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Bogotá: Capital neogranadina y colombiana ¿un error, un acierto o el peso de un pasado colonial? Cristian Chacón Herrera Politólogo Universidad Nacional de Colombia Resolver estas preguntas nos llevará a puntos clave en la construcción de una nación como Colombia en el siglo XIX y nos permitirá ver la fragmentación de un país con diversas percepciones sobre la realidad política, económica y social. Si se han planteado estos interrogantes es por una razón fundamental, como aún hoy existen diferencias entre varios sectores de la realidad colombiana y como esta elección, propiciada por la herencia española y sostenida por las élites bogotanas, influyó, por lo menos en la etapa decimonónica, en que la construcción de una identidad nacional fuera un proceso casi forzoso y lleno de bemoles y dificultades. Bogotá, claro está, fue el centro del Virreinato de la Nueva Granada, pero ¿esta sería una razón válida para sostenerla como capital del país? Aparte de estas razones, muchas otras acompañan la argumentación de esta elección, como lo veremos en análisis de Francisco José de Caldas y los hermanos Samper más adelante. Tan fuerte es la influencia de esta parte del territorio, que hasta en la Gran Colombia, se solidificó como el centro de una nación más plural que la misma Nueva Granada que la sucedería en 1830. Pero ¿se podría relacionar la debilidad económica de esta nación con la situación geográfica de Bogotá? Hay elementos que desarrollaremos más adelante que darán indicios al respecto. Los transportes, las exportaciones e importaciones, la industrialización, la agricultura y otros campos de la economía pasan

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Un pequeño documento crítico alrededor de la construcción de Bogotá como capital colombiana desde 1810. Un trabajo que desde las perspectivas políticas, económicas y sociales, muestra la tensión que generó y que hoy subsiste alrededor de Bogotá como el centro del país.

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Page 1: Bogotá Capital neogranadina y colombiana, una crítica a su construcción por Cristian Chacón Herrera

Bogotá: Capital neogranadina y colombiana ¿un error, un acierto o el peso de un

pasado colonial?

Cristian Chacón Herrera

Politólogo

Universidad Nacional de Colombia

Resolver estas preguntas nos llevará a puntos clave en la construcción de

una nación como Colombia en el siglo XIX y nos permitirá ver la fragmentación de

un país con diversas percepciones sobre la realidad política, económica y social. Si

se han planteado estos interrogantes es por una razón fundamental, como aún hoy

existen diferencias entre varios sectores de la realidad colombiana y como esta

elección, propiciada por la herencia española y sostenida por las élites bogotanas,

influyó, por lo menos en la etapa decimonónica, en que la construcción de una

identidad nacional fuera un proceso casi forzoso y lleno de bemoles y dificultades.

Bogotá, claro está, fue el centro del Virreinato de la Nueva Granada, pero

¿esta sería una razón válida para sostenerla como capital del país? Aparte de estas

razones, muchas otras acompañan la argumentación de esta elección, como lo

veremos en análisis de Francisco José de Caldas y los hermanos Samper más

adelante. Tan fuerte es la influencia de esta parte del territorio, que hasta en la

Gran Colombia, se solidificó como el centro de una nación más plural que la

misma Nueva Granada que la sucedería en 1830.

Pero ¿se podría relacionar la debilidad económica de esta nación con la

situación geográfica de Bogotá? Hay elementos que desarrollaremos más adelante

que darán indicios al respecto. Los transportes, las exportaciones e importaciones,

la industrialización, la agricultura y otros campos de la economía pasan

Page 2: Bogotá Capital neogranadina y colombiana, una crítica a su construcción por Cristian Chacón Herrera

indudablemente por las latitudes bogotanas y estas tienen implicación en el resto

del territorio.

El federalismo y los “pluriversos políticos”1 de la segunda mitad de siglo o

el centralismo regenerador y previo a la época liberal, nos entregarán también

elementos de fragmentación y de las posibilidades de la capital administrativa y

política para controlar el territorio también estarán en este intento de mostrar las

capacidades y debilidades de la región central y de Bogotá como capital del país.

Se tratará pues, de responder a la pregunta principal de este escrito

buscando mostrar varias aristas del desarrollo del siglo XIX relacionado con la

evolución de las regiones en la edificación de la nación.

La elección de Bogotá tiene un sentido en la colonia y por eso los españoles

ubican allí el centro del Virreinato de la Nueva Granada. Las zonas cálidas de la

costa atlántica les resultaban bastante desagradables a los españoles y encontrar un

lugar más frio les parecía más asequible para su estancia. Safford nos cuenta que

“Gonzalo Jimenez de Quezada decision to place the administrative center of the

New Kingdom of Granada on the Sábana de Bogotá was made after an arduous and

debilitating eleven-month expedition trough the arduous valley of the Magdalena

River. Quesada’s men had trudged and poled for more than 300 miles up this

tropical river, attacked incessantly by mosquitoes, and suffering from the heat, fever

and hunger. But as they climbed the sierra de Opón in the eastern cordillera of the

Andres, they began to revive, to lose their sickly pallor and feel strong again”2

1 Concepto en el cual se habla de la diversidad regional al decirse que es “la existencia plural de unidades

políticas que pretenden ser soberanas” esbozado por Múnera Ruiz, Leopoldo: Génesis del estado en Colombia: 1810-1831. El proceso de unificación. En Múnera Ruiz, Leopoldo; Rodríguez Sánchez Nathaly “Fragmentos de lo Público-Político Colombia Siglo XIX” Universidad Nacional de Colombia, La Carreta Editores, 2008. Pág. 67 2 Safford, Frank “Commerce and Enterprise in Center Colombia 1821-70” Columbia University Ph.D.

