bajo la acacia de occidente - christian jacq

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  • Annotation

    A sus cincuenta aos, y traslograr la prosperidad de Egipto,Ramss no puede disfrutar an de latranquilidad de la edad madura.Ahora debe mantener la paz ysortear cuantos obstculos puedanamenazar la estabilidad de suimperio.

    Ramss, el hijo de la luz, sabecmo cambiar el nimo de susenemigos para convertirlos en

  • aliados, y cmo conciliarse tambincon las fuerzas del ms all. Pero loque Ramss no puede impedir,despus de casi cuarenta aos dereinado, es el paso del tiempo, nique ste le robe a uno de susmejores amigos.

    Cuando inexorablemente llegala vejez, Ramss se sienta bajo lasombra de una acacia paraemprender su ltimo viaje, un viajedel que slo ser testigo el escribaAmeni, su fiel servidor durante msde sesenta y siete aos.

  • Bajo la acacia de Occidente esel ltimo volumen de la monumentalpentaloga que Christian Jacq le hadedicado a Ramss.

  • MAPA DE EGIPTO

  • MAPA DELANTIGUO PRXIMOORIENTE O NUEVOIMPERIO

  • 1 Los rayos del sol poniente

    cubran de oro celeste la fachada delos templos de Pi-Ramss, lacapital que Ramss el Grande habahecho construir en el Delta. Laciudad de turquesa, denominada deese modo por el color de las tejasbarnizadas que adornaban lafachada de las mansiones,encarnaba la riqueza, el poder y labelleza.

    Era agradable vivir all, pero

  • aquella noche Serramanna, elgigante sardo, no disfrutaba de lasuavidad del aire ni de la ternura deun cielo que se tea de rosa.Tocado con un casco adornado concuernos, con la espada al costado,el bigote rizado, el antiguo pirata,convertido en jefe de la guardiapersonal de Ramss, galopaba demuy mal humor hacia la ciudad delprncipe hitita Uri-Techup, enarresto domiciliario desde hacavarios aos.

    Uri-Techup, hijo destronado

  • del emperador del Hatti, Muwattali,enemigo jurado de Ramss. Uri-Techup, que haba asesinado a supropio padre para ocupar su lugar.Pero haba sido menos astuto queHattusil, el hermano del emperador.Cuando Uri-Techup crea tener elpas en sus manos, Hattusil se habaapoderado del trono, obligando a surival a que se diera a la fuga,organizada convenientemente por eldiplomtico Acha, amigo deinfancia de Ramss. Serramannasonri. El implacable guerrero

  • anatolio en fuga! En el colmo de lairona, haba sido Ramss, elhombre al que Uri-Techup odiabams en el mundo, quien le habaconcedido asilo poltico, a cambiode informaciones sobre las tropashititas y su armamento. Cuando enel ao 21 del reinado de Ramss, yante la sorpresa de ambos pueblos,Egipto y el Hatti haban firmado untratado de paz y de ayuda mutua encaso de agresin exterior, Uri-Techup crey que su ltima horahaba llegado. No era acaso la

  • vctima expiatoria por excelencia yun perfecto regalo ofrecido porRamss a Hattusil para sellar suentendimiento? Pero por respeto alderecho de asilo, el faran se habanegado a extraditar a su husped.

    Ahora, Uri-Techup no contabaya. Y a Serramanna no le gustaba enabsoluto la misin que Ramss lehaba confiado.

    La mansin del hitita sehallaba en el lindero norte de laciudad, en el centro de un palmeral;al menos habra gozado de una

  • existencia lujosa en esa tierra defaraones que tanto haba deseadodestruir.

    Serramanna admiraba aRamss y le sera fiel hasta el final;as pues, ejecutara la terrible ordenque el rey le haba dado, pero aregaadientes.

    A la entrada de la mansinhaba dos policas, elegidos porSerramanna, armados con puales ybastones.

    Sin novedad?Nada, jefe. El hitita duerme

  • la mona en el jardn, junto alestanque.

    El gigante sardo cruz elumbral de la propiedad y, conapresuradas zancadas, tom laarenosa avenida que llevaba alestanque. Tres policas msvigilaban permanentemente al exgeneral en jefe del ejrcito hitita,que se pasaba el tiempo comiendo,bebiendo, nadando y durmiendo.

    Unas golondrinas jugaban en elcielo, una abubilla roz el hombrode Serramanna. Con las mandbulas

  • crispadas, prietos los puos,maligna la mirada, se preparabapara actuar. Por primera vezlamentaba estar al servicio deRamss.

    Como una fiera venteando laproximidad del peligro, Uri-Techupdespert antes de or los pesadospasos del gigante.

    Grande, musculoso, Uri-Techup llevaba los cabellos largos;en su torso resaltaba un bosque devello rojo. Ignorando el fro,incluso durante el invierno anatolio,

  • no haba perdido ni una pizca de sufuerza.

    Tendido en las losas quebordeaban el estanque, con los ojosentornados, el hitita vio acercarseal jefe de la guardia personal deRamss el Grande y comprendique haba llegado la hora.

    Tras la firma del monstruosotratado de paz entre Egipto y elHatti, Uri-Techup ya no se sentaseguro. Haba pensado en ms deuna ocasin en evadirse, pero loshombres de Serramanna no le

  • haban dado la oportunidad. Sihubiera escapado a la extradicinhabra sido degollado como uncerdo por un animal tan implacablecomo l mismo.

    Levntate ordenSerramanna.

    Uri-Techup no sola recibirrdenes. Con lentitud, como sisaboreara sus ltimos gestos, selevant e hizo frente al hombre queiba a cortarle el cuello.

    Los ojos del sardo reflejabanun furor contenido a duras penas.

  • Hiere, carnicero dijo elhitita con desdn, puesto que tudueo lo exige. Ni siquiera teconceder el placer de defenderme.

    Los dedos de Serramanna secrisparon sobre el pomo de su cortaespada.

    Lrgate.Uri-Techup crey haber odo

    mal.Qu quieres decir?Eres libre.Libre?... Qu quieres

    decir?

  • Abandonas esta casa y tevas adonde quieras. El faranaplica la ley. Ya no existe ningunarazn para retenerte aqu.

    Bromeas!Es la paz, Uri-Techup. Pero

    si cometes el error de quedarte enEgipto y provocas el menordisturbio, te detendr. Y te aseguroque ya no sers considerado undignatario extranjero, sino uncriminal de derecho comn. Cuandollegue el momento de hundirte laespada en el vientre, no vacilar.

  • De momento, no tienesderecho a tocarme. Es eso, no escierto?

    Lrgate!

    Una estera, un taparrabos, unassandalias, una hogaza de pan, unmanojo de cebollas y dos amuletosde loza que podra cambiar poralimento: ese era el escaso equipajeconcedido a Uri-Techup, quiendurante varias horas vag por lascalles de Pi-Ramss como unsonmbulo. La recuperada libertad

  • actuaba como la embriaguez, y elhitita no consegua ya razonar.

    No hay ms hermosa ciudadque Pi-Ramss afirmaba unacancin popular; se considera alpequeo como al grande, la acaciay el sicomoro conceden su sombra alos paseantes, los palaciosresplandecen de oro y turquesa, elviento es suave, los pjaros jueganalrededor de los estanques. Uri-Techup se dej hechizar por elencanto de la capital, construida enuna regin frtil, junto a un brazo

  • del Nilo, enmarcada por dos anchoscanales. Prados que abundaban engenerosa hierba, numerososvergeles que albergaban famososmanzanos, vastos olivares de losque se deca que proporcionabanms aceite que arenas haba en laribera, viedos que daban un vinodulce y afrutado, casas floridas...Pi-Ramss era muy distinta de laabrupta Hattusa, la capital delImperio hitita, ciudad fortificada enla altiplanicie de Anatolia.

    Un pensamiento doloroso

  • como un mordisco arranc a Uri-Techup de su sopor. Nunca sera elemperador del Hatti, pero sevengara de Ramss, que habacometido el error de concederle lalibertad. Si suprima al faran, alque todo el mundo consideraba undios desde su victoria de Kadeshsobre la coalicin que deberahaberle aplastado, Uri-Techupsumira Egipto en el caos, y tal veztodo el Prximo Oriente. Qu lequedaba salvo su ardiente deseo deperjudicar y destruir, que le

  • consolara de haber sido el juguetede un adverso destino?

    A su alrededor circulaba unaabigarrada muchedumbre en la quese mezclaban egipcios, nubios,sirios, libios, griegos y otros,llegados para admirar la capital quelos hititas haban querido arrasarantes de inclinarse ante Ramss.

    Derribar a Ramss... Uri-Techup no tena ninguna posibilidadde lograrlo. No era ms que unguerrero vencido.

    Seor... murmur una voz

  • a su espalda.Uri-Techup se volvi.Seor... Me reconocis?Uri-Techup inclin los ojos

    hacia un hombre de medianaestatura, con los ojos marrones yvivos; una cinta de lino cea susespesos cabellos, una barba rojiza,corta y puntiaguda adornaba sumentn. El obsequioso personajellevaba un vestido a franjascoloreadas que le llegaba hasta lostobillos.

    Raia... Eres t?

  • El mercader sirio se inclin.T, un espa hitita... Has

    vuelto a Pi-Ramss?Es la paz, seor; una nueva

    era ha comenzado, las antiguasfaltas se han olvidado. Era uncomerciante rico y considerado, hereanudado mi negocio. Nadie me loreproch, de nuevo soy estimadopor la alta sociedad.

    Raia, antiguo miembro de ladesmantelada red de espionajehitita en Egipto, encargada dedesestabilizar a Ramss, haba

  • conseguido huir de losinvestigadores egipcios. Tras unaestancia en Hattusa, habaregresado a su pas de adopcin.

    Mejor para ti.Mejor para ambos.De qu ests hablando?Creis acaso que este

    encuentro ha sido fruto del azar?Uri-Techup mir a Raia con

    ms atencin.Me has seguido?Corran distintos rumores

    sobre vos: o una eliminacin brutal

  • o una liberacin. Desde hace msde un mes, mis hombres vigilabanconstantemente la mansin dondepermanecais en arrestodomiciliario. Os he dejadorecuperar la aficin a este mundoy... heme aqu. Puedo ofrecerosuna cerveza fresca?

    Uri-Techup vacil, pues lajornada se revelaba frtil enemociones fuertes. Pero su instintole dijo que el mercader sirio podaayudarle a concretar sus proyectos.

    En la taberna hervan las

  • discusiones. Raia asisti a lametamorfosis de Uri-Techup: pocoa poco, el exiliado volvi a ser unguerrero cruel, dispuesto a todas lasconquistas. El mercader sirio no sehaba equivocado; a pesar de losaos de exilio, el ex general en jefedel ejrcito hitita no haba perdidosu rabia y su violencia.

    No suelo deshacerme enpalabras, Raia; qu esperas de m?

    El mercader sirio se expresen voz baja.

    Slo os har una pregunta,

  • seor: deseis vengaros deRamss?

    Me humill. Yo no hefirmado la paz con Egipto! Peroaplastar al faran parece imposible.

    Raia movi la cabeza.Eso depende, seor, eso

    depende...Dudas de mi valor?Con el debido respeto, eso

    no bastar.Por qu t, un mercader,

    vas a correr el riesgo de lanzarte atan peligrosa aventura?

  • Raia esboz una crispadasonrisa.

    Porque mi odio no es menosardiente que el vuestro.

  • 2 Ataviado con un amplio collar

    de oro, un taparrabos blancoparecido al que utilizaban losfaraones del tiempo de laspirmides, y unas sandalias delmismo color, Ramss el Grandecelebr los ritos del alba en sutemplo de millones de aos, elRamesseum, erigido en la orillaoccidental de Tebas. Despert enpaz el poder divino oculto en elnaos. Gracias a l, la energa

  • circulara entre el cielo y la tierra,Egipto sera la imagen del cosmos yel deseo de destruir, innato en laespecie humana, sera eliminado.

