blumer, ciencia sin conceptos

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  • 7/27/2019 Blumer, Ciencia Sin Conceptos

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    HERBERT BLUMERUniversidad de Cali fornia, Berkeley

    BIBLIOTECA "HORA"Coleccin: PSICOLOGA SOCIAL Y SOCIOLOGA

    Consejo Asesor:Silverio Barriga (Espaa)Hctor M. Capello (Mxico)Tom s Ibez (Espaa)Florencio Jimnez Burillo (Espaa)Gerardo Marn (Estados Unidos)Mari za Montero (Venezuela)Julio Seoane (Espaa)Jos Ramn Torregrosa (Espaa)

    El InteraccionismoSimblico:Perspectiva y MtodoPROLOGO:

    Prof . Dr. PEDRO RIDRUEJO ALONSODire ctor de l De pa rta me nto Ecopsicologa de laUniversidad A u t n o m a de Madrid

    ,S.A.B A R C E L O N A

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    1 1 6 Cul es el error de la teora social?Parece claro qu e existen do s maneras fundamentales de abordarlo. La primeraconsiste en desarrollar procedimientos fijos y precisos qu e aporten un contenidoemprico definitivo y estable. Este mtodo se basa en tcnicas claras y normalizadas,disposiciones experimentales y categoras matemticas. Su universo de datos inme-diato no es el del mundo social natural constituido po r nuestra experiencia, sinoabstracciones especializadas de l o sustitutivas de l mismo. Lo que se pretende esvolver al mundo social natural con unos conceptos definitivos basados en procedi-

    mientos especificados con toda precis in. A unq ue tales procedimientos pueden sertiles y valiosos en muchos sentidos, su capacidad para establecer conceptos genui-nos con respecto al mun do na tural , tropieza co n tres grandes dificultades, qu e hastaahora no han podid o resolverse satisfactoriamente.La otra forma de abordar el problema consiste en aceptar qu e nuestros conceptosso n intrnsecamente sensibilizadores, en lugar de definitivos. Esta solucin soslayalas dificultades con que lgicamente tropieza la primera, pero a cambio de renunciara la posibilidad de obtener conceptos definitivos co n lmites especficos y objetivos.La segunda solucin trata de perfeccionar los conceptos por medio de una investiga-cin naturalista* (investigacin de campo), es decir , mediante el estudio directo de lm u n d o social natural en el que los casos empricos so n aceptados en su formaconcreta y caracterstica. Asimismo depende de una fiel descripcin documentadade los casos y de un sondeo analtico de su carcter. En esto, el procedimientodifiere notablemente del que se utiliza para tratar de desarrollar.conceptos definiti-vos. Su xito depende de un paciente, cuidadoso e imaginativo estudio de la vida, no

    de rpidos atajos ni del empleo de instrumentos tcnicos. Aunque su desarrollopueda resultar lento y tedioso, este procedimiento tiene la ventaja de permanecer enestrecha y continua relacin con el mundo social natural .La confrontacin que acabo de esbozar, entre las dos formas principales deabordar el problema indica, a mi entender , el modo en que debe encararse ladeficiencia bsica de la teora social. Sospecho que plantea asimismo, el tema princi-pal de nuestra disciplina: el intento de convertir sta en una ciencia emprica denuestro mundo social natural .

    No he pretendido en este t raba jo tratar detenidamente sobre la lgica de la n ivestigacin de campo.

    C I E N C I A SIN CONCEPTOS*El ttulo de este artculo no lo ha elegido el autor, sino el Comit de Programas deeste Instituto. Como ttulo resulta anmalo, puesto que parece implicar una contra-diccin en los trminos. Probablemente fu e concebido para despertar el inters delos a lumnos abur r idos o hastiados, o tal vez con la intencin de introducir , almenos, un elemento estimulante en e l artculo, que sin duda resulta montono.Hablar de ciencia si n conceptos sugiere toda suerte de analogas: un escultor si nherramientas, un ferroca rril sin vas, un mam fero sin huesos, una historia de am orsin amor. Una ciencia sin conceptos sera una creacin fantstica. Ni mi criteriopersonal acerca de mi trabajo ni la consideracin de los temas que pueden interesaral lector, podrn impulsarme a dar entidad a tamaa fantasa. Acepto el t tulo comoun recurso lgico, bien conocido, de revelar lo real haciendo meditar sobre loimposible.

    Al considerar cualquier ciencia admitida como tal, lo ms corriente es pensarinmediatamente en conceptos. En la fsica evocaremos el tomo y el e lec t rn , l ; imateria y la masa, la velocidad y la inercia, el espacio y el t iempo. Si hablamos dequmica, pensaremos en las valencias, el isomerismo, lo s coloides, l a c ombu s t i n . l ; idescomposicin, el ncleo atmico; si de biologa, en la herencia, el medio ambi en t e ,los genes, los caracteres de la unidad, la variacin, la seleccin natural; si de psicologa, en el hbito, el reflejo, el sentimiento, la integracin, el inconsciente, la i n h i h icin; si de sociologa, en la cultura, el grupo, el retrajo cultural , la socializacin, l . idesorganizacin social. El examen m s superficial de la historia de cualquier .- ! d i -

    * Conferencia leda ante el Noveno A n n u a l Ins t i tute of Social Research. U n i v c rs i i l : ! i l i - < l u < .u1 ."agosto 2 0 - 2 3 , . i 9 3 0 .Reproducido de American Journal of Sociology, con autorizacin de la UnivrrMiv > l ' 'In, "." ''

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    Ciencia sin conceptosi - ; i , i s ciencias demuestra la persistente utilizacin de tales conceptos. Difcilmente sep o d a considerar a los mismos como re l iquia de inqu ie tude s filosficas primitivas,puesto qu e siguen estando vigentes incluso en las ciencias m s exactas. Quien de -c lare seriamente que la ciencia, tal c omo la conocemos, no posee conceptos, o no losn i i l i / a , seg ur am ente aplica al vocablo algn significado esotrico que la ciencia noreconoce.