University Microfilms, Inc. Ann Arbor, Michigan 1965. Pág.15

Page 3: Bogotá Capital neogranadina y colombiana, una crítica a su construcción por Cristian Chacón Herrera

Este es uno de los elementos claves que hemos resaltado, pero aparte, la

decisión también fue influida porque se encontraron tierras fértiles e indígenas

para trabajarlas además del agua que bañaba a la ciudad3 y a partir de allí se

consolidó como el centro del Virreinato. Sin duda, suenan motivos de peso para

ubicarse en esta zona, pero esto pesará más adelante en la construcción de una

República y más aún en el tema de la identidad ya que los Andes no eran más que

una larga barrera que alejaba más y más a las otras regiones.

De aquí en más y habiendo explicado las razones básicas de los

conquistadores para decidir por la antigua Santafé, nos meteremos en la etapa

previa a la República, a las dos independencias y a todo el desarrollo del siglo XIX

respecto a la sombra de la capital, Bogotá.

Lo político: Bogotá como una autoridad imponente y segregadora.

Santafé de Bogotá en el siglo XVIII Y XIX causó mucha controversia por sus

demandas de poder político y eso generó fragmentaciones y odios que se

reflejarán luego en la época republicana. La discusión por la formación de

consulados de comercio fue uno de los elementos claves al menos en la

confrontación entre Cartagena y Santafé ya que uno de estos le fue otorgado a

Cartagena y el centro del virreinato quedaba aislado del comercio, pero luego,

se comenzó a formar un proceso de búsqueda política por parte de Bogotá para

lograr mandar en un consulado que le era imposible por su incomunicación,

apoyado hasta por uno de los virreyes, a saber, Mendinueta4 fenómeno que

involucró a los comerciantes criollos de bando y bando que luego serán

protagonistas de la primer periodo pos independencia. Reseñar la colonia es

importante para ver la fragmentación que generó Bogotá desde sus orígenes ya

que “la rivalidad entre Cartagena y Santafé no empezó con el manifiesto (del 19

3 Ibíd. Pág. 16

4 Múnera, Alfonso: “El Fracaso de la nación. Región, clase, y raza en el Caribe colombiano 1717-1810” Banco

de la República/El Áncora Editores, Bogotá 1998. Págs. 111 a 136.

Page 4: Bogotá Capital neogranadina y colombiana, una crítica a su construcción por Cristian Chacón Herrera

de septiembre). Como se ha demostrado, el conflicto entre esas dos ciudades no

solo tenía sus raíces enterradas en la colonia, sino que había sido la causa

inmediata de la insubordinación de la élite cartagenera contra el virrey, meses

antes de que Santafé iniciara la suya”5 y de esta manera la herida se empezó a

abrir y continuará en diversos grados en materia política durante el siglo XIX.

Luego de las abdicaciones de Bayona en España, y la explosión de

levantamientos soberanos se produjo “el problema político que trae la

independencia referido a la unificación política nacional”6 puesto que esta no se

dio igual en todo el territorio neogranadino en materia de tiempo y de forma,

ya que la independencia cartagenera, frontal y vehemente, no fue la misma que

la pactista y ladina independencia cundinamarquesa7. Aún así esta se presentó

como un efecto dominó en el Virreinato de la Nueva Granada en ciudades

como Mompóx, Cali, Pamplona, Popayán, Santa Fe de Antioquia, Neiva,

Novitá y Tunja8. Así pues se comenzó con las regiones soberanas a buscar una

unión para la conformación de un Estado federado, pero aquí Bogotá se volverá

a diferenciar ya que querrá un estado centralista que no soportarían las otras

partes del virreinato puesto que “en el momento de la independencia, al igual

que durante toda la vida colonial , la unidad política alrededor de Santafé de

Bogotá era de una extraordinaria fragilidad(…) no garantizaba ni una efectiva

centralización del poder político ni control en la mayor parte del territorio; por

el contrario la fragmentación política, económica y cultural de las regiones y al

5 Ibíd. Págs. 166-167

6 Palacios, Marco “La clase más ruidosa y otros ensayos de política e historia” Editorial Norma. Bogotá Pág.

28 7 La independencia cartagenera tiene matices grandes frente al levantamiento en Bogotá ya que los

protagonistas no fueron los mismos en las dos localidades (en Cartagena influenciada por negros y mulatos, y en Bogotá totalmente de élite criolla) además que una separa totalmente a la España que se rearmó en Cádiz y la otra proponía una monarquía constitucional (así fuera un método para lograr hacer recaer la soberanía. 8 Existe una cronología detallada de este tipo de levantamientos contra los gobernadores de cada una de las

provincias en: Garrido, Margarita, “Nueva Granada entre el orden colonial y el republicano: Lenguajes e imaginarios sociales y políticos” en Palacios, Marco (Compilador) “Las independencias hispanoamericanas, interpretaciones 200 años después” Editorial Norma, Bogotá, 2009. Págs. 97,98.