    A los cincuenta y cinco aos,Ramss era un atleta de metroochenta, con la cabeza alargada,coronada por una cabellera de unrubio veneciano, amplia frente,abultadas arcadas superciliares,ojos agudos, nariz larga, delgada yaquilina, orejas redondas yfinamente dibujadas. De su personaemanaba magnetismo, fuerza y

  • autoridad natural. En su presencia,los caracteres ms templadosperdan su aplomo, acaso noanimaba un dios a ese faran quehaba cubierto el pas demonumentos y aplastado a todos susenemigos?

    Treinta y seis aos dereinado... Slo Ramss conoca elverdadero peso de las pruebas quehaba soportado. Habancomenzado con la muerte de supadre, Seti, cuya ausencia le habadejado desamparado precisamente

  • cuando los hititas preparaban laguerra; sin la ayuda de Amn, supadre celestial, Ramss,traicionado por sus propias tropas,no habra triunfado en Kadesh.Haba gozado la felicidad y la paz,es cierto, pero su madre, Tuya, queencarnaba la legitimidad del poder,se haba reunido con su ilustremarido en los parajes de luz dondevivan eternamente las almas de losjustos. Y el destino, inexorable,haba golpeado de nuevo, del modoms atroz, infligiendo al rey una

  • herida de la que jams sanara. Sugran esposa real, Nefertari, habamuerto en sus brazos en AbuSimbel, en Nubia, donde Ramsshaba hecho edificar dos templospara glorificar la unidadindestructible de la pareja real.

    El faran haba perdido a sustres seres ms queridos, los tresseres que le haban moldeado ycuyo amor no tena lmite. Sinembargo, deba seguir reinando,encarnando Egipto con la misma fey el mismo entusiasmo.

  • Cuatro compaeros ms lehaban abandonado, tras haberobtenido tantas victorias a su lado:sus dos caballos, tan valerosos enel campo de batalla; su len,Matador, que le haba salvado lavida en ms de una ocasin, y superro de un amarillo dorado,Vigilante, que haba gozado de unamomificacin de primera clase.Otro Vigilante le haba sucedido, yluego un tercero, que acababa denacer.

    Tambin haba desaparecido

  • el poeta griego Homero, que habaterminado sus das en su jardn deEgipto, contemplando su limonero.Ramss pensaba con nostalgia ensus entrevistas con el autor de laIlada y de la Odisea, que se habaprendado de la civilizacin de losfaraones.

    Tras la muerte de Nefertari,Ramss haba sentido la tentacinde renunciar al poder y confiarlo asu primognito, Kha; pero sucrculo de amigos se haba opuestoa ello, recordando al monarca que

  • un faran era designado para todala vida. Fueran cuales fuesen sussufrimientos de hombre, debacumplir su tarea hasta el final de suexistencia. As lo exiga la Regla, yRamss, como sus predecesores, seadecuara a ella.

    Aqu, en su templo de millonesde aos, emisor del flujo mgicoque protega su reino, habaobtenido Ramss la fuerzanecesaria para proseguir. Aunqueuna importante ceremonia leaguardara, el monarca se demor en

  • las salas del Ramesseum que,rodeado por un recinto detrescientos metros de longitud,albergaba dos grandes patios conpilares en los que se representabaal rey como Osiris, una vasta salade cuarenta y ocho columnas, detreinta y un metros de profundidad ycuarenta de anchura, y un santuariodonde resida la presencia divina.Sealando el acceso al templohaba unos pilonos de setentametros de altura de los que lostextos decan que llegaban hasta el

  • cielo; en el lado sur del primerpatio se encontraba el palacio.Alrededor del lugar santo haba unavasta biblioteca, almacenes, untesoro que contena metalespreciosos, los despachos de losescribas y las casas de lossacerdotes. Aquella ciudad-templofuncionaba da y noche, pues elservicio de los dioses no conoca elreposo.

    Ramss permaneci unosinstantes, demasiado cortos, en laparte del santuario consagrada a su

  • esposa, Nefertari, y a su madre,Tuya; contempl los bajorrelievesque describan la unin de la reinacon el perfume del dios Amn-Ra,secreto y luminoso al mismotiempo, y el amamantamiento delfaran, que se aseguraba as unaperpetua juventud.

    En palacio deban deimpacientarse. El rey se desprendide los recuerdos, no se detuvo anteel coloso tallado en un solo bloquede granito rosa de dieciocho metros

  • de altura, llamado Ramss, luz delos reyes, ni ante la acaciaplantada el segundo ao de sureinado, y se dirigi hacia la salade audiencias, de diecisiscolumnas, donde se reunan losdiplomticos extranjeros.

    Con los ojos verdes de miradaaguda, la nariz pequea y recta, loslabios finos, el mentn apenasprominente, Iset la bella, superadosya los cincuenta, segua siendovivaz y alegre. Los aos no pasaban

  • por ella; su gracia y su poder deseduccin seguan intactos.

    El rey ha salido por fin deltemplo? pregunt, inquieta, a sucamarera.

    Todava no, majestad.Los embajadores estarn

    furiosos!No os atormentis; ver a

    Ramss es tan gran privilegio quenadie osar impacientarse.

    Ver a Ramss... S, era elmayor de los privilegios! Isetrecord su primera cita amorosa

  • con el prncipe Ramss, aquelfogoso muchacho que parecaapartado del poder. Qu feliceshaban sido en su choza de caas, alborde de un trigal, disfrutando elsecreto de un placer compartido!Luego haba aparecido la sublimeNefertari que, sin saberlo, posealas cualidades de una gran esposareal. Ramss no se habaequivocado; y sin embargo, era Isetla bella quien le haba dado doshijos, Kha y Merenptah. Durante unbreve perodo haba sentido rencor

  • contra Ramss; pero Iset se sentaincapaz de asumir la abrumadorafuncin de una reina y no tena msambicin que compartir, por pocoque fuera, la existencia del hombreal que amaba con locura.

    Ni Nefertari ni Ramss lahaban rechazado; como segundaesposa, segn el protocolo, Isethaba gozado la incomparablefelicidad de codearse con elmonarca y vivir a su sombra.Algunos consideraban quemalgastaba su vida, pero a Iset no

  • le importaban las crticas; para ella,mejor era ser la sierva de Ramssque la esposa de un dignatarioestpido y pretencioso.

    La muerte de Nefertari lahaba sumido en una profundaafliccin; la reina no era una rival,sino una amiga por la que sentarespeto y admiracin. Conscientede que ninguna palabra atenuara eldesgarro del monarca, habapermanecido a la sombra, muda ydiscreta.

    Y haba ocurrido lo

  • inconcebible.Al final del perodo de luto,

    tras haber cerrado personalmente lapuerta de la tumba de Nefertari,Ramss haba pedido a Iset la bellaque se convirtiera en la nueva granesposa real. Ningn soberano podareinar solo, pues el faran era launin de los principios masculino yfemenino, conciliados yarmonizados.

    La hermosa Iset jams habaaspirado a ser reina de Egipto; lacomparacin con Nefertari la

  • aterrorizaba. Pero la voluntad deRamss no se discuta; Iset habaaceptado, a pesar de su angustia. Seconverta en la dulce de amor,aquella que vea a los dioses Horusy Set apaciguados por fin en el serdel faran, la soberana de las DosTierras, el Alto y el Bajo Egipto,aquella cuya voz ofreca alegra...Pero para ella esos ttulostradicionales no tenan ningunaimportancia. El verdadero milagroera compartir la existencia deRamss, sus esperanzas y sus

  • sufrimientos. Iset era la esposa delmayor monarca que la tierrahubiese conocido nunca, y laconfianza que le conceda lebastaba para ser feliz.

    Su majestad pregunta porvos dijo la camarera.

    Tocada con una peluca enforma de despojo de buitre,coronada por dos altas plumas,vestida con una larga tnica blancaceida al talle por un cinturn rojode colgantes extremos, adornadacon un collar y brazaletes de oro, la

  • gran esposa real se dirigi hacia lasala de audiencias. Su educacin demuchacha noble y acomodada lehaba enseado a comportarsedurante las ceremonias oficiales;esta vez estara, como el faran, enel punto de mira de dignatarios sinindulgencia.

    Iset la bella se inmoviliz a unmetro de Ramss.

    l, su primer y nico amor,segua impresionndola. Erademasiado grande para ella, nuncapercibira la magnitud de su

  • pensamiento, pero la magia de lapasin colmaba aquel infranqueablefoso.

    Ests lista?La reina de Egipto se inclin.Cuando apareci la pareja

    real, las conversaciones cesaron.Ramss e Iset la bella ocuparon sutrono.

    Amigo de infancia del faran yministro de Asuntos Exteriores, elelegantsimo Acha, que de buenagana creaba moda, se adelant. Alobservar el refinado personaje, con

  • su pequeo y cuidado bigote, susojos chispeantes de inteligencia yademanes casi desdeosos, nadiehabra imaginado que senta pasinpor la aventura y que no habavacilado en poner en peligro suvida en territorio hitita durante unapeligrosa misin de espionaje.Aficionado a las mujeres bellas, lashermosas ropas y la buena carne,Acha posaba sobre el mundo unamirada irnica, desengaada aveces, pero en la que arda undeseo que nada ni nadie conseguira

  • apagar: actuar por la gloria deRamss, el nico ser por el quesenta, a pesar de que no se lo habaconfesado nunca, una admiracinsin lmites.

    Majestad, el Sur se somete avos y os trae sus riquezas,pidindoos el aliento de vida; elNorte implora el milagro de vuestrapresencia; el Este rene sus tierraspara ofrecroslas; el Oeste searrodilla humildemente, sus jefes seinclinan ante vos.

    El embajador del Hatti se

  • destac de la masa del grupo de losdiplomticos y mostr sus respetosa la pareja real.

    El faran es el dueo delfulgor declar, el aliento defuego que da vida o destruye. Quesu ka exista eternamente, que sutiempo sea feliz, que para l lleguea su hora la crecida, pues pone enmarcha la energa divina, l, queparticipa a la vez del cielo y de latierra. Bajo el reinado de Ramssya no hay rebeldes, cada pas esten paz.

  • Los regalos siguieron a losdiscursos. De lo ms profundo deNubia a los protectorados deCanan y Siria, el imperio deRamss el Grande rindi homenajea su dueo.

    El palacio se habaadormecido; slo el despacho delrey segua an iluminado.

    Qu ocurre, Acha? pregunt Ramss.

    Las Dos Tierras sonprsperas, reina la abundancia en

  • cada provincia, los graneros lleganal cielo, eres la vida de tu pueblo,eres...

    Los discursos hanterminado. Por qu el embajadorhitita se lanza a tan exageradoselogios?

    La diplomacia...No, hay algo ms. De qu

    se trata?Acha pas un manicurado

    ndice por su perfumado bigote.Reconozco que me siento

    turbado.

  • Acaso Hattusil cuestiona lapaz?

    Nos hara llegar mensajesde otro tipo.

    Dame tu verdadera opinin.Creme, estoy perplejo.Con los hititas, permanecer

    en la duda sera un error fatal.Debo entender que me

    encargas que descubra la verdad?Hemos vivido demasiados

    aos apacibles ya; en estos ltimostiempos, te adormecas.

  • 3 Pequeo, enclenque y flaco a

    pesar de las enormes cantidades dealimento que ingera a cualquierhora del da y de la noche, Ameniera, como Acha, un amigo deinfancia de Ramss. Con alma deescriba, trabajador infatigable,reinaba sobre un restringido equipode unos veinte especialistas que,sobre todos los temas esenciales,preparaban sntesis para el faran.Ameni daba pruebas de una notable

  • eficacia y, a pesar de losenvidiosos que no le ahorrabaninfundadas crticas, Ramss leotorgaba toda su confianza.

