barcelo, joaquín - escritos políticos renacentistas

Upload: iwain

Post on 27-Feb-2018

236 views

Category:

Documents


1 download

TRANSCRIPT

  • 7/25/2019 Barcelo, Joaqun - Escritos Polticos Renacentistas

    1/36

    DOCUMENTO

    JOAQUN BARCEL. Profesor Extraordinario de Filosofa, Universidad de Chile.Profesor e investigador en la Facultad de Ciencias Econmicas y Administrativas de laUniversidad de Chile.

    Estudios Pblicos, 45.

    N

    SELECCIN DE ESCRITOS TERICO-POLTICOS

    DEL HUMANISMO ITALIANO

    Joaqun Barcel

    o es fcil caracterizar el humanismo renacentista italiano y yadesde los tiempos de Burckhardt se han dedicado grandes esfuerzos a labsqueda de su definicin. Por lo pronto, los humanistas no constituyeronuna escuela de pensamiento ni compartieron los mismos principios intelec-tuales: uno eran platnicos (o ms bien neoplatnicos), otros aristotlicos,otros platnico-aristotlicos, otros epicreos, otros estoicos, o bien unacombinacin de todas estas cosas. Tampoco es del todo adecuado definir elhumanismo renacentista por su innegable inters en la Antigedad clsicacon sus monumentos literarios y artsticos, ya que dicho inters haba sidotradicional aunque realizado de manera menos sistemtica en el occi-

    dente europeo, especialmente en Francia, por lo menos desde el llamadoRenacimiento carolingio del siglo IX. Hay, sin embargo, dos rasgos queincontestablemente pueden atribuirse a los humanistas a partir del siglo XV:el nfasis decidido con que promovieron los estudios que hoy denominara-mos ciencias sociales y morales, y la importancia que asignaron a la accinhistrica, poltica y econmica. Rescataron de este modo un mundo quepermaneca excluido de las consideraciones del pensamiento tradicional, de-masiado atento a la verdad eterna y abstracta pero olvidado de las contin-

    gencias concretas que permanentemente solicitan a la vida humana.

  • 7/25/2019 Barcelo, Joaqun - Escritos Polticos Renacentistas

    2/36

    2 ESTUDIOS PBLICOS

    El humanismo italiano comenz a adquirir fisonoma propia en la se-gunda mitad del siglo XIV, a propsito de la polmica llamada la disputa de

    las artes. Ella fue iniciada en rigor por Francesco Petrarca (1304-1374), elinolvidable autor del Cancionero,en susInvectivas contra un mdicoy en

    De su propia ignorancia y la de muchos otros.Es importante recordar quea fines de la Edad Media los mdicos no eran nicamente profesionales dela salud, sino ante todo naturalistas, fsicos y bilogos. Un mdico escriba Petrarca sabe muchas cosas acerca de las fieras, de las aves y delos peces: cuntos pelos tiene el len en la cabeza, cuntas plumas el gavi-ln en la cola y con cuntos tentculos aprisiona el pulpo al nufrago; que

    los elefantes se ayuntan dndose la espaldas y que su gravidez dura dosaos, que son animales dciles y vivaces, de inteligencia cercana a la delhombre y que viven hasta dos o tres siglos; que el fnix se consume enaromtico fuego y, despus de quemado, resucita; que el erizo detiene a unbarco, cualquiera sea su velocidad, pero que nada puede hacer fuera delagua; que el cazador engaa al tigre con un espejo; que los arimaspos (i.e.,un pueblo que los antiguos ubicaban al norte del Mar Negro) ahuyentan alos grifos con hierros; que las ballenas engaan con su dorso a los nave-

    gantes; que el parto de la osa es deforme, el de la mula raro, nico e infeliz elde la vbora; que los topos son ciegos y las abejas sordas; por ltimo, queel cocodrilo es el nico animal que mueve la mandbula superior. Cosasestas en gran parte falsas (), pero que aunque fuesen verdaderas, de nadaserviran para la felicidad de la vida. Porque, me pregunto, de qu aprove-cha conocer la naturaleza de las fieras, de las aves, de los peces y de lasserpientes ignorando o descuidando la naturaleza del hombre, para quhemos nacido, de dnde venimos y hacia dnde vamos?. En otro lugar

    defendi Petrarca la tesis de que lo ms digno del hombre y lo que ms lohace asemejarse a Dios no es la soledad de la meditacin y del estudio, sinola accin por la cual se favorece y se ayuda al mayor nmero de sereshumanos, de tal modo que quien, pudiendo actuar, no lo hace, me pareceque ha descuidado el deber ms importante de la humanidad y que por elloha perdido el nombre y la naturaleza del hombre.

    Estos planteamientos de Petrarca fueron revolucionarios respecto dela tradicin universitaria de la baja Edad Media, dominada por el aristotelis-

    mo y el averrosmo, que en virtud de ello vea en la investigacin de lanaturaleza la obra de Dios la ms alta finalidad a la que poda aspirar laexistencia humana. Si bien es cierto que por diferentes motivos, el prestigiode que an gozan hoy, en el siglo XX, los hombres de ciencia trae su origen(aunque ellos mismos no lo sepan) de las escuelas de la Edad Media tarda.El humanismo constituy una reaccin en contra de esta tradicin intelec-

  • 7/25/2019 Barcelo, Joaqun - Escritos Polticos Renacentistas

    3/36

    JOAQUN BARCEL 3

    tual. En un discpulo de Petrarca, Coluccio Salutati, encontramos ya acua-da la expresin que en el futuro haba de servir para designar a esta nueva

    orientacin de los estudios, que ya no era concebida ni como cientfico-natural ni tampoco como teolgica: studia humanitatis,disciplinas de hu-manidad. La nocin de humanidad fue tomada de autores romanos anti-guos que la consideraban equivalente con el concepto griego de paideia,educacin y cultura a la vez. Salutati declar que los mejores autores, lomismo Cicern que muchos otros, usaron el trmino en el sentido de doctri-na y ciencia moral, agregando que ello no es extrao, porque fuera delhombre no hay otro animal capaz de cultivarse. De modo que, como culti-

    varse es lo propio del hombre y como los sabios son ms humanos que losignorantes, con mucha razn los antiguos incluyeron tambin el saber den-tro de la nocin de humanidad.1

    Para Salutati, el derecho constituy la quintaesencia de las discipli-nas de humanidad. En efecto, el derecho es la norma reguladora de laactividad social que constituye la tarea moral del hombre. Todo hacer huma-no es dirigido y orientado por el derecho. Armado de estas ideas, Salutatiterci en la disputa de las artes con su importante obraDe la dignidad de

    las leyes y de la medicina,de la que aqu hemos seleccionado breves frag-mentos. Ya en ella la polmica se transforma en algo mucho ms profundoque un simple debate gremial. Adems de examinar los statusepistemolgi-cos de las disciplinas en cuestin, lo que en ltimo trmino se plantea esuna discusin acerca de la vocacin fundamental del hombre. Se trata deltipo de vida ms excelente, ms humano: cul debe ser: la contemplacino la accin, la teora o lapraxis,el estudio desinteresado de la naturaleza oel compromiso con las tareas y problemas de la comunidad social?

    La discusin fue apasionada, como lo prueba la abundante literaturadel siglo XV en que se plantea la contraposicin entre la vida contemplativay la vida activa. Adems, la tradicin teolgica ya se haba pronunciado alrespecto. Para la escolstica medieval, el destino ltimo del hombre consisteen la contemplacin de Dios en el cielo y de la verdad en la Tierra. En elEvangelio (Lucas,10, 38 ss.) se dice que Mara (interpretada como smbolode la vida contemplativa) ha escogido una parte mejor que Marta (smbolode la vida activa). A esta tradicin opuso Salutati su filosofa voluntarista:

    el bien moral (la bondad) es superior al bien intelectual (la verdad) porque lavoluntad tiene para el ser humano primaca sobre la inteligencia; por tanto,

    1 Un verdadero programa de estudios conducentes al cultivo de las disciplinasde humanidad fue redactado por Leonardo Bruni, cfr. Dos textos renacentistas sobrelas humanidades, Revista Chilena de Humanidades, N 3, 1983, pp. 87-104.

  • 7/25/2019 Barcelo, Joaqun - Escritos Polticos Renacentistas

    4/36

    4 ESTUDIOS PBLICOS

    la vida activa en la sociedad poltica y civil es, independientemente de suvalor ltimo, ms humana que la contemplacin en el encierro del claustro o

    del gabinete del erudito; y, en consecuencia, las ciencias morales y socialesreivindican su superioridad en el mundo de los hombres sobre las cienciasde la naturaleza.

    Salutati no neg la mayor excelencia de la vida contemplativa en smisma, pero record que el hombre est destinado, por su misma condicinhistrica, a vivir en sociedad, sujeto a los vnculos de la familia, de la amis-tad y de la vida civil. Esta es la condicin humana irrenunciable, natural ypermanente. La perfeccin del hombre no puede hallarse en la soledad. El

    trato social y poltico no es necesariamente pura exterioridad, ni tampoco esincompatible con el apartamiento o recoleccin interior. No es exterioridadporque su perfeccin brota de la subjetividad humana. En ti reside lo queconfiere perfeccin a tu actuar. Se hace presente de este modo, en la pol-mica acerca de ambos tipos de vida, el factor del reconocimiento del carcterpersonal, individual y subjetivo de la existencia humana, reconocimientoque es peculiar de la cultura renacentista. Y puesto que la accin brota de lainterioridad apartada y solitaria del hombre, Salutati concluye que la distin-

    cin y contraposicin entre la vida activa y la vida contemplativa es pura-mente conceptual, pero no puede sostenerse en el nivel concreto de laexistencia humana con sus solicitaciones propias.

    La solucin de Salutati al problema de las formas de vida marcdefinitivamente el modo en que ste sera abordado en los sucesivo por loshumanistas italianos. Cristforo Landino, cuyas Disputas camaldulensesconstituyen el locus classicus para el tratamiento de esta cuestin en laItalia del siglo XV, defendi tambin la necesidad de conjugar y unir la vida

    activa con la vida contemplativa. Observ que las acciones acaban con lamuerte de los hombres que las realizan; en tanto que los pensamientos,venciendo el transcurso inexorable de los siglos, se hacen eternos; de all laexcelencia y dignidad de la contemplacin. No desconoci la importancia dela vida activa, pero sostuvo que sta debe fundarse en la especulacin, quela precede. En una clara alusin a la tesis ciceroniana, recogida y aceptadapor los humanistas italianos, segn la cual el origen de la sociedad civildebe buscarse en la fuerza persuasiva de la elocuencia, afirm que los

    sabios que, antes de la fundacin de las ciudades, reunieron por primera veza los mortales que vagaban dispersos por los campos y las selvas, y loseducaron despus de someterlos a las leyes, debieron necesariamente in-vestigar con diligencia, antes de acometer tal empresa, qu cosas habran deser tiles y mximamente apropiadas a la naturaleza humana. Como la fun-cin del sabio, que se entrega a la vida contemplativa, es el dar consejo, l

  • 7/25/2019 Barcelo, Joaqun - Escritos Polticos Renacentistas

    5/36

    JOAQUN BARCEL 5

    ser no slo til sino tambin indispensable para la conduccin de la vidapoltica, aun cuando l mismo no se ocupe de los hechos polticos contin-

    gentes. En una actitud tpicamente humanista, Landino hizo de su doctrinaun reflejo de su vida, y de ella una consecuencia de su doctrina, abrazandola actividad docente en perfecta consonancia con su posicin terica. En eldiscurso con que hizo entrega pblica de su comentario a la obra de Dante,declar lo siguiente:

    Pero es precepto de uno y otro filsofo (i.e., de Platn y de Arist-teles) y tambin, si se considera con sutileza, dado por Dios al

    primer hombre, que nadie viva en su repblica en ocio sooliento oen fra pereza, sino que cada cual marche con nimo ardiente ydisciplina por el camino que la naturaleza le seala, mediante lo cualprovea a sus necesidades y alcance pblicamente algn honor o utili-dad. Habiendo comprendido esto, ilustrsimos seores nuestros, de-seando no ser miembro del todo intil de este robusto y hermossi-mo cuerpo de la Repblica florentina, juzgu desde mis ms tiernosaos que deba ser obra aprobada por Dios y encomiada por loshombres si con toda industria me dedicaba a instruir en los estudiosde las buenas artes a vuestra juventud, ingenindome para educarla

    no slo en las letras sino tambin en las costumbres. Por lo cual hededicado ya veintisiete aos a este esfuerzo, estimando que hagocosa grata y placentera a mis conciudadanos, ya que sus hijos noaccedern al gobierno de la Repblica antes de haber sido ejercitadosen los estudios del bien decir y del bien hacer.