Page 5: Bogotá Capital neogranadina y colombiana, una crítica a su construcción por Cristian Chacón Herrera

rivalidad entre la capital y ciudades como Cartagena y Popayán reflejaban más

tendencias centrifugas que centrípetas”9 elementos que hacen fracasar las

reuniones para una efectiva organización del estado.

Estos problemas políticos referidos anteriormente, fueron generados por “la

existencia de rivalidades intrarregionales e interregionales por diferentes

motivos(…) de carácter político administrativo como las rivalidades entre

diferentes ciudades por ser la capital del estado o la provincia y la existencia de

varias propuestas o diferentes proyectos de unidad nacional, expresados casi

siempre por grupos de intelectuales y burócratas localizados generalmente

(pero no siempre) en la capital de la nación”10, la histórica Santa Fe, que,

haciendo alarde de ser el centro del Virreinato, fue insistente en ser la capital y

el centro de la república en conformación, sin tener en cuenta el contexto

neogranadino, la idiosincrasia regional y la oposición en ciertos puntos del

territorio al levantamiento frente a la corona.

Un proyecto de unificación creado por Jorge Tadeo Lozano, presidente de

Cundinamarca, de reunir a las Provincias Unidas de la Nueva Granada (la

unión de las demás regiones del Virreinato en contraposición a la idea central

cundinamarquesa) en donde tozudamente se trató de reorganizar

territorialmente en cuatro grandes departamentos, “que no solo implicó el

desconocimiento de la autonomía de Antioquia, Chocó, Pamplona, Neiva,

Tunja, Socorro, Casanare y Mariquita, sino la prevalencia política de Santa Fe”11

como centro, pero con un agregado, que dentro de esa organización, Santa Fe

tuviera salida al mar y ríos navegables. Aún así esta idea, con todos sus

defectos y alguna de sus virtudes, fue rechazada por grupos radicales a través

9 Múnera Ruiz, Leopoldo: Óp. Cit. Pág.39

10 González, Fernán “Aproximación a la conformación política de Colombia” en Para leer la Política, ensayos

de historia política colombiana, Tomo 1. Cinep, Bogotá, 1997. Pág. 27. 11

Múnera Ruíz, Leopoldo: Óp. Cit. Pp.42, 43.

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del Argos Americano y La Bagatela12 donde cartageneros y santafereños muestran

inconformismo ante la propuesta, tanto por la exagerada prevalencia de la

capital, como por las concesiones que se le dan a otras provincias

respectivamente.

Sin duda, la idea de Lozano estaba pensada para “estratificar” a las regiones

y digamos, tratar de darle a cada una su lugar. La zona en la que imperaban

negros y mulatos como lo fue la costa Caribe con Cartagena y Panamá tenía un

territorio más pequeño que el mismo de Santa Fe, que se extendía hasta Santa

Marta, y para rematar esta injusta repartición territorial, se daría una

“representación proporcional con respecto al territorio en el congreso de la

federación”13 lo que significaba que Santa Fe saliera avante y otras regiones se

mantuvieran bajo el yugo de ella tanto territorial como representativamente.

Todo esto generó mucha discordia respecto a la organización de la dividida

Nueva Granada y por eso esta primera independencia fue “una compleja

guerra civil entre ciudades y provincias neogranadinas, ninguna de las cuales

parecía disponer de condiciones materiales para imponerse a las demás o para

separarse totalmente del movimiento común”14.

Aún así, esta propuesta que, debemos resaltar venía del interior, era

moderada, he aquí un fragmento de La Bagatela donde se demuestra la

radicalidad respecto a la posición que deben ocupar las provincias respecto

Santa Fe:

(…)Sr. Me dixo, supuesto que nosotros con toda la bambolla de nuestros títulos y

derechos podemos ser oprimidos por el primero que se le antoje atacarnos, y que este

antojo es muy probable que pronto se verifique, nos reduciremos a renunciar nuestros

12

Las anotaciones de estos dos diarios respecto al proyecto de Lozano se pueden ver en: Múnera Ruíz, Leopoldo: Óp. Cit. Págs. 44, 45,46. 13

Múnera Ruíz, Leopoldo “Génesis del estado en Colombia: 1810-1831, el proceso de unificación” en Fragmentos de lo Público Político Colombia siglo XIX, P. 42 14

Palacios, “La clase más…” Óp. Cit. Pág. 30

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legítimos y vanos derechos, y a que se forme un gobierno en la Capital, único y

soberano, con tal de que no haga leyes con efecto retroactivo, y nos vaya a pedir cuentas

de lo pasado: sino que todo deba comenzar de nuevo, que con esto quedaremos gustosos.

Ya os he dicho, les contesté, que mis únicos deseos son el complaceros, y así supuesta

esta forme resolución, ordeno y mando: que se admita la renuncia de los legítimos y

vanos derechos que querían exercer las Provincias de la Nueva Granada sin tener

todavía fuerzas para ello: que todas las cosas vuelvan y se pongan in statu quo que no

se hagan leyes con efecto retroactivo ni se pidan cuentas de lo pasado; sino que todo

comience de nuevo como si hoy fuera el día de la creación del mundo(…)15

La prepotencia y terquedad de mantener un cierto linaje y conservar

costumbres coloniales, defendiendo a Santa Fe como centro, aparte de

configurar el nuevo estado bajo el mismo modelo de colonia, legislando en el

centro para irlo difundiendo en todo el territorio y a través de una aristocracia

