bachata rosa en tres tiempos

136

Upload: jesus-manuel

Post on 22-Mar-2016

264 views

Category:

Documents


3 download

DESCRIPTION

Adjunto mi primer libro de versos principiantes. Que lo disfruten.

TRANSCRIPT

Page 1: Bachata rosa en tres tiempos
Page 2: Bachata rosa en tres tiempos

1

Bachata Rosa en tres tiempos

Copyright 2010

© Jesús M. Santiago Rosado

Todos los derechos reservados bajo las International and Pan American Copyright Conventions. Prohibida la reproducción en cualquier forma y por cualquier medio, de esta edición. Los derechos particulares de la obra permanecen en posesión del autor. Ninguna parte de este libro puede reproducirse de ninguna manera, sin el permiso escrito del autor o de sus herederos. Concepto de portada: Yolanda Arroyo Pizarro Foto del autor: Zulma I. Oliveras Vega Primera Edición Noviembre 2010 Edición de autor Colaboración: Boreales Carolina, Puerto Rico

Contactar a: [email protected] [email protected] http://narrativadeyolanda.blogspot.com/

Page 3: Bachata rosa en tres tiempos

2

Page 4: Bachata rosa en tres tiempos

3

Page 5: Bachata rosa en tres tiempos

4

Contenido

Los tres tiempos de un poemario juglar y vagabundo ....... 12 La Bachata Rosa y los tiempos I .......................................... 20

PRIMERA PARTE La Piel Deseada De La Rosa ............................ 24 Protegido ................................................................................... 26 De(s)velo ................................................................................... 28 Tiempos ..................................................................................... 30 Desliz ......................................................................................... 32 (Re)vuelto .................................................................................. 34

Fragmentos de un adolescente .......................................... 36 @ Kikita .................................................................................... 38

Fragmentos de un adolescente .......................................... 40 Muchas veces quiero ............................................................... 42

Fragmentos de un adolescente .......................................... 46 Enumeraciones de una piel queriendo ser habitada ........... 48

SEGUNDA PARTE Las Espinas ........................................................ 60 Como en el principio ............................................................... 62

Fragmentos de un adolescente .......................................... 64 Y vivir ........................................................................................ 66 Nombrar(te) .............................................................................. 74 Humo ......................................................................................... 76

Fragmentos de un adolescente .......................................... 82 Regreso ...................................................................................... 84

TERCERA PARTE El Sabor De La Rosa ......................................... 86 Borges, tú y yo .......................................................................... 88 Peregrinación ............................................................................ 92

Fragmentos de un adolescente .......................................... 96 Paseándote por la Boca ........................................................... 98

Fragmentos de un adolescente ........................................ 102 Llevarte muy adentro............................................................. 104 Inmensidad.............................................................................. 108 Interestatal 5 ........................................................................... 110

Fragmentos de un adolescente ........................................ 114 Madrugada ............................................................................... 116 Humedad ................................................................................. 118

Page 6: Bachata rosa en tres tiempos

5

Pintura de una sagrada familia ............................................. 120 Circunferencia ........................................................................ 124 La Bachata Rosa y los tiempos II ....................................... 126 Agradecimientos..................................................................... 130

Page 7: Bachata rosa en tres tiempos

6

A la Bachata Rosa,

por los tiempos,

por las historias,

por los sueños.

Page 8: Bachata rosa en tres tiempos

7

Page 9: Bachata rosa en tres tiempos

8

“¿Será la rosa?

¿será el trámite

de la sombra debajo de los pétalos?

¿será la rosa

o será la espinísima ferocidad de a diario?

¿será la rosa,

será tal vez el pétalo desnudo y transitorio?

[…]

¿será la rosa

olida y sorprendida por los ojos,

brutalmente fugaz;

tocante tocadora

tocada para siempre su armonía

por el recuerdo musgo de su historia

por el recuerdo feroz y demarcado

de su huella difusa y siempreviva;

por el recuerdo punzante y afilado detrás de cada espina

de cada esquina,

de cada ruina diluida en distancia y asombro?”

Ángelamaría Dávila

Page 10: Bachata rosa en tres tiempos

9

Page 11: Bachata rosa en tres tiempos

10

“Los dientes de la rosa muerden

cuando te identifican”.

Yolanda Arroyo Pizarro en Medialengua.

“Pareces prosa

y yo quería hacernos un poema”.

Carlos Vázquez Cruz en Sencilla mente.

“serrucho de mentiras tu nombre

en tres pedazos dedicados a ti”.

Guillermo Rebollo Gil en La carencia.

Page 12: Bachata rosa en tres tiempos

11

Page 13: Bachata rosa en tres tiempos

12

Los tres tiempos de un poemario juglar y

vagabundo Por Yolanda Arroyo Pizarro

stoy en una encrucijada. ¿Cómo he de lograr una efectiva invitación a la lectura de un libro tan emblemático como Bachata Rosa en

tres tiempos, sin que se filtre la ávida circunspección de atestiguar este alumbramiento con ojos lúdicos? Voy a intentar explicarlo… en tres tiempos.

Primer tiempo. Debo iniciar por llamar la atención a los amantes de la buena literatura sobre la capacidad que tiene esta propuesta para explicar un elemento esencial: que la realidad queda suprimida en toda obra literaria, que cada escritor crea un mundo que debe imponerse sobre el mundo «real», y que este mundo aunque nace y muere una vez cerrado el libro, permite que esa muerte esté sujeta a resurrecciones y encarnaciones alternas, si fuera el caso que el libro lograra esa trascendencia.

Refraseo estos comentarios de una lectura previa a una entrevista al escritor peruano Iván Thays, en la que el colega latinoamericano también da cuenta del trascender de un texto si este demuestra una minuciosa obsesión por los detalles y una búsqueda incesante del orden que subyace con la estructura que convierte la coincidencia en contingencia. Concuerdo con Thays en que “escribir es ordenar y estructurar” y que “leer es descubrir ese orden y esa estructura que nace no en lavida, sino en el texto”. Jesús M. Santiago Rosado es el autor de los versos

E

Page 14: Bachata rosa en tres tiempos

13

hilvanados en historias de años, décadas y ciclos, que suspira, se lamenta, nos hace apetecer un norte y nos permite desear con ansias locas a la Vida, esa Vida con mayúscula en Bachata Rosa en tres tiempos. Santiago Rosado dispone para nosotros un precepto: un multiVerso denotado por los signos del tiempo, por los códices de la infancia, la adultez y la madurez. El autor ha confeccionado un ramo de contingencias versadas sobre el jarrón de un orden cronológico creado con simbología entendible y transmisible. Somos todos parte del origen y somos el origen.

Bachata Rosa en tres tiempos es un canto a la búsqueda del Yosoyelotro en tres diferentes etapas progresivas, distintivas y marcadas con un carimbo esclavista. Amo y esclavo son las estrofas, los epígrafes de contemporáneos insignes, el verso libre que encadena la siguiente historia con la que acaba de concluir. Se me ocurre pensar en Juan Ramón Jiménez, quien recibiera el premio Nobel de literatura en 1956 y tres días después muriera Zenobia, su musa y razón de escribir. Tres días, tres. La lírica de este autor que amó a Puerto Rico aparece igualmente signada como poeta que se fragmenta en diversas etapas, más bien una tríada como ya han identificado los eruditos: la época sensitiva, la época intelectual y la época suficiente. La raíz de la que surge la poesía juanramoniana no cambia, pero sí evoluciona, influenciado por otros autores, distintos movimientos, pensamientos, incluso sucesos. Santiago Rosado se nutre de esta bitácora de viaje, de ese mismo pozo a donde se transmuta uno a beber savia versada. Se notan en este, su primer poemario, influencias de otros maestros: el propio

Page 15: Bachata rosa en tres tiempos

14

Jiménez, las vivencias ilustradas en la poesía de Pablo Neruda y la voz de Miguel Hernández.