    Si n embargo, a lo la rgo de todo este cuadro de la presencia constante de losconceptos en la ciencia contempornea e histrica , podemos apreciar tamb in unescepticismo y una crtica recu rrente del uso de los mismos. Al parecer, lo s cientfi-co s obstinados siempre han' sospechado qu e existe cierta afinidad entre lo s concep-tos y la metafsica. A m e n u d o , en sus ensayos, airean la creencia de que la preocu-pacin conceptual conduce a un filosofar estril. La famosa exclamacin de ewton"hypotheses non Jingo" constituye un clsico ejem plo de dicha actitud. La ciencia sea t e r ra a la experiencia real de los sentidos; el inters por los conceptos es unapreocupacin fi losfica.Parece haber fundam ento para esta actitud de recelo hacia lo s conceptos. Laestril preocupacin de los lgicos y telogos medievales por las nociones de lige-reza, gravedad, humedad, sequedad, actual idad y potencialidad es un caso caracte-r s t i c o . Ha y otros e jemplos como el de los antiguos griegos qu e, a fuerza de observarsu m u n d o experimentalm ente , "perdieron nervio", como ha dicho Gilbert M urray,y recayeron en una cmoda m editacin sobre la s formas inherentes de las cosas; lo snum er o so s tra tados filosficos sobre lo s conceptos fsicos de l espacio y del tiempo,escritos que, desde hace mu cho, lo s fsicos ha n prefer ido ignorar; o el caso, todavam s evidente, de l empeo con que los cientficos sociales se esfuerzan po r extraer desu pe nsa mie ntoun a ciencia a base de elaborar el carcter de conceptos tales como lasociedad, el hombre e c onmic o, la soberana , el progreso, el derecho natura l , laasociacin, etc. En general, podra decirse que los cientficos se vuelven estrilesc u a n d o se e ntre ga n a la preocupacin conceptual. Parece que la ciencia mod erna noe mpe z a abrirse camino hasta que no se liber de l prurito filosfico. Su herencia esdem as i ado valiosa para que un re torno al empeo conceptual la ponga en peligro.El planteamiento de nuestro problema surge de la confrontacin de ambas im- ,genes. Una de ellas sugiere la inevitabilidad de los conceptos en la ciencia; la otrare t ra ta la hon da sospecha qu e inspira la preocupacin conceptual. Am bos puntos devis ta pueden se r defendidos polmicamente . El hecho de que exista oposicin entreellos aconseja mostrar el papel qu e desempean lo s conceptos en el procedimientoc i i ' n i i T i c o , a fin de hacer posible la comprensin de sus funciones y en caso necesario

    protesta r por el uso indebido que se hace de ellos. Esto es lo que me propongohacer.Al esbozar el prob le ma , me veo obligado a confesar que mi inters se centra en lafuncin de l c onc e pto; es decir, en lo que ste o ms bien, en lo que permite hacer alos cientficos. Poco m e interesan las controversias acerca de si el concepto es real onominal, si el universal es un ser o slo un a idea, si la abstraccin es un proceso qu erevela la realidad o la de forma . Digo esto porque en su mayor parte , la l i tera turasobre el concepto aborda ta les temas. Qui en c ompa r ta el inters que he mencionado,encontrar esos escritos insulso s y de escaso valor . Es posible considerar el conceptoc o m o un incidente o un episodio de l acto cientfico, en lugar de una entidad aparte.En tal caso, lo impor ta n te no es especificar su s propiedades epistemolgicas, sinoexaminar su uso cientfico.

    Ciencia sin conceptos .1 9Creo que lo mejor es presentar este estudio de l concepto mediante un brevecomentario psicolgico. Empecemos con la situacin m s sencilla: el simple acto depercibir y concebir. El individuo, al orientarse a s mismo en su entorno, percibe. Loque percibe procede de y le vincula con su actividad. Puede impulsarle a esforzarse;pu ed e debilitar o reforzar un a accin determinada; puede llevarle a a ba ndona r o a

    replantear un proyecto especfico. La percepcin surge de la accin recproca de laactividad y el entornp, y sirve para orientar la accin. S in embargo, no slo puedefacilitarla, sino asimismo impedirla , bloquearla o frustrarla . El proceso conceptuales un modo de comportamiento, caracterstico de los seres humanos, que permite astos sortear tales obstculos. Cuando la percepcin es insuficiente en una situacindeterminada, podemos concebir sta de cierta forma y actuar sobre la base de lconcepto. En tal caso, el acto de concebir desempea la misma funcin biolgicaque el de percibir; permite un a nueva orientacin, un a nueva disposicin para elesfuerzo y una nueva descarga de accin. M s a n , si la concepcin tiene su origenen el fracaso o en la insufic ienciade la percepcin, remite a su vez a esta ltima, esdecir, el concepto qu e elaboramos configur a o influye en nuestra percepcin. A qu-lla no es simplemente un sustituto de sta, sino su propia creadora.Estos elementales comentarios sobre la relacin existente entre la percepcin y laconcepcin, so n familiares a quienes poseen conocimientos sobre la s psicologasfuncional y pragmtica . M e permito sugerir qu e estas nociones so n suficientes pararesponder a nuestro problema sobre el papel qu e desempea el concepto en elprocedimiento cientfico. L o dir de nuevo: la concepcin surge como ayuda para 'compensar la insufic iencia de la percepcin; permite un a nueva orientacin y un Inuevo enfoque; gua y modifica la percepcin.Estas observaciones parecen igualmente vlidas para el percepto y el concepto.La afinidad entre el concepto y la concepcin y entre el percepto y la percepcin estanto psicolgica como lexicogrfica. En uno de sus aspectos, el concepto es u nmodo de concebir. La masa, el movimiento, la electricidad, el tomo, la cul tura , laherencia, lo s genes, la integracin, lo s reflejos, la probabil idad, la asimilacin, etc.,son otras tantas maneras de elaborar ciertos contenidos de la experiencia. Estopu ed e demostrarse de un modo sencillo mediante el concepto de la electricidad. Laobservacin de la atraccin qu e ejerce el mbar friccionado sobre partculas ligeras,la orientacin hacia el norte de la piedra imn suspendida l ibremente , el rechazo dela s partculas ligeras qu e entran en contacto con un cuerpo electrificado, el reflejogalvnico en la rana, el comportamiento de l recipiente de Leyden y de la pilavoltaica; todas estas experiencias sugirieron la existencia de algo no directamentepercibido a las conciencias reflexivas de ciertos individuos. En este caso, ese algo sellam electricidad.Tal vez sera mejor decir que, basndose en determinadas experiencias perceptua-les tangibles que resultaban desconcertantes, ciertos individuos elaboraron hiptesisqu e confirieron a tales experiencias un carcter comprensible. Por lo que he podidoobservar, as es como nacen los conceptos cientficos; hacen referencia a algo cuyaexistencia presumimos, pero cuyo carcter no entendemos plenamente. Tienen suorigen en concepciones derivadas de una serie de experiencias perceptuales de carc-ter desconcertante, que necesitaban ser abarcadas desde una perspectiva ms am-plia. M e apresuro a aadir que el concepto no slo supone la existencia de algo qu evincula las experiencias perceptuales, sino que implica que ese algo posee unanaturaleza o un carcter determinado.