    Aunque sufra continuosdolores de espalda, el escriba, cuyatez era tan plida que a menudopareca que iba a desmayarse,segua obstinndose en llevarpersonalmente montones detablillas de madera y de papiros.Sin embargo, agotaba a sussubordinados, necesitaba slobreves perodos de sueo y

  • manejaba durante horas y horas lospinceles para redactar notasconfidenciales que slo Ramssconoca.

    Puesto que el faran habadecidido pasar varios meses enTebas, Ameni se haba desplazadocon sus ayudantes. Portasandaliasdel rey, oficialmente, al escriba leimportaban un pimiento los ttulos ylos honores; su nica obsesin, aligual que la del dueo de Egipto,era la prosperidad del pas. Aspues, no se conceda ni un momento

  • de reposo por miedo a cometer unerror fatal.

    Ameni coma pur de centenoy queso fresco cuando Ramss entren su despacho atestado dedocumentos.

    Has acabado de almorzar?No tiene importancia,

    majestad. Tu presencia aqu nopresagia nada bueno.

    Tus ltimos informesparecan ms bien tranquilizadores.

    Parecan... A qu sedebe esta restriccin? Tu majestad

  • no imaginar que le oculto el menordetalle!

    Con la edad, Ameni se volvagrun. Encajaba mal la crtica, sequejaba de las condiciones detrabajo y no vacilaba en regaar aquienes intentaban darle consejos.

    No imagino nada semejantedijo Ramss con serenidad,intento comprender.

    Comprender qu?No existe algn terreno que

    te cause cierta preocupacin?Ameni reflexion en voz alta.

  • La irrigacin estperfectamente asegurada, as comoel mantenimiento de los diques...Los jefes de provincia obedecen lasdirectrices y no manifiestan ningninoportuno deseo deindependencia... La agricultura estbien administrada, la poblacin nopasa hambre y est correctamentealojada, la organizacin de lasfiestas no presenta defecto alguno,las comunidades de maestros deobras, canteros, talladores depiedra, escultores y pintores

  • trabajan en todo el pas... No, noveo por qu tendra queinquietarme.

    Ramss debera habersetranquilizado, pues Ameni no tenaigual para percibir un fallo en elsistema administrativo y econmicodel pas; y sin embargo, el reysegua preocupado.

    Acaso tu majestad meoculta alguna informacin esencial?

    Sabes muy bien que soyincapaz de hacerlo.

    Qu ocurre entonces?

  • El embajador hitita se hamostrado excesivamente halagadorpara con Egipto.

    Bah! Esa gente slo sabehacer la guerra y mentir.

    He sentido la proximidad deuna tormenta que nace en el seno deEgipto, una tormenta preada dedevastador granizo.

    Ameni se tom en serio laintuicin del monarca; al igual quesu padre, Seti, Ramss mantenavnculos particulares con elterrorfico dios Set, seor de las

  • perturbaciones celestes y del rayo,pero defensor tambin de la barcasolar a la que intentaban destruirlos monstruos.

    En el seno de Egipto repiti el escriba, turbado. Qusignifica ese presagio?

    Si Nefertari estuviera aqutodava, su mirada descifrara elporvenir.

    Ameni enroll un papiro yguard sus pinceles, triviales gestospara disipar la tristeza que seapoderaba de su alma tanto como la

  • de Ramss. Nefertari era la belleza,la inteligencia y la gracia, laapacible sonrisa de un Egiptocolmado; cuando tuvo la suerte deverla, Ameni casi haba olvidado sutrabajo. Pero al secretarioparticular del faran no le gustabademasiado Iset la bella; sin dudaRamss no se haba equivocado alasociarla al trono, aunque lafuncin de reina fuera demasiadopesada para los hombros de esamujer, tan alejada de las realidadesdel poder. Al menos amaba a

  • Ramss, y esta cualidad disipabamuchos defectos.

    Tiene tu majestad una pistaque ofrecerme?

    Lamentablemente no.Entonces ser preciso que

    aumentemos la vigilancia.No me gusta demasiado

    esperar los golpes.Lo s, lo s gru Ameni

    ; y yo que deseaba tomar un dade descanso... Dejar para mstarde este privilegio.

  • Predominantemente blanca,

    con algunas manchas rojas en ellomo y los flancos teidos deverde, de un metro veinte de largo,la vbora cornuda, de cabeza planay gruesa cola, se arrastrlateralmente hacia la pareja quehaca el amor al abrigo de unapalmera. Tras haber pasado lajornada enterrado en la arena, elreptil sala de caza al caer la noche.En perodos clidos, su mordeduraprovocaba una muerte inmediata.

  • Ni el hombre ni la mujer,abrazados con ardor, parecanconscientes del peligro. Felina,flexible como una liana, risuea, lajoven nubia obligaba a su amante,un cincuentn robusto y rechoncho,de cabellos negros y piel mate, adesplegar todos los recursos de suvirilidad. Unas veces dulce, otrasapremiante, la nubia no dabadescanso alguno al egipcio, que laasaltaba con el ardor de un primerencuentro. En la calidez de lanoche, compartan un placer

  • ardiente, como un sol de esto.La vbora estaba slo a un

    metro de la pareja.Con fingida brutalidad, el

    hombre tumb de espaldas a lamujer y le bes los pechos.Floreciente, ella le recibi.Clavndose la mirada, sedevoraban con avidez.

    Con un gesto rpido y firme,Loto agarr la vbora cornuda porel cuello. El reptil silb y mordi elvaco.

    Hermosa presa coment

  • Seta sin dejar de hacer el amorcon su esposa. Veneno deprimera calidad obtenido sin fatiga.

    De pronto, la hermosa Loto semostr menos acuciante.

    Tengo un malpresentimiento.

    A causa de esta vbora?Ramss est en peligro.Encantador de serpientes y

    amigo de infancia del faran, quienle haba encargado administrar unaprovincia nubia, Seta se tomabamuy en serio las advertencias de la

  • bella hechicera con la que se habacasado. Entre ambos habancapturado un incalculable nmerode reptiles, a cual ms peligroso, yrecogido el veneno indispensablepara la fabricacin de remediosactivos contra gravesenfermedades.

    Independientes, huraos, Setay Loto haban acompaado, sinembargo, a Ramss por los camposde batalla, tanto al Sur como alNorte, y curado a los soldadosheridos. Colocados a la cabeza de

  • un laboratorio de Estado, habanconocido una felicidad sin lmitescuando el faran les solicit quehicieran fructificar el territorionubio que tanto queran.Ciertamente, el virrey de Nubia,funcionario conformista y friolento,intentaba poner trabas a susiniciativas, pero tema a aquellapareja que haca custodiar sumorada por las cobras.

    De qu peligro se trata? se preocup Seta.

    No lo s.

  • Ves algn rostro?No respondi Loto, es

    una especie de malestar, pero porunos instantes he sabido queRamss era amenazado aadi, yse levant manteniendo an lavbora en su puo cerrado.Debes intervenir, Seta.

    Qu puedo hacer desdeaqu?

    Vayamos a la capital.El virrey de Nubia

    aprovechar nuestra ausencia paraanular las reformas.

  • No importa; si Ramssnecesita nuestra ayuda, debemosestar a su lado.

    Desde haca mucho tiempo, elarisco Seta, al que ningn altofuncionario poda dictar suconducta, no discuta ya lasdirectrices de la dulce Loto.

    El sumo sacerdote de Karnak,Neb, se haba convertido en unanciano. Como haba escrito elsabio Ptah-hotep en sus clebresMximas, la extremada vejez se

  • traduca en un perpetuoagotamiento, una debilidad que nodejaba de renovarse y una tendenciaa dormirse, incluso durante el da.La visin disminua, cada vez seoa menos, faltaba la fuerza, elcorazn se fatigaba, apenas sehablaba, los huesos dolanconstantemente, desapareca elgusto, se tapaba la nariz, y resultabatan penoso levantarse comosentarse.

    Pese a aquellos males, elanciano Neb segua cumpliendo la

  • misin que Ramss le habaconfiado: velar por las riquezas deldios Amn y de su ciudad-templode Karnak. El sumo sacerdotedelegaba casi todas las tareasmateriales en Bakhen, el segundoprofeta, que ejerca su autoridadsobre ochenta mil personasempleadas en las canteras, lostalleres, los campos, los vergeles ylas vias.

    Cuando Ramss le habanombrado sumo sacerdote, Neb nose haba engaado; el joven

  • monarca exiga que Karnak leobedeciera y no manifestaraveleidad de independencia alguna.Pero Neb no era un hombre depaja y haba luchado para queKarnak no fuera expoliado enbeneficio de otros templos. Comoel faran se haba preocupado pormantener la armona en todo el pas,Neb haba sido un pontfice feliz.

    Informado por Bakhen, elanciano no sala ya de su modestamorada de tres habitaciones,construida junto al lago sagrado de

  • Karnak. Por la noche le gustabaregar los arriates de iris que tenaplantados a ambos lados de lapuerta de entrada; cuando ya notuviera fuerzas para hacerlo,solicitara al rey que le liberara desus funciones.

    Al descubrir que un jardineroarrancaba las malas hierbas, Nebno ocult su descontento.

    Nadie est autorizado atocar mis iris!

    Ni siquiera el faran deEgipto?

  • Ramss se levant y se dio lavuelta.

    Majestad, os ruego que...Haces bien velando

    personalmente por este tesoro,Neb. Has trabajado bien porEgipto y por Karnak. Plantar, vercomo crece, cuidar esa vida frgil ytan bella... Acaso hay ms nobletarea? Tras la muerte de Nefertari,pens en hacerme jardinero, lejosdel trono, lejos del poder.

    No tenis derecho a hacerlo,majestad.

  • Esperaba mayorcomprensin.

    Que un viejo como yoaspire al descanso es lgico, perovos...

    Ramss contempl la lunaascendente.

    Se aproxima la tormenta,Neb; necesito hombres leales ycompetentes para afrontar loselementos desencadenados. Seacual sea tu edad y tu estado desalud, deja para ms tarde tusproyectos de retirarte. Sigue

  • controlando Karnak como hastaahora.

  • 4 El embajador del Hatti, enteco

    hombrecillo de unos sesenta aos,se present ante la puerta delMinisterio de Asuntos Exteriores.De acuerdo con la costumbre,deposit un ramo de crisantemos ylises en el altar de piedra, a lospies de una estatua de babuino,encarnacin de Thot, dios de losescribas, de la lengua sagrada y delconocimiento. Luego se dirigi a unoficial armado con una lanza.

  • El ministro me aguarda declar en tono seco.

    Voy a avisarle.Vestido con una tnica roja y

    azul a franjas, con los cabellosnegros abrillantados por una gomaaromtica y el rostro ensombrecidopor una estrecha barba, elembajador aguard caminando deun lado a otro.

    Sonriente, Acha fue a suencuentro.

    Espero no haberos hechoaguardar demasiado. Vayamos al

  • jardn, querido amigo, allestaremos tranquilos.

    Alrededor de un estanquecubierto de lotos azules, laspalmeras y los azufaifosdispensaban una sombra agradable.Un criado deposit en una mesillacopas de alabastro llenas decerveza fresca y una cesta de higos,y desapareci.

    No temis dijo Acha,nadie puede ornos.

    El embajador hitita vacilantes de sentarse en una silla

  • plegable de madera, provista de unalmohadn de lino verde.

    Qu temis?A vos, Acha.El jefe de la diplomacia

    egipcia no perdi su sonrisa.Realic misiones de

    espionaje, es cierto, pero esa pocaya ha terminado. Ahora me heconvertido en un personaje oficial,que aprecia su respetabilidad y notiene el menor deseo de lanzarse atortuosas empresas.