Sobre el juego de espejo con Neruda, sus etapas de sentimiento pasional, de cambios romanceros, de cantos dolorosos e imposibles de olvidar que retornan a la memoria como destellos de luz, marcan, igualmente, los acontecimientos de su época. Esta exposición de sentimientos, paralelos con la “Bachata Rosa”, se convierte en una cartografía que da cuenta de las puestas de sol, los mares obcecados, la caída de estrellas, la construcción de un cuadro de la Sagrada Familia (Pintémoslo, pero no le coloquemos un marco), hechos naturales, tan simples, pero maravillosos para los creadores; Neruda y Santiago Rosado ambos observan el diario a través de su ventana vitral.

Otra convergencia agradable es el encuentro de la voz susurrante de Miguel Hernández en los textos de Bachata Rosa en tres tiempos. Con Hernández podemos destacar tres grandes temas de su poesía, que incluso él mismo declarara en “Llegó con tres heridas”, poema perteneciente a Cancionero y romancero de ausencias:

“[…] Con tres heridas yo: la de la vida, la de la muerte, la del amor”. Estas tres heridas vienen a configurar el ámbito

temático de la poesía de Miguel Hernández y amonestan la profecía de los versos que años siguientes nos harían tropezar con el poema “Humedad” de Santiago Rosado:

Page 16: Bachata rosa en tres tiempos

15

“Encerrado en una gota de lluvia experimento la urgencia de derramarme y humedecerte las llagas de las heridas provocadas por los tiempos”. Hábil vaticinio de los entuertos que crecen con

Kronos, los poetas no nos abandonan para que encontremos, junto a ellos, la significancia de los procesos antropológicos de nuestro devenir. Las heridas son importantes, y así las destacan; son una oportunidad de crecimiento y superación de la adversidad.

Segundo tiempo. Uno de los principales antropólogos del mundo dijo en cierta ocasión: “Por primera vez en la historia de nuestra especie entendemos que el amor es la más importante necesidad sicológica fundamental del hombre. Es el centro de todas las necesidades humanas, tal como el Sol es el centro de nuestro sistema solar y los planetas giran alrededor de él”. Esta confesión/sentencia, esta verdad sobre la importancia del amor para el bienestar humano no es nada nuevo, pero en las ocasiones en que manifiesto y talento confluyen, el motivo de la celebración se vuelve regalo. Encontrar un documento de actualidad, en donde las cartas geográficas, los rollos del Mar Muerto modernos y las piedras del Padre Nazario actuales señalen el camino del amor, amor al mundo, amor a los amantes, amor a lo humano, es siempre la provocación idónea para comprometer los sentidos. En términos etimológicos, las palabras antiguas que se utilizan principalmente para denotar amor en los sentidos supracitados son ’a·hév y ’a·háv (amar), junto con el sustantivo ’a·haváh (amor), y es el contexto lo que determina el sentido específico de amor

Page 17: Bachata rosa en tres tiempos

16

que representan, desde la esencia arcaica hebrea. Con respecto al verbo griego latinizado más adelante fi·lé·ō, los expertos han comentado que se debe distinguir de amar la vida (agapaō )en que phileō denota más bien un afecto entrañable. Tanto amar la vida, tal como se demuestra en la obra de Santiago Rosado, como amar a la Vida, significan consideraciones del verdadero motivo de vivir, la pasión por el otro y su universo entramado en palabras y la querencia a las mismas.

Tercer tiempo. Supe desde muy jovencita que los términos trovador y juglar casi siempre iban de la mano con el término vagabundo. Tal vez con canciones de amor cortés y con el asunto de la caballería. Sé que trovadores y juglares no se limitaron a estos temas aun cuando se les conozca más por la canso d’amor (canción de amor) y normalmente se les represente ofreciendo serenatas a una dama. El amor no fue su única preocupación. Se interesaron en muchos de los asuntos sociales, políticos y religiosos de su época. Los trovadores florecieron en los siglos XII y XIII en el sur de Francia. Fueron poetas, músicos cortesanos que mantuvieron sus escritos en la más refinada de las lenguas romances vernáculas: la lengua de oc, el idioma común de aproximadamente toda la zona francesa que queda al sur del río Loira y de las regiones limítrofes de Italia y España. Me hace ilusión pensar en la poesía musical, sobre todo en la que propone este libro: un entuerto aterciopelado que se crea cuando se mezclan y se conectan conceptos musicales como una bachata, el color rosa, o la flor, y los diferentes tiempos, tres, un trípili armonioso. Los tiempos en la música son elementos inherentes al ritmo, a la cadencia, a la prosperidad de los

Page 18: Bachata rosa en tres tiempos

17

cuerpos que, poco a poco, desean unirse gracias a la melodía y que en la obra de Santiago Rosado se vuelven promesas de vívida saliva a depositarse en los labios. Los trovadores y juglares viajaban de ciudad en ciudad, y ejecutaban sus canciones con arpa, viola, flauta, laúd o guitarra. Los viajes eran un elemento distintivo. Los viajes, los viajeros, el traslado continuo de haberes y afectos. La colección superlativa de marchas, éxodos y migraciones. Me place encontrar, igual que en antaño, radiografías del movimiento de traslación perenne que nos caracteriza como especie: “ […] Transitas tembloroso por el Valle de California. Te deslumbras con el paisaje. Y ahí le ves. Observas los contrastes de todos los matices; marrón y verde, montaña y valle, uvas y algodón. Y le piensas”. “ […] Ven, cabalguemos las alas del tiburón y desde ahí, cortemos la promiscuidad del viento y pintemos de otro color a su más azul y antiguo amante, para que todo lo que existe entre Miami y LA sepa que aunque me esperas no te dejé allá abajo,

Page 19: Bachata rosa en tres tiempos

18

que estás conmigo aquí”. Los poemas “Interestatal 5” y “Peregrinación” dan fehaciente cuenta de que el poeta, mezcla de pintor, compositor, juglar y vagabundo guía su pluma tanto con el corazón como con la mente de las intertextualidades. Por ello, los buenos versos, los de este libro, nos inspiran o nos hacen reflexionar, nos mueven a reír o a llorar. Le damos la bienvenida a la bachata y los tiempos de Jesús M. Santiago Rosado.

Page 20: Bachata rosa en tres tiempos

19

Page 21: Bachata rosa en tres tiempos

20

La Bachata Rosa y los tiempos I

“Y es necesario recordar que siempre se vuelve sobre las cosas iniciales”.

Manuel Ramos Otero

ué diferencia existe, si alguna, entre las historias y la poesía? Una noche de insomnio, un hombre joven decidió una vez más recorrer los estantes de su biblioteca personal con la intención de

releer algún texto. De pronto se topó con una libreta verde de carpeta dura que guardaba celosamente desde su adolescencia. Por un momento dudó en abrirla y reencontrarse con lo que en ella reposaba. Representaría visitar al joven de hace poco más de década y media atrás, al muchacho de quince años de edad. La libreta, casi vacía, contenía una serie de poemas que había escrito para aquel entonces. Se armó de valor, la agarró y decidió abrirla. Y allí estaban, las letras de un adolescente enamorado que había resuelto escribir sus secretos de amor, aquellos que parecían imposibles de descifrar, desde los referentes que hasta entonces conocía acerca de la expresión poética.

Le resultó inevitable evocar las imágenes, los olores y los momentos que atesoraba de aquella época de su vida. Había sido la primera vez que se enamoraba de verdad, y

¿Q

Page 22: Bachata rosa en tres tiempos

21

según cuentan, la única. De pronto, le asaltó al pensamiento la idea de juntar algo de aquellos poemas con algunas otras piezas que había escrito de adulto. El resultado sería la historia, desde sus inicios, de un amor. Aquel hombre soltó la libreta y, decidido, abrió el archivo de sus escritos en el ordenador. Buscó los intentos de poesía que le habían asediado por aquellos días ya de adulto, algunos con visos narrativos y los releyó. Entonces pudo ver una historia contada, desde los versos. Una misma voz poética que evoluciona con el pasar de los días, de los meses, de los años, igual que como cambia la gente, igual que como cambian los espacios.

