bien que vale la pena sonreir

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Page 1: Bien que vale la pena sonreir
Page 2: Bien que vale la pena sonreir

Autor: María, Rivero.

Programa Nacional en ciencias de la información , 2015.

Page 3: Bien que vale la pena sonreir

Todos los días el cardenalito Ramón volaba, por el bosque

nuboso cubierto de montañas. Lugar donde hay ríos, y los árboles

frutales regalan un olor agradable a la naturaleza. El cardenalito

Ramón en su andar, admiraba todo el paisaje hermoso que se

presentaba ante sus ojos y a su mente le venían pensamientos

generosos, como no dejar nunca que ese lugar por donde él iba se

destruyera, que disfrutaba y lo hacía sentir con muchísimas energías

para llegar a la escuela donde vería a sus compañeros, y a su maestra

la Guacamaya María.

El cardenalito Ramón era alegre y bondadoso, prestaba su

ayuda de manera incondicional; su dulzura era transmisible a aquellos

que comparten el día a día con él.

Page 4: Bien que vale la pena sonreir

El cardenalito Ramón estudiaba tercer grado y le

encantaba ir a estudiar; para él, era fantástico aprender

nuevas cosas en su escuela; que se encontraba debajo de

un árbol, y que su maestra Guacamaya María le enseñara.

Él consideraba su maestra, la más cariñosa del mundo.

También le gustaba conversar con sus amigos. Tenía

muchos amigos amables, entre esos, estaba el Mono

chucuto Pedro. Pero también en su escuela había

compañeros que no eran tan amables; así como el oso

hormiguero Juan y el Cachicamo Antonio. A ellos nos les

gusta compartir sus cosas, siempre andaban mal

humorados. Nadie les podía hacer ninguna pregunta, ni

mucho menos pedirles un favor.

Page 5: Bien que vale la pena sonreir

El día lunes todos entraban a la escuela, y a las

puertas de ésta, todos los animalitos que iban a clases se

veían luego de un fin de semana largo. El cochinito, el

pollito, el patico, las niñas ardilla. Todos se saludaban;

unos se daban abrazos, otros se daban un dulce besito y

otros como oso hormiguero Juan y Cachicamo Antonio no

respondían el saludo, y hacían gestos de burlas a sus

compañeros. Así poco a poco se iban ordenando a las

afueras de la escuela para entonar el Glorioso Himno

Nacional De Venezuela.

Al entrar al salón, la maestra Guacamaya María daba

la bienvenida a sus alumnos, y comenzaba a dar la clase

de matemáticas. Luego de unas cuantas horas de estudio,

venia el receso y todos salían a las afueras del bosque a

jugar.

Page 6: Bien que vale la pena sonreir

El cardenalito Ramón estaba jugando con el

mono chucuto Pedro a la pelota; cuando de repente

la pelota se les fue hacia donde estaban cachicamo

Antonio y oso hormiguero Juan.

-Cardenalito Ramón: ¡Hey! Antonio, por favor

¡pásame la pelota!

-Cachicamo Antonio: ¡Nooooooo! Vengan ustedes, si

quieren y la buscan.

El cardenalito Ramón y el Mono chucuto Pedro

comienzan a caminar, para buscar la pelota. Cuando

de pronto observan, que el oso hormiguero Juan y

el cachicamo Antonio se la esconden.

Page 7: Bien que vale la pena sonreir

-Cardenalito Ramón: amigos por favor ¿podrían darnos nuestra pelota?

-Oso hormiguero Juan: Primero no somos sus amigos y no vamos a entregar la pelota.

-Mono Chucuto Pedro: Compañeros no sean así, acaso no saben que; compartir, saludar, reír; sirve para vivir mejor y ser feliz.

-Cachicamo Antonio: Así como estamos, vamos bien.

-Cardenalito Ramón: Bueno, vamos a contarles unos chistes; quizás les saque una sonrisa, y así sientan lo bonito que es reír.

Page 8: Bien que vale la pena sonreir

El oso hormiguero Juan y el cachicamo Antonio refunfuñaron un rato,pero aceptaron que les contaran los chistes.

-Cardenalito Ramón: Comienza tu amigo Pedro.

-Mono Chucuto Pedro: Un niño entra a una óptica y le dice al vendedor:- Quiero comprar unas gafas, por favorEl vendedor le pregunta:- ¿Para el sol?Y el niño responde:- No. ¡Para mí!

Todos ríen

-Cardenalito Ramón: ¡Ahora vengo yo!- Mamá mamá que buena esta la sopa.- Pues repite hijo, repite.Mamá mamá que buena está la sopa.

Todos comenzaron a reír, el Cachicamo Antonio y el Oso hormigueroJuan, reían y reían sin cesar.

Page 9: Bien que vale la pena sonreir

fin

-Cardenalito Ramón: Vieron amigos, lo fabuloso que sesiente, sonreír y estar alegre.

-Cachicamo Antonio: En verdad que se siente bien.

-Oso hormiguero Juan: (sin parar de reír) decía:¡muy bien!

Todos empezaron a jugar con la pelota y desde

entonces, son muy amigos. Ya cachicamo Antonio y oso

hormiguero Juan; son amables y viven contestos. Se dieron

cuenta, ¡Lo bien que vale la pena sonreír!