selectiva, como lo proponía Nariño, fue el gran obstáculo para la conciliación

entre las provincias y el centro. Sin duda alguna la concertación no existió

porque “los valores, sentimientos e intereses locales se combinaron con la

dispersión de la soberanía legitimada por la idea de los derechos naturales de

los pueblos a definir su gobierno y sus lealtades”16

Con la existencia de estas rivalidades entre proyectos demuestra lo dicho

por Palacios, “a lo largo del siglo XIX, la fragmentación regional del poder

político fue la expresión desnuda y más visible de la ausencia de una autentica

clase hegemónica capaz de unificar políticamente a la nación e integrar,

representándolas, a las demás facciones de la clase dominante dentro del marco

de un estado moderno y unitario”17 y todo este proceso queda subyugado por

su misma división, al ejercito pacificador de Pablo Morillo y la reconquista

15

Suplemento a La Bagatela Nº 4 del Domingo 4 de Agosto de 1811, tomado de http://www.lablaa.org/blaavirtual/historia/la-bagatela/la-bagatela4.pdf 16

Garrido, Margarita Óp. Cit. Pág. 103. 17

Palacios Óp. Cit. Pág. 23

Page 8: Bogotá Capital neogranadina y colombiana, una crítica a su construcción por Cristian Chacón Herrera

española. Pero esta primera independencia va a dejar rastros marcados y

heridas profundas para el proceso que seguiría en la conformación de la

República.

En esta segunda fase Republicana, Bogotá no sólo dividirá internamente,

sino que ahora será criticada por la anexada Venezuela que con Quito y

Panamá, formarán la llamada “Gran Colombia”. En la conformación de la

Colombia de 1820 -1830, la disputa entre federalistas, centralistas y

“transicionistas” sería fuerte y se dieron infinidad de conceptos alrededor de

estos temas ya que la centralización en un territorio tan amplio sería un

problema pero la experiencia federal venezolana y neogranadina no fue exitosa.

Pero había otra discrepancia, la de pensamiento puesto que existía un conflicto

entre militaristas y civilistas sin dejar de lado que “igualmente era evidente una

hostilidad entre granadinos y venezolanos”18 que se agudizará en este periodo.

Márquez anunció, con razones de peso, que si se declaraba el centralismo se

pretendía a “obligar a los ciudadanos para que atravesaran distancias

inmensas en busca de justicia y dejarlos a la merced de una multitud de

subalternos”19ya que por supuesto la distancia entre estos dos espacios

geográficos era enorme, entonces ¿no sería mayor siendo Bogotá como lo

resultó siendo? En esta convención muchos civilistas se reunieron viniendo del

interior de la Nueva Granada, a los cuales se refiere Bolívar diciendo “Piensan

esos caballeros que Colombia está cubierta de lanudos arropados en las

chimeneas de Bogotá, Tunja, y Pamplona. No han echado sus miradas sobre los

Caríbes del Orinoco, sobre los pastores del Apure, sobre los marineros de

Maracaibo, sobre los Bogas del Magdalena sobre los bandidos del Patía, sobre

los indómitos pastusos, sobre los guajibos de Casanare y sobre todas las hordas

salvajes de África y de América, que como gamos recorren las soledades de

18

Gilmore, Robert Louis: “El federalismo en Colombia. 1810-1858” Tomo 1. Sociedad Santanderista de Colombia, Universidad Externado de Colombia, Disloque Editores, Bogotá 1995 Pág. 33 19

Ibíd. Pág.35

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Colombia”20 mostrando que no se tiene conciencia de la diversidad del

territorio y se conceptúa alrededor de lo que sucedía en el centro del antiguo

virreinato.

Aún así, como se sabe, el centralismo triunfó, y su centro fue Bogotá por su

peso histórico como el centro del virreinato, pero esto inspiró en los

venezolanos una aversión profunda tanto al sistema como a la capital, ya que la

prensa venezolana se encargó de “difundir propaganda en contra de Bogotá”21

y de desestabilizar un régimen que declaraban autoritario, además que las

necesidades neogranadinas entraron en conflicto con las venezolanas y la

balanza gubernamental empezó a propender hacia el lado neogranadino como

lo dice Bushnell al afirmar “Justificada o injustificadamente, los venezolanos en

general estaban convencidos de que la Nueva Granada estaba absorbiendo de

alguna manera un porción indebida de los beneficios que brindaba la Unión”22.

Las diferencias raciales y de identidad eran abrumadoras en la Gran

Colombia, un reflejo de ello fue la ya nombrada aversión hacia una capital

distante y desconocida además con una concepción diferente de la realidad ya

que en Venezuela el militarismo era predominante. La conceptualización sobre

Bogotá era “para los venezolanos, la dependencia de un rey residente en

España era muchos menos exasperante que la que existía ahora respecto a

Bogotá, que hasta hace poco había sido tan sólo otra capital colonial; por otra

parte encaramada en los Andes y a varias semanas a través de las montañas,

Bogotá parecía tan inaccesible como Madrid, si no más”23demostrando la

división que generaba un lugar ininteligible y casi abstracto para los habitantes

venezolanos. Bogotá sería la representación más amplia de las diferencias entre

las dos regiones, tanto que “no todos los venezolanos interesados en política

20

Carta de Bolívar a Santander en Ibíd. Págs. 40-41 21

Gilmore, Robert Louis Óp. Cit. Pág.52 22

Bushnell, David: “Colombia, una nación a pesar de sí misma. De los tiempos precolombinos a nuestros días” Ed. Planeta. Bogotá 1996. 23

Ibíd. Pág. 96

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querían lo mismo, pero los unía su rechazo a Bogotá”24 y había “un descontento

con su subordinación a Bogotá por parte de los residentes en Caracas y

Quito”25.