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    12 0 Ciencia sin conceptosCreo que si el lector tiene presentes lo s conceptos especficos, en t en d er fcil-mente los p un t o s que he comentado. La masa, el mo v imien t o , la electricidad, eltomo, la cul tura, los genes, la herencia, etc., so n producto de la reflexin humana.No son ent idades derivadas de u na experiencia perceptual directa; s ino que hannacido como concepciones derivadas de experiencias perceptuales directas"~que hanresultado desconcertantes y problemticas para el hombre. Sirven para ordenar ohacer inteligibles dichas experiencias. En su calidad de concepciones , implican uncontenido que ha sido concebido y qu e puede especificarse, discutirse, estudiarse yreorganizarse. En este sentido puede muy bien afi rmarse que dicho contenido poseeu n carcter.De las observaciones que he formulado hasta el momento se desprende qu econsidero el concepto como un mo d o de concebir y de poseer un contenido que seconcibe. El anlisis del concepto a partir de cada uno de estos dos aspectos nos diralgo sobre su funcin. Como forma de concebir, el concepto libera la actividad If rustrada, permit iendo un a nueva accin. En cualquier campo de comportamiento ' ,l leno de problemas, como lo es claramente en terreno cientfico, esta funcin esparticularmente significativa. Probablemente apenas requiere elaboracin. En el te-rreno puramente psicolgico, la actividad, sin conceptos, se quedara reducida a un

    nivel perceptual determinado, con escasas oportunidades de alcanzar un plano mselevado. Los problemas idnticos seran recurrentes; no habra, en esencia ningnmtodo capaz de controlarlos . El mu ndo permane cera constante; se produciran demanera recurrente frustraciones de la actividad que apenas conduciran a n in g un areorganizacin del contenido de la experiencia. Supongo que este tipo de existenciase da en los animales , pero el m undo hum ano en general y de la ciencia en part icu-lar, son de un tipo distinto. La reorganizacin de ambos ante los problemas slopuede producirse trascendiendo, por as decirlo, el mundo perceptual dado. En estatrascendencia el concepto ocupa un lugar primordial.Los campesinos de Europa y Asia perdieron ganado durante siglos a causa delntrax. Esta grave enfermedad era u n acontecimiento comn. Mu chos la aceptabancomo algo natural e inevitable. A otros, sin embargo, les intrig y la enfocaroncomo problema. Como tal , era recurrente: la percepcin del acontecimiento resul-taba s iempre sorprendente y problemtica. Los cientficos haban estudiado la enfer -medad durante dcadas, pero sus esfuerzos para controlarla no tuvieron xito. Lapuesta en ma rcha de la actividad requera un p unto de vista conceptual satisfactorioque, en este caso, provino de Rasteur. Desde algn tiempo antes de que ste seinteresase por la enfermedad, se saba que en la sangre del ganado aquejado dentrax haba unos organismos en forma de varilla llamados "vibrionies", a los queconsideraba como interesantes curiosidades, pero carentes de significacin; eranepifenmenos de la enfermedad. Pasteur enfoc este campo de percepcin armadode un nuevo concepto: el de lo infinitamente pequeo. El concepto le permiti llevara cabo experimentos, hasta entonces insospechados, para demostrar la influenciaespecfica de los vibriones y proporcionar por fin una solucin a la enfermedad yun a forma de controlarla. Este episodio muestra cmo un concepto, en cuantomanera de concebir, puede impulsar una actividad estancada, y tambin cmo, enuna ciencia '^aturada de problemas, el concepto desencadena y orienta la actividadexperimental y determina su rumbo.Pasemos a considerar la significacin de otro aspecto de l concepto que ya hemen ci o n ad o : el contenido concebido. Ta l como yo lo entiendo, el concepto nos

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    permite captar y retener cierto contenido de experiencia del que nos apropiamos.Por medio de la abstraccin podem os aislar y fijar una determ inada experiencia quenunca habra aflorado a travs de la simple percepcin. Nuestro mundo perceptualse compone de part icularidades porque, a pesar de que la concepcin s iempre se veimplicada en l, se trata de una concepcin que opera a travs de particularidades.Abstraer un a relacin de este mundo de particularidades, y aferrarse a ello, slo esposible mediante la conceptualizacin, y req uiere en l t ima instancia, un concepto.Es decir, acto de la abstraccin propiamente dicho es un acto de concepcin, y paraque la concepcin pu eda afer rarse al mismo, es preciso darle un nom bre, seal, omarca identificativa. La determinacin de este contenido aislado, hace posibles dos ?desarrollos de suprema importancia para la ciencia: (1 ) el citado contenido puedeconvertirse en objeto de investigacin y meditacin independientes; (2 ) p ued e in -cluirse en la experiencia de otros, convirtindose as en propiedad comn. Propongoqu e examinemos por orden estas dos posibilidades.Cuando afi rmo que el contenido concebido en un concepto puede estudiarse porseparado, quiero decir que se puede tomar una abstraccin que ya ha sido f o r m u - 1lada, verificar y especificar sus caracteres, atribuirle un alcance y tratar de determi-nar con mayor precisin su naturaleza. De momento no necesito explicar cmohace esto la ciencia; lo nico qu e deseo decir aqu es que lo hace constantemente. Dees e estudio surgen nuevos problemas y enfoques que convienen al concepto en algoms inst rumental , permit indole abarcar una experiencia ms rica y un universoms amplio. Este punto es un poco abstracto; tratar de aclararlo.Escoger un ejemplo conocido: el concepto de movimiento, tal como se da en laobra de Galileo y de Newton. Como todo estudiante de filosofa sabe, a los ojos delos antiguos y de los filsofos de la Edad Media, el movimiento no estaba divorciadode los objetos dotados del mismo, sino que era una de las propiedades inherentes alobjeto en cuestin. As pues, era natural que un planeta se moviese en crculo, queel fuego se desplazase hacia el cielo y que un objeto pesado emprendiese el movi-miento hacia un estado de reposo sobre la superficie de la tierra. En definitiva, elmovimiento se identificaba con los objetos correspondientes. Nadie lo concebacomo algo independiente de los acontecimientos de esos objetos concretos. Corres-pondi a Galileo y a sus coetneos de la ciencia moderna formu lar la abstracc in. Alrealizar su s famosos experimentos de medir la oscilacin de una lmpara en lacatedral de Pisa, arrojar bolitas desde la torre inclinada de la misma ciudad y hacerrodar stas suavemente por un plano inclinado, Galileo efectu el trnsito decisivode la nocin de los objetos en particular a la del movimiento en general. La oscila-cin de una lmpara, la cada de bolitas y el rodar de las mismas eran aco n tec i mi en -tos independientes; en cada uno de ellos se daba un tipo distinto y caracterstico demovimiento inherente. Mediante la concepcin, Galileo abstrajo un con len i do o >m n a todos los objetos mencionados; contenido que, al ser d eter mi n ad o m o l i a n i run vocablo, se convirti en un concepto. Por medio de la c onc e p t ua l i / . a rm n , la u l c . ide movimiento se convirti en algo independiente y retenido. Todos I O N i | i ic i - . i . mfamiliarizados con la historia de la ciencia moderna, saben qu e su dr.sai i c i l i o seinici, en gran medida, a partir de la introduccin de l c onc e p io d < - m o v i m n - M i MEste, como tal, se convirti en objeto de estudio expcr imenl;i l v i c l l c x i v i qu* 01 lltlliz en la ley de la cada de los cuerpos, en las leyes de K e p l c r s n l > i < - < i mo l ImiWtOde los planetas y, finalmente, en la ley de la gra v i t a c in .Supongo q u e este ejemplo bastar para dejar [ i r i l n i . i n i r n i i < l u i n > i l i . - . i n > i l c

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    Ciencia sin conceptosde un concepto, se pued e aislar un contenido de experiencia yM I o l e l o de un estudio aparte. Slo a t ravs d e esta posibilidad puede u r g i l 1 . 1 i e n i u. K n l uga r de ser difuso, el estudio puede concentrarse; el esfuerzo detigai i o n puede centrarse en un campo determinad o, aunque siempre es posible, i i > l i < , n l o . 1 ; i e s t i l l a d o s ob tenidos a numerosas situaciones concretas.V o l v amo s a h o r a dentro de una amplia escala a la otra forma d e progreso que el

    i m i l ep io ha hecho posible: la comunicacin de la experiencia. H e mencionado yad . . - . de los aspectos m s significativos que posee el concepto: una manera de conce-! > n v u n con t en i do concebido.

