basadre, jorge - la vida y la historia03

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  • 5/26/2018 Basadre, Jorge - La Vida y La Historia03

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    POR VEZ PRIMERALOS UNIVERSITARIOS HABLAN

    AL PAS EN NOMBRE DEL IDEAL DE CULTURA

    La juventud universitaria fue entonces en el Per la nica fuerza efectivade "contestacin" y de progreso que estaba organizada o era, al menos,organizable, para ser mensajera viva de los valores universales de racio-nalizacin y de modernizacin en una sociedad que se mantena tradicionalistay provincial.

    Francois Bourricaud, La Universidad a la deriva

    I E l i n g r e s o a l a U n i v e r s i d a d : e n t r a d a e n e l m u n d o d e l a

    c u l t u r a , d e l a a c c i n , d e l a l i b e r t a d .

    A los diez y seis aos, terminados los estudios de instruccin secundaria, mematricul pobre, hurfano y provinciano, en el primer ao de la Facultad de Letrasen la Universidad de San Marcos. Se haba vuelto un valor entendido entre mifamilia y yo que ingresara a esa facultad. Nunca me suscit a m mismo ni recib

    de afuera interrogaciones acerca de la conveniencia o la inconveniencia, la ventajao la desventaja de las distintas profesiones.

    En el examen de ingreso, presidido por el doctor Mariano H. Cornejo, famosoorador y hombre pblico, en vsperas entonces de una sobresaliente actuacinpoltica, casi fui aplazado. Cornejo me pregunt sobre varios episodios de lahistoria contempornea de Francia. Aludan a Lamartine y a la revolucin de 1848y acaso l se imaginaba en la inminencia de actualizarlos. Yo no los conocaentonces, pues eran ajenos al cuestionario oficial. Como tantos otros estudiantes,saba lo que haba repasado para el examen y nada ms. Sin embargo, obtuveuna nota aprobatoria, probablemente por un exceso de indulgencia; y me pudematricular.

    Cuando transito en Lima por las calles vecinas al Parque Universitario, mesale todava a recibir la bandada de los recuerdos de aquellos das iniciales enSan Marcos. Pocas veces he sentido en la vida tanta satisfaccin. No obstante mianonimato, era algo as como la entrada en la mayor edad, la ruptura con laslimitaciones y los constreimientos de la infancia. San Marcos no nos recibacon afecto particular; por el contrario, presentbase en actitud indiferente o fray en nada nos orientaba o estimulaba. El deleite provena del hecho mismo depasear por esos claustros histricos tan llenos de un peculiar encanto; delencuentro brusco con numerosos muchachos de todos los colegios de Lima y demuchos de provincias con aficiones similares; de la entrada en el mundo de lacultura, de la accin, de la libertad. Ilusiones, proyectos, arrogancias... En esesentido, porque los tuvimos, fuimos jvenes. No he podido jams olvidar un cuento

    de Joseph Conrad que se titulaJuventud, donde hall las siguientes frases:

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    "Oh, juventud La fuerza de ella, la fe de ella, la imaginacin deella! Para m, ella no fue un barco lento arrastrando

    penosamente por el mundo su cargamento,- para m fue laaventura, la hazaa, el torneo de la vida".

    Y ms adelante:

    "Recuerdo mi juventud y la sensacin que nunca volver a sentir,la sensacin de que yo poda perdurar para siempre, sobrevivir almar, a la tierra, a todos los hombres; la sen sacian engaosa quenos arrastra al peligro, al amor, al vano esfuerzo, a la muerte; latriunfante conviccin de ser fuerte, el calor de la vida en el montnde polvo, el fulgor en el corazn que cada ao se va apagando un

    poco, enfrindose, empequeecindose y termina demasiadopronto, antes de la vida misma".

    Por haber ingresado a la Universidad a los diez y seis aos hice algunas cosaslocas o necias, y dije otras que merecen igual o peor calificativo. No creo, sinembargo, haber hecho, entonces o ms tarde, nada malo deliberadamente.Intent trabajar, y proceder lo mejor que pude. Y dentro de mis errores

    juveniles no estuvo el de rehusar las lecciones de la experiencia. Hice todo lo queestuvo a mi alcance por asimilar el dolor. No fui sordo para atender razones. Yaunque orgulloso, por lealtad a voces ancestrales, fui modesto. Tuve o procurtener siempre respeto por los verdaderos valores intelectuales, espirituales o dela conducta. Nunca pretend ser un apstol; pero siempre anhel pensar yactuar como hombre justo.

    El primer ao de Letras tena entonces cuatro asignaturas; Sicologa, Historia

    de la Literatura Antigua, Historia de la Literatura Castellana e Historia de laCivilizacin Antigua. En todas ellas el mtodo se reduca a las leccionesconferencias.

    La ctedra de Sicologa hallbase a cargo de un joven muy dinmico yentusiasta, muy metdico y claro en sus exposiciones y exigente en sus demandasde temas y trabajos de clase: Ricardo Dulanto. El curso de Historia de laCivilizacin Antigua, con el doctor Horacio Urteaga como profesor, si bien era detipo semiescolar, nos pareca ordenado e interesante, en comparacin con otros ytomando en cuenta lo que habamos olvidado del colegio, si alguna vez loaprendimos. La Literatura Antigua nos depar slo aburrimiento al escuchar lasexplicaciones del doctor Antonio Flores, un anciano que nos pareca hallbase a

    bastante distancia de la belleza clsica.En cuanto a la Literatura Castellana, la enseaba un profesor famoso en toda

    la Universidad: el doctor Manuel Bernardino Prez, el "Burro". La figura de Prezresulta inolvidable. Menudo, obeso, con una apariencia de hipoptamo, el rostroredondeado, con las mejillas cadas, pareca como con grietas y hubiera dado unasensacin de pesadez si los ojillos vivos, que siempre parecan rer para adentro,no revelaran, a pesar de todo, aire de inteligencia y de sutileza. Lento en losmovimientos, al parecer con ms aos de los sesenta y cuatro a los que haballegado cuando lo conoc, vestido con trajes anodinos y oscuros, grave la voz comonacida ms abajo de las cuerdas vocales, no pareca el personaje que enrealidad era.

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    I I M a n u e l B e r n a r d i n o Pr e z , g r a n d i r i g e n t e d e l p a r t i d o c i v i l

    y m i e m b r o d e l Co n g r e s o e n t r e 1 8 8 6 y 1 9 1 8 . P a y a s o d ig n i f i c a d o y

    s a n c h e sc o y n o t e n o r o j a b a l . El " B u r r o " y e l A r c i p r e s t e d e H i t a .

    Se cree por lo general, que el partido civil tuvo como dirigentes slo a

    grandes seores de la aristocracia plutocrtica costea. En realidad, al servicio deellos, y actuando con suma eficacia, trabaj gran nmero de polticos dedistintas zonas y tambin gente de la clase media limea o residente en Lima,sta generalmente ubicada dentro de la abogaca. El ms pintoresco de dichasindividualidades fue Manuel Bernardino Prez, apodado el "Burro", no por sucarencia de talento sino por su aspecto fsico. Naci en Pacora, departamentode Lambayeque, en 1854. Sus estudios fueron hechos en el Colegio de Guadalupey en la Universidad de San Marcos. Perteneci al ejrcito de reserva que defendila capital frente a la invasin chilena. Lleg al Congreso como diputado por Lam-bayeque en 1886, 1887, 1888, 1889. Luego represent a Jan, provincia deCajamarca, con la que seguramente no tena vnculos, entre 1895 y 1900, y aPomabamba, departamento de Ancash, evidentemente en situacin anloga,

    entre 1903 y 1906 y 1907-1908 (1). Fue presidente de la junta departamental deLima en 1903 para las elecciones en que triunf la candidatura de ManuelCandamo a la ms alta magistratura del pas; y en 1904 presidi el Congreso queratific las credenciales del sucesor de ste, Jos Pardo. Ambos hechosdemuestran la total confianza que haba depositado el civilismo en Prez. La ramapardista de dicho grupo quiso convertirlo en candidato oficial para las eleccionesque en 1911 deban efectuarse, en relacin con la Cmara de Diputados; y lanegativa del Presidente Legua a esa insistente demanda, ya que opt por favo-recer a Arturo Osores, contribuy a que surgiera un distanciamiento cuyosmomentos ms dramticos ocurrieron el 13 de julio de aquel ao, hechosreprobables mediante los cuales el gobierno obtuvo mayora parlamentariapropia. Arturo Osores fue el verdadero organizador de dicho episodio

    (2).La Ley N92346 de 20 de noviembre de 1916 cre en el departamento de

    La Libertad la provincia de Cajamarquilla. Para ello segreg variosdistritos de Pataz y elev el rango de dos caseros. La capital de lanueva provincia fue la villa de Cajamarquilla. La ley antedicha no im-plic sino una frmula para que Manuel B. Prez volviese a la Cmarade Diputados y esto ocurri en 1917.

    (1) El alejamiento verdadero entre Manuel B. Prez y Jan, as como tambin con Pomabamba no fue,por cierto, un caso nico de actuacin legislativa artificial. Entre otros, cabe mencionar slo en losaos 1895-1918 en los que Prez fue miembro de la rama joven del Congreso, los siguientes: Amadordel Solar, diputado por Castrovirreyna (1895-900); Germn Arenas por Huari (1905-06, 1907-10) y

    por Huaraz (1917-18); Jos Antonio de Lavalle y Pardo por Moyobamba (1901-06 y 1907-08) ;Eduardo Basadre por Vctor Fajardo (1911-12 y 1913-16) ; Alberto Salomn por Andahualyas (1913-18). Lo anterior no implica una negacin acerca del hecho de que se realizaron en aquella pocacomicios autnticos. Ms todava, a la curul parlamentaria llegaron entonces figuras de primera orden enla vida peruana, fenmeno que no es visible, salvo excepciones, en aos ms cercanos a los nuestros,como la Constituyente de 1931. Las elecciones de 1919- 1929, 1939-1945 y 1950-1956, fueronarregladas, por lo general, desde Palacio de Gobierno. La intensa lucha por la Presidencia de laRepblica en 1945, 1962 y 1963, acontecimiento simultneo con la total renovacin de ambas Cma-ras, dio lugar a que el electorado, en la mayor parte de los casos, votase a ciegas por uncandidato nacional y rubricara sus listas anexas . Una nmina completa de los representantes ante losCongresos, Convenciones y Asambleas Constituyentes as como de los miembros de la Cmara de Di-putados en el valioso libro de Ismael R. Echegaray y Correa, La Cmara de Diputados y lasConstituyentes del Per, Lima, 1965, Imprenta del Ministerio de Hacienda y Comercio, 1022 (V. las pgs.483-719) . Uno de los polticos limeos "ubicados" en una representacin parlamentaria, PedroDulanto, diputado por Huallaga entre 1945 y 1948, se jactaba ante sus amigos de haber "escogido"una provincia lo ms lejos de la capital que fue. se posible, donde no existieran puentes o caminos.Su anhelo era evitar que los supuestos "electores" le llevaran solicitudes o reclamos.

    (2) Sobre el conflicto entre el Presidente Legua y los civilistas ortodoxos o partidistas en 1911 o sea alfinalizar la primera administracin de ese estadista, J Basadre Historia de la Repblica del Per, 6a.ed. Lima, 1968, Editorial Universitaria S.A., vol. XII, pgs 113-118.