Por eso cuando Santander es reelegido como vicepresidente, se entiende una

continuidad de la política desde Bogotá, lo que hace que en Venezuela

comenzara la revuelta por la autonomía local. El General Páez, líder del

levantamiento justificó el mismo a Bolívar al advertir que “el pérfido Santander

había envenenado la administración y los legisladores eran sus funcionarios,

Venezuela desconfiaba de cada acto suyo, Bogotá estaba enterrando a los

venezolanos en un abismo de maldad”26 por eso se pidió a Bolívar tomar el

poder y se apoyó la constitución para Bolivia en varias regiones del país,

menos, paradójicamente, en el interior. Al final en 1930, se terminó

fragmentando la utopía de Bolívar y la Gran Colombia quedó dividida en tres,

obviamente existen muchas razones más para explicar éste suceso, pero vale la

pena resaltar que Bogotá fue el caballo de Troya de los venezolanos para lograr

separarse de la Nueva Granada, aduciendo que fue un error como elección de

capital.

Ya dentro de la conformación de la Nueva Granada en 1930, se dieron

elementos de diferenciación entre las regiones, peor fueron haciéndose menos

pronunciadas, peor aún así, los Andes neograndinos seguían fragmentando la

débil identidad nacional, porque no representaban el imaginario colectivo,

ejemplo de ello es que “ la provincia del Casanare, en los llanos orientales,

también proclamó la separación, pero los organizadores del movimiento

decidieron que el territorio se uniera al gobierno violentamente anti bolivariano

que se estaba formando en Venezuela. Para Casanare, que tenía mucho más en

común con los llanos venezolanos que con los Andes neogranadinos, no era

24

Ibíd. Pág.96 25

Gilmore Óp. Cit. Pág. 57 26

Ibíd. Pág. 59

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nada descabellado, considerar la unión con Venezuela”27 fenómeno que

también sucedió con Pasto en relación con el Ecuador, pero al final, la Nueva

Granada se quedó con estos territorios que serán el reflejo de un país

fragmentado y diverso por sus regiones.

En la época definitiva de la Nación, el tema de Bogotá sería menos

conflictivo, puesto que ya las regiones y sus líderes se vinculan a la dinámica

nacional, teniendo por ejemplo presidentes de la zona del Cauca y demás y en

1831 “las provincias reconocieron la autoridad de Bogotá”28aunque aún

quedaran ciertos tufos de separación y federación. Esta última realizada en la

época liberal de medio siglo permitió cierto grado de autonomía a las regiones

que dejaron de mirar con recelo a la capital.

En la época radical, a pesar de existir un federalismo absoluto, los recelos se

dieron por el origen de los dirigentes del movimiento ya que representantes

liberales y conservadores de diversas regiones “objetaban el control del

gobierno nacional por los radicales, muchos de los cuales provenían de la

cordillera Oriental”29 y con cierta razón, ya que los radicales buscaron acabar

con la distancia en esta cordillera construyendo un ferrocarril llamado

“Ferrocarril del Norte” con el cual sólo el interior se vería beneficiado, aunque

terminó siendo un rotundo fracaso.

Pero uno de los elementos que demuestran la lejanía, inconsciencia nacional

y fragilidad e inconveniencia de un centro como Bogotá, fue la pérdida de

Panamá, un espacio olvidado, poco valorado y a fin de cuentas perdido. La

falta de habilidad política por considerar este un espacio de miseria, hambre y

enfermedades y no ver su posición geográfica, hizo que Panamá fuera de todos

menos de Colombia. Tras la pérdida de Panamá, en el interior se tomó

27

Bushnell Óp. Cit. Pág. 124. 28

Gilmore Óp. Cit. Pág. 111 29

Safford, Frank “La Era Liberal. 1845-1876” en Safford, Frank; Palacios, Marco: “Colombia País fragmentado, sociedad dividida. Su historia” Editorial Norma. Bogotá 2002. Pág.439

Page 12: Bogotá Capital neogranadina y colombiana, una crítica a su construcción por Cristian Chacón Herrera

conciencia de la importancia de las costas en muchos aspectos, y esto hace que

Henao y Arrubla, digan al respecto

(…) “Y levantando la mirada más allá de los límites de la patria, sin desconfianzas,

sin recelos, aproximar el mar, nivel de la civilización, a la cuna de Nariño, la ciudad

solitariamente docta”30

De esta manera podríamos resumir el papel de Bogotá respecto a la nación

en materia política en el siglo XIX, una manzana de la discordia, una ciudad

que se atribuyó el poder y desplazó en muchos casos a otras regiones, una

ciudad que olvidó mirar más allá de sus montañas para reconocer el territorio y

generar una política más de Nación y más de sociedad.

Lo económico: La barrera de los Andes y la dificultad comercial de

Bogotá.

