrado sus ltimos diez anos de vida, por eso su voz ha sido herida de muerte, o al m enos de silencio. Algunos se lo reprochan implacablem ente a riesgo de of enderlo, para que retome su voz, para que contine su viaje de eterno transente por el m undo de la p oesa. S i, unnimem ente todos deseamos la resurreccin de su voz, que contamos entre las ms bellas y vivas de la poesa colombiana actual.

    BOLETrN CULTU R AL\' BIRLIOG R F I CO, VOL . 4 o, N M . 6 3 , 200 3

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    En1p e-ando por la generacin nadafsra. que ve en l un honroso con1paero de viaje, de anres de n osotros, p ero adelanre con Los n1ejores de n osotros '3.

    R ogelio Echavarra pertenece a esa larga tradici n de poetas per iod istas con la sangre alquitranada e n las redacciones. F ueron hombres de imprenta poe tas de las dime nsiones de Walt Whitman. Eugenio Montale . Miguel Otero Silva. Anto-nio R equeni . A la crtica lanzada por Gonzalo Arango, el poeta responde :

    Soy p eriodista de tiempo con1pleto. Es mi "rnodus vivendi" que, a cambio de n Libertad de m ovimiento -soy un transente varado- me ha prop orcionado una venrana privilegiada para o bservar el desfile de mis sem ejantes. Considero al periodism o con10 un bello y eficaz servicio social. Pero para el fi lsofo y para el p oeta no hay com o un p eridico para conocer la n1iseria humana en todo su esplendor.

    Entr al p eriodismo p or vocacin literaria, en una poca en que realn1ente el periodism o era escrito por escritores. Pero bien pronto descubrf que el p eriodism o nada tien e que ve"' y aun es opuesto a la labor literaria. L a lucha es m ortal, y en ella la p oes[a tiene la peor parte. ((Turcele el cuello al cisne, o si no, no p odrs ser periodista " m e dijo un da el director de E l Espectador. A s lo hice, y sobreviv gracias a la prosa. Pero cunto debo a este quehacer antipotico.! A sf entendf cul es la diferencia. Porque el p eriodism o es rico en muchas otras enseanzas: por un lado la experien cia vital y social, el pulso de los acontecimientos, de la vida de nuestros contemporneos, el espectculo humano - generalmente decepcionante-, el p roceso cultural y poltico ... Por otra, la p rofundi zacin en la eficacia del lenguaje, el aquilatamiento de un cierto estilo, la concentracin y ahorro de palabras. Tal vez mi especializacin en hacer ttulos, en reducir largos artculos en pocas palabras, m e haya ayudado -o p erjudicado- y m e haya con vertido en un telegrafis ta, seco y poco inspirado. Pero prefiero eso al blablabl seudo literario 14.

    U 0 1 1 1 ( N t U 1 1 U K A 1 Y U 1 U 1 1 () (, k 1 1 C: O , V 0 1 -l () N M 6 3 , 2 O O 3

    1 ) . Gonzalo A rango. en la rev i~ta C romos, Bogou1, ~ de ju-lio de 1966.

    q . sar Tie m po. op. cit., p1g.

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