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    En 1899 se destac l dentro de la minora intil y denodadamenteresuelta a anular las elecciones presidenciales que favorecieron aRomana. Tambin fue notoria su simpata a la libertad de cultos, elmatrimonio civil y el divorcio; si bien, de otro lado, se opuso contenacidad a la ley sobre accidentes del trabajo. Los aos amenguaronsus virulencias. Como legislador experimentado, pues su vida

    parlamentaria se desarroll, como ya se dijo, a lo largo de treinta aos,hizo que entendiera quiz mejor que sus colegas las sutilezas en elreglamento de la Cmara y las argucias que mediante ellas podanurdirse. Sola consultrsele cuando se planteaba alguna duda sobre elprocedimiento parlamentario. Viejo abogado, funcionario durante muchosaos de la Beneficencia Pblica de Lima en su seccin judicial y sndicodurante algn tiempo en la Municipalidad, lo mismo poda intervenir enun debate sobre el Presupuesto cuya comisin presidi y dentro de laque obtuvo la fama de ser un honesto y acucioso financistaadministrativo; o sobre la ley concerniente al agio y la usura, o en tornoa cualquier otro asunto. Pero atrajo el inters general al surgir losdebates pblicos tan intensos en la segunda administracin de Jos

    Pardo. En esta ltima poca su elocuencia fue lo opuesto a la fraseologagalana, a la dialctica exhaustiva o a los gestos vociferantes. Rompi latradicin de retrica, gravedad y presuncin que haban caracterizado alos grandes tribunos nacionales. Generalmente, su tctica fue el empleode interrupciones sardnicas a los diputados oposicionistas. Si JosOrtega y Gasset hall en las Cortes espaolas al tenor, al jabal y alpayaso, Manuel B. Prez, dentro de su dignidad, estuvo en la ltimaespecie con una gracia a lo Sancho Panza. Famosos se hicieron suscomentarios mordaces, sus razones mondas y lirondas en las que seperciba el eco de la filosofa rstica latente en los adagios, proverbios,aforismos, dichos y apotegmas antiguos y modernos que atesora nuestroidioma. Seguramente, descollaba tambin en los concilibulos del

    grupo poltico al que tan lealmente sirvi (3).Los peridicos anticivilistas, que gozaban de una libertad increble

    ante el juicio de pocas posteriores, lo tomaban constantemente a sucargo porque su obesa silueta poda ser blanco de las caricaturas,porque habase inventado una provincia para darle una curul y porque,antes de su matrimonio, se le supona muy aficionado a las coristas delas compaas de teatro que a Lima llegaban. En la Facultad de Letrastena fama de que lea todos los aos los mismos apuntes que, segnuna versin muy difundida, provenan de la obra de Revilla (ignoro sise trata de un hecho autntico) y por su tendencia a resaltar losaspectos escatolgicos de la literatura castellana.

    Cuando llegaba la clase dedicada a la obra del Arcipreste de Hita, lanoticia corra de boca en boca por toda la Universidad y hasta de laFacultad de Medicina afluan curiosos para escuchar el relato crudo delcuento de Pitas Payas y otros episodios. En esa poca haba muy po-cas mujeres estudiantes; pero las que osaban matricularse eranadvertidas por Prez de lo que iba a suceder con bastante anticipacin.Aqu el "Burro" se adelantaba, a su manera y sin saberlo, a las nuevastendencias de la enseanza basadas en los textos originales. Unaalgazara enorme acompaaba a la lectura y al comentario de lospasajes escabrosos y si alguna muchacha no haba obedecido laindicacin de ausentarse, era blanco de cuchufletas. En el ao 1919, sinembargo, Prez no lleg a dictar su clase sobre el Arcipreste de Hita.

    (3) Sobre la actuacin poltica de Manuel B. Prez en 1917 y 1918. Historia de la Repblica del Per, cit.vol. XII, pgs. 400-403.

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    I I I U n e j e m p l o d e " l e g i s l a c i n d e l e g a d a " s o b r e Ed u c a c i n e n

    1 9 1 8 .

    La Ley N9

    2690 de 28 de enero de 1918, despus de brillante debates en elParlamento, cre una comisin de dos senadores, dos diputados, dos miembrosdesignados por el Poder Ejecutivo y dos designados por el Consejo Universitario deSan Marcos, para revisar el proyecto de Ley orgnica de instruccin primaria ysecundaria elaborado por la comisin que funcion desde 1910 y tambin paraformular un plan de reforma de la instruccin superior. El Poder Ejecutivoqued autorizado para sancionar y promulgar el nuevo proyecto. He aqu unejemplo de "legislacin delegada" que algunos diputados negaron cuando unainiciativa anloga fue hecha por el Ministerio de Educacin en 1956.

    Los estudiantes no aguardaron los resultados de la comisin de 1918, uno decuyos miembros, Felipe Barreda y Laos, pronunci el discurso de apertura del aoacadmico de 1919 con una resea crtica de la historia educacional peruana.

    I V L a c am p a a d e La Razn p o r l a r e f o r m a u n i v e r s i t a r i a . E lCo m i t d e Re f o r m a e n L e t r a s . L a s p r i m e r a s t a c h a s . En t r e v i s t a

    c o n M . B . Pr e z . L a e x t r a o r d i n a r i a b i b l i o t e c a d e Pr e z s o b r e

    l i t e r a t u r a c a s t e l l a n a . , E l Co m i tCe n t r a l d e R e f o r m a . La h u e l g a .

    L a p u g n a e n t r e l a Fe d e r a c i n d e E s t u d i a n t e s d e l Co m i t. L a

    r e n u n c i a d e l a m a y o r a d e m i e m b r o s d e l a F e d e r a c i n . La

    p r e s i d e n c i a d e H a y a d e l a T o r r e .

    El da 26 de junio, lemos en el diario La Razn, que dirigan Jos Carlos

    Maritegui y Csar Falcn, un artculo sobre el mal estado de la enseanza enla Universidad, seguido por una serie de giles y agudas semblanzas de losprofesores del primero y del segundo ao de Letras. Ellas coincidan, en mucho,con nuestras propias observaciones. Por los patios vi a un hombre pequeo de es-tatura, de rostro irnico, que encontr siempre el mismo a pesar de los aosHumberto del guila. Deca que l y un grupo de estudiantes de Jurisprudenciahaban iniciado la campaa y que era preciso luchar por la "reformauniversitaria".

    Apenas empezaron los artculos de La Razn de ese da y los siguientes quecon tanta sencillez, claridad y gracia presentaban las deficiencias de losprofesores, hubo una reunin en casa de un prestigioso alumno del segundo aode Letras: Jos Len y Bueno. All acudi otro de los autores de esta audaz

    empresa, Ral Porras Barrenechea, verdadero inspirador de ella. Bajo su direccincolaboraban Humberto del guila y Guillermo Luna Cartland. Por nuestra propiavoluntad, resolvimos convocar una asamblea de estudiantes de la Facultad deLetras el 28 de junio con la finalidad de solicitar la renuncia de los catedrticosAntonio Flores y Manuel Bernardino Prez en el primer ao y de ConstantinoSalazar en el segundo No nos solidarizamos, en cambio, con las crticas de LaRazn a Horacio H. Urteaga porque, recin llegados de la educacin secundaria,nos pareci que era un catedrtico claro y ameno en sus lecciones y, sobre todo,porque era, segn creamos, muy difcil improvisar la enseanza de la historiade la antigedad. Acordamos tambin formar un comit de reformauniversitaria. A Salazar no lo conoc; pero he odo que, triunfante la reforma de1919, hubo quienes lo reemplazaron en la misma asignatura y no fueron mejores

    que l.

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    Fue un gesto de audacia de unos cuantos y de inercia de muchos. Pudo habersido detenido y cortado. Sin embargo, la asamblea se llev a cabo, nadie se opusoa las mociones reformistas y el comit qued elegido para dirigir el movimientoestudiantil, bajo la presidencia de Jorge Guillermo Legua, alumno del tercer aode Letras, con personeros de los distintos aos. Fueron ellos Legua y LuisAlberto Snchez por el tercer ao; Jos Len y Bueno, Ricardo Vegas Garca y

    Manuel Seoane por el segundo ao; Alberto Fuentes Llaguno, Jacobo Hurwitzy yo por el primer ao. Para la secretara de este improvisado organismofueron nombrados Manuel Seoane y Ricardo Vegas Garca. El padre deManolo acababa de jubilarse en la ctedra de Literatura Antigua, una de lastachadas por nosotros, es decir sin ingerencia de nuestro camarada.

    Me correspondi formar parte de la comisin que se dirigi al domicilio deManuel Bernardino Prez, con la finalidad de cumplir con el encargo desolicitarle su renuncia. Sin duda, l ya haba sido informado del objeto denuestra visita. Nos recibi en su modesta casa en la calle Filipinas, dentrode una actitud de exquisita cortesa. A aquellos de nosotros de cuyospadres era amigo (yo no me hallaba en ese grupo, felizmente) les pidi no-ticias familiares con paternal afecto. Luego nos llev a su biblioteca y, conun pretexto, nos mostr sus libros sobre literatura castellana. Era unacoleccin extraordinaria. Creo que no haba entonces otra persona en Lima quefuese duea de otra mejor. Aos ms tarde, tuve oportunidad de leer algunasde esas ediciones, tanto de textos fundamentales como de comentarioscrticos, que hered mi queridsimo amigo Juan Lino Castillo, ms tarde Su-perintendente de Contribuciones y catedrtico de Derecho y CienciasEconmicas. Prez, por lo visto, no era buen profesor de literatura castellanaporque ignoraba la existencia de las obras fundamentales de su asignatura,Qu fenmeno extrao se haba operado all? Era el cansancio derivado dela edad? La falta de tiempo, ocupado en su mayor parte por la poltica? Ocoleccionaba los libros para no leerlos?

    El "Burro", en evidente contradiccin con su apodo, nos respondi muyamablemente que la solicitud que le hacamos era muy delicada y quenecesitaba consultar con el Decano de la Facultad, Alejandro O. Deustua. Unaactitud de evasiva similar hallaron los visitantes de don Antonio Flores. Otracomisin no logr, a pesar de su tenacidad, entrevistarse con el doctor Salazar.El movimiento estudiantil de la Facultad de Letras hall eco favorable porcierto, en el diario La Razn y en otro diario, La Actualidad. Tambin, por mediode artculos firmados, expresaron sus simpatas el doctor Carlos Enrique PazSoldn en La Crnica del 29 de junio y Ezequiel Balarezo Pinillos en La Prensa. Uneditorial de este mismo peridico, sin embargo, el 2 de julio despus deinterpretar lo ocurrido slo como un conflicto personal con tres catedrticos,censur a los estudiantes y se manifest favorable a alguna solucin

    "compatible con la dignidad herida de antiguos y respetables maestros"; sibien, al mismo tiempo, aconsej a quienes elaboraban entonces la nueva leyde enseanza que incorporaran en ella el principio de la renovacin peridicade las ctedras.