La geografía neogranadina fue uno de los grandes obstáculos en materia de

exportación y crecimiento industrial y económico. Bogotá lo fue más aún por su

desafortunada posición geográfica, ya que ciudades como Lima, Buenos Aires,

Caracas, Santiago y la misma Panamá31 pudieron beneficiarse del comercio

exterior por su posición costera. Como lo advierte Safford al decir que Bogotá

“Was settled by the Spaniards because of comforts it offered and not because of its long-

range economic potential (…) Bogotá was not well-situated for vigorous economic

growth (…) the isolation imposed on central Colombia by its distance from the coast,

and the obstacles to internal trade erected by its mountains terrain, severely limited its

potential for economic development”32.

30

Cita de Henao y Arrubla hecha por Múnera, Alfonso en “Fronteras imaginadas. La construcción de las razas y de la geografía en el siglo XIX colombiano” Ed. Planeta. Bogotá. 2005 Pág. 125 31

Atraso que referencia Miguel Samper al decir “De todas las capitales de de Suramérica, Bogotá es la que más atrás se ha quedado, sin que le sea dado sostener la comparación con Caracas, Lima, Santiago y Buenos Aires” en Samper, Miguel: “La miseria en Bogotá y otros escritos” Universidad Nacional. Biblioteca Universitaria de Cultura Colombiana. Bogotá 1969. Pág. 8 32

Safford “Commerce… “Óp. Cit. Pág. 15, 16,17 y 142.

Page 13: Bogotá Capital neogranadina y colombiana, una crítica a su construcción por Cristian Chacón Herrera

No hay discusión en lo relatado por Safford al respecto, el terreno andino

escarpado alejaba totalmente del comercio a Bogotá y la hacía poco competitiva

frente a otros mercados para poner en circulación su producción33. La capital

estaba tan distanciada que “Bogotá, despite its political power, was at the

mercy of the forwarding merchants of Honda”34el Puerto que ayudaría al

desarrollo de la alejada ciudad. Veremos pues los elementos que componen las

dificultades económicas de Bogotá en el siglo XIX, dificultades que generarán

un retraso en el desarrollo económico de la Nueva Granada.

o Transporte:

Este fue uno de los elementos más problemáticos para la Nueva Granada

y en gran medida para Bogotá, pero curiosamente, la costa jugó un papel

que pasa desapercibido por algunos en el análisis historiográfico, papel que

veremos más adelante. En esta materia, la Nueva Granada “constituía una

especie de archipiélago en el que los núcleos poblados estaban separados

entre sí por zonas despobladas y a veces por serios obstáculos geográficos.

Aún más, la vinculación con el exterior tropezaba con el hecho de que las

zonas más densas del país, y en particular las de la altiplanicie oriental, se

encontraban bastante alejadas de las costas atlánticas e incluso de los ríos de

la vertiente atlántica”35 lo que dificultaba la comunicación económica y el

transporte al exterior. Igual, Bogotá trató de establecer varios proyectos de

transporte hacia el Magdalena para permitirse conectar con el mercado

exterior, creando rutas de todo tipo, que fueron malogradas e inefectivas y

no subsistieron36, quedando en funcionamiento la más antigua, que

desembocaba en Honda. Este viaje es muy referenciado por sus

33

Como el caso de la Harina que se humedecía en el costoso y largo viaje por el rio Magdalena y no lograba luego competir con la harina estadounidense. 34

Safford “Commerce… “Óp Cit. Pág. 33 35

Melo, Jorge Orlando: “La evolución económica de Colombia 1830-1900” en “Nueva Historia de Colombia” Tomo 2. Instituto Colombiano de Cultura. Plantea. Bogotá 1989. Pág.73 36

Como la ruta de Peñón de Conejo, por ejemplo ejecutada por Mosquera, que gastaba el doble de tiempo en el recorrido en comparación con el viejo camino. Safford “Commerce… “Óp. Cit. Pág.97

Page 14: Bogotá Capital neogranadina y colombiana, una crítica a su construcción por Cristian Chacón Herrera

particularidades, tanto el hecho desde la costa hasta Honda como el

subsiguiente hasta la capital como lo referencia Bushnell que dice

“No obstante, el transporte fluvial no resultaba fácil, porque el caudal

variaba según la época del año y la mayor parte de las riveras eran malsanas,

inhóspitas y poco pobladas (…) el viaje a Honda podía durar hasta un mes; le

regreso tomaba menos tiempo, pero era igualmente incómodo, considerando el clima

tropical, las nubes de mosquitos y los insultos de los bogas, según testimonio de

algunos viajeros”37

Esta descripción se hace cuando el viaje se hacía en champanes, y no

se había implementado el sistema de vapor que aligeraría un poco el tiempo

y la dificultad. Luego de sufrir el primer viacrucis, vendría el más duro, el

trayecto Honda-Bogotá en el cual “las mulas demoraban 5 o 6 días para

hacer el viaje de unos 150 kilómetros, por una ruta que fue descrita una y

otra vez para dar ejemplo de las dificultades del transporte

colombiano”38descripciones que son en cierta medida sorprendentes puesto

que se habla del miedo de los viajeros que temían caer por un barranco en

días de lluvia cuando se hacía resbaloso el camino y se cuenta una historia

de una mujer la cual rezaba por las almas del purgatorio y por “esas que

han venido y se han ido en el camino de Honda”39 y lo más grave aún es

que no era la peor ruta, como si lo era por ejemplo la que conectaba a Bogotá

con los llanos. Esto generaba dificultades de costo y tiempo, que,

obviamente, imposibilitaban un desarrollo de la economía y sobre todo si

partía o se recibía en Bogotá, el centro de la nación, la cual, como ya hemos

dicho, trató de abrir el mercado y lo logró mejorar ya casi llegando a

mediados de siglo bajo la administración de Mosquera.