    I - I l e r c e i aspecto tiene gran importancia: me refiero al carcter verbal d el con-i c p i o | v i concepto implica un a marca o smbolo identificativo; por lo tanto, sep i r - . c n i a cu forma de palabra o expresin. La energa, la radiacin, la moral, lacompet icin , la sociedad, etc., son, cuando menos, palabras. Algunos autores h ana h u i l a d o qu e slo so n eso. Ta l como yo lo ent iendo, la palabra es un elemento d eli oncepto, pero no su totalidad. La palabra da lugar a un modo de concebir yi c p i c s e n i a aquello que se concibe; es, por lo tanto, smbolo de un determinadopioccso de concepcin. Por su carcter simblico o verbal, el concepto puede con-v r i i n s e en un t ema d e discurso social y permitir, en consecuencia, que la concep-cin por l comprendida se vuelva propiedad comn. El concepto siempre surgei on io un a experie ncia individ ual, para compensar un a laguna o insuficiencia de lap e eepein. Al convertirse en propiedad social,'permite qu e otras personas conozcanr l mismo pun to de vista y utilicen la misma orientacin. D e este modo hace posiblela accin colectiva, si bien a esta funcin de l concepto se le ha dispensado, sorpren-i l c n i c m e n l e , mu y poca atencin. El hecho de que el concepto sea una entidad d eldiscurso s i p c i a l , hace posible el procedimiento concertado o conjunto en lo que a lacicm la si: rellere, as como que la estructura de una ciencia puede surgir como algoco n exo , en l uga r de ser un simple cmulo d e acciones desvinculadas.( M a n p a i t e de lo que he dicho sobre la funcin de l concepto, sirve po r igual paralos coiiccpios cienl l lcos y para los del sentido comn. Agrupar estos conceptos,como muchos har an, equivaldra a perder d e vista el valor peculiar que los concep-io \ i c n h l i c o s poseen. Creo que al sealar la diferencia qu e existe entre am bos tipos . c a posihle bosquejar con ms claridad el carcter de los conceptos cientficos em i l i i , r |or el papel que desempean en la ciencia.

    A u n i n i c i o , la principal diferencia reside en e l - hecho de que la abstraccini o m p t i n . l i d a en el concepto de sentido comn es aceptada sin ms, en lugar des o m e i c i l a a c s i m l i o y anlisis especiales. A causa d e ello, la abstraccin quedap i o n i o i - , l a u c a d a , s i n se r arrastrada a los extremos qu e alcanzan lo s conceptos' i c n i h i i r , M e ( n s i a i i a aclarar esto mediante un concepto d e sentido comn, comoi-, e l i i i c j ' o i u i . i exp er ien c ia perceptual ordinaria, las personas son conscientes dei | i r e h a y t l i l e i e n i . - . o l e l o s qu e arden en determinadas circunstancias generales. La sho|as, i . m i . i m a i l r i a , h ie rb a , cabello, etc., se queman estando secos, al entrar eni o u i . i , lo con , i c i i . c . l umia s de fuego. El acontecimiento de l fuego puede concebirse1 0 n S I I D i l c p c n i l i e i i i e . Puede designarse por medio de una palabra, convir-i i c n i o M - , \ - , \ n u n c m i i r p i o t o m o tal, goza d e la ventaja q u e tiene el concepto, d eK , m a i v > o n i i o i . i i 1 , 1 c v p r i i c n c i a ul ter ior . S in embargo, parece tener limitaciones e ne l M - n i i d o , | i i < - y a l i e , . H i i c i i i . i d o S u abstraccin est abreviada. L a combustin s i nl l a m a t i c un a p i l a . i r Mtlfi " i. la inflamacin espontnea de un almiar d e heno, la

    I c n i . i . la i m p o s i b i l i d a d de quemar madera mojada, la extincin d el

    Ciencia sin conceptos 1 2 3fuego echando tierra encima, son incidentes de la experiencia comn, pero ni estnasociados con el hecho del fuego, ni son considerados como condiciones que lolimiten. No plantean interrogantes acerca de lo que es quemar, como aconteci-miento independiente y, por lo tanto, dichos incidentes no alcanzan el grado deinters que despiertan en la ciencia moderna la oxidacin y la transformacin qu-mica.-El fenmeno del fuego no se aisla como objeto digno de anlisis y estudio porseparado. Por supuesto, no cabe esperar que el sentido comn lleve la abstraccinhasta ese extremo; ni tampoco es necesario. Los conceptos de sentido comn sonsuficientes para las exigencias ordinarias de la experiencia cotidiana; pueden acep-tarse, y de hecho se aceptan, los elementos menores de inconsistencia que intervie-nen en las experiencias, as como tolerarse cierto margen de incertidumbre. De ahque no se planteen como problemas determinadas experiencias qu e podran darlugar a abstracciones ms refinadas.Con tales antecedentes, cabe esperar que "el sentido comn", como la propiaexpresin indica, haga referencia a lo que es sensato, y no a lo que es objeto de unprofundo anlisis. Esto parece cumplirse en mucha mayor medida tratndose deconceptos de sentido comn que en el caso de conceptos cientficos. Los conceptosde sentido comn son m s una cuestin de sentimiento que de d iscernimientolgico. Al parecer, este es el motivo de que un individo normal se quede perplejocuando se le pide que defina'pierto trmino de sentido comn; da por descontado susignificado: Si se le apura, es probable que recurra a indicar los objetos en cuestinsealndolos. Por supuesto, no tiene sentido criticar una indicacin tan particula-rista. Sin embargo, revela que el individuo no tiene los elementos de su concepcinen la mente con claridad, como elementos percibidos por separado. Esto resultamanifiesto si, al. interrogar al individ uo, se le insta a ceirse a la connotacinprecisa. El signif icado que l intenta explicar ser probablemente muy vago e indefi-nido, debido, segn creo, a que no ha realizado un estadio o examen por separadode l suceso abstracto comprendido en el concepto de sent ido comn. Quiz no seaincorrecto decir que estos conceptos tienen n aturaleza de estereotipos. Su significadose da sencillamente por descontado; su carcter se percibe de un modo natural.Ponerlos en tela de juicio es ;algo inconcebible; de hecho, es como evocar la emo-cin. Esto es algo tan distinto del carcter inquisitivo de concepto cientfico en elseno del terreno experimental, que parece ser del todo innecesario llevar ms lejosesta distincin.Lo que pretendo resaltar es que al cientfico le preocupa la relacin que com-prende el concepto cientfico, y a causa d e este inter s reflexiv o, tiene la oportunidadde obtener un conocimiento ms amplio de dicha relacin y, por lo tanto, de llevar acabo la revisin del concepto. Cuando se lleva el experimento a nuevos dominiosdentro de la lnea de l concepto, es de esperar que se hallarn hechos nuevos loscuales, a su vez, exijan revisar la concepcin y el contenido del concepto. Losconceptos cientficos poseen un historial, cambiando de signif icado'con el paso delt iempo, a medid a que van introducindose nuevas experiencias, y sust ituyendo uncontenido por otro. Los conceptos de sentido comn son ms estticos y persisten-tes, y su contenido no se modifica. Dado que la abstraccin qu e comprende elconcepto de sentido comn no es objeto de un estudio por separado ni de unaverificacin experimental, es difcil que se descubran nuevos hechos qu e pongan elconcepto en tela de juicio y motiven su revisin.Existe otra diferencia, a mi juicio importante, entre los conceptos de sentido

