banquete nodos y redes

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  • 1. nodos y redesOrganizanColaboranasociacinculturalbanquete_

2. Sociedad Estatal para la Accin CulturalFundacin La Laboral.Responsable de Servicios GeneralesExterior de Espaa, SEACEXCentro de Arte y Creacin Industrial Ana I. MenndezPresidentaPrincipado de Asturias Asistente rea de Servicios GeneralesCharo Otegui Pascual Luca AriasPresidenteDirectora General Vicente lvarez Areces Responsable tcnicoM Isabel Serrano SnchezGustavo ValeraConsejera de Cultura y TurismoProyectos Mercedes lvarez Soporte tcnicoPilar Gmez GutirrezDavid MornViceconsejero de Cultura y TurismoGerente Jorge Fernndez Len Responsable de Programas EducativosPilar Gonzlez Sarabia Mnica BelloComunicacin y Relaciones Institucionales Patronato de la Fundacin La Laboral.Centro de Arte y Creacin Industrial Gabinete de PrensaAlicia Piquer Sancho Pepa Telenti AlvargonzlezPresidentaExposicionesMercedes lvarez,Beln Bartolom Francia en representacin del Principado de Asturias Fundacin TelefnicaArte ContemporneoVicepresidente primero PatronatoMarta Rincn AreitioJorge Fernndez Len,en representacin del Principado de Asturias PresidenteEconmico-Financiero Csar Alierta IzuelJulio Andrs GonzaloVicepresidencia segundaNicanor Fernndez lvarez, VicepresidenteJurdicoen representacin de HC EnergaJavier Nadal ArioAdriana Moscoso del Prado HernndezVocales Patronos PatronosMercedes lvarez Luis Abril PrezZKM | Center for Art and Media KarlsruheJuan Cueto AlasJos Mara lvarez PalleteAgustn Tom Fernndez, Guillermo Ansaldo LutzZKM Presidente y Consejero Delegado en representacin del Principado de Asturias Santiago Fernndez ValbuenaPeter Weibel Matthew KeyMinisterio de CulturaAyuntamiento de GijnJulio Linares LpezDirector GeneralAutoridad Portuaria de Gijn Calixto Ros PrezChristiane RiedelCaja de Ahorros de AsturiasFrancisco de Bergia GonzlezTelefnica Francisco Javier de Paz ManchoAdministracin Iaki Urdangarn LiebaertBoris KirchnerMiembro Corporativo EstratgicoLuis Lada DazJefe de ZKM | Museo de Arte Contemporneo Alcoa SecretarioGregor JansenMiembros Corporativos AsociadosRamiro Snchez de Lern Garca-OviesBibliotecaConstructora San JosDragados VicesecretariaPetra Zimmermann, Christiane Minter,Regina Strasser-GndigDuro FelgueraMara Luz Medrano ArangurenFCCMediateca SedesDirector GeneralClaudia Gehrig, Hartmut Jrg, Andreas BrehmerFrancisco Serrano MartnezSecretarioArea de difusinJos Pedreira Menndez Director de Proyectos de Arte y CulturaJanine Burger, Banu Beyer, Carolin Knebel, Santiago Muoz BastideMarianne Spencer, Henrike PleggeLABoral Centro de Arte y Creacin IndustrialMarketingBarbara Schierl, Stephanie Hock DirectoraRosina Gmez-Baeza TinturRelaciones pblicasFriederike Walter, Evelyne Astner Coordinadora GeneralLuca Garca RodrguezSocios de ZKMLBBW, EnBWComisaria AsistenteAna Botella Dez del CorralPatrocinador principal de ZKMStadt Karlsruhe, Land Baden-Wrttemberg Asistente rea de ExposicionesPatricia Villanueva 3. banquete_nodos y redes nace con el fin de explorar y dinamizar interacciones entre arte, cien-cia, tecnologa y sociedad. Concebido y desarrollado por Karin Ohlenschlger y Luis Rico, esteproyecto nos propone sondear los territorios fronterizos de la emergente creacin digital es-paola, en un dilogo con la ciencia y la sociedad que, a su vez, contribuya a la generacin deflujos de transferencia cultural y tecnolgica desde y hacia Espaa. banquete_nodos y redes aborda el concepto de red como un patrn organizativo que atraviesanuestra realidad a todos los niveles. Desde el tejido neuronal hasta las dinmicas sociales contem-porneas, desde las interacciones bacterianas hasta las autopistas digitales de la informacin.Distintos estratos de una misma sociedad red que experimenta constantes cambios tecnocien-tficos, sociales y culturales, y en la que estamos inmersos activamente. Desde esta nueva formade organizacin compartida, se plantea un entorno abierto al dilogo, para reflexionar acerca dela sociedad global. En el actual contexto de convergencia tecnolgica, en el que cada vez ms nos adentramos, esimprescindible que las instituciones y organizaciones dedicadas a la cultura, apuesten y colaborenen la generacin de ideas innovadoras. Esta bsqueda de nuevas estrategias y lneas de actuacin,nos impulsa a explorar y procesar la complejidad interconectada de las sociedades contempo-rneas. Se hace, por tanto, necesario buscar nuevos caminos transdisciplinares que propicien lasinergia arte, ciencia, tecnologa y sociedad, en aras de consolidar nuevas formas de trabajo, decreacin e investigacin, de formacin y difusin. A travs de esta iniciativa, las organizaciones promotoras de este proyecto la SociedadEstatal para la Accin Cultural Exterior de Espaa, LABoral Centro de Arte y Creacin Industrial, elZentrum fr Kunst und Medientechnologie de Karlsruhe y la Fundacin Telefnica, quieren contri-buir a la vertebracin de redes y dinmicas de produccin y difusin cultural, capaces de articularlas creaciones e investigaciones artsticas y tecnocientficas en un mismo proceso de innovacinque dinamice la cultura de I+D+i. Por todo ello, es una gran satisfaccin presentar de forma conjunta este proyecto, que reney relaciona el trabajo de 30 artistas y colectivos con las contribuciones de otros tantos cientficos,tecnlogos, filsofos y otros pensadores y productores de conocimiento, abarcando una gran di-versidad de prcticas creativas. En su conjunto ofrece un estimulante recorrido por el panoramade la cultura digital espaola actual.Mercedes lvarez, Consejera de Cultura y Turismo del Principado de AsturiasPeter Weibel, Presidente y Consejero Delegado del ZKMCharo Otegui, Presidenta de la Sociedad Estatal para la Accin Cultural Exterior de Espaa, SEACEX 4. Interacciones protena-protena y protena-adn 5. 013De la neurona a la sociedad red 104 Daniel Canogar Karin Ohlenschlger, Luis Rico106 Marina Nez019Nodos y redes 110 Evru Karin Ohlenschlger 114 Marcell Antnez031Simbiognesis, innovacin y redes INFO_SOCIO_COGNO culturales. Hacia una visin ecofisiolgica de la generacin 119 Redes y dueos del conocimiento y transferencia de conocimiento Ernesto Garca Camarero Luis Rico 131 Paseo por los terrenos del arteINFO_NANO_BIO_SOCIO y de la ciencia actualesCapi Corrales Rodrigez049Atrapados en la red: nanomundo, vida, sociedad138 Cultura en red, cultura de red: Carlos Briones, Susanna Manrubia, dinmicas emergentes y economa Jos ngel Martn-Gagopoltica Pau Alsina058Comunicacin cuntica: entrelazamiento y percolacin 142 Redes de informacin en la evolucin Antonio Acn, Juan Ignacio Cirac, de la complejidad social Maciej LewensteinPedro C. Marijun 060Propuesta de investigacin sobre 150 Infotecnologa: nuevas formas sociales, coevolucin noometamorfosis y noomorfosis digital Alfonso ValenciaFernando Sez Vacas 065lvaro Castro 157 Marta de Gonzalo,068Pablo Armesto Publio Prez Prieto070Raquel Paricio, 162 Dora Garca J. Manuel Moreno164 Concha Jerez, Jos Iges074Jos Manuel Berenguer 166 Aetherbits076Laboratorio de Luz170 Francisco Ruiz de Infante174 Eugenio Ampudia 079 Redes, el principio vital ngela Delgado,180 Redes: formas de construccin Diego Rasskin-Gutmansimblica y socialSantiago Eraso, Jorge Luis Marzo,085Cajal y los circuitos neuronalesArturo Rodrguez, Natxo Rodrguez Javier DeFelipe201 La dimensin crtica de las prcticas 097 gueda Sim artsticas en el sistema web 2.0102Ricardo IglesiasJuan Martn Prada 6. 206 Sobre la red (algunos pensamientos 293 Ciencia, redes y arte: plstica y ecologasueltos) Ramon FolchJos Luis Brea 299 La arquitectura de la naturaleza: 210 Generacin red: el poder del nosotroscomplejidad y fragilidad en redes Imma Tubella ecolgicas Jos M. Montoya, Miguel . Rodrguez, 215 Redes de usuarios y conocimiento libre Ricard Sol Javier Echeverra 308 Cambio climtico. Sostenibilidad en red222 Platoniq Jos Mara Baldasano228 Neokinok tv310 La organizacin a gran escala de 232 Pedro Ortuo redes de reacciones qumicas en 234 Antoni Abadastrofsica238 Daniel Garca AndjarAndreea Munteanu, Ricard Sol242 Joan Leandre318 Alfredo ColungaINFO_SOCIO_URBAN322 Knic Thtr326 Daniel Canogar251 SocipolisVicente Guallart 330 Joan Fontcuberta 254 Las redes de la sostenibilidad urbana: 337 Internet, una nueva imago mundi?hacia un modelo de ciudad del lvaro Bermejo entrevista a Juanconocimiento Aranzadi, Agustn Fernndez Mallo, Salvador Rueda Ramn Guardans, Vicente Verd y Remedios Zafra260 (Metagrafas)QUIDACIN TOTAL351 BiografasLa palabra, el tiempo y los hombresJos Antonio Milln362 Fichas tcnicas266 Hackitectura.net272 Clara Boj, Diego Daz276 Escoitar280 INfluenzaINFO_SOCIO_ECO285 Mercados financieros y creacinde dinero en la ciberesferascar Carpintero, Jos Manuel Naredo 7. De la neurona a la sociedad redKarin Ohlenschlger, Luis RicoLa presente publicacin constituye la tercera parte de la triloga del proyecto banquete_, que ex-plora las relaciones entre los procesos biolgicos, sociales, tecnolgicos y culturales. Al igual queen las ediciones anteriores, rene a destacados artistas, arquitectos, bilogos, ingenieros, filso-fos, economistas, neurocientficos y socilogos para reflexionar acerca de las dinmicas, patronesy procesos que rigen los flujos tangibles e intangibles de materia, energa e informacin. Nuestroobjetivo es propiciar la interaccin de ciencias y humanidades, para cuestionar un modelo im-perante de pensamiento antropocntrico, lineal y dicotmico cuyas consecuencias polticas,sociales, econmicas, culturales y ecolgicas apelan a un inaplazable cambio de sensibilidad, demirada y de comportamiento. Desde esta perspectiva proponemos un recorrido por las conexionesentre el arte, la ciencia y otras formas de produccin de conocimiento realizadas recientementeen el Estado espaol. Invitamos a transitar por espacios fronterizos sin cartografas preesta-blecidas que se definen a partir de las interacciones de los elementos que los constituyen. Dehecho, banquete_ surge a partir de una red de conversaciones entre creadores e investigadores dediversos campos y disciplinas que, desde principios de los aos noventa, rastrea el binomio arte-vida a la luz de los avances tecnocientficos y en relacin con los lenguajes emergentes vinculadosa la creacin contempornea. Si con la primera edicin, de 2003, el proyecto banquete_ indagabaen las correspondencias entre las formas de vida y las formas de comunicacin, explorando ana-logas entre el metabolismo y la comunicacin entendidos como procesos de transformacin demateria, energa e informacin, y en 2005, en su segunda edicin, enfatizaba el carcter evoluti-vo de ambos procesos, en esta tercera y ltima edicin profundiza en las estructuras reticularessubyacentes.Desde que Santiago Ramn y Cajal descubriera el carcter abierto y evolutivo de la estructuray funcionamiento de las redes neuronales, hasta las teoras de Manuel Castells sobre la sociedadred, el tiempo apenas ha avanzado un siglo. No obstante, en este perodo la sociedad ha expe-rimentado una de sus mayores aceleraciones en todos los rdenes. Nuestra vertiginosa trans-formacin tecnocientfica, social y cultural ha configurado un nuevo paradigma basado tanto enla complejidad de las mltiples realidades en las que operamos simultneamente, como en laconexin entre procesos y acontecimientos que se consideraban