o Industria:

37

Bushnell: Óp. Cit. Págs. 118-119 38

Melo Óp. Cit. Pág. 74 39

Safford “Commerce…” Óp Cit. Págs. 86-87

Page 15: Bogotá Capital neogranadina y colombiana, una crítica a su construcción por Cristian Chacón Herrera

La formación de industrias en Bogotá fue bastante pobre, y una de las

razones fue el tema ya expuesto, el del transporte. La muestra es que

“con frecuencia empresarios optimistas que pretendían llevar a las

tierras altas calderas, instrumentos industriales y otros objetos

demasiado pesados, se vieron obligados a abandonarlos en los puertos

del Magdalena ante la imposibilidad de hacerlos llegar a su destino”40lo

cual dificultó la inversión extranjera, aún así, la industria en la capital

fue meramente local y se formaron empresas en el campo del hierro, el

papel y otros artículos. Además se trató de impulsar el trabajo de los

jóvenes capitalinos, con la idea de abaratar costos y aparte, permitir que

se alejara a esta población de “la vagancia y la mendicidad” 41.

Existe, eso sí, un elemento importante donde podemos relacionar la

costa atlántica y como fue subestimada, siendo esta un lugar clave que

pudo haberse explotado mejor. Curiosamente fue la costa atlántica la

que pudo juntar las regiones puesto que “el tráfico comercial

internacional ponía en contacto las zonas productoras de bienes de

exportación, con las regiones de la costa; del mismo modo los productos

de importación eran distribuidos desde la costa hasta los sitios de los

productos finales”42lo que demuestra que la costa se habría podido erigir

como un centro comercial y administrativo fuerte dentro de la Nueva

Granada pero Bogotá siguió imponiendo su hegemonía política ya que

explotaba a zonas como Panamá, en crecimiento mayúsculo, Bolívar y

Magdalena, como se denota en la crítica de Juan José Nieto al decir que

los recursos de la zona en el congreso eran “drenados”43.

40

Melo Óp. Cit. Pág.75 41

Safford “Commerce…” Óp. Cit. Pág 152. 42

Melo Óp. Cit. Pág. 73 43

Delpar, Helen “Rojos contra azules. El partido Liberal en la política colombiana 1863-1899” Tercer Mundo, Bogotá. 1994 Pág.40.

Page 16: Bogotá Capital neogranadina y colombiana, una crítica a su construcción por Cristian Chacón Herrera

Se puede decir entonces que el retraso económico de Colombia se dio

porque en el lugar donde se concentraron los capitales más fuertes

(Bogotá) estaba alejado y bloqueaba cualquier tipo de desarrollo

económico por sus grandes dificultades, además que su hegemonía

política inhibió a las demás regiones a tener un desarrollo mayúsculo,

con excepción de Antioquia, que siempre mantuvo una política

independiente y casi autónoma, y Panamá, que se desempeñaba como

un estado soberano y casi independiente además que tenía la ventaja de

ser un eje clave de paso entre el atlántico y el pacífico, lo cual atrajo

muchos extranjeros y el primer ferrocarril de la Nación. Así pues,

económicamente Bogotá también se podría considerar como un error

histórico de construcción de capital de una nación.

Lo social: Una ciudad atrasada, con ínfulas de foco civilizatorio.

Bogotá aparte de conservar una hegemonía política y un cierto tipo de

concentración económica, también se apropió de una construcción cultural, que

excluyó a muchas regiones, sobre todo a la costera. Ya se ha citado a Bolívar

hablando de la inconsciencia de territorio de los habitantes andinos, elemento

que continuará en todo el siglo XIX y aún conciertos vestigios posteriores. Pero

la Bogotá de esta época no era una gran ciudad.

Un ejemplo del atraso de Bogotá, nos lo da Delpar al decir

“El conde de Gabriac que visitó la capital ese mismo año (1687) no se mostró muy

impresionado con las disponibilidades de Bogotá en éste y otros órdenes “En honor a la

verdad para un cansado viajero, un hotel confortable es mucho más deseable que un

monumento magnífico. Bogotá no tiene ni lo uno ni lo otro (…) las calles eran sucias, el

servicio de agua potable y la iluminación nocturna provenía casi por entero de la luna.

Los lugares públicos estaban infectados de ladrones, borrachos, leprosos vagos y locos”44

44

Delpar Óp. Cit. Pág. 59

Page 17: Bogotá Capital neogranadina y colombiana, una crítica a su construcción por Cristian Chacón Herrera

También dentro de las clases sociales no se notaba mucha diferencia, puesto

que los adinerados se vestían y alimentaban casi como los pobres o clase media

europeos45 lo que mostraba que la capital no era boyante y tenía una debilidad

notoria en materia económica. Eso sí, en materia educativa si fue el faro y en la

ciudad se incentivaron las universidades y la educación, pero solo en leyes y

literatura, dejando de lado estudios sobre tecnología y ciencias.

Bogotá también se le consideró una ciudad “parásita” puesto que era “el

asiento de clases dominadoras, explotadoras o improductivamente

consumidoras”46como también lo afirma Safford47además de tener la herencia

colonial de la vergüenza hacia el trabajo manual. Así a grandes rasgos se puede

hacer una fotografía de la Bogotá decimonónica, la cual no era ni mucho menos

una gran metrópoli.