Los temas, la fuente de inspiración y el deseo de contar la historia seguían intactos. El junte de los escritos le hizo retroceder en el tiempo. Cerró su computadora y recordó cantar a Mercedes: “Cambia, todo cambia…pero no cambia mi amor…”.

Varias interrogantes hicieron aparición: ¿Podrán conversar esos textos? ¿Ejercicio histórico? ¿Poético? ¿Qué puedes hacer con tus intentos de poesía de adolescente y con los de adulto?

-Los quiero juntar- se dijo. -A fin de cuentas, son el inicio y desarrollo de una historia, de una piel deseada, conquistada y amada que sigue presente, más que nunca. Se lo debo a esa piel, a esa voz y también a mí- pensó.

La historia, las historias de las gentes y de los pueblos que son contadas, se construyen, se manipulan. Casi siempre llevan ritmo ascendente. Pues esta es la historia de una voz poética que tuvo principio, que está en

Page 23: Bachata rosa en tres tiempos

22

proceso de desarrollo, que le falta mucho por madurar y que aún no ha tenido un final.

Aquel hombre decidió organizar sus poemas partiendo de los escritos durante su adultez. Algunos de ellos son antecedidos por estrofas de intentos de poemas creados durante su juventud a los que decidió llamar Fragmentos de un adolescente. El ejercicio de encontrar nexos entre ellos a pesar de las distancias y diferencias de tiempo y espacios le sedujeron para que los invitara a dialogar. Quiso plasmar sus amores de inicio, sus sinsabores, sus deseos materializados y los que todavía faltan por cumplirse.

Los textos que recopiló y organizó fueron escritos entre Puerto Rico, Los Ángeles y San Francisco. Involucran su adolescencia, su etapa adulta y el constructo del anhelo para el devenir, tres tiempos agrupados en tres partes.

“Te regalo una rosa, la encontré en el camino…”. Esa hermosa canción de Juan Luis Guerra lo remontaba, inevitablemente, a su juventud temprana. Y sin sospecharlo, había pasado a ser marco referencial de su vida desde entonces. Cada vez que escribía un poema, la escuchaba. La canción era su rito, su acompañante en las noches de soledad y en los momentos de intimidad. Sigue teniendo magia, vigencia.

¿Acaso debe renunciar la poesía a los amores? ¿Los amores a la poesía? Aquí les va una historia, la de él y la de mucha otra gente; una historia que pide ser contada,

Page 24: Bachata rosa en tres tiempos

23

perpetuada, enmarcada en la melodía… interpretada en tres tiempos.

Esto fue lo que le salió…

Page 25: Bachata rosa en tres tiempos

24

PRIMERA PARTE La Piel Deseada De La Rosa

“Saber vivir

es un arte y una tragedia

Saber vivir

es aprender a morirse

bien”.

Javier Febo Santiago

Page 26: Bachata rosa en tres tiempos

25

Page 27: Bachata rosa en tres tiempos

26

Protegido

“Te regalo una rosa, la encontré en el camino…” Juan Luis Guerra

En este caminar accidentado de rosas

me arropo con las sonrisas que vas desparramando

entre las piedras,

entre los hoyos,

entre la tierra

para protegerme del bien

y del mal

y de ti.

Page 28: Bachata rosa en tres tiempos

27

Page 29: Bachata rosa en tres tiempos

28

De(s)velo

“Te regalo mis manos, mis párpados caídos…” Juan Luis Guerra

Te dedico mis madrugadas,

mi desvelo

que se yergue

y mis manos

que le escriben

tu nombre,

letra a letra

y entonces

para ti también,

develo

lo que era encierro,

Page 30: Bachata rosa en tres tiempos

29

el descorrer

y al final,

como fuente,

el correr

del velo…

Page 31: Bachata rosa en tres tiempos

30

Tiempos

“Te regalo un otoño, un día entre abril y junio…” Juan Luis Guerra

y todos los días del calendario que van marchando

por las avenidas de la inconsciencia

para que los (des) tiempos,

las sazones y las edades

se graben en las hojas

de mi árbol sembrado

hasta el tuétano

de tu ser.

Page 32: Bachata rosa en tres tiempos

31

Page 33: Bachata rosa en tres tiempos

32

Desliz Con tus labios casi cegando mis pupilas

Déjame deslizarme entre las olas de las lágrimas

que secan tus desencantos,

amparado sobre una tabla que garantice

mi hundimiento en tus corrientes.

Recorrer cada una de las líneas

que cuartean tus labios

y sembrar en ellas

banderas de conquista

con nombres que inventemos para denominar

nuestro compartido imperio.

Page 34: Bachata rosa en tres tiempos

33

Page 35: Bachata rosa en tres tiempos

34

(Re)vuelto

“La memoria es este amor intermitente”. Moisés Agosto Rosario

Cada vez que das vuelta a las palabras

creyendo que son arcos de fuego

con las mismas manos sonoras

con las que me volteas

se me revuelven las ansias,

revoloteas mis espacios

y vuelvo

a confiar,

a creer,

a esperar,

a desear…

a (re) volver.

Page 36: Bachata rosa en tres tiempos

35

Page 37: Bachata rosa en tres tiempos

36

“Eres la estrella en mi anochecer. Eres el sol en mi amanecer.

Mi amor por ti es tan fuerte

que nada lo hará decaer.

Como el pétalo en una flor,

como un pájaro cantor…

Así me siento vida mía

esperando encontrar tu amor”.

20 de junio de 1993

Fragmentos de un adolescente

Page 38: Bachata rosa en tres tiempos

37

Page 39: Bachata rosa en tres tiempos

38

@ Kikita

“Supongamos que te quedas, que te lanzas sobre el miedo

para cortarlo en dos, que prefieres sumergirte y no huir de la historia

para enfrentarla con garras hasta la muerte”.

José H. Cáez Romero

Déjame abrazarte como la ola irrumpe al peñasco

para formar esa fusión que se pasea elegante

entre los azules, blancos y verdes

y entonces rozar tus profundidades

desde la tempestad del viento insaciable;

deshacerme como algodón de feria entre tus labios

humedecidos por mis corrientes

y fundirnos hasta inventar espumas

de cerveza y limón y toronja

y prometernos lo de siempre,

lo que dejamos ir,

a lo que le tememos

Page 40: Bachata rosa en tres tiempos

39

para volver a sobrevivir

e intentar seguir existiendo...

Page 41: Bachata rosa en tres tiempos

40

“Deseo estar contigo

y así poder amarte.

Desearía besarte

y convertirme en tu abrigo.

Recuerda que siempre te amo

y siempre te seguiré amando

porque en realidad tú eres,

tú eres el amor mío”.

2 de diciembre de 1992

Fragmentos de un adolescente

Page 42: Bachata rosa en tres tiempos

41

Page 43: Bachata rosa en tres tiempos

42

Muchas veces quiero

“Préndeme, hazme llama agitada de presura.

Hazme chispa agigantada, vorágine que consume. Hazme mecha acelerada que detona bien los cuerpos,

que lubrica orificios y se hace trueno, que invade el aire y se apodera del oxígeno”.

Aixa Ardín Pauneto

Hoy quiero incrustarme en tu ser,

hoy quiero rasgarte todo el pasado.

Hoy quiero refrescar los contornos

de tu piel accidentada.

Hoy quiero hacer revolución

en las nostalgias de tu cuerpo trazado.

Hoy quiero que tus lluvias me sangren las espaldas hasta

matar el placer.

Hoy quiero convocar a las ninfas y a los orishas

para que me acompañen en el baile.

Hoy quiero hacerte brillar

el lustre que siempre ha estado.

Hoy quiero almidonar las arrugas

Page 44: Bachata rosa en tres tiempos

43

que te marcan el dolor.

Hoy quiero adentrarme por tus pestañas,

por las cavidades de tus ojos

y llenarlos de amores.

Hoy quiero hacer desangrar

los coágulos que entorpecen el fluir

de tus sensaciones inagotables.

Hoy quiero recorrer cada contorno de tus superficies y

perderme en tus olores de mar, de almendra.

Hoy quiero probar tus sabores, morder tus texturas, palpar

tus colores.