    Es claro, por los ejemplos aducidos, que los humanistas no fueronactivistas unilaterales y a fardo cerrado; pero ciertamente enfatizaron laimportancia de la accin para la existencia humana concreta y terrenal con

    una fuerza y una insistencia completamente desconocidas para la Edad Me-dia. Desde este punto de vista, fueron tpicos hombres de su tiempo; noolvidemos que ellos asistieron al florecimiento del comercio y a la aperturade nuevas rutas comerciales hacia el Oriente, al consiguiente aumento de laostentacin y del lujo, al surgimiento del capitalismo moderno, al descubri-miento de Amrica y al nacimiento de los Estados nacionales con su exigen-cia de un nuevo concepto de la libertad. No es extrao, entonces, queabunden en sus obras los motivos recogidos en parte en la presente selec-

    cin: por un lado, la libertad, la ley y la vida poltica (incluyendo los conse-jos a los gobernantes, cuyo exponente ms clebre es El prncipe, deMaquiavelo), el rechazo al encierro en el claustro (un ideal de la Edad Me-dia) para sustituirlo por la vida urbana como centro, hbitat o lugar natu-ral de la existencia del hombre; y, por el otro, el trabajo, la actividad comer-cial y la funcin social de la riqueza y del dinero, anticipaciones todas ellas

  • 7/25/2019 Barcelo, Joaqun - Escritos Polticos Renacentistas

    6/36

    6 ESTUDIOS PBLICOS

    de ideas desarrolladas con todo vigor por el pensamiento de los siglos XVIIy XVIII.

    Todo esto significa que los humanistas italianos del siglo XV deja-ron de considerar la existencia humana a la manera medieval, sub specieaeternitatis,esto es, vista contra el teln de fondo de lo eterno, para mirarlaa la moderna en su radical historicidad. El carcter histrico de lo humanosupone que las acciones de los hombres son individuales, nicas, irrepeti-bles, porque brotan del mutuo encuentro de personalidades dotadas derasgos propios y exclusivos con circunstancias externas siempre cambian-tes. La Edad Media, orientada por la aspiracin a hallar la verdad permanen-

    te, abstracta y universal, no logr fijar la vista de manera adecuada en lasrealidades particulares, concretas y contingentes que enfrentan a los sereshumanos individuales en cada instante de su existencia. Es por eso que lospensadores medievales no tuvieron sensibilidad para la historia con su in-cesante mutacin de circunstancias y escenarios; ellos perciban nicamen-te la naturaleza. La innovacin que en este respecto trajeron consigo loshumanistas italianos significaba una revolucin profunda en el modo depensar y los hbitos mentales de Occidente, y habra transformado radical-

    mente al pensamiento filosfico si no hubiera sido porque el racionalismodominante a partir del siglo XVII fue mucho ms tradicionalista y medieva-lizante de lo que l mismo crea.

    Naturalmente, los humanistas no crearon de la nada la nueva orienta-cin que dieron a su pensamiento. Ellos fueron los sucesores directos delos dictadoresmedievales, es decir, de los funcionarios pblicos encarga-dos de redactar los informes polticos, la correspondencia diplomtica y losdiscursos oficiales. Ejercieron, pues, cargos en la burocracia gubernamental

    de los Estados Italianos, que les brindaban amplio campo ocupacional debi-do a la pluralidad de principados y repblicas entonces existentes en lapennsula. Algunos de ellos ocuparon posiciones de alta importancia polti-ca. Todo esto contribua a interesarlos en las contingencias polticas, eco-nmicas, diplomticas y militares de su tiempo. De aqu que tales aspectosde la vida pblica no pudieron dejar de concitar su atencin.

    Tales circunstancias explican tambin el influjo decisivo que sobre elpensamiento y el lenguaje de los humanistas ejerci la retrica, cuyos gran-

    des maestros clsicos haban sido Cicern y Quintiliano. Pero y esto esmuy importante para lograr una adecuada comprensin de sus escritos elhumanismo no consider la retrica nicamente como un conjunto de reglaspara hablar y escribir bien, sino que le atribuy adems otra significacin: lade establecer un vnculo entre los principios generales abstractos queorientan a la vida humana y las situaciones particulares concretas en que

  • 7/25/2019 Barcelo, Joaqun - Escritos Polticos Renacentistas

    7/36

    JOAQUN BARCEL 7

    los hombres de hecho tienen que actuar. Para los humanistas, la teologa, lafilosofa y la ciencia, que son ellas mismas disciplinas universales cuyo

    terreno propio es el nivel de la abstraccin, no pueden tender el puente quepermita explicar lo particular en su contingencia. Establecer dicha conexines tarea de la retrica, es decir, de los oradores; stos podrn mostrar, atravs de sus discursos ante los tribunales o las asambleas, si una accinconcreta constituy o no un delito, o si un determinado proyecto de la leyfavorece o perjudica a los intereses del Estado. De esta manera, la retricalleg a sobrepasar la funcin de una mera preceptiva oratoria para adquirirla importancia de una herramienta de la razn prctica. Y, por ello mismo, las

    disciplinas cultivadas por los humanistas fueron las que mejor servan alcumplimiento de la tarea asignada a la retrica: el derecho, la tica o filosofamoral, la historia (que provee al orador de ejemplos concretos tomadosdel pretrito y que, por ser conocidos, todos pueden juzgar) y la ciencialiteraria, en especial la que concierne a la poesa (porque la poesa, en lainterpretacin humanstica, presenta las grandes verdades abstractas bajola forma de episodios particulares).

    Hay, pues, una gran distancia entre las concepciones de los huma-

    nistas del siglo XV y la mentalidad medieval. Para percibirla ms claramente,sea lcito comparar dos pasajes breves que representan fielmente las posi-ciones extremas. Ambos estn tomados de textos en que se entrelazan lohistrico y lo poltico y muestran las diferentes metodologas por sus auto-res. El primero, impregnado del espritu metafsico escolstico de la EdadMedia, pertenece al tratadoDe la monarquade Dante Alighieri y fue escri-to a comienzos del siglo XIV. Dice as:

    Ciertamente, puesto que toda verdad que no sea ella misma un prin-cipio se hace manifiesta desde la verdad de algn principio, en cual-quier investigacin es necesario conocer el principio del que se partepara poder fundamentar la certeza de todas las proposiciones que del se infieren. Y puesto que el presente tratado es una investigacin,antes que nada hay que examinar el principio del que dependen lasverdades inferiores () Aquello que constituye la finalidad univer-sal de la sociabilidad del gnero humano ser el principio en virtuddel cual se harn suficientemente manifiestas las cosas que ms abajodebemos demostrar.

    El mtodo de Alighieri consiste, pues, en la deduccin silogstica desus proposiciones polticas a partir de un principio que l busco en Arist-teles; un principio pensado, por consiguiente, sobre la base de la experien-cia de lapolisgriega y que resulta completamente abstracto si se le extrapo-

  • 7/25/2019 Barcelo, Joaqun - Escritos Polticos Renacentistas

    8/36

    8 ESTUDIOS PBLICOS

    la a las condiciones de los Estados y ciudades libres de la poca medieval.A l podemos oponer la declaracin metodolgica de un heredero de la

    reflexin humanstica, el historiador Francesco Guicciardini, quien escribien susRecuerdos Polticos y civiles:

    Es un gran error hablar de las cosas del mundo en forma indistinta yabsoluta, por decirlo as, de acuerdo con reglas; porque casi todasson distintas y excepcionales debido a la variedad de las circunstan-cias, las que no se dejan determinar con una misma medida. Estasdistinciones y caractersticas excepcionales no se hallan escrita enlos libros, y deben ser enseadas por el discernimiento.

    La diferencia entre ambos planteamientos es clara. Guicciardini ya nobusca su punto de partida en principios generales tericos sino en la pecu-liaridad de los hechos que se muestran nicos en su aqu y su ahoraconcretos. Es claro, sin embargo, que esta nueva postura metodolgicaexiga una revisin de las nociones tradicionales de la objetividad y la ver-dad. Ella haba sido intentada por Lorenzo Valla (1407-1457), furioso antia-ristotlico y tal vez el ms penetrante y profundo de los pensadores italia-

    nos del siglo XV. Para Valla, la verdad slo puede surgir de la bsqueda desolucin para algn problema que atae a la comunidad. Apoyndose enanlisis lingsticos de los cuales resulta que las cosas designadas por laspalabras se identifican con los significados de estas ltimas, concluy quela verdad es el conocimiento del asunto planteado o lo que es lo mismoel significado del discurso que se origina en dicho conocimiento. Frente a laconcepcin medieval, esta determinacin es irremisiblemente subjetivista;pero Valla confiere a este particular subjetivismo el carcter de objetividad

    al sostener que los significados son objetivos en s mismos en la medida enque representan experiencias personales autnticas y no se limitan a sermeras determinaciones abstractas de las cosas. Un significado es objetivocuando expresa el modo en que una realidad afecta a un individuo quepertenece a una comunidad con la cual comparte e intercambia experiencias.La objetividad no es, por consiguiente, un carcter impuesto al conocimien-to por la razn abstracta, sino una funcin de la vida de la sociedad. Demanera anloga, la verdad surge del consenso expresado por el discurso

    que efectivamente resuelve un problema planteado a la comunidad. En elpensamiento de Valla encontramos, pues, la fundamentacin filosfica delplanteamiento de Guicciardini, as como tambin de idea centrales del grancontemporneo de este ltimo Maquiavelo.

    A pesar de la audacia de su fundamentacin filosfica cuyo nomi-nalismo recuerda al de su gran contemporneo del norte, Nicols de Cusa

  • 7/25/2019 Barcelo, Joaqun - Escritos Polticos Renacentistas

    9/36

    JOAQUN BARCEL 9

    , Valla no lleg a plantear una teora verdaderamente moderna de la historia.Pero ello ocurri con Guicciardini; este ltimo no slo reconoci la impor-

    tancia de las circunstancias concretas, sino que extrajo de ella consecuen-cias de peso: la insuficiencia de la teora, de los principios generales y aun amenudo de los ejemplos histricos en materias polticas, jurdicas y milita-res; el rol decisivo de la experiencia poltica y la necesidad de ver y discernirbien bajo la superficie de las cosas; el carcter impredecible del futuro hist-rico; la importancia de los rasgos individuales de los agentes histricospara explicar los acontecimientos; los recursos extraordinarios que nacendel apremio de las circunstancias. Por consiguiente, las reflexiones que le

    inspir la situacin de su patria, Florencia, en que luchaban las tendenciasdespticas de los Mdicis y una tradicin republicana popular, estnllenas de matices y esfumaturas que hacen aparecer a la teora clsica de lasformas de gobierno, tomada en aquel tiempo de Aristteles y de Polibio,como ms bien pobre y rudimentaria.