autnomos, incompatibles o sim-plemente incomprensibles.Este nuevo escenario remite a la estructura de una red de redes, entendida como nuestro msacabado instrumento de interpretacin y comprensin de la diversidad y complejidad de la ex-periencia contempornea. Si a finales del siglo xix el propio cerebro fue capaz de observarse a smismo contemplando, por primera vez, sus neuronas y sus redes nerviosas en un ejercicio de re-flexividad sin precedentes, es ahora, en este umbral del siglo xxi, cuando la sociedad global afrontala necesidad de pensarse y de construirse a s misma desde este nuevo paradigma. La realidadabsorbente de la red influye en nuestros modos de pensar y de actuar. De hecho, ya no somos losmismos desde que sabemos que estamos interconectados en todos los rdenes de la actividadhumana. Toda pretensin autrquica en el mbito del conocimiento o de la creacin, as como las 13 8. identidades culturales cerradas, se ven progresivamente caducadas por este nuevo espacio detrnsito y fluidez, cuya permeabilidad constituye en s misma un nuevo modo de entender y cons-truir la realidad. A travs de la red, las identidades son cada vez ms abiertas, la creacin es msque nunca una forma de comunicacin, y en todo ello se intuyen nuevas lecturas de la condicinhumana. Del mismo modo en que las neuronas operan como nodos de la red nerviosa, la sociedad glo-bal interacta como un tejido anlogo. Insomne e hiperconectada, la red jams deja de vibrary de interpelarnos. Sus respuestas siempre constituyen un pensamiento on-line. Un texto que seescribe mientras se proyecta sobre todos nosotros, un relato que crece y se bifurca infinitamentecomo los jardines y las bibliotecas de Borges. Nadie conoce la forma ni los lmites de este labe-rinto viviente, pero, desde los individuos a los Estados, todos sabemos que actuamos dentro de lcomo generadores de flujos de energa e informacin y, en el mejor de los casos, como productoresy transmisores de conocimiento. En un giro copernicano sin precedentes, hemos transitado delhumano-para-s que propona Sartre al humano nodo que definen los tericos de la red. Y as,del mismo modo que por todas nuestras clulas circula un mismo caudal de informacin, nuestrasconexiones sociales y culturales participan de un relato universal del que somos agentes activosen todo momento. Ya no caben relatos aislados en esta gora donde el arte, la filosofa, la literaturay la ciencia dialogan constantemente, ya no solo consigo mismas y para s, sino entre s y paratodos. Ser ciudadano hoy implica formar parte de un sistema altamente dinmico y cambiantepor el que transitan incesantemente flujos inmensos de energa, materia e informacin. Explorarnuestro mundo vuelve a ser una aventura, donde el perfil de un tejido neuronal, tal como lo dibujCajal, ha crecido hasta constituirse en el paradigma de Internet. banquete_nodos y redes nace desde la exigencia terica y prctica de investigar las nuevascondiciones de la sociedad red y del espacio de flujos que definen el mundo globalizado del sigloxxi. En este contexto, el modelo hasta ahora imperante en la produccin cultural, basado en uncentro hegemnico y en ejes incuestionables, da paso a una nueva estructura de mltiples nodosy redes cambiantes y evolutivas. Esta estructura se caracteriza por un constante flujo de informa-cin, as como por la conexin y el dilogo dentro de una red donde cada punto configura un nodo,una mirada, un relato. Hablamos, en suma, de un nuevo sistema de produccin y difusin culturalmulticntrico y dinmico en el que las ideas y los conceptos, como los sujetos, entidades einstituciones, son todos ellos agentes y catalizadores de un proceso emergente de transformacinsocial y cultural. La publicacin se estructura en cuatro partes, cuyos contenidos conforman los nodos de unared no necesariamente ligada a una lectura lineal. Estas cuatro hebras enfatizan el carcter sis-tmico y transdisciplinar de la propuesta aprovechando una de las caractersticas clave de la red:su propiedad de ser un patrn libre de escala. As, la primera parte, titulada Info_nano_bio_so-cio, muestra cmo el patrn de la red conecta y atraviesa diferentes escalas y contextos espacio-temporales, tal y como se expone en el ensayo Atrapados en la red: nanomundo, vida, sociedad,realizado conjuntamente por los investigadores Carlos Briones, Susanna Manrubia y Jos ngelMartn-Gago. Sus reflexiones transitan desde las escalas nanomtricas de la vida hasta sus di-mensiones sociales y culturales. Antonio Acn, Juan Ignacio Cirac y Maciej Lewenstein aportan acontinuacin una descripcin del innovador campo de la comunicacin cuntica, en el que in-vestigan los procesos de percolacin y entrelazamiento. Por su parte, Alfonso Valencia realizauna Propuesta de investigacin sobre coevolucin. Este primer captulo de la primera parte est14 9. relacionado con los proyectos de lvaro Castro, Pablo Armesto, Raquel Paricio y J. Manuel Moreno,Jos Manuel Berenguer y Laboratorio de Luz. Contina esta primera parte con el dilogo Redes,el principio vital entre ngela Delgado y Diego Rasskin-Gutman, y el ensayo de Javier DeFelipetitulado Cajal y los circuitos neuronales, que da pie a un recorrido por la obras de gueda Sim,Ricardo Iglesias, Daniel Canogar, Marina Nez, Evru y Marcell Antnez. La segunda parte, Info_socio_cogno, relaciona las dimensiones informacionales, cogniti-vas, sociales y culturales que definen el paradigma emergente de la sociedad en red. Comienzacon los ensayos Redes y dueos del conocimiento de Ernesto Garca Camarero y Un paseopor los terrenos del arte y de la ciencia actuales de Capi Corrales. Pau Alsina aborda la cues-tin de la Cultura en red, cultura de red: dinmicas emergentes y economa poltica, Pedro C.Marijun se refiere a las Redes de informacin en la evolucin de la complejidad social y Fer-nando Sez Vacas trata la cuestin de la Infotecnologa: nuevas formas sociales, noometamor-fosis y noomorfosis digital. Se abre un recorrido por las obras de los artistas Marta de Gonzaloy Publio Prez Prieto, Dora Garca, Concha Jerez y Jos Iges, Aetherbits, Francisco Ruiz de Infantey Eugenio Ampudia. Concluye esta segunda parte con una seleccin de contenidos del blog titu-lado Redes: formas de construccin simblica y social, desarrollado durante cuatro meses porSantiago Eraso, Jorge Luis Marzo, Arturo Rodrguez y Natxo Rodrguez, y los ensayos La dimensincrtica de las prcticas artsticas en el sistema web 2.0 de Juan Martn Prada, un extracto del tex-to Sobre la red (algunos pensamientos sueltos) de Jos Luis Brea, Generacin red: el poder delnosotros de Imma Tubella, y Redes de usuarios y conocimiento libre de Javier Echeverra. Losartistas y colectivos relacionados con el cierre de esta segunda parte son Platoniq, Neokinok TV,Pedro Ortuo, Antoni Abad, Daniel Garca Andjar/Technologies to the People y Joan Leandre. La tercera parte, Info_socio_urban, indaga en la dimensin urbana como un contexto catali-zador de interacciones entre procesos sociales, informacionales y culturales. Rene y relaciona elproyecto Socipolis de Vicente Guallart y el texto Las redes de la sostenibilidad urbana: haciaun modelo de ciudad del conocimiento de Salvador Rueda con los proyectos (Metagrafas) QUI-DACIN TOTAL. La palabra, el tiempo, y los hombres de Jos Antonio Milln y los textos y obras deHackitectura.net, Clara Boj y Diego Daz, Escoitar e Influenza. La cuarta parte, Info_socio_eco, apunta hacia las redes de ecosistemas y las escalas pla-netarias a las que el cambio global nos confronta, as como a sus implicaciones socioculturales,econmicas y ecolgicas. scar Carpintero y Jos Manuel Naredo abordan la cuestin de los Mer-cados financieros y creacin de dinero en la ciberesfera. Ramon Folch trata las relaciones entreCiencia, redes y arte: plstica y ecologa. Jos Manuel Montoya, Miguel . Rodrguez y RicardSol indagan en La arquitectura de la naturaleza: complejidad y fragilidad en redes ecolgicas.Se contina con una reflexin de Jos Mara Baldasano sobre el Cambio climtico y sostenibili-dad en red. Andreea Munteanu y Ricard Sol se refieren a La organizacin a gran escala de redesde reacciones qumicas en astrofsica. Los artistas cuyas obras exploran similares conceptos ycontextos son Alfredo Colunga, Knic Thtr, Daniel Canogar y Joan Fontcuberta. Concluimos con la entrevista colectiva titulada Internet, una nueva imago mundi?, plantea-da por lvaro Bermejo y contestada por Juan Aranzadi, Agustn Fernndez Mallo, Ramon Guardans,Vicente Verd y Remedios Zafra. La convergencia tecnolgica favorece la investigacin transdisciplinar de las interacciones en-tre sistemas vivos y sistemas artificiales para el diseo de nuevos dispositivos que permitan ex-pandir o mejorar las capacidades cognitivas y comunicativas. La incorporacin de las humanidades 15 10. y las ciencias sociales, y muy especialmente las actuales y ms innovadoras prcticas artsticascuyos contornos son cada vez ms borrosos por su capacidad de hibridacin con otros campos ydisciplinas, pueden desempear un importante papel dinamizador de estas interacciones y pro-cesos creativos transversales. A su vez, las emergentes prcticas artsticas pueden aportar unafuncin simblica, comunicativa y socializadora, adems de un sentido y accin crticos y partici-pativos, fundamentales para comprender y metabolizar colectivamente los vertiginosos procesosde transformacin sociocultural en los que estamos inexorablemente implicados. En el recorrido por los contenidos del proyecto, podemos observar una creciente correspon-dencia, tanto metodolgica como de herramientas, conceptos, cdigos y lenguajes, entre dife-rentes campos y disciplinas. La cuestin es que en los nuevos escenarios de la sociedad de lainformacin y del conocimiento, la tradicional concepcin lineal de la produccin y transferenciade conocimiento, basada en el eje ciencia-tecnologa-industria-sociedad, se transforma en unared compleja y no lineal de relaciones de carcter transdisciplinar. Esta red desborda los marcosprecedentes y propicia la permeabilidad y la comunicacin entre diferentes campos del saber y elhacer. En definitiva, la presente publicacin banquete_nodos y redes es un intento de dinamizar lainteraccin de los referidos campos tecnocientficos, las humanidades y las ciencias sociales conel fin de contribuir a la articulacin de una visin y accin global cooperativa, a la que se refiereen estas lneas Jos Mara Baldasano. Un proceso capaz de imbricar una pluralidad de elementosdiversos, en un mismo tejido complejo que se extiende en mltiples direcciones. El concepto dered constituye un excelente hilo conductor para recorrer y conectar escalas y contextos. Una redque puede constituir un nuevo modo de interpretar y construir la realidad.16 11. Nodos y redesKarin OhlenschlgerLa idea de una red global que nos conecte y nos una resuena como uno de los anhelos ancestra-les del ser humano. Remitindonos al origen etimolgico de un sinnimo de la palabra unir: ligar(religare, en latn), la idea tiene una connotacin evidentemente religiosa. En la era industrial,ya no son los dioses, sino sus representantes terrenales, los que prometen propiciar un mundoms unido por las redes de transporte y comunicacin y a travs de los avances cientficos ytecnolgicos. Antao estas redes se formaban abriendo caminos y desplazndose por