Hoy quiero marcarte

la epidermis de tus pensamientos con tinta indeleble.

Hoy quiero construirte libertades

fundadas en mis deseos de esclavizarme.

Hoy quiero irrumpir en tus adentros

violentando,

galopando hasta la cumbre de tu centro.

Hoy quiero absorber de tus néctares

que curan mis ansias de ti.

Hoy quiero que mi lengua te recorra,

Page 45: Bachata rosa en tres tiempos

44

que convierta en jalea tus cosechas.

Hoy quiero degollar los tatuajes de andantes

que se perdieron en sus propias rutas contigo.

Hoy quiero reescribir tu historia

y fundirla en las hendiduras de mis presentes.

Hoy quiero poseerte con tal fuerza

que no haya exorcismo que lo borre.

Hoy quiero romperte, zurcirte, reconstruirte.

Sí, lo he repetido muchas veces.

Pero una vez más,

hoy quiero.

Hoy te quiero.

Page 46: Bachata rosa en tres tiempos

45

Page 47: Bachata rosa en tres tiempos

46

“Eres la flor más bella

que en mi jardín está.

Quédate aquí conmigo

que por siempre te he de amar.

Cada vez que te miro

deseo estar contigo.

Pero sé que es imposible

porque tu corazón aún no es mío”.

2 de diciembre de 1992

Fragmentos de un adolescente

Page 48: Bachata rosa en tres tiempos

47

Page 49: Bachata rosa en tres tiempos

48

Enumeraciones de una piel queriendo ser

habitada “Mi trapecio se partió en sus caderas filosas,

aprendí con sus besos el vértigo de la altura, de su cuerpo la mirada a espejos sin destinos”.

Amarilis Tavarez Vales

A tu cuerpo

Si tuvieras una idea de lo mucho

que esta piel que te habla fantasea con recorrer

cada uno de tus rincones,

de tus curvas,

de tus pliegues,

de tus picos,

de tus orificios.

Recorrerte lentamente,

como lentas son tus palabras,

como lentos son tus vaivenes.

Desde el primer día que te vi,

esta piel que te habla no para de imaginarte,

Page 50: Bachata rosa en tres tiempos

49

de tocarte,

de poseerte en sus epidérmicos pensamientos,

de acariciarte.

Recuerdo ese primer momento.

La cadencia natural que emana de ti,

esa enloquecedora mezcla de tu color

y tus hoyuelos,

tu sonrisa a medias,

tu hablar intermitente

y tus ojos…

tus ojos que hicieron que los míos

siguieran buscando.

Y mientras más se adentraban,

más encontraban mientras seguían

invadiendo tus Meninas.

Te miré y sentí la vida.

Te miré y sentí la nación.

Sentí guerra,

pasión,

Page 51: Bachata rosa en tres tiempos

50

ardor,

humedad,

feromonas,

saliva,

agua salada,

olor a piel,

caballo y delfín,

Boquerón y el putero,

el maví y el sake japonés.

Te miré y me acordé de mí.

Recordé que soy ontos

que siento,

que quiero,

que necesito,

que complazco,

que estremezco,

que saco gritos,

gemidos,

lágrimas,

sonrisas

Page 52: Bachata rosa en tres tiempos

51

y jugos internos.

Tus ojos,

tus ojos me debilitan,

me desarman,

me apendejan,

me asustan,

me desnudan,

me roban el aliento.

Tus movimientos torpes mientras aprendías a bailar

me invitaban a morderte,

a rasgarte,

a violentarte,

a desafiarte

y a tragarte.

Y tu paso produciendo sonidos de combate

en cada movimiento

me despertaban la ansiedad de la guasábara.

Me puse atrevido, fresco, libidinoso

Page 53: Bachata rosa en tres tiempos

52

y con premeditación y alevosía te invité a mi casa

después de un par de tragos y canciones.

Allí despertamos los cuerpos

que me habitan en mi recinto.

Betances y Mariana,

Albizu y Julia,

Hostos y Federico,

Cernuda y Cortázar.

Transgredimos tu paladar roquero

para derramarte mis orgasmos auditivos…

Aute, Mercedes,

Silvio, Haciendo Punto…

Y cantó Pablo:

“Todavía te pregunté te quedarás,

temo mucho a la respuesta de un jamás…”

y te pedí que te quedaras.

Tu cuerpo dijo que sí.

Y ese sí me hizo sentir tensión,

dureza,

encumbramiento.

Page 54: Bachata rosa en tres tiempos

53

Con ese sí descubrí que puedo experimentar multiplicidad

de sensaciones,

de corrientes,

sin verter.

Mis demonángeles cantores

conspiraron para que te quedaras.

Sentí el terremoto,

el incendio,

el diluvio,

el rayo,

el huracán.

Instantáneamente mi cuarto se preparó

con olor a lujuria,

a Mary Jane,

a algodón de feria,

a Playa Buyé,

a estiércol de vaca,

a canal de Venecia,

a spa,

a sala de operaciones,

Page 55: Bachata rosa en tres tiempos

54

a garita de Viejo San Juan,

a almendras del Escambrón.

Recordé nuestro primer encuentro en esta playa,

en esta misma costa que nos comparte hoy

aquí en mi habitación.

Al entrar te despojaste

primero de tus zapatos y medias

y descubrí tus pies cincelados perfectos

y tus dedos,

que no corrieron la misma suerte.

Luego,

tu camisa,

y al quitártela casi desaparezco.

Tu piel,

la odié.

Era más apetecible que las que había tenido antes.

La quise rasgar,

pellizcarla,

morderla,

marcarla.

Page 56: Bachata rosa en tres tiempos

55

Era más deslumbrante que la del René de Virgilio.

Descubrí muchas marcas lunares.

Pero una, una sola.

Esa marca de tu espalda me confirmó

tu naturaleza de semideidad del Olimpo.

Los dioses se apiadaron de mí,

te enviaron.

O mejor aún,

renunciaste a tu orden cuasidivino

para transgredir de tu escenario al mío.

La ruptura de Jitrik,

el event de Lotman.

Te volteaste.

Eras como imaginaba.

Tus aureolas me invitaban a lamerlas

como manjar de los mares.

Tus pequeños lunares me incitaban a desgarrarlos,

robarlos y comerlos en un gran vaso de helado

o mejor aún,

desde el terraplén de tu mismísimo suelo,

Page 57: Bachata rosa en tres tiempos

56

como cachorro que se alimenta desde la acera.

Me abrazaste,

tu cuerpo de locura,

de pasiones y sorpresas…

me tocaste a mí,

piel ruborizada,

cobarde,

que jamás se ha atrevido a gritar lo que siente,

lo que desea

y lo que busca y espera.

El aire de tu susurro en mi oído fue el culpable,

el culpable del aviso que sentiste

de que mi superficie se acababa de sublevar,

de que un golpe de estado entre mis inquilinos

había tenido lugar.

Y me deje llevar por mi maldita piel,

por tu cuerpo,

por el susurro.

Y mi meñique izquierdo

Page 58: Bachata rosa en tres tiempos

57

acarició tus suspensiones en el aire

y jadeaste.

Posees mis voluntades desde que te vi.

Y te sigo descubriendo.

Nos quedan promesas,

palabras,

vidas.

De esas que salen de esta mezcla

cuerpo-piel.

Y es esta piel que te lo dice hoy:

quiero que acampes en mi cabaña,

que me recorras,

que me cures,

que acentúes las marcas de mis cicatrices

de tres veces en el quirófano,

que las acaricies

con el ungüento que brota de tu fuente

y que las vendes con tu lengua.

Déjame abrazarte,

Page 59: Bachata rosa en tres tiempos

58

de adentro hacia afuera.

Cuerpo-piel,

ámame

que nos falta mucho.

Page 60: Bachata rosa en tres tiempos

59

Page 61: Bachata rosa en tres tiempos

60

SEGUNDA PARTE Las Espinas

“...las despedidas viven del vacío de las manos”.

Cezanne Cardona

Page 62: Bachata rosa en tres tiempos

61

Page 63: Bachata rosa en tres tiempos

62

Como en el principio

“Abandonarse es, a veces, la única manera de comenzar”.