Pero, a pesar de esto, los bogotanos se dieron el lujo de demeritar el

territorio nacional. Ya Nariño a través de la Bagatela en la primera

independencia había deslegitimado a todas las regiones por su ignorancia y

ridícula pretensión de autogobernarse. Pero las élites andinas y bogotanas

construyeron un imaginario que resulta extraordinaria por su descabellada

concepción. Alfonso Múnera nos cuenta que

“una extraña y fascinante geografía mental, que le había permitido a la élite

intelectual, conservadora y liberal, consolidar la vieja idea de un centro andino,

rodeado de tierras marginales o fronterizas. En efecto, la capital y otras pocas

ciudades de los Andes funcionaban como centros simbólicos de una nación que

había sido diseñada con los elementos de una tradición aristocrática y religiosa,

pero por completo de espaldas a una geografía mundial que, paradójicamente,

convertía en centros internacionales lo que los colombianos siempre tuvieron

45

Safford “Commerce…” Óp. Cit. Pág 21. 46

Samper Óp. Cit. Pág. 20 47

“Through the nineteen century, the capital retained its colonial identity as a community of consumers rather than producers” Safford “Commerce…” Óp. Cit. Pág. 41

Page 18: Bogotá Capital neogranadina y colombiana, una crítica a su construcción por Cristian Chacón Herrera

como fronteras marginales y símbolos de lo inferior, tal como sucedería con

Panamá”48

José María Samper ante una crítica sobre el territorio neogranadino hecha

por el británico Anthony Trollope, luego de visitar las costa atlántica y

encontrar desolación, responde que “los mejores elementos de la civilización se

han aglomerado en el interior y el progreso se va verificando de un modo

singular: de adentro hacia afuera, del centro a la circunferencia”49 además que

retoma para legitimarse, el concepto de caldas al decir “no olvidar la geografía

de la civilización y de las razas”50refiriéndose al estudio del “sabio” sobre la

organización territorial.

Camacho Roldan también aportará su cuota de deslegitimación otra vez en

contra de la zona costera al decir sobre Panamá que

“la pobreza había llegado al último grado: el antagonismo de las dos razas-

la negra y la blanca- pobladoras de esa región, mantenido por tres siglos de

esclavitud, debía hacerse sentir fuertemente en los momentos en que esta

institución acababa de ser abolida. La acción del clima, desfavorable para la

blanca, había enervado la actividad de la clase gobernante y permitido que la

raza inferior en evolución mental se sobrepusiese en número, en energía y en

influencia política”51

Tanta fue el desdén por zonas como la costa, que Caro, quien murió sin

conocer el mar, fue delegado de Panamá en el proceso regenerador de Núñez,

el cual llegó al poder con gran apoyo de la costa, que se sentía excluida de la

política nacional. Justo Arosemena, un ilustre panameño que participó de

48

Múnera, Alfonso “Fronteras Imaginadas…”Óp. Cit. Pág. 102 49

Texto de Samper tomado por Múnera en Ibíd. Pág.111 50

Ibíd. Pág. 113 51

Tomado de Salvador Camacho Roldan “Notas de Viaje. Colombia y Estados Unidos de América” en Ibíd. Pág. 119

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embajadas y de la política nacional, expresa éste desdén hacia la zona atlántica

y más exactamente hacia Panamá según Múnera

“escribió (Arosemena) con amargura infinita que ninguna personalidad

medianamente importante del interior de la República aceptaba un empleo en

Panamá, porque era para ellos como tener que descender al mismo infierno”52

De esta manera Bogotá se encerró como el ideal y el imaginario correcto de

la nación, pero bien lo advertía Samper, refiriéndose a la descentralización y el

desarrollo de otras regiones “Bogotá seguirá perdiendo cada día más terreno, o

su progreso será tan lento que parecerá quietud delante de la creciente

prosperidad del de sus nuevos rivales”53como se convirtió Antioquia, con su

gran auge comercial e industrial, o la Panamá granadina con el ferrocarril.

Hemos entregado elementos variados sobre el tema de Bogotá y su papel

articulador como capital de la nación. Sin duda, es el centro geográfico del

territorio colombiano, pero desglosando varios elementos, no estructuró de

manera adecuada su papel generando conflictos políticos, atrasos económicos y

heridas muy profundas en el imaginario de nación. La Regeneración le dio la

preponderancia política, económica y social definitiva ad portas del siglo XX ya

que fue allí donde se concentró el poder político de manera superlativa y se

definió la suerte departamental desde un espacio que seguía teniendo

conceptos de frontera y de civilización erráticos y nacidos de la ignorancia del

territorio. Bogotá pesó por su posición histórica y colonial y se constituyó en un

error puesto que tenía un muro andino que no le permitió ver las ventajas de

otros espacios como Panamá o la costa y dejó de lado a Antioquia o el Cauca, y

dio una pequeña importancia a sus vecinos del Santander, sin que tampoco

estos estuvieran totalmente privilegiados. De esta manera podríamos concluir

que a Bogotá le faltó pensarse como líder de una nación y le sobró desidia para

52

Ibíd. Pág.127 53

Samper Óp. Cit. Pág. 34

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fragmentar de muchas maneras un territorio nacional que aún conserva odios

entre regiones, así ya sean casi imperceptibles.