    El comit de Letras, con fecha 3 de julio, refut las crticas formuladas.Sostuvo entonces que no se trataba de un movimiento "destemplado y sinantecedentes". Record las opiniones de los doctores Deustua, Villarn,Belande, Barreda y Palacios, favorables a la reforma. Asimismo, dio a conocerque, a ttulo personal, varios de los catedrticos haban manifestado susimpata a ella. La primera victoria estudiantil surgi en la Facultad de Cien-cias Polticas, al renunciar espontneamente el profesor de DerechoConstitucional que iba a ser tachado y al hacerse cargo de esa asignatura, en

    medio de una ovacin estruendosa, Manuel Vicente Villarn. Pero la juntadirectiva de Letras rechaz con un voto en contra, el de Carlos Wiesse, elmemorial de los alumnos con la solicitud para la separacin de los doctores

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    Prez, Flores y Salazar, documento firmado, dentro de las circunstancias, porbuena cantidad de estudiantes hostiles o apticos en los ntimo, ante lo quese estaba realizando. En una asamblea reunida el 11 de julio bajo lapresidencia de Ricardo Vegas Garca, los alumnos de Letras acordamos ir a lahuelga. Al da siguiente cuando acuda a su clase de Historia del Per en elsegundo ao, Carlos Wiesse se encontr con un alboroto en el patio y se le

    impidi la entrada al aula. Wiesse formul ante el Decano el pedido de unasancin contra Csar Augusto Lengua, a quien identific entre los huelguistas,y solicit permiso para dar sus lecciones con los que quisieran concurrir aescucharlas en el colegio de La Merced; pero luego solicit la renuncia de sucolega Manuel Bernardino Prez y as lleg a solidarizarse con el movimiento enpro de la reforma.

    Ya el 4 de julio se haba producido la sublevacin que llev al poder a AugustoB. Legua y derroc el rgimen de Jos Pardo. Este acontecimiento fue unaayuda decisiva a la causa estudiantil. La campaa de La Razn prosigui. Lastachas en las distintas Facultades fueron seguidas por otras y empezaron aorganizarse en cada una de ellas, con dos delegados por cada uno de los aos deestudios, comits cuyo objetivo era lograr la victoria del movimiento reformista.Todos estos comits se agruparon luego en un Comit Central cuya presidenciafue encomendada a Jos Manuel Calle. Entre los miembros de este grupo recuerdoa Ral Porras, Manuel G. Abastos, Elias Lozada Benavente, Ricardo Jeri, CarlosRamos Mndez y David Pareja por Jurisprudencia; a Vctor Ral Haya de la Torrepor Ciencias Polticas; a Eleazar Guzmn Barrn y a Juan Francisco Valega porMedicina; a Abel Rodrguez Larran y Rodrigo Franco Guerra por Ciencias; aFederico La Rosa y Ral Iparraguirre por Odontologa; a Osear Rojas, FlixMendoza, Luis Payet por Farmacia.

    Un ciclo de conferencias fue organizado por el antedicho comit y allparticiparon algunos de sus dirigentes y unos cuantos profesionales quesimpatizaban con el movimiento. No he olvidado entre esas charlas, por su

    elocuencia, las de Carlos Enrique Paz Soldn, Luis Ernesto Denegr y GuillermoLuna Cartland, Cristbal de Losada, Humberto del guila y Edgardo Rebagliati.

    Ningn catedrtico de 1919 tena el apellido del Presidente Jos Pardo. Pero encambio, en la docencia de San Marcos estaban Felipe Barreda y Laos, jefe de lamayora civilista en la Cmara de Diputados; Antonio, Osear y Luis MirQuesada; Mariano Ignacio y Javier Prado Ugarteche. Este ltimo era el Rector de laUniversidad. Ninguno de ellos fue incluido en las tachas. Si bien este ltimoevidenci una actitud fra o esquiva ante el mov miento estudiantil, como siesperase que se apagara solo, no recibi un veto pblico; a diferencia de loocurrido en 1930 cuando el Rector Jos Matas Manzanilla simboliz el ordenanacrnico contra el cual se sublevaron los jvenes de entonces. El incrementoen el nmero de los miembros de las familias Prado y Mir Quesada en las

    ctedras se inici, tranquilamente, en la dcada de los 20. La reforma de 1919 noestuvo, pues, infiltrada por la politizacin. Implic en realidad, una protestacontra lo que entonces se calific como "esclerosis de la docencia". Sus postuladosprincipales afirmaron la necesidad de elevar el nivel de la enseanza, de jubilar alos catedrticos vetustos, de poner lmites al derecho de propiedad sobre lasctedras que era ejercido sin atender el transcurso del tiempo y de atraer a los

    jvenes. Dentro de este ltimo propsito los memoriales estudiantilesdemandaron la creacin de la ctedra libre y el establecimiento de concursos.Tambin se plante entonces el derecho a la libre asistencia a las clases; laenseanza prctica, aplicada y tcnica a travs de laboratorios, museos einstrumental adecuados; la orientacin nacionalista en los estudios; laincorporacin de graduados elegidos por los estudiantes al Consejo

    Universitario; y la extensin de los conocimientos a quienes vivan en planossociales inferiores. Al lado de las reivindicaciones generales haba reivindi-caciones parciales o locales. Los estudiantes de Jurisprudencia, por ejemplo,

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    solicitaron la abolicin del curso de Derecho Eclesistico y la derogatoria de la leyN9 2561 de 23 de noviembre de 1917, llamada Ley Borda, ya que favoreci aldiputado Carlos 'Borda al crear una frmula que permita el ingreso de losestudiantes de la Facultad de Ciencias Polticas a la de Jurisprudencia.

    En los meses de julio y agosto la crisis se acentu. El 2 de agosto una gran

    asamblea de estudiantes, presidida por el Comit de Reforma, decret la huelgageneral. Dos bellos manifiestos escritos por Manuel Abastos fundamentaron lasdemandas juveniles ante el Rector y ante el pas. Este ltimo empezaba con lassiguientes palabras: "Por vez primera los universitarios hablan al pas ennombre del ideal de cultura".

    El Comit de Reforma, despus de largos debates, aprob, los catorcepuntos que fueron incluidos en el memorial al Consejo que rega San Marcos.Fueron stos: la orientacin nacionalista de los estudios; la provisin de lasctedras por concurso; la supresin de la adjuntas, de las listas de clase y delos premios; el establecimiento de la ctedra libre en su forma ms amplia;la supresin de las intiles pruebas de los grados doctorales y su reemplazopor otra de carcter prctico; la publicacin de programas analticos de todos

    los cursos con las debidas fuentes bibliogrficas; la participacin dedelegados de los estudiantes en el antedicho Consejo y en los consejos de lasFacultades; el examen por balotas; la creacin de bibliotecas y de camposdeportivos; el envo de alumnos y de profesionales al extranjero; el aumentode sueldo a los catedrticos y la separacin de los tachados en cada una delas Facultades.

    El Consejo Universitario aleg que careca de atribuciones para interveniren asuntos internos de ellas y manifest la esperanza de que la nueva ley deenseanza poda ser la solucin. El movimiento de reforma pareca quefracasaba y as lo creyeron muchos jvenes que antes haban demostradoentusiasmo ante l y, con mayor razn, los escpticos desde el principio.

    Un desfile juvenil reunido el 4 de setiembre termin en la Plaza de Armas,con la finalidad de entregar al Presidente Legua un documento que solicitabasu intervencin en el conflicto. Legua, elegido "Maestro de la Juventud", en1918, haba tenido palabras de simpata hacia la reforma al asistir el I 9 deagosto a la ceremonia de inauguracin de la nueva directiva de la Federacinde Estudiantes. Era ella la entidad representativa de la juventud universitariaerigida desde 1917. La haban presidido como titulares Fortunato Quesada,Carlos Barreda Laos y, despus de la renuncia de ste a raz de las mani-festaciones callejeras contra el gobierno de Jos Pardo, Felipe Chueca. En1919 triunf en las elecciones la candidatura de Hernando de Lavalle con unafcil victoria sobre la de Ral Porras Barrenechea. Poco despus estall elmovimiento de reforma y surgieron para dirigirla, segn ya se indic, comits

    especiales en las distintas Facultades agrupados luego en el Comit Central,acaso con el propsito oculto de algunos de sus gestores, de crearle gravesproblemas a Lavalle, magnfico alumno cuyos mritos eran premiados concontentas, siempre en muy buenas relaciones con los profesores. Es decir, entrems o menos julio y setiembre de 1919, paradojamente, hubo dos organismoselegidos por los estudiantes: la Federacin de acuerdo con el sistema creado en1917 y el Comit Central de Reforma para la emergencia y la beligerancia delmomento. Como era previsible, entre ambas entidades se produjerongraves rozamientos. El Rector Javier Prado dirigi a la Federacin larespuesta al memorial del comit que formulaba los pedidos juveniles. LaFederacin, ajena al bro de la reforma, quera ecuanimidad y prudencia, locual implicaba demoras y tardanzas con beneficio para quienes soslayaban loscambios verdaderos. De otro lado, en el seno mismo del Comit, exponente delradicalismo de aquella hora, surgi un cisma por la lucha de Haya de la Torrecontra Jos Manuel Calle. Por fin, el 17 de agosto, renunciaron los miembros

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    de dicha entidad acusando a la Federacin de no tener autntica conciencia nide los males universitarios ni del gran movimiento surgido en nombre de la

    juventud y de la cultura. "Hacemos responsable a la Federacin de lo quesucede", afirmaron los dimitentes, en un gesto que, sin perder subeligerancia, buscaba evitar el ahondamiento del cisma y el fracasodefinitivo de la lucha (4).

    La Federacin, amparada por la notoria benevolencia del Rector, quedsola. No por eso vino la estabilidad.

    El 10 de setiembre de 1919, turbas gobiernistas atacaron impunemente lasimprentas de El Comercio y La Prensa, incendiaron la residencia de AntonioMir Quesada y de otras personas y cometieron desmanes adicionales. Lamayora de los delegados de la Federacin, encabezada por Hernando deLavalle, en seal de protesta, renunci. Qued en este organismo estudiantilun grupo minoritario; pero el Comit de Reforma no adquiri vida nueva. Hayade la Torre asumi interinamente la presidencia de la Federacin ensetiembre, apenas se produjo la actitud de Lavalle y de sus amigos. Ejercaentonces la representacin de la Universidad de Trujillo, a la que haba

    pertenecido desde 1914 hasta 1917 en que viaj a Lima. Pero los alumnos deaquella institucin, dirigidos por Alvaro Pinillos Goycochea, optaron por cancelarlos poderes de quienes actuaban en nombre de ellos. Inmediatamente, Haya dela Torre, que ya entonces, o sea en 1919, estaba matriculado en el tercerao de la Facultad de Letras, es decir en el ltimo de ella, singularizado porsu carcter optativo y en el que se volvi a matricular en 1922 resultandocompaero mo, percibi que gracias a las renuncias de setiembre, existaall una vacancia dentro del grupo de delegados y convoc a elecciones en esaFacultad. Se present entonces l mismo como candidato, no sin antesmodificar los requisitos exigidos anteriormente en lo que ataa al nmero devotos para ser ungido. El comicio tuvo lugar a mediados de octubre. Casi latotalidad de los jvenes electores se abstuvo, en una evidente demostracin de

    cul era el clima de aquel momento. Tan slo fueron depositados 61 votos, 5 deellos en blanco. Haya de la Torre logr 46 y triunf. Ya como delegado porLetras continu Vctor Ral en la presidencia de la Federacin y asumi elcomando de un movimiento en el que al principio no tuvo actividad directiva.Despus de haber ingresado en la Facultad de Jurisprudencia como ya seanot, proveniente de Trujillo en 1917, alcanz prestigio en los hechos quesobrevinieron en la etapa final del paro general, decretado por los obrerosen 1918 para obtener la jornada de ocho horas. Adeptos y enemigos de Hayade la Torre han discutido y discuten hasta ahora sobre los verdaderosalcances y proyecciones de sus actitudes en tan difcil momento. A mi juicio,la conquista de las ocho horas de trabajo fue una jornada genuinamenteobrera.