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    12 4 Ciencia sin conceptoscomn y los cientficos. Lo s primeros son inconexos y dispares; los segundos"tienden a la consistencia". En rni opinin la abstraccin contenida en un conceptode sentido comn, suele tener una existencia absolutista e independiente; en losconceptos cientficos, sin embargo, las abstracciones estn siempre vinculadas aotras. No es un hecho casual que los conceptos de una determinada ciencia estnagrupados en un sistema, ni que, de este modo, hagan posible la estructura de lamisma. Basta con detenerse a pensar un momento en la historia de la mecnica deconceptos tales como el movimiento, la masa, la inercia, la fuerza, el espacio y eltiempo. Dichos conceptos estaban entrelazados y vinculados en el seno de un mo-delo conceptual que orient e hizo posible la experimentacin , convirtindose en elmarco de los primeros conocimientos y leyes de la fsica. Tal como yo lo entiendo, elsentido significativo de la afirmacin segn la cual la ciencia es un conocimientosistemtico, reside en la coherencia de los conceptos.Sospecho que mu chos de los que desacreditan el inters por los conceptos en laciencia, no desean realmente detener la concepcin, sino que se oponen a la elabora-cin de un marco o estructura conceptual. No s instan a ceirnos estrictamente a loshechos, y a limitarnos al estudio de problemas aislados y especficos. No conozconinguna nocin menos armnica con la experiencia histrica de la ciencia. Seguirese program a equivaldra a carecer de ciencia. A lo sumo, dispondramos de unaserie de estudios aislados y discretos sin conexin entre s, algunos de los cualesharan fructferos a otros po r puro azar, si n poseer otra cosa que una tendenciafortuita hacia la consistencia, y mostrando apenas esa progresiva acumulacin deconocimientos que se derivan de la organizacin y reorganizacin de la experiencia.La obra de los tcnicos, polticos y estadistas interesados en los problem as prcticosinmediatos, a los que se debe dar una rpida solucin y un tratamiento esencial-mente independiente, constituye, quiz, una imagen de este tipo. Su procedimientoes oportunista, su conocimiento, no sistemtico; y su control, incierto. Pero no esese el caso de la ciencia. Ocasionalmente, con toda certeza, puede surgir en latrayectoria de toda ciencia un conjunto de tcnicos cuya aparicin coincida con lade una nueva tcnica. Con sta a modo de instrumento, pueden ir de una situacin aotra sin tener que concebirlas en funcin de un marco ms amplio ni profun dizar oestudiar relaciones fundamentales. Se enfrentan, por lo general, a los mismos pro-blemas, trabajan esencialmente de la misma manera, pero slo obtienen fragmentosseparados de informacin. Puede llamarse cientficos a estos individuos a causa desu filiacin acadmica; pero en realidad, son meros artesanos que utilizan la tcnicacomo un instrumento para la realizacin de fines inmediatos. Con fines meramenteilustrativos y sin nimo de formular una envidiosa distincin, sugiero que tal es lacondicin actual de muchos estadsticos. No pretendo en modo alguno atribuirn inguna inferioridad a sus resultados, pero dira que ni su labor ni sus logros estnorganizados, y que no son sistemticos. A menos qu e dichos logros y resultados se;,ordenen y se inserten en conceptos o concepciones primordiales, nunca llegarn aalcanzar el carcter de ciencia que estamos acostumbrados a observar en la expe-,riencia histrica.Los principales puntos que he abordado hasta ahora en este artculo puedencondensarse en unas pocas frases. El concepto cientfico, como forma de concebir,no s permite resolver los problemas de la experiencia perceptual; su contenido con- 1siste en una relacin obtenida por abstraccin, que se convierte en objeto de estudioexhaustivo e independiente. Debido a su carcter verbal, el concepto puede ser :\a sin conceptos

    12 5compartido permitiendo de este modo la actividad conjun ta en el procedim ientocientfico; su interrelacin hace posible la estructura de la ciencia.Propongo que enfoquemos el asunto desde un nuevo ngulo, y que considere-mos, no tanto lo que el concepto permite hacer a la ciencia, como la influencia queejerce sobre ella.

    A mi modo de ver el concepto considerado m s especficamente cumple tresfunciones: ( 1) Introduce un a nueva orientacin o punto de vista; ( 2 ) sirve comoinstrumento o medio para el tratamiento del entorno humano; (3) hace posible elrazonamiento deductivo y, po r consiguiente, la previsin de nuevas experiencias.Cada una de ellas merece se r considerada po r separado.Si el hecho de concebir tiene un doble significado (el de modo de contemplar lascosas y el de forma de llevarlas a cabo) no es por puro azar lexicogrfico. Que unnuevo concepto representa una nueva manera de enfocar el mundo es un lugarcomn; constituye su carcter intrnseco. Como invencin para subsanar una defi-ciencia en la experiencia perceptual, supone una nueva y original orientacin. Entrelos problemas que atraen el inters de los cientficos, este nuevo rumbo y punto dereferencia es de suma importancia. Por un lado, les permite aborda r el problem acon flexibilidad; por otro, sensibiliza su percepcin y enfoca el objeto desde unanueva perspectiva. Cada uno de estos dos efectos est implcito en el otro, peroambos pueden ser considerados por separado. Aquellos de mis lectores que hayanledo cualquiera de las biografas de Pasteur, recordarn la nueva orientacin quedio a sus problemas al desarrollar el concepto de lo infinitamente pequeo. "Buscael microbio", era su proverbio. Los misterios de la fermentacin, la enfermedad delgusano de seda, el ntrax, la septicemia, la rabia, la hidrofobia, y las fiebres puerpe-rales se descubrieron gracias el enfoque adoptado con ayuda del concepto de loinfinitamente pequeo. Todo ello haba intrigado a los sabios durante aos, habasido afanosamente estudiado, pero hasta entonces haba desafiado al control y a lacomprensin. El nuevo enfoque que una nueva concepcin hizo posible, les condujoa la solucin.El papel qu e desempea el concepto al sensibilizar la percepcin y, por lo tanto,al modificar el mund o perceptual, lo refleja claramente la experiencia de Darwin enel curso de un viaje geolgico por Gales acompaado del gelogo Sedgwick. Tn-gase presente que esto sucedi antes de que Agassiz hubiera avanzado su idea oconcepto de la glaciacin. Darwin refiere:

