blum feld

3
 Escena I En el escenario al centro una escalera circular blanca. Al fondo a la derecha una gran puerta de madera, cerrada. Tras la puerta un color gris intenso cierra el escenario. Blumfeld, todo vestido de gris, salvo sus zapatos, blancos, entra a escena desde la izquierda, resoplando mientras se dirige a la escalera. Al llegar a ella, se detiene y contempla cansino entorno suyo, mientras vuelve a resoplar. Al dar su primer paso comienza a dialogar consigo mismo. - Qué tarea fatig osa tener que a diario subir ordin ariamente estos seis benditos pisos, para regresar a mi absurda y molesta soledad. El esmero anodino y diario por alcanzar la puerta de un cuarto vacío, con el convencimiento de una soledad integra y desesperanzada. Abatir paso tras paso la profundidad del cuarto y con convencimiento ponerme la bata, encender la pipa, leer alguna tonta revista francesa, tomar el licor de cerezas que mis manos han preparado y luego, al cabo de media hora ir a la cama, con el convencimiento de la labor cumplida. Eso sí! antes debo tender la cama que" esta est#pida criada dispone a su maldito humor! $ o dos los días la escalera, la penumbra del pasillo, la puerta al final del se%to piso, y la rutina intima del cuarto sin nadie con quien compartirla. &e que valen los esfuerzos y la continuidad consecuente de las labores domésticas, frente a la solitaria suerte de un verdugo" 'ualquier compa(ía o espectador darían sentido a la e%istencia de este espacio vacío, que es mi cuarto. )Expresándos e de manera muy gestual, con movimientos, saltos…etc.* Quiz+s un perrito, alegre y tonto pueda ser #til. n compa(ero mío tiene uno no se apega a nadie salvo a su amo y cuando hace tiempo que no lo ve lo recibe con grandes fiestas y ladridos, meneando la cola en se(al de gran alegría por haber encontrado nuevamente a su benefactor. )Con expresión de repugnancia*in embargo un perro tiene sus desventa/as, el mal olor, los pelos y la suciedad, la inmunda suciedad. Esto es imposible de evitar, no se lo puede ba(ar con agua caliente cada vez que se lo hace entrar, porque atenta contra su salud. 0ero de ninguna manera puedo tolerar la suciedad. 1a limpieza es algo indispensable para mí, y de hecho me ha llevado demasiado traba/o lograr que la cabeza dura de mi criada, tenga las cosas limpias y en su lugar. ) Expresándo se notoriamente irritado* 'uantas veces tuve que arr+strala del brazo, a esta dura de oído, para mostrarle el polvo que

Upload: miguel-rosa

Post on 07-Oct-2015

216 views

Category:

Documents


0 download

DESCRIPTION

Narrativa. Cuento de Kafka poco conocido.

TRANSCRIPT

Escena IEn el escenario al centro una escalera circular blanca. Al fondo a la derecha una gran puerta de madera, cerrada. Tras la puerta un color gris intenso cierra el escenario.Blumfeld, todo vestido de gris, salvo sus zapatos, blancos, entra a escena desde la izquierda, resoplando mientras se dirige a la escalera. Al llegar a ella, se detiene y contempla cansino entorno suyo, mientras vuelve a resoplar. Al dar su primer paso comienza a dialogar consigo mismo.Qu tarea fatigosa tener que a diario subir ordinariamente estos seis benditos pisos, para regresar a mi absurda y molesta soledad. El esmero anodino y diario por alcanzar la puerta de un cuarto vaco, con el convencimiento de una soledad integra y desesperanzada. Abatir paso tras paso la profundidad del cuarto y con convencimiento ponerme la bata, encender la pipa, leer alguna tonta revista francesa, tomar el licor de cerezas que mis manos han preparado y luego, al cabo de media hora ir a la cama, con el convencimiento de la labor cumplida. Eso s! antes debo tender la cama que esta estpida criada dispone a su maldito humor!

Todos los das la escalera, la penumbra del pasillo, la puerta al final del sexto piso, y la rutina intima del cuarto sin nadie con quien compartirla. De que valen los esfuerzos y la continuidad consecuente de las labores domsticas, frente a la solitaria suerte de un verdugo