Mayra Santos Febres

Guardaré un minuto de silencio ante tu partida.

Tú, partida anacrónica,

ante tu adiós

a dios guardaré un minuto de silencio

y entonces tocarás una vez más

mi puerta.

Y todo será como en el principio,

caos,

creación,

falsedad.

Pero hay que creer,

crear,

Page 64: Bachata rosa en tres tiempos

63

como en el principio.

Así que esta vez

guardaré un minuto de silencio

antes que te vuelvas a ir

como lo has hecho

desde el principio.

Page 65: Bachata rosa en tres tiempos

64

“Recuerdo la primera vez

que tú y yo nos abrazamos…

me llevaste hasta los cielos

me enseñaste tus encantos.

Pero todavía recuerdo

el día que dijiste adiós.

Qué tristeza me dejaste.

¡Ay!, que grande es mi dolor”.

24 de diciembre de 1992

Fragmentos de un adolescente

Page 66: Bachata rosa en tres tiempos

65

Page 67: Bachata rosa en tres tiempos

66

Y vivir

“ahora

la noche se eterniza en el ruido

y la piel, como el poema, en otra despedida”.

Ana María Fuster

Esperaste tantos largos años

y varios intensos meses por ese momento.

Lo habías soñado.

Lo habías deseado con vehemencia

y llegó.

El momento que hasta ese entonces

te había parecido imposible

se hizo realidad,

se materializó.

Una llamada, el anuncio, la venida.

Todavía recuerdas como si hubiese sido ayer

la primera vez que le viste.

Te volteaste a tu izquierda

Page 68: Bachata rosa en tres tiempos

67

e inesperadamente le encontraste.

Aquella piel no era común.

Tampoco el lado derecho de su rostro,

ni el pómulo,

ni el atisbo de sus labios

que aun hoy te siguen pareciendo únicos.

Y de inmediato

todos tus pensamientos se alborotaron.

Irrumpiste en su vida como nadie.

Nadie lo había hecho así en la tuya.

Pasaron los días, los tiempos, las personas,

la escuela superior, la universidad, las ceremonias,

los retoños, los viajes, las casas, los apartamentos,

los regresos, los cuentos, las películas,

las historias que se creían amorosas (¿?)

y las canciones.

Sobreviven los códigos y expresiones

que más nadie entiende.

Igual los abrazos,

Page 69: Bachata rosa en tres tiempos

68

los nombres,

los “ojitos”,

los sueños, las anécdotas

y el dulceamargo secreto,

secreto que te ha servido de oxígeno

durante todo este tiempo.

Y es que los secretos de amor,

esos que te obligan a creer,

que te enseñan a esperar

y que te acercan con la misma facilidad

a los cielos de oro y cristal

y al más asqueroso de los infiernos de Dante

te han hecho fuerte.

Pero te han limitado,

eres un bonsái.

Has cerrado muchas puertas.

No quieres abrir ninguna otra que no sea esa,

aunque casi nunca quien debe usarla entre.

Y entonces la llamada.

Page 70: Bachata rosa en tres tiempos

69

El advenimiento.

“Voy por ahí”,

no hacía falta escuchar nada más.

Y de pronto te encuentras en las nubes,

viviendo la experiencia celestial.

Y vistes tu alcoba con las mejores galas.

Haces espacio en tus gavetas.

Corres y compras

lo que perfectamente sabes que le gusta.

Vuelves a desempolvar ese perfume

que les ha servido de cómplice

durante todo este tiempo.

Y llega.

Y te abraza como nunca,

interminable,

insuperable abrazo.

Y convives.

De pronto ves como te organizan las copas

de una forma distinta a tu diseño original.

Page 71: Bachata rosa en tres tiempos

70

Y suena la música que le gusta oír.

Recibes una llamada desde el supermercado preguntando

qué “nos hace falta”.

Cuando sales,

sientes urgencia de regresar para recibirle.

Y esperas en el balcón su llegada.

Le abres la puerta de tu magistral sonrisa.

Hablan de sus anécdotas del día

y se abrazan demasiadas veces.

Caminan por la playa.

Van al cine.

Lavan juntos la ropa.

Y hasta has movido de sitio

la otra silla de tu balcón

que antes estaba vacía

para leer en cercanía por las noches.

Van a Walgreens y eligen el shower gel.

Y visitan juntos tus hanging places

sin miedo a nada.

Durante las noches se aman,

Page 72: Bachata rosa en tres tiempos

71

sin prisa,

sin miedos,

sin remordimientos,

compartiendo pasiones;

sin llorar casi a punto del estallido

porque ya no tienes que pensar

que pronto te volverá a acompañar la soledad.

Y cambias tus horarios de acostarte y levantarte.

Ya casi no hablas por teléfono con tus amistades.

Y sientes que las paredes de tu casa

se impregnan de su olor,

que en su desnudo caminar por los pasillos

va derramando partículas de su piel por las losetas.

Y descubres una sonrisa

mucho más hermosa a la acostumbrada.

Ya no te acuestas en soledad

y le acaricias mientras duerme.

Le robas el sabor a sus labios.

Y sientes que es demasiada felicidad

Page 73: Bachata rosa en tres tiempos

72

para que todo esto pueda ser cierto.

Varios, algunos días.

Cielo que duró días.

El anuncio.

Debo regresarme.

Me voy.

Te juro que no quiero

pero el deber se impone.

Entonces sabes que no eres tú la razón

ni la fuerza de atracción más poderosa.

Hay otras que te superan.

Y entonces descubres que no eres de los elegidos para estar

en su espacio celestial.

Eres del montón,

de las otras ovejas que no pertenecen a ese rebaño.

Tienes que conformarte con jugar con animales

en el menos malo de los casos,

esa es la felicidad eterna que te toca a ti,

no la del cielo… la del espacio terrenal.

Y lloras desde tus entrañas.

Page 74: Bachata rosa en tres tiempos

73

Pero se te cumplió el sueño.

Ahora estás listo para vivir.

R.I.P.

Page 75: Bachata rosa en tres tiempos

74

Nombrar(te)

“He inventado una palabra para llamarte, y tú respondes sin saberlo”.

Rubis M. Camacho

Intento acallar el silencio

que se empeña en repetir

el sonido de tu existencia cuestionada,

innombrable.

El eco perdido de Darwin,

sin origen.

Especie-eslabón que grita

como perdida

buscando una cadena

de la cual formar parte,

la mía.

Page 76: Bachata rosa en tres tiempos

75

Te inventaré una palabra

para nombrarte

y que existas:

...

Page 77: Bachata rosa en tres tiempos

76

Humo

“Nuevamente tu imagen insiste en pasearse por el marco de mi puerta,

el brillo de tu mirada vuelve a asaltar con sublime resplandor los latidos de mi memoria,

y el reflejo de tu pequeña silueta, vestida del perfume del calor de tu piel,

amenaza con arrebatarme la tranquilidad de aceptar que ya no estás...”.

Alan José Cuadrado

Te mueves.

Abres desesperadamente la puerta.

Allí,

sentado en el balcón trasero de tu apartamento

agitas incesantemente tus piernas.

Tu respiración avanza,

te levanta la caja del pecho una y otra vez,

rápido, con fuerza.

De nuevo la humedad se apodera de tus ojos.

Page 78: Bachata rosa en tres tiempos

77

Extiendes tu mano a la silla del lado, vacía.

Alcanzas la cajetilla.

La abres.

Esta vez decides por uno de los de la fila trasera.

Agarras el encendedor y lo estimulas

hasta que se prende en fuego.

Mientras observas los matices

de azul, rojo, anaranjado y negro

que conviven en una misma flama,

te acercas lentamente

el cigarrillo de turno

a la boca.

La cercanía del pitillo

te va humedeciendo los labios.

Los contraes y sientes su tristeza

que se va aderezando con tus babas.

Una vez colocado ya entre tus belfos,

se te salta una lágrima,

una de esas con fuerzas de caminante

que comienza su travesía sin saber

Page 79: Bachata rosa en tres tiempos

78

hacia dónde se dirige.