tierra, ro y mar. Enel siglo xix, miles de kilmetros de cable cruzaban el Atlntico. Las lneas ferroviarias surcaban elpaisaje. La red de carreteras conectaba pueblos y ciudades. Hoy utilizamos adems de estas redesotras consistentes en enlaces va satlite, fibra ptica y conexiones inalmbricas que atraviesan elaire en todas direcciones. No obstante, en plena era de la informtica y de las telecomunicaciones se sigue dando laparadoja de que vivimos entre un mundo virtual conectado y aparentemente sin fronteras, y otrofsicamente real en el que se vuelven a levantar muros de hormign, alambradas de acero y otrossistemas de cercado y de control digital va satlite. Estamos hablando de fronteras de miles dekilmetros de longitud, entre Amrica del Norte y del Sur, entre la Europa del sur y el frica delnorte, o entre rabes e israeles, por nombrar aqu tan solo algunos casos. As, mientras que, por un lado, se proclama el libre acceso y flujo de la informacin, las mer-cancas y las finanzas, por el otro, se estrechan los mecanismos de control, censura y exclusin.No en vano las estadsticas evidencian que, aun en plena era de la informtica y las telecomunica-ciones, el 20% de los humanos controlamos, consumimos o malgastamos el 85% de los recursosdel planeta. Esta asimetra no ha disminuido, sino que va en aumento. Entre las conclusiones dela Cumbre Mundial de la Sociedad de la Informacin,1 figura la advertencia de crecientes brechasy fronteras entre inforricos e infopobres. Solo un 20,89% de la poblacin mundial tiene acceso aInternet, mientras la mayor parte de los habitantes desaparece en los agujeros de la red. Es evidente que detrs de la idea de unidad, siguen actuando con tcnicas y mtodos cadavez ms sofisticados las ansias de poder, de crecer y apropiarse del otro; en definitiva, perduranlas luchas por el control y la dominacin. Si analizamos el concepto de unidad y sus implicaciones ms all del aparente atractivo desu significado positivo, veremos que reposa sobre un eje conceptual o material de poder centr-peto y absoluto. En cualquier sistema de coexistencia, la unin implica correspondencia y confor-midad. La unin significa que las cosas se incorporan e integran para formar un cuerpo, un cuerpoque no puede dividirse sin que su esencia se altere o destruya. La unidad, por lo tanto, es cerrada.Su estructura interna tiende a ser autorreferencial, estable y no relacional. En banquete_nodos y redes partimos del supuesto de que el mundo no est unido, ni debe es-tarlo, bajo unas directrices tecnoeconmicas totalitarias de mercado y de pensamiento nico. Enla actual crisis del sistema poltico, econmico, social y cultural, en ocasiones reaparece el con-cepto de la unin e incluso se confunde intencionadamente o no con el nuevo potencial de 19 12. la conectividad. Por esto creemos necesario explorar en el presente proyecto editorial y expositivolas mltiples modalidades de redes de relaciones interconectadas. La conectividad es, ante todo, relacional y plural. Presupone una suma de singularidades in-termitentemente entrelazadas, en movimiento y, por lo tanto, unidas solo temporalmente. Dentrode un sistema interconectado, la unin se convierte en un valor relativo, temporal, no absoluto. Laconectividad es una cualidad inherente a un sistema con capacidad de desarrollo y crecimientohacia la diversidad. La conectividad no describe solo un estado de cosas sino que est relacionadacon una accin temporal cuya duracin puede ser muy variable. Este proceso se da en sistemasabiertos y, por lo tanto, inestables y cambiantes, como son los sistemas vivos. Para entender la forma y funcin de la vida, la conectividad es al mismo tiempo una herra-mienta conceptual y funcional con capacidad de relacionar dimensiones espaciotemporales muygrandes con otras muy pequeas. Tal y como explican Diego Rasskin-Gutman y ngela Delgado enesta misma publicacin, nos construimos, la vida se construye, se organiza y selecciona a partirde los ritmos de sus relaciones. [...] La vida, como continuo, es un proceso cuyo movimiento co-menz hace miles de millones de aos y an sigue rodando. Y todo eso gracias a las redes.2 La idea de la conectividad entendida como condicin bsica de cualquier proceso de inter-cambio de informacin y el concepto de una red abierta y evolutiva se articula por primera vezen las estructuras de la comunicacin neuronal a finales del siglo xix. Hasta entonces se crea quelas redes neuronales conformaban circuitos cerrados, unidades de mando con un centro dirigidopor la inteligencia y la razn. Sin embargo, la teora neuronal desarrollada por el histlogo y mdicoSantiago Ramn y Cajal (1852-1934) cuestionaba claramente los valores de la unidad y permanen-cia de antao.3 En su lugar postulaba un sistema consistente en unidades neuronales separadas,solo interconectadas a travs de las hendiduras sinpticas. Conforme la tesis neuronal de Santiago Ramn y Cajal, las redes neuronales se conciben comosistemas abiertos y cambiantes. Segn la intensidad del estmulo recibido, las conexiones entreclulas pueden ser temporales o permanentes. Los circuitos neuronales pueden crecer en unadireccin y atrofiarse en otra. Son capaces de producir nuevas ramificaciones y generar otras co-nexiones. Su comportamiento es una expresin de la actividad gentica y epigentica, de la inte-raccin del sistema hormonal y metablico, de flujos de seales, estmulos y movimientos internosy externos. Las conexiones entre clulas constituyen circuitos especficos, comunicndose cada una condeterminadas clulas y no con otras. Una neurona puede difundir la informacin a muchas otrasclulas ubicadas en distintas zonas del cerebro. En todo caso, la funcin de los componentes deuna clula nerviosa es la transmisin de seales. Dentro de la red neuronal, lo que nos hace pensar,sentir o actuar en un momento determinado de una manera determinada no son las clulas en s,sino las conexiones y relaciones especficas que se establecen entre ellas a travs de ese mins-culo espacio de comunicacin llamado sinapsis.4 La capacidad de establecer nuevas conexiones y relaciones entre las cosas es fundamentalpara la evolucin de cualquier sistema cognitivo. Si la vida misma es un proceso de cognicin, esdecir, de aprendizaje y coevolucin, igual lo son la cultura y el arte. La estructura reticular es espe-cfica para cada mbito, cada experiencia y cada campo de conocimiento. Los nodos que conformancualquier red son organizativamente cerrados, al igual que las clulas, los cuerpos, las comunida-des o las ciudades, pero desde el punto de vista funcional son abiertos para poder relacionarse,mantenerse a travs de intercambio de materia, energa e informacin; crecer y transformarse.20 13. La red nos rodea, nos atraviesa, nos integra, nos atrapa y compromete. Nos permite conectar ycrecer en experiencias y conocimientos a travs de sus mltiples circuitos. Cada individuo es nodoy parte de una red de relaciones que se despliegan en cascada y a mltiples escalas espaciotem-porales: desde el sistema solar5 hasta los procesos que transcurren dentro de una clula viva.6Las redes de transporte y comunicacin generadas a su vez por la actividad humana atraviesanel globo terrqueo, lanzan sus dispositivos tecnolgicos en busca de enlaces con otros plane-tas y sistemas solares, se conectan con el cuerpo humano, influyen en los circuitos neuronales,dinamizan las mentes interconectadas y modulan las comunicaciones cunticas entre partcu-las nanomtricas.7 Las fronteras entre la vida biolgica y tecnolgica se han vuelto borrosas conel advenimiento de la nanotecnologa y la convergencia de la microelectrnica, de modo que lasredes atraviesan y extienden su madeja desde nuestro interior hasta todo el mbito de la actividadhumana, transcendiendo las barreras de espacio y tiempo.8 De igual forma que los circuitos neuronales son cambiantes tal y como sealaba Cajal, tam-bin las redes de organizacin entre tomos y molculas lo son,9 as como las redes de relacionesentre personas, comunidades y culturas.10 El patrn de red, presente en todas las escalas y es-feras de la vida, dispone sus partes en un sistema abierto, dinmico, autoorganizado y evolutivo.Podemos observar este patrn reticular en las molculas de agua, en las redes ecolgicas o in-cluso en el comportamiento y evolucin de la World Wide Web. Es notable que las neurociencias no han encontrado un archivo central de informacin o dememoria. No lo han encontrado porque en el cerebro no existe un centro de mando cerrado y au-tnomo. Por eso la idea de un sistema de informacin descentralizado y distribuido ha sido tanreveladora desde los inicios de las neurociencias modernas como lo es hoy para abordar los retosde la, as llamada, sociedad red. Del mismo modo que las neuronas operan como nodos del sistema nervioso, las ciudadesde la sociedad red se han convertido anlogamente en nodos comunicacionales. En amboscasos se constituyen estructuras cuyo principal valor es la conexin y la comunicacin entresus elementos. En ambos casos la cualidad que las define y que las mantiene operativas no estanto su estricta estructura material, sino su capacidad de conexin para recibir (inputs), emitir(outputs) y procesar informacin (outcomes). A tenor de los acontecimientos, estamos si no lohemos hecho ya a punto de crear una mente colectiva, dinmica e interconectada, una mentecuya estructura se manifestara en la configuracin urbana de la sociedad red, y su funcin, enel flujo constante de informacin. Una mente bajo la forma de red exocerebral.11 La conec-tividad, esa forma personalizada de la colectividad,12 emerge as como una evolucin hist-rica de la forma de organizacin social a travs de los medios electrnicos ampliando nuestroscuerpos y nuestras relaciones. Los artefactos primero analgicos y luego digitales no hanhecho sino reconducir la forma de organizacin de lo social hacia ese patrn que atraviesa todala trama de la vida. En los inicios de nuestra actual era de la comunicacin, es decir, en la poca de la radio y la te-levisin, la produccin y la distribucin se planteaban en torno a centros hegemnicos y canales dedistribucin de unos a muchos (broadcasting). Desde finales del siglo xx, y por medio de la telefonamvil e Internet, construimos redes de relaciones de uno a uno (peer-to-peer, p2p), a unas escalasespaciotemporales a unas distancias y con una velocidad sin precedentes en la historia de lahumanidad. En sus extensas investigaciones y anlisis acerca de la era de la informacin, ManuelCastells concluye que las redes constituyen la nueva morfologa social de nuestras sociedades, 21 14. y la difusin de su lgica de enlace modifica de forma sustancial la operacin y los resultados delos procesos de la produccin, la experiencia, el poder y la cultura.13 Puesto que los sistemas tecnolgicos se producen socialmente y esta produccin social est rela-cionada con la cultura, nuestra actual era digital se define cada vez ms por una renovada red de inte-racciones transdisciplinares entre las artes y las ciencias, entre las tecnologas y sus usos sociales. La construccin y la percepcin de la realidad ya no se efectan sobre centros y ejes del sabero del poder hegemnico, tal y como expone Ernesto Garca Camarero en Redes y dueos del co-nocimiento.14 Con las actuales tecnologas de la informtica y