Cualquier compaa o espectador daran sentido a la existencia de este espacio vaco, que es mi cuarto. (Expresndose de manera muy gestual, con movimientos, saltosetc.) Quizs un perrito, alegre y tonto pueda ser til. Un compaero mo tiene uno; no se apega a nadie salvo a su amo y cuando hace tiempo que no lo ve lo recibe con grandes fiestas y ladridos, meneando la cola en seal de gran alegra por haber encontrado nuevamente a su benefactor. (Con expresin de repugnancia)Sin embargo un perro tiene sus desventajas, el mal olor, los pelos y la suciedad, la inmunda suciedad. Esto es imposible de evitar, no se lo puede baar con agua caliente cada vez que se lo hace entrar, porque atenta contra su salud. Pero de ninguna manera puedo tolerar la suciedad. La limpieza es algo indispensable para m, y de hecho me ha llevado demasiado trabajo lograr que la cabeza dura de mi criada, tenga las cosas limpias y en su lugar. (Expresndose notoriamente irritado) Cuantas veces tuve que arrstrala del brazo, a esta dura de odo, para mostrarle el polvo que holgazanamente ha dejado reposando. Gracias a esta severidad he logrado un poco de orden en mi cuarto y no estoy dispuesto a perderlo con la llegada de un perro.

Con la llegada de un perro a mi cuarto, las pulgas no tardaran en hacer su aparicin, y de haber pulgas en mi cuarto no estara lejos el da en que lo abandonara y me buscara otro, dejando que vivan a sus anchas el perro y sus camaradas en mi antiguo aposento. Pero bien, la mugre es uno de los tantos problemas que un perro conlleva; un perro se enferma, o renguea, gime, tose, se sofoca de dolor hacindose un ovillo en su manta y no hay forma de saber que corno le pasa. Uno le acerca leche tibia, le canta, lo acobija, esperando que sea un mal pasajero, en tanto puede ser una enfermedad seria, repugnante y contagiosa. Y aun cuando este goce de buena salud, no tardar en llegar el da en que se ponga viejo y llega entonces el tiempo en que la propia edad lo contempla a uno a travs de los ojos lacrimosos del perro. Entonces hay que torturarse por ese animal semiciego, de pulmones precarios y tan cargado de grasa que apenas puede moverse, por lo que se pagan caras las alegras proporcionadas. Por mucho que quiera compaa, prefiero seguir subiendo solo durante miles de aos ms esta escalera que molestado por un perro que bufa y gima ms fuerte que yo.

Tan solo un acompaante que sirva de espejo a la existencia (entre suspiros), un animal del cual no tenga que ocuparme demasiado, al cual un patadita de vez en cuando no la haga dao, que en caso de necesidad duerma en la calle, pero que siempre que lo necesite este all, dicindome que estoy y que vivo, luego del jornal y la escalera. (Saliendo de la escalera y dirigindose a la puerta) Escena II

Blumfeld se detiene ante la puerta, saca la llave de su bolsillo y se dispone a abrir. De golpe se detiene al percibir un sonido desde dentro. Se percibe desde ese momento un tic-tac repetido y fuerte. Blumfeld se perturba ante la novedad y reflexiona un instante.

-Parece el pataleo montono y tonto de un perro del otro lado de la puerta. Imposible, quien invadira la privacidad de mi cuarto y pondra un perro dentro; como vena pensando en perros, seguramente esto me recuerda a un perro. Pero no.

Entonces con decisin abre la puerta y enciende la luz. Sobre un fondo negro, quizs con luz negra, saltarinas dos bolas de luz juegan entre s. Las bolas de luz podrn provenir desde abajo del escenario, con algn foco de gran intensidad; otra posibilidad es jugar con sombras chinescas. Obviamente Blumfend se inquieta an ms que antes.

-Esto es brujera! Recuerdo que una vez durante un experimento con electricidad, en mi poca de secundaria, haber visto algo similar, mas estas dos bolas saltan libremente y obviamente este no es un experimento de fsica.

Entra suavemente en la habitacin. Con paso pausado y actitud disimulada, va ganando territorio lentamente. De un solo movimiento rpido y espontaneo manotea en el aire como buscando los piolines que las manipulan, mas no encuentra nada. Aumenta poco a poco su sorpresa. Sigue su distrado paseo por el cuarto, pasa poco a poco, se dirige a la mesa y gira abruptamente, las bolas siguen tras l. Desde este momento ellas acompaaran los pasos de Blumfenld a lo largo de la habitacin. Se dirige luego a su mesita de luz, coge de all una pipa y mientras resopla, reflexiona.

-Como si no fuera suficiente esforzarse a diario llevando esta solitaria vida de soltern, que ahora no importa quin! Ha irrumpido en la privacidad de mi cuarto, en la privacidad de mi vida, en mis cotidianas entraas, envindome estas dos extraas pelotas. Fhhh (grue resoplando).

Ya en el colmo del fastidio y la ira, intenta coger las pelotas, corrindolas por la habitacin, sin ningn xito. Esta cacera debe de ser cuasi cmica. Ms desde el juego de un pobre y solitario nio, que una batalla.