    V L a r e f o r m a e n l a F a cu l t a d d e M e d i c i n a . E l d e c r e t o d e 20 d es e t i e m b r e d e 1919. L a A sa m b l e a N a c io n a l l a c u e s t i n

    u n i v e r s i t a r i a . L a l e y N o . 4002, l a p r o t e s t a d e l o s c a t e d r t i c o sd e M e d i c i n a y l a l e y N o . 4 0 0 4 .

    Sobre los alumnos de la Facultad de Medicina limea no influy elmovimiento de la Universidad de Crdoba. Vicios inveterados existan en ella:

    (4) Guillermo Roulln transcribe en su notable libro La creacin heroica de Jos Carlos Maritegui, La Edad dePiedra, Lima, Editorial Arica, 1975; pequeos fragmentos de la renuncia Aparecen all como firmantes: JuanManuel Calle, Manuel Abastos, Ral Porras Barrenechea, Jacobo Hurwitz, Eloy Espinosa Saldaa, Jorge

    Guillermo Legua, Luis Alberto Snchez, Ricardo Vegas Garca, Enrique P Araujo, Sixto Alegre, AbelardoSols, Luis Payet, Osear J Rojas, Toms Manrique, Alberto Espejo, Alberto Fuentes, Jorge Basadre,Jorge Ramrez, Simn Seminario, Jorge Villanueva, Lizardo Aste, Manuel Seoane, Luis Augusto Carranza,David Pareja, Jos Quesada. (pg. 289)

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    el ms ostensible era la longevidad y, como resultado de ella, el atraso dedemasiados profesores. La agitacin reformista fue iniciada en 1919 por losestudiantes del 7 y ltimo ao. Todos ellos quedaron incluidos dentro delcomit que entonces la dirigi, con el apoyo de las dems promociones excepto

    la del 5. Implic un hecho simblico que lo presidiera Eleazar Guzmn Barrn,el mejor alumno de la Facultad, por aadidura un provinciano. Las sesionesefecturonse en el tpico cuarto de internos del hospital de Santa Ana. Allado de Guzmn Barrn se destac su gran amigo, vacunado contra laenfermedad nacional de la envidia, Juan Francisco Valega. Fueronincorporados por iniciativa de ambos como delegados del 5 ao Luis F.Bustamante, orador brillante con grandes cualidades de agitador poltico,fallecido aos despus en plena juventud y Enrique Encinas, gran figura de laMedicina peruana del siglo XX. El memorial del comit para enumerar lastachas, redactado por Valega, hizo el anlisis certero de la personalidad decada uno de los catedrticos y seal diversas anomalas, entre ellas la deque no existiera una biblioteca. Terminaba, ms o menos, con las siguientespalabras: "Estas conclusiones significan, seor Decano, el remedio que losestudiantes oponemos a la crisis moral y pedaggica de la Facultad deMedicina. Son el fruto del dolor estudiantil no slo de la nuestra sinode las generaciones que nos precedieron". Tambin afirm el mismodocumento que con su mensaje "el espritu de Carrin entra en laFacultad". El Decano Ernesto Odriozola provey; "Devulvase por susconceptos injuriosos". Los jvenes tuvieron entrevistas con Odriozoladentro de la finalidad de que indicara cules eran estas palabrasinaceptables y de insistir en la sinceridad de sus objetivos de avanceacadmico, profesional y cientfico a la que no deba enfrentarse elcuerpo docente. Llegaron a suprimir o moderar algunos trminos.Pero a nada condujo su ductibilidad. Los catedrticos no tomaron encuenta la demanda.

    Independientemente de las gestiones que hicieron el Comit Generalde Reforma ante el Rector Javier Prado y la Federacin de Estudiantescon el Presidente Legua despus de la renuncia de Hernando de Lavalle,similares ajetreos efectu, por su cuenta, el comit estudiantil deMedicina. Juan Francisco Valega (cuyas informaciones recojo aqusumariamente) recuerda que Legua, en las entrevistas yamencionadas, estuvo dispuesto a solucionar el conflicto mediante undecreto y as lo hizo.

    Grande fue la trascendencia del decreto de 20 de setiembre de 1919firmado por l junto con el Ministro Arturo Osores. Este decretoestableci en las Facultades ctedras libres, previa aprobacin del

    Consejo Universitario: orden que ellas fuesen otorgadas a quienes,provistos de los requisitos de la ley para ser catedrticos, solicitarandictar algn curso correspondiente al plan de estudios; advirti queeste permiso no se dara sin el requisito de un programa analtico ydurara un ao con posibilidad de una ratificacin, si bien era viabletambin cancelarlo en cualquier momento; dio al solicitante el recursode apelar al Consejo Universitario si la Facultad negaba su solicitud;estableci que las ctedras libres percibiran igual renta que lasprincipales y que esa renta sera abonada por el gobierno con cargo ala partida de extraordinarios del pliego III del Presupuesto General dela Repblica, mientras se consignara una partida especial; orden quelos delegados elegidos por los alumnos formaran parte del Consejo

    Universitario, siempre que fueran doctores en alguna Facultad y quetuviesen un mandato de dos aos sin derecho a un nuevo mandato;entreg el reglamento para dicha eleccin al Consejo Universitario;

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    suprimi las listas; y autoriz al mismo Consejo a resolver los demspuntos del litigio.

    Con el establecimiento de la ctedra libre quedaba satisfecha laexigencia cardinal del movimiento: la separacin de los profesorestachados a travs de la ctedra libre. Parecan sancionadas, adems,

    sus principales reclamaciones: asistencia libre, participacin en losconsejos, supresin de premios y otras.

    Los estudiantes de Ingeniera y Agricultura volvieron a clases a finesde setiembre. Los de Jurisprudencia, Ciencias Polticas, Letras, CienciasNaturales y Matemticas, despus del decreto gubernativo, acordaronen una ruidosa asamblea hacer lo mismo y seguir con la demanda delas reformas pendientes.

    Los dirigentes juveniles de Medicina, encabezados por Guzmn Barrny Valega, no quedaron satisfechos con el decreto de 20 de setiembre.En una asamblea memorable vencieron a sus compaeros "derrotistas",y fue aprobada una mocin segn la cual "el temor a la prdida delao no constituye causa suficiente para la vuelta a clases, lo que slose verificar una vez que sea resuelta la salida de los catedrticostachados". Ahora bien, el cumplimiento de esta frmula no queranellos encontrarlo a travs de otro decreto por su veneracin a la au-tonoma universitaria. La salida se las dio Mariano H. Cornejo a quienvisitaron en su modesto estudio de abogado. A la pregunta: "Puede laAsamblea Nacional declarar la vacancia de las ctedras sin mengua dela autonoma?", el gran tribuno repuso que dicha entidad (cuyapresidencia l mismo ejerca) era soberana por ser un CongresoConstituyente y que, tericamente, hasta poda declarar la vacancia dela presidencia de la Repblica.

    Reconfortados con esta certeza buscaron a dos diputados: Jos Antonio

    Encinas, hermano de Enrique y, adems, a un mdico, Len Vega. A ellos seuni entusiastamente otro miembro de la Asamblea: el joven abogado AugustoPealoza.

    En la sesin del 4 de octubre de 1919 Jos Antonio Encinas fundamentlargamente la proposicin, dispensada de todo trmite, por la cual el PoderEjecutivo qued facultado para liquidar el conflicto existente entre loscatedrticos y los alumnos de la Facultad de Medicina. All sostuvo Encinas queexista una honda crisis en todo el sistema de la educacin peruana. Con loexpuesto por l y luego por Vega y por Carlos Portella, el proyecto qued ampliadopara abarcar a todos los problemas surgidos en la Universidad de San Marcos y enlas. Escuelas Especiales (Ingeniera y Agricultura) (5). As surgi la ley N94002de 9 de octubre de 1919. Ella declar la vacancia de las ctedras con enseanza

    deficiente, con lo cual otorg validez a las tachas estudiantiles: facult laprovisin de ellas por el gobierno, atendiendo el pedido de la juventud, siemprey cuando los candidatos fueran doctores en la Universidad y tuviesen las cuatroquintas partes de los votos del total de los alumnos; otorg carcter transitorioal nombramiento de estos catedrticos hasta la dacin de la nueva ley deenseanza; y prorrog el ao universitario hasta el 28 de febrero de 1920.

    La ley N 4002 suscit la protesta de los catedrticos de la Facultad deMedicina. Surgi as la N94004, de 14 de octubre, ms conciliadora (6)."Orden quelas ctedras vacantes por tachas justas de los alumnos fueran provistas por elgobierno en un plazo de ocho das en Lima a travs de la eleccin del ConsejoUniversitario de San Marcos y treinta das en las Universidades menores.Habra intervencin de los alumnos en el Consejo Universitario, por medio de losdelegados que deban ser elegidos en primera votacin por cuatro quintas partesde los sufragios; y, en caso de no alcanzarlos, hasta por mayora simple en

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    tercera votacin. El Consejo mencionado elegira por mayora a los catedrticosantedichos. Nadie podra reunir dos ctedras. Quedaron suprimidos los adjuntos.Fue establecida la jubilacin forzosa de los catedrticos de setenta aos deedad. El gobierno recibi autorizacin para modificar el proyecto de la ley deenseanza, preparada por una comisin especial nombrada con ampliasatribuciones por el Parlamento a travs de la ley N9 2690 y que ya haba sido

    entregado con fecha 10 de setiembre de 1919. El decreto del Poder Ejecutivofechado el 15 de noviembre declar vacantes 19 ctedras, a saber: las deBotnica, 1er. curso, y Zoologa, en la Facultad de Ciencias; de LiteraturaCastellana, Civilizacin Moderna, y Literatura Antigua y Moderna en Letras;Derecho Comercial y Derecho Procesal, 1er. curso en Jurisprudencia; DerechoInternacional Privado y Derecho Martimo, en Ciencias Polticas; AnatomaDiscriptiva, Fsica Mdica, Clnica Mdica de Mujeres, Clnica Quirrgica deHombres, Clnica Quirrgica de Mujeres, Fisiologa, Pediatra y su clnica yBacteriologa en Medicina.

    El cuerpo docente de San Fernando, intolerante ms que ninguno, renunci.El Consejo Universitario, integrado ya con los dos primeros personeros de la

    juventud, en la forma que se indicar en seguida, abri el camino para lasolucin del conflicto que se mantuvo algunas semanas, cuando otorg a dichaFacultad el derecho de elegir los ocho catedrticos que reclamaban. Esa medida,con fecha 27 de noviembre de 1919, seal el eplogo del primer movimientoestudiantil en las Facultades perteneciente al mbito del viejo Convictorio de SanCarlos: Letras, Ciencias Polticas y Administrativas, Jurisprudencia y Ciencias.

    V I L a a c t i t u d d e l o s e s t u d i a n t e s d e M e d i c i n a e n d i c ie m b r e d e

    1919. El e a z a r G u z m n B a r r a n , la m s a l t a f i g u r a d e l m o v i m i e n t oj u v e n i l d e a q u e l a o . S u b r i l l a n t e f o j a d e s e r v i c i o s c o m o a l u m n o ,

    c o m o m d i c o y c o m o h o m b r e d e c i e n c i a . El e a z a r , s m b o l o d e l

    i n d i o d e m aa n a . S u p r o y e c t o p a r a l a c r e a c i n d e u n C o n s e j o

    N a c i o n a l d e I n v e s t i g a c i o n e s e n 1956-57, l a v i a b i l i d a d a s e g u r a d ad e s t e y e l v e t o d e l a U n i v e r s i d a d d e S a n M a r c o s .