Pero ahí va, no para.

Parece querer recorrer la vía directa

hasta la cita con tu pecho,

allí donde palpita el corazón

esperando cercanía.

Sientes celos del ardiente y apasionado encuentro

entre la llama y la nicotina.

Por eso retrasas lo más posible

el contacto determinante de la prendida.

Sientes celos

porque ya no tienes quien te prenda a ti.

Entonces quieres ser tú el cigarrillo,

te conviertes en un wanabí de Benson.

Eres un tercero, sobras entre ellos.

El tabaco y la flama son suficientes.

Una vez lo vuelves a admitir,

no te queda de otra que no sea

dejar que se prenda.

Page 80: Bachata rosa en tres tiempos

79

El oscuro tabaco va adquiriendo color,

poco a poco.

Decides comenzar a inhalar

y sientes,

otra vez,

el pecho a mil.

Descubres que el humo,

al igual que la lágrima,

busca su centro,

pero recorriendo el esófago.

Quizás por eso te guste fumar tanto.

Porque el humo del cigarrillo

se empeña en acompañarte el pecho,

por ahí, cerquita del corazón.

No te falla.

Cada vez que utilizas tus fuerzas

para que se te adentre

le piensas.

Entonces, otra lágrima apesadumbrada

Page 81: Bachata rosa en tres tiempos

80

trata de alcanzar la ruta del humo.

Cada bocanada que sueltas

la imaginas como señal que envías

para que regrese,

para hacerle saber que le imaginas junto a ti,

que se le extraña

y que siempre estarás ahí.

Pero no hay respuesta.

Por eso sigues fumando.

Ya casi a punto de terminarlo,

aumentas el ritmo de movimiento de tus piernas,

y le amas en silencio,

en aquel espacio recóndito del alma.

Te secas los ojos,

te acomodas en la silla

y te aprestas para culminar el rito.

Con pesar te das la última jalá,

ese dos que siempre te pide cuando están juntos.

Expulsas el humo final y, triunfante,

Page 82: Bachata rosa en tres tiempos

81

la soledad se vuelve a apuntar

un trofeo más

dentro de lo que es reflejo de tus adentros,

tu cenicero.

Page 83: Bachata rosa en tres tiempos

82

“Quizás aún me recuerdas

como una aventura más

pero yo siempre te recuerdo

como el amor de verdad.

Camino por el mundo

queriendo otras cosas probar

pero nada ha podido

ni te podrá igualar.

Pero mi alma espera

con desespero y ansiedad,

espera que llegue el día…

el día en que volverás”.

6 de diciembre de 1992

Fragmentos de un adolescente

Page 84: Bachata rosa en tres tiempos

83

Page 85: Bachata rosa en tres tiempos

84

Regreso

“Los árboles sólo han nacido para entregarse en el arranque”.

Xavier Valcárcel

Me he desprendido de tu árbol muchas veces,

de ese tronco que ha quedado derramando sangre

ante el violento desgarre

del pedazo de madera que soy.

Me convierto en astilla que va sin rumbo,

sin norte,

como intentando buscar un nuevo rompecabezas

en el cual acomodarme

amoldando mis pedazos,

mi punta hiriente.

En cada intento pierdo filo,

se me descascara una parte.

Entonces regreso,

me doy vuelta y me olvido.

Page 86: Bachata rosa en tres tiempos

85

Me reúno contigo una vez más

aprendiendo y volviendo

a encajarme en tu corteza.

Page 87: Bachata rosa en tres tiempos

86

TERCERA PARTE El Sabor De La Rosa

“Mi garganta tiene el sabor de las rosas hechas dulce…”.

Emilio del Carril

Page 88: Bachata rosa en tres tiempos

87

Page 89: Bachata rosa en tres tiempos

88

Borges, tú y yo

Escribir un poema es una magia menor.

Imaginarte desde el poema es el hechizo.

No soy poseedor de una estética.

Sólo tú circundas los linderos

de mi escasa armonía.

Creo no tener un solo enemigo,

salvo tu ausencia.

El tiempo me ha enseñado algunas astucias

mientras tú me exorcizas de razones.

Preferir las palabras habituales a las palabras asombrosas

te convierten en realidad y eternidad coexistentes.

Page 90: Bachata rosa en tres tiempos

89

Si la realidad es precisa la memoria no lo es.

Por eso disfruto recordar tus imperfecciones.

Recordar que las normas anteriores no son obligaciones y que el tiempo se encargará de abolirlas

me hacen pensarte libertad.

La poesía no es menos misteriosa que los otros elementos del orbe.

La poesía somos tú y yo inventando los misterios.

Tal o cual verso afortunado no puede envanecernos.

Hagamos la belleza vanidad.

Sólo los errores son nuestros.

Eres mi sentido de pertenencia.

En este mundo la belleza es común.

Page 91: Bachata rosa en tres tiempos

90

Entonces, refúgiate en mi universo.

(Los versos en bastardilla son fragmentos de la autoría de Jorge Luis Borges).

Page 92: Bachata rosa en tres tiempos

91

Page 93: Bachata rosa en tres tiempos

92

Peregrinación

martes, 9 de marzo de 2010

Por los aires, de Miami a LA

“Desde el exilio de tu cuerpo me he convertido

en el mejor cartógrafo de tus puntos cardinales”.

J. D. Capiello

Al beso que me diste aquella mañana.

Mientras dibujo una peregrina en las nubes,

siento el olor de tu mirada que me invade las sienes

y encuentro tus embrujantes hoyuelos

en uno de los ramilletes de algodón

que descansan sobre el manto azul.

Y es que te estoy pensando,

acá arriba,

esperando que saltes

para que recorramos número por número

y color por color

Page 94: Bachata rosa en tres tiempos

93

lo que te he dibujado.

Te traje conmigo, y ahora lo sabes.

Ven, cabalguemos las alas del tiburón

y desde ahí,

cortemos la promiscuidad del viento

y pintemos de otro color

a su más azul y antiguo amante,

para que todo lo que existe entre Miami y LA sepa

que aunque me esperas

no te dejé allá abajo,

que estás conmigo aquí.

Que me acompañas a intentar entender

la cabeza sin cabeza de Cabiya.

Que le hacemos cosquillas a Iwasaki

mientras lo despojamos de su funesto ajuar

y perdonamos a sus monjas canibalescas

en este fetiche de letras

develado anteriormente en una mesa

al Viajero del Siglo.

Page 95: Bachata rosa en tres tiempos

94

Que viniste a humedecerme la boca

con cada cilindro congelado

que se me derrite en los labios.

Redemarquemos los límites de nuestro mapa

e inventemos nuevos puntos cardinales

para desplazarnos

por los mundos de nuestros adentros.

En este inverso mar contagiado de espumas,

quiero que construyamos

nuestra siempre pista de baile

para que nos desgastemos al compás

del más armonioso de los ritmos.

Y el beso que te di me regalará

tu aroma de madrugada escapatoria.

Y tu abrazo me invadirá la piel

por nueve días.

Y entonces tu sonrisa

me durará hasta que vuelva.

Page 96: Bachata rosa en tres tiempos

95

Page 97: Bachata rosa en tres tiempos

96

“Eres la rosa perfumada que mi jardín engalana

que por tu aroma peculiar

todos te quieren amar.

Sólo espero que llegue el día

en que tu boca sea mía.

Deseo robar tu sonrisa

porque tú eres

el amor de mi vida”.

16 de junio de 1993

Fragmentos de un adolescente

Page 98: Bachata rosa en tres tiempos

97

Page 99: Bachata rosa en tres tiempos

98

Paseándote por la Boca

“Cobro tres por beso enredado un par de labios que aprietan esta lengua que serpentea…”.

Melany Rivera

Después de una hermosa respuesta de Luzma Umpierre por

Facebook y pensando en la Vida.

Camino, si acaso, entre madejas de colores,

por entre los lienzos de tus texturas

como evocando rituales ancestros que prescribieron mi

enfadado destino de recorrerte

sin hallar nunca el final de este sendero

que se empeña en albergar mis sandalias

ya fundidas

por el tiempo,

por el destiempo,

por los contratiempos.