    Por qu voy a creeros?

  • Porque, como vos, tengo unsolo objetivo: fortalecer la pazentre nuestros pueblos.

    Respondi el faran a laltima carta del emperadorHattusil?

    Naturalmente. Ramss ledio excelentes noticias de la reinaIset y de sus caballos, y se felicitpor el perfecto respeto del tratadoque une para siempre Egipto y elHatti.

    El rostro del embajador seensombreci.

  • A nuestro modo de ver, esdel todo insuficiente.

    Qu esperabais?Al emperador Hattusil le ha

    sorprendido el tono de las ltimascartas del faran; tiene la sensacinde que Ramss le considera unsbdito y no un igual.

    La agresividad deldiplomtico apenas se disimulaba.

    Ha tomado ese descontentoproporciones alarmantes? interrog Acha.

    Eso temo.

  • Tan pequea diferenciapuede poner en cuestin nuestrasalianzas?

    Los hititas son orgullosos.Quien hiera su orgullo provocar suvenganza.

    No es aberrante magnificarun pequeo incidente?

    Para nosotros es de sumaimportancia.

    Temo comprenderos... Noser esta posicin materia denegociaciones?

    No lo es.

  • Acha tema esa eventualidad.En Kadesh, Ramss haba derrotadoa la coalicin dirigida por Hattusil;su rencor no haba desaparecido,buscaba cualquier pretexto parareafirmar su supremaca.

    Llegarais hasta...?Hasta denunciar el tratado

    precis el embajador hitita.Acha decidi utilizar su arma

    secreta.Os devolvera este texto a

    sentimientos ms conciliadores?El egipcio entreg al hitita una

  • carta redactada por Ramss.Intrigado, el diplomtico ley envoz alta la misiva:

    Que tu salud sea buena,Hattusil, hermano mo, as como lade tu esposa, tu familia, tus caballosy tus provincias. Acabo deexaminar tus reproches: creo que tehe tratado como a uno de missbditos y eso me aflige. Puedesestar seguro de que te concedo lasconsideraciones debidas a tu rango;quin sino tu es el emperador de

  • los hititas? Te garantizo que teconsidero un hermano.

    El embajador parecisorprendido.

    Es Ramss el autor de estacarta?

    No lo dudis.Reconoce su error el

    faran de Egipto?Ramss desea la paz. Y

    tengo que anunciaros una decisinimportante: la apertura, en Pi-Ramss, de un palacio de los pases

  • extranjeros donde vos mismo y losdems diplomticos gozaris de unaadministracin permanente y unpersonal cualificado. La capitalegipcia ser as centro de undilogo constante con sus aliados yvasallos.

    Notable concedi elhitita.

    Quiere eso decir quevuestras belicosas intenciones seesfumarn rpidamente?

    Me temo que no.Esta vez, Acha se sinti

  • realmente inquieto.Debo concluir que nada

    atenuar la susceptibilidad delemperador?

    En lo esencial, Hattusiltambin desea consolidar la paz,pero pone una condicin.

    El embajador hitita revel lasverdaderas intenciones delemperador. Acha ya no tena ganasde sonrer.

    Como todas las maanas, unosritualistas celebraban el culto del

  • ka de Seti en su magnfico templode Gurnah, en la orilla occidentalde Tebas. El responsable de lanecrpolis se dispona a depositaren un altar una ofrenda de uva,higos y madera de enebro cuandouno de sus subordinados lemurmur unas palabras al odo.

    El faran aqu? Pero nome han avisado!

    El sacerdote se volvi ydescubri la alta estatura delmonarca, vestido con una tnica delino blanco. El poder y el

  • magnetismo de Ramss bastabanpara distinguirle de los demscelebrantes.

    El faran tom la bandeja delas ofrendas y penetr en la capilladonde viva el alma de su padre. Enaquel templo Seti haba anunciadola coronacin de su hijo menor,concluyendo as la iniciacin a laque lo haba sometido, con amor yrigor, desde la adolescencia. Lasdos coronas, las grandes demagia, haban sido slidamentesujetas a la cabeza del Hijo de la

  • Luz, cuyo destino se habaconvertido en el de Egipto.

    Suceder a Seti parecaimposible. Pero la verdaderalibertad de Ramss haba consistidoen no elegir, en acatar la Regla ysatisfacer a los dioses, de modo quelos hombres fueran felices.

    Hoy, Seti, Tuya y Nefertarirecorran los hermosos caminos dela eternidad y bogaban en barcascelestiales; en la tierra, sus templosy sus tumbas inmortalizaban sunombre. Hacia su ka se volvan los

  • humanos cuando sentan el deseo depenetrar en los misterios del otromundo.

    Una vez finalizado el rito,Ramss se dirigi hacia el jardndel templo, dominado por unsicomoro en el que anidaban garzasreales.

    La suave y grave meloda deloboe le encant. Una msica lenta,tristes inflexiones iluminadas poruna sonrisa, como si la esperanzalograra siempre disipar la afliccin.

    Sentada en un murete, al

  • abrigo del follaje, la intrpretetocaba con los ojos cerrados. Conlos cabellos negros y brillantes, losrasgos del rostro puros y regularescomo los de una diosa, Meritamn,de treinta y tres aos de edad,estaba en el apogeo de su belleza.

    A Ramss se le puso elcorazn en un puo. Meritamn separeca tanto a su madre, Nefertari,que casi era su sosias. Dotada parala msica, haba elegido, desde muyjoven, entrar en el templo y viviruna existencia recluida al servicio

  • de la divinidad. Ese haba sido elsueo de Nefertari, que Ramsshaba roto al pedirle que fuera sugran esposa real. Meritamn podrahaber ocupado el primer lugar entrelas intrpretes sagradas del templode Karnak, pero prefera residiraqu, junto al alma de Seti.

    Las ltimas notasemprendieron el vuelo hacia el sol;la intrprete dej su oboe en elmurete y abri los ojos.

    Padre! Hace mucho queests aqu?

  • Ramss se acerc a su hija y laabraz largo rato.

    Te aoro, Meritamn.El faran es el esposo de

    Egipto, su hijo es el pueblo entero.Cmo es posible que t, que tienesms de cien hijos e hijas, teacuerdes todava de m?

    l se apart y la admir.Los hijos reales... Se trata

    slo de ttulos honorficos. T eresla hija de Nefertari, mi nico amor.

    Ahora tu esposa es Iset labella.

  • Me lo reprochas?No, hiciste bien; no te

    traicionar.Aceptas venir a Pi-

    Ramss?No, padre. El mundo

    exterior me aburre. Hay algo msesencial que la celebracin de losritos? Todos los das pienso en mimadre: realizo su sueo y estoyconvencida de que mi felicidadalimenta su eternidad.

    Te leg su belleza y sucarcter; tengo alguna posibilidad

  • de convencerte?Ninguna, lo sabes muy bien.Tom suavemente sus manos.Realmente ninguna?Ella sonri con la gracia de

    Nefertari.Te atrevers a darme una

    orden?Eres el nico ser a quien el

    faran renuncia a imponer suvoluntad.

    Esto no es una derrota,padre; en el templo soy ms til queen la corte. Hacer vivir el espritu

  • de mis abuelos y mi madre meparece una tarea fundamental. Si nomantuviramos el vnculo con losantepasados, qu mundoerigiramos?

    Sigue tocando esta msicacelestial, Meritamn; Egipto lanecesitar.

    La angustia oprimi el coraznde la muchacha.

    Qu peligro temes?Amenaza tormenta.Acaso no eres t el dueo?Toca, Meritamn, toca

  • tambin para el faran; creaarmona, hechiza a las divinidades,atrelas hacia el doble pas.Amenaza tormenta y serterrorfica.

  • 5 Serramanna golpe con tal

    fuerza la pared de la sala deguardia que incluso se desprendiun pedazo de yeso.

    Qu quieres decir con queha desaparecido?

    Desaparecido, jefe confirm el soldado encargado dela vigilancia del prncipe hitita Uri-Techup.

    El gigante sardo agarr a susubordinado por los hombros, y el

  • infeliz, aunque robusto, crey queiba a ser destrozado.

    Te ests burlando de m?No, jefe, os juro que no!Entonces, se ha largado

    delante de tus narices?Se ha esfumado entre la

    multitud.Y por qu no has hecho que

    registraran las casas del barrio?Uri-Techup es un hombre

    libre, jefe! No tenemos razn algunapara lanzar tras l a la polica. Elvisir nos inculpara por abuso de

  • poder.Serramanna gru como un

    toro furioso y solt a susubordinado. El muy torpe tenarazn.

    Cules son las rdenes,jefe?

    Aumentad la proteccin entorno al faran. Al primero querompa la disciplina, le hundir elcasco en el crneo.

    Los miembros de la guardiapersonal de Ramss no se tomaronla amenaza a la ligera. En un acceso

  • de furia, el antiguo pirata era capazde ponerla en prctica.

    Para calmar su rabia,Serramanna plant una serie depuales en el corazn de un blancode madera. La desaparicin de Uri-Techup no presagiaba nada bueno.Corrodo por el odio, el hititautilizara su recuperada libertadcomo un arma contra el dueo deEgipto, pero cundo y de qumodo?

    Asistido por Acha, Ramss en

  • persona inaugur el palacio de lospases extranjeros ante una cohortede diplomticos. Con su habitualardor, Acha pronunci un clidodiscurso en el que las palabraspaz, cordial entendimiento ycooperacin econmicaaparecieron a intervalos regulares.Un suntuoso banquete clausur,como era debido, la ceremonia quesealaba el advenimiento de Pi-Ramss como capital del PrximoOriente, acogedora para todos lospueblos.

  • Ramss haba heredado de supadre el poder de penetrar en lossecretos de los seres; a pesar de losdones de interpretacin de Acha,supo que su amigo estabaangustiado y que suspreocupaciones se relacionaban conla tormenta que el soberano habaprevisto.

    Apenas concluidas lasmundanidades, ambos hombres seaislaron.

    Brillante perorata, Acha.Las obligaciones del oficio,

  • majestad. Esta iniciativa te harms popular an.

    Cmo reaccion elembajador hitita ante mi carta?

    De un modo excelente.Pero Hattusil exige ms, no

    es cierto?Es muy posible.No soy muy diplomtico,

    Acha. Te exijo que me digas laverdad.

    Ser mejor que te avise: sino aceptas las condiciones deHattusil, nos declararn la guerra.

  • Chantaje! En ese caso, nisiquiera quiero conocerlas.

    Escchame, te lo ruego!Hemos trabajado demasiado por lapaz, para verla destruida en uninstante.

    Habla sin ocultarme nada.Sabes que Hattusil y su

    esposa, Putuhepa, tienen una hija.Segn dicen, es una muchacha degran belleza y despiertainteligencia.

    Mejor para ella.Hattusil desea reforzar la

  • paz; a su entender, el mejor modode conseguirlo es celebrando unaboda.

    Debo entender...?Me has entendido a la

    primera palabra. Para sellardefinitivamente el entendimiento,Hattusil no slo exige que te casescon su hija sino tambin, y sobretodo, que la conviertas en tu granesposa real.

    Olvidas que Iset la bellarealiza esta funcin?

    Para un hitita, este tipo de

  • detalles tiene poca importancia. Lamujer debe obediencia a su marido;si la repudia, slo puededoblegarse y callar.

    Estamos en Egipto, Acha, noen un pas brbaro. Merecomiendas acaso que aparte a Isetpara volverme a casar con unahitita, hija de mi peor enemigo?

    Hoy tu mejor aliado rectific el ministro de AsuntosExteriores.

    Es una exigencia absurda eindignante!

  • En apariencia s; enrealidad, no carece de inters.