de las telecomunicaciones emer-gen otras estructuras, nuevas conexiones y espacios de comunicacin. Nuevas relaciones entreexperiencias y conocimientos nutren dinmicas emergentes, mltiples y colectivas. De hecho, hoyen da, cualquier ciudadano puede participar en la produccin y circulacin de informacin y gene-rar conocimiento. Cualquier usuario de telefona mvil, cmaras digitales, ordenadores o conexina Internet es al mismo tiempo productor y emisor de seales, relatos, imgenes y sonidos. El arteactual en el mbito de la cultura digital se inscribe en estas nuevas constelaciones de producciny distribucin. Tal y como sealan los miembros de la Fundacin Rodrguez, el compromiso delos artistas con una cultura libre y universal es uno de los primeros pasos para flexibilizar todo unsistema de enrevesadas jerarquas que gobiernan el mundo del arte y en el que se hace precisodefender la creatividad, compartindola.15Este compromiso con un cambio estructural en el mundo del arte espaol puede rastrearse yadesde los nuevos comportamientos artsticos de principios de los aos setenta.16 Unas experien-cias profundamente conectadas con los movimientos polticos y sociales de la inminente transi-cin. Unas prcticas artsticas que propugnaban la creacin de nuevos espacios y dinmicas deproduccin y distribucin. As comienzan a emerger redes de relaciones de la ms diversa ndole.Por citar aqu tan slo unos pocos ejemplos, cabe recordar el dilogo iniciado a finales de lossesenta (1968-1973) entre arte, ciencia y tecnologa en el Centro de Clculo de la Universidad deMadrid.17 Los seminarios e investigaciones sobre los distintos cdigos y lenguajes, as como sobrelos patrones de relacin y comportamiento en el mbito de la expresin plstica, arquitectnica olingstica, constituyeron un frtil semillero de ideas y prcticas que evolucionaran dcadas mstarde en los ms diversos mbitos de la cultura digital.En los aos setenta, mientras unos experimentaban con el cdigo binario, otros comenzaron aexplorar los cdigos de la comunicacin meditica, cuestionando las estructuras jerrquicas de losmedia, y revindicando su democratizacin y socializacin a travs de la produccin audiovisuales22 15. independiente. Cadaqus Canal Local (1974) y Distrito Uno (1976) de Antoni Muntadas,18 o lasprcticas del vdeo comunitario del colectivo Video Nou/Servei de Vdeo Comunitari (1977-1983),19generan las primeras redes de comunicacin entre artistas, grupos locales y asociaciones veci-nales con el fin de crear nuevos modos de produccin, y entornos de comunicacin autogestiona-dos e independientes de los dos nicos canales de televisin pblica de antao.Los aos ochenta se caracterizan por la transicin de la representacin analgica a las emer-gentes prcticas de la produccin digital. A travs del video y de los primeros sistemas inform-ticos se plante, adems, un nuevo dilogo transdisciplinar entre las artes plsticas, visuales,escnicas y sonoras. Esta nueva forma de creacin se ejemplific en el emblemtico Espacio P(1981-1997) de Madrid,20 uno de los pocos lugares independientes y autogestionados por artistasde aquella poca.En la dcada de los noventa, coincidiendo con la crisis poltica y econmica en Espaa, y lasdrsticas reducciones de presupuestos institucionales, nacen similares iniciativas autogestio-nadas por los propios artistas en todo el pas. En los diversos encuentros de arte actual RedArte21, organizados entre 1994 y 1997, se contabilizan cerca de cien colectivos y espacios inde-pendientes en todo el territorio nacional. Sus debates y propuestas entorno a la base estructu-ral y la dinmica funcional de las emergentes redes culturales, tenan como objetivo fomentaruna nueva dinmica de dilogo y colaboracin entre una creciente heterogeneidad de propuestasy formatos.En esta misma dcada, el artista se convierte cada vez ms en creador de los espacios vir-tuales de comunicacin. Sus propuestas ya no consisten en la construccin de objetos, sino enla elaboracin temporal de nuevas estructuras y canales participativas de produccin y distribu-cin. Proyectos de Internet como The File Room de Antoni Muntadas (1994), Conexin Madrid (1996)y Peninsulares (1996) de Maite Cajaraville, o la plataforma Irational.org de la que surge TechnologiesTo The People (1996), por poner algunos ejemplos, anticipan la idea de redes sociales y culturaleson-line, as como la construccin de archivos abiertos y autogestionadas en red, aos antes de quenazcan Myspace, Facebook o Wikipedia.Con las actuales tecnologas de la informtica y de las telecomunicaciones estas iniciativaspioneras han evolucionado hacia nuevas estructuras y esferas de lo pblico que se articulan tantoen como entre pantallas. De hecho, en la actual dcada han ido emergiendo multitud de nuevosnodos y redes entre artistas, activistas y ciudadanos, o entre arquitectos, bilogos, ingenierosy programadores, trenzando redes temporales de muy distinta ndole y magnitud.23 16. Las obras que conforman la presente exposicin del arte y la cultura digital en el Estado es-paol analizan estas redes, cuestionan viejos enlaces y construyen nuevas relaciones. Planteany experimentan otros modos de pensar, sentir y actuar individual y colectivamente. Y, sobre todo,construyen y comparten nuevas herramientas para visualizar, modular y participar en la cons-truccin de realidad.Gran parte de los proyectos de la exposicin son resultado de la investigacin y el dilogo conlos ms diversos campos de la experiencia y del conocimiento. Sus propuestas nos llevan desdelos mbitos de la bioinformtica o la neurociencia a la sociologa o el urbanismo, pasando por laciencia de la informacin, la economa o la ecologa.banquete_nodos y redes rene ms de treinta proyectos de arte digital e interactivo. Obrasfotogrficas, vdeos, instalaciones de realidad virtual, acciones robticas de vida artificial o pro-yectos participativos de net art ofrecen un amplio recorrido desde las redes de interaccionesmoleculares hasta las dinmicas globales que surgen de las nuevas relaciones entre personas,comunidades y culturas.Los proyectos que conforman la presente exposicin exploran, visualizan o generan redes derelaciones en las zonas fronterizas entre el arte, la ciencia, la tecnologa y la sociedad; entre losespacios fsicos y digitales; entre comunidades locales y flujos globales; entre dinmicas biolgi-cas y conexiones tecnolgicas. Tal y como ya planteamos detalladamente en la primera edicin de banquete_ metabolismoy comunicacin22, las redes de cdigos y lenguajes que rigen el mundo de la informtica y las te-lecomunicaciones no son patrimonio del mbito tecnocientfico actual. Nuestra biosfera es tam-bin una infosfera, constituida por una red de protocolos, lenguajes bioqumicos e impulsoselctricos. La inmersin del arte en las estructuras y procesos de las redes celulares ampla sig-nificativamente el discurso arte-vida hacia las microesferas de los nodos y redes nanomtricaso, por el contrario, hacia los macroentornos hbridos de la conexin cuerpo-mquina. Las obrase instalaciones interactivas de Eugenio Ampudia, Marcell Antnez, Pablo Armesto, Jos ManuelBerenguer, Daniel Canogar, lvaro Castro, Ricardo Iglesias, Laboratorio de Luz, Marina Nez,y Raquel Paricio y J. Manuel Moreno abordan las nuevas modalidades de la concepcin, percep-cin e interaccin de sistemas vivos con sistemas tecnolgicos. De los sistemas complejos trata el proyecto Vacuum Virtual Machine del arquitecto lvaroCastro. Se trata de un programa capaz de desarrollar cdigos para modificarse a s mismo y poderevolucionar. A travs de un software grfico de vida artificial, el autor visualiza la autoorganizacin24 17. reticular y cambiante de tomos y molculas. Su proyecto da visibilidad a la dinmica de la redcomo base estructural y funcional de los seres vivos. La instalacin Secuencias 24 de Pablo Armesto explora las relaciones combinatorias de cro-mosomas, en pantallas luminosas tejidas con fibra ptica. Esta obra alude a las inabarcables re-laciones del cdigo de la vida. Y es que tampoco los genes son unidades independientes. Muchosse superponen e interactan en red, compartiendo informacin. El proyecto de investigacin POEtic-Cubes de Raquel Paricio y J. Manuel Moreno est ins-pirado en las redes de comunicacin celulares, representadas por nueve cubos robticos lu-minosos, que se comportan como un solo organismo artificial. Cada clula robtica cambia sucomportamiento y relaciones, a travs de un proceso de interaccin de todas las partes del sis-tema incluido el pblico presente en sus acciones performativas, que dinamizan una red decomunicacin y coevolucin que conecta a robots y humanos. Por su parte, en la instalacin interactiva Luci. Sin nombre y sin memoria, Jos Manuel Berenguerinvita a explorar una red de interacciones lumnicas y sonoras, inspirada en el comportamiento delas lucirnagas. A travs de distintos dispositivos analgicos y digitales, muestra el modo en que sesincronizan los sonidos emitidos por las lucirnagas sin un mecanismo de coordinacin centralizada. El Modulador de luz 3.0 del grupo de investigacin Laboratorio de Luz transforma un habit-culo vaco en un espacio de interaccin y comunicacin aleatorio y evolutivo. En este entorno, elvisitante de la exposicin explora y experimenta la relacin luz-espacio-tiempo/reflejo-sombra-movimiento, con la finalidad de generar nuevas relaciones espaciotemporales y sonoras. Los vnculos de comunicacin entre usuarios y mquinas adquieren un inquietante matiz enJos, un robot autista de Ricardo Iglesias. Este proyecto forma parte de su serie de investigacio-nes acerca de las Evolutional Machines. En este caso, convierte a una dcil aspiradora robticaen una mquina animada por comportamientos disfuncionales, dominada por el miedo y el au-tismo. Interactuar con este robot se convierte en una experiencia inslita que cuestiona nuestrasexpectativas y comportamientos ante las mquinas serviles en nuestro entorno cotidiano. Tangle es una gran telaraa tejida de cables elctricos de telfonos, ordenadores y otraslneas residuales procedentes de redes de comunicacin en desuso. Tal y como explica elautor de la instalacin, Daniel Canogar, Tangle es ante todo una reflexin sobre cmo lastecnologas crean complejas conexiones emocionales que tanto unen como amordazan al sercontemporneo.25 18. Conforme muestra la neurociencia contempornea, el proceso continuo de aprendizaje e in-teraccin con el entorno puede modificar las conexiones de la red neuronal y viceversa. En su ins-talacin, gueda Sim invita a interactuar con el mapa mental de Reflecting jcc. Brain Research IIy a explorar las relaciones entre percepcin, pensamiento y comportamiento de un individuo, cuyosrazonamientos estn alterados por su estado emocional. Las mentes conectadas a travs de un ldico e intuitivo sistema de comunicacin llamado Tecura4.0 son la propuesta de Evru. En este proyecto de net art, relacionado con un amplio programa detalleres y acciones, el artista convierte su propio lenguaje visual y sonoro en un cdigo abierto quecomparte con los participantes y con los usuarios de Internet. La sociedad red se caracteriza tanto por los espacios emergentes y dinmicas de la comunica-cin y cooperacin on-line, como por los nuevos sistemas de vigilancia y control de todos a todos.La videoinstalacin Reina de Francisco Ruiz de Infante