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Bogotá, D.C. Diciembre 17 de 2011
Señor Ministro de la Defensa de Colombia
Cordial saludo,
Hoy más que ayer quiero expresarle mi preocupación por la suerte de los
Militares y Policías de mi amada Colombia y le digo el porqué:
1.- La comisión que usted acaba de integrar para analizar el tema de la
Justicia Penal Militar deja más dudas e inquietudes dentro de los militares
por el verdadero rumbo que pueden tomar las decisiones finales.
2.- La moral del Ejército de manera concreta no es la que ustedes salen a
los medios de comunicación a divulgar y a presentar como un trofeo,
porque ya no es posible que sigan tapando el sol con la mano derecha
cuando la izquierda no hace más que callar y permitir que al interior sus
hombres estén amedrentados y avasallados por el abandono, la desidia y
la falta de verraquera de sus altos mandos y del Gobierno Nacional. En mi
próxima carta que titulada está “La moral del Ejercito de Colombia”
entenderá porque dice mentiras.
3.- Si bien es un triunfo haber pasado en la reforma a la justicia el tema del
fuero Militar, también es público que en la segunda vuelta va a pasar de
todo y en ese tema los únicos perdedores son los militares y policías,
porque son la margarita que todos pueden deshojar sin que nadie se
sonroje y con la certeza que no perderán. Está escrito quien pierde y
asume las consecuencias de la más grande corrupción política, los
militares.
4.- No hay mayor peligro en este momento que la justicia transicional que
nos quieren vender y en cortos renglones le explico: Un soldado (para no
usar grados), es llevado ante la justicia ordinaria, allí es obligado a
declararse culpable sencillamente porque no tiene una real defensa y más
cuando esa empresa criminal llamada FISCALÍA antes que leerle sus
derechos le dice que declare en contra de sus superiores otorgándole de
esta manera toda clase de beneficios de rebajas, beca, visa, cambio de
identidad y con ello le aseguran máxime Ocho años que los paga con tres
y queda libre de toda situación jurídica al futuro. Sentados y con
indiferencia humillante para hombres fieles a la causa, vemos como los
condenan a penas superiores a los 40 años solo por oídas, con testigos
falsos, con pruebas falsas y bajando de los estrados judiciales a Generales
que no pueden ser llamados por su grado porque los jueces se sienten
intimidados. Al ver esto no le queda más a ese hombre que acudir a la
justicia transicional para declararse culpable, acusar a dos o tres como
mínimo, recibir ocho años e irse a casa. Esa es la justicia que nos quieren
vender. Si usted la acepta, porque nuestros ministros civiles aceptan todo
en nombre de los militares y policías, sencillamente le pronostico desde ya
la siguiente escala: Diciembre de 2011 hay 1900 detenidos y 4000
investigados; Diciembre 2012 habrá 2500 detenidos y 7000 investigados y
2013 serán 6000 los detenidos y 10.000 los investigados. Ese es el futuro que
le espera a la Fuerza Pública con su ley transicional.
5.- Que no le ocurra a usted señor Ministro lo que paso con la Ministra de
Educación: quede en ridículo, con el rabo entre las piernas, desautorizada
por su jefe y sin proyecto en las manos. Es el momento de hacer bien la
tarea, abra ese comité y escuche las sugerencias, tiene en su haber que
hoy hay mucho militar y policía preparado en lo jurídico para presentar un
extraordinario proyecto. No permita que lo manoseen. Hay Universidades
con sus consultorios jurídicos que pueden presentar sendas propuestas de
proyectos y a trabajar con ese equipo que conformo y al cual no pienso
desacreditar y demeritar, pero que no me da la confianza necesaria para
estar tranquilo y que la propuesta será una de verdad, justa, equitativa,
honesta, pulcra, actualizada, ajustada a las exigencias de los tratados y no
una mezquina y arrodillada a los intereses de unos pocos.
6.- Ningún militar o Policía está pidiendo tribunales para que fallen a su
favor, están pidiendo y clamando una Justicia IMPOLUTA, donde al ser
condenado acepte que es su castigo por cometer errores, fallas y/o
delitos, pero que esa condena sea la merecida.
7.- Si hoy la Justicia Penal Militar está extinta y dedicada a delitos de
deserción, ataque al superior o subalterno únicamente, es por culpa de los
mismos Militares que de manera ingenua y arrodillada aceptaron pasar a
la Justicia Ordinaria pensando que allí encontrarían imparcialidad sin
imaginarse que estaban caminando derecho y erguido a su propia tumba.
Por eso es el momento de revertir y corregir para lo cual dispone de un
instrumento valioso y de la mejor oportunidad para demostrarle al mundo y
a Colombia que la Justicia Penal Militar no es la Justicia que se imaginan y
quieren hacer ver y mucho menos que la enfrenten y comparen con esa
Justicia Ordinara sucia, ruin y deplorable que ha hoy en Colombia y lo digo
no solo por lo que le pasa a las Fuerzas Armadas, porque cada vez que se
conoce un nuevo caso simplemente produce más desconfianza. Hoy la
petición más importante que tiene cada colombiano a Dios que le reza y
ora es “líbrame de caer en manos de la justicia”.
8.- Si quiere leer casos de injusticia con los militares, me dice por favor,
estoy dispuesto a mostrarle con realidades lo que pasa ya que ninguna
fuerza tiene un equipo de trabajo que le haga el seguimiento a los casos
donde están involucrados sus hombres, entiendo que ahora dirán ustedes
que no pueden intervenir por la reserva del sumario, será la excusa más
estúpida que sus mandos le puedan dar porque hacer seguimiento no es
intervenir y si necesitan intervenir para eso la ley concede los mecanismos
por medio de la defensa.
La presente la he querido dirigir acompañada del mayor respeto y
consideración por todas sus condiciones (humana, profesional, personal,
institucional) pero reclamando de usted la mayor disponibilidad con el fin
de hacer respetar a esos hombres y mujeres que libremente decidieron
ofrendar sus vidas para el bien de Colombia y que esperan de sus
semejantes respeto, porque es lo único que piden. Ningún soldado o
Policía de Colombia pide algo diferente al respeto, ni siquiera
benevolencia por parte de sus verdugos, ni a sabiendas que quien lo juzga,
con muy contadas excepciones, lo pueden mirar a la cara con el mismo
honor.
Lo invito a que en sus campañas nos enseñe a los colombianos a orar la
Oración Patria para así revelarles que es Colombia la llamada a ser
respetada por todos y no mancillada por unos.
Este soldado de Colombia que lo puede mirar fijamente a la cara y al alto
mando Militar le solicita no desfallecer en este reto y solo le resta decir que
ese trabajo no es por los Militares y Policías con sus familias, sino que es por
Colombia.
Sigo firme y mi saludo no es un saludo más a la bandera, es un saludo de
amor por los hombres y mujeres que dan su vida para que Colombia sea
grande, digna y respetada.
De usted,
Julio Cesar Téllez Pineda
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