Andante que se desdobla

Page 100: Bachata rosa en tres tiempos

99

frente al muro de tus labios

para intentar rendir honores, cultos, reverencias

a las deidades que se pasean cadenciosas

detrás de ese pulposo castillo morado

que se abre para despojarlas y degustar del néctar,

de la sublime y misteriosa pomada

que intente curar las marcas provocadas

por los senderos atravesados

sin un ápice de desesperanza.

Recorro despacio, de a poco

los pasadizos, esquinas y ladrillos de tu fuerte

mientras las mancebas babosas que lo habitan

me regalan el fluir de sus orgasmos

ante la presencia de mi deseo humedecido

por el dulce contoneo de las ninfas danzantes

que discurren por entre las perlas de tu boca.

Ligadas mis manos a las formas de tu cintura

continúo mi viaje exploratorio por la edificación

y entonces ellas, tus ninfas burbujeantes,

Page 101: Bachata rosa en tres tiempos

100

se me apoderan y me roban el oxígeno,

me ahogan

obligándome a succionar de ti

todo el hálito de vida posible

para que pueda culminar esta aventura

que me arrincona, que me amarra.

Ostento todo el aire necesario

para proseguir mi travesía

y palpo poco a poco,

muy de a poquito

las estatuillas de tu colección perlada.

Y mi punta se desplaza por sus hendijas

intentando grabar cada detalle, con minucia

asegurándose de que nada se le ha de olvidar

porque este instante será plasmado,

habrá registro del encuentro para la posteridad

por temor de que otros declaren primacía

en el terreno ya conquistado,

recorrido,

reclamado.

Page 102: Bachata rosa en tres tiempos

101

Sintiendo la incapacidad para retirarme

decido acampar en tu castillo,

convertirlo en mi morada

y desde su balcón

robarme los atardeceres y devolverle sus mañanas

escuchando el eco que le sobreviene

del calabozo palpitante,

el de más abajo

que grita

esperando ser

de igual forma recorrido.

Pero por ahora, sólo por ahora,

haré vigilia en tu boca.

Page 103: Bachata rosa en tres tiempos

102

“Si supieras lo que siento

cada vez que te veo

estarías a mi lado

ofreciéndome tu aliento.

Mi corazón se alegra

pero a la vez se asusta.

No sabe cómo decirte

que por tu amor se desvive.”

2 de diciembre de 1992

Fragmentos de un adolescente

Page 104: Bachata rosa en tres tiempos

103

Page 105: Bachata rosa en tres tiempos

104

Llevarte muy adentro

“ese espacio que eres no tiene interior ni

exterior”. Liliana Ramos Collado

“a veces urge tatuarse el tiempo entre las alas abrirse a los segundos la carencia

dolerse desde la cronometría de la mirada y deshilar el aire desde el vuelo hacia el espejo”.

Ángel Antonio Ruiz

Con tu sabor inundando mis labios.

Hoy di el salto a la llenura

hasta entonces irreconocible,

desde las altitudes de tu presente a mi lado.

Recorrer tus marcas, tus confines, tus adentros,

me lanzó al vacío de tu siempre sonriente tristeza,

con seguridad, con certeza, sin miedos.

Page 106: Bachata rosa en tres tiempos

105

Creía, yo creía que te amaba

sin posibilidades de amarte más,

que habías logrado empujarme

a los límites imposibles

de mis capacidades de sentir.

Pero no.

Hoy descubrí que puedo superarme.

Hiciste que me estirara la piel

hasta pintarme nuevas líneas

que demarcaran rutas a encuentros insospechados,

inesperados y no deseados hasta entonces,

por no saber.

Por no saber que podía más.

Por no saber que era capaz de tenerte,

de sentirte,

de conquistarte,

de invadirte como lo hago hoy.

¿Sabes qué?

Soy otro.

Soy otro en ti.

Page 107: Bachata rosa en tres tiempos

106

¿Sabes qué?

Ya no te amo.

Mi nuevo yo no te ama.

Ama a tu nuevo tú.

Ese nuevo ser que me habita

quiere crecer junto a ti.

Desea jugar desde su reciente niñez

con tus sonrisas ingenuas,

hacerle cosquillas a tus nuevas pieles

desde tu recién vientre.

Ese nuevo niño quiere agarrarte de la mano,

saltar la cuerda contigo,

descubrir su nueva adolescencia

y regalarte sus primeros momentos,

otra vez.

Nazco,

frescura, descubrimiento, expectativa.

La sonrisa de La Maga.

Desarrollo de un nuevo lenguaje

basado en la Academia de tus contornos.

Page 108: Bachata rosa en tres tiempos

107

Tus olores, tus sabores y tus texturas

serán los nuevos referentes

desde los que se construirá

este nuevo proyecto de existencia

parido nuevo.

Tu reino, grande, poderoso,

invencible hasta hoy,

se depositó sobre el mío.

Mi reino, por elección, te acompaña,

lo hace más fuerte, indestructible.

Porque a fin de cuentas,

llevarte muy adentro

me saca a las afueras.

Page 109: Bachata rosa en tres tiempos

108

Inmensidad

“Suelta las riendas Déjate llevar por la marea

Donde el caudal se hace extenso Y la lluvia moja el trueno”.

Alex Samuel Vélez

Camino al primer encuentro con el Pacífico

y creo que lo abrazaré.

Lo voy a esconder entre mis dedos

para bañar tus arenas a la vuelta.

Asisto puntual a mi cita

con el inmenso cielo inverso.

Llego.

Sudo.

Jadeo.

Se me apodera de todo.

Me va a querer.

Me seduce.

Me invita a adentrarme.

Page 110: Bachata rosa en tres tiempos

109

Mis manos no son suficientes

para agarrar todas sus aguas.

Sucumbo.

Me moja.

Pero quiero que me devuelva.

Page 111: Bachata rosa en tres tiempos

110

Interestatal 5

Transitas tembloroso por el Valle de California.

Te deslumbras con el paisaje.

Y ahí le ves.

Observas los contrastes de todos los matices;

marrón y verde,

montaña y valle,

uvas y algodón.

Y le piensas.

En cada destello amarillo,

en cada naranja que pende a orillas de la carretera

se te dibuja alguno de sus confines

y se te escapa una sonrisa

al recordar que minutos antes

te han declarado extrañado.

De pronto,

un grupo de árboles blancos y desnudos

Page 112: Bachata rosa en tres tiempos

111

intentan llamar tu atención

y te ríes.

Les deseas al menos

una pequeña porción de tu inmensa felicidad

para que renazca en ellos las hojas de contentura

que vas desparramando tú

hace tres horas por la Interestatal 5

desde LA rumbo a San Francisco.

Y te sientes más fuerte que el gobernador Terminator.

Y vas espachurrando el fruto de la vid

en cada kilometro recorrido,

como haciendo vino de amores

con el que se embriagarán juntos en el reencuentro.

Cuatro días y ahí estarás.

De pronto miras a tu izquierda y ves una tímida luz.

Y el cobarde sol se esconde ante tus ojos

por no poder brillar más

que esa persona en tu pensamiento

Page 113: Bachata rosa en tres tiempos

112

y no lograr desplazarla de ahí.

Que se esconda.

Jamás podrá.

Page 114: Bachata rosa en tres tiempos

113

Page 115: Bachata rosa en tres tiempos

114

“Todas las noches sueño contigo

creyendo que tu amor es mío.

Cuando despierto me doy cuenta

que mi corazón sigue vacío.

Pero algún día me querrás

y convertirás el sueño en realidad.

Espero que llegue el día

en que tú me habrás de amar”.

20 de junio de 1993

Fragmentos de un adolescente

Page 116: Bachata rosa en tres tiempos

115

Page 117: Bachata rosa en tres tiempos

116

Madrugada

“Ya te lo dije, casi amanece y la luz del sol más tarde nada nos trae

ni tu voz ni mi gemir ni mi grito ni tu piel ni nada…”

Mairym Cruz Bernal

Busco alguna de tus pestañas entre mis sábanas

para que acompañe mi desvelo.