propone reflexiones inquietantes sobre lasredes neuronales y los espacios conectados a travs de sistemas de control deslocalizados y omni-presentes, pero de acceso limitado. La relacin hombre-mquina es tambin el hilo conductor de Marcell Antnez y su obraProtomembrana, una leccin interactiva, visual y sonora sobre la sistematurgia literalmentedramaturgia de los sistemas computacionales, que sirve para tejer una narracin llena de fbu-las sobre el ser digital e interconectado.En su instalacin Sin ttulo (ciencia ficcin), antenas parablicas, satlites y otros arte-factos de las redes globales de la comunicacin dotan de movilidad a unos cuerpos flotantesen el espacio, con los que Marina Nez nos remite al mito contemporneo del cyborg mitadhombre, mitad mquina, un ser digital ubicuo, ingrvido y telepresente con sus campos deaccin y percepcin expandidos. En otra obra de la misma serie, as como en uno de sus vdeosms recientes, titulado Ocaso, plantea una reflexin crtica sobre la condicin de ser biolgicoy tecnolgico.En una de las fotografas murales de la serie Otras geologas de Daniel Canogar aparecen unoscuerpos humanos como desechos residuales semisepultados en una madeja intransitable de es-combros de cables y de equipos informticos.Frente a este paisaje, el visitante se encuentra con Crdulos, una instalacin interactiva deEugenio Ampudia en la que el usuario descubre otras escalas de su existencia y experimenta unacierta desorientacin perceptiva al verse proyectado como un ser diminuto rodeado de amebas gi-gantes, que responden a su presencia en tiempo real.26 19. La creacin de nuevos mtodos y herramientas participativas, catalizadores de procesos deautoorganizacin, produccin y distribucin de experiencias y conocimientos, son propuestas porAntoni Abad y colectivos como Platoniq y Neokinok TV. Por otra parte, las relaciones ideolgicas,conceptuales y funcionales entre educacin, creatividad y vida constituyen la trama del trabajo deMarta de Gonzalo y Publio Prez Prieto.Para estimular la autoorganizacin de nuevos vnculos sociales, Antoni Abad desarrolla susproyectos artsticos bajo el denominador comn de Zexe.net. Se trata de un sistema operativode telefona mvil e Internet, al servicio de los colectivos marginados de los mbitos urbanos. Tres desus experiencias recientes Canal*MOTOBOY, Barcelona*acceSsible y Genve*acceSsible, rea-lizadas con los motoristas de So Paulo y los discapacitados de Barcelona y Ginebra respectiva-mente, son ejemplos de cmo se pueden fomentar la visibilidad, la autogestin y la autonoma decolectivos urbanos desde las prcticas artsticas actuales. En este caso, el artista no interviene enla produccin de las imgenes, sino solo proporcionando el acceso a las herramientas y arquitec-turas reticulares de la comunicacin a determinados grupos sociales.La participacin directa en la indexacin colectiva de todo tipo de conocimiento, ya sea una re-ceta de cocina, la aplicacin de un software o un cursillo de relajacin, es lo que plantea el colectivoPlatoniq en el Banco Comn de Conocimientos (bcc). Se trata de una plataforma para intercambiarexperiencias y conocimientos, as como para conectar la cultura oral y cotidiana con las redes digi-tales de la comunicacin on-line, fuera de la lgica mercantil y especulativa. bcc es, a su vez, un la-boratorio donde experimentar nuevos modos de produccin, aprendizaje y participacin ciudadana.Tambin el colectivo Neokinok TV trabaja en la creacin de herramientas y mtodos didcticos.Genera redes y vnculos de comunicacin destinados a fomentar la autonoma de aquellos ciudada-nos que viven en la parte ms desfavorecida de la creciente brecha digital. En uno de sus proyectosms recientes, llamado TVLATA, ana arte y educacin, para constituir un canal experimental detelevisin on-line junto a un grupo de jvenes de la comunidad de Os Alagados, situada en un barrioperifrico de Salvador de Baha, en Brasil.La Intencin es otro de los proyectos artsticos que conecta arte y educacin. A travs deuna videoinstalacin, talleres y publicaciones, Marta de Gonzalo y Publio Prez Prieto propo-nen una revisin crtica de unos principios educativos vinculados al discurso de la eficiencia, lacompetitividad y la rentabilidad. En su lugar, plantean un programa de educacin audiovisualque intenta rearticular las relaciones ideolgicas, conceptuales y funcionales entre educacin,cooperacin, creatividad y vida. 27 20. Las interacciones emergentes entre los espacios fsicos y digitales, entre redes territoriales,entornos locales y su interdependencia de las dinmicas globales, son investigadas y visualizadasde distinta manera por los colectivos Hackitectura.net, Escoitar, Influenza, Knic Thtr, Clara Bojy Diego Daz, y Pedro Ortuo. El grupo Hackitectura.net presenta dos propuestas que conectan el mbito virtual de las redes conel espacio fsico de los lugares. Su proyecto arquitectnico y urbano Wikiplaza transforma un espacio deladrillos y hormign en un lugar abierto y permeable a los flujos de la comunicacin. Por otra parte, losvdeos de la accin Geografas emergentes muestran una lograda experiencia de convivencia y colabo-racin entre artistas, programadores de software libre y habitantes de una zona rural de Extremadura,en un laboratorio temporal instalado en los exteriores de una central nuclear desmantelada. La ciudad se convierte en fuente de informacin y materia prima para la creacin de paisajes so-noros en el taller de produccin Aire, sonido, poder, que realiza el colectivo Escoitar en las semanasprevias a la inauguracin de la exposicin en LABoral y en el ZKM. Para ello invitan a los habitantesde Gijn y Karlsruhe, respectivamente, a explorar su mbito urbano y a generar conjuntamente unmapa sonoro interactivo y participativo de la ciudad, que es accesible tanto a los visitantes de laexposicin como a los internautas.En Observatorio, Clara Boj y Diego Daz utilizan los dispositivos de la realidad aumentada paravisualizar los nodos de acceso libre a las redes wi-fi en la ciudad. Los estrechos vnculos entre elespacio urbano y las conexiones virtuales de la comunicacin son tambin la base conceptual de lainstalacin interactiva titulada Madrid mousaic del colectivo Influenza. Su obra es un mosaico vivoy cambiante, que retrata diversos entornos sociales y urbanos de Madrid y es sensible al sonidoproducido por los visitantes del espacio expositivo.Los incesantes flujos migratorios y sus influencias sobre las identidades individuales y colectivas,en un mundo cada vez ms interconectado e interdependiente, son tematizados en la instalacininteractiva mur.muros / Distopa II del colectivo Knic Thtr.El proyecto de Pedro Ortuo Blanca sobre negra se acerca a aquellas vidas rurales cuyo aisla-miento, pobreza e incertidumbre laboral y existencial crecen a la misma velocidad que la conectivi-dad y la riqueza lo hacen para otros.Las redes sociales e informacionales de Internet son tratadas en las obras de Aetherbits, DoraGarca, Concha Jerez y Jos Iges, Alfredo Colunga y Joan Fontcuberta. Unos revisan la cuestin de laautora, la originalidad o la veracidad; otros plantean nuevos vnculos entre las prcticas artsticasactuales y su relacin con otros microproductores y distribuidores ciudadanos, a travs de la World28 21. Wide Web. A su vez, la red de cdigos y la cultura del software libre forman parte de los proyectosde Joan Leandre y Daniel Garca Andjar y Technologies to the People System.Todas las historias es una de las propuestas pioneras de microrrelatos en formato de blog, con-cebida por Dora Garca como un work in progress. Desde el 2001 este proyecto evoluciona con lapublicacin de historias breves, que hablan de hombres y mujeres annimos, de experiencias, sen-timientos y sucesos entretejidos por fechas y palabras clave en la red de redes.En Terra di Nessuno: Arenas Movedizas, Concha Jerez y Jos Iges confrontan al usuario de suinstalacin interactiva con las incertidumbres, tensiones y conflictos que se generan sobre un ta-blero de parchs virtual, en el que ciertas casillas sumergen al jugador en los movedizos territoriosde las redes de informacin global.Los Googlegramas Ozono y Prestige de Joan Fontcuberta visualizan, a travs de las imgenesrastreadas por un buscador de Internet, las nuevas iconografas de una memoria colectiva cada vezms globalizada, interconectada e interdependiente, tanto en sus aciertos como en sus errores.Por su parte, el proyecto de Internet El da E de la energa de Alfredo Colunga invita a re-flexionar individualmente y a actuar colectivamente en favor de nuevas fuentes energticas paraun planeta de recursos limitados.Social Synthesizer_Prototype, del colectivo Aetherbits, es un sintetizador polifnico audiovi-sual que procesa en tiempo real un flujo de seales, tanto de imgenes generadas por los usuariosde la red social Flickr, como de sonidos producidos por los usuarios de Skype. Tal y como explicansus autores, este proyecto interactivo consiste en un sistema de gestin de contenidos audiovi-suales que permite al pblico explorar el repositorio global de la memoria social que es Internet.Las implicaciones polticas, sociales, econmicas y culturales del software libre y distribuido,por un lado, y el software propietario y centralizado, por otro, forman parte de dos escenarios ydos narrativas que constituyen el conjunto de la instalacin X-Devian de Technologies to the Peopley Daniel Garca Andjar. Este proyecto incide en la controversia cultural del software, entendidocomo producto por unos y como un proceso abierto y participativo por otros.Joan Leandre ofrece en su instalacin NostalG2//Lage dor nfo.exe un homenaje a los ritua-les y protocolos seminales de la contaminacin digital; un flujo de datos global, al que ningn nodopuede poner freno; una red ambivalente, creadora y destructiva al mismo tiempo.Este recorrido a travs de la exposicin invita a experimentar las conexiones emergentes entrelos sistemas vivos y los tecnolgicos. Se trata de unas conexiones presentes no solo en los mbi-tos de la ciencia, el arte o nuestro entorno cotidiano, sino tambin en el continuum de conexiones 29 22. discontinuas abiertas y variables que conforman la vida y las relaciones entre las partes. Estepatrn compartido, que enlaza lo microscpico y lo macroscpico, lo biolgico, lo social y lo cultural,es el que, de un modo plural y diverso, es abordado por todos los participantes de la exposicin. Sonobras que muestran la intensa y frtil sinergia que se establece en las zonas fronterizas entre arte,ciencia, tecnologa y sociedad en la cultura digital actual. Como toda propuesta de conocimiento, las tesis del proyecto banquete_ llevan implcita una in-vitacin a la reflexin y a la accin. En un momento histrico poshistrico para algunos adalidesde lo conservador como ste de intensos cambios, donde las metamorfosis de la vida humana entodas sus facetas se suceden a una velocidad exponencial, se hace necesario tomar perspectiva. Elrecorrido trazado aqu, no pretende sino arrojar luz sobre las dinmicas en las que estamos inmersos,si bien todo conocimiento lleva en su interior el potencial del cambio. Tal vez entender aunque seade un modo sutil la naturaleza de los sistemas abiertos y evolutivos de la sociedad red pueda servirpara aprovechar las oportunidades de configurar el trazado de nuestro futuro presente. Y es que la redse basa en la capacidad de que los nodos, cooperativamente, hagan emerger su propia configuracinfuncional. Alejndose de cualquier determinismo o centro de poder, en la sociedad red, todos somosnodos potenciales capaces de reconfigurar la propia trama de nuestras relaciones. Notas 1 Segn datos de 2007, publicados en la web del Observatorio Mundial de las Telecomunicaciones, promotor junto con la ONU de la Cumbre de Tnez (consultado el 30.01.2009). 