    "Pasamos muchas horas en el Glaciar Idwal, examinando todas las rocas c o n s u m ocuidado, pues Sedgwick estaba ansioso po r encontrar fsiles en ellas; pero n i n g u n o do losdo s conseguimos hallar en torno nuestro el menor indicio de los m a r a v i l l o s o s r rn i iu - i i" . sglaciales; no encontramos rocas ntidamente estriadas, cantos rodados r n c a a i n a d o s nimorrenas laterales y terminales. Y sin embargo, lo s fenmenos so n la n r v i c l n i r s , q u e ,como declar en un artculo publicado muchos aos despus en F h i / < K / > l i > u/ M u > ; < i : . n > -(Revista Filosfica), una casa arrasada por el fuego no revela lo suced ido cu el l a con msclaridad qu e este valle su historia. Si hubiese estado c u b i e r t o po i un y , \ . \ < i . i l . lo s l ' en tne-no s habran sido mucho menos evidente que en la ac tua l idadH e aqu un impresionante ejemplo de cmo la concepcin puede sensibili /ur a l . ipercepcin y proporcionar un nuevo campo de objetos..H e afirmado anteriormente en este art culo que la concepcin procede de lapercepcin, pero qu e remite a ella. Es posible que el significado de esta observacin

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    1 2 ( > , Ciencia si n conceptosh a y a q u e d a d o m u c h o m s claro despus de l o que acabo d e decir. A travs de lacon cep i i o n , lo s o b j e t o s pueden se r percibidos en sus nuevas relaciones, lo que,e q u i v a l e a d e c i r q u e se produce u na reorganizacin d el mundo perceptual. Es opor-t u n o r e . o i l a i que en el curso de l proceso pueden aparecer nuevos problemas ,n u e v a - , t e . m e a s y nuevas interpretaciones. Puede abrirse camino a u n terrenocom-p l e i . m e n l e n u e v o ; la energa cientfica puede se r encauzada provechosamente d en n e v i r . \s modos. A m i parecer, esto es lo que le ha sucedido a la ciencia alad i i p i . n u n a n u e v a or ientacin, o , lo que es lo mismo, al recurrir a u n nuevo marcoC O I H e p i u a l . Como caso destacado en este aspecto cabe citar, a ttulo d e ejemplo, elo n i ' i n de la fsica moderna. La obra de Galileo suele escogerse, y con razn, paras e a l a r e l pase de la preocupacin metafsica de los lgicos medievales a los esfuer-zo s c i e n t f i c o s de los investigadores modernos. La labor d e Galileo no slo es signifi-c a t i v a p o r h a b e r introducido u na tcnica experimental, sino tambin p o r haberdesai r o l l a d o n u e v o s conceptos que se convirtieron en la base d e operaciones d e laf s i c a m o d e r n a . Estos conceptos nos son familiares. L a masa, el movimiento, lai ne r c i a , la impenetrabilidad, etc., h an pasado a ocupar el lugar de l o s conceptoslg icos medievales : esencia, cualidad, sustancia, potencialidad, etc.,proporcionandoun a n u e v a perspectiva, abriendo u n nuevo campo a la investigacin; planteandon u e v o s p r o b l e m a s y sugiriendo nuevas tcnicas; sensibilizando la percepcin para la< l e l e c c i n d e nuevas relaciones, y orientndola p o r rumbos diferentes; haciendop os i h l o l a exp er imen tac i n y , en ltima instancia, proporcionando nuevas formas d ec o n t ro l . S u p o n g o que l a fsica contempornea est empezando a presentar u n cua-d ro pa re c id o en la nueva orientacin y el marco conceptual en que se desenvuelve lalabor referen te a la relatividad y a las relaciones d el quantum.F u n d a m e n t a r nuestro propio campo en este punto d e vista no carece d e inters.Sosp ech o que l a con f us i n y vacilaciones reinantes en nuestra ciencia sociolgica,no es consecuencia directa de la imperfeccin de nuestras tcnicas, como casi todo elm u n d o sost iene, sino de lo inadecuado d e nuestro punto d e vista. E l esfuerzo p o rs a l v a r la d isciplina mediante el incremento de los trabajos realizados co n mtodo yl a i n t r o d u c c i n d e instrumentos m s precisos sigue, m e atrevo a sealar, u na direc-c i n e q u i v o c a d a . Ta l vez, como sucedi co n otras ciencias en el pasado, no s encon-t r a m o s a la e s po ra de un marco conceptual q u e encauce nuestras actividades haciac a n a l e s le.cinidos.

    A l i o r d a i e a h o r a la segunda funcin especfica d el concepto. La expresin q u ep i ' i k i b l e i n c n i c escuchamos co n mayor frecuencia es la de que "el concepto es unn i . - , 1 1 l m e n l o ' S u p o n g o q u e s u significado no ofrecer ninguna duda despus de loq u e . , h a d n h o s o b r e la ayuda que l a concepcin supone para la puesta en marchay o i i i / a e i o n de las ac t i v idades . Esta funcin define el carcter d el concepto, puestoq i i ' . i i ' . m l c . i que es i e se t r an s f o r ma en un instrumento de la actividad. Al subsanarl i r . d . - i i r i e i n u- , d e lo pe i c e p t u a l , l a concepcin no slo ofrece u na nueva orientacin n c a d e n . i la a c t i v i d a d , sino que la dirige eficaz o ineficazmente. El xito de lada d q i n . u i c . m a da la medida de la eficacia de l concepto. A s pues, ste estdo di .1 p a i t e po r l a ac t i v idad frustrada, y de la otra por las consecuenciase e l c n v . m de la a c t i v i d a d qu e encauza. A l hallarse comprendido entre estas. de u n u io , u l ' o n c o p i o osee las caractersticas de un instrumento. Al princi-i ' i n o i n i i " m s l i n m e n l o , p u e d e resultar tosco y se r utilizado d e u n modo bas-i ' x p e m u n ia l , p e n i m s a d e la n t o , como sucede con las herramientas, puedep e r I c c c . i n i m i . ' . e . t i e ne a l i / r u l o s e su empleo.

    d.