    En el diario La Crnica del 5 de diciembre de 1919 apareci una citacin alos alumnos de la Facultad de Medicina que deseaban volver a las aulas parauna reunin en el Anfiteatro anatmico. El cuerpo docente haba hecho lapropuesta de que se reiniciaran las clases habilitando los meses veraniegos, portradicin meses de vacaciones. Esta sugerencia fue, en principio, aceptada porel comicio estudiantil. Pero a las cuarenta y ocho horas hubo otra asamblea yfue reconsiderado por diez y seis o diez y siete votos, el oficio ya dirigido a laFacultad en el sentido afirmativo. La tesis de los "extremistas" fue la de que

    implicaba un deber de la juventud enmendar cualquier error apenas l fueseadvertido; de que no era justificable convenir en un fin de ao acadmicoinautntico e improvisado; y de que los catedrticos deban comprender biensu misin como encargados de la seleccin de los futuros profesionales y delotorgamiento de mximas garantas para los diplomas. Y as, en una actitudquijotesca, los jvenes de San Fernando en 1919, encabezados por la promocindel sptimo ao, la que estaba en vsperas de salir de las aulas,permanecieron en huelga. Su nmero completo era, ms o menos,quinientos, todos se conocan entre ellos y se trataban de "t".

    (5) Diario de Debates de la Asamblea Nacional de 1919. Lima, Imprenta Torres Aguirre, 1919, V, I,pgs. 140-150. El discurso de Encinas en las pgs. 141-144.

    (6) La mocin de los representantes seores Osorio, Gonzles, Checa Eguiguren y Franco Echeandapresentada el 11 de octubre y el debate respectivo en Diario de Debates cit., pgs. 223-238

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    Acerca de la limpieza de sus actitudes hay otra evidencia. El doctor ManuelJ. Castaeda era en el hospital de Santa Ana muy querido entre lospracticantes, un maestro sin ctedra a quien ellos consultaban casi siempre.Al ser provista, a fines de 1919, la de Nosografa Quirrgica result nombrado

    el doctor Wenceslao Salazar. En el comit estudiantil, Luis F. Bustamantealeg que ste deba ser tachado para que un voto de honor ungiese aCastaeda. Sin embargo, no prosper una mocin que tan simpticos ecostena que suscitar, y ello ocurri en nombre de la lealtad a los principios. Yala lista de tachas habase entregado y los nuevos catedrticos hallbanseexpeditos. No era limpio agregar, a ltima hora, un nombre ms aunque setratase del muy popular y respetado Castaeda.

    El presidente del Comit de Reforma en la Facultad de Medicina fue,como se anot, Eleazar Guzmn Barrn. He aqu a uno de los ms grandesperuanos del siglo XX. Naci en Huari en 1897. Hizo sus estudios iniciales en elColegio Gonzlez Prada de su ciudad natal y luego en el Colegio Nacional LaLibertad de Huaraz, de donde egres en 1910 con la medalla de oro. Su recia

    personalidad, en la que era fcil sealar el ancestro aborigen del indio demaana no oprimido sino liberado y en marcha, se destac no slo ante suspropios compaeros en 1919 sino en nuestras comunes asambleasestudiantiles. Despus del sacrificio voluntario de 1919, termin sus estudiosen 1920 y se gradu como doctor en Medicina en 1921. Mdico departamentalen Ancash durante algn tiempo, obtuvo en 1923 una beca deperfeccionamiento en Francia. En Pars, trabaj en la Clnica Chauffard y en lade Gastroenterologa de la Sorbona y luego pas a estudiar en Estrasburgo. Unabeca de la Fundacin Rockefeller le permiti viajar a la Universidad de JohnHopkins en Estados Unidos en 192G. Las investigaciones que hizo entonces,despus de haberse preparado como si nada hubiese aprendido en SanFernando sobre oxidaciones biolgicas le dieron prestigio entre los grandes

    cultores de la bioqumica. Fue el precursor en los descubrimientos de los pividinnuclelidos y flavoprotenas, grandes avances que en este campo efectu elalemn Wargurg. Asistente primero y luego jefe del laboratorio de la LaskterFoundation, pas a ser profesor en la Universidad de Chicago. En estaciudad lo visit en 1932 y me convert durante el tiempo que all estuve enun contertulio diario en su hogar. Fueron muy gratas aquellas horas.Habase casa do con una admirable mujer norteamericana; pero todo elambiente que lo rodeaba, a travs de cosas peruanas o que evocaban alPer, revelaban la nostalgia y el amor al suelo natal a cuyo servicio hubieraquerido poner sus conocimientos que, al crecer y afinarse gracias al talento yal tesn en l sustanciales, lo alejaron ms. Aqu no habra existido climapropicio para ellos. Desde 1942 particip en la Comisin de Energa Atmica, con

    la credencial de sus estudios acerca de los efectos de las radiaciones sobre ladesintegracin del tomo. Profesor principal de Bioqumica en laUniversidad de Chicago desde 1945 hasta su fallecimiento, volvi al Per en1946 y en 1949 y en diciembre de este ltimo ao fue incorporado a laFacultad de Medicina como catedrtico honorario. Su discurso entonces,aunque vers acerca de un tema cientfico, volvi a plantear el tema de lacrisis universitaria peruana, como si an hubiese estado viviendo en los dasde la reforma de 1919. En 1956 hizo evidente, una vez ms, su entusiasmoperuanista al formular el proyecto de un Consejo Nacional de Investigaciones.Tena yo entonces a mi cargo el Ministerio de Educacin y procur ayudarle enlo posible con todas las fuerzas a mi alcance. Eleazar haba planeadoaquella entidad dentro de vastas perspectivas y con un sentidodescentralizador: un Instituto Biolgico en Iquitos; otro histrico,arqueolgico, antropolgico y lingstico en el Cuzco; el de DesarrolloEconmico y de Poblacin y el de Fsica y Qumica Nuclear. Deban consagrarse

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    estos trabajos a la enseanza y, como el nombre lo sealaba, a lainvestigacin dentro de un cuadro riguroso de prioridades y utilizando unsistema de becas para jvenes de reconocida capacidad. Un artculo especialdel proyecto deca lo que sigue: "El Consejo Nacional servir al Estado deorganismo consultor en los problemas relacionados con el progreso del pas yque requieran opinin tcnica y autorizada".

    Con el apoyo fervoroso de Alberto Arca Parr y Ral Porras, iniciativa tantrascendental hall absoluta va franca en el Senado, entidad de la que estosdos ilustres amigos eran miembros conspicuos, y tambin entre poderososdiputados. Eleazar regres muy optimista a Chicago segn consta en la cartaque me remiti con fecha 11 de octubre de 1956 reproducida aqu enfacsmile. Pero el ilustre jurista que entonces era Rector de la Universidad deSan Marcos, indiscutida gloria nacional, hizo una visita a mi despacho en1957 con la finalidad de amenazarme con su irrevocable renuncia y la delConsejo por l encabezado si la propuesta ley de Guzmn Barrn volvase unarealidad. Era la tctica del perro del hortelano. Incluyo una copia del proyectode Eleazar como apndice de este artculo.

    En su visita de 1956, insisti l tambin en la necesidad de que hubiesenmaestros a tiempo integral en nuestra escuela mdica y abog por unadescentralizados y autntica Facultad de Medicina en Arequipa. Vctima delcncer generado por su propio trabajo, falleci en Chicago el 27 de junio de1957. Dej una contribucin cientfica de 143 artculos aparecidos en revistaseuropeas y americanas de alto nivel y figura como editor de varios libros(7).

    Interesa mucho dejar constancia aqu del hecho verdico siguiente: cuandoGuzmn Barrn y sus colegas empezaron a trabajar en la desintegracin deltomo lo hicieron bajo el juramento de que ella no sera utilizada contra laespecie humana.

    Algunos sujetos de alma pequea censuraron el hecho de que Eleazarradicara en Estados Unidos para llegar, por sus propios mritos, a la msalta cima en su difcil especialidad. Seguramente les hubiese gustado que seapoltronara aqu para caer en la politiquera, en la intriga criolla, en el lodo, enla frustracin. En todo caso, ignoran cunto se angusti, hasta en los dasfinales de su vida, por la autntica reforma educativa de la que nunca se alejen espritu. Cuando l falleci, hubo quien dijo que "no tena clase". Afirmartal despropsito ante este gran seor de la ciencia universal, ante este sabio deinextinguible sensibilidad humana, ante este hombre fundamentalmente limpio ybueno!

    V I I L a i n t e r f e r i d a l e y e d u c a c i o n a l d e 1920. L o s d e l e - g a d o s e s t u d i a n t i l e s a n t e l o s Co n s e j o s U n i v e r s i t a r i o s .

    Con las enmiendas legalmente autorizadas para que fuesen introducidas enel proyecto de ley educacional, el Poder Ejecutivo la promulg el 30 de junio de1920. En realidad la obra tcnica de la comisin qued deteriorada por estainterferencia, ya que malogr la estructura por ella concebida.

    En las elecciones efectuadas a principios de noviembre de 1920, obtuvo lamayora de los votos para ser delegado de los estudiantes ante el ConsejoUniversitario Carlos Enrique Paz Soldn; y triunf para la representacin anlogaante el Consejo de las Facultades, nuevo organismo creado por la ley antedicha,

    (7) Biblioteca Nacional, Anuario B i b l i o g r f i c o de 1955-1957 Lima, Tipografa Peruana S A., 1961, pgs515-519. Esta bibliografa no incluye un buen artculo sobre Guzmn Barrn por Marino Villavicencio

    en Revista-mdico-Social, Lima, N 6, noviembre de 1959 ni el homenaje de Juan Francisco Valega,presidente entonces de la Federacin Mdica, al producirse el fallecimiento de su buen amigo ycompaero de estudios

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    Jos Antonio Encinas. El mandato de ambos personeros de la juventud tuvovigencia hasta 1924. En este ao, la mayora de la votacin favoreci a MarianoIbrico Rodrguez y a Honorio Delgado contra las candidaturas de los entoncesalumnos doctores Osear Herrera y Luis Alberto Snchez. El ltimo escrutinio

    revel que en 1924 predominaba en un gran porcentaje de los alumnos, a pesarde todo, una actitud mucho ms conservadora que la de 1919. Aqu termin, sinla menor resonancia, el tmido experimento inicial de semicogobierno, tmido en elsentido de que el artculo pertinente de la ley de 1920 exiga que cada uno delos dos miembros elegidos por la juventud "debe ser doctor en alguna Facultado titulado en alguna institucin de enseanza superior nacional o extranjera".

    V I I I E l Co n v e r s a t o r i o U n i v e r s i t a r i o d e 1919. El " C o n v e r s a t o r i oF i l o s f i c o " .

    Insistentemente, alguien haba esparcido la versin de que la reforma de1919 tena como origen la voluntad de no estudiar. Ocurra, sin embargo, quevarios de los dirigentes de la reforma como Jorge Guillermo Legua, Lus AlbertoSnchez en Letras, Ral Porras Barrenechea y Manuel G. Abastos enJurisprudencia, no slo eran buenos alumnos sino que estaban empezando arealizar valiosas investigaciones por su cuenta. Aquellos trabajos efectubansedentro del campo de la historia del Per.