    No infligir semejantehumillacin a Iset.

    No eres un marido como losdems; la grandeza de Egipto debeestar por encima de lossentimientos.

    Has tratado ya a tantasmujeres que te has vuelto cnico,Acha?

    La fidelidad me es ajena, escierto, pero te estoy dando miopinin como ministro adems de

  • como un amigo.Es intil que les pregunte a

    mis hijos Kha y Merenptah;conozco de antemano su respuesta.

    Quin podra reprocharlesvenerar a su madre, Iset la bella, lagran esposa real de Ramss? La pazo la guerra... esa es la eleccin queafrontas.

    Cenemos con Ameni; deseoconsultarle.

    Tendrs tambin la opininde Seta, que acaba de llegar deNubia.

  • Por fin una noticiaexcelente!

    Seta, el encantador deserpientes enamorado de Nubia,Acha, el diplomtico de penetrantevista, Ameni, el escriba riguroso yabnegado... ya slo faltaba Moisspara reconstituir la comunidad deestudiantes de la Universidad deMenfis que, muchos aos antes,compartan los goces de la amistady se preguntaban sobre la naturalezadel verdadero poder.

  • El cocinero de Ramss sehaba superado: pastel de puerros ycalabacines con caldo de carne,cordero lechal asado al tomilloacompaado con pur de higos,riones en adobo, queso de cabra,pasteles de miel cubiertos de zumode algarroba. En honor de aquelreencuentro, Ramss haba hechoservir un vino tinto del ao 3 deSeti, cuyo paladar provoc en Setauna especie de xtasis.

    Seti merece todos loselogios! exclam el amigo de las

  • cobras, que vesta su eterna tnicade piel de antlope, con susmltiples bolsillos saturados deremedios contra el veneno.Cuando un reino producesemejantes maravillas, es porque hasido bendecido por los dioses.

    En el terreno de la eleganciadeplor Acha, no has hechoprogreso alguno.

    Exacto aprob Ameni.T, escriba, limtate a

    comer dos veces lo que pesas.Cul es tu secreto para no

  • engordar?El trabajo al servicio del

    reino.Tienes algo que reprochar

    a mi modo de hacer fructificarNubia?

    Si as fuera, ya hara muchotiempo que habra redactado uninforme negativo.

    Cuando vuestra habitualesgrima haya terminado intervinoAcha, tal vez podamos abordartemas ms serios.

    Moiss es el nico que falta

  • record Ramss, soador;dnde est ahora, Acha?

    Sigue vagando por eldesierto y librando batallas, nuncallegar a su Tierra Prometida.

    Moiss se ha equivocado alelegir el camino, pero ese caminole conducir a alcanzar su objetivo.

    Como t reconociAmeni, siento nostalgia; perocmo olvidar que nuestro amigohebreo traicion a Egipto?

    No es hora de ponerse arecordar interrumpi Seta.

  • Para m, un amigo que se aleja asya no es un amigo.

    Le rechazaras sipresentara disculpas? preguntRamss.

    Cuando un hombre hasuperado ciertos lmites ya nopuede dar marcha atrs. El perdnes la coartada de los dbiles.

    Afortunadamente consider Acha, Ramss no te haconfiado nuestra diplomacia.

    Con las serpientes no haymedias tintas; el veneno te cura o te

  • mata.Moiss ya no est en el

    orden del da estim Ameni.He venido hasta aqu porque

    Loto me lo ha pedido explicSeta; gracias a sus dotes devidente advirti que Ramss estabaen peligro. Es eso cierto?

    El faran no lo desminti.Seta se volvi hacia Ameni.

    En vez de devorar esepastel, dinos lo que hasdescubierto.

    Nada... nada! Para m todo

  • est en orden.Y por tu lado, Acha?El diplomtico se lav los

    dedos en un bol de agua con limn.Hattusil exige que Ramss

    se case con su hija.Dnde est el problema?

    pregunt Seta divertido. Esetipo de matrimonio diplomtico sepractic con buenos resultados enel pasado, y esa hitita slo sera unaesposa secundaria ms.

    En el presente caso, lasituacin es ms compleja.

  • Es horrible la novia?El emperador hitita quiere

    que su hija sea la gran esposa real.Seta se indign.Eso significa... que nuestro

    viejo enemigo obliga al faran arepudiar a Iset.

    La frmula es algo brutal consider Acha, pero no carecede perspicacia.

    Detesto a los hititas reconoci Seta vaciando unanueva copa de vino. Iset la bellano es Nefertari, cierto, pero no

  • merece semejante suerte.Por una vez estoy de

    acuerdo contigo declar Amenien tono hurao.

    Sois demasiado impulsivosles reproch Acha: olvidisque est en juego la paz.

    Los hititas no nosimpondrn su ley protest Seta.

    Ya no son nuestrosenemigos les record el ministrode Asuntos Exteriores.

    Te equivocas! Hattusil ysus congneres nunca renunciarn a

  • apoderarse de Egipto.No lo entiendes; el

    emperador hitita desea la paz, peroimpone condiciones. Por qurechazarlas sin reflexionar?

    Slo me fo de mi instinto.Yo he reflexionado

    afirm Ameni. No me gustademasiado Iset la bella, pero es lareina de Egipto, la gran esposa realque Ramss eligi tras la muerte deNefertari. Nadie, ni siquiera elemperador de los hititas, tienederecho a ofenderla.

  • Insensata actitud! consider Acha. Deseis acasoenviar a la muerte a miles deegipcios, ensangrentar nuestrosprotectorados del norte y poner enpeligro la propia paz?

    Ameni y Seta interrogaron aRamss con la mirada.

    Tomar la decisin a solasdijo el faran.

  • 6 El jefe del convoy vacilaba.

    No saba si seguir por la costa,pasando por Beirut, para dirigirsehacia el sur, atravesar Canan yllegar a Sil, o tomar la pista quebordea el Ante-Lbano y el monteHermn, dejando Damasco al este.

    Fenicia no careca de encanto:bosques de encinas y cedros,nogales de fresca sombra, higuerasde deliciosos frutos, acogedorasaldeas donde era agradable

  • permanecer unos das.Pero era preciso entregar

    enseguida olbano en Pi-Ramss,aquel olbano cosechado en lapennsula arbiga a costa depenosos esfuerzos.

    A aquel incienso blanco quelos egipcios denominaban sonter,el que diviniza, se le aada larojiza mirra, no menos preciosa.Los templos necesitaban esa rarasustancia para celebrar los ritos; enlos santuarios se exhalaban susperfumes, que ascendan hasta el

  • cielo y encantaban a los dioses.Embalsamadores y mdicos lautilizaban tambin.

    El rbol del incienso deArabia, de pequeas hojas de unverde oscuro, meda de cinco aocho metros de altura; en agosto yseptiembre se abran sus floresdoradas de corazn prpuramientras, bajo la corteza, brotabangotitas de resina blanca. Un expertocapaz de rascar la corteza obtenatres cosechas anuales recitando lavieja frmula mgica: S feliz

  • conmigo, rbol del incienso, elfaran te har crecer.

    Los transportistas llevabantambin cobre de Asia, estao yvidrio, pero aquellos materiales,buscados y fciles de vender, notenan el valor del olbano. Una vezefectuada la entrega, el patrndescansara en su hermosa mansindel Delta.

    Con la frente desnuda, dilatadoel vientre, el proveedor de olbanoera un buen comensal, pero nobromeaba con el trabajo. Verificaba

  • personalmente el estado de loscarros y la salud de los asnos; porlo que a sus empleados se refiere,estaban correctamente alimentadosy gozaban de largas paradas, perono estaban autorizados a gemir, sopena de perder el trabajo.

    El jefe del convoy opt por lapequea ruta montaosa, ms difcilpero menos larga que el caminocostero; la sombra sera allgenerosa y los animales disfrutarande un relativo frescor.

    Los asnos avanzaban a buen

  • paso, los veinte miembros delconvoy canturreaban, el vientofacilitaba la marcha.

    Patrn...Qu pasa?Tengo la impresin de que

    nos siguen.El jefe del convoy se encogi

    de hombros.Cundo olvidars tu

    pasado de mercenario? Ahora reinala paz y viajamos seguros.

    No lo niego, pero de todosmodos nos siguen. Es extrao.

  • No somos los nicosmercaderes!

    Si son vagabundos, que nocuenten conmigo para darles miracin.

    Deja de preocuparte y vigilatus asnos.

    La cabeza del convoy seinmoviliz de pronto.

    Furioso, el jefe remont lacolumna y comprob que un montnde ramas impeda avanzar a losasnos.

    Despejad todo eso!

  • Cuando los hombres dedelante comenzaban la tarea, unanube de flechas los derrib.Atnitos, sus colegas intentaronhuir, pero no lograron escapar desus agresores. El ex mercenarioblandi un pual, escal la rocosapendiente y se arroj sobre uno delos arqueros. Pero un atleta decabellos largos le abri el crneocon el filo de un hacha de mangocorto.

    El drama no haba durado msque unos minutos. Slo el jefe del

  • convoy haba sido respetado.Tembloroso, incapaz de huir, vioacercarse al asesino de ampliotorso cubierto de vello rojizo.

    Djame vivir... Teconvertir en un hombre rico!

    Uri-Techup solt unacarcajada y hundi su espada en elvientre del infeliz. El hititadetestaba a los mercaderes.

    Sus aclitos feniciosrecuperaron sus flechas y sepusieron en camino. Los asnosobedecieron las rdenes de sus

  • nuevos dueos.

    El sirio Raia tema laviolencia de Uri-Techup, pero nohaba encontrado mejor aliado paradefender la causa de las faccionesque rechazaban la paz y deseabanderribar a Ramss a toda costa.Durante aquella tregua, Raia seenriqueca; sin embargo estabaconvencido de que la guerraestallara de nuevo y los hititas selanzaran al asalto de Egipto. Elantiguo general en jefe Uri-Techup

  • sera elegido en plebiscito por sustropas y les insuflara el gusto porla victoria. Haberle ayudado a salirdel abismo le valdra a Raia, en unporvenir ms o menos lejano, unaposicin privilegiada.

    Cuando el hitita apareci en sualmacn, Raia no pudo contener unimperceptible movimiento deretroceso. Tena la sensacin deque aquel ser cruel, glido ehirviente a la vez poda cortarle elcuello por el simple placer dematar.

  • Ya estis de regreso!No ests contento de

    volver a verme, Raia?Al contrario, prncipe. Pero

    vuestra tarea no era sencilla y...La he simplificado.La fina barba del mercader

    sirio tembl. Haba solicitado aUri-Techup que se pusiera encontacto con los fenicios y lescomprara el cargamento de olbanoprocedente de la pennsula arbiga.Las negociaciones podan serlargas, pero Raia haba dado a Uri-

  • Techup bastantes placas de estaopara convencer al jefe del convoyde que cediera su carga. El siriohaba aadido tambin una placa deplata, de contrabando, raras vasijasy hermosas piezas de pao.

    Simplificado... De qumodo?

    Los mercaderes parlotean;yo acto.

    De modo que habisconseguido fcilmente que el jefedel convoy os vendiera el olbano.

    Uri-Techup sonri con

  • malicia.Muy fcilmente.Y sin embargo, es duro

    regateando.Nadie discute con mi

    espada.No habris...?Contrat mercenarios y

    hemos eliminado a los hombres delconvoy, incluido su jefe.

    Pero por qu...?No me gusta parlamentar y,

    despus de todo, tengo el olbano.No es eso lo esencial?

  • Habr una investigacin!Arrojamos los cuerpos al

    fondo de un barranco.Raia se pregunt si no debera

    haber llevado la tranquilaexistencia de un mercader; pero erademasiado tarde para retroceder. Ala menor reticencia, Uri-Techup novacilara en librarse de l.