2 ngela Delgado, Diego Rasskin-Gutman: Redes, el principio vital, p. 78. 3 Javier DeFelipe: Cajal y los circuitos neuronales, p. 87. 4 Kandel, Eric R. (2007): En busca de la memoria, el nacimiento de una nueva ciencia de la mente, Katz Ediciones, Buenos Aires, pp. 84-93. 5 Jos M. Montoya, Miguel . Rodrguez, Ricard Sol: La arquitectura de la naturaleza: complejidad y fragilidad en redes ecolgicas, pp. 297-305. 6 Carlos Briones, Susanna Manrubia, Jos ngel Martn-Gago: Atrapados en la red: nanomundos, vida, sociedad, pp. 49-57. 7 Antonio Acn, Juan Ignacio Cirac, Maciej Lewenstein: Comunicacin cuntica: entrelazamiento y percolacin, pp. 56-57. 8 Castells, Manuel (2006): Informacionalismo, redes y sociedad red, en La sociedad red: una visin global, Alianza Editorial, Madrid, p. 31. 9 Carlos Briones, Susanna Manrubia, Jos ngel Martn-Gago: Atrapados..., pp. 49-52. 10 Ibd., pp. 55-57. 11 Bartra, Roger (2006): Antropologa del cerebro. La conciencia y los sistemas simblicos, Fondo de Cultura Econmica, Mxico. 12 Kerckhove, Derrick de (1999): La piel de la cultura. Investigando la realidad electrnica, CEDISA, Barcelona, p. 19. 13 Castells, Manuel (2002): La era de la informacin, vol. 1, La sociedad red, Alianza Editorial, Madrid, p. 549. 14 Ernesto Garca Camarero: Redes y dueos del conocimiento, pp. 119-130. 15 Fundacin Rodrguez: Estructura-redes-colectivos (un segmento conector), Vic: Q07, 2007, p. 125. 16 Marchn Fiz, Simn (1986): Del arte objetual al arte del concepto, Akal, Madrid, pp. 273-299. 17 Ver recopilacin de ensayos y documentos en la web de Ernesto Garca Camarero (consultados el 30.01.09). 18 Proyectos-Muntadas-Projects, catlogo de la exposicin monogrfica, Fundacin Telefnica, Madrid, 1998. 19 Ameller, Carles y Leo, Martn (2006): La televisin es una apariencia de humanizacin, en La televisin no lo Filma, Zemos 98, Sevilla, pp. 94-106. 20 (consultado el 30.01.2009). 21 Encuentros de Arte Actual, Red Arte y Colectivos Independientes en el Estado Espaol, Transforma (ed.), Vitoria- Gasteiz, 1997. 22 Ohlenschlger, Karin y Rico, Luis, banquete_ metabolismo y comunicacin, en el catlogo homlogo, pp. 21-57 (en prensa).30 23. Simbiognesis, innovacin y redes culturales.Hacia una visin ecofisiolgica de la generaciny transferencia de conocimientoLuis RicoSer, hacer y conocer, en el dominio de la vida, estn originariamente indiferenciados, y cuando sediferencian seguirn siendo inseparables. Edgar MorinLa simbiognesis subyace a uno de los procesos evolutivos generadores de innovacin biolgica.Se trata de una simbiosis (del griego, symbioun, vivir juntos) de largo recorrido entre organismosde diferentes especies que deriva en una nueva entidad, e integra a los componentes previamenteindependientes mediante la fusin seguida, en algunos casos, por la adquisicin de genomas. Esteartculo reflexiona sobre algunas de las ideas que han animado el origen y la evolucin del proyectobanquete_ desde principios de los noventa. Explora el potencial de las ideas simbiogenticas, sur-gidas en el mbito de la biologa a comienzos del siglo xx, con un doble inters: 1) interpretar lasemergentes dinmicas y estructuras de organizacin del conocimiento, y 2) disear un marco deaccin que favorezca la interaccin entre diferentes campos, disciplinas, metodologas y prcticasartsticas, cientficas y sociales, mediadas por las actuales infotecnologas. Un siglo despus de suaparicin, estas visionarias ideas ignoradas o rechazadas durante dcadas vuelven a adquirir unimpulso renovado al inspirar modelos anlogos de innovacin cultural que responden a las necesida-des de la sociedad red en la era del cambio global: explorar nuevas formas sostenibles de interpretary estar en el mundo capaces de reacoplar las sociedades humanas, la tecnosfera y los ecosistemas.MovimientoCuando leemos estas frases se activa una compleja red de interacciones electroqumicas en las c-lulas neuronales. Gracias a la respiracin, el oxgeno llega al interior del cerebro y permite la trans-formacin de la glucosa y otras molculas en un conjunto de productos metablicos. Entre ellos,el agua y el dixido de carbono generados, circulan por un intrincado tejido de vasos sanguneos,mientras que otros permiten que la membrana neuronal reaccione a la diferente concentracin deiones de sodio y de calcio a ambos lados, modifique su potencial y desencadene el impulso nervioso.La propagacin de esos impulsos a travs de las complejas redes neuronales se piensa que propiciala emergencia de construcciones mentales: smbolos, imgenes, conceptos e ideas. Vida y pensa-miento se integran en un mismo flujo de transformacin de materia, energa e informacin. Pensary ser, son diferentes aspectos de una misma organizacin fsica y su accin (Margulis y Sagan 1997)1.La biloga evolucionista Lynn Margulis y el neurofisilogo Rodolfo Llins, entre otros, postulan queel pensamiento es la internalizacin del movimiento. Pensar es mover objetos mentales. Su origenestara evolutivamente ligado a la motilidad celular. Es decir, tericamente derivara de aquellosprimeros movimientos de los protistas2 producidos por las ondulaciones de los undulipodios (cilios,flagelos eucariotas) gracias a los cuales los seres unicelulares podan rastrear el entorno en buscade alimento o cobijo, interaccionar con otras clulas, y huir de lugares hostiles o de depredadores.En definitiva, sobrevivir. Hoy, una estructura similar (de undulipodios) se encuentra en los bastones 31 24. de la retina del ojo o en las colas de los espermatozoides. Los movimientos en forma de latigazo delos protistas de vida libre dependen de protenas similares a las que se encuentran en el cerebro,por ejemplo, las protenas de microtbulos. As, los movimientos que permitan la percepcin y se-leccin de seales externas, constituyendo un comportamiento protista inteligente o un tipo deconciencia bsica, se han transformado, miles de millones de aos despus, en las estructurasque permiten los movimientos intracelulares de las neuronas gracias a los cuales vivimos y pensa-mos. El movimiento sigue siendo fundamental en todo lo requerido para la supervivencia de nuestraespecie: la sensibilidad, la percepcin del entorno o la comunicacin entre individuos. Si aceptamosla continuidad fundamental entre cuerpo, mente y entorno, entonces percibir, sentir, pensar, respi-rar, comer o excretar son como el resto de la fisiologa, el resultado de la red de interacciones quedefine la qumica del organismo. La red neuronal y las extensiones nerviosas que permiten escribir estas lneas comparten msde 3.000 millones de aos de evolucin con el cerebro que ahora las lee. Desde el origen de la vidahasta hoy. Las primeras estructuras neuronales las de los craneados aparecen en el Cmbricohace unos 540 millones de aos. Los paleontlogos ubican los primeros cerebros humanos en lasplanicies africanas hace aproximadamente 3,2 millones de aos La Lucy de Leakey en Olduvai.Nuestra especie, Homo sapiens, apareci hace aproximadamente 100.000 aos. Por tanto, los doscerebros que estos prrafos conectan, sea cual sea su cultura o procedencia, comparten un mismotronco evolutivo cuya ltima rama se separ de las dems hace mil siglos. Parece una bifurcacinmuy antigua pero en trminos evolutivos es muy reciente. Como un chasquido de dedos en la inmen-sidad de la historia del Cosmos. Si como propuso el astrnomo Carl Sagan, comprimimos los casicatorce mil millones de aos que han transcurrido desde el Big Bang hasta nuestros das en un soloao, resulta que nuestra especie no aparece hasta las 23.56.30 h. del 31 de diciembre de este aocsmico. El Neoltico surge veinte segundos antes de concluir el ao. Queda claro que los humanossomos unos recin llegados a la red de la vida que ha evolucionado en este planeta.No obstante, asombra observar la explosin de diversidad humana y complejidad socioculturalproducida en estos ltimos cuatro minutos. Su onda expansiva ha generado y destruido cultu-ras y civilizaciones, lenguajes y tecnologas, ha desarrollado sistemas simblicos, msica, poesa,ecuaciones y hasta humor, como secreciones de algunas de estas glndulas pensantes, sensi-bles e hiperactivas. Las interacciones endosomticas productoras de pensamiento se correspondencon los procesos de comunicacin entre humanos pensantes, configurando las redes de mentesque sustentan los procesos civilizatorios y culturales. Y as la carne cerebral de los humanos ha32 25. buscado, fuera del endeble crneo que la oculta, un exocerebro artificial, expuesto a la intemperie,que le proporciona una slida estructura simblica en que apoyarse.3 (Bartra 2003). Este tejido for-mado hoy por 6.000 millones de sistemas cuerpo/mente, y en crecimiento acelerado, ha colonizadoel planeta uno, por el momento. El comportamiento de esta primatemia diseminada, a la que serefiere James Lovelock, ha llegado a perturbar la homeostasis de la Tierra, tal y como da a entenderla dimensin antropognica del cambio climtico global.CoevolucinEl exocerebro descrito por el antroplogo Roger Bartra resuena con el concepto noosfera (del griegonoos, inteligencia) desarrollado a principios del siglo xx por Teillard de Chardin (1881-1955) y VladimirVernadsky (1863-1945).4 Para Vernadsky, quien acu el trmino Biosfera, la humanidad cons-tituye una nueva fase evolutiva del proceso biogeoqumico de la Tierra. Este proceso incluye loscuerpos humanos, as como todas las mquinas y artefactos que hemos generado en coevolucincon el medio ambiente. Como seala Lynn Margulis, la vida incluyendo la actividad humana nose adapta a un ambiente pasivo, sino que, de manera activa, produce su medio y lo modifica. Encontraste con un mundo mecnico, la biosfera metabolizadora se autorregula fisiolgicamente5(Margulis 1990). En este contexto, el cuerpo de cada sujeto pensante, con sus extensiones simb-licas y tecnologas perifricas, va configurando las carcasas materiales y culturales que consti-tuyen la red del exocerebro de la humanidad. A su vez, cada cuerpo/nodo de este tejido, cada serhumano, est formado por un sinfn de mdulos y subredes endosomticas, a diferentes escalasy con interacciones constantes atmicas, moleculares, metablicas, celulares, neuronales, endo-crinas, musculares, etc. que participa de una red de redes exosomticas sociales, afectivas, lin-gsticas, culturales, tecnolgicas o ecolgicas (Guardans 2003). Asombra darse cuenta de que, porejemplo, el sistema circulatorio de cualquiera de nosotros extendido linealmente dara dos vueltasa la Tierra, unos 100.000 kilmetros, constituyendo slo un tres por ciento de nuestra masa corpo-ral. De igual manera, el propio tejido Humanidad en su conjunto, constituye, tan solo, una mnimasubred del sistema nervioso planetario: miradas de flujos de seales e interacciones que apenasempezamos a vislumbrar e intentar comprender, desde las redes de