    Una palabra respecto de la seleccin y traduccin de los textos. Enprimer trmino, dnde comenzar y dnde terminar? La seleccin pudo ha-

    berse iniciado con Petrarca o aun antes de l, con Albertino Mussato,as como tambin poda extenderse hasta Tommaso Campanella. Los crite-rios para seleccionar los textos fueron la importancia o novedad terica delos escritos y su circunscripcin aproximada al siglo XV. No se incluy aMaquiavelo, quien merece por s solo una seleccin especial. Tampoco seconsideraron textos polticos de carcter puramente retrico destinados aexaltar ciertas formas de gobierno o personajes influyentes en la poltica. Encuanto a las traducciones, hemos utilizado en un solo caso (debidamente

    indicado) una traduccin ajena, la que hemos corregido procurando hacerlams literal. Las indicaciones bibliogrficas han sido colocadas al pie de cadapasaje recogido.

    SELECCIN DE ESCRITOS

    Coluccio Salutati (1331-1406)

    Junto con Giovanni Boccaccio, Salutati contse entre los ms cle-bres discpulos de Petrarca y fue ciertamente el continuador directo de susesfuerzos por promover un desarrollo cultural en la lnea del espritu huma-nista. Fue la figura ms importante del Paraso de los Alberti, el primercrculo humanstico, que se reuna en el claustro de Santo Spirito en Floren-

  • 7/25/2019 Barcelo, Joaqun - Escritos Polticos Renacentistas

    10/36

    10 ESTUDIOS PBLICOS

    cia. A pesar de sus intereses literarios, histricos, filolgicos y filosficos,Salutati fue tambin un destacado poltico y hombre de accin. Cuando

    muri, ocupaba ya por 31 aos consecutivos el cargo de canciller de laSeora de Florencia, y Galeazzo Visconti, duque de Miln, confesaba quesus cartas oficiales le hacan ms dao que un ejrcito de mil caballerosflorentinos armados. Fue Salutati quien, desde el gobierno, llam a Florenciaa Manuel Chrysoloras, el erudito bizantino que inici en la Europa occiden-tal la enseanza del griego clsico, haciendo accesibles las fuentes helni-cas para el mundo latino.

    Vida activa y vida contemplativa

    Dios te hizo padre de muchos, y apoyo amigable de muchos enmuchas cosas. Tambin te concedi que pudieras actuar en tu patria ms delo que cualquiera otro puede ordinariamente hacerlo. Si abandonas todoesto, no te pedir cuentas Dios? Recibiste un talento; no lo entierres, es-furzate, trabaja, s un til servidor en aquello que se te ha confiado. Acaso

    Dios no quiere que te dediques a otra cosa ().No creas, Pellegrino, que huir de la multitud, evitar la visin de las

    cosas bellas, encerrarse en un claustro o aislarse en un desierto sea elcamino de la perfeccin. En ti est lo que da a tus actos el carcter de laperfeccin, lo que recibe interiormente aquello que no te toca ni puedetocarte si tu mente y tu alma permanecen en su interioridad y no andan enbusca de lo externo. Si no admites las cosas exteriores, la plaza, el foro, lacuria y los lugares ms frecuentados de la ciudad sern para ti un desierto,

    la ms remota y perfecta soledad. Si, en cambio, nuestra mente se vuelvehacia lo exterior debido al recuerdo de las cosas ausentes o al deleite de laspresentes, no veo para qu pueda servir la vida solitaria, ya que es propiodel alma pensar siempre en algo, sea que lo aprehenda por los sentidos oque se lo represente por la memoria o que lo construya con la fuerza delintelecto o que se lo imagine con el mpetu de los deseos ().

    Es claro que t, huyendo del mundo, podrs caer del cielo a laTierra, en tanto que yo, permaneciendo en la Tierra, podr elevar al cielo mi

    corazn. Si t provees, sirves y te preocupas de tu familia y de tus hijos, detus parientes y amigos, no menos que de tu patria, que los comprende atodos, no podrs no elevar tu corazn al cielo y no complacer a Dios. Yacaso le agrades ms ocupndote de estas cosas, porque no te limitarsnicamente a la contemplacin de la causa primera sino que te unirs a ella,que cuida de todos, cuidando en la medida de tus posibilidades de lo nece-

  • 7/25/2019 Barcelo, Joaqun - Escritos Polticos Renacentistas

    11/36

    JOAQUN BARCEL 11

    sario para tu familia, de lo grato para tus amigos y de lo saludable para tupatria.

    Se y no quiero discutir esto por ahora que es ms sublime yperfecta la vida de quienes contemplan aquel objeto divino que debemosamar por sobre todas las cosas (), pero la vida activa, de la que t huyes,debe ser seguida por ejercicio de la virtud y por necesidad del amor. Enefecto, como lo dijo Aristteles, filosofar es mejor que lucrar, pero no esmejor para quien carece de lo necesario. La vida contemplativa es mejor, loconfieso, pero no es elegible siempre ni por todos; la vida activa es inferior,pero a menudo debe ser preferida en la eleccin. Aquella pertenece a la

    voluntad, sta a la necesidad; y por no estar tan vinculada al ser que noconsidere tambin y se ocupe del bienestar, crees t que este camino yesta vida no tengan acceso al cielo? ().

    Ciertamente, por mucho que distingamos la vida contemplativa dela activa mediante las palabras y la razn, estn, empero, mezcladas; el queest comprometido con las cosas del mundo de tal manera que todo lo hacepor Dios, no puede carecer por completo de la contemplacin; ni tampocopuede el contemplativo despreocuparse de las cosas del mundo si ha de

    vivir como hombre (). Para concluir de una vez, aunque la contemplacinsea mejor, ms divina y ms sublime, debe ser combinada, sin embargo, conla accin y no hay que permanecer siempre en aquella cumbre de la especu-lacin. (Carta a Pellegrino Zambeccari, en Filosofi Italiani del Quatrocen-to,ed. E. Garin, Florencia, 1942, pp. 84-92.).

    Naturaleza y excelencia del derecho

    Puesto que el hombre es imagen de Dios, es necesario que lascosas humanas se asemejen a las divinas, pues as como el arte sigue e imitaa la naturaleza, tambin lo humano mira a lo divino. Y ya que de las cosashumanas algunas proceden de la naturaleza y otras de nuestros hallazgos,pero todas vienen de Dios, tiene que haber una ley divina, su huella en lanaturaleza y la promulgacin suya que llamamos ley humana. Porque siendotoda ley una cierta direccin, un dictamen y regla de la razn prctica, es

    preciso confesar que la ley divina las precede a todas, puesto que Diosgobierna y rige a todas las cosas y a los hombres mismos. Es necesario, enefecto, que todo cuanto es gobernado por otro est en relacin con quien logobierna, pues de otro modo la accin de ste no se le comunicara. Comotoda accin humana nace propiamente del libre arbitrio, que es la facultadde la voluntad y de la razn, y como el objeto de la voluntad es un fin y un

  • 7/25/2019 Barcelo, Joaqun - Escritos Polticos Renacentistas

    12/36

    12 ESTUDIOS PBLICOS

    bien, resulta que el hombre, en cuanto que es hombre, acta por un fin y unbien. Y como es preciso que todo cuanto procede de algn poder sea deter-

    minado por ese poder, el sentido de las leyes ser que la ley divina presiday gobierne sobre todas las cosas, y que la creatura sea dirigida y orientadapor el orden de esta ley para que se haga partcipe de ella y para que seincline por s misma hacia lo que ella contiene, con razn y libertad si, comoen el caso del hombre, es libre y partcipe de la razn. Dicha inclinacin es laley natural, que se halla tan enraizada en nuestros espritus que nuestrainteligencia, sea sta la especulativa o la prctica, de ninguna manera puededisentir de ella ().

    Aun cuando se llame ley humana, una ley verdadera tiene su origenen la naturaleza y no en su promulgacin por los hombres. En efecto, nopuede llamarse ley a cualquier resolucin humana si ella no concuerda conla ley natural, que es un vestigio de la divina. La ley divina imprime, enefecto, en los espritus humanos la ley natural, que es la razn comn denuestros actos y que, impresa en nuestros espritus, nos inclina hacia loque decreta aquella ley inmutable, divina y eterna () Aqu estn la fuente,el origen y el principio cierto de las leyes nuestras, y si alguna determina-

    cin se aparta de ellas, no debe ser tenida por ley humana sino por unapestilencia trtara. Aunque se haya escrito que lo que place al prncipetiene fuerza de ley, la ley no consiste () en el beneplcito de la voluntad;en ella debe haber esa altsima y suprema norma de la equidad a la cualtodas las leyes deben estar referidas. Por eso, cada vez que se estableceuna ley hay que elegir, despus de una consideracin diligente, lo que sevincula con dicho principio por el camino ms breve, ms recto y ms rpi-do; eleccin (electio)de la cual, como sostiene Cicern, toma su nombre la

    ley (lex). Ciertamente, lo que la ley divina contiene, la naturaleza lo recibecomo la cera al sello, y la ley hallada por los hombres lo prescribe al serpromulgada y lo promulga al prescribirlo. Es, por tanto, la ley humana unprecepto comn de la razn eterna y de la inclinacin natural, promulgadopor quien legtimamente est al cuidado de la comunidad; sus preceptosson, como lo dice el ptimo prncipe, vivir rectamente, no daar al otro ydar a cada cual lo suyo () No es tarea de las leyes obligar a ser virtuoso yapartar de los vicios nicamente por el miedo servil, aunque esto tambin es

    divino, sino distinguir lo justo de lo injusto, secundar a la naturaleza, casti-gar a los malvados, defender y proteger a los buenos, como lo ha definidoCicern. (De nobilitate legum et medicinae,ed. E. Garin, Florencia, 1947,cap. 3, pp. 12-20.).

    Las leyes presiden y rigen la vida misma que llamamos activa ymoral, porque sta concierne a las acciones humanas, y las leyes son una

  • 7/25/2019 Barcelo, Joaqun - Escritos Polticos Renacentistas

    13/36

    JOAQUN BARCEL 13

    norma comn de las acciones de los hombres. En el campo de la vida activano hay nada que no sea regido por la norma de la legalidad y de la ciencia

    jurdica, ya sea que se trate de acciones propiamente morales, que sonreguladas por las leyes y se someten a la legalidad, o bien de actividadesartsticas o industriales, cuya correcta ejecucin es mandada por la ley.Todo lo relativo a la honestidad y a la virtud se somete a la norma de larazn comn que hemos definido como ley. Las actividades propias de unarte son regidas por la naturaleza y los principios de ese arte, pero si entorno a ellas surge una controversia, no hay duda de que, aun si es poraccidente, quedan sometidas al juicio de las leyes; y no por ser propias del

    arte (esto slo es asunto del arte en cuestin), sino en razn de que sonhumanas y no deben ordenarse ni hacerse contrariamente a la norma de larazn moral ().