    Y ahora?Debemos destruir el olbano

    estim Raia.No vale una fortuna el

    cargamento?

  • S, pero el comprador, fueracual fuese, nos traicionara; esteolbano estaba destinado a lostemplos.

    Necesito armas, caballos ymercenarios.

    No corris el riesgo devenderlo!

    Los consejos de losmercaderes son siempredetestables! T lo venders por m,en pequeas cantidades, anegociantes que salgan hacia Greciay Chipre. Y comenzaremos a formar

  • redes de fieles decididos a arruinareste maldito pas.

    El plan de Uri-Techup no erairrazonable. Gracias aintermediarios fenicios, Raia sedeshara del olbano sin excesivosriesgos. Absolutamente hostil aEgipto, Fenicia albergaba a muchosdecepcionados por la poltica deHattusil.

    Necesito respetabilidad prosigui el hitita; Serramannano dejar de acosarme, salvo siparezco ocioso y decidido a gozar

  • de los placeres de la vida.Raia reflexion.Lo que necesitis es casaros

    con una viuda acomodada yhonorable que est falta de amor.

    Tienes alguna a mano?Raia se rasc la barbita.Mi clientela es vasta... Se

    me ocurren dos o tres candidatas.La semana prxima organizar unbanquete y os presentar.

    Cundo saldr de lapennsula arbiga el prximocargamento de olbano?

  • Todava no lo s, perotenemos tiempo. Mi red deinformadores no dejar deavisarnos... aunque una nuevaaccin violenta podra provocar lareaccin del ejrcito egipcio.

    No quedar rastro alguno deviolencia y las autoridades egipciasse sentirn perplejas. Habremosechado mano a la cosecha de todoel ao. Por qu ests tanconvencido de que la falta deolbano har vacilar a Ramss?

    Para Egipto, el ajustado

  • cumplimiento de los ritos esesencial; cuando no se celebran deacuerdo con las reglas establecidasdesde el tiempo de los antepasados,el equilibrio del pas est enpeligro. En cuanto los sacerdotesadviertan que carecen de olbano ymirra, se rebelarn contra Ramss.Y qu podr hacer salvocomprobar su imprevisin? Seracusado de despreciar a los dioses,descontentar al clero y al pueblo.Si conseguimos propagar algunasnoticias falsas que contribuyan a la

  • confusin y privar a Ramss de unoo dos apoyos importantes,estallarn graves disturbios en lasprincipales ciudades.

    Uri-Techup imagin un Egiptopasado a fuego y sangre, entregadoa los desvalijadores, con lascoronas del faran pisoteadas porel ejrcito hitita y la mirada deRamss llena de terror.

    El odio deform el rostro deUri-Techup hasta el punto de que elmercader sirio se asust; duranteunos instantes, el hitita entr en el

  • reino de las tinieblas, perdiendocontacto con el mundo de loshombres.

    Quiero golpear enseguida ycon fuerza, Raia.

    La paciencia esindispensable, seor; Ramss es untemible adversario. Laprecipitacin nos llevara alfracaso.

    He odo hablar de susprotecciones mgicas... Pero sedebilitan con la edad, y Nefertari yano est ah para ayudar al maldito

  • monarca.Nuestra red de espionaje

    haba conseguido manipular alhermano de Ramss y al ministroMeba record Raia; ellosmurieron, pero he conservadopreciosos contactos con la AltaAdministracin. Los funcionariosson a veces parlanchines; uno deellos me dijo que las relacionesdiplomticas entre el Hatti y Egiptopodran degradarse.

    Es una noticia formidable!Cul es la causa de la discordia?

  • El secreto est todava muybien guardado, pero sabr algo ms.

    La suerte est cambiando,Raia. Y crees que soy menostemible que Ramss?

  • 7 La sierva de Iset la bella

    enjabon largo rato la espalda de lareina antes de derramar sobre suesbelto cuerpo agua tibiaperfumada. Utilizaba una sustanciarica en saponina, extrada de lacorteza y de la carne del fruto delbalanites, rbol precioso ygeneroso. Soadora, la reina deEgipto se confi a su manicura y asu peluquera. Un servidor le acercuna copa de leche fresca.

  • Iset la bella se senta mscmoda en Pi-Ramss que enTebas. All, en la orilla occidental,estaba la tumba de Nefertari, en elValle de las Reinas, y su capilla delRamesseum, donde Ramss enpersona sola celebrar el culto;aqu, en la capital cosmopolitacreada por el faran, la existenciaera muy agitada y la gente pensabamenos en el pasado y en el msall.

    Iset se mir en un espejo debronce pulido, en forma de disco y

  • cuyo mango representaba una mujerdesnuda, de largas piernas, con lacabeza coronada por una umbela depapiro.

    S, era bella todava; su pielera suave como una tela preciosa,su rostro haba conservado unaextraordinaria frescura, el amorbrillaba en su mirada. Pero subelleza nunca igualara la deNefertari y agradeca a Ramss queno le hubiera mentido afirmandoque olvidara, algn da, a suprimera gran esposa real. Iset no

  • estaba celosa de Nefertari; sinoque, al contrario, la aorabamuchsimo. Iset la bella nunca habadeseado su puesto; haberle dadodos hijos a Ramss bastaba para sufelicidad.

    Qu distintos eran! El mayor,Kha, de treinta y siete aos, titularde altas funciones religiosas, sepasaba la mayor parte del tiempo enlas bibliotecas de los templos; a losveintisiete aos, el menor,Merenptah, era tan atltico como supadre y demostraba una gran aficin

  • al mando. Tal vez uno de los dosdebera reinar; pero el faran podaelegir tambin, como sucesor, a unode sus numerosos hijos reales, lamayora de los cuales eranbrillantes administradores.

    A Iset no le importaban elpoder ni el porvenir. Saboreaba unoa uno los instantes del milagro queel destino le ofreca. Vivir junto aRamss, participar a su lado en lasceremonias oficiales, verle reinarsobre las Dos Tierras... Habaexistencia ms maravillosa?

  • La sierva trenz los cabellosde la reina, los perfum con mirra,coloc luego una corta peluca a laque aadi una diadema de perlas ycornalina.

    Perdonadme lafamiliaridad... Pero vuestramajestad est arrobadora!

    Iset sonri. Tena que estarbella para Ramss, con el fin dehacerle olvidar que su juventudhaba desaparecido.

    Cuando iba a levantarse, lentr en la habitacin. Ningn

  • hombre poda compararse con l,ninguno posea su inteligencia, sufuerza y su prestancia. Los diosesse lo haban dado todo y ldevolva la ofrenda a su pas.

    Ramss! No estoy vestidatodava.

    Tengo que hablarte de unasunto grave.

    Iset la bella haba temidoaquella prueba. Nefertari sabagobernar, ella no; verse asociada ala conduccin del navo del Estadola aterrorizaba.

  • Tu decisin ser laacertada.

    Esto te afecta directamente,Iset.

    A m? Puedo jurarte que nohe intervenido en modo alguno,que...

    Est en causa tu propiapersona, y la paz est en juego.

    Explcate, te lo ruego!Hattusil exige que me case

    con su hija.Una esposa diplomtica...

    por qu no?

  • Exige mucho ms: que seconvierta en mi gran esposa real.

    Iset la bella permaneciinmvil unos instantes, luego susojos se llenaron de lgrimas. Elmilagro acababa de terminar. Eranecesario que desapareciera ycediese su lugar a una joven yhermosa hitita, smbolo del cordialentendimiento entre Egipto y elHatti. En la balanza, Iset la bellapesaba menos que una pluma.

    La decisin es tuya declar Ramss; aceptas

  • abandonar tus funciones y retirarte?La reina esboz una pobre

    sonrisa.Esa princesa hitita debe de

    ser muy joven...Poco importa su edad.Me has hecho muy feliz,

    Ramss; tu voluntad es la de Egipto.As pues, aceptas?Sera criminal poner

    obstculos a la paz.Pues bien, yo no pienso

    ceder! El emperador del Hatti no vaa dictar sus decisiones al faran de

  • Egipto. No somos un pueblo debrbaros que trata a las mujerescomo criaturas inferiores. Quseor de las Dos Tierras se atrevia repudiar nunca a su esposa real,que participa del ser del faran? Ya m, a Ramss, un guerrero deAnatolia se atreve a pedirme queviole la ley de nuestrosantepasados!

    Ramss tom tiernamente lasmanos de Iset la bella.

    Has hablado en nombre deEgipto, como deba hacerlo una

  • verdadera reina; ahora me tocaactuar a m.

    La luz de poniente se filtr poruna de las tres grandes ventanas concelosas de piedra que iluminabanel vasto despacho de Ramss ycubri de oro la estatua de Seti.Devuelta a la vida por la magia delescultor y la abertura ritual de laboca y los ojos, la efigie delmonarca segua transmitiendo unmensaje de rectitud que slo su hijocaptaba cuando la paz del

  • anochecer se adornaba con elesplendor divino.

    Blancos muros, una gran mesaen la que se haba desplegado unmapa del Prximo Oriente, un sillnde respaldo recto para el faran,sillas de paja para sus visitantes,una biblioteca con los librosconsagrados a la proteccin delalma real y un armario parapapiros: ese era el austero marco enel que Ramss el Grande tomaba,solo, las decisiones quecomprometan el porvenir de su

  • pas.El monarca haba consultado a

    los sabios de la Casa de Vida deHelipolis, a los sumos sacerdotespuestos a la cabeza de lossantuarios principales, a Ameni, alvisir y a los ministros, luego sehaba encerrado en su despacho yhaba dialogado con el alma de supadre. Antao, habra hablado conNefertari y Tuya; Iset la bellaconoca sus lmites y no le era degran ayuda. El peso de la soledadaumentaba; muy pronto tendra que

  • poner a prueba a sus dos hijos, parasaber si uno u otro sera apto paraproseguir la obra iniciada desde elprimer faran.

    Egipto era fuerte y frgil.Fuerte, porque la ley de Maatperduraba ms all de laspequeeces humanas; frgil, porqueel mundo cambiaba, concediendouna parte cada vez mayor a latirana, a la avidez y al egosmo.Los faraones seran sin duda losprimeros que lucharan para quereinase la diosa Maat, encarnacin

  • de la Regla universal, de la justicia,del amor que vinculaba entre s loselementos y los componentes de lavida. Pues saban que sin Maat, estemundo sera slo un campo cerradodonde los brbaros combatiran conarmas cada vez ms destructoraspara incrementar sus privilegios ydestruir cualquier vnculo con losdioses.

    La tarea del faran, cumplidaen armona con las potenciasinvisibles, consista en defender ellugar privilegiado que ocupaba

  • Maat y protegerlo del desorden, dela violencia, de la injusticia, de lamentira y del odio. Y lo que elemperador del Hatti exiga eracontrario a Maat.

    Un guardia introdujo a Acha,vestido con una tnica de lino y unacamisa de manga larga, la finura decuya ejecucin era excepcional.

    No me gustara trabajar enun lugar semejante dijo a Ramss; realmente es demasiado austero.

    A mi padre no le gustabanlas decoraciones recargadas, y a m

  • tampoco.Ser faran no deja suficiente

    lugar a la fantasa; quienes teenvidian son unos imbciles o unosinconscientes. Ha tomado sudecisin tu majestad?

    Mis consultas hanterminado.

    He conseguidoconvencerte?

    No, Acha.El ministro de Asuntos

    Exteriores mir el mapa delPrximo Oriente.

  • Me lo tema.Las exigencias de Hattusil

    son un insulto. Ceder a ellassupondra renegar de la institucinfaranica.

    Acha pos el ndice en elterritorio del Imperio hitita.

    Una negativa equivale a unadeclaracin de guerra, majestad.