    Ciencia sin conceptos 12 7Una s cuantas consideraciones acerca d e ambas etapas (la fase inicial, d e ensayo,y la ul ter ior , d e perfeccionamiento) no s permitirn apreciar co n mayor claridad elcarcter instrumental d el concepto. En la primera etapa, ste representa simple-mente una concepcin primitiva aplicada a una situacin que requiere ser solucio-nada o reajustada. E n esto su naturaleza es equivalente a la de una hiptesis; suvalor se intuye, pero es desconocido. Promete cierta posibilidad d e comprensin yc on t ro l , y se utilizaen razn d e esta promesa. A veces no se cumple, en tuyo caso es

    necesario adoptar una nueva concepcin. En ambos casos constituye un modo dea borda r o un plan para enfocar la situacin. E s evidente su analoga con el usoexperimental de una palanca o ariete primitivos. Al ser perfeccionado, el conceptono deja en absoluto d e contribuir a la actividad, pero el carcter de su funcin varaen cierto modo. Su campo d e operaciones s e vue l ve ms fcil d e entender; su spos ibi l idades se calibran mejor, y las consecuencias de su empleo se hacen msseguras . Al aplicar este concepto a alguna nueva circunstancia o , por decirlo d e otromodo, al incluir u na nueva experiencia o situacin en el terreno d el concepto, sepuede afrontar eficazmente dicha circunstancia o situacin, utilizando lo s procedi-mi e n tos habituales. E l mdico al que se pide q u e diagnostique u na enfermedadbusca sntomas que le permitan emitir u n dictamen lo ms f idedigno posible. Si sediagnos tica u na enfermedad o u n tipo concreto d e enfermedad, como la tifoidea o lamalaria , incluyendo la dolencia en un concepto dado o, por decirlo de otro modo,aplicando a la misma un concepto determinado, podr iniciarse un tratamiento.Sabido e s que ciertos acontecimientos suelen ir seguidos d e otros; es decir, ciertosactos suelen tener determinadas consecuencias. De l mismo modo, el conocimientoa dqui r i do sobre el empleo d el concepto en experiencias anteriores, sirve comoins-trumento en la nueva situacin.Por lo que se refiere a la tercera funcin, puedo repetir que uno de los valoressignif icat ivos d el concepto reside en la posibilidad de s us consecuencias deductivas.A veces se aprecia fcilmente la ayuda que e l concepto puede prestar a una investi-gacin inmediata; su carcter d e premisa lgica co n consecuencias deductivas ta l vezdeba ser objeto de una pequea aclaracin. Quiere decir que,razonando a partir d elc onc e p to , puede adquirirse una nueva perspectiva y entrever problemas y procedi-mientos q u e trascienden lo s problemas inmediatos q u e suscitaron dicho concepto, yen respuesta a los cuales-ste opera como un instrumento. El ejemplo ms destacadoq u e cabe citar sobre este carcter proyectivo del concepto, lo constituye el sistemade numeracin. Los historiadores de las ciencias exactas han dejado claro que lospr i mi t i vos conceptos sobre el nmero, surgieron a partir de la experiencia prctica yestaban vinculados a la misma. Ciertos perfeccionamientos que no es preciso consi-derar aqu, permitieron emplear lo s conceptos sobre el nmero d e modo distinto alme ra me n te utilitario. Se advirtieron las consecuencias deductivas de dichos concep-tos, y las implicaciones de su ordenacin e interrelacin co n otros for jaron laenorme y compleja estructura de la matemtica moderna, cuyo progreso parece notener fin. Este desarrollo no siempre se ha llevado a cabo de una forma emprica,sino tambin lgica y, al parecer, ha ido bastante por delante de la experiencia. Deeste modo, se han elaborado frmulas para las funciones n'umricas que posible-me nte permanecern sin aplicacin prctica durante dcadas. Pero aunque la estruc-tura de las matemticas puede crecer de un modo lgico y no emprico, sobrepa-sando a laexperiencia real, su caracterstica ms interesante consiste en que siemprerevierte con el mismo xito sobre dicha experiencia. Esta aplicacin a la experiencia

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    [ 2 8 Ciencia sin conceptosha sido ta n ntida y ha permitido ta l grado de control, que ha suscitado reiterada-mente el punto de vista de que el cosmos es numrico. Indudablemente, el aspectodeductivo de toda ciencia trata de aproximarse al carcter ideal de las matemticasy, si bien es cierto qu e esta tentativa n unca ha obtenido ms que un xito parcial, elintento implica un a apreciacin de l valor deductivo de los conceptos.

    Hasta ahora, he expuesto en este libro la que me parece que es la funcin de lconcepto en el procedimiento cientfico. Quizs m is observaciones ensalzan sus vir-tudes, pero no deben olvidarse su s pecados. Me parece que es el momento parahacer una breve exposicin del uso inapropiado de l concepto.A m i juicio, en la mayora de los casos, el empleo inadecuado de l concepto en laciencia, consiste en separarlo de l mundo de la experiencia, en desligarlode la percep-cin de la que se deriva y a la que normalmente est vinculado. Desgajado de laexperiencia en la que tiene su origen, el concepto se vuelve, casi invariablementeindefinido y metafsico. Siempre he admirado un a clebre afirmacin de Kant, qu erealmente define el carcter de conceptos y seala sus limitaciones.Kant dijo acerta-damente: "La percepcin sin concepcin es ciega; la concepcin sin percepcin esvacua". Lo s conceptos sin base perceptual son, sin duda inseguros. Desgraciada-mente, el pensamiento actual arrastra un a tradicin procedente de la antigua filoso-fa griega y del escolasticismo medieval, qu e postula la adquisicin del conocimientomediante la elaboracin de l concepto. Se considera qu e ste posee un significadointrnseco que es posible sacar a la luz por medio de una meditacin correcta. Quizsea innecesario llamar la atencin sobre la constancia de dicha tradicin en el casode la s ciencias sociales. Cada una de estas ciencias cuenta co n numerosos protago-nistas o devotos que se afanan en alcanzar el conocimiento "fabricndolo en suspropios cerebros". Comienzan con un arsenal de conceptos que, por ser abstractos,resultan abstrusos, y luego erigen un sistema al que confieren un significado deri-vado de esos mismos conceptos. El resultado es una estructura pomposa y formal ,ta n vaca como un a caracola hueca. El error de sus sistemas reside en el hecho deque los conceptos originales eran meras elucubraciones, carentes de todo funda-mento y no verificadas mediante la experiencia emprica. Teniendo en cuenta que,desde su mismo origen, carecen de utilidad para la experiencia o la actividad, nadatiene de particular que el significadode ellos deducido constituya un a simple entele-quia, sin ningn valor para la comprensin y el control de l mundo real. Se dira qu ela dificultad dimana de l hecho de no haber sabido reconocer que la funcin de lconcepto es compensar un a percepcin confusa y desencadenar y orientar la con-ducta en el seno de l campo perceptual. Para que sea vlido, un concepto ha derevertir a la actividad, es decir lo que motiv su existencia. Debe mantenerse encontacto con los hechos; su carcter debe verif icarse mediante tales o cuales hechos,y su importancia ha de ser valorada en funcin de las posibilidades instrumentalesqu e ofrece co n respecto a esos hechos. Entender que e l concepto es un arquetipo enlugar de un instrumento, o idear un concepto que no comporte un plan de accinco n respecto a ciertos hechos, es ir contra la corriente de los procedimientos de laciencia moderna. Aunque semejante proceder no sea incorrecto ni improductivo enla metafsica, en la ciencia resulta ridculo.No menos abominable que esta tendencia a . analizar lo s conceptos al margen delas exigencias y verificaciones de determinados tipos de hechos es la proclividad aelaborarlos con una negligencia temeraria, sin preocuparse de si son realmentenecesarios. Se le ha reprochado a la sociologa el hecho de poseer el mayor nmero