    El fin de toda especulacin es saber y su objeto es la verdad. El fin delas leyes es la direccin de las acciones humanas. Su objeto es, por tanto, elbien, pero no el bien como tal sino lo que es mucho ms divino el biencomn. Y no es el bien un sentido del ser mucho ms noble que la verdad? Noes el bien por el cual somos algo bueno, sino el bien por el cual llegamos a ser

    y nos hacemos buenos. El bien por el cual somos algo es un bien de lanaturaleza por el que no podemos ser ni reprendidos ni alabados con aquellaalabanza o reprensin que retribuyen a la virtud, sino slo con la alabanzadigna del que sobresale naturalmente; y como ste no es dado, dicha alabanzano es nuestra sino del que nos da el bien, as como tampoco es nuestra lareprensin si no nos ha sido dado, puesto que no est en poder de nuestravoluntad que se nos d (). Somos honrados con alabanzas por lo que hemoshecho bien, as como somos reprendidos si no hemos hecho lo que debemos

    (). Las deficiencias de nuestras acciones, que constituyen la deformidadmoral, dependen slo de nosotros. Estamos, pues, sujetos a la norma de la leyeterna que reside en nuestros espritus, de tal manera que cada vez quehacemos algo contrario a aquella ley, sin acatarla, la razn naturalmente insitaen nosotros nos increpa y nos reprende ().

    La razn y la regla de nuestras acciones, que es la ley, tiene comoobjeto el bien, y nadie negar que su norma, como lo hemos dicho, es msnoble que la norma de la verdad, puesto que un ente verdadero puede ser

    noble que la norma de la verdad, puesto que un ente verdadero puede sermalo por naturaleza o por su culpa. El bien que es objeto de las leyes, encambio, es tal que es ente y verdadero, bondad natural y moral, y hacebueno a quienquiera lo tenga. Puesto que con el bien se avanza ms all dela verdad, ya que lo verdadero por naturaleza puede coincidir con lo malopor propia culpa, y dado que el bien no puede hallarse sino en una naturale-

  • 7/25/2019 Barcelo, Joaqun - Escritos Polticos Renacentistas

    14/36

    14 ESTUDIOS PBLICOS

    za buena y nada puede ser moralmente bueno si no es naturalmente verda-dero, tiene que haber certeza de que el bien moral es un fin ms alto que la

    verdad. (Ibdem, cap. 5, pp. 28-34.)

    Consejos para el gobierno de una repblica

    Has comenzado ptimamente y hasta ahora has llevado a trminocon suma prudencia lo que era necesario; pero si an te queda algo porhacer, te esperan dificultades mayores de las que piensas para alcanzar la

    meta ltima. Slo los inexpertos ignoran cun arduo es gobernar un Estado,por pequeo que sea, dado que en todos hay muchas personas, diversosingenios y opiniones discordantes; y como la mayor parte desea inclinar laorientacin del gobierno de las ciudades para su propio beneficio, sloaprueba lo que estima til para s. Por este motivo, nunca o muy rara vez los

    jefes de un Estado resuelven algo que no encuentre ms detractores queapoyo. De este modo, el nimo del que empua el timn del gobierno nopuede abrigar menos dudas que el del navegante experimentado a quien se

    ha encomendado pilotear el barco cuando las olas y los vientos de todas lasregiones arrecian sobre l. Presa de la incertidumbre, est atento a los esco-llos, teme las rocas sumergidas, duda de surcar los bajos; si ofrece las velasa un viento, no confa de escapar a salvo de los que soplan en sentidocontrario; mientras los otros tripulantes estn ocupados en mil cosas, unosextrayendo agua de la sentina, otros tapando las rendijas, stos trepandopor los cables hasta lo alto de los mstiles, aquellos sujetando los remos,anudando cuerdas y realizando otras tareas con extrema agitacin, slo el

    timonel, aparentemente sereno, se inquieta en su interior comprendiendoque del tranquilo cumplimiento de su tarea depende la salvacin de la nave,de sus compaeros y la suya propia. Slo quien ignorara por completo elarte de la navegacin creera que l nada hace mientras que los dems seafanan con grandes esfuerzos. Tanto distara su juicio del de los expertosen el arte!

    As les ocurre a los principales de las ciudades, a quienes les co-rresponde dirigir la nave de la patria en medio de las variadas y confusas

    aspiraciones de los pueblos, con mucho esfuerzo, angustia y riesgos, y que,debido al prestigio de su autoridad, son vulgarmente tenidos por personasociosas y felices que alegremente disfrutan de los bienes pblicos. Y, porcierto, tambin lo juzgo felices y partcipes de los bienes de la repblica, yno creera que el vulgo se equivoca en esta opinin si l estuviera de acuer-do conmigo en cules deben ser considerados dichos bienes. Pero preten-

  • 7/25/2019 Barcelo, Joaqun - Escritos Polticos Renacentistas

    15/36

    JOAQUN BARCEL 15

    den que stos consistan en la expoliacin del erario pblico, en la ambicinde los magistrados, en la opresin de los dbiles, en la impunidad de los

    delitos y en la corrupcin de todo; yo pienso de modo completamente dis-tinto y no tengo a stos por bienes sino por delitos, por crmenes y por elmayor perjuicio que se puede causar a cualquier gobierno; no slo no hande desearse, sino que debe huirse de ellos por todos los medios, aunque lacorrupcin de las costumbres haga tenerlos por excelentes y propios delms alto poder ().

    Por eso te exhorto a ti y a los otros personajes insignes a mantenerfirmes las riendas del Estado para que no ocurra que, al prevalecer la prepo-

    tencia de los malvados, los malos ciudadanos abusen de los recursos de lapatria para dao tuyo y de los hombres buenos. Y si te agrada, como debeagradarte, pon toda tu esperanza en el pueblo de esta floreciente ciudadflorentina; concliatelo, pues quien lo considere bien lo juzgar sumamentedeseoso de la libertad propia y de la ajena. Esta es la ciudad, ste el puebloque detesta siempre la tirana interna y siempre est dispuesto a defendercon sus obras la libertad de las otras ciudades. Si el gobierno de Lucca hacealianza sincera con este pueblo, nada habr que haga temer por la conserva-

    cin de su libertad. De aqu saldrn, como de una ciudadela de la libertad,consejos confiables y maduros, subsidios de toda naturaleza, hombresatentos a su salvacin y a la de sus amigos, preparados para defender lalibertad de todos. Si prefieres ponderar estas cosas por nuestra utilidad, aesta ciudad le parecer tanto ms segura su libertad cuanto ms extensa-mente est rodeada de pueblos libres. Por ello, cada cual puede persuadirsefcilmente de que el pueblo florentino defender la libertad de cualquier otropueblo, porque as defender mejor la suya.

    Pero, para qu trato de persuadirte en esta carta de lo que ya teveo resuelto a hacer con todas tus fuerzas? S que ya lo has meditadolargamente y que, en lo que de ti depende, slo la muerte podra apartarte deeste santo propsito. Una sola cosa temera si no conociera tu cautela,perspicacia y aguda inteligencia: las sugerencias de los envidiosos, quie-nes, bajo la apariencia de meticulosidad, inventan falsedades, hablan encontra de las cosas hechas bien y honestamente, exageran las sospechas y,para no dar la impresin de estar poco atentos a la seguridad ajena, palide-

    cen y tiemblan con simulados pavores, asegurando que han pasado insom-nes y aterrorizados las noches dedicadas a maquinar sus fraudes. Esta clasede gentes, apartada de toda humanidad y que debera ser segregada delgnero humano, abunda entre los amigos simulados para poder hacer msdao y, aparentando afecto, suele engaar aun a los hombres ms astutos.Nos preocupamos por la salud de la patria y la preservacin de la libertad;

  • 7/25/2019 Barcelo, Joaqun - Escritos Polticos Renacentistas

    16/36

    16 ESTUDIOS PBLICOS

    tememos a lo que podra perjudicarlas, aun si ello es falso; y cuando vemosque esto puede ocurrir, aunque lo juzguemos slo aparente, optamos por

    tomar sensatas precauciones; entonces llegamos a odiar a quienes debera-mos amar y los toleramos de mala gana porque somos inducidos a temerlos.Aade que mientras ms puras sean nuestras intenciones, ms confiamosen quienes creemos amigos nuestros, por lo cual el que cae en sospechasrecibe con nimo contrario muchas cosas realizadas sinceramente, en cir-cunstancias de que si pudiera juzgarlas con libertad las considerara alta-mente amistosas. El que comienza a dudar de un amigo, fcilmente cae en ladesconfianza. Hay que evitar, por tanto, volvernos suspicaces en nuestro

    propio dao, de modo que, por ser excesivamente crdulos, nos hagamosde enemigos en lugar de amigos y debamos temer contrariedades en vez debeneficios. Resistamos, pues, y eliminemos de nuestra mente desde el co-mienzo a la sospecha, que disuelve toda alianza y sociedad (). Esta cartase transformara en un largusimo volumen si quisieras recordar a cuntoshombres y a cuntas ciudades y reinos han perdido las sospechas. Si quie-res consultar las historias y repasarlas en tu mente, hallars infinitos reyesque corrieron al precipicio por sospechas falsas o que se mancharon con la

    sangre inocente de ptimos hombres, y numerosas ciudades que, temerosasen exceso de quienes no deban temer, perdieron su libertad por ejercerla.No quiero, sin embargo, que t y los otros egregios ciudadanos os sintisdemasiado seguros y cerris los ojos ante las cosas que verdaderamentepueden hacer dao; ms bien quiero persuadiros de poner cuidado diligentey una diligencia cuidadosa en todo, para que, estando preparados paratodas las circunstancias, podis dejar a vuestros descendientes, con plenaconfianza en un pueblo que ama la libertad, una patria libre y floreciente.

    Una sola cosa no quisiera omitir, y es que, si bien es glorioso des-truir a los enemigos de la patria, ms glorioso an es preservar a los propiosconciudadanos; tanto ms cuanto que, porque todo gobierno, y especial-mente el popular, debe orientarse hacia la utilidad de los sbditos, el prop-sito de cualquier gobernante debe ser que los ciudadanos inocentes nosufran daos y que los culpables sean tratado con mansedumbre, peroconservando el rigor de la justicia para que la impunidad de los delitos noconstituya una incitacin a delinquir ().

    Para concluir de una vez, conduce a feliz trmino la obra que tanbien iniciaste para tu gloria y mayor gloria de tu patria; deja a tus descen-dientes y conciudadanos, gracias a tus esfuerzos y consejos, una patrialibre y feliz junto con tus obras y tu ejemplo; pero cuida de observa a losciudadanos para que no sean favorecidos los malvados ni regresen los queestn en el destierro, cuyo contagio podra corromper a todo el rebao y ser

  • 7/25/2019 Barcelo, Joaqun - Escritos Polticos Renacentistas

    17/36

    JOAQUN BARCEL 17

    nocivo para la patria. (Carta a Francesco Guinigi, ciudadano de Lucca, enIltrattato De tirano e lettere scelte,ed. F. Ercole, Bolonia, 1942, pp. 63-69.)