    Condenas mi decisin?Es la del faran y la de

    Ramss el Grande. Tu padre habratomado la misma.

    Me tendas una trampa?

  • Haca mi trabajo dediplomtico, en favor de la paz.Sera acaso amigo de Ramss si nole pusiera a prueba?

    Los labios del rey esbozaronuna sonrisa.

    Cundo dar tu majestad laorden de movilizacin general?

    El jefe de mi diplomacia esmuy pesimista.

    Tu respuesta oficialprovocar el furor de Hattusil y novacilar ni un momento en abrir lashostilidades.

  • Te falta confianza en timismo, Acha.

    Soy realista.Si hay alguien que an

    puede salvar la paz, ese eres t.Dicho de otro modo, el

    faran me ordena partir haciaHattusa, precisar tu posicin alemperador hitita y hacerle cambiarde decisin.

    Lees mis pensamientos.No hay posibilidad de xito.Acha... Acaso no has

    conseguido otras hazaas?

  • He envejecido, majestad.Por lo tanto tienes

    experiencia! Limitarse a unacontroversia sobre esa bodaimposible no bastar; esconveniente mostrarse msofensivo.

    El diplomtico frunci elentrecejo; crea conocer bien aRamss pero, una vez ms, elfaran le sorprenda.

    Firmamos un tratado deayuda mutua con nuestro gran amigoHattusil prosigui el rey; le

  • explicars que temo un ataque libioen nuestra frontera occidental.Ahora bien, desde que se instaurla paz, nuestro armamento haenvejecido y carecemos de hierro.Solicitars pues al emperador hititaque nos proporcione una importantecantidad. Gracias a el y de acuerdocon nuestros pactos, podremosdefendernos contra el agresor.

    Atnito, Acha se cruz debrazos.

    Realmente es esta mimisin?

  • Olvidaba un detalle: exijoque el hierro nos sea entregadocuanto antes.

  • 8 Kha, el hijo de Ramss e Iset

    la bella, se haba negado a seguir lacarrera del Ejrcito y laAdministracin. Aquellas tareasprofanas no le seducan, mientrasque senta una verdadera pasin porlos escritos de los sabios y losmonumentos del Antiguo Imperio.Con el rostro anguloso y severo, elcrneo afeitado, los ojos de un azuloscuro, ms bien delgado, losandares algo rgidos a causa de

  • unas articulaciones que a veces ledolan, Kha era un investigadornato. Se haba formado luchandocontra Seta y sus trucos mgicos yreinaba con firmeza sobre el clerodel dios Ptah de Menfis. Desdehaca mucho tiempo, Kha habadelegado el aspecto temporal de sucargo para dedicarse a las fuerzasoscuras que se manifestaban en elaire y en la piedra, en el agua y enla madera.

    La Casa de Vida de Helipolisconservaba las almas de la luz,

  • es decir, los archivos secretos quedataban de la edad de oro, durantela cual los faraones habanedificado pirmides y los sabiosredactado rituales. Acaso no sehaban penetrado, en aquella pocabendita, los secretos de la vida y dela muerte? No contentos con haberexplorado los misterios deluniverso, aquellos sabios loshaban transcrito en jeroglficos conel fin de transmitir su misin a lasgeneraciones futuras.

    Reconocido por todo el mundo

  • como el mejor experto en latradicin, Kha haba sido elegidocomo organizador de la primerafiesta-sed de Ramss, que marcabasu trigsimo ao de reinado. Trastan largo perodo asumiendo elpoder, la potencia mgica delfaran se consideraba agotada; aspues, haba sido necesario reunir asu alrededor a todos los dioses ydiosas, para que aquella comunidadsobrenatural le devolviera unanueva energa. Aunque algunosdemonios haban intentado, en vano,

  • oponerse a la regeneracin deRamss[1].

    Kha no se limitaba a descifrargrimorios; le obsesionaban vastosproyectos, tan vastos quenecesitara el aval del faran. Antesde exponer esos sueos a su padre,tena que hacerlos poco a pocorealidad. Por ello, desde el alba,recorra la cantera de la montaaroja, junto a Helipolis, paraencontrar bloques de cuarcita. Enaquellos lugares, segn el mito, losdioses haban terminado con los

  • hombres rebelados contra la luz, ysu sangre haba impregnado parasiempre la piedra.

    Aunque no haba recibido laformacin de un cantero o unescultor, Kha comulgaba porinstinto con el material en bruto;perciba la energa latente querecorra las venas de la piedra.

    Qu buscas, hijo mo?Brotando de la luz del joven

    sol que, vencedor de las tinieblas,impona su imperio al desierto,Ramss contempl a Kha.

  • El primognito del rey dej derespirar. Kha no ignoraba queNefertari haba sacrificado su vidapara salvarle de los maleficios deun mago negro, y a veces sepreguntaba si Ramss no sentiracierto resentimiento contra l.

    Te equivocas, Kha. Notengo que hacerte reproche alguno.

    Descifras mis ms secretospensamientos!

    No deseabas verme?Crea que estabas en Tebas

    y hete aqu, en la Montaa roja.

  • Un grave peligro amenazaEgipto, debo afrontarlo. Esindispensable meditar en este lugar.

    No estamos en paz con loshititas?

    Tal vez se trate slo de unatregua.

    Evitars la guerra ovencers... De cualquier modo,sabrs proteger Egipto de ladesgracia.

    No deseas ayudarme?La poltica... No, soy

    incapaz de ello. Y tu reinado durar

  • mucho tiempo si respetas los ritosancestrales. Precisamente querahablar contigo de esta necesidad.

    Qu quieres proponerme?Es preciso empezar a

    preparar tu prxima fiesta deregeneracin.

    Tres aos despus de laprimera?

    En adelante, habr quecelebrar el rito a intervalosregulares y frecuentes. Esa es laconclusin de mis investigaciones.

    Haz lo que creas necesario.

  • No podas darme mayoralegra, padre mo; ni una soladivinidad faltar a tu prximojubileo. El gozo se extender porlas Dos Tierras, la diosa Nutsembrar en los cielos malaquita yturquesa.

    Tienes otro proyecto, Kha;a qu templo destinas los bloquesde cuarcita que ests buscando?

    Desde hace varios aos meintereso por nuestros orgenes; entrenuestros primeros ritos, estaba lacarrera de un toro llamado Apis,

  • que encarnaba la capacidad del reypara cruzar todos los espacios.Conviene honrar ms an a eseextraordinario animal y concederleuna sepultura digna de su poder...sin olvidar la restauracin de viejosmonumentos, como algunaspirmides que han sufrido lasinjurias del tiempo y del invasorhicso. Me concedes equipos deconstructores para realizar estostrabajos?

    Elige t mismo al maestrode obras y a los talladores de

  • piedras.El severo rostro de Kha se

    ilumin.Este lugar es extrao

    advirti Ramss; la sangre de losrebeldes impregna estas piedras.Aqu, el eterno combate de la luzcontra las tinieblas ha dejadohuellas profundas. La Montaa rojaes un poderoso lugar por el que esconveniente aventurarse conprudencia. No ests aqu porcasualidad, Kha: qu tesorobuscas?

  • El primognito del rey se senten un bloque parduzco.

    El libro de Thot. El libroque contiene el secreto de losjeroglficos. Est en alguna parte dela necrpolis de Saqqara; loencontrar aunque mi bsquedadure varios aos.

    A sus cincuenta y cuatro aos,Tanit era una fenicia muy hermosa,cuyas formas abundantes atraan lamirada de hombres mucho msjvenes; viuda de un rico

  • comerciante, amigo del sirio Raia,haba heredado una considerablefortuna que ella disfrutaba sin freno,organizando banquete tras banqueteen su suntuosa mansin de Pi-Ramss.

    La fogosa fenicia se habaconsolado muy pronto de la muertede un marido que le pareca vulgary aburrido. Tras haber fingidotristeza durante unas semanas, Tanitse haba arrojado en brazos de unmagnfico nubio de evidentesatributos. Pero al igual que haba

  • sucedido con sus anterioresamantes, se haba cansado de l;pese a su virilidad, se agotabanantes que ella. Y una amante tanvida de placer como Tanit nopoda perdonarles esa deplorablefalta de resistencia.

    Tanit podra haber regresado aFenicia, pero cada vez le gustabams Egipto. Gracias a la autoridady a la influencia de Ramss, latierra de los faraones tena unperfume paradisaco. En ningunaotra parte una mujer poda vivir con

  • tanta libertad como en Egipto.Al caer la tarde llegaron los

    invitados. Ricos egipcios quenegociaban con la dama Tanit, altosfuncionarios fascinados por lafenicia, compatriotas que acechabansu fortuna, sin mencionar las carasnuevas que la duea de la casadescubra divertida. Haba algoms excitante que sentir, posada enella, la mirada de un hombrecargada de deseo? Tanit sabamostrarse risuea unas veces,lejana otras, no dejando nunca

  • adivinar como acabara elencuentro con su interlocutor.Mantena la iniciativa en cualquiercircunstancia, y tomaba la decisin.El varn que intentara dominarla,no tena posibilidad alguna deseducirla.

    Como de costumbre, losmanjares seran suculentos,especialmente el solomillo deliebre a la salsa de cerveza yacompaado por caviar deberenjena, y notables los vinos;gracias a sus relaciones con

  • palacio, Tanit haba obtenidoincluso algunas jarras de vino tintode Pi-Ramss, que databan del ao21 de Ramss, fecha del tratado depaz con los hititas. Y, como decostumbre, la fenicia pondra suslascivos ojos en los ms apuestoshombres, en busca de una futurapresa.

    Cmo estis, amiga ma?Raia! Es una alegra veros

    de nuevo. Estoy de maravilla.Si no temiera halagaros,

    dira que vuestra belleza no deja de

  • aumentar.El clima me sienta bien. Y,

    adems, el dolor de haber perdido ami aorado esposo comienza acalmarse.

    Afortunadamente, esa es laley de la naturaleza; una mujercomo vos no est hecha para lasoledad.

    Los hombres son mentirososy brutales dijo haciendo unamueca; debo desconfiar de ellos.

    Hacis bien siendoprudente, pero estoy convencido de

  • que el destino os conceder denuevo la felicidad.

    Y los negocios?Trabajo, mucho trabajo...

    Fabricar conservas de lujo exigeuna mano de obra muy cualificada,que reclama altos salarios. Encuanto a los jarros exticos, quetanto aprecia la buena sociedad, senecesitan muchas negociaciones yviajes para importarlos. Losartesanos serios no son baratos. Ycomo mi reputacin se basa en lacalidad, debo invertir sin cesar; por

  • eso nunca ser rico.La suerte os ha sonredo...

    Creo que vuestras preocupacioneshan terminado.

    Me acusaron, falsamente, deexcesivas simpatas por los hititas;de hecho, comerci con ellos sinpreocuparme por la poltica. Lainstauracin de la paz hizo olvidarlas viejas querellas. Ahora, lacolaboracin con nuestros colegasextranjeros es alentada incluso. Noes sta, acaso, la ms hermosavictoria de Ramss?

  • El faran es tan seductor...Lstima que sea inaccesible.

    La paz, el tratado firmado porRamss y Hattusil, la prdida delespritu de conquista del Imperiohitita, el triunfante Egipto... Raia nosoportaba ya las cobardas y lasdefecciones que haban causado eldesastre. Haba luchado para que lasupremaca del ejrcito anatolio seextendiera por todo el PrximoOriente, y no renunciaba a esecombate.

    Puedo presentaros a un

  • amigo? le pregunt a Tanit, quiense mostr intrigada enseguida.

    De quin se trata? quisosaber.

    De un prncipe hitita quevive en Egipto. Ha odo hablarmucho de vos, pero es un hombrebastante tmido; he debido insistirpara que aceptara asistir a estebanquete, pues las mundanidades leasustan.