    Al aproximarse la fecha en que deba conmemorarse el centenario de laIndependencia, un grupo de jvenes "reformistas" bajo el comando de Porras,decidi organizar el Conversatorio Universitario para presentar, a travs de unaserie de conferencias que podan ser seguidas por debates pblicos, sus puntosde vista acerca del ambiente que precedi y que rode a la Emancipacin. La

    primera de estas actuaciones tuvo lugar cuando Legua ley su trabajo acercade Lima en el siglo XVIII. Ocup el segundo turno Porras con su brillantemonografa concerniente a Jos Joaqun de Larriva. En tercer lugar hablSnchez acerca de los poetas de la revolucin, con nuevos aportes sobre eltema. La cuarta conferencia correspondi a Abastos y vers sobre los factoresideolgicos que integraron el ambiente de aquella .poca. En fecha posterior,Porras public un trabajo sobre el desembarco de la expedicin libertadora enPisco, que tambin puede incluirse en el ciclo del conversatorio. La orientacin deestas monografas no fue reaccionaria. Un liberalismo crtico e independiente lasdefini.

    Todas ellas fueron divulgadas en La Prensa gracias a Ricardo Vegas Garca yluego en folletos, menos la de Abastos que apareci solamente en el diario

    mencionado. Abastos hizo del mismo asunto, ms tarde, el punto de partida desu tesis doctoral en la Facultad de Letras sobre la curva de nuestra historia.Muchos ms ofrecieron aportes diversos que no llegaron a convertirse en unarealidad por las circunstancias polticas. Algn tiempo despus, en 1920,Porras crey interesante que nos reuniramos, para que aparecisemos juntosen una fotografa, algunos amigos que habamos vivido horas de camaraderadesde 1919. Para este efecto cit, como era natural, a Legua, Abastos ySnchez, es decir a los otros tres oradores del conversatorio y tambin aRicardo Vegas Garca, entusiasta divulgador de esa bella y desinteresadaaventura; e incluy adems a Guillermo Luna Cartland, a Carlos Moreyra yPaz Soldn, ambos camaradas suyos desde los das mozos y a m. El retratoapareci en el nmero de Mundial correspondiente al 28 de julio de 1921, con un

    generoso comentario de Jos Glvez en el que nos denominaba la "Generacindel Centenario". Como queda narrado, estaban en el grupo todos los oradoresde este brillante ciclo; pero, al lado de ellos, nos sentbamos otros que

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    nicamente formamos parte del auditorio. Cierto es que Ricardo VegasGarca demostr notoriamente una gran pasin por la historiografa, como loevidencian su publicacin de los documentos sobre Piura, sus otras in-vestigaciones principalmente sobre Grau, ahondadas en el curso de variosaos y los mltiples artculos que dio a conocer aos ms tarde. Tambines verdad que yo, por razones que en parte ya he mencionado y en parte

    voy a desarrollar ms adelante, tena desde antes y tendra en el futuroaficin por la misma disciplina. Pero en 1919 era apenas un muchacho dediez y seis aos, con unos cuantos meses de vida universitaria y, pese a midiscurso escolar ante el monumento a Bolognesi en 1918, no podaconsiderrseme capaz para sustentar conferencias basadas en estudiosmaduros de investigacin, aunque promet un aporte.

    En otro conversatorio particip aquel entonces, en forma ms activa.Hasta nosotros, en la Facultad de Letras, tambin lleg el eco del rumor porel cual aparecamos utilizando la huelga como pretexto para no asistir a lasclases. Cuando todava estaban las aulas cerradas, decidimos unos cuantosalumnos de 1 y 2 ao estudiar juntos, a nuestra manera. Hicimos una bolsacomn para reunir una cantidad de dinero no despreciable y se la ofrecimos aun profesor joven, muy respetado por todos, para un ciclo de conferencias sobretemas de su especialidad. Ese profesor fue el Dr. Ricardo Dulanto y como temaescogimos las corrientes contemporneas en la filosofa. As naci elConversatorio Filosfico, con una serie de veinte charlas ms o menos, que tuvocorno local el de la Federacin de Estudiantes en el Palacio de la Exposicin.Estas disertaciones sobre las corrientes del pensamiento contemporneo handebido efectuarse entre fines de 1919 y comienzos de 1920 y all escuch porprimera vez en mi vida una explicacin sobre la teora de la relatividad deKinstein.

    I X E l Co n g r e s o d e Es t u d i a n t e s d e l Cu z c o . Cu z c o : p i e d r a s q u e

    g r i t a n y s i g u e n g r i t a n d o .

    Una de las secuelas de la reforma y de su xito legal fue el primercongreso de estudiantes reunido en el Cuzco en marzo de 1920, bajo losauspicios del rgimen de Legua. Continuaba ejerciendo entonces la presidenciade la Federacin de Estudiantes Vctor Ral Haya de la Torre. Haba lintegrado, como ya seal, el Comit de Reforma que encabezara Jos ManuelCalle, si bien, posteriormente, se enfrent a ste. En un momento de crisis dela Federacin, cuando nadie quera hacerse cargo de ella, Haya obtuvo a sufavor, segn tambin anot, con un nmero de sufragios escasos, elnombramiento en una vacante de delegado de la Facultad de Letras. Luego

    le fue posible en aquel momento de apata y derrotismo, dirigir con xito laFederacin; y, a fines del ao de 1919, como asimismo indiqu, fue uno de lospersoneros de los estudiantes en las jornadas postreras de la victoria refor-mista auspiciada decididamente por el flamante rgimen de Legua y por laAsamblea Nacional entonces convocada. Para la etapa postrera de suactuacin presidencial organiz, con el apoyo econmico del gobierno, elcongreso del Cuzco.

    El derecho de asistir a esta asamblea se obtena en el caso deejercer una delegacin de los alumnos de una Facultad, o de presentarun estudio sobre algunos de los temas que fueron expresamentesealados. Yo decid hacer una pequea monografa sobre la tacha y lahuelga estudiantil. Intentaba reglamentar algo que difcilmenteresultaba "reglamentable", pues, en verdad, se mueve dentro de

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    corrientes multitudinarias. El tema obtuvo un dictamen aprobatorio yqued as premunido con el ttulo de congresista.

    La reunin del Cuzco suscit una beligerante oposicin de diversosgrupos universitarios. En parte de ellos alentaba una hostilidad ideolgicaa la reforma, o una antipata personal a Haya de la Torre o a Ral

    Porras. Muchos negaban la oportunidad del viaje frente a la situacininternacional del pas, ensombrecida en esos momentos por una vibrantepolmica diplomtica con Bolivia. La gran masa estudiantil permanecien actitud inerte. En verdad, los congresistas no representbamos anadie.

    Salimos del Callao el 5 de marzo en el barco Urubamba. Viajaron connosotros el Rector de la Universidad del Cuzco, Alberto Giesecke, el"Maestro de la Juventud del Cuzco", Epifanio Alvarez y Luis E. Valcrcel.El congreso se instal el 11 de marzo con una barra hostil, por haberseproducido divergencias con los universitarios cuzqueos acerca de suorganizacin. Haya pronunci una vibrante arenga en tan difcilmomento. Los estudiantes de la imperial ciudad nombraron a sus

    delegados en una lista encabezada por Manuel Gonzlez Pino.Haya fue elegido presidente del congreso, Ejercieron la secretara

    Fernando Rosay, Csar Elejalde Chopitea, Carlos Ros Pagaza y AlbertoGuillen. Entre los delegados que viajaron desde Lima recuerdo a RalPorras Barrenechea, Guillermo Luna Cartland, Humberto del guila,Francisco Snchez Ros, Augusto Rodrguez Larran, Manuel GarcaYrigoyen, Carlos Roldan Seminario, Luis E. Galvn, Jos Len y Bueno,Jorge Avendao, Luis Bustamante, Eleazar Guzmn Barrn, NapolenGil, Hctor Morey, Rafael Pareja, Rodrigo Franco Guerra, Pedro Weiss,Artidoro Alvarado Garrido, Jos Carvallo, Abraham Gmez entre otros.La representacin de la Universidad Catlica correspondi a AlbertoFerrndiz y Carlos Franco Vargas, personas impopulares ante sus

    colegas que, en su mayora, eran antagnicos a ese centro deestudios. La delegacin arequipea, a la que perteneca Guillen, estuvopresidida por Guillermo Gustavo Paredes.

    Los temas discutidos y sus ponentes fueron: "Bases para laorganizacin de la Federacin de Estudiantes" (Porras); "Reforma de laenseanza" (Guzmn Barrn); "Orientacin de la literatura nacional"(Porras); "Cumplimiento de los deberes cvicos del estudiante" (Roldan);"Accin cultural de la Federacin de Estudiantes (Carvallo); 'LaFederacin de Estudiantes y el pueblo" (Gmez); "El regionalismo y suorientacin como factor de unidad nacional" (Gil); "Las enfermedadesregionales y su profilaxis" (Guzman Barrn); Cultura eugnica moral y

    fsica del estudiante" (Avendao); "Alcoholismo, cocainismo, txicos yalcaloides" (Luna Cartland); "Orientacin de la educacin indgena"(Galvn). El tema "La solucin de los conflictos estudiantiles" qued,como he dicho, a mi cargo.

    Fue aprobado el proyecto de Porras acerca de la reforma de laFederacin de Estudiantes a base del sufragio indirecto, previa eleccinde centros federados por cada Facultad, con voto secreto y obligatorio yrepresentacin proporcional. Una resolucin especfica auspici laintervencin doctrinaria de la Federacin en la poltica. Otro acuerdoneg valor a los actos de las asambleas generales de estudiantes,declarando que eran admisibles slo las asambleas parciales paraasuntos propios de las distintas Facultades.

    El congreso abog, adems, por un sistema educativo organizado enel Per bajo la supervigilancia de una entidad autnoma, el Consejo

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    Nacional de Educacin; por la descentralizacin en este ramo; por lareposicin de los inspectores provinciales; por el servicio mdicoescolar; por una adecuada escala de sueldos para los maestros; porla creacin de una Facultad de Educacin con el objeto de preparar al personaldocente en los colegios de instruccin media; por la creacin de las Facultadesde Farmacia, Ciencias Qumicas y Odontologa y de un Instituto Politcnico

    tambin autnomo.De conformidad con la ponencia de Porras, cuyos afanes intelectuales se

    orientaban entonces hacia la historia literaria, los acuerdos adoptadosexpresaron los anhelos de que fuese establecida una ctedra de LiteraturaPeruana y en pro de la edicin de obras inditas o desconocidas de autoresnacionales; a favor de concursos o certmenes para el estudio de diversosaspectos pertenecientes a la realidad nacional, de las excursiones de alumnosde historia del Per a lugares de valor histrico y arqueolgico y delotorgamiento de facilidades a los estudiantes en archivos y bibliotecas. Tambinpropici la inmediata edicin de una gua del Cuzco.