    Leonardo Bruni (1370-1444)

    Bruni fue discpulo de Salutati y continuador no tan slo de su obraintelectual sino tambin de la actividad poltica de su maestro. Como l,muri ocupando el cargo de canciller de la Seora florentina, que sirvi porespacio de 17 aos. Incansable traductor de Platn y de Aristteles, desa-

    rroll una nueva concepcin del arte de traducir que se apartaba por com-pleto de las prcticas medievales. Bruni fue un prolfico historiador, perocompuso tambin una obra de tica, dilogos sobre la relacin entre losantiguos y los modernos, y hasta un ensayo acerca de la constitucin de laRepblica florentina redactado en griego.

    Elogio de la ciencia poltica

    Entre los preceptos de la ciencia moral que forman y educan a lavida humana, tienen en cierto modo el lugar ms alto los que se refieren alos Estados, a su gobierno y su conservacin, puesto que una disciplina deesta naturaleza aspira a hacer felices a todos los hombres. Si es valioso darla felicidad a uno solo, cunto ms noble y magnfico no ser proporcionr-sela a toda la comunidad? El bien, en efecto, cuanto ms se propaga ydifunde, por tanto ms divino debe ser tenido. Y puesto que el hombre es

    un animal dbil que recibe de la sociedad civil la suficiencia y perfeccinque no posee por s mismo, no puede haber ninguna disciplina ms conve-niente para el hombre que aquella que entiende qu es un Estado y qu unarepblica, y que no ignora por qu medios se conserva o perece una socie-dad. A mi parecer, quien ignora estas cosas se ignora a la vez a s mismo ydesprecia un mandato de Dios sapientsimo. (Praemissio quaedam ad evi-dentiam novae translationis Politicorum Aristotelis,en Humanistisch-phi-losophische Schriften,ed. H. Baron, Leipzig-Berln, 1928, p. 73.)

    Poggio Bracciolini (1380-1459)

    Secretario de la Curia romana, descubridor de antiguos manuscritosen Alemania y Francia, estudioso de la literatura sagrada en Inglaterra, can-

  • 7/25/2019 Barcelo, Joaqun - Escritos Polticos Renacentistas

    18/36

    18 ESTUDIOS PBLICOS

    ciller de la Repblica florentina, historiador, controversista, denunciador dela hipocresa de las rdenes monsticas en su tiempo, Bracciolini fue un

    exponente tpico del espritu inquieto de los humanistas del siglo XV. En sudilogo sobreLa avaricia(publicado prudentemente despus de la muertedel Papa Martn V, porque muchos lo culpan del asunto en cuestin),tom partido en contra de San Bernardino de Siena, el reformador francisca-no que predicaba la austeridad y condenaba el lujo, y cuyas doctrinas sepopularizaban rpidamente por la Italia de aquella poca. El texto aqu reco-gido no pretende defender el vicio de la avaricia, sino que monta una crticaretrica a las definiciones que identifican la avaricia con el legtimo deseo de

    lucro.

    La funcin social y poltica del lucro

    Afirmaste en primer lugar que los avaros se llaman as por su exce-sivo de bronce, de oro y de plata; si as fuera, y si todos los que deseandinero hubieran de llamarse avaros, casi todos los hombres deberan ser

    llamados de este modo. En efecto, todas las iniciativas se emprenden pordinero, todos somos movidos por el deseo de lucro, y no pequeo; si stefuera suprimido, desapareceran todos los negocios y todas las empresas.Quin hara cosa alguna si no tuviera la esperanza de una utilidad? Mien-tras mayor se vea sta, con mayor inters emprenderemos los trabajos, por-que todos los deseamos y la perseguimos. Ya sea que pienses en la carreramilitar, en el comercio, en la agricultura, en las artes llamadas mercenarias oaun en las liberales, vers que a todas se antepone un gran deseo de dinero

    y que por l aceptamos las fatigas y dificultades () Piensa en las discipli-nas ms santas, como la filosofa o la teologa; es por amor al saber o poramor al lucro que se hace tanto esfuerzo por ensearlas? Y qu dir denuestros sacerdotes, cuyos intereses son manifiestos? Acaso desean,buscan y ambicionan otra cosa que hacerse ricos con poco esfuerzo bajo elmanto de la fe? Con cunta, no dir solicitud, sino importunidad y desver-genza piden lo que llaman beneficios, pero que a m me parecen ms bienmaleficios del alma, y esto slo por las riquezas, que cuanto ms opulentas

    sean, con tanto mayor empuje los vemos disputarlas! () Puedes recorrertodas y cada una de las actividades, tanto las que se realizan con el almacomo las que se hacen con el cuerpo, y en ellas no encontrars nada que noest lleno de enormes deseos de lucro. Todo lo que se intenta entre losmortales, todos los riesgos que se corren, tienen el propsito de obteneroro y plata, y no veo ninguna razn para reprobarlo. El dinero es til para la

  • 7/25/2019 Barcelo, Joaqun - Escritos Polticos Renacentistas

    19/36

    JOAQUN BARCEL 19

    comunidad y para el Estado, y Aristteles dice que su invencin fue nece-saria para el comercio y los intercambios entre los hombres. Si inculpas,

    pues, al apetito de dinero, tendrs que inculpar tambin a los otros deseosque la naturaleza misma nos ha dado, porque ser menos lcito desear oro yplata que bebida, alimentos y las dems cosas con que nos mantenemosvivos? Por naturaleza existe en todos los seres animados el apetito de con-servarse, en virtud del cual buscamos el alimento y lo concerniente al cuida-do y buena conservacin del cuerpo. Pero estas cosas, si hemos de hablaren serio, se obtienen con dinero; qu tiene de extrao, entonces, que lodesee, que busque bronce, oro y plata, sin los cuales no puedo procurrme-

    las? Si esto se llama ser avaro, la avaricia no es antinatural, como lo decaantes, sino que es impuesta e impresa en nosotros por la naturaleza misma

    junto con los otros deseos con que nacemos. Y lo que est en nosotros pornaturaleza no puede ser objeto de reprensin. Necesariamente debes conce-der que este apetito de dinero est en todos por naturaleza. Todos loshombres, cualesquiera sean su edad, su condicin, su posicin y su digni-dad, estn sujetos al deseo del oro, esto es, a la avaricia, y gozan del orocomo de una cosa propia y afn, () y no por otra causa sino porque la

    naturaleza los form y los educ para que supieran adquirir con dinero todoaquello que alimenta y favorece a nuestra vida ().

    San Agustn, hombre doctsimo entre los latinos, escribi en sulibro sobreEl libre albedro, de modo ms indulgente que t, que la avari-cia consiste en querer ms de lo necesario; si ello es as, confesemos quesomos avaros por naturaleza. Porque hay que admitir que lo que todosdesean nace de la naturaleza y depende de su influencia; y ciertamente nohallars a nadie que no quiera ms de lo necesario y que no desee que le

    sobre mucho. Luego, la avaricia es natural. Recorre, si quieres, toda la ciu-dad, las plazas, los barrios, los templos, y si alguien te dice que no deseanada ms que lo necesario y la naturaleza se contenta con poco, piensaque te encontraste con el ave fnix. Y no me opongas a estos rsticos ygroseros hipcritas y bufones que, con el pretexto de la religin, van de unlado a otro procurndose su comida sin trabajo ni sudor, predicndoles alos dems la pobreza y el desprecio de los bienes que ellos buscan enabundancia. No es con estos ociosos enmascarados, que sin hacer nada se

    alimentan de nuestro trabajo, que podremos fundar los Estados, sino conaquellos que se adaptan a la conservacin del gnero humano. Si cualquierade estos ltimos descuidara producir lo que excede a sus propias necesida-des, sera preciso, para no mencionar el resto, que todos nos furamos acultivar el campo. Si nadie hiciera ms de lo que necesitan l y su familia, seseguira una enorme confusin de todas las cosas, puesto que no querra-

  • 7/25/2019 Barcelo, Joaqun - Escritos Polticos Renacentistas

    20/36

    20 ESTUDIOS PBLICOS

    mos tener nada aparte de lo indispensable. Al pueblo se le privara del gocede las ms gratas virtudes, a saber, de la misericordia y de la caridad; nadie

    sera benefactor ni liberal. Qu dar a otros aquel a quien nada le sobra?De qu manera podr ser magnfico quien nicamente posee lo que bastaslo para l? Desaparecera toda grandeza de las ciudades, toda cultura yornato; no se edificaran templos ni monumentos, todas las artes se acaba-ran, nuestras vidas y las de los Estados se veran perturbadas si cada unose contentara con lo que le es necesario. Pero como ya sabemos que esteapetito ha sido y es comn a todas las edades, condiciones y pueblos, demanera tal que todos quieren y buscan ms de lo necesario para prevenir lo

    futuro y los cambios de la fortuna, y para ayudar a los amigos y compae-ros, quin pondr en duda que con semejante definicin todos deben serllamados avaros? Pero con tales avaros se hacen los villorrios, las aldeas ylas ciudades, y si t opinas que deben ser expulsados, aade que serpreciso evacuar y demoler todos los centros urbanos () Pero por qu merefiero a individuos? Las ciudades, las repblicas, las provincias, los reinos,qu otra cosa son, si bien lo piensas, que oficinas de avaricia pblica, quepor comn decisin se ejerce y se legitima con el consenso de todos? ().

    Si algunos son ms avaros que los dems y, por ello, ms codicio-sos, vosotros pensis que deben ser expulsados de las ciudades; yo, encambio, estimo que deberan ser atrados como oportuno apoyo para elsustento del pueblo. En efecto, abundan en dinero con que los enfermos ylos dbiles son socorridos, y muchos son auxiliados en sus necesidades, demodo que ayudan a los particulares y al Estado. Por lo cual, as como en lospueblos y Estados de buenas tradiciones se establecen graneros pblicospara distribuir gratuitamente el trigo, tambin sera conveniente que se esta-

    blecieran en ellos avaros que fuesen como graneros privados de dinero parasocorrer a todos; porque el dinero se administra privadamente. El dinero esnecesario, en efecto, como nervios que sostienen al Estado, y una abundan-cia de avaros debe ser considerada como su base y fundamento ().

    Eso que afirmaste, que los avaros olvidan la utilidad comn y sloatienden a su propio provecho, no es una costumbre de ellos sino prctica-mente de todo el mundo. Quines son los que buscan el bien pblico sinatender a su propia ganancia? Yo no he conocido a nadie hasta hoy que

    pueda hacerlo sin perjudicarse. Los filsofos hablan mucho de que la utilidadcomn debe ser preferida, pero sus afirmaciones son ms especiosas queverdaderas. La vida de los mortales no puede ser pesada con la balanza de lacomienzo mismo del mundo, que nos preocupemos ms de nuestras propiascosas que de las comunes, y esto todos tenemos que confesarlo, a menos queprefiramos las palabras grandilocuentes a las sensatas. Si imputas a la avaricia

  • 7/25/2019 Barcelo, Joaqun - Escritos Polticos Renacentistas

    21/36

    JOAQUN BARCEL 21

    que ella acarrea daos a muchos, ser necesario que odies tambin al comer-cio y a toda actividad lucrativa que acumula riquezas; nadie, en efecto, puede

    obtener una utilidad sin detrimento de alguien, porque lo que uno gana, otrolo pierde (). (Historia disceptativa de avaritia, en E. Garin, Prosatorilatini del Quatrocento,Miln-Npoles, 1952, pp. 260-274.)