comunicacin cuntica, mole-culares o bacterianas, hasta las redes sociales o ecolgicas. Conocemos la secuencia del genomade muchos organismos, que no es poco, pero queda mucho recorrido para desvelar la complejidadde las interacciones de seales que conducen del genotipo al fenotipo del organismo ms simple.Esto supone un reto estimulante para la ciencia y la tecnologa. Pero tambin una cura de humildad33 26. y un activador del principio de precaucin a la hora de intervenir en la trama de la vida, prestandoatencin a las consecuencias ticas, socioculturales y ecolgicas de estas acciones.Paradjicamente, mientras los humanos destrumos muchas de las redes que nos sustentantrficas, alimentarias, lingsticas, afectivas, sociales o ecolgicas, emerge con fuerza el para-digma y cultura de la red. Podemos interpretar este movimiento compensatorio como una funcinhomeoptica que apela a la medida, la proporcin y el contexto. Es decir, el mismo patrn de orga-nizacin la red que favorece el envenenamiento del entorno, la represin de los ciudadanos o lasnuevas formas de terrorismo, guerra y delincuencia, permite, a su vez, la generacin de antdotoscontra algunos de estos problemas. No nos referimos a las visiones ingenuas que ven en la red, deforma natural, la solucin a todos los problemas ya que, como hemos visto, con la misma naturalidadla red global en la que habitamos, propicia la propagacin de comportamientos patolgicos, sus-tancias txicas o epidemias. Un buen ejemplo de esta ambigedad lo encontramos en el desarrollode la primitiva Internet. La amenaza militar para Estados Unidos que produjo la instalacin de losmisiles en Cuba en 1962, impuls una estrategia de defensa que posteriormente ha evolucionado enla World Wide Web que todos conocemos. El peligro o conciencia de muerte activa la pulsin de viday construye caminos. Es ms listo que el hambre, se dice popularmente. Siendo consecuentes, sinningn nimo apocalptico, la situacin en la que nuestra especie se encuentra actualmente, no espara mirar hacia otro lado, sencillamente porque hemos agotado cualquier otro lado. No quedanen nuestro planeta lugares a los que ir, ni donde lanzar sigilosamente los excesos y residuos de losunos contra los otros. La trama de la vida desvela cmo las acciones destructivas contra el entornoacaban afectndonos a todos. Las redes y dispositivos de comunicacin radio, telfono, televi-sin, Internet, satlites permiten observar las consecuencias globales de las avaricias, codiciasy abusos locales. Y esta es una situacin nueva a la que el llamado cambio global nos confronta co-lectivamente (Carpintero y Naredo, pp. 285-292). El conjunto de indicadores econmicos, sociales,ecolgicos o culturales describen una situacin que el planeta no puede sostener.Fragmentacin y desacoplamientoHace dcadas que David Bohm, el fsico norteamericano colaborador de Oppenheimer, seal queel problema no son los acontecimientos a los que nos enfrentamos sino el pensamiento que los hagenerado, y que adems condiciona nuestras reacciones. Todas las fronteras se levantan en el pen-samiento. La disociacin fundamental entre mente y cuerpo, propia del pensamiento occidentallleva implcita una pulsin patolgica que ha tardado siglos en manifestarse en toda su potencia.La escisn radical entre ser humano y naturaleza, la organizacin del conocimiento en departamen-tos estancos y la cuantificacin del mundo en detrimento de lo cualitativo todo ello aliado conun monotesmo dualista, maniqueo y patriarcal, han derivado en una compleja patologa colectivay global. Simplificando mucho, algunos de los sntomas de esta crisis son la alienacin antropocn-trica y el pensamiento lineal, dicotmico e instrumental, que caracteriza, tal vez desde su origen, aese primate parlante que evolucion en las planicies africanas. Lo cierto es que este tipo de pensa-miento ha demostrado ser muy eficaz. Tanto que se ha propagado por todo el planeta convirtindoseen plaga y, por consiguiente, devorando e imponindose sobre cualquier otra forma de concebir,pensar y estar en el mundo. Pero esta tendencia a la monocultura, por su condicin depredadora,ha acabado convirtindose en un peligroso enemigo incluso para s misma. En efecto, al igual quelas prdidas de biodiversidad suponen siempre una amenaza para el mantenimiento de las redestrficas que sustentan los ecosistemas, la prdida de diversidad cultural conlleva una merma de la34 27. capacidad adaptativa, la versatilidad y la sociabilidad necesarias para garantizar la supervivenciade nuestra especie (Montoya, Rodrguez y Sol, pp. 299-307).Como contrapunto, hemos visto cmo la visin reticular del mundo resurge con fuerza y evolu-ciona en la cultura occidental a partir del siglo xx, hasta constituir uno de los paradigmas de la ac-tual Era de la informacin y del conocimiento. Se trata de una nueva mirada que ha transformado labiologa, la fsica y la economa; la sociologa, la neurociencia y la poltica; el arte y la comunicacin;el activismo y la conciencia. Pero quizs lo ms importante de esta visin es que est cambiandolas relaciones entre todos estos campos y su interaccin con la sociedad. Es decir, el patrn de lared favorece la transformacin de las estructuras de conocimiento y el comportamiento de los gru-pos humanos. No obstante, se trata de un patrn antiguo que resuena con algunos mitos originalesde otras culturas y civilizaciones que occidente ha despreciado por arcaicas, rudimentarias oprimitivas. Tales mitos poseen profundas correspondencias con el actual pensamiento complejo,ecolgico o sistmico.Estructuras del exocerebroLa historia humana constituye una crnica de la emergencia, desarrollo, decadencia o transforma-cin de diferentes formas de generacin, organizacin, conservacin y transferencia conocimiento.A partir del Neoltico las sociedades humanas han tratado de preservar el conocimiento colectivocomo un valioso bien que permite una mejora de las condiciones de vida y unas mayores opcionesde supervivencia. Desde siempre ha sido codiciado por individuos o grupos humanos para obtenerpoder, convirtiendo su control en un motor de tensiones y conflictos. Basta observar el dominio quela cpula sacerdotal egipcia ejerca sobre la casta de los escribas o el control de la Iglesia sobre lared de monasterios y universidades medievales. O la resistencia que gener en sus orgenes la apa-ricin de la imprenta por su potencial emancipador. Desde el Renacimiento, y ante la necesidad deadaptarse a las circunstancias descubrimiento de nuevos mundos, incremento de la complejidadsociocultural, etc., han ido surgiendo nuevas instituciones y estructuras para tratar de gestionarlas nuevas situaciones generadas por el afn de conocer e intercambiar conocimientos, de proyec-tarse a otros territorios, de conquistar la naturaleza y de controlar otros grupos humanos. Religiones,iglesias y sectas; monasterios y universidades; salones de intelectuales e investigadores, acade-mias, disciplinas y publicaciones; factoras y fraternidades de gremios y artesanos que favorecieronla revolucin industrial y la proliferacin de asociaciones y sociedades; escuelas politcnicas, co-legios profesionales, museos, congresos, revistas especializadas, exposiciones universales, lobbiesde diverso pelaje En definitiva, la evolucin del conocimiento a lo largo de la historia ha tomadodiferentes formas en funcin de cada cultura, as como de los usos de la tecnologa propia de cadamomento. La construccin de instrumentos y entidades para organizar y gestionar el conocimiento,tal y como apuntan Garca Camarero (pp. 119-130) y Echeverra (pp. 215-221), ha sido determinadapor una tensin dinmica entre las formas e instituciones que se imponen desde arriba y las formasque emanan de la base social y, en gran parte, construidas colectivamente. Las manifestaciones deeste proceso dual han configurado un mapa de estructuras, disciplinas e instituciones que, en suconjunto, constituye lo que podramos denominar el genoma del exocerebro humano. Tal y como apuntbamos en el prlogo de esta publicacin, ha pasado poco ms de un siglodesde que, por primera vez, la red neuronal se observ a s misma tal como constat Ramny Cajal hasta que este mismo patrn de red nos ha permitido auto-observarnos social y colecti-vamente segn proponen Manuel Castells (sociedad red), Derrick De Kerkhove (Inteligencias en 35 28. conexin), Javier Echeverra (Tercer entorno), Pirre Lvy (Inteligencia colectiva) Fernando SezVacas (Red Universal Digital) o Fritjof Capra (La trama de la vida) por sealar algunos ejemplos.Hoy nos encontramos ante el reto de cerrar el ciclo, reconectando las actuales corrientes depensamiento y accin humanas con las redes bacterianas que les dieron origen. Ser capacesde comunicar y acoplar el comportamiento de las redes neuronales, cognitivas, electrnicasy sociales, con las redes biolgicas y ecolgicas que las sustentan.Biommesis, innovacin y sostenibilidadLa Era de la informacin lo es tambin del cambio global. Dos aspectos de una misma dinmicacompleja que nos confronta con una diversidad de nuevos problemas sociales, ecolgicos, econ-micos y culturales de carcter sistmico. La interdependencia de estas problemticas desbordalos tradicionales esquemas lineales y monosectoriales de organizacin y gestin, y exige un ur-gente cambio de perspectiva, de sensibilidad y de comportamiento. Este cambio depende, en granmedida, de cmo las sociedades contemporneas perciben tales problemas, por lo que su dimen-sin comunicativa y educativa son prioritarias. Teniendo en cuenta el peso que la crisis ecolgicaadquiere en la actual situacin global, vale la pena observar los procesos, estrategias y compor-tamientos de la trama de la vida a la hora de afrontar los problemas ecolgicos. De este modosurge la idea de la biommesis, como un intento de orientar las formas de produccin humanasy reconectarlas con las dinmicas de la naturaleza. No en vano, podemos interpretar la vida comoun proceso de I+D+i, basado en la prueba y el error y sujeto a seleccin natural que se ha mante-nido sin interrupcin en el planeta durante casi cuatro mil millones de aos. Lo humano, incluidaslas construcciones de su cerebro, son el resultado de su evolucin biolgica, y negarlo sera tancontradictorio como seguir alimentando el actual modelo de produccin y consumo sin considerarsu huella ecolgica. Todo ello requiere un enfoque holstico, sistmico y transdisciplinar, donde lasconvergencias entre los avances tecnocientficos y las emergentes dinmicas sociales y prcticasartsticas plantean nuevas perspectivas y formas de accin para abordar estas cuestiones de unamanera crtica, innovadora y eficiente.Bien es cierto que a fuerza de repetirlo, la innovacin se ha convertido en el nuevo mantramultiuso de la sociedad contempornea. Empleamos esta palabra para prestigiar todo lo quehacemos y producimos, desde la publicidad de yogures y automviles, hasta las propias agendasde poltica econmica, cientfica o cultural. De esta manera, las sociedades de la informacinse manifiestan asimismo como sociedades de la banalizacin. Convertidas en vidas depreda-doras de meros datos que no de informacin o de conocimiento, o de conceptos nuevos oinnovadores, los vacan de contenido antes de haberlos corporeizado socialmente, anulandosu potencial de cambio. Lo mismo est sucediendo, en parte, con el concepto sostenibilidad.Tras la cumbre de Kioto, de un da para otro las empresas, polticas y productos no respetuososcon el medio ambiente se convierten en ecolgicos en una operacin de cosmtica hipntica queslo cambia su envoltorio a otro de color verde sin modificar ni un pice las condiciones y com-portamientos que las hacen insostenibles. Pero estas distorsiones epidrmicas y narcotizantes,no deberan distraer la atencin del valor que la combinacin de ambos conceptos innovaciny sostenibilidad, puede tener para afrontar los retos actuales.Para ubicar el sentido de la innovacin en el contexto de este artculo, podemos distinguirvarios grados o niveles identificados por la actual lgica econmica e industrial, donde este con-cepto ha adquirido una dimensin estratgica de primer orden:36 29. 