    Fue creada, por iniciativa de Abraham Gmez, la Universidad Popular, tan

    grata a Haya de la Torre. Pero la tendencia de acercarse al proletariadoexpresada tambin en la mocin de Rodrguez Larran para reconocer al 15de enero, fecha en que fue expedido en 1918 el decreto reconociendo la

    jornada de ocho horas como "da de confraternidad obrero-estudiantil", tuvocomo contrapeso una orientacin nacionalista y hasta conservadora. As, porejemplo, por 23 votos contra 22 qued aprobado sealar entre los objetivos dela Federacin de Estudiantes, la defensa de la propiedad y del orden social. Afavor de esta adicin hablaron Luna Cartland, Paredes y Roldan; y en contraHaya, del guila y Bustamante, Pidi, asimismo, el congreso, de acuerdo conuna ponencia de Carlos Roldan Seminario, el servicio militar de los estudiantese incluy entre los deberes de ellos el del respeto a la autoridad. Tambinentre los deberes de la juventud se refiri expresamente al de luchar por la

    reincorporacin de Tacna y Arica. El respeto a las figuras acadmicaseminentes qued expresado en el homenaje a los maestros Federico Villar-real, Alejandro Deustua, Ernesto Odriozoa y Joaqun Capelo en Lima, AntonioLlerena en el Cuzco y Jorge Polar en Arequipa en la sesin inicial del congresoy al ser elegido el Rector Alberto Giesecke presidente honorario. El nombre delRector de San Marcos, Javier Prado, fue, pues, omitido. Tambin se aprob unmensaje a Jos Santos Chocano y a Francisco Garca Caldern, con el objeto desolicitarles que regresaran al Per para el centenario de la independencianacional.

    El 15 de marzo la sesin del congreso fue interrumpida por la llegada de unoficial del ejrcito que anunci dramticamente la gravedad de la situacininternacional con motivo del litigio con Solivia referente a la aspiracin de este

    pas de obtener acceso al litoral del Pacfico, en esos momentos orientada haciaArica, Todos los asamblestas salimos en manifestacin pblica y terminamospresentndonos al cuartel para ofrecer nuestro contingente. El prefecto JuanManuel de la Torre nos agradeci este gesto con lgrimas en los ojos, pero dijoque se nos llamara cuando el momento lo exigiese. Esa tarde encabezamos en elandn de la estacin la manifestacin a las tropas que marchaban a la frontera.No faltaron sin embargo, algunos congresales con influencias poderosas que, ensigilo, dijeron que buscaran cmo regresar a Lima lo ms pronto posible.

    La divergencia con Bolivia lleg a ser solucionada y el congreso termin suslabores. Entre las fiestas que hubo entonces en el Cuzco en honor nuestro, nopuedo olvidar la que tuvo lugar en casa de la familia del ex Presidente de laRepblica Serapio Caldern, llegado al poder durante corto tiempo en 1903, alfallecer Manuel Candamo. Asombro caus en Lima el hecho de que este cuzqueoera de pura raza blanca.

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    Con mis diez y siete aos apenas cumplidos, fui el ms joven de todos losdelegados al congreso del Cuzco. Mi tema fue criticado por la comisin que loestudi, cuyos miembros fueron, si no me equivoco, Morey, Weiss y AlvaradoGarrido. Qued reconocida la legitimidad del derecho de huelga como medidaextrema. Era natural que este asunto tuviese un fuerte sentido controvertible.Se propici la representacin estudiantil en las Juntas de Catedrticos en la

    persona de un egresado; y de dos en el Consejo Universitario. Establecironsenormas para el arreglo directo y el arbitraje como posible solucin en los casosde conflictos originados en las aulas y fueron reglamentados tambin losproblemas inherentes a las huelgas.

    Dos cosas dominan mis recuerdos de aquellos lejanos das. Una fue laformidable visin del Cuzco y la otra, dentro de un sentido personalsimo, lacordial acogida que hall en la casa del Rector de la Universidad, el doctorAlberto Giesecke y su dignsima esposa la seora Matto de Giesecke, donde meconcedieron alojamiento sin esperarlo, por un acto de espontnea bondad.Tambin estaban hospedados all Haya de la Torre, presidente del Congreso y JosLen y Bueno, hijo de Jos Matas Len, el ministro durante cuyo perodo llegGiesecke al Per.

    Fue como el descubrimiento de un mundo, la impresin de ver por primeravez la majestad del Cuzco, la esplendidez del paisaje que lo circunda, lasupervivencia de una tradicin autnticamente imperial. Visin de ruinas queparecen bosques, pues las fisuras entre las piedras podran compararse conramajes de rboles. Ciudad con tiempo propio que parece no caminar y, sinembargo, se mueve a su manera y parece que hacia su propia meta. Piedras quegritan y siguen gritando. Descubrimiento brusco del mundo indgena queentonces era ignorado o despreciado en Lima. Angustia de ver los ojos vivsimosy hermosos y los rostros frescos de los cholitos y de los indiecitos y de pensar queestaban destinados a ser ojos y rostros de alcohlicos y "coqueros". Suciedad,andrajos y sumisin al lado de gestos de magnfica dignidad e innata elegancia

    que, a pesar de todo, esperan. No obstante su inmovilidad y su distancia en elespacio y en el tiempo, la vista desde Tambo Machay (deberamos ir allperidicamente a meditar sobre el Per) y las ruinas de Sacsahuamn sontransportadas sobre los hombros de mi recuerdo para colocarlos al lado delpulpito de la iglesia de San Blas; y tambin Macchu-Pichu est al lado de laiglesia de Santo Domingo, de la casa del Almirante y del valle de Urubamba, sinque por esto ninguna de aquellas ruinas queden disminuidas en su peculiar ysublime belleza.

    Cuando pienso en un trmino que deba definir con precisin y con exactitudmximas lo que, si bien hecho por el hombre, es slido, permanente, esencial,indestructible, slo atino a encontrar una palabra: Cuzco. Todo ello en unadimensin universal y sin limitacin de aqu o de all, capaz de poderse

    pronunciar con orgullo en Oxford o en Upsala, en el Japn o en el Tibet. Cuandopienso en una ciudad del mundo que no se parece a otra porque no esexactamente occidental ni oriental, porque es majestuosa y misteriosa, complejay extraa, slida y trgica, no hallo otro nombre ms fascinante que se, hechocon carne de piedra pulida por los soles y las lluvias de innumerables siglos, paradejarla all majestuosamente para nosotros y para el futuro: Cuzco.

    Al cabo de ms de cincuenta aos medito en la reforma de 1919, que abreun nuevo captulo en la historia de nuestras universidades, tan limpia, tanespontnea y en aquella poca, tan audaz, si bien ante los ojos de quienes hoyson catedrticos o alumnos, parece obsoleta. Ella se deriv, como muchas vecesha quedado en claro, del movimiento que surgi en 1918 en la Universidad deCrdoba, una de las ms tradicionales en Amrica y se propag luego a las deBuenos Aires y La Plata. El tribuno y catedrtico socialista Alfredo L. Palacios,que lleg a Lima en mayo de 1919, invitado por el gobierno peruano en

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    reconocimiento de la defensa que hizo de la causa peruana en el litigio con Chile,divulg ante un grupo de san marquinos lo que significaba el movimientocordobs. En forma indirecta actuaron, como factores determinantes, la guerrade 1914-18 con los acontecimientos a ella vinculados de un modo u otro y enespecial la revolucin rusa de 1917, as como las hondas agitaciones polticas ysociales que se sucedieron en Europa. Fue al mismo tiempo un resultado del

    crecimiento, cada vez mayor, en el nmero de alumnos de las clases medias ytambin de las provincias en las aulas de San Marcos. Ellos fueron vencidoscuando en 1917 acompaaron a Luis Ernesto Denegr en su batalla por lapresidencia de la Federacin contra el triunfador Fortunato Quesada; ynuevamente, en 1918, fecha en la que su candidato fue el antiguonormalista Jos Antonio Encinas contra el aristocrtico Carlos Barreda yLaos. Pero en cambio, eligieron ese mismo ao, sorpresivamente,"Maestro de la Juventud" a Augusto B. Legua con un claro repudio delos grandes personajes antes reverenciados en los claustros; recorrieronbulliciosamente las calles de Lima para protestar contra la suspensinde las garantas constitucionales decretadas ese mismo ao por elrgimen de Jos Pardo; apoyaron mayoritariamente la candidatura

    legusta de oposicin en 1919; y con distintas figuras directivas noslanzamos, en lo que pareca ser un salto en el vaco, a la huelga eneste ltimo ao sin conexin alguna con la poltica. Como ha escritoFrancois Bourricaud, la juventud universitaria fue entonces la nicafuerza efectiva de "contestacin" y de progreso que estaba organizada oera, al menos, organizable, para ser mensajera viva de los valoresuniversales de racionalizacin y de modernizacin en nuestra sociedadque se mantena tradicionalista y provincial (8).

    Nuestro ideal difundido fue sobre todo el mejoramiento en laenseanza. Me pregunto cunto hemos avanzado para convertir eseideal en una realidad.

    Siguen en el Per el problema de la aparicin, el desarrollo y elmantenimiento de permanentes vocaciones docentes y cientficas comoun fenmeno personal, espontneo, del azar; aunque haya aumentadonotablemente el nmero de becas para alumnos, graduados y catedr-ticos en Europa y en Estados Unidos, inexistentes e inverosmiles en 1919.

    Nosotros procedimos como si los grandes especialistas en lasdisciplinas universitarias, ungidos, por aadidura, por el don y laexperiencia pedaggica, estuviesen impedidos de divulgar susconocimientos por una conspiracin de ancianos. El problema bsico eradistinto: la Universidad careca de una maquinaria adecuada para laformacin continua y sistemtica de nuevos especialistas, as comotambin para ayudar a perseverar y profundizar en ese camino. Si estos

    especialistas existan para algunas asignaturas era por accin aislada,heroica o feliz. Hicimos la viviseccin de la docencia universitaria en unesfuerzo de objetividad estricta, ajenos a cualquier dogma de partido.En nuestra Facultad de Letras, por ejemplo, si Prez era un dirigentecivilista, en cambio Flores tena estrecha amistad con el leguismo; ypara Jorge Guillermo Legua, presidente de nuestro Comit de Reforma,tacharlo implic un drama familiar. La tcita presuncin era que en todasesas asignaturas exista por algn milagroso truco (ya que laUniversidad tan censurada, no poda haberlos generado) un grupo dejvenes expertos. Ni siquiera fuimos a una especie de catastro de la

    (8) Krancos Bourricaud. La universidad a la deriva. Caracas, 1971 Fundacin Eugenio Mendoza, pg. 119. Setraa de una serie de conferencias sobre la crisis en las universidades de Francia. Estados Unidos y AmricaLatina Es un breve estudio, con slo 138 pginas, el mejor que he ledo sobre tan fundamental problema.

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    intelectualidad nacional para averiguar, al margen de las tachas,cules eran los grandes valores privados de la ctedra. Ocurra, porejemplo, que un hombre ilustre como Riva-Agero no la tena porque lanica en su especialidad entonces existente, se hallaba a cargo deCarlos Wiesse, muy respetado por los alumnos; pero poda suceder, almismo tiempo, que no existieran Riva-Ageros en la calle para todas

    las asignaturas tachadas y ms tarde declaradas vacantes en lasFacultades de Letras, Jurisprudencia, Ciencias Polticas, Medicina, Cien-cias etc. Se redujo nuestra teraputica, pues, entonces, funda-mentalmente, a la tacha y a la ctedra libre. Lo que haba queprocurar en cambio, era la oportunidad de que los especialistaspudieran formarse en el futuro ayudndolos, estimulndolos,protegindolos a travs de un conjunto sistemtico de clases deespecializacin y de seminarios; de un rgimen adecuado para lapreparacin de tesis; de una profusin de becas y bolsas de viaje; y delas ctedras de tiempo completo. A esto era indispensable agregar, enalgunos casos, considerndola una necesidad muy urgente, la importacinde talentos para disciplinas no bien desarrolladas en Lima o en el Per aunque

    no faltasen quienes trataran de impedirlo por celos reprobables. Nuestrareaccin contra el imperialismo esttico en la docencia era sana y generosa;pero ms all de la algarada, de la ley y del decreto inmediato, nacidos porrazones circunstanciales, yacan problemas intocados de tcnica, de mtodo, deprofesionalizacin cientfica y de estructura institucional.