    Cristforo Landino (1424-1498)

    Florentino, protegido por los Mdici, funcionario en diversos cargos

    pblicos, Landino es recordado principalmente por su determinacin de lasrelaciones existentes entre la vida activa y la vida contemplativa, que reflejacon fidelidad el espritu del humanismo frente a este problema. El textoreproducido a continuacin no expresa a cabalidad el pensamiento de Lan-dino, quien sostuvo que compete al hombre, juzgando rectamente el senti-do de ambas vidas, unirlas, entregndose a la accin en la medida en que lorequieran las necesidades de los mortales, los lazos de la sociedad humanay el amor a la patria, pero orientndose hacia la especulacin y recordando

    que para ella naci, excepto en lo que exige la debilidad humana. El pasajeque sigue, si bien expone unilateralmente slo un aspecto del problema, esrepresentativo, sin embargo, de la actitud abiertamente antiescolsticaadoptada por los humanistas en este respecto.

    Elogio de la vida activa

    Quin no ve que la naturaleza, nuestra ptima madre, nos ha hechopara celebrar consejos y asambleas y para mantener la comn sociedad? Perono habr manera de cumplir esta tarea si no constituimos Estados () Habi-tantes de una misma ciudad, rodeados por las mismas murallas, rechazandocon las mismas armas a nuestros enemigos, promulgando de comn acuerdoaquellas leyes que nos permitan vivir con justicia, luchar arduamente endefensa de nuestra dignidad y no exceder los lmites prescritos por la modera-cin, no debemos contribuir todos con todas nuestras fuerzas para que la

    vida civil est libre de todo delito y abrace todas las virtudes, sin que debatemer dolores o peligros y sin que sea corrompida por los placeres? Y sialguien, por el contrario, descuida esta tarea languideciendo en el ocio, noestar abandonando una obligacin que le ha sido impuesta por Dios?

    Para que se muestre ms clara que el sol la diferencia entre vuestroocioso contemplativo y nuestro ciudadano activo, supongamos que hemos

  • 7/25/2019 Barcelo, Joaqun - Escritos Polticos Renacentistas

    22/36

    22 ESTUDIOS PBLICOS

    construido una ciudad magnficamente dotada de edificios pblicos y priva-dos, sagrados y profanos, y que hay en ella un hombre sumamente sabio

    deseoso de poblarla con habitantes que la enriquezcan en todo. Puesto queen un cuerpo animado no hay parte alguna que no sirva al conjunto, ste,sentado a la puerta de la ciudad, no admitir como futuro ciudadano de ellaa ninguno de los que deseen incorporarse sin haberlo examinado diligente-mente y sin haber establecido en qu podra servirla cada uno gracias a suexperiencia o su saber. Algunos dirn que son sabios legisladores; otros,consejeros prudentes; otros, hbiles oradores o jueces justos. Habr quie-nes profesarn la medicina, quienes prometan interpretar las ambigedades

    del derecho civil y quienes se ofrecern para la milicia. Habr arquitectos,escultores, pintores, forjadores del hierro y talladores de la madera. Y pues-to que adems de estas artes, que se ejercen con la habilidad y el ingenio yque son dignas de un hombre libre, se requiere adems de una multitud deoficios inventados para vivir no slo bien sino con seguridad y comodidad,se ofrecern tambin mercaderes comerciantes en plata, quienes, exportan-do mercaderas propias e importando otras extranjeras, enriquecern al pue-blo proporcionndole toda clase de cosas. Habr quienes hagan vestidos

    con variadas lanas y quienes los tian de diversos colores cuando ya estnhechos, para que se les pueda usar no tan slo para defenderse del fro ydel calor sino tambin como ornamentos y signos de la propia dignidad.Habr adems esos mercenarios ms humildes a quienes remuneramos suesfuerzo ms que su habilidad, as como tambin tejedores, bataneros, tala-barteros, costureros, zapateros y muchos otros de esta clase. Y para nodescender al mercado, no hablo de los vendedores de aceite y de pescadosahumados, de los panaderos, cocineros, remendones, carniceros y pescado-

    res, a quienes el Gnatn de Terencio se jactaba de haber ayudado en labuena y la mala fortuna.Despus de haber admirado el ingenio y el arte de quienes enumer

    al comienzo, y reconociendo la necesidad del trabajo y esfuerzo de losltimos, ste, de cuyo arbitrio depende dotar a la ciudad, los admitir atodos y los exhortar a continuar con diligencia en las tareas que declara-ron. Pero si entre ellos se encuentra este vuestro sabio ocioso y negligenteque, siempre solo y retirado en su biblioteca, nunca sale ni se junta con

    nadie, a nadie saluda y no se entrega a ninguna de las actividades pblicaso privadas, qu funcin se le asignar en el Estado, o qu ejemplo dar lpara la vida humana? Dnde se le ubicar, hacia qu se le orientar? Ha-br alguien que piense que debe ser contado en el nmero de los hombres?Ciertamente no lo habr, sino que todos lo repudiarn como a un perezosozngano que se acerca a la miel ajena.

  • 7/25/2019 Barcelo, Joaqun - Escritos Polticos Renacentistas

    23/36

    JOAQUN BARCEL 23

    Vivo en la quietud, dir, y a travs del ocio investigo las fuerzas dea naturaleza y aspiro a hallar la verdad en todas las cosas.

    Podrs ser feliz, pero cuida de que no parezcas haber olvidado tupropia naturaleza, ya que slo te ocupas de ti mismo y no tomas en cuenta alos dems. Pero permteme preguntarte lo que deseo saber. Si con este nimote embarcaras en una flota que navega al encuentro del enemigo, y en ella note instalaras al timn como piloto ni tampoco como remero, si no corrieras porel puente ordenando lo que debe hacerse para regular las antenas y las velas,si no obedecieras al capitn y no estuvieras adiestrado para luchar contra losenemigos, sino que slo aportaras tu peso inerte y, sin hacer nada, ocuparas

    el lugar en que otro podra ser til; si te embarcaras, digo, con el propsito deno ayudar ni con tu trabajo ni con tu consejo, no crees que los responsablesdel barco te consideraran un intil digno de ser botado al mar, y que acaso, sifueran un tanto severos, efectivamente lo haran? O crees que un Estadotenga menos necesidad de sus ciudadanos que una nave, cuando siempre ypor todos lados lo amenazan peligros graves y constantes, cuando permanen-temente es asediado por las armas o las intrigas de la ambicin y avaricia delos pueblos y de los prncipes, o es agitado por la sedicin de las facciones de

    ciudadanos? Quin ignora que un Estado se asemeja a un ser vivo, en el quecada miembro realiza su funcin de manera completamente armnica? () Silos pies se negaran a transportar la masa del cuerpo, si los ojos rehusaran veraquello que importa a la salud del todo, si las narices descuidaran percibir losolores, si el gusto no discriminara entre lo salubre y lo insalubre, de qu modose conducira al ser viviente y cunto tiempo podra sobrevivir? Pero aadealgo ms grave an. Si los que se dedican a la especulacin abandonan losasuntos polticos, siendo ellos quienes superan a los dems en prudencia e

    ingenio, necesariamente se seguir un perjuicio para el Estado, puesto que, nocontando con los ms sabios, quedar en poder de los menos prudentes ()Quien mucho puede ayudar con su presencia, hace gran dao cuando estausente; lo mismo ocurre en los asuntos pblicos, porque si los que sobresa-len entre los dems por su ingenio y prudencia abandonan su gobierno, porfuerza tendrn que ser administrados por los menos capaces, con grave dao.

    Pero, insistir nuestro investigador, al especular sobre la naturalezade las cosas y consigo descubrir lo concerniente a la salvacin de los

    hombres, por qu razones hay que constituir Estados, con qu leyes debenregirse, cmo han de ser los prncipes, a quines hay que entregar las ma-gistraturas, con qu honores se debe honrar a los buenos.

    A un hombre as lo admiro por ser feliz y lo alabo por acumular talestesoros. Pero cuando advierto que los mantiene escondidos y no veo queconviertan tan grandes riquezas en libertad para los dems, lo comparo con

  • 7/25/2019 Barcelo, Joaqun - Escritos Polticos Renacentistas

    24/36

    24 ESTUDIOS PBLICOS

    un hombre riqusimo que oculta su fortuna y la esconde bajo tierra sin quele sirva a l ni a otros. Es como si alguien tuviera un cuerpo muy robusto y

    veloz, pero no participara en ninguna carrera ni competencia. Porque, porDios inmortal, de qu sirve poseer una medicina si no se la pone al serviciode la salud de los dems? ().

    Lee, te ruego, las constituciones de los diversos Estados; siemprevers que los mayores premios y los ms grandes honores se han estableci-do para los activos, no para los ociosos () Y esto, por qu? Para que seentienda que los prncipes ms sabios y ms justos, que dotaron a susEstados de instituciones y leyes ptimas, amaron ms a los hombres obe-

    dientes a la naturaleza que no yerra. Y para que se entienda cunta verdadhay en ello, esos mismos que antepusieron las letras ociosas a las accionesciviles buscaron para sus escritos la alabanza de los emperadores con msfrecuencia que la de los filsofos; porque, si bien los deleitaba el conoci-miento de las grandes cosas, que siempre, como es justo, he tenido por elmayor, de todos modos se vieron obligados por la voz de la naturaleza, a laque todos debemos obedecer, a hacer lo contrario de lo que decan en susdisputas de que tanto se jactaban.

    Pero veo que me demoro ms de lo necesario en un asunto clarsi-mo, sobre todo porque puede ser demostrado mediante un solo precepto deAquel que nos cre de la nada y que nos devolvi la vida despus de quepor nuestra temeridad habamos incurrido en la muerte. No es un preceptodel sumo Dios que se ame al prjimo como a s mismo? Y qu es msprximo que la patria misma? No veo de qu manera se la podr amar como as mismo si no es reconducindola cuando equivoca el camino, dndole unrecto consejo en las cosas dudosas cuando lo pide, asistindola cuando lo

    necesita en medio de la turbacin y los peligros. Ella requiere del ciudadanoque ejerza las magistraturas con prudencia y justicia, requiere del general ydel soldado. De qu modo se la amar como es debido si no se la ayudaasiduamente, soportando con nimo equitativo todos los esfuerzos y lospeligros ms extremos, y enfrentando intrpidamente la muerte si las cir-cunstancias lo exigen? Mas para qu seguir? Todos los filsofos afirmanque hemos nacido para la vida social y comn, y que no debe ser llamadohombre el que no es ciudadano y no se ocupa de la patria en que ha

    nacido. (Disputationes camaldulenses,I, ed. P. Lohe, Florencia, 1980, pp.26-35.)

  • 7/25/2019 Barcelo, Joaqun - Escritos Polticos Renacentistas

    25/36

    JOAQUN BARCEL 25

    Alamanno Rinuccini (1426-1499)

    Descendiente de una noble familia florentina, Rinuccini tuvo antepa-sados muy activos en el gobierno y en el comercio de la ciudad. Participcon distincin en la vida poltica de Florencia, pero se retir casi del todo delas actividades pblicas a partir de 1476, debido a que, en su concepto,Lorenzo de Mdicis, el Magnfico, haba acabado con la libertad poltica dela Repblica. A partir de esta poca se dedic a promover las letras y lacultura; fund en su casa una academia en la que se reunan los ms cons-picuos literatos, y desde un cargo oficial se ocupaba de seleccionar profe-

    sores, adquirir libros y dirigir las escuelas de estudios superiores de Floren-cia y de Pisa. Los pasajes de Rinuccini seleccionados aqu pertenecen a sudilogoDe libertate,del cual la primera edicin existente es la publicada enSantiago de Chile por F. Adorno bajo el ttuloDefensa de la libertad(1952),con traduccin de Adolfo Gmez Lasa; utilizamos esta versin, pero intro-duciendo en ella algunas modificaciones que nos parecieron necesarias.