    Ciencia sin conceptos 12 9de conceptos y la menor cantidad de conocimiento. Espero no ser nunca elegidopara refutar esta acusacin y demostrar lo contrario. Sospecho que esta constanteproduccin de nuevos conceptos se debe al esfuerzo por aparentar un carctercientfico y al prurito de ser considerado profundo e instruido. Al leer tratados desociologa es frecuente (al menos a m me ha sucedido) percatarse de que el autorutiliza una terminologa ms oscura para expresar lo que se entendera sin dificultaden un lenguaje ms llano. Puede que ello satisfaga la pretensin de ser cientfico,pero de ningn modo constituye un procedimiento cientfico.Otro uso incorrecto del concepto consiste en aplicarlo a un objeto de estudiocomo si fuese una etiqueta, y en creer que dicha clasificacin constituye una explica-cin suficiente y concluye el estudio. Este vicio (yo lo denomino as) est muyarraigado en la ciencia social contempornea, tanto entre los partidarios del con-cepto como entre sus detractores. A menos que se descubra algo que antes seignoraba sobre el objeto, carece de valor clasificarlo o incluirlo en una categoraconceptual determinada. La mayor parte del uso conceptual consiste simplementeen etiquetar, sin ofrecer nada ms que la etiqueta. En segundo lugar, encaminar uriaserie de concepciones hacia un objeto, como se hace al aplicarle un concepto, essimple y llanamente orientarse uno mismo hacia una subsiguiente accin. Detenerseen ese punto sera olvidar de nuevo el carcter instrumental del concepto. No selogra ejercer ningn control sobre el objeto, ni se verifica el concepto como instru-men to . A causa de ello, se ignora en qu medida se presta el objeto al uso delconcepto, ni qu grado de eficacia puede tener este ltimo como ayuda para lacomprensin y el control. Semejante enfoque supone permanecer en una situacinincierta con nuestro entorno y obstaculizar cualquier posibilidad de perfecciona-miento del carcter instrumental del concepto.Tratar un concepto cientfico de un modo simple e impreciso constituye, a mijuicio, otra grave falta. Me refiero al hecho de limitarse a percibir su contenido enlugar de comprenderlo; a ser incapaz de especificar su carcter en lugar de serconsciente de su aplicacin funcional. Anteriormente he tenido ocasin de dist ingui rentre el uso cientfico de los conceptos y el basado en el sentido comn; deberahaber aadido entonces qu e este ltimo uso no es infrecuente en la ciencia , n imucho menos. Ciertos investigadores cientficos consideran que sus conceptos sondefinitivos, dan por sentado su significado, y estiman que toda crtica es vana l o o r ao ataque personal. Esta actitud, por cierto, parece ms evidente en quienes d es a f ioditan el uso de los conceptos que en aquellos que se muestran demasiado m i l u l j ' . e ntes. Precisamente por el hecho de carecer de una preocupacin co n cep t ua l , es n u i vimprobable que los primeros examinen crticamente su s propios co n cep t o s , q u e , porsupuesto, poseen y utilizan de modo inevitable. Un a aceptacin tan i n g e n u a v poeocritica conduce al dogmatismo y contamina gran parte de l p en sam i en t o y e l h a l x i j ocientfico. Puede qu e sirva de ejemplo el uso de los conceptos de lo o l ) | < - i wsubjetivo. Conozco pocos trminos cientficos que se empleen de un m i n iemocional e indolentemente qu e stos. Se utilizan de fo rm a n e r J i r u i e y, p nmente.'a ttulo de reproche o aprobacin, en casi todos lo s a i i i c u lo s y p o l m i casmetodolgicos. Estimo qu e estos conceptos, en su uso o ( I m a n o , r s i . n i a i l i i u n i c i n l oforma de estereotipos. o creo qu e este modo de empleo MI va de pan a y u d a aldiscernimiento lgico qu e requiere el discurso cien t f ico.Yo dira, po r tanto, que el uso de conceptos en la ciencia como elementos defini-tivos en lugar de considerarlos como concepciones tentat ivas adecuadas, as como el

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    sci poeo c i i i i r i i o r e f l e x i v o respecto a su alcance, es muy difcil que nos lleve a unaa u i e n i i i a c ompre ns i n y control de l mundo emprico. H ay pocas cosas m s irritan- .les i | u e U n u n ensayo de investigacin rigurosamente ajustado a tcnicas acredita- :i l a : ; . y l l e n o de n m e r o s , unidades o elementos, y acabar descubriendo en el mismo1 . 1 n i . i : , a h s o l u i a negligencia en el uso de los conceptos. A otros autores les impre-siona la pe u ia en el empleo de la tcnica, o las ntidas relaciones numricas entreporo no puedo po r menos de deplorar qu e nuestras nociones metodolgi-o i ipad u s permitan e inciten a los estudiantes a entretenerse, con juguetes

    n e y e n d o que la manipulacin de palabras vacas constituye una ciencia,. unos el carcter instrumental de l concepto en el terreno cientfico. Acep-e carcter y usndolo de una forma crtica, tal vez evitemos ser merosores de hechos o hiladores de metafsica.

    10EL PROBLEMA DE LOS CONCEPTOS EN LAPSICOLOGA SOCIAL

    El presente artculo se limita a los conceptos de la psicologa social, aunque eltratamiento empleado es aplicable, en general, a los de las ciencias sociales. Ab orda-remos aqu el conocido problema de la vaga e imprecisa naturaleza de la mayora delos conceptos de la psicologa social. Ni que decir tiene que los conceptos ambiguosy confusos suponen un obstculo inmediato para un a investigacin cientfica efi-ciente y para la adquisicin de un conocimiento riguroso, al crear una laguna entrela teora y la observacin emprica, dificultando asimismo la deduccin exacta. Lavaguedad del concepto significa que no es posible indicar de un modo claro lascaractersticas de aquello a lo que se refiere; de ah la dificultad que plantea laverificacin de l concepto po r medio de la observacin emprica y la revisin de lmismo como consecuencia de dicha observacin. Debido a la dificultad que entraael hacerlos vlidos, tales conceptos favorecen la especulacin, en el peor sentido dela palabra; su contenido, poco afianzado, hace que el pensamiento se deslice endirecciones divergentes, sin beneficiarse de las ventajas de la coherencia lgica. Deesta forma, los conceptos ambiguos y mal definidos perjudican tanto a la teorizacindefinitiva como a la investigacin exploratoria.Es preciso sealar, adems, que tal imprecisin en la conceptualizacin es una delas causas fundamentales de las dificultades cientficas con las que ha de enfrentarseuna disciplina como la psicologa social. Como ya se ha indicado an teriormen te, estaimprecisin fomenta asimismo una bifurcacin del esfuerzo que se concreta en unateorizacin e investigacin desgajadas. Tal desvinculacin, que constituye la anttesisde la interaccin productiva entre ambas en las ciencias naturales, hace a la teoriza-cin abierta merecedora de la acusacin justificada de ser especulativa, y expone a la

    Reproducido de The American Journal of Sociology, con autorizacin de University of Chicago Press.