Cada latigazo del segundero me duele

me grita ferozmente tu nombre

y me marca.

Atenta contra mis formas,

me flagela esta piel construida

con el barro moldeado por el tiempo.

Me ensordece el silencio de madrugada

no quiero escucharlo más.

¡Lapídenlo!

Debo enterrarlo

para entonces colocar tus flores sobre mi lecho

antes que se subleve el día.

Page 118: Bachata rosa en tres tiempos

117

Page 119: Bachata rosa en tres tiempos

118

Humedad

“¿Y si fuera otra cosa? Un poco más que un pronóstico de lluvia. Algo que me hiciera prescindir de manos y tragarme sus palabras a

bocanadas hasta dar con la hechura de su centro”. Mayda I. Colón

Encerrado en una gota de lluvia

experimento la urgencia de derramarme

y humedecerte las llagas de las heridas

provocadas por los tiempos.

En este encierro mojado

grito como queriendo ser libre

aunque me cueste chocar,

golpearme,

y sobre las esporas de tus helechos

verterme.

Page 120: Bachata rosa en tres tiempos

119

Page 121: Bachata rosa en tres tiempos

120

Pintura de una sagrada familia

“Desde el principio siempre fuimos Nosotros los primeros

que nada tuvimos que ver con el Jardín”. David Caleb Acevedo

Retocando día a día el cuadro de los sueños,

de esos forjados desde el acompañamiento,

vamos dando forma en el lienzo tatuado

por el junte de nuestros andares,

cargado de años e instancias,

a estampas de una historia

que se niega a tener fin.

En cada abrazo punzante,

decidido y cargado de significado

vas añadiendo colores, detalles y trazos

de mil y una noches incontables, inacabables.

Entonces redescubro la infinitud de lo posible,

y el pincel se me apodera haciéndome saber

que a nuestra obra todavía le faltan sonrisas,

Page 122: Bachata rosa en tres tiempos

121

lágrimas,

que necesitamos seguir pintando proyectos, agendas y

latidos nuevos

que se sumen al compás de los nuestros.

Armándome de todo el espectro de luces

te lanzo la propuesta que convertirá

nuestra magistral creación

en proyecto parido de vida,

en lo completo.

Sonríes y te sumas.

Tarde de verano en la que,

como apoderados por el espíritu de un perturbado,

liberado, contradictorio y sacrílego Miguel Ángel,

descubrimos el toque de gracia

de los artistas sin miedo,

de esos que desafían las formas establecidas,

decididos a añadir más diversidad a lo existente

y acordamos perpetuar nuestra historia pintada sumándole

otra.

Page 123: Bachata rosa en tres tiempos

122

Lo imaginamos, le asignamos nombre,

lo pensamos y decidimos plasmarlo,

darle forma, con tonalidades no tradicionales

obligando al Bosco a que convierta la nuestra,

en la octava estampa capital

que siga manteniendo viva a la gente

y a Spregelburd a sumar

otra pieza a su Heptalogía.

Esa será la parte que inmortalizará nuestra pieza,

la que nos garantizará la entrada

al museo de la plenitud incorruptible.

Pintémoslo,

pero no le coloquemos un marco.

Page 124: Bachata rosa en tres tiempos

123

Page 125: Bachata rosa en tres tiempos

124

Circunferencia

Nota:

Esta voz que te ha contado

ha decidido dejar esta parte del firmamento

en blanco

para que podamos seguir añadiendo noches

a esta historia sin punto final…

Page 126: Bachata rosa en tres tiempos

125

Page 127: Bachata rosa en tres tiempos

126

La Bachata Rosa y los tiempos II

Cuando culminó su ejercicio de juntar sus poemas,

aquel hombre joven se levantó de su silla. Escuchó una

vez más la canción: “…eres la rosa que me da calor…”, se

miró al espejo y entonces descubrió que estaba vivo, listo

para su tercer tiempo.

Dicen que hoy día, continúa construyendo su

historia, historia que pretende seguir contando más de

mil y una noches al ritmo de la Bachata, de la Poesía…de

la Vida.

Page 128: Bachata rosa en tres tiempos

127

Page 129: Bachata rosa en tres tiempos

128

“Porque después del miedo viene la

libertad.”

Carlos Rubén Andino

Page 130: Bachata rosa en tres tiempos

129

Page 131: Bachata rosa en tres tiempos

130

Agradecimientos

uchas personas, de una forma u otra, han

sido parte de este proyecto. Algunas por lo

enseñado, otras por el apoyo, otras por el

inmenso regalo de ser parte de mí desde la grandiosa

plataforma de la amistad, por los amores y otras por la

inspiración provocada por sus letras y ejemplo:

A mi maestro Pedro Cuperman, por el amor a los

signos, a las letras y a la rigurosidad escritural.

A mis profesores del Programa Graduado de

Español de Syracuse University, por provocar el

encuentro con muchos de los textos que hoy me

sirven de brújula.

A mi maestra-poeta, Mairym Cruz Bernal, por

despertarme la inquietud de atreverme a hacer.

A grandes escritores, muchos amigos y a

compañeros de talleres que con sus letras, afectos,

conversaciones, contubernios y sus textos han

M

Page 132: Bachata rosa en tres tiempos

131

servido de inspiración. Están todos, de una forma

u otra, en este libro.

A mi hermano Víctor Santiago, por su

complicidad. Love you brother.

A mis padres, por motivos sencillamente

innombrables.

A mis estudiantes de la universidad, en especial a

Juan A. Torres, Emmanuel Santiago y Luis

Aguilera por motivarme a hacerlo mejor cada día y

por enseñarme.

A María del Pilar Rodríguez, por el valor, por la

fuerza y los oídos de su corazón.

A Andrés Neuman, el Viajero del Siglo, por la

extraordinaria conversación que sostuvimos al

compartirme la historia de sus inicios como

escritor, la cual sirvió de gasolina para atreverme a

comenzar en algún momento de mi vida.

Page 133: Bachata rosa en tres tiempos

132

Al gran Luis Negrón, por las palabras que no se

olvidan.

A Mayra Santos Febres, por la cercanía, por lo

mucho que me ha enseñado en tan poco, por

hacerme parte de sus proyectos, por la confianza y

la amistad.

A Emilio del Carril, por la complicidad, los afectos

y la adopción.

A mi comparsa doradeña de amigos que son

familia, por el apoyo incondicional, por escuchar

mis textos y reaccionar, por estar ahí, por lo que

nos hermana. Los amo.

A Carlos R. Andino, por el caminar, por lo

incondicional del apoyo, por creer.

A mi Eternamente Yolanda Arroyo Pizarro, porque

reencontrarte me ha hecho crecer, creer, despertar,

hacer, vivir. Por tus letras extraordinarias, por

compartirte, por las oportunidades. Eres grande.

Te lo debo. Te adoro hermana.

Page 134: Bachata rosa en tres tiempos

133

Page 135: Bachata rosa en tres tiempos

134

Page 136: Bachata rosa en tres tiempos

135

Jesús M. Santiago Rosado nació el

24 de febrero de 1977 en Río

Piedras, Puerto Rico. Ha

publicado textos literarios y

artículos pedagógicos en revistas y

periódicos de Puerto Rico, Chile y

España. Ha realizado trabajo

editorial dentro y fuera del país.

Posee un grado de Maestría con concentración en Lenguaje,

Literatura y Cultura Hispánica, un Certificado Graduado de

Estudios Latinoamericanos y un Certificado Graduado de

Enseñanza Universitaria de Syracuse University en NY. Ha

participado en talleres literarios con escritoras de la talla de

Mairym Cruz Bernal, Mayra Santos Febres y Yolanda Arroyo

Pizarro, junto a quien fundó Revista Boreales, publicación de

literatura puertorriqueña y latinoamericana. Actualmente

avanza en sus estudios doctorales, dicta cursos a nivel

universitario en las áreas de Español y Educación y se

encuentra inmerso en la preparación de su nueva propuesta

literaria de narrativa corta.