    Definicin de la libertad

    Aliteo: () Conservar el orden y la enseanza de Platn, quienordena definir en primer lugar el objeto de que se discute para que quedebien explicado de qu se trata. Excusadme si en el intento de expresar conexactitud la naturaleza de la cosa hago uso exagerado de las palabras. Casino se encuentra definicin que sea absoluta y perfecta hecha slo a partirdel gnero y de la diferencia especfica, como dicen los filsofos, y ellos

    aseguran que esto proviene de la falta y carencia de trminos, pues son msnumerosas las cosas que sus nombres; las confusiones de sentido tambinlo atestiguan. Estimo, por consiguiente, que no es absurdo definir la libertadcomo un cierto poder independiente de vivir en la medida en que no loprohben las leyes o las costumbres de un Estado.

    Microtoxo:Cierto. Mas de ninguna manera has hecho uso de mu-chas palabras, como pensaba, Aliteo, para circunscribir la esencia de estepoder. Sin embargo, puesto que procedemos no tanto conforme a la agude-

    za y brevedad de los dialcticos como a la amplitud de los oradores, desea-ra que explicaras esto ms rica y detalladamente.Aliteo:Con gusto, siempre que no desagrade a Eleuterio.Eleuterio:Nada ms alegre y deseable poda sucederme que escu-

    char algo acerca del problema que suele angustiarme vehementemente cadavez que lo medito, porque veo cmo los seres humanos olvidan y desesti-

  • 7/25/2019 Barcelo, Joaqun - Escritos Polticos Renacentistas

    26/36

    26 ESTUDIOS PBLICOS

    man este preciado don de Dios; sobre todo que el amor y el deseo de lalibertad fueron puestos por la naturaleza no slo en los hombres, sino tam-

    bin en los animales, los cuales prefieren arrastrar penurias de alimentos ycualesquiera inconvenientes a ser tenidos en cadenas y servidumbre contoda clase de regalos. Pero basta, pues veo a Aliteo preparado para disertar.

    Aliteo:Osteis la determinacin del sentido de la libertad comprimi-da hasta donde pude, a la que no me parece absurdo colocar bajo el gnerode poder o potencia, cuando quien se dice libre puede hacer uso o no deella a su arbitrio. Nada obliga al que es libre, salvo la ignorancia o unaperversa eleccin, a vivir una existencia servil. Tal hacen quienes, atados al

    apetito, a la avaricia o a cualquier otro vicio, por voluntad propia no usan desu libertad (). Con el fin de no describir cada gnero de vicios, que fuer-zan a la servidumbre a los que someten, har mencin de la vieja sentenciaestoica, que afirma no menos adornada que verdaderamente slo el sabio eslibre. nicamente los sabios, extinguidas las perturbaciones del espritu,segn afirman los estoicos (amortiguadas, segn los peripatticos), se diri-gen voluntaria y gustosamente a dondequiera que la razn los llama, vivena su arbitrio quieta y pacficamente, carecen de toda pugna y desgarramien-

    to del alma, y como sus sentidos, su razn y todas las potencias de suespritu tienden hacia lo mismo, lo mismo apetecen y realizan. De dondetoman su origen no slo la libertad sino tambin esa felicidad tan alabada einvestigada por los filsofos, a la que de modo ptimo denomin el que lallam euthyma, esto es, buena y, a lo que me parece, serena y tranquiladisposicin del espritu. Quien la posee, puede vivir verdaderamente librecomo quiera; por ello no es grande la distancia entre la libertad y la felici-dad. Puesto que expuse suficientemente por qu defin la libertad como un

    cierto poder, consideremos ahora lo que resta, a no ser que vosotros no loestimis as.Microtoxo:Con suficiente claridad mostraste que es un cierto po-

    der. Pero sera conveniente preguntarte si acaso este poder est en noso-tros por naturaleza, por eleccin o de algn otro modo; porque de las capa-cidades, algunas las tenemos por naturaleza, como las facultades del alma,ya sean las sensitivas o las vegetativas o las de la razn y el intelecto, perootras las adquirimos por la dedicacin y el ejercicio, como las de correr,

    danzar o luchar.Aliteo:Tu pregunta es importante, Microtoxo. Yo considero estepode como una cierta facultad cuyo comienzo, al igual que el de otroshbitos y afectos, dio la naturaleza a los espritus bien constituidos, peroque se perfecciona mediante el estudio de las buenas artes y la recta educa-cin. De aqu que, por ser un cierto apetito, estime su origen muy semejante

  • 7/25/2019 Barcelo, Joaqun - Escritos Polticos Renacentistas

    27/36

    JOAQUN BARCEL 27

    al de las pasiones, como el amor, el odio, la ira u otras tales, a las cualespropendemos o nos resistimos por naturaleza. No negar que hay quienes

    estn mejor o peor dispuestos para la libertad, lo que tambin consta queacontece con las dems pasiones.

    Eleuterio: Optima y verdaderamente has afirmado esto, Aliteo,pues veo que los ms, seducidos por alguna despreciable utilidad, se some-ten a hombres abyectsimos, mientras algunos ni con premios ni con amena-zas se dejan atemorizar al extremo de que se comporten como inferioresfrente a sus iguales. Por consiguiente, podemos asegurar con fundamentoque la libertad es parte de la fortaleza. Bien lo comprendi Cicern en su

    libroDe los deberes,cuando, refirindose a la fortaleza, escribi: Un espri-tu adecuadamente formado por la naturaleza no acepta obedecer a nadiesino a aquel que manda justa y legtimamente por causa de la utilidad co-mn ().

    Aliteo:() Llamamos a la libertad poder de vivir, pero quisiera queentendieseis por vivir no otra cosa que actuar y realizar. No considero eneste caso la vida al modo en que en cierto lugar lo hizo Aristteles, cuandoafirm que el vivir es el ser de los que viven, pues semejante vida compete

    no slo a los animales sino tambin a las plantas, hierbas y a todo lo que, enltimo trmino, tiene un alma vegetativa. Yo denomino vida a aquello queconsiste en la accin y que se atribuye solamente a los animales, y de stosen especial al hombre, el vivir de los cuales, dijo el filsofo, es una ciertaaccin. Por lo tanto, hay que entender dicho poder como si dijese un poderde actuar u obrar. Y no en vano, creo, agregamos que es un poder indepen-diente de vivir, esto es, de ejecutar lo que la recta razn propone no cons-treido por ninguna causa o respecto. Nadie tendr por libre al que en el

    senado, en una concentracin del pueblo o en cualquier otro juicio, portemor, ambicin u otro motivo, no se atreva a expresar o hacer lo que pien-sa. De lo que se deduce que, conforme a lo que antes declar, no absurda-mente se dir que la libertad forma parte de la fortaleza, ya que tanto el librecomo el fuerte se muestran en el atreverse. Se alaba al fuerte que supera conla razn los ms grandes peligros; el libre brilla en el hablar y discutir. Lacondicin de noble y superior espritu de uno y otro se expresa en que niceden a los peligros ni se asustan con las amenazas. Cuando los ciudada-

    nos exponen sin disimulos lo que creen ser ptimo para el bien de la repbli-ca, se procura a los Estados libres la mayor utilidad. Por todas estas cir-cunstancias me parece correcto llamar independiente a este poder de vivir,si vosotros no alegis algo en contra ().

    No me parece privado de la libertad el que es constreido a acatarlas leyes de su Estado, sino que, por el contrario, la suma libertad es justa-

  • 7/25/2019 Barcelo, Joaqun - Escritos Polticos Renacentistas

    28/36

    28 ESTUDIOS PBLICOS

    mente someterse a ellas, como dijo Cicern, pues las obedecemos para serlibres, y hay muchas cosas en la vida que, no siendo permitidas, no nos

    arrebatan la libertad. No creo que carezca de libertad aquel a quien no le eslcito golpear impunemente a un ciudadano, o apoderarse con violencia debienes ajenos, o violar a la mujer de otro. Las leyes de los Estados bienconstituidos prohben con gravsimas penas cometer estas acciones. Hay,en cambio, muchas cosas que las leyes no prohben, pero que no estnpermitidas por las costumbres ni por la urbanidad, cuando no por el pudorde hacer el loco; y esto disminuye la libertad. Nunca tendr por menos libreal que no le es posible, si quiere ser considerado sensato, transitar en pbli-

    co, mientras vive en Florencia, con botas y capa de viaje; mas no se repren-de esto a los viajeros. Tampoco sufre la costumbre que un varn respetabledance o cante en la plaza, aunque ninguna ley lo veda. El que, temeroso dela infamia, se abstiene de proceder as, no menoscaba en modo alguno sulibertad () De libertate,I, ed. F. Adorno, Santiago de Chile, 1952, pp.124-141).

    Las consecuencias de la prdida de la libertad poltica

    Microtoxo:() Quisiera que continuaras aclarando por qu nues-tras costumbres se apartan de aquella libertad que definiste. Confo, por lodems, que ser muy difcil probarlo.

    Aliteo:Me obligis, ptimos varones, a lo que no es slo difcil dedecir sino tambin de molesto recuerdo, que no puedo jams mencionar sinlgrimas. Me avergenzo de haber nacido en esta ciudad y en estos tiem-

    pos, cuando contemplo cmo el pueblo que antao domin gran parte de laEtruria y de las provincias limtrofes es hoy llevado de ac para all por loscaprichos de un solo adolescente; un pueblo donde tan elevadas personas,preclaras por su ingenio, por su edad y su prudencia, oprimidas por el yugode la servidumbre, apenas alcanzan a reconocer que han engendrado para smismas la esclavitud, no osan vindicarse y aun, lo que es peor, son forzadasa combatir a los que procuran precisamente esto.

    No dudo en afirmar que las costumbres en nuestra poca se han

    apartado tanto de las virtudes de nuestros mayores, que si ellos reviviesennegaran ser nosotros oriundos de su estirpe. Ellos fundaron, mantuvierony acrecentaron esta repblica con excelentes costumbres, santsimas leyes einstituciones ajustadas al bien vivir. Quin no confesar que las antiguasleyes de nuestro Estado igualaron, por no decir superaron, las institucionesde Licurgo, Soln, Numa y todos aquellos legisladores, creadas para la

  • 7/25/2019 Barcelo, Joaqun - Escritos Polticos Renacentistas

    29/36

    JOAQUN BARCEL 29

    libertad del pueblo? El curso de los acontecimientos lo demuestra. Pues entanto la ciudad vivi obediente a sus leyes, resplandeci gloriosamente en

    la Etruria, engrandecida con riquezas, dignidad y mando, y fue un conspi-cuo ejemplo de poder y de bien vivir. Al presente, en cambio, veo a esasmismas leyes despreciadas por todos y envilecidas, ya que la ambicin deunos pocos ciudadanos deshonestos ocupa su lugar.