    Mostrdmelo.Est all, junto al macizo de

    adelfas.

  • Colocada sobre un pilar, unalmpara iluminaba a Uri-Techup,apartado del grupo de invitados queintercambiaban banalidades. Lavacilante luz revelaba la brutalidadde su rostro, la abundancia de suslargos cabellos, la virilidad de sutorso cubierto de vello rojizo, ladureza de su musculatura deguerrero.

    Tanit enmudeci de emocin.Jams haba contemplado un animalsalvaje que desprendiera tan intensasensualidad. El banquete dej de

  • existir, slo tuvo ya una idea en lacabeza: hacer el amor cuanto antescon aquel semental.

  • 9 Ramss asista al combate que

    libraban Serramanna y Merenptah.Provisto de una coraza articulada,un casco con cuernos coronado porun disco de bronce y un escudoredondo, el sardo daba grandesespadazos al escudo rectangular delhijo menor de Ramss, obligado aretroceder. El faran haba pedidoal jefe de su guardia que no tuvieraconsideraciones con su adversario;puesto que Merenptah quera

  • demostrar su valor en el combate,no poda soar con un adversariomejor.

    A sus veintisiete aos,Merenptah, el amado del diosPtah, era un apuesto atleta,valeroso, reflexivo, dotado deexcelentes reflejos. Aunque elsardo superaba ya los cincuenta, nohaba perdido ni una pizca de fuerzay dinamismo; resistir era ya unahazaa.

    Merenptah ceda terreno,volva al ataque, paraba los golpes,

  • se desplazaba lateralmente; poco apoco fatigaba a Serramanna.

    De pronto, el gigante seinmoviliz y arroj al suelo sularga espada de hoja triangular y suescudo.

    Basta ya de escaramuzas.Luchemos con las manos desnudas.

    Merenptah dud unosinstantes, luego imit al sardo.Ramss record el enfrentamiento,a orillas del Mediterrneo, en elque haba vencido al pirataSerramanna y lo haba convertido

  • en jefe de su guardia personal.El hijo del rey se vio

    sorprendido por la embestida delcoloso, con la cabeza baja; en laescuela militar, Merenptah no habaaprendido a combatir como unafiera. Cado de espaldas en elpolvo del cuartel, crey ahogarsebajo el peso del antiguo pirata.

    La instruccin ha terminadodeclar Ramss.

    Ambos hombres se levantaron.Merenptah estaba furioso.

    Me ha cogido a traicin!

  • El enemigo siempre actaas, hijo mo.

    Quiero reanudar el combate.Es intil, ya he visto lo que

    quera ver. Puesto que has recibidouna leccin de provecho, te nombrogeneral en jefe del ejrcito deEgipto.

    Serramanna aprob la decisinasintiendo con la cabeza.

    En menos de un mes prosigui Ramss, me entregarsun informe completo y detalladosobre el estado de las tropas y la

  • calidad de su armamento.Mientras Merenptah

    recuperaba el aliento, Ramss sealej en su carro, que conducapersonalmente. A quin confiarael destino de Egipto: a Kha, elerudito, o a Merenptah, el guerrero?Si sus respectivas cualidadesestuvieran reunidas en uno solo ymismo ser, la eleccin sera fcil.Y Nefertari no estaba ya all paraaconsejar al monarca. Por lo que alos numerosos hijos reales serefiere, no desprovistos de

  • aptitudes, ninguno tena unapersonalidad tan fuerte como la delos dos hijos de Iset la bella. YMeritamn, la hija de Nefertari,haba decidido vivir recluida en untemplo.

    Ramss deba tener en cuentala opinin que haba formadoAmeni aquella misma maana:Que tu majestad se regenere conlos ritos para seguir reinando hastael total agotamiento de su energa.Para el faran jams ha habido otrocamino, y nunca habr otro.

  • Raia sali de su almacn,cruz el barrio de los talleres, pasante el edificio real y tom la granavenida que llevaba a los templosde Pi-Ramss. Flanqueada deacacias y sicomoros quedispensaban una bienhechorasombra, era como la capital deRamss, majestuosa ytranquilizadora.

    El mercader dej a laizquierda el templo de Amn y a laderecha el templo de Ra; con pasos

  • que queran ser tranquilos, sedirigi al templo de Ptah. Cerca deledificio, estuvo a punto de batirseen retirada; en el muro exteriorestaban empotradas unas estelas enlas que los escultores habangrabado orejas y ojos. Noescuchaba el dios las palabras mssecretas y no vea las ms ocultasintenciones?

    Supersticin, pens Raia,incmodo sin embargo; evit lavuelta de ngulo del muro donde sehaba dispuesto una hornacina que

  • albergaba una estatuilla de la diosaMaat. El pueblo poda contemplaras el secreto principal de lacivilizacin faranica, esa Reglainmutable, nacida ms all deltiempo y del espacio.

    Raia se present ante la puertade los artesanos; el guardin leconoca. Intercambiaron algunasfrases anodinas sobre la belleza dela capital, el mercader se quej dela avaricia de ciertos clientes,luego fue autorizado a entrar en laparte reservada a los orfebres.

  • Especialista en jarros preciosos,Raia trataba a bastantes de ellos, yno dej de preguntar por la familiade uno y por la salud de otro.

    Quisieras arrancarnosnuestros secretos murmur unviejo tcnico que colocaba lingotesen un carro.

    He renunciado a ello reconoci Raia. Me conformocon veros trabajar.

    No vendrs aqu paradescansar?

    Me gustara adquirir una o

  • dos piezas hermosas.Para revenderlas tres veces

    ms caras!Es el comercio, amigo mo.El anciano tcnico volvi la

    espalda a Raia, acostumbrado aesos desplantes. Discreto, casiinvisible, observ a los aprendicesque llevaban lingotes a unoscompaeros, que iban pesndoloscontrolados por escribasespecializados. Luego el metalprecioso era depositado en unavasija cerrada, puesta al fuego; un

  • soplete atizaba la llama. Lossopladores tenan a menudo lasmejillas hinchadas para no perderel ritmo. Otros tcnicos vertan elmetal fundido en receptculos deformas diversas y confiaban elmaterial a los orfebres, que lotrabajaban en un yunque, conmartillos de piedra, para moldearcollares, brazaletes, jarras,decoracin para puertas de temploy estatuas. Los secretos del oficiose transmitan de maestro adiscpulo, a lo largo de una

  • iniciacin que exiga numerososaos de aprendizaje.

    Magnfico le dijo Raia aun orfebre que acababa de terminarun pectoral.

    Adornar la estatua de undios precis el artesano.

    El mercader se expres en vozbaja.

    Podemos hablar?Hay bastante ruido en el

    taller. Nadie nos oir.Me han dicho que tus dos

    muchachos quieren casarse.

  • Es posible.Si les ofreciera algunos

    muebles, te satisfara?Cul es su precio?Una simple informacin.No cuentes conmigo para

    revelarte nuestros procedimientosde fabricacin.

    No pido nada semejante!Qu quieres saber?Hay cierto nmero de sirios

    que se han instalado en Egipto y aquienes me agradara ayudar aintegrarse mejor; no has contratado

  • a uno o dos para tu taller?Uno, es cierto.Satisfecho de su suerte?Ms o menos.Si aceptas decirme su

    nombre, hablar con l.Es todo lo que deseas,

    Raia?Comienzo a envejecer, no

    tengo hijos, poseo algunos bienes yme gustara favorecer a uncompatriota.

    Egipto te ha enseado a sermenos egosta... Eso est bien.

  • Durante el Juicio del alma, el grandios aprecia la generosidad. Tusirio es uno de los sopladores. Elms gordo, con las orejasdespegadas.

    Espero que mis regaloscontribuyan a la felicidad de tushijos.

    Raia aguard a que finalizarael trabajo para hablar con sucompatriota. Tras dos fracasos conun carpintero y un albail,satisfechos de su condicin, el xitofue total.

  • El soplador sirio, exprisionero capturado junto aKadesh, se negaba a admitir laderrota de los hititas y deseaba quese rompiera la paz. Agriado,rencoroso y revanchista, era el tipode hombre que Uri-Techup y Raianecesitaban. Adems, el obrerotena algunos amigos quecompartan su punto de vista.

    A Raia no le costconvencerle de que trabajara paral y entrara en un grupo deresidentes cuya misin sera atacar

  • los intereses vitales de Egipto.

    Uri-Techup mordi a suamante en el cuello y la penetr conviolencia. Tanit suspir desatisfaccin. Por fin conoca lapasin, esa mezcla de brutalidad ydeseo insatisfecho sin cesar.

    Ms suplic.El hitita gozaba sin

    miramientos del abundante cuerpode la hermosa fenicia. En lasfortalezas de Anatolia, Uri-Techuphaba aprendido a utilizar a las

  • mujeres como merecan.Por un instante, Tanit sinti

    cierto espanto; era la primera vezque no controlaba la situacin.Aquel hombre bestial, de inagotablesavia, era casi terrorfico. Nuncaencontrara un amante igual, capazde compartir sus ms delirantesvicios.

    En mitad de la noche, cedi.Basta... No puedo ms.Ya?Eres un monstruo!Slo has conocido

  • chiquillos, hermosa ma; yo soy unhombre.

    Ella se acurruc junto a suvientre.

    Eres maravilloso... Megustara que el alba no llegaranunca.

    Qu importa?Pero... Tendrs que

    marcharte! Nos veremos la prximanoche.

    Me quedo.Sabes lo que eso significa

    en Egipto?

  • Cuando un hombre y unamujer viven bajo el mismo techo, ala vista de todo el mundo, estncasados. As pues, estamoscasados.

    Atnita, ella se apart.Volveremos a vernos,

    pero...Uri-Techup la oblig a

    tumbarse de espaldas y se tendisobre ella.

    Vas a obedecerme, hembra;soy el hijo del difunto emperadordel Hatti y heredero legtimo del

  • imperio. T eres slo una zorrafenicia que me dar placer ysatisfar todas mis necesidades.Eres consciente del honor que teconcedo tomndote por esposa?

    Tanit intent protestar, peroUri-Techup viol su intimidad conla rabia de un macho cabro, y ellase vio arrastrada a un torbellino dedelicias.

    Si me traicionas murmurel hitita con voz ronca, te mato.

  • 10 Seta sac de un cesto de

    junco una hogaza del pan triangular,un bol de pur de avena, pescadoseco, un pichn estofado, unacodorniz asada, dos rionescocidos al vino, una costilla debuey sobre un lecho de cebollafrita, higos y queso a las hierbas.Con lentitud, deposit los manjaresuno a uno sobre la mesa de Ameni,obligado a apartar los papiro queconsultaba.

  • Pero qu es eso?Ests ciego? Una comida

    adecuada, que apagar tu apetitodurante dos o tres horas.

    No necesitaba que...S, lo necesitabas y mucho.

    Tu cerebro no funcionacorrectamente si no tienes la panzallena.

    El escriba de tez plida serebel.

    Me insultas?Es el nico modo de llamar

    tu atencin.

  • No querrs volver ahablarme de...

    Precisamente! Quiero mscrditos para Nubia y no meentretendr rellenando cincuentaformularios, como cualquier otrofuncionario.

    Tienes un superiorjerrquico, el virrey de Nubia.

    Un imbcil y un perezoso!Slo piensa en su carrera y leimporta un comino la provincia queRamss me encarg que hicierafructificar. Para cubrirla de

  • templos, para aumentar lasuperficie cultivable, necesitohombres y material.

    Habra que respetar,tambin, ciertos reglamentos.

    Ah, los reglamentos!Ahogan la vida. Olvdalos, Ameni!

    No soy omnipotente, Seta;el visir Pazair y el propio reyexigen cuentas.

    Dame lo que te pido, y yacontars de