1) Innovacin sectorial (de producto o proceso): se refiere a la modificacin de un producto o proceso que afecta al propio sustrato del que surge. A menudo se confunde con leves cambios superficiales o mejoras de un producto que en absoluto modifican su contexto de produccin. 2) Innovacin intersectorial: colaboracin entre diferentes mbitos o sectores para desarrollar un nuevo producto o proceso que extiende los campos anteriores o, incluso, desencadena la aparicin de un nuevo campo inexistente previamente. 3) Innovacin de la innovacin. Este tipo de dinmica estudia, optimiza y aplica las tendencias emergentes generadas en los desarrollos de los niveles 1 y 2. 4) Eco-innovacin o innovacin biomimtica: se trata de un nivel que estudia la dimensin ecolgica y sostenible de los procesos de innovacin. Es decir, plantea cmo incluir en las innovaciones de nivel 1, 2 y 3 un factor transversal que rastree su huella ecolgica, con el fin de desarrollar una ecologa ambiental, social y simblica, y promover con ello la eficiencia energtica. En otras palabras, somos capaces de invertir la tendencia al desacoplamiento humano versus naturaleza y construir nuevos modelos de produccin que sintonicen la eco- noma humana con la economa de la naturaleza?Como un experimento de biommesis desarrollado durante ms de una dcada, el proyectobanquete_ explora este nivel 4, entendiendo la innovacin como una accin transformadora delsubstrato de un determinado proceso, programa o producto. Para ello rastrea las convergenciasentre los procesos biolgicos, sociales, tecnolgicos y culturales. La transformacin por parte delos seres vivos de la composicin qumica de la atmsfera terrestre es un ejemplo destacablede estas convergencias, ya que permite conectar la innovacin biogeoqumica planetaria conalgunas prcticas socioculturales y tecnocientficas, propias de la Era de la informacin, como eldesarrollo del cdigo abierto y el de las ciencias de la vida.La transformacin de la atmsfera terrestre, desde su composicin original casi carente deoxgeno hasta la atmsfera respirable actual es, probablemente, uno de los mayores procesosde innovacin que se han producido en el planeta. Se trata de una accin a escala global, reali-zada por miradas de microorganismos, que ha derivado en un macrocomportamiento sosteni-ble que ha alterado la biosfera. Algunos seres vivos unicelulares que poblaban los ocanos haceunos dos mil quinientos millones de aos comenzaron a generar oxgeno como subproducto desu metabolismo fotosinttico, y este gas fue oxidando todos los compuestos susceptibles queestaban disueltos en la hidrosfera. Una vez saturada la capacidad de absorcin de los ocanos, eloxgeno comenz a liberarse a la atmsfera, hasta llegar, mil millones de aos despus de habercomenzado a producirse, a los niveles atmosfricos actuales. Pero el oxgeno es un gas txicopara muchos seres vivos, por lo que su incremento tuvo como consecuencia la evolucin de sis-temas detoxificadores, como la respiracin aerobia. La vida produjo el oxgeno, nuestro planetacambi, y la vida se adapt a un mundo nuevo con oxgeno abundante. Esta historia es un buenejemplo de co-evolucin entre la vida y el planeta, un proceso capaz de regular las condicionesnecesarias para la evolucin de la vida, a pesar de las alteraciones y cambios climticos que hanido sucediendo. Este inmenso ejemplo de red de eco-innovacin sostenible, fundamental paranuestra supervivencia como especie, es una dinmica micro de consecuencias macro, basadoen la transmisin abierta, horizontal y masiva de seales sin que nadie tome el mando. Y esque las redes globales de comunicacin comenzaron a nivel bacteriano hace miles de millones 37 30. de aos. Por otra parte, conviene destacar que el estudio integral del clima, mediado por el binomiohidrosfera-atmsfera, favorece el desarrollo de un enfoque inter o transdisciplinar ya que se tratade un fenmeno que implica la interaccin entre multitud de procesos a diferentes escalas. Lo cualevidencia otra de las caractersticas clave de la red: su propiedad de ser un patrn libre de escala(Munteanu y Sol, p. 310). Estas caractersticas propias de la red de la vida la transmisin abierta y horizontal de informa-cin, y la comunicacin e interaccin entre escalas se corresponden con algunas de las prcticasms innovadoras de la Era de la Informacin. La cultura del cdigo abierto y el desarrollo de softwarelibre han transformado las formas de generacin y transferencia de conocimiento a escala global.Se trata de un modelo que surge de la sociedad civil basado en la cooperacin sin mando anlogoal comportamiento bacteriano antes mencionado (Guiu 2003)6 que ha modificado metodologasde investigacin cientfica, la organizacin y gestin de numerosas administraciones pblicas y losmodelos de negocio de muchas industrias y empresas basadas en software, informacin o conoci-miento (Martn Prada 2008, pp. 180-199). Pero adems de su uso instrumental, este movimiento hamodificado las relaciones sociales entre sus participantes, generando una cultura de la innovacinen red, basada en la tica hacker, descrita por Pekka Himanen7 como una cultura abierta y coo-perativa, animada por la pasin creativa: por investigar, generar y compartir nuevos conocimientos yexperiencias. Este movimiento, impulsado por Richard Stallman, surge de una inquietud sociocultu-ral, poltica y econmica, como una respuesta alternativa a las lgicas propietarias y cerradas de de-sarrollo y distribucin de software y conocimiento. Su correspondencia con las redes de innovacinde la trama de la vida, puede ser significativa para promover una tica global que empareje los tr-minos etho y eco que resulta ya indisociable de las nuevas maneras de actuar sobre el mundo. Asimismo, la cultura del cdigo abierto y en red ha tenido consecuencias en las ciencias de lavida. Grupos de investigacin distribuidos por todo el mundo comparten hoy inmensas bases dedatos como una condicin necesaria para el propio avance en la investigacin sobre los fundamen-tos de la vida. Slo colectivamente es posible abordar problemas que cada nodo no puede resolverindividualmente. La trama de la vida muestra as su carcter sistmico. Esta situacin recuerda ala interpretacin que haca Humberto Maturana en los aos ochenta con respecto a la comunica-cin, cuando sostena que no se trata de una simple transmisin de informacin, sino que implicauna coordinacin de comportamientos. Desde el poder del nosotros planteado por Imma Tubella(pp. 210-214), quiz podamos acercanos a la comprensin de la red de la vida. No en vano, cada serhumano es un nosotros. Es decir, una comunidad integrada de organismos diferentes en relacinsimbitica. El 10% del peso en seco de cualquier humano est constitudo por bacterias y otros mi-croorganismos simbiontes sin los cuales no sobreviviramos. Es ms, cada clula de nuestro cuerpoes un nosotros, una comunidad simbitica de componentes orgnulos celulares como las mi-tocondrias previamente de vida libre y de origen bacteriano (Folch, pp. 293-299). Ms an. Hoysabemos que casi la mitad de nuestro genoma proviene de fragmentos gnicos que originalmenteestaban en el genoma de otras especies y a lo largo de la evolucin han llegado a la nuestra gracias aelementos transportadores como por ejemplo los retrovirus. Esto nos dice, primero, que tambinlos virus y no slo las bacterias nos han hecho como somos. Y en segundo lugar, que nuestro genomacomo todos los genomas de todos los seres vivos es un mosaico de otros genomas. Un puzle deinformacin. No existiramos sin el resto de la biosfera. La pregunta, en clave biomimtica, sugerida por estas analogas, es si somos capaces de in-tegrar en un mismo proceso, dos hebras culturales aparentemente desconectadas o, incluso, en38 31. algunos casos, abiertamente enfrentadas: el pensamiento ecolgico y la cultura digital. El desafoes cmo usar adecuadamente las infotecnologas para responder a la degradacin ecolgica de unaforma coherente, con el fin de transformar una corrosiva y degradante dinmica social y ambientalen otra constructiva y ecolgicamente sostenible. En otras palabras, cmo integrar la noomorfo-sis8 digital planteada por Fernando Sez Vacas (pp. 150-156) con los cinco principios de la ecoal-fabetizacin propuestos por Fritjof Capra interdependencia, reciclaje, asociatividad, flexibilidady diversidad- para una organizacin ecolgica que promueva una reconexin del humano con elplaneta (DeFelipe, pp. 85-96). O al menos, una visin coevolutiva de ambos enfoques que ponga latecnologa al servicio del medio ambiente y no al revs (Valencia, pp. 60-64). Quiz esta integracino coevolucin contribuya a superar los excesos egocentristas y la alienante creencia antroprocn-trica gestados en la cultura occidental dominante. Paradjicamente, en su momento de mxima hegemona y poder, el humano se descubre desbor-dado y frgil ante una nueva intemperie provocada por las manifestaciones de los cambios climticoy global, de los que somos parte determinante. La accin derivada de un modelo de pensamientodepredador con respecto a la naturaleza retorna con una virulencia insospechada y constatable.La estrategia ms plausible para intentar sortear la situacin apunta hacia la eliminacin del con-sumo superfluo o, en todo caso, hacia su reorientacin encaminada a la eficiencia energtica y apromover una ecosofa que enlace la ecologa medioambiental con la ecologa social y mental9.Asimismo, el comportamiento expansivo vinculado a la tradicin imperialista y neocolonial muestrasignos de agotamiento. Por sus fisuras discurre una actitud dialgica y receptiva, de reacoplamientocon el entorno. Ms all de las ideologas, este cambio apela a una lgica de supervivencia; a unaaccin coherente y sostenible que nos afecta como especie. En este contexto, la confluencia ACTSA(Arte-Ciencia-Tecnologa-Sociedad-Ambiente) constituye un proceso emergente con un gran poten-cial productivo en la generacin de innovacin, valor y riqueza y constituye un vector clave para ladinamizacin y socializacin de la cultura de I+D+i. En la llamada Era de la informacin y del conocimiento, lo biolgico y lo tecnolgico, cienciay conciencia, tica y sostenibilidad, forman parte de un mismo sistema. Cabe preguntarse si somoscapaces de redisear y reorientar nuestras instituciones culturales y estructuras sociales en ordena este nuevo paradigma. Si desde una perspectiva biomimtica, podemos construir colectivamentenuevas formas de organizacin social cuyo comportamiento se asemeje a la as