    Decidme, quin ignora que la igualdad de los ciudadanos es elprincipal fundamento de la libertad? Por su intermedio se logra que los ricosno opriman a los desvalidos, ni a su vez violenten stos a aquellos, y quecada cual conserve lo suyo seguro contra los ultrajes de otro. Juzgad voso-

    tros mismos en qu forma conservamos nosotros esto.A qu hablar de los juicios comerciales? Cuanto un Estado libre

    procura mantenerse incorrupto, se trata entre nosotros de un modo cuyarelacin avergenza. No puedo recordar sin gran dolor que nadie se atreve acontradecir con su palabra o con su voto a quienes por lo general hacenfalsas denuncias contra los poderosos, de modo que tengo por un bien dela fortuna, y no de los menores, poder evitar la necesidad de un pleito por lapropia honestidad. Y, no obstante, alguna vez fue tal la gloria de Florencia

    en este sentido, que desde las ms lejanas tierras se dirigan a ella paradilucidar una disputa.

    Hoy los litigios se resuelven en largusimos plazos, con mximaambicin y abundante corrupcin por parte de lo adinerados, y, en fin,quien se granjea el favor de la sentencia no es el que prevalece en derechosino en poder. Unos se lamentan expulsados de sus posesiones ancestra-les, otros arrancados de las de sus padres y abuelos, y los ms despojadosde sus fortunas y riquezas por la fuerza y la injuria.

    Necesito comparar la antigua licencia de hablar en el senado o enla asamblea del pueblo con la actual taciturnidad? En ese entonces brillabanla agudeza del ingenio de cada uno de los ciudadanos, su facundia en elhablar y la magnitud de su amor por la patria; entonces varones gravesdisputaban tan libremente en pro y en contra de las iniciativas propuestas,que resultaba fcil hallar la verdad en cada una de ellas. Por eso raramentese cometa una equivocacin en las decisiones, y lo que una vez haba sidodecretado no era mudado en lo contrario de inmediato debido al arrepenti-

    miento. Al presente nuestros Catones atraen apenas a poqusimos al plan-teamiento de los ms importantes asuntos, y a menudo los vemos decretarlo que al da siguiente, aconsejados tal vez por otros, resuelven que ha dehacerse de manera completamente distinta. As se priva a nuestro Estado deaquella utilidad o beneficio que pertenece a las repblicas libres, segn diceAristteles, a saber, de constituir un cuerpo nico que tiene muchas cabe-

  • 7/25/2019 Barcelo, Joaqun - Escritos Polticos Renacentistas

    30/36

    30 ESTUDIOS PBLICOS

    zas, manos y pies; porque es lo mismo no poseer que poseyendo no quererusar.

    Ahora, por cierta arrogancia suya y por la pereza de los restantesciudadanos, unos pocos audaces usurpan para s solos lo que es comn atodos, se procede de acuerdo con su ciego capricho y ambicin, y ya ape-nas queda autoridad alguna en los consejos o en el pueblo. Aquella precla-ra voz del pregonero, que se sola or en las asambleas y tan alabada fue porDemstenes, que daba autorizacin, por orden del magistrado, para expresarsu opinin a quienes lo deseaban, enmudece hoy casi siempre; y si algunavez resuena, a fin de mantener la costumbre, todos comprenden que es un

    sonido inane, pues nadie osa por temor aconsejar o hablar abiertamente.Quin ignora cun til es en los Estados el poder de castigar a los

    facinerosos? El miedo a los juicios y los castigos aparta del crimen a loshombres malvados, a quienes ningn pudor, ningn amor a la virtud o a lahonestidad cohbe en sus desmanes. Suprimid los primero y no habr mal-dad, por atroz y cruel que sea, que detenga el descaro de los perversos, yaque la impunidad de los delitos ser tenida por una licencia para delinquir.Qu recelan hoy los malvados? Si la largueza de dones o el poder de los

    ciudadanos perversos, de quienes se constituyen en clientes, otorgan tute-la e indemnidad a los peores crmenes, a qu no se atreven? Los desterra-dos y los condenados a la pena capital no dudan en pasearse por la ciudady ante los ojos de todo el mundo, no por autorizacin de algn magistradosino que confiados en la venia de un ciudadano particular; los condenadosa presidio perpetuo por decreto de los Ocho Varones son sacados de lascrceles por el deseo de un hombre, o ms bien de un tirano.

    A qu quejarse de las elecciones? Sabemos que en los Estados

    libres se suele nombrar a los magistrados por medio de sorteos y que estose estima ms de acuerdo con la libertad y la justicia, ya que todos los queayudan a la repblica con el pago de sus tributos se hacen as partcipes desus bienes y utilidades. Nosotros, al revs, llenamos los diferentes cargosque poseen dignidad o utilidad no por la suerte, sino por eleccin; y noelegimos a los hombres buenos, que sobresalen por su sabidura o nobleza,sino a los satlites de los poderosos o a los ministros de su apetitos yvoluptuosidades, y a cuantos pueden servirles humildemente y sin escr-

    pulos. Con lo que viene a ser mnima o nula la autoridad de las magistratu-ras, puesto que los mejores y aquellos a quienes corresponda ejercerlas,conmovidos por una cierta libre indignacin, se abstienen de los cargospblicos y con ello suministran a los pocos deshonestos mayor oportuni-dad de vejar y desgarrar la repblica ().

    Qu ms denigrante que lo ocurrido en los ltimos aos, cuando la

  • 7/25/2019 Barcelo, Joaqun - Escritos Polticos Renacentistas

    31/36

    JOAQUN BARCEL 31

    paz reinaba en toda Italia pero las fuerzas de nuestros conciudadanos, conla salvedad de unos pocos, han sido agotadas con el pago asiduo de tribu-

    tos? Y todo ello, con el pretexto de una innecesaria compra de trigo ocualquiera otra vacua razn, para saciar los deseos desatados de un solohombre. Nadie debe admirarse de dnde proceda el dinero para pagar a unmismo tiempo tantas construcciones rsticas y urbanas, tantos caballos yperros, tantas aves, tantos comediantes, tantas multitudes de aduladores yparsitos. Algunos meses han bastado para desmentir esa simulada osten-tacin de riquezas y para que l confiese no poder pagar a sus acreedores;antes crey, empero, que extorsionando a conocidos y desconocidos, esa

    misma fortuna lo acompaara siempre y que podra usar de los bienes aje-nos, pblicos y privados, como de cosa propia. (Ibdem, pp. 142-153.)

    Giovanni Pico della Mirndola (1463-1494)

    Pico della Mirndola, Conde de Concordia, fue uno de los ms cle-bres representantes del segundo humanismo, es decir, del que fue influi-

    do principalmente por las doctrinas neoplatnicas. Conocedor del griego,del rabe, del hebreo y del caldeo (para no mencionar el latn, que era enaquella poca la lengua de la cultura en Occidente), se esforz por estable-cer una conciliacin entre las filosofas platnica y aristotlica, y en mate-rias religiosas intent demostrar que en el cristianismo convergen tradicio-nes rabes, peripatticas, platnicas, pitagricas, caldeas, hermticas ycabalsticas. Su discurso sobre La dignidad del hombre, del cual hemostomado el pasaje reproducido a continuacin, constitua originalmente el

    premio a 900 Conclusioneso tesis que Pico quiso discutir en Roma en 1487;pero la Curia pontificia hall las proposiciones sospechosas de hereja y eldebate fue suspendido. Muy joven, despus de renunciar a sus bienes y asu principado, el Conde de Concordia muri vistiendo el hbito dominicano.

    El hombre es libre por naturaleza

    Ya el Padre supremo, Dios arquitecto, haba construido esta man-sin del mundo visible, templo augusto de su divinidad, de acuerdo con lasleyes de la arcana sabidura. Haba embellecido con inteligencias la reginsupracelestial, haba animado con almas eternas los globos etreos, haballenado con toda suerte de animales las partes viles y torpes del mundoinferior. Concluida la tarea, dese el artfice que hubiese alguien que consi-

  • 7/25/2019 Barcelo, Joaqun - Escritos Polticos Renacentistas

    32/36

    32 ESTUDIOS PBLICOS

    derara el sentido de tan grande obra, que amara su belleza y admirara sumagnitud. Por lo cual, habiendo completado ya el resto, como lo atestiguan

    Moiss y el Timeo, pens finalmente en crear al hombre. Pero ya no queda-ba entre los arquetipos ninguno para configurar a la nueva creatura, nitesoro alguno que pudiera dejarse como herencia a este nuevo hijo, ni lugardel mundo donde pudiera instalarse este contemplador del universo. Todoestaba lleno; todo haba sido distribuido ya entre los rdenes superiores,medios e inferiores. Mas no era propio del poder paterno fracasar ante sultima creacin; ni de su sabidura vacilar carente de consejo en algo tannecesario; ni de su benfico amor, que quien haba de alabar la generosidad

    divina en los otros seres se viera obligado a condenarla en s mismo. Deter-min entonces el ptimo artfice que a aquel a quien nada propio poda dar,le fuera comn todo cuanto perteneca en particular a los dems. Hizo, portanto, al hombre como obra de figura indefinida y, ponindolo en el centrodel mundo, le habl as:

    No te he dado, Adn, un lugar fijo, ni un rostro propio, ni donalguno que sea nicamente tuyo, para que tengas y poseas por tu deseo ypor tu juicio el lugar, el rostro y los dones que t elijas. Una naturaleza

    predeterminada constrie a las restantes creaturas dentro de leyes prescri-tas por m. T, a quien no constrie ninguna limitacin, la definirs para timismo por medio de tu arbitrio, en cuyo poder te he puesto. Te he colocadoen el medio del mundo para que puedas contemplar mejor cuanto hay en l.No te he hecho celestial ni terreno, mortal ni inmortal, con el fin de que,como libre y digno pintor y escultor de ti mismo, te des la forma que prefie-ras. Podrs rebajarte hasta el nivel de los seres inferiores, que son los ani-males brutos; o podrs exaltarte hasta la altura de las cosas superiores

    divinas de acuerdo con el dictado de tu espritu (De hominis dignitate,ed.E. Garin, Florencia, 1942, pp. 104-106.)

    Francesco Guicciardini (1483-1540)

    Descendiente de una distinguida familia florentina, abogado, Guic-ciardini fue nombrado en 1511 embajador de Florencia ante el rey Fernando

    el Catlico; ms tarde se desempe como gobernador de Estados de laiglesia, donde conoci las satisfacciones y la frustraciones de la autoridadpoltica. Fue sumamente importante su obra como historiador (Historias

    florentinas, Historia de Italia), no menos que sus escritos tericos. El pa-saje seleccionado pertenece alDilogo sobre el gobierno de Florencia;lospersonajes que en l intervienen son Piero Guicciardini, padre de Frances-

  • 7/25/2019 Barcelo, Joaqun - Escritos Polticos Renacentistas

    33/36

    JOAQUN BARCEL 33

    co; Piero Capponi y Pagolantonio Soderini, florentinos distinguidos oposi-tores a los Mdicis, y Bernardo del Nero, un antiguo colaborador de los

    Mdicis, pero muy respetado por su honestidad y prudencia, quien fueradecapitado por el partido popular en 1497.

    Insuficiencias de la teora poltica frente a las situaciones histricasconcretas

    Bernardo:() Pero para no alargar nuestra conversacin ms de lo

    necesario, no quiero convenceros con otras armas que con las mismasvuestras. No dicen vuestros filsofos si mecer Marsilio Ficino,2 conquien alguna vez he hablado de esto, me ha dicho la verdad que, siendotres las clases de gobierno de uno, de pocos y de muchos, el mejor esel de uno, el mediocre el de pocos y el menos bueno el de muchos? No veo,entonces, cmo os arreglaris con vuestros libros, puesto que, apartndoosdel gobierno ms encomiado por ellos, elegs el menos alabado ().

    Soderini:La respuesta debe d