    Jos Carlos Martegui en sus 7 ensayos de interpretacin de la realidadperuana da a entender que a la oligarqua dominante no le convena lamodernizacin de la Universidad. No parece muy consistente su tesis. Si de ellahubieran salido no slo mejores profesionales sino tambin mejores graduados enlas Facultades de cultura general o de ciencias, esas clases dirigentes habransido favorecidas. Lo que pas fue que hubo limitaciones de dinero y de equipo, deespacio, de tcnica y de ambiente; as como, sobre todo en quienes diriganaquella entidad cultural, salvo algunas aisladas pero brillantes excepciones, faltade aptitud previsora, de espritu creador y de concepcin del futuro.

    La necesidad bsica, ignorada por los reformistas de 1919 y por muchosprofesionales en el anlisis de la crisis universitaria, era de carcter material. LaUniversidad necesitaba rentas adecuadas y permanentes, no para malversarlasen actos suntuarios, o en dispendios burocrticos, sino para invertirlasausteramente, con toda clase de garantas, en aulas, bibliotecas, salas deinvestigacin, instrumental, laboratorios, museos, audiboriums, para empleartambin en bolsa de viaje y pensiones para alumnos, o graduados sobresalientesy pobres y en contratos o nombramientos atrayentes aunque no abusivos paraespecialistas diversos; para establecer, por ltimo, residencias y comedores

    estudiantiles y servicios asistenciales eficaces para alumnos, empleados yobreros; y para proyectarse dinmicamente sobre la vida social y cultural delpueblo.

    Y no se diga que todo esto era utpico en pases como el nuestro, pues enesos aos se aceler en el Per un afn de crecimiento material que dio lugara un rpido desarrollo de la ciudad de Lima, sede de San Marcos, con el aparecerde barrios enteros, mientras nuestra vieja casona qued intacta, es decir talcomo haba sido desde muchos aos atrs.

    En realidad, la lucha contra el gobierno de Legua iniciada en 1921 resultperjudicial para San Marcos. Lo ocurrido con la ciudad universitaria de Bogot, enuna capital de menor importancia que la del Per, revel que no haba tarasinherentes a los estudios superiores en Amrica Latina que impidieran sumodernizacin material.

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    Con el paso del tiempo, la bandera de la reforma apareci ms y ms teidacon los anhelos del llamado cogobierno en la Universidad. Inclusive, paramuchos, la reforma ms que una necesidad de dotar de mayor solvenciacientfica, cultural y social a esa institucin, es un problema cuya clave esten la bsqueda de 'los mximos derechos a los estudiantes, en elacercamiento al pueblo, en la politizacin y en la agitacin constante, sntomas de

    la grave crisis estructural que conmueve no slo a Amrica Latina sino almundo entero. El sentido de la reforma universitaria debe desbordar ennuestro pas los marcos que tradicionalmente se le ha dado. La solucin, ahorade hecho imposible ante un estado de cosas anrquico, hllase tericamenteen un planteamiento funcional de la Universidad que supere los esquemaspartidistas. Para las izquierdas tradicionales, como para las que surgierondespus, la reforma se ha ido convirtiendo ms y ms en una ebullicinenderezada contra los grupos o crculos conservadores o hasta moderados, cuyabase est en el descontento contra males y deficiencias evidentes en provecho,acaso, de planes, disimulados o no, que no son precisamente acadmicos. Bajo elmanto de la reforma universitaria ha quedado deshecha, a menudo, lacontinuidad de la vida institucional, se ha cultivado el dogmatismo y la

    omnisapiencia prematura de los jvenes y se ha llegado a crear, ms deuna vez, climas de intimidacin y de intransigencia. Las derechastuvieron entre 1935 y 1945 y entre 1948 y 1956 propicias oportunidadesque desaprovecharon lastimosamente. La estrategia usada por ellas,ms de una vez, fue soslayar los problemas en momentos difciles,procurar dar a toda costa la engaosa apariencia de normalidad,emplear la fuerza, o mejor, guarecerse tras ella cuando pareci ne-cesario; y en otras ocasiones, distraer, ganar el tiempo, llegandoinclusive a vergonzantes concesiones en la oscura vida diaria de lasaulas. Y no faltaron por cierto, en estas reformas y reformas de lasreformas en que hemos vivido durante tantos aos, ocasiones para eluso y el abuso de esa palabra ejercido por quienes se llaman anti-

    derechistas mediante alardes espectaculares pero intrascendentes, ocon el afn de lograr la satisfaccin de intereses, beneficios o vanidadespersonales. Las derechas permitieron, adems, que otros vocearan sumonopolio de las ansias de mejoramiento.

    Es necesario agregar que hubo ausencia de planteamientos clarosante los grandes problemas del pasado, el presente, y el porvenir. Laenseanza que recib en la Universidad fue, no obstante los mritosrelativos o satisfactorios en ella invvitos, conservadora; y no estuvodentro de mi poder tratar de modificarlas en mis aos de catedrtico,pues no me permitieron llegar a ningn cargo directivo, salvo en laBiblioteca por cuya renovacin tanto me preocup y de la que meecharon a travs de un artculo de la Ley de Educacin de 1941.

    Las derechas actuaron o, mejor dicho, no actuaron, en realidad,siempre a la defensiva, sin valorizar bien las ventajas que les aportaraun hogar universitario san marquino limpio, activo, progresista,eficiente, robusto, donde el alto nivel acadmico y tcnico, los serviciosde orden social y asistencial y las comodidades materiales hicieraninjusta cualquiera algarada en nombre de legtimas y no escuchadasansias de cambio. Hoy han sido barridas de la Universidad.

    Para obtener una adecuada calidad y para ofrecer efectivosservicios y comodidades, sta deber, en principio, afrontar sus grandesproblemas internos. Ellos pertenecen sobre todo, a cuatro niveles.Desde el punto de vista material, provienen de la masificacin y la

    proletarizacin que caracterizan hoy a los estudiantes; e igualmente, delas deficiencias en los locales y elementos de trabajo. En lo que atae alos profesores, cabe mencionar, dentro de excepciones cuyo nmero

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    incrementa, los sueldos bajos, la voraz acumulacin indebida de ellos, elcontinuo aumento de ctedras sin plan orgnico, la burocratizacin queha tomado a veces carcter cnico y, con mayor frecuencia de lo quesospechan gentes no bien documentadas, la condicin intimidada de losprofesores y la farsa acadmica. Si se observa el problema de laadministracin interna, aparece el peligro del tortuoso crecimiento

    presupuestal, desordenado y carente de beneficio colectivo y el juegode viejas o nuevas camarillas con sus caractersticas de arbitrariedad ypequeez. Estas camarillas funcionaron alrededor de unas cuantasfamilias poderosas antes de 1919. Reaparecieron, bajo diversas formas,despus; y frente a ellas, como un castigo, surgi en sus comienzos yvolvi a aparecer luego aunque a veces se creyera que haba muerto, lafrmula del cogobierno estudiantil bajo cuyo ejercicio tampocofaltaron, a veces, estas mafias. Cuando se mira con objetividad a losestudiantes, son visibles, aunque existan notables excepciones, la faltade disciplina de trabajo, la prepotencia y el desprecio al estudio, unaendemia a la que, repito, grupos promisores son, por cierto, inmunes.Existe la paradoja de que hay buen nmero de profesores ms tcnica-

    mente preparados que antes, bibliotecas de alto nivel en algunosmbitos como el que abarca el Derecho en la Universidad de SanMarcos (la Biblioteca Central ha sido castrada) y alumnos de primeraclase perdidos en la masa; pero los aos acadmicos son crnicamenteinestables.

    La Universidad es, en principio, una institucin educativa,econmica, social y nacional. Desde el punto de vista educativoconstituye un centro destinado:

    a) a la conservacin, acrecentamiento y transmisin de la cultura;b) a la formacin profesional;c) a ensear a los jvenes a preguntarse por iniciativa propia cuestionesfundamentales, a buscar libremente la verdad, a pensar con hones-

    tidad, a ver las cosas como son y con esa firme base, realista,proyectarse hacia un futuro mejor y tratar de concretarlo dentro deun mundo que debe cambiar; a tratar de que las nuevasgeneraciones sean conscientes de los valores fundamentales ytambin capaces de analizarlos crticamente de modo que resulten,a la vez, dentro y fuera de la sociedad, apasionadamente, ligados aella y, ms all de sus estructuras, al mismo tiempo sus promotorespara volverlas ms humanas y convertirse tambin en fiscales conmentes y conciencias capaces de controlar el poder y no vegetar slocomo vctimas de l;

    d) al fomento de la investigacin sin la cual una Universidad no esdigna de ese nombre. Pero este organismo cultural es, al mismotiempo, una entidad econmica ya que, como persona jurdica, rige unpatrimonio necesariamente cuantioso. Al mismo tiempo, existe enella una esencia tpicamente social, una comunidad cvica formada porprofesores, alumnos, graduados, empleados y obreros. Y desde elpunto de vista nacional, aparece como el lugar por excelencia para elestudio objetivo, sereno, desinteresado de los problemas del pas,con el fin de contribuir a su autntico desarrollo; y para el fomentode las actividades, tanto de orden desinteresado como prctico, deextensin, asistencia e investigacin de aspectos fundamentales de larealidad, as como para el nexo permanente con el mundo del

    trabajo industria l, artesanal y agrcola. Estos ltimos son los bienesque la colectividad debe recibir de la cultura y de la ciencia, sobre todo

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    cuando, como la nuestra, ellas esconden tantas necesidadesincumplidas.

    Las funciones relacionadas con el manejo de un organismo tan complejonecesitan ser diferenciadas desde el punto de vista tcnico o pedaggico ydesde el punto de vista administrativo, sin perjuicio de que exista un directorio

    o patronato superior de coordinacin y alta direccin, con representantes delEstado en prudente nmero y libres de cualquier matiz poltico, as como deotros sectores o grupos. Result insuficiente, all en los tiempos en que fui alumnoy catedrtico, el Consejo Universitario integrado por los Decanos, entidad conmltiples e indiferenciadas atribuciones pedaggicas, econmicas, de gobierno einspeccin de servicios, cuya labor estuvo siempre debilitada por el manejo libreque de sus propios asuntos hicieron tradicionalmente las Facultades. Las tareasde conservacin, divulgacin, fomento e investigacin de la cultura y de laciencia corresponden a profesores y alumnos y all debe funcionar, prstina yverdadera, la autonoma ms completa. Del mismo modo, en su carcter decomunidad cvica y para el cumplimiento de sus deberes de servicio social y debienestar fsico y cultural de quienes la integran, debe estar regida la Universidadpor profesores, estudiantes, graduados, empleados y obreros. Los aspectoseconmicos de esta persona jurdica han de ponerse en cambio en manos deexpertos o especialistas, con una autoridad efectiva y una supervigilanciaadecuada en la que participen ciertos rganos del Estado como la ContraloraGeneral de la Repblica. Organismos compuestos por especialistas deben ofrecer,cuando sea necesario, asesora a los cuerpos del gobierno universitario.

    No puede dejarse hoy sola a la Universidad en nombre del mitodecimonnico de la autonoma. No slo el Estado sino principalme